Hola!!
Acá dejando un shot que tenía por ahí guardado *-* lo hice para una amiga que hace time no leo, pero creo que está bien compartirlo n.n
Título: HOT BUTT
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: NC-17
Resumen: Conozcamos una de las tantas razones por las que es imposible que Yoochun se resista a los encantos de Junsu…
Advertencia: Lemon
**HOT BUTT**
*****
Yoochun se había considerado un chico perfecta y totalmente heterosexual hasta que conoció a Kim Junsu. ¿Razones? Varias, a saber, era lindamente agradable, simpático y torpe a veces, pésimo en los chistes pero siempre conseguía hacerte reír, cantaba más precioso que los mismos ángeles y siempre, siempre sonreía.
Además de esas hermosas cualidades, físicamente era muy guapo… alto, de suave piel clara, brillantes pupilas castañas y cabello de tono oscuro. Labios rosas gruesos que parecían un par de frutitas jugosas que invitan a ser mordidas, cuerpo atlético, que según Yoochun podía deducir, seguro lo ha ido ganando por todo el ejercicio y el empeño que pone cuando practica baile, y una de las cosas que también le encantan de Junsu… vamos, que si Park Yoochun se atreve a ser sincero y decir la verdad, la primera vez que sintió atracción en el amplio sentido de la palabra, por el castaño oscuro, fue cuando le vio practicar un movimiento de cadera en una de esas clases de baile a las que él solo acudía como espectador durante el colegio (de hecho, antes iba ahí a ver chicas, ahora solo iba por ver a un chico).
- oh my god… - el pelinegro había murmurado embelesado aquella tarde mientras su mirada recorría la S line del castaño cuando éste seguía el compás de la música que sonaba en la sala…
Sería muy, pero muy tonto de su parte negar que incluso le había dado calor mirarlo, aparte de esa sensualidad tan natural con que Junsu se movía… prácticamente babeó al fijar su mirada en el gran trasero del chico. Si hubiera modo de describir al Yoochun interno que se regocijaba con tremendo espectáculo, veríamos esa versión caricaturesca de un lobo hambriento y pervertido que quiere devorarse a cinderella; y no, no hablamos de Heechul y su extraña fijación de princesa.
- ¡hey! ¡Yoochun!... – un amigo del pelinegro tronó los dedos delante de su cara para que pudiera salir de su mundo, y dejara de babear… - hombre, la próxima recuerda traer tu bolsita para las babas, hermano… - rió divertido palmeándole la espalda…
- no sé de qué me estás hablando… - mientras que Park fingía desconocimiento de causa y aclaraba la garganta evadiendo la mirada de Junsu… pero volviendo a él al segundo, era imposible no mirarlo…
- sí, y tú no estabas que lo desnudabas con la mirada, admítelo playboy Park Yoochun, estás que se te cuecen las habas por Junsu… - volvió a bromear riendo algo más fuerte y atrayendo la atención de otros que andaban por ahí con intenciones similares… en su mayoría el resto de chicos presentes iban por ver chicas, y las chicas por tontear con chicos…
- ¡no se me cuece nada!... – el pelinegro gritó luego de haberse puesto de pie… todo mundo volteó a verle, que su grito se había escuchado por sobre murmullos y música… Yoochun quería que la tierra se abriera y lo tragara, su popularidad podría estar en riesgo…
Mandó todo pensamiento al diablo cuando aquel rostro sonriente le miró… y sintió que le flaquearon las piernas y su corazón fue más rápido. Esa era la sensación más gay que pudiera recordar haber tenido en toda su vida, aunque solo tenía 18 años. Sintió que le ardieron las mejillas y que aquellas castañas pupilas no le apartaban la mirada, y terminó por salir a paso veloz de la Sala ignorando el resto de miradas curiosas puestas sobre él.
Junsu volvió su atención a la música y las indicaciones del instructor de baile… aunque hubiera querido saber porqué ese chico, Yoochun, había gritado tal cosa…
- debe gustarle alguna chica de aquí… - suspiró cerrando un instante los ojos para volver a iniciar la rutina que se estaban aprendiendo…
Y tratar de ignorar que desde que lo conociera a su llegada al Colegio hace cosa de un mes, había sido Park Yoochun quien llamara su atención y le hiciera sentir cosquillas en el estómago. Por supuesto, había dado por entendido que no tenía oportunidad visto que el pelinegro solo salía con chicas.
*****
Yoochun iba malhumorado gruñendo entre dientes su desdicha al saber que su amigo tenía razón y que él estaba más que coladito por un chico… un apuesto chico que le encantaba demasiado aunque él no tuviera ni idea de qué hacer con todas esas sensaciones y emociones que Junsu le inspiraba. Incluso casi podría decir que había un sentimiento… porque su atracción iba más allá de la cuestión física o sus inquietas hormonas haciéndole sentir calor…
Era muy probablemente eso que se llama amor.
En otra palabra: enamorado
- ¡oh fuck!... – se golpeó la frente y terminó por encerrarse en un aula vacía del segundo patio en el tercer piso… estaba más bien abandonado a esa hora por aquellos lugares, y quienes lo sabían solían perderse por ahí a experimentar de esas cosas para las que no tienen consentimiento de adultos ni lugares apropiados…
Vamos que sí, en más de una ocasión han sorprendido a jovencitos encerrados en algún aula semidesnudos o compartiendo besos demasiado confiados… por supuesto, también los han encontrado en pleno acto…
- excitante… - murmuró imaginándose de pronto encontrarse en una situación comprometedora con Junsu bajo su cuerpo acostado en un escritorio, el torso desnudo y el pantalón resbalando lentamente por sus piernas… - ¡fuck!... – volvió a maldecir cuando sintió el bulto entre sus pantalones ir creciendo y su sangre arder… - me excité pensando en otro chico… - sus ojos se abrieron con sorpresa al caer en cuenta de que eso definitivamente significaba una sola cosa… - soy gay… - suspiró casi como si estuviera aceptando una derrota…
*****
Junsu iba todo sonrisas caminando por uno de los pasillos acompañado de esos amigos que se habían vuelto más cercanos a él desde que llegara hace ya seis meses. El tiempo se había ido volando y él todavía sentía mariposas en el estómago y sus mejillas sonrojarse cuando Yoochun le miraba y hasta le sonreía guiñándole un ojo de manera tan coqueta, que el castaño se preguntaba si es que el pelinegro sería consciente de que aquellos gestos eran perfectamente malinterpretables y comprometedores entre dos chicos.
- en realidad le gustas, pero es bastante orgulloso como para admitirlo y hacer las cosas de la manera adecuada… - uno de sus amigos le había dicho esa tarde mientras se duchaban luego de la práctica de baile en el Colegio.
- no creo gustarle… - murmuró con las mejillas sonrojadas…
- ¿bromeas? Todos los días está que te devora con la mirada, no me digas que no sientes cómo se te queda viendo como idiota…
- él no me mira a mí… no siempre… - se defendió… - más bien mira… mi trasero… - el castaño miró hacia atrás para observar su retaguardia… - lo odio, tiene toda su atención… - dijo ligeramente molesto… quizá decepcionado…
- en serio, Junsu; no creo que a Yoochun le interese solamente tu trasero… - su amigo dijo…
- lo acabas de decir tú mismo, así que es más que obvio lo que en dado caso Yoochun querría conmigo… pasar el rato… - susurró, y entonces sí, se deslizó la desilusión…
Su amigo prefirió ya no decir nada. En parte Junsu tenía motivo para sentirse así, sobre todo cuando sabe que ya antes un chico le buscara y hasta cortejara con palabras bonitas, solo para querer obtener de él una revolcada, sexo vulgar… por suerte Junsu se había defendido y largado antes de que le pudiera tocar como pretendía. Así que por eso entendía que no confiara fácilmente… que creyera que quien le mirara y buscara, si mira su trasero, él piense que es todo lo que quieran de él.
*****
Yoochun daba vueltas de un lado a otro en su habitación. Estaba decidido, sería sincero consigo mismo y hablaría con Junsu, le diría cuánto le gusta y le invitaría a salir.
- eso es, no puede ser tan difícil… - se decía a sí mismo notoriamente nervioso… - lo he hecho antes… con chicas… que en realidad no me importaban del mismo modo que Junsu… - paró en seco procesando el sentido de sus propias palabras… - ¡argh!... – frustrándose en el acto y revolviendo su cabello ofuscado…
Estar enamorado no era fácil.
No para ese Yoochun que antes había creído saberlo todo acerca de cómo cortejar.
Y ahora no tenía ni remota idea de cómo hablarle siquiera a solas ni menos invitarle a tomar un café o ver una película.
*****
Junsu entró en el aula vacía de aquel piso, colocó la grabadora en el suelo y encendió la música. Rolas de ritmo latino que eran algo más pegajosas invitándole a un baile tanto más movido. Sonrió motivado por la adrenalina que le generaba llevar a cabo su actividad física favorita: bailar. Comenzó a moverse lentamente, dejando que el ritmo de la música vaya envolviendo sus músculos y mande sobre cada fibra de su ser esos movimientos fluidos que comenzaron a marcarse en su cuerpo. Se contorsionaba y hacía pasos increíblemente sexys como divertidos… era la máxima expresión de su cuerpo de la felicidad interna de su alma…
……………………
Yoochun caminaba ligeramente frustrado, apenas que se había decidido y cuando fue a buscarle, Junsu no se encontraba en el aula de clases ni con sus amigos en el patio o la cafetería. Escuchó a lo lejos el sonido de música y de inmediato le ubicó en aquel edificio que sabía más o menos abandonado a esa hora. Era la primera vez que escuchaba música y no silencio disfrazado de cosas prohibidas que también se llevaban a cabo ahí dentro en alguna de las tantas aulas que quedaban vacías a esa hora del día.
Curioso, fue hacia allá subiendo las escaleras de dos en dos, escuchó atentamente para poder dirigirse al aula exacta de donde escapaba el sonido. Se quedó embobado detrás de la puerta y mirando por la ventanilla a quien estaba dentro… le palpitó el corazón aprisa al identificarle… pero también se le aceleró el pulso cuando su mirada volvió a devorarse esa S Line que tanto le gustaba de Junsu… nadie movía de forma tan sensual y natural las caderas como el castaño.
Se quedó idiotizado observándole por algunos minutos, hasta que el mismo Junsu se tomó un respiro deteniendo un momento sus movimientos, tomó del pequeño bolso que llevaba una toalla para secar el sudor de su rostro, y luego tomó un pequeño trago de su botella de agua. Yoochun seguía solo observándole completamente embelesado, cada movimiento que ejecutaba le parecía de lo más encantador y sexy.
Le miraba de manera tan intensa, que al castaño le recorrió un escalofrío por la espalda… uno de esos que ponen nervioso pero de manera, grata quizá. Miró hacia un atrás consciente de que no iba a encontrar a nadie ahí…
- debo estar volviéndome loco… - bromeó en voz baja para sí mismo, pero entonces su vista se dirigió a la entrada y le vió… - ¡Yoochun!... – saltó sin querer en su lugar… y de igual manera lo hizo el pelinegro cuando le escuchó y se supo descubierto…
En cualquier otra circunstancia habría corrido, si fuera una chica y él el mismo casanova de hace unos meses, habría sonreído coqueto y entrado galantemente haciendo uso de sus mejores frases de conquista. En ése momento no tenía idea de qué hacer, se quedó estático en el mismo sitio.
El castaño caminó lentamente hacia él… después de todo sabía que no tenía absolutamente nada que perder. Abrió la puerta y le sonrió invitándole a pasar si quería… el pelinegro dio inmediatamente un paso dentro…
- ¿te gusta el baile? Siempre te he visto observarnos cuando ensayamos… - el castaño dijo sintiéndose nervioso, sus mejillas tenían un poco de calor y él sabía que estaba por tanto ruborizado…
- sí… - atinó a murmurar… aunque la respuesta que estaba en su mente era algo más amplia… “me gusta verte a ti bailar”… ésa era la respuesta correcta… pero Yoochun acababa de descubrirse como el más tonto de los cobardes para hacer frente a su atracción por Junsu…
- ¿y tú no bailas?... – el castaño se animó en preguntar…
- no mucho… - solo en las fiestas y para ligar, esa era la otra parte de la verdad del pelinegro… lo que por tanto daba por resultado, un Yoochun que hace meses no baila ni conquista…
- ¿no te gusta…? ¿o no sabes…?... – cuestionó con cierta timidez… pero también con cierta sonrisa divertida que no le permitía creerse que alguien como Yoochun, galán de galanes no supiera bailar… aunque ciertamente, desde que llegó al Colegio, hay muchas cosas que, ha escuchado, Park Yoochun ya no hace… ¿esa podría ser una de ellas?
Yoochun se quedó un rato pensando… y mirándolo de reojo… lo que no ayudaba mucho a su concentración porque el perfil de Junsu de pie era… tentador… la curva perfecta de su trasero le hipnotizaba… y él quedaba como poco menos que un adolescente lleno de hormonas inquietas que le descolocaban…
- sí me gusta, y sí sé… pero no tanto como tú, te lo aseguro… - ¿eso había sido un cumplido? Yoochun se preguntó mentalmente… y por el sonrojo del castaño y el propio tono de voz que recuerda haber empleado… ese había sido un cumplido… con tono coqueto…
- gracias… - murmuró avergonzado…
Y luego otra vez silencio y miradas evasivas. Era increíble que les costara a ambos tanto dialogar, tenerse confianza… la gran verdad detrás de ello: se gustaban.
- me gusta el baile desde que recuerdo… - comenzó a decir de pronto el castaño, sonriendo cual niño pequeño mientras se sienta encima del escritorio… Yoochun pensó que como no siguiera hablando se le iría encima porque su mente pervertida había vuelto a una de esas fantasías que se había recreado con el castaño… - mamá dice que era un niño inquieto que pedía música todo el tiempo… aunque también me daba por cantar… - rió con nerviosismo mirando de soslayo a su interlocutor… el cual por cierto no interactuaba lingüísticamente demasiado con él, pero le prestaba atención… - he estado en coros y grupos de baile siempre, a donde quiera que vaya… viajábamos mucho por el trabajo de mi padre, ahora parece que finalmente nos hemos establecido en la ciudad… nunca durábamos más de cinco meses en un solo sitio… - sonrió algo más… - me gusta estar aquí, realmente espero que nos quedemos…
- también lo espero… - finalmente habló… bastante atropellado y con cierto tono preocupado… de hecho, no le había gustado ni un poquito la sola idea de no volverle a ver, de enterarse que se mudaba y se iba lejos… Junsu le gustaba demasiado… lo quería casi sin conocerle…
Estaba enamorado como se enamoran los jóvenes… pero de algún modo sentía que quería más que el enamoramiento…
Amarle…
- háblame de ti, Yoochun ah… - pidió ligeramente más nervioso y algo más sonrojado… jugó con la botella de agua en sus manos pero le miró… le miró con esas lindas pupilas castañas que tanto le encantaban al pelinegro… que casi parecían invitarle a acercarse…
- pues… - aclaró la garganta con nerviosismo… - no hay mucho que decir de mí, soy un chico ordinario…
- supe que componías… - a Junsu le había maravillado escuchar eso del pelinegro… había soñado antes lo que sería cantar alguna de sus composiciones…
- sí, bueno… algo de eso, pero no es gran cosa… - el pelinegro se puso algo más nervioso…
- ¿me mostrarías algo de lo que has compuesto?... – al castaño le brilló la mirada solo de imaginarlo…
- esto… - el pelinegro no podía creer que esa vez él fuera quien se sintiera casi intimidado por alguien… debía ser porque le gustaba… entonces curvó una sonrisa y recordó… que él debía ser quien dominara la situación… - si me muestras tus mejores pasos, hecho… - y volvió… a ser el Yoochun coqueto de personalidad casanova… aunque de hecho, Junsu para él no se tratara de una conquista nada más.
Junsu se quedó mirándole como preguntando si era en serio, cuando la sonrisa de Yoochun no despareció, comprendió que era más que en serio. Quiso decir algo del tipo “me has visto bailar muchas veces” ó, “no tengo nada nuevo que mostrarte”… pero optó por aprovechar la situación… y enseñarle a Park Yoochun, que él también tenía la facultad de flirtear. Bajó del escritorio y fue a cambiar el disco en la grabadora.
La melodía de una canción comenzó a sonar… una particular mezcla de ritmos que sonaban sensuales (n/a imaginen INTOXICATION junto con 9095 *Q*), Junsu se concentró entonces en la música, en que sus ondas sonoras hicieran vibrar su cuerpo con sensualidad y sutileza, movimientos sencillos y exactos, ondas de cadera que parecían hechizos…
El castaño le miró concentrado en su trasero… de algún modo estaba acostumbrado a eso, pero no significaba que le resultara cómodo… o decepcionante… aún viniendo del pelinegro, porque significaba que como muchos, sentía atracción meramente física. Y aunque él quería más que eso, en aquel momento simplemente se dejó llevar y le provocó. Se acercó bailando alrededor de él, haciendo esa S Line que sabe tanto seduce justo de frente, dejando que sus cuerpos se rocen… que le sienta…
Yoochun no pudo con aquello… lo abrazó fuerte por la cintura pegándolo a su cuerpo y haciendo que parara sus movimientos en el acto… Junsu abrió los ojos con sorpresa cuando fue besado… besado con ansia y desespero, los labios del pelinegro atraparon los suyos en movimientos nada sutiles, aunque sin duda deliciosos. Jadeó incontrolablemente cuando las manos del pelinegro acariciaron su trasero… más fuerte cuando lo apretó… se separaron apenas por la falta de oxigeno, mejillas ruborizadas, respiración agitada, corazón inquieto… excitación.
- ¿es lo que querías? ¿tocarme?... – el castaño le empujó de pronto sintiéndose molesto y decepcionado… claro que lo sabía… pero había dolido más de lo que él mismo esperaba…
- ¿qué?... – cerebro trabajando… - ¡NO! Junsu, espera, déjame explicarte… - mentalmente se había pateado hasta el otro lado del mundo por su imprudencia, poco romanticismo y muchas hormonas…
- no tienes nada qué explicar, todos me miran así, como si todo lo bueno en mí fuera mi estúpido trasero… - bufó al tiempo que recogía sus cosas y caminaba a la puerta para marcharse…
- espera… - le tomó de la muñeca, el castaño le miró y entonces se dio cuenta de lo estúpido que había sido… - no es así, lo siento… por favor, déjame explicarte…
- aunque pudieras hacerlo, aunque dijeras que lo que pasó ahí fue porque te gusto… sé que solo sería por mi… trasero… no me conoces ni nunca habías intentado acercarte para hacerlo…
- me pones nervioso y me vuelvo idiota cuando te veo… - el castaño le miró realmente sorprendido… - mira, no te voy a mentir; sí me gustas, y sí comenzaste a gustarme por tu… físico… - mejor eso que decir “trasero” que era todo su cuerpo que en realidad le gustaba… - pero te aseguro que es más que atracción física… me gustan muchas más cosas de ti, tu forma de ser, por ejemplo…
- qué estás tratando de… decir… - la respiración del castaño se alteró de nuevo… el pelinegro se mordió el labio inferior y respiró profundamente…
- yo… pues… de algún modo… estoy enamorado de ti… - ok, esa no había sido una declaración ni remotamente linda… - es decir, ya sé que no te conozco mucho y que uno no se enamora de alguien a quien no conoce… - el castaño enarcó una ceja un tanto divertido… jamás en su vida, y por todo lo que había escuchado decir acerca del casanova Yoochun, se habría esperado verle tan nervioso y torpe… - pero en verdad me gustaría conocerte y salir, sí, eso, salir y conocernos, y…
Junsu se acercó rápidamente besándole esa vez… un beso corto, tanto más tranquilo que el anterior, casi podría decirse que dulce… suaves caricias de labios timidas pero firmes.
- hablas demasiado cuando estás nervioso, ¿sabías?... – sonrió contra sus labios, sus mejillas estaban totalmente encendidas en carmesí… mientras que las del pelinegro tenían más bien un tono rosa…
- solo tú me has puesto así de nervioso… - le devolvió la sonrisa…
- entonces… ¿salimos al cine el fin de semana?...
- u.ú se supone que yo diría eso… - luego la peculiar risa del castaño, una mirada cómplice, una sonrisa cristalina…
Y el comienzo de una relación…
*****
Un par de citas y Yoochun finalmente supo hacer las cosas, se le declaró a Junsu de una forma muy tierna a la luz de la luna y las estrellas en aquel puente de un pequeño arroyuelo en un Parque. Las palabras correctas, esas que nacen del corazón; un par de sonrisas enamoradas, manos entrelazadas y miradas conectadas fueron las pinceladas perfectas de tan hermoso recuadro. Ése que pinta la más bella de las escenas… el primer beso de amor…
Luego de eso, preciosos meses de noviazgo, de ése ir conociéndose más en los detalles y las imperfecciones, de congeniar y aprender del otro tanto como se iban mostrando. Personalidades similares que en las finas diferencias encontraban el acople perfecto.
………………………
Estaban en esa misma aula donde se confesaran de modo particular la atracción y el cariño, ese que mutó en amor de verdad hace ya casi medio año. Junsu iba a practicar los sábados ahí, previo permiso de las autoridades escolares. Que Yoochun le acompañara no era de pleno conocimiento de éstas, pero en nada afectaba el ensayo del castaño… no del todo… no hasta ahora…
Había comenzado con intercambio de sonrisas y miradas, de ese Yoochun provocándole con guiños y relamidas de labios o mordiéndoselos con coquetería; mientras Junsu se concentraba en bailarle de frente con esos movimientos que sabía le encantaban… a su modo, se seducían en silencio, con el sonido de aquellas rolas rítmicas de fondo…
Hasta que Yoochun se acercó bailando con él, mostrándole sus propios pasos, su propio ritmo, sensual en su cuerpo, fogoso en su mirada… Junsu rió nervioso pero encantado cuando lo abrazó por la cintura pegándole a su cuerpo y rapeando en su oído esa frase...
- move your hot butt, baby… - y ni él que no es para nada bueno en el inglés, necesitó saber demasiado para comprender que estaba haciendo referencia a su trasero… no cuando se lo acariciaba tan descaradamente y seguía moviéndose de modo tal que el roce se volvía más exquisito y el calor más peligroso…
- mhh, Chunnie… - jadeó sintiendo que se excitaba demasiado rápido y fácil… que sus mejillas ardían y el corazón le golpeteaba casi furioso contra el pecho…
- Te Amo, y te deseo, Susu ah… - el pelinegro suspiró contra sus labios, antes de besarle apasionadamente, pero sin dejar de lado la dulzura al acariciarle tan cariñosamente las mejillas y siente las manos de su novio rodearle el cuello respondiéndole de la misma manera…
Besos cayeron con más pasión y las caricias llegaron confiadas apartando esas ropas que les estorbaban y en nada apaciguaban el calor del deseo mutuo. La camiseta resbaló por los hombros de cada uno cayendo al suelo en susurros vagos que se perdieron en la música que seguía escuchándose de fondo. Caminaron a tientas y casi sin percatarse de ello hasta que el trasero de Junsu topó contra el filo del escritorio, las manos de los dos acariciaban la piel desnuda a su paso sin creer que era suficiente pues memorizaban cada línea encontrada. Sus besos se volvían también más fogosos e intermitentes porque la excitación y las ansias les iban consumiendo cada segundo más rápido el poco oxígeno que podían tomar entre respiros y pausas de besos húmedos.
Yoochun trepó a su novio en el filo del escritorio dejando que sus labios desciendan con lamidas atrevidas y besos calurosos que dejaban el rastro de su saliva por todo su camino cuesta abajo. Los pezones de Junsu fueron su presa favorita en la primer parada de exploración, los saboreó sin límites hasta que los jadeos del castaño se escucharon algo más erráticos y él supo que debía seguir su camino. Marcó sus pectorales y jugueteó en su ombligo mientras sus manos se hicieron cargo de los pantalones y el bóxer deslizándoselos hasta las rodillas…
- mmhhh… - Junsu cerró los ojos entre avergonzado y excitado cuando la boca del pelinegro tragó su erección sin más…
La humedad de sus paredes y la calidez de su lengua rugosa incentivaron aún más la excitación y el calor. El castaño revolvió las piernas y sus dedos se enredaron en sus cabellos desordenándole los largos mechones azabaches. Las manos de Yoochun seguían acariciando el cuerpo de su novio mientras se dedicaba a masturbarle, desde sus muslos hasta los costados de su cadera o el torso y sus pezones, esos montecitos que pellizcaba entre sus dedos o golpeteaba con las yemas provocándole más espasmosas oleadas de placer que Junsu casi sentía le llevarían a la gloria demasiado rápido.
- ¡Chunnie!... – justo como lo pensó… el orgasmo le cubrió de pies a cabeza haciéndole temblar deliciosamente cuando su semilla terminó en la boca de su novio… su grito de placer se habría escuchado de no ser por la música que continuaba siendo el sonido más alto del aula.
- demasiado bueno… - se relamió luego de haber tragado todo su semen… el castaño le miró con la respiración laboriosa aún sentado en el escritorio, pero sintiéndose de un modo extraño ligero y ardiente…
- ven, Chunnie… - el castaño susurró sonriendo casi de manera infantil, pero en sus ojos el pelinegro pudo ver el deseo refulgurar con fuego…
- estoy aquí… - aseguró mientras se acomoda entre sus piernas y le ve subirlas para apoyarlas en el filo del escritorio habiéndolas abierto para darle espacio…
Le recostó mientras le besa de nuevo y acaricia su cintura con una mano, la otra viaja y se pierde entre sus piernas y más allá hasta rozar su entrada… Junsu tembló bajo su cuerpo presa de nervio y ansiedad…
- Te Amo… - susurró dulcemente mientras acerca sus dedos a la boca del castaño…
- también Te Amo… - corresponde mirándole con ternura y toma entre sus labios sus dedos comenzando a llenarles de su saliva…
Liberados viajan de nuevo a su pasaje, uno a uno esos dedos ingresaron con paciencia y cariño para dilatarle tanto como les resulta posible en esa su mágica y primera vez en la intimidad. Los apartó con cuidado quedándose con ese quejido de dolor al besarle de nuevo con cariño… así como se quedó con cada jadeo incómodo mientras le penetró despacio y con sumo cuidado para no lastimarle más de lo inevitable. Aguardaron instantes mientras Junsu se acostumbraba a su hombría, y Yoochun se dedicaba a mimarle con cariñitos y sonrisas, con palabras de amor y besos dulces. Moviéndose luego con suavidad dentro y fuera, buscando el ritmo adecuado y su propia comodidad pues al principio incluso le resultó trabajoso moverse pues su novio era demasiado estrecho y ambos completamente nuevos en el arte de amar de verdad.
Hacer el amor era cosa de más que deseo, hormonas o pasión…
Era de entregar de sí más que el cuerpo…
Complementarse en el alma con el corazón danzando al mismo ritmo.
Ese que encontraron luego de algunas estocadas cuando el vaivén de caderas se transformó en más confiado y frenético, el pelinegro golpeaba cada vez más fuerte y rápido contra la intimidad del castaño, quien pronto había enroscado sus piernas en torno a su cintura y gemía ronco desde la garganta del mismo modo que su novio. Es que ambos sentían todo ese placer correrles el cuerpo entero, las sensaciones tan deliciosas del roce constante de sus partes más íntimas, el acople de la erección de Yoochun contra el pasaje de Junsu, la forma en que le oprimían sus cálidas paredes ofreciéndole ese roce y la presión exacta para llevarle al borde de la locura y el éxtasis.
Pocos fueron los besos compartidos mientras compartían ese desenfrenado vaivén, pero sus cuerpos se buscaron ansiosos para abrazarse y sentirse tanto más cerca el uno del otro con el calor quemándoles la piel sudorosa. Una, dos… tres estocadas y todo aquello que sentían se les concentró en el bajo vientre revestido con ese calorcito exquisito que les tensó cada músculo antes de hacerles temblar y alcanzar el orgasmo juntos.
Se quedaron quietos mientras esos espasmos pasaron, abrazados con ese Junsu sentado cuyas piernas cayeron por inercia a los costados de ese Yoochun de pie que no le soltó y esperaba a que se controlara un poco toda función vital de su cuerpo.
- fue… tan especial, Susu ah… - finalmente pudo apartarse un poco para mirarle directo a los ojos mientras le acaricia una de esas aún pintadas mejillas…
- lo fue… soy feliz de haberte entregado… mi trasero… - murmuró por último completamente avergonzado…
- your hot butt, baby… - sonrió enternecido, bromeando apenas para no comérselo de nuevo a besos y caricias en ése preciso instante…
- Chunnie, ¿crees que estaremos juntos siempre?... – sabía bien que sonaba demasiado cursi y soñador… pero… necesitaba algo parecido a una promesa de amor eterno… aunque de hecho el destino pudiera decir lo contrario con el pasar de los meses y los años…
- creo que… Te Amo… y que no es un amor que se pueda olvidar fácilmente, Su… - le respondió justo como había aprendido era mejor… desde el corazón…
Y si alguna vez meses atrás de Junsu le cautivó su S Line, hoy Yoochun sabía que le amaba por todo su ser…
Y que era amado de la misma manera…
**FIN**
hermoso *.**.**.**.*
ResponderEliminarchunnie tan pervetido como siempre xD
pero fue tan baba cuando le estaba a chunnie :P
Que lindooooo.... pero este chunnie no cambia XDDDD de ahora en adelante le pondre... EL SIEMPRE CALIENTE XDDDDDDD...
ResponderEliminarWoaaaaaa amo los shot´s
*limpiando cualquier rastro de sangre de su narizXD*
ResponderEliminarawww me dio harta ternura el su celoso
de su propio trasero aHAHAHAHAHA
HOT HOT ASS!!! *¬*seh
yoochun <3 atrabancado ya la andaba... elbruto xDDD
pero bueh su amor es mas xDD
espero mas shots feli hermosa
see ya!
o dios ame este shot con toda mi alama *O*
ResponderEliminarel chun todo idiota por el trasero de Su x)
pero luego ...se da cuenta q lo kiere..q lo ama en verdad *-*
y su todo celosin d su tracerito xD
es q es inevitable baby..como esperas q no veamos semejante paneton *Q* ...
y cuando lo provoca en el salon con su baile y yoochun no puede mas y se le sale el animal *O* aunq Su luego se pone triste por creer q solo lo desea T.T
pero ya cuando se hacen novios ..todo es tan amorsh <333...y finalmente la entrega en el salon *babas*...se le cumplio la fantasia al raton pervertido despues d todo x) ..pero a pesar d ser una entrega llena de pasion ..tb hubo mucho amor ..amor del bueno pues *-*
no hay duda q tus fics me endulzan la existencia <3
ahora podre dormir felish
gracias felina ^^
Muy lindooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarSo cuteeee!!!!!
Mi pareja favorita es el YunJae
pero el yosu es muy lindo por eso mi segunda pareja favorita es Chunie y Junsito.
Muy lindoo gracias Feli!!!
la verdad no tengo palabras es demaciado hermoso, esta vez dire solo eso hermoso........ hermoso.
ResponderEliminarescribes tan maravillosamente bien amo tus fic's
ResponderEliminarYoochun te entiendo yo tambien amo el trasero de Junsu aunque lo amo enterito XD
fue tan hermsoso hot butt .. claro eltrasero de junsu es perfecto.. todo el es perfectoo..
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