Shot YooSu *O*

Hola!!!

Acá una muestra del YooSu besho y lemonoso que yo tanto deseo leer xDDD

ok no xD espero les guste a todas esas lindas personas que se toman el tiempo de pasar a leer, mas agradecida aun cn quienes dejan algun comentario *O*




Título: Cant Stop Loving You
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: NC-17
Resumen: Cuando la única barrera del amor se encuentra en los límites de la sociedad, basta un momento a solas para dejarle florecer otro poco…
Advertencia: Lemon


**CANT STOP LOVING YOU**


*****

Junsu estaba ahí, tan sonriente y avergonzado como cada que Yoochun hacía cosas como aquella… sorprenderle con detalles que hinchan un poco más de amor su corazón…

- ¿por qué estás tan precioso, eh?... – el pelinegro sonrió al tiempo que le acompaña arrodillándose sobre el colchón y estirando el cuerpo para besar esas mejillas teñidas de rubor que se sienten cálidas al contacto con sus labios…

- yo no soy precioso… - el castaño formó un puchero estirando los brazos para jalarle en un abrazo que su novio no negó dejándose atrapar y cuidando de no aplastarle…

- ¿entonces qué?... – Yoochun sonrió divertido… adoraba todas y cada una de esas actitudes de un novio… incluso las más infantiles y hasta las inmaduras aunque a veces no lo entendiera y terminara con un fuerte dolor de cabeza…

- yo soy guapo, o sexy y atractivo, soy un chico… - dijo con orgullo, inflando pecho y mostrando una sonrisa que Junsu pretendió sensual pero que más pareció un gesto divertido que hizo reír a su novio… - ¡yah! No te rías de mis intentos frustrados de seducirte… - volvió a formarle trompetillas sabiendo bien que en momentos como aquellos la sensualidad no brotaba de su interior porque eran los minutos espontáneos en que caían los mimos y las risas, el juego romántico de bromas y tiernos besos…

- tú no necesitas seducirme, ya me tienes atrapado con tus encantos… - Yoochun murmuró con ese tono cariñoso que sabe toca hondo en el corazón de su novio porque saben que sí… que son palabras sinceras de un hombre enamorado…

- lo sé, soy un delfín sexy demasiado irresistible… - sonrió guiñándole el ojo…

- babo… - el pelinegro le hizo cosquillas riendo entonces juntos, demasiado contentos por el simple hecho de estar ahí…

Junsu se dejaba hacer aunque fingía pararle moviendo las manos o revolviéndose bajo el cuerpo de Yoochun sin parar de reír escandalosamente como sólo él sabe… el pelinegro se detuvo instantes después dejándole en paz, acostándose ambos con la vista en el techo mientras las risas se van apagando y solo quedan esas sonrisas y la respiración ligeramente agitada.

¿Era el momento perfecto?
Sí…

Porque aunque aún tuvieran que mantener su relación en secreto y los problemas de distinta índole continuaran ahí, estaban lo suficientemente seguros de su amor como para permanecer unidos y encontrar instantes justos como ese para compartir bromas y risas, para simplemente estar y hacerse compañía… eso lo volvía perfecto, no porque fuera un mundo color de rosa o las dificultades no existieran dentro y fuera de esas cuatro paredes en que la intimidad se palpa… era perfecto, porque bastaba ese tomarse de las manos para sentir que a pesar de todo, las cosas están bien…

Yoochun le besó los nudillos y subió por su brazo dejando cortos besos, mirando de tanto en tanto esa sonrisa enamorada en Junsu, apreciando una vez más ese carmín en sus mejillas que sabe aparece por causa de sus mimos y cariño… vuelve a colocar medio cuerpo sobre el de su novio y sonriendo se acerca despacio para fusionar sus bocas en un sublime beso… y saben que no son necesarias más palabras, que es hora de los cariños y el amor… de las sonrisas tímidas reservadas solo para el otro en aquellos instantes de verdadera intimidad…

Y es la mano del pelinegro la que se cuela en el bolsillo de su pantalón sacando su móvil y tomando rápidamente una foto de ellos dos mirándose así, cerca y sonrientes, felices y enamorados como si más nada pudiera truncar la merecida felicidad que gozan en aquellos minutos.

- no hagas eso… - Junsu sonrió todo avergonzado estirando la mano intentando arrebatarle el móvil a su novio…

- pero si nos vemos geniales, es más, debería publicarla en el twiter ¿no crees?... – Yoochun terminó por salir de la cama y correr alrededor de la alcoba huyendo de su novio…

- ¡claro que no! Es algo muy privado y nuestro… - le seguía sin tener éxito de darle alcance… - ¡Yoochun!... – gritando frustrado al verle escaparse de nuevo cuando sentía que ya le tenía…

- ya baby, no te enojes… - volvió a su lado abrazándole suavemente, besando sus mejillas con cariño… viendo ese adorable puchero de su novio que sabe significa que no está enfadado realmente, que el momento sigue siendo demasiado perfecto para ser arruinado… - no lo publicaré pues, pero no pienso borrarlo de mi móvil eh…

- ok, pero pásame la foto y cuida bien que nadie vaya a verla, o estaremos metidos en un problema… - sonrió sacando su móvil, ampliando la sonrisa en sus labios cuando aquella fotografía quedó guardada también ahí…

No contaba con el mejor ángulo e incluso estaba un poco movida… y sin embargo, era preciosa, era la imagen más nítida que tenían de su romance… porque ahí estaban los dos muy juntos sobre su cama, sonrojados y sonrientes rozándose apenas los labios en lo que fue un beso exquisito, hermoso, tierno, romántico…

- ¿sabías que Te Amo?... – la voz del pelinegro le trajo de vuelta de su mundo y él solo atinó a sonrojarse otro poco y sonreír ampliamente alzando los brazos para rodear el cuello de ese Yoochun que responde atrayéndole por la cintura mientras sus miradas se conectan de ese modo tan especial que deja fuera toda necesidad de palabra alguna porque son sus pupilas brillantes quienes dicen más que mil palabras…

Y es Junsu quien esa vez reduce del todo la distancia besándole con suma paciencia, calzando sus labios con exactitud, acariciándole con cariño y ternura, suspirando contra la boca de su novio. Yoochun le sigue el ritmo y es pronto que aquellas sutiles caricias de labios toman la confianza que el amor deja en la estela de su húmedo cariño entregándose entonces en ese beso algo más apasionado y relajado, entrelazando sus lenguas y saboreando con toda la paciencia del mundo el interior de la boca del otro, explorando cada recoveco de sus cavidades bucales como si fuera la primera vez que de hecho le visitan…

Y Yoochun vuelve a alzar el móvil sabiéndose de memoria cada una de las funciones como para activar la cámara y grabar en video aquellos preciosos momentos de un beso de amor… Junsu se pega entonces más a su cuerpo y él sabe que la respiración ha comenzado a alterársele pero no importa, no cuando es el amor y la pasión quien le insta a responder apretando su cintura hasta consumir el último gramo de oxigeno que tienen en los pulmones separándose más por necesidad que por querer hacerlo.

- insisto, ¿por qué eres tan precioso eh?... – el pelinegro sonrió besándole las encendidas mejillas sin dejar de grabar a tientas aquel instante…

- ¡que no soy precioso, Chunnie!... – respingó formando pucheros y cruzándose de brazos…

- no, no, baby, sonríe que la cámara te adora… - el pelinegro le grabó entonces de cerca… viendo cómo el castaño parpadeaba contrariado antes de sonrojarse como termostato y cubrir su rostro con las manos…

- ¡Chunnie, deja de grabar!... – volvió a respingar con la voz amortiguada por sus propias manos…

- vale, vale… - terminó el video y dejó el móvil sobre el buró detrás de su novio… - ya, ¿ves? Ya lo dejé… además, es tu culpa, te ves tan guapo y precioso que quisiera poder inmortalizar en video y fotografías cada segundo de ti, cada movimiento que haces, cada sonrisa que dibujas, cada beso que nos damos… cada todo de lo que hagas, sueñes, pienses, imagines y desees…

A cada palabra dicha, Yoochun había terminado por abrazarle de nuevo rodeando la cintura de ese Junsu sonriente que sabe que todo lo que escucha es sincero y nace de ese corazón que emocionado palpita en el pecho de su novio, como le sigue el ritmo su propio corazón… y a cada palabra, una sonrisa y un beso… ese mecer suave y delicado con que lo mima entre sus brazos mientras sus miradas permanecen conectadas y el resto del mundo casi puede desaparecer porque no necesitan más nada que la existencia del otro, su eterna compañía y su incondicional amor para sentir que lo tienen todo…

- ¿sabías que también Te Amo?... – Junsu murmuró esa vez con tono suave, con esa voz avergonzada que hace que el corazón de su novio se derrita en ternura y quiera volver a besarle…

Cosa que hace sin dudar, sonriendo entonces ambos en medio de ese beso dulce que rompen apenas para volver a encontrarse suspirando demasiado enamorados como para limitar la mínima expresión de tan bello momento.

Y casi sin darse cuenta terminan de nuevo recostados en la cama… Yoochun le quita la camisa con tranquilidad, admirando luego su torso desnudo, dejando líneas de besos cortos por cada centímetro… queriendo marcar como si fuera la primera vez cada palmo de piel…

Junsu sonreía tiernamente, siguiendo con la mirada los movimientos de su novio, suspirando cuando Yoochun besaba puntos en su piel que le hacían estremecer y sentir algo más enamorado y especial por la suavidad y la calma con que recorría centímetro a centímetro sus brazos o su pecho…

- Chunnie… - río suavecito cuando las yemas de los dedos del pelinegro delinearon con parsimonia los costados de su cintura y bordearon con suma lentitud sus pectorales…

- ¿qué?... – cuestionó casi con tono inocente, pero ese brillo pícaro en su mirada que hace enrojecer otro poco al castaño motivado por la vergüenza y el cariño…

- me haces cosquillas… - se quejó formando pucheros… esperando con conocimiento de causa esa sonrisa cariñosa y ese beso que cae cuando el pelinegro vuelve a sus labios mientras se acomoda mejor contra su cuerpo y las manos del castaño pasan por debajo de su playera acariciando su espalda sin ningún ritmo o sentido definido…

Besos van, besos vienen… besos son entregados con el alma y recibidos de corazón… húmeda pasión que resbala por labios entreabiertos que sumisos se entregan al mandato de la excitación, lengua traviesa que enreda y empuja, que saborea con gozo el reconocimiento y la exploración… último gramo de aliento que se consume sin prisas… rostros pintados de carmín, respiraciones agitadas y esas manos inquietas que no dejan de acariciar el cuerpo del otro que tan suyo es porque se pertenecen de pies a cabeza y con cada latido del corazón enamorado…

Junsu toma la playera por los bordes y tirando hacia arriba la retira del cuerpo del pelinegro, quien sonriente y gustoso estira los brazos facilitándole la tarea… la prenda vuela y cae por algún lado sin que su destino importe realmente en aquel instante… se miran de nuevo y fusionan sus labios sin que desaparezca la suave curva de sonrisas dibujadas en ellos. Yoochun posa una pierna en medio de las del castaño, y éste termina por levantar la izquierda apoyándola en el muslo de su novio, frotando lentamente sin querer terminar con los besos pero sabiendo que así no puede sentirle piel a piel porque los pantalones estorban…

- Junsu… - jadeó su nombre cuando la mano del castaño se apuró en desabrocharle los pantalones, rozando su ya despierta entrepierna al bajar el zipper…

- ¿qué?... – sonrió encantado por haberle escuchado así, mordiendo suavemente la manzana de Adán en tanto sus manos se ocupan de ir bajando la ropa de su novio…

- ¿te pusiste ansioso?... – cuestionó con ese tono divertido que exaspera un poco al castaño porque odia tener que admitir que es así…

- quiero sentirte, ¿tú no quieres sentirme, Chunnie?... – intentó responder con tono coqueto, insinuándole caricias más atrevidas al rozar con los dedos la erección ya expuesta del pelinegro…

- mhh mu…mucho, Su… - gimió entrecerrando los ojos, olvidando por completo que sus ropas están apenas a media cadera y que su novio aún lleva bien puestos los pantalones pero que ya el bulto prominente resalta sobre la apretada tela blanca…

- entonces… - con su novio aún echado sobre su cuerpo, el castaño comenzó a repartir besos por su cuello, succionó la clavícula y descendió por su pecho al tiempo que deslizaba su cuerpo hacia abajo, lamiendo entonces los pezones y los pectorales… y más abajo hasta topar con la erección erguida del pelinegro… - ¿quieres sentir mi boca aquí?...

- mhh Junsu… - gimió ronco al momento en que su novio lamió desde la base hacia arriba hasta la punta… - ahh ¡dios!... – gimiendo más alto cuando fueron los labios los que arroparon ahí y descendieron tragando despacio toda su extensión; el castaño comenzó a succionar despacio con un delicioso sube y baja de su boca…

Yoochun continuó gimiendo ante cada roce, sus manos temblaron y su espalda hizo una curva cuando en aquella atención su novio agregó las manos, una jugando en la base y la otra siguiendo el vaivén de su boca a lo largo… rendido al placer, el pelinegro cedió parte del peso dejando caer su rostro sobre las almohadas, el tronco de su cuerpo sostenido apenas por sus brazos flexionados apoyados en la cama… la tibieza y la humedad de su cavidad bucal eran la mezcla perfecta que le hacía experimentar temblorcitos de placer, así como inyectar su miembro de sangre poniéndole completamente duro y caliente…

Junsu le liberó de su boca y se relamió los labios sin dejar de bombear con su mano, dejó caer la cabeza en el colchón y dirigió su mirada hacia atrás y arriba admirando la expresión excitada de su novio… sonrió complacido y de un movimiento le obligó a recostarse, colocándose entonces él a horcajadas sobre las caderas de ése Yoochun alterado que no tardó nada en atraerle por la nuca besándole apasionadamente por los pocos segundos que su respiración agitada les permitió…

- te deseo… - dijo con la voz ronca, siendo entonces él quien con prisas se deshace de la ropa del castaño escuchándole jadear avergonzado y excitado cuando liberó su entrepierna de la prisión de sus prendas…

- tómame… - advirtiendo la intención de su novio, el castaño respiró profundo tratando de relajarse cuando el pelinegro le separó los glúteos con sus manos rozando su intimidad con la punta de su erección…

- así no me gusta, baby; te lastimo… - mordiéndose el labio y a pesar de que moría por invadirle, el pelinegro le tumbó con cuidado sobre la cama, terminó de sacarse los pantalones que aún traía a la altura de las rodillas, y besándole con dulzura tomó las piernas del castaño pasando sus manos por debajo de las rodillas, luego apoyó las palmas sobre el colchón a la altura del pecho del castaño de modo que elevó las caderas y tuvo mejor acceso a su intimidad…

- Chunnie… - jadeó emocionado cuando sintió la lengua cálida y rugosa del pelinegro lamiendo su estrecho orificio… la húmeda tibieza de su saliva concentrándose en ése punto obligándole a hacer algo con sus manos porque de lo contrario sentía que explotaría así sin más por la ternura y la pasión con que era tratado, así que constantemente enredaba sus dedos en los mechones azabache de su novio, o terminaba por acariciarse aunque no encontrara en aquellas caricias la satisfacción que obtenía cuando eran las manos de su novio las que le atendían…

Yoochun liberó una mano, pero aún así Junsu mantuvo las piernas elevadas y abiertas para que su cadera permaneciera en aquella altura… gimió incómodo al recibir ese primer dedo que se abrió paso en su interior… relajándose de a poco conforme se acostumbró a esa invasión y a los movimientos dentro y fuera… misma acción se repitió ante el segundo y el tercer dígito hasta que los suaves gemidos de placer comenzaron a escapar de sus rosados labios…

El castaño sujetó sus propias piernas pasando sus manos por debajo de las rodillas mientras el pelinegro se acomodaba entre ellas y le tomaba las caderas sujetándole con firmeza mientras se posicionaba y despacio le penetraba empujando con cuidado, gimiendo casi sin querer conforme se iba perdiendo dentro y la deliciosa presión de las paredes del castaño le envolvían haciéndole delirar de placer…

Junsu cerró los ojos inconscientemente soportando esa segunda oleada de incomodidad mientras su novio llega al tope y se quedan ambos quietos con la respiración intermitente y el corazón golpeando demasiado aprisa porque es vasta la emoción y la excitación de que son presa por el simple hecho de encontrarse unidos Yoochun se inclina con cuidado besándole las mejillas, los párpados, las sienes, la frente, la nariz y el mentón con sumo cariño… haciéndose finalmente de su boca con esa ternura bañada de pasión… y es cuando el castaño suelta sus piernas gimiendo en medio del beso por el movimiento pero llevando al segundo sus manos al cuello del pelinegro porque no quiere soltarle ni tener que abandonar el dulce sabor de sus labios.

- voy a moverme… - el pelinegro murmuró contra su boca al tiempo que sale con cuidado y empuja de nuevo volviendo a entrar con delicadeza…

Ambos jóvenes gimen mezclando sus alientos por la cercanía de sus bocas, y acompasando pronto el vaivén adecuado para disfrutar de su unión… de a poco aumenta la intensidad de los movimientos, aparecen las estocadas profundas y rápidas, ésas que tocan el punto exacto dentro del castaño que le hace gemir más alto y excitado… Junsu le abraza entonces rodeando brazos y piernas en torno al cuerpo de Yoochun, quien responde sujetando firme su cintura y sentándose en la cama con el castaño en su regazo… sabe que le gusta dominar también durante la intimidad, que le gusta sentir que tiene el control de cada movimiento… así pues el castaño comienza a subir y bajar a su ritmo y eligiendo la profundidad con que el miembro de su novio se pierde en su interior…

- ahh ahhh… - gimen juntos disfrutando del roce y el calor…

El cuello de Junsu queda entonces a la altura del rostro de Yoochun y él no duda en atacar besando y lamiendo la sudada piel… el castaño sonríe y aumenta el ritmo de su cabalgata, sintiendo luego contra su piel la agitada respiración del pelinegro, escuchando esos gemidos amortiguados entre besos y mordiscos… las manos de Yoochun resbalan por su espalda y Junsu mueve entonces la cadera en círculos con la erección de su novio dentro… el placer es infinito y el amor interminable…

Las eróticas perlas de sudor les moja la piel y el celoso abrazo que comparten mientras ambos mueven las caderas disfrutando del delicioso vaivén les hace sentir algo más de calor y placer… Yoochun no lo soporta y termina por empujarle dejándole de nuevo bajo su cuerpo, las piernas de Junsu no ceden el agarre pero afloja lo suficiente para permitirle moverse frenéticamente golpeando su trasero con lujuria… el castaño toma su propia erección en su mano estimulándose mientras gime y cierra los ojos sin poder contener demasiado el placer y el deseo, el calor y el sofoco de cada corriente eléctrica que le recorre el cuerpo entero… el pelinegro quiere ayudarle, pero sus manos permanecen ancladas a la cintura de su novio sujetándole con firmeza mientras continúa con ese ritmo acelerado de embestidas que sabe le arrastra al final… el castaño aumenta la velocidad del bombeo en su erección tratando de acompañar el compás de la cadencia ardiente de las estocadas que su novio le entrega… minutos después ambos sienten la tensión y el calor en el bajo vientre tan concentrado y ardiente que es imposible retener más el orgasmo…

Explotan y se sacuden en deliciosos espasmos de placer… han derramado su semilla de nuevo como en ocasiones antes de ésta… la esencia caliente del pelinegro ha llenado la intimidad del castaño, mientras la de éste ha bañado su mano y alcanzado a manchar con rastros de la blanquecina sustancia su torso… y sonríe no menos avergonzado pero tanto más feliz, cuando la lengua del pelinegro cae en su piel llevándose en su rugosa textura aquellas gotitas…

- Te Amo, Junsu ah… - le susurra entonces sonriendo incluso con la mirada al tiempo que le besa y arropa con cuidado los deliciosos labios del castaño…

- también Te Amo, Yoochun ah… - corresponde y sabe que son palabras dichas casi todos los días en una y mil circunstancias…

Que puede ser cursi y tonto, pero que ¡Dios! Nadie podrá comprender nunca el profundo amor que se tienen y lo espontáneo que es cada gesto entre ellos…

Yoochun baja de la cama y saca del cajón esas toallitas húmedas que guardan ahí especialmente para momentos como aquel… momentos en los que sabe no hay ganas suficientes de abandonar la calidez de la cama o la suavidad de las cobijas… toma algunas y limpia con devoción el semen en la intimidad de Junsu, mientras el castaño limpia su mano y se deja hacer ligeramente avergonzado porque permanece con las piernas abiertas mientras su novio le asea.

Y una vez que ambos están limpios, el pelinegro simplemente cubre ambos cuerpos con las cobijas sin querer pensar en nada ni en tomarse la molestia de vestirse de nuevo, de cualquier manera ese día no van a salir y nadie va a visitarles…

Toc, toc… llaman a la puerta apenas un minuto después mientras ellos se besaban dulcemente habiéndose recuperado del orgasmo…

- sé que están ahí, así que si no están visibles tienen 30 segundos para cubrirse porque voy a entrar… - reconocieron la voz de Jaejoong… sonrieron nerviosamente imaginando que si les ha dicho eso es porque les escuchó en plena faena… no es culpa suya, pensaban que en día libre el pelioscuro saldría por ahí a encontrarse con su novio también…

Al otro lado de la puerta el pelioscuro contó mentalmente hasta 30 y luego de ello entró con móvil en mano… el único realmente visible era Yoochun… pero el bulto a su lado sabía era ese Junsu algo más decente que avergonzado había atinado a esconderse bajo las cobijas para no verle a la cara…

- estábamos por comenzar la segunda vuelta, así que habla rápido… - el pelinegro dijo con tono desvergonzado, sonriendo divertido al ver el sonrojo que apareció en las pálidas mejillas de su hyung…

- ¡no es cierto!... – gritó más que avergonzado el castaño sacando la cabeza de entre las cobijas… - no es verdad Jaejoong, no íbamos a comenzar nada… aún… - murmurando de último al sentir la mano del pelinegro posarse descaradamente en su entrepierna…

- ¡yah! No empiecen sus intimidades delante de mí… - respingó sintiendo vergüenza ajena…

- ¡Yoochun, joder! ¡te dije que cuidarás a mi hijo, no que lo pervirtieras, desgraciado!... – escucharon una tercera voz… un frito amenazador que vino desde el altavoz en el móvil del pelioscuro…

- ¿estabas hablando con Yunho?... – el pelinegro casi sudó frío… si bien está ahí la distancia y un montón de factores que mejor ni mencionar, el moreno seguía siendo todo un appa celoso que no veía con los mejores ojos que él y Junsu mantuvieron intimidad…

- sí… de algo muy importante… - el pelioscuro pasó de largo ante los comentarios de su novio y amigo… sonrió ampliamente sintiéndose muy feliz de solo recordar cuál era el motivo por el que había irrumpido en la habitación del YooSu…

- ¿qué cosa es?... – los ojos del castaño brillaron emocionados… adoraba enterarse de cosas nuevas sobre todo si eran interesantes y tenían que ver con sus amigos…

- Yunho le ha propuesto matrimonio a Jaejoong, él ha dicho que sí y ahora ustedes deben ayudarle a comprarse su traje de novio… - escucharon una cuarta voz, la segunda desde el móvil del pelioscuro…

- ¿ChangMin también está al teléfono?... – el castaño cuestionó parpadeando inocentemente… el pelinegro se mordió el labio para no besarle, con lo tremendamente hermoso que se veía con esa clase de expresiones…

- sí, estoy porque el tonto que tenemos por appa extravió su móvil… - escucharon al morocho decir con ese tono sarcástico que ninguno ha olvidado… - ¡y se gasta mi saldo!

- ¡no exageres!... – escucharon a Yunho reñirle…

- ¿exagerar? Llamada internacional a otro móvil, oh claro, exagero… - los tres chicos podrían jurar que el morocho está haciendo aspavientos melodramáticos frente a un moreno que le ignora y seguro vuelve a pegarse el móvil al oído…

- eso, le he propuesto matrimonio a mi JaeBoo, informal por ahora, pero bueno, no hagan demasiadas cochinadas que quiero que acompañen a mi Boo a comprarse su traje blanco, que se vea más guapo y hermoso de lo que es, ¿eh?

- ok… - pelinegro y castaño accedieron…

- ¿porqué de blanco?... – mientras que el pelioscuro resopló y acomodó los lacios mechones de su frente…

- porque eres mi uke perfecto y hermoso… - obvió el moreno sonriendo al otro lado de la línea…

- ¡mi móvil!... – escucharon gritar al morocho y el resoplido frustrado del moreno…

- bueno, hablamos de nuevo en cuanto encuentre mi móvil, recuerdo haberlo dejado en la habitación, o tal vez en la cocina… no sé, pero lo encontraré y te llamo para hablar sin que me estén molestando… - el moreno dijo, y Jae, como Junsu y Yoochun jurarían que veía con reclamo al morocho, y que éste le retaba como lo haría un adolescente a su padre… sonrieron al imaginarlo… - ¡y Yoochun, es en serio, no perviertas más a mi hijo!... Te Amo, JaeBoo… - dijo de último y cortó la llamada…

- voy a ducharme… - el pelioscuro dijo sonriente y sin esperar comentario alguno de sus amigos salió de la habitación…

Yoochun sonrió contento, Junsu también sonreía igual…

- ¿ves? Eres terriblemente precioso… - el pelinegro dijo, y antes de que el castaño pudiera rezongar, le besó con todas las ganas que parecían haberse recargado en esos pocos minutos… acarició la entrepierna de su novio sintiéndole estremecerse…

- no haces caso de las instrucciones de mi appa de no pervertir a su hijito… - sonrió sonrojado… dejándose besar de nuevo mientras el pelinegro se recuesta sobre su cuerpo acariciando los costados de su cintura… - ¿Chun? Me apetece chocobanana… - sonrió coqueto repasando con las yemas de sus dedos la extensión del pelinegro…

- ¡YooSu! No cerré la puerta par de tontos pervertidos… - escucharon gritar a Jaejoong, probablemente desde el pasillo antes de entrar en la ducha…

- ¡pues no pares oreja!... – el pelinegro respondió habiéndose puesto de pie y colocándose solamente el bóxer salió de la habitación descubriendo que efectivamente el pelioscuro recién se internaba en la ducha refunfuñando seguramente contra ellos… corrió a la cocina y sacó el bote de chocolate volviendo a la habitación… - chocobanana comeremos entonces… - sonriendo pícaro ante ese Junsu sonrojado que ríe y se tapa con las cobijas sabiendo que Yoochun le seguirá al instante…

Al final, Junsu y Yoochun tenían claro que no era solo sexo u hormonas…
Era amor…
De ése incondicional y eterno que coloca en el pensamiento de ambos una sola frase…

No puedo dejar de amarte.



**FIN**