Alfabeto del Amor *-*

Bueno, habia comenzado a ponerlo en face luego de mostrárselo a Maki pero, creo que mejor por acá. Cuando tenga otras 7 letritas  regreso *-* 

Pueden tomarlo como una especie de drabbles ;D no necesariamente tendrán continuidad o relación una letra con la otra ni entre couples ;3

Título: Alfabeto del amor… Y algunas de sus implicaciones

Autora: Felina

Parejas: YooSu, YunJae, HayaMin

Género: Romance

Clasificación: NC-17

Advertencia: Lime

ALFABETO DEL AMOR… Y ALGUNAS DE SUS IMPLICACIONES

**********

APELACIÓN

***

A los sentimientos mezclados con fuerza en un corazón velado por la sociedad que cuestiona incluso sus supuestos principios de moralidad. Pero te importa poco, te valen más las sensaciones que sacuden tu cuerpo, el ardor en tus mejillas cuando tus ojos se topan con los suyos, cuando te consume el abismo de sus negras pupilas y solo puedes mediar entre la razón y tu corazón ese instante de felicidad cuando tus dedos rozan los suyos.

- Vamos, Junsu ah; está oscureciendo…

- ¿Podemos quedarnos, Yoochun ah? Es una noche hermosa como para perder la oportunidad de observar…

Sonríes y sabes que la vergüenza se ha matizado de nuevo en tu rostro colorado. Pero evades la mirada y la diriges al firmamento. Te quedas ahí, sentado en aquella banca contemplando el cielo estrellado, rogando como cada vez la aparición de una estrella fugaz y pedir un deseo.

Apenas de nuevo al buen juicio del destino que te ha dejado enamorarte de quien ha sido el mejor amigo.

BESOS

***

Sabes que quieres evitarlos, pero por cada vez que tus labios se fusionan con los suyos, sabes que otro trozo de tu corazón se ha llevado. En ocasiones te has descubierto maldiciéndole mentalmente, te ha llevado a cuestionarte tu orientación sexual y se ha convertido en la única adicción que tienes. A veces quieres pensar que le odias, pero en cada una de ellas, tú solo te convences de que como el libro abierto en que se ha escrito una página más, no hay manera de volver atrás.

- Yunho ah… - susurra tu nombre y sabes que has perdido de nuevo, sus grandes ojos negros de hipnotizan… - bésame… - y su aterciopelada voz desliza toda esa sensualidad que como miel se derrama en tus labios y se convierte en el manjar de tu boca cada que se unen de nuevo y te encuentras a ti mismo explorando con más ahínco su cavidad bucal.

- Te odio… - tus palabras mueren entre sus labios, sabes que no te cree, que no se toma en serio aquella declaración.

Porque como tú, él también te quiere, también te has convertido en su adicción; más exquisita que el licor, más delirante que el tabaco.

CHOCOLATE

***

No te consideras romántico ni te gustan las cursilerías con las que se alocan todas esas chicas que esperan con ansia el famoso día de San Valentín. Te encierras en tu mundo y lanzas tu acidez contra cualquiera derrochando tu mal humor. Reniegas y frunces el ceño tras cada comentario en el que palabras como amargado, anciano, insensible, se repiten y las personas creen que te hieren o te harán entrar en razón. Sin embargo, sabes que en el amor puede haber de todo, pero justamente menos razón.

- Solo un estúpido día más, alardean de estar enamorados, y mañana mismo podrían estar llorando por un rompimiento o maldiciendo quien ha sido engañado… - razonas con sentido común y sonríes con altanería porque incluso dos o tres de las personas que van en el ascensor han pasado por aquello.

Haz lanzado las palabras con intención, estas harto de que te señalen por pensar diferente respecto a una fecha que en sí, no es más que un legado comercial que infla la economía de las grandes empresas.

- En el amor verdadero las fechas importantes son el día a día, no importan siquiera los aniversarios, o en tal caso se vuelven más significativos los días en que aparece el primer beso o la primera noche; pero no por una fecha, sino por el sentimiento entregado… - lo piensas pero no lo dices, te sientes de algún modo extraño con aquella mentalidad.

Sabes que es romanticismo. Y lo odias, detestas saber que eres demasiado exigente y de difícil personalidad. Que las chicas no te interesan y los hombres que te han cautivado destruyen la ilusión apenas les empiezas a tratar. Llegas a tu escritorio y contemplas la sencilla caja dejada sobre la superficie de madera.

- Chocolate amargo para un hombre de carácter agrio. ¿Hace buena combinación? Verdad que no. Tengamos una cita, ChangMin; entonces te daré chocolate de verdad, para endulzar tu vida.

Lees la nota escrita en japonés, y te es suficiente para saber de quién ha venido. Sales de tu oficina y miras hacia la derecha, la puerta de cristal de la oficina de otro de los abogados de la firma está ahí. Mokomichi Hayami reseña la laminilla cromada con letras doradas sobre la puerta. Sacas tu móvil y mandas un texto.

Piensas que te agradan sus formas de acercarse y le das una oportunidad. Esperas no desilusionarte otra vez.

DIFERENCIAS

***

Hay muchas formas de tomarse el tema, distintas lentes con que mirar las diferencias entre los dos. Puede ser en cuanto a edad, aunque es cosa de días y comparten los años cumplidos. Puede tratarse de personalidad, él es líder innato en el trabajo, pero eres tú quien manda en el hogar. Hay diferencias en el tono de su piel, tú eres blanco él es moreno. Tu sensualidad es natural, él sabe cuando quiere ser sexy. A él le gusta bailar, tú preferirías tomar una cerveza sentado en un bar. Y las diferencias podrían continuar enumerándose, pero realmente no son tan importantes, porque son esas pequeñas y naturales discrepancias  tal vez las que los han hecho complementarse tan bien, aprender a quererse como amigos y amarse como amantes.

Te gusta incluso su forma de pensar diferente a la tuya cuando hacen el amor, porque aunque a veces detestes ser señalado como femenino y él lo sepa, sabe cómo tratarte en la intimidad, le gusta provocarte y sacarte de tus casillas cuando reconoce que no estás de buen humor y necesitas algo de trato salvaje.

- Eres tan delicado como una rosa, tu piel es tersa como los pétalos y tu sudor fresco como el rocío de la noche… - te susurra al oído con voz dulce mientras recorre lentamente la línea de tu cuerpo.

- ¡Cállate! ¡No soy una chica, Yunho! – espetas entre dientes pero tu cuerpo reacciona favorablemente a sus insinuantes caricias lentas. Lo detestas en ese momento y luchas por imponerte, le dejas bajo tu cuerpo y sujetas rudamente su virilidad…

- ¡mhh! – obtienes ese gemido ronco y le masturbas con prisas, te vengas porque tú también conoces sus debilidades y sabes que odia correrse pronto.

- Soy un hombre, no lo olvides Yunho…

- ¿Cómo olvidarlo? Si es esto lo que pruebo cada vez… - su mano ha encontrado tu falo erguido y comenzado a bombear, haciéndote titubear y olvidar por esos segundos la molestia anterior… - y soy yo quien te la mete… - remata en tu oído con esa voz varonil que tanto te enloquece y su dedo invasor te distrae por completo.

Diferencias. Enojo y placer también lo son, pero en situaciones como aquella, se mezclan muy bien.

EMANCIPACIÓN

***

Le conoces por chico tierno de personalidad infantil, por eso te toma por sorpresa el arrebato de sensualidad en que parece haberse instalado bajo el disfraz aquel de ropas más provocativas y ajustadas. De algún modo sientes que tu amigo ha cambiado para mal, porque le desconoces y casi te resulta difícil acercarte a él cuando va rodeado de tanta gente que ahora le busca y quiere pasar tiempo con él.

- ¿Desayunamos juntos mañana?... – propones y buscas su chocolatosa mirada con aprehensión. Esperas un sí por respuesta.

- Lo siento Yoochun ah, mañana he quedado con unos chicos de jugar un partido de fútbol temprano… - te responde con una sonrisa suave, ves en sus ojos el dejo de culpa y te mueres por reclamarle la falta de atención.

- Está bien, ya nos veremos luego, Junsu… - callas los reclamos y te escudas en el tono hosco de tu voz que sale inconsciente.

Agitas la mano y te despides cuando llegan a la estación de metro donde él se baja. Te mira inquieto y le ves abrir y cerrar la boca como si fuera a decirte algo pero no se atreve. Quieres pensar que le extraña que no te bajes con él y esperes la siguiente estación, después de todo incluso te queda más cerca tu casa desde la suya, y antes solías acompañarle –quedarte incluso a cenar cuando su madre te insistía y sabías que la tuya tendría guardia nocturna en el hospital– ahí y despedirte entre bromas y risas.

Pero sientes que no es el mismo, que el Junsu del que incluso te enamoraste no está más ahí, se ha emancipado otra faceta de su personalidad y no te agrada del todo, no lo hace porque te brinda menos atención y otros te desplazan en su vida. 

Junsu ha mirado al metro partir, se ha quedado estático en el mismo lugar percatándose de que algo ha cambiado. Suspira y baja la mirada, se arrepiente de ese cambio y cree que no debió hacer caso de los falsos consejos en los programas de televisión, ha sido una vez más ingenuo. Ser sexy y mostrar los supuestos encantos de su cuerpo no han valido de nada, ahora Yoochun de hecho le presta menos atención.

Junsu no sabe, Yoochun quizá lo adivine después. La inocencia de su mentalidad le lleva a hacer cosas que no comprende del todo, como mover las bajas pasiones que despierta ahora en todo aquel que le mira y saborea la perfecta S-Line de su cuerpo.

Junsu no sabe, Yoochun tal vez se lo diga una vez. Su inocente sensualidad es un detonante para el morbo de aquellos que no le conocen como él.

FRÍO

***

Reconoces su falta de tacto para el trato social, sabes que no tiene las mejores habilidades posibles para relacionarse con los grupos y que su humor llega a ser demasiado pesado para las más de las personas que rayan en sensibilidad y encuentran hirientes sus comentarios hilarantes.

Pero no te importa, has aprendido a conocerlo incluso cuando rara vez te permite ver más allá de la coraza exterior de genio agrio y la frialdad innata con que parece haber llegado a este mundo. Sonríes ante sus bromas y le regresas pequeñas dosis de su mismo humor, quieres acercarte y te expones a las bajas temperaturas de su frío corazón. Presientes que puedes ganar la batalla y te lanzas a la guerra sin más fusil que tu voluntad y la paciencia.

Te gusta el otoño, no es demasiado helado como el invierno, tampoco caluroso como el verano. Te gusta porque es lo suficientemente fresco para salir a pasear con una simple chaqueta y tomar un vaso de tequila en el bar para calentar la garganta. Te gusta, porque el otoño se parece a él, hosco pero no demasiado intratable como un impecable invierno; cálido pero no sofocante como el verano, ni demasiado dulce como la primavera.

Llevan dos meses teniendo citas, aún no le pides que sea tu novio pero lo tienes pensado ya. Esperas el momento oportuno en que tu corazón tenga valor para enfrentar el posible rechazo inmediato. ChangMin también es testarudo.

Pero está ahí, puntual en el restaurante al que le has invitado a cenar. Te mira con solemnidad y apenas te saluda con un buenas noches mientras se sienta en su lugar y toma la carta entre sus manos comenzando a decidir que le apetece esa noche para llenar su estómago.

- ¿Frío o cálido?

- ¿Qué?... – te cuestiona confundido porque no sabe a qué se debe la pregunta. Y sonríes divertido, te permites el atrevimiento de atacar su orgullo de chico sapiente al que rara vez se le pilla por sorpresa.

- ¿Cómo quieres que te lo diga, directo o cursi? – bailotea la burla cariñosa en tus labios y por el ceño fruncido que se pronuncia en su rostro moreno, adviertes que ha captado perfectamente y está por mandarte al demonio.

- Frío… - te sorprende su respuesta pero sonríes ampliamente. Después de todo se trata de él. Frío, directo, indiferente.

- Sé mi novio, ChangMin ah…

- De acuerdo… - acepta sin mayor preámbulo y vuelve toda su atención al menú, parlotea más cosas sobre las horas que lleva sin probar alimento y demanda el platillo más abundante.

Te inclinas por encima de la mesa y sujetas su mentón. Su mirada penetra en la tuya y ambos saben lo que vendrá. No importa quién mire o lo que piensen.

Incluso así, un beso frío es la caricia más dulce de todas.

GRATIFICANTE

***

Eres sincero contigo mismo y admites que no lo habías imaginado. Nunca te pasó por la cabeza que él estuviera tan enamorado de ti como tú de él. Te ha tomado desprevenido saber a través de Jaejoong aquella verdad. Junsu era sexy porque quería llamar tu atención. Te lo ha revelado en un arranque de impotencia, habías hecho llorar al menor sin intención, le has reclamado en un arranque de celos y le has llamado de una forma que ni siquiera quieres recordar. Te ahogas en tu culpa y no encuentras la manera para disculparte, sabes que le has herido profundamente. Pero no lo puedes evitar –tu corazón no te dejaría–, has vuelto a buscarle y te has acercado despacio, sentándote a su lado en aquella banca –su favorita– en el parque de siempre al anochecer.

- Hoy la noche está muy linda…

- No me parece tanto a mí… - susurra y sabes que lo dice por lo que ha pasado antes entre los dos. Le miras de soslayo y muerdes tu labio inferior, incluso ha vuelto a la ropa sport y ropa algo más holgada.

- Perdóname, Junsu ah; no he querido decirte todo aquello… - dices con sinceridad y esperas que te escuche. Que voltee a mirarte y lea en tus ojos negros la verdad.

- No tenías derecho de todos modos, Yoochun ah. Me ha dolido muchísimo que no te dieras cuenta de por qué actúe como lo hice… - te doblegan sus palabras tristes y te encuentras a ti mismo abrazándole fuertemente tragándote tú propio dolor.

- Me cegaron los celos y luego nunca tuve el valor para mirar más allá de mis narices. Pero lo que tú sientes es igual a lo que siento por ti, por favor Junsu ah, perdona mi grave error y déjame demostrarte cuánto te quiero… - suplicas en su oído y te aferras a su cuerpo, de pronto te entra miedo a que te deje, que se aparte y se vaya.

- ¿De verdad me quieres, Chun?... – se aparta solo para mirarte a los ojos y lees en sus bellos ojos chocolate que no juega, que en verdad necesita que se lo reafirmes otra vez.

Y de pronto ambos son conscientes por inercia de que los dos fueron ciegos a los sentimientos del otro, que en su afán por ocultar primero el amor, fortalecieron la amistad, pero en el misterioso devenir del destino, solo arraigaron más tan puro sentimiento al alma.

- Te Amo, Junsu… - es la primera vez que esas dos palabras salen de tu boca y no te arrepientes. Contemplar la felicidad adueñándose de cada facción en su mirada lo es todo para ti.

- Y yo a ti, Yoochun, Te Amo con toda mi alma… - y es ahí, cuando él te declara su propio amor que entiendes lo que es la plenitud.

Se convierte en el momento más gratificante de toda tu vida.

Amarle y ser amado.

Continuará.... ;D