Hoy, mañana, bueno ando con mil cosas en la cabeza y medio desubicada de tiempo xD pero… HAPPY YOOSU-DAY *O*
Son mi couple favorita, los amo a ambos y soy inmensamente feliz de que sea un año más de Junsu y Yoochun juntos, acompañándose en las buenas, las malas y las peores; yo sé que se aman y que su relación sigue viento en popa aunque ante las cámaras ya no nos regalen tantas muestras de su amor cm antes **u.u ia que**
Y no sé qué más decir justo ahora, mi mente anda medio trabada Xd pero lo importante es que es el día de la couple número uno para mí **le sale la vena yoosuesca xD** aunque todos los días son YooSu-Day para mí *-* y asdjhasdlja nada, que disfruten mi regalo <333
Pues, festejando el YooSu-Day *O* les traigo un shot cuya idea tomé de los pedidos hechos, no recuerdo justo ahora quién fue la persona que pidió esto, pero espero que guste, al final creo que salí un poco de la idea y tal vez no está justamente cm se esperaba; si es así, mis sinceras disculpas, me esforzaré en los siguientes aún más.
Son mi couple favorita, los amo a ambos y soy inmensamente feliz de que sea un año más de Junsu y Yoochun juntos, acompañándose en las buenas, las malas y las peores; yo sé que se aman y que su relación sigue viento en popa aunque ante las cámaras ya no nos regalen tantas muestras de su amor cm antes **u.u ia que**
Y no sé qué más decir justo ahora, mi mente anda medio trabada Xd pero lo importante es que es el día de la couple número uno para mí **le sale la vena yoosuesca xD** aunque todos los días son YooSu-Day para mí *-* y asdjhasdlja nada, que disfruten mi regalo <333
Pues, festejando el YooSu-Day *O* les traigo un shot cuya idea tomé de los pedidos hechos, no recuerdo justo ahora quién fue la persona que pidió esto, pero espero que guste, al final creo que salí un poco de la idea y tal vez no está justamente cm se esperaba; si es así, mis sinceras disculpas, me esforzaré en los siguientes aún más.
Título: CHOCOLATE
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: NC-18
Advertencia: Lemon
**CHOCOLATE**
*****
POV´S Yoochun
Nos conocemos desde niños, hemos sido vecinos toda una vida y aún siento que tenemos mucho más que vivir juntos. Pero francamente, esto es demasiado, Junsu. No me gusta tenerte aquí, no me gusta saber que estás así por culpa de ése imbécil a quien tú le entregaste tu corazón y tu cuerpo. Me duele saber que ambos fueron de otro antes de poder haber luchado por ti. Lo sé, fue mi culpa, nunca me atreví a abrirte directamente mi corazón… creí… creí que entenderías las indirectas del amigo incondicional que siempre te ofrecí.
Descubrí de la manera más dolorosa hace un par de meses, que no había sido así.
Confesaste que estabas enamorado de otro. Confesaste que ya eran novios. Recuerdo tan nítidamente tu cara sonrojada mientras me revelabas aquel secreto, que me quedé hipnotizado de tu encanto natural por minutos, me mordí los labios para no besarte como por tanto tiempo desee… me mordí los labios para tragarme el dolor al sentir el corazón roto. Yo también hubiera querido confesarme, decirte cuánto te amo y pedirte que fuéramos novios. Esa tarde todas las ilusiones se vinieron abajo. Pero no podía culparte, entonces ni siquiera guardarle rencor al que te apartó de aquel modo de mi lado. Seguía siendo tu mejor amigo, pero ahora tú eras para mí un amor imposible.
Y verte aquí, acostado en mi cama boca abajo con el rostro enterrado en la almohada sin parar de llorar… me desgarra el corazón.
Llamaste de madrugada con la voz quebrada por ése llanto que no habías podido ocultar, entre sollozos apenas pudiste decirme el domicilio del hotel en que estabas. Tu novio te había abandonado ahí apenas tomó tu cuerpo, se había reído delante de ti mientras estabas desnudo y adolorido tumbado en la cama.
Lo odio.
Pero puedo ver en tus ojos… que aún le quieres.
Y eso me destroza un poco más. Pero no puedo demostrártelo, no quiero que veas en mis ojos que estoy enojado y dolido a la vez. Limpio tu intimidad con cuidado y así, teniéndote acostado en mi cama, evito que me veas a la cara, que notes las lágrimas silenciosas que corren por mis mejillas porque de algún modo me siento culpable por tu actual estado.
Y tú solo te habías preocupado porque te viera desnudo. Habías negado en rotundo que te curara, rojo de vergüenza habías intentado incluso marcharte, pero el dolor te había ganado y tu cuerpo vuelto a caer sobre las cobijas.
- deja de renegar, voy a cuidarte, Junsu ah… - había murmurado sonriendo tiernamente, dándote un beso en la mejilla y ayudándote a girarte aunque todavía murmurabas palabras mochas sin poder evitar tu tono avergonzado.
Si solo supieras cuán adorable lucías aún en una circunstancia como ésta. Tuve deseos de abrazarte, de jurarte que no iba a permitir que nunca nadie más te tocara, que te pudieran hacer nuevamente daño. Tuve ganas de acunarte contra mi pecho y susurrar palabras tiernas de consuelo. Pero siempre he sido algo torpe cuando de ser “lindo” contigo se trata. Tú me pones torpe. Porque Te Amo.
Te escuché ahogar sollozos y gemidos de dolor mientras te limpiaba. Me mordí los labios y tragué los gritos que amenazaban en mi garganta. ¿Cómo pudo hacerte esto? Se supone que te amaba tanto como tú a él, por eso te entregaste sin dudar aún y cuando solo tienes 16 años.
- lo siento… - murmuré apenas cuando te noté dar un bote al pasar la toalla con crema para el escozor…
- no te disculpes, Chun… tú no me hiciste esto… - te escuché responder con la voz amortiguada contra la almohada…
Por supuesto que yo no te había hecho esto. Si hubiera tenido la bendición de hacerte el amor, te habría tratado con absoluto cuidado, aunque sé que la primera vez para un chico que “recibe” a otro es doloroso, sé que no tendría que ser como lo que estoy viendo. Ese imbécil de seguro no se había tomado la delicadeza de prepararte.
- he terminado… - me levanté para deshacerme de las toallas usadas, no quería volver a ver esa sangre ni un segundo más.
Salí de mi habitación y fui hasta la calle a tirar esto al cesto de basura. Luego al regresar me detuve en el baño del pasillo, entré a lavarme la cara y a tranquilizarme un poco. El reflejo que me devolvió el espejo me hizo darme cuenta de que no era nada bueno fingiendo. Esperaba que tú no lo notaras.
Cuando entré de nuevo a mi habitación tú aún continuabas como te dejé, acostado boca abajo con el rostro contra la almohada, tu cuerpo cubierto por mis cobijas. Había un mundo de diferencia entre lo que muchas veces imaginé acerca de tenerte en mi cama, desnudo, amaneciendo a mi lado.
- discúlpame, Chun… - te escuché murmurar de pronto sacándome de mis pensamientos.
- ¿por qué?... – cuestioné caminando de vuelta a la cama, sentándome a la orilla y acariciando tus cabellos.
- por haberte molestado, por haber tenido que llamarte para que me sacarás de aquel lugar, por estar aquí en condiciones tan… deplorables… Chun, no quería que fuera así… - volviste a quebrarte y tú llanto mojó de nueva cuenta la almohada…
- está bien, Junsu ah. Sabes que nunca me importará la hora a que llames, no estoy molesto contigo, es él a quien…
- no quiero que le odies… - dijiste y sentí la forma en que de nuevo algo rugía en mi interior inconforme…
- mira lo que te hizo, Junsu… - susurré inclinándome un poco topando mi frente contra tu nuca… tu cabello olía extraño, diferente, tal vez a él…
- no me obligó, Chun… a pesar de que dolía, le dejé… creía que hacíamos el amor… - sollozaste de nuevo y mi mano se movió instintivamente sujetando tu mentón para girar un poco tu rostro.
Mis labios bebieron tus lágrimas, mis manos abrazaron tu cintura. Te arropé contra mi pecho y juré cuidarte en adelante.
Cuando llegó la hora de escuela prácticamente me obligaste a ir.
- si no vas él sabrá cuán lastimado estoy, durante este tiempo siempre me reclamó que continuara tan unido a ti… - me dijiste cuando estabas más tranquilo y una vez que nos habíamos duchado, a pesar de que ya te había curado, insististe en ducharte porque no querías sentir en tu piel el sudor de su cuerpo. Sí, ducharnos juntos también estuvo años luz de diferencia entre lo que inevitablemente imaginé muchas, muchas veces desde que me enamoré de ti… - y por favor Chun, te lo ruego, no vayas a pelear con él…
- ni siquiera lo pensé… - te dije instintivamente, pero tu mirada fija fue suficiente… - está bien, no pelearé con el imbécil en la escuela…
- gracias Chun, te quiero… - me diste un abrazo y luego un beso en la mejilla despidiéndome casi del mismo modo que lo hace mi madre. Un escalofrío me recorrió la espalda, no quiero imaginar ningún tipo de parentesco contigo.
Te arropé en mi cama y dejé todo lo necesario para esa mañana a tu alcance, mi madre no tardaría en salir a trabajar, y la tuya aún creía que simplemente te habías quedado a dormir en mi casa, así que se iría a su propio empleo sin preocupación alguna. Yo no pudo concentrarme en todas esas horas. Apenas pisé dentro de la escuela, lo vi. Apreté los puños para no irme sobre él y molerlo a golpes; el muy maldito sonrió al verme y vi en sus ojos lo feliz que estaba. El imbécil solo te había usado hasta que tuvo lo que quiso, sexo.
Cuando la jornada escolar terminó, yo casualmente caminé por la misma ruta que él, y casualmente, mis piernas golpearon su cuerpo en repetidas ocasiones. Te lo juro Junsu ah, todo fue mera casualidad –prometí no pelear en la escuela, pero nunca dije nada sobre pelear fuera de ella-
Me reñiste apenas viste mi ropa sucia y la enorme sonrisa que adornaba mi boca. Volteaste el rostro aludiendo molestia, pero pude ver como una suave sonrisa cruzaba tus labios. Me senté a tu lado y en silencio vimos un rato la tele, más tarde, antes de que mamá nos trajera algo de comer, volviste a murmurar un “gracias”, y yo solo pude sujetar tu mano y darle un apretón.
Quise decir, es porque Te Amo, Junsu ah.
Pero las palabras volvieron a quedar en mis pensamientos nada más.
Esa tarde te regalé una caja de chocolates. No te dije nada cuando te la entregué, pero sé que leíste en mi mirada que eran para endulzarte el momento tan amargo que acababas de pasar.
Durante semanas comimos diferentes tipos de postres con chocolate. Bombones, paletas, pasteles, mousse, todo lo que pensaba que podía gustarte. Solo quería que olvidaras pronto y de la mejor forma posible esta experiencia.
Supongo que de algún modo esperaba que vieras, que yo no era como él. Que siempre iba a cuidarte.
*****
Han pasado dos años desde aquella primera vez, la amistad entre Yoochun y Junsu sigue siendo fuerte, quizá un poco más. El castaño sabe bien que si ha salido adelante con aquella fortaleza, mucho se lo debe a su amigo pelinegro. El mejor.
Le gustaba la forma en que sigue cuidando de él, le gusta saber que siempre está ahí, que si tropieza no caerá porque Yoochun le sujetará firmemente; que si llega a caer, le ayudará a levantarse con una sonrisa y su total comprensión. Le gusta saber que tiene a Yoochun como la persona incondicional que está siempre a su lado. Por eso, no quiere perderle nunca, porque sin Yoochun, Junsu se sentiría perdido, como balsa en la mar a la deriva en medio de una tormenta furiosa.
- ¿sabes que por tu culpa me convertí en un adicto al chocolate?... – el castaño dijo mientras toma asiento en el suelo a lado del pelinegro estando en su habitación, ambos recargados en la base de la cama; justamente se había levantado para ir a la cocina por algunas golosinas para pasar el rato mientras juegan con su nuevo videojuego. Él sabe que a Yoochun no le fascina aquella actividad como a él, pero siempre que se lo pide, el pelinegro le acompaña sin chistar. Y eso también le encanta.
- ¿en serio? Ahora entiendo entonces porque siempre hay chocolates en tu casa… - el pelinegro sonrió divertido robándole un paquete de cacahuates achocolatados con que había regresado su amigo.
- mamá dice que es un milagro que no esté lleno de imperfecciones faciales… - el castaño rió divertido y su amigo le acompañó riendo también, más contagiado por el peculiar sonido de la risa del castaño que por el comentario.
Si pudiera decirle que lo ama, un momento como aquél sería perfecto.
- Yoochun, cuál es tu chocolate favorito… - el castaño preguntó de pronto, acomodándose más cerca del pelinegro y poniéndole un tanto nervioso…
- no sé, todos me gustan, sobre todo si los como contigo… - confesó… y notó que su corazón iba mucho más rápido agitado contra su pecho…
- yo si tengo unos favoritos… - el castaño le sonrió y se levantó de nuevo trepando a su cama y estirándose hasta la mesita de noche, sacando de uno de los cajones una caja. Yoochun miró detenidamente el televisor, o sus ojos mirarían hacia otra parte… la figura de Junsu en aquellos días le revolucionaba más las hormonas que aún un par de años atrás cuando estaba en el apogeo de su adolescencia… - bombones… - el menor de los dos dijo con una radiante sonrisa, los ojos incluso parecían brillarle mientras abre la caja y toma uno de los chocolates…
- son como… - el pelinegro parpadeó con una sensación parecida a la extrañeza y la incertidumbre.
- los que me diste aquél día hace dos años… - el castaño completó en tanto se lleva el primer chocolate a la boca degustándolo con suma paciencia.
Yoochun se quedó viendo la caja. Varias cosas pasando por su mente en ése momento, no podía entender cómo es que aquel tipo de chocolate sería el favorito de Junsu cuando se los dio en un día tan amargo para el castaño.
- ¿quieres?... – el castaño le ofreció uno sin que la radiante sonrisa se borrara de su boca.
- ¿por qué son tus favoritos, Junsu ah?... – cuestionó casi por inercia…
- porque me los dio mi persona favorita en el día más difícil de mi vida… - el pelinegro abrió los ojos de par en par sorprendido por aquella respuesta… - porque con gestos como éste, hiciste que me sintiera de nuevo valioso y no como un simple juguete desechado… porque me hiciste sentir que a pesar de todo, aún era importante…
Conmovido por sus palabras, Yoochun lo atrajo en un abrazo fuerte. La caja de chocolates terminó en el suelo cuando Junsu la soltó al ser abrazado de aquella manera por su amigo.
- Te Amo, Junsu… Te Amo… - el pelinegro susurró. Y sintió las suaves manos del castaño regresar el abrazo con tal ternura que su corazón se derritió.
- y yo a ti, Yoochun ah… - el castaño correspondió a media voz, con ese tono avergonzado que el pelinegro bien le conoce. Ese que también le enamora.
*****
POV´S Junsu
Cuando aquellas hermosas palabras salieron de tus labios sentí algo dentro de mí explotar, una cálida sensación que recorrió cada fibra de mi ser haciendo experimentar una felicidad indescriptible. Siempre has sido tú quien me hace sentir estas cosas, pero no le comprendí sino hasta que cometí aquella estupidez. Tal vez me entregué por amor, pero ahora me arrepiento porque lejos de recibir el mismo cariño de vuelta, aquella noche solo fue usado para la satisfacción de un deseo hormonal.
Rodeé tu cuerpo con nerviosismo, correspondí tus sentimientos avergonzado.
Respondí tu dulce beso con la más sublime de mis caricias.
Fue como ser besado por primera vez, fue más que sentir mariposas en el estómago o que las piernas me temblaran. Ser besado por ti es… mágico. Es volar cual ave ligera que libre surca por los cielos, es sumergirse en un mar de sensaciones benévolas, es tocar el cielo con la punta de los dedos, es oír el canto de los ángeles. Es todo eso y más, es como si pudiese sentir tu alma uniéndose a la mía.
- Te Amo… - susurraste de nuevo apenas nuestros labios se separaron, aún podía sentir la forma en que la suave textura de tu boca roza la mía al hablar, al respirar… así, así tan agitado como respiro yo… simplemente porque me has robado el aliento con un beso.
- Te Amo, Yoochun ah… - dije y tu boca se unió de nuevo a la mía mientras me jalabas un poco más cerca y terminaba sin darnos cuenta, sentado en tu regazo, disfrutando de tus labios gruesos y dulces, del fuego que quema mi piel mientras tus manos aprietan mi cintura y siento que muero entre tus brazos…
Y morir de amor…
Es renacer en ternura y otro poco de ése mismo amor.
Tú me haces sentir así, siento que aprendo a besar contigo, que sigo tu ritmo al mismo tiempo que respetas el mío. Siento el cariño, la paciencia, la ternura, la pasión edulcorada de tus labios bailando al compás de los míos. Quiero sentirme así para siempre, Yoochun ah. Quiero que me ames como ahora toda la vida, y las que puedan venir después de ésta si existe algo parecido a la eternidad.
Terminamos el beso con calma, disfrutando de esos cortos besos que dejas sobre mi boca como si no quisieras tener que apartarte de ella. Sonríes y me abrazas de nuevo apretándome contra tu cuerpo, puedo sentir la forma tan apresurada con que tu corazón late contra mi pecho. Sabes, creo que tu palpitar y el mío se han mezclado y acompasado. Es esta la verdadera expresión de un amor correspondido, y la he encontrado contigo, Yoochun ah.
Esa tarde nos hicimos novios, aunque no necesitaste cuestionarlo. De algún modo, era como si fuese una petición por la que ambos estuvimos esperando hace tiempo, fue cuestión de esperar pacientemente. Pero lo sé, Yoochun ah, que te hice pasar malos ratos por mi causa, sobre todo aquél día; lamento que hubieras tenido que verme en tan deplorable estado, que hayas tenido que curar unas heridas que si hubieses sido tú quien tomaba mi virginidad, no hubieran cubierto mi cuerpo, ni mucho menos mi corazón. Lamento que hayas tenido que callar tus sentimientos por respetar mi dolor, lamento que hayas tenido que guardar silencio mientras sonreías y me animabas a seguir adelante aún cuando la persona en quien deposité por primera vez la confianza de un amor adolescente no hubiera sabido valorar el cariño que le entregué.
Lamento eso y muchas otras cosas, pero déjame ser egoísta por agradecer que el resultado de todos aquellos momentos sea éste. Tenernos mutuamente, dormir abrazados en mi cama sin la necesidad de un pretexto porque siempre fue natural para nosotros conciliar el sueño a lado del otro, pero sentir que hoy como nunca estar así de juntos es más especial y significativo que cualquier otra noche.
Mi madre me lo dijo unas semanas después de aquella mañana dos años atrás. Que estaba enamorándome de la persona indicada. Me había avergonzado muchísimo ante su comentario, renegado mentalmente de que aquello pudiera ser así… perdón Yoochun ah, por haber sido cobarde, tenía miedo de malinterpretar tu cariño y tu apoyo, tenía miedo de errar en las decisiones y terminar perdiéndote.
Nunca, desde que éramos niños, he podido concebir un mundo sin ti a mi lado.
Fui ciego, tal vez testarudo, egoísta e incrédulo. Perdóname por eso también. Son errores que no puedo cambiar.
- lo siento, por no habértelo dicho antes… - susurraste de pronto en mi oído. Tu aliento golpeó mi piel y un estremecimiento me cubrió de pies a cabeza. No había nada tan encantador como tu ronca voz en tono bajo. Era sexy… - tenía miedo de que me rechazaras, luego te enamoraste de él y no encontré el valor hasta hoy…
Terminaste de decir y yo me aparté para mirarte a la cara. Sonreí y cerré los ojos unos segundos mientras tu mano acaricia mi mejilla y siento el cálido tacto de tu piel. Volví a mirarte y negué suavemente con la cabeza siendo esta vez yo quien me inclino demandando un beso más de tus exquisitos labios.
- no tienes que disculparte. Solo seamos más felices de ahora en adelante, Yoochun ah… - pedí suavemente acurrucándome de nuevo contra tu pecho. Adoro la música que resuena ahí por los latidos de tu corazón.
- es una promesa, Junsu ah… - aseguraste y me sumergí de nuevo en tu boca.
La noche negra había cubierto totalmente las calles, podía vislumbrar a través de las cortinas de la ventana las luces del exterior encendidas y los murmullos del silencio nocturno cobrar vida. No sé cuánto tiempo más pasamos entre besos y reservadas caricias, y aunque esta noche nuestros cuerpos no se desnudaron ni se fusionaron en uno…
Hicimos el amor.
*****
Junsu no tenía idea de que los meses de noviazgo también se celebraran, pero estaba encantado como avergonzado por aquel detalle de Yoochun. Era temprano y el pelinegro ya se había presentado en su casa, su madre, comprensiva y amorosa le permitió la entrada con amabilidad; le dio un beso a cada uno y salió rumbo a su trabajo. Junsu a veces se preguntaba si es que su madre no era demasiado alcahueta dejándolos solos aún y cuando ya sabe que son novios y que dejarles solos puede dar paso a otras… cosas.
- mis favoritos… - el castaño sonrió feliz cuando recibió esa caja de sus bombones preferidos.
- y ahora por tu culpa también los míos… - el pelinegro sonrió divertido y cariñoso. Abrió la caja y ofreció uno a su novio colocándolo entre sus propios dientes.
- te gusta avergonzarme, ¿verdad?... – con las mejillas sonrojadas, el castaño aceptó aquél bombón acercándose a su novio para morder la pieza de chocolate.
Un beso vino en el acto.
Justo lo que el castaño pensaba. Ya no eran suficientes, necesitaba más que besos de Yoochun. Más que sutiles caricias por encima de la ropa o besos apasionados que despertaban el deseo en su interior. Como nunca antes sintió.
- ¿ya desayunaste? – el castaño se quedó prácticamente con los labios en trompetilla cuando de pronto el pelinegro se apartó y dio media vuelta rumbo a la cocina. En otras palabras, Yoochun andaba por ahí como en su propia casa.
- estaba desayunando mi platillo favorito hasta hace unos segundos… - protestó pucheroso con el rostro colorado.
- ¿te refieres a mis labios?... – el pelinegro le guiñó el ojo a su novio y éste atinó a sonrojarse mucho más y tomar lugar en la barra de la cocina… - ¿te he dicho que te ves adorable cuando te sonrojas?... – el pelinegro, que estaba del otro lado de la barra, se inclinó susurrando con voz provocativa…
- ¡Chun!... – gritó rojo como termostato solo por saberse así de avergonzado. El pelinegro rió divertido y se las apañó para robar un beso de su novio antes de ponerse a prepararle un chocolate caliente. El invierno había comenzado ya y la primera nevada cayó la noche anterior… - Chun, no tengo un presente para ti… - murmuró instantes después, con la mirada en su regazo y esa expresión de pena que podía con el cariño del pelinegro…
- tú siempre vas a ser mi presente más importante, y el mejor de todos, Junsu ah… - sonrió enamorado y volvió a inclinarse besándole esa vez algo más dulce y cariñoso…
El castaño respondió el beso aprovechando la ternura del momento para enredar sus brazos alrededor del cuello del pelinegro, saboreando su esencia romántica. Guardándose tal declaración en la memoria del alma enamorada.
Luego de tomar aquel chocolate caliente lleno de risas, bromas, besos y sonrojos; ambos jóvenes salieron rumbo a la Escuela. Caminar juntos, tomarse las manos y conversar en el camino era normal para ellos, nada importaban las miradas extrañas o los comentarios por lo bajo, habían aprendido a acostumbrarse a aquella realidad desde que como amigos solían bromearse con empujones y abrazos o comentarios divertidos de tipo romántico.
Tal vez tardaron en comprenderlo.
Pero el destino les tenía listos para amarse desde siempre.
Terminada la jornada escolar, Yoochun llevó a Junsu a comer, y por supuesto, en el postre hubo chocolate. Más tarde se fueron a un Parque de diversiones en donde el castaño se divirtió como niño subiendo a todo cuanto quiso. Cuando el atardecer cayó y los tonos nacarados bañaron el paisaje, Junsu quiso subir a la Noria, a pesar de que Yoochun no se siente cómodo con las alturas accedió. El castaño incluso insistió en que no era tan importante, o que podía subir solo (claro que fue el argumento que menos le gustó al pelinegro, dejar a su novio solo ni de loco. Y menos aceptar la idea de compartir la cabina con alguien más), pero el pelinegro quería que aquella cita resultara maravillosa…
Que se convirtiera en un dulce recuerdo como el chocolate de esa mañana.
- ¡que hermoso!... – el castaño exclamó emocionado cuando llegaron a la parte más alta de la Noria.
El paisaje sin duda era encantador. Pero…
- te encuentro aún más hermoso a ti, Junsu ah… - el pelinegro pensó mientras su mirada recorre la figura de su novio…
Definitivamente Junsu era mucho más hermoso que el paisaje del crepúsculo. El color carmín de sus mejillas era más pintoresco que los tonos del cielo cuando el sol se ha ocultado en el horizonte y solo queda el rocío de sus últimos rayos. El brillo de sus ojos más deslumbrante que el titilar de las estrellas que se han asomado ya en el firmamento. La suavidad de su blanca piel más encantadora y atractiva que los copos de nieve que sabe caerán en la próxima nevada.
Y entonces lo notó, aquel calor en el bajo vientre que asciende y le hormiguea en la piel, que le hace sentir cosquillas y la sensación irrefrenable de tocarlo, de acariciarle… de hacerle el amor. E imagina de pronto que es así, que sus manos recorren el cuerpo de su novio mientras le desnuda con parsimonia y se regocija con los suaves sonidos que escapan de labios del castaño.
Sería la gloria poder hacer el amor con Junsu.
Pero no se atreve aún a insinuarle realmente aquello. No quiere que piense de ninguna manera que es todo cuanto busca, no quiere que tenga miedo de él. No quiere presionar, ni asustarle… solo quiere amarle a su ritmo.
- ¿estás pensando cosas indebidas con un angelito como yo, Chunnie?... – de pronto la suave voz del castaño le sacó de sus pensamientos… y comprendió que llevaba demasiado perdido en su mundo, que ardían sus mejillas y tenía calor…
- ¿pensar en hacerte el amor es indebido, Susu ah?... – el pelinegro dijo sin pensar, pero sonrió divertido cuando vio el rostro de su novio encenderse de nuevo en carmín.
- no lo es… - respondió apenas con un murmullo, justo a tiempo para salir apresurado de la cabina cuando llegaron al final del paseo. Yoochun le siguió ligeramente preocupado, soltando el aire contenido cuando al darle alcance y sujetar su mano, Junsu se empinó para besarle corto y regalarle una de sus tiernas sonrisas.
…………………………
Había sido más que suficiente para Yoochun aquella afirmación de Junsu. Y cuando entrada la noche volvieron a casa del castaño, la oscuridad les había invitado a dejarse llevar sin ataduras. Era culpa de la Sra. Kim por no estar. Mentira, tal vez era cosa del destino, tal vez simplemente estaban listos para intimar. Tal vez…
- nhh Chunnie… - obtuvo el primer jadeo de su novio cuando besó en su cuello.
- sabes más rico que el chocolate blanco relleno con fresas… - el pelinegro susurró contra su piel, lamiendo luego todo palmo en su camino hacia abajo…
Junsu se quedaba sin aliento cada vez más rápido, respiraba más acelerado y sus sentidos comenzaban a turbarse. En medio de aquel mar de sensaciones apenas pudo memorar la ocasión días atrás en que Yoochun le llevó a una repostería a comprar chocolates rellenos de frutas y licor. Había encontrado delicioso el chocolate relleno de fresa. La mezcla perfecta del sabor agridulce de la fruta con el dulce del chocolate blanco.
Las manos de Yoochun se movieron cautelosas, apartando uno a uno los botones de la camisa blanca del uniforme de la escuela. De lo cual por cierto, Junsu también había protestado durante su cita, alegando que no vestía para la ocasión, pero el pelinegro le había callado como es su forma favorita: besándolo. Y el castaño se había quedado sin argumentos ni palabras, tenía razón, además aunque su novio iba vestido también en su uniforme, seguía luciendo guapo, atractivo y sexy. Concentrado en aquello no fue del todo consciente cuando la prenda fue retirada y su torso terminó al descubierto.
- Chun… - pero volvió a jadear el nombre de su novio cuando sus cálidas manos se deslizaron por todo su torso acariciándole sugestivamente… - Chun… - atrapando entre sus dedos sus pezones, golpeteándolos con las yemas de sus dedos… - ¡Chun!... - succionándolos con sus labios gruesos… -
- quiero usar esto ya… - escuchó la ronca voz del pelinegro y luego el sonido del plástico de las bolsas que habían llevado…
Luego frío y pegajoso.
Yoochun abrió el bote de chocolate derretido vertiendo por todo el torso de Junsu una capa, ocasionándole suspiros y estremecimientos, susurros ininteligibles y más rubor a su rostro. No había imaginado cuán hermoso se vería así, era la imagen más encantadora que haya visto nunca en su vida.
Uno de sus dedos escribió “Te Amo” en la capa de chocolate, el castaño no supo lo que los trazos de su novio escribieron pero tembló por su tacto. Tembló, jadeó, se retorció y gimió sin pudor cuando a aquel gesto le siguieron otra clase de atenciones, cuando fue la lengua del pelinegro la que vagó por su piel lamiendo cada rastro de chocolate, mordiendo trozos de carne con suavidad… entreteniéndose en sus pezones de nuevo. Comenzó a sudar por culpa del calor que tan alto había subido en la habitación.
- esta noche es tuya, Junsu ah… solo tuya… - el pelinegro susurró con su ronca voz mientras sus manos se encargan del cinto de los pantalones de su novio…
De verdad que solo deseaba que se sintiera amado, especial, pleno.
El castaño cerró los ojos rendido a todo lo que Yoochun le hace, a su forma de tratarle, a cada caricia, cada beso, cada respiración contra su piel, cada suave mordida o succión, cada todo en aquel momento compartido hasta el mínimo detalle.
Más tarde ambos estaban desnudos acostados en la cama, la piel del castaño se sentía sudada y pegajosa por causa de la cantidad de chocolate que ya el pelinegro había untado y comido, compartiendo del mismo con su novio entre besos apasionados cargados de fuego y ansiedad. Luego las piernas de Junsu fueron elevadas cuando las manos de Yoochun pasaron debajo de sus pantorrillas y empujó hacia adelante y arriba; el rostro del pelinegro se perdió abajo entre sus piernas, lamió su erección para ese entonces totalmente erecta, pero no se quedó ahí, necesitaba prepararle también.
Al final terminó dominado por la tentación del sabor de su esencia. Yoochun tomó de nueva cuenta el bote de chocolate esparciendo otra capa en la erección de Junsu, le admiró algunos instantes de cuerpo entero, se veía adorable y hermoso recostado en la cama entre cobijas desordenadas y la respiración alterada, sus manos recorrieron casi inconscientemente el pecho del castaño atraído por el sube y baja intermitente de su respiración; el castaño le miró apenas con sus brillantes pupilas canela. Y así de pronto volvió su atención a la entrepierna, su lengua lamió la punta, se enredó ahí una y otra vez hasta que se deshizo de todo rastro de chocolate, y lo mismo hizo con el resto de su erección hasta que fue toda su boca la que engulló ese trozo de carne caliente que palpitó en su interior húmedo hasta que le sintió temblar y tensarse, jalarle el cabello y gemir su nombre anunciando su final.
Yoochun se apartó y bombeó un par de veces hasta que la semilla de Junsu se liberó en su propio torso. El pelinegro sonrió embobado al notar la blanquecina sustancia esparcida en el vientre de su novio, y su mano actuó por cuenta propia, otro poco de chocolate cayó ahí. Junsu sentía que moriría de tanto placer, por tantas sensaciones, por tanto estremecimiento y sorpresa. Yoochun entonces mezcló ambas sustancias…
- chocolate con leche… - sonrió ante su pensamiento… y no tardó demasiado en llevar su lengua de nuevo a aquel lugar llevándose un poco de aquel nuevo sabor, degustándolo con parsimonia, deleitándose con el nuevo concierto de gemidos y jadeos que su novio dejó libres cuando ayudándose de su lengua llevó la mayor parte de aquella mezcla a la intimidad de su novio…
Subiendo de nuevo a labios del castaño para besarle al mismo tiempo que introduce el primer dígito en su pasaje y se queda con el gemido incómodo de su intromisión en medio de aquel beso apasionado. Y continúa de aquel modo con cada dígito, esperando que la mezcla de la esencia de Junsu con el chocolate sea suficiente para ayudar a que la preparación sea menos dolorosa e incómoda.
El castaño se retorció bajo el cuerpo de su novio motivado por la incomodidad y el dolor al principio, luego también por las sensaciones de placer que se mezclaron con aquello.
- ¡Yoochun!... – arqueó la espalda y se aferró a la espalda de su novio cuando sustituyendo a aquellos intrusos, uno solo ocupó su interior… más grande, más duro, más caliente…
- tranquilo Su ah… tranquilo… - el pelinegro trató de confortarle besando las lágrimas que resbalaron por sus mejillas aunque también sabían a sudor…
La voz excitada del pelinegro sin embargo no pasó desapercibida para el castaño, quien aún adolorido por la penetración trató de tranquilizarse y regularizar un poco su respiración. Fijó su mirada en el rostro de su novio y sonrió contento, no había más que placer y cariño en sus facciones… más que amor en sus profundos ojos negros.
Estaban haciendo el amor.
- Te Amo, Chunnie… - declaró y fueron entonces sus caderas las que se movieron contra el cuerpo del pelinegro iniciando así el suave y lento vaivén…
Tan suave y tan lento como fue necesario mientras ambos se acostumbran a aquella unión de sus cuerpos, a la danza erótica de cuerpos perlados en sudor, al roce constante de pieles ardientes cubiertas de placer, a cada oleada de gozo que les hace temblar más y aumentar el ritmo con urgencia.
Y es más rico, más profundo, más ardiente, más rápido. Es la armonía ideal de un deseo mutuo de ofrecerse todo de sí. Es la primera vez de toda una vida para amarse. Y todavía sabe y huele a chocolate. Y para cuando alcanzan ese primer orgasmo al unísono y sus cuerpos cansados caen rendidos y abrazados arropándose mutuamente y jalando luego las cobijas para cubrirse también.
- eso fue… - el castaño susurró con la enorme sonrisa estampada en su boca…
- perfecto… - siendo el pelinegro quien culmine lo que ambos piensan y sienten.
Y es así como una historia que comenzó tal vez desde la infancia toma un nuevo giro aquella noche de invierno. Una historia en la que el chocolate se convirtió en el vínculo palpable de un sentimiento que aunque descrito con mil palabras, expresado en todas las bellas artes y más allá en la mínima expresión sensible posible del ser humano, no termina de ser comprendido, pero es esta la única cosa que deben saber ahora, el chocolate une los corazones de Junsu y Yoochun.
Les ofrece bocadillos de variadas formas para cada ocasión posible.
Les endulza el corazón.
Les enamora el alma.
**FIN**
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• 2Min Shinee. Dulce, tierno. TaeMin le dedica una canción al amor de su vida. Minho aparece de pronto.
• YooSu. Meloso y maduro. Celebración por el premio de Yoochun.
• YooSu. Acción, romance. Yoochun considera a Junsu el asesino de su prometida, le investiga y al acercarse con aquella intención, conoce facetas de Junsu que le van confundiendo mientras el amor nace entre ellos.
• GTOP. Sin idea. Algo sensual.
• YunJae. Sin idea.
• KenMin. Sin idea.
• HiroxMin. Sin idea.
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• KhunWoo. Sin idea.
• YooSu. Chocolate idea principal, lemonoso y amoroso. Con un Yoochun sexy y seductor, apasionado, pero tierno con Junsu.
• YooSu casado. Yoochun y Junsu son demasiado celosos el uno con el otro. Ligero drama.
• YooSu & KhunWoo. Junsu y Wooyoung se sienten tristes por ser catalogados como tontos o sumisos al ser los uke de sus respectivas relaciones. Yoochun y Nichkhun pueden tratarles demasiado así sin darse cuenta. Su y Woo se hacen tan amigos que la relación es malinterpretada por sus parejas. Celos.
• HayaxMin. Pornoso y romántico. Cita al cine. La película es a lo que menos prestan atención.
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• KoMin. Sin idea. (En proceso)
• KenMin. Sin idea.
zdfjksdjkfskjdfsndkf *O* primis
ResponderEliminarMIOO!!
ResponderEliminarES EL QUE YO PEDIII!!! AAhhhh FELI!!! Es el mejor regalo YooSu del mundoo!!! Te quedo preciosiiisimoo!! Perfecto! PERFECTISIIMO!!
El principio fue una manera increible de dar pie a la relación, eso sí jamás lo hubiese imaginado, pero pusiste a un Yoochun tan tierno que todo armonizaba perfectamente! Amé a Junsu en la parte del desayuno, AMO cuando Junsu se pone en su faceta de niño chiquito avergonzado y tierno, lo amo amo amoo. Y todo estuvo tan, tan, tan pero tan perfectoo~~~
(Cabe resaltar que MORÍ con lo del "chocolate con leche" LO JURO, MORÍ! Terminé con la cabeza sumergida en mi almohada porque me habia puesto colorada como un semáforo y la respiracion me fallaba xD)
Es una obra maestraaa!! Awww Lo amé demasiadoooo~~ Gracias, gracias, graciaaas~~
Te deseo tambien un super-mega-feliz YooSu day, que así como tú ellos tambien son mi couple favorita. <3 Millones de GRACIAS!
te quedo precioso hermoso perfecto !!!!!!! me encanta!!!!!!!!!! feliz Yoosu Day ♥♥
ResponderEliminarFeliz YooSu day!!! feli!!
ResponderEliminar*O* yoosu rico!! >___<
ResponderEliminarson tan lindos!! no me voy a cansar de decirlo!!!
la historia simplemente perfectaaa!!
hahaha siempre me gusta sufrir al comienzo!! dios!! por que!! tan masoquistaaa? puahahaha xDD
graciaas!! de todos los regalos yoosu que he recibido (...) este es el mejor <DDD
Me encato *-----*!!!! muy tierno ;O;
ResponderEliminarpobre chunnie y pobre Su T___T!!!!!
me gustó mucho la histira tan melosa y tierna y con chocolate *O* ♥
como siempre no comeré chocolate como se antes =___= cada ke pones comida, loo la como me acuerdo me rio sola y me miran como loca -___-
ResponderEliminarpero por otra parte ke lindo te kedo aw* como siempre es del destino ke siempre esten juntos aw*
y sory por no haber hechop una pic mas bonita o arreglar el blog bonito ToT pero para la sig estacion te lo dejara mas monitos *-*
mis dos grandes amores!! el chocolate y el yoosu XD
ResponderEliminarte quedo hermoso y tan tierno, que la sonrisa en mi rostro no se borra >w<, pensé que moriría por tanto amor XD
en verdad! esta genial
te amo felina!!!!!
........................... *haciendose aire con un abanico*.......................... wuuuuaaaaa el lémon estuvo..............estuvo............ GENIAL!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarLa historia no se diga, felina, eres genial!!!!!
Gracias por este regalito!!!!
*O* hermoso como siempre!!!!
ResponderEliminarclaro dejando d lado al tipejo ese
q oso lastimar d aquella manera a Junsu
lo buenisimo es q YooChun se encargo d darle su merecido xDD
Gracias x tan bello shot n.n
~SHJ~