Shot YooSu besho *O*

Este YooSu nació por la mañana, previo a una crisis por falta de YooSu besho y lemonoso u.u en fin, que eso no les interesa xD se los dejo, según yo está muy amoroso, no salió mi lado pervert xD pero, a pesar de que se que el mundo no es color rosa, creo que justamente por eso hace falta poner un poco más de amor *-* es mi opinión *3*

Título: Para Seguirte Amando
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: PG-13
Advertencia: Lime

**PARA SEGUIRTE AMANDO**

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Yoochun y Junsu eran novios desde hace mucho tiempo… no podrían decir que al principio todo fue miel sobre hojuelas o que su relación estaba rodeada de alegrías y sonrisas… no, no vivían en un mundo color de rosa pero definitivamente el amor lo podía todo… porque había sido justamente ese sentimiento mutuo tan profundo como el océano o infinito como el universo, el que les impulsaba y les mantenía en pie… lo que les motivaba a no dejarse vencer y encontrar siempre el segundo justo para sonreírse y besarse suave y lento, y convencerse sin necesidad de elaboradas palabras o grandes momentos románticos de que sí… de que el amor sigue ahí y es suficiente para seguir adelante…

Para dormir otra noche abrazado al otro y soñar…

Soñar con que el siguiente amanecer será diferente y estará lleno de sorpresas como de rutinas…

Pero que al final, estar juntos de nuevo será la única cosa que no cambie aunque incluso a veces duela o les haga llorar porque el resto del mundo no pueda comprenderlo… aunque a veces sea demasiado el peso de la sociedad que la angustia les corroa lentamente a punto de hacerles tirar la toalla y rendirse… aunque a veces sí, estén ahí esos pensamientos acerca de un rompimiento por el bien de los dos que al final del día les hace darse cuenta de lo equivocados que estarían porque no… no hay bienestar para ellos sino es a lado del otro entregándose ese amor que en ocasiones haya que ocultar porque todavía están ahí los rumores y los comentarios hirientes que solo buscan encontrar el lado negativo o aberrante de un amor entre dos chicos que por el solo hecho de tener el mismo sexo son condenados al tener aquel bello sentimiento por el otro.


*****

Amanecí otra vez Entre tus brazos
Y desperté llorando de alegría
Me cobijé la cara con tus manos
Para seguirte amando todavía

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La habitación aún estaba sumida en la casi total oscuridad de la noche, el alto ventanal del balcón cubierto por cortinas ligeras que permitían la entrada de esos rayos de luna que bañaban con su encanto romántico aquel espacio, una cama amplia en la que descansan dos jóvenes cubiertos apenas por aquellas revueltas sábanas que guardan el calor de sus cuerpos en aquella fresca noche de verano.

Piernas entrelazadas, brazos sujetos al cuerpo del otro, respiraciones pausadas y un sueño ligero libre de preocupaciones… esa noche, habían hecho el amor y diluido de nueva cuenta otro gramo de las tensiones y el estrés propio no solo de sus profesiones, sino también de esa sociedad cerrada que… bueno… no tiene caso recordarlo.

Yoochun fue el primero en despertar, aún estaba oscurecido, pero en cosa de minutos el sol se levantaría en el horizonte y él admiraría de nueva cuenta esos pucheros de su Junsu reacio a abandonar el calor y la suavidad de su “nido de amor”, como solía llamarle con aquella sonrisa tierna y esas mejillas rosadas que pintaban su rostro de inocencia y candidez.

El chico de cabellos azabaches se movió apenas un poco para sacar su mano de debajo del cuello de su novio y llevarla al rostro adormilado apartando esos mechones pelirrojos que caen sobre su frente, viéndole removerse apenas entre sueños por su toque, sonriendo ante esa nariz respingada que forma un mohín como si renegara del vano intento por sacarle del mundo de Morfeo.

- Te Amo, Junsu ah… - susurra aquellas palabras con infinito cariño, sonriendo y notando las manos de su novio aferrarse otro poquito a su cintura mientras se pega más a su cuerpo y siente la desnudez bajo las sábanas algo más tibia y suave…

- Chunnie… - le escucha murmurar entre sueños esbozando esa cálida sonrisa que le hace sentir más enamorado a ser posible… y es entonces el pelirrojo quien comienza a despertar, agitando suavemente sus claras pestañas castañas dejando poco a poco al descubierto sus nítidas pupilas chocolate…

Y Yoochun se siente inmensamente feliz, porque no hay imagen más hermosa que aquella revelada ante sus ojos… Junsu bosteza y sonriendo igual de contento al despertar a lado de su novio le abraza haciéndose un ovillo contra su cuerpo haciéndole saber de aquel modo que no quiere que amanezca… que esperaría poder congelar en el tiempo aquel momento exacto y permanecer así por siempre…

El pelinegro le tumba sobre la cama y colocándose apenas de medio lado sobre el cuerpo del pelirrojo le besa las mejillas con suma dulzura antes de tomar sus manos y cubrir su propio rostro con ellas, guardando para sí su textura y su calor, la suavidad de su piel. El pelirrojo sonríe y sus mejillas toman ese brillo carmín que viene cuando siente todo ese amor por parte de su novio y la ternura y la dulzura le hacen sentir casi como cristal frágil tratado con todo el cuidado del mundo como si fuese a romperse… Yoochun explota de alegría y felicidad casi sin que haya motivo aparente… pero es que el solo hecho de tenerle ahí, de saber que es Junsu el que duerme cada noche a su lado le es suficiente… y derrama esa lágrima silenciosa que se lleva consigo un sinfín de emociones que se encuentran albergadas en el interior del pelinegro, y el pelirrojo sonríe sabiendo que esa gota de agua salada no es de dolor o tristeza… y quiere ser capaz de estar ahí para cobijarle siempre y ver más de esas lágrimas producto del amor y la felicidad…

*****

Despertaste tú, casi dormida
Tú me querías decir no sé qué cosa
Pero callé tu boca con mis besos
Y así pasaron muchas, muchas horas

*****

- Chun… - el pelirrojo apenas dice cuando ya su novio se aparta del escondite que había construido con sus propias manos acercándose para besarle y callarle de aquel dulce modo…

Entonces el pelinegro entrelaza sus manos y se recuesta un poco más sobre el pelirrojo besándole una y otra vez con la misma tranquilidad, casi como si el día no fuera a comenzar nunca y ellos tuvieran todo el tiempo del mundo para amarse así, sin prisas, sin preocupaciones, sin otra cosa que el amor correspondido y los anhelos de dulzura infinita.

Junsu se deja hacer y se entrega… así sin más porque hace mucho aprendió que Yoochun no podía más que amarle sin medidas aún y cuando al principio de la relación hubo miedos y la primera vez de los dos estuvo más plagada de angustia y perdida un poco en licor. Sonríe contra los labios de su novio y soltando una de sus manos la lleva a la espalda del pelinegro acariciándole con cariño y acercándole también otro poco… quiere sentirle cerca, tan cerca que de nuevo el calor de los dos se funda en uno solo, y quiere hacer de cuenta que sí, que el tiempo se ha congelado y tienen ese momento eterno para ellos sin que importe más nada.

Yoochun se aparta apenas de sus rosados labios gruesos vagando los propios por las tibias mejillas del pelirrojo, sonriendo contra la piel que encuentra a su paso mientras suspira y siente que desfallecerá de amor al sentir aquellas caricias en su espalda y notar también que poco ayuda con el deseo de amarse el ir desnudos bajo las mantas que casi parecen entender el anhelo de sus huéspedes apartándose de a poco y dejando paso libre al roce de sus cuerpos desnudos provocándoles ese calor abnegado que les insta a entregarse más besos y despierta con calma esas otras caricias más confiadas que exploran sin pudor cada recoveco del cuerpo del otro.

*****

Cuando llegó la noche y apareció la luna
Y entró por tu ventana,
Qué cosa tan bonita
Cuando la luz del cielo iluminó tu cara

*****

Y es así que el día pasa sin que ellos pudieran haber hecho demasiado por evitar lo que esa mañana comenzaron entre sonrisas y cariño como caricias y ternura… poco les importó cuando el reloj en la mesita de noche marcó la hora y sonó con ese timbre que la mano del pelinegro no tardó en callar antes de volver a labios del pelirrojo mientras se abrazan y ruedan sobre la cama volviendo a enredarse entre las sábanas y sonriendo solo porque sí… porque es demasiado perfecto ese instante como para abandonarle… y no necesitan mediar palabras para saber que ese día…

Ese día solo se dispondrán a amarse…

Que dejaran que el tiempo siga su curso y la gente se pregunte una y mil cosas cuando ellos no lleguen al trabajo y sus compañeros y amigos se encuentren con la imposibilidad de comunicarse porque han apagado sus móviles y desconectado la línea telefónica…

Y es así que el día transcurre entre besos y caricias… entre esa ducha de agua tibia que compartieron apenas hicieran el amor a primera hora del día con los rayos del sol bañando la habitación mientras danzan y sus caderas se fusionan en un ritmo candente de placer. Entre ese desayuno que preparan juntos sin importar que lleven solo un bóxer porque la mañana es cálida y saben que no tardarán en buscar de nuevo el contacto de sus pieles completamente al desnudo. Entre esa película romántica que ven entre sonrisas y sonrojos sentados a la estancia con ese tazón de palomitas que queda vacío incluso antes de que la película termine. Entre ese momento en el sofá colmado de besos húmedos y caricias insinuantes, entre suspiros y jadeos y ojos entrecerrados o labios inquietos que se mueven sin parar buscando marcar de su tibieza y humedad cada tramo de piel, de esas manos participativas que acompañan y palpan cada centímetro como si fuese la primera vez que pasan por ahí. Entre todos y cada uno de los detalles de una tarde casi aburrida pero que sí, les valió mucho más que lo que pudieron haber disfrutado si hubieran ido al trabajo…

Porque ahí no hay cámaras ni preguntas absurdas ni presiones ni sonrisas que forzar o alegrías que sentir a medias porque aún está ahí aquel asunto legal que no les ha dejado desde hace demasiados meses y que solo termina por ensombrecer un poco cada momento de triunfo.

Y casi se encuentran sorprendidos cuando nuevamente terminan en su habitación, entre sábanas desordenadas que se enredan entre sus cuerpos desnudos y la luz de la luna vuelve a filtrarse entre las cortinas que ondean suavemente por el aire de la noche que sopla casi como se hace un murmullo nocturno.

- hermoso… - el pelinegro susurra embelesado cuando al separarse de uno de esos tantos besos compartidos, observa con cuidado el rostro de su novio bañado por la luz de la luna…

Piel clara cubierta de plata, mejillas rojas, mirada resplandeciente y labios brillantes por la humedad depositada en ellos por sus besos…

Junsu sonríe avergonzado al sentirse observado así, cubre su rostro con sus manos y Yoochun esboza una sonrisa tierna por la actitud de su novio, toma sus manos y besa sus nudillos con suma dulzura, entrelaza sus dedos como lo hiciera esa mañana y vuelve a inclinarse capturando su boca en un beso sublime.

*****

Yo me volví a meter entré tus brazos
Tú me querías decir no sé qué cosa
Pero callé tu boca con mis besos
Y así pasaron muchas, muchas horas.

*****

- Chunnie… - le escuchó suspirar y antes de que pueda decirle más nada le besa de nuevo porque no necesita palabras… el solo sentirle así de enamorado, así de feliz, así de contento y emocionado le vale todo lo que las palabras del mundo en todos los idiomas existentes pudieran expresar…

Porque no hay en aquel momento nada tan significativo como el lenguaje de sus cuerpos danzando con ese ritmo armónico de amor y sensaciones a flor de piel que les instan a ser uno de nuevo…

Y se sumen de nuevo entre suspiros y gemidos quedos que vienen cuando las caricias y los besos son entregados con esos tintes de pasión que les envuelven en calor y sofocan otro poco sus sentidos atontándoles lentamente porque es el gozo y el cariño demasiado para reparar en pensamientos y todo se reduce a las emociones y los sentimientos, a esa sensación tan única de plenitud cuando Yoochun se encuentra dentro y son las piernas de Junsu las que le abrazan buscando más contacto y mayor profundidad… deseando alargar ese momento tanto como sea posible antes de sentir otra vez esa húmeda calidez inundar su interior y gritar juntos el nombre del otro mientras sus cuerpos tiemblan y es el alma misma la que se sacude en medio de aquel orgasmo demasiado hermoso como para no sonreír tan bobamente como lo hacen porque saben…

Que han hecho el amor y que aún hay tiempo para seguirse amando…

Yoochun se recuesta a un lado y Junsu se abraza al instante a su cintura colocando su rostro sobre el sudado y aún agitado pecho del pelinegro… besa casto ahí donde late presuroso su corazón enamorado y eleva el rostro empinándose hacia el frente para topar esos labios gruesos que le reciben con gusto y le besan con delicadeza y ternura…

Se sonríen y vuelven a cubrir sus cuerpos con las sábanas, listos para entregarse a los brazos de Morfeo y soñar con el otro porque el amor aún es grande y vasto como para reprimirle aún en aquellas horas oníricas. Se abrazan y murmuran ese buenas noches acompañado de un beso corto y dulce antes de cerrar los ojos y aguardar porque el silencio de la noche como el rítmico sonido de sus corazones latiendo al unísono les hagan rendirse al sueño.

Sabiendo que al día siguiente al amanecer será de nuevo en los brazos del otro… y que otra vez sonreirán y se besarán con cariño y se mirarán con todo ese amor incondicional que les hace seguir adelante…

Porque sí…
Tienen la eternidad para seguirse amando…


**FIN**

Canción: Amanecí Entre tus Brazos de José Alfredo Jiménez *o*