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martes, 14 de septiembre de 2010

KISS AND TOUCH ME


Título
: KISS AND TOUCH ME

Autora: Felina
Clasificación: NC-17
Pareja: YooSu
Género: Romance
Resumen: Cuando sumido en la desesperanza de un amor no correspondido, buscas el apoyo en aquel que produce tu angustia ¿el amor puede nacer?
Advertencia: Lemon
Nota: Adaptacion de un Reixtuki(grupo visual japones) tmb de felina *O*

**KISS AND TOUCH ME**

*****


No era muy común que Junsu se deprimiera… por lo menos no que lo demostrara, el delfín era más de amplia sonrisa y ánimo jovial; pero él, como todo ser humano, también sentía y llegaba a derrumbarse...

Yoochun sabía que su amigo no llamaba solo porque sí por nada, y menos a altas horas de la madrugada. Pero, a pesar de que el pelinegro siempre ha intentado ser un confidente para Junsu, éste casi siempre evade sus problemas y sonríe haciendo de cuenta que todo marcha bien… sus otros tres amigos, como el pelinegro, sabían que eso solo haría que un día tanto sentimiento guardado terminara por derrumbar las barreras del castaño oscuro… ése día parecía haber llegado y el pelinegro sabe que está dispuesto a echarle una mano siempre que se lo pida.

Por ello no le importó demasiado (aunque algunos bufidos salieron de sus labios cuando su móvil le despertó a las 2:30 de la madrugada) salir de su departamento y encaminarse al de su amigo.

- Dios, juro que lo estimo y estoy las 24 hrs. Del día para él, pero… tenía que ser justo hoy... – el pelinegro suspiró… ese día había tenido especialmente mucho trabajo y se sentía por demás cansado… y sin embargo, Junsu le importaba suficiente como para no haber ignorado el llamado…

No cuando su voz se había escuchado más bien apagada y jura que escuchó un sollozo cerca del final de la corta llamada… ésa en la que las únicas palabras de Junsu fueron: “siento haberte despertado, yo… Chun… vuelve a dormir, lo siento”… obviamente, luego de eso, lo que menos iba a poder hacer era conciliar el sueño estando preocupado por su pequeño amigo… sintió que se le encogía el corazón y aceleró su auto por aquellas solitarias calles... luego de unos minutos conduciendo finalmente llegó a su destino… el departamento del castaño estaba relativamente cerca del suyo… todavía tenía un poco de arrepentimiento cuando, luego de haber terminado la Universidad, los cinco amigos tomaron caminos separados… sabía que Jaejoong y Yunho vivían juntos algunos minutos más al sur, y ChangMin se había aventurado a estudiar en Japón. Yoochun a veces pensaba que había estado en su responsabilidad cuidar mejor de Junsu… haber permanecido juntos quizá… todavía no estaba del todo seguro de dónde nacían aquellos sentimientos…

Llamó a la puerta titubeando antes recordando lo malo que era para ofrecer consuelo…

- ¡Chun!... – apenas el castaño abrió sus ojos se abrieron con sorpresa… claro que no era que esperara a alguien más a esas horas de la madrugada… solo… era extraño verle ahí, al otro lado de la puerta…

- ¿puedo pasar?…

- claro... – el castaño se hizo a un lado permitiéndole el paso… Yoochun pensó entonces que se veía muy tierno vestido con su pijama (color celeste y estampados de nubes de algodón); pero le dio un vuelco en el estómago cuando vio sus hermosos ojos enrojecidos, seguramente, de tanto llorar.

- ¿Su, qué pasa?... – le miró con semblante preocupado. Su amigo le evadió la mirada…

- no, no lo estoy y creo que nunca lo estaré... – respondió con sinceridad, consciente de que no podía más con aquel sentimiento… que cada día le dolía más… se sentó en el sofá sin decirle más nada al pelinegro… sintiéndose de pronto entre la espada y la pared… deseando que se fuera, anhelando que se quedara…

- Su, no tienes porqué llorar solo... – el pelinegro se acercó sentándose a su lado en el sofá… las ventanas de la estancia estaban abiertas, el aire fresco de la madrugada se colaba dejando una extraña sensación de frío… parecido a ése que se siente cuando el corazón está herido.

- más patético, ¿no? Llorar solo...- estaba claro que el castaño no podía hacer más que lamentarse de su estado depresivo. Había alcanzado el límite y en esos momentos sentía que no tenía energía ni ánimos para más nada que dejar que hable su dolor…

- quieres contarme por qué estás triste, Junsu ah...

- por la razón más trillada... mal de amores... – sonrió con ironía, encogiéndose sobre el sofá abrazando sus rodillas… una última coraza para huir del amor que sentía por ese que sentado a su lado solo le miraba con lástima… al menos era eso lo que el castaño creía…

Yoochun no sabía qué decirle, no era bueno en consejos al respecto, menos ahora, que hacía poco más de un mes terminara con su novia, y terminaron por sumergirse en un extraño silencio. El castaño había esperado que su amigo se fuera, pero éste ya no se movió, tampoco tuvo ganas de decir más nada, así que recostó su cabeza sobre el respaldo del sofá, los ojos cerrados casi secos aunque supiera que todavía tenía lágrimas por derramar… el pelinegro se dio cuenta de cuán cansado y algo pálido lucía.

- Yoochun ah, ¿me quieres?, como amigo, claro...

- qué clase de pregunta es esa, delfín nalgón... – el castaño solo sonrió, no tenía ganas de discutir por su mote, ese que el pelinegro solo le decía cuando se sentía nervioso y molesto... – claro que te quiero... – el pelinegro buscó la mirada de su amigo, pero éste no había cambiado su postura, y la sonrisa triste que estaba en sus labios lo hacía sentir mal, realmente prefería al Junsu hiperactivo y escandaloso, al gruñón caprichoso inclusive, pero no al que está sentado a lado suyo, porque a ese Junsu no sabe cómo ayudarlo.

- gracias, Chunnie... – otro silencio… – ¿amabas a tu exnovia?... ¿la amas aún?... – al pelinegro el cuestionamiento le tomó por sorpresa, considerando el hecho de que era la primera vez que el castaño abordaba el tema con él desde que se enterara del rompimiento.

- la quise... no estoy seguro de haberla amado, aunque si fue difícil la separación... – de pronto le asaltó algo de vergüenza hablar de eso con el chico, sus mejillas se colorearon levemente; se sintió más bien incómodo y temeroso, aunque no estaba seguro del motivo que impulsaba aquellas sensaciones.

- entiendo... – musitó el castaño. Después se instaló otro silencio, aunque el peligro ya no se sentía incómodo ante éste, preferiría que su amigo hablara hasta por los codos, que contara alguno de sus tantos chistes que aunque tontos le hacían reír tan genuinamente.

- Junsu, ¿quién es tu mal de amores?... – ok, era una pregunta muy directa, pero si su amigo no quería responder él sabía que simplemente pasaría de largo con el cuestionamiento.

- te sentiste incómodo cuando Yunho y Jaejoong nos dijeron sobre su relación?... – muy bien, Yoochun se preguntaba si esa pregunta era para cambiar de tema, ó si de hecho vendría a resultar que al delfín le gustara uno de sus amigos.

- no, porque ya lo sabía, Jaejoong ya había hablado conmigo...

- por supuesto, eres su mejor amigo... – un dejo de dolor se dejó entrever en su tono de voz... y el pelinegro temió entonces lo peor...

- Su... ¿tú estás, enamorado de Jae o…? – el castaño solo soltó una sonora carcajada, cambiando por fin su postura, viéndolo a los ojos...

- eres más ciego de lo que pensaba... – murmuró apenas moviendo los labios, sus ojos llenándose de lágrimas otra vez... – no, no estoy enamorado de Jaejoong, ni de Yunho... – pasó el reverso de sus manos por sus ojos para ahuyentar el llanto, desvió su mirada hacia cualquier otra parte... – ni tampoco ChangMin por si llega a pasar por tu cabeza la absurda idea.

- oh, entonces, porqué me preguntaste si me había incomodado...

- para ver que tan homofóbico eres... – respondió con una sonrisa un tanto burlona, la tristeza aún marcada en sus castañas pupilas. Yoochun sabía que le estaba ocultando lo más importante…

- yo no soy homofóbico... – aclaró. El sonido de una sirena surcando el silencio de la madrugada.

- me alegro... porque no me gustaría que te alejaras de mí, es decir, que dejáramos de ser amigos...

- Junsu... ¿eres...? – interrumpió algo contrariado el pelinegro, una cosa es que al castaño le dé por andarse con bromitas del tipo, pero jamás ha visto, más allá de las bromas, que le atraiga un chico...

- ¿gay?... bueno, solamente me gusta un chico… - Junsu se movió nervioso sobre el sofá… pensando que aquella conversación no iba por el camino más adecuado a decir verdad…

- sabes que no te daré la espalda, ¿verdad?... – ambos sonrieron levemente... – eres maduro y responsable, libre de elegir tus gustos y todo éso... – colocó su mano en la rodilla del castaño como una muestra de apoyo y compañerismo, pero a Junsu le corrió un cosquilleo por la espina dorsal e hizo que se sonrojara.

- gracias... – aunque la idea en su mente fue apartar la mano de su amigo, su corazón parecía estar mandando en ese momento, puesto que terminó por apoyar la suya y entrelazar sus dedos con los de él, que correspondieron al gesto. Su rostro se iluminó y una sonrisa se curvó en sus labios, su mirada clavada en ese agarre.

- me gusta más que sonrías, sé qué hacer con tus alegrías, pero me siento muy torpe con tus tristezas porque siento que no puedo ayudarte; sabes que no se me da consolar ni nada de eso, soy bueno escribiendo pero no hablando... – sinceró el pelinegro, componía divino, pero como escucha se sentía más bien en desventaja y bastante torpe…– pero debes saber, que haría cualquier cosa que pudiera para alejar tu dolor...

- touch me... – pensó... o quiso pensar el castaño, pero era claro que ese día su mente no iba a hacer lo que con razón le indicara sino que seguiría las peticiones de su corazón. Porque hasta él mismo escuchó con claridad su voz diciendo esas dos palabras, y por la expresión de confusión en el pelinegro, también lo escuchó... – no... es decir... no quise decir eso... no hagas caso... – trató de escapar de si propia treta, pero sintió que el agarre en su mano se hizo más firme y el pelinegro le veía con serenidad.

- Junsu ah, ¿quieres que te toque?... – el castaño abrió los ojos con sorpresa y luego solo pudo balbucear, su mirada titubeante entre su amigo, el agarre de sus manos y el piso...- acaso, si lo hago tu dolor disminuirá... acaso, ¿tu mal de amores, soy yo?... – Entonces el castaño clavó su mirada asustado en la del pelinegro... – porque, hace unos momentos aclaraste no estar enamorado de Jaejoong, ni de Yunho, e incluso advertiste no estarlo de ChangMin, pero no me mencionaste a mí... –

- <¡mierda! No me percaté de ello>... – Junsu se maldijo mentalmente…

- dime, Junsu... ¿estás enamorado de mí?

- ¡aigoo! Qué no se supone que es ciego, que no se daba cuenta, cómo pude irme de lengua larga, cómo pude decir “touch me”; o sea, el inglés ni siquiera es lo mío, pero tenía que fluir tan claramente esa palabra, genial Kim Junsu, solo falta que digas, Park Yoochun, kiss me too…

- Junsu...

- ¿eh?...

- pensaste en voz alta... – susurró el pelinegro… el delfín enrojeció furiosamente. Que alguien le haga el favor de abrir la tierra para que ésta se lo trague...

- Yoochun... yo...

- ¿quieres que te toque y te bese también?... – volvió a preguntar, esta vez con una sonrisa tierna en sus labios...

- ¿¡eh?!... ¿lo… harías?

- si me lo pides sí... – aseguró el pelinegro...

- ¿eres consciente de lo que significaría si lo haces, Chun?...

- significaría aliviar tu dolor... – obvió el pelinegro, su amigo negó con la cabeza y otra vez su sonrisa triste volvió a sus labios...

- entiendo, yo he dicho eso, pero, creo que sería una falacia, porque si solo lo hicieras porque te lo pido, eso terminaría por hacerme más daño, aunque seguro que lo disfrutaría mucho, no quiero que me toques si en ti no hay una motivación más profunda... – intentó liberar su mano del agarre que aún mantenía con el pelinegro, pero éste solo la afianzó más...

- quiero tocarte, quiero hacerlo porque quiero que estés feliz, quiero besarte y hacerlo porque te quiero... más que como amigos, aunque he de confesarte que no comprendo del todo lo que siento por ti, sólo sé que me duele tu dolor y que haría lo que fuera porque no lo sientas...

- Chunnie... – susurró, la mano libre del pelinegro subió para acariciar su mejilla, luego resbaló hasta rozar con uno de sus dedos los labios haciéndole estremecer al contacto...

- confieso, que quiero amarte, Junsu ah... – llevó la mano que tenía sujeta a su corazón, ahí donde su corazón late emocionado... – porque sé que solo contigo podré conocer el amor verdadero, porque eres el único que pone mi mundo de cabeza y hace que mi corazón lata así... – ambos estaban más que sonrojados... – porque he disfrutado de esos momentos de diversión y bromas en los que te da por abrazarme y yo solo siento cosquillas en el estómago o que se me enchina la piel... – el castaño sonrió al recordar muchos de aquellos momentos.

- y yo que todo este tiempo creí que eras 100% hetero... – el delfín cerró un segundo sus ojos, abriéndolos luego para topar con aquel profundo mirar oscuro…

- y luego dices que yo soy el ciego que no se da cuenta de nada... – el pelinegro sonrió suavemente…

- bueno, qué querías, tenías novia...

- sí bueno... creo que temía aceptar la realidad...

- Chunnie... – dejando de lado ese tema, el castaño decidió que era tiempo de menos charla y más acción. Pasó una pierna por sobre las caderas del pelinegro, colocándose a horcajadas sobre él, motivo por el cual ambos se estremecieron... – kiss and touch me...

Se sonrieron con marcado nerviosismo, aquello significaba dar inicio a algo realmente nuevo para ambos, pero que valdría la pena intentar. Yoochun coló sus manos bajo la parte superior del pijama, tocando suavemente y con algo de torpeza por los nervios… lentamente le sacó la prenda por sobre la cabeza, desordenándole en el acto los castaños mechones. Junsu imitó su movimiento, despojándole de la playera mientras sus bocas se buscaron instintivamente en un primer beso. Labios suaves que encajaron como un puzzle, estimulo suficiente para dar rienda suelta al deseo reprimido que ambos contenían en sus corazones.

La temperatura se elevó varios grados en apenas unos segundos, el beso se profundizó incitándolos a entrelazar sus lenguas y dejar que sus manos viajaran por el cuerpo ajeno con total libertad. Cuando el oxígeno faltó y los obligó a romper el beso, el pelinegro descendió por su mentón, repartiendo ardientes besos por su cuello, bajando hasta su pecho, que ascendía y descendía rápidamente debido a la excitación del momento. Lo escuchaba suspirar y gemir, sintiendo cómo enredaba sus dedos entre sus azabaches hebras, murmurando su nombre con voz alterada. Lamió tímidamente aquellos botoncitos que se erguían deseosos de ser devorados, y Junsu gimió aun más fuerte.

- mmhhh... Chun.... – motivado por el calor del momento, el castaño comenzó a mover sus caderas hacia delante y atrás, consiguiendo así que sus miembros se rozaran por sobre lo que queda de ropa, despertando la libido, llevándolos a necesitar aún más el uno del otro... – hazme tuyo... por favor... – y si aquella experiencia era solo un residuo más de sus pensamientos oníricos, esperaba nunca despertar…

- quiero que seas solo mío, Su... – se puso de pie, sujetándolo por el trasero, sintiendo tremendas oleadas de placer por estar pegado a ese cuerpo, sentir esas piernas enroscadas a su cintura, esos labios que lo besaban con frenesí. Aquella carne firme bajo el tacto de sus palmas… esos glúteos que en más de una ocasión escuchó elogiaban y por lo que los celos llegaron a invadirle, aunque también fuera motivo para bromear con él… porque era ese enorme trasero lo que también le hizo sudar en ocasiones obligándose a negar que pudiera sentirse atraído por el cuerpo de otro chico…

Cediendo entonces a todo lo que quizá en demasiado tiempo estuvo en su corazón…

Llegó hasta la habitación del castaño, depositándolo suavemente sobre la cama, bajando lentamente con sus besos, saboreando su piel, deshaciéndose de las prendas de ambos, admirando ese cuerpo que respondía a cada una de sus caricias.

El castaño lo volvió a besar desesperadamente, dejando que el cuerpo de su amante se arropara con el suyo, mezclando su calor, abrazando su piel, impregnándole su aroma tan varonil. En un movimiento la posición se invirtió, Junsu volvió a sentarse en las caderas de Yoochun, besando y acariciando ese cuerpo que por tanto tiempo enloqueciera sus sentidos y que ahora se entregaba también a él, delineando con sus dedos cada músculo en su torso, siguiendo las líneas de sus hombros o perdiéndose en caricias sin sentido por su espalda ancha. Luego de haber reconocido aquellos tramos de piel, una de sus manos se coló hasta la entrepierna, sus dedos acariciaron con nervio y ansiedad la erección del pelinegro…

- hazlo de una vez, Susu ah... – el pelinegro susurró con voz ronca, ya no soportaba que el castaño solo jugara con él, acariciando apenas su erección, exhalando su cálido aliento haciéndolo estremecer, rozando sus labios con su extensión. El delfín subió la mirada, deseo puro marcado en sus castañas pupilas, su rostro sonrojado dándole un toque de ternura e inocencia, una sonrisa lasciva que marcaba su intención.

Tomó el miembro entre sus manos, lamió la extensión con paciencia, aplazando el momento de introducirlo en su boca, matando de placer al pelinegro que respiraba agitadamente, gimiendo su nombre. Cuando hubo humedecido con su saliva toda su erección, posó sus labios en la punta, dándole un lujurioso beso, abriendo despacio su boca, bajando lentamente, acariciándolo con su lengua. Segundos después las succiones era más rápidas y delirantes, arrastrando lentamente al pelinegro al éxtasis, corriéndose con un gemido ronco terminó en la boca del castaño, que tragó todo lo que pudo, disfrutando del delicioso y particular sabor de su esencia.

- ven acá... – los espasmos del orgasmo aún recorrían su cuerpo, pero era injusto hacer esperar más a su amante, cuya erección palpitaba dolorosamente. Lo recostó con delicadeza, besando fogosamente esa boca que aun tenía el sabor de su propia semilla, al tiempo que con sus manos comenzaba a masajear su miembro, aliviando el dolor que antes tenía al no ser atendido.

- mmhhh, Chun… más... ahh rápido...

El pelinegro cambió sus manos por su boca, haciéndolo gemir más fuerte ante sus succiones, liberándolo en ocasiones de sus labios para acariciarle nuevamente con sus manos y atacar otra vez con lamidas, besos y succiones... hasta que unos instantes después el cuerpo del Castaño tembló producto de su propio éxtasis, derramándose en la boca del pelinegro.

Retomaron caricias y besos, envueltos en el calor abrasador del acto, suspirando y gimiendo sin control, preparándose para el culmen de esa entrega. Junsu humedeció los dedos de Yoochun, indicándole que estaba listo para continuar. El pelinegro le preparó con ternura y dedicación, procurando el menor dolor posible en su amante, acariciando su miembro, besando sus labios para distraerlo, susurrándole esas palabras dulces que hacen sonreír a ese castaño que sigue deseando de corazón que aquel magnífico momento no sea uno más de sus tontos sueños eróticos con el hombre que ama tan profundamente.

Yoochun se deslizó despacio, la estrechez que lo abrazaba trastornaba sus sentidos al borde de la locura. Aguardó quieto apenas sintió que estaba completamente dentro, jadeando contra la mejilla de Junsu sintiendo que era demasiado el gozo que le brindaba aquella cálida prisión…

- muévete Chun, te necesito... – el castaño movió sus caderas contra él, sonriéndole con deseo, sus piernas alrededor de su cintura, arrancándole un gemido de intenso placer.

- eres un pervertido, mi delfín travieso... – las embestidas aumentaban rápidamente en intensidad, velocidad y profundidad.

La temperatura inundó la habitación, el calor quemaba la razón para dejar paso al infinito placer de su unión. Era un gozo inigualable, escuchar con voz extasiada esos gemidos que pronunciaban sus nombres, saberse único causante del éxtasis que cubre el cuerpo entre tus brazos. El castaño le rasguñó la espalda y besó toda piel a su alcance con tal pasión que dejó varias marcas rojizas. Sintieron un calor avasallante instalárseles en el bajo vientre, segundos después el orgasmo cobijó sus cuerpos haciéndolos temblar de placer.

Yoochun se dejó caer sobre el cuerpo de Junsu, segundos más tarde, cuando tuvo suficiente fuerza y su cuerpo dejó de temblar por el orgasmo, se incorporó apoyándose en sus manos, saliendo despacio de su interior, ambos sonriendo como un par de bobos enamorados. El castaño todavía podía sentir la caliente humedad de la esencia del pelinegro en su interior, mientras que él había terminado bañando sus torsos con su semilla. Sabían que tendrían que tomar un baño... al despertar, ahora sentían que solo quedaba fuerzas para entregarse al mundo de los sueños.

- ¿puedo… dormir abrazado a ti?... – Junsu preguntó con algo de timidez.

- tonto... – Yoochun sonrió tiernamente, atrajo al castaño en un abrazo dejándole contra su pecho perfectamente amoldado a su cuerpo... – buenas noches, Susu ah.

- buenas noches, Chunnie... – el castaño sonrió ampliamente, sus mejillas aún pintadas de carmín, su cuerpo sudado caliente resguardándose contra el del pelinegro… cerró los ojos con algo de miedo… pero una felicidad extrema en su corazón…

Nunca había tenido aquella sensación ni en sus mejores sueños…

*****

El tono de su celular resonando con ímpetu desde el bolsillo en su pantalón en el suelo, lo sacó del mundo de Morfeo. Despertó apenas consciente de que tenía que atender la llamada, no reparó del todo en los gruñidos inconformes provenientes de la persona que lo tenía celosamente abrazado y que ahora se veía obligado a liberarle.

- ¿hola?...

- sabes qué hora es... – reconoció aquel peculiar timbre de voz suave... - ¡hace una hora que debías estar aquí, Yoochun!... – ese que Jaejoong usa cuando está a nada de convertirse en su peor pesadilla por no encontrarse en un lugar prometido... –

- ¿Jae…? – los ojos del pelinegro se abrieron como platos… algo hizo clic en su mente…

- se puede saber porqué no está tu trasero aquí… Yunho y yo les estamos esperando, oh sí, ese despistado de Junsu tampoco ha llegado y no hemos podido contactarle porque tiene su móvil apagado, así que te toca pasar por su departamento y aparecerse a la voz de YA acá, ChangMin pensará que no queremos verle… - Jaejoong hablaba tan rápido que el pelinegro apenas iba como a mitad de discurso... y fue más que suficiente para que su cerebro despertara...

- ¡Junsu!... – gritó, dejando sordo a Jaejoong al otro lado de la línea, diciendo quién sabe qué tantas cosas porque el pelinegro había ya soltado su móvil que había ido a parar al suelo…

- qué, qué pasa... – preguntaba asustado el castaño, mirando en todas direcciones de su habitación, desnudo sobre la cama, haciendo que el pelinegro se sonrojara al recordar cuán completo se sintió al ser uno con ese perfecto cuerpo.

- Jae... – balbuceó, reparó en su propia desnudez e inmediatamente se colocó los pantalones. Junsu aún desorientado.

- ¿qué con Jaejoong?... – cuestionó...

- Junsu, son las diez de la mañana, tendríamos que estar en el aeropuerto, recuerdas que ChangMin viene de vacaciones... – medio explicó el pelinegro.

- ¡mierda!... – acto seguido el castaño salió corriendo por toda la habitación, guardando algunas cosas, colocando la ropa sucia en el cesto, seleccionando de su clóset algo al azar sin importarle que combinara o no, hasta que se encerró en el baño por cerca de 10 minutos y saliera duchado y arreglado, luciendo realmente atractivo...- ¿qué estás mirando?...- preguntó con timidez, ya que el pelinegro parecía que se lo comía con la mirada.

- siempre logras lucir muy atractivo, me... me gustas mucho, Junsu ah...

- gracias, Chunnie... – sonrió ampliamente y lindamente sonrojado… después de todo, no había sido un sueño nada más.

- ¿Junsu?...

- ¿mh?...

- Jaejoong dijo que pasara por ti, pero creo que se dará cuenta de que algo pasó entre nosotros…

- diremos lo que quieras, Yoochun ah, lo que te haga sentir cómodo... – lo interrumpió, adivinando la intención de su comentario...

- entonces... – vestido con la misma ropa del día anterior y oliendo a sexo, el pelinegro rodeó la cintura del castaño... - ¿quieres ser mi novio?... – al delfín casi se le salió el corazón por la garganta de la emoción, sonrió ampliamente, besando con calma al pelinegro…– es eso un sí?... – cuestionó divertido, de pronto más feliz de lo que recordaba en toda su vida, acariciando una de esas suaves mejillas de ese castaño que parece brillar con la luz de los ángeles.

- un sí definitivo... ahora, mejor te duchas porque hueles a nuestra noche de pasión... – le dio una nalgada en su escaso trasero, instándolo a entrar al baño.

- pero te gusta, verdad... – señaló con picardía, comenzando a desvestirse delante de su novio.

- no seas pervertido... – se cubrió los ojos y luego salió rápidamente de la habitación, que si no, se montaban un rapidín en la ducha y no había tiempo ni para jugar un ratito…

Que Jaejoong y Yunho les esperaban… y como ChangMin supiera que habían intimado antes de hacerse novios y justo en la madrugada de su regreso a la ciudad, seguro no lo soportaban… pero eran a pesar de todo, grandes amigos, y a su modo, una linda familia…

Lo bueno, que ahí, Yoochun no es su hermano verdadero y siempre puede volver a susurrarle: “Kiss and touch me”…



**FIN**

4 comentarios:

  1. OMG Siii *0*
    yoo yoo lo habia leido en la pareja ReixTuki
    y lo ame ahora siendo adaptacion yoosu
    Muero feli en serio que lo hago asdasdas
    *¬* Me encanto :D

    gracias gracias por este shot tan besho
    con ambas parejas lo he amado

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  2. me encanto me encanto en serio XDXXXD

    amo tus fic XD

    la adaptacion estuvo perfecta ... aunk junsu sufrio al comienzo luego fue feliz XD

    gracais x el fci XD

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  3. omoo *_* saber que susu perfecciona su inglés xD y lo usa tentativamente me encantaaa xDDD
    *-* y asdaddasd ;O; la declaración de Chun fue TT muy linda TT
    omooo mi susu y su mal de amores
    o.ó y chun ciego ;O;

    pero que genial manera de remediar su dolor

    kyaaa yoosu couple *_*!!!!
    fighting ;3

    gracias por el genialoso *-* lemonoss ficco
    ;///u///;

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  4. asdlkjfrejgvlskdjdfafjlksjgriogjklvj...

    Tan lindos >.<!!!

    Quiero algo pornoso DDDDDDDDD:

    P.D. Es la 1:30am mi mente está en blanco, prometo un post más largo en otro shot xD...

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”No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”
J.R.R. Tolkien