YooSu Drabble

El art culpable de este drabble xD

cr @6002下划线1215

YooSu Drabble

Lemon

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Yoochun no siempre podía evitar que los recuerdos se colaran en sus pensamientos aún cuando está en pleno compromiso como un fanmeeting; así que no hay derecho a hacerle reclamo alguno por ello, si su querido novio se cuela en sus pensamientos de aquella manera, en sí la culpa es por la clase de actividades que le ponen a realizar; y aunque su delantal es de un simpático tigresito… la imagen en su cabeza era… diferente…

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- Vamos baby, hazlo por tu novio que siempre te consiente… - el pelinegro iba detrás de cierto delfín de agua dulce que con las mejillas coloradas trataba de evadir la conversación con su novio recogiendo algunas cosas por todo el departamento, aunque fuera solo para cambiarlas de lugar sin que fuera necesario.

- Pero Chunnie >3<; es demasiado vergonzoso hacer “eso” como tú quieres… - respingó por enésima vez formando esos adorables pucheros que se ganaban otro gramo de cariño en cierto ratón pervertido que sin duda le amaba por sobre todas las cosas.

- Pero nadie nos va a ver, además es solo por esta ocasión baby, no nos vamos a ver en semanas, ¡semanas Junsu!... – exclamó exasperado ante la idea. Aunque debiera estar acostumbrado a las separaciones temporales, aquello era simplemente imposible, y él solo quiere un “recuerdo” que le dure lo suficiente para soportar el tiempo que estará sin el calor de ese cuerpo de dios que le tiene bastante coladito.

- Bu…bueno… ¡pero solo esta vez >//<;!... – la sonrisa del pelinegro se amplió abarcando su rostro, mientras que el de su novio se encendía al rojo vivo…

- Entonces, ya vuelvo… - Yoochun besó profundo la boca rosada de su novio antes de salir disparado del departamento, dejando a Junsu encargado de la cena…

Cena que esa noche, tomarían diferente.

Y ahí estaba Junsu, vestido únicamente con un gracioso delantal rosa, picando algunas verduras y muriendo de vergüenza mientras espera el regreso de Yoochun y ruega mentalmente porque nadie, pero absolutamente nadie, le visite ese día –aunque en realidad esos días solo Jaejoong se aparecía por su departamento, ChangMin y Yunho solo le llamaban, el líder para recordarle que se cuidara de ratones pervertidos que solo quieren correrle mano. Mh, quizá en ese momento Yunho appa entraría en modo asesino de ratones si supiera lo que estaban haciendo–

- Si no amara tanto a ese ratón cochino no haría ninguna de estas cosas… - con puchero en labios, el delfín continuaba quejándose.

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Yoochun estornudó antes de abrir la puerta, el bolso con una botella de vino y algunas otras compras casi se le cae de la mano.

- Seguro que alguien está pensando en mí… - sonrió altanero y finalmente entró al departamento. El aroma a sopa cocinándose le inundó el olfato, emocionado por la idea de ver a su novio en la cocina le inyectó de adrenalina.

Casi corriendo el pelinegro se adentró hasta allá, casi babeó y se fue de espaldas cuando se encontró con aquella escena erótica que en su imaginación también era sexy pero en la realidad era… indescriptible.

- Oh my god, baby… - susurró embobado con aquella imagen. Junsu le daba la espalda y su redondo y firme trasero al aire era una endiablada tentación que ya había puesto en pos de guerra a Micky Jr.

Las largas piernas firmes y la perfecta S-Line simplemente podrían producirle un paro cardíaco a cualquiera. Claro que en caso de Yoochun, el “paro” se había dado más hacia el sur debajo de su ombligo.

- ¡No me mires así!... – el delfín renegó avergonzado mientras vuelve el cuerpo y trata en vano de cubrir su semidesnudez. Al menos entonces no le mira el trasero con esa mirada hambrienta que (en contra de su voluntad) también le había encendido deseando que se acerque y en lugar de solo mirarle, le bese y le haga el amor.

- No puedo mirarte de otra manera cuando luces tan sexy así, baby… - sonríe pícaro y delinea con su dedo la silueta de su novio a la distancia. Luego se acerca mientras se desabrocha los primeros botones de la camiseta y se relame los labios… - ¿Sabías que me tienes totalmente enamorado de ti?

- Me lo han dicho algunas personas… - se curva en sus labios esa sonrisa cariñosa pero sexy que le da ese toque de inocencia y seducción que puede con todo autocontrol en el pelinegro… - y recuerdo que algunas veces me lo has dicho tú, Yoochun ah… - siente las manos del pelinegro rodear su cintura y colarse desvergonzadamente hasta su trasero apretando sus glúteos… - nhh Chun…

- ¿Ves por qué quería que usaras delantal?... – las manos que apretujaban su trasero se cuelan más abajo para sujetarle por los muslos y separarle un poco las piernas acomodándose entre ellas al tiempo que sus manos suben de nuevo a la encimera donde verduras y otros utensilios de cocina son apartados con prisa… - Voy a darte como también te gusta, baby… - mordisquea los labios rosados y luego le gira rápidamente en tanto se las ingenia para desabrocharse los pantalones y dejarlos caer hasta sus tobillos…

- No… ¿no traías ropa interior >3<

- No iba a necesitarla hoy… - Yoochun sonríe pervertido y restriega su hombría contra el trasero de su novio… - Voy a prepararte… - besa sus hombros y la línea de la columna vertebral hacia abajo dejando una estela húmeda de saliva en su camino.

El pelinegro separó los glúteos de su novio con sus manos y su lengua lamió llenando de saliva ese orificio comprimido que tantas y tantas veces ha dilatado antes con paciencia y cariño. Cuando dejó suficiente saliva presionó la yema de uno de sus dedos entrando despacio en el anillo apretado. Escuchó a Junsu jadear y sabe por el sonido amortiguado que se está mordiendo los labios. Yoochun vuelve la mirada al comedor, donde dejó el bolso de sus compras, y se apresura hacia allá sacando solamente aquel bote de un aceite transparente y viscoso que huele a coco y desconcierta un poco al delfín hasta que siente los dedos bañados de aquel aceite perderse en su entrada.

- mhh… - gime ligeramente incómodo, pero notando la fácil tarea de aquellos intrusos dilatando su intimidad. Junsu agita inconscientemente su cadera hacia atrás buscando mayor contacto y profundidad con aquellos dígitos. Yoochun comprende que está listo y los aparta, siendo él quien toma lugar otra vez en aquel lugar.

- Te Amo, Junsu ah… - susurra contra su nuca mientras sus manos sujetan firmemente los costados de la cintura de su novio y su virilidad comienza a perderse dentro de aquellos paredes estrechas que le aprietan delicioso… - oh my god, baby… - gime ahogado en placer, la prisión de aquel pasaje le vuelve loco y él solo quiere comenzar a embestir.

- Yoochunnnie~ muévete ya ratoncito mío, no necesito esperar… - jadea descontrolado también, sumido en las placenteras sensaciones de aquella unión.

El pelinegro no se hace de rogar, comienza a moverse adelante y atrás, penetrando suave pero profundamente contra la intimidad del delfín. Los jadeos comienzan a volverse más continuos y fuertes, el sonido húmedo producido no solo por el aceite que el ratón empleara sino también por la viscosa sustancia que comienza a exudar el falo del pelinegro les incentiva la libido y aumenta el deseo como el calor.

Junsu se sujeta inclina un poco más y abre también más el ángulo de sus piernas, quiere sentirle más y sabe bien en qué posición conseguir más placer. Yoochun gime ronco y siente cómo efectivamente toca más profundo dentro de aquella carne caliente, su falo resbala y toca hasta el fondo, se siente delirante y es morboso; la única prenda que cubre la desnudez de su novio ha comenzado a resbalar por los hombros, y los cordones que le atan le estorban para sentirle completamente; así que lo desata y lanza lejos la molesta prenda rosada que termina en el suelo. El delfín lleva una mano a su erección, ha comenzado a doler y necesita algo de alivio pero las manos de su novio continúan ancladas a su cintura.

- Gírate… - la orden del pelinegro le detiene, la ausencia de aquel placer martillando contra su intimidad le hace puchear mientras se da la vuelta y una de sus piernas es elevada hasta apoyarse en el hombro del pelinegro… - sabes que me encanta verte, baby… - sonríe y besa su puchero lamiendo luego esos labios dulces que le provocan toda la ternura posible que en aquellos momentos vuelven a mezclarse en sus sensaciones de placer y morbo.

- ¡Ahh Yoochun! – gime alto cuando el pelinegro vuelve a penetrarle y él se siente tomado por sorpresa pues ha entrado de golpe y tocado exactamente su punto sensible produciéndole un espasmo y numerosas corrientes de placer sacudiendo su cuerpo.

El vaivén se vuelve casi salvaje, el sonido húmedo más exquisito. Junsu encuentra aquella postura algo cansada, tener que sostener su peso en una sola pierna mientras tanto placer le circula por el cuerpo no era sencillo, pero ver la expresión bañada de gozo de Yoochun le motiva. El sudor perlado en el torso semidesnudo del pelinegro, la forma en que el cabello se le pega a la frente, los gemidos roncos que escapan de su sensual boca, la fuerza que imprime en cada movimiento mientras mantiene la velocidad y la profundidad. Junsu no quiere perderse nada de eso. Jadea para él y se entrega como cada vez, sin límites y con todo su amor.

Se sienten cerca, Yoochun le levanta en vilo y Junsu se abraza instintivamente a su cuello como a su cintura. El pelinegro da las últimas estocadas y en medio del sofoco de placer se corre llenando el interior de su novio con su semilla, esa esencia blanquecina y pegajosa que el delfín libera manchando los torsos de ambos, quizá incluso la camiseta de su novio que nunca terminó por abandonar el delgado cuerpo.

Entre espasmos y placer, el pelinegro apenas tiene fuerza y equilibrio para dejar a su novio sobre la encimera y reposar un poco encima de él, lo suficiente para tener un respiro y suficiente energía para levantarse y abandonar el interior del delfín, su semen resbala entre sus glúteos y cae al piso.

- Habremos de limpiar… - sonríe y recibe ese golpecito en el pecho que viene de ese delfín avergonzado que comienza a “atacarle” con su arsenal de tiernos pucheros que le atraen dejando entonces esos besos cortos que cambian la escena por una mucho más tierna.

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Los gritos de las fans y la voz del MC le sacan de sus pensamientos, sonríe por inercia y espera que su rostro no delate el interior de su mente. Y sin embargo, toma nota mental para su regreso, tendrá que comprar algunos delantales nuevos y cuando vuelva con su querido delfín, se asegurará de experimentar algunas cosas más en la cocina, se le antoja devorárselo con otros ingredientes.

FIN