~S~
*Sensibilidad*
Te envistes nuevamente con el poder del Ojo de Horus y decides echar un vistazo
en las rutinas de los seis y su reciente cambio de vida. A cuatro meses del
nacimiento de diez hermosas criaturas a cargo de ellos, tú te regocijas con el
amor que les muestran a sus bebés, con la paciencia que les tienen y la entereza
que sacan para no ceder al cansancio y continuar ahí “al pie del cañón” dando
lo mejor de sí cada día.
Y de pronto te pones sensible con tantos
sentimientos y emociones a flor de piel. Has llegado en el momento indicado,
justo cuando Jaejoong y Junsu se prueban sus trajes de novio, el blanco les va
simplemente perfecto, resalta la belleza de cada uno y les da ese aire
angelical que simplemente parece remarcado porque en sí ya lo poseen. Juras que
en cualquier momento podrían aflorarles un par de alas en los omóplatos, y si
sucediera tú simplemente te convencerías de que siempre lo supiste. Algunos
ángeles se habían escapado del cielo.
- Me hubiera gustado verlos batallar con
ponerse un kimono nupcial… - escuchas decir a ChangMin, quien junto a su
esposo, Yunho y Yoochun, están ahí presentes admirando a Jaejoong y Junsu.
Hayami ríe divertido. Pero moreno y
pelinegro parecieron no escucharle siquiera, demasiado embobados en sus
prometidos como para registrar más nada. Y tú te encargas de escribir una nota
y dejarla por ahí a la vista de los chicos solicitando que en algún momento
realicen una ceremonia con los tradicionales Hanbok de su país. Yunho lo toma y
sonríe al leer, comparte con los demás y asienten. Te emocionas como nunca,
culpas a tu sensibilidad a flor de piel por el mareo que te ataca y maldices
por lo bajo cuando pierdes el conocimiento. El Ojo de Horus te ha abandonado de
momento, pero buscarás después la oportunidad de solicitar de nuevo sus
bondades. Todavía quieres estar ahí para la boda.
*Susto*
Había comenzado por mareos matutinos,
náuseas ante ciertos olores y apetito en aumento. Y todo lo que podías pensar
era que estabas teniendo exactamente los mismos síntomas que cuando te
embarazaste. La idea te hizo palidecer y a Yoochun preocuparse.
- Baby, ¿estás bien? – Yoochun te sostiene
las mejillas y te mira detenidamente, como buscando en tus ojos claros el
motivo de tu repentino malestar.
- Solo me… acordé de algo…
- ¿Y por eso te pones blanco como fantasma?
¿De qué te acordaste, baby?
- N-no es importante…
- Junsu ah…
- Vamos, hay que salir ya o llegaremos
tarde a casa de mis padres y pensarán que ha sido tu culpa… - esbozas una
sonrisa y pronto mandas el anterior pensamiento al fondo de tu mente.
Lo único que necesitas pensar ahora es en
tus gemelos y en lo feliz que se pone tu familia cuando les llevas a casa y ves
a tu padre jugar con ellos, y a tu madre malcriarlos con exceso de mimos y
brazos. Pero no dices nada, te gusta que sea así. Te gusta que tu hermano se
una también a la comitiva y deje salir su lado más tierno, hablándoles cariñoso
y jugando con ellos, cargándoles en brazos y suspirando, como si de pronto
supiera que también debería sentar cabeza y formar su propia familia.
Cuando vuelven a casa el cansancio te tumba
antes de lo esperado, tomas la ducha y aceptas cuando Yoochun te dice que él
llevará a los gemelitos a su cuna apenas los has alimentado. Te metes en la
cama y antes siquiera de que tu prometido regrese tú ya te has quedado dormido.
Los días siguientes sigues teniendo los
mismos síntomas. Y tú presientes que es probable haberte embarazado de nuevo.
¡Sabías que luego de la cuarentena tendrías que haber obligado a Yoochun a usar
condones!
*Sorpresa*
- ¡¿Embarazado?! – cuestionas con una
mezcla de sorpresa y alegría. Mientras que Junsu se cruza de brazos y frunce el
ceño… - ¿Qué sucede?
- ¿Cuánto tienen Chun Hei y Young Su?
- Cuatro meses y cinco días…
- ¡Exacto! ¿Cómo quieres que me sienta
ahora? Todavía ni siquiera han crecido suficiente y ya estoy embarazado otra
vez Chun… - gimotea con aire frustrado. Y tú te pateas mentalmente por no
pensar en él antes de soltar tu alegría como si nada…
- Baby, estás… ¿lo quieres?
- ¡Claro que lo quiero! - te responde casi indignado… - Es solo que
me ha tomado demasiado desprevenido esto. Si al menos Chun Hei y Young Su
tuvieran dos o tres años. Pero ni siquiera han cumplido el año. ¡Ni nos hemos
casado!
- Junsu ah… - le abrazas sin encontrar
palabras para confortarle… - No puedo negar que me hace feliz que lo estés de
nuevo, pero también tienes razón. Lo siento, fue mi culpa.
- Condones de ahora en adelante, Chun…
- Condones baby… - suspiras y le besas la
frente, las mejillas y los labios con especial dulzura…
Se viene una gran tarea en realidad. Pero
por lo pronto, celebrar la concepción de otro ratoncito o delfincita. O quién
sabe, tal vez la suerte les sonría de nuevo con gemelitos.
~T~
*Tic Tac*
Lo sabes ya, ha llegado el momento de la
boda doble que tanta ilusión te ha hecho presenciar. Corres y te engalanas con
tus mejores prendas, ostentas el Ojo de
Horus y agradeces una vez más su existencia, le saludas con respeto y haces
una venia a sus bondades divinas.
Entras en el espacioso jardín del lugar que
han arrendado para llevar a cabo la ceremonia nupcial. Te mueves con sigilo
entre las filas de las sillas dispuestas a izquierda y derecha bordeando el
camino central ataviado por una alfombra de pétalos blancos perfumando
constantemente el ambiente. Sonríes y estrujas nerviosamente tu modesto bolso
–en donde guardas un montón de ilusiones– descansando en tu regazo, agradeces
no ser la única bendecida por el Ojo de
Horus y conversas animadamente con todas esas personas que se aglomeran con
respeto en torno al sitio destinado para la ceremonia.
Saludan con una venia y una sonrisa a las
familias de los seis, comparten su alegría y al mismo tiempo la insalvable
nostalgia de las madres tras ver realizarse otra etapa más en la vida de sus
hijos. Paseas un momento la vista por todo el jardín para grabarte en la
memoria el perfecto decorado natural, pues más que ataviar con enzarzados
detalles, se han valido de la belleza del paisaje. Rodeados por árboles de
varios tipos que se alzan hasta el cielo, hay todavía suficiente espacio en la
circunferencia del claro como para que la luz del sol se cuele libremente y se
deje acariciar por los suaves vientos que soplan desde todas partes dejando una
agradable brisa con aroma a –además de los pétalos que asemejan una alfombra–
bosque, pino y cerezos que apuntillan la panorámica. Hay también rosales en
rojo, blanco y otros colores mezclados por ahí en algunos recovecos a los
costados. Y al frente de los muebles vestidos de perla y zafiro, el pabellón
principal. Los mantos de seda semi-transparente se mecen apenas
perceptiblemente por el aire, jugando a acariciar los ramos de rosas que
descansan a cada extremo de los lados y detrás.
Si has de definirlo, bello es la única palabra que te salta a la mente. Aunque sabes de
antemano, todos los sinónimos posibles habrían de describir con suficiente
exactitud la emocionante sensación de felicidad.
Luego de pronto hay un silencio que viene
del aliento contenido. Los novios aparecen con sus elegantes trajes negros,
atraviesan el camino de rosas y al llegar ante el altar cada uno se coloca en
un lado; Yunho a la derecha, Yoochun a la izquierda. Las sonrisas y las miradas
brillantes comienzan a brotar ahí donde volteas a mirar. Un minuto después un
silencio igual al anterior es seguido de una serie de suspiros que cobijan las
más exquisitas sensaciones de admiración. Jaejoong y Junsu hacen acto de
presencia. Tan hermosos con sus pulcros trajes blancos que roban el aliento de
cualquiera. La inmaculada beldad de sus siluetas asemeja en definitiva a dos
ángeles que han ocultado sus alas al transitar por aquella alfombra de rosas.
Las miradas brillantes de ambos es reflejo nítido de la emoción que les circula
en la sangre al saber que están ahí a punto de contraer nupcias con sus
respectivas parejas. La cara de enamorados de Yunho y Yoochun te es francamente
entendible y esperable, ante tal irradiante belleza que desprenden Jaejoong y
Junsu sabes que no es para menos.
Cuando finalmente llegan ante el altar,
Yunho se coloca a lado de Jaejoong ofreciendo su brazo para que lo tome, al
tiempo que abandona la guía de su respetable padre. Yoochun emula la acción con
Junsu y realiza una venia cortés hacia su señor suegro. Luego los cuatro
hombres dan la vista hacia el ministro que llevará a cabo la ceremonia.
Sientes una emoción tan grande recorrerte
que es imposible contener las lágrimas. Así como ellos realizan otro de sus
sueños, tú sientes que lo has hecho también pues nada te alegra tanto como
verles formalizarse en absolutamente todas las formas humanas posibles. Un
pañuelo cae sobre tu mejilla limpiando suavemente una lágrima y cuando vuelves
la mirada te encuentras con un caballero. Hayami te sonríe cordial antes de
volver a su sitio con ChangMin, quien le sonríe entre orgulloso y celoso de su
gesto. Tú simplemente buscas contener tu emocionado corazón contra tu pecho.
Son demasiadas cosas buenas en un mismo instante.
Entonces viene la parte más emotiva de la
ceremonia, el intercambio de anillos y los votos de cada uno de ellos. Es ese
preciso instante en que el tic tac del reloj de muñeca de alguno de los
invitados te llega claro al oído y acelera las pulsaciones de tu corazón, te
carcome la ansiedad y todo parece así de pronto ir demasiado lento. Aguzas la
mirada y el oído para no perderte detalle de los acontecimientos.
Yunho preside el momento. Sus palabras te
conmueven hasta el llanto –como si no hubieses derramado suficientes lágrimas
de alegría hasta ahora– y consigue recordarte porque te enamora el amor que le
profesa a Jaejoong.
- Yo, Jung Yunho, te tomo a ti Kim Jaejoong
por esposo hoy y para la eternidad por algunas de las razones que me permito
mencionar a continuación… - le miras carraspear todavía demasiado nervioso,
suspirar y clavar nuevamente sus ojos en los de Jaejoong… - Te necesito para
respirar, necesito tus ojos para ver, como tus labios para sentir, necesito tu
alma para vivir y tu existencia para sonreír; te necesito para saber amar… y a
partir de ahora necesitaré también toda tu paciencia… - ves al pelioscuro
elevar una de sus delicadas cejas como presintiendo que su (casi) esposo está
por decir algo fuera de lugar… - para que no me regañes por dejar desordenado
el baño… - ha susurrado por último, y aunque solo Jaejoong le ha escuchado, tú
gracias a los dones del Ojo de Horus
lo has hecho también.
Una parte de ti quiere soltar la carcajada,
otra darse de topes contra cualquier muro disponible –o la corteza de un árbol
que para estos fines funcionaría igual–, y una menor entre ellas, llorar de
alegría. Porque en el fondo tú como Jaejoong, saben que es justo así como aman
a este hombre. Es Yunho después de todo. Tan perfecto a su manera que no te
extraña que Jaejoong le sonría radiante mientras la argolla se desliza en su
dedo anular.
Así es como la palabra le es cedida a él
para proseguir con la ceremonia. Jaejoong toma el anillo entre sus finos y
delgados dedos, sostiene sus grandes ojos negros en los cafés de su (casi)
esposo y con sonrisa en los labios continúa…
- Yo, Kim Jaejoong, te tomo a ti Jung Yunho
por esposo con mis votos de por medio en muestra de mi más profundo amor. Con
un mismo principio, con mil finales, todos junto a ti, tú junto a mí, una vida
para recorrer, mil momentos para compartir y un solo amor que vivir.
Sus palabras han sido por demás románticas
y hermosas. Sabes por la expresión de Yunho que está por demás conmovido por
los votos de su esposo, por eso es que no tardan nada en besarse, fusionar sus
labios con suavidad por un breve tiempo. Sonriéndose tras separarse y enlazar
sus manos con los dedos brillando a la luz de los rayos solares. Toca así el
turno de Yoochun, que hecho un manojo de nervios sabe bien disimularlos
mientras sostiene la mano de Junsu y al tiempo que recita sus votos desliza la
argolla en su dedo.
- Yo, Park Yoochun, te tomo a ti Kim Junsu
como mi esposo en el camino que hemos decidido andar juntos para siempre. Has
de saber que no podré dejar de amarte, porque sólo tú eres tú, que así no te
hubiera conocido en ésta vida, te habría amado de todas maneras porque fuiste
mi sueño y ahora eres mi realidad.
Casi de inmediato Junsu realizó sus propios
votos, conteniendo las lágrimas de felicidad en sus castañas pestañas. Sonrió
enamorado y –tal como hizo su (casi) esposo antes– pronunció sus palabras al
tiempo que deslizaba el anillo en el dedo de Yoochun.
- Yo, Kim Junsu te tomo a ti Park Yoochun
como esposo, en todas las aventuras que la vida nos depare en adelante. Porque
hoy enlazo mi vida a la tuya, no solo como tu esposo, sino como tu amigo, tu
amante y confidente. Déjame ser el hombro en el que te apoyas, la roca sobre la
que descansas, el compañero de tu vida. Desde este día caminaré junto a ti.
Un beso selló la promesa que acababan de
hacer delante de las personas más importantes de sus vidas. Con sus padres y
hermanos o hermanas en primera fila, con sus pequeños sentados en los regazos
de cada uno de ellos, sonriendo contentos como si supieran el significado de
aquella reunión familiar. Llegaron los aplausos a los que te uniste rápidamente
y lloraste de emoción cuando viste a los chicos acercarse a sus hijos
besándoles las regordetas mejillas y cargándoles en brazos.
Y de pronto te invadió otra oleada de
felicidad cuando notaste ese pequeño bulto en el vientre de Junsu. ¿Cuánto
debía tener ahora? Tres meses o cuatro. No lo sabes bien porque en este momento
no tienes cabeza para pensar, las emociones te regocijan y arrastran a un
estado pleno de felicidad.
Observas los abrazos acompañados de
felicitaciones, las primeras fotografías de pareja y de familia, la algarabía
de la fecha. Y aunque no quisieras, sientes el vértigo que amenaza con
arrancarte del Ojo de Horus, te permites dar una última mirada y con algunas
lágrimas colgando de tus pestañas te despides por ahora. Sabes que de una forma
u otra, todavía podrás seguir presenciando sus vidas. Y eso a ti, te llena de
una inmensa felicidad.
*Té*
Hace tanto que no te sientas a relajarte de
verdad, que casi has olvidado la sensación del aletargado somnífero natural del
vacío de actividades. Recordaste el origen de la sangre de tu esposo y te
esforzaste por presentarle una buena hora de té. Aprovechando que las familias
de ambos han decidido pasar unas horas con tus quintillizos. No hace ni media
hora que les dejaron con sus abuelos y tú ya les extrañas. Miras
inevitablemente la hora del reloj de pared y suspiras tras recordar que es la
hora de la mamila y una siesta vespertina.
- ChangMin ah, la principal idea de una
ceremonia de té es aligerar las cargas del cuerpo y de la mente, hacer la vida
cotidiana más agradable, entre otras cosas. No creo haya motivo alguno para
preocuparnos por nuestros hijos, porque están en las mejores manos posibles.
Tu esposo te dice con voz suave. Y tú solo
encuentras ocasión para admitir que se ve sumamente guapo con kimono. Y
recuerdas también que llevas uno sobre tu cuerpo, que su mirada no para de
revisarte de arriba abajo con ojos cariñosos y lujuriosos también.
- Lo sé… - te limitas a decir luego de dar
un sorbo a tu taza de té.
Te has olvidado de todas las formalidades
de una ceremonia como tal cuando sientes el cálido líquido pasar desde tu
garganta a tu estómago. Cuando dejas el tazón sobre la mesilla a ras de piso te
sorprenden sus afilados ojos cafés acechando tranquilamente tu rostro. Tragas
hondo y sientes el conocido chispazo eléctrico vagar por tu columna vertebral.
La tranquila hora de té se iría por la
borda en cosa de nada. Cuando Hayami finalmente se lanzara a tu boca demandando
atención en pareja de calidad. Lo que te significa, placenteras horas de amor.
*Tejer*
Verlo ahí sentado en el sofá de la
estancia, con la pierna cruzada y las manos ocupadas con agujas e hilo, más la
mirada concentrada y alguno que otro gesto reflejo de su actual tarea, te
pareció la imagen más tierna y sexy del mundo.
Yoochun tejiendo.
Sonreíste bajito y caminaste despacio hasta
él, que apenas al escuchar el murmullo de tus pies encajonados en suaves
pantuflas levantó la mirada hasta ti.
- Pensé que seguirías dormido, baby… - te
dice con una cálida sonrisa, dejando a un lado su tarea para acercarse y
acompañarte esos últimos pasos hasta el sitio a su lado en el mismo sofá en que
estabas.
- No tenías que interrumpir tu tejido por
mí, Chunnie~ - dejas libre una risita pero le dejas mimarte acomodando un
taburete acojinado bajo tus piernas para que las mantengas elevadas y evitar lo
más posible la hinchazón.
- Interrumpiré lo que sea por ti, baby.
Debiste llamarme para ir por ti a la habitación… - protesta al tiempo que
centra parte de su atención a tu tripa abultada de ya más de ocho meses de
embarazo. El tiempo se les ha ido tan rápido que parece mentira que apenas unos
meses atrás, antes de que se te notara el vientre, se hubieran casado. El
recuerdo es hermoso… - Los niños aún duermen, tú deberías hacerlo también.
- He dormido demasiado todos estos meses… -
pones los labios en trompetilla a modo de protesta, y él sube y te besa con
dulzura… - Dormí más que antes.
- Es porque venías cansado del primer
embarazo.
- Por lo que sea, no estoy arrepentido de
estar a punto de dar a luz a otro bebé fruto de nuestro amor. No he podido
disfrutar el crecimiento de nuestros gemelos como me hubiera gustado, pero
todavía es grande mi agradecimiento por este nuevo milagro.
Le aseguras y él se queda sin más palabras
qué decir para ti. Se limita a besarte y acariciarte la tripa con devoción
antes de –instado por ti y tu gusto por verle tejer– volver a su tarea. En los
últimos meses ha dedicado los tiempos que tiene libres –que tampoco son tantos
entre atender a los gemelos y cuidar de ti– a tejer, muchos gorritos descansan
en los cajones superiores de la cómoda de los pequeños en su habitación. En los
siguientes se desparraman otras chambritas como zapatitos, bufandas y algunos
trajecitos que pronto han ido dejando por la formidable rapidez natural de su
crecimiento en los primeros meses de vida, pero que todavía quieres utilizar en
el bebé que está por nacer antes de guardarlas como recuerdos inmortales en
cajas.
Tras varios minutos de anonadarte solo
observando el movimiento de sus manos para hacer las puntadas adecuadas, la
figura se va notando claramente en aquella nueva chambrita. Las flores resaltan
en el tejido como violetas floreciendo en primavera, y a Junsu le sorprende la
habilidad que Yoochun ha adquirido tras el esmero puesto en la tarea.
- Chun…
- ¿Sí, baby? – te atiende mirándote de
soslayo, procurando no perder el hilo de las puntadas.
- Te ves dulcemente sexy tejiendo para
nuestros hijos… - notas un sonrojo apoderarse de sus mejillas y chillas
internamente por conseguir aquello. Para ti no es común sonsacarle aquellos
sonrojos, y por eso te encanta más.
- No tan sexy como luces tú embarazado,
Junsu ah… - se inclina y atrapa tus labios con suavidad, arrancándote otro
suspiro enamorado… - También tejeré algo sexy para ti, baby.
Te promete con una gutural ronca
insinuación. E imaginas la clase de prendas que querrá tejer para ti. Sonríes
ladino y decides que, de cualquier manera, los condones seguirán usándose en
esa casa en adelante, al menos hasta que tus pequeños pasen los cinco años de
edad, todo y que a Yoochun todavía le cuesta un mundo acostumbrarse a la
sensación de aquella transparente y casi imperceptible barrera entre su cuerpo
y el tuyo.
*Tararear*
Como cada noche al dormir a los trillizos,
tu voz y la suya entonan una nana para arrullarles. Aunque están a pocos días
de cumplir el año de edad, te siguen generando la misma avasalladora ternura al
verles ahí, recostados en sus cunitas con un peluche aferrado a sus manos
infantiles, y mientras tarareas siguiendo la melodiosa canción que tu esposo ha
comenzado a entonar con su dulce voz angelical, te preguntas cuántos sueños
construyen tus pequeños a tan tierna edad, cuántos han de hacer realidad cuando
la aparente vulnerabilidad de sus limitados recursos se expanda hasta donde
ellos quieran.
Jaejoong te toca una mejilla acunándola en
su mano sin dejar de cantar. Y es en ese preciso instante en que la nana te
cobija a ti también. El tono suave de su voz te atrapa, se entreteje en cada
fibra de tu alma y se hace parte de ti. ¿Tus pequeños sienten esto al
escucharle? Quizá sí, quizá sus sensaciones y sentimientos son aún más
complejos, delicados y urdidos. Desconectas de aquel análisis cuando te sabes
abrazado a él, con una mano en su cintura y la otra en una de sus manos,
moviente al ritmo de su canción como si bailaran una balada de amor.
- Eres increíble, Jaejoong ah… - susurras
en su oído, notando cómo se le eriza el vello de la nuca tras recibir tu cálido
aliente sobre su piel.
- No lo sería sin ti, Yunho ah. De eso
puedes estar seguro. Porque en la medida en que encuentras montones de virtudes
en mí, las hay en ti.
Estás por negar sus palabras pero
encuentras resistencia no solo en la firmeza de sus grandes ojos negros, sino
también en sus labios, que suaves y tibios se posan sobre los tuyos comenzando
un beso bailarín al son de la melodía silenciosa que sigue moviendo sus cuerpos
al compás de una danza de puro amor.
~U~
*Único*
Si tuvieses que definirle en una sola
palabra, definitivamente sería “Único”.
Único en personalidad, en pensamiento, en carácter. Único en su forma de decir Te Amo, en su forma de expresar sus
emociones, y en reclamarte sus frustraciones –incluyendo aquellas que vienen de
su incapacidad de dejarse ser cursi y romántico–; es único en sus maneras para
guiarse por la vida, para estar en acuerdo o desacuerdo, para frenarte cuando
no le apetece hacer el amor y aún más cuando le da la gana arrastrarte aunque
te despierte a media noche así hayan acabado de dormir a los pequeños y solo
quieras pegar el ojo por algo más de una hora corrida.
Único. ChangMin.
Para ti, sinónimos.
- ¿En qué demonios estás pensando, baka? –
te cuestiona con su, sí, única forma para hacerlo. Con ese ceño fruncido tan
característico cuando lo que quiere es comer y tú te has dignado en meterte en
tu cabeza solo unos momentos antes que internarte en la cocina a preparar la
comida.
- En ti… - respondes seguro de que te
gruñirá antes que permitirse mostrarte el efecto real de tu sinceridad.
- Piensa en que tengo hambre, tus nenes no
me han dejado descansar toda la mañana, esto de que ya estén en proceso de
adquirir la marcha los tiene inquietos queriendo caminar por todas partes como
si no fuesen a lastimarse… - refunfuña, y tú recuerdas que esa mañana fuiste tú
quien salió a atender un asunto de trabajo de última hora, dejándole por más de
tres horas solo con los quintillizos.
Te remuerde la conciencia y te acercas con
toda la intención de mimarle en compensación. Pero claro, cuando estabas a nada
de posar tus labios sobre los suyos, él te gira la cara por lo que le plantas
un casto beso en la mejilla, y gruñendo te exige que hagas algo rico de comer,
y que lo hagas pronto aprovechando que los niños duermen la siesta vespertina y
él se encierra en la ducha a relajarse unos minutos.
Sonríes y te recuerdas en compensarle el
agotamiento con algunos de sus platillos favoritos, llevar a la familia al
Parque y ser tú quien le de un merecido masaje esa noche antes de dormir. Y
quién sabe, puede que en el camino te deje hacerle el amor.
Pero, como siempre. Es tan único que no
sabes lo que pasará. Tus planes y los suyos podrán parecerse, pero siempre
tendrá sorpresas que mostrarte.
~V~
*Vitaminas*
Con el nacimiento de su tercer bebé Yong
Sun –luego de los gemelos, obviamente–, a Junsu le han recomendado expresamente
evitar las relaciones sexuales sin protección, ya que un tercer embarazo
próximo pondría en riesgo su salud, e incluso la de un futuro bebé. Por lo
tanto, has jurado controlarte mucho más, y si llegasen a intimar –lo cual
claramente iba a suceder– no olvidar los condones. Aparte de eso, a Junsu le
mandaron una dieta especial para alimentarle lo suficiente para que se recupere
del segundo parto, y a la vez para que pueda lactar sin ningún problema a su
bebé. Recordando que la lactancia se lleva mucha de su energía.
- Baby… - le llamas con ese tono de culpa
que no has podido evitar desde la consulta con la ginecóloga hace un par de
días. De alguna manera escucharle hablar de los posibles problemas de salud que
podría tener te amplió el horizonte respecto a tu trato hacia él. Claro que le
amas, y quisieras hacerle el amor día y noche, pero ahora más que nunca él
necesita consideración, y que tú te pongas un severo “stop” en el cuerpo.
- ¿Sí? – te atiende sin atisbo de culparte
de nada, sonríe como siempre, mientras Yong Sun toma pecho y a ti te entra
tanta ternura que sonríes como el padre y esposo bobo enamorado que eres… - ¿los
gemelos duermen ya?
Asientes y te sientas a su lado, observándole
alimentar al más pequeñito de los Park. Te sacude una ola de inmensa felicidad
y sin pensarlo, tus labios van a parar a una de las mejillas de Junsu,
arrancándole una sonrisita y viendo cómo si estado de ánimo parece
contagiársele a tu bebé pues aprieta con soltura uno de los dedos de tu esposo.
- ¿Quieres comer cuando le dejemos en su
cuna?
- Aún no. Pero más tarde tal vez, me
apetece algo con fresa y vainilla… - sonríe contento. Pero tú todavía alcanzas
a notar el cansancio en el fondo de sus pupilas.
Dos embarazos tan próximos uno de otro
realmente le ha pasado factura, y en gran medida, ha sido por tu causa. Claro
que no te arrepientes del angelito en sus brazos, lo agradeces infinitamente,
pero jamás te perdonarías que por tu alocado amor apasionado, algo le llegase a
suceder a tu esposo.
- Chun…
- Te prepararé algo delicioso, baby.
- Chun… - sus ojos se clavan en ti y tú
sabes que él ha notado tus sentimientos… - No te martirices más, ¿sí? Quiero
verte contento por nuestros hijos. Ya estamos tomando las medidas necesarias,
así que no hay más por lo que preocuparse.
- Lo sé… - susurras regalándole una
sonrisa, recibiendo a Yong Sun en tus brazos cuando ha terminado de comer
quedándose finalmente dormido… - Ya vuelvo… - le llevas a la cuna junto a sus
hermanitos en la habitación contigua y luego vuelves a lado de Junsu,
abrazándole con cariño y besándole sin prisas.
- Tú eres mi mejor vitamina, Yoochun ah. Te
amo… - y son esas palabras las que finalmente disipan todo el remordimiento que
te había atacado hasta ahora.
Porque así como él dice que tú eres su
vitamina, aseguras que él es la tuya. El alimento de tus días, la luz de tu
vida.
~W~
*Walmart*
Ha sido por demás curioso el encuentro –y
sí, solo para que lo sepas, tienes el Ojo
de Horus en tu poder–, han convergido en el cruce de unos pasillos y los
carritos han chocado en un divertido sonido de metal. Demasiado concentrados en
los detalles como para evitar la consecuencia de la distracción. Yoochun, Yunho
y Hayami se miran primero como sorprendidos, luego de pestañear varias veces
sueltan una risa divertida. Las cosas que pasan parece que solo puede
sucederles a ellos. Y a ti la escena te enternece, de alguna manera.
- Nos encontramos en el mismo súper. Qué
casualidad… - Hayami tuerce los labios en una fresca sonrisa y a ti te da un no
sé qué que te hace sentir emocionada. Oh sí, debe ser que no has olvidado su
caballeroso gesto en la anterior boda.
- La verdad es que sí me parece una
casualidad, Hayami baka… - Yoochun dice y a ti te da una sincera risa
escucharle llamarle “baka”, porque ves claramente en los ojos negros del ratón
que solo quiere fastidiarle, pero al japonés su comentario ni le inmuta.
- ¿Ya pasaste por la farmacia? Hay unos
condones texturizados muy buenos, ¿ya los probaron?... – el japonés suelta con
cierta maldad, y Yoochun siente aquel comentario como golpe bajo con sus
recientes restricciones de intimidad con Junsu. Así que achica la mirada y le
lanza un bufido.
Yunho revolea los ojos y decide mirar en la
lista que Jaejoong le entregó para revisar lo que hace falta de llevar. Camina
por el pasillo de la izquierda y decide ignorar el pleito de críos que los
otros dos se están montando, lo cual de por sí le parece extraño al pelinegro y
al japonés, pues generalmente el moreno intenta mediar, o bien reñirlos como si
fueran unos niños.
- Ahora tiene verdaderos críos que educar,
por eso nos ignora… - Yoochun comenta de pronto, siguiendo al moreno casi sin
percatarse de que lo hacen, todo y que él acababa de salir de ese pasillo y no
necesitaba echar más nada de ahí a su carrito de las compras… - ¿Y ChangMin?
- Paseando a los pequeños en los caballitos
de la plaza, mi suegra y mi cuñada están con él. ¿Y Junsu?
- En casa de mi madre, nos invitaron a
pasar la tarde con ella, pero aproveché para escaparme a las compras mientras
mi baby descansa. ¡Hey, Yunho! ¿Qué hay de Jaejoong?
- En casa de mi madre, con los trillizos
haciendo travesuras por aprobación del abuelo consentidor… - responde casi en
automático, fijándose en la descripción de unos paquetes de pastas para
asegurarse de llevar lo indicado, o su JaeBoo capaz lo manda de regreso.
- Semes de compras, ¿eh? – Hayami señala
con aire divertido, golpeando su carrito contra el de Yoochun como si
estuvieran jugando a las carreras en una complicada pista de fórmula 1.
- ¡Semes de la mejor calidad! – el
pelinegro le sigue la corriente y luego se enfrascan en una curiosa persecución
chocando sus carritos y riendo alto.
- Niños… - Yunho susurró, sonriendo
finalmente y uniéndose casi involuntariamente a la divertida carrera cuando
Hayami y Yoochun regresan por el mismo pasillo empujándole a participar.
Todas las personas que los ven tienen
reacciones diferentes, a ti solo te interesa ver las sonrisas de aquellas que
encuentran entretenido ver a tres adultos jugando como unos niños. Algún
empleado de la tienda intenta pedirles orden, pero es imposible y terminan
recorriendo los pasillos del súper en el mismo juego, echando las cosas
faltantes a tropel en sus carros.
Antes de que puedas verles hacer cola en la
caja para pagar, sientes el tirón en la boca del estómago, y una vez más
agradeces al Ojo de Horus por
permitirte un momento más de sus dones.
~X~
*XXX*
Ahora que los quintillizos han alcanzado
cerca del año y medio de edad, es más común que tu madre o la suya se los
lleven consigo a pasar una tarde paseando sin ustedes por ahí rondando con las
inevitables restricciones que como padres saben poner. Los abuelos siempre
serán consentidores. Y a veces está bien dejarlo ser así. Por tanto, tú te
encuentras con días enteros sin otra cosa qué hacer más que hacer el vago. No es que no trabajes en
nada, por supuesto que no es eso, los escenarios siguen conociendo tu talento,
pero ahora todos se han tomado la libertad de hacerlo del todo a su manera, con
más temporadas de descanso en el medio al menos hasta que los pequeños de todos
alcancen los tres años de edad, cuando ya les han brindado las principales
herramientas de sostén para la vida. En absolutamente todos los planos, físico,
emocional y funcional.
Enciendes tu portátil y te sientas en la
mesa del comedor a navegar un poco por aquí y por allá en diversas páginas.
Visitas cafés de fans, el famoso centro de videos internacionales y sitios de
descarga de videos especiales.
Encuentras sin embargo que no te son suficiente, no te provocan demasiado y
claramente no tiene comparación con el morbo y el placer que estar con tu
esposo te provoca.
- Y yo que creí que ya te habías olvidado
de esos videos XXX… - la voz de tu esposo te hace respingar en tu sitio, volver
la cara y encontrarte con su altanera sonrisa de hombre omnipotente.
- Baka, me has dado un susto de muerte… -
le gruñes para luego volver tus ojos a la pantalla, pasando de aquél video a
otro cuyo título te había sonado interesante.
- Asumo que nuestros apasionados encuentros
son mucho más calientes que eso que estás mirando, cariño~
Tú por todo comentario te limitas a lanzar
otro gruñido y cambiar a otro video. Hayami se ha sentado a tu lado, acercando
la silla para tener mejor visión. Y tú encuentras incómodo que lo haga, porque
demasiado pronto su calor te embriaga y provoca ese cosquilleo que otrora te
generaba justamente mirar esos videos. Aunque te cueste admitirlo, Hayami te
había cambiado la vida en absolutamente todos los detalles imaginables.
- Deberíamos animarnos a grabarnos algún
día… - comenta con tono casual.
¡Pero tú sabes que no hay nada de
casualidad en sus palabras! Le fulminas con la mirada e intentas lanzarle todas
las maldiciones que te conoces en los tres idiomas que dominas –tu natal
coreano, su japonés y el internacional inglés– cuando su boca ya ha presionado contra
la tuya demandando un beso por demás fogoso. ¡Y tú tanto que te quejabas de que
Junsu y Yoochun parecían conejos! Si ustedes dos lo hacen cada que pueden.
- Aparta, baka… - le gruñes de mala manera
cuando rompe el beso, y sin embargo no haces nada por empujarle siquiera.
- Vamos a grabarnos… - propone guiñándote
un ojo… - así la próxima tendrás videos candentes con los que encenderte y
masturbarte en mi ausencia… - indica con voz ronca.
Y tú encuentras demasiado hiriente contra
tu orgullo que tu rostro se encienda al rojo vivo por la indecorosa
proposición. Te arden las mejillas y hasta las orejas, pero lejos de protestar,
vas y lo arrastras hasta la habitación, cerrando de un nada delicado portazo y
rebuscando en el armario la videocámara que has de montar por ahí
estratégicamente en la habitación porque sí, quieres tu video XXX con tu esposo
como protagonista, tú de colado inevitable.
- Eres un pervertido de lo peor, ChangMin
ah… - te dice entre sonrisas, posando para ti, completamente desnudo tumbado en
la cama, dejándote tomarle tantas fotografías como te da la gana, masturbándose
ante tus ojos lujuriosos.
Y ¡Oh mierda! Esta será tu colección
privada y recelosamente guardada sin comparación con cualquier historial que
tengas de videos especiales.
~Y~
*Yoga*
Ahora que lo piensas, supones que esta
práctica tenía mucho que ver con la flexibilidad de su cuerpo al moverse. Claro
que, no es solo debido a esto. De todas maneras, verle practicar yoga en el
pórtico del jardín trasero te mantiene ocupado todas las mañanas desde que
Junsu la agregó por ley a su rutina diaria.
La forma en que lentamente su cuerpo
trazaba una serie de posturas que mantenía por un determinado tiempo antes de
cambiarla por otra te resultaba atractivo. Y además curioso y encantador,
porque ahí estaban tus gemelos, de dos años ya, imitando a su umma en
movimientos más irregulares que les hacen reír divertidos, misma sonrisa que se
abre paso en los labios de tu esposo, pero sin llegar a perder la
concentración. Mientras tanto, tu pequeño de ocho meses ya va y da pasitos con
tu apoyo, hace borucas y ríe con gritillos de felicidad al ver a su umma y sus
hermanos en aquella actividad.
- Creo que aprenderán tu flexibilidad,
baby.
- Será bueno para ellos, crecerán todavía
más saludables… - te dice con una sonrisita, cambiando la postura por una mucho
más compleja que definitivamente tus pequeñines no pueden copiar y terminan
cayendo sobre el tapete haciéndose cosquillas.
- Sí… - murmuras medio embobado con su
silueta. Tragas hondo y decides mantener bajo control tus pensamientos
obscenos.
Y sin embargo no es tu culpa. El hecho de
que lleve unos ligeros shorts y una camiseta de resaque no ayuda. Además, desde
que se recuperó de los seguidos embarazos, juras que su cuerpo adquirió una
figura todavía más sensual y atractiva, de una belleza casi sobrenatural que lo
elevó a un nivel de perfección que no imaginabas posible.
- Chun, los niños te miran… - te dice con
un rintintín divertido, te guiña el ojo y se recuesta sobre el tapete haciendo
una más de sus complejas posturas.
Te sientes tentado de culparle, pero en
cambio simplemente terminas arrastrando a los gemelos contigo y el más pequeño
al césped comenzando una divertida guerra de cosquillas. Tienes la familia
ideal, amas a tus hijos, amas a tu esposo. Amas lo que eres, lo que posees. Y
eso, no tiene punto de comparación.
~Z~
*Zanahoria*
No sabes por qué les gusta tanto justamente
aquella verdura, pero visto que es así, preparas a menudo una serie de
platillos y postres a base de zanahoria. Así que hoy has decidido hacer un
pastel de zanahoria. Los trillizos están alrededor de una pequeña mesita en la
cocina, junto a ti, les dejas ahí algunos de los ingredientes que deben mezclar
–aunque sabes que no usarás aquellas mezclas pero les tendrás entretenidos, y
además les gusta cocinar contigo– y les dices que deben echar todo eso en el
recipiente y mezclarlo con sus manitas durante un rato.
- ¡Sí, omma~! – gritan los tres y pronto se
deciden a embarrarse con absoluta libertad.
Tú ríes contento y comienzas a hacer la
verdadera mezcla para el pastel. Yunho entra más tarde, cuando estás por terminar
la mezcla y los saluda a todos con un sonoro beso en la mejilla; uno igual a
ti, aunque el tuyo es en los labios.
- ¡Appa ama a omma! - gritan los pequeñines con sendas sonrisas en
los labios.
- Por supuesto… - Yunho asiente
efusivamente.
- Más le vale a appa hacerlo, o se queda
sin pastel… - comentas con una sonrisita, esparciendo la mezcla sobre un molde
rectangular…
- ¡También te amamos, omma! – dicen al
unísono. Y tú encuentras divertido saber que lo han dicho en parte para evitar
que les dejes sin su trozo de pastel.
- Bien hecho, chicos. Amemos a umma… -
Yunho te abraza por la cintura y al instante los trillizos corren envolviendo
sus manitas en tus piernas y riendo entre palabras mochas.
Después de un rato consigues que te suelten
pues si no, no podrás meter el pastel al horno. Y cuando vuelven los cinco a la
mesita de los trillizos, descubres una mezcla lechosa de harina, zanahoria
rayada y huevo. Las manos de tus trillizos –que ya habían ensuciado tus
pantalones anteriormente– vuelven a sumergirse ahí embarrándose hasta las
muñecas, luego atacaron las mejillas de Yunho y todo terminó en una curiosa
guerra de mezcla lechosa donde todos terminaron sucios de la cara y las ropas.
- ¡Muy bien! ¡Todos a la ducha! – Yunho
gritó y comenzó la persecución de los trillizos por toda la casa hasta
conseguir atraparles y meterlos a la tina de baño.
- Yunho ah…
- ¿Qué, JaeBoo?
- Gracias por darme tan hermosa familia… -
le besas de pronto. Un beso con sabor a algo raro en el que apenas alcanzas a
percibir claramente la zanahoria.
- Te Amo, Jaejoong ah… - te sonríe y cuando
te da otro beso, los trillizos comienzan a gritar emocionados porque sus padres
se aman.
Y ahí, entre guerra de mezcla de zanahoria
y un beso del mismo sabor, tú comprendes que esto es lo que siempre soñaste.
Una familia que te hace inmensamente feliz.
~FIN~
Como siempre, un
sincero agradecimiento por acompañarme en un ABC más. Llevamos tres con éste ;D
Gracias nuevamente
a las personas que aportaron sus ideas, siento no haber retomado todas y cada
una de ellas pero espero hayan notado que fue para evitar dramas, o bien porque
no encontré punto de encuentro en el hilo de la historia que desarrollamos a través
de todas las letras.
Espero les deja un
agradable sabor de boca, y renovemos nuestros votos de amor por estos seis
hombres que nos cautivan con su sola existencia.
asdasdoasjdpasdasd de los mejores embarazos ke he leido *--------------*
ResponderEliminar*denle bbes y ella es feliz *---*
Dulce dulce dulceeee
ResponderEliminarMuchas Gracias ♥
me encanto!!!!
ResponderEliminarsiempre me han gustado leer los fics en donde incleyes a los babys de los chicos pero este simplemente fue espectacular fueron tantas experiencias hermosisimas al menos sabiendo cuanto se aman todos ellos
muchisimas gracias por habernos regalado esta magnifica historia
Por dios pero que dulce fue este ABC~ fue de lo mas hermoso de la vida -rueda-
ResponderEliminarMe gusto demasiado como lo relataste y el hecho de que estuvieramos presentes en el fanfic, me emocione, llore y subi hasta las nubes rositas <3
Muchas muchas gracias
*~* Te quedó hermoso!!!!!!
ResponderEliminarme encantaron todas las letras.
ohhh así q el YooSu volvio a tener otro baby!!!
ahora al ratón no le queda de otra q usar protección ya q tiene q ver x la seguridad de su baby!
waaa Changmin aunque no lo aparenta es tremendo pervertido xDDDD
sabes? me gusto mucho la última letra
imaginar a Joongie en la cocina con sus bebés preparando ese pastel, fue de lo mas tierno *O*
ahhhhhhh otra vez debo dejar mi lugar reservado.........*sigue con lagrimas en los ojos*......
ResponderEliminaryeahhhhhh
Eliminarme reencanto todo el abc sus sonrisas preocupaciones y todo lo que conlleva la familia que son me encanta y como nos dejaste entrar a ver todo ello fue muy emocionante gracias!!!!!!!!! me diverti mucho......
<3 yoosu <3
<3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 lo ameeeeeeeeeeeeee estuvo preciosooooo, Chun tonto tiene que cuidar al baby tmb u.u pero al fin tienen las familias q desean y eso es lo principal que su amor es mas grande que nada!! Muchas gracias por compartir este ABC con nosotras ^^
ResponderEliminarSaludos!!!
Nooo Feli para nada ^^
ResponderEliminarGracias a ti por compartir con nosotras cada una de tus maravillosas ideas al escribir. Mil gracias por dedicar parte de tu valioso tiempo para escribir ^.~
Eres la mejor XD
En verdad que disfrute leyendo ABC
AHHHHH... que belleza!!!!...fue simplemente hermoso!!!...dulce y tierno...me hizo llorar de la ternura!!!
ResponderEliminarAsdfghjk belloooooooo
ResponderEliminar-llora de emoción-
GOD!!!!!! ya se terminoo ;_;
ResponderEliminaray un limite para amarte mas Feli ? xq te amoooooo!!!! hehe =]
desde la sensibilidad a flor de piel hasta el tic tac, Dios!!! y aunq Junsito zte asustado por estar otra vez embarazado, aunq es muy pronto estoi refeliz, asi como ellos lo estan... y en verdad me emocione muxo con la boda... awww y casi grito cuando Hayami nos entrego el pañuelo, juro q lo senti y ver al Cango medio celoso... Y LOS VOTOS me llegaron al corazon, amo como se aman ^^
Hayami es un grandioso esposo, para el Changmin es el unico y pienso lo mismo, por eso el y yo lo amamos... aunq cada uno a su manera =)....
por un momento senti mal por q el Chun se sentia culpable q el delfin este delicado x sus arranque de pasion, pero cuando Junsu le dijo q el era su vitamina X)... el si sabe como reconfortar
cuando no el Chango todo perver y lo ha contagiado a Hayami y van a ser su propia peli XXX!!! qisiera alguna vez verlo pero se q Changmin hsta le va a poner contraseña x q es ultrasecreto... hahahah XD!!!!
me encanto, me maravillo, me insiste sentir un monton de cosas con el Ojo de Horus!!!! te amo Feli =) y gracias
Asdnftrjngjtrngjknt! que hermosooooooooooooooooo! Todo todo estuvo hermoso!!!! *-----------*
ResponderEliminarasdnfrehfntr! si, ya sabemos que Hayami esta totalmente loco por ese esposo suyo xD a pesar de todo lo que le hace!! si es un masoquista ps xDDDDDD jajajaja! no no tan lindos! & ese XXX aijsndifnrgfkjrtng yo quiero verlo!!! *-*/ Changmiiiiiiiiiiiiiin deja nos ver esas fotos & el vídeo!!! *-* okay no xD! jajajaja es que es que aaaaaaaaaawwwww! *-*
Eiiish! es que es imposible no perder el control con Susu! *-* Pero sii, no ma Chun te pasas ¬¬ osease no no! okay no xDD! aun así deben de usar muchos condones & /o aguantarse de hacerlo! asjxdnrjnf ame cuando Su le dijo que era su mejor vitamina *------------------* eso es amor!
el Yoga! ajsndjkrnf con sus hermosos hijos!! God! *-* que hermosa familia! me encantoooooooo!
Aaaaaaaaawww! los semes de compras! inche semes que parecen niños xDDDDDD! que hermosos por cierto!!! no maa! Hayami se pasa con esas bromitas hacia el pobre Chun xD! espero que los hayan probado, cofcof! xD
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaawwww! la hermosa familia del YJ! aigooo! *-* son tan ajsndenfrkjnkjtrngkjrntgnjt! obviamente se aman los appas & los bebés a sus appas! no sé! ame esa escena!! es que... es que aaaaaaaaawww! que hermoso! en serio! *----*
Muchas gracias por abc Feliiiiiiiiiiiiiiii! tarde, pero lo terminé de leer! xD! gracias mosssha! <3 *-*
aw*. tan liindas cada una de las descripciones de las letras.(descripciones a tu modo y con pequenias historias) que te dejan un buen sabor de boca *o*! kawaii...ame a los bebos.y la parte que me encanto del yoosu fue imaginarte la escena de Junsu haciendo yoga con los babys alado y con su esposito imaginandose de cosas ahh~ tan bellos :3~
ResponderEliminarMi Yunjae es todo amor ♥‿♥ y claro sin olvidar el Hayamin los pervertidos sin remedio.(superando a Yoochun)vamos que grabarse lo supera todo.xD!
gracias por tan hermozas letras Felina ^-^!!