Aquí con un nuevo shot YooSu~ experimentando con una redacción diferente y nuevo formato ;D veamos qué les parece.
Título: SHY &
SEDUCTIVE
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: NC-18
Advertencia: Lemon
Serie: INCREDIBLE
Song: No Reason
~*~
SHY
& SEDUCTIVE
~*~
Vamos
a presentar brevemente a nuestros jóvenes protagonistas, una historia de esta
naturaleza amerita un poco de atención al respecto.
Tenemos
a Kim Junsu, chico de 19 años cuya personalidad le ha merecido más de algún
sobrenombre: Ángel, Delfín, Pato, por
mencionar algunos. Hiperactivo, alegre, simpático, juguetón, risueño,
inteligente en algunas áreas pero más bien torpe en otras, e inocente en
algunas pocas más. Su inclinación sexual ha sido sometida a duda en numerosas
ocasiones –un poco culpa de su madre por tratarle como si fuera tan delicado
como el pétalo de una rosa, más encima ir diciendo por ahí que siempre esperó
un hijo y una hija, no dos varones gemelos. Las ironías de la vida y sus
intrincados caminos, pero no hemos de entrar en detalles al respecto–, sin
embargo no le importa hacer aclaraciones, para Junsu es mejor dejar que la
gente piense lo que quiera, él sabe quién es y le basta. Y acá entre nos,
prefiere a los de su mismo sexo, pero ¡Shh! Es secreto a voces, sí, de esos.
Contamos
así pues con Park Yoochun, algunos dirían que la contraparte de Junsu en
absolutamente todo –no se dejen engañar por tales aseveraciones, aún tienen
variadas y consistentes similitudes–. Aunque es amable y simpático no socializa
demasiado, tiene pocos amigos pero los elige bien. Tampoco es que sea tímido o
retraído, de hecho se lo considera fiestero, pero no por ello un parlante
sociable, le gusta hacerse el misterioso y cautivar por su secretismo. Popular
entre las chicas no duda en coquetearles, y aunque ellas puedan gustarle,
ninguna ha conseguido en sus casi veinte años de vida alocar su corazón o
provocarle mariposas en el estómago. Los rumores dicen que es bisexual, Yoochun no lo desmiente ni lo
afirma, piensa que tal vez deba probar cosas
nuevas para saber su verdadera identidad sexual.
Como
información confidencial, circula el rumor de que hay personas con el Don para detectar realidades de este
tipo en su radar, una de esas
personas es Kim Jaejoong, mejor amigo de nuestros protagonistas, gay declarado
–¡Si hasta presume a su galán en las redes sociales!–, novio de Jung Yunho y
protector –autonombrado– de Shim ChangMin, un jovencito de 17 que también va en
búsqueda de su identidad sexual.
–– Hayami lo hará caer
completito en el amor. Créanme, por tanto no está en búsqueda de nada, más bien
está en la fase de negación de su homosexualidad.
Esto…
Gracias, Jaejoong-ssi por su valioso y precipitado comentario.
–– ¿Precipitado?
Bueno,
no atañe en ésta ocasión conocer las dificultades de la identidad sexual de
nuestro estimado ChangMin.
–– ¡Cierto! Es sobre
cómo mi bebé Junsu termina arrastrando a Yoochun en sus encantos.
Sí,
más o menos alrededor de eso.
–– ¡Perfecto!
¿Por
qué se sienta tan cómodamente aquí, Jaejoong-ssi?
–– Tengo planeado
supervisar de primera mano tu relato.
Esto…
–– ¿Deberías comenzarlo
con una típica introducción? Pienso que algo fuera de lo común sentaría bien,
¿sabes?
Me
temo que ya se ha iniciado de manera diferente, Jaejoong-ssi. Está usted aquí.
Su sonrisa deslumbra y su belleza es encantadora; entiendo por qué Yunho-ssi
está tan enamorado de usted.
–– Recuérdame sobre
quién es este relato.
Junsu
y Yoochun, yo intento enfocarme, usted que desvía mi atención.
–– Entonces, cómo
comienza *-*
……
No
me muerdas
Repásalo
suavemente
Al
igual que un caramelo dulce
Siénteme
Apriétame
el cinturón
Porque
las cosas se están aflojando
Deja
tus nervios a un lado
Llénate
de pensamientos de otras cosas
……
Junsu
está en su habitación, sentado en su cama con las piernas cruzadas en posición
cómoda dejando un hueco en ellas. Al frente hay varios artículos desperdigados
por el colchón. Un paquete acaba de llegar y se une a todo lo demás. El joven
de cabellos teñidos suspira, lleva semanas debatiéndose en lo mismo. Usarlos o no usarlos, ésa es la
cuestión. Resopla y suspira otra vez, se acomoda el flequillo que cae sobre su
frente y vuelve a pasear la mirada por los objetos en su cama. Estira los
brazos y juguetea con el cojín que descansa en el hueco de sus piernas mientras
se debate nuevamente en pensamientos. Suspira por enésima vez y frustrado se
deja caer en el mar de almohadones, peluches y cojines en la cabecera de su
cama –debiera dejar de ser tan infantil al tener así su cama pero la verdad no
puede evitarlo, es algo que lleva en la sangre–.
Estira
las piernas y patalea en un curioso berrinche para un joven de su edad, los
artículos terminan desordenados y más de alguno cae el alfombrado suelo. En
medio de su pataleta coge un peluche de entre el montón. Un ratón.
––
¿Por qué tú de entre todos, Micky? –– Observa el peluche y le da unos
golpecitos sobre la amplia frente con uno de sus dedos. Chasquea la lengua y
refunfuña al darse cuenta de que ha visualizado un rostro en especial en la
cara del peluche.
Terminada
su rabieta Junsu vuelve a suspirar –de pronto parece inevitable y hasta un
gesto inconsciente–, deja el ratón sobre su vientre y tirado de espaldas en su
cama mira el techo. Su corazón late un poco más aprisa al pensar en ése chico
en particular. Vuelve a sentarse y al mirar todos esos objetos en su colchón,
sus mejillas se tiñen de rojo. Ha pensado irremediablemente en lo que sería si el chico que le gusta le ayudara a descubrir su sexualidad.
––
Pero si supiera lo que siento por él, y aún más que he estado comprando estas cosas para preparar mi cuerpo para él,
seguramente le generaría repulsión. Lastimaría nuestra amistad de un modo que
no sé si podría sanearse. De todas maneras, estos objetos en mí no deben tener
comparación con su virilidad penetrándome.
Su
rostro explota en rubor hasta cubrirle las orejas tras escucharse a sí mismo. Preparar su cuerpo. Claro, ésa ha sido
la idea, pero pasadas varias semanas desde su primer comprar sigue ahí, sin
animarse en usar ni uno solo de los vibradores o los tubos de lubricante. ¡Esto
lo sobrepasa! ¡Su vergüenza y timidez pueden más que su curiosidad!
Toc,
toc llaman a la puerta. Y antes de pensar ya ha respondido ese “adelante” por mera costumbre.
––
Hey, Junsu ah… –– La voz varonil del muchacho de cabellos negros termina por
conseguir que las neuronas del rubio hagan sinapsis.
––
¡Yoochun! –– Exclama enrojeciendo furiosamente al caer en cuenta de la
presencia de su amigo.
Intenta
desesperadamente ocultar los artículos sexuales sobre su cama pero es inútil.
La cara sorprendida del pelinegro le dice que ha visto todo.
––
Para qué…
––
¡No preguntes!
––
Pero tengo curiosidad.
Las
orbes ónix exigen de las pupilas chocolate la oportunidad de comprender. Todo y
que nada obliga a Junsu a compartir absolutamente todos sus secretos con
Yoochun.
––
¿Cómo entraste? No hay nadie en casa.
––
Tu hermano me contó de una llave de emergencia, dijo que has estado actuando
extraño y me pidió que hablara contigo aprovechando que estás solo.
Junsu
frunció el ceño. ¿Desde cuándo JunHo le pedía ayuda a Yoochun tratándose de él?
¡Si hasta juraba que a su gemelo el pelinegro no le cae bien! –cosa que por
cierto el rubio no ha comprendido hasta el momento–. De cualquier manera, ¿Por
qué JunHo no vino y le preguntó directamente?
––
No es que me asuste ni nada parecido, pero encuentro raro verte con estas cosas
en tu cama… –– Yoochun dijo con tono casual, aunque francamente luego le
gastará alguna broma. Seguramente que todo rojito se verá adorable. ¡Stop! Él
debe dejar de pensar en torno a Junsu con adjetivos de aquella naturaleza. ¡Que
es un hombre, joder!
––
¿Y por qué raro? ¡No soy un crío! –– El rubio protestó a punto de iniciar uno
de sus tiernos berrinches.
––
No he dicho que seas un crío. Pero un hombre en posesión de vibradores y
lubricante es… extraño… ¿Tú los usas? –– Yoochun vio el rostro de su amigo
encenderse de nuevo hasta la raíz de sus cabellos teñidos… –– No sabía que te
gustaban este tipo de… cosas.
––
¡No los he usado nunca! –– Chilló avergonzado.
––
Entonces… –– El pelinegro elevó una ceja con gesto inquisitivo, recargándose en
la madera de la puerta sin dar un paso más dentro de la habitación, mirando
alternadamente al rubio y los objetos en un lado de la cama.
La
otra cara de la moneda cuando
contemplaba el extremo contrario, donde los peluches, los cojines y los
almohadones realzaban su aura angelical. Si es que Junsu era toda una cajita de
pandora. El mutismo del rubio exaltó un poco al pelinegro, que no estaba para
nada acostumbrado a verle callado ni quieto. Así que decidió ser un poco más
directo.
––
¿Los piensas usar con alguna novia? –– Yoochun no sabría decir por qué plantear
tal opción le dejó un mal sabor de boca.
––
Para empezar no tengo novia… –– Junsu aclaró casi indignado por la probabilidad
–– Y de todas maneras no es para usarlos en nadie.
––
Pues sigo sin entender… –– Yoochun señaló cruzándose de brazos pero sintiéndose
al mismo tiempo aliviado. La virginidad de Junsu era algo así como sagrada.
¡Nadie merecía tocarle siquiera un pelo! Excepto
quizá él.
––
La idea es usarlos yo… –– Murmuró entre dientes. Tan quedito que su amigo casi
no le escuchó.
––
¿Usarlos en ti? –– Cuestionó, más por asegurarse de haber entendido bien. Junsu
asintió incómodo, mientras que al pelinegro le atacó una oleada de calor… ––
¿Por qué?... –– Quiso saber. La boca se le resecó de pronto e inconscientemente
tragó hondo, su marcada manzana de Adán se movió sugestivamente a lo largo de
su cuello. Junsu vio eso y sintió una punzada en la ingle.
––
Es lógico, ¿no? –– El rubio espetó francamente molesto. Es que ésta no era la
manera ni el momento en que deberían tener esta conversación.
Yoochun
estuvo tentadísimo de lanzar ese otro cuestionamiento que le burbujeaba en la
garganta. ¿Es gay? Pero visto desde
la perspectiva de Junsu, la respuesta era obvia. Algo se agitó en el estómago
del pelinegro con molestia.
Ante
el silencio de Yoochun, Junsu pensó que era su oportunidad para guardar todas
sus cosas. Ya tenía suficiente de vergüenzas. Yoochun le miró de soslayo, el
perfil colorado del rubio le devolvía una imagen endiabladamente tierna. Las
ironías de la vida, otra vez.
––
¿Por qué no los has usado? Por algo los compraste, Junsu ah.
––
Es vergonzoso.
––
¿Pero quieres usarlos?
––
Sí… –– Murmuró quedito.
––
¿Quieres que te ayude?
––
¿Q-qué?... ¡Qué!
––
Será nuestro secreto. Tú lo quieres y yo no tengo problema en ayudar.
––
¡Park Yoochun cómo me propones algo así! –– El rubio gritó más que avergonzado
y escandalizado. Aunque la idea no era para nada mala, las bases sobre las que
se cimentaba le daban rabia y temor. Sobre todo temor.
––
¿Qué tiene de malo? Somos amigos, de hecho yo soy tu mejor amigo… –– El
pelinegro agregó enfatizando sus últimas palabras. Como si aquel título le
diese derecho más que suficiente para plantearle aquella descabellada e
indecorosa proposición.
––
¡Justamente! ¡Amigos! ¡A M I G O S! –– Junsu sintió cómo se le tensaba la mandíbula
y la forma en que su corazón insistía en emocionarse tras la propuesta del
pelinegro. ¡Pero él no podía ceder! ¡Esto era hablar de ligas mayores! No se da un paso así con cualquier persona.
––
Deja de hacerte el difícil. Quieres y quiero, por qué le pones trabas a algo
tan sencillo.
––
¡Dejarte tocarme de esta manera no es algo tan sencillo, Yoochun! ¡No es algo
que haces así nada más ni con tu mejor amigo! ¡O es que vas por ahí haciéndole
esta clase de favores a todos
nuestros amigos! –– Junsu lanzó, frunciendo el ceño particularmente en sus
últimas palabras. Le burbujeó una agrísima sensación en la boca del estómago.
––
No soy un calientacamas de nadie, Junsu. Claro que no voy haciendo esto con
nadie, lo haría contigo porque tú eres especial para mí.
––
¿Eh? ¿Qué significa eso? Para hacer este tipo de cosas con otra persona se
necesitan razones más claras que esas, Yoochun.
––
¿Razones? ¿Junsu ah, tener las ganas de ayudarte
no es suficiente para ti?
––
Pues… no.
Yoochun
se quedó un rato pensativo pero sin apartarle la mirada a un Junsu menos
molesto pero cuya vergüenza iba ganando nuevamente terreno. La penetrante
mirada del pelinegro le estaba poniendo de los nervios. Además, qué clase de
discusión estaban teniendo. Yoochun se ha ofrecido
en ayudarle a usar sus objetos sexuales. ¡Cómo cojones quiere que se tome eso a
la ligera!
––
Me agrada la idea de ser quien te ayude a descubrirte en la sexualidad. ¿Es esa
razón suficiente, Junsu?
La
voz ronca que le llega a los oídos le hace jadear inconscientemente, y además
allá al sur de su ombligo su virilidad decide que erguirse es buena idea ahora.
Las mejillas de Junsu vuelven a ganar color, un intenso carmín que realza su
inocente luminosidad tierna. Yoochun se aparta de la puerta y finalmente se
interna en la habitación. El rubio agarra con fuerza el cojín entre sus piernas
cual si intentara ocultar la emoción
que se ha despertado allí. El pelinegro se sienta en el borde de la cama y toma
uno de los vibradores observándole con aire curioso. La verdad es que nunca
había tenido uno de estos objetos entre sus manos y era… extraño. Hoy parecía
su día de las extrañezas.
––
Yoochun ah.
––
¿Eres virgen, Junsu?
––
¡Por supuesto! –– Chilló con indignación.
––
No te enojes, no pregunté más que por cerciorar algo que ya sabía… –– El
pelinegro le sonrió limpiamente y todo el malhumor en el rubio se esfumó… ––
Entonces…
––
¿Qué?
––
¿Te ayudo? –– Yoochun le miró profundamente. No había atisbo de burlas en sus
ojos negros y eso puso más nervioso a Junsu… –– Prometo ser gentil y hacer de
esta una experiencia inolvidable para ti.
––
Lo dices como si tuvieras experiencia en esto.
––
Soy tan virgen como tú, Junsu.
El
rostro del rubio se tornó un farolillo encendido a media noche. Tan adorable
que Yoochun se preguntó si besarle sería también una oportunidad en todo esto.
––
Será extraño, Yoochun.
––
¿Por qué? –– El pelinegro insistió. Por alguna razón no quería dejar ir esta oportunidad.
––
Te lo dije, Yoochun. Además de vergonzoso, no es algo que haría contigo solo
por ser mi mejor amigo. Este tipo de experiencias deberían ser significativas
por algo más, fuerte, ¿entiendes?
––
¿Te refieres a hacerlo con tu pareja o algo así? –– El rubio asintió
suavemente… –– ¿No me quieres?
––
¡Eh! –– Los ojos en forma de gota del rubio se abrieron desmesuradamente. Sabe
de antemano por el calor en sus mejillas que se ha ruborizado otra vez… ––
Claro que sí –– Susurró tímidamente. Aunque no está seguro de que Yoochun capte
qué tipo de querer está expresándole justo ahí.
––
¿No debería ser suficiente?
––
Yoochun…
––
Yo también te quiero, Junsu ah. Más que a ningún amigo, mucho más. Incluso
podemos hacer de cuenta que estamos saliendo.
––
¡No hables de ese tipo de cosas tan a la ligera!
––
¡No es a la ligera! ¡No soporto la idea de saber que quieres experimentar tu
sexualidad y pensar que si no es conmigo lo harás con cualquier otra persona!
¡Eso me da rabia y celos!
Tras
la explosión del pelinegro, el rubio se quedó anonadado. ¿Qué debería
interpretar de todo esto? ¿Cómo es que todo se había complicado hasta este
punto?
––
Yoochun… –– Mirarse a los ojos y hablar con ellos sin contar con las palabras
funcionó al menos de momento. Junsu supo que de cualquier manera con nadie más
querría esto… –– Sé gentil, y no vayas a burlarte de nada.
La
sonrisa que se ensanchó en los gruesos labios del pelinegro hizo brincotear el
corazón del rubio con especial emoción. Al instante Yoochun se fue sobre las
ropas de Junsu.
––
¡Yah! ¡¿Esto es ser gentil?! ¡No me desnudes tan rápido y así nada más~!
Las
protestas del rubio cayeron sobre oídos sordos pues el pelinegro no se detuvo
hasta que hubo conseguido sacarle los jeans y la ropa interior. La pelvis de
Junsu era tan jodidamente perfecta. La forma y la distribución de sus huesos,
la unión en sus piernas –largas y firmes–, su virilidad con el vello púbico
rizado de un tono castaño que le pareció de lo más encantador, no poseía
demasiado vello salvo en la base alrededor de los testículos, pero hermosamente
seductor. El pene semierecto no ostentaba un gran tamaño, pero a Yoochun le
parecía ideal para la complexión y personalidad de Junsu. Y además se le
antojaba poderosamente dulce al gusto.
––
Deja de mirarme así.
––
No hay manera de que sea diferente. Junsu ah, ¿puedo probarte?
Los
colores del espectro al carmín explotaron nuevamente en el rostro del rubio.
Aquello fue una afirmación para el pelinegro, pues de inmediato enterró su
rostro en la pelvis de Junsu lamiendo la extensión sin titubeo alguno.
––
¡Ngh~! –– El primer concierto de gemidos para oídos de Yoochun acababa de
iniciar.
……
–– Y así es como Yoochun
se lleva la castidad de mi adorado bebé Junsu.
¡Jaejoong-ssi!
Irrumpir en el relato de esta manera no es gentil.
–– ¿Te parece gentil la
manera en que Yoochun convenció a Junsu de correrle mano?
Técnicamente
sí. Además ha sido Junsu quien le ha provocado. O ambos lo han hecho, tan solo
están dejando fluir sus sentimientos verdaderos.
–– Está bien, te doy un
voto a favor.
Eh,
gracias.
–– Me pregunto si Junsu
tendrá algunos otros accesorios ocultos por ahí para descubrir su sexualidad.
Capaz tiene algún traje de cuero, látigos o cosas por el estilo.
Creo
que eso lo podría encontrar más bien en su clóset, Jaejoong-ssi.
–– ¿En qué te quedaste?
Sospecho
que intenta evadir lo que hace con Yunho-ssi. Que seguramente desbordan pasión
y algunos gramos de lujuria salvaje.
–– Junsu y Yoochun~
……
Yoochun
pasó su lengua arriba y abajo por el tronco fálico de Junsu saboreando su
rugosa textura, notando bajo el tacto de su músculo flexible y húmedo las
venitas inyectándose de sangre al aumentar la excitación.
––
Chun~ basta, es demasiado…
––
¡Shh! Dijiste que aceptabas. También quiero hacer esto, Junsu ah.
Apenas
le interrumpió lo suficiente para decir aquello cuando ya estaba de nuevo
lamiendo y repartiendo besos por su erección. Junsu pensaba que esto era
demasiado rápido y extraño, pero estrepitosamente exquisito. La lengua de
Yoochun le llevaría al éxtasis en un parpadeo si no se contenía lo suficiente.
Permanecer sentado era una imposibilidad, el cuerpo del rubio se venció hacia
atrás descansando nuevamente entre almohadones, cojines y peluches –Micky de
alguna manera quedó cual si le estuviese mirando de frente y aquello aumentó la
vergüenza del rubio–.
––
¡Nhh, Yoochun! –– Con piernas temblorosas, Junsu cerró los ojos y llevó sus
manos a su propia cabeza enterrando sus dedos entre sus teñidos mechones.
La
lengua del pelinegro resbaló entonces hasta la base, los testículos se
convirtieron entonces en su objetivo, metiéndolos en su boca cual si fueran un
par de dulces que chupar hasta llegar a la zona más sensible. Junsu se fue
percatando del aturdimiento de sus sentidos conforme Yoochun iba más lejos. De
pronto un cojín pasó por debajo de su espalda elevando su cadera, sus piernas
sujetadas con fuerza fueron elevadas hasta descansar en los hombros del
pelinegro, el pelinegro estaba arrodillado en la cama, por lo que en el
movimiento la pelvis del rubio quedó elevada también hasta que el mayor de los
dos encontró cómoda la posición, así gran parte del peso de Junsu descansara
sobre su espalda superior y los hombros.
Yoochun
había tomado uno de los tubitos con lubricante y comenzó a repartir la
sustancia pegajosa alrededor de la zona. Separó los glúteos con sus manos para
mejor labor, admirar de tan cerca la intimidad de Junsu le sofocó de pies a
cabeza, su corazón martilló en sus oídos y entre sus pantalones su propia erección
comenzó a molestar, por lo que aflojó el cinto y bajando el zipper liberó su
falo de la prisión que su ropa conformaba. Su lengua fue a parar al anillo
comprimido, las paredes cerradas no cederían sin más. Yoochun dejó un poco de
saliva y luego untó más lubricante alrededor de la cavidad, miró uno de los
vibradores pero pensó que todos eran demasiado grandes para la primera vez, así
que se decidió por sus dígitos.
Presionó
suavemente la yema de uno de sus dedos sobre la entrada, la carne ceñida no
dilató en los primeros intentos, y por los jadeos de Junsu, Yoochun supo que le
estaba resultando incómodo.
––
Tienes que relajarte, Junsu ah.
––
Es… complicado.
––
Toca aquí… –– El pelinegro tomó una mano del rubio y le instó a masturbarse a
sí mismo.
Renuente
al acto vergonzoso –como si todo no lo fuera de hecho–, comenzó a masajear su
erección, la que había perdido algo de excitación pero que pronto retomó los
bríos de antes. Concentrado en el placer que se otorgaba a sí mismo, Junsu no
resintió la intrusión del dígito de Yoochun cuando finalmente él consiguió
abrirse paso en su interior.
––
Ahh~ –– El jadeo brotó de sus labios con suavidad, disfrutando del placer de su
toque y el roce de aquel intruso que le acariciaba los anillos internos de carne
rugosa y caliente, humedecida poco a poco por el lubricante… –– Yoochun~ ––
Gimoteó casi sin darse cuenta de que era justamente el nombre de su amigo el
que pronunciaba.
Pero
escucharle hizo palpitar con emoción el corazón del pelinegro. De pronto se dio
cuenta de que aquella postura le permitía admirar todo en Junsu. Su cara
enrojecida cruzada de placer, el sudor perlándose en su frente, sus labios
suspirando, húmedos de su propia saliva pues los mordía y lamía insistentemente
cuando una nueva oleada de gozo le corría por el cuerpo. Podía admirar también
su torso a medio desnudar, con la playera floja dejando al descubierto su
vientre, la piel suave y clara se le antojaba de sobremanera, veía la forma en
que su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración agitada. Y ahí, en su
pelvis descubierta, la mano bombeando su erecto miembro, escuchar el chapoteo
húmedo de su presemen y el movimiento del espoleo. Y más allá, entre sus firmes
glúteos, la rosada cavidad que degusta con su lengua y penetra con sus dedos,
dos de ellos pues se ha animado en agregar el segundo, vigilando las
expresiones en su cara ruborizada.
Lentamente
penetrando hasta el fondo, acariciando con sus yemas el interior, buscando ese
famoso punto que le haga delirar, suspirar y derretirse bajo su cuerpo. Un
movimiento bastó para encontrarlo, aunque Yoochun no hubiera sabido exactamente
cómo llegó allí, pero el gemido ronco de Junsu y la forma en que arqueó la
espalda fue muestra suficiente para saberlo. Entonces se concentró en tocar una
y otra vez el mismo sitio, notando el dolor en su propia erección pues era
demasiado excitante ver a Junsu así, tan perdido en su placer, sudoroso,
agitado, ruborizado.
Le
gusta. Le quiere.
¿Le
ama?
……
No
tienes por qué sonreír
No
tienes por qué pretender ser bonita
No
necesito entenderte
Ahora
puedo verlo todo
Puede
que te quedes sin aliento
Y
necesites una respiración asistida
No
tienes que pretender no verlo
Tú
puedes tomar la delantera hoy
……
Después
del encuentro clandestino en su casa, Junsu no sabe cómo enfrentar a Yoochun de
nuevo. Aquella tarde todo había terminado de maravilla –excepto por la parte
tan vergonzosa en que él se corrió a unos minutos de haber iniciado y ensució
su cuerpo y las mantas de su cama, ¡hasta sus peluches y cojines!–, pero aunque
lo había insinuado, Yoochun no le había besado. Se despidió casi con prisas y
había salido de su casa demasiado pronto para su gusto.
Sin
embargo, esta mañana Junsu todavía se siente feliz, avergonzado también. Quiere
agradarle a Yoochun como algo más que su amigo y piensa que el encuentro sexual
puede servir para acercarse de la forma en que su corazón ha deseado de algún
tiempo para acá. ¿Cuándo se enamoró? No lo sabe, lo comprendió un día y ya. Sin
demasiados quebraderos de cabeza, sin mayores preocupaciones.
Se
ha esmerado en su presentación, ha seleccionado las prendas con las que se
siente más atractivo y se ha aventurado a la universidad con un solo
pensamiento rondándole la cabeza. No evadir la mirada ni hacer de cuenta que
nada pasó el día anterior. Los jeans negros entallados a su silueta y la casaca
sin mangas en tono blanco resaltando su belleza natural; se ha peinado los
rubios mechones hacia arriba y ha delineado el contorno de sus ojos además de
haber agregado un poco de brillo a sus labios. Nada exagerado, solo lo
suficiente para realzar sus virtudes físicas. Su andar es seguro –aunque
francamente le ha quedado un vestigio de incomodidad en la espalda baja por la
acción del día anterior–, llama la atención de todos al pasar y en los pasillos
el cuchicheo de las muchachas y las miradas de más de algún varón le acompañan
hasta su aula.
––
Junsu…
––
Hola, Yoochun ah…
El
saludo es extraordinariamente diferente. Mientras que el pelinegro le recibe
con cara de baboso –no hay otra manera de describir su anonadada expresión– al
verle tan sexy; el rubio sonríe ampliamente con el sol iluminando sus pupilas
chocolate.
Yoochun
incluso se pregunta si de verdad ha estado con esta hermosa criatura el día
anterior, si no ha sido un sueño haberle tocado, explorado, conocido y lanzado
al orgasmo con su boca y sus manos.
––
¿Por qué me miras así? ¿Me veo mal? –– Junsu cuestiona, pero esta vez está
completamente seguro de que los ojos negros de su amigo le miran con hambre cual
lobo hambriento en la tundra salvaje a merced de las inclemencias de la
naturaleza.
––
Al contrario. Estás… ¡wow! Todo mundo te mira, no me gusta eso… –– Frunce el
ceño y gruñe por lo bajo al percatarse de que todos en el aula le miran con la
misma cara que él tenía al verle llegar.
––
A mí me gusta que no te guste, Yoochun ah.
El
pelinegro le mira y ladea el rostro como tratando de comprender sus palabras.
Junsu le sonríe lleno de vida, le nota más feliz que antes de ayer y se
pregunta con algo de egocentrismo si su encuentra tendrá algo qué ver. El rubio
le guiña el ojo y de inmediato se sonroja por lo que evade la mirada haciendo
el tonto acomodando sus cosas, el maestro está por llegar.
––
Junsu ah, que sepas que estoy celoso.
Se
limita a confesar mientras toma sitio detrás del rubio y decide hacer hasta lo
imposible por conseguir que al menos un grupo de neuronas presten atención a la
clase. Naturalmente, falla en el intento, y de forma miserable. No ha hecho más
que garabatear en su libreta letras que probablemente lleguen a componer alguna
canción en el futuro –le encanta la música y tocar el piano. Piensa de pronto
que escribir una canción como tributo a Junsu sería buena idea, toma nota
mental y se propone a hacerlo con calma, no quiere cosas más precipitadas que
lo sucedido el día anterior–.
La
colación de tales pensamientos en su cabeza le hace recordar también otro
detalle. Junsu le ha permitido iniciarle en su sexualidad, le ha dejado verle
desnudo y provocarle un orgasmo, tocarle como sabe nunca nadie le tocó antes. Y
está hoy ahí, tan guapo y sexy que le entran celos porque todos lo notan –y no
es que no lo notaran antes, es que ahora siente algo de posesión hacia el rubio muchacho por haber sido el primer hombre en
su vida sexual–. Pero comprende también, que los amigos de verdad no llegan a
estos extremos de confidencialidad ni apoyo. Yoochun se da cuenta de que está
enamorado. De que le quiere en sus días no como el amigo con derecho a roce que
por ahora podría catalogarse, sino como su novio, su amante, el único.
Garabatea
unas palabras en un trozo de papel y tocando el hombro de Junsu le llama para
entregárselo. El rubio se sonroja al pensar en ser descubiertos por el
profesor, con suerte y está de espaldas indicando algo en las diapositivas
proyectadas al frente.
––
¿Te gusta que no me guste que te miren
porque te gusta verme celoso? Si es así, no dejes de vestirte como hoy. Pero sabe
esto, Junsu ah. Me encantas sin importar lo que lleves puesto. Pero sobre todo,
me encantas sin nada cubriendo la bella desnudez de tu figura.
Yoochun
supo que Junsu se había avergonzado por su mensajito –tan adolescente pero al
mismo tiempo perfecto para la ocasión– cuando vio las orejas del muchacho
enrojecer. Luego el rubio giró el rostro, lo suficiente para verle. Y le
sonrió. Tan cristalino, que el pelinegro comprendió que esta era su manera de
decirle que sus palabras habían tocado más que su morbo, alguna parte de su
corazón.
––
¿Quieres ser mi novio, Yoochun ah?
Cuando
aquel corto pero significativo mensaje le fue devuelto en otro trozo de papel,
Yoochun sonrió más que gustoso. Tal vez debiera haber sido él quien lo
preguntara, pero honestamente, el orden de los factores no altera el producto,
¿cierto?
––
Sí. Y Junsu ah, me gusta que tomes la
iniciativa. Me gustas tú. Me gusta quererte y saber que estamos en el mismo
sendero, caminémoslo tomados de la mano.
……
–– Debo reconocer que
eso ha sido una forma diferente y linda de confesarse.
¿Le
parece, Jaejoong-ssi? Estuve meditando esto un rato.
–– Me parece acertado. Aunque
eso de que primero anden haciendo cosas indecentes y luego se declaren. Creo que
Yoochun necesita que su hyung hable seriamente con él. Ya sabes, para futuros
relatos.
A
veces usted me da miedo, Jaejoong-ssi. Su sonrisa cálida desprende cierta
perversión que hasta me hace estremecer. Seguramente que Yunho-ssi y usted
experimentan más cosas de las que hace aparecer sublimemente en las redes
sociales.
–– Junsu y Yoochun~
He
captado claramente su forma de cortarme el tema -.-
……
Amo
las cosas dulces
También
me gustan las amargas
A
veces, quiero probarlas las dos
31
helados son demasiados sabores
A
través de mi boca puedo probar muchos sabores
Eres
muy interesante
Igual
que una película de éxito…
……
Los
juguetes sexuales que Junsu hubiera adquirido estaban de pronto en una caja al
fondo de su clóset. No los necesitaba más. ¡Y no los había usado realmente
todos! Solo uno que Yoochun empleó aquella vez cuando todo comenzó. Y no los
necesitaba, porque su novio se encargaba de hacerle descubrir muchas cosas
ahora.
––
Igual puede que en algún futuro los usemos, baby~
La
varonil voz del pelinegro le saca de sus pensamientos, le hace enrojecer y
ganarse un golpe en el brazo que se soba mientras finge dolor y con los labios
alzados en trompetilla exige un beso de consolación.
––
No te lo mereces… –– El rubio gimotea cruzándose de brazos y mirando hacia el
lado.
––
Junsu ah~ no seas malito, kiss me~
––
No.
––
Please~
––
Con una condición.
––
Lo que quieras.
––
Cómprame helado… –– A Junsu le brillan los ojos con esa inocencia tan suya que
aflora siempre incluso si no lo planea. Tan simple como que es parte de su
personalidad.
––
Aigoo~ me he liado con un chico mimoso.
––
¿Te estás quejando?
––
Para nada. Estoy pensando que de esta manera tengo más formas de hacer que te acurruques en mi cuerpo.
––
¡Yoochun! ¡Deja de pensar en eso y
cómprame helado!
Por
supuesto, el helado cambiaba de sabor día con día. Y siempre terminaban compartiendo
besos fríos pero candentes, cargados de una pasión que parecía no tener fin. A veces
el helado se convertía en un elemento más para explorar la sexualidad
compartida, se transformaba en el sabor dulce que contrastaba contra el amargo
de su sudor y hasta de sus falos encendidos liberando su esencia tras repetir
esos actos de felación que sabían exquisitamente placenteros.
––
Presiento que el helado nos gustará incluso en invierno, Junsu ah.
––
Siempre que lo comparta contigo, no importa la estación del año, Yoochunnie.
Se
sonríen mutuamente y comparten otra cucharada de helado. Hoy sabe a menta y avellana
con cerezas para entretenerse entre deliciosos y contrastantes sabores. La lengua
de Yoochun se cuela en la boca de Junsu, impulsa a su congénere a rozarse y
jugar, se debaten a duelo de pasión. Se besan hasta consumir el último gramo de
oxigeno y al separarse, dejan en sus labios cortos besos antes de que otra
cucharada de helado se cuele entre ellos e inicien otro beso húmedo.
––
He traído también un helado de cerveza.
––
Pero yo quería de queso, y mango~
––
Mimado. Por supuesto que los he traído para ti. ¿Quieres que probemos en otra parte? –– El cuestionamiento es directo
y sugestivo.
Yoochun
admira las mejillas de Junsu enrojeciendo. Pero el beso fogoso que le planta le
deja atontado antes de percatarse de la ausencia de su novio en la estancia, se
ha perdido en la habitación y desnudado de camino pues encuentra sus prendas
regadas por el pasillo.
––
Dos años saliendo y todavía me sorprendes… –– El pelinegro sonríe para sí. Atraviesa
el pasillo y se deshace de sus ropas para igualar su condición a la de su
novio.
Junsu
le espera recargado en la cómoda del espejo de media luna, un bote de helado en
sus manos, la cuchara en su boca en un gesto demasiado provocativo que alza de
una la erección de Yoochun.
……
–– ¡Ha pervertido a mi
bebé!
Jaejoong-ssi…
–– ¡Ni intentes
defenderlo!
Esto
-.-u
……
¿Dónde
has aprendido estas cosas?
Tira
y empuja con esas emociones
Tira
y empuja
¿Dónde
has aprendido estas cosas?
Me
sostienes y me dejas ir
Me
sueltas de arriba abajo
¿Por
qué necesitas una razón?
¿Qué
más necesitas decir?
No
hay razón
Hay
razón, hay razón, hay razón
……
––
¡Mgh! ¡God, baby! –– Yoochun sujeta los mechones de su novio tironeando
inconscientemente de ellos cada que Junsu succiona su erección con más ahínco
que la anterior.
Han
aprendido tanto del otro en la intimidad como lo han hecho fuera de la
privacidad de su sexualidad. Junsu se ha convertido en su motor del día a día,
y la razón por la que ser señalado como gay no le importa en absoluto. Si cualquiera
tuviese la dicha de recibir las atenciones de Junsu o hacerle el amor, sin duda
que también se volvería gay. Con suerte y no es así, Yoochun es el único hombre
en la vida de Junsu, como Junsu lo es en la suya.
––
¡Fuck! –– El pelinegro cierra los ojos y se muerde los labios con fuerza. La lengua
de su novio ha hecho algo que ha electrificado todo su cuerpo con oleadas de
placer que le han estremecido de pies a cabeza.
Este
es Junsu, el chico tímido y avergonzado que le dejó iniciarle en su vida sexual
hace dos años. El mismo chico que ahora puede ser toda una fiera en la cama,
que le sorprende cada vez con nuevas formas de amarse. Es creativo y condescendiente,
pero también muy capaz de decir NO cuando algo no es de su agrado –como la
ocasión en que Yoochun siquiera mencionó por casualidad algo sobre fetichismo–.
––
Mi turno de sentirte, Yoochunnie… –– Su voz aguda suena peligrosamente
seductora, al pelinegro le da un pinchazo la ingle solo al escucharle.
Cuando
Junsu monta en su regazo y perfila su erección en su intimidad
autopenetrándose, a Yoochun se le nubla la vista por el placer de su unión. La forma
en que sus estrechas paredes la apresan asfixiando su virilidad le hacen
temblar de gozo.
––
¡Joder! ¡Siempre tan exquisito, baby!
––
Yoochunnie~ ¿recuerdas que la primera vez que tuvimos contacto íntimo te
pregunté por razones para hacerlo?
––
Sí… –– Responde por inercia, demasiado sumido en las sensaciones que el sutil
movimiento de las caderas de su novio le produce al agitarse adelante y atrás.
––
¿Cambiaría en algo tu respuesta ahora?
––
Te Amo, Junsu ah. ¿Necesitas otra razón? –– La franqueza matizada en los ojos
negros de Yoochun da un vuelco al corazón del rubio.
––
Babo, dices esas palabras por primera vez en años, ¿sabías? –– Junsu deja caer
su rostro y topa su frente contra la de su novio. Aún están unidos, puede
sentir cada centímetro del pene del pelinegro en su interior, tocando tan
profundo que no puede evitar temblar de placer.
––
Admito que no soy muy romántico. Las palabras dichas de esa manera no se me
dan, pero baby… –– Enmarca el rostro de su novio y besa dulcemente sus labios…
–– Tenemos toda una vida para descubrir y pulir nuestras virtudes, para amarnos
de todas las formas que tu cabecita pueda imaginar. Eres dueño de todas las
emociones que tengo para dar, de los sentimientos que han florecido en mí por
ti. ¿Qué más podrías necesitar de mí, Junsu ah?
––
Nada. Nada Yoochun ah. Amarte y que me ames lo es todo ya. No necesito decir ni
pedir más. Las razones no hacen más falta, lo único que quería era escuchártelo
decir al menos ahora. Mientras hacemos el amor.
Porque
sincronizados sus cuerpos, armonizados sus corazones y fusionadas sus almas, no
hay más razones necesarias para el amor.
……
–– ¡Hermoso! Ha sido un
relato diferente pero bonito. Pienso que te irá bien.
Realmente
espero que sí, Jaejoong-ssi. Este ha sido un experimento interesante.
–– Yo soy interesante
por supuesto, así que ten por seguro que alguna reacción favorable has de
ocasionar.
Le
está naciendo lo Diva, ¿verdad?
–– ¡Claro que no!
El
brillo en sus ojos y la sonrisa siniestra que insisto se le curva en los labios
me hace dudar, Jaejoong-ssi. De cualquier manera, gracias por haberme
acompañado en esta ocasión~
–– En otra quizá deje
venir a Yunho. O tal vez mande a ChangMin para que ustedes dos discutan un
rato.
-.-
no se ría de esa manera, Jaejoong-ssi. ¡Mejor mándeme a Junsu y Yoochun!
–– Bye~
Me
dejó hablando sola. Estas formas que tienen los dioses de desaparecerse.
Oh
sí, hace falta una palabra por aquí, ¿cierto?
FIN
Aki ando *------*
ResponderEliminarmuy bueno Felina , nueva la forma de relatar pero me parecio genial *_* muchas gracias por este nuevo fic.
ResponderEliminarEspero con ansias muchos mas :D, asi un yoosu tierno y pornoso como solo tu sabes escribirlos :3.
Apartooooooo <3
ResponderEliminarLo amé demasiado hermoso y sexoso al mismo tiempo, jj tan él fue diferente pero maravilloso
ResponderEliminarMuero x q min aparezca de igual manera q jj para verlo pelear con feli xD
SHADJDGASHGDHASGDHASGDHSAGDHGASHDGASHDGASHDGHASVDSABCASDHGSHGDHAS♥
ResponderEliminar-se revuelca por todos lados.- Juro por lo mas sagrado que tengo que esta canción es mi trauma de todo "Incredible" y en serio esperaba mucho por este sdhjadhagdhasgdhsagdhsaghdagshdgashdgsh♥
Primero: Siento que cuando YooChun enarca la ceja se ve jodidamente sexy~ Y mas si lo hace frente a JunSu es muy sdahdghsagdhasgdhasgdhsagdhsagdhsagdhgah♥
Segundo: Ahora si después de que dejo mis fangirleos por la rata xD LO AMEEEEEE~~ TODO TODO TODO!!! EN SERIOOO!!! ESTOY RODANDO LITERAL FUE MUY AGDHSGAHKGDHGFAHDGFHAD♥
El como inicio a JunSu en su vida sexual y poco a poco el alumno supero al maestro fue DEMASIADO para mi corazoncito xDD
Y JaeJoongie-sshi~~ Ay tan jsgdhasdghsdghasgdhsgdh♥ Apareciendo de la nada xDD demasiado sadhghdgsahdgsahgdhsagdhsgdhds♥ -No se cansa de repetirlo.-
Gracias Feli bella~ Termine llorando again pero blah ya es costumbre en mi xDD -Le lanza YS besho.-
♥♥♥♥~~
Que herrmoso Feli...
ResponderEliminarY por supuesto que YooChun oddia que miren lo que es suyo. Y mucho menos que lo toquen
XDDD
Estuvo genial, muchas gracias
Ahhhhh me gusto mucho esta nueva forma de escribir *o*, ahhhhhhh Jaejoong apareció de repente y mi corazón fue tan feliz!!!!!!!! inspira demasiado respeto como la umma que es ♥_♥, fui muy feliz que de estuviera ahí y que luego desviara el tema para que no se hablara de lo que hace con Yunho appa ♥_♥, siiiii que mande a Yunho!!! o a Minnie!!!!! *O*
ResponderEliminarA parte fue una forma maravillosa de narrar como fue declarado el amor entre ambos, fue muy, muy hermosa, y también graciosa, morí de amor cuando Yoochun dice "¿No me quieres?" ♥_♥
Sin palabras, demasiado hermoso y perfecto ♥_♥, un muy hermoso YooSu ♥_♥
Gracias!!!!!!!!! :D
aaaaaaaaaaaaaaw... me encantoou ♥ escribes genial!!! Ame tu nueva forma de relatar con JJ metido ahi *-*
ResponderEliminarMuchas Gracias!
kyaaaaaaaaaaaa me encanto *O*,fue una nueva forma d relato q en verdadme atrapo segui asi gracias por el fic XD
ResponderEliminarwaaaaaaaaaa que bonito!!!! y tubimos la particioacion de jae en el analisis de la situacion fue muy refrescante la nueva forma en la que nos presentaste esta historia.....
ResponderEliminarMe encanto xD mi yoosu bello siempre sorprende gracias!!!!! (estuvieron todo hormonales... babea frente a la pc)... matta ne
<3 yoosu <3
wuooo Feli nuevo formato!! interesante me divierte que se metan en el relato... XDDD los coments estilo "los 5 dioses" XDDD me gustan tus historias, gracias por una nueva historia.
ResponderEliminarEstuvo genial a pesar de haber un Jaejoong metiche interrumpiendo cada tanto xDDD
ResponderEliminarHola Feli!! Wow me encantó, totalmente diferente y muy divertido.
ResponderEliminarAme a JJ ahi haciendo de relator autorizado jajaja...
Muy bueno el shot, y ten presente que tienes muchos fans y aunque seamos pocas las que escribamos, aca estamos jejeje.
Asi que fuerza besosososo
ya tenia bastante tiempo sin pasar por el foro (por falta de tiempo y computadora) y ahora que entro me encuentro con este nuevo format, lo ame.
ResponderEliminarComo siempre el YooSu destilando amor, son tan lindos.
Jae umma en vez de andar de entrometido nos huviera contado un poco de lo que hace con appa YunHo.
gracias por compartirlo.
Por fin pude comentar!! dfdfafasdfadfafa me ha encantado esta nueva forma para escribir que has usado feli y la historia! aefadfasdfafds ni se diga! adafsdfads si es que se gustan mucho mucho muchote! y no hay nadie que pueda ayudar a Junsu a descubrirse sexualmente que no sea Yoochun y pues yoochun encantadisimos de ser el no es así Yoochun!? dafdfadsfsd me encanto! <3
ResponderEliminarMuchas gracias feli bella!
Dlwkcnwpcoqciwnfucopwmfncueoq que Hermoso <3 Diferente pero hermoso... Jaejoong taaaaan jaejoong(?) me encanta que proteja a Junsu como si fuera su madre xD y lo mejor es que mandara a Yunho o a Changmin xD Ahora volviendo al YooSu
ResponderEliminarKyaaaaaaaa Junsu precioso tan avergonzado tierno y sexy, en verdad se noto las dos facetas de Junsu. El en una cama, por un lado objetos sexuales, por el otro incontables peluches esponjositos.... Muy Junsu
Yoochun por Dios llega y se ofrece a Junsu. Tan celoso y seductor. Es que me encanta
Lo de los papelitos en clases fue lindo, una forma diferentemente linda.
En verdad me faltaba leer Yoosu. Publicaste varios en este tiempo y de floja no los he leido xD
Muchas gracias Feli
Oh Diosito ~ Despues de tanto tiempo ♥ Realmente me subio el animo que tenia como por los suelos~ xD Gracias Feli ♥ Como siempre un Ys digno de leer ♥ Siempre tan ASDKLHASLDAHK!! ♥ ♥ Que son demasiado Hermosos y Sexys que parecen de mentira~ Y ese Jaejoong, sonrojandose por le querias sacra sus secretitros lujuriosos con Yunho xDD No importa para eso te tenemos de intermedio para saber Todito lo que hacen ~ ♥♥ Demasiado Bello y Sexy~ Gracias Bella ♥
ResponderEliminarme encanto *o* hahahahahahah y amé las interrupciones de Jaejoong <3
ResponderEliminarGracias Feli <3
NO REASON~~.... fue la mejor forma de describir esta canción!!!... con un Junsu queriendo aprender de su sexualidad y con el mejor de los maestros~~, no xq sea un haz en las artes amatorias, aun q eso vemos q es compartido entre los 2 *u*, sino xq es esa otra mitad de nuestro baby q solo pueden descubrir ese amor verdadero entre ellos y me encanto la manera en q lo hicieron xq nuestro Junsu ya estaba enamoradito, pero Yoochun solo necesitaba ese empujonsito para darse cuenta q desde hace mucho ya no era amistad sino el más puro de los amores wiiiiiiiiiiiiii...
ResponderEliminarGracias Feli lo Ame tantoooooo *w*