YJ-Day *-*

Festejando el YJ-Day he escrito este oneshot que se desprende del miniserial Matrimonio Arreglado que fue principalmente YS ;D

 

Título: WEDDING BELLS

Autora: Felina

Pareja: YunJae (YooSu-HayaMin)

Género: Romance, Humor

WEDDING BELLS

*~Y*J~*

A Jaejoong le había hecho particular emoción casarse desde que su amigo Junsu estuvo comprometido –por arreglo entre familias– con Yoochun, el chico pelinegro que llegó a sus vidas hace cerca de dos años y que se había ganado un rincón en su cuadernillo de amistades.

Desde que hace unos meses Yunho finalmente le propuso matrimonio, el chico pelioscuro contaba ansiosamente los días para la Boda. Tachaba cada día transcurrido en su calendario de escritorio, había un corazón perfectamente trazado por el muchacho de 19 años en el día 10 de Junio. Sería una fecha inolvidable.

--//--//--

Esa noche el pelioscuro se metió entre sus mantas con una sensación agradable corriéndole por el cuerpo. La emoción se acentuaba a cada minuto que se acercaba al gran día. La sonrisa en sus rojos labios y los suspiros constantes que exhalaba eran muestra clara de la felicidad que le embargaba. Memoró entonces casi sin percatarse de su historia con su prometido.

Había conocido a Yunho cuando tenía unos 10 años, y habían congeniado de inmediato. Sobre todo porque Jaejoong a esa edad tan tierna de la infancia solía ser blanco de bromas pesadas y las burlas de los más grandes de la escuela. Pero a la llegada de Yunho, el niño aquél de sonrisa altanera se convirtió en su guardaespaldas y mejor amigo. Siempre que jugaban al balompié, Yunho le escogía primero –incluso sin importar que sus compañeros de juego le riñeran por la decisión torpe, al morenito de aquella edad solamente le interesaba asegurarse de que le tendría en su equipo, le mandaría a la zona menos peligrosa y cuidaría de él–; pero el morenito no hacía aquello solo en el balompié, sino en cualquier juego en que tuvieran que incluirse con otros, o durante las clases de gimnasia; al morenito le gustaba cuidar de su amiguito y de alguna manera se sentía bien, la sonrisa permanente que adornaba la boquita de su amigo le plantaba un calorcito en la boca del estómago que le hacía sentir bien, casi como importante.

 Luego llegó la adolescencia y cuando Yunho se dio cuenta, ya era novio de Jaejoong. Sin besos, ni declaraciones. Solo le avisó, por decirlo de una manera.

- ¿Haz notado que mi piel es más suave que la de las chicas de la escuela? – El jovencito de 15 años razonó al tiempo que se tocaba la piel de las manos y veía a la distancia a un grupo de chicas de la edad poniéndose crema en sus manos, sonriendo bobas y avergonzadas por los halagos de algunos chicos que pasaban por ahí.

- Supongo, JaeBoo. Pero no puedo saberlo, las únicas manos que he sujetado han sido las tuyas… - El moreno había respondido francamente sin demasiado interés en lo que las chicas hicieran.

Ciertamente que las manos de su amigo pelioscuro eran suaves y hasta delicadas. Y a él le tocaba sujetárselas cuando caminaban de regreso a casa del mayor de los dos (aunque por escasos días) y estaba oscurecido. “Tengo miedo”, solía excusarse el pelioscuro. De todas maneras al moreno no le importaba, estaba bien cuidar de su amigo, y sus manos entrelazadas eran cálidas.

- También tengo el pelo más sedoso y brillante, y me queda genial cualquier estilo que lleve, ¿no crees? – Siguió en su análisis crítico acerca de su atractivo comparado con la belleza de las compañeras de aula (y escuela entera, daba lo mismo). Se peinó los largos mechones que por entonces le llegaban casi a la altura de los hombros y acomodó uno tras su oreja, el moreno le miró de reojo y luego alrededor. Sus compañeras de clase tenían el cabello largo hasta la cintura y siempre usaban algún accesorio para resaltar su color, mantener en su sitio los ondulados mechones o lo bien alisado que los llevaran.

- No es que los hombres necesiten peinados extravagantes. Pero sí, supongo que tu cabello es mucho más bonito que el de ellas, Jaejoong ah.

- Y aunque no tenga curvas ni pechos, mi cuerpo es tan delgado y delicado que podría considerarse atractivo y sexy a ojos de cualquiera, ¿no piensas así, Yunnie~? – El pelioscuro sonrió con un tenue tono rosado en las blancas mejillas.

- Definitivamente, Jaejoong ah… - El moreno respondió sin dudar, paseando su vista por el cuerpo de su amigo. No, no tenía curvas ni pechos, pero era acertadamente atractivo y hasta sexy.

- Entonces podría decirse que soy un novio ideal, ¿verdad?

- Sí, cualquiera podrá considerarse afortunada de que seas su novia.

- No cualquiera ni novia. De todas maneras, tú también eres como el novio perfecto. Así que de alguna forma nos complementaríamos, ¿no?

Yunho entrecerró los ojos con una obvia confusión girando en sus pensamientos. Él no estaba seguro de ser un novio perfecto, aunque era popular entre las chicas y más de alguna le ha abordado últimamente cada 14 de Febrero o en su cumpleaños, le envían cartas y bombones pidiéndoles que corresponda sus sentimientos, lo cual claro está él no ha hecho por varias razones sencillísimas: no conoce al 90% de las chicas que se le declaran, y el 10 restante son compañeras que no le provocan siquiera una erección matutina. ¿Qué? Es un chico de 15 con las hormonas despiertas que va descubriendo su sexualidad y que, por naturaleza, comienza a tener erecciones matutinas incluso sin aparente razón.

Cuando el moreno intentó continuar con su análisis acerca de las implicaciones escondidas en las palabras de su amigo, Jaejoong ya le estaba arrastrando fuera del aula murmurando cosas sobre tener calor y necesitar aire fresco antes de que la clase comenzara. Y ahí iba, con su muñeca bien sujeta en la delicada mano del pelioscuro, y se sentía malditamente bien, tan bien que era simplemente innecesario negarse al contacto. Yunho comprendió entonces que todo lo que hacía con Jaejoong se le daba natural. Así que dejó de lado el inminente drenado de cerebro para comprender lo que había sucedido.

Y a partir de entonces más a menudo se vio preso entre los brazos de Jaejoong, entrelazadas sus manos o escuchando sus secretos tan cerca de su oído que le ponía los vellos de la nuca de punta, quizá porque su aliento era muy cálido y porque cuando lo hacía, las manos de Jaejoong siempre andaban por ahí rozando su pecho o apoyadas delicadamente en sus hombros y aquello aceleraba de alguna manera su corazón. Aparte de eso, desde entonces cada que alguna chica intentaba acercarse a Yunho, el pelioscuro sonreía de esa forma gatuna que parecía advertirlas de retractarse porque de inmediato reculaban con murmullos que al moreno le causaban curiosidad pero que, francamente, ni se molestaba en indagar.

Alguna vez incluso escuchó rumores acerca de que él efectivamente estaba saliendo con su mejor amigo. Salir, del término romántico que implica una relación estable de noviazgo. Al principio se sintió extraño, pero ni siquiera molesto, y luego simplemente lo dejó pasar, le daba igual lo que se dijera.

………………………………

Meses después ambos muchachos se enteraron de que ChangMin tenía novio.

Sí, N O V I O.

Un apuesto muchachito de origen japonés casi cuatro años mayor que el morocho y que cursaba su último año de instituto antes de sus trámites universitarios. Jaejoong y Yunho no estaban de acuerdo, y Junsu no había parado de llamarle “inmoral” por salir con alguien mayor.

- ¿Qué tiene que ver la moralidad en todo esto? – Gruñó el morocho, cruzándose de brazos y frunciendo pronunciadamente el ceño.

- ¿Estás siquiera consciente de que aún tienes 14 y él ya irá a la Universidad? – El moreno preguntó, seguro de que su amigo morocho le mandaría a freír espárragos con su intento de razonamiento lógico respecto a la edad.

- Sí, y no me importa. Me gusta, le gusto y listo, estamos saliendo… - El morocho respondió casi como si con aquello quisiera dar por terminada la “discusión”.

- Pero eres mi bebé~ - El pelioscuro lloriqueó colgándosele del cuello y prensándose con las piernas también.

- ¡Yah! ¡Hyung quítate! – ChangMin gritó desesperado, le molestaba particularmente que el mayor se pusiera en plan “umma recelosa”.

Y aunque Yunho le conocía bien esa faceta y sabe cuán meloso se puede poner cuando se le sube lo “umma”, no le agradaba particularmente que hubiese tanto contacto físico entre sus cuerpos. Todo y que a ChangMin le veía más bien ganas de mandar volar a Jaejoong, pero todavía le guardaba algo de respeto. Y quizá era también que Jaejoong inspiraba esa sensación de trato delicado incluso ante ChangMin y ese genio tosco y sarcástico que le caracterizaba.

- ¡No quiero! ¡Ni siquiera sabía que existía un tal Mokomichi Hayami! – El pelioscuro protestó haciendo mohines de disgusto… - ¡Cómo pudiste hacerte un novio sin consultarlo antes conmigo~!

- Qué tenía que consultarte -_-

- ¡Si era un buen chico para ti~!

- ¡Eso lo decidí yo! ¡Y no soy tu hijo para andarte preguntando sobre lo que debo hacer con mi vida privada!

- ¡Pero qué ingrato! – Jaejoong gimoteó abrazándose a Yunho, enterrando su rostro contra el pecho de su “amigo”.

-  Venga JaeBoo, seguro que luego ChangMin se disculpará por no haberte preguntado… - El moreno fulminó con la mirada al menor antes de que se atreviera a renegar. El morocho gruñó y volteó el rostro con aire indignado.

- Perdona hyung, estaba tan emocionado por conseguir una cita con Hayami baka que me olvidé de contarte nada.

El mayor se limpió las –supuestas– lágrimas y pegándose un poco más a Yunho volteó apenas el rostro para mirar al morocho.

- Has de presentárnoslo inmediatamente… - Dictaminó, y aunque a ChangMin no le hacía particular emoción el encuentro, se los presentó ese mismo día.

Así fue como conocieron a Hayami, de casi 18 años y una personalidad que encajaba a la perfección con el carácter de ChangMin. En algún momento Jaejoong y Yunho admitieron que estaban hechos tal para cual. Aunque los dos fueran algo… apresurados en su vida sentimental.

- ¡Promiscuo! – Junsu exclamó rojo hasta las orejas, señalando acusadoramente a ambos chicos cuando por accidente se dieron cuenta de que habían tenido relaciones sexuales.

Sí, fue imposible no sospecharlo con el caminar de ChangMin tan extraño y ese humor agrio más pronunciado que de costumbre, encima que el morocho no había tenido empeño en soltar que sí, su Hayami baka y él lo habían hecho por primera vez la noche anterior.

- ¿Siquiera sabes lo que es promiscuo?

- ¡Has hecho cosas de adultos con tu novio! ¡Por supuesto que sí! – El castaño farfulló con el rostro todavía encendido de carmín.

Jaejoong y Yunho parecían en shock. Ellos llevan saliendo –aún sin declaraciones formales y más bien porque el pelioscuro ya había concluido que se complementan y pues bueno, no tienen motivo para ir contra los rumores acerca de ellos manteniendo un noviazgo– casi un año y apenas si han comenzado con los besos clandestinos. ¡Y ChangMin ya se había acostado con Hayami!

- ChangMin y yo no hemos tenido simplemente sexo, hicimos el amor… - Entonces el japonés había venido para defender la dignidad de su novio y enfrentando los celos de sus amigos junto a sus preocupaciones, les aseguró que no estaba jugando con los sentimientos del morocho.

- Pero podrían haber esperado al menos unos años más… - El pelioscuro señaló, más calmado pero todavía incrédulo ante la naturaleza de esta conversación. Aunque él hasta ha soñado con hacerlo con Yunho, le da demasiada vergüenza llegar a besarle siquiera con más pasión de la que ya se expresan con los besos húmedos pero nunca yendo más allá de sus bocas.

- Tal vez… - ChangMin admitió… - Pero nos amamos y estamos absolutamente seguros de que no nos arrepentimos de la decisión que tomamos.

Junsu murmuró entonces muchas cosas sobre la vergüenza. Jaejoong y Yunho se quedaron pensativos y luego cada que se besaban era inevitable pensar si deberían llegar a la siguiente base.

………………………………

Fue más o menos en aquellos días que apareció Park Yoochun, el prometido de Junsu, por acuerdo entre familias claro. Y se armó todo ese alboroto porque Junsu, caprichoso hasta la medula, se negaba en casarse; pero al mismo tiempo y casi sin percatarse, fue enamorándose de su prometido, y aunque aún el día de su boda renegó como crío, se le veía feliz. Ese mismo día Jaejoong supo que también quería casarse, tenía 18 años y sabía que no había poder humano sobre la tierra que le separase de Yunho nunca más.

Y Yunho supo que no tenía razón para oponerse a los deseos de su novio –todo y que no lo han formalizado y ni falta que hacía; más que gustarse, se aman y es lo más importante de momento–; eran felices juntos y casarse solo le daba algún tipo de formalidad a esos sentimientos.

De este modo llegamos al día aquel en que ambos muchachos anunciaron a sus amigos que estaban comprometidos.

…Flashback…

- ¡Yunnie y yo vamos a casarnos *w*! – Jaejoong anunció la mar de contento. A un año del matrimonio de Junsu y Yoochun y esa feliz relación que florecía cada vez más.

- ¡Kyaa Felicidades hyung!... – el rubio se lanzó a brazos del pelioscuro (se ha teñido el cabello hace un par de meses y le va excelente)

- No es tan malo echarse la soga al cuello, hyung… - Yoochun le palmeó la espalda a Yunho.

El moreno suspiró antes de sonreír al ver a su prometido dando saltitos de contentura con Junsu. Bueno, un año de matado trabajo alternado entre la Universidad lo valía. Estaba estúpidamente enamorado de Jaejoong.

- ¿Quieres saber qué postura es mejor para una luna de miel de ensueño?... – ChangMin intervino preguntando aquello con total soltura.

- ¡Promiscuo!... – Junsu le acusó infantilmente.

- Siquiera sabes lo que es promiscuo… - pero claro está, el morocho sabía que no… - no es tan malo ser precoz a mi edad considerando lo inteligente que soy y la certeza que tengo de que mi novio jamás dejará de amarme, lo tengo coladito por mí…

- Dejaste la modestia en tu casa, ¿verdad?... – Yoochun se burló.

- ¡Y también la vergüenza, cochino pervertido¡… - Junsu volvió a acusar…

- Estás precioso rojo como farolillo a medianoche… - el pelinegro jaló a su esposo para plantarle tremendo beso sin importar que esa vez lo hacía solo porque sí y no porque tuviera que mandarle callar. Y el rubio correspondió enredando sus manos alrededor del cuello de su esposo.

- Y así me dicen de cosas a mí -__- los que van besándose en la calle como si nada…

- Hay una pequeña diferencia, Minnie; pero no te la voy a decir porque eres tan inteligente que la deduces al instante, ¿no?... – Hayami le abrazó sonriendo más que divertido por la cara entre aburrida, indiferente y molesta de su novio.

- Cállate y bésame, deduzco que es momento de mostrarles qué pareja es más pervertida aquí… - el morocho demandó. Y claro, su novio como buen seme consentidor que es, le besó. Apasionada y profundamente.

- Aigoo u///u no hay el mínimo respeto para los hyungs… - Jaejoong se dio la vuelta para no ver a sus críos besuqueándose con sus respectivas parejas.

- Vamos JaeBoo, es hora de ir a que te pruebes tu hanbok… - Yunho le distrajo y tomando su mano comenzaron a caminar hacia el lado contrario.

- ¡Kyaa, ratón frentudo! ¡No me andes besando en la calle! ¡Es vergonzoso! ¡Y no soy gay!

- Shh…

Y mientras el YooSu se besaba de nuevo a medio Parque.

- Vamos, no hay nadie en mi casa… - ChangMin arrastraba a Hayami a su hogar. Y la mirada en sus ojos oscuros no era precisamente tierna. Pero el japonés no se negó, le encantaba su novio así tal cual era.

- ¿Qué postura vamos a experimentar esta vez?... – Hayami cuestionó cual si estuvieran hablando del sabor de la pizza que pedirán para mirar una película.

- ¡Esa que se nos negó hace dos meses! ¡He practicado mi flexibilidad!... – No, por su salud mental, no vamos a decirles de qué exactamente iba hablando ChangMin, pero se le ve animado y a Hayami dispuesto a intentar nuevamente.

…flashback…

Con las manos entrelazadas, Jaejoong y Yunho caminaron pues rumbo a la tienda en la que el hanbok del pelioscuro era confeccionado. El mayor de los dos se negó entonces en permitir que su prometido entrara a mirar cómo le quedaba.

- Tienes que esperar hasta el diez~ - Sonrió emocionado y le dejó sentado fuera de los probadores. Jaejoong se miró en los espejos de cuerpo entero que cubrían casi medio muro del probador principal y sonrió todavía más emocionado… - Voy a casarme en unos días más… - Suspiró y una lágrima de felicidad le resbaló por la mejilla.

--//--//--

10 de Junio. La fecha tan esperada. Cuando Yunho despertó tardó un minuto en carburar la importancia de este día. Entre el agotamiento por las jornadas de estudio y trabajo, y los nervios por la boda, el moreno no sintió remordimiento de consciencia por tardar “tanto” en sopesar mentalmente lo memorable del día. Se talló los ojos y desordenó su cabello…

- Hoy seré esposo de Jaejoong… - Suspiró entre nervioso y emocionado. Una sonrisa se curvó en sus labios y luego sintió unas ganas desesperadas de correr. Era la adrenalina del día.

Abandonó su cama y se fue directo a desayunar, necesitaba tener algo en el estómago o luego seguro se desmayaría. No, se corrige a sí mismo y piensa que es probable que de todas maneras se desmaye en algún momento del día.

- Solo espero que no sea en el altar… - Sonrió nervioso, viendo a su madre prepararle con tranquilidad el desayuno…

- Yunho querido, no estés tan nervioso. Ya has sido un novio maravilloso, serás un esposo aún mejor… - La Sra. Jung colocó un plato de panqueques delante del moreno, le sirvió jugo y leche, y además acercó algo más condimentado… - Tienes que tener suficientes energías para hoy.

- ¿Y papá?

- Salió hace unos minutos a asegurarse de que todo en el departamento estuviera en orden.

- Yo debería estar haciendo eso…

- Tú tienes que ocuparte de lo más importante ante los ojos de tu Jaejoong, y eso es la iglesia y los pormenores de la fiesta. Él seguro estará más concentrado en controlar sus propios nervios y lucir bien para ti… - La Sra. Jung pellizcó una mejilla de su hijo con cariño y luego exclamó más que radiante… - ¡Ya quiero verlo con su Hanbok! – Y es que, a saber, la Sra. Jung había insistido (y que conste que el pelioscuro no se había hecho de rogar para nada) en que su futuro yerno fuese vestido a su boda con el traje tradicional.

Yunho sonrió algo más emocionado, le había alegrado de sobremanera que sus padres estuviesen de acuerdo con su matrimonio aunque fuese a casarse con otro chico como él. Con renovadas energías, se vistió casual para comenzar las actividades del día. Como su madre había indicado, lo primero era verificar que todo estuviera en orden respecto a la fiesta y la iglesia. En aquellos detalles se le fue prácticamente todo el día al moreno, pero se aseguró de que todo estuviese perfecto. A media tarde estaba ya en la Iglesia listo para la ceremonia, vestía su hanbok tradicional compuesto por el baji (pantalones que no son ajustados), el joggi (chaleco), el magoja (chaqueta) y el durumagi (también llamado sobretodo, un abrigo que se usa sobre la chaqueta y los pantalones); el conjunto es de color tinto y tiene algunos bordados en dorado que hacen resaltar la belleza del traje y engalanan al novio.

- Trata de relajarte, hijo. Te ves realmente guapo… - El Sr. Jung acomodó el durumagi dejándolo perfectamente arreglado y palmeó los hombros del moreno… - No había imaginado que te casarías tan pronto. De alguna manera te había visualizado hasta después de los 30… - Agregó con una sonrisa tan emocionada como la de su esposa, la que se encontraba al otro lado en la habitación de la novia.

- Y tu hijo viene y lo hace antes de los 20… - Sonrió con un dejo de culpa. Tal vez que su padre realmente hubiera preferido que esperara un poco más. Y en cierta forma lo habría hecho, de no ser porque ama a Jaejoong y quiere hacerlo feliz con cada una de las cosas que desea por imposibles o tempranas que puedan parecer.

- No te aflijas. Me hace sentir muy orgulloso que estés ahora aquí, a punto de convertirte en un hombre completo. Ser esposo es también una gran responsabilidad, pero te conozco, Yunho… - El Sr. Jung sonrió a su hijo… - Serás un esposo extraordinario, por eso cuando el Sr. Kim camine al altar con Jaejoong de su brazo, me sentiré seguro de que está entregando a su hijo a un hombre extraordinario.

- ¡Gracias papá! – Conmovido por la confianza de su padre, el moreno le abrazó con fuerza.

- Vas a arrugar tu traje, hijo… - El hombre le palmeó la espalda dejándole permanecer en aquel abrazo hasta que el propio moreno se apartó con los ojos lacrimosos y una radiante sonrisa.

Yoochun y Hayami estaban presentes, pero se han mantenido al margen de la conversación entre el novio y su padre por respeto. Al pelinegro estar aquí le recordaba el momento en que se encontraba en la misma situación –aunque bajo circunstancias diferentes, que su querido Junsu no había estado precisamente feliz de casarse y aún ese día la pasó haciendo berrinche y hasta corriendo antes siquiera de llegar al altar–. El japonés por su parte solo esperaba que de pronto a su adolescente novio no se le fuese a ocurrir querer casarse también.

………………………………

En la otra habitación…

- No llores Hyung~ no querrás que tus ojos luzcan rojos por el llanto cuando estés en el altar con Yunho hyung… - Junsu le acercó un pañuelo a su amigo para que limpiara los bordes de sus ojos y no fuese a derramar lágrimas.

Jaejoong tomó el pañuelo y se limpió con cuidado, tampoco quería arruinar el esfuerzo que su madre y su suegra han puesto para hacerle lucir tan hermoso como se veía en aquellos momentos. Se observó en el espejo y alisó el faldón de color azul marino y un borde en tinto hacia la parte más inferior; los bordados en dorado resaltaban la amplitud de la chima (falda que va desde el pecho hasta los tobillos), y hacía juego con el jeogori blanco (chaqueta corta), sobre todo aquello el wonsam (chaqueta más larga) que cubre todo el conjunto, es de color tinto y blanco en las anchas mangas; el wonsam tiene bordados de flores y aves que resaltan sobre la chaqueta, mientras que las mangas están más bien desprovistas de ellos pero cuentan con franjas en rojo y amarillo.

El peinado de Jaejoong también fue cuidadosamente elaborado. Su cabello que entonces había vuelto a tener la altura sobre sus hombros, había sido sujetado en una coleta sobre su nuca. El jokduri es un adorno cubierto con seda y decorado en la parte superior con Chilbo (decoraciones especiales para este accesorio); además, colgando de la cintura lleva el norigae con nudo de trenza en color blanco. Todo el conjunto en sí había sido especialmente diseñado para resaltar la belleza natural del pelioscuro, cuya blanca piel lucía más suave y tersa con las mejillas ligeramente pintadas de rubor y brillo labial en su boca roja.

- Estoy muy nervioso~ - Suspiró el pelioscuro casi cuestionándose si estaría soñando o si de verdad estaba ahí, a punto de casarse como tanto había querido desde que su amigo pelirubio lo había hecho hace ya un año… - ¿Te gusta, Junsu ah?

- ¿Mh? ¿Cómo te ves? ¡Te ves perfecto, Jaejoong hyung!

- No, si te gusta estar casado.

Las mejillas del menor se tiñeron de inmediato de carmín. Asintió avergonzado y jugueteó con sus dedos.

- No estoy seguro de si Yoochun pensará igual, pero a pesar de que no estaba de acuerdo, estar casado con él es algo maravilloso.

- ¿Por qué Yoochun no iba a pensar igual que tú?

- Bueno… - El pelirubio se avergonzó todavía más.

…flashback…

Una noche más de casados, y era extraño porque Junsu todavía no se podía creer que el chico que duerme ahora a su lado es justamente su esposo. Y él ha dejado de ser Kim Junsu para convertirse en Park Junsu, aunque el pelinegro le ha asegurado que si quiere conservar su apellido entonces él no ha de oponerse. Pero por alguna razón y aunque no lo dijera, al –entonces– castaño le gustaba llevar el apellido de su esposo. Lo más raro ahora era vivir aún bajo el techo de sus padres; pero Yoochun ha dicho que en un par de meses más podrán salir de allí y tener su propio departamento, modesto pero suyo.

Mientras tanto, tocaba seguir compartiendo la cama en su habitación en casa de sus padres. Y Junsu sabe que a Yoochun le fascina dormir con él. Claro, porque el pelinegro siempre se las ingenia para hacer más que dormir, besitos por aquí, manitas inquietas por allá colándose bajo su pijama y calor en aumento.

- Hoy no quiero que te pases de listo, Chun… - Advirtió el castaño con seriedad, levantando las mantas de su lado de la cama y metiéndose con cautela debajo de ellas, sin quitarle la vista de encima a su esposo.

- ¿Qué? – El pelinegro sonrió divertido por la expresión desconfiada de su esposo… - ¿Crees que no voy a hacerte caso, baby?

- Sé, que no me harás caso. No sé por qué te gusta tanto andar corriéndome mano… - Agregó con un puchero que le hizo lucir demasiado tierno como para que el pelinegro aguantara las ganas de besarle… - ¿Ves? Siempre empiezas así~ un besito tras otro y de pronto me tienes atrapado contra el colchón…

- Prometo no correrte mano esta noche, pero sobre besarte no te aseguro nada, ¿es mi culpa que tus tiernos pucheritos me pidan ser besados?

- ¡Calla, haces que me avergüence~!

- ¿Te das cuenta, baby? Es tu culpa que esté tan enamorado de ti que solo quiero besarte y acariciarte y hacerte el amor… - El pelinegro se le fue encima llenándole el rostro de besos y haciéndole cosquillas en los costados.

Terminaron compartiendo besos y sonrisas, con las piernas enredadas y sus cuerpos bien juntitos hasta que el sueño los venció. Junsu fue el primero en dormirse, y Yoochun aprovechó para rodearle la cintura y disfrutar del calor de su cuerpo y corroborar con agrado que encajaban perfectamente. La espalda del castaño estaba pegada al pecho del pelinegro, y solo por ahora aquella cercanía no lo ponía mal pese a sentir cada parte de sus anatomías juntas. Pero entrada la madrugada, cuando Junsu caía en sueño profundo, comenzaba la guerra por el espacio sobre la cama; y es que el tierno delfincito era muy inquieto y terminaba orillándole cada vez más hasta que le tumbaba –literalmente– de la cama.

- ¡Fuck! – Se quejó por cuarta ocasión en la última hora. El reloj en la mesita de noche marcaba las 3:42 y era hora en la que él no podía dormir más de una de corrido porque su esposo le ha botado una vez más… - Junsu ah… - trepando de nuevo a la cama, el pelinegro movió a su esposo para que despertara, pero el castaño renegó y se removió más abrazándose a su almohada… - Estando yo aquí prefieres abrazar la almohada y botarme de la cama… - resopló indignado, buscando dormirse de nuevo visto que su esposo no pensaba hacerle caso y desprenderse un momento de los brazos de Morfeo.

Cerca del amanecer, Yoochun visitó de nuevo el piso, lanzando un quejido más adolorido que medio despertó al castaño. Junsu tanteó a lado en busca de su esposo pero no le encontró, estiró la mano y encendió la lámpara en la mesita de noche; así pudo ver al pelinegro tirado en el piso con expresión de… ¿enojo, resignación? Junsu no supo qué.

- ¿Qué haces en el piso, Chun?

- Vine a comprobar que sigue tan duro como hace veinte minutos… - Gruñó el pelinegro.

- ¿Eh?

- Eres muy inquieto para dormir, baby…

- ¡No es cierto!

- ¿Tú qué crees que hago tirado en el piso?

- Te caíste de la cama… - No, no preguntó, el castaño aseveró como si aquello fuese lo más natural del mundo.

- No me caí, me tiraste.

- ¡Claro que no!

- Sí.

- ¡No!

- Sí, y no te pongas en plan berrinchudo, estoy cansado y me duele la espalda de tanto caer por tu culpa.

- ¡Pues si no te gusta dormir conmigo vete al sofá! – Indignado por la acusación, el castaño se tapó hasta la cabeza con las mantas y le dio la espalda ignorándole por completo.

- Encima tú eres el ofendido… - El pelinegro resopló subiendo de nuevo a la cama. Vio a Junsu alejarse hasta la orilla sin hacerle caso… - Una de estas noches pondré una cámara de video para grabarte y así verás que no exagero ni hecho mentiras… - Pero su esposo siguió ignorándole.

Y aquello se repitió varias noches más en adelante. Luego Yoochun descubrió que Junsu le botaba de la cama cuando se iba a dormir con exceso de energías, por lo que cada que conseguía convencer a su esposo de hacer más que darse las buenas noches con un beso, le ayudaba a desfogar energías con mucho amor.

…Flashback…

- Solamente pienso que hay cosas en las que tengo que mejorar como esposo.

- Yoochun es inmensamente feliz contigo, Junsu ah. Eso se le nota en la mirada de baboso enamorado que tiene… - El pelioscuro se permitió una sonrisita divertida, y pronto se dio cuenta de que había sido suficiente para espabilar un poco los nervios.

Una vez listo, Jaejoong salió de la habitación y caminó junto a su padre hasta el pasillo alfombrado que le llevaría al altar. Desde allí pudo ver a Yunho, tan guapo con su hanbok y esa mirada brillante que le dio toda la seguridad que necesitaba para caminar esos pasos con la frente en alto y una suave sonrisa reflejando su felicidad.

La ceremonia fue sencilla y emotiva, hubo lágrimas de felicidad e ilusiones realizadas. Jaejoong y Yunho formalizaron su relación en un lazo espiritual y social de matrimonio. Los anillos en sus manos cerró aquel ciclo de mutuas promesas de amor eterno y un beso dulce culminó con la tradicional ceremonia. Luego fue momento de la celebración pagana con todos los invitados, familia y amigos cercanos solamente. En ella, cambiaron sus trajes tradicionales por unos más sencillos.

Jaejoong conservó la chima y el jeogiri, la falda era color guinda con algunos bordados de flores en la parte inferior; y la chaqueta corta blanca con decorado en el cuello y las mangas en color vino y adornos en dorado; también conservó el norigae blanco y cambió el decorado de su peinado por un Dwikkoji, una pinza para el cabello que atravesaba su coleta. Yunho por su parte, llevaba el baji blanco y el jeogiri del mismo tono que la chima de su esposo. Ambos lucían por demás atractivos y contentos, lo que hacía que todos los invitados hablasen de ellos y prodigaran un futuro brillante para el joven matrimonio.

………………………………

Terminada la ceremonia y el banquete, Jaejoong y Yunho se fueron a su nuevo departamento. Estaba ubicado cerca de la Universidad y sus padres tampoco tendrían que andar mucho en auto si quisieran visitarles. Cuando llegaron y vieron finalmente juntos lo que es a partir de ahora su hogar, un suspiro escapó de labios de ambos antes de que una sonrisa se curvara en ellos.

- Bienvenido a casa, Jaejoong ah.

- Bienvenido también, Yunho ah.

Un beso dulce y los nervios todavía a flor de piel. Ya son esposos, pero aún no comparten la intimidad y eso los pone ansiosos. Quieren estar perfectos el uno para el otro. Luego de recorrer las habitaciones del departamento y que Jaejoong viera el magnífico trabajo que Yunho había hecho con la pintura y el mobiliario, llegaron a su alcoba. La amplia cama estaba cubierta por un edredón blanco y pétalos de rosas que seguramente el moreno había pedido a alguien colocar minutos antes de su arribo.

- Es tan… hermoso… - El pelioscuro susurró anonadado en los detalles.

- Dentro de unos días podremos ir por el cuadro de nuestra boda y lo colocaremos en ese muro.

- Se verá aún mejor, Yunnie~

Más sonrisas y nuevos besos. Uno a uno más profundo y húmedo que el anterior. Luego todo fluyó simplemente, las caricias y el despojarse de los hanboks, sonriendo con tintes de timidez y curiosidad cuando una nueva prenda era abandonada por allí al descuido y descubrían la desnudez de sus cuerpos.

Cuando cayeron sobre la cama entre más besos y suspiros y sonrojos, el deseo de fundirse en uno guió a sus cuerpos hasta que fusionaron sus almas al hacer el amor por primera vez. La sensación de sus anatomías siendo una, el abrazo estrecho y el aliento mezclado que chocaba entre sus rostros por cada embestida acompasado por el vaivén de caderas, marcó el ritmo y la plenitud de su entrega.

Al día siguiente sin embargo todavía estaban por emprender el viaje inolvidable de la luna de miel. Volaron a París, la famosa ciudad de las luces y el romance. Construirían allí recuerdos para toda la vida, estrecharían aún más su lazo y descubrirían que para el amor no hay fronteras ni tiempos, es algo eterno que se lleva en el alma.

En el corazón de la ciudad parisina, la Isla de la Cité alberga a la famosa catedral de Notre Dame; cuando Jaejoong y Yunho fueron hasta allí como parte de su tour por la ciudad, las campanas de la catedral fueron tocadas con un hermoso espectáculo sonoro que de alguna manera les hizo pensar en su reciente matrimonio. Y así, mientras comparten una sonrisa enamorada y las campanas siguen sonando en las torres de la catedral, pelioscuro y moreno unieron sus labios en un inolvidable beso lleno de romance y esperanzas para el futuro.

Un beso orquestado por campanas.

Un beso entregado con el corazón.

Un beso albergado en el alma.

- Te Amo, Yunho ah… - La sonrisa radiante, las pálidas mejillas arreboladas de carmín y el corazón tamborileando con esmero.

- Y yo a ti, Jaejoong ah. Te Amo como nunca imaginé que podría amar… - La correspondencia sincera de un amor honesto que incluso entonces, nunca supo de un inicio formal porque sobraron las declaraciones elaboradas y las preguntas innecesarias cuando ambos corazones sabían ya que estaban destinados para complementarse.

Y surgió entonces un segundo beso.

Un beso para dos, un beso para la eternidad y el mañana.

~~FIN~~

¡¡FELIZ YJ-DAY!!

Como siempre, mi regalito especial para esta couple tan hermosa. No importa la cantidad de obstáculos que se les presente en la vida, el amor que se tienen es imperecedero y fuerte, demasiado como para dudar de ellos.

Jaejoong y Yunho, Felicidades~ por un año más de amor sincero. 


Maki: Por que su amor es para Siempre *----*
FELICIDADES!!!!!!!!