Oneshot YooSu *0*

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Webside:Título: FEEL MY HEART

Autora: Felina

Pareja: YooSu

Género: Romance

Clasificación: NC-17

**FEEL MY HEART**

*****

Trabajo, trabajo y más trabajo. Las actividades de cada uno les tenían totalmente absortos y ahora parecían faltar más los momentos de convivir como habían venido haciendo. Una parte en el corazón del muchacho se impacientó con la angustia de lo que aún estaba por venir. Él no estaba acostumbrado a las separaciones. Nunca le han gustado, porque de una forma u otra las cosas que parecían perfectas cuando estaban juntos, se volvían tenebrosamente oscuras e inciertas cuando los días se deslizaban sin miramientos impidiendo un solo encuentro casual.

Junsu pensaba acerca de ello mientras permanecía acostado en su cama mirando un punto muerto en el techo. Debería estar durmiendo, descansando ahora que podía y antes de que la gira de su Tour en individual hiciera estragos con sus energías. Pero no podía conciliar el sueño; lo había intentado por cerca de una hora y finalmente se había rendido, vuelto a encender la lámpara en la mesita de noche y dedicarse a pensar.

No estaba seguro de que hubiese sido su mejor idea. Le venían los recuerdos de todo lo que ha pasado en las últimas semanas. Tal vez este año ha sido el mejor para ellos en sus carreras artísticas; pero no siente eso cuando piensa en su relación.

Lo admite entonces con un gran peso sofocante en el corazón.

Tiene miedo.

Mucho miedo. De ése tipo que viene cuando la tormenta cae con fuerza en el exterior y él se encuentra solo en casa sin una sola luz que ilumine la estancia. De ése tipo que siente cuando Yoochun no está para abrazarle y cobijarle entre sus brazos. Del mismo tipo que le aprieta el pecho cuando Yoochun está ausente en sus días.

- Y ha estado algo distante con lo de su drama… - comenta al aire, suspirando una vez más en medio de aquel agobiante silencio nocturno.

Porque no le gusta que Yoochun no tenga tiempo cuando él tampoco tiene tiempo. Porque no le gusta que Yoochun se ponga celoso por sus actuaciones y pretenda que él se quede como si nada cuando es el que actúa en escenas mucho más… mucho más…

- ¿Su corazón puede cambiar de sentimientos? No, verdad Yoochun ah… - habla para sí y termina rodando en su cama, permanecer de medio lado y observar su móvil en la mesita de noche.

Quiere tomarlo y llamarle, saludar y escuchar su voz diciéndole que también le extraña, que también tiene miedo de las ausencias y solo quiere tenerle de vuelta, dormir en la misma cama y besarse mientras se arrullan para descansar.

- Dentro de poco será aún más difícil vernos. Tal vez incluso hablar, porque siempre está tan ocupado grabando. Yoochun ah, tengamos una cita antes de que eso pase.

Se promete a sí mismo y cierra de nuevo los ojos sin llegar a apagar la lámpara, presiente que el sueño no vendrá y solo quiere estar ahí; tratar de suspender los pensamientos y descansar un poco a ojos cerrados. Quiere traer los buenos recuerdos de su relación, evocar el primer beso o el día aquél en que le dijera ese “me gustas de verdad” que hizo danzar su corazón como nunca en su vida.

- Estaba tan avergonzado de que lo dijeras… - susurra con una sonrisita, las mejillas pintadas de un tenue rubor que le cobija por un segundo el corazón devolviéndole la calidez del amor jurado… - Tal vez sea momento de que hablemos de nuevo con palabras de nuestros sentimientos, hace tiempo que hacemos todo por inercia, casi como si se tratara de una costumbre. Vernos, sonreírnos, besarnos, hacer el amor. No digo que no me guste… - suspira una vez más y se gira de nuevo quedando boca arriba… - todavía siento el mismo cariño con cada una de esas cosas, pero… pero, Yoochun ah, ¿algún día podremos decir que estamos juntos sin que nos preocupe la sociedad?

Sabía que esa, era la pregunta del millón.

*****

Duerme bien mi niña, te abrazaré, siente mis brazos, así que

Duerme bien, sueña conmigo, un dulce sueño donde solo estemos tú y yo.

Cierra los ojos y ven a mis brazos cómodamente

Quiero hacerte sentir mi corazón, estoy listo

Duerme bien, mi amor.

*****

Estaban ahí, juntos y casi asustados como si fueran un par de críos solos por primera vez en una habitación a media luz.

Yoochun se sentía un poco raro, incómodo hasta cierto punto. No porque no quiera estar ahí con Junsu. Es que le pone nervioso ver al rubio tan hermoso con aquel pijama blanco con estampados de delfines rosas que le hacen sonreír con ternura, pero todavía avergonzado, como si el segundero hubiera girado en sentido contrario hasta retroceder a los días aquellos en que eran todavía más bien adolescentes y jugaban a ser adultos. A conocerse en la intimidad.

- Vamos Yoochun ah, cámbiate para que podamos descansar… - el rubio le sonrió de medio lado y él sintió su corazón henchirse de emoción cuando le llamó con un cariñoso gesto.

El pelinegro avanzó por inercia ante el llamado. Junsu estaba parado a lado de la cama, ahí sobre las mantas estaba el pijama que él solía usar antes cuando tenían tiempo de pasar días encerrados ahí sin otra cosa más que disfrutar la compañía del otro.

- Estás muy lindo así… - murmuró casi sin darse cuenta, algo embelesado con la imagen de su novio.

- No soy lindo, soy atractivo… - riñó con una sonrisita, comenzando a desabrochar la camiseta de su novio para ser él quien le vista con el pijama. Hace tiempo que no hacen eso y él simplemente quiere que esa noche sea… perfecta.

- Eres lindo, atractivo, sexy, hermoso… - el pelinegro rió divertido, dejándose hacer por esas manos delicadas que deslizan su camiseta por los hombros sacándola de su cuerpo. Por un segundo el rubio se quedó mirando aquel torso desnudo. Estaba mucho más delgado ahora, pero seguía siendo atractivo, muy atractivo.

- A veces parece que lo dices solo por molestarme… - el puchero se forma inconscientemente en sus labios y se queda quieto cuando así de pronto los labios de su novio le besan.

No con ternura ni paciencia, sino más bien con hambre de él. Yoochun coló su lengua y Junsu correspondió jadeando para él. Pero cuando sintió las manos de su novio filtrarse por debajo de la parte superior de su pijama, él supo que no era justamente eso lo que quería hacer aquella noche. 

- Chun, espera… - rompió el beso y apartó las manos del pelinegro de su vientre.

- Por qué, ¿no querías que lo hiciéramos?... – cuestiona con una de esas sexys sonrisas que se ven matadoramente encantadoras en los gruesos labios.

- Eso suena a que crees que te hice venir solo para esto… - el rubio respingó ligeramente molesto. Quizá decepcionado…

- No quise decirlo de esa manera Su… - se patea mentalmente e intenta abrazarle de nuevo a modo de disculpa.

- No sé si te has dado cuenta, Yoochun ah; pero ésta noche puede ser la última que podamos compartir, luego no sé cuántos días pasarán hasta que podamos vernos de nuevo, fuera de compromisos como JYJ o trabajo en solitario. Y no es que no quiera intimar contigo, pero esperaba que pudiéramos acostarnos simplemente a descansar, a conversar.

- Y el idiota que tienes por novio casi hecha todo por la borda, ¿no?... – sonríe avergonzado de sí mismo y le da un suave beso en la frente abrazándole más cerca y respetuosamente, sin intentar colar sus manos por ninguna parte… - lo siento, vamos, continúa por donde te quedaste…

- En verdad, Yoochun ah; quiero que hablemos… - el rubio le mira directo a los ojos. Espera que su novio lea en su mirada esos sentimientos que no podrá expresarle con palabras.

- Bien, Junsu ah… - besa de nuevo una de esas tibias mejillas al tiempo que estira la mano y toma él mismo la parte superior de su pijama para colocársela. El rubio le sigue con la mirada y para el pelinegro aparece de nuevo esa sensación inquieta al saberse blanco de esos bellos ojos castaños. No, no son más unos críos… - ¿De qué quieres hablar?

*****

La luz de la habitación se apaga y ambos llevamos ropa cómoda

No digas nada

Cierra los ojos, estaré a tu lado abrazándote,

Duerme bien, te susurraré en voz baja,

Mi corazón y te besaré

*****

- ¿Aún me amas?

La pregunta de Junsu realmente tomó a Yoochun por sorpresa. Claro que sabe que no es justamente que estén muy afectuosos últimamente. Pero no esperaba que su novio dudara de aquello que durante tantas y tantas ocasiones le ha manifestado.

- Claro que sí… - responde entonces con más sequedad de la que quería. Es que una parte de él estaba molesta, quizá decepcionada.

Junsu asintió sin mirarle a los ojos, concentrado en sacarle el cinto y desabrochar los pantalones para quitárselos. Yoochun se dejó hacer nuevamente, intentaba pensar y dar con lo que sea que tuviera a su novio así de preocupado como para haber tenido que preguntarle algo tan obvio.

¿Era esto por el drama?

- ¿Me extrañas cuando ha terminado el día y no hemos podido siquiera hablar por teléfono?... – el rubio cuestionó mientras le subía el pantalón del pijama.

- Te extraño incluso cuando hablamos por teléfono solamente, porque no es lo mismo que tenerte así, ante mí para poder mirarte a los ojos y asegurarte que no hay nada ni nadie por lo que debas sentirte inseguro; eres tú con quien estoy Junsu ah…

- Entonces todo está bien… - sonríe y sujeta su mano para llevarle a la cama, tumbándole en ella y yendo luego con él. Yoochun le abraza y ofrece su pecho como almohada, pero Junsu no se recuesta en él. Le besa.

Le besa y saborea con calma los gruesos labios que le han recibido con cariño. Por instantes todo desaparece para ellos, se siente de nuevo como el momento perfecto. Juntos, besándose, compartiendo la cama.

- ¿Por qué has preguntado todo? Ya te he dicho que no tienes que preocuparte si actúo con tal o cual chica, son solo compañeras de trabajo… - se asegura de recordarle una vez han roto el beso y puede mirar a los ojos a su novio.

- Nosotros también éramos solo compañeros de trabajo… - susurra con algo de vergüenza. Es que la conversación no iba por el rumbo que quería, pero al mismo tiempo le parecía mejor así, como si pudiera expresar un mucho de todo lo que ha pensado.

- Es diferente… - asevera el pelinegro casi con fastidio. ¿En qué idioma tendría que decirle a su novio que le ama y no le cambiaría por nadie?

- Lo sé. Sé que es diferente, sé que es molesto que siga teniendo estas dudas. No te enfades Chun, es solo que no puedo evitarlo como tú no puedes evitar sentirte celoso cuando voy y hago cosas que parecen demasiado sexys o atrevidas.

- Eso también es diferente… - interrumpió por inercia, como cuando hablas solo para mostrar una seguridad con la que no cuentas porque la vergüenza apenas si te deja pensar con claridad.

- No es diferente… - sonríe suavecito y rueda a un lado, así ambos están simplemente acostados uno junto al otro, con la mirada en el techo… - es lo mismo; yo también me pongo celoso porque sé que convives con personas que no conozco, con chicas bonitas que le gustan a las fans, que si fueran tus novias en la vida real no sería tan malo…

- Lo sería, las fans no son precisamente agradables cuando nos ven con chicas…

- Pero no es lo mismo. Ustedes dos se ven bien juntos, eso es algo que las fans también han dicho. “Oppa, si es con Han Ji Min estoy dispuesta a renunciar a ti” ¿No es eso lo que dicen? Ellas están de acuerdo porque es lo normal, porque es algo aceptable. Por otro lado, tú y yo nunca podremos decir que estamos saliendo desde hace años.

- Junsu ah…

- Es eso lo que me asusta Yoochun ah; que llegue el día en que hacer lo correcto nos separe…

- Lo dices como si yo fuera alguien débil que es capaz de renunciar al amor solo porque la sociedad no le ve como algo normal. Lo normal y lo correcto no son necesariamente palabras que vayan de la mano, ¿sabes?

- pero Yoochun ah…

- Deja de pensar en cosas tan estúpidas, no quiero desperdiciar tan valiosas horas hablando de ello, vamos a dormir… - le interrumpe y se gira de medio lado abrazándole de nuevo, buscando de inmediato esos labios rosados que al principio parecen resistirse a su beso. Pero que pronto se rinden y corresponden.

Esa noche. Pronto terminaron desnudos entre suspiros y caricias, hicieron el amor.

Aunque todavía siguiera ahí la sensación incómoda como cuando tienes el presentimiento de que algo va a pasar y no resultará precisamente bueno.

*****

Las estrellas brillan en el cielo nocturno y ésta noche es muy silenciosa,

No digas una palabra

Cierra los ojos y cuando llegue la mañana yo te despertaré

Duerme bien, permíteme solo éste momento.

Mi corazón, ésta noche te tendré.

*****

Cada que cantaba aquella canción en sus conciertos parte de su mente se perdía en los recuerdos de aquella última noche con Yoochun. Y aunque cumpliera cabalmente con cada presentación, su corazón colapsaba cada vez cuando de su melodiosa voz emanaba la letra de aquella otra canción. Se le atravesaba el nudo en la garganta y sentía el pecho apretado. Junsu sabía que tenía que decirle las cosas como realmente quería.

Pero aún faltaba tanto para poder verse. Y le asustaba cuando notaba que ni siquiera había tantas llamadas entre ambos. Él a veces tomaba su móvil y de último momento se arrepentía incapaz de marcar el número de su novio.

- Debe estar rodando aún… - se convencía cada vez. Pero en el fondo solo sentía esa pesada tristeza caer más y más profundo en su sentido corazón.

Y aún cuando intentaba atraer la atención de su novio por aquella red social; Yoochun solía pasar de largo ignorándole.

Si tan solo él hubiera dicho lo que realmente quería.

Pero las cosas no podían ser de otro modo ya. Estaban en un punto en que la linda relación que han llevado se ha suspendido inestable como si estuviera situada a la orilla de un abismo, oscuro y frío.

Una habitación de hotel en un lugar lejano. Tan lejos, que es imposible escapar y buscarle como su tonto corazón parece gritarle latiendo tan furiosamente contra su pecho. Es el desespero y la ansiedad.

Toma una ducha y se mete en aquella cama que le parece demasiado grande y fría. Está agotado pero aún así no quiere dormir. Presiente que tendrá pesadillas y no quiere vivirlas, su corazón está demasiado inquieto.

- Te extraño tanto, Yoochun ah… - suspira y se encoge contra sí mismo derramando toda esa impotencia con el más sincero de los llantos.

Las lágrimas corren sin parar mojando todo a su paso. Se siente patético e infantil. Se riñe mentalmente y solloza más fuerte. Qué tonto, ¿Así es como pretende llegar a ser el sostén de su novio? Dejándose vencer fácilmente por las circunstancias.

La silenciosa noche ha sido invadida por sus ahogados gemidos de dolor y decepción. Añora tanto los momentos aquellos en que todo parecía menos oscuro y complicado. Echa en falta las palabras de aliento, las caricias conciliatorias y los besos tiernos de Yoochun, extraña sus brazos rodeándole.

¿Y así pretendía ser él quien le arrullara entre sus brazos prometiéndole que todo estaba bien? ¿Que podía confiar en él y dormir tranquilo? ¿Que velar su sueño es su única misión y despertarle con una sonrisa lo que más ansiará en aquellas horas de una noche estrellada cálida?

- Aún tengo tanto por aprender… - murmura para sí sollozando entre hipidos de cansancio y frío. Ha llorado demasiado. Pero ha valido la pena, se ha dado cuenta de más cosas, ha comprendido.

Que amar no es un sentimiento que se expresa solo con buenos momentos. Que amar es ser capaz de soportar la distancia y los silencios. Que amar es aprender a confiar en los momentos más difíciles.

*****

Ven a mis brazos, tu almohada es mi brazo,

¿Cómo te fue el día de hoy? Te escucharé, es tu noche.

Bajo ésta sábana fina y acogedora, beso tus labios ligeramente secos

Esta noche tendremos nuestro propio secreto como victoria

Me debilito por el aroma de tu pelo húmedo

Bajo una luz roja tu rostro es más bonito que cualquier celebridad

Entrelazamos nuestras piernas y nuestros cuerpos se hacen un nudo

Y acabamos atados, eres tan atractiva. Nos hemos vuelto un poco más ligeros.

*****

Esa noche sería definitivamente diferente. Era la primera vez que se veían a solas después de semanas enteras en las que la tensión les había transpirado por los poros. Y estaban ahí, en el departamento de Yoochun, en silencio, sentados uno a lado del otro en la cama de su habitación con el pijama puesto.

- Estábamos más o menos así la última vez, es curioso, ¿no?... – el rubio comenta con una sonrisa nerviosa. Solo quiere romper el hielo que de pronto se instaló entre los dos desde que llegaron. Y es que no se han besado una sola vez desde que fuera a recogerlo al aeropuerto, aunque había querido hacerlo, no había encontrado el valor para hacerlo. Se sentía como si hubieran pasado años sin verse.

- Lo es… - el pelinegro respondió escuetamente, al parecer demasiado concentrado en un punto muerto en el muro de enfrente.

Y esto se sentía miserablemente peor que la última vez.

- No he podido ver los últimos capítulos del drama, pero los veré en cuanto tenga más tiempo…

- Está bien, no tienes que verlos de todas formas…

- Pero quiero…

Silencio.

Otro de esos pesados e incómodos silencios se abrió paso entre ellos instalándose confianzudamente entre ellos.

- Estuve pensando durante estos días en Bali… - hasta que el pelinegro pasó a través de él con soltura, con esa ronca voz que suena paciente pero firme al mismo tiempo… - Cuando aquella noche me preguntaste si aún te amaba o si te extrañaba cuando no podíamos siquiera hablar por teléfono. Fui sincero con lo que te dije, pero creo que no era lo que querías escuchar.

Junsu volteó la mirada pretendiendo encontrarse con la de su novio, pero Yoochun continuaba con la mirada al frente, perdido en sus pensamientos. Y el rubio pensó entonces que estaba bien dejarle hablar, o guardar silencio, lo que quisiera. Al parecer, esto era realmente lo que necesitaban.

- A veces hablamos de nuestros sentimientos por inercia, como si fuera una costumbre. Para mí es muy natural decirte que te amo o que te extraño, o que eres hermoso y todas esas cosas que te digo; pero a veces las personas necesitamos más que palabras aunque sean sinceras, y más que acciones simples como un beso, un abrazo o una caricia cuando éstas parecen rutinarias. Junsu ah, ¿tenías o tienes la impresión de que nuestra relación es monótona?

- No lo sé… - responde sinceramente… - Hemos estado juntos durante tanto tiempo; siempre queriéndonos con ternura y pasión, siempre celándonos cuando no nos gusta lo que el otro hace o con quién lo hace. A veces siento que hemos cambiado sin darnos cuenta de ello.

- Por supuesto que hemos cambiado. Ya no tenemos 20 años, Su. Tú ya no eres el muchachillo del que me enamoré, eres un hombre, sexy y asediado por las chicas. Y aunque eso no me gusta, al final sigues siendo tú.

- ¿Si ya no soy el chico del que te enamoraste, cómo sabes que me sigues amando, Yoochun ah?

Ahí fue donde sus miradas se buscaron con ansiedad. Ojos negros contra ojos castaños, ambos titilaban con cierto miedo, con desespero por una respuesta que tranquilizara sus corazones, que les devolviera la paz a sus almas, que borrara los miedos, las dudas, las incertidumbres, porque aliviara esas heridas que sin intención se habían hecho mutuamente.

- Hemos madurado Junsu ah. Hemos madurado y permanecido tan ocupados en hacer lo que queremos que seguimos estando por inercia. Y sabes, tenía miedo de ver que lo hemos hecho, porque cuando las personas maduran cambian, y cuando las personas cambian hacen ajustes en sus vidas. Hay cosas, costumbres, metas y personas que en esos ajustes se quedan atrás. Y creo que tengo miedo de que ahora que has madurado y has ido cambiando, me convierta en un ajuste en tu vida que deba quedar atrás.

- ¡Eso sería imposible!... – asegura con rapidez, sujetando el brazo del pelinegro y apretando sin querer, demasiado asustado de lo que se escondía detrás de aquella confesión… - Yoochun ah, no he madurado tanto, sigo siendo el mismo chiquillo del que te enamoraste, sigo siendo el que se avergüenza de las cosas que dicen, sigo siendo el que ríe nervioso cuando no sabe qué responder, el mismo que hace chistes malos y bromea por cualquier tontería, el mismo que se acuesta pensando en ti y sueña con tus besos y tus abrazos. No he cambiado tanto como parece solo porque hago cosas más atrevidas que antes.

- Pero tú corres Junsu ah. Corres en la vida, tan rápido que a veces no puedo seguirte el ritmo, y entonces me enfado y me quedo quieto, espero a que te des cuenta de que me has dejado atrás y vuelvas sobre tus pasos.

- Tal vez… tal vez lo hago, pero aún si corro a toda velocidad hacia una meta, tú solo tienes que decírmelo Yoochun ah, que voy demasiado rápido, que estás cansado y quieres sentarte a descansar, porque entonces cuando tú me lo digas, pararé y con gusto me sentaré a tu lado en el camino.

- Eso sería egoísta de mi parte…

- Te estoy pidiendo que lo seas. Porque ninguna meta que pueda alcanzar tendría el mismo valor o sentido para mí si no puedo compartir mis logros contigo. Porque no me importa si he madurado o puedo correr de prisa, lo que siento por ti es más importante que todo eso. Te Amo, Yoochun ah… no solo por costumbre o inercia, no solo porque tenga miedo de que tus sentimientos puedan cambiar e intente aferrarme a ti… Te Amo por todas esas emociones que no puedo poner en palabras pero me impulsan a seguir contigo, a pensarte y hasta a temer que te vayas de mi lado y… y… Te Amo… Yoochun ah, Te Amo…

- Yo también Te Amo, Junsu ah; por costumbre, por inercia, por madurez y falta de ella, por celoso y posesivo que soy, por callar las cosas sencillas más importantes y explotar con las obvias e hirientes. Te Amo, Junsu ah, por todo lo que hemos sido juntos desde el primer beso que te di o la primera noche que hicimos el amor. Te Amo por complementarme, por ser más fuerte que yo y soportar a éste tonto que tienes por novio. Te Amo, porque a pesar de que no tengo nada grandioso ni extraordinario por ofrecerte, sigues enamorado de mí como lo estoy de ti aunque sentirlo o decirlo pueda parecer costumbre. Junsu ah, Te Amo. Con todas las palabras que no pueden explicar lo que siento y las emociones que sobrepasan a mi propio cuerpo pero todavía encuentran el mejor refugio de todos, tu alma y la mía siendo una.

Declaraciones sinceras que casi parecieran contrarias pero que expresan a su modo la más honesta de sus verdades.

Y es ahí, cuando tras haber hablado lo que callaran durante demasiado tiempo, que ambos cuerpos se funden en un fuerte abrazo, respirando el aroma del otro. Atesorando ése momento con la misma intensidad –quizá incluso un poco más– con que atesoran el día en que se declararan por primera vez sus sentimientos.

Se separan apenas para verse a los ojos y sonreír, ladear el rostro y acercarse en busca de aquel beso que sella todo lo dicho con el corazón en la mano esa noche. Labios que se acoplan con perfección, labios secos que pronto encuentran la más sublime de las humectaciones al contacto con los otros. Cuando caen abrazados sobre el colchón y las luces desaparecen quedando solamente esos tenues reflejos que vienen del exterior.

Y es hermoso.

Una imagen noble de belleza natural.

Dos cuerpos desnudos amándose en la silenciosa noche de un reencuentro no solo físico, sino también emocional.

*****

Duerme bien mi niña, te abrazaré, siente mis brazos, así que

Dejaré que descanses tu cabeza en mi brazo

Duerme bien, sueña conmigo, no tengas miedo

Yo te mantendré caliente, no te preocupes

Un sueño es un sueño, pero quiero que te des cuenta

Entiende mi corazón, por favor, quiero hacerte dormir

Duerme bien, mi amor.

*****

Y esa vez Junsu lo hace. Canta para él, le promete con una nana las cosas que sabe no puede hacer de otro modo. Le recuerda que está listo para todo lo que pueda venir ahora que son conscientes de su madurez no profesional o personal, sino como pareja.

y mientras Yoochun usa su brazo como almohada dejándose envolver por el sonido cálido de su voz, Junsu le contempla como si fuera la primera vez que es él quien le protege. Y se siente bien.

- Jalja… baby, jalja, sweet dreams… Jalja, anajulge, nae aga, nae sarang…Jalja… - besa los tibios y suaves labios del pelinegro y se acomoda mejor para velar su sueño. Esa noche no le importa si duerme o no, porque el calor del cuerpo de su amado es suficiente para sentir tranquilo, relajado y feliz.

Y esa sensación.

Es algo que solo el amor puede otorgar.

Un amor que ha pasado por muchas pruebas, pero que ha sobrevivido a cada una de ellas fortaleciéndose a veces, sin siquiera darse cuenta de ello.

Un amor.

Tan sublime y cálido como una nana.

**FIN**