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jueves, 4 de abril de 2013

ABC DE LOS EMBARAZOS (Final)



~S~


*Sensibilidad*

Te envistes nuevamente con el poder del Ojo de Horus y decides echar un vistazo en las rutinas de los seis y su reciente cambio de vida. A cuatro meses del nacimiento de diez hermosas criaturas a cargo de ellos, tú te regocijas con el amor que les muestran a sus bebés, con la paciencia que les tienen y la entereza que sacan para no ceder al cansancio y continuar ahí “al pie del cañón” dando lo mejor de sí cada día.

Y de pronto te pones sensible con tantos sentimientos y emociones a flor de piel. Has llegado en el momento indicado, justo cuando Jaejoong y Junsu se prueban sus trajes de novio, el blanco les va simplemente perfecto, resalta la belleza de cada uno y les da ese aire angelical que simplemente parece remarcado porque en sí ya lo poseen. Juras que en cualquier momento podrían aflorarles un par de alas en los omóplatos, y si sucediera tú simplemente te convencerías de que siempre lo supiste. Algunos ángeles se habían escapado del cielo.

- Me hubiera gustado verlos batallar con ponerse un kimono nupcial… - escuchas decir a ChangMin, quien junto a su esposo, Yunho y Yoochun, están ahí presentes admirando a Jaejoong y Junsu.

Hayami ríe divertido. Pero moreno y pelinegro parecieron no escucharle siquiera, demasiado embobados en sus prometidos como para registrar más nada. Y tú te encargas de escribir una nota y dejarla por ahí a la vista de los chicos solicitando que en algún momento realicen una ceremonia con los tradicionales Hanbok de su país. Yunho lo toma y sonríe al leer, comparte con los demás y asienten. Te emocionas como nunca, culpas a tu sensibilidad a flor de piel por el mareo que te ataca y maldices por lo bajo cuando pierdes el conocimiento. El Ojo de Horus te ha abandonado de momento, pero buscarás después la oportunidad de solicitar de nuevo sus bondades. Todavía quieres estar ahí para la boda.


*Susto*

Había comenzado por mareos matutinos, náuseas ante ciertos olores y apetito en aumento. Y todo lo que podías pensar era que estabas teniendo exactamente los mismos síntomas que cuando te embarazaste. La idea te hizo palidecer y a Yoochun preocuparse.

- Baby, ¿estás bien? – Yoochun te sostiene las mejillas y te mira detenidamente, como buscando en tus ojos claros el motivo de tu repentino malestar.

- Solo me… acordé de algo…

- ¿Y por eso te pones blanco como fantasma? ¿De qué te acordaste, baby?

- N-no es importante…

- Junsu ah…

- Vamos, hay que salir ya o llegaremos tarde a casa de mis padres y pensarán que ha sido tu culpa… - esbozas una sonrisa y pronto mandas el anterior pensamiento al fondo de tu mente.

Lo único que necesitas pensar ahora es en tus gemelos y en lo feliz que se pone tu familia cuando les llevas a casa y ves a tu padre jugar con ellos, y a tu madre malcriarlos con exceso de mimos y brazos. Pero no dices nada, te gusta que sea así. Te gusta que tu hermano se una también a la comitiva y deje salir su lado más tierno, hablándoles cariñoso y jugando con ellos, cargándoles en brazos y suspirando, como si de pronto supiera que también debería sentar cabeza y formar su propia familia.

Cuando vuelven a casa el cansancio te tumba antes de lo esperado, tomas la ducha y aceptas cuando Yoochun te dice que él llevará a los gemelitos a su cuna apenas los has alimentado. Te metes en la cama y antes siquiera de que tu prometido regrese tú ya te has quedado dormido.

Los días siguientes sigues teniendo los mismos síntomas. Y tú presientes que es probable haberte embarazado de nuevo. ¡Sabías que luego de la cuarentena tendrías que haber obligado a Yoochun a usar condones!


*Sorpresa*


- ¡¿Embarazado?! – cuestionas con una mezcla de sorpresa y alegría. Mientras que Junsu se cruza de brazos y frunce el ceño… - ¿Qué sucede?

- ¿Cuánto tienen Chun Hei y Young Su?

- Cuatro meses y cinco días…

- ¡Exacto! ¿Cómo quieres que me sienta ahora? Todavía ni siquiera han crecido suficiente y ya estoy embarazado otra vez Chun… - gimotea con aire frustrado. Y tú te pateas mentalmente por no pensar en él antes de soltar tu alegría como si nada…

- Baby, estás… ¿lo quieres?

- ¡Claro que lo quiero!  - te responde casi indignado… - Es solo que me ha tomado demasiado desprevenido esto. Si al menos Chun Hei y Young Su tuvieran dos o tres años. Pero ni siquiera han cumplido el año. ¡Ni nos hemos casado!

- Junsu ah… - le abrazas sin encontrar palabras para confortarle… - No puedo negar que me hace feliz que lo estés de nuevo, pero también tienes razón. Lo siento, fue mi culpa.

- Condones de ahora en adelante, Chun…

- Condones baby… - suspiras y le besas la frente, las mejillas y los labios con especial dulzura…

Se viene una gran tarea en realidad. Pero por lo pronto, celebrar la concepción de otro ratoncito o delfincita. O quién sabe, tal vez la suerte les sonría de nuevo con gemelitos.

~T~


*Tic Tac*

Lo sabes ya, ha llegado el momento de la boda doble que tanta ilusión te ha hecho presenciar. Corres y te engalanas con tus mejores prendas, ostentas el Ojo de Horus y agradeces una vez más su existencia, le saludas con respeto y haces una venia a sus bondades divinas.

Entras en el espacioso jardín del lugar que han arrendado para llevar a cabo la ceremonia nupcial. Te mueves con sigilo entre las filas de las sillas dispuestas a izquierda y derecha bordeando el camino central ataviado por una alfombra de pétalos blancos perfumando constantemente el ambiente. Sonríes y estrujas nerviosamente tu modesto bolso –en donde guardas un montón de ilusiones– descansando en tu regazo, agradeces no ser la única bendecida por el Ojo de Horus y conversas animadamente con todas esas personas que se aglomeran con respeto en torno al sitio destinado para la ceremonia.

Saludan con una venia y una sonrisa a las familias de los seis, comparten su alegría y al mismo tiempo la insalvable nostalgia de las madres tras ver realizarse otra etapa más en la vida de sus hijos. Paseas un momento la vista por todo el jardín para grabarte en la memoria el perfecto decorado natural, pues más que ataviar con enzarzados detalles, se han valido de la belleza del paisaje. Rodeados por árboles de varios tipos que se alzan hasta el cielo, hay todavía suficiente espacio en la circunferencia del claro como para que la luz del sol se cuele libremente y se deje acariciar por los suaves vientos que soplan desde todas partes dejando una agradable brisa con aroma a –además de los pétalos que asemejan una alfombra– bosque, pino y cerezos que apuntillan la panorámica. Hay también rosales en rojo, blanco y otros colores mezclados por ahí en algunos recovecos a los costados. Y al frente de los muebles vestidos de perla y zafiro, el pabellón principal. Los mantos de seda semi-transparente se mecen apenas perceptiblemente por el aire, jugando a acariciar los ramos de rosas que descansan a cada extremo de los lados y detrás.

Si has de definirlo, bello es la única palabra que te salta a la mente. Aunque sabes de antemano, todos los sinónimos posibles habrían de describir con suficiente exactitud la emocionante sensación de felicidad.

Luego de pronto hay un silencio que viene del aliento contenido. Los novios aparecen con sus elegantes trajes negros, atraviesan el camino de rosas y al llegar ante el altar cada uno se coloca en un lado; Yunho a la derecha, Yoochun a la izquierda. Las sonrisas y las miradas brillantes comienzan a brotar ahí donde volteas a mirar. Un minuto después un silencio igual al anterior es seguido de una serie de suspiros que cobijan las más exquisitas sensaciones de admiración. Jaejoong y Junsu hacen acto de presencia. Tan hermosos con sus pulcros trajes blancos que roban el aliento de cualquiera. La inmaculada beldad de sus siluetas asemeja en definitiva a dos ángeles que han ocultado sus alas al transitar por aquella alfombra de rosas. Las miradas brillantes de ambos es reflejo nítido de la emoción que les circula en la sangre al saber que están ahí a punto de contraer nupcias con sus respectivas parejas. La cara de enamorados de Yunho y Yoochun te es francamente entendible y esperable, ante tal irradiante belleza que desprenden Jaejoong y Junsu sabes que no es para menos.

Cuando finalmente llegan ante el altar, Yunho se coloca a lado de Jaejoong ofreciendo su brazo para que lo tome, al tiempo que abandona la guía de su respetable padre. Yoochun emula la acción con Junsu y realiza una venia cortés hacia su señor suegro. Luego los cuatro hombres dan la vista hacia el ministro que llevará a cabo la ceremonia.

Sientes una emoción tan grande recorrerte que es imposible contener las lágrimas. Así como ellos realizan otro de sus sueños, tú sientes que lo has hecho también pues nada te alegra tanto como verles formalizarse en absolutamente todas las formas humanas posibles. Un pañuelo cae sobre tu mejilla limpiando suavemente una lágrima y cuando vuelves la mirada te encuentras con un caballero. Hayami te sonríe cordial antes de volver a su sitio con ChangMin, quien le sonríe entre orgulloso y celoso de su gesto. Tú simplemente buscas contener tu emocionado corazón contra tu pecho. Son demasiadas cosas buenas en un mismo instante.

Entonces viene la parte más emotiva de la ceremonia, el intercambio de anillos y los votos de cada uno de ellos. Es ese preciso instante en que el tic tac del reloj de muñeca de alguno de los invitados te llega claro al oído y acelera las pulsaciones de tu corazón, te carcome la ansiedad y todo parece así de pronto ir demasiado lento. Aguzas la mirada y el oído para no perderte detalle de los acontecimientos.

Yunho preside el momento. Sus palabras te conmueven hasta el llanto –como si no hubieses derramado suficientes lágrimas de alegría hasta ahora– y consigue recordarte porque te enamora el amor que le profesa a Jaejoong.

- Yo, Jung Yunho, te tomo a ti Kim Jaejoong por esposo hoy y para la eternidad por algunas de las razones que me permito mencionar a continuación… - le miras carraspear todavía demasiado nervioso, suspirar y clavar nuevamente sus ojos en los de Jaejoong… - Te necesito para respirar, necesito tus ojos para ver, como tus labios para sentir, necesito tu alma para vivir y tu existencia para sonreír; te necesito para saber amar… y a partir de ahora necesitaré también toda tu paciencia… - ves al pelioscuro elevar una de sus delicadas cejas como presintiendo que su (casi) esposo está por decir algo fuera de lugar… - para que no me regañes por dejar desordenado el baño… - ha susurrado por último, y aunque solo Jaejoong le ha escuchado, tú gracias a los dones del Ojo de Horus lo has hecho también.

Una parte de ti quiere soltar la carcajada, otra darse de topes contra cualquier muro disponible –o la corteza de un árbol que para estos fines funcionaría igual–, y una menor entre ellas, llorar de alegría. Porque en el fondo tú como Jaejoong, saben que es justo así como aman a este hombre. Es Yunho después de todo. Tan perfecto a su manera que no te extraña que Jaejoong le sonría radiante mientras la argolla se desliza en su dedo anular.

Así es como la palabra le es cedida a él para proseguir con la ceremonia. Jaejoong toma el anillo entre sus finos y delgados dedos, sostiene sus grandes ojos negros en los cafés de su (casi) esposo y con sonrisa en los labios continúa…

- Yo, Kim Jaejoong, te tomo a ti Jung Yunho por esposo con mis votos de por medio en muestra de mi más profundo amor. Con un mismo principio, con mil finales, todos junto a ti, tú junto a mí, una vida para recorrer, mil momentos para compartir y un solo amor que vivir.

Sus palabras han sido por demás románticas y hermosas. Sabes por la expresión de Yunho que está por demás conmovido por los votos de su esposo, por eso es que no tardan nada en besarse, fusionar sus labios con suavidad por un breve tiempo. Sonriéndose tras separarse y enlazar sus manos con los dedos brillando a la luz de los rayos solares. Toca así el turno de Yoochun, que hecho un manojo de nervios sabe bien disimularlos mientras sostiene la mano de Junsu y al tiempo que recita sus votos desliza la argolla en su dedo.

- Yo, Park Yoochun, te tomo a ti Kim Junsu como mi esposo en el camino que hemos decidido andar juntos para siempre. Has de saber que no podré dejar de amarte, porque sólo tú eres tú, que así no te hubiera conocido en ésta vida, te habría amado de todas maneras porque fuiste mi sueño y ahora eres mi realidad.

Casi de inmediato Junsu realizó sus propios votos, conteniendo las lágrimas de felicidad en sus castañas pestañas. Sonrió enamorado y –tal como hizo su (casi) esposo antes– pronunció sus palabras al tiempo que deslizaba el anillo en el dedo de Yoochun.

- Yo, Kim Junsu te tomo a ti Park Yoochun como esposo, en todas las aventuras que la vida nos depare en adelante. Porque hoy enlazo mi vida a la tuya, no solo como tu esposo, sino como tu amigo, tu amante y confidente. Déjame ser el hombro en el que te apoyas, la roca sobre la que descansas, el compañero de tu vida. Desde este día caminaré junto a ti.

Un beso selló la promesa que acababan de hacer delante de las personas más importantes de sus vidas. Con sus padres y hermanos o hermanas en primera fila, con sus pequeños sentados en los regazos de cada uno de ellos, sonriendo contentos como si supieran el significado de aquella reunión familiar. Llegaron los aplausos a los que te uniste rápidamente y lloraste de emoción cuando viste a los chicos acercarse a sus hijos besándoles las regordetas mejillas y cargándoles en brazos.

Y de pronto te invadió otra oleada de felicidad cuando notaste ese pequeño bulto en el vientre de Junsu. ¿Cuánto debía tener ahora? Tres meses o cuatro. No lo sabes bien porque en este momento no tienes cabeza para pensar, las emociones te regocijan y arrastran a un estado pleno de felicidad.

Observas los abrazos acompañados de felicitaciones, las primeras fotografías de pareja y de familia, la algarabía de la fecha. Y aunque no quisieras, sientes el vértigo que amenaza con arrancarte del Ojo de Horus, te permites dar una última mirada y con algunas lágrimas colgando de tus pestañas te despides por ahora. Sabes que de una forma u otra, todavía podrás seguir presenciando sus vidas. Y eso a ti, te llena de una inmensa felicidad.

*Té*

Hace tanto que no te sientas a relajarte de verdad, que casi has olvidado la sensación del aletargado somnífero natural del vacío de actividades. Recordaste el origen de la sangre de tu esposo y te esforzaste por presentarle una buena hora de té. Aprovechando que las familias de ambos han decidido pasar unas horas con tus quintillizos. No hace ni media hora que les dejaron con sus abuelos y tú ya les extrañas. Miras inevitablemente la hora del reloj de pared y suspiras tras recordar que es la hora de la mamila y una siesta vespertina.

- ChangMin ah, la principal idea de una ceremonia de té es aligerar las cargas del cuerpo y de la mente, hacer la vida cotidiana más agradable, entre otras cosas. No creo haya motivo alguno para preocuparnos por nuestros hijos, porque están en las mejores manos posibles.

Tu esposo te dice con voz suave. Y tú solo encuentras ocasión para admitir que se ve sumamente guapo con kimono. Y recuerdas también que llevas uno sobre tu cuerpo, que su mirada no para de revisarte de arriba abajo con ojos cariñosos y lujuriosos también.

- Lo sé… - te limitas a decir luego de dar un sorbo a tu taza de té.

Te has olvidado de todas las formalidades de una ceremonia como tal cuando sientes el cálido líquido pasar desde tu garganta a tu estómago. Cuando dejas el tazón sobre la mesilla a ras de piso te sorprenden sus afilados ojos cafés acechando tranquilamente tu rostro. Tragas hondo y sientes el conocido chispazo eléctrico vagar por tu columna vertebral.

La tranquila hora de té se iría por la borda en cosa de nada. Cuando Hayami finalmente se lanzara a tu boca demandando atención en pareja de calidad. Lo que te significa, placenteras horas de amor.


*Tejer*

Verlo ahí sentado en el sofá de la estancia, con la pierna cruzada y las manos ocupadas con agujas e hilo, más la mirada concentrada y alguno que otro gesto reflejo de su actual tarea, te pareció la imagen más tierna y sexy del mundo.

Yoochun tejiendo.

Sonreíste bajito y caminaste despacio hasta él, que apenas al escuchar el murmullo de tus pies encajonados en suaves pantuflas levantó la mirada hasta ti.

- Pensé que seguirías dormido, baby… - te dice con una cálida sonrisa, dejando a un lado su tarea para acercarse y acompañarte esos últimos pasos hasta el sitio a su lado en el mismo sofá en que estabas.

- No tenías que interrumpir tu tejido por mí, Chunnie~ - dejas libre una risita pero le dejas mimarte acomodando un taburete acojinado bajo tus piernas para que las mantengas elevadas y evitar lo más posible la hinchazón.

- Interrumpiré lo que sea por ti, baby. Debiste llamarme para ir por ti a la habitación… - protesta al tiempo que centra parte de su atención a tu tripa abultada de ya más de ocho meses de embarazo. El tiempo se les ha ido tan rápido que parece mentira que apenas unos meses atrás, antes de que se te notara el vientre, se hubieran casado. El recuerdo es hermoso… - Los niños aún duermen, tú deberías hacerlo también.

- He dormido demasiado todos estos meses… - pones los labios en trompetilla a modo de protesta, y él sube y te besa con dulzura… - Dormí más que antes.

- Es porque venías cansado del primer embarazo.

- Por lo que sea, no estoy arrepentido de estar a punto de dar a luz a otro bebé fruto de nuestro amor. No he podido disfrutar el crecimiento de nuestros gemelos como me hubiera gustado, pero todavía es grande mi agradecimiento por este nuevo milagro.

Le aseguras y él se queda sin más palabras qué decir para ti. Se limita a besarte y acariciarte la tripa con devoción antes de –instado por ti y tu gusto por verle tejer– volver a su tarea. En los últimos meses ha dedicado los tiempos que tiene libres –que tampoco son tantos entre atender a los gemelos y cuidar de ti– a tejer, muchos gorritos descansan en los cajones superiores de la cómoda de los pequeños en su habitación. En los siguientes se desparraman otras chambritas como zapatitos, bufandas y algunos trajecitos que pronto han ido dejando por la formidable rapidez natural de su crecimiento en los primeros meses de vida, pero que todavía quieres utilizar en el bebé que está por nacer antes de guardarlas como recuerdos inmortales en cajas.

Tras varios minutos de anonadarte solo observando el movimiento de sus manos para hacer las puntadas adecuadas, la figura se va notando claramente en aquella nueva chambrita. Las flores resaltan en el tejido como violetas floreciendo en primavera, y a Junsu le sorprende la habilidad que Yoochun ha adquirido tras el esmero puesto en la tarea.

- Chun…

- ¿Sí, baby? – te atiende mirándote de soslayo, procurando no perder el hilo de las puntadas.

- Te ves dulcemente sexy tejiendo para nuestros hijos… - notas un sonrojo apoderarse de sus mejillas y chillas internamente por conseguir aquello. Para ti no es común sonsacarle aquellos sonrojos, y por eso te encanta más.

- No tan sexy como luces tú embarazado, Junsu ah… - se inclina y atrapa tus labios con suavidad, arrancándote otro suspiro enamorado… - También tejeré algo sexy para ti, baby.

Te promete con una gutural ronca insinuación. E imaginas la clase de prendas que querrá tejer para ti. Sonríes ladino y decides que, de cualquier manera, los condones seguirán usándose en esa casa en adelante, al menos hasta que tus pequeños pasen los cinco años de edad, todo y que a Yoochun todavía le cuesta un mundo acostumbrarse a la sensación de aquella transparente y casi imperceptible barrera entre su cuerpo y el tuyo.


*Tararear*

Como cada noche al dormir a los trillizos, tu voz y la suya entonan una nana para arrullarles. Aunque están a pocos días de cumplir el año de edad, te siguen generando la misma avasalladora ternura al verles ahí, recostados en sus cunitas con un peluche aferrado a sus manos infantiles, y mientras tarareas siguiendo la melodiosa canción que tu esposo ha comenzado a entonar con su dulce voz angelical, te preguntas cuántos sueños construyen tus pequeños a tan tierna edad, cuántos han de hacer realidad cuando la aparente vulnerabilidad de sus limitados recursos se expanda hasta donde ellos quieran.

Jaejoong te toca una mejilla acunándola en su mano sin dejar de cantar. Y es en ese preciso instante en que la nana te cobija a ti también. El tono suave de su voz te atrapa, se entreteje en cada fibra de tu alma y se hace parte de ti. ¿Tus pequeños sienten esto al escucharle? Quizá sí, quizá sus sensaciones y sentimientos son aún más complejos, delicados y urdidos. Desconectas de aquel análisis cuando te sabes abrazado a él, con una mano en su cintura y la otra en una de sus manos, moviente al ritmo de su canción como si bailaran una balada de amor.

- Eres increíble, Jaejoong ah… - susurras en su oído, notando cómo se le eriza el vello de la nuca tras recibir tu cálido aliente sobre su piel.

- No lo sería sin ti, Yunho ah. De eso puedes estar seguro. Porque en la medida en que encuentras montones de virtudes en mí, las hay en ti.

Estás por negar sus palabras pero encuentras resistencia no solo en la firmeza de sus grandes ojos negros, sino también en sus labios, que suaves y tibios se posan sobre los tuyos comenzando un beso bailarín al son de la melodía silenciosa que sigue moviendo sus cuerpos al compás de una danza de puro amor.


~U~


*Único*

Si tuvieses que definirle en una sola palabra, definitivamente sería “Único”. Único en personalidad, en pensamiento, en carácter. Único en su forma de decir Te Amo, en su forma de expresar sus emociones, y en reclamarte sus frustraciones –incluyendo aquellas que vienen de su incapacidad de dejarse ser cursi y romántico–; es único en sus maneras para guiarse por la vida, para estar en acuerdo o desacuerdo, para frenarte cuando no le apetece hacer el amor y aún más cuando le da la gana arrastrarte aunque te despierte a media noche así hayan acabado de dormir a los pequeños y solo quieras pegar el ojo por algo más de una hora corrida.

Único. ChangMin.
Para ti, sinónimos.

- ¿En qué demonios estás pensando, baka? – te cuestiona con su, sí, única forma para hacerlo. Con ese ceño fruncido tan característico cuando lo que quiere es comer y tú te has dignado en meterte en tu cabeza solo unos momentos antes que internarte en la cocina a preparar la comida.

- En ti… - respondes seguro de que te gruñirá antes que permitirse mostrarte el efecto real de tu sinceridad.

- Piensa en que tengo hambre, tus nenes no me han dejado descansar toda la mañana, esto de que ya estén en proceso de adquirir la marcha los tiene inquietos queriendo caminar por todas partes como si no fuesen a lastimarse… - refunfuña, y tú recuerdas que esa mañana fuiste tú quien salió a atender un asunto de trabajo de última hora, dejándole por más de tres horas solo con los quintillizos. 

Te remuerde la conciencia y te acercas con toda la intención de mimarle en compensación. Pero claro, cuando estabas a nada de posar tus labios sobre los suyos, él te gira la cara por lo que le plantas un casto beso en la mejilla, y gruñendo te exige que hagas algo rico de comer, y que lo hagas pronto aprovechando que los niños duermen la siesta vespertina y él se encierra en la ducha a relajarse unos minutos.

Sonríes y te recuerdas en compensarle el agotamiento con algunos de sus platillos favoritos, llevar a la familia al Parque y ser tú quien le de un merecido masaje esa noche antes de dormir. Y quién sabe, puede que en el camino te deje hacerle el amor.

Pero, como siempre. Es tan único que no sabes lo que pasará. Tus planes y los suyos podrán parecerse, pero siempre tendrá sorpresas que mostrarte.


~V~


*Vitaminas*

Con el nacimiento de su tercer bebé Yong Sun –luego de los gemelos, obviamente–, a Junsu le han recomendado expresamente evitar las relaciones sexuales sin protección, ya que un tercer embarazo próximo pondría en riesgo su salud, e incluso la de un futuro bebé. Por lo tanto, has jurado controlarte mucho más, y si llegasen a intimar –lo cual claramente iba a suceder– no olvidar los condones. Aparte de eso, a Junsu le mandaron una dieta especial para alimentarle lo suficiente para que se recupere del segundo parto, y a la vez para que pueda lactar sin ningún problema a su bebé. Recordando que la lactancia se lleva mucha de su energía.

- Baby… - le llamas con ese tono de culpa que no has podido evitar desde la consulta con la ginecóloga hace un par de días. De alguna manera escucharle hablar de los posibles problemas de salud que podría tener te amplió el horizonte respecto a tu trato hacia él. Claro que le amas, y quisieras hacerle el amor día y noche, pero ahora más que nunca él necesita consideración, y que tú te pongas un severo “stop” en el cuerpo.

- ¿Sí? – te atiende sin atisbo de culparte de nada, sonríe como siempre, mientras Yong Sun toma pecho y a ti te entra tanta ternura que sonríes como el padre y esposo bobo enamorado que eres… - ¿los gemelos duermen ya?

Asientes y te sientas a su lado, observándole alimentar al más pequeñito de los Park. Te sacude una ola de inmensa felicidad y sin pensarlo, tus labios van a parar a una de las mejillas de Junsu, arrancándole una sonrisita y viendo cómo si estado de ánimo parece contagiársele a tu bebé pues aprieta con soltura uno de los dedos de tu esposo.

- ¿Quieres comer cuando le dejemos en su cuna?

- Aún no. Pero más tarde tal vez, me apetece algo con fresa y vainilla… - sonríe contento. Pero tú todavía alcanzas a notar el cansancio en el fondo de sus pupilas.

Dos embarazos tan próximos uno de otro realmente le ha pasado factura, y en gran medida, ha sido por tu causa. Claro que no te arrepientes del angelito en sus brazos, lo agradeces infinitamente, pero jamás te perdonarías que por tu alocado amor apasionado, algo le llegase a suceder a tu esposo.

- Chun…

- Te prepararé algo delicioso, baby.

- Chun… - sus ojos se clavan en ti y tú sabes que él ha notado tus sentimientos… - No te martirices más, ¿sí? Quiero verte contento por nuestros hijos. Ya estamos tomando las medidas necesarias, así que no hay más por lo que preocuparse.

- Lo sé… - susurras regalándole una sonrisa, recibiendo a Yong Sun en tus brazos cuando ha terminado de comer quedándose finalmente dormido… - Ya vuelvo… - le llevas a la cuna junto a sus hermanitos en la habitación contigua y luego vuelves a lado de Junsu, abrazándole con cariño y besándole sin prisas.

- Tú eres mi mejor vitamina, Yoochun ah. Te amo… - y son esas palabras las que finalmente disipan todo el remordimiento que te había atacado hasta ahora.

Porque así como él dice que tú eres su vitamina, aseguras que él es la tuya. El alimento de tus días, la luz de tu vida.


~W~


*Walmart*

Ha sido por demás curioso el encuentro –y sí, solo para que lo sepas, tienes el Ojo de Horus en tu poder–, han convergido en el cruce de unos pasillos y los carritos han chocado en un divertido sonido de metal. Demasiado concentrados en los detalles como para evitar la consecuencia de la distracción. Yoochun, Yunho y Hayami se miran primero como sorprendidos, luego de pestañear varias veces sueltan una risa divertida. Las cosas que pasan parece que solo puede sucederles a ellos. Y a ti la escena te enternece, de alguna manera.

- Nos encontramos en el mismo súper. Qué casualidad… - Hayami tuerce los labios en una fresca sonrisa y a ti te da un no sé qué que te hace sentir emocionada. Oh sí, debe ser que no has olvidado su caballeroso gesto en la anterior boda.

- La verdad es que sí me parece una casualidad, Hayami baka… - Yoochun dice y a ti te da una sincera risa escucharle llamarle “baka”, porque ves claramente en los ojos negros del ratón que solo quiere fastidiarle, pero al japonés su comentario ni le inmuta.

- ¿Ya pasaste por la farmacia? Hay unos condones texturizados muy buenos, ¿ya los probaron?... – el japonés suelta con cierta maldad, y Yoochun siente aquel comentario como golpe bajo con sus recientes restricciones de intimidad con Junsu. Así que achica la mirada y le lanza un bufido.

Yunho revolea los ojos y decide mirar en la lista que Jaejoong le entregó para revisar lo que hace falta de llevar. Camina por el pasillo de la izquierda y decide ignorar el pleito de críos que los otros dos se están montando, lo cual de por sí le parece extraño al pelinegro y al japonés, pues generalmente el moreno intenta mediar, o bien reñirlos como si fueran unos niños.

- Ahora tiene verdaderos críos que educar, por eso nos ignora… - Yoochun comenta de pronto, siguiendo al moreno casi sin percatarse de que lo hacen, todo y que él acababa de salir de ese pasillo y no necesitaba echar más nada de ahí a su carrito de las compras… - ¿Y ChangMin?

- Paseando a los pequeños en los caballitos de la plaza, mi suegra y mi cuñada están con él. ¿Y Junsu?

- En casa de mi madre, nos invitaron a pasar la tarde con ella, pero aproveché para escaparme a las compras mientras mi baby descansa. ¡Hey, Yunho! ¿Qué hay de Jaejoong?

- En casa de mi madre, con los trillizos haciendo travesuras por aprobación del abuelo consentidor… - responde casi en automático, fijándose en la descripción de unos paquetes de pastas para asegurarse de llevar lo indicado, o su JaeBoo capaz lo manda de regreso.

- Semes de compras, ¿eh? – Hayami señala con aire divertido, golpeando su carrito contra el de Yoochun como si estuvieran jugando a las carreras en una complicada pista de fórmula 1.

- ¡Semes de la mejor calidad! – el pelinegro le sigue la corriente y luego se enfrascan en una curiosa persecución chocando sus carritos y riendo alto.

- Niños… - Yunho susurró, sonriendo finalmente y uniéndose casi involuntariamente a la divertida carrera cuando Hayami y Yoochun regresan por el mismo pasillo empujándole a participar.

Todas las personas que los ven tienen reacciones diferentes, a ti solo te interesa ver las sonrisas de aquellas que encuentran entretenido ver a tres adultos jugando como unos niños. Algún empleado de la tienda intenta pedirles orden, pero es imposible y terminan recorriendo los pasillos del súper en el mismo juego, echando las cosas faltantes a tropel en sus carros.

Antes de que puedas verles hacer cola en la caja para pagar, sientes el tirón en la boca del estómago, y una vez más agradeces al Ojo de Horus por permitirte un momento más de sus dones.

~X~


*XXX*

Ahora que los quintillizos han alcanzado cerca del año y medio de edad, es más común que tu madre o la suya se los lleven consigo a pasar una tarde paseando sin ustedes por ahí rondando con las inevitables restricciones que como padres saben poner. Los abuelos siempre serán consentidores. Y a veces está bien dejarlo ser así. Por tanto, tú te encuentras con días enteros sin otra cosa qué hacer más que hacer el vago. No es que no trabajes en nada, por supuesto que no es eso, los escenarios siguen conociendo tu talento, pero ahora todos se han tomado la libertad de hacerlo del todo a su manera, con más temporadas de descanso en el medio al menos hasta que los pequeños de todos alcancen los tres años de edad, cuando ya les han brindado las principales herramientas de sostén para la vida. En absolutamente todos los planos, físico, emocional y funcional.

Enciendes tu portátil y te sientas en la mesa del comedor a navegar un poco por aquí y por allá en diversas páginas. Visitas cafés de fans, el famoso centro de videos internacionales y sitios de descarga de videos especiales. Encuentras sin embargo que no te son suficiente, no te provocan demasiado y claramente no tiene comparación con el morbo y el placer que estar con tu esposo te provoca.

- Y yo que creí que ya te habías olvidado de esos videos XXX… - la voz de tu esposo te hace respingar en tu sitio, volver la cara y encontrarte con su altanera sonrisa de hombre omnipotente.

- Baka, me has dado un susto de muerte… - le gruñes para luego volver tus ojos a la pantalla, pasando de aquél video a otro cuyo título te había sonado interesante.

- Asumo que nuestros apasionados encuentros son mucho más calientes que eso que estás mirando, cariño~

Tú por todo comentario te limitas a lanzar otro gruñido y cambiar a otro video. Hayami se ha sentado a tu lado, acercando la silla para tener mejor visión. Y tú encuentras incómodo que lo haga, porque demasiado pronto su calor te embriaga y provoca ese cosquilleo que otrora te generaba justamente mirar esos videos. Aunque te cueste admitirlo, Hayami te había cambiado la vida en absolutamente todos los detalles imaginables.

- Deberíamos animarnos a grabarnos algún día… - comenta con tono casual.

¡Pero tú sabes que no hay nada de casualidad en sus palabras! Le fulminas con la mirada e intentas lanzarle todas las maldiciones que te conoces en los tres idiomas que dominas –tu natal coreano, su japonés y el internacional inglés– cuando su boca ya ha presionado contra la tuya demandando un beso por demás fogoso. ¡Y tú tanto que te quejabas de que Junsu y Yoochun parecían conejos! Si ustedes dos lo hacen cada que pueden.

- Aparta, baka… - le gruñes de mala manera cuando rompe el beso, y sin embargo no haces nada por empujarle siquiera.

- Vamos a grabarnos… - propone guiñándote un ojo… - así la próxima tendrás videos candentes con los que encenderte y masturbarte en mi ausencia… - indica con voz ronca.

Y tú encuentras demasiado hiriente contra tu orgullo que tu rostro se encienda al rojo vivo por la indecorosa proposición. Te arden las mejillas y hasta las orejas, pero lejos de protestar, vas y lo arrastras hasta la habitación, cerrando de un nada delicado portazo y rebuscando en el armario la videocámara que has de montar por ahí estratégicamente en la habitación porque sí, quieres tu video XXX con tu esposo como protagonista, tú de colado inevitable.

- Eres un pervertido de lo peor, ChangMin ah… - te dice entre sonrisas, posando para ti, completamente desnudo tumbado en la cama, dejándote tomarle tantas fotografías como te da la gana, masturbándose ante tus ojos lujuriosos.

Y ¡Oh mierda! Esta será tu colección privada y recelosamente guardada sin comparación con cualquier historial que tengas de videos especiales.


~Y~


*Yoga*

Ahora que lo piensas, supones que esta práctica tenía mucho que ver con la flexibilidad de su cuerpo al moverse. Claro que, no es solo debido a esto. De todas maneras, verle practicar yoga en el pórtico del jardín trasero te mantiene ocupado todas las mañanas desde que Junsu la agregó por ley a su rutina diaria.

La forma en que lentamente su cuerpo trazaba una serie de posturas que mantenía por un determinado tiempo antes de cambiarla por otra te resultaba atractivo. Y además curioso y encantador, porque ahí estaban tus gemelos, de dos años ya, imitando a su umma en movimientos más irregulares que les hacen reír divertidos, misma sonrisa que se abre paso en los labios de tu esposo, pero sin llegar a perder la concentración. Mientras tanto, tu pequeño de ocho meses ya va y da pasitos con tu apoyo, hace borucas y ríe con gritillos de felicidad al ver a su umma y sus hermanos en aquella actividad.

- Creo que aprenderán tu flexibilidad, baby.

- Será bueno para ellos, crecerán todavía más saludables… - te dice con una sonrisita, cambiando la postura por una mucho más compleja que definitivamente tus pequeñines no pueden copiar y terminan cayendo sobre el tapete haciéndose cosquillas.

- Sí… - murmuras medio embobado con su silueta. Tragas hondo y decides mantener bajo control tus pensamientos obscenos.

Y sin embargo no es tu culpa. El hecho de que lleve unos ligeros shorts y una camiseta de resaque no ayuda. Además, desde que se recuperó de los seguidos embarazos, juras que su cuerpo adquirió una figura todavía más sensual y atractiva, de una belleza casi sobrenatural que lo elevó a un nivel de perfección que no imaginabas posible.

- Chun, los niños te miran… - te dice con un rintintín divertido, te guiña el ojo y se recuesta sobre el tapete haciendo una más de sus complejas posturas.

Te sientes tentado de culparle, pero en cambio simplemente terminas arrastrando a los gemelos contigo y el más pequeño al césped comenzando una divertida guerra de cosquillas. Tienes la familia ideal, amas a tus hijos, amas a tu esposo. Amas lo que eres, lo que posees. Y eso, no tiene punto de comparación.


~Z~


*Zanahoria*

No sabes por qué les gusta tanto justamente aquella verdura, pero visto que es así, preparas a menudo una serie de platillos y postres a base de zanahoria. Así que hoy has decidido hacer un pastel de zanahoria. Los trillizos están alrededor de una pequeña mesita en la cocina, junto a ti, les dejas ahí algunos de los ingredientes que deben mezclar –aunque sabes que no usarás aquellas mezclas pero les tendrás entretenidos, y además les gusta cocinar contigo– y les dices que deben echar todo eso en el recipiente y mezclarlo con sus manitas durante un rato.

- ¡Sí, omma~! – gritan los tres y pronto se deciden a embarrarse con absoluta libertad.

Tú ríes contento y comienzas a hacer la verdadera mezcla para el pastel. Yunho entra más tarde, cuando estás por terminar la mezcla y los saluda a todos con un sonoro beso en la mejilla; uno igual a ti, aunque el tuyo es en los labios.

- ¡Appa ama a omma!  - gritan los pequeñines con sendas sonrisas en los labios.

- Por supuesto… - Yunho asiente efusivamente.

- Más le vale a appa hacerlo, o se queda sin pastel… - comentas con una sonrisita, esparciendo la mezcla sobre un molde rectangular…

- ¡También te amamos, omma! – dicen al unísono. Y tú encuentras divertido saber que lo han dicho en parte para evitar que les dejes sin su trozo de pastel.

- Bien hecho, chicos. Amemos a umma… - Yunho te abraza por la cintura y al instante los trillizos corren envolviendo sus manitas en tus piernas y riendo entre palabras mochas.

Después de un rato consigues que te suelten pues si no, no podrás meter el pastel al horno. Y cuando vuelven los cinco a la mesita de los trillizos, descubres una mezcla lechosa de harina, zanahoria rayada y huevo. Las manos de tus trillizos –que ya habían ensuciado tus pantalones anteriormente– vuelven a sumergirse ahí embarrándose hasta las muñecas, luego atacaron las mejillas de Yunho y todo terminó en una curiosa guerra de mezcla lechosa donde todos terminaron sucios de la cara y las ropas.

- ¡Muy bien! ¡Todos a la ducha! – Yunho gritó y comenzó la persecución de los trillizos por toda la casa hasta conseguir atraparles y meterlos a la tina de baño.

- Yunho ah…

- ¿Qué, JaeBoo?

- Gracias por darme tan hermosa familia… - le besas de pronto. Un beso con sabor a algo raro en el que apenas alcanzas a percibir claramente la zanahoria.

- Te Amo, Jaejoong ah… - te sonríe y cuando te da otro beso, los trillizos comienzan a gritar emocionados porque sus padres se aman.

Y ahí, entre guerra de mezcla de zanahoria y un beso del mismo sabor, tú comprendes que esto es lo que siempre soñaste. Una familia que te hace inmensamente feliz.


~FIN~


Como siempre, un sincero agradecimiento por acompañarme en un ABC más. Llevamos tres con éste ;D

Gracias nuevamente a las personas que aportaron sus ideas, siento no haber retomado todas y cada una de ellas pero espero hayan notado que fue para evitar dramas, o bien porque no encontré punto de encuentro en el hilo de la historia que desarrollamos a través de todas las letras.

Espero les deja un agradable sabor de boca, y renovemos nuestros votos de amor por estos seis hombres que nos cautivan con su sola existencia.

14 comentarios:

  1. asdasdoasjdpasdasd de los mejores embarazos ke he leido *--------------*

    *denle bbes y ella es feliz *---*

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  2. Dulce dulce dulceeee

    Muchas Gracias ♥

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  3. me encanto!!!!
    siempre me han gustado leer los fics en donde incleyes a los babys de los chicos pero este simplemente fue espectacular fueron tantas experiencias hermosisimas al menos sabiendo cuanto se aman todos ellos
    muchisimas gracias por habernos regalado esta magnifica historia

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  4. Por dios pero que dulce fue este ABC~ fue de lo mas hermoso de la vida -rueda-
    Me gusto demasiado como lo relataste y el hecho de que estuvieramos presentes en el fanfic, me emocione, llore y subi hasta las nubes rositas <3
    Muchas muchas gracias

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  5. *~* Te quedó hermoso!!!!!!
    me encantaron todas las letras.

    ohhh así q el YooSu volvio a tener otro baby!!!
    ahora al ratón no le queda de otra q usar protección ya q tiene q ver x la seguridad de su baby!
    waaa Changmin aunque no lo aparenta es tremendo pervertido xDDDD

    sabes? me gusto mucho la última letra
    imaginar a Joongie en la cocina con sus bebés preparando ese pastel, fue de lo mas tierno *O*

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  6. ahhhhhhh otra vez debo dejar mi lugar reservado.........*sigue con lagrimas en los ojos*......

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    1. yeahhhhhh
      me reencanto todo el abc sus sonrisas preocupaciones y todo lo que conlleva la familia que son me encanta y como nos dejaste entrar a ver todo ello fue muy emocionante gracias!!!!!!!!! me diverti mucho......

      <3 yoosu <3

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  7. <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 lo ameeeeeeeeeeeeee estuvo preciosooooo, Chun tonto tiene que cuidar al baby tmb u.u pero al fin tienen las familias q desean y eso es lo principal que su amor es mas grande que nada!! Muchas gracias por compartir este ABC con nosotras ^^

    Saludos!!!

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  8. Nooo Feli para nada ^^

    Gracias a ti por compartir con nosotras cada una de tus maravillosas ideas al escribir. Mil gracias por dedicar parte de tu valioso tiempo para escribir ^.~

    Eres la mejor XD

    En verdad que disfrute leyendo ABC

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  9. AHHHHH... que belleza!!!!...fue simplemente hermoso!!!...dulce y tierno...me hizo llorar de la ternura!!!

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  10. Asdfghjk belloooooooo
    -llora de emoción-

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  11. GOD!!!!!! ya se terminoo ;_;
    ay un limite para amarte mas Feli ? xq te amoooooo!!!! hehe =]

    desde la sensibilidad a flor de piel hasta el tic tac, Dios!!! y aunq Junsito zte asustado por estar otra vez embarazado, aunq es muy pronto estoi refeliz, asi como ellos lo estan... y en verdad me emocione muxo con la boda... awww y casi grito cuando Hayami nos entrego el pañuelo, juro q lo senti y ver al Cango medio celoso... Y LOS VOTOS me llegaron al corazon, amo como se aman ^^

    Hayami es un grandioso esposo, para el Changmin es el unico y pienso lo mismo, por eso el y yo lo amamos... aunq cada uno a su manera =)....
    por un momento senti mal por q el Chun se sentia culpable q el delfin este delicado x sus arranque de pasion, pero cuando Junsu le dijo q el era su vitamina X)... el si sabe como reconfortar

    cuando no el Chango todo perver y lo ha contagiado a Hayami y van a ser su propia peli XXX!!! qisiera alguna vez verlo pero se q Changmin hsta le va a poner contraseña x q es ultrasecreto... hahahah XD!!!!

    me encanto, me maravillo, me insiste sentir un monton de cosas con el Ojo de Horus!!!! te amo Feli =) y gracias

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  12. Asdnftrjngjtrngjknt! que hermosooooooooooooooooo! Todo todo estuvo hermoso!!!! *-----------*

    asdnfrehfntr! si, ya sabemos que Hayami esta totalmente loco por ese esposo suyo xD a pesar de todo lo que le hace!! si es un masoquista ps xDDDDDD jajajaja! no no tan lindos! & ese XXX aijsndifnrgfkjrtng yo quiero verlo!!! *-*/ Changmiiiiiiiiiiiiiin deja nos ver esas fotos & el vídeo!!! *-* okay no xD! jajajaja es que es que aaaaaaaaaawwwww! *-*

    Eiiish! es que es imposible no perder el control con Susu! *-* Pero sii, no ma Chun te pasas ¬¬ osease no no! okay no xDD! aun así deben de usar muchos condones & /o aguantarse de hacerlo! asjxdnrjnf ame cuando Su le dijo que era su mejor vitamina *------------------* eso es amor!
    el Yoga! ajsndjkrnf con sus hermosos hijos!! God! *-* que hermosa familia! me encantoooooooo!

    Aaaaaaaaawww! los semes de compras! inche semes que parecen niños xDDDDDD! que hermosos por cierto!!! no maa! Hayami se pasa con esas bromitas hacia el pobre Chun xD! espero que los hayan probado, cofcof! xD

    aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaawwww! la hermosa familia del YJ! aigooo! *-* son tan ajsndenfrkjnkjtrngkjrntgnjt! obviamente se aman los appas & los bebés a sus appas! no sé! ame esa escena!! es que... es que aaaaaaaaawww! que hermoso! en serio! *----*

    Muchas gracias por abc Feliiiiiiiiiiiiiiii! tarde, pero lo terminé de leer! xD! gracias mosssha! <3 *-*

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  13. aw*. tan liindas cada una de las descripciones de las letras.(descripciones a tu modo y con pequenias historias) que te dejan un buen sabor de boca *o*! kawaii...ame a los bebos.y la parte que me encanto del yoosu fue imaginarte la escena de Junsu haciendo yoga con los babys alado y con su esposito imaginandose de cosas ahh~ tan bellos :3~
    Mi Yunjae es todo amor ♥‿♥ y claro sin olvidar el Hayamin los pervertidos sin remedio.(superando a Yoochun)vamos que grabarse lo supera todo.xD!
    gracias por tan hermozas letras Felina ^-^!!

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”No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”
J.R.R. Tolkien