Título: SWEET DREAMS
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: NC-17
Advertencia: Lemon
Resumen: Yoochun asiste a una casa de citas con la intención de descubrir si en verdad es homosexual… ¿será que en tal lugar pueda encontrar el amor de verdad?
*****
Las calles de Seúl no siempre le habían parecido tan tediosas como en los últimos días, y no estaba del todo seguro de lo que motivara tal sentimiento… tan solo es que las cosas iban tomando un rumbo desconocido para él y ponía en dilema todo su sistema de creencias…
Se había descubierto atraído por un chico de la Universidad…
Y aquello había sido suficiente para que Park Yoochun prácticamente deambulara por la vida sin lograr dar sentido a eso que había sentido y que incluso le había hecho correrse esa mañana en la ducha mientras le pensaba…
Es que tenía cara de ángel y aura infantil, ojos avellana tan preciosos como el claro de una montaña por donde se cuelan débiles los rayos del sol, labios rosados que en cada movimiento parecían hipnotizarle invitándole al pecado…
Esa era la imagen que de Kim Junsu no podía sacarse de la cabeza desde hace varios días en que por vez primera viera al chico cruzar por los pasillos… nunca antes le había visto caminar por ahí… y no había podido evitar prendarse de su figura…
Ni de desear conocerle un poco más…
Aunque hasta el momento apenas si hubiera podido saber su nombre y que cursaba un año más abajo en otra carrera…
Y se había descubierto cada día haciendo todo lo posible por topárselo de nuevo, había estado tentado de averiguar su horario de clases pero se sintió poco menos que un acosador así que desistió de último momento. Pero el no poder sacarlo de su mente le tenía bastante desconcentrado y confundido…
Es que nunca antes le había siquiera llamado la atención ningún chico por más femeninos que pudieran ser sus rasgos o se manera de ser…
Pero Kim Junsu era completamente diferente…
Casi como si no se tratara de una persona… sino de un ángel…
Un ángel que sin alas caminaba por la Tierra pero que no podía ocultar su majestuosa hermosura y le hipnotizaba con su solo recuerdo…
Y llegó a su destino, demasiado nervioso y porqué no decirlo, asustado… es que en realidad nunca había estado en un lugar de aquéllos. Se internó pasando por esa puerta de fina madera y extravagantes adornos… como extravagante era el lugar, y casi al instante, una mujer de mediana edad apareció a su encuentro sonriéndole con un gesto maternal pero que lejos estaba de aquello…
¿Cómo es que le llamaban a esas mujeres? Madrona… o algo así…
- bienvenido, joven… ¿desea algo en particular?... – el cuestionamiento casi dulce de aquella mujer solo hizo parpadear al chico de cabellos azabaches… - ¿masaje, una escucha, servicio completo?... – la picardía con que cada palabra sonaba en aquellos labios rojo carmín solo hicieron que Yoochun pensara en un montón de cosas que no debían ser del todo sanas… venga, que es un chico de 21 años después de todo…
- quie… - aclaró la garganta y se sintió algo estúpido por ello, vamos, que tampoco era un adolescente ignorante impulsado por la curiosidad nada más… - quiero un chico… - ok. Eso no había sonado justamente bien, contando el hecho de que su voz sonó ansiosa y sus mejillas se tiñeron de un leve tono rosado…
Sí, parecía un adolescente motivado por la curiosidad…
- oh… - la mujer le miró de arriba abajo… - entiendo, sígame joven… - y avanzando por un pasillo a la derecha siguieron un camino diferente internándose más dentro de esa casa que ahora le parecía al pelinegro era mucho más amplia de lo que lucía por fuera… una puerta fue abierta de par en par…
Y ahí sus ojos se encontraron con varios chicos que conversaban animados entre sí… excepto uno… ese chico del que su mirada se prendó y que hizo que su corazón se agitara latiendo presuroso e intranquilo…
- Junsu… - murmuró demasiado bajo como para que nadie le escuchara, pero lo suficiente como para que la mujer le escuchara murmurar algo sin sentido y mirara en dirección de los ojos del pelinegro…
- ¿quieres a Xiah?… - Yoochun no le escuchaba con claridad… - bueno, si te interesa algo muy dulce e infantil, eliges al correcto, aunque debo decirte que él es más bien nuevo, no tiene demasiada experiencia…
- lo quiero… toda la noche… - demasiado impetuoso debió sonar… pero nada iba a impedir que le conociera… que le tuviera para él solo…
- vaya… - la mujer sonrió divertida… - debe resultarte muy atrayente… Xiah!... – llamó al chico de cabellos castaños que al oír su “nombre” volteó pues antes había estado solo sentado junto a otros pero sin mirar a los clientes que iban llegando…
Sus ojos se encontraron con las orbes negras de Yoochun y sintió que se mareaba… no podía estarle pasando a él… no justo a él… no justo Park Yoochun… su corazón tembló como lo hizo su cuerpo y le faltó la respiración… pero esperó que no le conociera, después de todo el hecho de que él le mire todo el tiempo a escondidas, no significa que el apuesto muchacho sepa siquiera de su existencia… además, tal parecía que le había elegido a él… quizá en parte su sueño se realizara… quizá al menos así podría sentirse amado…bueno, al menos deseado por el chico de sus sueños…
De sus más dulces sueños…
Se acercó cauteloso sintiendo que le miraba con una profundidad que le inspiraba una sensación entre la incomodidad y el anhelo… es que Yoochun le generaba siempre demasiadas cosas, desde aquella primera vez que le vio estudiar en la biblioteca de la Universidad.
- bueno, acompáñalo y ya sabes qué hacer… - fue lo único que la mujer dijo antes de volver por donde había entrado… con la tarjeta de crédito de Yoochun en la mano y una sonrisa clara de contentura por la cantidad de dinero que cobraría al pelinegro…
Junsu no pudo decir nada… y no ayudaba que sus “compañeros” les estuvieran mirando, normalmente no hacían eso pues había clientes muy temperamentales… pero Yoochun parecía haber atraído la atención de todos. Suspiró y apartando la mirada del pelinegro le tomó la mano con todo el nervio posible conduciéndole escaleras arriba a una de las habitaciones ahí disponibles.
Yoochun no dijo nada ni se inmutó al sentir a todos esos demás chicos, algunos definitivamente muy femeninos y otros que no parecían ser de esa clase de muchachos. Pero en nada le importaban ellos… tan solo ese Junsu que ahora abría la puerta y cerraba luego tras de ellos… evadiéndole la mirada y notándose tímido ante él…
- cómo quieres hacerlo… - el castaño preguntó con voz suave… tan suave que Yoochun juraría que deslizaba seda en su tono… y remataba con esa sonrisa avergonzada acompañada de esas mejillas bañadas de carmesí…
- porqué estás aquí… - fue lo único que Park cuestionó mientras le tira de la mano sentándole en el borde de la cama… grande y de colores rojo pasión, muy a doc con el lugar en que se encontraba a decir verdad… pero apenas un vistazo le había dado a la habitación porque toda su atención estaba en Kim…
- ¿eh?... – Junsu atinó a murmurar abriendo los ojos con sorpresa y temor… ¿Yoochun le había reconocido?
- tu nombre no es Xiah, ¿cierto? A menos que tengas un gemelo que se llama Kim Junsu… - y no entendió porqué estaba sonando molesto… casi como si acabara de descubrir a su novio engañándole…
- me… me… conoces… - el castaño tartamudeó sintiendo que el mundo se le venía encima, sus ojos abiertos de par en par mirando al pelinegro sin dar crédito a lo que había escuchado… lo que Yoochun debía estar pensando ahora de él… lo que en realidad era a fin de cuentas… un chico que se vende por dinero…
Por un dinero que ni siquiera debería estar necesitando…
- dime, Junsu… porqué estás aquí?... – y quiso evitar palabras como “trabajo” o “prostíbulo” entre palabras más vulgares que se le vinieron a la mente de solo pensar que su ángel estaba en aquel sitio quizá disfrutando lo que hacía… aquello no era posible, verdad?
- yo… - evadió la mirada y la bajó sintiéndose miserable… Yoochun no solo le conocía, sino que además debía estar pensando que él era solo un chico fácil que se vendía por unas cuantas monedas… - es mi trabajo… - susurró deseando de pronto que la tierra se abriera y lo tragara… que ese momento tan vergonzoso y lastimero desapareciera…
- ¡pero porqué!… - el pelinegro exigió alzando un poco la voz y tomándole con brusquedad del brazo, obligándole a mirarle… - tú eres un chico lindo, amigable, alegre, ¡qué demonios puedes necesitar de la vida para rebajarte a esto! ¿ah?... – espetó sintiéndose realmente engañado y herido…
Herido por un amor que le era nuevo pero que sí… estaba ahí demasiado arraigado como para ignorarle o considerarle algo pasajero o insensato, como para creerle mero capricho o curiosidad…
- ¡fui vendido!... – exclamó sintiéndose intimidado por ese Park que le presionaba el brazo con tal fuerza que le lastimaba… - qué puede importarte a ti, Yoochun, solo haz conmigo lo que quieras y ya, pero no se lo digas a nadie, por favor… - sollozó temiendo que el pelinegro fuera a descubrirle frente a las autoridades de la Universidad, es que estaba terminantemente prohibido tener una vida de aquella perteneciendo a la institución…
Park se había quedado trabado en la primera parte de la respuesta de Junsu… ¿vendido?...
- a qué te refieres con vendido, Junsu ah… - suavizó, su tono, su expresión y el agarre de su mano en el brazo del castaño, soltándole y notando que le había dejado la zona rojiza… - lo siento… - murmuró al verle, queriendo golpearse, que el castaño le golpeara o le insultara por tratarle de aquella manera como si en verdad tuviese algún derecho sobre su persona…
- ¿por qué haces preguntas, Yoochun ah?... – el castaño se sobó inconscientemente la zona lastimada… no que fuera exactamente la primera vez que un “cliente” le trata así… es solo que ahora se trataba de Yoochun… y eso podía doler más que cualquier otro golpe o herida que otros pudieran dejar en su cuerpo…
- porque… - el pelinegro entonces se dio cuenta de que estaba actuando como un novio celoso… y que aquello no lo podía explicar de ninguna manera… y sin embargo solo quería entender… entender porqué su ángel tenía que… entregarse a cualquier postor… - no puedo entenderlo, solo por eso… - evadió e intentó controlar los latidos de su corazón que acelerados ahora solo le gritaban que lo abrazara…
Que lo protegiera…
- mi padre me entregó… - el castaño comenzó a explicar, motivado por una repentina necesidad de sentir que le interesaba… que de verdad le importaba a Yoochun…
- ¿eh?... – el pelinegro le miró confundido…
- se metió con las personas equivocadas… - Kim evadió nuevamente la mirada… - la mafia nunca perdona… y él les debe mucho dinero, y… uno de los cabecillas me vio una vez y… le gusté… - sintió asco al recordar aquella primera vez en que un hombre tocó su cuerpo con morbo y lujuria… - entonces dijo que si yo trabajaba para él saldaría la deuda de mi padre… y… él aceptó… - tragó hondo e intentó no llorar…
No desahogar todo ese dolor que recordar aquella terrible experiencia le provocaba. Porque todavía llegaba a preguntarse cómo es que su padre amándole había sido capaz de entregarlo a esas personas que sin pensarlo le habían llevado a esa casa de citas hace ya poco más de un mes…
Las más terribles semanas de toda su vida…
Una vida donde mamá no estaba desde que él naciera… quizá por eso para su padre no había sido más que una carga y un recuerdo cruel de la pérdida del propio amor de su vida… aquella dulce mujer que solo conocía en fotos.
Y de pronto aquella mano acariciando su mejilla le trajo de vuelta a la realidad… a esa donde Yoochun permanece sentado frente a él y le mira con la profundidad del abismo del universo…
- ¿te… te han tocado muchos hombres?... – cuestionó el pelinegro tragando hondo al luchar para no formarse imágenes en su mente de su ángel tomado por otros que no fueron él…
- sí… - susurró bajo… - ¡pero no me ha gustado!... – soltó de pronto con temor… - no pienses que me ha gustado una sola vez, Yoochun ah, te juro que no…
- desnúdate… - ordenó el pelinegro apartándose y poniéndose de pie…
Junsu le miró confundido pero luego entendió… entendió que había sido demasiado tonto al pensar por un momento que le podía importar… se puso de pie y con la mirada gacha comenzó a sacarse las ropas, dejando al descubierto su cuerpo ante los ojos de un Yoochun que le miraba de arriba abajo inspeccionando cada centímetro de piel.
Park maldijo internamente al encontrarse con varias cicatrices en ese cuerpo que a pesar de ello no dejaba de parecerle perfecto. Kim levantó la mirada al darse cuenta de que el pelinegro no se acercaba aún… y se sonrojó involuntariamente al sentir su penetrante mirada… porque había en ella algo que no había sentido antes con ninguno de esos otros clientes que llegaron a pasar por su vida…
No sentía morbo…
Ni lujuria…
Ni deseo libidinoso…
Tan solo le ponía nervioso…
Como cuando se está a punto de conocer algo maravilloso que sabes no querrás dejar ir nunca…
Como el recuerdo de un dulce sueño que conservar en la memoria para toda una eternidad.
Fue entonces que Yoochun se acercó de nueva cuenta a él… Junsu temblaba de nervios, y sentía el fuerte ardor de sus mejillas arreboladas de carmesí… una caricia fue depositada en su mejilla con demasiada ternura… y luego de un momento a otro se supo recostado sobre la cama… el pelinegro a su lado deslizando gentilmente su mano por su figura… nunca había sentido aquella especie de escalofríos…
- cuánto les debe… - preguntó Park mientras su vista se posaba en aquel íntimo lugar del castaño, paseando su mano por la parte interna de sus muslos sin querer tocarle así nada más en la entrepierna…
- ahh… - jadeó involuntariamente y tuvo que cerrar los ojos y respirar profundo para no gemir ante aquellas caricias… - mucho… pero… no pienso quedarme aquí, Yoochun ah… sé que… en un par de meses les habré hecho ganar lo suficiente para pagarles… - suspiró al sentir los dedos del pelinegro subir a su torso y delinear cada línea de sus músculos…
- entonces pagaré esa cantidad… - sus labios dejaron un suave beso en su mejilla… - no quiero que nadie vuelva a tocarte nunca más…
- Yoochun ah… - le miró sin comprender porqué le decía todo aquello, porque le estaba tratando ahora así… casi como… como alguien que ama de corazón…
- puedes ser… mi amante personal… - susurró sin darse cuenta de lo que decía… tan solo deseando quedarse con él para siempre… casi olvidando que no le ha insinuado realmente nada de querer algo con él…
- entonces… quieres comprarme para ti… - aún así… aún y que no fuera lo más romántico o lo que quería de verdad… Junsu casi se sentía plenamente feliz…
- ¿eh?... – las caricias de Yoochun pararon y le miró directo a los ojos… - no, claro que no…
- oh… - los ojos del castaño perdieron algo de ese brillo que de pronto habían ganado estando con él… - lo siento… no sé porqué lo dije… - evitó decir que eso había entendido… quizá y había escuchado mal…
- qué… - el pelinegro solo sintió que era empujado sobre el colchón y de pronto tenía al castaño sobre sus caderas acariciando su abdomen por debajo de la camiseta…
- qué clase de sexo te gusta… - murmuró sonriendo suavemente, aunque le temblaran las manos y el corazón le golpeara fuerte contra el pecho… queriendo ser sensual ante ese chico que seguro debía tener a miles a sus pies… porque para él, Yoochun era perfecto… y solo quería complacerle…
- espera… - el pelinegro le tomó las manos sacándolas de su sitio…
- pagaste toda la noche por mí y no me has dejado hacer nada… - Junsu casi sintió que aquel rechazo dolía… - ¿no quieres hacerlo?...
- no… - el pelinegro negó con seriedad… - y cuando dije que pagaría… no quise decir lo que dije, es decir… sí, pero… - resopló y volvió a dejar al castaño sobre el colchón, abrazándole con cuidado y enredando sus piernas… - pagaré por tu libertad para que decidas si quieres estar conmigo o no…
Kim sintió que moriría ahí mismo de lo que fuera que Park le provocaba… cerró los ojos y entonces pensó que aquél debía ser uno más de sus sueños. Porque era demasiado hermoso para ser verdad. Porque Yoochun le estaba ofreciendo demasiado a cambio de… de una decisión que él ya tenía tomada…
- me gusta soñar contigo… - susurró sin más, pegándose al cuerpo del pelinegro y correspondiendo ese abrazo que él ya juraba era parte de un sueño nada más… - me gusta sentir que casi es real, que estás aquí… que me quieres tanto como para aceptarme aún y cuando otros han tomado mi cuerpo…
- te quiero así, Junsu ah… - el pelinegro aseguró besando su frente… pero Junsu aún no abría sus ojos y solo se acurrucaba más contra él…
- ¿y podrás amarme también?... – las sábanas cubrieron con suavidad su desnudez…
- sabes, yo era de los que no creía en el amor a primera vista… pero hace unos días te vi por primera vez… y entonces me enamoré… - le abrazó más de cerca sintiéndole suspirar contra su cuello… aún sin mirarle… - estoy aquí, Junsu ah… de verdad estoy aquí… y te llevaré conmigo… si quieres venir…
Los ojos de Junsu se toparon de pronto con los suyos mirándole incrédulo… casi asustado al descubrir que sí… que nada era un sueño… que estaba ahí desnudo entre los brazos de Yoochun, cubierto por aquellas sábanas que aunque limpias y oliendo a suavizante, le recordaban la cantidad de hombres a los que había tenido que entregarse. Y sintió asco de sí mismo… se sintió inmerecedor del mínimo amor… y se apartó de golpe poniéndose de pie…
- no… no digas más… vete… vete Yoochun ah… - y ni él mismo entendía porque de pronto lo que había sentido como un dulce sueño se transformaba en la más temerosa de las pesadillas…
Era quizá el temor natural a la felicidad después de haber recorrido un camino de oscuridad y dolor…
- Junsu ah… - se puso en pie pero no hizo el intento de acercarse más… tenía que respetar por lo menos un poco al castaño… - no quiero irme sin ti, esa es la verdad… tampoco quiero obligarte a nada…
- quieres comprarme, lo hiciste ya… como lo han hecho otros… - sollozó sin entender de dónde salía ahora tanta tristeza ni porqué era que parecía terminar descargándola contra él…
- lo siento… no era mi intención tratarte como todos ellos… - bajó la mirada y se dio cuenta de que aquello no era como en las películas… que no era llegar y convertirse en el héroe al ofrecer su ayuda… - te lo juro, no te tocaré más, ni te pediré nada… solo quiero que seas libre de decidir con… con quien duermes cada noche… o si quieres hacerlo solo…
- es demasiado bueno para… para ser real… - murmuró jalando de pronto una sábana para cubrir su cuerpo… sintiendo de nuevo que se avergonzaba y que Yoochun no debía haber visto su desnudez así nada más…
- te lo digo sinceramente, Junsu ah…
*****
Esa misma noche Yoochun había hecho hasta lo imposible para resolver la situación, no quería que Junsu pasara una noche más en aquel lugar donde cualquier hombre podía llegar y tomarlo… la mujer que le llevara ahí le había contactado con uno de los jefes de la mafia que Junsu mencionara… y luego de un intercambio de dinero… Kim Junsu era libre… no más Xiah para pagar la deuda de su padre…
Por supuesto, Yoochun no había sabido que la única razón por la que tan fácilmente pudo llevarse a Junsu fue porque uno de sus tíos era un magnate con fuertes vínculos con ese grupo del mundo del hampa. Y nadie se metía con un Park.
Esa misma mañana Yoochun acompañó a Junsu a su departamento… tampoco era que viviera con su padre… de hecho, según le había contado en el camino, no le había visto desde que tenía 17 años, hasta hace unas semanas, cuando solo se presentó para entregarlo a aquel hombre.
- entonces… ¿te gustaría salir uno de estos días conmigo?... – el pelinegro cuestionó sintiéndose nuevamente demasiado torpe y nervioso…
- ¿Cómo una cita?... – el castaño preguntó sonrojado…
- como una cita… si quieres, claro…
- me gustaría ir al cine… o a tomar un café… nunca he tenido una cita… - admitió avergonzándose algo más a ser posible…
- será una cita entonces… la primera juntos… - el pelinegro se acercó y le besó la mejilla, el castaño enrojeció hasta la raíz de sus cabellos, pero sonrió… como hacía demasiado tiempo no podía… - ¿salimos hoy?
- será fantástico… - aceptó sintiéndose demasiado adolescente y vulnerable…
Porque su corazón ya enamorado estaba deseando entregarse sin reserva…
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Aquélla cita había sido perfecta para ambos… y le habían sucedido otras tantas antes de que Junsu aceptara ir a vivir con Yoochun a su departamento… antes de que finalmente ambos pudieran entregarse como lo desearan sin duda desde aquella noche en que se conocieran en el lugar menos esperado para un amor de verdad…
Ambos cuerpos desnudos se rozaban insistentemente mientras las caricias eran repartidas y los besos no dejaban de sucederse uno tras otro buscando algo más de ese sabor cálido que les llenaba de una peculiar alegría. Las manos entrelazadas y sus corazones latiendo al unísono en la sincronía perfecta de un amor compartido que no dejaba más espacio para dudas, temores o esperas… porque estaba más que listo para ser entregado, disfrutado y vivido.
Yoochun enredaba su lengua con la de Junsu con calma y tintes de pasión, notando el calor de sus cuerpos subir y la piel ardiente de los dos fundirse cada segundo más instándoles a buscar más contacto del que ya compartían… y las manos inquietas se movieron entonces repartiendo más de aquellas caricias que les encendía el alma misma mientras se acoplaban y el pelinegro quedaba en medio de sus piernas rozando su erección contra su intimidad obteniendo más de aquellos jadeos que le parecían el mismo canto de ángeles y la gloria.
- ahh… - el castaño le abrazó con fuerza enredando ansioso sus piernas en la cintura de su novio…
Y solo pensar en que eran pareja curvó una amplia sonrisa en sus labios rojos y húmedos por tanto beso compartido. Porque aún había noches en que despertaba sobresaltado temiendo que aquello que vivía no fuera más que un dulce sueño y volver a la pesadilla que antes era su realidad. Pero entonces solía encontrarse con aquellos brazos que le cobijaban y esos ojos negros que le miraban con cariño…
- Te Amo… - y escuchar como en ese momento, esas palabras que se grababan cada vez con algo más de fuerza en su corazón…
El pelinegro llevó una de sus manos a su entrepierna estimulándole despacio mientras espera un poco más antes de prepararle para tenerle por primera vez. Y le tiembla el cuerpo presa de placer, expectación y nervio… de temor a hacerle daño aún y cuando solo quiere protegerle y amarle…
- mhh… Chunnie… - jadeó más fuerte al sentir esa mano presionar su erección y aquellos labios marcar una zona en su cuello…
Park sonrió contento al escucharle llamarle así… es que solo lo hacía cuando estaban a solas y Junsu le trataba con cariño y vergüenza. Con la ternura de un ángel enamorado.
Poco a poco la excitación fue en aumento en ambos cuerpos… y pronto Yoochun supo que necesitaba sentirse dentro de su novio… entonces Junsu humedeció tres de sus dedos con su saliva y abrió un poco más sus piernas invitándole a tomar lo que ya solo era de él… lo que en su corazón siempre ha sido solo suyo. Y uno a uno deslizó aquellos intrusos mojando su intimidad y dilatándola lo suficiente para recibirle…
Junsu arqueó la espalda incómodo ante la penetración, pero feliz de saber que es Yoochun quien ahora ocupa su interior, quien se desliza con suavidad y le susurra al oído lindas palabras de amor… quien besa sus lágrimas y acaricia sus mejillas mientras él respira profundo y lucha contra su alocado corazón para no desfallecer de amor…
- sé… suave… - murmura el castaño al momento de abrir los ojos y sonreírle a su novio indicándole así que está listo para recibir sus embestidas…
- no podría de otra manera… - le besa con dulzura y comienza a moverse dentro y fuera con cuidado…
Descubriendo de a poco el modo correcto de embestir para no provocarle mayor incomodidad y facilitar que se acostumbre a su invasión. Registrando cada gesto en ese rostro sonrojado que no deja de mirarle aún y cuando sus ojos casi se cierran cuando ha dado una estocada certera y vuelve a embestir con suavidad esperando sincronizar el ritmo perfecto para los dos.
Y es casi como tocar el cielo cuando ambos gimen de placer una primera vez a la par y sus caderas comienzan a moverse en un vaivén cadencioso, mientras sus cuerpos se abrazan y los jadeos golpean contra la caliente piel del otro o sus labios se buscan en besos intermitentes que comparten el aliento errático producto de tanto placer…
Perdiéndose entonces en aquellas deliciosas sensaciones que simple y sencillamente son la prueba fidedigna de un amor correspondido que nació a primera vista pero que ha sido alimentado con sonrisas y besos, como caricias y susurros, y citas y largas conversaciones a media luz… de todo eso que han compartido desde que tomaran el mismo sendero por la vida…
Y es dulce la pasión con que sus cuerpos se han convertido en uno, como lo es aquel calor en el bajo vientre que les lleva al orgasmo haciéndoles temblar de pies a cabeza… y Junsu sabe que nunca antes experimentó tal paz al sentir su intimidad bañada en aquella esencia caliente que le ha inundado como fueron anegados sus sentidos por ese Yoochun que le abraza con ternura y acaricia sus cabellos habiendo salido despacio de su interior, recostándose a un lado y atrayéndole a su pecho…
Aquello era hacer el amor de verdad…
- Te Amo, Chunnie… - susurra entre sonrisas que golpean la piel sudada de ese pecho en el que puede escuchar claramente el latir apresurado del corazón de su novio…
- gracias… por haberte quedado, Junsu ah… - le besa despacio y se siente inmensamente feliz ahora que ha marcado el cuerpo de su novio con su calor, con su olor… con su esencia… ahora que está seguro, no queda más de aquella vida en la que el castaño tuviera que ser de otros…
Porque ahora será solo suyo…
Como él le pertenece también…
Pues son sus corazones los que laten al unísono…
Y sus almas las que se han fundido por amor…
- gracias a ti, Chunnie ah… por haber convertido mis dulces sueños en realidad…
Y mientras la noche cubre con su aroma a rocío la ciudad, ellos solo pueden sonreírse y abrazarse, y besarse una y otra vez mientras dejan que el sueño les venza y entran en el mundo de Morfeo… sabiendo que al despertar aquella seguirá siendo su dulce realidad… despertar uno a lado del otro, en un día más por amarse mutuamente…
**FIN**
ohhhhhhhhhhh patea enfadada a quien oso profanar ami junsu jajajaja ..peor ame a yoochun ..todo enamorado....
ResponderEliminarno me gustan las historias donde mi su es ultrajado,pero bueno...como siempre chunnie se encarga de hacerme pasar el mal rato! jump!
ResponderEliminarcomo me gusta este Oneshot es medio triste por lo que tuvo que pasar junsu, pero como siempre tiene a su caballero de plata cuidandolo, amandolo y salvandolo... es como la millionesima que leo esta historia....
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