Título: Tras el Miedo...
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: NC-17
Advertencia: Lemon
Resumen: Quién es más fuerte, el miedo a lo desconocido pero vivido por el corazón, o uno mismo dispuesto a enfrentar esos temores con tal de tener una oportunidad de amar y ser amado...
*****
No era común verle pasar las tardes libres a solas leyendo algún libro o escribiendo alguna nueva canción... tampoco era de extrañar que aprovechara algunos momentos para acostarse a dormir largo y tendido mientras el resto de sus compañeros se largaba por ahí...
Lo raro era... que esta vez hubiese querido que Junsu se quedara a hacerle compañía...
Él y solo Él...
No había querido la presencia de Yunho, ni la de Jaejoong o ChangMin... Yoochun solo había murmurado un débil "quédate Su" que solo había hecho enrojecer suavemente las mejillas de un tímido castaño oscuro que asintió vigorosamente mientras cerraba la puerta del departamento y regresaba sobre sus pasos adentrándose una vez más hasta la estancia...
Por suerte que él había sido el último en salir, porque de lo contrario, le habría dado tanta más vergüenza quedarse a solas con Yoochun y que los otros tres se dieran cuenta de ese sonrojo en sus mejillas que encendía con furia su rostro ahora que topaba su mirada con esos ojos negros que le abrumaban y le daban esa sensación de calidez que hace tiempo le asustara de sobremanera, el mismo que hace unos días le impedía conciliar el sueño apropiadamente... y es que no podía sacarse de la cabeza el hecho de que hacía algunas noches el pelinegro le había besado y declarado un sentimiento que al parecer ya ni siquiera recordaba, y es que Yoochun no había mencionado nada desde esa noche... pero eso no quitaba que Junsu se pusiera todo nervioso y que soñara con que se lo volvía a decir estando en perfectas condiciones de salud...
Nada costaba soñar después de todo, cierto?
- quiero que me des tu opinión acerca de una canción que estoy componiendo, es que el tono con que la he escrito me parece que queda perfecto con tu color de voz... - las palabras del pelinegro hicieron que el castaño se sintiera decepcionado y asintiera despacio siguiéndolo hasta la sala de música...
- si la estás componiendo de corazón, es seguro que va perfecto, Yoochun ah... - había murmurado apenas el pelinegro buscara entre los papeles aquéllas notas donde iba dándole vida a un sentimiento que parecía no querer recordar justo ahora...
Porque era demasiado creer que ese calor que le abrigaba el corazón fuera generado por ese chico que sentado a su lado pasaba su vista por aquéllas letras que en nada podía compararse con lo que en realidad le hacía sentir...
- es hermosa... lo que has escrito, es realmente hermoso, Yoochun ah... - y Junsu casi podía sentir que se le saldrían algunas lágrimas después de haber leído esas palabras que tanto sentimiento le habían hecho rememorar...
Y es que amaba a su mejor amigo tal vez desde que le conociera hace ya seis años cuando DBSK se iniciara...
A veces... a veces se aventuraba a pensar que le amaba antes de conocerle, porque él era el chico que le inspiraba ese tipo de amor con el que soñara desde que comprendiera el verdadero significado de tal sentimiento, siendo poco más que un niño en espera de la adolescencia y esa revolución hormonal que solo le hizo darse cuenta de a poco que los chicos le atraían mucho más que las chicas...
Pero... aún si fuera cosa del Destino haberse enamorado de Park Yoochun... la realidad era que tal vez en aquellos planes de la vida no estaba el que fuera sinceramente correspondido...
Aunque siguiera preguntándose ¿por qué Yoochun le había besado y declarado su amor hace unas noches? A fin de cuentas, había dicho su nombre...
......flashback......
Sabía bien que ni Jae ni Yoochun entenderían nunca que beber de más era una total y completa, hasta absurda, manera de pasar el tiempo... el poco tiempo que tenían para espabilar un poco de la tensión, el estrés y el cansancio del trabajo... y menos cuando una de esas borracheras le traía por consecuencia alguna gripa o resfriado que tumbaba al pelinegro dominado por alguna fiebre consecuencia de esos descuidos que Yoochun dejaba pasar de largo por cumplir con el trabajo...
A veces odiaba que fuera así... pero a la vez le adoraba porque de algún modo solía ser su "enfermero" personal cuidando de él cual niño pequeño por su madre... aunque claro está, Yoochun no era un niño, y por nada cambiaría la amistad por un parentesco de aquel tipo... ok, estaba pensando incoherencias al grado de parecer un tonto con aquéllas ideas absurdas...
Pero la verdad era... que no era para nada común que le dejasen literalmente a solas con su amigo pelinegro... lo que es más... ¿a dónde diablos se habían ido a meter sus otros tres compañeros? ¿por qué justamente ahora el destino le jugaba esa treta... de dejarle estar a solas con el dueño de cada una de sus ilusiones?
Justo eso… nada más que ilusiones…
Esas que se construyen con la facilidad de los sueños, de la capacidad de imaginar y crear… de dejar que el corazón lata apresurado construyendo con su ritmo aquéllos espejismos que con el tiempo y el contacto con la realidad, se iban desquebrajando lentamente hasta estrellarse en esos miles de pedacitos que harían tal vez imposible el volver a enamorarse…
- deberías irte derechito a dormir, Yoochun ah, todavía estás con algo de temperatura... - y es que el castaño podía ver ese caminar algo tambaleante, acompañado de esas mejillas sonrojadas y esa mirada algo ausente que no hacía juego con esa sonrisa boba que denotaba su estado de salud, no hacía demasiado que la fiebre había cedido, pero era claro que la temperatura aún estaba en los límites de la normalidad...
- no estoy tan caliente, Su...
Y su amigo no pudo evitar ese sonrojo por pensar en ese otro sentido de aquellas palabras, pero por supuesto, nada tenía que ver con ese pensamiento pervertido que había cruzado la mente de un castaño que no hallaba cómo evitar que Yoochun se diera cuenta de ese enorme sonrojo que se había apoderado de su rostro al pensar en eso cuando su amigo sigue enfermo...
El pelinegro simplemente se dejó caer en el sofá a lado del castaño, suspirando ese aliento acompañado por el característico olor a medicina y que inconscientemente hizo que el ceño del castaño se frunciera en un gesto de desagrado... jamás le ha gustado la medicina, ni la idea de estar en un Hospital, ni nada que se le pareciera...
- cuándo aprenderás a no beber tanto, Chun; mira nada más lo que pasa por no medirte... - el sonrojo de sus mejillas casi desapareció, pero nada alejó ese tono preocupado del chico, que miró el perfil algo cansado de su amigo... perdiéndose en cada detalle de ese perfecto rostro varonil que muchos suspiros le ha arrancado del corazón... y se preguntaba ¿porqué no había sido un chico común y corriente con preferencias heterosexuales? o en dado caso ¿porqué no una chica que sí atrajera la atención del pelinegro de esa forma romántica en que gusta de su persona?
- no me retes, Su... - exclamó con voz algo cansada... amortiguada y casi ininteligible por causa de todo ese medicamento que de seguro lleva circulando en sus venas todavía y le hacía sentir algo adormilado... - ha sido por culpa del amor... - murmuró casi como si no hubiese querido decir tales palabras... como una confesión inconsciente que te acerca a los temores más crueles de tu existencia... porque en medio de su letargo medicado, algo de conciencia había golpeado su cerebro al darse cuenta de lo que acababa de decir...
Pero sin ser capaz de percibir esa mirada apagada que cubría las pupilas marrón del castaño, que sonrió con tristeza al escucharle mencionar esa palabra tan bonita como doliente que saliera de labios de su amigo...
Porque era un amor, que seguro nada tenía que ver con él...
Y aquello por fuerza dolía...
- pero sabes, por fin ha funcionado en algo toda esa cerveza que me he tomado... - y el castaño no estaba logrando seguir el hilo de las palabras de su amigo... - porque por fin lo he entendido, la molestia al verle con otro, los celos al pensar que podía pertenecerle a alguien más, las mariposas cuando solo sentía su brillante mirada clavada en mis ojos, la contentura que se instalaba en mi estómago cada que reía conmigo, cuando por algo nuestras manos se rozaban o terminábamos a las bromas que traían por consecuencia algo de esos contactos que me erizaban la piel, y cada una de sus palabras con su timbre de voz que me estremecían, sobre todo cuando pronunciaba mi nombre...
Y era increíble cómo a pesar de esas palabras algo arrastradas por esa lengua medio adormilada por el cansancio y el letargo que el efecto de la medicina le estaba dejando, el castaño le estaba entendiendo perfectamente cada una de ellas, oprimiendo poco a poco más su corazón enamorado...
Porque Junsu solo podía pensar en que una chica… alguna que no lograba ubicar con esa descripción de sensaciones y actitudes… le había robado el sentimiento que latente en ese músculo en el pecho de Yoochun, jamás llevaría el ritmo del suyo propio…
Que siempre serían simple y sencillamente dos corazones enamorados…
De una persona diferente…
- cuando estás como ahora, a mi lado, Junsu ah... – pero que pronunciara esas palabras después de unos segundos de intenso silencio le descolocó un poco, y esa mirada clavándose en su rostro que hizo que el sonrojo subiera demasiado rápido a sus mejillas antes de darse cuenta de la cercanía del propio rostro de Yoochun... - Te Amo, Su... - y esos labios algo calientes todavía por la fiebre pasada posados sobre los suyos que le supieron a algo dulce indescifrable que se coló en su boca cuando respondió casi en automático ese beso que en nada parecía ser demasiado conciente por ninguno de sus dos actores...
Y es que se habían dejado arrastrar por el sentimiento latente de sus corazones sin percatarse de que todavía había demasiado por comprender, por compartir, por decir y expresar... porque apenas se separaron de ese beso que duró casi nada, el pelinegro cayó prácticamente dormido contra el hombro de un castaño que solo parpadeó confundido y asustado, emocionado y atontado por esa declaración, por ese beso dulce que construyó una ilusión que se derrumbó en cosa de segundos...
Porque aún cuando quiso creer que aquella escena casi de película no se esfumaría cuando esos ojos negros volvieran a abrirse paso tras los párpados que pesados habían cedido finalmente al sueño, la realidad volvió a él un par de horas después, cuando Yoochun despertara y se disculpara con una sonrisa algo tonta por haberse quedado dormido sobre su cuerpo sin siquiera haberse percatado de ello...
Y luego ese mejor amigo volviendo a ser solo él sin mencionar ni demostrar de la mínima forma posible recordar lo que acabara de pasar esa noche en que había ido a la Luna en aquellos gloriosos segundos en que Yoochun se le declarara sin llegar a declararse ciertamente, en esos pequeñísimos instantes en que su beso le llevara al paraíso, sin realmente haberle besado, porque había sido todo obra de...
Del Destino confabulando en su contra para darle un poco de todo aquello que soñaba y añoraba, pero que ahora más que nunca parecía haberse convertido en su imposible, en la espina clavada en su corazón que jamás le permitiría ser genuinamente feliz...
Pero era masoquista...
Porque a pesar de todo... había probado los labios de Yoochun... le había escuchado decir un "Te Amo" aunque todo hubiera sido poco menos que producto de su imaginación o de su corazón enamorado... porque aunque había pasado de verdad, no se había convertido en su realidad diaria...
......flashback......
- te has quedado tildado... - Yoochun dijo al darse cuenta de que Junsu se había quedado con la mirada perdida y sus ojos algo ausentes le enfocaron parpadeando un par de veces como si recién volviera a la realidad...
- lo siento... me acordé de algo, Chun... - forzó una sonrisa que en ese momento no parecía querer nacerle, y no pasó desapercibida para el pelinegro la tristeza matizada en esa curva de sus labios que no conseguían formarse en una sonrisa sincera...
- mi canción te ha inspirado tristeza?... - y por alguna razón aquello no le gustó del todo al pelinegro... porque no era esa su intención...
Porque Junsu era el chico que siempre, siempre sonreía...
- no... - negó suavemente... pero el pelinegro le miró con algo de aprehensión y desconfianza... - no solo eso, es... me ha inspirado cariño también, y alegría...
- pero... siento si te he hecho sentir mal, Junsu ah, no era mi intención...
Y el castaño quiere poder decirle que solo le hace sentir mal el que haya olvidado aquélla confesión y ese dulce beso que todavía le persigue en los sueños desde esa noche... que quiere volver a sentir esa contentura y la confusión incluso... que quiere...
Que solo quiere que lo que escribe se haga realidad... que el amor que se encuentra en el camino de la vida sea mutuo y que puedan estar juntos como mucho más que simples amigos o compañeros de trabajo...
Pero solo atina a sonreír esta vez de corazón porque lo que menos quiere es darle motivos al pelinegro de sentirse culpable de algo que, aunque sí es parte de la causa, no es a fin de cuentas solo su responsabilidad...
- no pongas esa cara, no es como si me haya deprimido o disgustado tu canción... - le golpea el hombro y desordena sus cabellos sin realmente darse cuenta de que aquello no es exactamente de su estilo... de que solo quiere inconscientemente, permanecer... - ya sabemos que las canciones siempre generan emociones diversas en las personas, aún canciones alegres pueden llegar a tocar fibras sensibles y generar tristeza, pero es la magia de la música justamente, no Chun, inspirar emociones...
Es entonces cuando la mirada del pelinegro se clava en su persona con esa manera que consigue que se estremezca de pies a cabeza… que sienta sus mejillas arder por el rubor de la timidez y el temor de que pueda leer en sus ojos y su expresión, ése sentimiento que tan firme se ha instalado en su corazón; pero que demasiado débil y temeroso, ha decidido permanecer en el anonimato silencioso de la soledad… de las sonrisas amables y risas amigables que contagian de buen humor… de esa actitud condescendiente que no ha calmado nunca el dolor de su pecho que le ha hecho llorar en la oscuridad de la alcoba o bajo el sonido del agua correr durante la ducha…
En esos momentos en que ha terminado por cuestionarse una y otra vez… ¿qué hay tras el miedo?
Oportunidades quizá… nuevas ilusiones sin duda… anhelos, esperanza…
Amor…
Cálido y sincero…
Pero asustado de entregarse…
- emociones… - murmura apenas, pero lo suficientemente alto y claro para que el castaño le escuche y salga de sus pensamientos demasiado intranquilo de saberse pillado en su ensimismamiento… de que lea… de que vea ese amor que le parece en esos instantes traslúcido como el agua de los océanos… como el profundo cristalino de una gota de rocío… - casi siempre cuando escribo una canción, es amor lo que siento… lo que quiero transmitir… porque el amor es la raíz de todas las sensaciones y emociones… al menos así lo creo yo… - relata y evade entonces su mirada al darse cuenta de que ha permanecido mirándole fijamente y que se ha perdido una vez más en el calor de sus pupilas…
- el amor es el sentimiento más complejo y puro de la humanidad… así que creo que tienes razón en decir que es la raíz de toda sensación y emoción… - susurra casi como si de pronto la voz se le hubiera ido al fondo de su garganta temerosa incluso de revelarse… de mostrar un poco más de ese cariño que anhelante de entregarse, también temeroso de no ser entendido…
De ser rechazado…
De ser lo que se encuentre tras el miedo de un amor incomprendido…
- de todas formas… no quería que entristecieras… - y vuelve a ello porque hacía tiempo que sus días valían la pena solo por ganarse una de sus sonrisas o reír acompañando sus sonoras carcajadas… - me gustas cuando sonríes… - sus mejillas se tiñen finalmente de carmesí y traga hondo al percatarse de las palabras que han salido de sus labios…
De esos labios que ahora se cierran formando una línea casi invisible como si pretendiera sellarlos para que no le traicionaran otra vez y dijeran aquello para lo que incluso aún se siente inseguro e indefenso…
Vulnerable como los miedos y frágil como las ilusiones…
Porque había dicho un “me gustas” no solo “me gusta”… porque esa simple letra de más había manifestado una atracción que marcaba la diferencia de su argumento…
Y Junsu se había quedado estupefacto y acalorado, confuso e indeciso… porque no quería otro espejismo que se pudiera romper como los cristales… porque no quería construir otro castillo que se derrumbara como la arena arrasada por una ola de mar…
Pero… había sonado tan lindo ese “me gustas cuando sonríes”, que estúpidamente había sonreído ampliamente mostrando su perfecta dentadura y dejando que sus mejillas se colorearan de carmesí…
Tan lindo aunque sencillo… que casi había sentido el valor de confesar sus verdaderos sentimientos…
Más todavía estaba ahí ese ¿qué hay tras el miedo? Que le impedía sincerarse y exponer con demasía su corazón enamorado…
Era el silencio el único testigo mudo que quedaba entonces en aquélla sala de pronto demasiado pequeña y casi incómoda en la que el más grande temor era que el otro escuchara los latidos apresurados de sus corazones emocionados gritando con fuerza su amor… como dos notas buscando sincronizarse en la perfecta armonía para la que saben han sido creados…
¿Por qué era tan difícil decir la verdad?
¿Por qué costaba tanto decir Te Amo?
¿Por qué era más fuete el miedo que el amor?
¿Por qué no descubrir definitivamente lo que se encuentra detrás de todos sus temores?
Si la amistad jamás sería realmente suficiente…
Si cada día que pasara se sentiría más enamorado que el anterior y más deseoso de que sus sueños dorados se hicieran realidad casi como un cuento de hadas fabricado con magia…
¿Por qué no?
¿Por qué no ser fuerte una vez?
- Yoochun ah… - murmura el castaño, todavía asustado y con los nervios a flor de piel… pero decidido a sincerarse por una vez en largo tiempo… - puedes recordar… - aclara nerviosamente la garganta y siente la mirada del otro volver a su persona… - la otra noche, cuando estabas enfermo… - siente que sus mejillas arden un poco más de solo recordar e inconscientemente su mirada baja al piso aunque no haya nada en él que le interese… es solo ese mecanismo de defensa inconsciente que le quiere proteger de lo peor que pueda pasar… - ¿lo que me dijiste? Puedes recordar… ¿el beso que me diste… que nos dimos?
Siente que su respiración se vuelve un tanto más agitada y que su corazón casi parece se le saldrá por la garganta en cualquier momento… pero no evita una sonrisa suave cuando siente la mano de Yoochun tomando su mentón instándole a mirarle de nuevo… como no evita esa mirada triste al toparse con una oscura mirada confundida que le cuestiona en silencio de qué está hablando, percatándose de que se drena el cerebro buscando aquéllas memorias que no le hagan quedar como un estúpido o aprovechado… insensible… o lo que sea que Junsu pueda creer…
Y el temor vuelve con creces…
Porque es el silencio y esa mirada confundida la que le recuerda cuán fácil puede derrumbarse otra vez su castillo… cuán difícil va a ser volver a unir los pedazos de su corazón si se parte cual cristal abandonado en el desierto de la soledad…
El castaño cierra los ojos cuando siente la mano del pelinegro deslizarse lentamente por su mentón pasando por el contorno hasta acariciar suavemente con las yemas de sus dedos su mejilla… y sueña… deja que su imaginación vuele y construya una ilusión, que pase por sobre el miedo y le regale aunque sea segundos de felicidad en espera de esa eternidad perdurable que el amor mutuo puede ofrecer por compartir la plenitud de las alegrías…
Yoochun sonríe suavemente al darse cuenta de lo que está haciendo… al pensar en que aquel contacto no le sería aceptado de aquella manera si no fuera porque Junsu siente lo mismo… o por lo menos algo parecido… a ese profundo sentimiento que emerge desde su alma y pide solo una oportunidad de mostrarse…
Y recuerda como vestigios de una vieja película que es proyectada en una pantalla gastada o una pared sucia, el momento de hace unas noches cuando dijera lo que siente y entregara un beso que le fue devuelto sin duda alguna de por medio…
- Te Amo… - murmura con voz ligera… topando esa vez su mirada con esos ojos marrón que le miran algo sorprendidos pero claramente emocionados pues brillan casi con el fulgor de las estrellas…
- Chunnie… - susurra al tiempo que siente cómo la otra mano del pelinegro viaja a su espalda acercándole un poco más… sin que sus miradas perdieran ese contacto que les transmite esa calidez que con palabras jamás podrán expresar…
- siento no haberlo recordado claramente hasta ahora, Junsu ah… - y es su voz la que denota la culpabilidad inherente de su despiste… de haber pasado de largo algo tan valioso que hubiera querido hacer mucho más elaborado, tal vez planeado de una manera más romántica que fuera digna de ese chico lindo que se ganó su corazón en algún momento de sus vidas juntos siendo buenos amigos…
- has dicho que me amas… - su voz suave y esa sonrisa tranquila hacen que el pelinegro sienta aleteos en el estómago… - y que no te hayas dormido aún, ya es suficiente para mí, Chunnie… - eleva sus manos y enmarca el rostro del pelinegro, acercándose lentamente en busca de un beso tan dulce como el primero, pero tanto más conciente y delicado… - Te Amo también…
Ambos sonríen con la calma de esos dos corazones que finamente han conseguido danzar al ritmo de la misma melodía… y sus labios se encuentran en un contacto sublime abnegado en ternura, moviéndose lentamente disfrutando de esa suavidad con que se buscan una y otra vez antes de convertirse en ése beso algo más confiado y húmedo…
Y el miedo se desvanece entonces como la niebla sucumbe a los rayos del sol al amanecer… descubriendo juntos que tras sus miedos solo se encontraba ese amor mutuo que ahora les llevará por un camino incierto que todavía tiene por ofrecerles todo un mundo de sensaciones, emociones y nuevos temores…
Conscientes de que tras cada uno de sus miedos seguirá ese amor correspondido que se convierte en la fortaleza de aquéllos que se deciden a amar…
A arriesgarse un poco y echar un vistazo tras las cosas que nos asustan…
Listos para enfrentar lo malo y disfrutar lo bueno… porque es la combinación de todo ello, lo que en realidad vuelve hermoso al amor…
FIN
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”No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”
J.R.R. Tolkien