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martes, 17 de septiembre de 2013

Shy & Seductive (Shot YooSu)



Aquí con un nuevo shot YooSu~ experimentando con una redacción diferente y nuevo formato ;D veamos qué les parece. 


Título: SHY & SEDUCTIVE
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: NC-18
Advertencia: Lemon
Serie: INCREDIBLE
Song: No Reason

~*~
SHY & SEDUCTIVE
~*~

Vamos a presentar brevemente a nuestros jóvenes protagonistas, una historia de esta naturaleza amerita un poco de atención al respecto.

Tenemos a Kim Junsu, chico de 19 años cuya personalidad le ha merecido más de algún sobrenombre: Ángel, Delfín, Pato, por mencionar algunos. Hiperactivo, alegre, simpático, juguetón, risueño, inteligente en algunas áreas pero más bien torpe en otras, e inocente en algunas pocas más. Su inclinación sexual ha sido sometida a duda en numerosas ocasiones –un poco culpa de su madre por tratarle como si fuera tan delicado como el pétalo de una rosa, más encima ir diciendo por ahí que siempre esperó un hijo y una hija, no dos varones gemelos. Las ironías de la vida y sus intrincados caminos, pero no hemos de entrar en detalles al respecto–, sin embargo no le importa hacer aclaraciones, para Junsu es mejor dejar que la gente piense lo que quiera, él sabe quién es y le basta. Y acá entre nos, prefiere a los de su mismo sexo, pero ¡Shh! Es secreto a voces, sí, de esos.

Contamos así pues con Park Yoochun, algunos dirían que la contraparte de Junsu en absolutamente todo –no se dejen engañar por tales aseveraciones, aún tienen variadas y consistentes similitudes–. Aunque es amable y simpático no socializa demasiado, tiene pocos amigos pero los elige bien. Tampoco es que sea tímido o retraído, de hecho se lo considera fiestero, pero no por ello un parlante sociable, le gusta hacerse el misterioso y cautivar por su secretismo. Popular entre las chicas no duda en coquetearles, y aunque ellas puedan gustarle, ninguna ha conseguido en sus casi veinte años de vida alocar su corazón o provocarle mariposas en el estómago. Los rumores dicen que es bisexual, Yoochun no lo desmiente ni lo afirma, piensa que tal vez deba probar cosas nuevas para saber su verdadera identidad sexual.

Como información confidencial, circula el rumor de que hay personas con el Don para detectar realidades de este tipo en su radar, una de esas personas es Kim Jaejoong, mejor amigo de nuestros protagonistas, gay declarado –¡Si hasta presume a su galán en las redes sociales!–, novio de Jung Yunho y protector –autonombrado– de Shim ChangMin, un jovencito de 17 que también va en búsqueda de su identidad sexual.

–– Hayami lo hará caer completito en el amor. Créanme, por tanto no está en búsqueda de nada, más bien está en la fase de negación de su homosexualidad.

Esto… Gracias, Jaejoong-ssi por su valioso y precipitado comentario.

–– ¿Precipitado?

Bueno, no atañe en ésta ocasión conocer las dificultades de la identidad sexual de nuestro estimado ChangMin.

–– ¡Cierto! Es sobre cómo mi bebé Junsu termina arrastrando a Yoochun en sus encantos.


Sí, más o menos alrededor de eso.

–– ¡Perfecto!

¿Por qué se sienta tan cómodamente aquí, Jaejoong-ssi?

–– Tengo planeado supervisar de primera mano tu relato.

Esto…

–– ¿Deberías comenzarlo con una típica introducción? Pienso que algo fuera de lo común sentaría bien, ¿sabes?


Me temo que ya se ha iniciado de manera diferente, Jaejoong-ssi. Está usted aquí. Su sonrisa deslumbra y su belleza es encantadora; entiendo por qué Yunho-ssi está tan enamorado de usted.

–– Recuérdame sobre quién es este relato.

Junsu y Yoochun, yo intento enfocarme, usted que desvía mi atención.

–– Entonces, cómo comienza *-*

……

No me muerdas
Repásalo suavemente
Al igual que un caramelo dulce
Siénteme
Apriétame el cinturón
Porque las cosas se están aflojando
Deja tus nervios a un lado
Llénate de pensamientos de otras cosas

……


Junsu está en su habitación, sentado en su cama con las piernas cruzadas en posición cómoda dejando un hueco en ellas. Al frente hay varios artículos desperdigados por el colchón. Un paquete acaba de llegar y se une a todo lo demás. El joven de cabellos teñidos suspira, lleva semanas debatiéndose en lo mismo. Usarlos o no usarlos, ésa es la cuestión. Resopla y suspira otra vez, se acomoda el flequillo que cae sobre su frente y vuelve a pasear la mirada por los objetos en su cama. Estira los brazos y juguetea con el cojín que descansa en el hueco de sus piernas mientras se debate nuevamente en pensamientos. Suspira por enésima vez y frustrado se deja caer en el mar de almohadones, peluches y cojines en la cabecera de su cama –debiera dejar de ser tan infantil al tener así su cama pero la verdad no puede evitarlo, es algo que lleva en la sangre–.

Estira las piernas y patalea en un curioso berrinche para un joven de su edad, los artículos terminan desordenados y más de alguno cae el alfombrado suelo. En medio de su pataleta coge un peluche de entre el montón. Un ratón.

–– ¿Por qué tú de entre todos, Micky? –– Observa el peluche y le da unos golpecitos sobre la amplia frente con uno de sus dedos. Chasquea la lengua y refunfuña al darse cuenta de que ha visualizado un rostro en especial en la cara del peluche.

Terminada su rabieta Junsu vuelve a suspirar –de pronto parece inevitable y hasta un gesto inconsciente–, deja el ratón sobre su vientre y tirado de espaldas en su cama mira el techo. Su corazón late un poco más aprisa al pensar en ése chico en particular. Vuelve a sentarse y al mirar todos esos objetos en su colchón, sus mejillas se tiñen de rojo. Ha pensado irremediablemente  en lo que sería si el chico que le gusta le ayudara a descubrir su sexualidad.

–– Pero si supiera lo que siento por él, y aún más que he estado comprando estas cosas para preparar mi cuerpo para él, seguramente le generaría repulsión. Lastimaría nuestra amistad de un modo que no sé si podría sanearse. De todas maneras, estos objetos en mí no deben tener comparación con su virilidad penetrándome.

Su rostro explota en rubor hasta cubrirle las orejas tras escucharse a sí mismo. Preparar su cuerpo. Claro, ésa ha sido la idea, pero pasadas varias semanas desde su primer comprar sigue ahí, sin animarse en usar ni uno solo de los vibradores o los tubos de lubricante. ¡Esto lo sobrepasa! ¡Su vergüenza y timidez pueden más que su curiosidad!

Toc, toc llaman a la puerta. Y antes de pensar ya ha respondido ese “adelante” por mera costumbre.

–– Hey, Junsu ah… –– La voz varonil del muchacho de cabellos negros termina por conseguir que las neuronas del rubio hagan sinapsis.

–– ¡Yoochun! –– Exclama enrojeciendo furiosamente al caer en cuenta de la presencia de su amigo.

Intenta desesperadamente ocultar los artículos sexuales sobre su cama pero es inútil. La cara sorprendida del pelinegro le dice que ha visto todo.

–– Para qué…

–– ¡No preguntes!

–– Pero tengo curiosidad.

Las orbes ónix exigen de las pupilas chocolate la oportunidad de comprender. Todo y que nada obliga a Junsu a compartir absolutamente todos sus secretos con Yoochun.

–– ¿Cómo entraste? No hay nadie en casa.

–– Tu hermano me contó de una llave de emergencia, dijo que has estado actuando extraño y me pidió que hablara contigo aprovechando que estás solo.

Junsu frunció el ceño. ¿Desde cuándo JunHo le pedía ayuda a Yoochun tratándose de él? ¡Si hasta juraba que a su gemelo el pelinegro no le cae bien! –cosa que por cierto el rubio no ha comprendido hasta el momento–. De cualquier manera, ¿Por qué JunHo no vino y le preguntó directamente?

–– No es que me asuste ni nada parecido, pero encuentro raro verte con estas cosas en tu cama… –– Yoochun dijo con tono casual, aunque francamente luego le gastará alguna broma. Seguramente que todo rojito se verá adorable. ¡Stop! Él debe dejar de pensar en torno a Junsu con adjetivos de aquella naturaleza. ¡Que es un hombre, joder!

–– ¿Y por qué raro? ¡No soy un crío! –– El rubio protestó a punto de iniciar uno de sus tiernos berrinches.

–– No he dicho que seas un crío. Pero un hombre en posesión de vibradores y lubricante es… extraño… ¿Tú los usas? –– Yoochun vio el rostro de su amigo encenderse de nuevo hasta la raíz de sus cabellos teñidos… –– No sabía que te gustaban este tipo de… cosas.

–– ¡No los he usado nunca! –– Chilló avergonzado.

–– Entonces… –– El pelinegro elevó una ceja con gesto inquisitivo, recargándose en la madera de la puerta sin dar un paso más dentro de la habitación, mirando alternadamente al rubio y los objetos en un lado de la cama.

La otra cara de la moneda cuando contemplaba el extremo contrario, donde los peluches, los cojines y los almohadones realzaban su aura angelical. Si es que Junsu era toda una cajita de pandora. El mutismo del rubio exaltó un poco al pelinegro, que no estaba para nada acostumbrado a verle callado ni quieto. Así que decidió ser un poco más directo.

–– ¿Los piensas usar con alguna novia? –– Yoochun no sabría decir por qué plantear tal opción le dejó un mal sabor de boca.

–– Para empezar no tengo novia… –– Junsu aclaró casi indignado por la probabilidad –– Y de todas maneras no es para usarlos en nadie.

–– Pues sigo sin entender… –– Yoochun señaló cruzándose de brazos pero sintiéndose al mismo tiempo aliviado. La virginidad de Junsu era algo así como sagrada. ¡Nadie merecía tocarle siquiera un pelo! Excepto quizá él.

–– La idea es usarlos yo… –– Murmuró entre dientes. Tan quedito que su amigo casi no le escuchó.

–– ¿Usarlos en ti? –– Cuestionó, más por asegurarse de haber entendido bien. Junsu asintió incómodo, mientras que al pelinegro le atacó una oleada de calor… –– ¿Por qué?... –– Quiso saber. La boca se le resecó de pronto e inconscientemente tragó hondo, su marcada manzana de Adán se movió sugestivamente a lo largo de su cuello. Junsu vio eso y sintió una punzada en la ingle.

–– Es lógico, ¿no? –– El rubio espetó francamente molesto. Es que ésta no era la manera ni el momento en que deberían tener esta conversación.

Yoochun estuvo tentadísimo de lanzar ese otro cuestionamiento que le burbujeaba en la garganta. ¿Es gay? Pero visto desde la perspectiva de Junsu, la respuesta era obvia. Algo se agitó en el estómago del pelinegro con molestia.

Ante el silencio de Yoochun, Junsu pensó que era su oportunidad para guardar todas sus cosas. Ya tenía suficiente de vergüenzas. Yoochun le miró de soslayo, el perfil colorado del rubio le devolvía una imagen endiabladamente tierna. Las ironías de la vida, otra vez.

–– ¿Por qué no los has usado? Por algo los compraste, Junsu ah.

–– Es vergonzoso.

–– ¿Pero quieres usarlos?

–– Sí… –– Murmuró quedito.

–– ¿Quieres que te ayude?

–– ¿Q-qué?... ¡Qué!

–– Será nuestro secreto. Tú lo quieres y yo no tengo problema en ayudar.

–– ¡Park Yoochun cómo me propones algo así! –– El rubio gritó más que avergonzado y escandalizado. Aunque la idea no era para nada mala, las bases sobre las que se cimentaba le daban rabia y temor. Sobre todo temor.

–– ¿Qué tiene de malo? Somos amigos, de hecho yo soy tu mejor amigo… –– El pelinegro agregó enfatizando sus últimas palabras. Como si aquel título le diese derecho más que suficiente para plantearle aquella descabellada e indecorosa proposición.

–– ¡Justamente! ¡Amigos! ¡A M I G O S! –– Junsu sintió cómo se le tensaba la mandíbula y la forma en que su corazón insistía en emocionarse tras la propuesta del pelinegro. ¡Pero él no podía ceder! ¡Esto era hablar de ligas mayores! No se da un paso así con cualquier persona.

–– Deja de hacerte el difícil. Quieres y quiero, por qué le pones trabas a algo tan sencillo.

–– ¡Dejarte tocarme de esta manera no es algo tan sencillo, Yoochun! ¡No es algo que haces así nada más ni con tu mejor amigo! ¡O es que vas por ahí haciéndole esta clase de favores a todos nuestros amigos! –– Junsu lanzó, frunciendo el ceño particularmente en sus últimas palabras. Le burbujeó una agrísima sensación en la boca del estómago.

–– No soy un calientacamas de nadie, Junsu. Claro que no voy haciendo esto con nadie, lo haría contigo porque tú eres especial para mí.

–– ¿Eh? ¿Qué significa eso? Para hacer este tipo de cosas con otra persona se necesitan razones más claras que esas, Yoochun.

–– ¿Razones? ¿Junsu ah, tener las ganas de ayudarte no es suficiente para ti?

–– Pues… no.

Yoochun se quedó un rato pensativo pero sin apartarle la mirada a un Junsu menos molesto pero cuya vergüenza iba ganando nuevamente terreno. La penetrante mirada del pelinegro le estaba poniendo de los nervios. Además, qué clase de discusión estaban teniendo. Yoochun se ha ofrecido en ayudarle a usar sus objetos sexuales. ¡Cómo cojones quiere que se tome eso a la ligera!

–– Me agrada la idea de ser quien te ayude a descubrirte en la sexualidad. ¿Es esa razón suficiente, Junsu?

La voz ronca que le llega a los oídos le hace jadear inconscientemente, y además allá al sur de su ombligo su virilidad decide que erguirse es buena idea ahora. Las mejillas de Junsu vuelven a ganar color, un intenso carmín que realza su inocente luminosidad tierna. Yoochun se aparta de la puerta y finalmente se interna en la habitación. El rubio agarra con fuerza el cojín entre sus piernas cual si intentara ocultar la emoción que se ha despertado allí. El pelinegro se sienta en el borde de la cama y toma uno de los vibradores observándole con aire curioso. La verdad es que nunca había tenido uno de estos objetos entre sus manos y era… extraño. Hoy parecía su día de las extrañezas.

–– Yoochun ah.

–– ¿Eres virgen, Junsu?

–– ¡Por supuesto! –– Chilló con indignación.

–– No te enojes, no pregunté más que por cerciorar algo que ya sabía… –– El pelinegro le sonrió limpiamente y todo el malhumor en el rubio se esfumó… –– Entonces…

–– ¿Qué?

–– ¿Te ayudo? –– Yoochun le miró profundamente. No había atisbo de burlas en sus ojos negros y eso puso más nervioso a Junsu… –– Prometo ser gentil y hacer de esta una experiencia inolvidable para ti.

–– Lo dices como si tuvieras experiencia en esto.

–– Soy tan virgen como tú, Junsu.

El rostro del rubio se tornó un farolillo encendido a media noche. Tan adorable que Yoochun se preguntó si besarle sería también una oportunidad en todo esto.

–– Será extraño, Yoochun.

–– ¿Por qué? –– El pelinegro insistió. Por alguna razón no quería dejar ir esta oportunidad.

–– Te lo dije, Yoochun. Además de vergonzoso, no es algo que haría contigo solo por ser mi mejor amigo. Este tipo de experiencias deberían ser significativas por algo más, fuerte, ¿entiendes?

–– ¿Te refieres a hacerlo con tu pareja o algo así? –– El rubio asintió suavemente… –– ¿No me quieres?

–– ¡Eh! –– Los ojos en forma de gota del rubio se abrieron desmesuradamente. Sabe de antemano por el calor en sus mejillas que se ha ruborizado otra vez… –– Claro que sí –– Susurró tímidamente. Aunque no está seguro de que Yoochun capte qué tipo de querer está expresándole justo ahí.

–– ¿No debería ser suficiente?

–– Yoochun…

–– Yo también te quiero, Junsu ah. Más que a ningún amigo, mucho más. Incluso podemos hacer de cuenta que estamos saliendo.

–– ¡No hables de ese tipo de cosas tan a la ligera!

–– ¡No es a la ligera! ¡No soporto la idea de saber que quieres experimentar tu sexualidad y pensar que si no es conmigo lo harás con cualquier otra persona! ¡Eso me da rabia y celos!

Tras la explosión del pelinegro, el rubio se quedó anonadado. ¿Qué debería interpretar de todo esto? ¿Cómo es que todo se había complicado hasta este punto?

–– Yoochun… –– Mirarse a los ojos y hablar con ellos sin contar con las palabras funcionó al menos de momento. Junsu supo que de cualquier manera con nadie más querría esto… –– Sé gentil, y no vayas a burlarte de nada.

La sonrisa que se ensanchó en los gruesos labios del pelinegro hizo brincotear el corazón del rubio con especial emoción. Al instante Yoochun se fue sobre las ropas de Junsu.

–– ¡Yah! ¡¿Esto es ser gentil?! ¡No me desnudes tan rápido y así nada más~!

Las protestas del rubio cayeron sobre oídos sordos pues el pelinegro no se detuvo hasta que hubo conseguido sacarle los jeans y la ropa interior. La pelvis de Junsu era tan jodidamente perfecta. La forma y la distribución de sus huesos, la unión en sus piernas –largas y firmes–, su virilidad con el vello púbico rizado de un tono castaño que le pareció de lo más encantador, no poseía demasiado vello salvo en la base alrededor de los testículos, pero hermosamente seductor. El pene semierecto no ostentaba un gran tamaño, pero a Yoochun le parecía ideal para la complexión y personalidad de Junsu. Y además se le antojaba poderosamente dulce al gusto.

–– Deja de mirarme así.

–– No hay manera de que sea diferente. Junsu ah, ¿puedo probarte?

Los colores del espectro al carmín explotaron nuevamente en el rostro del rubio. Aquello fue una afirmación para el pelinegro, pues de inmediato enterró su rostro en la pelvis de Junsu lamiendo la extensión sin titubeo alguno.

–– ¡Ngh~! –– El primer concierto de gemidos para oídos de Yoochun acababa de iniciar.

……


–– Y así es como Yoochun se lleva la castidad de mi adorado bebé Junsu.

¡Jaejoong-ssi! Irrumpir en el relato de esta manera no es gentil.

–– ¿Te parece gentil la manera en que Yoochun convenció a Junsu de correrle mano?

Técnicamente sí. Además ha sido Junsu quien le ha provocado. O ambos lo han hecho, tan solo están dejando fluir sus sentimientos verdaderos.

–– Está bien, te doy un voto a favor.

Eh, gracias.

–– Me pregunto si Junsu tendrá algunos otros accesorios ocultos por ahí para descubrir su sexualidad. Capaz tiene algún traje de cuero, látigos o cosas por el estilo.

Creo que eso lo podría encontrar más bien en su clóset, Jaejoong-ssi.

–– ¿En qué te quedaste?

Sospecho que intenta evadir lo que hace con Yunho-ssi. Que seguramente desbordan pasión y algunos gramos de lujuria salvaje.

–– Junsu y Yoochun~

……

Yoochun pasó su lengua arriba y abajo por el tronco fálico de Junsu saboreando su rugosa textura, notando bajo el tacto de su músculo flexible y húmedo las venitas inyectándose de sangre al aumentar la excitación.

–– Chun~ basta, es demasiado…

–– ¡Shh! Dijiste que aceptabas. También quiero hacer esto, Junsu ah.

Apenas le interrumpió lo suficiente para decir aquello cuando ya estaba de nuevo lamiendo y repartiendo besos por su erección. Junsu pensaba que esto era demasiado rápido y extraño, pero estrepitosamente exquisito. La lengua de Yoochun le llevaría al éxtasis en un parpadeo si no se contenía lo suficiente. Permanecer sentado era una imposibilidad, el cuerpo del rubio se venció hacia atrás descansando nuevamente entre almohadones, cojines y peluches –Micky de alguna manera quedó cual si le estuviese mirando de frente y aquello aumentó la vergüenza del rubio–.

–– ¡Nhh, Yoochun! –– Con piernas temblorosas, Junsu cerró los ojos y llevó sus manos a su propia cabeza enterrando sus dedos entre sus teñidos mechones.

La lengua del pelinegro resbaló entonces hasta la base, los testículos se convirtieron entonces en su objetivo, metiéndolos en su boca cual si fueran un par de dulces que chupar hasta llegar a la zona más sensible. Junsu se fue percatando del aturdimiento de sus sentidos conforme Yoochun iba más lejos. De pronto un cojín pasó por debajo de su espalda elevando su cadera, sus piernas sujetadas con fuerza fueron elevadas hasta descansar en los hombros del pelinegro, el pelinegro estaba arrodillado en la cama, por lo que en el movimiento la pelvis del rubio quedó elevada también hasta que el mayor de los dos encontró cómoda la posición, así gran parte del peso de Junsu descansara sobre su espalda superior y los hombros.

Yoochun había tomado uno de los tubitos con lubricante y comenzó a repartir la sustancia pegajosa alrededor de la zona. Separó los glúteos con sus manos para mejor labor, admirar de tan cerca la intimidad de Junsu le sofocó de pies a cabeza, su corazón martilló en sus oídos y entre sus pantalones su propia erección comenzó a molestar, por lo que aflojó el cinto y bajando el zipper liberó su falo de la prisión que su ropa conformaba. Su lengua fue a parar al anillo comprimido, las paredes cerradas no cederían sin más. Yoochun dejó un poco de saliva y luego untó más lubricante alrededor de la cavidad, miró uno de los vibradores pero pensó que todos eran demasiado grandes para la primera vez, así que se decidió por sus dígitos.

Presionó suavemente la yema de uno de sus dedos sobre la entrada, la carne ceñida no dilató en los primeros intentos, y por los jadeos de Junsu, Yoochun supo que le estaba resultando incómodo.

–– Tienes que relajarte, Junsu ah.

–– Es… complicado.

–– Toca aquí… –– El pelinegro tomó una mano del rubio y le instó a masturbarse a sí mismo.

Renuente al acto vergonzoso –como si todo no lo fuera de hecho–, comenzó a masajear su erección, la que había perdido algo de excitación pero que pronto retomó los bríos de antes. Concentrado en el placer que se otorgaba a sí mismo, Junsu no resintió la intrusión del dígito de Yoochun cuando finalmente él consiguió abrirse paso en su interior.

–– Ahh~ –– El jadeo brotó de sus labios con suavidad, disfrutando del placer de su toque y el roce de aquel intruso que le acariciaba los anillos internos de carne rugosa y caliente, humedecida poco a poco por el lubricante… –– Yoochun~ –– Gimoteó casi sin darse cuenta de que era justamente el nombre de su amigo el que pronunciaba.

Pero escucharle hizo palpitar con emoción el corazón del pelinegro. De pronto se dio cuenta de que aquella postura le permitía admirar todo en Junsu. Su cara enrojecida cruzada de placer, el sudor perlándose en su frente, sus labios suspirando, húmedos de su propia saliva pues los mordía y lamía insistentemente cuando una nueva oleada de gozo le corría por el cuerpo. Podía admirar también su torso a medio desnudar, con la playera floja dejando al descubierto su vientre, la piel suave y clara se le antojaba de sobremanera, veía la forma en que su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración agitada. Y ahí, en su pelvis descubierta, la mano bombeando su erecto miembro, escuchar el chapoteo húmedo de su presemen y el movimiento del espoleo. Y más allá, entre sus firmes glúteos, la rosada cavidad que degusta con su lengua y penetra con sus dedos, dos de ellos pues se ha animado en agregar el segundo, vigilando las expresiones en su cara ruborizada.

Lentamente penetrando hasta el fondo, acariciando con sus yemas el interior, buscando ese famoso punto que le haga delirar, suspirar y derretirse bajo su cuerpo. Un movimiento bastó para encontrarlo, aunque Yoochun no hubiera sabido exactamente cómo llegó allí, pero el gemido ronco de Junsu y la forma en que arqueó la espalda fue muestra suficiente para saberlo. Entonces se concentró en tocar una y otra vez el mismo sitio, notando el dolor en su propia erección pues era demasiado excitante ver a Junsu así, tan perdido en su placer, sudoroso, agitado, ruborizado.

Le gusta. Le quiere.
¿Le ama?

……

No tienes por qué sonreír
No tienes por qué pretender ser bonita
No necesito entenderte
Ahora puedo verlo todo
Puede que te quedes sin aliento
Y necesites una respiración asistida
No tienes que pretender no verlo
Tú puedes tomar la delantera hoy

……


Después del encuentro clandestino en su casa, Junsu no sabe cómo enfrentar a Yoochun de nuevo. Aquella tarde todo había terminado de maravilla –excepto por la parte tan vergonzosa en que él se corrió a unos minutos de haber iniciado y ensució su cuerpo y las mantas de su cama, ¡hasta sus peluches y cojines!–, pero aunque lo había insinuado, Yoochun no le había besado. Se despidió casi con prisas y había salido de su casa demasiado pronto para su gusto.

Sin embargo, esta mañana Junsu todavía se siente feliz, avergonzado también. Quiere agradarle a Yoochun como algo más que su amigo y piensa que el encuentro sexual puede servir para acercarse de la forma en que su corazón ha deseado de algún tiempo para acá. ¿Cuándo se enamoró? No lo sabe, lo comprendió un día y ya. Sin demasiados quebraderos de cabeza, sin mayores preocupaciones.

Se ha esmerado en su presentación, ha seleccionado las prendas con las que se siente más atractivo y se ha aventurado a la universidad con un solo pensamiento rondándole la cabeza. No evadir la mirada ni hacer de cuenta que nada pasó el día anterior. Los jeans negros entallados a su silueta y la casaca sin mangas en tono blanco resaltando su belleza natural; se ha peinado los rubios mechones hacia arriba y ha delineado el contorno de sus ojos además de haber agregado un poco de brillo a sus labios. Nada exagerado, solo lo suficiente para realzar sus virtudes físicas. Su andar es seguro –aunque francamente le ha quedado un vestigio de incomodidad en la espalda baja por la acción del día anterior–, llama la atención de todos al pasar y en los pasillos el cuchicheo de las muchachas y las miradas de más de algún varón le acompañan hasta su aula.

–– Junsu…

–– Hola, Yoochun ah…

El saludo es extraordinariamente diferente. Mientras que el pelinegro le recibe con cara de baboso –no hay otra manera de describir su anonadada expresión– al verle tan sexy; el rubio sonríe ampliamente con el sol iluminando sus pupilas chocolate.

Yoochun incluso se pregunta si de verdad ha estado con esta hermosa criatura el día anterior, si no ha sido un sueño haberle tocado, explorado, conocido y lanzado al orgasmo con su boca y sus manos.

–– ¿Por qué me miras así? ¿Me veo mal? –– Junsu cuestiona, pero esta vez está completamente seguro de que los ojos negros de su amigo le miran con hambre cual lobo hambriento en la tundra salvaje a merced de las inclemencias de la naturaleza.

–– Al contrario. Estás… ¡wow! Todo mundo te mira, no me gusta eso… –– Frunce el ceño y gruñe por lo bajo al percatarse de que todos en el aula le miran con la misma cara que él tenía al verle llegar.

–– A mí me gusta que no te guste, Yoochun ah.

El pelinegro le mira y ladea el rostro como tratando de comprender sus palabras. Junsu le sonríe lleno de vida, le nota más feliz que antes de ayer y se pregunta con algo de egocentrismo si su encuentra tendrá algo qué ver. El rubio le guiña el ojo y de inmediato se sonroja por lo que evade la mirada haciendo el tonto acomodando sus cosas, el maestro está por llegar.

–– Junsu ah, que sepas que estoy celoso.

Se limita a confesar mientras toma sitio detrás del rubio y decide hacer hasta lo imposible por conseguir que al menos un grupo de neuronas presten atención a la clase. Naturalmente, falla en el intento, y de forma miserable. No ha hecho más que garabatear en su libreta letras que probablemente lleguen a componer alguna canción en el futuro –le encanta la música y tocar el piano. Piensa de pronto que escribir una canción como tributo a Junsu sería buena idea, toma nota mental y se propone a hacerlo con calma, no quiere cosas más precipitadas que lo sucedido el día anterior–.

La colación de tales pensamientos en su cabeza le hace recordar también otro detalle. Junsu le ha permitido iniciarle en su sexualidad, le ha dejado verle desnudo y provocarle un orgasmo, tocarle como sabe nunca nadie le tocó antes. Y está hoy ahí, tan guapo y sexy que le entran celos porque todos lo notan –y no es que no lo notaran antes, es que ahora siente algo de posesión hacia el rubio muchacho por haber sido el primer hombre en su vida sexual–. Pero comprende también, que los amigos de verdad no llegan a estos extremos de confidencialidad ni apoyo. Yoochun se da cuenta de que está enamorado. De que le quiere en sus días no como el amigo con derecho a roce que por ahora podría catalogarse, sino como su novio, su amante, el único.

Garabatea unas palabras en un trozo de papel y tocando el hombro de Junsu le llama para entregárselo. El rubio se sonroja al pensar en ser descubiertos por el profesor, con suerte y está de espaldas indicando algo en las diapositivas proyectadas al frente.

–– ¿Te gusta que no me guste que te miren porque te gusta verme celoso? Si es así, no dejes de vestirte como hoy. Pero sabe esto, Junsu ah. Me encantas sin importar lo que lleves puesto. Pero sobre todo, me encantas sin nada cubriendo la bella desnudez de tu figura.

Yoochun supo que Junsu se había avergonzado por su mensajito –tan adolescente pero al mismo tiempo perfecto para la ocasión– cuando vio las orejas del muchacho enrojecer. Luego el rubio giró el rostro, lo suficiente para verle. Y le sonrió. Tan cristalino, que el pelinegro comprendió que esta era su manera de decirle que sus palabras habían tocado más que su morbo, alguna parte de su corazón.

–– ¿Quieres ser mi novio, Yoochun ah?

Cuando aquel corto pero significativo mensaje le fue devuelto en otro trozo de papel, Yoochun sonrió más que gustoso. Tal vez debiera haber sido él quien lo preguntara, pero honestamente, el orden de los factores no altera el producto, ¿cierto?

–– Sí. Y Junsu ah, me gusta que tomes la iniciativa. Me gustas tú. Me gusta quererte y saber que estamos en el mismo sendero, caminémoslo tomados de la mano.

……

–– Debo reconocer que eso ha sido una forma diferente y linda de confesarse.

¿Le parece, Jaejoong-ssi? Estuve meditando esto un rato.

–– Me parece acertado. Aunque eso de que primero anden haciendo cosas indecentes y luego se declaren. Creo que Yoochun necesita que su hyung hable seriamente con él. Ya sabes, para futuros relatos.

A veces usted me da miedo, Jaejoong-ssi. Su sonrisa cálida desprende cierta perversión que hasta me hace estremecer. Seguramente que Yunho-ssi y usted experimentan más cosas de las que hace aparecer sublimemente en las redes sociales.

–– Junsu y Yoochun~

He captado claramente su forma de cortarme el tema -.-

……

Amo las cosas dulces
También me gustan las amargas
A veces, quiero probarlas las dos
31 helados son demasiados sabores
A través de mi boca puedo probar muchos sabores

Eres muy interesante
Igual que una película de éxito…

……


Los juguetes sexuales que Junsu hubiera adquirido estaban de pronto en una caja al fondo de su clóset. No los necesitaba más. ¡Y no los había usado realmente todos! Solo uno que Yoochun empleó aquella vez cuando todo comenzó. Y no los necesitaba, porque su novio se encargaba de hacerle descubrir muchas cosas ahora.

–– Igual puede que en algún futuro los usemos, baby~

La varonil voz del pelinegro le saca de sus pensamientos, le hace enrojecer y ganarse un golpe en el brazo que se soba mientras finge dolor y con los labios alzados en trompetilla exige un beso de consolación.

–– No te lo mereces… –– El rubio gimotea cruzándose de brazos y mirando hacia el lado.

–– Junsu ah~ no seas malito, kiss me~

–– No.

–– Please~

–– Con una condición.

–– Lo que quieras.

–– Cómprame helado… –– A Junsu le brillan los ojos con esa inocencia tan suya que aflora siempre incluso si no lo planea. Tan simple como que es parte de su personalidad.

–– Aigoo~ me he liado con un chico mimoso.

–– ¿Te estás quejando?

–– Para nada. Estoy pensando que de esta manera tengo más formas de hacer que te acurruques en mi cuerpo.

–– ¡Yoochun! ¡Deja de pensar en eso y cómprame helado!

Por supuesto, el helado cambiaba de sabor día con día. Y siempre terminaban compartiendo besos fríos pero candentes, cargados de una pasión que parecía no tener fin. A veces el helado se convertía en un elemento más para explorar la sexualidad compartida, se transformaba en el sabor dulce que contrastaba contra el amargo de su sudor y hasta de sus falos encendidos liberando su esencia tras repetir esos actos de felación que sabían exquisitamente placenteros.

–– Presiento que el helado nos gustará incluso en invierno, Junsu ah.

–– Siempre que lo comparta contigo, no importa la estación del año, Yoochunnie.

Se sonríen mutuamente y comparten otra cucharada de helado. Hoy sabe a menta y avellana con cerezas para entretenerse entre deliciosos y contrastantes sabores. La lengua de Yoochun se cuela en la boca de Junsu, impulsa a su congénere a rozarse y jugar, se debaten a duelo de pasión. Se besan hasta consumir el último gramo de oxigeno y al separarse, dejan en sus labios cortos besos antes de que otra cucharada de helado se cuele entre ellos e inicien otro beso húmedo.

–– He traído también un helado de cerveza.

–– Pero yo quería de queso, y mango~

–– Mimado. Por supuesto que los he traído para ti. ¿Quieres que probemos en otra parte? –– El cuestionamiento es directo y sugestivo.

Yoochun admira las mejillas de Junsu enrojeciendo. Pero el beso fogoso que le planta le deja atontado antes de percatarse de la ausencia de su novio en la estancia, se ha perdido en la habitación y desnudado de camino pues encuentra sus prendas regadas por el pasillo.

–– Dos años saliendo y todavía me sorprendes… –– El pelinegro sonríe para sí. Atraviesa el pasillo y se deshace de sus ropas para igualar su condición a la de su novio.

Junsu le espera recargado en la cómoda del espejo de media luna, un bote de helado en sus manos, la cuchara en su boca en un gesto demasiado provocativo que alza de una la erección de Yoochun.

……

–– ¡Ha pervertido a mi bebé!

Jaejoong-ssi…

–– ¡Ni intentes defenderlo!

Esto -.-u

……

¿Dónde has aprendido estas cosas?
Tira y empuja con esas emociones
Tira y empuja
¿Dónde has aprendido estas cosas?
Me sostienes y me dejas ir
Me sueltas de arriba abajo

¿Por qué necesitas una razón?
¿Qué más necesitas decir?
No hay razón
Hay razón, hay razón, hay razón

……


–– ¡Mgh! ¡God, baby! –– Yoochun sujeta los mechones de su novio tironeando inconscientemente de ellos cada que Junsu succiona su erección con más ahínco que la anterior.

Han aprendido tanto del otro en la intimidad como lo han hecho fuera de la privacidad de su sexualidad. Junsu se ha convertido en su motor del día a día, y la razón por la que ser señalado como gay no le importa en absoluto. Si cualquiera tuviese la dicha de recibir las atenciones de Junsu o hacerle el amor, sin duda que también se volvería gay. Con suerte y no es así, Yoochun es el único hombre en la vida de Junsu, como Junsu lo es en la suya.

–– ¡Fuck! –– El pelinegro cierra los ojos y se muerde los labios con fuerza. La lengua de su novio ha hecho algo que ha electrificado todo su cuerpo con oleadas de placer que le han estremecido de pies a cabeza.

Este es Junsu, el chico tímido y avergonzado que le dejó iniciarle en su vida sexual hace dos años. El mismo chico que ahora puede ser toda una fiera en la cama, que le sorprende cada vez con nuevas formas de amarse. Es creativo y condescendiente, pero también muy capaz de decir NO cuando algo no es de su agrado –como la ocasión en que Yoochun siquiera mencionó por casualidad algo sobre fetichismo–.

–– Mi turno de sentirte, Yoochunnie… –– Su voz aguda suena peligrosamente seductora, al pelinegro le da un pinchazo la ingle solo al escucharle.

Cuando Junsu monta en su regazo y perfila su erección en su intimidad autopenetrándose, a Yoochun se le nubla la vista por el placer de su unión. La forma en que sus estrechas paredes la apresan asfixiando su virilidad le hacen temblar de gozo.

–– ¡Joder! ¡Siempre tan exquisito, baby!

–– Yoochunnie~ ¿recuerdas que la primera vez que tuvimos contacto íntimo te pregunté por razones para hacerlo?

–– Sí… –– Responde por inercia, demasiado sumido en las sensaciones que el sutil movimiento de las caderas de su novio le produce al agitarse adelante y atrás.

–– ¿Cambiaría en algo tu respuesta ahora?

–– Te Amo, Junsu ah. ¿Necesitas otra razón? –– La franqueza matizada en los ojos negros de Yoochun da un vuelco al corazón del rubio.

–– Babo, dices esas palabras por primera vez en años, ¿sabías? –– Junsu deja caer su rostro y topa su frente contra la de su novio. Aún están unidos, puede sentir cada centímetro del pene del pelinegro en su interior, tocando tan profundo que no puede evitar temblar de placer.

–– Admito que no soy muy romántico. Las palabras dichas de esa manera no se me dan, pero baby… –– Enmarca el rostro de su novio y besa dulcemente sus labios… –– Tenemos toda una vida para descubrir y pulir nuestras virtudes, para amarnos de todas las formas que tu cabecita pueda imaginar. Eres dueño de todas las emociones que tengo para dar, de los sentimientos que han florecido en mí por ti. ¿Qué más podrías necesitar de mí, Junsu ah?

–– Nada. Nada Yoochun ah. Amarte y que me ames lo es todo ya. No necesito decir ni pedir más. Las razones no hacen más falta, lo único que quería era escuchártelo decir al menos ahora. Mientras hacemos el amor.

Porque sincronizados sus cuerpos, armonizados sus corazones y fusionadas sus almas, no hay más razones necesarias para el amor.

……

–– ¡Hermoso! Ha sido un relato diferente pero bonito. Pienso que te irá bien.

Realmente espero que sí, Jaejoong-ssi. Este ha sido un experimento interesante.

–– Yo soy interesante por supuesto, así que ten por seguro que alguna reacción favorable has de ocasionar.

Le está naciendo lo Diva, ¿verdad?

–– ¡Claro que no!

El brillo en sus ojos y la sonrisa siniestra que insisto se le curva en los labios me hace dudar, Jaejoong-ssi. De cualquier manera, gracias por haberme acompañado en esta ocasión~

–– En otra quizá deje venir a Yunho. O tal vez mande a ChangMin para que ustedes dos discutan un rato.

-.- no se ría de esa manera, Jaejoong-ssi. ¡Mejor mándeme a Junsu y Yoochun!

–– Bye~

Me dejó hablando sola. Estas formas que tienen los dioses de desaparecerse.

Oh sí, hace falta una palabra por aquí, ¿cierto?



FIN

19 comentarios:

  1. muy bueno Felina , nueva la forma de relatar pero me parecio genial *_* muchas gracias por este nuevo fic.
    Espero con ansias muchos mas :D, asi un yoosu tierno y pornoso como solo tu sabes escribirlos :3.

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  2. Lo amé demasiado hermoso y sexoso al mismo tiempo, jj tan él fue diferente pero maravilloso
    Muero x q min aparezca de igual manera q jj para verlo pelear con feli xD

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  3. SHADJDGASHGDHASGDHASGDHSAGDHGASHDGASHDGASHDGHASVDSABCASDHGSHGDHAS♥
    -se revuelca por todos lados.- Juro por lo mas sagrado que tengo que esta canción es mi trauma de todo "Incredible" y en serio esperaba mucho por este sdhjadhagdhasgdhsagdhsaghdagshdgashdgsh♥

    Primero: Siento que cuando YooChun enarca la ceja se ve jodidamente sexy~ Y mas si lo hace frente a JunSu es muy sdahdghsagdhasgdhasgdhsagdhsagdhsagdhgah♥

    Segundo: Ahora si después de que dejo mis fangirleos por la rata xD LO AMEEEEEE~~ TODO TODO TODO!!! EN SERIOOO!!! ESTOY RODANDO LITERAL FUE MUY AGDHSGAHKGDHGFAHDGFHAD♥
    El como inicio a JunSu en su vida sexual y poco a poco el alumno supero al maestro fue DEMASIADO para mi corazoncito xDD

    Y JaeJoongie-sshi~~ Ay tan jsgdhasdghsdghasgdhsgdh♥ Apareciendo de la nada xDD demasiado sadhghdgsahdgsahgdhsagdhsgdhds♥ -No se cansa de repetirlo.-

    Gracias Feli bella~ Termine llorando again pero blah ya es costumbre en mi xDD -Le lanza YS besho.-

    ♥♥♥♥~~

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  4. Que herrmoso Feli...

    Y por supuesto que YooChun oddia que miren lo que es suyo. Y mucho menos que lo toquen

    XDDD
    Estuvo genial, muchas gracias

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  5. Ahhhhh me gusto mucho esta nueva forma de escribir *o*, ahhhhhhh Jaejoong apareció de repente y mi corazón fue tan feliz!!!!!!!! inspira demasiado respeto como la umma que es ♥_♥, fui muy feliz que de estuviera ahí y que luego desviara el tema para que no se hablara de lo que hace con Yunho appa ♥_♥, siiiii que mande a Yunho!!! o a Minnie!!!!! *O*

    A parte fue una forma maravillosa de narrar como fue declarado el amor entre ambos, fue muy, muy hermosa, y también graciosa, morí de amor cuando Yoochun dice "¿No me quieres?" ♥_♥

    Sin palabras, demasiado hermoso y perfecto ♥_♥, un muy hermoso YooSu ♥_♥

    Gracias!!!!!!!!! :D

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  6. aaaaaaaaaaaaaaw... me encantoou ♥ escribes genial!!! Ame tu nueva forma de relatar con JJ metido ahi *-*

    Muchas Gracias!

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  7. kyaaaaaaaaaaaa me encanto *O*,fue una nueva forma d relato q en verdadme atrapo segui asi gracias por el fic XD

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  8. waaaaaaaaaa que bonito!!!! y tubimos la particioacion de jae en el analisis de la situacion fue muy refrescante la nueva forma en la que nos presentaste esta historia.....

    Me encanto xD mi yoosu bello siempre sorprende gracias!!!!! (estuvieron todo hormonales... babea frente a la pc)... matta ne

    <3 yoosu <3

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  9. wuooo Feli nuevo formato!! interesante me divierte que se metan en el relato... XDDD los coments estilo "los 5 dioses" XDDD me gustan tus historias, gracias por una nueva historia.

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  10. Estuvo genial a pesar de haber un Jaejoong metiche interrumpiendo cada tanto xDDD

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  11. Hola Feli!! Wow me encantó, totalmente diferente y muy divertido.
    Ame a JJ ahi haciendo de relator autorizado jajaja...
    Muy bueno el shot, y ten presente que tienes muchos fans y aunque seamos pocas las que escribamos, aca estamos jejeje.
    Asi que fuerza besosososo

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  12. ya tenia bastante tiempo sin pasar por el foro (por falta de tiempo y computadora) y ahora que entro me encuentro con este nuevo format, lo ame.

    Como siempre el YooSu destilando amor, son tan lindos.

    Jae umma en vez de andar de entrometido nos huviera contado un poco de lo que hace con appa YunHo.

    gracias por compartirlo.

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  13. Por fin pude comentar!! dfdfafasdfadfafa me ha encantado esta nueva forma para escribir que has usado feli y la historia! aefadfasdfafds ni se diga! adafsdfads si es que se gustan mucho mucho muchote! y no hay nadie que pueda ayudar a Junsu a descubrirse sexualmente que no sea Yoochun y pues yoochun encantadisimos de ser el no es así Yoochun!? dafdfadsfsd me encanto! <3

    Muchas gracias feli bella!

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  14. Dlwkcnwpcoqciwnfucopwmfncueoq que Hermoso <3 Diferente pero hermoso... Jaejoong taaaaan jaejoong(?) me encanta que proteja a Junsu como si fuera su madre xD y lo mejor es que mandara a Yunho o a Changmin xD Ahora volviendo al YooSu

    Kyaaaaaaaa Junsu precioso tan avergonzado tierno y sexy, en verdad se noto las dos facetas de Junsu. El en una cama, por un lado objetos sexuales, por el otro incontables peluches esponjositos.... Muy Junsu
    Yoochun por Dios llega y se ofrece a Junsu. Tan celoso y seductor. Es que me encanta

    Lo de los papelitos en clases fue lindo, una forma diferentemente linda.

    En verdad me faltaba leer Yoosu. Publicaste varios en este tiempo y de floja no los he leido xD
    Muchas gracias Feli

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  15. Oh Diosito ~ Despues de tanto tiempo ♥ Realmente me subio el animo que tenia como por los suelos~ xD Gracias Feli ♥ Como siempre un Ys digno de leer ♥ Siempre tan ASDKLHASLDAHK!! ♥ ♥ Que son demasiado Hermosos y Sexys que parecen de mentira~ Y ese Jaejoong, sonrojandose por le querias sacra sus secretitros lujuriosos con Yunho xDD No importa para eso te tenemos de intermedio para saber Todito lo que hacen ~ ♥♥ Demasiado Bello y Sexy~ Gracias Bella ♥

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  16. me encanto *o* hahahahahahah y amé las interrupciones de Jaejoong <3
    Gracias Feli <3

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  17. NO REASON~~.... fue la mejor forma de describir esta canción!!!... con un Junsu queriendo aprender de su sexualidad y con el mejor de los maestros~~, no xq sea un haz en las artes amatorias, aun q eso vemos q es compartido entre los 2 *u*, sino xq es esa otra mitad de nuestro baby q solo pueden descubrir ese amor verdadero entre ellos y me encanto la manera en q lo hicieron xq nuestro Junsu ya estaba enamoradito, pero Yoochun solo necesitaba ese empujonsito para darse cuenta q desde hace mucho ya no era amistad sino el más puro de los amores wiiiiiiiiiiiiii...

    Gracias Feli lo Ame tantoooooo *w*

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”No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”
J.R.R. Tolkien