Oneshot YooSu *O*

Título: LICOR
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance


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Departamento de Park Yoochun.

- Oye Yoochun ah ¿Alguna vez en tus salidas a tomar tú te has… te has despertado a lado de alguien a quien no conoces?... – Junsu preguntó de pronto en medio de una conversación que nada había tenido que ver con el tema hasta ese momento…

- ¿Ah?... – Yoochun parpadeó contrariado por el repentino giro de la plática… - ¿Estás tratando de preguntarme si he tenido sexo con alguna chica sin conocerla?... – formuló todavía incrédulo de que su amigo le haga aquel tipo de preguntas… particularmente el castaño no es de los que van haciendo aquel tipo de interrogatorios.

Junsu simplemente asintió sintiendo que se sonrojaba de pronto y el corazón le latía con ansiedad… ésa que siente ante una respuesta que espera recibir pero al mismo tiempo no quiere saber. Tiene la sensación de que se está metiendo a un laberinto sin salida. Y eso le asusta.

- Pues no. Nunca he tenido sexo con nadie que no conozca, aunque las personas creen que por la apariencia que doy de chico coqueto y pícaro fácilmente podría ir y acostarme con cuanta chica se me ofrece, no es así… y creí que tú siendo mi amigo y conociéndome como me conoces sabrías incluso algo así… - terminó de decir con cierto tono receloso, casi dolido.

- Siento que no te conozco cuando sales a tomar, porque realmente nunca me invitas, Yoochun ah… - el castaño dijo girando el rostro para que… en realidad no sabe para qué, fue más como una reacción instintiva… a la vergüenza y la ansiedad (y cierta decepción a lo que de alguna forma ya sabía) le sumaba ahora también la tristeza ante la otra parte de la realidad…

- No te gusta tomar, Junsu ah… - argumentó a modo de defensa, consciente de que para el castaño tal vez aquella justificación no sería suficiente. Podía ver en su actitud, en la forma de evadirle la mirada, de sonrojarse al hablar de aquello, del tono de su voz algo más tímido y con cierto matiz resentido, que no terminaría ahí el tema de discusión.

- Tomemos hoy… - susurró casi sin poder creer que esas palabras salieron de su boca… pero tomando algo de confianza se aventuró a sostener aquella invitación… - Jaejoong y tú a veces toman solos en el departamento de uno u otro, tomemos juntos tú y yo hoy…

- No tomas, Junsu ah, ¿Por qué de pronto quieres hacerlo así nada más?

- Tengo ganas… - fue toda su respuesta, encogió los hombros y bajó la mirada… tenía un pensamiento en la cabeza… y no quería irse del departamento de su amigo sin intentarlo…

- ¿Por qué tienes ganas de tomar?

- ¿Tiene que haber un motivo?

- Tratándose de ti y bajo las confusas circunstancias actuales, creo que sí, me gustaría un motivo…

- Si no quieres tomar conmigo solo dímelo, Yoochun… - acorralado por las preguntas de su amigo, el castaño pensó entonces que lo mejor era huir. Se puso de pie y tomó su chaqueta del perchero en la entrada.

Park seguía sentado tratando de procesar la escasa información recibida en los últimos diez minutos.

Junsu salió y al cerrar la puerta sintió que se le debilitaron las piernas, por alguna razón le dolía el pecho y tenía ganas de llorar. Respiró profundamente e inmediatamente se apresuró hacia el parking del edificio, quería marcharse y ya. Tratar de olvidar la extraña conversación final con el pelinegro.

- ¡Junsu!... – el pelinegro gritó su nombre cuando el castaño estaba por entrar a su auto. Se detuvo en automático pero sintió un vuelco en el estómago. Todavía quería huir y al mismo tiempo quedarse. La revolución de pensamientos y sensaciones estaban por volverle loco… - vamos, hay una licorería aquí cerca, compraremos algunas cosas porque mi bar está casi vacío desde la última vez que Jaejoong vino… - el pelinegro sonrió como si nada hubiese sucedido antes y subió de lado del copiloto.

El castaño se quedó unos segundos mirando a la nada, como si estuviera asimilando el hecho de que Yoochun estaba arriba de su auto esperando por su última decisión. Soltó el aire contenido y abordó. Le temblaron las manos al encender el motor y se obligó a inhalar y exhalar un par de veces antes de iniciar el recorrido. El camino fue extraño, casi incómodo con ambos muchachos en silencio sin dirigirse la mirada. Sin saber lo que estaba pensando el otro o porqué estaban a punto de comprar vino y cerveza para tomar como si pretendiesen hacerlo hasta no saber de ellos y perder noción de todo a su alrededor. El tránsito de regreso al departamento de Park fue el mismo, silencioso y extraño.

Lo fue hasta que luego de algunas cervezas por parte de Yoochun y unas copas por parte de Junsu, el ambiente cambió de nuevo…

- ¿Por qué comenzaste a preguntar acerca de mi vida sexual?... – el pelinegro notó el rostro de su amigo encenderse de rubor…

- No sé… - susurró completamente avergonzado… pero no mentía, simplemente de pronto tuvo esa curiosidad… de pronto cuando se había quedado mirando los labios del pelinegro se había imaginado la cantidad de besos que ha dado, lo afortunadas que son las chicas que reciben la pasión que imagina es capaz de ofrecer… y la cadena de sentimientos que se sucedieron casi involuntariamente a raíz de aquello… - ¿Tienes mucha experiencia en eso?

- No lo sé… pero te puedo asegurar que no voy y tengo sexo cada que salgo a tomar, no me acuesto con cualquier chica solo porque sí, las veces que he tenido relaciones ha sido con chicas que conozco y con quienes siento que hago el amor… ha sido con parejas estables.

- ¿Ni en España?...

- ¿Qué? ¿España?... ¿Lo dices por los twits que estuvimos mandándonos?... – el castaño asintió y una verdadera risa resonó en la estancia… - no puedo creer que hayas pensado que yo era verdaderamente capaz de tener una aventura en un país al que apenas conocemos.

- Esa vez también invitaste a Jaejoong a tomar, a mí me trataste como a un niño mandándome a dormir… - el castaño espetó con tono resentido.

- ¿Sabes? No estoy entendiendo por qué insistes en eso, estamos tomando ahora juntos y veo que ya se te está subiendo, no te gusta tomar pero estas aquí… ¿Por qué no me cuentas lo que te pasa, Junsu ah? Somos amigos…

- Incluso cuando estuve con mi exnovia, sabía que era solo sexo, debía serlo si estaba pensando en otra persona cuando se suponía que solo debía tener ojos y mente para ella.

Cuando Park le escuchó se preguntó cómo es que la conversación ha girado en torno a ello el resto de la tarde, cómo es que todo oscilaba entre los reclamos por no invitarle a tomar con él y sus vidas sexuales. Junsu ya no dijo nada más y en cambio terminó su bebida de un solo trago, sonrió y sus mejillas se tiñeron claramente por el estado de alcohol que circulaba para entonces por sus venas. Se sirvió otra bebida y continuó tomando, igual que el pelinegro que destapaba otra cerveza y daba grandes tragos. No estaba seguro de qué debía decir.

- ¿Yoochun?

- ¿Mh?...

- Terminé con Ella un par de semanas después, me sentía culpable porque desde esa noche me di cuenta de que la persona en que estuve pensando no salía de mi cabeza.

- Junsu es normal, y fuiste un buen chico al ser honesto con tus nuevos sentimientos, descubriste que estabas enamorado de alguien más y terminaste una relación que sabías que ya no iba a funcionar.

- ¿Enamorado?... – el castaño le miró con los ojos abiertos de par en par… como si de pronto su cabeza estuviera procesando lo que aquella palabra significaba.

- Eso es lo que uno piensa cuando no dejas de pensar en una chica, ¿No?

Kim asintió incapaz de hablar. Sintió un nudo en la garganta y se terminó su bebida en un par de tragos, mucho más rápido de lo que debía. Estaba esperando que Yoochun le dijera algo, que le detuviera, que hiciera algo. Pero el pelinegro solo se quedó sentado en el mismo sofá a su lado en silencio, tomando de sus cervezas casi al mismo ritmo que él se tomaba una tras otra bebida hasta que se sintió lo suficientemente mareado y torpe como para que la mano le temblara mientras se sirve otro trago de una botella casi vacía.

Afuera las luces municipales alumbraban las calles, la noche había caído hace cerca de una hora en su esplendor, pero aún era joven y sin embargo Junsu sentía que no podría tomar mucho más y perdería el sentido.

No quería quedarse simplemente dormido sin haber intentado siquiera algo.
Algo de lo que pudiera arrepentirse al amanecer cuando la resaca le pasara factura.

- ¿Chun?...

- ¿Mh?

- ¿Alguna vez has besado a un hombre?... – formuló con la voz algo trabada, es que la lengua ya no le respondía con la agilidad de siempre. Culpa del licor.

- No que yo recuerde… - el pelinegro rió bobamente… - pero cuando estoy ebrio algunas cosas no las recuerdo, así que no aseguro que sí ni no…

Junsu sonrió entre aliviado y decepcionado. Pero si corría con algo de suerte, Yoochun no recordaría nada al día siguiente. Dejó el vaso sobre la mesa de centro y se acercó al pelinegro, quien se giró entre sorprendido y desorientado por el alcohol. No tuvo tiempo para nada, el castaño le estaba besando, muy torpemente en realidad, pero aún así no le apartó, le respondió tratando de indicarle a la vez un ritmo más lento, pero igual apasionado. Park lamió los labios del castaño esperando que los abriera para poder entrar con su lengua, Kim suspiró y algo más confiado se dejó llevar por la experiencia de su amigo. Sus lenguas se enredaron y resbalaron la una contra la otra con pasión, estaban intensificando el beso casi sin darse cuenta, y así, Junsu terminó sentado en las caderas de Yoochun, besándose una y otra vez habiendo perdido la noción de todo a su alrededor, las hormonas estaban despertando y el alcohol en sus venas desinhibía cualquier tipo de razón al respecto.

- ¿Yoochun?…

- ¿Mh?

- ¿Crees que yo sea bueno en la cama?

- I believe… - respondió mordisqueando el labio inferior del castaño… - con este cuerpazo que tienes… - susurró con voz ronca y sus manos se deslizaron por los costados de su amigo delineando la línea de su figura… - con éste equipo… - viajando hasta su trasero y apretándoselo sin pudor… - con la forma en que te mueves, seguro que cualquier chica será feliz compartiendo la cama contigo… - rió medio aturdido por el estado de embriaguez antes de sentir los labios del castaño sobre los suyos de nuevo.

Fue un beso diferente, Junsu parecía hambriento, le devoraba como si fuera la cosa más importante de una vida que está por abandonarle. Se sentía como si estuviera sediento pero la saliva de su boca no pudiera saciarle. Su nuca fue tomada por una mano del castaño y se percató de la ansiedad candente que emanaba de ambos cuerpos, Yoochun ha tenido sexo cuando está ebrio y es perfectamente capaz de reconocer cuando la calentura asciende a aquellos niveles. Pero en el grado de lucidez que quedaba en su cerebro embriagado, se preguntó si Junsu también sabía lo que estaba haciendo al besarle así, al dejar que su otra mano le acariciara el vientre o desabotonara su camisa.

Se preguntó por qué no le resultaba desagradable, porqué se estaba encendiendo al besarse así con uno de sus mejores amigos. Si estaba bien desear tocarle. Si estaba bien continuar.

- Junsu ah… - el pelinegro rompió el beso… aunque el castaño intentara volver a iniciarlo buscando su boca insistentemente hasta que el pelinegro le sujetó el rostro por las mejillas… - estamos ebrios y es tarde ya… vamos…

El castaño parpadeó confundido, pero se bajó del regazo del pelinegro cuando éste se movió con la intención de pararse; se dejó guiar cuando le tomó la mano y caminaron entre tropezones y tambaleos hasta la habitación del pelinegro.

- No puedes volver a tu departamento en ese estado, te prestaré un pijama… - le empujó a la cama y fue a su closet…

- ¿Vamos a dormir?...

- por supuesto…

- pero… - ¿Y los besos de antes? Eso fue lo que se preguntó el castaño pero que no dijo en voz alta… un pijama cayó en su regazo y el pelinegro se cambió ahí delante de él sin vergüenza alguna…

Yoochun se sentó del otro lado para no caer mientras se cambia porque todavía era demasiado el sentido de embriaguez como para coordinar sus movimientos. Y sin más, se acostó de su lado listo para dormir. Junsu dejó el pijama a un lado, se desvistió quedando solo en ropa interior y trepó a la cama acercándose a su amigo, tal vez no le había incentivado lo suficiente… o sus besos no fueron tan buenos como pensó. Aún así, temeroso pero con cierto grado de valentía, el castaño se aproximó al pelinegro, directo sobre sus labios dejó cortos besos…

- Junsu… - el pelinegro murmuró a ojos cerrados… no quería responder y no lo hizo, quería que el castaño se diera cuenta de que no debían continuar… pero los labios de su amigo solo cambiaron de ubicación atacando entonces su cuello, el calor de su cuerpo lo rodeó cuando se acomodó sobre él y el de sus manos tibias cuando se coló bajo la parte superior de su pijama… - detente, Junsu… - dijo pero el castaño no hizo caso, succionó un pedazo de piel sobre la clavícula y acarició más ferviente en su vientre… - ¡No!

Hasta que Park fue lo suficientemente firme como para incluso asustar a Kim, quien se incorporó mirándole con los ojos bien abiertos, respiraba alterado y llevaba las mejillas rojas, su mirada sin embargo solo reflejaba dolor.

- Estamos borrachos, Junsu; no es correcto que hagamos esto… - intentó explicarle.

- pero tú me gustas Chun…

- no sabes lo que dices…

- si sé…

- estas tomado…

- no lo estaba cuando dije que mientras tenía relaciones con mi exnovia pensaba en otra persona, tú aludiste que se trataba de una chica, pero hablaba de ti…

- no recordarás nada mañana…

- ¿No te gusta, verdad? No sé cómo me ilusioné tanto, debió ser el vino… - dijo e inmediatamente rodó a un lado, bajando luego de la cama y vistiéndose con prisas…

- Junsu, a dónde vas… - el pelinegro se levantó de nuevo al ver que su amigo salía de la habitación.

Y ambos caminaron a tropezones no solo por el estado todavía adormilado de sus cuerpos por el alcohol sino también por las prisas y la ansiedad y la repentina sensación de miedo.

- ¡Junsu!... – el pelinegro corrió para alcanzarlo antes de que saliera de su departamento, pero por el estado de ambos la situación terminó en una aparatosa caída de la cual el castaño se llevó la peor parte al caer primero con el pelinegro sobre él… - lo siento, ¿Estás bien?

El castaño sin embargo no respondió nada, se cubrió el rostro y comenzó a sollozar. Era el momento más vergonzoso de su vida, se sentía estúpido y rechazado. Y le dolía horrores la espalda por el golpe.

- Junsu ah, no llores… lo lamento… - Park se apartó e intentó apartarle las manos, consolarle de algún modo.

- ¡Déjame! No importa nada, mañana no recordaremos nada, eso dijiste así que solo déjame…

- hablemos de esto mañana, cuando estemos sobrios… - se acostó en el piso a lado del castaño, esperando a que dejara de llorar, aguardando para poder volver a la habitación, aunque está seguro de que lo más conveniente es que sea el castaño quien duerma solo en la cama.

Kim continuó sollozando por minutos, sumamente incómodo y avergonzado. Se había declarado y no le había creído. Claro que no querrá tocar el tema en adelante, y esperará a que el pelinegro no mencione nada al siguiente día.

……………………………

Despertó con un terrible dolor de cabeza, la luz le lastimaba la vista y la garganta estaba seca como su estómago con una peculiar sensación de irritabilidad. Eso debía ser la resaca.

- Buenos días, Junsu… - le saludaron desde el umbral de la puerta, volvió la mirada para encontrarse con un somnoliento Park con una charola y dos tazas de humeante café… - te vendrá bien tomar un poco… - se acercó sentándose del otro lado y depositando la charola en la mesita de noche… - pero antes tómate esta pastilla… - le pasó un vaso de agua y una pastilla que el castaño no renegó en tomarse.

Luego el silencio incómodo. Tal vez no habían estado tan ebrios como pensaron, o quizá la carga emocional había sido suficiente para que no lo olvidaran, porque ambos recuerdan perfectamente todo lo sucedido horas atrás. El vino y la cerveza, la extraña conversación y los besos, la cama y el calor, la huida y la caída.

Yoochun tomó una taza de café ofreciéndosela a un Junsu avergonzado que la aceptó sin saber qué decir o hacer en aquel momento. El pelinegro tomó la otra taza y tomó un sorbo. Había tardado en dormirse esa madrugada por estar pensando en lo sucedido. El sofá no fue un buen sitio de descanso pero al menos estuvo tranquilo cuando Junsu no se negó a quedarse a dormir.

- no voy a mentirte Junsu ah… anoche me gustó la sensación de tenerte cerca, pero no sé si es algo a lo que pueda llamar amor… - miró de soslayo al castaño, quien parecía concentrado en el humo que despide su taza de café y mantenía su mirada fija en la taza entre sus manos descansando en su regazo… - estoy confundido porque nunca me lo había planteado… la idea de gustarle a otro hombre y menos la idea de enamorarme de uno… sobre todo de ti… - el castaño apretó mas su taza y mordió su labio inferior… - siempre hemos sido amigos, siempre te he visto como uno…

- nunca hemos intentado tratarnos de otro modo… - murmuró el castaño.

- cierto…

Luego de nuevo el silencio.
Ese que deja paso a las respiraciones y al bullicio de la vida que ha comenzado en la ciudad.

- ¿No crees que sería algo extraño intentar ser más que amigos?... – Yoochun aventuró.

- ¿Cómo podríamos intentar algo así si yo no te gusto siquiera? Lo que pasó anoche fue porque estábamos ebrios, así que tal vez lo mejor sea olvidarnos de todo… - Junsu dejó su taza de café sobre la mesita de noche y se levantó…

- Nunca dije que no me gustaras…

- No creo gustarte, Yoochun, así que no intentes hacerme creer algo así…

- No intento hacerte creer nada, si quieres irte ahora sin darnos oportunidad de hablar más sobre esto no voy a detenerte Junsu; pero de ahora en adelante las cosas no van a ser las mismas entre nosotros de todas formas…

- lo sé… - el castaño sintió sus ojos aguarse… tragó hondo y se apresuró fuera del departamento del pelinegro.

Y comprendió que el arrepentimiento en situaciones como esa siempre es vano. Sin embargo estaba ahí la sensación. Lloró de nuevo cuando llegó a su departamento, y lo hizo hasta que sus ojos parecieron secos de lágrimas. Esa noche Yoochun llamó…

- ¿Sabes que es lo mejor de no haber olvidado nada de anoche? Que basta con cerrar los ojos para recordar el sabor de tus labios o el calor de tus manos, Junsu ah… de ahora en adelante como no vamos a ser los mismos, me permitiré enamorarme de ti, porque siempre me has gustado como amigo, y estoy seguro de que puedes gustarme como hombre. Este fin de año emplearé mis 12 deseos para pedir lo mismo…

La oportunidad de amarte para siempre.

Junsu durmió esa noche con aquella promesa rondando sus pensamientos y soñó, con que el mañana le pudiera recordar que no había sido un sueño. Y Yoochun se lo comprobó aquella vez cuando le besó tomándole por sorpresa pero haciéndole sentir algo más seguro y confiado mientras suenan las campanadas que anuncia el año nuevo.

De que una declaración en medio de una noche de copas pudiera resultar en un hermoso final feliz… mejor aún, el comienzo de un amor que pueda durar toda la vida.


**FIN**


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