RELOJ DE ARENA
Título: RELOJ DE ARENA
Autora: Felina
Pareja: YunJae
Género: Romance, Drama
Categoría: NC-17
Advertencia: Lemon
Resumen: Cuando el tiempo nos consume y deseamos detener su curso para vivir nuestra propia vida, cuánto puede pesar lo que otros anhelan como si pudieran vivir nuestros propios sueños, formando en el reloj de arena, el devenir constante de nuestras ilusiones…
Dedicado a: mi hija Mirai >.> porque me fastidió en su dedicación de mi YooSu mosho que quería un yunjae de vuelta *como si no metiera al yunjae pornoso en prácticamente todos los fics que hago u.u* y pues ya sabes que Te Amo, que no la pasamos sentadas in the hell escribiendo puras perversiones lindas y románticas, y medio locas *w* pero que lo hacemos con todo el amorsh del mundo por nuestros bebos adorados *0*… y pues ya sabes también, te iré actualizando éste fic siempre que te haya gustado como ha iniciado, y conforme me entregues cap de mi hermoso YooSu “Cama de Rosas” >.> que me has dedicado y sabes me ha encantado *O* y estoy en espera de más... Así que sé sincera y dime si es de tu agrado este nuevo fic del YunJae de tu alma *u* Y por supuesto, a todas las fans de hueso colorado xDDD de esta couple, que yo sé, es la number one de todas las posibles dentro del grupo *cofcofperosonmaslindosmiyoosucofcof*
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“Todo lo que tienes que decidir es lo que harás
Con el tiempo que se te da…“
Gandalf (L.O.T.R)
“¿Dónde quedaron los tiempos de prosa y verso?
Estancados en el ayer intrascendente junto a las ilusiones de un perfecto fin,
Llenos de polvo del reloj de arena que ha cubierto los segundos extintos del latir de mi corazón,
Bajo el peso inerte de la desilusión…”
Felina
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Si es el amor cosa mágica que no puede ser explicado, porqué se le pone entonces tantas trabas en el mundo real ¿porqué la sociedad a la que pertenecemos y de la que nos llegamos a jactar por sus grandes logros o muestras de solidaridad, no puede ver con naturalidad ese amor que nace también entre personas del mismo sexo?
Dónde queda entonces toda la hermosa poesía, o las grandes obras literarias de famosos romances, o las bellas esculturas que hacen gala de nuestros más profundos sentimientos… dónde quedan las sublimes muestras de amor que son expresadas en todas las artes existentes…
¿Quién define entonces tal profundo sentimiento? Aquéllos quienes lo experimentan en carne propia, o las tabúes sin sentido de sociedades minimalistas y cerradas que son incapaces de ver en el amor su incomparable y eterna belleza natural…
*****
Eran pocas… realmente pocas las ocasiones en las que él visitaba tiendas como aquélla… de hecho, se atrevía a asegurar que esa era la primera vez que entraba en una de ese tipo en específico…
Una Tienda de Antigüedades…
Y claro está, como en muchas de esas películas con temas algo raros o demasiado cursis, al entrar se escuchó ese armónico sonido de la campanita sobre la puerta que anunciaba la llegada de un cliente… y paseó rápidamente su vista por el local tan solo para darse cuenta de que efectivamente, ahí no había más que objetos antiguos que se preguntaba qué podrían significar como para que alguien quisiese tenerle en su casa, o departamento, o negocio… o vaya a saber Dios qué caso tenían… eran antigüedades después de todo… cosas inservibles que eran olvidadas por sus dueños pero que alguien aprovechaba para poner en venta… eran tal vez sí, objetos con algún significado histórico, pero vamos, podrían ser poco menos que copias baratas que solo acrecentaban la curiosidad de “conocedores” del campo, o curiosos como él que no tenían la más mínima idea de lo que tenía ante sus ojos…
Y caminó lentamente por los diversos pasillos, detectando de entre el ambiente una variedad de aromas que en realidad no eran del todo agradables al olfato… olía a viejo mezcla con detergente y velas aromáticas o tal vez incienso que seguramente el dueño del local usaba para darle ese ambiente algo misterioso a su negocio…
Particularmente solo estaba interesado en ver un poco y luego partir… ni siquiera había llegado ahí con intención clara de adquirir nada… simplemente… simplemente era que sus piernas le habían llevado hasta ahí después de muchas veces que ha caminado por la acera pasando de largo hasta ese enorme rascacielos de enfrente donde se encuentra una de las clínicas privadas más prestigiosas de la ciudad… ahí donde Jung Yunho es uno de los médicos especialistas más solicitados de la comunidad científica…
Un hombre de 30 años con demasiadas expectativas sobre sus hombros y pocas las oportunidades de vivir su vida sin las ataduras que el prestigio de su familia imponía sobre su persona… el ser el mayor de tres hermanos, el ser exitoso por su propio empeño en su trabajo… por todos esos pequeños detalles que hace que las personas a su alrededor le miren con admiración, que las chicas suspiren y se le insinúen con sonrisas y miradas provocativas… por todo ese esplendor de éxito que no hacía más que aburrirle cada vez más…
Porque tenía sus propios sueños, pero casi parecía que en algún momento de su vida había tenido que posponer los momentos de idear su futuro para construir el que los demás querían para él… porque parecía que hace años no hacía más que vivir para los demás y dejarse de lado… porque tal vez en algún instante, podría encontrarse de nuevo sentado en el sendero de la vida y retomar el camino que él iba forjando con sus ilusiones, metas y deseos…
Su vista reparó entonces en aquél reloj de arena que le recordó a las películas antiguas que rememoran el viejo Egipto o la Antigua Europa, algo por el estilo se le vino a la mente, y no pudo evitar esa sonrisa suave que se curvó en sus labios, ni el sentirse realmente tonto porque no tenía idea del porqué algo tan sencillo y burdo le había inspirado de pronto una sensación de añoranza y emoción, de ese tipo de sensaciones que nacen cuando se tiene un buen presentimiento.
Y justamente, Yunho no era de los que iban por la vida deteniéndose a dejarse guiar por presentimientos… lo que es más, no era que creyera en ellos…
Porque después de todo, era un doctor reconocido, un científico que se regía por ciertas leyes de lógica y razón… los presentimientos no tenían cabida en su mundo, porque de ellos no dependía el que salvara vidas, o que pudiera encontrar el origen de un padecimiento físico…
Los presentimientos… tenían más que ver con el alma, con el corazón como referente de sentimientos… y eso, eso en definitiva no era parte de sus herramientas de vida…
Pero… la realidad era… que sentía aquello…
Y una mano viajó inconscientemente a su pecho, notando que latía un poco más apresurado y no consiguiendo dar una explicación inmediata para esa emoción que había mandado sobre sus latidos ir más aprisa… más su vista continuaba prendada de aquél enorme reloj de arena que estaba a punto de terminar su función pasando esos delicados granos al otro lado…
El tiempo iba culminando…
Y de alguna manera sintió que aquello le recordaba demasiado a su propia vida, porque era joven, pero el tiempo parecía irlo consumiendo mucho más rápido y vertiginosamente de lo que podía controlar. Porque con todo y que es su vida, no era él el dueño del curso de la misma, y entonces, qué era el tiempo en sus años de existencia, sino más que un mecanismo que lleva lentamente sus días hacia un destino desconocido que no es el que él más añora.
- hay mucha historia en torno a los relojes de arena, sabe, joven… - la voz de una señora regordeta y de baja estatura, sacó al moreno de sus pensamientos, obligándole a dirigir su mirada hacia ella, pareciéndole una persona amable por su sonrisa y esa mirada que sin duda era muy propia de una mujer de corazón cálido y seguramente la imagen ideal de la abuela perfecta.
- no he leído mucho sobre relojes en general, señora… - respondió su comentario siendo sincero y mostrando una sonrisa amable… tal como está acostumbrado a ser con todas y cada una de las personas que llegan a su consultorio, y es que aunque no les conozca, siempre debe mostrarse educado y caballeroso.
- pues déjeme decirle algo en particular del reloj que observaba, joven… - la mujer se acomodó los anteojos de lente bifocal y le dio una rápida mirada de arriba abajo haciéndole sentir examinado por su mirada clínica que nada tenía que ver con la ciencia… - dice un mito que data de los tiempos de los grandes faraones, que perteneció a uno de sus reyes más importantes pero menos mencionado en la historia, y que atribuyéndole poderes divinos según la mitología egipcia, le proporcionó la facultad de dominar el tiempo a su gusto, siendo entonces un objeto clamado por esos pocos que tenían conocimiento de su existencia, y desató luchas internas que dejaron solo una cosa a su paso, el detrimento de toda una civilización… por supuesto… - la mujer sonrió con un dejo de picardía… - también hay historias de amor en torno a ese reloj, pero me parece que eso en nada le interesa a un joven tan atractivo como usted, Dr. Jung…
- cómo… - sabe su nombre, eso fue lo que quiso preguntar, pero ya la mujer se había retirado con un caminar algo bonachón yendo hacia otro pasillo, donde un cliente le llamaba deseando cuestionar algo en particular de… una figurita que pudo reconocer apenas debía tratarse de esas que salen en películas del antiguo Egipto, según la distancia le permitió ver al moreno… - bueno, ciertamente no me interesan las historias de amor… - volvió su vista al reloj de arena y se preguntó, qué realmente podría tener que ver un simple objeto como ése en historias de tinte romántico…
Luego escuchó un saludo cordial en una voz encantadora que no sabe exactamente de quién podría ser, era claramente masculina, pero dulce y suave como el aroma de las fresas… tuvo el impulso de asomarse tan solo un poco hacia la entrada, lo suficiente para ver a la persona que poseía voz tan hermosa, pero vamos, no era su estilo, ni parte de su personalidad, ni… ¡No le importaba! ¿Cierto? Entonces prefirió seguir viendo los objetos que había en ese pasillo, más no se movió de su sitio, como si fuera necesario que permaneciera justo ahí, frente a ese Reloj de Arena; simplemente movió su cabeza y dejó que su mirada vagara por los estantes del pasillo; había pequeñas esculturas de deidades egipcias, presentía que esa sección estaba exclusivamente dedicada a Egipto… a pesar de que no había visto ningún letrero de nada al respecto, suspiró y se acomodó sus lentes, odiaba cuando resbalaban un poco causa del sudor, y es que en pleno verano, estaba algo acalorado el clima…
……………………………
- gracias Sra. Sun Ah… - un chico de cabellos oscuros, sonrió suavemente al internarse en la tienda, sonriendo algo más contento pues acababa de llegar a un acuerdo con la dueña… sí, esa Sra. regordeta que acabara de conversar un poco con el moreno…
El chico pelioscuro pensaba que así podría sacar doble beneficio, además de que comenzaría a trabajar mediodía la semana próxima, le daría la oportunidad de adquirir ese Reloj de Arena que tanto le gusta. Caminando lentamente por el pasillo, no se preocupó por ir observando lentamente todos esos objetos que para él tenían un valor especial porque eran arte en diversas expresiones, en todas esas las que a él le provocan sensaciones especiales, que le sensibilizan al punto de emociones como la tristeza o la felicidad, esas de las que le gustaría saber más que solo teorías o historia, de las que en más de una ocasión ha soñado poder llevar a cabo…
Pero si algún Don tiene que pueda ser considerado arte, ése tal vez… no lo ha descubierto, porque aparte del supuesto atractivo del que muchos hablan, no siente poseer nada más en especial…
Sumido en sus pensamientos, el joven pelioscuro no se dio cuenta de la mirada del hombre a unos pocos pasos a su izquierda que se había quedado anonadado con su figura, con su perfil, con el brillo de sus cabellos oscuros, con el tono pálido de su piel… con algo que podría llamar hermoso, pero que no era exactamente un adjetivo apropiado para alguien, que obviamente, era un muchacho, un joven sin duda muy chico, quizá adolescente aún…
El joven pelioscuro no se percató del Dr. Jung hasta que hubo chocado con él, más específicamente, hasta que sus hombros se toparon y él se dio cuenta de que había alguien más ahí… ya de por sí no era como que demasiada clientela la que anduviera por la tienda, menos a esa hora; cuestión aparte lo despistado que llegaba a ser por ensimismarse en sus pensamientos. Que no es la primera vez que le pasa eso, chocar con alguien, y luego tener que disculparse porque sabía, comúnmente era su culpa…
- disculpe, Señor… - el pelioscuro hizo una reverencia al hombre, sintiendo una ligera sacudida en el estómago al ver sus ojos chocolate mirándole detenidamente con una expresión que no podría definir, era claro que estaba serio, pero… no le daba la impresión de estar molesto…
- descuida… - murmuró apenas el Dr. Jung, pero por alguna razón, no podía apartar sus ojos del chico, de su mirada, de su perfecto rostro… de sus labios rojos…
El joven pelioscuro se sintió después de un momento intimidado por esa profunda y analítica mirada… era muy diferente de otras ocasiones en las que ya hombres se le habían quedado viendo… porque en éste hombre de tez morena, no había morbo ni malicia que le incomodara, tampoco podía leer con claridad en su expresión elegante… pero algo en sus pupilas le hizo sentir de pronto que ese hombre necesitaba algo… algo que tal vez él un día podría ofrecerle…
¿Qué exactamente? No lo sabía… pero sea lo que sea, la sensación que le provoca es única, algo que nunca antes había experimentado… algo…
Algo parecido al amor…
El joven pelioscuro apartó la vista dirigiéndola inconscientemente al reloj de arena frente a ellos en el estante… negó en sus pensamientos cualquier idea del tipo, no porque temiera enamorarse de un hombre, no es homofóbico ni mucho menos, de hecho… puede asegurarse a sí mismo que no tiene clara su preferencia sexual, que le han llegado a inquietar chicos y chicas de su edad y hasta un poco mayores; sin embargo, tampoco puede decir que se ha enamorado… mucho menos a primera vista…
Luego sin decir más nada, el hombre a su lado caminó pasándole por un lado y saliendo de la Tienda… dejándole con esa inquietud en el interior que ahora había conseguido que su corazón latiera un poco, solo un poco, más apresurado.
- que hombre tan… diferente… - el pelioscuro murmuró, todavía viendo al moreno a través de la ventana, caminar por la acera con ése mismo semblante serio, y hasta indiferente, que le hizo pensar otra vez en lo que a ese hombre tan atractivo podrá hacerle falta para sonreír, sino con los labios, con la mirada… con esas pupilas chocolate que parecían algo vacías y distantes…
La mujer dueña de la Tienda, sonrió suavemente al darse cuenta de que el joven pelioscuro había seguido al Dr. Jung con la mirada hasta que lo perdió de vista… como también se había dado cuenta de la manera en que el moreno se había quedado observando al pelioscuro… y presentía, que una nueva historia de amor podría surgir, de alguna manera, gracias a ese reloj de arena en el que ambos jóvenes coincidieran sin darse cuenta…
***********
Quise regalarte una poesía,
Pero nació solo dolor,
Porque cuanto más te pensaba,
Más cruda se volvía la sensación.
Y es que era trágico enamorarse,
Porque era un chico igual que tú,
Aunque deseara conquistarte,
El tiempo se fue con tu calor.
Precioso reloj sin segundero,
Que avanzas casi más veloz,
Porqué me dejaste conocerlo,
Si le ocultas entre tus granos
De color arena y sin sabor.
Felina
**********
Yunho conducía por esas calles que conocía desde su niñez, sin duda han cambiado con el pasar de los años, y sin embargo para él son tan, lo mismo… modestos negocios familiares que han sobrevivido, otros florecientes que han ido y venido, la florería de la esquina que siempre tenía algún cliente masculino y una linda señorita que con sonrisas ofrecía los mejores arreglos siempre cuestionando para quién sería dirigido. Sonrió sin demasiados ánimos al recordar la ocasión aquella en que él se presentó ahí con su porte varonil y su sonrisa algo altiva…
……flashback……
- ¿para quién desea el arreglo, Señor?... – le cuestionó amablemente una joven de no más de 20 años (seguro su madre ya le estaría casando con ella si la viera, porque era esa clase de chica hermosa que conservaba el aire de pulcritud y decencia que tanto buscaba su progenitora, de no ser por su clase social claro), mientras el Dr. Jung pasaba su vista por todos aquellos tipos de flores que en su mayoría desconocía nombres…
- para mi novia… - el chico de tez morena respondió con más sequedad de la que pudo haber evitado…
Después de todo, su novia no era exactamente su elección, su madre no había parado de molestarle con que necesitaba una, que ya tenía edad para casarse y hasta ser padre, y un largo etcétera que mejor no quería recordar o tendría jaqueca a temprana hora del día… en fin, que con tal de no escucharle más, se había liado con una chica que era hija de una amiga de su madre…
-
- las rosas rojas, por otro lado, le dicen a una mujer que usted le quiere, pero es la forma en como son obsequiadas a su destinataria, lo que en realidad le demostrará qué tan interesado está usted en ella… - culminó de explicar la muchacha, sonriendo amablemente pero notando la casi nula ilusión que la expresión del atractivo chico dejara al descubierto…
- un arreglo de rosas está bien… - dijo más por la típica escena de las películas y eso, que por otra razón… pero su simpleza fue tal que cualquiera podría haberla notado, y casi podría haber pasado entonces por un casanova que lo único que quiere es convencer con detalles a alguna chica, de no ser porque sus ojos no mostraban siquiera aquél interés… más siendo educado, sonrió caballerosamente hacia esa muchacha que suspirara (tal vez cansada o por sentir que no le había puesto atención) dándose la vuelta y comenzando a adornar un modesto arreglo…
- espero verle venir un día por un ramo de rosas que de verdad quiera obsequiar, Señor… - las palabras de la chica confundieron al moreno…
No porque no hubiera entendido con certeza lo que le hubiera querido decir… sino porque no había conocido antes a ninguna persona que tan fácilmente hubiera podido leer en sus ojos el hastío y la desmotivación. Así que solo aguardó en silencio hasta que la chica terminó con su pedido. Pagó y le dio la dirección a donde quería que las enviara… pero su actitud no cambió…
Y ciertamente no ha vuelto a esa florería… ni a ninguna otra. No había valido la pena, no cuando después de eso, su entonces novia hubiera querido tener sexo y casi le exigiera la pidiera en matrimonio…
……flashback……
- un simple ramo de rosas y ya quería boda… - el moreno rió mientras doblaba a la avenida que daba a la entrada del parking de la Clínica donde trabaja… pero antes de tomar el carril hacia allá, su vista volvió a buscar esa tienda de Antigüedades que visitara por curiosidad el día anterior… y por un segundo pensó en volver…
En volver y tal vez ver de nuevo a ese chico de grandes ojos negros…
- tonterías… - movió la cabeza de un lado a otro como queriendo espabilar pensamientos que no debía tener… y es que… - para qué demonios querría yo ver a ese chico, ¡si es un adolescente!... – el claxon del auto detrás suyo le sacó de su ensimismamiento… cayendo en cuenta de que se había quedado tildado y el semáforo le indicaba luz verde… - ¡mierda!... – bufó, no por la presión del auto detrás… sino por darse cuenta de lo distraído que se encontraba desde el día anterior… específicamente, después de que se topara con el chico pelioscuro en la Tienda de Antigüedades… ¡Que ni siquiera había podido conciliar el sueño!
Condujo hasta el lugar reservado para él en el Parking y se estacionó todavía luchando por apartar la imagen del chico pelioscuro de sus pensamientos. Se acomodó los anteojos y ajustó la corbata de su pulcro traje. Se miró en el retrovisor una última vez, realmente más por costumbre que por vanidad… era como sacar un poco del nervio o la tensión que cualquier cosa en relación a su familia o el trabajo le pudiera haber ocasionado…
Tomó su maletín y bajó del auto, le colocó la alarma y caminó, aún inquieto, hasta el elevador que le llevaría a la planta correspondiente a su consultorio. En el trayecto subieron y bajaron más personas, entre colegas y pacientes, murmullos que no conseguía registrar con atención, saludos que correspondía descuidadamente… miradas y sonrisas femeninas que ignoró, enfermeras y doctoras que suspiraban al verle caminar por los pasillos obligados a recorrer hasta llegar a su consultorio…
- buenos días, Dr. Jung… - le saludó cortésmente su asistente personal, una joven de más o menos 27 años que poniéndose de pie y siguiéndole ya con algunos expedientes y notas al interior de la consulta, se dedicaba a ser profesional y no ir por ahí como boba suspirando por quien obviamente, jamás tomará en cuenta a una chica… -
Pero ya Yunho no le estaba escuchando, volvía a estar en automático mientras sus pensamientos volvían a perderse en ése encuentro con el chico pelioscuro. Había dejado su maletín en el locker, su saco en el perchero, donde también terminó colgada su corbata, esa que casi le asfixiaba con la misma tenacidad de su familia, sobre todo su madre, que una y otra vez sacaba a colación su edad y el matrimonio. Se puso la bata impecablemente blanca y hojeó sin interés alguno los expedientes que su asistente acabara de dejar sobre el escritorio recién entraron…
- cómo te llamas… - murmuró sin darse cuenta de que lo había hecho…
- ¿disculpe, Dr.?... – la chica dejó de leer la agenda para prestarle atención a Jung, pero éste seguía en su mundo, que sin despegar la vista de las hojas, no hacía más que pasarlas ahora sin siquiera fingir que las leía… -
- podrías… dejarme solo un momento, estoy un poco cansado y distraído… - finalmente el moreno se había dado cuenta de su despiste, pidiéndole entonces un poco de espacio, si había alguien que nunca se metía en su vida y hacía caso de lo que pedía, era esa chica, de nombre Asuka Takanori, de familia japonesa pero nacida en la ciudad.
- ¿quiere que cancele su primer cita?
- no es necesario, estaré bien en unos minutos, gracias… - hizo una reverencia que fue imitada por la chica, y luego ésta salió del consultorio sin más preguntas de por medio…
- no es bueno que no deje de pensar en ése chico… - se sacó los lentes y presionó el puente de su nariz… cerró los ojos y solo pudo ver otra vez la imagen del rostro del pelioscuro…
*****
Kim Jaejoong… ése era el nombre del chico de cabellos oscuros y grandes ojos negros… su belleza casi femenina era en realidad todo un problema para él, porque más de una ocasión, ciertamente le han llegado a confundir con una chica… y eso en verdad es molesto…
Sobre todo cuando son las miradas lujuriosas las que se posan sobre su cuerpo, delineando descaradamente su figura… y ha sido peor, cuando hombres se han atrevido a acercarse a él e invitarle a tomar un trago, o a tener sexo, así sin más rodeos… no olvidará nunca la ocasión aquélla en que de verdad se asustó, cuando un hombre quisiera llevarle a la fuerza consigo, habiendo apenas salido sano y salvo porque su padre estaba ahí, como rara ocasión por las tardes, esperándole fuera del Instituto para volver a casa… esa vez su padre se había puesto a los golpes con aquél sujeto ruin, y habían pasado por todo un trámite legal pues habían interpuesto una demanda por acoso sexual… todo para que al final el sujeto pagara una multa y quedara en libertad…
- las leyes son algo estúpidas… - murmuró al recordar aquél suceso de su vida, apenas cinco meses atrás… terminó de vestirse para la clase de gimnasia y salió a las canchas… chicas suspirando al verlo, cosa común; algún que otro chico devorándolo con la mirada, también común…
Tan común, que ya no les tomaba importancia y simplemente lo dejaba pasar… incluso temía estar volviéndose algo insensible en torno al amor, porque ya parecía algo automático en su persona rechazar a esas chicas que se le declaraban a través de una carta o de viva voz, como también rechazaba a esos chicos que tomaban valor para acercarse y declararle atracción y deseos de establecer algo formal si tan solo les daba la oportunidad…
Oportunidad… ¿para qué? Para querer pasar el rato, para esperar solo algo de él, vamos que es cosa esperada que una relación entre adolescentes no llegue realmente muy lejos a esa edad. 17 años es edad para experimentar, los besos, las caricias, el sexo… hormonas locas que buscan dar rienda suelta al ego, eso es lo que el pelioscuro pensaba que era lo que esas chicas y esos chicos le ofrecerían en realidad…
- un día más de trivialidades… - suspiró Jaejoong al incorporarse con el resto de sus compañeros de clase, viendo cómo incluso su Profesor de Gimnasia le dedicaba una sonrisa no exactamente profesional, sí demasiado amable rayando en la coquetería… - ¿es que esto no dejará de perseguirme nunca?…
Más aquélla pregunta que a fuerza se formulaba día con día no tenía respuesta todavía… era quizá por eso que de repente el pelioscuro prefería la soledad a las falsas amistades, a aquéllos chicos que ya le han buscado solo para presumir conocer al chico más atractivo del Instituto, a los que le han pretendido solo con esas intenciones románticas que en nada le interesaban ya, a los que incluso le seguían solo por su intelecto y el deseo de obtener algún beneficio en ello… pero no, Jaejoong no era de esos chicos tontos que se dejaban manipular de ninguna manera…
¿Sería esa la razón por la que sus grandes ojos negros lucieran tan fríos a veces?
**********
ANGEL OF MINE
(Evanescense)
You are everything I need to see
Smile and sunlight makes sunlight to me
Laugh and come and look into me
Drips of moonlight washing over me
Can I show you what want from me
Angel of mine, can I thank you
You have saved me time and time again
Angel, I must confess
It's you that always gives me strength
And I don't know where I'd be without you
After all these years, one thing is true
Constant force within my heart is you
You touch me, I feel I'm moving into you
I treasure every day I spend with you
All the things I am come down to you
Angel of mine
Let me thank you
You have saved me time and time again
Angel, I must confess
It's you that always gives me strength
And I don't know where I'd be without you
Back in the arms of my angel
Back to the peace that I so love
Back in the arms of my angel I can finally rest
Giving you a gift that you remind me
Angel of mine
Let me thank you
You have saved me time and time and time and time again
Angel, I must confess
It's you that always gives me strength
And I don't know where I'd be without you
Angel of mine
Can I thank you
You have saved me time and time again
Angel, I must confess
It's you that always gives me strength
And I don't know where I'd be without you
...without you
**********
Jaejoong estaba realmente contento con su nuevo trabajo, podía pasarse horas y horas en aquélla Tienda de Antigüedades simplemente contemplando las artesanías y demás objetos que se encontraban en venta ahí. La Sra. Sun Ah le tenía plena confianza, y era por eso que le dejaba a solas encargado de la Tienda mientras ella tomaba reposo en su Hogar, justo en el piso de arriba del local… su edad ya le comenzaba a pasar factura con cansancio y esos dolores musculares que le aquejaban hace ya algunos meses…
El pelioscuro sonreía amablemente a todos los clientes que se presentaban ahí, a algunos les conocía de vista pues era común verles aparecerse cada tanto, mientras que otros eran nuevos y agradables conocedores de muchos de los objetos que observaban… lo malo, no faltaba su compañero de Instituto que, habiéndose enterado de alguna manera de su nuevo empleo, se aparecía solo con la intención de fastidiar…
Pero todo lo que esos primeros días hubiese tenido que aguantar de alguna forma le parecía que había valido la pena solo por volver a ver a ese hombre de ojos chocolate… y no comprendió del todo el porqué, pero sus labios esbozaron una sonrisa más amplia y sincera que con otras personas que han llegado; además, su corazón latía… ¿emocionado?... movió la cabeza en negación mientras caminaba hasta el moreno…
- buen día, Señor… - saludó…
Señor… como pesaba ahora que se dirigiesen a él de esa manera, porque no podía evitar sentir esa atracción por el joven pelioscuro que viera por primera vez hace una semana, y que ahora resultaba trabajaba en esa Tienda a la que no había podido evitar volver después de muchos días pensándolo…
Y es que estaba mal, ese chico era en definitiva un adolescente, y además era un chico, ¡un chico! Él no podía gustar de otro varón como él, no podía mucho menos llegar a sentir todas esas emociones que casi le hacían pensar en enamorarse… no podía, no debía, no…
- ¿gusta ver o saber algo en particular, Señor?… - Jaejoong volvió a preguntar, sintiendo un calorcito instalarse en sus mejillas al notar cómo nuevamente ese hombre se le quedaba viendo con profundidad… de alguna manera, solo podía sentirse avergonzado, no intimidado, ni molesto, ni… ultrajado como alguna vez llegó a sentirse con hombres que claramente lo desnudaban con la mirada…
- me llamo Yunho, deja de llamarme Señor… - y hasta el moreno se sorprendió al escuchar las palabras que salieron de su boca aún contra su voluntad… pero sonrió suavemente al notar ese sonrojo evidente que se apoderaba de las mejillas del menor…
- siento si le incomodó antes, Señ… Yunho hyung… - vamos, tampoco se sentía con la confianza de llamarle solo por su nombre de buenas a primeras, sin siquiera conocerle… ¡No que le quiera conocer! O sea… tal vez… solo un poco, conocerle no pintaba tan mal, ni tan loco, ni tan descabellado…
- bueno, el hyung igual es demasiado, pero es mejor que Señor… - el moreno se descubrió a sí mismo disfrutando, como muy pocas veces, de un intercambio de palabras con una persona a la que apenas y conoce de vista… - ¿puedes decirme tu nombre?... – porque para conocer a una persona, cuando mínimo debes empezar con las cosas sencillas, ¿no es así? Además, no era que le estuviera pidiendo una cita… ¿cita? ¿porqué había pensado en eso?
- Jae… Kim Jaejoong… - respondió algo avergonzado, pero de pronto más confiado; extendiendo su mano al moreno, quien no dudó en estrecharla con un fuerte apretón y sonriendo algo más ampliamente… ambos sintiendo ese chispazo que les corrió por la espina dorsal…
Yunho tratando de ignorarla, Jaejoong deseando averiguar qué es exactamente todo eso que el moreno le provoca.
- bueno, me gustaría comprar algo… - por un momento pensó en el Reloj de Arena, pero luego prefirió cambiar su decisión por algo más práctico y que adornaría mejor su departamento… - me muestras la katana, por favor… - ¿eso daría un mejor toque a su departamento? Bueno, siempre le han gustado las artes marciales, practicó Hapkido cuando era más joven, no era tan extravagante viéndolo así, ¿cierto?
Y mientras Jaejoong le mostraba la espada que le pidiera, Yunho solo pudo perderse en cada uno de sus gestos, en el brillo emocionado de sus ojos negros al hablar de la historia de esa Katana, por quién había sido hecha y por quién había sido portada en no está seguro qué época del Japón… no alcanzaba a registrar toda la información que el pelioscuro le relataba porque sus sentidos parecían solo interesados en perderse en él, en el tono melodioso de su hermosa voz varonil pero dulce, en la forma en que sus labios se mueven y él solo se siente tentado de rozarlos con sus dedos o sus labios… ¡Un momento! ¿Sus labios? ¿Es que está pensando en besarle?
Jung Yunho estaba en un problema… se sentía verdaderamente atraído físicamente por Jaejoong…
- ¿cuántos años tienes?... – cortó de pronto el moreno la verborrea del pelioscuro, que un tanto sorprendido por la interrupción y el sentido de la pregunta, parpadeó varias veces antes de dar respuesta…
- 17, Yunho hyung… - dijo, mientras colocaba la katana de regreso al sitio donde estuviera expuesta, sintiendo cómo su corazón latía ahora un poco más rápido… porque el moreno le hacía sentir cosquillas en el estómago, porque no le molestaba ni incomodaba en absoluto su penetrante mirada sobre su persona…
- eres un adolescente… - murmuró el moreno…
Y entonces sí que apartó su vista… porque era demasiado joven para que él tuviera esa clase de pensamientos hacia el chico… porque ahora se sentía casi sucio por haberle incluso soñado hace unos días… por tener deseos de besarlo, de abrazarle… de sentir el calor de su cuerpo…
Estaba mal… más que eso, era un pecado… era demasiado sentir atracción por un chico 13 años menor que él…
Pero la sentía… esa atracción que no le dejaba pensar con claridad, la que le absorbía el tiempo y le descolocaba a menudo durante el día, esa que hacía que sus noches estuvieran cargadas de sueños húmedos con escenas que casi le parecían ajenas a su capacidad de desear de aquella casi salvaje manera… esa atracción que había estado siguiéndole cual fantasma etéreo durante esos días en que no consiguió casi sacárselo de la mente, porque una y otra vez su imagen se había aparecido en sus pensamientos sin importar la hora del día, ni el lugar en que estuviera…
Esa atracción que no era solo un deseo carnal motivado por la obvia hermosura del chico… era… ese tipo de atracción que ciertamente nace de la vista, pero que a él le generaba esa otra clase de sensaciones que antes no hubiera sentido por ninguna chica por bella que fuera… ni mucho menos un chico por atractivo que pudiera resultar a ojos de cualquiera…
Y era casi como si el destino les hubiese puesto en el camino para que sus caminos se cruzaran, pero ¿Por qué el destino sería tan cruel de poner frente a sus ojos a un adolescente que bien pasaría por su hermano menor?
- ¿Yunho hyung?... – y solo cuando escuchó ese tono preocupado en la bella voz del pelioscuro, fue que el moreno se dio cuenta de que llevaba demasiado tiempo callado, solo mirándole mientras se perdía en sus pensamientos, así como parecía habérsele hecho tan fácil costumbre en los últimos días desde que le viera por primera vez… - ¿se siente usted bien?... – y es que aunque al principio su mirada penetrante le haya hecho sentir algo nervioso y muy avergonzado, después de unos instantes solo pudo notar en esas pupilas chocolate la ausencia y divagación, preocupándole qué será lo que en sus pensamientos habita que con aquella facilidad parece perder conexión con la realidad…
- por supuesto… - el Dr. Jung carraspeó y se revolvió inconscientemente el cabello… - me gusta la katana, me la llevaré, por favor… - y esbozando una sonrisa, el moreno quiso quitar de la expresión del menor esa preocupación que sin querer había pintado en sus perfectas facciones… -
- la verdad es que, es la primer persona a quien vendo algo, me siento de verdad contento y emocionado… - el pelioscuro se cubrió la boca al escucharse decir aquellas palabras, ahora se sentía más avergonzado, no era como si a Yunho le fuese a interesar eso, ¿cierto?...
- vaya, pues… - el moreno se rascó despistadamente la base de la nuca, sonriendo algo nervioso… - me da gusto, espero que sea signo de buena suerte para ti…
- seguro que sí… - murmuró algo más contento al notar que sí, al mayor parecía importarle lo que dijera o pensara… no era como si se tratara de una gran conversación, pero… le parecía algo bueno… como cuando abres la puerta que lleva a un lugar en el que se puede aprender…
- ¿hace mucho que trabajas aquí?... – cuestionó, de pronto algo ansioso por saber por lo menos algunas pocas cosas del menor… aunque, ¿no era que iba a alejarse?
- no en realidad, recién acabo de comenzar hace un par de días… - respondió mientras terminaba de colocar la espada japonesa en una caja especial…
- oh… es poco común ver a chicos como tú trabajando a temprana edad, pero habla bien de ti, significa que debes tener cosas por las que luchar…
- mis padres dicen que no lo necesito, pero les dio gusto también que decidiera comenzar a trabajar… - Jaejoong ya estaba haciendo la nota de la compra, cuando esa conversación le pareció tomaba un rumbo positivo… era simplemente que le agradaba intercambiar palabras con ese hombre… - ¿usted en dónde trabaja?... – quiso saber, y esperó que al hombre no le incomodara su cuestionamiento o le pareciera que se metía donde no debía…
- justo frente a la Tienda… - el moreno señaló a través de la ventana el rascacielos de la Clínica… y por primera vez en mucho tiempo, sintió realmente orgullo de decir que trabajaba en una de las Clínicas más prestigiadas de Seúl…
- ¿es usted Doctor?... – el menor no pudo evitar la sorpresa matizada en su tono de voz…
- eh… sí… ¿eso es malo para ti?... – algo nervioso, el moreno se apresuró en cuestionar… y es que él se había sentido de un momento a otro con ese deseo juvenil de “presumir” su excelente puesto laboral…
- eh… no, no, nada de eso… - aclaró avergonzado, sintiendo cómo sus mejillas ardían un poco más… - al contrario, creo que la medicina es una profesión muy respetable y digna de grandes personas, se preocupan por la salud de los demás y eso es… no sé, extraordinario…
- tú ya sabes qué quieres estudiar como profesión… - ya su paquete estaba listo y se disponía a pagar, pero no quería perder oportunidad de saber más de Jaejoong…
- no estoy del todo seguro, me gusta la cocina mucho… - respondió, todavía avergonzado, pero también muy cómodo de estar conversando con Yunho… era un hombre maduro realmente muy interesante y además amable… y apuesto, muy apuesto… ante su último pensamiento se sonrojó como termostato…
- serías un chef excelente entonces… - el moreno le entregó el pago en efectivo, aunque aquello significaba que su conversación tendría que darse por terminada… - bueno, fue un gusto comprar aquí, quién sabe, tal vez vuelva otro día… - era claro, solo un pretexto para volverle a ver… y eso lo sabía, solo que en esos momentos realmente no tenía intenciones de discutir con su mente…
- gracias… será un gusto atenderle de nuevo, Yunho hyung… - con una sonrisa, el pelioscuro despidió al mayor… y sin duda esperaba que volviera pronto… sería bueno verle de nuevo…
*****
Mansión Jung…
Hacía casi una semana que Yunho había estado en aquélla Tienda de Antigüedades, y desde entonces cada tanto se la pasaba pensando en Jaejoong, en su natural atractivo físico… en sus carnosos labios rojos… y cada que aquello pasaba por su mente, no podía evitar la sonrisa boba que se curvaba en sus labios, ni el brillo único que bailaba en sus pupilas chocolate, ni mucho menos los latidos poco más apresurados de su corazón…
Presentía, que se estaba enamorando…
¡De un adolescente de 17 años!
- mierda… - bufó por lo bajo, habiéndose olvidado por completo que se encontraba de visita en casa de sus padres… y que justo a la hora de la comida, todos estaban presentes y le observaban… no que fuera un bicho raro… era que siempre parecía causar especial interés en sus padres y hermanos verle tratando de comprenderle…
- puede tu madre saber qué es lo que te ha molestado que has casi maldecido, querido… - la Sra. Jung preguntó, pero dedicándole esa sonrisa comprensiva y un tanto curiosa que le dejaba en claro al moreno que quería saber con detalle lo que le tenía de aquella manera…
- nada en particular, mamá… - trató de evadir… pero incluso pudo notar la mirada de Kyung Ho, su hermano de 25 años, que trataba de pasar a través de sus ojos y leer sus pensamientos… Kyung Ho era un poco… especial, con todo y que no era psicólogo ni mucho menos, todo el tiempo daba la impresión de estar analizándote… y eso le ponía de los nervios, porque por más que intentara ser indiferente, su familia le conocía más de lo que quería aceptar…
- hermano, por la forma en que te habías quedado como idiota en tu mundo, es claro que conociste a alguien que te movió el tapete… - su hermana, Eun Hye, la menor de los tres hermanos de 20 años de edad, dijo aquello con ese rintintin que le anunciaba al Dr. que su hermana y madre no le dejarían en paz…
- en primera, no deberías de decir las cosas de esa manera, no que muy niña fresa… - el moreno se burló un poco, aunque su expresión no dijera demasiado, apenas una leve sonrisa en sus labios…
- te estás haciendo aburrido hermano… - se limitó a decir la bella chica, mientras apoyaba su mentón en la palma de su mano, su codo descansando en la mesa, esa mirada acusadora y pícara que le dedicaba al moreno le pusieron ciertamente nervioso… - cuál es su nombre… - quiso saber, porque estaba segura, como que era una Jung, de que su hermano finalmente había conocido a alguien capaz incluso de enamorarle, no solo de emocionarle por atracción física, no… sea quien sea, estaba revolucionando incluso el esquema tan rígido y serio de su hermano mayor…
- deja de molestar y dedícate a estudiar… - Yunho prefirió entonces cambiar de tema, comenzando a hacer preguntas a su madre y a su padre que en nada alejaron la curiosidad de su hermana, quien sin embargo le dejó tranquilo… por el momento…
En tanto que su madre, conociéndole también, estaba segura de que quien fuera capaz de entrar en el corazón de su querido Yunho, merecía cuando mínimo, una invitación a su casa en una fecha espera, no muy lejana… como que se llamaba que conseguiría tarde o temprano (espera más temprano que tarde) que su hijo le revele el nombre de la afortunada…
Por supuesto, por la mente de la respetable Sra. Jung no pasaba en absoluto, la posibilidad de que a su hijo le gustase… otro hombre… más específicamente, un adolescente de apenas 17 años…
Su padre… el Sr. Jung era casi un tema aparte…
*****
Jaejoong se encontraba algo inquieto y para qué negarlo… estaba ansioso, hacía días que no veía al Dr. Jung pasar por la Tienda… claro, no era como si tuviera motivo para volver… ya había adquirido la katana, lo que tal vez había sido su único interés… entonces, porqué su corazón latía tan rápido cada que lo pensaba, cada que se decía a sí mismo, que tal vez… tal vez esa tarde pasaría por lo menos a saludar…
- no puede ser que me guste… que en verdad me guste… - el pelioscuro trató de convencerse mientras negaba con la cabeza y se concentraba, o hacía el intento, en aquél catálogo de lujosas playas en Corea… - como si estuviera interesado en viajar… - sonrió al darse cuenta de lo que estaba haciendo… es más, si lo pensaba, no recordaba de dónde había salido ese catálogo… - tal vez la Sra. Sun Ah lo dejó esta mañana…
La melodía armónica de la campana colgada en la entrada atrajo su atención, volteó de inmediato esperando encontrarse con aquella figura masculina que le robaba el aliento aún cuando hacía el esfuerzo por convencerse a sí mismo de que aquello no era atracción…
Pero el hombre que acabara de entrar en la Tienda no era su Yunho hyung… por el contrario, era un sujeto de apariencia desaliñada rayando en lo sucio que le dio cierta sensación de incomodidad… sobre todo cuando aquellos ojos repararon en su persona, recorriéndole sin tapujo alguno de pies a cabeza, deteniéndose al final en su rostro…
- perfecto como el de un Dios… - escuchó murmurar al hombre aquél… y retrocedió inconscientemente topando con el filo del mostrador al primer paso que el hombre dio hacia él… - no tienes porqué temerme, Jaejoong… - el pelioscuro abrió los ojos con sorpresa… ¿de dónde le conocía ese hombre?... – no voy a hacerte daño… - pero aquélla sonrisa siniestra que cruzó esos labios delgados solo hizo que el corazón del pelioscuro latiera con furia… y no, nada tenía que ver con la emoción que Yunho le inspiraba…
El sonido de la campana volvió a escucharse… y Jaejoong casi se lanzó a los brazos del Dr. Jung cuando le vio aparecer por la puerta… se sentía aliviado, y de algún modo seguro… aunque no tenía ni idea de si en dado caso que el hombre ahí presente intentase algo con él, Yunho le fuera a defender…
- buenas… tardes… - el moreno saludó… pero al ver la escena, con ese Jaejoong casi pegado al mostrador, y ese hombre de unos 40 y tantos con apariencia más bien desaliñada que miraba descaradamente al menor, el ambiente se tornó tenso, y por alguna razón, sintió su sangre hervir, sintió un calor quemante apoderarse de cada uno de sus sentidos y un ilógico enojo recorrerle cada fibra de su ser… no podía explicar aquella reacción con una palabra adecuada… pero se le venía a la mente una en particular… celos…
- buenas tardes… - la voz del menor fue más un suspiro que hizo sentir al moreno algo mareado… ¡Dios! Porqué parecía que podía fascinarle cada mínimo detalle del pelioscuro…
Mientras las miradas de Jaejoong y Yunho se conectaban, el hombre salió sin decir una sola palabra más… su ausencia solo se hizo evidente cuando moreno y pelioscuro escucharon de nueva cuenta el sonido de la campana al cerrarse la puerta…
Y luego el silencio… de ésos que no puedes decir con claridad si te resultan cómodos o lo contrario, de ésos que te obligan a evadir la mirada pero que a la vez hace que busques una furtiva que te deje perderte de nueva cuenta en aquellas pupilas de las que te has prendado sin haberte dado cuenta del momento exacto en que su brillo y profundidad resultaron imprescindibles para levantarte cada día…
Y es que no podían negarlo… había una atracción muy fuerte que les unía, que les hacía no dejar de pensar en el otro prácticamente desde que se conocieran… que les hace desear lo que antes de la llegada del otro no era más que cosa trivial o sin sentido…
Si era amor o no, tal vez sería cosa del tiempo descubrir… ellos solo podían saber en ese momento, que necesitaban acercarse… aunque hubiera ataduras que remolinaban los pensamientos de Yunho… lo querían…
Y los pretextos probablemente comenzaran a sobrar… o se vieran en la necesidad de inventarlos… lo que fuera, por un segundo más de esas miradas furtivas algo nerviosas y tímidas por parte de ambos… lo que sea por una más de esas sonrisas ansiosas y esas palabras confiadas casi como si se tratara de viejos conocidos…
*****
Habían olvidado ya el peculiar encuentro con aquél hombre al que Jaejoong no ha vuelto a ver… y del que Yunho casi ha preferido eliminar de sus recuerdos por el simple hecho de que no le había gustado en absoluto la manera en que miraba al menor… y habían pasado también ya varias semanas desde que las visitas del Dr. Jung a la Tienda de Antigüedades fueran cotidianas y en las que siempre conversaran unos minutos antes de que el moreno se diera cuenta de que ya era demasiado el tiempo que llevaba ahí y que más de algún cliente les miraba algo confundidos, curiosos, e incluso molestos, al verles tan confiados charlando cual de un par de novios se tratara…
Y no… no era que estuviesen de manita sudada o regalándose besos… pero esas miradas brillantes y las sonrisas tímidas que se entregaban era para los demás más que claras de la obvia atracción que existía entre esos dos chicos, aunque también saltara a la vista que el moreno era mayor que el chico de tez blanca…
- ya… será mejor que me vaya… - algo incómodo por la mirada de aquella anciana que acabara de entrar a la Tienda, el Dr. Jung se revuelve el cabello con marcado nerviosismo… no podía entender porqué a pesar de que llevan días y días conversando por minutos y conociendo un poco más de Jaejoong, todavía le pone de aquella manera cuando alguien más les observa… es decir ¡solo charlan!...
- sí… - el menor no podía evitar que su sonrisa se apagara un poco cada que el moreno se despedía… y se descubría a sí mismo deseando que sus visitas duraran más… mucho más que como, irónicamente, vulgarmente se llaman a las “visitas de doctor”… y es que quería sí, pasar más tiempo con él… quería conocerle más, esos puntos secretos que solo grandes amigos se confiesan… sus puntos oscuros incluso, quería conocer todo de él… - debes tener cosas importantes que hacer, Yunho hyung…
- no es tanto eso, pero estás trabajando, Jaejoong… - el moreno sonrió… sintiendo ese calorcito ya no tan novedoso que se le instalaba en el estómago cada que veía en el menor aquél ligero carmesí apareciendo en sus mejillas… - ser responsables es muy importante para cualquier persona que se jacte de gustar de su trabajo, y eso me has dicho, ¿no? Que amas esto… - su vista recorriendo rápidamente la Tienda…
- me gustaría pasar más tiempo contigo… - tarde se cubrió el pelioscuro la boca con la mano… y por supuesto, el sonrojo se había extendido por todo su rostro… - yo no… yo… - y para su mala suerte, terminaba tartamudeando, como el adolescente enamorado en que se había convertido por culpa de ese hombre frente a él que ahora solo le sonríe…
- salgamos entonces, Jaejoong… salgamos a algún lado juntos… - sonríe el moreno… aunque ni él mismo entienda cómo es que se ha atrevido a pedirle tal cosa… es que no, ¡No puede! ¡No es correcto! No lo es, porque ha captado la intención con que ha pedido tal cosa… porque está pensando…
En una cita con Jaejoong…
- en verdad me gustaría, Yunho hyung… - el pelioscuro murmuró, rezando porque el moreno no escuche los furiosos latidos de su corazón, sí, definitivamente enamorado…
- puede atenderme, jovencito… - la anciana, algo hastiada de ese tórrido romance masculino, llamó con voz chillona y algo molesta…
- en seguida, Señora… - sonriéndole una vez más a Yunho, el pelioscuro caminó hacia la anciana para atenderla…
Mientras que el Dr. Jung se quedaba parado en su lugar con una enorme sonrisa en sus labios… sí, tendría una cita con Jaejoong…
- te veo luego para ponernos de acuerdo, ¿está bien?... – dijo el moreno al caminar hacia la salida, mirando con profundidad al pelioscuro, que algo avergonzado, solo atinó a asentir y saltar mentalmente de alegría al verle partir…
Tendría una cita con el Dr. Jung Yunho…
*****
Una primer cita que ninguno había mencionado como tal, pero para la que ambos se habían arreglado especialmente y esperado con la ansia propia de una pareja de novios… de un par de chicos cortejándose tal vez sería más apropiado…
Aunque solo se hubiese tratado de una salida al Museo (Yunho pensó que era buena idea dado que a Jaejoong le encanta todo eso de las artes) en la que las conversaciones habían girado en torno a cada una de las pinturas y esculturas en exposición… pero le agradaba, le agradaba ver ese brillo emocionado en ojos del menor al hablarle detenidamente de cada una de las que conocía, y de cómo parecía tomar nota mental de las que le resultaban novedosas…
- en verdad te gusta todo esto ¿verdad?... – le preguntó de pronto, sonriendo apenas suavemente…
- sí… - bajó la mirada y se mordió el labio… - ¿te resulta aburrido?...
- para nada… - sin querer, una de sus manos fue a parar al hombro del pelioscuro y la otra a su mentón levantándoselo para que sus miradas toparan de nuevo… - me parece una característica de tu personalidad muy interesante… - y de nuevo sintió esa atracción por esos labios rojos que le invitaban a pecar… a pecar perdiéndose en la sensación de gloria que imagina debe causar probarlos…
Jaejoong entonces se dio cuenta de esa mirada que Yunho le dirigía, y que no era la primera vez que se encontraba perdiéndose en su rostro, seguro de que no son sus ojos los que perturba el brillo chocolate de las pupilas del moreno… es conciente, de que le mira a los labios, de que su respiración se agita y de que, una vez más, se separa apartando la mirada impidiéndole ver en ella lo que se esconde detrás de esa atracción que claramente siente por él…
Y quisiera atreverse a preguntar o dar el primer paso, pero teme lo que el mayor pueda pensar de él, si quizá le vea como un chico fácil o algo por el estilo… pero la verdad era que él también se descubría a sí mismo pensándole demasiado y deseando probar sus labios…
Sentir uno de sus besos y morir entre sus brazos desfalleciendo de amor abrazado a su cuerpo…
Piensa y se drena el cerebro tratando de encontrar la forma de hacerle bien que están bien… que a pesar de que comprende lo difícil que puede ser algo entre los dos por la marcada diferencia de edades, él está ahí sintiendo ese mismo deseo de besarse y tal vez de llegar a mucho más… de que no le parece tan loco ni descabellado tener incluso una relación formal…
De que no le importa lo que la gente diga o deje de decir, le gusta… ¡Dios! Le gusta tanto que puede asegurar que está enamorado… enamorado hasta ese nivel que puede ser llamado amor… y que aunque él pueda solo sentir atracción por su persona, está dispuesto a todo por conquistarle… por ganarse ése lugar en su corazón resguardado para el amor…
Un amor que en definitiva quiere compartir…
Porque comienza a doler en su pecho cada que le mira con esa intensidad y se pierde en sus labios sin llegar nunca a tocarlos ni rozarlos siquiera… que comienza a ser asfixiante la soledad en que se siente cuando Yunho no está cerca… que comienza a ser imprescindible su presencia cada día para charlar aunque sea unos minutos… que irse a dormir pensando en él le arrebata el sueño o le transporta a un mundo de ilusiones y fantasmas que comienzan a asustar su alma…
Porque eso… también es amor…
- ¿Jae?... – el moreno le sacude un poco visto que llevaba rato hablándole pero el menor se había ensimismado en sus pensamientos…
- ¿eh?... – el pelioscuro atiende enfocando apenas su vista en el moreno… casi como si acabara de despertar, pero todavía se encuentran en aquella Sala del Museo, rodeado de pinturas de artistas importantes…
- ¿estás bien?... – casi por instinto profesional, el moreno lleva su mano a la frente del menor, corroborando su temperatura corporal, como revisa su pulso sosteniendo su muñeca y mirando su reloj de pulsera…
- estoy bien, Yunho hyung, solo… me distraje… - sus mejillas se encienden de nuevo en carmesí, sonrojo evidente que resalta en su pálida piel…
Yunho levanta la mirada y siente cosquillas en el estómago al verle de aquella manera… era como un ángel… un ángel de grandes ojos negros al que le han cortado las alas y ha caído del cielo… quizá un ángel para él…
- realmente me gustas, Yunho hyung… - murmura el menor… el moreno abre los ojos desmesuradamente preguntándose mentalmente si es que habrá escuchado bien… el pelioscuro siente que el corazón casi se le saldrá por la garganta, se siente morir de vergüenza por haberlo dicho en voz alta cuando era solo un pensamiento… pero esa vez, no evade la mirada… espera… espera por la reacción del mayor… por su respuesta…
- no es correcto, eres casi un niño para mí, Jaejoong… - el moreno se aparta, dando un paso atrás, mirando hacia un lado y metiendo sus manos en los bolsillos…
- pero no soy un niño…
- un adolescente, al fin y al cabo soy mucho mayor que tú, Jaejoong… - el moreno le toma por los hombros y clava su mirada en la del pelioscuro… - escúchame, no vuelvas a decirlo ¿sí? Estás confundido y tal vez deslumbrado por mí, pero no es correcto, gusta de alguien de tu edad, Jaejoong, no de mí…
Más ni él mismo creía del todo en sus palabras… porque por un segundo, ése en el que los ojos negros del menor se hubieran quedado clavados en su persona, comprobándole con su intenso sonrojo que lo que había dicho había sido real, se había sentido realmente feliz… una felicidad que nunca antes experimentara, pero que en ése momento le había sabido al mejor de los manjares del mundo… le había parecido la gloria…
- no puedo, lo siento pero no puedo elegir de quién gustar, y mi corazón ya ha elegido sentir esto por ti, Yunho hyung… el hecho de que me rechaces… - su corazón estrujándose… - no quitará el hecho de que me gustes… y solo por si te interesa saberlo, la edad es lo que menos me interesa, porque en el amor eso no tiene cabida… - quiso no llorar, pero podía sentir como las lágrimas se acumulaban en sus ojos…
No quería dejar que una sola de ellas resbalara… que Yunho le viera débil y herido como solo un adolescente puede estarlo… pero el silencio del moreno y su mirada en otro lado, le hacía incluso temblar… había sido apresurado decir aquello… pero era casi como si el tiempo hubiese llevado prisa por dejarle su primera desilusión amorosa…
De pronto sintió que el mayor le tomaba la mano y tiraba de él caminando fuera del Museo hasta el parking donde el automóvil del moreno estaba estacionado. Ninguno dijo nada en el trayecto, que no fueron más de cinco minutos, pero apenas estuvieron en el estacionamiento, Yunho apoyó a Jaejoong contra la puerta de lado del copiloto, acercándose a él tanto que sus cuerpos estaban prácticamente pegados, y el rostro del moreno cerca, a escasos centímetros del pelioscuro haciendo que sus alientos chocaran y se mezclaran…
- es loco… - susurró Yunho antes de fusionar sus labios con los de Jaejoong…
Y comenzar con ese primer beso que les hizo sentir como si algo explotara en su interior… motivándolos a dejar que sus labios se sincronicen en una danza de dulces caricias que les dejó probar lentamente esos labios que tanto desearan desde hace días… quedarse con el sabor sinigual de esa persona en la que habían depositado casi sin darse cuenta, el más puro y profundo de los sentimientos… Jaejoong dejó que sus manos rodearan la cintura de Yunho, mientras que las de éste estaban, una en su costado izquierdo, la otra en su mejilla derecha, sintiendo la suavidad y tibieza de ésta… sumiéndose cada segundo más en sus labios, memorizando cada detalle en ellos… descubriendo que eran más dulces y deliciosos que las fresas, aunque tuvieran su color… y después de unos instantes, el moreno se separó apenas sin abandonar del todo su boca, rozándose entre sí y dándole solo espacio para respirar un poco… para luego volver a besarlo, esa vez con mucha más confianza y seguridad, lamiendo gentilmente los labios del pelioscuro pidiendo permiso para entrar en su boca y explorar su cavidad… el menor abrió los labios sintiendo los nervios instalándose en su vientre… pero aquello pasó a segundo plano cuando la lengua del mayor se coló en su boca encontrándose con la suya e invitándola a bailar con ella, resbalando lentamente y sin prisas, conociéndose y jugando explorando de aquélla manera sus bocas… quedándose con esa humedad casi erótica que se quedó en sus labios cuando se separaron…
- también me gustas… - la voz del moreno sonó varonil y algo exaltada… nunca había sentido en un solo beso, tantas emociones… pero esa era la realidad, Jaejoong le gustaba demasiado… si estaba bien o mal, la verdad era que en la sociedad encontraría quienes le vieran de una y otra manera… - pero sigue siendo loco el que nos gustemos, tienes 17 y yo 30…
- la edad no me interesa… - insistió el pelioscuro, mirando con sus ojos negros atisbados de determinación al moreno…
- me doy cuenta de eso… - sonrió… la mano en la mejilla del menor bajando hasta tomarle la mano y entrelazar sus dedos… - no va a ser fácil, lo entiendes, ¿verdad?...
- lo sé… - susurró y buscó otra vez los labios del mayor… - lo vale si puedo estar contigo, hyung…
Un segundo beso lleno de posibilidades…
Posibilidades de una y mil cosas, buenas, malas y peores…
Las que todavía no sabían con exactitud cómo enfrentarían, el primer paso estaba dado… sincerarse el uno con el otro… y desde ese día, Yunho le consideró su novio… sí, sonaba algo cursi, extraño y peligroso… pero se lo había pedido justo antes de que el menor bajara de su auto una vez que le llevó cerca de su casa… y Jaejoong había aceptado con una sonrisa radiante plantándole otro beso tanto más apasionado antes de bajar y despedirse agitando su mano y caminando tranquilamente esa calle que faltaba para llegar a su casa…
Ambos agradeciendo mentalmente los cristales polarizados del auto del mayor… de otro modo, cualquiera podría haber visto aquel beso que hubiera dejado un poco atontado a Yunho… el mismo que le hizo sonreír bobamente y arrancar a su propio departamento…
Preguntándose a dónde iría a parar ese noviazgo…
Si siempre habrá 13 años de separación entre los dos…
*****
Playa Jungmun, Seogwipo-si, Isla Jeju-Do…
Jung Yunho antes no había sentido aquel tipo de emoción por salir a algún lado, menos a algo parecido a vacaciones descansando todo un fin de semana lejos de la sociedad asfixiante que solo parecía prestar atención a cada uno de sus pasos… pero el hecho de saber que estaría con Jaejoong, lo cambiaba todo…
Cambiaba los tintes con que veía absolutamente todo en su vida…
- es un lugar hermoso… - emocionado, el pelioscuro caminó por toda la casa antes de quedarse quieto en la estancia, mientras que su novio se encargaba de llevar las maletas a la habitación de arriba, en donde tenía planeado Jaejoong se quedara, en tanto él ocupaba la otra disponible en la segunda planta…
- mis padres casi no la utilizan ya, antes cuando todos éramos más chicos veníamos cada año a pasar una temporada en vacaciones de verano… - Yunho alcanzó a su novio en la estancia, tomando asiento a su lado en la sala de muebles rústicos… una bella panorámica de la playa se dejaba ver a través de los grandes ventanales que corrían por todo el muro desprovisto de ladrillo alguno…
- ¿y porqué ya no vienen?... – el pelioscuro quiso saber, su mano buscando la de su novio, entrelazando sus dedos y recargando su cabeza en el hombro del moreno… el atardecer comenzaba a caer en el horizonte, el viaje había sido realmente largo…
- mh… - se encogió de hombros… - supongo que fue porque crecimos… - cada que sacaba a colación algo que tuviese que ver con la edad, recordaba que ese precioso chico sentado a su lado, y con quien saliera formalmente hace poco más de dos meses, era un adolescente de 17 años… y no podía evitar sentirse algo… raro, mal, como una persona que hace algo realmente malo… casi como un criminal… un pecador…
- sabes que me gustas tal cual eres, verdad Yunho… - el menor pudo notar en el silencio de su novio la inquietud, esa que se debía al hecho de ser bastantes años mayor que él… pero no quería, no quería dar la mínima oportunidad de que la edad se interpusiera en su amor, porque era sincero y puro, aunque la mayoría de las personas no lo pudiera entender…
- también tú me gustas tal cual eres, Jae… - sonrió luchando por no pensar otra vez en aquella disyuntiva… y es que no quería dar pie a dudas ni nada que pudiera mermar esa bonita relación que tenía con el menor…
*****
Amor Salvaje
¡Ah, qué nidada de caricias salvajes descubrí!
Guardadas en tu bosque desde el alba del mundo,
esperaban la mano que llegara a arrancarlas,
la mirada que las volcara sobre tus venas todas,
el temblor que iniciara tu espasmo y tu locura.
Vaivén en tus pupilas despertadas,
ojos que danzan al ritmo de los hombros,
larga piel en su raíz estremecida,
la ansiosa estalactita del deseo,
caracol que se incrusta en las orejas;
tus ojos súbitos, terribles. ¡Ah tus ojos!
Y locura, embeleso y más locura
*****
Sabía cuán loco era aquello, descubrir ese joven y virgen cuerpo para sus ojos y sus manos… sabía cuán loco era querer marcar cada palmo de su blanca piel y dejar sobre ella su calor y humedad… sabía eso y mucho más, pero realmente lo deseaba, mucho más allá de lo que pueda describir, porque antes de Jaejoong cualquier experiencia sexual no había sido más que necesidad burda de satisfacer sus necesidades físicas, banales y vacías, frías casi como el más crudo de los inviernos, porque nunca había sentido esta necesidad fehaciente de ver un cuerpo al desnudo, de perderse en unos ojos hasta casi leerle el alma, de sentir la correspondencia de sus suaves caricias, o de escuchar esos suspiros y gemidos que en nada parecían mera satisfacción carnal, pues llevaban mezclado en su aliento, ese tono y ese color que solo le hacían pensar en amor…
Y por ello fue que no dudó, porque no había espacio para las dudas ni los temores, porque ya solo quería eso, sentir el cuerpo de su novio contra el suyo, buscando su contacto, pidiéndole con sus grandes ojos negros que lo tomara, que lo marcara como suyo…
Que le hiciera el amor…
Porque no había caricias como las del pelioscuro que lo elevaran a tal nivel de excitación y deseo… porque era esa sensualidad tan natural y sus miradas lascivas las que le hacían perder un poco más la cordura y le instaban a no parar, a seguir sus propios deseos de ser uno con ese chico que muchos años menor que él, era el único ser sobre la tierra que había conseguido enamorarle, y hacer que descubra en la vida aquello que creyó solo era de películas cursis…
El Amor…
Y casi le pareció que bastó su primer movimiento desabrochando el primer botón de la camisa de su novio, para que Jaejoong correspondiera sin ataduras filtrando sus manos por debajo de la camisa del moreno, palpando con suaves movimientos su piel, delineando con las yemas de sus dedos los músculos que encontraba a su paso, no deteniéndose ni un momento y devolviendo cada uno de esos besos que se colaban en su boca y arremetían contra su aliento volviéndole errático y apresurado el latir de su corazón enamorado. Mientras más desordenaban esas sábanas suaves y tersas que a pesar de ello, le parecían a Yunho que estaban a años luz de tener la delicadeza de la blanca piel de su Jaejoong…
Y así fue como cayeron las primeras prendas de ambos al suelo adoquinado de la habitación de esa casa en aquél paso rural que les mantenía lejos de esa civilización a la que perteneciendo, no podía entender el amor que se tienen… tanto por la diferencia de edad entre los dos, como por el hecho de ser ambos hombres.
Hombres enamorados que no hacen más que seguir las indicaciones de sus corazones invitándoles a convertirse en los pecadores más tentados del planeta siguiendo los impulsos de sus deseos más sinceros nacidos desde sus propias almas… y es que por más que el mundo estuviese en contra, ya nada podían ni querían hacer para ir en contra de ese amor tan natural que les aprestaba a desnudarse con aquella lentitud erótica que les volcaba los sentidos…
Y cuando cada prenda se encontró en el suelo y sus cuerpos cayeron desnudos sobre las cobijas de la cama, ninguno pudo más que gemir bajo ante el roce de sus pieles y la sensación de arrebato que aquél simple contacto les ocasionaba… y Yunho comprendió que sí, que Jaejoong era un ángel que caído del cielo había llegado para cambiar el color mismo de sus días, porque ni el sol brillaba tanto como él, ni la luna era tan blanca y hermosa como su piel, ni el cielo de la noche tan oscuro como sus grandes ojos negros… se permitió pues, deslizar sus manos por cada centímetro de ése cuerpo joven y delicado que se estremecía con cada roce, sintiendo cómo se le erizaba el vello y la piel ante su contacto… ante esas casi desvergonzadas caricias que el moreno comenzó a dejar sobre su pecho… ante esas lamidas casi pervertidas que sobre los pezones del pelioscuro comenzaron a ser depositadas…
- ahh, ahh, Yunh…mhh… - los gemidos quedos que el menor trataba de controlar escapaban de sus labios rojos provocando más el deseo de su novio, invitándole casi sin querer a ser más atrevido…
A llevar sus labios ansiosos a esos montes y aprisionarlos con delicadeza, convirtiendo aquélla prisión en ligeras succiones que los hicieron erguirse completamente sonrosados y humedecidos por su saliva… quería absolutamente todo de Jaejoong, llevarlo a ése mundo incluso desconocido para él, pero que solo puede ser tocado por dos personas que amándose danzan en aquél baile de lujuria y pasión… así que no paró, siguió torturándole mientras se daba cuenta del dolor que aparecía en su entrepierna, completamente excitada clamando por atención, pero no podía, no aún…
Deslizó entonces su boca probando ahora la piel alrededor de esos pezones, yendo a la clavícula y succionando en dirección al costado con un poco de fuerza hasta dejarle la zona rojiza, esperando que más tarde aquello se convierta en un moretón que no será más que su marca… queriéndole hacer saber cuando se mire al espejo, que fue y será solo suyo…
Jaejoong no podía hacer otra cosa que gemir y jadear a ojos cerrados, porque por más que había intentado mantenerlos abiertos y observar lo que su novio hacía, le había resultado prácticamente imposible… porque las sensaciones eran infinitas y sus sentidos casi pocos para registrar y saborear cada una de ellas… y es que casi sentía que Yunho le estaba arrastrando a la locura… aún y cuando sus caricias y besos no han pasado más debajo de su cintura, pues el moreno sigue concentradísimo en sensibilizar cada palmo de la parte superior de su cuerpo, siendo que ahora se encuentra en su cuello lamiendo y besando, mientras siente sus manos acariciando sugestivamente su espalda y bajando casi furtivamente a su trasero pasando por encima de sus glúteos…
Y es la mirada de ambos la que revela el deseo mutuo de entregarse, de ser uno, de pertenecer en cuerpo y alma a la persona amada…
*****
¡Pantera que se escapa, cervatilla rendida,
la sierpe envolvente de tus brazos,
abrazo de mil lianas zarpadoras,
largo césped donde los senos nacen,
ensenada candente de los muslos,
playa con la blanca tersura de tu vientre.
Y locura, ternura y más locura.
Cadencia resonante de músicas selváticas,
tambor noctambulario suena sobre tu espalda,
la flauta imperceptible del suspiro,
largos gemidos de destrozados labios,
y el grito sempiterno tan guardado,
al fin la noche rompe en agudos pedazos.
Y locura, cadencia y más locura.
*****
- eres hermoso como las cosas más sencillas del mundo… - susurró el moreno mirándole directo a los ojos, en tanto que sus manos siguen inquietas recorriendo su cuerpo, bajando finalmente a su entrepierna…
- aahhh… - gime el pelioscuro cuando una mano de su novio rodea su erección y sube de abajo hacia arriba con lentitud… nunca nadie le había tocado, por supuesto, con 17 años apenas y el poco interés que había sentido nunca por nadie, le había hecho imposible permitir siquiera experimentar una masturbación con alguien de su edad, sea hombre o mujer… de alguna manera, siempre había querido esperar a esto…
A la persona indicada de la cual estar profundamente enamorado como para atreverse a entregarle todo de su ser…
Yunho masajea con ese ritmo lento el miembro de Jaejoong, viendo atentamente las facciones de su novio, la forma en que cierra los ojos cuando le toca la punta, la forma en que jadea cuando llega a la base y presiona solo un poco, o cómo gime algo más alto al hacer un movimiento más rápido… y sentía que su pecho explotaba en aquellas miles de sensaciones sin descripción fidedigna, por el simple hecho de saber que era el primero, que Jaejoong le amaba, y no de esa forma adolescente en que pudiera pensarse…
No… porque le conocía, podía darse cuenta día a día de que Jaejoong era un chico maduro, que se tomaba las cosas con la seriedad debida, y que lo que ellos tenían no era un juego o un pasatiempo para uno u otro, que tampoco se trataba de ese enamoramiento que suele considerarse solo como una especie de atontamiento que pasa con el curso de las semanas o los meses…
Porque sentía amor de verdad…
Ese sentimiento profundo que no puede explicar en una sola palabra y que le llena de más que emociones, sentimientos avasalladores que le alegran el alma y alimentan su corazón… no ese músculo que late por función orgánica… no… ése símbolo de romanticismo que parece regalarle un segundo más de vida con solo una de esas sonrisas casi inocentes en los sensuales labios del pelioscuro, o una de sus miradas tímidas pero con ese brillo que casi le puede cortar la respiración….
Y es que le roba el aliento con cada uno de los besos que se han dado desde el primero en aquél estacionamiento de un Museo… y mientras se lleva su aliento en cada uno de los suspiros que libera, le da a la vez un motivo más para seguir adelante…
Jaejoong arquea la espalda al sentir los labios de Yunho rodeando su erección, lanzando un gemido audible que es música para los oídos del moreno y que incentiva las succiones que sin miramiento comienza a dejar contra aquél trozo de carne caliente que se va humedeciendo con su saliva y pronto con el líquido preseminal que le deja ese sabor salado que le sabe delicioso y que sabe quedará grabado en su memoria…
Las caderas del pelioscuro se mueven inconscientemente buscando mayor contacto con aquella cálida cavidad, llegando más profundo en la boca del moreno, a tal punto que toca su garganta y produce esos eróticos sonidos húmedos que casi vuelven la escena algo salvaje… y el sudor comienza a perlarse en su piel, como en la bronceada de su novio…
Yunho sonríe mentalmente al darse cuenta de los movimientos de su novio, señal de que le está gustando lo que le está haciendo, así que sujeta con sus manos los costados de sus caderas para tener mayor soporte al momento de aumentar el ritmo de sus succiones, tragándose una y otra vez el miembro de Jaejoong, escuchando complacido esos gritos de placer, notando cómo mueve sus manos inquieto, cómo presiona las cobijas por instantes para soltarlas nuevamente y llevarlas a su cabeza, tomando con fuerza sus cabellos y tirando de ellos al tiempo en que sabe debe estar cerca de su final… pues el líquido en su extensión se hace más salado y los temblorcillos del cuerpo de su novio se lo hacen saber…
Y es unas cuantas succiones después que obtiene aquél líquido viscoso y blanco que traga sin pensarlo dos veces, sintiendo un cosquilleo agradable recorrer todo su cuerpo cuando el semen se pierde por su garganta, algunas gotas quedando en sus labios y sus comisuras, así como unas pocas en el descargado miembro de Jaejoong… más no titubea en llevar ahí su lengua y lamer con cuidado, sintiendo cómo todavía el pelioscuro tiembla ante los espasmos del éxtasis que ha alcanzado… por su causa…
Jaejoong respira trabajosamente con los labios entreabiertos en tanto disfruta de esas sensaciones placenteras que la boca de Yunho ha causado al atender de tal manera su erección… le había hecho sexo oral, pero para él había sido algo mucho más trascendente que lo que puede entenderse en esas dos simples palabras algo banales y vacías… luego de unos segundos en que la lengua del moreno se encontró lamiendo su entrepierna, le siente subir por todo su torso y pecho con delicados besos hasta alcanzar su boca y besarle con ternura, dejándole probar en el acto su propia semilla… realmente no era malo… hasta podría decir que le gustaba su sabor mezclado con la saliva y el dulzor de los labios del moreno…
- ¿te gustó?... – ni siquiera sabe porqué lo pregunta… salió de su boca antes de darse cuenta de que lo había pensado… y sonríe bobamente ante su propia actitud, es que casi le parecía que era la primera vez que estaba con alguien en la intimidad… además, solo quería asegurarse de que su novio estaba disfrutando de su entrega…
- esa pregunta es… innecesaria, Yunho… - sonríe algo más relajado, pero todavía con la temperatura alta en su cuerpo… - me ha fascinado, yo… - se sonroja y muerde su labio inferior en ése gesto sensual que tanto le gusta al moreno… - ¿puedo hacértelo a ti también?
- ¿quieres tocarme así?... – sonríe algo más, notando la temblorosa mano de su novio buscar su erección…
- sí… - murmura y encuentra su objetivo, notándole hinchado y caliente… - ¿duele mucho?... – y es que sabe, que debió esperar demasiado tiempo al atenderle antes a él…
- mmhhh… - pero Yunho solo puede gemir ronco mientras niega con la cabeza… y es que ha valido la pena tan solo por sentir esa mano algo sudada y cálida rodeando su virilidad antes de moverse algo nerviosa a lo largo de su miembro… - me gusta lo que estás haciendo, Jae… - cierra los ojos, y aún sobre el cuerpo de su novio, comienza a disfrutar de esas caricias algo inexpertas pero decididas dejadas sobre su entrepierna… - aahhh, Jae…
- recuéstate… - susurra al tiempo que le muerde el mentón…
Yunho casi en automático hace lo que se le pide, invirtiendo así la posición con su novio, quedando entonces debajo y a disposición de Jaejoong… quien temeroso de no hacerlo exactamente bien, sigue masajeando su miembro, sintiendo cómo resbala su mano más fácilmente por causa de el líquido que ya ha sudado ese trozo de carne duro y erguido…
Traga saliva involuntariamente al pensar en que ése miembro pueda ocupar su intimidad en unos minutos más… y no puede evitar darse cuenta a la vez, que por más que lo quieran evitar, aquello va a doler… cierra los ojos unos instantes y trata de concentrarse solamente en los gemidos roncos de su novio, en lo que quiere proporcionarle… placer…
Levanta la mirada y ve a ese Yunho acostado completamente entregado a sus atenciones, con los ojos cerrados, gimiendo sin parar, el rostro sudado y algunos mechones pegados a su frente… era en verdad un hombre perfecto…
Sonriendo sensual, el pelioscuro apartó su mano algo bruscamente de la virilidad de su novio, consiguiendo que éste levantara apenas un poco su cuerpo para verle algo confundido del abandono repentino de atención… pero Jaejoong se relamió los labios mientras le dedicaba una lasciva mirada y se agachaba engullendo su pene…
- aahhh… - el moreno gimió alto, viendo con un matiz de ternura y fuego a su novio succionando su erección… - aahhh, mhh, Jae, así, ahh… - llevó una de sus manos a los cabellos oscuros de su novio, enterrando sus dedos en ellos, haciendo lo posible por aguantar el placer y no caer dominado a sus atenciones…
Pero no lo consiguió, terminó acostado de nuevo en la cama, con los ojos cerrados y lanzando esos gemidos que retumbaban en las paredes de madera, arrugando con sus manos las cobijas para evitar tirar de los cabellos de su novio, pero ¡Dios! Su lengua lo estaba llevando a la gloria, la forma en que rodeaba su extensión y subía y bajaba con sensualidad al ritmo perfecto… a ése que lo arrastraba al orgasmo anunciado en el calor de su bajo vientre, en esos temblores que comenzaran a aparecer por su cuerpo y tensaran sus músculos…
- mmhhh… - hasta dejar libre ese gemido alto y ronco con que anunció su final, derramando su semilla en la boca de Jaejoong, quien gustoso y satisfecho por haberle proporcionado tal placer, la tragó con paciencia, haciendo como Yunho lo hiciera antes con él, lamiendo su miembro para limpiar cualquier rastro que quedó en ella, subiendo luego a labios del moreno y dejarle probar su propio sabor… - estuviste maravilloso…
- ¿de verdad?... – los brazos del mayor rodeando su cintura dejándole quedar sobre su cuerpo con sus pieles perladas en sudor uniéndose dejándoles sentir ese calor compartido…
- de verdad… - uniéndose en un beso algo más profundo cargado de cariño mientras dejan que sus manos vuelvan a vagar por el cuerpo del otro dejando caricias tiernas sobre esa piel…
*****
Cavernas, grutas, lagos, musgos leves;
hongos colgantes, zarzas en tu boca;
frutos ignotos, zumos descubiertos;
mieses en la alborada, sed que ya se apaga;
venas que se rebelan, sangre libertada;
yegua ululante, jinete que espolea.
Y locura, locura y más locura.
¡Ah qué nidada de caricias salvajes descubrí!
¡Y qué voces intactas en tus prístinos fondos!
¡Y qué flores que se abren al tacto de mis manos!
Salvaje mía; ¡ámame así, envuélveme en tu bruma!
¡Y bebamos del manantial de esta locura primitiva!
LUIS ZALAMEA BORDA ( Colombia, 1921 )
*****
Pasados unos minutos, Yunho vuelve a dejarle bajo su cuerpo, sus manos acariciando las caderas de su novio, dejando senderos húmedos por todo su cuerpo, delineando su figura con las yemas de sus dedos de pies a cabeza, acariciando con fervor su rostro, besando castamente sus párpados, sus mejillas, su nariz, su mentón, mordiendo suavemente sus lóbulos… besando apasionadamente su boca, perdiéndose en el sabor dulce de sus labios rojos… sus caderas rozándose constantemente con cada uno de sus movimientos consiguió que sus erecciones despertaran de nuevo…
- Yunho… - murmuró algo inquieto el pelioscuro cuando sintió un dedo de su novio rozar su pasaje…
- si no quieres… - pero vamos, lo deseaba, quería poder tomar todo de él… y sin embarga, le amaba, tanto que estaría dispuesto a limitar su intimidad a masturbarse y al sexo oral…
- si quiero… - asegura luego de un par de respiraciones profundas… - pero la verdad tengo miedo… - sincera mirando directamente a los ojos chocolate del moreno…
- está bien, podemos esperar entonces… - le besa suavemente sonriéndole con cariño…
- no… Yunho… quiero que lo hagamos ahora… quiero sentirte dentro de mí… temo pero es porque es la primera vez, porque los momentos especiales también inspiran esta clase de temor ante lo desconocido y anhelado… pero quiero Yunho…
- Te Amo… - y escucharle decir por primera vez aquéllas dos palabras con tal ternura, consiguen que Jaejoong sienta que algo explota en su interior, que diluya casi por completo el miedo a ser uno con el moreno…
- también yo… - sonríe y se aferra a su novio besándole apasionadamente… deslizando sus manos por la espalda del moreno, abriendo sus piernas exponiendo su intimidad…
Yunho le siente entregarse tan desinteresadamente y solo puede corresponder con sus mas dulces caricias, llevando su mano a la boca del pelioscuro dejando que Jaejoong humecte tres de sus dedos con su cálida saliva… luego le vuelve a besar en tanto dirige esos intrusos a su estrecha cavidad, deslizando el primero con suma delicadeza procurando todo el tiempo besarle y susurrarle al oído lo que le gusta de él… esperando distraerle lo suficiente para que no sienta tanto el inevitable dolor que le está causando al prepararle para que le reciba…
Sus gemidos incómodos mueren apenas entre sus labios fuertemente cerrados casi hiriéndoselos al mordérselos esperando que el moreno no se detenga por el dolor que le está causando… y sabe que no ha podido ocultarle nada cuando le susurra con aquella dulce voz que está bien, que no reprima ninguna sensación… que…
- estoy aquí, Jae, contigo… - y ya el pelioscuro deja que sus gemidos dolorosos salgan de sus labios y su respiración alterada deje al descubierto la incomodidad de aquélla intromisión en su intimidad…
El mayor no deja de lado sus atenciones dulces en tanto el segundo y el tercer dedo se pierden en su pasaje dilatándolo un poco más, pero no lo suficiente para evitar que duela un poco más cuando sea su erecto miembro el que se introduzca en él… así que cuando sabe que ha dilatado tanto como puede su pasaje con sus dedos, los retira y coloca apenas la punta de su miembro en su entrada, sin llegar a enterrarse ni un poco en él, solo esperando que sienta su calor, que se tranquilice lo suficiente para recibirle…
Sentir la erección del moreno contra su intimidad, rozándole suavemente le mandaba deliciosas corrientes eléctricas que dispersaban un poco toda esa incomodidad de la dilatación previa de su entrada… así que suspirando durante varios instantes, deja que esas sensaciones calmen sus sentidos antes de indicarle con un asentimiento de cabeza y un corto beso que estaba listo para lo siguiente…
Yunho entonces se desliza lentamente en su interior, empujando sus caderas con cuidado, sintiendo un dejo de culpa al ver las lágrimas gruesas desbordarse de esos preciosos ojos negros y resbalar por esas sonrojadas mejillas… y es que él no podía evitar sentir oleadas de placer en tanto su virilidad iba ocupando un poco más de espacio entre esas paredes estrechas que le presionaban tan delicioso… así que se apura en beber esas gotas de agua salada y estimular el miembro de Jaejoong buscando distraerle nuevamente de ese dolor que sabe le está causando aún y cuando solo quiere regalarle felicidad y placer…
Y aguarda una vez ha llegado al fondo, quedándose quieto mordiendo su labio y conteniendo apenas las ganas de moverse ya y obtener más de esas deliciosas sensaciones que la estrechez de su novio le deja sentir en cada fibra de su ser ahora que son uno… Jaejoong en tanto solo permanece dejándose hacer por el moreno, concentrándose más en esos masajes en su entrepierna y esos besos casi furtivos depositados en sus labios… queriendo ahuyentar la sensación punzante en su entrada que le dejaba esos resquicios de dolor e incomodidad que no le dejaban aún disfrutar en plenitud de su unión con Yunho…
Pero minutos después el dolor casi desaparece y el menor comprende que está listo, moviendo apenas sus caderas para darle a entender que puede hacer aquello que sabe su novio deseaba desde hace minutos, pues podía ver en sus ojos chocolate el brillo del deseo resplandecer… Yunho casi suspira aliviado al saber que por fin tiene luz verde para moverse, así que comienza con estocadas lentas, saliendo despacio casi en su totalidad, para volver a ingresar con la misma lentitud, esperando a que se acostumbre entonces a sus roces, a su erección invadiéndole con calma…
Y es así que van tomando lentamente un ritmo que les de placer a ambos, pues no demasiadas embestidas después Jaejoong se ha acostumbrado a su intromisión, disfrutando de ese contacto, de sus movimientos dentro y fuera, de sus gemidos roncos diciendo su nombre, de sus besos apasionados algo intermitentes, de su calor… y termina enredando sus piernas en las caderas de Yunho, pidiéndole más de esas estocadas que han alcanzando un punto en su interior que le lleva a algo parecido al paraíso y le hacen gemir de auténtico placer en tanto sus manos se cierran en la espalda del moreno abrazándole con recelo y dejando que sus torsos se toquen muy cerca, su entrepierna entonces queda atrapada entre sus cuerpos friccionándose de tal manera que solo puede detectar ya sensaciones de gozo en aquél vaivén de caderas que se vuelve algo más frenético y profundo…
Sus gemidos mutan en un concierto de sonidos naturales que inunda la habitación, las cobijas totalmente desordenadas y mojadas de sudor, las cortinas meciéndose suavemente por ese viento que circula y se filtra por las ventanas abiertas, el calor sofocante rodeando el ambiente…
Otra vez ése calor en el bajo vientre, los músculos tensos… un beso desesperado por fundirse en plenitud mientras el orgasmo les atrapa nuevamente y les hace temblar de placer… Jaejoong arquea la espalda al sentir la caliente esencia de su novio inundando su intimidad, y Yunho solo gime ronco en su oído cuando se libera y casi al instante la semilla del pelioscuro baña sus torsos…
La sensación perfecta de felicidad, de paz… de amor pleno…
Luego de que los espasmos le permiten controlar su cuerpo, el menor se deja caer en la almohada con la respiración aún laboriosa y un dejo de incomodidad en su trasero… pero más que nada contento, había hecho el amor con su novio y estaba seguro de que no habría nada en el mundo que le pudiera hacer arrepentirse de aquello… siente cómo el mayor se apoya en sus manos sobre la cama para salir de su interior, arrancándole un jadeo incómodo con su acción, pero recibiendo a cambio otro beso, tanto más calmado y dulce que los anteriores, casi como si se disculpara por el dolor que le causó sin haberlo podido evitar…
- Te Amo, Yunho… - y por vez primera el moreno agradece al destino el haber puesto a Jaejoong en su camino, aunque siga en su mente ese pensamiento que le hace sentir extraño ante la realidad de sus diferencias de edad… sabiendo que todavía tienen un largo camino por recorrer, pero que con el amor que se tienen y una lucha constante, pueden seguir adelante…
Juntos…
Y no dejar que el tiempo se les extinga antes de que una nueva etapa pueda comenzar… porque como el reloj de arena, la vida es eterna, solo va de un momento a otro variando la intensidad de nuestras experiencias…
- Te Amaré por Siempre, Jaejoong… - y esas palabras que son equivalentes a una promesa de amor…
*****
POV´S Yunho…
Una vez hace no demasiado tiempo decidí pensar en todo lo que engloba una palabra tan sencilla como el “Amor”… terminé buscando en diccionarios internacionales y esto fue lo que encontré…
“Amor: (del latín amor, -ōris) es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista. Habitualmente se interpreta como un sentimiento, relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes. Con frecuencia el término se asocia con el amor romántico. Su diversidad de usos y significados, combinada con la complejidad del sentimiento implicado en cada caso, hace que el amor sea especialmente difícil de definir de un modo consistente. Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles. Con todo, el amor interpersonal se considera sano o «verdadero» cuando es constructivo para la personalidad, para lo cual es indispensable tener una buena autoestima…”
…perdiéndome en sinfín de libros en la Biblioteca…
“La perspectiva filosófica refiere… Si la actitud del amor ha de formar parte, en algún momento, de las descripciones que siguen las tendencias de la ciencia experimental, deberá definirse de manera tal que pueda ser observada y cuantificada con cierta precisión. Spinoza dijo: «El que imagina aquello que ama afectado de alegría o tristeza, también será afectado de alegría o tristeza; y uno y otro de estos afectos será mayor o menor en el amante, según uno y otro sea mayor o menor en la cosa amada».
…navegando en la web y hasta consultando profesionales como psicólogos y sociólogos, quienes trabajan más directamente con el ser humano encontré algo más… eso a lo que llaman manifestaciones del amor… el amor a uno mismo; el amor incondicional, ése que una persona profesa sin esperar nada a cambio y que no necesariamente implica el amor hacia una pareja; el amor de familia; el amor fraternal, ése que nace de un sentimiento profundo de gratitud y que a veces llega a rayar en la línea del romanticismo, pero no siendo en absoluto iguales… porque ése… justo ese amor romántico que hace a muchas personas divagar en mundos utópicos de felicidad absoluta es el que alimenta a los enamorados y les lleva a suspirar por la vida con ojos brillantes pensando en el ser amado sobre el que se han depositado sentimientos que nacen en un punto de nuestro ser y que solemos referir a nuestro corazón…
Como si no fuese más que un músculo encargado de la función vital de hacer circular la sangre en nuestro organismo… - recuerdo con algo de sorna la incredulidad que cruzó mi mente en aquellos momentos, incluso lo molesto que estaba, porqué las personas se empecinaban en mezclar la ciencia con las más inverosímiles ocurrencias humanas abandonadas a su necesidad reminiscente de contemplar una expresión casi espiritual de algo llamado amor… - más ahora que lo siento… comprendo un poco, solo un poco todos esos escritos, todas las cosas hechas por y para el amor… la poesía, el arte, la música, la danza, la más mínima expresión de tal sentimiento…
Y recuerdo como inclusive divagué en la conceptualización que médicos como yo deben tener por entendido referente al amor, claro está, nosotros nos enfocamos más específicamente en las emociones, netas respuestas fisiológicas asociadas a estímulos del ambiente que rodea a una persona determinada… nunca verás a un médico esforzándose por ir más allá, por algo se dice que somos algo insensibles, créanme que en éste trabajo es necesario… solo que…
Ahora las cosas han cambiado un poco, lo suficiente como para que yo tenga estos debrayes mentales que comenzaron cuando Él apareció en mi vida, el causante de mis muchas distracciones, de los cambios que otros han notado en mi forma de ser, de la insistencia de mi madre por conocer a LA causante de mi mejor humor… - sonrió algo estúpidamente al pensar en esto, lo que en realidad mi madre y mi padre, incluso mis hermanos, y por supuesto el círculo en el que he crecido, dirían de saber que el causante es un hombre… un chico en realidad de apenas 17 años… ése que ha logrado incluso que me sienta poco menos que un pedófilo pues 13 años de diferencia en verdad que pesan y llegan a parecer abismales…
Y sin embargo lo acepto, porque después de todos esos conceptos y definiciones del amor, si yo he de dar la mía, si han de querer saber qué pienso o qué es para mí, ahora el amor… yo solo puedo decir…
Amor es… Kim Jaejoong…
*****
El pelioscuro sonrió ampliamente al ver a su novio esperándole como todas las tardes en aquélla esquina a una calle del Instituto, tan guapo y varonil como siempre, con esa sonrisa algo sensual y ese porte maduro que sin duda eran en parte culpables de su profundo enamoramiento por él… vio al moreno incorporarse de su postura recargado en la puerta de lado del copiloto de su auto y abrir la puerta, claro está, para permitirle subir…
- cómo ha estado tu día hoy… - y siente cómo se derrite con esas sencillas palabras que hacen que su corazón lata un poco más apresurado pues comprende que en verdad le importa, que no es solo monótona rutina ni cuestionamientos al azar…
- estupendo, aunque me he aburrido terrible en la clase de filosofía… - el pelioscuro recibió con gusto ese beso en la mejilla que atrajo ese ligero carmesí a su rostro y ése brillante resplandor en sus grandes ojos negros…
- mh, sí, a veces es aburrido, pero no te preocupes, la tortura durará solo unos meses más hasta que te gradúes… - una vez que su novio tomó lugar en el asiento, cerró la puerta y rodeó el auto para subir de su lado… - ¿quieres ir a comer a algún lado?... – cuestionó encendiendo el auto…
- vamos a mi casa, quiero presentarte con mis padres…
Sus palabras habían golpeado cual tornado del más alto nivel, la mente del Dr. Jung, porque de alguna forma sabía que una vez que Jaejoong quisiera presentarle con sus padres, querría también conocer a los suyos…
Y él no podía, no estaba preparado aún para tal prueba, le amaba sí, no quería dar cabida a duda alguna al respecto, era solo que…
El reloj de arena había girado y comenzado de nuevo el devenir de su tiempo…
Continuará……
amo este fic y este blog dios espeor la continuacion que pasara ahora
ResponderEliminardioses o_o kiero seguir leyendo.. pero no hay mas T_T... mori con esa cursi frase de "amor es ... kim jaejoong"... por lo qu mas kieras sigue escribiendo con tus maaravillosas manos *O*!!
ResponderEliminarEste fic ya lo había leído en Lala me fascinan todos tus fic's son muy muy buenos en verdad que yo te e seguido en todos los que hay en lala bueno no e leído todos los YooSu pero si me fascinan todos los YunJae's que has hecho, dÉjame felicitarte por el buen trabajo que has hecho, ahora ya se en donde comentarte hehehe EN VERDAD TE FELICITOOOOOOO!!!
ResponderEliminarComo cosa rara, desde que encontre este block, estoy más que encantada con todo lo que leo...
ResponderEliminarjejej este fic también me ha encando....
Ohhh ahora que se le espera a yunho???
QUe reacción tenddran los padres de Jae al ver a su novio??? que es mayor 13 años!!!!
Ojala y todo salga bien... aunque lo veo mu dificil con la familia de Yunnie... U_U
Puchaaa! La familia de yunho siempre tan conservadora :C
ResponderEliminarOjala todo salga bien quiero saber lo que sigue
Yunjae *-* mi pareja favorita ♥_♥
Porque son tan lindos??
ResponderEliminarAmor es Kim Jaejoong me mata
Tan concervadora la familia de Yunnie que da rabia >.<