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Seúl, Corea
Distrito Yongsan-Gu
Yunho reaccionó apenas un segundo después de haber sentido aquella succión en su cuello, apartó bruscamente a Jaejoong notando esa gota de sangre resbalar por la comisura del labio del pelioscuro, los rojos labios de su amante estaban ligeramente curvados en una endemoniada sensual sonrisa, más el moreno no tenía tiempo que perder en la imagen erótica del Príncipe vampiro…
- te dije que no…
- sigo vivo, ¿ves?... – el pelioscuro protestó cuando su amante le dejó sentado en el frio piso y se movía ágilmente en busca de uno de los pequeños bolsos que solía llevar en torno a los muslos y la cintura…
Yunho no dijo nada… lo sabía, en cosa de un minuto su sangre se habría impregnado en cada célula de Jaejoong y entonces vendría lo peor a menos que él le inyectara una sustancia que poseía una peculiar combinación de antigregante plaquetario y anticoagulante; de modo tal que la información genética de su sangre no alcanzara a fusionarse con la del receptor (o víctima) evitando así el proceso total de la combinación y por tanto la muerte inevitable de Jaejoong… sin embargo, el uso de tal sustancia era un peligro, pues al hacer uso de ambos agentes, la sangre de a quien es administrada podía sufrir importantes cambios e incluso… diluirse…
Más el moreno no tenía tiempo para detenerse a pensar demasiado, por ahora lo único que le importaba era evitar que su sangre se fusionara a la del pelioscuro, así que una vez encontró su bolsillo sacó aquella jeringa ya preparada con la sustancia y regresó sobre sus pasos. Jaejoong sonreía aún, pero en sus ojos negros, el Diurno pudo notar que estaba perdido, sus pupilas dilatadas indicaban que el veneno de su sangre había comenzado ya a sinterizarse en sus redes sanguíneas. Buscó rápidamente la vena principal en el cuello y aplicó la inyección sin miramiento alguno. El Príncipe se quejó al sentir la aguja en su cuello, pero no fue capaz de más nada que cerrar sus ojos al tiempo que sentía que sus sentidos colapsaban de una manera peculiar…
La sustancia pasó del instrumento médico irrigándose rápidamente por las venas del Príncipe Vampiro. Apenas unos segundos después el cuerpo de Jaejoong comenzó a convulsionar, Yunho lo había esperado así, por lo que le abrazó con fuerza para evitar que se fuera a lastimar demasiado. Un minuto después se calmó y desfalleció en los brazos del moreno.
El Diurno le cubrió con sus ropas y rápidamente le sacó de ahí para llevarlo a su “casa”, pues ahí contaba con todos los requerimientos necesarios para chequear la evolución del pelioscuro. Aún temía que la sustancia fuera demasiado fuerte o que la sangre Real de Jaejoong la terminara rechazando expulsándola de su organismo sin poder evitar el fatídico final de su atrevimiento al morderlo.
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Hong Kong, China
Junsu salió disparado del auto apenas Yoochun lo estacionó a las afueras del lugar donde le había dejado la noche anterior. Al pelinegro no le extrañó la reacción de su amante… tampoco podía detenerle… pero había dos posturas en su interior que seguían debatiéndose… ambas, solo estaban preocupadas por el castaño. Y sin embargo, divergían en su actuar para protegerle…
Para amarle tal vez…
El centinela corrió escaleras arriba para tomar sus cosas a tropel y marcharse de ahí… era eso lo único que deseaba ya… largarse y no seguir siendo un estorbo para el lycan… más que eso… dejar de ser un pasatiempo para el hombre inmortal del que estaba irremediablemente enamorado.
JinHyuk observó fijamente a Park cuando éste entró con pasos tranquilos en la casa, podía lucir tranquilo y frío, pero él muy bien sabía que el corazón de su amigo aún luchaba por latir con libertad y proteger con paciencia y cariño a su dueño, a ese mortal muchachito que arriba continuaba guardando sus pertenencias listo para dar la vuelta y marcharse creyéndose que no era digno de ser amado por un licántropo sin corazón…
- deberi…
- ¡No quiero oír nada!... – cortó con seriedad el pelinegro, duro y firme, pero sin elevar la voz…
- si le dejas ir…
- ¡Nada!... – bramó el pelinegro notando cómo le hervía la sangre mezcla de coraje, miedo e impotencia… sus orbes negras se dilataron amenazantes, pero su amigo no vaciló…
- Yiang seguro sabe ahora cuánto te importa el joven Kim, le condenarás a la muerte si le dejas marchar… - continuó el viejo licántropo a pesar de que su amigo pelinegro hubiera querido parar esas palabras que seguro también tenía en mente…
Yoochun no quería… no quería pensar en eso…
Porque hacerlo significaba aceptar que a fin de cuentas, no era más que su culpa el que Junsu se encuentre en tal peligro. Porque sí, tenía en claro que ahora Zhang conocía uno más de sus secretos, y que solo buscaría aprovecharse de tal situación…
Como ya lo hiciera una vez hace milenios arrebatándole a la única mujer que amó en su vida mortal…
Una furiosa sacudida movió sus entrañas y el resplandecer de la luna llena en el exterior acrecentó la violencia personalidad de Park convirtiéndole en segundos en aquel licántropo ansioso de sangre y carne… JinHyuk no movió un dedo cuando vio a la fiera salir por la portezuela jadeando como lo hace un lobo a la caza… miró hacia la alcoba en la planta alta visualizando a ese Junsu que había salido rápidamente al escuchar aquellos jadeos que bien conocía…
- Yoochun… - murmuró preocupado, apretó con sus manos el pasamano de las escaleras sin atreverse a salir tras de su amante…
No porque le tuviera miedo ni mucho menos, ya antes había presenciado la furia salvaje del lycan, pero éste siempre le reconocía evitando cualquier daño hacia él… No, la razón por la que no salió tras él fue…
Que no se sentía amado…
Y aquello dolía demasiado en su corazón mortal…
Junsu dio la media vuelta regresando a la habitación solo para tomar esos bolsos con sus pertenencias y salir de aquella casa…
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La Princesa Yin permitió que DongHae se sentara a su lado en aquel peñasco de lo alto en aquel claro de la montaña, la luna llena seguía brillando con peculiar intensidad en el firmamento… las estrellas casi parecían brindarle tributo titilando con hermosura…
- la belleza que tus ojos puedan ver no tiene comparación con la que tengo ante mí… - la voz del chico de cabellos cobrizos le hizo girar su rostro hacia él…
- ¿estás cortejándome?... – cuestionó con esa sonrisa sensual que parecía tan natural en los vampiros, con aquella mirada pícara que hizo sonreír de la misma manera a DongHae…
- sin duda que sí, Princesa… - más en los ojos amielados del joven vampiro ella pudo dilucidar algo más que inquietó algo en su pecho…
Y aquello terminó por asustarle un poco… como quien teme a lo desconocido…
A lo prohibido…
- te demostraré que aun siendo inmortal, tenemos un corazón que entregar para amar… - el pelicobrizo acarició la mejilla de la Princesa con ternura y ella sintió que su respiración se agitó ante aquel contacto…
No recordaba una caricia así…
Una caricia de verdad…
Y en su pecho algo latió con fuerza…
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Seúl, Corea
Jung Yunho iba a toda prisa en su motocicleta, Jaejoong iba sentado delante suyo recargado en su pecho para mantenerle firme a su lado, aún iba inconsciente pero el Diurno podía sentir la sangre del pelioscuro cambiar una y otra vez radicalmente el ritmo de su torrente, la sustancia de antigregante plaquetario y anticoagulante estaba actuando, más el moreno no estaba seguro de que los resultados fueran positivos…
Algo no marchaba bien, de eso estaba seguro…
- ¡maldición!... – bufó por lo bajo acelerando más la pesada máquina…
El viento golpeaba con fuerza contra su rostro, meciendo sus cabellos y los de Jaejoong, hebras de seda que frágiles acariciaban su rostro preocupado. Sabía bien que si Jaejoong… que si él… perecía por su causa, el único destino que podría encontrar estaría al final de su propia espada…
Se quitaría la vida para seguirle a donde quiera que fuera… porque ahí comprendía cuán humano era aún el corazón latente en su pecho…
Y que solo le pertenecía a Jaejoong…
- no te atrevas a morir… - susurró al tiempo que daba una peligrosa vuelta en aquellas poco transitadas avenidas donde el motor de su motocicleta era todo lo que cruzaba el viento rompiendo el casi sepulcral silencio de los amplios túneles de las principales calles de la metrópoli…
Estaba a nada de llegar a su “casa”, cuando varias furgonetas oscuras le cerraron el paso obligándole a virar y desviarse del camino. Yunho no sabía quienes eran, pero estaba seguro de que no le querrían capturar vivo… Disparos comenzaron a resonar pasándole por el lado rompiendo el viento, aceleró tanto cuanto daba su motocicleta en tanto su mente ideaba algún plan inmediato que les sacara a salvo de aquella emboscada…
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Hong Kong, China
Palacio Yin
Torre Sur
El Adalid recibió una noticia que claramente ponía en riesgo todo cuanto había estado conversando con la Reina Yin durante esos días en aquella Torre del Palacio. Arrugó el pergamino con su mano y lo lanzó al crepitante fuego de la chimenea en aquel recinto.
El Consejo de Sangre había recibido noticias que no llegaron antes a sus oídos…
Y ahora su propio hijo, Jaejoong, era buscado por traición a los clanes de vampiros… información de una fuente fidedigna le había demostrado a los demás representantes del Concilio una de las más castigadas traiciones a la especie. Mantener relación con el Diurno, máximo cazador de vampiros desde hace décadas.
El Adalid se puso de pie visiblemente consternado… aquello no le cabía en la cabeza, no había modo de que su propio hijo, su adorado primogénito y el sucesor de todos sus favores… hubiera mantenido ningún tipo de relación con el Diurno, uno de sus más grandes enemigos…
- me temo que debo retirarme, mi Lady… - Won Dae hizo una reverencia y salió de la sala con pasos firmes y una sola cosa en mente: averiguar porqué su propia sangre le traicionaba…
Como lo hiciera una vez la mujer que amaba…
Dentro la Reina Shen Liu miró de soslayo a su congénere partir con aquella mirada que centurias antes también hubiera visto resplandecer en aquellas pupilas que no dudaron en tornarse azules… la historia de Won Dae tenía más pasado del que quisiera aceptar el mismo Adalid, y aquello no haría más que jugarle en contra en ese mundo donde la traición y la ambición rigen los pasos a seguir para tomar decisiones importantes que fortalezcan el poder de los Clanes de Vampiros alrededor del mundo…
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ChangMin no podía entenderlo… tal vez no quería hacerlo en esos momentos… solo había querido dejarse llevar y disfrutar, de esos labios carnosos que saboreaban los suyos mordiéndole cada tanto gentilmente… ni siquiera podría decir quién había iniciado aquellos besos, o cuándo las caricias se les habían unido… tan solo…
Tan solo no se había negado al contacto, porque contrario a lo que podría haber pensado, anhelaba demasiado aquellas caricias cálidas que los labios del otro depositaba sobre los suyos, no le podía dejar de pensar y era más adictivo que la sangre misma de la que debía alimentarse para sobrevivir…
Kenryu se estaba convirtiendo en su razón de vivir…
Más allá de la inmortalidad que poseía, nada parecía tendría sentido a partir de ahora…
Tan solo aquello, perderse en las sensaciones avasalladoras de un simple beso o suaves caricias dejadas sobre su cuerpo. Kenryu desabotonó aquella camisa purpura, sus besos fueron depositados con ansia por su cuello y hombros, los jadeos que el morocho soltaba aumentaban su libido y ese particular deseo que el Príncipe Vampiro despertaba en el pelicastaño irguiendo su hombría.
ChangMin podía sentir cómo aquellas insinuantes caricias le abrasaban la piel dejándole ese ardor exquisito que se concentraba en su entrepierna. Los dedos del híbrido resbalaron seguros por sus brazos hasta dejar caer la camiseta que al contacto con el verde pasto bajo sus pies levantó ese aroma a rocío que sublime se coló por sus olfatos…
El morocho volvió a arropar los labios del japonés exigiendo otro más de esos apasionados besos que le marcaban y lograban que olvidara todo a su alrededor, que atontaban sus sentidos envolviéndole en aquella sensación que era mucho más delirante que la sangre misma después de días sin alimentarse. Y poco más por instinto, el morocho enterró sus colmillos en el cuello del híbrido succionando apenas un par de veces y sintiéndose extasiado al escuchar esos sensuales gemidos en su oído…
Una gota de líquido carmín resbaló por la comisura hasta su mentón, la lengua ávida del Príncipe vampiro salió sinuosa para lamer su propia piel, notando en aquella mirada grisácea fulgurante la llama encendida del deseo.
- muérdeme… - el morocho susurró demandante pero con cierto atisbo de sensualidad en su voz…
Sus manos palparon el torso desnudo de Kenryu mientras ladeaba ligeramente su cabeza mostrando la pálida piel de su largo cuello. El híbrido se relamió los labios mientras su cuerpo se estremecía bajo el tacto de ChangMin, con una de sus manos sujetó los mechones oscuros del Príncipe ejerciendo un poco de fuerza al tiempo que sus colmillos desgarraban la piel y volvía a probar de aquella sangre que era incluso más deliciosa de lo que pudiera serlo el elixir de los Dioses.
- mmhhh… - el morocho gimió sintiendo un espasmo recorrer su cuerpo ante cada nueva succión.
No entendía por qué, le excitaba tanto que el híbrido se alimentara de su sangre. Varios segundos después el pelicastaño le liberó, lamiendo con su caliente lengua aquel par de heridas que rápido se cerraron con su saliva quedando apenas una débil silueta que seguro al día siguiente sería invisible. El híbrido se sentía repuesto y con renovadas energías… esas que pensaba gastar hasta desfallecer probando cada recoveco del Príncipe, poseyéndole como ya una vez lo hiciera.
Marcándole como suyo…
Las largas uñas de Ogazawara se deslizaron con calma por la espalda del morocho dejando a su paso la fina línea roja de su filo sin llegar a rasguñarle; una mano viajó al frente desabrochando los pantalones, una vez conseguido tal propósito, la otra mano se infiltró detrás buscando aquel pasaje íntimo que ya palpitaba ansioso como lo hacían sus erectos miembros…
Y se coló entonces en su nariz, el mismo aroma de la dulce lujuria que ChangMin poseía transpirando por cada poro de su piel… un nuevo beso y una batalla sin cuartel entre sus lenguas que enredándose entre sí una y otra vez seducían con su húmedo sonido lo racional que podría quedar en sus pensamientos…
Sus cuerpos se buscaron con desespero en un abrazo que rebosaba de caricias tan ardientes como el fuego del mismo inframundo al que leyendas y mitos les relacionaban.
El maldito vibrador de su móvil le distrajo volviéndole de golpe a esa realidad, donde no había placer solo conspiraciones, donde el frío de la madrugada por culminar helaba más de lo que parecía y él ya podía extrañar aquel calor emanar de ese Kenryu al que apartó empujándole por los hombros…
Sus respiraciones jadeantes y el ardor de sus pieles no parecía menguar, pero el vibrador de su móvil casi consiguió que se apagara el deseo de sus pupilas.
- qué… - atendió su móvil esperando no haber sonado demasiado excitado pues la temperatura del momento recién comenzaba a descender…
- el Rey Won Dae le busca, Príncipe ChangMin… - la voz temerosa al otro lado le indicó que su guardia personal le había comenzado a buscar apenas les llegó la noticia de que el Adalid requería de su hijo…
- ¿para…?
- partir de inmediato a Seúl, Príncipe ChangMin…
El morocho suspiró mirando detenidamente al híbrido, cuyos iris grises no le habían apartado la mirada…
- escúchame, debes ocultarte Kenryu, no es seguro para ti ni el día ni la noche… - dijo en tanto acomoda sus pantalones y tomaba su camiseta del pasto…
- dime quién soy, en qué me he convertido que luces preocupado y solo he sido perseguido como presa por su cazador… - inquirió recordando de pronto, la imagen aquella que viera reflejada en un charco de agua de su persona… o lo que quedaba de ella…
- no lo sé…
- ¡ChangMin!...- exigió tomándole por el brazo pero asegurándose de no lastimarle ni elevar demasiado su voz…
- es la verdad, no lo sé… - los ojos del Príncipe Vampiro resplandecieron honestos y preocupados…. – tengo ideas, pero necesito investigar… - a la distancia, ambos pudieron escuchar pasos acercarse, el morocho sabía que era su guardia personal… - ocúltate…
- ven conmigo… - pidió sin titubeos… los ojos del morocho bailaron dubitativos…
- no puedo… - murmuró poco convencido de su propia negativa… terminó de abotonar su camisa y sintiendo la penetrante mirada del híbrido sobre sí, dijo… - ocúltate por favor, donde nadie pueda encontrarte…
- averiguaré quién soy o qué… - aseguró tomándole el mentón con firmeza para que pudiera verle a los ojos… - volveré por ti, ChangMin… - un último beso con sabor a ansia y desesperación… - volveré… - y sus ágiles movimientos alejándolo del lugar con impresionante velocidad…
ChangMin suspiró sin mirar atrás por donde Kenryu se había marchado, llevó la mano a su pecho y sintió aquel insistente golpeteo de su corazón que auguraba más sombras y batallas en las penumbras.
- Príncipe ChangMin… - su guardia personal le encontró al fin, suspirando casi aliviados (literalmente, aquella era de vida o muerte) al verle… y a solas…. – hay que irnos…
- bien… - soltó con seriedad andando de regreso al Palacio…
Cuando llegaron, el Adalid ya le esperaba a bordo de una camioneta negra… sus ojos destellaron más que enojo… toda su ira… ni siquiera le dirigió la mirada o una palabra… pero ChangMin presintió que comenzaba a acostumbrarse a su indiferencia o miradas duras.
Won Dae iba tan metido en sus pensamientos, que ni siquiera notó esa ligera cicatriz que aún se veía tenuemente en el cuello de ChangMin, aquel par de puntos que delataban la mordida de un vampiro…
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El Adalid miraba molesto a través de la ventana de aquél jet privado perteneciente a su familia, la llamada que acababa de terminar solo le había dejado más inquieto…
Jaejoong sería juzgado por el Consejo de Sangre por traición superior a los Clanes de Vampiros…
El motivo: ser amante del Diurno.
- ¡patrañas!... – siseó Won Dae revelando su condición vampira, en sus azules pupilas podía vislumbrarse el brillo de la ira…
ChangMin no dijo nada… él mismo no tenía claro lo que sucedía, la conversación que su padre tuviera por teléfono parecía absurda, pero había conseguido hacerle enfadar como nunca recuerda haberle visto.
En la mente del Adalid, aquello era simplemente inconcebible…
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Seúl, Corea
Jung Yunho tomó aquel paso a desnivel a toda velocidad, las camionetas oscuras aún le seguían el paso pero iban suficientemente atrás como para perderles… no así ese trío de motocicletas que se habían unido a la persecución kilómetros atrás.
Llevaban cascos y trajes completos imposibilitándole verles y saber de quienes se trataba. Más por su empeño y la organizada emboscada, intuía que era un nuevo equipo de cazadores enviado por algún Clan o el mismo Consejo de Sangre.
Soltó el acelerador y derrapó quemando las llantas de su moto mientras daba media vuelta y pasaba por entre dos de los motociclistas contrarios tomando una nueva ruta y sorprendiéndolos por el movimiento que no tardaron demasiado en imitar.
- Yunho… - escuchó el débil murmullo de Jaejoong, quien parecía recuperaría la consciencia de un minuto a otro…
- aguanta, Jae… - viró a la izquierda yendo directo a la entrada de la línea principal del metro, estaba vacío pues el servicio no se reanudaría hasta dentro de una hora y minutos…
El sonido ensordecedor del motor de su máquina resonó en los pasillos de la estructura… tres motores más irrumpieron siguiéndole de cerca. El Diurno sabía que llevaban cerca de 15 minutos en aquella burda persecución, y aunque Jaejoong permanecía estable aferrado a su cuerpo, aún requería un análisis de sangre y asegurarse de las secuelas que su sangre pueda dejar en el pelioscuro.
Frenaba y aceleraba una y otra vez mientras subía por aquellas escaleras eléctricas desactivadas y tomaba nuevos pasillos yendo por cada directriz en todo el sistema de rutas del Tren.
- ya me cansaron… - el Diurno bufó al tiempo que su motocicleta salía casi volando por los aires de aquellas escaleras subterráneas y volviendo a la avenida principal que llevaba a su “casa”…
Las camionetas oscuras que antes le habían seguido estaban de frente cerrándole el paso. Una decena de hombres con trajes oscuros le apuntaban ya con armamento de grueso calibre. El sonido de los otros tres perseguidores resonó cuando salieron por el mismo camino que él, se supo atrapado y lo había visto venir; sabían que necesitaba volver a su “casa”, como el moreno que lo estarían esperando. Volvió a acelerar y el humo salió del asfalto bajo sus llantas. Las armas fueron accionadas y varios proyectiles rozaron sus brazos y piernas, se movía en zigzag con la clara intención de evitar que hirieran a Jaejoong… estaba cerca, si conseguía traspasar la muralla frente a él llegaría a su “casa” y la seguridad con que contaba se activaría en cuanto cruzara el umbral camuflado del garaje.
Pero nunca estuvo en sus cálculos aquel movimiento inesperado. Una bestia enorme de pelajes oscuros embistió contra él haciéndole perder el equilibrio irremediablemente. La fiera era incluso más grande y fuerte, casi tan hábil como un vampiro, pero más tosco que otros licántropos. Patinaron y los tres (Jaejoong, Yunho y el lycan) cayeron estrepitosamente sobre la carretera mientras la moto avanzaba varios metros sacando chispas hasta casi chocar con una de las camionetas.
Al instante El Diurno se puso de pie e intentó desenfundar sus espadas fieles que iban en su espalda, misma que cabe señalar estaba desnuda pues la gabardina que había rescatado de su anterior encuentro íntimo con el pelioscuro cubría precisamente el cuerpo del Príncipe Vampiro. Varios cortes resaltaron en su morena piel por las heridas de los roces de proyectiles como el impacto con el asfalto…
- ¿un lycan entre vampiros?... – se preguntó el Diurno con un dejo de sorna en la sonrisa curvada en sus labios. Se mantuvo frente a Jaejoong, quien yacía en el asfalto aún inconsciente… el moreno miró al cielo, no tardaría en amanecer… debía darse prisa y poner a salvo a su amante.
Las fauces del licántropo rugieron amenazantes y sus garras buscaron de inmediato el cuello del Diurno, quien muy a tiempo logró esquivarle y atacar cortando apenas la gruesa piel de la bestia con sus katanas… de soslayo vio moverse a todos los demás vampiros, y mientras se enfrentaba al licántropo, cayó en cuenta de que a quien buscaban era al pelioscuro, y no precisamente a él. En medio de aquella fiera, rápida y desventajosa batalla, Yunho dio muerte a cinco vampiros y dejó mal herido al lycan… pero sus propias heridas le impidieron evitar que se llevaran prisionero a Jaejoong. Y hubiera muerto o corrido la misma suerte de no ser por aquellos hombres que aparecieron de repente atacando a los vampiros, quienes molestos por no tener en su poder al Diurno, se apuraron en emprender la retirada.
- está muy herido, hay que llevarlo al Palacio… - escuchó apenas la voz de alguien decir, era una voz femenina…
El moreno intentaba mantenerse en pie, pero había perdido demasiada sangre y su vista nublada solo veía siluetas…
- informen a Alexander… que tenemos al Diurno… - el moreno desfalleció…
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Hong Kong, China
Zhang Yiang había salido a cazar. El lycan más poderoso de todos se movía sigiloso por las calles y pasando por sobre los edificios transformado en aquella intimidante criatura que muy pocos se atrevían siquiera a mirar. En el aire había olfateado un aroma familiar… los grandes ojos del lycan brillaban con malicia…
Su presa no estaba lejos y él podía saborear ya su sangre caliente y la tibia piel en sus colmillos. Las fauces salivaron antes de que Yiang cayera en sus cuatro extremidades en aquel oscuro callejón de un Edificio cuyas paredes lucían agrietadas quizá por el pasar de los años. Volvió a su figura humana y se vistió rápidamente con aquel pantalón holgado y una gabardina larga que dejó abierta hasta el vientre dejando claro que debajo no portaba ninguna otra prenda.
El alba comenzó a despuntar en el horizonte cuando Yiang comenzó a andar por la acera portando esa sonrisa autosuficiente que caracterizaba su personalidad arrogante y ese aire seductor que ninguna mujer (e incluso hombres) podían pasar por alto…
Un joven salió de la última estación del metro con un par de bolsos a cuestas. Era un chico atractivo de brillantes ojos castaños y un aire casi angelical que casi se le antojaba más. Se relamió los labios saboreando la suave textura de aquella tez clara que observaba a la distancia, y antes de que el joven de cabellos castaños pudiera refutar nada, Yiang le salió al paso impidiéndole abordar aquel taxi en la calle que le llevaría rumbo al Aeropuerto…
- me parece que cambiaremos el destino que llevabas, Kim Junsu… - el lycan sonrió omnipotente… y el castaño supo que no tendría oportunidad alguna si le enfrentaba…
-
- Mansión Zhang, por favor… - el hombre de negocios que todo el mundo respetaba…
……………………………
Con el último rayo de luna que aseguraba su bienestar en la noche, la Princesa Yin recibió aquel beso que con delicadeza le fue otorgado por ese DongHae que acunó su mejilla esperando de aquella manera transmitirle las sensaciones que como vampiro no se pueden experimentar…
Y es que a pesar de la maldición…
Lee DongHae aún sentía latir su corazón…
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Seúl, Corea
Sede del Consejo de Sangre
Oculto en el subterráneo se ubicaba aquel Edificio donde vampiros importantes podían habitar aún cuando en la superficie el sol resplandeciera y el resto del mundo hiciera su vida con normalidad…
En una de las habitaciones Jaejoong permanecía encadenado a una silla de metal al centro de aquel recinto, cuyos muros de piedra olían a viejo y humedad. La intensa luz que resplandecía cegaba las sensibles pupilas del vampiro… el pelioscuro sentía que la sangre le hervía y sus sentidos estaban a nada de colapsar…
En la parte alta del recinto estaba un espejo de doble vista a través del cual seis vampiros observaban al Príncipe Kim… ellos eran los otros representantes del Concilio y aguardaban la llegada del Adalid.
- su traición será juzgada sin ningún tipo de compasión…- dijo uno de ellos…
- podemos convocar ahora a un nuevo Pacto Real, la familia del actual Adalid no ha mostrado demasiada fidelidad al Concilio… - secundó otro de ellos…
Una sonrisa siniestra se formó en boca de aquellos vampiros, mientras que aún sobrevolando en los altos, Kim Won Dae trataba de poner en orden sus ideas para liberar a su primogénito de la fatídica sentencia a que sería sometido si su traición era irrefutable…
Continuará……
ohhhh no!!!!!
ResponderEliminarQue le haran a mi Jae!!!!
Y que paso con Yunnie!!!!!!
Nooo y Junsu.. ahss... como se pondra Chunnie cuando se entere que tienen a su tesoro....
Será que el padre de Jae podra hacer algo por salvarlo????
Jae y sus impulsos de clavarle sus colmillos al diurno
ResponderEliminarJae es buscado por traición... o sea que ya les llevaban la pista al Diurno y a el...
Junsu :S
Que le hará ese lycan?
Siempre que leo a Minnie me da sentimiento... ya se esta haciendo a la idea de la mala atención que le da WD...
Bueno empezo ahora sii toda la acción.. Agarren pañuelos para llorar, morder, gritar ajajaja
ResponderEliminarMuy buena la persecuciónion...
Excelente capitulo
No, no, no, ahora están en peligro Jae, Yunho y Junsu, ojalá algo surja que los salven de aquellos que los quieren aniquilar.
ResponderEliminarGracias!!!