Capítulo 1 FALLEN GODS

Anfitriones de un hogar destruido buscando nueva morada que habitar miran hacia abajo, donde los mortales son su última esperanza

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CAPÍTULO I. REENCARNACIÓN

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Mansión Jung

Llevaba días sintiéndose un poco extraño, sobre todo por las noches, cuando sentía la urgente necesidad de salir a correr hasta el cansancio y una vez que se duchaba, salir al balcón de su habitación en casa de sus padres para observar lánguidamente la luna cayendo en una especie de hipnosis hasta que volvía a ser consciente de sí mismo al despertar y no tenía ni remota idea del momento en que de hecho, se había metido a la cama.

- Mamá y papá llamaron, su regreso se retrasará otro par de semanas por lo mínimo… - Yunho anunció esa mañana mientras toman el desayuno… - me da gusto que hayas decidido quedarte unos días conmigo mientras pasan tus exámenes finales, la Universidad te queda mucho más cerca desde aquí y también puedo vigilar que comas adecuadamente. Anoche volviste a salir, muy tarde… - puntualizó por si su hermano no había captado la preocupación en su mirada severa.

- Tenía ganas de correr… - ChangMin explicó con simpleza mientras unta una tostada con mantequilla…

- A medianoche y volviendo hasta las tres de la mañana…

- Solo salí a correr…

- Escucha Minnie…

- ¡Ay por favor! No te me vayas a poner en plan “adulto le habla al adolescente” porque no te va el papel y yo no soy un adolescente…

- No tienes por qué hablarme en ese tono tampoco, pero quiero comprender cómo jodidos se te ocurre salir tan tarde a simplemente correr… - el moreno replicó alterándose un poco, igualando la molestia del menor aunque por razones contrarias…

- ¿Qué quieres que te diga? ¿Salí a tener sexo con algún imbécil diferente cada noche?

- Solo quiero entender tu repentino cambio de actitud… - es verdad que el moreno no creía capaz a su hermano de llevar aquel tipo de vida. No porque sea un santurrón o piense que aún es virgen, solo; ChangMin es leal a ciertos principios, incluyendo el tonto romanticismo de una primera vez con un amor de verdad.

- Hyung, te digo la verdad, salgo a correr porque tengo ganas de hacerlo, no me pidas más explicaciones porque no tengo… - aclaró con mayor serenidad. Sintiéndose así de pronto nuevamente agobiado por su comportamiento… - No parecen signos de ningún trastorno mental, pero mis actitudes atípicas durante la noche son preocupantes. Tengo que investigar lo que me está pasando… - pensó para sí en tanto se siente observado por la analítica mirada de su hermano… - ¿Nuestros padres siguen con sus negocios?... – se animó a preguntar entonces con la intención de desviar el tema.

- En realidad dijeron que se tomarían unas, algo acerca de muchos lugares turísticos que quieren visitar… por cierto, tendremos un invitado a partir de hoy…

- ¿Invitado?

- Papá dice que es hijo de un viejo amigo suyo, vivió desde los dos años en París y ha decidido tomarse unas vacaciones en la ciudad que le vio nacer, y papá ofreció la casa para hospedarle el tiempo que quiera…

- ¡Cuánta amabilidad!... – el menor ironizó devorando unos panqueques con leche… - ¿A qué hora llega?

- Iré a recogerlo a las cinco al aeropuerto, estaremos aquí para la cena…

ChangMin asintió sin el mayor entusiasmo y vio a su hermano levantarse sin terminar su desayuno –lo cual era casi un sacrilegio para el menor– el moreno se despidió con un “hasta luego” y le dejó sólo en el comedor. Luego de pronto sintió una peculiar punzada en el centro de la frente, le siguió un frío descomunal que le corrió por la columna vertebral y en un parpadeo su cuerpo se tensó provocándole un irritante dolor en la boca del estómago antes de que todo volviera a la normalidad y él simplemente se sintiera agotado.

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Corporación Jung

Puntualmente terminó de revisar el balance de ingresos del mes, dejando el reporte en el cajón a la izquierda de su escritorio como Director General de la compañía general. Se sacó los anteojos y frotando el puente de la nariz cerró los ojos descansando un poco la mirada. Eran las tres y minutos y él ya tenía que dirigirse al aeropuerto para llegar con tiempo a esperar a su invitado.

- Tengo un asunto muy importante que atender, si surge algo que no puedan resolver, llámame… - indicó a su secretaria para finalmente partir.

Ya en el camino sintió un poco de hambre, lo que le recordó que había medio desayunado en casa y hasta el momento no había tenido tiempo de comer por apresurar su trabajo. Ni modo, tendría que esperar hasta la cena. Miró la laminilla en el asiento del copiloto con el nombre de su invitado y recordó las palabras de su padre…

- Trátalo muy bien, el chico está acostumbrado a una vida muy solitaria ahí en París, tu madre dice que no es normal que un chico tan apuesto viva en tanta soledad. Invítalo a salir, preséntale a tus amigos y haz que conozca el otro lado de la moneda…

Yunho se había limitado entonces a aceptar la encomienda sin tener que mencionarle a su padre que él no tenía precisamente muchos amigos y que su vida social últimamente pues… escaseaba.

- Supongo que buscar antiguos amigos servirá de mucho ahora… - dijo para sí y tomó cartas en el asunto de inmediato, marcando un número que desde hace tiempo realmente había querido borrar.

- ¡Hyung! Que sorpresa tan agradable… - la sonriente voz varonil al otro lado del teléfono le irritó el estómago. Oh sí, había una historia ahí. Una que Yunho quería olvidar pero que cada tanto resurgía en sus pensamientos.

- Yoochun, por qué no me extraña que atiendas el teléfono de tu hermano… - y es que ciertamente el moreno había marcado a YooHwan, el hermano menor del mencionado.

- YooHwan está en la ducha y como hace mucho no llamas pensé que podría ser muy importante y no quise desaprovechar la oportunidad. Ahora que si el recado es exclusivamente para mi hermano, puedes llamarle en unos minutos más…

- Da igual, de todas maneras le llamé para preguntar por ti…

- ¿Por qué no me llamaste directamente? Conservo el número, hyung…

- Eso es porque accidentalmente borré tú número y ya sabes, no soy bueno memorizando teléfonos…

- Claro… - la voz al otro lado de la línea sonó así de pronto seria… - qué es lo que necesitas, Yunho… - y una vez que Yoochun le llamó por su nombre con cierta hostilidad, ambos recordaron que hace cerca de medio año, su última charla había sido una discusión.

- Qué te parece si olvidamos viejas rencillas y salimos por ahí a tomar y bailar uno de éstos días, charlar como en los viejos tiempos…

- ¿Piensas llevar al amargado de tu hermano?...

- Sí, y a un invitado más, así que porque no reúnes a los demás y nos vemos éste sábado en un buen antro...

- Bien, seguimos en contacto. Te enviaré mi número en un momento, ya que accidentalmente lo borraste…

- Bien…

- Hasta luego, hyung…

Cuando Yunho terminó la llamada y se sacó el auricular del manos libres agradeció mentalmente el foco rojo del semáforo que le hizo frenar unos segundos. Tensó las manos en el volante presionando con tal fuerza que los nudillos blanquearon y alcanzó a lastimarse las palmas cuando sus propias uñas se enterraron en la piel haciéndole finas cortadas.

- ¡Mierda!... – gruñó por lo bajo, quizá por el dolor aquél.

Quizá por el recuerdo de una traición.

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Biblioteca de la Universidad Nacional de Seúl

Campus Gwanak

ChangMin frunció el ceño en automático en cuanto vio la silueta de Wook atravesar la entrada de la biblioteca. Contó hasta 10 para calmarse cuando le vio caminar directo hacia su mesa, y otros 10 para no correrle a patadas en cuanto le vio sentarse frente a él.

- Mitología griega eh, se nota que te gusta mucho el tema, desde la otra vez a menudo te encuentro leyendo sobre eso cuando no te preparas para algún examen… - el profesor Lee dijo con singular alegría, restándole importancia a la cara de pocos amigos que el morocho le dedicaba.

- No tienes nada mejor que hacer, ¿verdad?... – el morocho cuestionó sin preocuparse por su tono hosco…

- A decir verdad, no… - Dong Wook sonrió divertido. Ciertamente encontraba muy productivo molestar así al menor…

- Te preguntaré esto solo una vez así que presta atención. ¿Acaso te gusto que no puedes evitar rondar todo el tiempo en torno a mí?... – ChangMin preguntó mirándole fijamente, notando un ligero titubeo en la mirada del hombre ante él…

- Solo me gusta fastidiarte… - respondió con una sonrisa socarrona. De esas que derrumban la poca, poquísima paciencia del morocho, quien acentuó el fruncir de su ceño antes de volver su mirada al libro aunque fuera incapaz de pasar de la misma línea en el párrafo medio… Apolo, hermano de Artemisa, temía que su hermana pudiera perder su virginidad con Orión, o bien estaba celoso porque su hermana… - ¿Quieres gustarme?

- Ni loco… - gruñó entre dientes. Lo que sacó una risa varonil en Wook y a él le hizo sentir más molesto. ¡Odia que lo saque de sus casillas con aquella impresionante agilidad!

- Pero quién sabe, ChangMinnie…

- Vuelve a llamarme así, desgraciado… - siseó el morocho dirigiéndole al mayor una de esas miradas fulminantes ante la que cualquiera retrocedería a la velocidad de la luz, pero que en Dong Wook provocaba irritantes sonrisas de indiferencia ante su agrio humor.

- Podríamos caer en el otro por la ley del magneto… - Wook continuó su parloteo…

- ¿Qué?... – ChangMin cuestionó francamente tomado por sorpresa ante tal injuriosa insinuación.

- Ya sabes, los polos opuestos se atraen, y tú y yo definitivamente somos totalmente diferentes…

- La ley del magneto puede afectar a todo lo que se mueve pero no solo en ese sentido, y es un hecho que no aplica para nosotros… - bufó escuchando al mismo tiempo la primer advertencia de la bibliotecaria pues comenzaban a armar escándalo.

Como siempre que se encontraban sin importar el lugar donde coincidieran, generalmente…corrección, cada vez, porque Dong Wook le buscaba cual si supiera exactamente cada sitio donde está.

Del mismo modo que el cazador encuentra a su presa.

- Pero ya te dije, me gusta fastidiarte… - rápidamente Wook apoyó las manos sobre la tabula rasa del escritorio de estudio impulsando el cuerpo hacia el frente, quedando cara a cara con un ChangMin que maldice internamente el calor que subió a sus mejillas ante tal cercanía… - yo sé que te atraigo, físicamente al menos… - se aproximó aún más callando con aquel movimiento cualquier réplica que pudiera salir de labios del menor… - ahora, por la ley del magneto haré que te sientas atraído también de corazón, ChangMin ah… - susurró en su oído provocándole escalofríos y que su corazón lata aprisa.

Y así sin más, Dong Wook se apartó mirándole serio, como dándole a entender que no era broma, dio media vuelta y se marchó.

ChangMin se quedó estático en su sitio, tenso y sonrojado por el repentino comportamiento del mayor.

¿Qué había pasado ahí?

¿No acababa de decir que NO se gustan?

- ¡Maldito Wook!... – para variar, ChangMin renegó a media voz.

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Aeropuerto Internacional de Seúl

Estaba ahí, de pie con la laminilla en una mano a la altura del pecho esperando que su invitado le viera y poder marchar de regreso a casa pronto. No solo porque realmente moría de hambre, sino también porque estaba harto, el bendito vuelo se había retrasado dos horas.

El joven miró en todas direcciones esperando encontrarse con alguien que llevara algún tipo de letrero con su nombre, pero había tanto gente yendo de aquí para allá y grupos de familias y amigos que tapaban su campo visual que por un momento se decidió a aguardar a que todos dejaran de estorbar. Así que se sentó sobre su propio equipaje y esperó. Algunos minutos después el tráfico humano había cesado y él tenía por fin la claridad para mirar. No quedaban demasiadas personas ahí, pero un joven de tez morena llamó su atención.

- Esa cara de compungido debe ser cosa de familia… - sonrió para sí y caminó hacia él, por suerte que a la distancia también había leído su nombre en la laminilla del muchacho… - yo soy Kim Jaejoong, mucho gusto… - extendió la mano y Yunho casi tardó algunos segundos para reaccionar.

Es que el chico ante él, no era para nada lo que había imaginado. Es un poco más bajo que él y sumamente atractivo. Su cabello negro hace el contraste perfecto con su tez blanca y esos grandes ojos oscuros que poseen un brillo especial, y sus labios, de un rojo tan profundo que le hace pensar en frutas que probar.

- ¿Hola?... – el chico agitó una mano ante el rostro del moreno, sacándole así de sus cavilaciones…

- Lo siento, estaba pensando en… otra cosa… - se disculpó a medias, tartamudeando estúpidamente como cualquier chiquillo que se topa con un amor a primera vista.

- Oh bueno, ¿importa si nos vamos ya? El viaje estuvo algo cansado y la verdad tengo algo de hambre, no me gusta la comida a bordo… - se largó en decir, con ese tono de voz que a oídos de Yunho era… como un hechizo, porque lo tenía completamente embobado.

- No hay problema, en casa seguro habrá algo preparado ya… - le sonrió con caballerosidad y tomando el equipaje del pelioscuro le indicó por dónde seguir…

- Tu padre dijo que te llamas Yunho…

- ¿Eh? ¡Oh sí! Discúlpame, definitivamente traigo la cabeza en cualquier otra parte; pero sí, ése es mi nombre… - ambos sonrieron aligerando un poco el cansancio y la espera. Y de paso Yunho agradeció que el apuesto chico hablara tan fluidamente el idioma, porque lo que es él para el francés…

- ¿Viniste solo? Es que tu padre también mencionó que tienes un hermano, o hermanastro en realidad…

- Sí. ChangMin estudia la Universidad así que le dije que me haría cargo de todo para que no perdiera ninguna clase…

- Ya veo…

- Pero él estará en casa también, que no te sorprenda si el maleducado no nos ha esperado y está sentado ya a la mesa… - el moreno bromeó… a medias, porque realmente creía capaz a su hermano de aquello.

- ¿En casa? Tu padre dijo que tu hermano vivía en su propio departamento…

- ¿Qué tanto más te contó mi padre acerca de nosotros?... – el moreno indagó con cierto tic nervioso en el ojo. Su padre en verdad puede ser tan irritante.

- Lo siento, creo que estoy hablando demasiado, lo hago cuando estoy nervioso, y como es la primera vez desde prácticamente toda mi vida que vuelvo a Seúl…

- No, no; por favor, no te limites, Jaejoong hyung…

- Jaejoong… está bien para mí si solo me llamas Jaejoong…

- Bueno, entonces si puedo llamarte así, esperaré que me llames solo Yunho y que te sientas en libertad de ser tú sin represión alguna…

- Gracias, Yunho… - el pelioscuro sonrió con un dejo de vergüenza. Y Yunho pensó que esa imagen era: hermosa.

De ahí en adelante se dedicaron a platicar de cosas algo más triviales, como la edad de Jaejoong y el motivo que le había llevado a emprender el viaje a Seúl. No habían intercambiado comentarios demasiado personales porque, obviamente, apenas si se conocían. Pero tenían un pensamiento común: la confianza se sentía natural.

Cuando llegaron a la Mansión Jung, efectivamente ChangMin ya había empezado a cenar, por lo que simplemente se limitó a saludar con cierta cortesía al invitado.

- Disculparán que me haya tomado la libertad de comenzar sin ustedes, pero Yunho hyung dijo que el vuelo estaba retrasado por cerca de dos horas y yo moría de hambre…

- No se preocupe, ChangMin-ssi… - Jaejoong dijo con una cándida sonrisa. Y el morocho tuvo la impresión de que éste sujeto tenía demasiada amabilidad para el mundo. Y encima era guapo.

- Voy a subir tu equipaje a la que será tu habitación, mientras puedes comenzar a cenar, antes de que ChangMin se devore todo… - el moreno bromeó…

- ¡Yah! ¡Intentas hacerme quedar mal!... – espetó con un tono quizá demasiado alto. Pero Jaejoong simplemente sonreía, al parecer, divertido con la escena; además, Yunho le había ignorado y comenzado a subir escaleras arriba… - bueno… - carraspeó tratando de comportarse educadamente… - como te habrás dado cuenta, me llamo ChangMin, soy su hermano y aunque no debiera estar aquí porque tengo mi propio departamento, Yunho es demasiado sobreprotector y prácticamente me obliga a estar aquí hasta que nuestros padres regresen, por lo menos…

- Tu madre me lo comentó, que Yunho es muy unido a ti…

- ¿Ella te dijo eso?

- Sí, entre otras cosas… - Jaejoong sonrió de medio lado y ChangMin por un momento se quedó embobado con aquella acción.

- ¡Vaya! Es tan atractivo que parece chica… presiento que Yunho caerá a sus pies, es justo el tipo de chico que le va… aunque antes…

- ¡Ya está! Vamos a cenar todos… - el regreso de Yunho sacó al morocho de sus pensamientos… - Oh y por cierto, el sábado quedé con unos amigos para salir, así que ustedes dos vendrán conmigo…

- ¿Y yo por qué?... – ChangMin respingó…

- Preferiría quedarme… - Jaejoong había dicho al mismo tiempo…

- He dicho que vendrán y lo harán… - el moreno repitió esa vez con algo más de firmeza…

- Tengo que estudiar para…

- Mira ChangMin, sino supiera que eres un genio tal vez te creía, pero no va a ser posible, vienes y punto…

El morocho frunció el ceño pero se quedó callado. Una vez que algo se le metía a su hermano en la cabeza, no había modo de que moviera un ápice hacia el otro lado de la balanza.

- Y a Jaejoong ah le vendrá bien comenzar a divertirse, quiero salir y que vengan conmigo, no se habla más, ahora a cenar…

Y así, la voz de Jung Yunho se había hecho notar.

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En algún antro de la ciudad

- ¡Hyung!... – Yoochun saludó a Yunho apenas le vislumbró entre la gente. Le llamó con la mano y pronto el moreno, junto con su hermano y Jaejoong, se les unieron a aquella mesa en la que también estaba…

- Hola Yunho hyung… - YooHwan saludó con una sonrisa… y el moreno tuvo que tragar hondo y corresponder el gesto aunque al segundo jalara a Yoochun a un lado…

- ¿Por qué demonios tenías que traer a tu hermano?... – el moreno gruñó entre dientes, hablándole con clara molestia en tanto el chico de cabellos azabaches mantenía expresión neutra y miraba de soslayo hacia la mesa, donde ChangMin y Jaejoong se presentaban con los demás ahí presentes…

- No dijiste que no pudiera hacerlo…

- ¿No crees que era lógico después de… de lo que pasó?

- No, no lo creí así. Si tanto problema es para ti, ahora mismo me largo con él y con mi novio, no vamos a estorbarte si tanto te molesta nuestra presencia… - el pelinegro aseguró retándole con la mirada.

Y cuando Park Yoochun se sentía amenazado en su orgullo, ni Jung Yunho le hacía recapacitar.

- Tú y yo aún tenemos una conversación pendiente, Yoochun. Había pensado dejarlo todo en el pasado, pero luego de esto, te aseguro que la vamos a tener… - se miraron con frialdad y luego ambos forzaron una sonrisa en sus labios para volver a la mesa donde sus amigos les esperaban.

- Chunnie, ¿Adivina qué?...

- ¿Qué, baby?... – el pelinegro le sonrió a su novio.

- él es Jaejoong hyung, y apellida igual que yo, es un Kim… - el chico de cabellos rubios platinados señaló con algarabía.

Él es Kim Junsu, actual novio de Yoochun, no más de un mes respaldan el incipiente noviazgo. Y ahí, varias historias por contar se reunieron en un mismo lugar.

Mientras que en el interior de ChangMin, algo se agitaba con perturbación y aquel frío descomunal volvía a correrle por la espalda; al mismo tiempo, la molestia de Yunho crecía a medida que YooHwan le ignoraba y conversaba con otro de los presentes, le emergía un ardor desde la boca del estómago quemando todo a su paso, cegándole y haciendo que ardan sus ojos…

Ahí, el Dios del Sol estaba por renacer…

Sin saber que tal vez, aquello desencadenaría la etapa final del renacimiento de otros Dioses del Olimpo.

Continuará……