Capítulo 7 TERRA

Después de las arduas negociaciones con la manager Maki xD se me permitió publicar esta actu ;D así que aprovechenla, si comentan bonito el próximo miércoles les traigo actu de Break Up the Dark~

CAPÍTULO 7. OMENTIË (Encuentro)

*****Elfo´s Love*****

TERRA

*****

Tokio, Japón

- ¿Quién diablos eres? ¿Qué hiciste con Ryo?... – ChangMin cuestionó de corrido, notando cómo la adrenalina se dispara por su organismo y el miedo le asalta. ¿Quién querría lastimar a Ryo y por qué?

- Tendrás tus respuestas si consigues llegar a tiempo, Lórindol… - la voz femenina que le amenaza terminó la llamada dejando al morocho con esa inquietante sensación asentada en la boca del estómago.

Y la extrañeza de conocer de algo aquella palabra: Lórindol.

*****

Seúl, Corea

Distrito Songpa-gu

Clínica Privada

La clínica estaba prácticamente sola a esa hora en pleno crepúsculo. Los horarios de visita han terminado y los médicos realizado sus rondas para verificar los diversos casos de los pacientes.

Junsu y Yoochun continúan inconscientes, pero la actividad cerebral va en aumento conforme aquellos espectros avanzan sigilosos como simples penumbras por los vacios pasillos.

…………………………

Corea

(Tal vez Norte, tal vez Sur)

Yunho guardó las pistolas en sus musleras, desenfundó las espadas gemelas que estaban cruzadas a su espalda, las unió por el mango y mantuvo la guardia. Jaejoong permanecía tras de él, atento a los movimientos de ese puñado de guardias de la casa Presidencial…

- Tomaré tus armas…

- No será necesario, Jaejoong. Tú solo confía en mí, nadie va a tocarte siquiera un cabello…

La seguridad del agente Jung hizo retroceder las manos del pelioscuro, que habían alcanzado apenas a rozar las monturas de las armas en los muslos del moreno.

- Tienes tres segundos para soltar todas tus armas, de lo contrario dispararemos a matar… - amenazó uno de los agentes, seguramente el que estaba a cargo de la misión.

Yunho lo analizó, miró en todas direcciones captando una imagen mental de la situación. Estos agentes no podían pertenecer a la Seguridad de la Casa Presidencial, la cosa es que dispararle pondría en riesgo la vida de Jaejoong y aquello simplemente está fuera de los límites de cualquier protocolo. ¿Acaso rescatarle ileso no era la orden? O…

- Planean matarle… - murmuró para sí apenas moviendo las piernas para afianzar la postura de defensa.

Los tres segundos se consumieron en aquel pensamiento. La ruidosa lluvia de disparos comenzó. Jaejoong cerró instintivamente los ojos y encogió el cuerpo cubriéndose con los brazos; pero las ráfagas nunca le alcanzaron y todo cuanto escuchaba eran impactos metálicos y ensordecedores zumbidos del chasquido de  cuchillas. La velocidad con que Yunho movía las espadas en forma circular volvieron de su defensa una barrera impenetrable… y algo increíble a ojos humanos de cualquiera. Aquello debía ser simplemente imposible.

Cuando Jaejoong abrió los ojos movido por la curiosidad, las cuencas negras se abrieron de par en par con sorpresa. La silueta de Yunho moviéndose de un lado a otro sin dejar de hacer girar sus espadas le dejó anonadado. Solo veía chispas brotar de lo que debía ser el impacto de balas contra las hojas de acero.

Los agentes avanzaron paso a paso sin dejar de disparar, gastando sus municiones y dejando una estela de casquillos en el asfalto. Luego de algún tiempo ningún agente contaba con recarga balística, pocos disparos resonaron al final.

Y fue entonces cuando Jaejoong lo vio también –sin ser consciente ahí de que el hecho de que él lo viera significaba que había algo especial y diferente también en su persona–. Le vio, a Yunho mirando el reflejo en las cuchillas de acero, acertando así el lugar exacto por el que una bala podría colarse entre la defensa de sus espadas, conteniéndolas antes y hasta partiéndolas en dos; qué decir de la velocidad con que se movía.

- Extraordinario… - susurró casi sin darse cuenta del tono sorprendido, de la mirada penetrante de Yunho retando a los agentes a dar un paso más, a intentar otro movimiento en contra de ellos…

…………………………

Isil y Helcar detuvieron su batalla. La presencia de los Moriquendi en las habitaciones de Junsu y Yoochun motivaron la interrupción.

- ¿Qué hacen los Moriquendi aquí?... – Isil aprovechó el segundo de distracción de Helcar para invocar un hechizo de teleportación.

Helcar sonrió de medio lado con maldad. Beyla tenía a quien más le importaba. Y como si su cuerpo fuera cortado verticalmente por miles de líneas dimensionales, el elfo de Dvergar desapareció.

…………………………

Distrito Songpa-gu

Clínica Privada

Cuatro espectros rodearon la camilla de Junsu –del mismo modo que con Yoochun– Las roídas espadas de metal ennegrecido se levantaron al mismo tiempo, cada una de ellas apuntaba un signo vital diferente: la frente, el pecho, el vientre y la ingle. Si las espadas se clavaban directamente en cualquiera de aquellos puntos, pelirrojo y pelinegro no solo morirían desangrados, sino que el alma élfica contenida dentro de sus cuerpos perecería envenenada por la sustancia maligna que Eldir, rey de Dvergar, había conjurado en las espadas de los Moriquendi.

Isil lo sabía, y por eso se había apresurado ahí con la intención de evitarlo. Pero mucha de su magia había sido consumida durante su batalla contra Helcar.

No podría salvar a ambos.

…………………………

(En algún Distrito al Norte o al Sur)

Jaejoong corría siguiendo el ritmo del agente Jung cuando el moreno emprendió la retirada luego de haberse dado cuenta de que continuar con el enfrentamiento cobraría la vida de aquellos que todavía no sabía si eran culpables o simplemente seguían órdenes. Y él no pensaba cargar con la muerte de nadie en su conciencia.

Yunho volvió a frenar abruptamente cuando vio ante sí a aquel sujeto de apariencia extraña que sin embargo le resultó bastante familiar.

- ¡Bravo! Como humano también eres un formidable guerrero… - Helcar aplaudió varias veces mientras le mira socarronamente.

- No vas a ponerle un solo dedo encima… - el moreno bramó poniéndose nuevamente en guardia, volviendo a unir sus espadas gemelas que apenas unos minutos antes hubiera separado y enfundado nuevamente en su espalda luego de derrotar a los guardias dejándoles heridas debilitantes pero no mortales.

- Es claro que Thalion duerme dentro de ti, hablas exactamente igual que él, defiendes a su amado del mismo modo que lo hizo en varias ocasiones, pero incluso él no fue capaz de proteger a su querido Eithel… - mordaz, viró la mirada hacia Jaejoong, quien permanecía detrás del moreno… - fueron enviados a Aelin-uial por ello, y aún cuando sus almas volvieron a VARDA, ustedes dos volvieron a buscarse con esas palabras de necesidad y complemento, de amor y eternidad, de todo lo que Eru solo le dio a los humanos y que ustedes ambicionaron sacudiendo cada pilar de VARDA a nuestro favor.

- No sé de qué estás hablando, pero no vamos a quedarnos para averiguarlo… - Yunho exclamó con firmeza al tiempo que se lanzaba sobre el de pelo platinado.

Helcar rió divertido, eludía cada ataque de Yunho con absoluta facilidad. Jaejoong permaneció quieto en su sitio, solo observando. Había sin embargo, algo diferente en su mirada. Los grandes ojos negros se perdieron entre memorias de un pasado que no recordaba haber vivido…

Entró, a la vida de Eithel a través de sus ojos…

*****Elfo´s Love*****

VARDA

**Sobre Eithel y Thalion**

ÁLFAR

La primera vez que supo que los latidos de su corazón no seguían los mandatos de Eru y por tanto a TERRA, Eithel sintió una gran congoja que reflejaba inconscientemente en cada una de sus creaciones en Álfar.

El Rey Völundr notaba a su hijo Eithel ensimismado en puntos vacíos del Reino, podía ser al alba o durante el crepúsculo, o vagar por los bosques nocturnos bañados de rocío con los pies descalzos casi flotando sobre los pastos verdes de los acres de territorio gobernado por su familia, iluminado por la luz plateada de la luna silvestre colgando en el firmamento.

- Qué es aquello que tiene inquieto tu corazón, querido hijo mío, si veo la nostalgia y el arrebato mezclándose en el caos de las preciosas gemas que encuentran forma en tus manos y vida en la magia de tu corazón… - el respetable hombre se preguntó a sí mismo, mirando desde el suelo raso de una de las torres de su castillo a Eithel caminar por el Jardín con el mismo semblante absorto de días atrás.

El príncipe de Álfar volvió su mirada al cielo de VARDA, las estrellas esa noche titilaban casi con descuido, el resplandor plateado con que estaban bañadas se derrochaba por los amplios terrenos del reino, y aún así la belleza del elfo seguía pareciendo superior. La perfecta armonía de la silueta atlética de Eithel coronaba la beldad de su reino, no hace falta describir nuevamente su hermosura, ni los rasgos delicados de su fino rostro o la intensidad de sus grandes ojos negros. Es sin embargo la habilidad mágica de sus manos la que puede llamar más la atención de propios y extraños.

Eithel fabrica las más hermosas gemas en VARDA, refulgen como estrellas ahí donde quiera que vayan, son puras y perfectas, inmutables al tiempo y leales como el corazón de su creador. Eithel sin embargo no ha podido forjar más nada en varios ciclos enquië (semana), la razón es sencilla y a la vez compleja. Los latidos de su corazón y el deseo de crear se han ido a alguna parte pero no está en sus pensamientos, ni en sus manos ni en su alma.

El rey Völundr contempló a su hijo perderse entre los espesos bosques del reino más allá del Palacio Real, los largos cabellos bañados de violeta ondearon por el viento antes de perderle totalmente de vista.

- ¿Qué sucede, cariño? – la reina de Álfar, conocida por su poca participación en las actividades reales de su esposo, pero hermosa como sus hijos y afable como los cálidos vientos de verano; se acercó al rey compartiendo el panorama mirando a través de uno de los altos ventanales.

- Eithel. Algo sucede con él y no sé qué es.

- ¿Y es ese el motivo por el que luces taciturno?

- Es el presentimiento que tengo a raíz de ello. Querida, es momento de presentarle a Eithel a su prometida, está en tiempo de iniciar su propia familia y seguir el ejemplo de Falastur, su hermano mayor. No falta mucho tiempo para que inicie mi camino hacia Cuiviénen, mi alma se siente cansada y Las Aguas del Despertar alimentarán de nuevo mi esencia.

- Asumo con pesar que encuentro razón en tus palabras; pero así como tienes un presentimiento que te lleva a solidificar tal decisión, he de confesar los temores que acogen mi alma y me tienen intranquila. Cariño, las decisiones que tomes en adelante, nos alejarán de nuestro querido Eithel.

…………………………

La familia Real se reunió aquella noche. El rey y la reina encabezaron el amplio comedor de la sala en el palacio. A la derecha, Falastur y su esposa Haleth, a la izquierda, Eithel y su hermano menor, Irmo (bautizado con aquel nombre por su sugerente naturaleza anhelante); y hacia el final, una de las familias más influyentes en el reino.

- Sé que conoces a Elwing, nació no mucho después de ti, y como tú, fue bendecida por Eru al conocer la luz de VARDA bajo el rocío de las estrellas. Mi amigo Dior y su esposa Míriel concuerdan con tu madre y conmigo que harán una comunión extraordinaria. Hablaremos de formalizar su relación más adelante, por ahora, comiencen a conocerse un poco más.

El rey Völundr concluyó sin demasiada ceremonia. La unión entre elfos no siempre es regida por ostentosas reuniones o festividades. Y este anuncio de compromiso tampoco parecía ameritar demasiadas atenciones, no cuando el Rey y la reina son conscientes de la tristeza que se apodera de los otrora brillantes ojos de su hijo.

Eithel saludó con respeto a Elwing, la bella elfa sonrió suave y delicadamente a su “prometido”. La cena transcurrió de aquella manera en un ambiente solemne, las triviales conversaciones se sucedieron principalmente entre los patriarcas de ambas familias. La reina intuía sin embargo, que la mayor tristeza para su corazón estaba por llegar.

…………………………

Cirith Ninniach (Grieta del Arco Iris)

Lasselanta, época del año en que las hojas caen, en la que los árboles del Valle Dorado mutan sus colores por tenues plateados y grisáceos. Eithel pasó por aquel Valle en su camino a Cirith Ninniach, donde el encuentro previsto con Thalion llegó.

- Mi amado Eithel… - el elfo de tez morena y ojos marrón abrazó a su amante apenas le vio llegar, estrechando entre sus brazos la delicada figura y besando con ansias esos labios rojos que desde la primera vez que conoció robaron la cordura de su mente fiel a VARDA y a Eru… - qué ha retrasado tu camino que preocupaste mi corazón.

- Temo mi amado Thalion, que encontrarnos otra vez sea imposible. Mi padre ha realizado aquello que últimamente tanto temía y acongojaba mi corazón. Fui comprometido a una elfa de buena familia en mi reino… - los ojos violetas de Eithel le miraron con aprehensión, sus brazos se anclaron a los hombros del más alto y sus labios temblaron presa del dolor ante aquella alternativa tan próxima en su vida.

- Es imposible, Eithel. Eru no puede permitir tal cosa, no después del sentimiento tan profundo que ha nacido entre nosotros… - las pupilas marrón se oscurecieron con amargura. Se aferró a la delgada cintura de su amante y cerrando con fuerza los ojos luchó contra el mar de sentimientos que se arremolinaron en su interior.

- Hay una forma de estar juntos, Thalion. Si me llevas contigo…

- Mi padre no diferirá de las decisiones del tuyo…

- No tienes que llevarme como tu amante…

- Jamás te ocultaría ante mis padres como lo que eres… - la morena mano cayó sobre la nívea piel del pálido rostro… - el hombre que se ha ganado en mi corazón el amor que solo siento por VARDA.

- Tu padre tampoco aceptará que ames con tan fulgor a otro elfo. Te dirá lo mismo que me dijo mi padre, fuimos creados para amar a VARDA, nuestro amor no puede ser entregado con tal devoción a nadie más.

- Entonces huyamos juntos, no volveré a mi reino sin ti, y ni podré soportar que vuelvas al tuyo para unirte en matrimonio a una mujer que no amas, Eithel. Te lo imploro con este corazón que palpita con vida cada amaurëa al alba, y cada undómë en el crepúsculo, y aún en mis sueños; no quieras que separemos el destino que Eru unió aunque nuestros padres no puedan entenderlo.

Eithel, conmovido por la sinceridad de aquellas palabras redujo la distancia entre sus labios besándole con el apremio de toda una vida de necesidad y anhelos. Thalion le abrazó con fuerza pegándole a su cuerpo mientras responde aquella caricia tan sublime que alimenta otro poco el sentimiento que sigue floreciendo en su corazón. Aquella noche sus cuerpos se unieron del mismo modo en que lo estaban sus almas. Juraron amarse para toda la eternidad sin importar los obstáculos que se aparecieran en sus vidas.

Durante algún tiempo ambos elfos vagaron por las tierras de VARDA evitando intencionadamente todo camino entre Álfar y Thidrek, sabiendo a través de los murmullos entre cantos y susurros del viento que ambos reinos les buscan. Sin embargo, no estaban dispuestos a renunciar al otro, porque hacerlo era como perder parte de sus almas.

Sin embargo, después de varios coronári –año solar– transcurrido y de haber bajado la guardia pues confiados estaban a que sus familias les hubiesen olvidado, Eithel y Thalion fueron sorprendidos por sus padres.

- ¡Suéltenme! ¡Padre, no puedes separarnos!

- ¡Basta, Thalion! ¡Es esto una traición, es egoísmo contra VARDA!

- ¡Le amo, padre! ¡Entiendes! ¡Amo a Eithel y sin importar lo que hagas, jamás cambiará lo que siento por él!

- ¡Thalion! ¡Padre, por favor! ¡No hacemos daño a nadie! ¡Eru cruzó nuestros destinos!

- ¡No se hablará una palabra más! ¡Irás a Aelin-uial!... – El rey Völundr dictaminó con voz grave, sentenciando a ambos elfos al destino de las Lagunas del Crepúsculo.

Se tomó entonces el camino más doloroso de sus vidas pues sus almas se negaban en iniciar tal senda. Eithel y Thalion descansaron por primera vez en Aelin-uial.

Pero no sería la única.

Y aún al volver, sus almas terminarán encontrándose pues lo han jurado con la magia de sus corazones elfos.

Amarse por la eternidad.

Y este por ley natural, es imperecedero.

*****Elfo´s Love*****

TERRA

Distrito Songpa-gu

Clínica Privada

“Los corazones humanos se corrompen con facilidad pues sus temores son demasiados y vulnerables al cambio. Por otro lado, también poseen las más hermosas de las cualidades, la esperanza, y la voluntad. La voluntad moldea sus sueños, da forma a sus metas y puede cumplir hasta sus más ambiciosos deseos. El miedo y la esperanza tienen una clara definición entre la energía del yin y el yang; la voluntad, solo se sirve a sí misma sin importar el lado de la balanza que deba favorecer”.

Isil de Aros en Doriath, creía aquello. Lo ha constatado a pesar de que ha pasado poco tiempo entre los humanos. Sin embargo, dudaba mucho que la voluntad fuera suficiente para salvar a Junsu y a Yoochun de los Moriquendi. Grande fue su sorpresa cuando vio con sus propios ojos al chico pelirrojo moverse con agilidad y evitar el ataque de los Moriquendi. La respiración agitada del joven doctor le dejó saber a Isil que era justamente el humano quien actuaba movido por la voluntad de su corazón.

- ¿Es acaso esta la perfecta armonía entre el alma de elfo que habita en su interior y el hombre que nació humano?

Isil no tuvo tiempo para responder su propio cuestionamiento. Junsu gritó el nombre de Yoochun y este casi por inercia e instinto reaccionó antes de que las espadas de los otros espectros le dieran muerte. Los movimientos del pelinegro eran limpios y certeros. Junsu notó en la mirada negruzca de su amante algo diferente. Alguien más estaba ahí.

- ¿Aredhel?

- ¿Eh?

El pelirrojo apenas tuvo tiempo para parpadear cuando ya el pelinegro había sujetado su mano y corrido por los pasillos de la clínica hasta la salida. Los moriquendi no podían morir fácilmente ni ceder en batalla con aquellos débiles ataques.

Junsu sintió una peculiar sensación correrle desde la punta de los dedos entrelazados a la mano de Yoochun y luego aquellas imágenes confusas de escenas desconocidas. Y un solo nombre retumbando en sus pensamientos. Caranthir.

*****

Corea, tal vez Norte, tal vez Sur.

La copiosa y repentina tormenta que cayó sobre la ciudad marcó una diferencia. Helcar casi se arrepintió de haber utilizado tanto de su poder durante su enfrentamiento contra Isil, pues ahora, con Thalion resurgido en Yunho tenía una importante desventaja. Sobre todo considerando el hecho de que se atrevió a amenazar a Jaejoong, Eithel a ojos de Thalion.

- Mi amado Eithel… - la voz de Yunho sonó incluso algo más ronca. Y Jaejoong sintió sus mejillas encenderse al rojo vivo cuando aquel beso se hizo de su boca.

Había algo diferente en este beso.

Y las memorias que golpearan su mente apenas instantes atrás, parecían volver con creces.

*****

Tokio, Japón

ChangMin corrió a abrazarle. No lo pensó, su cuerpo simplemente había actuado por voluntad propia. Ryo no correspondió el gesto, entre la sorpresa por verle ahí y el repentino rencor que le asaltó sin estar plenamente consciente de dónde venía aquél sentimiento, se quedó estático en su lugar.

- Nunca imaginé un reencuentro tan emotivo entre ustedes dos. En VARDA no permitían que sus emociones afloraran. Sobre todo tú, Lórindol, que siempre estuviste tan preocupado por quebrantar tu imperturbable e indiferente personalidad. 

- No sé de qué está usted hablando, señorita. Pero le juro que si no nos deja ir o le hizo daño alguno a Ryo, no descansaré hasta hacerle pagar por ello.

- Me llamo Beyla. Te amé tanto Lórindol; pero entonces le conociste a él y los sentimientos que alguna vez pensé no existían en ti, se los entregaste a él. Amanyar sin embargo siempre fue un dilema en tu vida. Jamás lo comprendí, aún no lo hago. ¿Qué tiene de especial él? ¿Por qué le amaste tanto?

ChangMin y Ryo se miraron entre sí. No es que comprendan del todo las palabras de la mujer. Hay sin embargo, ese latir apresurado causado por la vergüenza, el miedo y la incertidumbre.

- Bien hecho hermana. Es extraño, que incluso en estas circunstancias ninguna de sus almas haya despertado… - habiéndose teleportado con los últimos vestigios de su magia, Helcar llegó hasta el lugar acordado previamente con Beyla… - Creo que tendremos que provocar un poco más a sus portadores…

- ¡Suéltalo! – ChangMin bramó enojado cuando el pelicenizo sujetó a Ryo sin que el morocho hubiera podido evitarlo. Podría jurar que el hombre se había movido a la velocidad del trueno.

- ¿Lo quieres? Ven por él, Lórindol…

Continuará……