Miniserial HayaMin *o*

Pues eso ;D finalmente me he dado un tiempito para continuar esto, si gusta lo sigo; sino ps se lo termino solamente a Maki xD

Título: EXPERIMENTO DE AMOR

Ideas: Makino Mizuki & Felina

Desarrollado por: Felina

Pareja: HayaMin, YooSu, YunJae

Género: Romance-Humor

Clasificación: NC-17

Advertencia: Lemon, M-preg

~~HayaMin~~

*****

- Sé que es una cuestión incómoda, incluso poco común, aunque las estadísticas podrían sorprenderte, ¿sabes? Sin embargo, no pienso aburrirte con números y un largo etcétera que te dejará K.O. y solo estarás tomando cerveza por las puras. Así que presta atención.  Quiero tener un hijo.

Hayami había seguido atentamente el hilo de la conversación de su amigo. Pero eso de “Quiero tener un hijo” definitivamente le había hecho atorarse con su bebida y casi escupirla.

- ¿Te golpeaste la cabeza recientemente?

- No, baka. Estoy hablando en serio y en pleno uso de mis facultades mentales… - el morocho respondió pero todavía veía la cara de incredulidad que su amigo japonés le estaba poniendo… - No tendría por qué darte explicaciones pero ya que no piensas quitar esa cara de baka lo haré. Sé perfectamente que no soy muy paciente o que no tengo instinto “materno”

- Ni una pizca ciertamente…

- Ignoraré ese comentario y continuaré ¬¬

- Por favor…

- Lo he estado pensando y he concluido que aunque sea verdad que las personas no necesitamos forzosamente a los demás para “sobrevivir” está comprobado por diversas teorías que los lazos de familia son vitales para el óptimo crecimiento de todo ser humano que espere alcanzar la plenitud de su existencia…

- ¿De qué revista de “niña” sacaste eso?

- ¬¬

- Ok, continúa…

- Quiero alcanzar la plenitud de mi existencia, así que quiero tener un hijo…

- ¿Y ya?

- Sí, baka…

Silencio.

- Ok, ¿y por qué estás contándome a mí? ¿No querrás que te busque a la “chica ideal”, o sí?

- ¿Para qué demonios voy a querer que me busques a una chica -__-?

Grillitos cantores.

- En alguna parte de tu explicación me perdí. Y hasta donde recuerdo para procrear se necesita de una mujer y un hombre y ¡ah! Lo comprendo, piensas adoptar… - el japonés sonrió… - lo siento por el pequeño al que vas a traumar siendo su appa…

ChangMin lo fulminó con su mirada más venenosa. Pero Hayami ni siquiera se inmutó, ya le conocía bastante el humorcito para ofenderse o asustarse.

- Tendré un hijo bilógicamente mío… y tuyo… - gruñó entre dientes al final…

Silencio.

Largo, espeso, raro.

Hayami se tomó de una la cerveza que le quedaba y miró de soslayo el tarro de su amigo morocho. Intacto, el amarillento líquido de hecho aún burbujeaba y tenía una ligera capa de espuma en lo alto.

- Repítelo…

ChangMin volvió a gruñir, volteó hacia otra parte y lo dijo…

- Quiero tener un hijo contigo… biológico…

El japonés carraspeó y pidió otra cerveza. La tomó de dos tragos y sintió el singular mareo golpearle por tomarla demasiado rápido con tremenda tensión encima. ¿ChangMin no hablaba en serio, verdad?

- Y… - carraspeo… - ¿Cómo se supone que haríamos tal cosa? ¿Eres hermafrodita y no me lo habías confesado?

- ¡Idiota!... – siseó dándole un sonoro golpe en la cabeza… - Claro que no. Mira, tú déjame la parte de la ciencia y la tecnología a mí y cuando te lo diga, tú simplemente me facilitas tu semen y ya… - gruñó furibundo y sin darle tiempo a más nada se largó dejándole ahí con dolor de cabeza.

……………………………

Habían pasado más de dos años. Sí, ¡años! Y Hayami ya se había hecho a la idea de que ChangMin aquella noche en el bar definitivamente había ido con golpe en la cabeza y locura temporal o se había dopado con algo peligrosamente nefasto. Pero… ChangMin no lo había olvidado… y seguía con aquella locura metida en la cabeza…

- Estoy listo, ahora necesito que me dones tu esperma… - el morocho dijo quitadísimo de la pena mientras le extiende un frasquito de plástico que el japonés mira con curiosidad sin tomarse la molestia de tomarlo… - ¿Qué esperas?

- ¿En serio o.O?

- Obvio…

- No me da la gana masturbarme para que uses mi semen en ti… - el japonés resolvió cruzándose de brazos con molestia…

- Te dije que quería un hijo nuestro…

- Si vas a quererlo entonces “pondré” mi semilla directamente en ti…

ChangMin gruñó. Y Hayami sonrió cuando su amigo, sonrojado hasta las orejas, le jaló fuera de la oficina murmurando maldiciones en su contra. Esa noche, iban a empezar a fecundar a su crío.

Pobre pequeño, no tiene idea la clase de padres que acaba de ganarse.

~~HayaMin~~

Hayami esperó que fueran al departamento de ChangMin, pero… terminar en su propio departamento era… extraño.

- ¿Por qué no fuimos a tu depa?

- Qué te importa…

No. No era de extrañar la respuesta seca y sincera del morocho, su “amigo” sonrió mientras abría su humilde departamento y le permitía amablemente el acceso primero. ChangMin empezó a desnudarse apenas escuchó que Hayami cerraba la puerta principal.

- ¿Qué estás haciendo?

- ¿Voy a tener que explicarte cada cosa que haga?... – el morocho preguntó con hastío, sin que ello implicara detener sus movimientos, ya su camiseta y la chaqueta estaban descansando en el espaldar de un sofá en la estancia, en tanto desabrochaba el cinto…

- No… - el japonés observó el cinto acompañar a las otras prendas. Mientras él continuaba totalmente vestido y con cara de… ¿Eso era molestia?... – Vístete… - ordenó. Literalmente ordenó, cuando el menor de los dos hacía el amago de bajarse los pantalones, pero ante su palabra habían quedado suspendidos apenas a un par de centímetros bajo la cintura…

- ¿Qué?... – el morocho cuestionó francamente contrariado. Y con poca paciencia para cualquier reclamo de último momento.

- Que te vistas… - el japonés volvió a ordenar.

ChangMin le miró seria y profundamente algunos segundos. O tal vez fueron minutos. En verdad no lo sabe –ni le interesa saberlo, esas son cosas cursis para parejas que se quedan idiotas perdidos en la mirada del otro. Y él definitivamente no es un idiota enamorado y menos de Mokomichi Hayami–, pero no era de los que piden algo por segunda vez.

- Debí suponerlo. Eres demasiado cobarde para… - el morocho comenzó a despotricar por lo bajo mientras se coloca de nuevo las prendas que se había quitado.

Hayami solo le observaba sin cambiar su propia expresión. ChangMin estaba completamente loco si creía que absolutamente todas las cosas se iban a hacer a su manera. No señor. Si él iba a ser parte de la concepción de un hijo del morocho, tenía derecho a tomar también algunas decisiones. Y aunque no hubiera ese sentido romántico de amor mutuo para hacerlo, por lo menos iba a hacer las cosas lo mejor posible. ChangMin no es un simple tipo al que tirarse, es su amigo. Probablemente la persona más importante de su vida. Por supuesto, ChangMin no lo sabe, y es mejor que nunca lo sepa. Muchas cosas podrían colapsar si eso sucede. Hayami lo sabe.

Cuando ChangMin iba a salir del departamento, Hayami le sujetó el brazo con firmeza.

- ¿Ahora qué?... – el morocho preguntó con tono agrio. Claramente enfadado.

- Que te haya dicho que te vistieras no significa que quisiera que te vayas…

- Solo vine porque quiero concebir un hijo contigo. Pero si de último momento te arrepientes no hay problema, buscaré algún otro espécimen que valga la pena…

- ¿Espécimen?... – el japonés enarcó una ceja en frustración…

- Es una forma de decirlo…

- Tienes tan pero tan poco tacto para pedir las cosas…

- No te estaba pidiendo otra cosa que no fuera tu semen…

- Lo tengo más que claro, gracias…

Ambos evitaron mirarse, continuaron simplemente ahí, uno al lado del otro en sentido contrario; ChangMin queriendo largarse –sin tener que admitir que su orgullo había sido “lesionado”– y Hayami tomando el valor y la paciencia necesaria para continuar con aquella petición de su amigo.

- Desde ya te digo, ni se te ocurra querer detenerme…

- ¿Qué?

La respuesta de ChangMin vino con un beso.

El primero y el único de aquella noche. Hayami posó sus labios sobre los del morocho en apenas un roce que tomó totalmente desprevenido al morocho. Abrió los ojos de par en par y con el cerebro trabado –y eso era realmente algo así como el apocalipsis para él–, su cuerpo se paralizó incapaz de hacer otra cosa que permanecer ahí como un auténtico crío inexperto al que nunca nadie ha besado. Se pateó mentalmente –y créanme cuando les digo que eso fue algo literal, el joven morocho se imaginó en tan cómica situación pateándose a sí mismo por ser tan iluso– y solo por salvaguardar su orgullo, se obligó a responder aquel acto. Movió sus labios sin saber claramente lo que estaba haciendo, pero pronto le tomó lógica; ladear un poco el rostro, mover los labios, chupar, succionar, lamer. ¡Era sencillo! Y cuando apenas le estaba tomando el gusto a la cosa…

- ¬¬! – el morocho miró de mala gana al japonés cuando rompió el beso dejándole con ganas de más.

Hayami por su parte simplemente sonrió, comenzando esa vez a desnudarle. ChangMin se dejó hacer porque… ¡Porque le daba la gana y ya! No tiene porqué darle explicaciones a nadie.

ChangMin se mordió el labio inferior cuando sintió esos estremecimientos venir a cada roce de los dedos de Hayami acariciando por cada palmo de su piel conforme iba dejando más partes de su cuerpo al descubierto. ¡Ni siquiera recuerda cuando Hayami se desnudó! Pero era endemoniadamente la visión más sexy de toda su vida.

- ¡Maldición! Tiene la piel tan morena, y ese cuerpazo. ¡Desgraciado! Seguramente pasa horas y horas en el gimnasio para fortalecer sus músculos y lucir así… - esas y otras cosas pensó mientras se dejaba hacer. O lo que es lo mismo, mientras Hayami acariciaba su cuerpo y besaba porciones de piel por aquí y por allá haciéndole sentir calor, mucho calor… y ese borboteo inquieto en el vientre al que prefiere no prestarle atención.

Durante algún tiempo –segundos, minutos, horas, ¡A quién le importa!– ChangMin no supo de sí. Lo que hacía Hayami le tenía como en otro mundo. Y ese mundo se sentía demasiado bien como para “abandonarle”…

- ¡nhh!... – y los gemidos borbotaban de su garganta con impúdico atrevimiento. El cuerpo se le tensaba, se relajaba y resentía cada cosa que el japonés le hacía.

Tantas sensaciones al mismo tiempo, que él realmente solo fue consciente del momento de dolor cuando Hayami estaba completamente dentro de su cuerpo.

- ¡Oh mierda!... – jadeó inquieto, adolorido del trasero y revolviéndose bajo ese otro cuerpo que le ha sometido sin más doblegando su orgullo… - ¿No podías ser más suave?... – espetó con la respiración más que alterada. Su entrada punzaba adolorida.

- Fui tan suave como pude. No sé si lo sabes, pero nunca había tenido sexo con un hombre, ¿Qué iba yo a saber que mi pene fuera demasiado para tu anillo?

- ¡Cállate estúpido!... – le golpeó lo que tuvo a la mano (el pecho principalmente)… - No digas esas cosas tan a la ligera… - gruñó de mala gana…

- Me lo dice quien me pidió con sumo tacto… - ironizando… - que le diera mi semen para preñarse a sí mismo. Todavía no me has explicado cómo demonios va a suceder eso… - jadeó luchando por controlar esos espasmos de placer que recorren su cuerpo y le gritan que se mueva porque la presión de la estrechez del moreno le está poniendo mal, muy mal.

- Y no me da la gana explicártelo… - gruñó adolorido, queriendo patear al idiota de su amigo por tenerle así.

Aunque técnica y realmente, él se tuvo a sí mismo así.

- ¿Te he dicho que tienes un genio de los mil demonios?... – jadeó mientras entraba y salía del pasaje del morocho. Demasiado apretado. Demasiado exquisito.

- ¡nhhh cállate! Cállate y haz lo tuyo, ¡y date prisa!

- ¿Por qué? Si se siente muy bien… - el japonés se tomó el atrevimiento de sonreír con sorna mientras embiste algo más profundo y rápido, viéndole suspirar y temblar bajo su cuerpo con esa mirada resentida que de todas formas le encanta.

- Algún día voy a… mhh a… ¡ohhh! ¡Otra vez, ahí!

El resto.

Bueno, el resto fue solo pasión y calor.

Ausencia de sentimientos.

Al menos expresados con palabras. Porque era innegable que algo les hacía compaginar muy bien.

Para cuando el acto terminó, ChangMin se sentía demasiado cansado como para salir de la cama de Hayami –y que quede claro, no es que sienta el mínimo de calidez al estar ahí cobijado por los fuertes brazos del japonés, eso solo… sucedía por añadidura– así que se decidió en dormir esa noche ahí. ¡Solo esa noche y por causas de fuerza mayor!

- ¿Sabías que vamos a tener que repetirlo hasta asegurarnos de que estés embarazado?... - Hayami sonrió sexy, apartándole los mechones pegados a la sudada frente…

- Cállate… - y ChangMin siseó fulminándole con la mirada.

Pero efectivamente. Lo repitieron por al menos un mes, un día sí, y el otro también. Solo para asegurar que suficiente semilla del japonés llegara a implantarse en el útero artificial que el morocho había colocado en su vientre. No pidan demasiadas explicaciones, el científico es ChangMin, cualquier duda con él, gracias.

En dado caso, lo que nos atañe al final de éste encuentro es…

- Estoy embarazado… - ChangMin le comunicó a Hayami esa mañana, a un mes y casi una semana desde la primera vez que intimaran… ¡Solo por la ciencia! No es que él hubiese tenido el mínimo interés de relacionarse sexualmente con su amigo.

- Finalmente… - Hayami sonrió mirando inconscientemente el aún vientre plano de su amigo… - Eso significa que ya no tendremos que hacerlo, debes estar muy contento…

- Significa que logré lo más importante. Pero todavía… - carraspeó mirando para otro lado… - todavía creo que la participación activa del padre durante el proceso de gestación es importante, vital para un óptimo desarrollo gestacional…

- ¿Eso qué significa exactamente?... – Hayami cuestionó sinceramente curioso…

Mientras ChangMin gruñe por lo bajo y quiere patearle por ser tan idiotamente perfecto para ser appa de su hijo.

¡Es todo por alcanzar la plenitud como persona!

Solo eso y nada más.

- Nada de nada ewé – ChangMin pensó… aunque su corazón se empeñara en tomar un ritmo diferente cada que Hayami le mira así…

- ¡bebé!…

Y entonces lo que pudo ser una especie de burbuja rosa entre ambos chicos, fue rota antes de formarse apropiadamente por un chico de cabellos oscuros que corrió emocionado a brazos del morocho…

- Jaejoong hyung, cuántas veces te lo tengo que decir ¡No soy tu bebé!

- ToT ¡ingrato!...

- JaeBoo, no le hagas caso, ya sabes que a Minnie simplemente no le gustan las demostraciones públicas de cariño… - otro chico, de tez morena y sexy mirada café abrazó al pelioscuro para consolarle…

- Lo que pasa es que ChangMin es un amargado de primera que no aprecia el cariño de Jae umma *u*… - un tercer chico, de cabellos rubios y radiante sonrisa, apareció también…

- Baby, todos, incluso Hayami, sabemos cuán amargado es ChangMin; la pregunta es, ¿Por qué interrumpimos nuestra sesión sabatina de amor para venir corriendo como locos en oferta de año nuevo hasta aquí?... – un cuarto muchacho, de cabellos negros, frente amplia, manzana de Adán pronunciada y labios sexys, sonrió pícaro al alcanzar a su novio y abrazarle rodeando su cintura, depositando besos por su cuello sin importarle que el morocho le esté fulminando con la mirada o el moreno esté que se le lanza encima con su típico carácter de appa sobreprotector…

- ¡Quién les dijo que podían venir!... – obviamente, ChangMin explotó con su también típico, humor agrio e impaciente…

Continuará……