Capítulo 6 LOVE IN THE SOCCER

Porque el capi anterior ha superado los 30 comentes ;D acá actu 

CAPÍTULO 6.

UNA JUGADA EN LA ARENA

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Incheon

Las manos de ChangMin asían el cuello de Yoochun como si en verdad le estuviese estrangulando. La pelea en que ambos muchachos se han sumido a temprana hora es una forma muy particular de iniciar el día, según pensamientos de Seong Jo, quien ha salido de la alberca y se ha acercado al escondite de los chicos…

- Buenos días… - saluda con una sonrisa amable, de esas que seguramente se ganaron el corazón del morocho pero que en ese momento solo le hacen sentir infinita vergüenza y han incrementado sus ganas de estrangular al pelinegro. ¡Oh sí! ¡Park Yoochun es el culpable de sus ridículos y penosos momentos matutinos! – una manera muy simpática de iniciar su día, chicos…

- ¡Buenos días, hyung!  - exclama al momento en que empuja al pelinegro y lo bota estrepitosamente al suelo cubierto de arena para poder saludarle formalmente (muriendo de vergüenza claro está) haciendo una respetuosa (y algo exagerada) venia.

- ¡Fuck! – se queja y rápidamente se soba el trasero maldiciendo aún por lo bajo a su amigo morocho por tirarle así… - Jirafa insípida y fisgona… - bufa por lo bajo…

- Se han levantado más temprano que los demás, el entrenador me había dicho que el equipo comenzaría sus entrenamientos hasta las seis, y aún falta para la hora… - el preparador físico extendió su mano al pelinegro para ayudarle a incorporarse, sonriendo afable ante el sonrojo del morocho que asume, se debe a la vergüenza por haber sido pillados por él en su particular intercambio de amistad.

- Yo quería seguir durmiendo, Seong Jo hyung, pero entonces el jirafón este…

- ¡A quién llamas jirafón, frentón pervertido! – obviamente, el morocho ha respingado y contra-atacado fulminándole con la mirada.

- ¡No te metas con mi frente, jirafa fisgona!

- ¡Yah!

- Vamos chicos, es muy temprano para que quieran asesinarse, además son curiosos los apodos que se ponen, tienen muy buena imaginación. Aún si te dice jirafa no deberías molestarte, son animales inteligentes y son muy lindos, a mí me gustan mucho… - el preparador físico dijo con soltura, cual si estuviese hablando del clima.

ChangMin sintió sus mejillas algo más cálidas y de pronto no le pareció tan mala idea ser una jirafa, ¡mientras no se lo diga Yoochun! El pelinegro sonrió de medio lado con picardía, y estuvo por lanzar algún comentario comprometedor cuando…

- Más vale que no estén armando escándalo ustedes dos… - la voz del entrenador coartó la travesura del pelinegro.

- ¡Soy inocente! – Park inmediatamente alzó las manos en señal de rendición.

- ¿Tú inocente? ¡Ni de pensamiento! – el morocho se burló con una sonrisa malévola. Por supuesto, cualquier oportunidad para vengarse de las vergüenzas que le hace pasar no iba a ser desaprovechada.  

- El pensamiento es lo más sucio que tiene… - el moreno apareció listo con ropa sport para iniciar el entrenamiento. Aunque aún faltan unos minutos para que comiencen, él ha decidido hacerlo ya, siempre dando un poco más de lo que se le exige.

- No soy el único aquí con pensamientos sucios… - el pelinegro miró de hito en hito a moreno y morocho, la sonrisa pícara adornando su rostro.

Yunho comprendió que por él se estaba refiriendo a Jaejoong, maldita la hora en que le confió hace un par de días que ha comenzado a tener sueños húmedos con su promotor (cosa de la que el pelinegro no se admira pues aún los padece visto que el pelirrojo aún no le permite siquiera pasarse de listo ni un poco).

Una mirada a Seong Jo luego de ver a ChangMin, recorre el cuerpo semidesnudo del preparador físico y silba cual si lanzara un piropo, el rostro del morocho se enciende al rojo vivo, tanto que las orejas parece le humearán de repentino celo y molestia. ¡Yoochun mirando así a SU hyung!

- Creo que Junsu deberá saber que tiene un novio propenso a la infidelidad… - el morocho gruñó entre dientes…

- Mi novio no tiene que preocuparse de tal cosa, no le soy infiel más que con su propia sombra. Por otro lado, solo estaba observando el cuerpo que tú te estabas devorando hace unos minutos… - el pelinegro se acercó para decirle aquello en voz baja, le encantaría decirlo de otro modo pero con Yunho y el entrenador ahí hablando de estrategias y demás le quitan lo emocionante al momento… - se nota a leguas que te fascina, que estás coladito por Seong Jo hyung, así que voy a darte el mismo consejo que me diste tú. Si no te pones las pilas y le tiras los perros ese hueso va a ser roído por otro can… - el pelinegro incluso imitó los ladridos de un perro, recibiendo a cambio un zape y un montón de maldiciones por lo bajo que no le restaron el lado cómico a la escena.

- ¡Y yo no te di ese consejo!

- Con otras palabras pero en esencia ese era el objetivo… - aclaró por demás divertido, si hay algo en la vida que disfruta hacer (además de comerse a besos a Junsu) es fastidiar a su amigo morocho. Si en el fondo también es que le está agradecido por el empujoncito que le dio antes para que abriera los ojos y no siguiera haciendo estupideces que le podrían haber hecho perder a su novio. Quien por cierto…

- ¡Yoochunnie~! – el pelirrojo hizo acto de presencia, corriendo al encuentro de su novio se le lanzó encima cual si tuvieran semanas sin verse; todo sonrisas se abrazó con brazos y piernas al pelinegro llenándole el rostro de besos. Con suerte y no han ido a dar a la arena, apenas su novio había alcanzado a sujetarle y hacer equilibrio.

- ¡Mi baby! – más que gustoso el pelinegro le apretó contra su cuerpo (si alguien no lo ha notado, este par se ha olvidado por completo de las demás personas alrededor.  Yunho revoleó los ojos ante la melosa escena, ChangMin fingió arcadas por tanta dulzura, Seong Jo sonreía con algo parecido a la ternura, y el entrenador decía algo sobre “mala idea traerles juntos” y otras cosas), le devolvió los gestos mimándole las mejillas con sonoros besos, hasta que casualmente en el jugueteo sus labios se encontraron fusionándose en un beso bastante húmedo que hasta vergüenza ajena le dio a todos.

- ¡Sepárense ya! ¡Parece mentira, no tienen respeto por sus hyungs! – exclamó el entrenador avergonzado y molesto, la minúscula parte de su cerebro registraba éste último sentimiento, que tampoco es un amargado y entiende perfectamente que cuando dos personas están enamoradas, la miel se derrama y brota hasta por los poros.

- ¡Buenos días hyung! – deshaciendo el abrazo de su novio, el pelirrojo fue a saludar a su entrenador como a Seong Jo con un animado abrazo y una sonrisa que otro poco no le cabe en el rostro. Yoochun tenía cara de bobo y Yunho definitivamente se había ido ya, que perdía su tiempo ahí solo aguantando las tonterías de sus amigos. ChangMin refunfuñó por lo bajo y comenzó su camino de regreso al interior del hotel, le ha entrado un hambre horrible.

- ChangMin ah, te acompaño… - el preparador físico (luego del saludo del pelirrojo, que ya estaba nuevamente pegadito al pelinegro) alcanzó al morocho caminando a su lado. También es hora de desayunar, y comenzar a despertar al resto de los jugadores del equipo universitario que probablemente están pegados a las cobijas aún.

- ¡Quiero que entrenen y no que anden con sus arrumacos, entendido! – el entrenador advirtió severamente al ver a los dos a nada de darse otro beso.

- ¿Es que usted no se anda besando con su esposa cuando puede? – el pelirrojo cuestionó con cara de niño bueno. Lo cual por cierto, es casi su expresión natural. El entrenador carraspeó y el pelinegro sonrió pícaro.

- Hacen más que besarse baby, eso que tú y yo haremos pronto, ¿verdad que sí? – dijo y alzó las cejas en un modo particularmente pícaro como cómico.

- ¡Yah! ¡No hagas proposiciones indecorosas delante del entrenador! – le chilló avergonzado, mientras que el hombre resignado volvió al hotel para comenzar a reunir a los chicos e iniciar el entrenamiento.

Sí, una parte de él también está arrepentido y piensa que este viaje solo servirá para distraer a los chicos e inquietar sus hormonas, aunque estén en un hotel privado y la playa haya sido reservada exclusivamente para ellos y su entrenamiento; él no duda que entre algunos de sus muchachos las hormonas se alboroten casi por el puro clima cálido de la playa; mientras que en el caso de otros, como Junsu y Yoochun, sabe que se trata de algo inevitable, la relación viento en popa de esos dos solo daba para pillarles un día casi montándoselo en plenos vestidores. Un escalofrío le recorrió la columna vertebral al entrenador y optó por dejar de pensar menos en esos detalles, no quiere ni siquiera permitir que una escena de aquellas se forme en sus pensamientos. Sería la cosa más extraña que podría recordar de toda su vida como entrenador del equipo universitario.

- No es una proposición indecorosa, son mis más sinceros sentimientos y deseos… - le hace ojitos y juguetea mordisqueándole el mentón…

- Estate quieto Chunnie~

- Es que tú me provocas~

- No es cierto… - puchero…

- Sí lo es, sobre todo si vienes y me abrazas y me besas así como lo hiciste… - más besos, piquitos para empezar…

- Te saludaba pero tú luego quieres aprovecharte de mí… - más pucheros…

- No es mi culpa, tantos años reprimiendo mi amor por ti, que ahora que te amo y me amas solo pienso en tenerte entre mis brazos, mimarte y besarte, y tenerte solo para mí… - le alza en brazos y da unas vueltitas riendo con el pelirrojo cuando pierden el equilibrio y caen sobre la arena entre besos y contagiosas sonrisas.

- Quiero estar contigo así para siempre, Yoochun ah… - suspira y se deja hacer cuando los dedos del pelinegro juegan con los mechones de su frente.

- Te Amo, Junsu ah. Y es un amor que durará para siempre… - funden sus labios en otro beso y casi parece que estarán ahí hasta que el entrenador venga y les separe a la fuerza pues entonces ni siquiera les preocupa quedarse sin desayuno. Están en uno de esos momentos de pareja en los que sienten que el amor y la compañía del otro lo es todo y no necesitan nada más.

Aunque…

- Chunnie, creo que a Jaejoong hyung probablemente le guste Yunho…

- ¿Por qué crees eso?

- Anoche Jaejoong hyung le llamó por móvil y estuvieron hablando por casi una hora…

- ¿Y tú estuviste de chismosito escuchando conversaciones ajenas? – le molesta un poco y sonríe ampliamente al ver ese arsenal de pucheros que no duda en besar antes de dejarle responder.

- ¡No estaba de chismoso! ¿A dónde me iba a ir si Yunho y yo compartimos habitación? – se defiende pero no se molesta en separarse, se está a gusto ahí, sobre el cuerpo de su novio recibiendo mil y un atenciones cariñosas y juguetonas de su parte.

- Podrías haberte escapado y venido a la mía, te metías en mi cama y así yo te comía a besos… - suelta con absoluto descaro, sonriendo coqueto y despreocupado.

- ¡Chunnie~ deja de insinuar que quieres que hagamos eso! – se irgue quedando sentado sobre la cadera del pelinegro al tiempo que le golpea el pecho en gesto avergonzado.

- Baby, a menos que esperes que te desnude aquí mismo, no te recomiendo quedarte donde estás, tu trasero está justo sobre mi amigo y luego se emociona y… ¡Auch! ¡No me maltrates!

- ¡Pues no digas cosas así! – se levanta y sale con paso apresurado fuera del alcance de su novio. Sí, ha terminado el momento meloso y ha llegado el de la vergüenza súbita.

- Pero Junsu~ yo que intento ser siempre sincero contigo y tú que no lo aprecias… - le sigue el paso y sabe que esa mañana al menos, su novio le huirá y la pasará riñéndole por avergonzarle tanto.

No lo puede evitar. Ama tanto a este chico que se pone algo más tonto que de costumbre y al mismo tiempo sí, muere por hacerle el amor. Fundirse con él y comprobar si se siente igual de bien que como en sus sueños, aunque está seguro de que el día que de verdad haga el amor con Junsu, se sentirá mil veces mejor de lo que en todos sus sueños juntos.

……………………………

Yunho lleva cerca de media hora corriendo por la franja de la playa, ha recorrido un par de veces los límites de ida y vuelta, y la casona al final sigue llamando su atención. Está casi seguro de que esa es la casa de Jaejoong, y espera verle salir de pronto y saludarle con su perfecta sonrisa.

- ¡Maldición! ¡Todo el tiempo estoy pensando en él! Anoche ni siquiera podía dormir pensando en su voz, en lo que estuvimos platicando por móvil y en sus sonrisas… - suspira y sin darse cuenta ha bajado el ritmo de su carrera convirtiéndolo en un relajado trote… - Si antes me gustaba y me sentía enamorado de él, cada día hace que me guste aún más y que con lo que voy conociendo sienta que pueda amarle tanto que podría enloquecer.

Esos y otros pensamientos estuvieron rondando la mente del moreno mientras continuaba haciendo sus ejercicios. Allá, en la casona de estructura moderna pero acogedora, Jaejoong le observaba desde su ventana. Las ropas blancas y ligeras hacen lucir al pelioscuro mucho más atractivo de lo que es, le da ese aire seductor como inocente que robaría el aliento a cualquiera –y provocaría más de un sueño húmedo y una erótica fantasía–; sus pies descalzos se mueven suaves sobre el piso de fina madera cuando decide dejar de mirar y concentrarse en otras cosas. Se sienta en el sofá de la cómoda estancia y enciende su portátil, revisa números, estadísticas y más del siguiente equipo profesional con el que el equipo universitario tendrá un encuentro. Realiza algunas llamadas y concierta la fecha.

Se pone inquieto y termina por ir a su cocina, tomar una botella de agua y beber un par de tragos pequeños. Tiene curiosidad por volver a la ventana y mirar a Yunho ahí afuera corriendo y trotando; tiene curiosidad por saber si estará pensando en él…

- ¡Qué estoy pensando! – resopla los mechones de su frente y se deja caer en el sofá negándose a sí mismo a volver a la ventana. Él no debería tener esta sensación latiéndole en el pecho… - No puede estar gustándome realmente… - abre los ojos desmesuradamente y pareciera como si recién cuando aquellas palabras brotaron de sus labios tomara conciencia del significado de tal manifestación de sus propios sentimientos… - ¡Oh mi dios! – deja la botella sobre la mesa de centro y se inclina cubriendo su rostro con sus manos… - ¿Sería un problema si me gustara Yunho?

Se queda un rato con la mente casi en blanco, como si su cerebro se hubiera quedado suspendido entre el reciente descubrimiento y el deseo de no darle vueltas al asunto. Comprende sin embargo también con mayor claridad la petición del entrenador la noche anterior cuando vio a los chicos comenzar a instalarse en el hotel.

- Voy a pedirle un favor, Jaejoong-ssi; no se acerque demasiado a los chicos, usted parece llamarles la atención por diversas razones; sobre todo a Yunho, he notado que el chico pierde la cabeza cuando está usted cerca. No soy nadie para meterme en los asuntos personales de mis muchachos, pero habrá de comprender que es inevitable para uno ir conociéndolos y notar ciertas actitudes en ellos. Sé que usted es solo su promotor y todo, que quizá mantiene cierta distancia para no involucrar afectos personales, pero el que usted tenga tantas atenciones y se dedique tan arduamente a Yunho parece estar confundiéndolo también. No quiero meterme en donde no me llaman, pero la estabilidad emocional de mis muchachos también es en cierta forma mi responsabilidad, y usted le gusta a Yunho, pero no estoy seguro de lo que usted pretende con él; ¡y no es que me importe claro está! Bueno, menciono los puntos solamente, le agradeceré de cualquier manera si se mantiene a distancia al menos durante los entrenamientos, el resto del tiempo ya usted verá qué hace o deja de hacer.

El gran y extenso discurso del entrenador casi se había reproducido textualmente en la memoria del pelioscuro. ¿Acaso sus acciones realmente están reflejando un interés más allá de lo profesional con Yunho?

La cavilación de tales inquietudes quedó a medio procesar en su cabeza cuando el tono de su móvil le arrancó de sus pensamientos. Jaejoong reconoció el tono, su madre le está llamando.

- Supe que te tomaste el fin de semana en Incheon, querido…

- Estoy atendiendo un asunto solamente, no es justamente un viaje de placer, madre…

- Deberías haber aprovechado. ¿Cuándo vas a volver a salir con chicas? Hace mucho que no traes a nadie a casa, comienzo a preocuparme por ti, hijo mío…

- No te preocupes madre, cuando encuentre a alguien adecuado le presentaré ante ti…

- Siempre puedo darte una ayudadita, mis amigas tienen hijas muy bellas e inteligentes…

- Estoy bien si me ocupo de mis romances por mi cuenta madre…

- ¡Oh querido! Es solo que tu padre también ha comenzado a hablar de ello. Piensa que desde que decidiste demostrarle que puedes hacer negocios por tu cuenta no dedicas tiempo para otra cosa que no sea involucrarte en los deportes.

- Papá está bien enterado de cada movimiento que hago…

- Son sus negocios también, querido. Pero eso no importa, quiero que salgas con una chica, despéjate un poco que seguramente te estresan los negocios.

- Voy a pensarlo madre…

- Y si necesitas que te presente a alguien…

- No es necesario…

- No quiero que dejes pasar demasiado tiempo, quiero ser abuela pronto… - una sonrisa al otro lado de la línea que hizo sentir un peculiar sabor amargo en la boca del estómago al pelioscuro… - Ven a visitarme cuando estés de regreso…

- Lo haré, madre… - Jaejoong colgó y dejó caer su peso en el respaldo del sofá al tiempo que cierra los ojos.

Menudo lío en el que estará metido si estas sensaciones que Yunho despierta en él se convierten en genuina atracción, en interés sexual. No, se corrige ahí mismo a sí mismo, incluso si se planteó el tener alguna aventura en el pasado, no es capaz de imaginarse con el moreno en una relación pasajera. Le ha observado, parece de esos chicos que al convertirse en hombres van por la vida buscando el amor eterno. Sonríe ante lo cursi de su propio pensamiento, tremenda utopía romántica no existe, al menos no en el concepto rosa más mono imaginable. Aún así, Jaejoong siente ese cosquilleo en la boca del estómago que se aparece últimamente casi a toda hora del día tan solo si por algo Yunho está rondando en su cabeza.

- ¿Es así como se enamora uno de adulto?  - cuestiona al aire. Suspira y concluye de momento que todo se le complica día a día.

Porque es él quien busca el contacto con el moreno ¡anoche hasta le llamó por teléfono! Con todo y que no hacía mucho acababa de verle; pero no había podido evitarlo, es más, se dio cuenta hasta que ya tenía minutos charlando con Yunho. De pronto piensa también que no debería liarse tanto, no es como si él fuera un hombre mayor que se siente atraído por un adolescente. ¡Solo hay dos años de diferencia entre los dos!

- Pero es un chico igual que yo. Mis padres no saben que soy gay. En realidad hasta ahora no había pensado mucho al respecto. Antes salir con una chica o hasta con algún chico era solo cosa de pasar el rato o satisfacer a mi madre. ¡Oh dios! ¡Me dará jaqueca tanto pensar!... – se queda en silencio unos minutos luchando contra el montón de ideas que de pronto tan temprano decidieron llenar su cabeza… - De todas maneras, ¿qué me gusta de Yunho? Físicamente es muy guapo, es varonil y tiene porte, su cuerpo también es atractivo. Su personalidad es fuerte, sabe lo que quiere y cómo luchar por eso que quiere, aunque a veces puede parecer algo inmaduro no creo que sea un chico que hace cosas solo por hacerlas. Es buen líder, tiene el respeto de sus compañeros de equipo y ha sabido establecer buenas amistades entre ellos. Y parece que es popular entre las chicas de la universidad también… - resopla ligeramente frustrado al caer en cuenta de que nuevamente ha terminado pensando en el moreno… - Me gusta… - susurra con aire derrotado. Pero parece mejor. Al menos por el momento, admitir que se siente atraído por el muchacho.

Si aquello ha de terminar por convertirse en romance.

Parece cuestión de tiempo.

***//***//***

El día y parte de la tarde se han ido en la ejecución del estricto entrenamiento que el coach les ha impuesto. Algunos de los chicos no paran de quejarse y jurar que apenas pongan la cabeza en la almohada caerán profundamente dormidos, otros también perjuran que no podrán mover un solo músculo al día siguiente, y unos cuantos simplemente caminan resignados al interior del hotel en busca de la ducha y el descanso.

Yoochun no parece tan afectado, la idea de convencer a Junsu y llevarlo a la cama –en el sentido más pervertido posible– le da energía. Aunque claro, su novio pelirrojo sigue negándose en rotundo a ceder a las peticiones indecorosas del pelinegro.

- Vamos baby~ hay que aprovechar que ChangMin seguramente estará persiguiendo a su hyung para acosarlo y tendremos la habitación solo para nosotros dos…

- ¡Te digo que no, Chunnie! – le empuja lejos quitando las manos de su novio de su cintura, sonrojándose como termostato porque de cualquier manera se formó una imagen en su cabeza acerca de ellos dos acostados en la cama besándose impúdicamente… - ¡Mira lo que me haces pensar! – le chilla totalmente avergonzado…

Y continúan en aquel peculiar intercambio de pucheros avergonzados y reclamos indecentes, algún que otra llamado de atención de parte del entrenador que tiene puesto un ojo sobre ellos.

Por su parte, Yunho ha salido a caminar por la playa. Oh bien, ha salido a caminar con un rumbo específico. Quiere ver a Jaejoong en su casa –ya comprobó que lo es como sospechaba– y averiguar por qué durante todo el día no le vio ni un solo momento.

……………………………

Mientras tanto…

Sentados en la playa, ChangMin y Seong Jo contemplan el tranquilo mecer de las olas que rompen a las orillas del mar. El morocho era quien estaba ahí primero, matando el tiempo mientras se llega la hora de dormir –que ha cenado ya– y le da algo de espacio a Junsu y Yoochun para andar con sus arrumacos que en realidad le dan algo de envidia. ¡Solo un poco! Pero unos minutos después el dueño de sus pensamientos se hizo presente, y ante el marcado nerviosismo del morocho, el hombre comenzó a hacerle plática.

- Cuando yo tenía tu edad y aún más joven que eso, no me fue fácil hacer amigos. Siempre me he sentido más bien desubicado, por decirlo de una manera. La gente a mi alrededor solía burlarse de mí porque era un poco torpe, aún lo soy… - sonrió bobamente y el morocho tomó nota mental de que sí, su hyung podrá ser bobo, torpe y algo insípido para algunas cosas, pero todavía tiene un gran corazón (y un cuerpazo también)… - pero eso nunca me ha importado particularmente, bueno no ahora. Pero fue justamente cuando cumplí los 21 que me dediqué más a esto, el deporte es lo que me gusta y en lo que siento que desempeño un gran papel, para otras áreas de la vida soy más bien inhábil.

- Al menos se le da relacionarse ahora, a mí no me gusta; aunque más bien parece que mi carácter no es del agrado de muchos. La mayoría me toman por presuntuoso, nerd o de mal genio, pero mis verdaderos amigos saben que soy así, algo agrio y muy sarcástico, que me burlo de ellos intencionadamente pero sin afán de herir sus sentimientos… 

- Por eso Yoochun y tú se llevan tan bien… - el hombre sonrió. El morocho asintió… - Me da gusto que hayas venido, así también tengo con quién platicar…

- Hyung, ¿alguna vez se ha enamorado?

- Supongo que cuando era adolescente. Todas las personas nos enamoramos a esa edad…

- Sí pero… Me refiero a ahora, como adulto, ¿se ha enamorado?

- Una vez. Pero ya hace algún tiempo de eso. Tú debes estar enamorado, ¿verdad?

- ¿Eh? – ¡Será que ha sido obvio!

- Enamorarse es una experiencia única. No desaproveches la oportunidad y decláratele a la persona que te gusta así, ChangMin ah…

- Hyung, ¿de casualidad usted tiene idea de quién me gusta?

- La verdad no… - sonrió y torpemente se rascó la nuca…

- Voy a darle una pista… - susurró al tiempo que se ponía en pie colocándose frente al mayor.

Las mejillas del morocho de pronto así se revolearon de carmín, el intenso rubor era sin embargo casi imperceptible cuando solo la luz de la luna es toda la que ilumina la playa. ChangMin sabe que Seong Jo le está prestando atención porque ha levantado el rostro esperando que le diga tal pista, aunque no es que el mayor quiera entrometerse en su vida personal, pero si el morocho le tiene confianza… ChangMin se inclinó entonces hasta topar sus labios con los del mayor. Seong Jo abrió los ojos con sorpresa, quedándose estático en su sitio sin llegar a responder el contacto suave, incapaz de emitir comentario alguno…

……………………………

Caminaban por la playa, los pies descalzos de Jaejoong dejando sus huellas sobre la arena mientras siguen el rumbo a su casa. Había llamado a Yunho antes de que llegara el momento de que fuera a descansar, ha visto a la distancia el esmero que ha puesto durante el día en el entrenamiento y quiere felicitarle personalmente. Pero han caminado por cerca de media hora sin intercambiar más que miradas y algunos comentarios acerca del esfuerzo del moreno. Yunho le mira de soslayo casi todo el camino, su corazón va de prisa como cada vez que se encuentran, está confundido por el repentino interés del mayor por él, o quizá correctamente dicho, por el casi silencio en que han estado sumidos sin que llegue a ser incómodo.

- Jaejoong ah…

- Tengo algo para darte…

- ¿Eh?

- Esto que voy a darte es muy valioso para mí, y es especial. Voy a dártelo porque confío en ti y porque sé que vas a cuidar muy bien de él. La única condición que tengo para ti es que me lo devuelvas al final del siguiente partido, cuando sin importar qué me demuestres cuán bueno eres en el campo y tu equipo se alce con la victoria.

El parloteo de Jaejoong casi pudo haber mareado a Yunho –sin duda le había confundido pero no le ha dado tiempo siquiera de interrumpir para preguntar de qué le está hablando–, pero lo que realmente trastocó todos y cada uno de los sentidos del moreno fue…

El beso que Jaejoong le dio.

Continuará……