Las cosas que empiezan en msn con Maki *u* y comparto en face xD pero terminan cm shots acá, en nuestro bello YooSu No Tengoku <3
Título: You´re
Autora: Felina
Pareja: YooSu <3
Género: Romance
Clasificación: NC-17
Advertencia: Lemon
~~You´re~~
Era una sensación extraña, y él sabía que no era lo más correcto que su
corazón demandaba desde que descubriera su orientación sexual. Park Yoochun es
ese típico hombre de negocios proveniente de una familia adinerada que no tiene
nada de lo que preocuparse salvo complacer los requerimientos de su círculo
social. Por desgracia para él, su círculo social no solo ve tan mal como el
resto de las sociedades la homosexualidad, sino que además, sus propios padres
no concebirían el hecho de que su querer estuviese posado sobre un chiquillo
que cada tanto pasa por la avenida de la mansión ejercitando bicicleta.
Pero claro, nada había
impedido tampoco que el apuesto hombre de 30 años averiguara algunas cosas acerca de ese chiquillo. El adolescente de 16
años de nombre Kim Junsu que cursa en un Instituto promedio y goza de cierta
popularidad gracias a su personalidad hiperactiva y, Park no lo duda, dulce. El
mismo chiquillo de preciosos ojos chocolate en forma de gota que le arrancan
más de una sonrisa embelesada, ése chiquillo que saluda y sonríe a toda persona
con algarabía, el que amablemente se puede detener en medio de la calle solo
para ayudar a alguna persona mayor con un bolso pesado o cualquier otra cosa.
Ese chiquillo de aura angelical que se ha robado su corazón, el que lo tiene
cautivo en una prisión invisible que será incapaz de romper y de la que
escapar.
Lucha cada día por evitar que sus ojos sigan el camino cuesta abajo en la
calle cuando le ve pasar a temprana hora, con la mirada centrada en el camino,
el vaho escapando de sus labios sobre todo en los días de invierno y otoño.
Pero es imposible, no mirarle es como negarse a admirar el amanecer, un milagro
de la naturaleza que le enamora cada vez aún cuando han cruzado siquiera un
saludo. Park admite que es un cobarde, incapaz de abordarle, quizá temeroso
también de las circunstancias, jamás podría intentar nada con él. Un ángel que
no debe ser corrompido.
- Menos por un hombre como yo que casi le dobla la edad... - se convencía cada ocasión en que los pasos le acercaban a la imponente puerta del exterior de su hogar, cuando recargado en el cofre de su auto último modelo le observaba simplemente pasar y luego emprendía el camino a la empresa para iniciar sus tediosos días de trabajo entre cuatro paredes de una oficina amplia y fría.
Junsu es de esos chicos que
llenos de energía hacen una y mil actividades durante el día para matar el tiempo y cumplir responsabilidades. Tomar un
trabajo de medio tiempo entró dentro de aquellas opciones, y ser mensajero le
ayudaba porque podía seguir ejercitando en su bicicleta y al mismo tiempo ganar
un dinero extra que pensaba ahorrar para comprarse esos gustos que no puede
exigirle a sus padres. Aquella tarde le enviaron a la Compañía Park, y por
alguna razón se sentía nervioso y ansioso, el corazón le golpeteaba demasiado
rápido en el pecho.
- Debe ser que es una compañía respetable, la familia Park es adinerada por algo... - el chico de cabellos castaños respiró profundamente antes de animarse a entrar en el imponente edificio.
Generalmente los paquetes son dejados en recepción, pero esa vez le permitieron entregarlo directamente. En el último piso, en la oficina del Director General. A Park Yoochun.
La secretaria miró el
remitente del paquete y le pidió al joven Kim que entrara para que se lo entregara personalmente al Director Park; tal como se le había indicado que
debía ser. Junsu no comprendió pero hizo caso, cuando entró en la oficina se
quedó anonadado con la elegancia y la amplitud del espacio, la pulcritud y el
silencio.
- ¿Traes algo para mí?... - la ronca voz le hizo dar un bote y respingar involuntariamente. El elegante hombre de cabellos negros apareció al girar la silla del escritorio principal, atrás, la vista maravillosa de Seúl le hizo sentir un poco de envidia.
- ¿Traes algo para mí?... - la ronca voz le hizo dar un bote y respingar involuntariamente. El elegante hombre de cabellos negros apareció al girar la silla del escritorio principal, atrás, la vista maravillosa de Seúl le hizo sentir un poco de envidia.
- Es para usted, Yoochun-sii... - el castaño se acercó cauteloso hacia el escritorio, extendiendo el paquete que lleva el nombre del Director Park pero parece importarle poco al hombre pues no hace otra cosa más que mirarle a él directa y profundamente haciéndole sentir más nervioso.
Yoochun admite que su cobardía le llevó entonces a una tonta excusa por encontrarle y tener algún tipo de acercamiento "espontáneo", enviarse un paquete a sí mismo apenas supo que Junsu obtuvo aquel empleo.
La formalidad del castaño
para dirigirse a él, incluso para mirarle, le recordó amargamente la realidad.
Él un hombre, Junsu en su carrera hacia la adultez.
Yoochun no debió permitirse siquiera este pequeño encuentro, porque su necio
corazón golpeaba tan fuerte contra su pecho que obligaría a su cuerpo a actuar
con vida propia si él no entraba en razón a tiempo.
- Gracias, puedes dejarlo sobre el escritorio y marcharte... - el pelinegro señaló con seriedad, sonriendo internamente al notar la torpeza del jovencito para seguir sus indicaciones y dar media vuelta para salir de la oficina... - Espera... - y ahí supo, que por más que luchara, jamás podría renunciar a las mínimas oportunidades por verle, escucharle... por complacerse con su mirada inocente y sus sonrisas cristalinas...
- Sí, Yoochun-sii... - el castaño volvió la mirada y sonrió amablemente. Su cuerpo sin embargo fue escudriñado lentamente por los profundos ojos negros del Director Park.
- Quédate unos minutos, alegras mi oficina con tu sola presencia y si te vas volverá a ser solo un espacio amplio y frío...
Junsu parpadeó lindamente
varias veces antes de comprender del todo la petición que el apuesto y popular
Park Yoochun acababa de hacerle. Incluso pensó
que era una tontera, que había escuchado mal o alguna cosa parecida; pero
cuando Yoochun caminó hasta él y sujetó su brazo para conducirle al sofá de la
elegante sala en el extremo de la oficina, el pulso del castaño se disparó al
mismo tiempo que se encendieron todas sus alarmas. Sobre todo, la del corazón,
porque la única razón por la que paseaba todas las mañanas en bicicleta por
aquella avenida, era la mansión Park, y el apuesto hombre en traje que siempre
estaba recargado en el cofre de su auto mirando el paisaje. Por supuesto, Junsu
no tiene idea de la verdadera motivación de Yoochun para estar ahí.
Porque tal vez, esto era cosa del destino, de sus intrincados caminos incomprensibles.
Tal vez, fueron hechos el uno para el otro, aunque haya miles de cosas que les hagan sentir inseguros, aunque todavía tengan toda una vida por crecer y saber que siempre, siempre habrán años de diferencia entre los dos.
Junsu tomó asiento todavía con la adrenalina de sus alarmas corriendo por
su cuerpo, incapaz de decir palabra alguna se preguntó si es que tenía algún
caso permanecer ahí. Yoochun tampoco volvió a decir nada, volvió a su
escritorio y tomó varias carpetas, luego volvió a la elegante sala y se sentó
justo frente al castaño comenzando entonces a revisar proyectos, balances y
todas esas cosas que le parecen últimamente demasiado aburridas. Pero ahí, con
Junsu sentado en silencio frente a él, encontró la serenidad y la motivación
para cumplir sus responsabilidades.
Un par de horas más tarde Park cerró la última carpeta que necesitaba revisar expresamente aquél día, dirigió su mirada a Junsu y se encontró con esa preciosa mirada inquieta pero brillante.
- Lo siento, por haberte hecho esperar tanto tiempo...
- ¿Puedo retirarme ya, Yoochun-sii?... - el castaño cuestionó educado, preocupado a su vez por el regaño seguro que su empleador le daría.
- Por favor, come conmigo ya que te he hecho esperar...
- No es necesario, debo irme ya... - se levantó y rápidamente salió de la oficina.
Sin saber, que apenas al día siguiente, aquella rutina se repetiría. Y lo mismo pasaría al otro día, y al otro, y al otro, y a todos los que le siguieron por cerca de dos meses; hasta que Junsu se animó en preguntarle por qué siempre terminaba sentado ahí solo para hacerle compañía, y por qué su empleador nunca le reñía por tomarse tanto tiempo para una sola entrega. Claro está, el castaño venía sospechando la verdad desde hace semanas, pero una parte de él también disfrutaba las largas horas admirando al Director Park hacer su trabajo, se le ve tan apuesto y seductor. Junsu sabe, que aquellos pensamientos son impropios para él, pero no los puede evitar.
- Porque te he contratado como mi mensajero personal... - el pelinegro le respondió entonces...
Y Junsu supo, que podrían pasar años, y él jamás se arrepentiría de ser una especie de adorno más en la oficina de Park Yoochun, porque los latidos de su corazón ya habían decidido seguir el ritmo del amor adolescente que espera madurar en una especie de amor platónico incorruptible, soñador, inocente.
Durante los días que siguieron a aquél, Junsu ya ni siquiera tomaba la hora
de su trabajo como tal. No, porque se han convertido en las peculiares “citas”
que tener con el Director Park, de hacerle compañía y sentirse especial porque
es solo él y nadie más que él, quien permanece a su lado durante toda la tarde
sin tener que preocuparse por nada más que entablar alguna que otra
conversación con el apuesto pelinegro o acercarle esta o aquella carpeta sobre
el escritorio cuando el mayor está concentrado en su trabajo y él puede
continuar admirándole.
Estaba embelesado observando nuevamente su perfil. No importa la cantidad
de veces que lo ha hecho ya en aquellos meses, cada día es como si fuera la
primera y se sorprende cada ocasión de la perfección varonil de su mandíbula,
traga hondo y se lamenta no tener esa manzana de Adán que le da ese toque tan
maduro y seductor al pelinegro. Le gusta la forma de su nariz, la amplia frente
cubierta por esos mechones de cabellos azabaches que cruzan y caen con
elegancia, los mismos que a veces imagina peinados de otras maneras y entonces
pasa minutos perdido en sus pensamientos sonriendo inconscientemente y
sonrojándose porque en cada nueva imagen que se forma, el Director Park solo le
parece más y más atractivo.
- ¿En qué piensas?... – la voz ronca pero gentil del mayor le arrancó
abruptamente de sus pensamientos, por lo que el castaño se sonrojó un poco más…
- En nada… - responde rápidamente, bajando la mirada y buscando su móvil en
el bolsillo de su pantalón. Es hora de distraerse jugando…
Yoochun sonrió de medio lado sintiéndose de pronto culpable pero
emocionado. Lo ha descubierto en todo ese tiempo conviviendo juntos. Sabe que
le gusta a Junsu, y aunque no es lo correcto por cantidad de razones, no
encuentra demasiados motivos para evitar caer rendido ante ese amor que el
adolescente le provoca.
Uno de esos días será débil y cederá a sus deseos.
Porque cada vez que sus ojos negros le miran, los rosados labios del menor
llaman poderosamente su atención y le invitan al pecado.
--//--//--//--
Diciembre. Cumpleaños 17. Una tarde fría de invierno.
Junsu se presentó a la oficina del Director Park para una entrega urgente
que le obligó a interrumpir su propia fiesta de cumpleaños en casa.
La actividad en la Compañía Park era prácticamente la misma. Junsu saludó a
todas esas personas en su camino hacia el último piso con suma alegría y buenos
deseos. Cuando entró a la oficina con paquete en mano, Yoochun se quedó sin
aliento. Junsu estaba más hermoso que nunca.
- Buenas tardes, Yoochun-sii… - saludó amablemente, nervioso y con la nariz
roja por el frío del exterior.
- Buenas tardes, Junsu ah, gracias por venir… - recobrando el habla, el
pelinegro le invitó a pasar y recibió el pequeño paquete cuadrado que el
castaño le entregó.
Junsu se quedó quieto en su sitio aguardando cualquier otra indicación por
parte del mayor. De algún modo se ha acostumbrado a quedarse siempre que va,
así que en ése momento se siente más bien inquieto y nervioso, ya le había
dicho que ese día no trabajaría pues le habían dado el día libre por su
cumpleaños. ¿Park Yoochun lo habría olvidado?
El pelinegro le dio la espalda mientras habría el paquete y trataba de
calmar los latidos de su corazón enamorado. Junsu lucía realmente como un ángel
hermoso vestido así, completamente de blanco. Y se sintió torpe mientras
encendió la pequeña vela que colocó en ese pastelillo que encargó especialmente
para el menor y que el mismo acababa de entregarle.
- Yo… - aclaró la garganta y se maldijo por no poder comportarse como el
Casanova que todo mundo pensaba que era. ¡Le temblaban las piernas!... – Feliz Cumpleaños,
Junsu ah… - sonrió y extendió el pastelillo con la vela encendida…
El joven Kim abrió la boca con gesto sorprendido, sus rasgados ojos
chocolate se abrieron pasmosamente y sus mejillas se tiñeron de vergüenza.
- Gracias, Yoochun-sii… - sonrió feliz y sus dedos se rozaron con los del
pelinegro cuando sus manos tomaron el pastelillo que el mayor no soltó. El calor
de sus mejillas avivó ante aquel contacto y apenas torpemente recordó soplar la
vela cuya llama se estremeció antes de extinguirse bajo su aliento.
Yoochun dejó el pastelillo en manos de Junsu aunque no hubiera querido
dejar de sentir la suavidad palpable de su piel. Luego el ambiente se sintió
extraño. Junsu permanecía ahí, de pie con la mirada clavada en su pastelillo y
una sonrisa avergonzada que el pelinegro grabó en sus memorias a fuego. Sin embargo,
ninguno de los dos sabía qué más hacer en adelante.
Park se pateó entonces mentalmente. Se ocupó de ese pequeño detalle pero no
pensó realmente en un regalo para el menor. Su cabeza había estado concentrado
en el joven Kim pero irónicamente no pensó en aquello. Solo había querido eso,
ganarse una sonrisa y la mirada brillante.
- Yo… bueno, me voy ya… gracias… - susurró con la voz dulce y suave.
Yoochun pensó que el tono era terciopelo acariciando su escucha… - hasta mañana…
- se despidió por inercia, porque así era desde hace semanas, cada día un
paquete nuevo para el Director Park por pequeño que fuera.
Junsu dio media vuelta con el pastelillo en la mano y una gran alegría cobijando
su corazón. Pero antes de dar tres pasos el mayor se interpuso en su camino,
sujetó su mentón, lo elevó delicadamente y topó sus labios en una dulce caricia
que encendió intensamente las mejillas del menor.
Su primer beso.
Con el hombre que ama en secreto.
Un secreto a voces.
Yoochun se alejó lentamente, los ojos chocolate de Junsu le miraron con
curiosidad y vergüenza. Él supo que finalmente había llegado el día en que se convirtiera
en pecador y cediera a la tentación de besar tan castos labios.
- Felices 17… - susurró sin saber qué más decir. Le vio suspirar y ampliar
la sonrisa.
- Gracias… - el castaño se empinó hasta alcanzar la mejilla del mayor y
dejar un tierno beso en ella. Luego salió casi corriendo de ahí con el corazón
martilleándole emocionado y feliz en el pecho.
Park Yoochun le ha besado.
--//--//--//--
Y le ha besado una y otra vez en adelante. Besos
que nacen y se dan espontáneos cuando Junsu entra a su oficina con un nuevo
paquete o cuando simplemente se ha cansado de revisar papeles y necesita esa “droga”
que espabile sus sentidos y se vuelve necesario el dulce sabor de sus labios. Han
iniciado “algo” y no quieren frenarlo ni hay ganas de arrepentirse.
Es como una relación clandestina que llena
sus días de felicidad y contentura.
Y se vuelve entonces suficiente.
Junsu se ha esmerado en verse bien esa
tarde de lunes. Hoy es cumpleaños de Park Yoochun. Y él quiere entregarle un
regalo especial. Lleva un paquete demasiado pequeño para entregar, tiene
curiosidad pero está más nervioso que nada. No sabe si el mayor querrá
realmente un regalo como el que piensa darle y se pregunta qué contendrá ese
paquetito que esa vez no lleva remitente alguno.
Saluda a todos con la misma amabilidad de
siempre. Llama a la puerta y se toma un gran respiro antes de entrar. Yoochun está
ahí, sentado tras su escritorio con el ceño fruncido en tensión en lo que Junsu
ha aprendido a reconocer como gesto de frustración. Algo no va como planeó en
el balance de ese mes. El menor está seguro de que ése es el pensamiento del Director
Park.
- Buenas tardes, Yoochun-sii, lamento
interrumpirle…
- Tú nunca me interrumpes Junsu ah… -
levanta la mirada y le sonríe… - ¿cuántas veces más he de pedirte que me llames
solo Yoochun?
- Es que yo…
- ¿Negociamos por lo menos el “hyung”? Me
haces sentir más viejo cuando me hablas con tanta formalidad…
- De acuerdo… hyung… - el menor sonríe
ampliamente y por alguna razón llamarle así le hace sentir más confiado y
cercano al mayor.
Se acerca y deja el paquete del día sobre
el escritorio. Abre la boca varias veces pero se sonroja y las palabras se le
atoran en la garganta. Le ve ahí, tan elegante, atractivo, sexy… tan inalcanzable,
como un sueño de esos que desaparecen cuando intentas tocarlos. Que pierde todo
valor, de pronto ya no sabe si felicitarle siquiera.
¿Y si los besos han sido solo eso?
Besos que no pasan de besos.
Park se levantó de su silla y caminó hasta
el tembloroso joven Kim, quien le sigue con la mirada y se deja hacer cuando el
mayor posa sus manos a cada lado de su delgada cintura recargándole suavemente
en el filo del escritorio, inclinándose para besarle lento y suave, dulce y
calmado.
- Feliz Cumpleaños, Yoochun hyung… -
susurra con voz temblorosa cuando sus labios se separan, sonrojado y
dubitativo. ¿Entregar o no su regalo? Esa es la cuestión.
- ¿Sabes que es mi cumpleaños?...
- Por supuesto. Cuando me felicitaste por
el mío, me di cuenta de que no sabía muchas cosas de ti y averigüé algunas,
espero no te moleste, hyung…
- ¿Molestarme? Al contrario, me siento halagado
y muy feliz… - el mayor sonrió y le acarició una mejilla… - Gracias, por
recordarlo… - y es que aunque su familia y sus amigos y empleados lo han
felicitado también, y hasta recibido regalos costosos. Éste es el mejor momento
de su cumpleaños.
- Yoochun hyung, yo… yo… - el menor
tartamudeó sintiéndose cada segundo más avergonzado e inseguro pero ansioso a
la vez…
Park le observó detenidamente y se dio
cuenta de lo que tal vez el menor intentaba decirle y hacer. Le ve ahí, sumiso
a su voluntad, con el rostro colorado y los labios cubiertos de brillo labial,
más guapo que de costumbre, nervioso y hasta más tierno que nunca.
- No tienes que hacerlo, Junsu ah; solo
tienes 17…
- Pero… Yoochun hyung, yo quiero hacerlo. Sé
que soy un chiquillo para ti, hyung; no tengo experiencia en nada, pero…
- Claro que eres un chiquillo inexperto. Un
ángel para mí, Junsu ah; y no quiero corromperte…
- No soy un ángel… - murmuró por demás
apenado…
- Lo eres. Y quiero que sigas así hasta que…
hasta que encuentres a alguien a quien ames tanto que no dudes en entregarle
todo de ti…
- Ya lo encontré. Yoochun ah, eres tú… - el
castaño aceptó aunque aquella admisión le costara lo que sea que tenía con el
pelinegro. Él sabía que era tonto y loco esperar que alguien de la edad,
personalidad y clase social de Park tuviera algún interés romántico en un
adolescente como él.
Yoochun se quedó tildado con aquella
declaración. Su maldito corazón se empeñó en latir aprisa, en emocionarse y
regocijarse en su pecho, alardear y sonreír ególatra al saberse receptor del
amor del pequeño. Pero la mente del pelinegro, su razón, le gritaba que no
debía aprovecharse del amor adolescente.
El joven Kim buscó la mirada ónix del mayor,
la profundidad de sus ojos siempre ha conseguido absorberle cual vórtice de un hoyo
negro en el espacio.
- Esto no está bien, Junsu ah, tienes 17 y
yo 31…
- Pronto cumpliré los 18…
- En seis meses…
- ¿No me quieres? ¿Tan siquiera un poco?
- ¿Quererte?... – el pelinegro sonrió casi
con ironía. El castaño asintió y bajó la mirada sintiéndose cada segundo más
débil e inseguro. ¿Cómo se permitió generar esperanzas, ilusionarse con alguien
tan maravilloso?... – Incluso cuando tenía tu edad los chicos me gustaban ya,
me interesaba en ellos como se suponía que debían hacerlo las chicas. Me asusté
mucho al principio cuando comprendí que era gay, con el tiempo aprendí a aceptar
quien soy aunque no sea algo de lo que mi familia se enorgullezca y mi madre se
empeñe todavía en conseguirme una “buena esposa”. He tenido “novias” para
complacer a mi madre; pero nunca me había enamorado… hasta que llegaste tú a mi
vida. La primera vez que te vi pasar en la mañana paseando en bicicleta por la
avenida de mi casa, supe que mis ojos no volverían a ver a nadie más como te
había visto a ti ya. Te Amo, Junsu ah…
- Yo también Te Amo, Yoochun hyung… - usó
del nuevo aquel término para dirigirse al mayor, sintiéndose nuevamente pequeño
a lado de tan magnífico hombre; pero queriendo todavía creer en ese amor que
late en su pecho… - No puedo decir que me haya gustado antes alguien como me
gustas tú porque estaría mintiendo. No tengo ni la mitad de la experiencia que
tienes tú, pero mis sentimientos son sinceros; sé que soy mucho menor pero…
todavía quiero que tomes tu regalo de cumpleaños porque es algo que te estoy
entregando con el corazón… A mí…
Park lo comprendió. Que sería el pecador
que corrompería la pureza de su ángel. Cuando otra vez le besó y sus labios
fueron mucho más fervientes, más apasionados, más ardientes. Cuando su lengua
se coló en aquella boca que antes ha explorado, pero que en ese momento demandó
como propia. Suya y de nadie más. Suyo.
Su ángel y él el demonio corruptor que le
protegerá para siempre de las llamas del infierno, quien acariciará sus alas
con devoción y vigilará que nunca deje de volar, de sonreír y de soñar.
- Yoochun… - suspiró su nombre cuando la
boca del mayor le abandonó para abrazarle contra su cuerpo con fuerza y cariño,
acariciando sus castaños mechones y dejando los labios tibios pegados a la piel
de su frente.
- Cancela todo en mi agenda para esta
tarde, no me pases llamadas ni me interrumpas por nada, ¿está claro?
- Sí,
Director Park…
Junsu se sonrojó como termostato cuando
entendió aquel mandato. ¡Por Dios! Él había ido ahí con toda la disposición
para entregarse a Yoochun y ni siquiera había pensado en ese detalle.
- Estás a tiempo de arrepentirte y no
cambiará nada de lo que he dicho, Junsu ah…
- No tengo que arrepentirme de nada,
Yoochun hyung…
- Yoochun, por favor no me digas hyung más;
soy tu novio ahora…
- ¿Mi…mi novio?... – los ojos soñadores del
castaño se robaron otro trozo del corazón del pelinegro.
- A menos que no quieras…
- ¡Sí quiero!... – chilló emocionado y de
inmediato bajó la mirada sumamente avergonzado por su reacción infantil.
- Nunca cambies, porque es parte de lo que
adoro de ti… - y con aquel beso dejado sobre sus labios, la danza del amor
comenzó.
Yoochun le besó numerosas ocasiones con
dulzura y pasión, al mismo tiempo fue desabrochando esa camiseta color crema
con un peculiar bordado en tono oscuro que hacía juego con los pantalones
negros que pronto desaparecerían del inocente cuerpo.
- ahh Yoochun… - jadeó avergonzado cuando
los dedos del mayor recorrieron sus costillas provocándole un cosquilleo en la
boca del estómago y deliciosos estremecimientos en todo el cuerpo.
El pelinegro sonrió enternecido, cada gesto
cruzando las adolescentes facciones de su novio le volvían loco y le enamoraban
más. Deslizó del todo la camiseta y fue a sus hombros para besar la casta piel
nívea que ha quedado al descubierto, quería marcar cada centímetro y memorizar
su textura o los pliegues que se formaban con cada movimiento muscular instado
por la vergüenza, el sopor, los nervios, la inexperiencia y la emoción del
menor.
Las manos de Yoochun acariciaron la espalda
de Junsu mientras su boca se ocupaba de besar trozos de piel al frente, succionó
un pedacito de carne en el pecho justo sobre el pezón izquierdo, donde los
latidos del corazón del castaño eran más fuertes y apresurados.
- nghh… - le arrancó ese primer gemido
reprimido que despertó toda esa libido contenida en el pelinegro.
Le instó a sentarse en el escritorio
haciendo a un lado papeles y pisapapeles como cualquier otro objeto que les
estorbara, algunos terminaron en el piso pero no le importó. Yoochun volvió a
besarle, sonriendo mentalmente al sentir la respuesta apasionada de Junsu en
medio de aquel beso, notando cómo las delicadas manos se enredan tras su cuello
y sus cuerpos se pegan un poco más. Ansía sentir la tibieza de su piel desnuda,
por lo que él mismo se deshace de su saco, afloja la corbata y cuando va a
desabotonar su camisa, las manos temblorosas pero decididas del menor le ganan
la tarea.
Se siente bien.
Hace el amor por primera vez en sus 31 años
de vida.
Es glorioso.
Junsu desliza la pulcra prenda por los
hombros de Yoochun, sus dedos rozan la piel en su camino y siente la explosión
de sensaciones en la boca de su estómago; no quiere dejar de besar a su novio -¡Qué
bien suena!– pero se siente atraído por la suavidad que ha sentido; despega sus
labios y su mirada vaga por el torso desnudo del pelinegro, se muerde el labio
inferior y se siente más azorado. Es como un sueño, y no quiere despertar nunca
de él.
- No estoy tan mal, eh… - el mayor bromea (por
puros nervios a decir verdad)…
- ¡Eres demasiado atractivo!... – chilla avergonzado
y se cubre la boca al darse cuenta de que ha manifestado en voz alta su
pensamiento…
- Tú también lo eres… - halaga y acaricia
sus mejillas. Sus manos descienden sin embargo hasta su pecho, acariciando
sinuosamente más y más abajo… - Eres el ser humano más hermoso y perfecto que
jamás haya conocido…
- No soy ni la mitad de guapo que tú… -
sonríe con las mejillas arreboladas de carmesí. Y de pronto es consciente del
estado del pelinegro cuando sin querer su mirada se detiene en el bulto bajo
los pantalones del mayor…
Él no tiene idea de cómo complacerle.
- Algún día serás consciente del poder de
tu belleza, Junsu ah… - y él espera que entonces, el amor que hoy le entrega
continúe siendo suyo.
- Per… - es callado con otro beso y
lentamente recostado sobre la superficie del escritorio.
Está frío y el contraste de temperatura contra
el caliente de su piel le estremece. Responde ese y cada beso que le dan,
entrega algunos con tintes de timidez y pasión y se deja hacer. Se entrega. Libre
de prejuicios y miedos, desata su corazón.
Pronto las caricias se sienten cual brasas
al rojo vivo sobre la piel, el roce constante de sus torsos les roba lentamente
la cordura y deja en cambio la estela de la pasión y el deseo, de la tierna
entrega sin reservas. Los labios del pelinegro han encontrado nuevos depositarios
de sus besos, los rosaditos pezones del castaño se endurecen bajo sus
atenciones, y sus dedos le acarician en distintas proporciones, se convierten
en sinuosas tenazas o dulces proveedores de cariño. Más abajo, la entrepierna
de ambos se levanta y yergue en respuesta.
El deseo se dispersa y el calor emana por
cada poro de piel.
Las manos de Yoochun se cuelan entre sus
cuerpos con un único objetivo, desabrocha los pantalones de Junsu y le siente
temblar y gemir ahogado –se ha cubierto la boca con una de sus manos– cuando
sus dedos rozan su erección por encima de la ropa interior. La lengua del
pelinegro recorre la línea media que corre desde el ombligo y hacia abajo hasta
esa mata de vello púbico que cubre la zona genital del menor.
Junsu se sonroja tanto que se convierte en
un poema al carmín. No supo el momento exacto en el que el mayor le sacó el
calzado, los pantalones y hasta su ropa interior, pero está ahora ahí,
completamente desnudo y a merced de
su novio. Yoochun sonrió al notar la vergüenza de su pequeño novio, quién
hubiera imaginado que hacer el amor por primera vez se sentiría tan
esplendoroso con un joven de 17 años que siendo un inexperto, le entrega lo más
hermoso del mundo.
- ahh, Yoochun ah… - gimió alterado cuando
una mano rodeó su tronco y la palma caliente disparó más grados de calor por su
cuerpo.
Comenzó a bombear despacio, subiendo y bajando
lento, reconociendo el tamaño, el grosor, lo caliente y el palpitar ansioso del
falo inyectado de sangre por la excitación. Yoochun tomó los testículos con su
otra mano, los masajeó y brindó de sus atenciones prestando total atención a
las facciones de placer y vergüenza que se van pintando en su hermoso rostro
angelical. Así fue sabiendo dónde y cómo le gustaba más ser tocado.
- Yoochun ah, tengo vergüenza… - jadeó con
la voz alterada cuando su novio le instó a subir sus piernas y dejarlas
abiertas y apoyadas en el borde del escritorio.
- ¿Quieres que me detenga?... – preguntó con
tono cariñoso pero voz ronca, sumamente excitado al saberle desnudo bajo su
cuerpo, recostado en su escritorio cuando la luz del sol todavía se cuela con
ganas por el amplio ventanal de su oficina.
- N-no… pero igual tengo vergüenza… -
susurró y formó pucheros. De esos que contadas veces le ha visto antes cuando
está ahí haciéndole compañía y juega en su móvil o se frustra al no comprender
una de las materias del instituto.
- Te Amo, Junsu ah baby… - sonríe y le besa
los labios pucherosos, le acaricia de nuevo la entrepierna y siente su propia
erección inyectarse más de deseo.
Los gemidos de ambos comienzan a llenar la
oficina, pero todavía son lo suficientemente bajos para no ser escuchados en el
exterior. Yoochun se separa de sus labios y desciende con besos por su pecho,
mordisquea los montecitos rosados arrancándole nuevos jadeos y continúa cuesta
abajo hasta la virilidad de Junsu, lame a lo largo y succiona la punta varias
veces, le escucha gemir más alto y las manos del menor buscan las suyas en una
especie de intento por anclarse a la realidad al entrelazar sus dedos.
Una de sus manos permanece entrelazada pero
la otra se libera cuando la boca del mayor ha bajado aún más hasta la entrada
del menor, ha lamido constantemente y dejado su caliente saliva en torno al
anillo cerrado. Desabrocha sus pantalones para liberar su miembro y aliviar un
poco la tensión de su sexo y luego lame tres de sus dedos.
- mghh… - el castaño gime incómodo y
ligeramente asustado cuando el primer dígito presiona la entrada buscando
abrirse paso dentro de él.
Yoochun sabe que pedirle que se relaje es
inadecuado. Así que sube de nuevo hasta su boca para besarle con cariño y
esperar a que aquella atención le distraiga y le relaje por cuenta propia. Después
uno a uno sus tres dedos se van ganando un poco más de espacio en su intimidad
durante los minutos que dura dilatándole. Se baja los pantalones y aparta los
bóxers perfilando su hombría en el anillo dilatado.
- Mhh Junsu… - gime contra sus labios
cuando empuja y comienza a entrar. Va tan despacio y suave como la poca cordura
que le queda le permite.
- ahhh Yoochun ah… - jadea y se aferra a
los hombros del pelinegro. Duele pero sabe que es inevitable. Entrega su
virginidad al hombre que ama.
El tronco caliente se ha enterrado del todo
en su estrecho pasaje. Ambos descansan y respiran laboriosamente sin apartarse
la mirada, se sonríen y funden sus bocas en nuevos besos durante largos minutos
hasta que Junsu siente que podrá soportarlo y le pide a Yoochun que continúe.
Las embestidas comienzan suaves y lentas,
la pelvis de Yoochun se mueve con paciencia adelante y atrás saliendo y
entrando, golpeando el trasero de Junsu. Y se le antoja, no puede evitarlo,
estruja los redondos glúteos con sus manos un par de veces, le oye jadear y le
ve sonrojarse de nuevo con la misma intensidad de minutos atrás.
Junsu no sabe qué hacer con sus manos,
salvo aferrarse a cualquier parte del cuerpo de Yoochun a su alcance. De pronto
sus piernas son tomadas y colocadas en cada hombro del pelinegro, aquella nueva
postura es algo más vergonzosa pero también placentera, como si el ángulo le
permitiera al mayor tocar más profundo dentro de sí; hasta que una estocada
alcanza algún punto que le hace temblar y gemir tan alto que se desconoce a sí
mismo. Park sonríe y embiste de nuevo con más fuerza procurando golpear de
nuevo el mismo sitio. Y lo consigue, se embelesa con la expresión de placer de
su novio y gana confianza para penetrar más rápido y profundo.
La erección del menor se irgue totalmente,
y los movimientos de cada estocada hacen que el falo se mueva adelante y atrás
golpeando el bajo vientre del castaño y la del pelinegro respectivamente.
El calor es sofocante y el sudor resbala y
se perla por la piel de ambos cuerpos bañándolos de una tela brillante de
erotismo. Junsu termina por llevar una de sus manos a su erección tratando de
aliviar la tensión que siente, al mismo tiempo una de Yoochun ha tenido el
mismo objetivo, y son ambas manos las que bombean arriba y abajo con un ritmo similar
al de las embestidas. El placer aumenta y la estimulación mutua desborda la
libido y el deseo. Alcanzarán el final pronto.
El sonido húmedo del golpeteo de caderas y
del presemen sudando ambos miembros acompaña los gemidos roncos y excitados de
los dos. Yoochun busca la rosadita boca de Junsu para besarle esos instantes
antes de que el orgasmo les sacuda de pies a cabeza y derramen sus semillas.
- Eso fue perfecto… - el pelinegro murmuró
regocijado en placer y plenitud…
- Fue vergonzoso… pero especial… - el
castaño sonrió aún ahí, recostado en el escritorio, con su vientre manchado por
su propio semen y su entrada llena de la de su novio.
- Gracias, Junsu ah. Eres el mejor regalo
que el destino podía poner en mi camino… - el mayor declara y lo vale todo solo
por ver esas mejillas encenderse de nuevo en intenso carmesí.
- ¿Puedo ser tu regalo especial cada año?...
– cuestiona ilusionado. Sus ojos brillantes y su amplia sonrisa se ganan el
alma enamorada del mayor.
- Sé mi todo durante toda la vida… - y es
ahí donde sellan una promesa. Y se promete a sí mismo mostrarle también todos
esos regalos que ha comprado para él y enviado con paquetes que ha ido guardando
en esa modesta casa que compró en los suburbios y espera un día compartir con
su pequeño amado.
Las promesas que Yoochun jura se asegurará
de no romper aunque tenga que ir contra todo y contra todos por mantener esa
bella realidad.
Su Junsu.
Él un pecador.
Un diablo cuidando de un ángel para la
eternidad.
FIN
yoooooooooooooooooooooooo
ResponderEliminar*w* que hermosoooo! un susu mas chiki aaaww tan tierno en vrdd ambos se tenian como un amor platonico d no ser xq el raton se animo a hacer algo... q diera x ser la secretaria y poder escuxar aunq sea un pokito detras d la puerta xDDD *se esconde* te ha quedado el final muy lindo en vrdd q detalle d haberle comprado uuufff tantos regalos a su baby ^^ saludos!
ResponderEliminarAwwwwwwwwwwwwwwwwww♥♥♥♥♥♥ Pero que hermosuraaa TTwTT *da chillidos y fangirlea dando vueltitas por la casa* El super sexy del Director Park se las ganó todas, TODAS con el pequeño y alegre Susu♥ Y sé que va a cuidarlo por el resto de la eternidad con ese cariño y amor que vá mucho mucho más allá de la importancia de la edad. Ademáaas, así Chunnie tenga 31, ni yo me aguanto por semejante bom bom♥ xD
ResponderEliminarMe ha encantado, lo he amado y ha sido hermoso♥ Adoro cuando Yoochun es tan tierno con su Baby y le hace sentir especial en su primera vez♥
Miles de gracias Feli~~ Eres lo máximo *3*
Que hermosooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!! *O*
ResponderEliminaraaaaaaawww! Yoochun aprendio a que no hay edad para el amor!!! <3
Junsu lo ama & Yoochun ama a Junsu!!! aaaawww!
Todo fue taaaaaaan tierno! me encanto este shot, Feli, en serio! *O*
Pero... nos dejarás asi? ToT noooooooooooooooooooo!!!!!!!
queremos saber si se fueron a vivir juntos & lucharon contra todooo!!! aaaaaaahhh! se que pido mucho pues u.u lo siento! u.u
De nuevo! gracias Feli! *O* me encanto... lo amé, adoré! *O*
Aadsdasadsdasdasd ♥
ResponderEliminarSi en face era mágico aquí es aun mas!
aparte del bello relato me sumergo en las millones de fotos yoosu del fondo
Gracias por continuarlo
fue tan inmensamente lindo! Yoochun luchara contra el mundo para poder estar con el bello de junsu
y junsu tan avergonzado *w*
Gracias Feli y Maki por iniciar esto en msn *3*
ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
ResponderEliminarEn verdad que fue muy lindo.... al inicio me dije... 14 años??? en verdad son muchos... pero después dije eso no immporta... el YunJae se llevaba 13 años en reloj de arena y aun así demostraron que su amor podia con todo aquello que se presentara en el camino...
^^ Se que el YooSu también lo hará....
Gracia feli... En verdad me gusto mucho... Besos
PDT: Tienes alguna idea ahora que el YooSu esta separado??? No sé los celos del ratón al ver a su delfín interactura de lo divino con las nuevas modelos de su video???
asdgfhjkñl!!! hermoso y pornocho a la vez!!! te amo Feli hermosaaa!! tu si sabes como escribir sobre el amor! y q amor xDios!!! ellos lucharan por su gran amor.. un amor que trasciende la edad y el genero!!! awwwwwwwwww graciiiaaaaaaaaaas!!! lo adore!!!
ResponderEliminarhermosoooo!!!!! el amor el amor!!!
ResponderEliminarMe encanto, de solo imaginarme a un Junsu tan lindo e inocente y Yoochun robandole su inocencia *O* ay dios que hermosos pero Yoochun no debería preocuparse por que amar no es un pecado. Feli de nuevo que inda eres y gracias x q con tus fics me haces tan feliz^^
ResponderEliminarT_T ahhhhhhhhhhhh fue tan lindo y tan tierno, no quería que terminara T_T, todo fue tan bonito y lleno de amor T_T, waaaaaaaaaaaaaa enserio que tengo mucho emoción!!!!!!!!!! *O*
ResponderEliminarNo tengo palabras para decir cuanto me gusto, esta historia tuvo algo especial n_n, me transmitió muchos sentimientos muy bonitos n_n, desde que la estaba leyendo en facebook, y leerla completa ha sido maravilloso n_n, definitivamente se ha convertido en una de mis favoritas.
Muchas gracias de nuevo n_n!!!!!!!!
waaaaaaaaaa.....lo terminaste..q bonito..termino¡¡...
ResponderEliminarjeje loa nadaba esperando...el q fuera su Hyung...sin duda fue muy bonito..gracias...por compartirlo...waaaa...ese Yoochun..asaltacunas...xDDD
OMG!!1 Feliiii , Makiii les quedo OwO genial!
ResponderEliminarImaginar a un Junsu en sus 17 y a un Chunnie en sus 31 así como está ahora *¬* como resistirse.
Me encantó, fue tan cute, tan hermosoooo, ame el shot!!!
Yoochun tan considerado con su Baby waaaaaa, los amo!! <3 YS.
fue fue muy tierno la historia en si demuestra que no importa de quien sea que estes enamorado si tu amor es sincero la otra persona tambien te correspondera
ResponderEliminarahhhhh me gusta siempre como junsu es tan tierno y timido al contrario de yoochun que es un casanova pero que aria todo por su cute delfin
muchas gracias por esta bellisima historia me ha encantado
Hermoosooooooo ♥.♥
ResponderEliminarwaaaaa moriiiii *-*
Sin duda fue perfecto un hermoso Shot
Gracias por escribir asi de bello y por regalarnos estos shots *-*
*O* Simplemente genial... lo ame de principio a fin... chicas realmente hacen un excelente trabajo con sus historias.. *-*!!
ResponderEliminarmil gracias por compartir tan hermoso shot.
ResponderEliminarnos demuestra que para el amor no existen ni la edad ni las clases sociales, cuando dos pérsonas se aman lo unioco que necesitan es estar juntos
hermoso precioso
ResponderEliminarsin palabras
por un momento crei que lloraria con el final!
hay hermooosooo ♥!!!!
Simplemente hermoso ♥
que hermosoooooooooooooooooooooooooooooooooo!!que lindo !! yoochun treintañero??? jiji que guapotooote estaria, junsu tiernito ay que lindura, angel y demonio, hahahaha , realmente difrute mucho mucho mucho, jiji. quiero mas!!!!!!!!!!!!!!!que lindo escribes!
ResponderEliminarwhaaaa~~~ que hermoso!! el amor sin importar la edad! *w* Gracias por abordar ese tema~~ Es un gran resultado, gracias por escribirlo :D
ResponderEliminarque belloo >w<
ResponderEliminarmira que para el amor no hay edad y eso sin duda alguna me queda muy claro!!
la parte que me encanto asi literal fue cuando le entrego el pastel de cumpleaños y remata dandole un beso :3
en serio es una lindura este oneshot la vdd
Gracias por compartirlo Feli en serio ^^
*_*facinaste historia, me encanto la ternura de los pesonaje, de como pudieron rmpe la barrera de sus edades, para el amor no importa nada, solo tenerse mutuamente, cada historia que escribe me alegra la vida, muchas gracias, te mando mil abrazo :D
ResponderEliminarawwwwh! fue~ asdfghgfdsadfg <3
ResponderEliminarme hubiese gustado q tuviera mas cap *O*
imaginarlos con esa diferencia de edad... un junsu muxhisimo+ tierno si eso es posible me lo imagine con el cabello rubio de the way you are!!! se veia tan sdfghgfdsdf >3< muere
y yoochun asdfghj mejor ni lo digo .////////////. ese hombre me mata!
FUE HERMOSOOO~~ en todos los sentidos *0*~
Muy Hermosooo *-* me dejaste sin palabras
ResponderEliminarGracias por este shot *-*
simplemente perfecto.......
ResponderEliminarhermoso hermoso hermoso *O*
ResponderEliminarTengo que admitir que tengo un no se que... por las historias en donde la diferncia d edad es grande xDDD pedonuna! ajajajaj
ResponderEliminaraunque falto quiza un poco de mas mas conflicto! drama xD me gusta el drama...
Hay me encanto...dios...cuanto amor desborda esto....gracias Feli ...soy feliz por algo asi!!!
ResponderEliminarsafdasghdasdh *^* ♥ Qué preciosura!! ahhhh es que me da un no sé qué cuando yoochun es mayor que su que me tiene así OuÒ Amo cuando es tan amoroso con el baby <333 dhgaffghdgf -explota de amor- Gracias por este hermoso shot, Feli :3
ResponderEliminares la primera vez que comento, pero es que me pareció tan dulce este oneshot que me es inevitable no hacerlo.... cuando lo comencé a leer me llamo mucho la trama y cuando lo termine quede con ganas de mas, de continuación... si tengo que decir que parte es mi favorita no podría decirlo por que realmente me pereció de los mas románticos, debo de destacar, seria tanta en decir que no te enamoras de Junsu porque es lo mas tiernito y lindo que uno puede imaginar, Yoochun tan enamorado y seductor como siempre... amo tanto el yoosu... y me encanta leer acerca de ellos a veces me la paso horas leyendo...
ResponderEliminarawwww~ este shot tmb fue tremendo... me traumo bastante tiempo x3
ResponderEliminares que sdasaasasd *A* ... eso de que chunnie pervierta a Junsu casi no se da! XDDDDDDDDDDDDD
ahhhhhhhh!!!! como no lo había leído antes >< hermoso, me encanta cuando Yoochun es así de mayor con Junsu, tan amoroso, bonito ~~ me gustaría leer más de esto, que sucede luego? xDDD pero así te quedó genial, gracias por escribir algo tan belle ~~
ResponderEliminarSe nota que lo tuyo es el yoosu .. wow que oneshot mas candente ahahahha.. muy bueno en serio la verdad, se nota que te esmeras mucho con tus fics.
ResponderEliminarEste me fascinoooo
bsos