Oneshot *-*

De esas cosas raras que empiezo de la nada xD en face lo estaba subiendo pero como lo terminé ya ps lo vengo a dejar acá completo para que se lo lean de corrido ;D o bien, saltarse al punto donde se habían quedado quienes me seguían por face xD

Título: LIVE TOGETHER

Autora: Felina

Parejas: YooSu, YunJae, HayaMin

Género: Romance

Advertencia: Lime

~LIVE TOGETHER~

*****YooSu~YunJae~HayaMin*****

Ese era un día casi normal. ChangMin lo estaba pensando al notar aquellas manchas blancas en su recién comprado sofá negro de piel.

ChangMin no lo sabe, pero intuye cómo llegaron esas “manchas” hasta ahí. Oh, si él supiera…

…flashback…

La fiesta organizada por la empresa para la que trabaja no podía ser para menos bulliciosa. La mayoría de sus empleados son jóvenes adultos que todavía buscan ligar o relacionarse con el sexo opuesto. Por supuesto, tal no es el caso de Park Yoochun, oh no, él prefiere ligar con su mismo sexo. Y hace días que aquel muchacho de las oficinas del piso debajo del suyo llamaba poderosamente su atención.

No le tomó demasiado tiempo descubrir que como él, este chico “bateaba para el mismo lado”; así que todo era cosa de seducir. Claro que, no imaginó que seducir al chico fuera tan “fácil”. Unas cuantas copas, unas cuantas canciones en la pista y ese susurro con su voz más ronca y varonil invitándole…

- ¿Vienes conmigo? – sencillo y directo. Yoochun estuvo seguro de que el muchacho había comprendido la intención de su proposición. Así que no tuvo reparo en atacar los labios rosaditos apenas se internó en el departamento.

El muchacho le respondió de inmediato, era algo torpe pero muy decidido. Yoochun pronto captó los hechos, este chico no es precisamente experimentado. Algo se agitó en su interior con expectativa. La idea de estar con alguien quizá virgen le ponía algo más y al mismo tiempo le hacía sentir “responsable”. No había sin embargo demasiado espacio en su cerebro para pensar, entre el alcohol que le circula por las venas y la excitación al ir descubriendo el perfecto cuerpo de su nuevo amante, le tenía bastante entretenido.

- ¡Ahhh! – ganó ese primer gemido y a partir de ahí, le vinieron muchos más. Todo un concierto de graves y agudos gemidos que fueron inundando la estancia. A Yoochun los sentidos solo le dieron para llegar hasta ahí. Instó a su acompañante a arrodillarse sobre la piel del sofá negro y luego le separó los firmes glúteos, firmes y apetecibles a la vista de cualquiera… - ¡Yoochun ngh!

El gemido incómodo le despertó lo suficiente para detenerse antes de continuar, su erección hinchada tendría que esperar. Se inclinó sobre la cadera del chico y lamió el anillo de carne llenándole de saliva, luego uno a uno tres de sus dedos se fueron haciendo de espacio ahí dentro. Apretado y caliente, así era como se sentía el interior del muchacho, Yoochun gimió ahogado y mareado, ¡maldito licor! De haber sabido que necesitaría más cordura para tener relaciones con este chico, no se habría tomado prácticamente el triple de lo que su acompañante consumió.

Tan sumido en su repentino vórtice de placer, que nunca escuchó al chico advertirle que estaba por correrse, ni le dio tiempo de hacer nada al respecto que el semen del muchacho terminó derramándose sobre el sofá. El chico cerró los ojos con fuerza entre avergonzado, extasiado y cansado mientras sentía las últimas estocadas de Yoochun llenando su interior.

Después de eso el cuerpo de Yoochun descansó algunos instantes sobre la sudada espalda de su acompañante, lo suficiente para tener algo de control sobre sí y avanzar a la habitación. No tenía suficiente aún, quería marcar todavía el cuerpo del chico, demasiado dulce, sexy, perfecto.

…flashback…

- Park Yoochun!!

- Shh no grites ChangMin, Él aun duerme… - el nombrado se apareció por el pasillo de las habitaciones, con el pelo revuelto y la clara pinta de un hombre con resaca.

- ¿Él? ¿Quién Él? Cuantas veces tengo que decirte que no traigas a tus amantes aquí - espetó malhumorado.

- Que bajes la voz, joder. Tengo resaca - el de cabellos azabache se quejó camino a la cocina. Necesita unas aspirinas urgentemente.

- No es mi culpa que estés con resaca. Y más te vale que saques a ese "alguien" quien sea que esté aquí, mil veces te he dicho que este departamento no es para tus aventuras sexuales.

- ¿Qué pasa contigo que estas tan gruñón? ¿No habías salido con Hayami? O es que pasaron la noche platicando nada más y no tuviste tu propia, aventura sexual, como tú llamas al sexo.

El de cabellos oscuros, más alto y delgado, fulminó con la mirada a su amigo, comenzaba a arrepentirse de haberlo recibido hace un par de meses para apoyarle en su "mala racha económica". Según ChangMin, no son personas que puedan vivir bajo el mismo techo, no con los "hábitos nocturnos" del peliazabache.

Park tomó sus aspirinas y cuando estaba por volver a su habitación, ChangMin lo jaló y sujetó de la camiseta de resaque encarándolo, pero antes de comenzar con su letanía de prohibiciones...

- Yoochun...- la voz dulce y adormilada del "visitante" llamó la atención de ambos.

El chico de cabellos teñidos en un peculiar tono rosado que aparecía en el umbral de la habitación del peliazabache con solo la camiseta de este y las torneadas piernas desnudas, robó el aliento de Yoochun -y de paso le recordó por qué había ligado con este muchachito tan tierno como sexy- en tanto que el morocho soltaba a su amigo entre refunfuños y maldiciones. A su modo, a ChangMin le daba vergüenza este tipo de situaciones topándose con el amante de su amigo.

- Junsu…- carraspea y se dirige hacia el pelirosado… - vamos, te llevaré a tu casa… - sonríe galante y obtiene ese sonrojo del pelirosado. Se adentran en la habitación y ChangMin opta por salir otra vez. Conociendo como conoce a su amigo, es perfectamente capaz de montárselo aunque él esté ahí.

- Pensé que vivías solo…- el pelirosado murmura avergonzado ahora que ha despertado del todo y es consciente de la presencia del chico alto…

- Pronto volveré a hacerlo, quizá dentro de un par de semanas. Tal vez quieras ayudarme a buscar departamento...- ofrece y ve al pelirosado abrir y cerrar la boca varias veces sin decir nada mientras termina de vestirse…- quiero que sepas que anoche contigo no fue solo un ligue para mí. Realmente me gustas mucho, Junsu…

-Gracias. Tú también me gustas mucho, Yoochun...- sonríe tiernamente y recibe a cambio esos labios gruesos que sensuales se hacen de los suyos. Igual que anoche. Y el pelirosado siente como otra vez se le va el aliento en aquel profundo beso.

Definitivamente.

La historia apenas ha comenzado.

--//--//--//--//--

ChangMin subió a su automóvil sin idea de a dónde ir, anoche había discutido con Hayami –su novio y prometido– por cualquier tontería y no tenía ganas de “reconciliarse” con él aún. Oh bien, es que no tiene todavía el valor –está haciendo una especie de “berrinche” aunque no lo admita– de enfrentarlo y “perdonar” el “pecado” cometido. En otras palabras, no está listo para disculparse con su novio japonés por estar trabajando en un programa de televisión como chef y tener tantas fans que incluso le envían regalos subliminales.

- Debe ser el anuncio del apocalipsis…

- No estoy de humor, Jaejoong… - gruñó al teléfono, casi arrepentido de haber llamado a uno de sus amigos. Mayor que él y con un peculiar comportamiento que a veces le hace recordar demasiado a su madre.

- ¿Es que debo encontrar eso raro en ti?... – el hombre al otro lado de la línea recibió un gruñido por respuesta… - Está bien, a qué debo el honor de tu llamada…

- Invítame a desayunar…

- Yunho ah vendrá también a mi casa…

- Está bien, puedo lidiar con ustedes en plan “manita sudada” y besos, pero no con Yoochun en MI departamento con un amante nuevo.

- ¿Yoochun ha salido con alguien más?

- Sí, y el chico en cuestión aún estaba en mi departamento. Tiene pinta de chico lindo.

- No me extraña que haya atrapado a Yoochun entonces.

- De qué hablas, si el idiota ese solo había tenido amantes más bien de mala pinta.

- Por eso. ¿ChangMin estás seguro de que vives bajo el mismo techo que Yoochun? Todavía no has aprendido a conocerle… - una risita y otro gruñido del morocho… - Quizá este “amante” no sea solo eso, Yoochun es todo lo que quieras pero jamás habría dejado que un ligue suyo durmiera en tu departamento, ni siquiera en el suyo antes de que lo perdiera.

- ¿Insinúas que Yoochun tiene una relación seria?

- Tal vez.

- Doble problema, ¡quiero que deje mi departamento! Él es un pervertido y no quiero enterarme de sus intimidades… - refunfuña avergonzado y evita mirar el reflejo de su rostro ceñudo y colorado en el espejo retrovisor.

- Descuida, sé que Yoochun está en eso, pronto se mudará y todos felices de nuevo. Ahora date prisa o te dejo sin desayuno Minnie~

El morocho gruñó y dobló a la izquierda en la siguiente calle. Se pateó mentalmente por andar conduciendo automáticamente rumbo al trabajo de su prometido.

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- Hayami-san…

- Lo siento de verdad, pero estoy comprometido…

Mokomichi Hayami acababa de rechazar a otra chica esa mañana. El hombre de origen japonés sonrió caballeroso y continuó el camino al set de grabaciones. Estaba curioso en el motivo por el cual su prometido se había mostrado tan renuente a aceptar este trabajo suyo. En el fondo le gustaba esa forma tan caprichosa de ChangMin de mostrarle celos y cariño, pero le preocupaba que con el tiempo se hirieran.

*****YooSu~YunJae~HayaMin*****

No, definitivamente también era mala idea estar ahí. ChangMin estaba pensando en ello mientras veía a Yunho y Jaejoong besarse con absoluta libertad delante suyo. ¡Si hasta parecía examen bucal!

- ¿Desde cuándo eres dentista, Yunho? – el morocho gruñó casi sin darse cuenta, su inconsciente le había traicionado y el pensamiento en su cabeza había aflorado casualmente de su boca.

El mencionado se separó de su novio sin importarle que un hilillo de saliva escurriera en sus mentones o que sus labios lucieran absolutamente mojados por la pasión con que acababan de besarse. El moreno sonrió divertido, mientras el morocho mosqueado y con ganas de golpearle su atractiva cara miraba para otro lado fingiendo indiferencia; y Jaejoong, con esa risita cantarina tan suya se levantaba rumbo a la cocina por algo de postre aunque aún fuera demasiado temprano y el desayuno hubiera sido más que suficiente, él sabe que ChangMin es así, cuando está molesto por algo –sobre todo si Hayami tiene que ver– le da por comer cosas agridulces y él ha preparado un rico pie que seguro le encantará.

- Suéltalo ya, qué hizo el “pobre” de Hayami que estás con un humor más agrio que de costumbre… - el moreno sonrió entre divertido y comprensivo.

Después de todo el morocho no es precisamente una persona fácil, si el moreno hasta se había extrañado al enterarse de que la relación del morocho con el japonés iba tan bien que se comprometieron. No porque crea que es imposible amar al morocho, difícil definitivamente (el amor es así en muchas ocasiones, por no decir que siempre); sino porque ChangMin había comenzado a salir con Hayami de una forma precipitada

- No te incumbe… - le gruñe hosco. Y Yunho lo veía venir, el morocho rara vez abre su corazón, parece que prefiere guardarlo en una coraza de personalidad arisca.

- Ya sé que no, pero de todos modos es mejor que lo escupas, luego puedes agradecerlo si quieres… - le sonríe todavía con aquel gesto que raya en la diversión y el afecto, como le hablaría un hermano mayor.

Jaejoong vuelve con una bandeja y el pie que preparó anoche, entrega una rebanada a cada uno –siendo consentidor con ChangMin pues le ofrece una más grande sabiendo que éste no rezongará por hacerle ver como un tragón–. El morocho come un par de cucharadas antes de animarse en hablar, de todas maneras ellos son sus amigos, puede confiar en ellos y tolerar los llamados de atención que seguro caerán cuando se confiese.

- ¿Alguna vez el otro ha hecho algo que les haga sentir muy celosos?

La pregunta les pilla por sorpresa. Es que en realidad es difícil imaginarse a ChangMin celoso. Porque los celos son muestra de inseguridad, y el morocho siempre luce tan seguro. Además, Hayami no es alguien coqueto y no hace otra cosa más que agradar a su prometido, aunque claro, tenga esa forma tan peculiar de estar a su lado, peleando de tanto en tanto y devolviéndole sus dosis de sarcasmo. Jaejoong y Yunho se miran entre sí, por supuesto que han sentido celos, sobre todo cuando comenzaron su noviazgo hace ya más de tres años.

- Antes. Ahora no tanto, porque nos conocemos más y sabemos cómo evitar hacer o decir cosas que puedan molestar, herir o poner celoso al otro… - Jaejoong señaló.

- No quiere decir que finjamos o que dejemos de ser nosotros mismos. A veces simplemente no se pueden evitar los celos, y no es necesariamente que el otro haga algo intencionadamente para provocarlos… - Yunho continuó.

- Me molesta el trabajo de Hayami, me molestan todas esas mujeres alrededor de él diciéndole mil halagos y tratando de metérsele hasta por los ojos. Me molesta y me producen celos, me siento rabiar cuando le veo llegar con algún nuevo obsequio de sus fans y él solo sonríe e intenta besarme diciendo que no tengo que preocuparme y todas esas cursilerías de amarme que de repente le brotan de la boca.

- Tal vez tengas que escucharle. O tal vez también tengas que decirle cómo te sientes… - Jaejoong aventuró con gesto materno. Era tan extraño ver a ChangMin así de vulnerable, aunque con el ceño fruncido, sus ojos oscuros dejaban ver claramente el miedo a perder a su prometido.

- Hayami no te habría propuesto matrimonio si no estuviera seguro de que su amor por ti es muy fuerte. No es que tengas saliendo con él apenas un par de meses… - Yunho aportó.

- Tampoco es que tengamos siquiera el año saliendo. Jaejoong y tú llevan más de tres y no están comprometidos aunque se aman, o eso dicen.

- Nos amamos… - afirmaron al unísono los mencionados.

- Como sea. ¿No debería Hayami comprender con mi solo comportamiento que no quiero que trabaje ahí? Tanta gente mirándole por televisión no es de extrañar que lo quieran o se enamoren de él, siento como si a él le gustara esa atención, como si no le importara más nada que su popularidad y recibir esos obsequios de sus fans y los montones de propuestas, incluso indecorosas, que le llegan por mail y cualquier otra forma de comunicación que se te ocurra.

- Creo que te estás ahogando en un vaso de agua, ChangMin… - el moreno dijo con algo de rudeza… - Estás sacando conclusiones por tu cuenta sin preguntarle, sin decirle nada claro. Los hombres somos así deberías saberlo dado que eres uno, necesitamos que las cosas se nos digan tal cual son a menudo, no podemos comprender las indirectas por más directas que puedan parecer.

- Yunho tiene razón, ChangMin ah; tener pareja no es sencillo, no es solo cosa de estar enamorados y llevársela bien. Creo que lo sabes, y creo que también tienes miedo de lo que sientes. Tal vez no estás listo para tanto amor…

Las palabras de Jaejoong finalmente hicieron eco en los pensamientos del morocho. Quizá es verdad que no está listo. Pero entonces ¿Por qué aceptó casarse con Hayami?

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Yoochun aparcó el auto en aquel vecindario en la zona centro de la capital, los departamentos en venta de ése edificio han llamado su atención; y además, Junsu vive cerca. El peliazabache bajó entusiasmado, se recargó en el cofre de su auto y miró su reloj de muñeca, ha llegado cinco minutos antes, pero Junsu no tardará en llegar. Le genera una particular emoción saber que mirará departamento con el pelirosado, es como… ¡Wow! Una sensación difícil de explicar y nueva para él.

- Yoochun ah… - la voz de su “novio” tiene su atención apenas le escucha… - has llegado temprano…

- Tú también, pero eso no importa, vamos… - sujeta su mano y casi le hace correr hasta la entrada al edificio.

Junsu sonríe sonrojado y más cuando Yoochun le besa porque sí a medio camino en el lobby. La gente no presta cuidado, parece que no es tan raro ver a dos chicos besarse, o tal vez es que otra vez su tono de cabello le hace lucir demasiado femenino como para reparar en su masculinidad.

Está ahí la señorita que le mostrará dos departamentos en el lugar, les recibe con una sonrisa y pronto comienza el recorrido. Yoochun fantasea, se siente como si estuviera caminando con su prometido eligiendo su primer nido de amor. Sonríe bobamente y se da cuenta de lo que le pasa.

Se ha enamorado.

Hasta la última célula de su organismo, está enamorado de Kim Junsu. Con todo y que no tiene ni una semana saliendo con él; aunque sí varios mese conociéndose –venga, que tampoco es que antes de aquella noche en la fiesta de la empresa para la que  trabajan hayan intercambiado demasiadas palabras, uno que otro saludo y miradas–.

- Entonces, ¿le ha convencido alguno de nuestros departamentos, Sres. Park?

- ¿Eh? ¿Sres. Park? ¡Oh no! Él y yo no estamos casados… aún – el pelirosado murmura por último con el rostro arrebolado de carmín.

- Acaba de arruinar mi sorpresa, señorita… - el peliazabache sonríe pícaro y despreocupado vuelve a besar a su “novio” sin importarle ni un ápice la presencia de la mujer.

- ¿So…sorpresa? – el pelirosado cuestiona entre avergonzado y asombrado. ¿Acaso Yoochun pensaba proponerle matrimonio? ¡Pero si apenas se conocen! ¡Y ni siquiera son novios! Cabe señalar sí, que el seductor peliazabache no se le ha declarado ni ha hecho ningún intento por formalizar la relación. Y Junsu ha estado esperando eso desde que tuvieron su primera noche en la intimidad… ok, ok; desde la mañana después de esa noche en la intimidad cuando Yoochun dijo gustar mucho de su persona.

- ¿Qué? ¿No te gustaría? ¡Porque hacemos una excelente pareja! ¿Verdad, señorita? – exclamó emocionado, con mirada brillante y esa sonrisa en los labios que parece se le ha escapado a cada gesto en su rostro.

- Por supuesto, una pareja extraordinaria… - convino la mujer con amabilidad. Claro que, para ella mejor darle por su lado al cliente. Esto podría ser un trato cerrado hoy.

- Esto, yo… Yoochun ah, ¿podríamos hablar a solas un momento?

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Hayami llegó temprano a su departamento aquella tarde, había terminado de hacer las grabaciones para su programa y la sesión de fotos para su próximo modelaje había sido pospuesta para el fin de semana, así que tenía tiempo para preparar una suculenta cena e invitar a su prometido a casa.

- No puedes venir, por qué no…

- Estoy algo atareado y atrasado con algunos proyectos. Nos veremos luego, Hayami…

- ¿Qué sucede contigo, ChangMin?

- ¿Por qué lo preguntas?

- ¿Te parece poco? Llevas una semana evadiéndome, sé que estás molesto por mi trabajo pero te recuerdo que desde que nos conocimos estoy en esto, ya era modelo y ya era chef y ocasionalmente actor; así que te agradecería que me dijeras que es lo que está pasando por tu cabeza, no soy adivino para averiguarlo así nada más.

- Creo… creo que debemos romper el compromiso, fue precipitado de todas maneras de mi parte aceptarlo…

Lo siguiente que Mokomichi escuchó. Fue el tono de la llamada terminada al otro lado de la línea.

*****YooSu~YunJae~HayaMin*****

Hayami salió a prisa de su departamento rumbo al trabajo de ChangMin, donde suponía debía encontrarle a esa hora del día; sin embargo la señorita de la recepción de las oficinas le anunció que el morocho se había tomado el día libre. El japonés le marcó nuevamente a su móvil pero este le mandó directamente a buzón de voz. Le estaba evadiendo. Aún así, sabiendo que no podía darle espacio a tomarse aquello de tal manera, el japonés tomó rumbo al departamento de su prometido.

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Yoochun le prestaba su total y absoluta atención. A Junsu eso le quedaba claro pues las orbes negras estaban bien clavadas en sí. Tan profunda mirada que le puso inquieto y por un momento hasta se le olvidó lo que pretendía decir.

- ¿Qué departamento te gustó más? ¿Prefieres que sigamos buscando? – el peliazabache sonrió emocionado, demasiado según pensaba en ese preciso instante el pelirosado. Es que pareciera que llevan años saliendo y finalmente han dado el gran paso de la convivencia en común. La sola idea le hizo temblar inseguro.

Ellos no llevan ni un mes saliendo.

Ni siquiera están saliendo.

- Yoochun ah… - aclara la garganta y se mueve inquieto. La señorita permanece a la entrada del departamento, ellos al final de la estancia cerca de la ventana. Todavía no siento tener la suficiente privacidad… - Creo que... creo que debes tomar la decisión que te guste más, es tu departamento el que vas a comprar.

- Nuestro.

- No Yoochun ah. Tuyo.

El peliazabache le miró con marcada confusión. Algo en su pecho se agitó incómodo, casi con dolor.

- ¿No quieres vivir conmigo?

- Sería precipitado hacerlo. Ni siquiera estamos saliendo.

- ¿No? – Cuestiona incrédulo… - Claro que estamos saliendo, hace una semana… - puntualiza cual si estuviera hablando con un niño.

- No estamos saliendo.

- Que sí.

- ¿Cuándo se supone que me lo pediste que no lo recuerdo? – el pelirosado hizo un curioso mohín de disgusto.

- Pues… - el peliazabache se rascó la base de la nuca y sonrió coqueto… - ¿Necesitaba hacerlo?

- ¡Yah! ¡Claro que sí, babo! – el pelirosado golpeó el pecho de su “novio” e hizo un puchero. Yoochun pensó que así se veía incluso más adorable y se preguntó si es que cada día lo encontraría más bello con cada uno de sus gestos.

Esto definitivamente tenía que ser amor.

¡Su primer amor!

- Ok, ok… - levantó las manos en señal de rendición y al segundo las bajó para tomar las del pelirosado entre ellas y mirarle intensamente a los ojos… - Aunque pedirte esto ahora retrasará mi otra petición… - las mejillas del pelirosado se tinturaron de rojo… - ¿Quieres ser mi novio? ¡Pero que quede claro que tenemos una semana saliendo ya! – exclamó emocionado, todo sonrisas.

Enamorado.

Hasta la médula.

De un chico lindo de cabellos rosados, mirada chocolate y labios tibios.

- Sí… - Junsu susurró más que avergonzado. Dejándose abrazar con fuerza por su (ahora formalmente) novio.

- ¿Cuál departamento vamos a quedarnos entonces?

- ¡Es pronto para vivir juntos! >///<

- ¿El primero o el segundo?

- ¡Yoochunnie!

- Creo que deberíamos buscar más~

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Cuando ChangMin abrió la puerta de su departamento y estuvo por lanzar maldiciones a diestra y siniestra a Yoochun por dejar su baño hecho un asco, el morocho se tuvo que tragar todas las palabras que tenía pensadas porque sus ojos no repararon en la molesta figura de su amigo, sino en…

- ¿Qué haces aquí, Hayami?

- ¿No debería ser yo quien preguntara eso? ¿Se supone que estarías trabajando? ¡Pero no! Voy a tu trabajo y me llevo la sorpresa de que el señorito pidió el día porque se sentía demasiado indispuesto… - el japonés frunció el ceño y entró al departamento de su prometido así éste no le hubiese invitado a pasar… - ¿Vas a decirme por qué quieres terminar nuestro compromiso?

- Porque sí y ya… - el morocho le gruñó cruzándose de brazos y sin apartarse de la puerta. Oh sí, tenía pensado correrle. De una patada en el trasero si era necesario.

- Qué clase de respuesta tan absurda es esa…

- Si no te gusta no es mi problema.

- ¿Qué sucede? ¿Te enamoraste de alguien más y recién vas a increpármelo en la cara? – el japonés escupió con recelo. La idea le quemaba en la boca del estómago.

- Sabes bien lo que pienso del enamoramiento así que no me fastidies con eso.

¡Correcto! Para ChangMin el amor es una cuestión química que afecta al cerebro y hace reaccionar el cuerpo. ¡Por eso él no se enamora!

- Cierto. Entonces, ¿qué hacías saliendo conmigo y aceptando por principio de cuentas casarte conmigo? Una parte de mí mente había pensado que finalmente te había hecho cambiar de parecer respecto a esta cosa tan absurda llamada sentimientos.

ChangMin abrió y cerró la boca varias veces en un fútil intento de responder. ¡Joder! ¡Él tiene la respuesta! ¡Por qué mierda no la dice! Y ahí, las memorias de cómo se conocieron.

……flashback……

Yoochun le había estado fastidiando, metiéndose con su orgullo y como era de esperar –incluso Jaejoong y Yunho lo vieron venir con cierta diversión bailándoles en los ojos–, ChangMin terminó aceptando el “reto” de su amigo peliazabache.

- Ligar no es tan difícil… - gruñó entre dientes mientras recorre el bar en busca de algún “prospecto” de conquista.

No es que a él se le dé mucho esta faceta de conquistador. De hecho, no sale a menudo así que no tiene demasiada experiencia en el arte de ligar. ¡Ni siquiera le gusta ligar! Se basta solito, no necesita irse a la cama con cualquier imbécil –según descripción puntual en los pensamientos del morocho cada que se entera que Yoochun ha salido con alguien diferente– cuando su mano todavía le es útil y libera morbo en los videos que se puede encontrar tan fácilmente en la web.

Su vida sencilla está muy bien de aquella manera. Pero claro, ¡Yoochun tenía que fastidiarle y “obligarlo” a hacer esto!

- Maldito Yoochun, me las pagarás luego… - volvió a gruñir y finalmente su mirada se topó con una chica atractiva que parecía esperar oportunidad para liarse con cualquier tipo. Caminó hacia ella pero a unos cuantos pasos se arrepintió. No le generaba interés alguno en realidad.

Gruñó y volvió a vagar la mirada en busca de alguien que por lo menos le “moviera el piso”, que le hiciera sentir algo de atracción o química. ¡Lo que sea!

- Lo siento.

- Fíjate por dónde vas, baka.

Por supuesto, su primer romance no podía comenzar tan normalmente como cualquiera quisiera. ¡Esto ni siquiera debía haber sido un romance! Sin embargo, cuando ChangMin vio al hombre al que acababa de insultar –y con quien por cierto chocó él por no mirar con atención– algo se removió inquieto en su estómago. ¡Y no era hambre!

- Fuiste tú quien chocó conmigo y eres el ofendido… - el apuesto joven sonrió con burla. El morocho bufó por lo bajo y sin decir nada pero fulminándole con la mirada, le pasó por un lado.

Ya no tenía ganas de ligar. ¡Y que Yoochun se vaya a la mismísima mierda! Obviemos el grado de molestia en que el morocho se encontraba motivado por la frustración y una serie de sensaciones que no iba a detenerse a analizar. Caminó rumbo a la salida sin percatarse de que el otro le sigue los pasos.

- ¿Te vas tan pronto?

- ¿Qué?... ¡No te incumbe!

- Lo sé. Pero es raro. Generalmente la gente que viene a los bares lo hace para divertirse, liberar un poco de estrés y hasta ligar. Y no creo que tengas más de media hora aquí pero parece que te vas ya.

- Insisto, qué te importa si me largo o no.

- Te invito un trago.

- No me interesa.

- ¿Un café?... – fue entonces que el hombre le sonrió diferente. En aquel momento el morocho no supo descifrar lo que esa sonrisa le inspiró. Sin embargo, sabe que de sus labios salió una avergonzada afirmación en medio de un gruñido.

- Mokomichi Hayami…

- Shim ChangMin…

Y que cuando salieron juntos presentándose, su vida cambió totalmente.

……flashback……

- No estoy listo para el matrimonio… - finalmente el morocho admitió sin poder ocultar también la vergüenza que le daba aceptarlo delante de su novio.

- Voy a aventurarme a preguntar. ¿Por qué crees que no estás listo? ¿Es porque no me quieres?

- ¡No se trata de eso!

- ¿Entonces sí me quieres?

- No me hagas decir cursilerías… - gruñó.

- No tenemos que casarnos de inmediato, podemos posponer la fecha si quieres. Tampoco necesitamos romper el compromiso. ChangMin ah, Te Amo…

Cuando Hayami dijo esas dos palabras, el morocho sintió esa revolución de –estúpidos– aleteos en su vientre que le hacía sentir tan miserablemente vulnerable, que no podía evitar que sus morenas mejillas se bañaran de rubor. Ni evitaba tampoco el abrazo de su prometido o devolverlo con algo de torpeza y ansiedad.

- Sigo molesto por tu trabajo… - gruñó escondiendo su rostro en el cuello de su prometido, aspirando el aroma varonil de su colonia. La que él le había regalado cuando cumplieron medio año saliendo. Por alguna razón saber que desde entonces es la única que usa le hizo sentir contento.

- Sigo amándote. No rompas nuestro compromiso… - acarició la espalda del morocho y besó su cuello, esa porción de piel cerca del inicio del hombro que tenía al alcance.

- Está bien… - susurra con aire derrotado. Una derrota que le sabe a victoria… - Te… “eso”, Hayami no baka…

Mokomichi sonrió. No lo esperaba de otro modo. Pero aún espera un día escucharle decirlo. Le separa lo suficiente para besarle, para apropiarse de esos labios toscos que suelen responderle algo rudamente, salvajes. Besos que despiertan su pasión, sus ganas de marcarle hasta el último recoveco.

*****YooSu~YunJae~HayaMin*****

Yunho estaba en el departamento de Jaejoong –para variar– tomando un vaso de agua antes de salir a cenar como han quedado. Hoy es aniversario de noviazgo, cuatro años de relación con altos y bajos que han fortalecido el vínculo que les ata.

- El otro día Yoochun me llamó. Quería que lo acompañara a mirar anillos de compromiso… - el moreno se atoró con el agua y terminó escupiendo sobre su novio… - ¡Yah! Ahora tendré que cambiarme de nuevo y llegaremos tarde, podríamos perder la reservación en el restaurante… - el bello joven pelioscuro bufó indignado por la suerte de su vestimenta. Ahora tendría que buscar un atuendo diferente.

- Bueno JaeBoo, no puedes soltar ese tipo de noticias así como si nada… - el moreno caminó tras de su novio mordiéndose el labio inferior. Como su novio se molestara esa noche él podría no tener derecho a tocarle.

- Lo sé. A mí también me tomó por sorpresa cuando lo dijo al teléfono. Pero no por eso me estampé a media calle.

- ¿Para qué quería ver anillos de compromiso?

- ¿Para qué se supone que son los anillos de compromiso?... – Jaejoong devolvió la pregunta mientras buscaba en su armario algo decente qué ponerse.

- Para casarse. Por eso te pregunto, para qué quería ver Yoochun anillos de compromiso… - el pelioscuro se volteó para mirarle, una ceja elevada en gesto de indignación… - ¡Oh por dios! ¿¡Yoochun quiere casarse!?

- Ya sé que a todos nos puede pillar por sorpresa que Yoochun tenga pensado casarse, pero…

- ¿Tomar por sorpresa? No es solo eso JaeBoo, ni siquiera sabía que él estaba saliendo con alguien.

- ¿Recuerdas el chico del que nos habló ChangMin el otro día cuando desayunó con nosotros?... – el moreno asintió… - pues parece que es el afortunado ganador del corazón de nuestro Yoochun.

- Eso fue hace una semana.

- Así es.

- ¡Y Yoochun ya quiere casarse con él!

- Parece que sí.

- ¡Ni siquiera no lo ha presentado!

- Nos invitó a cenar el sábado, para presentárnoslo oficialmente. Creo que piensa proponerle matrimonio ese día… - el pelioscuro casi hablaba casualmente mientras se desabotonaba la camisa para reemplazarla por otra limpia y seca.

- Yoochun está algo idiota si piensa hacer algo así tan precipitado. ¿No decía ChangMin que este chico era una “aventura” más para Yoochun? – el moreno reflexionó aunque sus ojos cafés estuvieran pegados a cada movimiento de Jaejoong. A sus dedos cuando deshicieron cada ojal, a sus manos al retirarse la prenda, en su torso desnudo níveo y atractivo. El moreno tragó hondo, no le importaría perder la reservación en el restaurante a cambio de “cenarse” a su novio. Ahí abajo entre sus piernas una parte de su anatomía comenzaba a despertar.

- Dejemos de pensar en lo loco y precipitado que suena todo en torno a Yoochun y su futuro prometido. ¿Tú no lo has pensado?

- ¿Pensar qué?

- ¿Casarnos?

Yunho finalmente despegó su mirada de las manos de Jaejoong, el último botón de la camiseta de seda ha quedado sin colocarse en su sitio y el largo cuello luce demasiado tentador, la clavícula al descubierto seductora a ojos de cualquiera. Sin embargo, el moreno le mira a los ojos, esos grandes ojos negros que parecen de pronto impacientes, expectantes, curiosos.

- ¿Quieres casarte?

- No es solo que lo quiera. Te pregunto si tú lo has pensado, Yunho.

- ¿Sinceramente? – el pelioscuro asintió… - No.

- Estamos cumpliendo cuatro años de relación. ¿Aún no te sientes seguro de nosotros?

- Que haya pensado o no haya pensado en casarnos no tiene que ver con sí me siento seguro de lo nuestro o no. Simplemente no lo había contemplado. Sabes que Te Amo, JaeBoo, un papel de por medio no es lo que importa.

- ¿Y por qué no vivimos juntos al menos?

- Creí que te gustaba demasiado tu espacio. Tu lugar. Vivir juntos significa que tendremos que acoplarnos a muchas cosas. Cambiar esto o aquello. Es diferente a tener cada uno nuestro propio departamento, nuestras propias reglas. Vivir juntos será conocernos mucho más de lo que ya lo hacemos. No me importaría vivir contigo si así lo quieres, tampoco me importaría casarme contigo si así lo deseas. Te Amo, Jaejoong ah, y estoy dispuesto a absolutamente todo por ti.

El pelioscuro se quedó boquiabierto con aquellas palabras. A pesar de los años viviendo juntos, de los detalles románticos que en muchas ocasiones el moreno ha tenido con él. Saber esto, escucharle decirlo con tal seguridad, simplemente ha derretido su corazón.

- Sabía yo que por algo te amo con tanta locura, Yunho ah… - el pelioscuro se le fue encima, devorándole de repente con pasión, pegándose a su cuerpo y enlazando su lengua con aquella que sin dudar le responde con la misma intensidad y un poco más.

Sí, definitivamente alguien perdería la reservación esa noche.

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Yoochun arrastraba a Junsu a cada cosa nueva que hacía desde que está amueblando su nuevo departamento. El que será de los dos, según insiste el peliazabache.

- Esto es lo último que nos hace falta. Y lo más importante ¡la recámara!... – Park jaló al pelirosado por aquel piso… - ¿Te gustaría un color en particular? ¿Tal vez algún diseño? ¿Prefieres que busquemos una moderna, o algo rústico?

- Yoochun ah… ¡Yoochun basta, por favor! – el exasperado llamado atrajo la atención de otros clientes en el local. Junsu se sonrojó en respuesta, mientras que el peliazabache le miraba casi dolido por el repentino grito desesperado de su novio. El pelirosado suspiró y trató de ordenar sus pensamientos, lo poco que en realidad su novio le estaba permitiendo con ese ir y venir que le hace sentir en medio de un torbellino… - Voy a decírtelo por última vez, estoy acompañándote para que compres tus muebles de tu departamento. No voy a mudarme contigo.

- ¿No te gusto, verdad?

- Claro que sí.

- Pero no estás enamorado de mí… - el peliazabache susurró con voz temblorosa.

- No lo sé. Todo ha sido demasiado apresurado desde la primera noche que nosotros… - carraspea avergonzado… - Escucha, fue genial el sexo, eres un chico muy… romántico y seductor, pero no creo que el amor nazca tan rápido, sin conocernos. Si acepto ir a vivir contigo ahora, así nada más, a dos semanas de estar juntos; sería una locura. Una locura de la que podríamos arrepentirnos después, Yoochun ah.

- Salí con muchos chicos antes de ti. Quiero decir, tuve muchas aventuras antes de conocerte. Mis amigos tampoco lo creen, pero de algún modo esperaba que tú sí lo hicieras, que te sintieras igual que yo. Eres el primer chico que me hace sentir así. Eres mi primer amor… - el pelirosado se sonrojó como termostato por lo directo de aquella confesión… - Te has enamorado antes, ¿verdad? No sientes eso por mí porque ya lo conociste. Tal vez aunque nos conozcamos, no te enamores de mí de todas formas.

- ¿Por qué eres así? Siempre sacando tus propias conclusiones sin dejarme responder u opinar… - el pelirosado resopló molesto, se acomodó el flequillo e hizo ese gracioso mohín de disgusto que le hace lucir adorablemente molesto… - Te he dicho que me gustas, y si tuve sexo contigo no fue solo porque eres un chico demasiado atractivo e irresistible, sino porque desde antes cuando te veía en la compañía ya me hacías sentir algo azorado, así que en cierto grado puedo decir que te quiero. ¿Enamorarme de ti? ¡Claro que puedo hacerlo! Seas o no mi primer amor, puedo enamorarme de ti, pero necesito tiempo. ¡Entiendes, tiempo! – chilló por último, con las mejillas rojas y sintiendo de pronto calor. Oh sí, es la vergüenza.

Yoochun sonrió complacido.

- Entonces, ¿cómo será nuestra recámara baby?

- ¡Park Yoochun >///<!

- Tendrás tiempo para enamorarte de mí mientras vivimos juntos.

- ¡No me escuchas!

- Te escucho. Y Te Amo, Junsu ah.

- Aigoo~ u///u

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- Disculpen señoritas, mi novio espera… - Hayami sonrió amablemente a las chicas que le rodeaban cada vez terminando las grabaciones de su programa de cocina.

- Coquetas… - el morocho gruñó con mala cara cuando su novio llegó a su lado rodeándole la cintura con cariño.

- Aún así, yo solo tengo ojos para ti… - un beso en la mejilla que le hace bufar avergonzado pero sumamente satisfecho.

- Yoochun nos invitó a cenar el sábado. El maldito al fin se ha llevado todas sus cosas de mi departamento, según la dirección que me dio, tiene nuevo departamento en el centro y nos va a presumir.

- Pareces contento con la partida de tu amigo.

- Por supuesto, no nací para vivir con ese idiota bajo el mismo techo.

- ¿Y bajo el mío?

- ¿Qué?

- No necesitamos estar casados para vivir juntos. ¿Te gustaría vivir conmigo?

*****YooSu~YunJae~HayaMin*****

El fin de semana había llegado más rápido de lo que el peliazabache hubiera querido. Todavía sentía que tenía un montón de cosas por hacer en su nueva vida de “prometido”. Obviemos los hechos, que no le ha pedido compromiso a Junsu y que éste muy probablemente se niegue. Todavía sigue pensando que es muy pronto para todo entre ellos dos. Oh vale, habían comenzado por intimar, una semana después se hicieron novios –formalmente, que Yoochun ya lo daba por sentado–, y a lo que serán dos semanas, Park piensa arrastrarle a su nuevo departamento para vivir juntos. ¡Toda una vida de casados! ¿Qué? Él también tiene sus sueños guajiros, que de sueños no tienen mucho porque los hace realidad, esté o no esté de acuerdo su adorable novio pelirosado.

- ¿Qué tal se te da la cocina? – el peliazabache cuestionó de pronto al móvil mientras conduce rumbo al departamento de su novio.

- ¿Eh?

- Invité a mis amigos a cenar esta noche, cocinemos juntos baby.

- Pero Yoochun ah, realmente no soy muy bueno en la cocina.

- No importa, me encantará lo que cocines porque serán tus lindas manos las que lo preparen. Así que, vamos al súper a comprar lo necesario, ¿bien?

- Presiento que aunque llegara a negarme de cualquier forma vendrías a llevarme… - el peliazabache imaginó a su novio haciendo pucheros inconformes. Sonrió al pensarlo.

- Así es. Llego en unos minutos… - minutos que pasaron más que rápido. Junsu le abrió la puerta de su departamento con un ligero mohín de disgusto, gesto que Yoochun pasó por alto dándole un corto beso en los labios… - Por cierto, qué te pondrás esta noche.

- No lo he decidido.

- Vamos a ver… - campante, el peliazabache se internó en el departamento de su novio yendo directo a la habitación del pelirosado, quien le siguió sin decirle nada, ya se estaba acostumbrando a que ignore sus quejas o cualquier petición que no entrara en los planes inmediatos de su novio…

- Tomaré la ducha mientras eliges algo para mí que sea de tu agrado y que me haga ver guapo con tus amigos… - el pelirosado tomó un cambio de ropa interior de su cómoda.

- ¡Yah! No quiero que te veas guapo para ellos… - bufó celoso. Gesto que arrancó una sonrisita de su novio antes de salir e irse a la ducha.

Yoochun aprovechó de estar mirando en el armario para tomar la maleta que estaba en un rincón y comenzar a guardar algunos cambios de Junsu. Quien estaba más que tranquilo refrescándose y cantando bajo el grifo. El peliazabache se mordió el labio inferior, le apetecía colarse en la ducha y jugar un rato con su novio, pero como hiciera eso capaz el tiempo no les rendía; así que mejor continuó con su labor de empacar por su novio algunas cosas.

- ¡Yoochun ah, qué hace mi maleta aquí! – el pelirosado gritó sorprendido, ligeramente molesto y un tanto avergonzado. La maleta y un bolso más chico estaban junto a la puerta de su habitación.

- Por algo tienes que comenzar a mudarte, y como los muebles básicos ya los tenemos lo único que te hace falta es ropa… - el peliazabache respondió todo sonrisas, andando hacia su novio y secando sus cabellos rosados con la toalla que tenía sobre sus hombros, mientras el resto de su cuerpo estaba escurriendo algunas gotas y una toalla más grande le rodeaba la cintura… - Estoy indeciso entre estos dos conjuntos, adoro cómo te ves de blanco porque resalta tu aura tierna, pero de negro luces terriblemente sexy y eso también me gusta.

- ¡Park Yoochun dije que no me mudaría contigo!... – exclamó sonrojado, un poco por todas las emociones antes dichas.

- Hay que darnos prisa, todavía tenemos muchas cosas que hacer para presentarte finalmente con mis amigos…

- ¡No me ignores!

- No te ignoro, te escucho pero si discutimos otra vez el tema en serio, no nos rendirá el tiempo.

- ¡Yooc…! – su boca fue callada por un beso, tierno, cariñoso y lento. Por segundos a Junsu se le olvidó el reclamo que estaba por hacer. Y para cuando recordó el dato, ya su novio le estaba poniendo los pantalones blancos.

- ¿Por qué compras pantalones tan ajustados? Me dan celos cuando vamos por la calle y todo mundo te babea.

- ¡No están ajustados! – chilló avergonzado.

- Claro que sí, seguro los compras una talla más chica de la que eres.

- ¡No es verdad! – volvió a chillar, rojo como farolillo, o semáforo en alto, tomate o como gusten y manden describir el intenso rubor en su rostro.

- Oh… - el peliazabache hizo un gracioso círculo perfecto con sus gruesos labios cuando los jeans pasaron por las caderas de su novio… - he encontrado el motivo por el que lucen ajustados, es culpa de tu sexy trasero, baby…

- ¡No me manosees Chunnie! – volvió a chillar, algo más abochornado si es posible, porque su querido novio le apretujó sin pudor alguno el trasero.

- Qué más quisiera… - le mordisqueó los labios y sonrió pícaro… - Pero no, no me provoques, ya te dije que tenemos el tiempo encima.

- ¡Yo no te provoco, tú que te aprovechas de lo que estás haciendo! ¡Y sé vestirme solo!

- Vale, vale; pero date prisa, el tiempo… - sonrió señalando su reloj de muñeca y llenándole el rostro de besos, saboreando sus labios una, dos, tres… que sean diez veces, antes de salir de la habitación e ir a la estancia en busca de otras cosas que probablemente sean necesarias en su nuevo hogar a lado de su novio.

- u////u babo~

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Sobra decir la aventura de las compras en el súper, Yoochun parecía realmente esposo recién casado, paseándose por todos los pasillos empujando el carrito, tomando el doble o hasta el triple de los víveres que generalmente compraba. Mimando a Junsu si veía que algo se le antojaba, preguntándole si es que quería algo en particular y más cosas. Oh sí, robándole besos cada cinco minutos –solo porque se distraía seleccionando esto o aquello en los estantes– y casi presumiendo a cualquiera que ese lindo chico a su lado, es su novio, futuro prometido y por tanto, esposo.

Junsu no cabía en sí de vergüenza, sonreía abochornado y le daba golpecitos en el brazo o la espalda cada cinco minutos por cada uno de esos besos robados.

- Ya~ compórtate Chunnie…

- Me estoy comportando, qué tiene de malo que bese a mi novio *-*

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La cena no fue menos. Junsu estaba de acuerdo en una cosa, el tiempo no les habría rendido si no hubiesen comenzado desde temprano a hacer todo lo necesario –su mudanza (o los inicios de esta) incluida– con Yoochun besándole a cada rato, abrazándole o preguntándole sobre su familia, infancia y demases. En el fondo, bien no tan en el fondo, realmente tan a la superficie que se siente a flor de piel, el pelirosado se siente contento. Apresuradas las cosas como van todavía le da un tanto de miedo, pero tiene un buen presentimiento. Yoochun ha resultado ser un gran chico.

- Yoochun ah…

- Dime, baby… - su intensa mirada negruzca y su total atención le hicieron sonrojar de nuevo, para variar.

- La otra vez cuando dijiste… - aclara la garganta y se concentra en peinar sus rosados cabellos mirándose al espejo y evitando la silueta de su novio sentado en la cama… - cuando dijiste que yo era… tu primer amor, ¿lo decías en serio?

- Totalmente… - recibe una respuesta sincera, una sonrisa tranquila y una mirada penetrante. Yoochun se levanta y camina hacia él, le abraza por la espalda colocando sus manos en los costados de la cintura del pelirosado… - Creo que fue cosa del destino conocerte. No, estar contigo esa noche; aunque te había visto muchas veces antes solo pensaba en conquistarte para… - carraspea y por primera vez en todo ese tiempo siente vergüenza de sí mismo.

- Para ligar una noche… - el pelirosado completa por él. Puede notar cómo le cuesta un poco decir aquello… - Está bien, Chunnie, tampoco es que hubiera pensado que a un par de semanas estaría contigo así. Mis amigos decían que no era tu tipo.

- No lo eres…

- Oh…

- ¡Pero no malinterpretes! Es decir, hasta ChangMin lo mencionó, que eras muy diferente de cualquier otro chico con el que me hubiera liado. No, Junsu ah, no eras mi tipo, porque estás destinado a ser más que eso, el amor de mi vida.

Junsu siente sus mejillas arder, oh sí, está de nuevo ahí ese sonrojo intenso. Las palabras de Yoochun le dejan sin propias, y es él quien por primera vez en lo que va del día, busca los labios de su novio.

No, después de todo parece que sí. Se enamora de Yoochun.

--//--//--//--//--

- La cena les ha quedado exquisita… - Jaejoong felicita a los anfitriones con una cándida sonrisa.

- Quién hubiera pensado que sabías cocinar, cuando viviste conmigo nunca te metiste siquiera a la cocina… - ChangMin le gruñó de mala gana.

- Como si tú hubieras pasado demasiado tiempo cocinando… - Yoochun se burló.

- No lo necesitaba, para eso me tiene a mí, para cocinarle hasta sus más caprichosos antojos… - Hayami sonrió divertido y cariñoso, ganándose una mirada ceñuda y un golpe en el brazo.

- A eso le llamo amor apache… - el peliazabache elevó una ceja con picardía.

- ¡Calla! – el morocho le fulminó con la mirada.

- Así se llevan ellos siempre… - el pelioscuro le dijo al pelirosado, quien solo asintió sintiéndose animado. Es un grupo de amigos al que con gusto le agradará pertenecer.

- Por cierto, JaeBoo y yo comenzaremos a vivir juntos… - Yunho soltó de pronto. Jaejoong asintió radiante.

- Nosotros también… - el japonés dijo.

- Ya no… - el morocho gruñó cruzándose de brazos.

- Cómo que no, por qué no… - Hayami le miró contrariado… - si ya hasta tenemos la mitad de tus cosas empaquetadas.

- Pues ya no quiero Ò_Ó parecerá que les estamos copiando. Primero Yoochun y Junsu, ahora Jaejoong y Yunho, ¡no me da la gana mudarme contigo!

- Oh bueno, me mudo contigo entonces y asunto arreglado… - Hayami le plantó un sonoro beso en la mejilla.

- ¡Yah, no seas empalagoso! ¡Y no te quiero en mi departamento! Acabo de deshacerme de un idiota para recibir otro Ò_Ó

- ¿Andas en tus días?

- ¿Qué? ¡Hayami no baka!

- Aprovechando que estamos tan contentos… - y no, el peliazabache no intentó ser sarcástico, el idioma entre ChangMin y Hayami es así… - queremos darles otra noticia. Junsu y yo vamos a casarnos… - Yoochun anunció sonriendo radiante, al tiempo que colocaba la argolla en el dedo anular de la mano de Junsu.

- ¡Park Yoochun, deja de tomar decisiones sin preguntarme! – chilló entre avergonzado, sorprendido y molesto.

- Claro que te pregunté.

- ¡Claro que no lo hiciste >//<!

- Oh bueno, ahora ya lo sabes *w*

- ¡Pero no me preguntaste, me avisas así nada más!

- El anillo te queda perfecto, vaya que te conozco muy bien, ¿verdad?

- ¡No me escuchas!

Y así, mientras Junsu y Yoochun tenían su singular discusión acerca del compromiso que de todas maneras aceptaría contento el pelirosado, Jaejoong y Yunho comenzaron a contemplar la posibilidad de casarse también –aunque al menos han iniciado por la convivencia en común bajo el mismo techo–; y ChangMin le gruñía a Hayami porque éste le insistía en adelantar la fecha de matrimonio si no quería que sus amigos se les adelantaran.

Al final, lo único importante en esta historia, es que el amor nace, crece y florece a su manera. Incluso si parece presionado por las circunstancias, un corazón enamorado de verdad es el único que puede ser cautivado por otro igual.

FIN