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viernes, 11 de octubre de 2013

Capítulo 4 NINE TAILED FOX



Después de un año u.u sí, lo siento ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que actualicé este fic, pero bueno ustedes han sido testigas de las viscitudes que han estancado el avance del fic en todo este tiempo. Inicialmente había decidido ponerme a terminar de dos en dos todos los fics que tenía en proceso pero la intención se fue a la borda por varias razones. Tras haberme enfocado en Break up the Dark y finiquitarlo con éxito pensé que podría mantener el ritmo, pero luego pasaron los meses y pasó de todo, desde mis bloqueos mentales hasta la aparición de nuevos proyectos en shots o miniseriales que se extendieron mucho más de lo que pude controlar. 

Así que honestamente les pido una disculpa. Pero aquí estoy, apareciéndome con actu y con la confianza de no dejarlo botado nuevamente, me engancharé con fic historia por historia para poder ir cerrando cada uno de ellos y dejarme de tonterías tratando de exprimir en sobreexigencia a mi pobre ratón *aka su cerebro xD* 

Y bueh, sin más, les dejo capi~ con dedicatoria especial para mi Lau *-* que anda de cumpleaños.  



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CAPÍTULO 4. DILEMA
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Universidad de Seúl

Yunho no ha conseguido concentrarse en más nada durante toda la mañana. Se ha saltado incluso la primera clase por estar escuchando el relato de este hombre que se presentó como Min Ho. Así sin más, sin ningún otro objetivo que hablarle acerca del Llanto de Zorro que le ha entregado. La pequeña cápsula descansa ahora en el bolsillo interno de su saco. No está seguro del por qué lo ha aceptado, no es que conozca de mucho a este chico de ojos negros que se hospeda en su departamento como favor por su amigo Yoochun, ni mucho menos que pueda evitar sentir ese impulso de protegerle.

– Pero ni siquiera le he dado un nombre. Es decir, no es que pueda simplemente dárselo, pero estar refiriéndose a él como zorro está fuera de límites ahora. Si quiero entender realmente todo lo que está pasando, necesito ser su amigo. Un amigo de verdad, no solo un anfitrión amable.

Habiendo concluido esto, el moreno ni siquiera se preocupó por buscar a sus amigos al terminar las clases. Necesitaba hablar con el chico de ojos negros, así que apuró su retirada a su departamento, donde esperaba encontrar al zorro.

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Centro de la capital

Abstraído por las novedades que le ofrecía la ciudad, Junsu convenció a sus hermanos de que salieran a pasear ese día ya que no tenían nada qué hacer. El día se fue así entre algarabía y asombro por parte del pelirrojo, el hastío y la apatía del menor de los tres, y la prudencia del de ojos negros.

– Sus humanos deberían darles un nombre también. A mí me gusta que Yoochun ah me llame “Junsu” cuando habla conmigo… – Comentó casi con aire distraído, mirando alternadamente una tienda de mascotas y otra de peluches en la plazuela a que han llegado a media tarde.

– Hermano, vamos a volver ya a nuestros respectivos hogares temporales. Podemos volver luego para que decidas qué quieres mirar.

– Sé lo que quiero mirar, hyung. Lo que no sé es si Yoochun ah estará de acuerdo en tener mascota en casa, o si sería mejor solo tener un peluche.

– Ninguna de las dos cosas debería ser una opción en tu cabeza, hyung… – Se quejó el de ojos oscuros… – Ni siquiera tienes dinero para comprar ninguna de las dos cosas. Y por el geniecito que se carga tu humano, dudo mucho que vaya a querer cualquiera de las dos.

El pelirrojo pucheó y pateó el suelo con aire berrinchudo. Pero suspiró y resignado se encaminó hacia la calle para tomar el camino de vuelta al departamento del pelinegro. Sus hermanos caminaron junto a él en silencio. Estaba cada uno metido en sus propios pensamientos.

– Hyung, ¿cuándo me dirás qué necesito para convertirme en humano de verdad?

– Paciencia, Junsu. Te lo explicaré todo cuando sea luna llena. Entonces tendrás todo un mes para conseguir tu cometido, cuando otra luna llena se haga presente en el firmamento.

El pelirrojo quiso replicar, pero en este punto sabía que los reclamos no servirían de nada. El ritual no iba a ser alterado solo porque él ansiara ser humano de inmediato. El zorro de ojos negros suspiró mirando hacia el cielo comenzando a oscurecerse. Renunciar a su condición sobrenatural sería doloroso. Literalmente. No quiere que ninguno de sus hermanos pase por esto, pero sabe que es tarde. Junsu está decidido.

– No podemos estar sin hacer nada durante todo este tiempo. Debemos encontrar la manera de apoyar a los humanos que nos cuidan, encontrar un trabajo aunque no tengamos credenciales que nos identifiquen.

El de ojos oscuros sintió de pronto que su comentario había caído en saco roto pues ninguno de sus hermanos mostró reacción alguna. Estaba por repetir lo dicho cuando el mayor dijo algo sobre encargarse del asunto, pero pronto los tres volvieron a quedar en silencio mientras caminaban de vuelta a sus respectivos sitios.

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Departamento de Park Yoochun

Cuando el pelirrojo llegó hasta aquí se dio cuenta de que los pies le punzaban en la planta, se sentían calientes y un dolorcito le subía por las pantorrillas hasta los muslos y la espalda.

– ¿Esto será a lo que los humanos llaman cansancio? Quizá fue mala idea caminar para todos partes durante todo el día… – Habló para sí, sacándose el calzado y reposando sus pies sobre el piso de madera, suspirando casi aliviado al sentir el contraste de temperaturas entre lo fresco del liso piso y lo caliente de sus pies.

Luego escuchó el sonido de la puerta al abrirse y cerrarse e instintivamente agudizó sus oídos. Naturalmente debía tratarse de Yoochun, pero por el simple hecho de no haber sentido su Aliento cerca ni reconocido el aroma del pelinegro, él supo que no podía tratarse de su humano. Así que sigilosamente avanzó hacia el pasillo de entrada listo para defender el territorio de su humano de cualquier extraño que quisiera robarle. O lo que sea.

Pero dudaba mucho que la mujer delante de él fuera una ladrona. O algo.

– ¿Y tú quién eres? ¿Qué haces en casa de mi sobrino?

– ¿Mh? ¡Ah! Usted debe ser Min Hee-ssi, la Tía de Yoochun ah…– El pelirrojo sonrió tímidamente. Esta es la primera vez que se encuentra con algún familiar del pelinegro y por alguna razón quería dar una buena impresión.

– Sí, pero no sé quién eres tú.

– Me llamo Junsu… – Dijo. Y al hacerlo se dio cuenta de que se sentía maravillosamente bien poder presentarse como cualquier humano común y corriente. Sin tener que evitar el revelar su verdadera identidad. Estaba emocionado, tanto que tuvo que hacer un gran esfuerzo por dejar sus colas bien ocultas a la vista de la mujer.

– Oh, así que tú eres el famoso Junsu que tuvo tan preocupado a mi sobrino días atrás… – La mujer finalmente se adentró con confianza en el departamento, cargando un par de bolsos que parecían contener alimentos.

El pelirrojo de inmediato se ofreció en ayudarle con la carga, que francamente era pesada para la fuerza de una mujer. De cualquier manera, lo que tenía al pelirrojo sonriendo como bobo era lo que acababa de escuchar. Su humano de verdad se había preocupado cuando desapareció así sin más.

Nada le cuesta ser así de amable y lindo más a menudo… – Pensó, internándose en la cocina al seguir a la mujer que seguía parloteando con ese tono chillón que se le hacía algo extravagante pero mono al pelirrojo.

– ¿Y de dónde eres? ¿Cómo es que apareciste así de repente en la vida de mi sobrino y no nos había hablado nunca de ti?

– Nos conocimos recientemente pero nos hemos entendido muy, bien… – El pelirrojo titubeó de último momento cuando tuvo que decir aquello. A veces parecía que sí, que podía llevarse bien con el pelinegro. Pero en otras ocasiones, las palabras y las acciones de su humano consiguen hacerle sentir realmente mal, incómodo, triste… – Disculpe si le he ocasionado problemas a Yoochun ah, le aseguro que no ha sido esa mi intención al quedarme unos días a su lado.

– ¿Eh? Oh bueno… – La mujer comenzó a guardar la despensa que ha llevado para el pelinegro en los cajones de la alacena y el frigorífico… – En realidad Yoochun no nos ha dicho gran cosa. De hecho solo te mencionó esa noche cuando fue a pedirle ayuda a mi padre para buscarte, pero aunque intenté sonsacarle algo de información acerca de ti, él no soltó prenda. Siempre tan obstinado para sus cosas.

– Yoochun ah es un chico extraordinario. Yo le q… le estimo mucho por eso.

La mujer volvió la mirada hacia el pelirrojo, extrañada de la seriedad y timidez con que aquellas palabras brotaron de labios de este chico que luce algo adorable para su edad.

– Salvo Yunho y en ocasiones Seung Gi, no hay muchas personas que digan eso acerca de mi sobrino. Él debió dejarte una muy buena impresión y se deben estar llevando definitivamente bien para que lo veas de ese modo.

– Yoochun ah me permite quedarme en su casa, y cuida de mí. Se comporta como un hyung responsable. O casi todo el tiempo lo hace… – El de ojos avellana admitió con una sonrisita entre divertida y molesta. No había sido nada amable cuando le dejó ahí para irse con esa chica. ¿Cómo era que se llamaba? Ah sí, SeNa.

– Ya decía yo que era demasiado perfecto que hablaras tan bien de mi sobrino… – La mujer soltó una sonrisita… – De todas maneras así suena más a que estamos hablando de la misma persona. Sé que mi sobrino es buena persona, solo tiene algunos detalles de personalidad que le arruinan la extraordinaria reputación.

Ambos rieron bajo por el comentario. No había intención de burla allí, simplemente se sentían como si estuvieran hablando de una persona a quien conocen de toda una vida. Y bueno, Park Min Hee sí que conoce a Yoochun desde que nació, pero Junsu apenas tiene unos días a su lado y ya sabe –porque lo siente en el fondo de su Aliento, que en caso de los zorros existe una especie de equivalencia con su alma y corazón– que no podría vivir separado de él. Él va y piensa con soltura y libertad que está enamorado, aunque está seguro también de que si hablara de esto con un humano como los amigos del pelinegro, e incluso con Min Hee-ssi, ellos le dirían que no se trata de amor.

Los humanos son los primeros en negarse a algo tan suyo. El amor no es inauditamente espontáneo, puede nacer en un abrir y cerrar de ojos. El reto está en cosecharlo y dar buenos frutos de él. Mirarle florecer como cerezo en primavera.

– ¿En qué estas pensando, Junsu-ssi?

– En nada en particular. ¿Usted le trae siempre la despensa a Yoochun ah?

– Al menos una vez por semana, aunque esta ocasión ustedes dos se han terminado todo muy rápido; así que he pensado en traerle dos o tres veces a la semana. Incluso puedo cocinar para ustedes si deciden venir a casa a visitarnos. A mi abuelo también le gustará conocerte, Junsu-ssi.

– Se lo diré a Yoochun ah, Min Hee-ssi… – Sonrió cordial. Aunque en el fondo pensaba que el pelinegro se negaría en rotundo en llevarle… – Yoochun ah sigue evitando a toda costa que tenga contacto con sus amigos de la Universidad, con mayor razón lo hará de su familia. No, probablemente aunque llegara a ser un humano de verdad, Yoochun nunca me verá diferente.

– Lo que sea que estés pensando, no te líes tanto. Tu cara se ve más atractiva cuando sonríes que cuando tus ojos reflejan tristeza… – Las palabras de la mujer pillan por sorpresa al pelirrojo. No se ha percatado de sus ensimismamientos… – Por cierto, ¿tú no vas a la Universidad?

– No… – Junsu dijo honestamente. No tenía intenciones de mentirle a aquellas personas que se nota quieren al pelinegro con tal sinceridad… – Yo, he tenido algunos problemas de familia que me han impedido hacer muchas de las cosas que quiero. Pero espero pronto poder integrarme a la vida con normalidad.

– Oh querido…  La mujer le dio un repentino abrazo cariñoso. El pelirrojo se sorprendió pero al instante correspondió el gesto con suavidad. Nunca había sentido este tipo de abrazo. Con calidez humana… – No desistas, estoy segura de que lo que sea que estés pasando pronto será solo un recuerdo. Tengo la impresión de que harás algo muy importante con tu vida.

Min Hee pellizcó las mejillas del pelirrojo con súbito maternalismo. Junsu sonrió, ligeramente adolorido de los mofletes por aquel gesto cariñoso. Pero feliz. Ella que no sabe quién es él en realidad le trata como a cualquier chico, como a un ser humano. Entonces, ¿por qué sigue sintiendo que con Yoochun no será así de sencillo?

………………………………
Departamento de Seung Gi

– ¿Tú estás cocinando? ¿Qué? ¿Te golpeaste la cabeza cuando regresabas y te volviste una persona normal con rasgos de amabilidad?

– Cállate. Ni creas que pienso compartirte de mi comida.

– ¿Tú comida? ¡Yah! ¿Es que no piensas compartirme de lo que estás preparando?

– No.

– ¡Maldito desgraciado egoísta! ¡Cómo te atreves! ¡La he pasado cocinando para ti estos días! ¡Y comes como auténtico…! – Seung Gi hizo aspavientos con la cara roja de frustración. Pero entonces el de ojos oscuros se dio cuenta de que estaba evitando conscientemente decirle de cualquier manera que le pudiese ofender. Todo y que francamente le daría razón, tiene derecho a espetarle alguna grosería…

– Gritas demasiado.

– Y tú comes como si tuvieras que satisfacer el hambre de un ejército.

El de ojos oscuros no dijo nada, terminó de servir algunos platos y los llevó a la mesa. Seung Gi bufó y fue a su habitación a dejar su bolso y a ponerse más cómodo. Esa noche lo único que quería era cenar, tomar la ducha y meterse a la cama a dormir largo y tendido. Por alguna razón, estaba más cansado que nunca. Convivir con este chico, aunque fueran solo algunas horas, le agotaba de sobremanera. Pero al mismo tiempo… le gustaba.

– Encima soy masoquista… – Murmuró para sí al aventar las prendas al cesto de ropa sucia y terminar de colocarse ropa cómoda y andar con pantuflas por su departamento.

– Siéntate… – El de ojos oscuros ordenó (literalmente) cuando su anfitrión pasó por el comedor.

– ¿Vas a compartirme de TU cena? No quiero que luego me reclames que te has quedado con hambre.

– Me gusta fastidiarte. Me resulta divertido y eres tan fácil de enojar.

– Idiota.

– Además tengo que hablar contigo, de algo muy importante. Necesito que tengas el estómago lleno para que soportes la impresión.

– ¿Eh?

– Come. Cuando hayamos terminado hablaremos, humano idiota.

– ¡Yah!

………………………………
Departamento de Jung Yunho

– Bienvenido, Yunho ah.

– G-gracias… – El moreno se sorprendió cuando el de ojos negros le recibió en el umbral de la entrada como si le estuviera esperando.

– ¿Ha ido bien tu día?

– S-sí. Lo normal… – El moreno entonces se quedó estático. Había estado pensando en esto el día anterior, pero hoy se le había pasado totalmente por alto por estar centrado en esta otra situación referente al Llanto de Zorro… – Oye, he estado pensando en nombres, pero no sé… pienso que sería lo mejor si tú mismo decidieras cómo llamarte.

– ¿No te gusta algún nombre en particular?

– Pero puede que a ti no te guste. Por eso pensaba que lo mejor sería que tú lo eligieras.

– Entonces dime cuáles te gusta y elegiré uno de entre ellos.

El moreno se le quedó mirando. ¿Por qué parecía que quería complacerlo? Entonces recordó lo que Min Ho le contara más temprano y sintió una punzada en la nuca. Ellos dos habían estado enamorados antes. Pero ahora eran un par de extraños decididos a no cruzar sus caminos. Sin embargo, Min Ho también había dicho que les cazaría.

– Yunho ah…

– Jaejoong. Me gustaría llamarte Jaejoong.

– Entonces a partir de ahora ese será mi nombre, Yunho ah. Jaejoong… – El de ojos negros le regaló una sonrisa. Suave, casi un sortilegio de su imaginación. Hermosa.

– Jaejoong ah, quiero hablar contigo. Hoy me ha encontrado un sujeto que dice conocerte de antes. Su nombre es Lee Min Ho.

Los ojos negros del zorro se abrieron de par en par. Y un matiz frío cubrió la faz de sus pupilas. Una frialdad que venía del rencor, de la decepción. Yunho supo ahí que acababa de tocar la fibra más sensible del zorro, pero estaba dispuesto a no dejarle ir hasta entenderlo todo.

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Aunque Yoochun sabía que Junsu debería estar esperándole ansiosamente en su departamento, el pelinegro estaba ahí, sentado en un coche que no es suyo, junto a una SeNa sonriente que parece divertida por la nueva actitud del muchacho.

– Antes te costaba mucho más ejecutar esos movimientos. Parece que últimamente te has mejorado bastante, oppa.

– He estado practicando incluso por las noches… – Dijo con altivez, sonriendo galante.

Sin embargo, su mejora en el Taek Won Do no venía de práctica alguna. De hecho hacía algún tiempo que faltaba a las clases y su sensei ya le había dado un ultimátum para conservar su cinturón. Yoochun sin embargo había querido lucirse esa tarde en la clase extracurricular de cinematografía a que asistía una vez a la semana y, actuando como personaje principal en un cortometraje que realiza junto a sus compañeros de clase, ejecutó una escena de artes marciales casi tan pulcra como lo hacen los profesionales. Todos habían quedado impactados. SeNa incluida. Una lástima que no fuera su coprotagonista. De hecho el cortometraje no tenía nada que ver con romanticismos, era una simple exposición del deporte nacional.

– Oppa se ha vuelto mucho más interesante que antes… – SeNa dijo con coquetería, dejando que su mano descanse sobre el muslo del pelinegro, notando cómo este reaccionaba con una sonrisa sobrada de altivez. Ella sabe cuánto seduce el mínimo movimiento de su parte al muchacho. Y honestamente antes solo lo usaba para su distracción, ahora sin embargo, lo encuentra tan atractivo que realmente quiere algo con él.

– ¿De verdad?

– Por supuesto.

– Entonces, ¿saldrías conmigo a una cita?

– Mañana a las ocho, oppa… – Ella sonrió con fingida timidez, dejando un beso sobre la mejilla del pelinegro… – Buenas noches, Yoochun oppa… – Susurró con voz dulce, cerca de su oído hasta erizarle el vello de la nuca.

El pelinegro sonrió tontamente, saliendo del automóvil de la chica al comprender que aquella había sido la despedida. Ya pensaba sin embargo en todo lo que podrían hacer el día siguiente. Se despidió también y luego vio el auto convertible alejarse calle arriba a toda velocidad. El pelinegro suspiró bobamente y luego le aguijoneó un intenso dolor en el pecho. Mucho más fuerte que un minuto antes, cuando los labios femeninos tocaron su piel y el dolor se extendió por su cuerpo con menor intensidad puesto que había conseguido prácticamente ignorarle. Pero no ahora. Entró a su departamento sobándose el pecho, tratando de calmar ese punzante dolor que le estaba levantando un dolor de cabeza insoportable.

– Maldito Aliento. Estúpido zorro… – Se quejó, doblándose de dolor justo fuera de su puerta. Parecía que el Aliento en su pecho le daba una advertencia acerca de su pensamiento respecto al pelirrojo.

Park abrió con dificultad, respirando laboriosamente y deseando con fuerza que ese dolor desapareciera. Cuando el pelirrojo le vio sonrió contento, aunque al notar el estado su sonrisa se esfumara y apareciera una expresión de auténtica preocupación. Anduvo hasta él con prisas, sujetándole por el brazo para ayudarle a sostenerse.

– ¿En qué has estado pensando que mi Aliento está tan enojado, Yoochun ah?

– ¡No te importa! – Gruñó dejando caer su cuerpo a peso muerto sobre el sofá, sobándose el pecho y respirando profundamente.

Junsu frunció el ceño dolido por la actitud del pelinegro. Sí, a veces se llevaban bien. Otras parecía que Yoochun solo veía un estorbo en él. De todas maneras, ya no podía hacer nada por evitar que su corazón latiera tan rápido cada que le ve, cada que le escucha, cada que le tiene así de cerca. Llevó su mano al pecho del pelinegro habiéndola pasado por debajo de su ropa.

– Solo voy a calmar mi Aliento… – Aseguró al percatarse de la incomodidad y la molestia del pelinegro que ya había comenzado a respingar por su tacto.

–Maldición… – Bufó por lo bajo, enfadado consigo mismo al descubrir que a su cuerpo le agradaba el suave y tibio contacto de la mano del pelirrojo.

Lo sabe porque siente caliente la zona donde la mano del pelirrojo ha rozado en su camino hacia su pecho. Un calor diferente, agradable.

– Yoochun ah, ¿tan desagradable es tenerme contigo?

– ¿Qué?

– Estás enojado conmigo, no solo porque mi Aliento te duele. Lo puedo notar. Soy un Gumiho, pero no soy idiota, Yoochun ah.

Cuando el pelirrojo terminó de decir eso, Park buscó su mirada con aprehensión. Realmente despotricó contra el chico sin medirse en absoluto. Le hizo sentir mal sin realmente quererlo. Actuaba casi por instinto, por mero mecanismo de defensa. Como si tuviera miedo de todo lo que puede encontrar en un ser sobrenatural como él.

Vio entonces en los ojos avellana una tristeza y una decepción que le hincó en el corazón un profundo sentimiento de culpa.

– N-no. Oye, no es que me desagrades. Lo… lo siento, estaba enfadado contigo porque tu Aliento duele mucho cuando quiere.

– No es que quiera dolerte, ya te expliqué que eso se debe a que piensas cosas indebidas.

– Pero SeNa me gusta mucho, tu Aliento  debería saber que es normal que piense en tener una cita perfecta con ella, besarla cuando le lleve a su casa… – El tono soñador del pelinegro se incrustó dolorosamente en el pensamiento del pelirrojo.

Al mismo tiempo el pecho de Park volvió a sufrir a causa del Aliento. Maldijo por lo bajo y apretó los dientes. Esta vez ha dolido incluso más que antes. Junsu se sintió culpable al ver el rostro contraído del pelinegro, sabe que debió doler mucho más esa vez porque, estando tan cerca de su Aliento era como si estuviesen conectados, y su tristeza hizo reaccionar a su Aliento.

– Lo siento. Soporta solo un poco más. Tu cuerpo tiene que sanar por completo para que pueda tomar mi Aliento de vuelta.

El pelirrojo susurró, tan bajo y débil que Yoochun tuvo la impresión de que no era el mismo Junsu revoltoso que le perseguía a todas partes y se colaba sí o sí en su cama todas las noches. Entonces buscó de nuevo la mirada del zorro, pero la vista de éste estaba centrada únicamente en su pecho mientras acariciaba suavemente el pecho y le reconfortaba la sensación ahí dentro. Realmente su sola cercanía tranquilizaba al Aliento y le dejaba sentirse de nuevo tranquilo. Tuvo así la oportunidad de observar el rostro abstraído del pelirrojo, no había tenido antes esta vista. La expresión ida del pelirrojo sin embargo no le gustó, tampoco la oscuridad en sus pupilas avellanas ni la seriedad de su rostro risueño y juguetón.

– Antes me preguntaste si te vería diferente si llegabas a ser un humano de verdad. Y ahora yo me pregunto, ¿por qué quieres ser un humano? ¿No te gusta quien eres? Cualquiera quisiera tener tus habilidades, esto de sanar rápidamente, de tener más habilidades que cualquier humano como yo. He estado poco tiempo con tu Aliento dentro de mí pero me he dado cuenta. ¿Por qué renunciar a esto por algo tan pueril como ser humano?

Los ojos del zorro entonces sí que centraron su atención en los pozos negros del humano. La caricia tranquilizadora que su mano había estado proporcionando sobre el pecho de Park se detuvo también.

– Quiero ser un humano porque estoy cansado de vivir encerrado en una pintura. Quiero ser humano porque no me gusta más la vida como Gumiho, la gente nos teme, nos tratan como demonios crueles y eso no es verdad. Además, si soy humano podré conocer el amor… – Murmurando la última frase, Junsu finalmente retiró su mano del cuerpo de Yoochun, notando el cosquilleo en su espalda baja donde sus colas amenazan con mostrarse. Le emociona la idea de enamorarse y ser correspondido, sobre todo porque tiene enfrente a quien desea le enseñe aquello tan humanamente misterioso como maravilloso.

– El amor no es tan magnífico, Junsu.

– Pero tú estás enamorado, ¿cierto? De SeNa… – Cuando el pelirrojo mencionó aquello su emoción se evaporó. Casi había olvidado aquello. Puesto de esa manera, ¿realmente tenía caso convertirse en humano? Yoochun no iba a corresponderle, jamás lo haría.

– Supongo que sí, pone mi mundo de cabeza. Pero no es la primera vez que me pasa eso con una chica. Creo que el amor es más que sentirse enamorado de una persona. Y ese algo más no lo he sentido aún… – Dijo y sus ojos negros chocaron con las pupilas avellanas. Su estómago se sacudió y el corazón le dio un vuelco. Un calor agradable se extendió desde su pecho hasta el resto de su cuerpo haciéndole sentir sumamente relajado. Como si hubiera descubierto algo tan grandioso que solo puede ser admirado con sumisa devoción.

– Entonces, ¿podría ser que tu amor verdadero no sea ella?

– S-supongo.

Una suave sonrisa abarcó los gruesos y rosados labios del pelirrojo. Y por alguna razón aquella sonrisa contagió al pelinegro.

– Quiero ser humano. Y ser el amor verdadero de alguien… como t… – El intento de confesión del zorro se vio interrumpida por el tono del móvil del pelinegro, que totalmente desprevenido por el sonido de aquel aparato dio un bote de impresión, apurándose en contestarlo.

Era SeNa. Y la sonrisa bobalicona que Yoochun puso mientras hablaba con ella volvió a deprimir al pelirrojo. Un segundo se sentía confiado de convertirse en humano si podía permanecer a lado del pelinegro, pero al segundo él mismo se encargaba de destruirle los castillos de arena que levantaba en el viento como auténticas ilusiones de nada.

Así que tenía ahí su dilema. Buscar o no buscar convertirse en humano.

Continuará……

11 comentarios:

  1. OMG!!!!!!!!!!!!!!!!!! *-------------------------------*
    zorritos lokito *W* *tendra que repasarlo todo :X

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  2. pobre Su , me da pena que sufra , estaba esperando ansiosa otro capitulo mas , gracias por la actu feli preciosa *O*

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  3. Omo, mi Susu T.T nuuuuu

    Chunnie malo, no sabe que pensando eso de la tonta esa, me pone triste a mi zorrito y por eso el aliento le duele x.x

    Y mi Jae... u.u ese MinHo lo quiero patear!!!! Le hará daño de nuevo

    Minmin siendo el sarcástico que es... poniéndose de hogareño?? En serio lo pondrás de uke??

    Bueno x.x ojalá que pronto Maki le levanté el castigo u.u

    *w* Gracias por mi super regalo de cumpleeeeee <3

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  4. Waaaaaaaaaaaa quiero llorar ToT, siento tan feo por Junsu, el verlo así, tan triste, siento que hasta a mi me duele el pecho ToT, me duele mucho por él.

    Luego Jaejoong :O!!!!!, qué le dirá a a Yunho o viceversa, me tiene muy nerviosa ello, creo que no pensé que Yunho le hablaría de él, ahhhhhh mucha incertidumbre x_x

    Changmin!!!!!!!!!!!!!!!! lo amo!!!!!!!!!!! lo amo demasiado!!!!!!!!!, jajajajajajajaja entiendo por qué Seung Gi es masoquista, yo igual lo sería ;D, jojojojojojojoj *o*, morí de risa y ternura cuando dijo que no le dará de su comida jajajajajajaja y luego le ordena que se siente *O*, jajajajajajaja le gusta como se enoja :D

    Pero sigo llorando por Junsu ToT... xD

    Feli, de verdad no sé cómo darte las gracias, estoy tan feliz de ver un nuevo capítulo de esta historia, deseaba tanto ver la actualización, muchas, muchas gracias!!!!!!!!! me hiciste inmensamente feliz :D

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  5. Pobre Junsu, me da que ese amor que siente ya por Yoochun le va a traer mucho dolor y llanto mientras Yoochun se enamora de el.

    Al parecer los que van medio bien son el YunJae, peero con la llegada de Minho quien sabe, puede que pronto empiecen los problemas.

    y Min... a veces me cae mal y a veces me cae bien, es que pobre Seung Gi le saca de quicio y Min no hace otra cosa que complicarle la vida... en fin esperemos a ver que pasa.

    Felina, gracias por el capo, espero que ya todo este bien linda y bienvenida de nuevo ^^

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  6. conti!!!!!!!! si..... gracias poor ello....

    como siempre me pasa con tus contis me encantan.... matta ne
    (con trabajos que entregar el tiempo pasa volando... perdon)
    <3 yoosu <3

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  7. Me encanta me enloquece lo amo, tan perfecto tengo tanta urgencia x saber como termina pero siguelo a tu paso ^^

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  8. ahhh me encanto aun me encanta que junsu sea tan cariñoso con yoochun pero el ni caso dios mio yoochun espero que te des cuenta antes de que sea demasiado tarde

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  9. No pude aguantar el no leerlo
    Ayyyyyy odio a Minho! Me pone los pelos de punta! Espero que salga todo bien con mi Yunjae, ademas Yunho ya le puso nombre a Jaejoong y eso me hace muy feliz. Se que Jaejoong dejara sus miedos atras y se volveta a enamorar

    Changmin me hace reir tanto! Es tan pesado xD
    nuuuu ;; mi Junsito sufre, me da penita porque creo que Junsu sufrira mucho hasta que Yoochun deje a Sena y acepte que esta enamorado de el

    Es sorprende como es que me acuerdo de todo lo que ha pasado en este fic, ni siquiera tuve la necesidad de releer los capitulos
    Muchas gracias por actualizar

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  10. kyaaaaaaaaaaa gracias por la actu me encanto, pobre su es el que mas sufre espero que el cabezota de yoochun nolo haga sufrir mas, esperare con ansias el siguiente capitulo XD

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  11. Sena bitch!!!

    Pobre Susu pero asi es el amor, sera super cuando Yoochub cabezahueca Park se enmore de el...

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”No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”
J.R.R. Tolkien