Título: FROZEN
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance, Angustia
Clasificación: NC-17
Advertencia: Lemon
Resumen: Cuánto puede pesar la vida que se lleva que impide aceptar los sentimientos sinceros y huir de la felicidad?
*****
El frío del invierno nada tenía que ver con ese helar que le calaba los huesos, acostado en su enorme cama, cubierto por aquéllas cobijas que tapaban su desnudez pero que en nada conseguían transmitir ni un poco de calor a su corazón… porque estaba más templado que el mismo hielo de los polos…
Porque Park Yoochun volvía dormir solo a pesar de los tantos amantes que han desfilado por su cama…
Pero qué podía hacerle… esa era su vida, satisfacer las necesidades de todo aquél que cubría el pago del monto que asignaba a poseer su cuerpo, o entregar caricias y placer con sus manos que eran expertas y llevaban a cualquiera al paraíso mismo…
Y sí… en términos vulgares, era un prostituto…
Vendía su cuerpo al mejor postor y cumplía con toda fantasía… hasta la más perversa…
Que porqué llevaba aquélla vida? Bueno, tal vez ahora deba admitir que es un poco la costumbre y otro tanto la facilidad con que obtenía buenas sumas de dinero por un par de revolcadas… pero la raíz de todo… el haberse quedado solo siendo un adolescente de 17 años con muchos sueños y la determinación de hacer lo que fuera por cumplirlos… aún cuando aquello le significó tener aquella primera vez a merced de un hombre de más de 30 años que claramente era un enfermo mental al haberle pagado miles de dólares tan solo por saber que era virgen…
Ahora no hacía ni un año que se había graduado de la Universidad y no tiene problema alguno en recordar la forma en que logró hacerse de un muy buen puesto en una importante productora de música, ni la administración ni la nubilidad eran ciertamente su fuerte, pero bastaba una mirada, una sonrisa o un susurro de su parte para conseguir que una compañera o un compañero le ayudara…
Así era el popular Yoochun, ese chico de cabellos azabaches, mirada profunda con ese brillo pícaro matizado en sus pupilas y la sensualidad desbordante de su personalidad… ése de caminar seguro y porte varonil, de gusto envidiable para la moda y un aura que derretía a cualquiera sin importar si era hombre o mujer…
Pero todo lo que era, toda esa confianza en su persona, se tambaleaba cada que lo veía a Él… puede jurar, desde el primer día en que el chico de cabellos pelirrojos se apareció en la entrada sonriendo nerviosamente mientras miraba alrededor decidiendo cuál sería su próximo paso… porque nunca es fácil buscar una oportunidad para cumplir un sueño… y Kim Junsu deseaba con el alma llegar a ser un cantante famoso que fuera reconocido incluso más allá de su país…
Y supo semanas más tarde que el chico pelirrojo era millonario, que una llamada de sus padres hubiera bastado para que se grabara un demo con su nombre… pero no, el chico de había negado en rotundo, porque quería ganarse a pulso la oportunidad de mostrar su talento… y casi sin darse cuenta, Yoochun fue interesándose en ese pelirrojo que cada que le veía o se topaba con él, le sonreía tímidamente con aquél sonrojo que se apoderaba de sus mejillas, ése que se encendía cuando por algo podían intercambiar un saludo, coincidir en el ascensor o cruzar más de dos palabras…
Pasaron meses en aquélla peculiar relación laboral… meses atiborrados de ocasiones en las que Yoochun aprovechaba de aumentar la intensidad de sus acercamientos con Junsu, porque algo dentro de él se inquietaba de sobremanera motivándolo a tener aquéllos ocasionales roces en los que podía sentir el calorcito de esa suave piel en los dedos del pelirrojo, o aquéllas cosquillas en el estómago cuando quedaban demasiado cerca apretujados en el ascensor…
Y tuvo esa primer noche de invierno en que dormir solo le pesaba tanto…. En que acostarse con aquél joven no había sido más que pura obligación porque creyó que un poco de sexo ahuyentaría aquéllas nuevas sensaciones que Junsu le estaba provocando aún cuando realmente no se conocían más allá de esos encuentros netamente profesionales en la Empresa…
Le aterraba… el hecho de sumirse en esa soledad… y más aún le asustaba enamorarse…
Enamorarse de Junsu…
Porque ello simple y sencillamente estaba fuera de límites…
*****
Su casa era enorme… Mansión majestuosa con muchos sirvientes encargándose de mantenerla hermosa y saludándole siempre con excesivo respeto, preguntándole si necesitaba algo… pero lo que necesitaba… eso no se lo podían dar ni en bandeja de plata…
- amor, pero es algo que ni todo el dinero del mundo puede comprar… - se decía a sí mismo el pelirrojo cada que terminaba encerrándose en su elegante habitación… suspirando una y otra vez cada que una imagen de Yoochun aparecía en sus pensamientos… - se fijaría en mí si llegáramos a conocernos?... – exhaló el aire contenido y caminó hacia el balcón de su alcoba, admirando con una débil sonrisa el hermoso paisaje que el horizonte ponía ante sus ojos… - pero si solo saludarle me pone a sudar y temblar, cómo podría atreverme a conocerle… no soy nada interesante, digo puras tonterías… tú, Yoochun, eres por el contrario muy interesante y siempre tienes un buen tema para hablar con las personas… pero deseo tanto conocerte… me conformaría con ser tu amigo… - sonrió un poco más, cerrando los ojos cuando el viento sopló y sintió su frío contacto mecer sus cabellos y acariciar su rostro… - daría lo que fuera por sentirte a ti, Yoochun… - murmuró con tono soñador…
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Y es que aún cuando Yoochun gozaba de toda esa popularidad… muy pocas personas sabían de esa segunda vida que llevaba, porque aún cuando su lista de clientes era amplia, ha tenido cuidado y se ha dado el lujo de ser selecto…
Kim Junsu no tiene ni idea de esa faceta de Park…
Por eso aquélla noche cuando al salir del trabajo, viera cómo aquél hombre le sonreía al pelinegro mientras acariciaba con demasiada confianza su hombro, el pelirrojo no pudo evitar que sus ojos se abrieran desmesuradamente y el vaso de café que acababa de retirar de la máquina en el pasillo que hasta ese instante había estado vacío, cayera libre de su mano estrellándose contra el suelo… sonido que llamó la atención de aquél par a unos metros de distancia… sonido que atrajo la mirada de un Yoochun que entrecerró los ojos curioso al verle ahí pasmado, para luego sonreír maliciosamente sin estar seguro del porqué de su actuar…
Quería provocarlo?
Quería ver cuánto podía llamar la atención del pelirrojo?
Quería convencerse de que el chico lindo y simpático le registrara a nivel de celarlo?
O qué era exactamente lo que pretendía al hacer aquello delante de esas pupilas castañas que se aguaron involuntariamente al verle empujar al hombre contra el muro y besarle apasionadamente mientras pega sus cuerpos con lujuria…
Junsu salió disparado hacia el lado contrario, hacia esas escaleras de emergencia que le llevaron al lobby tres pisos abajo, corriendo sin frenar hasta salir por la puerta principal con las mejillas húmedas por aquellas lágrimas que resbalaron rápidamente, con esa respiración trabajosa por culpa de esos malditos sollozos que no podía controlar…
Pero es que dolía…
Estúpidamente dolía, le había consumido demasiado rápido la vida… le había arrebatado fácilmente el alma…
Porque le amaba sin conocerle… le amaba por esa profunda mirada que más de una vez sintió sobre su persona haciéndole estremecer… le amaba por esas sonrisas que más allá de la picardía atisbaban un sentimiento de soledad que él quisiera opacar con su cariño… le amaba por ese porte varonil y ese paso seguro que ocultaba lo que él podía presentir al verle cerrar los ojos cansado y recargarse en la baranda de la azotea todas las noches antes de que la jornada laboral termine…
Le amaba por lo poco que le conocía…
Le amaba por lo mucho que no sabía, pero moría por saber…
Y llegó hasta su automóvil en el estacionamiento, entrando con trabajos pues no conseguía que la llave encajara en el cerrojo, a tropezones porque le temblaba el cuerpo y seguía sollozando con fuerza por aquél dolor que le oprimía el pecho, cerrando la puerta de golpe al tiempo que entierra su rostro en el volante y solloza más fuerte si es posible…
Porque Yoochun dolía…
Mucho más que las burlas de aquéllos chiquillos que le molestaban en sus años de infancia…
Mucho más que esa primera vez que una chica le rechazó porque aquello realmente no importaba…
Mucho más que los regaños de papá cuando se negaba a seguir sus órdenes, o los llamados de atención cuando mamá le recordaba que tenía edad para salir…
Mucho más que todas y cada una de las experiencias que en ese momento pudiera recordar…
Porque nada le hacía sentir tan miserable y estúpido como en ese momento…
Tan ingenuo como para haber creído que por lo menos podía soñarle cuando la realidad era tanto más cruda como acababa de verle pasar ante sus ojos…
Y lloró casi sin prisas simplemente dejando que todo aquél sufrimiento brotara desde lo más profundo de su ser… ahí donde sin duda, Yoochun seguiría clavado porque no se puede ignorar ni olvidar algo tan fuerte como el amor en un abrir y cerrar de ojos…
Y si era sincero…
Sabía que no le quería olvidar…
Porque a fin de cuentas… le ama…
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Yoochun se había apartado abruptamente de aquél hombre en cuanto escuchó aquéllos pasos apresurados alejándose rápidamente…
Y sonreía… estúpidamente sonreía, y casi quiso salir corriendo tras el pelirrojo para consolarle y decirle que todo estaba bien…
Que le am…
Pero no! No podía sentir aquello por Junsu!
No estaba en sus límites! No tenía derecho!
Entonces… qué demonios estaba pasando con él?
Porque le pensaba demasiado, le resultaba fácil perderse en su figura estilizada y esa parte de su anatomía que bien resaltaba con algunos pantalones ajustados de las caderas que en ocasiones usaba…
Porque era cosa sencilla enternecer por sus sonrisas y esa mirada brillante tan inocente como la de un niño…. Ceder a la dulzura de aquéllas mejillas sonrojadas que moría por acariciar y besar con calma…
Eso… eso era amor, verdad?
Pero alguien como él… no lo merece… no debe permitirse caer en ese hechizo romántico…
Porque ya su cuerpo ha tenido diversos precios y no puede permitirse mancillar con su historia la ternura angelical de Junsu…
Y no recuerda con claridad cómo fue que terminó en aquél bar con ése mismo hombre que él besara en la empresa… el que ya ha pasado dos o tres veces por su cama pagando muy bien por un acostón que no le tomaba ni una hora porque el sujeto casi se corría con solo verle desnudar con esa sensualidad erótica avasalladora…
El mismo que ahora reía tontamente con las mejillas rojas por las copas que se ha tomado ya… el mismo que se acerca a su oído para morderle el lóbulo mientras acaricia descaradamente su ingle en busca de su entrepierna…
- vamos a tu departamento… te quiero coger… - murmurándole con aquélla vulgaridad que había pretendido ser un susurro sensual, pero que solo le había revuelto el estómago a un Yoochun que por vez primera en años no quería sexo…
Pero que más daba… tal vez una buena revolcada y embriagarse luego le hiciera olvidar todas esas sensaciones que pensar en el pelirrojo le ocasionaba…
*****
Había tenido que hacerlo…. Cambiar su rutina había sido lo único que se le ocurriera para evitar toparse con el pelinegro como todas las mañanas al presentarse a trabajar…
Y es que costaba mucho verle y no sentir aquél puñal que desgarraba un poco más su lastimado corazón… sobre todo cuando aquélla sonrisa medio burlona le fue dirigida el primer día después de aquélla noche…
Comprendió… que para Yoochun él no importaba nada…
Y optó por alejarse voluntariamente antes de que el pelinegro le hiciera pedazos con una palabra o una mirada de esas que uno no desea sentir nunca… porque temía haber sido demasiado obvio al salir corriendo aquélla noche y que Yoochun se mofara en sus narices cuando de seguro nunca le ha mirado con otros ojos que no sean de indiferencia…
Que él lo había malinterpretado todo por iluso, que nada habían significado aquéllas sonrisas ni esos roces, o la cercanía que en ocasiones sentía entre sus cuerpos cuando el ascensor iba lleno…
Porque en esos días supo por cosas del destino esa otra realidad de la vida del pelinegro… y sintió que moría al imaginarlo siempre con alguien distinto… pero no sintió aversión, ni odio ni nada que no fuera más tristeza por su suerte, porque presentía que esa era otra razón para que Yoochun jamás pudiera mirarle con los ojos que él deseaba… porque tal vez nunca podría amarle…
Pero todavía le miraba todas las noches en al azotea del edificio cuando casi parecía vulnerable con aquél semblante más bien cansado y melancólico a ojos cerrados recargado en la baranda sintiendo el frío viento de invierno soplar…
Y todavía creía que tal vez estaba tan solo como él y necesitaba su cariño…
Pero todo parecía tener un precio…
Y Yoochun fuera de su vida para Junsu equivalía a desmotivación, a cero inspiración para cantar como tanto le había encantado desde que fuera un niño…
Y estaba encerrado en esa sala de grabaciones sin poder alcanzar una sola nota de aquélla canción que ni siquiera podía memorizar aunque la ha estado leyendo y practicando los dos últimos días…
- suficiente, Junsu… - escuchó la voz al otro lado del cristal donde los controles eran monitoreados por dos chicos… - estás más desconcentrado que ayer, y a éste paso, no en una semana lograremos grabar la canción…
- lo siento… - se disculpó torpemente, sonrojándose violentamente… - sinceramente no tengo excusa para mi falta de… atención… - claro, no iba a soltarles que estaba deprimido por una desilusión amoroso… por otro chico…
- no importa, avanzamos mucho del material… - y es que por el contrario, hasta hace una semana había estado más que motivado para cantar…- hagamos algo, tómate unos días libres, descansa, relájate y no sé, trata de ordenar lo que sea que te ha desconcentrado, ya luego terminamos las grabaciones…
- gracias, señor… - un poco tímido, otro tanto avergonzado, pero todavía con aquélla mirada opaca por la tristeza marcada en sus castañas pupilas, el pelirrojo salió de esa sala con la duda de si volver a tener la ilusión y el deseo de cantar desde el alma…
Un alma sangrante que agoniza por amor…
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Yoochun estaba en su oficina sin estar haciendo realmente nada, aún cuando tenía muchos papeles por revisar y agendas por terminar de organizar para compromisos de la empresa…
Pero Dios! No tenía cabeza para eso… no podía sacarse a Junsu de los pensamientos…
Porque dejar de verlo tan de pronto, así como así cada mañana, le había atormentado más de lo que podía aceptar…
Porque no verlo a menudo aún cuando trabajan en el mismo edificio, le estaba destrozando los nervios y quebrantando el autocontrol que aún le quedaba para no irse directo a esa sala de grabaciones o la de ensayos coreográficos donde sabe el pelirrojo pasa todo el tiempo preparándose para su debut como cantante profesional…
- diablos! No puedo dejar de pensarte… - bufó frustrado parándose de su lugar y caminando por su oficina como auténtica fiera enjaulada, le hormigueaban los brazos y piernas por el deseo irracional de salir de ahí y buscarle… - no debo, no debo, no debo… - se repetía entre dientes una y otra vez, luchando contra esa ansiedad que lo estaba consumiendo… - al demonio…
Murmuró y salió a toda prisa de su oficina, pulsando con ansia el botón del ascensor en el pasillo… nunca le había parecido tan lento el tiempo, le parecía una eternidad cada que un número brillaba haciéndole saber en qué piso es que el elevador estaba… y casi salía corriendo hacia las escaleras sin reparar en la cantidad de pisos y pasillos que tendría que recorrer, cuando las puertas finalmente se abrieron y el pelinegro entró a empujones preguntándose porqué había tanta gente cuando menos la necesitaba…
Y cuando las puertas se cerraron y comenzó el ascenso unos cuantos pisos arriba, se abrieron las puertas del elevador de a lado por donde un pensativo Junsu alcanzó a vislumbrarse al otras personas bajar en ése piso… y mientras Yoochun subía en su búsqueda sin la más remota idea de qué hacer cuando lo viera; Junsu llegaba hasta la planta baja apurándose al estacionamiento… tal vez huyendo de su amor imposible…
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- se fue?... – Park no pudo evitar el tono desilusionado de su voz…
- descuide Señor, cumpliremos puntualmente con lo planificado para el joven Kim, pero ahora lo mejor fue que se retirara, ha estado trabajando muy duro…
Y aunque no era que necesitaran del todo su autorización para darle descanso al pelirrojo pues para eso estaba el manager, Yoochun no evitó el ceño fruncido y la mirada reprobatoria ante la explicación, antes de darse la vuelta y salir malhumorado del lugar…
Él deseando ver a Junsu, y éste se le desaparecía en sus narices!... era irónico y le molestaba de sobremanera…
- maldito Junsu… - pero era una maldición sentida que más parecía el reclamo de un amante a su enamorado fiel…
Y se juró no volver a dejarse vencer por esa ansiedad que le había ganado en esos momentos….
Porque no DEBÍA enamorarse del pelirrojo…
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Dos días…
Y ya extrañaba horrores volver al trabajo tan solo por esos pocos minutos escabulléndose en secreto a la azotea para admirar a ese Yoochun pensativo y melancólico que había estado calmando un poco todo ése sufrimiento que saber nunca podrían tener algo le provocaba…
Pero no quería… de hecho, ya no quería volver…
Porque volver a verlo aunque sea por casualidad le iba a hacer más grande la herida…
Junsu no era de los que salían por ahí a divertirse, aún cuando realmente puede decirse que tiene amigos y muchos conocidos con los que se lleva muy bien y nunca se han cansado de invitarle a salir para relajarse un poco de toda la presión de sus padres y la tensión del trabajo que ese nuevo sueño le estaba dejando… pero siempre había terminado negándose, o retirándose temprano de donde fuera que estuvieran, fuera cenando después de haber ido al cine, o algún antro donde bailara era lo único que francamente le interesaba…
Más ahora salir a distraerse por lo menos un poco había sido una oferta que no había podido negar… y se encontraba en aquél antro de la calle más popular en cuando a vida nocturna, sonriendo casi sin ganas mientras uno de sus amigos va y hace un oso invitando a una chica que le mira con fastidio y se da la vuelta dejándolo pasmado clavado en su lugar; pero claro, ser bateado de aquélla manera era la causa de risas sin restricción de sus amigos…
- al menos Junsu disimula un poco… - soltó con resignación el chico al volver a la barra con ellos…
Y básicamente no puso atención en todo lo demás que comenzaron a decirse sus amigos entre risas y sorbos de cerveza que los iban atontando lentamente…
Mientras él se perdía en sus pensamientos y apoyaba su barbilla en su mano con el codo en la barra, suspirando sin darse cuenta al preguntarse qué estaría haciendo Yoochun en esos momentos?
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Era poco menos que un bar de mala muerte de donde salía el pelinegro con varias copas de más, pero justo a tiempo como para todavía saber de sí… para haber rechazado a aquél chico que ya le ha buscado un par de ocasiones y paga muy bien por buenísimas sesiones de sexo… pero de lo que no tenía nada de ganas…
Y pasar por aquél callejón desolado no había sido la mejor de sus ideas, pero había deseado un poco de tranquilidad, abstraerse de esa realidad que más que nunca pesaba sobre sus hombros…
Porque sí… algún día cuando apenas había comenzado con aquél tipo de vida, le avergonzaba y dolía ser quien a cambio de unos billetes entregara su cuerpo a chicos y chicas, hombres y mujeres que le consideraban demasiado atractivo y le fueron adentrando lentamente en esa “vida fácil” que de fácil no tenía realmente nada…
Porque no era agradable que alguien diferente hubiera estado en su cama cada noche durante todos ésos años…
Porque no era en verdad halagador que se le considerara el Mejor en la cama y la voz se corriera entre aquél círculo de perversiones y necesidades sexuales que solo le buscaban por el placer carnal…
Porque dolía saber que por ello nunca se ha permitido enamorarse… pero que demasiado rápido Junsu ha ido derrumbando sus barreras casi sin conocerse…
Y que ser tocada por las alas de un ángel que apenas si ha pasado por su lado, es un milagro del que no es merecedor…
Un ángel…
Del que tiene que mantenerse alejado por el propio bien de tal criatura divina, porque no debe permitirse llegar a mancharlo con sus pecados…
Y demasiado ensimismado no se dio cuenta de aquél par de jóvenes que le seguían el paso de cerca y murmuraban entre ellos cosas que ni siquiera alcanzó a registrar por ir tan concentrado… jóvenes que de pronto lo acorralaron contra el muro de aquél callejón que por esos instantes hasta le pareció sin salida al ver el brillo de una hoja de navaja vislumbrar por un rayo de luna…
Y por un momento pensó que tal vez terminarían violándole cuando comenzaron a zarandearlo y gritarle cosas que no lograba escuchar porque le zumbaban los oídos por vaya a saber dios exactamente el motivo… pero sintió que los bolsillos de su chaqueta y pantalones eran hurgados y comprendió que aquello solo se trataba de un robo…. Y recibió varios puñetazos en el rostro y cuerpo antes de caer al suelo tosiendo con dificultad, y obtener entonces unas patadas en los costados que podría jurar rompieron alguna costilla; antes de que los jóvenes pegaran carrera con risas victoriosas cuando le hubieran quitado el móvil y su billetera… mientras Yoochun sonreía con ironía…
Porque de alguna forma creía que merecía aquello… no porque Él sea realmente mala persona… solo por…. Por ser quien es… un chico de la “vida nocturna” con pecados que expiar…
Y seguía tosiendo sintiendo aquél dolor correrle por todo el cuerpo, y darse cuanta de que efectivamente le costaba respirar y ¡Dios! Ni siquiera podía ponerse en pie sin sentir que cada fibra de su ser rezongaba mandándole corrientes de puro dolor… y encima helaba como los mil demonios y se había quedado sin abrigo, que hasta eso le habían quitado…
- mierda!... – bufó mientras se apoyaba en el muro e intentaba impulsarse para por lo menos pararse recargado en la pared… exhalando ese oxígeno que rápidamente se volvía bao claro por el frío…
- Yoochun ah… - cuando aquélla suave voz evidentemente preocupada se coló en sus oídos y sintió aquél estremecimiento ante aquéllas delicadas manos que le tomaban con cuidado por la cintura ayudándole a incorporarse…
- no necesito tu ayuda, Junsu…. – quiso gritar, pero fueron apenas murmullos soltados entre muecas de dolor…
- ya lo sé… - sonrió tristemente… porque sabía que el pelinegro no quería nada con él… ni siquiera ayuda… no siquiera esos instantes a solas… pero obviamente que no iba a dejarle solo… - duele mucho?... – y es que notaba esos gestos al sostenerse apenas en pie un poco encorvado apoyándose en el hombro del pelirrojo…
- déjame… - intentó apartarse pero solo se tambaleó un poco sintiendo más presión en su cintura para brindarle soporte…
- te llevaré a un hospital para que te atiendan…. – ignoró aquélla petición, comenzando a caminar con un Yoochun que gruñó un poco por la molestia y otro tanto por dolor…
- no iré a un hospital… - consiguió decir mientras sentía un agradable calor expandirse por su estómago al ir a lado de ese ángel…
De ése ángel de aura cálida que se le colaba sin miramientos por cada célula del cuerpo… y presentía que de morir ahí… Dios! Sería la gloria misma tener un último aliento entre aquéllos brazos… cobijado por aquél calor que emanaba de ése chico que aún sin conocer se le había clavado profundamente en el corazón…
Y dolió…
Dolió saberse tan estúpidamente enamorado de Junsu…
Ya nada dijeron mientras caminaban a paso lento hasta aquél estacionamiento público en el que por azares del destino ambos tenían su auto… y entonces Yoochun recordó que las llaves de su Audi estaban en un bolsillo secreto de sus jeans… pues sí, que el pelinegro tomaba más precauciones de lo que parecía…
Porque se aseguraba de portar solo el efectivo que consideraba podría necesitar… y esa noche se lo había consumido prácticamente todo en licor… y no cargaba nunca sus tarjetas de crédito, no señor! Y el móvil? bueno, ahí solo encontrarían datos, datos y más datos que no alcanzarían a comprender para cuando lo reportara como perdido y fuera desactivado… Ja! Yoochun podía reír mentalmente, aquéllos idiotas no habían obtenido realmente nada de él…
Junsu pudo ver de reojo esa sonrisa curvarse en aquellos gruesos labios y por un segundo se perdió en ese perfecto perfil varonil… por todos los cielos! Amaba tanto cada detalle, cada gesto, cada facción en él… porqué es que era tan imposible que su amor fuera correspondido si era puro y sincero?
Volvió a concentrarse en el camino, por la acera de la calle comenzaba a verse más gente… nadie les ponía realmente atención y eso de algún modo le hacía sentir más tranquilo…. Ya las luces de colores para las fiestas de diciembre se mostraban en todo su esplendor, aunque no estuvieran muy seguros de que para ellos fuera exactamente época de milagros…. Llegaron finalmente al estacionamiento y ahí hasta el auto del pelirrojo, quien rápidamente sacó las llaves de su bolsillo y desactivó la alarma antes de ayudar a un Park medio ido a sentarse de lado del copiloto y abrocharle el cinturón… temblando sin querer por esa cercanía entre los dos que de ningún modo pudo evitar al adentrarse un poco y agacharse para llevar a cabo su acción…
Luchando fuerte por controlar los latidos de su corazón, el pelirrojo cerró la puerta y se apresuró al otro lado, pero antes de encender el motor…
- no sé dónde vives, Yoochun ah… - aquéllas palabras sacaron de su ensimismamiento al pelinegro…
Y parpadeó confundido por saberse de pronto sentado en aquél lujoso auto a lado de un pelirrojo que no le miraba pero evidenciaba su sonrojo y timidez… y comprendió que prácticamente se había olvidado del dolor mismo… ése que volvía ahora junto con su consciencia y la realidad…
- no tienes que hacer esto, no quiero que lo hagas… - y aquéllas negativas con las que su corazón no estaba de acuerdo, seguían brotando de labios del pelinegro…
- déjame hacerlo, por favor, solo procuraré curar tus heridas, no pretendo molestarte con mi presencia, Yoochun ah…
Y le miró… Junsu le miró con aquéllas cálidas pupilas castañas que le robaban ese aliento todavía errático por el dolor… tanto más por las emociones que ése Ángel no paraba de generarle y le atormentaban ahora tanto más que hacerle feliz…
Porque él no merecía enamorarse…
Sin embargo le indicó al pelirrojo su dirección, maldiciéndose mentalmente mientras más cerca se encontraban de su departamento… queriendo desaparecer del mundo como por arte de magia en cuanto aquéllas manos volvieron a brindarle su sustento mientras entraban en el Edificio y abordaban el elevador… no pudo evitar perderse en el reflejo de Junsu en aquél muro de metal que comprendían las puertas del ascensor…
Perderse en aquéllos brillantes ojos marrón que parecían ajenos pero no perdían ese tinte de timidez… en esas mejillas sonrojadas que enfatizaban esa ternura que el pelirrojo irradiaba… en esos labios, curvados suavemente, gruesos y de un tono rojo claro… labios perfectos que sin duda deseaba probar… pero no podía! No debía profanar con los suyos esos labios castos e inocentes como su dueño… Junsu no debía ser tocada por su maldad pecadora…
El sonido de las puertas abriéndose sacó a los dos de sus pensamientos, y todavía en silencio caminaron por ese vacío pasillo con aroma a lavanda hasta la puerta de casi el final que corresponde al departamento de Park. El pelirrojo se encargó de abrir y llevar al pelinegro hasta el sofá… el lugar se sentía tan frío… y sin embargo era elegante, limpio y muy bien distribuido… muy de chico soltero con aire centrado… no parecía el lugar de un prost…
Junsu negó con la cabeza ante su último pensamiento… y paseó rápidamente su vista por la estancia, ahí cerca del mueble a la entrada estaba el control de la calefacción, y se apuró a encenderla porque en verdad que el invierno estaba inclemente…
- tienes un botiquín, Yoochun ah?… - cuestionó quedito, como si casi no quisiera que el otro supiera que aún estaba ahí… después de todo no quería su ayuda pero la necesitaba…
- porqué haces esto?... – y tarde supo que no había estado bien cuestionar aquello… qué pretendía, qué creía… que Junsu le quisiera? Pudo escuchar su propia risa irónica mientras trataba de convencerse mentalmente de que el pelirrojo simplemente era demasiado bueno como para haberlo dejado botado a medio callejón en aquéllas nefastas condiciones…
- porque no quisiste que te llevara a un hospital, Yoochun ah… - el pelirrojo vio a ése chico ahí sentado con aquél semblante abatido más allá del dolor… y quiso abrazarle… decirle que hacía aquello porque lo amaba… - tienes un botiquín, sino debo ir a una farmacia a comprar algo para curar un poco esos cortes y golpes, no querrás que se infecten, créeme… - y sonrió…
Sonrió con aquélla calidez que Park casi podría odiar… de no ser porque le amaba… y evadió su mirada, ablandando solo un poco esa expresión de molestia que había estado mostrándole pretendiendo que así se largara y le dejara de torturar con su presencia…
- en el baño… - murmuró apenas, llevando una mano a su costado izquierdo… ahí donde podría jurar tiene un par de costillas rotas…. Como fuera, aquéllos sujetos le habían dado una buena golpiza en cosa de instantes… - me lo merezco… - se repitió entre dientes, viendo cómo el pelirrojo se perdía por instinto en su departamento en busca del baño y el botiquín con el que volvió apurándose a sentarse a su lado… - sabes sobre medicina?... – no pudo evitar cuestionarle con la ceja levantada, aunque apenas por un segundo pues el gesto le hizo saber que justo ahí tenía una cortada…
- he tomado algunos cursos… - ya tenía algodón empapado en alcohol, gasas y curitas, así como unas vendas para proseguir… - puede que arda un poco… - avisó cuando comenzó a pasar algodones por las heridas leves que tenía en la ceja y el labio…
Luego continuó por el torso… verlo despojado de la camisa le aceleró el pulso… pero se mantuvo ecuánime mientras palpaba los costados tratando de saber si en realidad tendría alguna costilla fracturada… sin darse cuenta de que la piel bajo su tacto se estremecía y que el pelinegro no podía mantener sus ojos abiertos rendido ante las atenciones de un ángel…
Era una trata del destino que tal ironía se estuviera llevando a cabo entre dos chicos que en silencio se aman pero temen tanto ese sentimiento que creen incomprendido e inmerecedor?
No… tal vez no era cosa de ningún hado divino… eran solo las sombras de sus propias vidas, las inseguridades que les persiguen cual cazador a su presa, temores fieros que les corrompían pudiendo más ahora que ése amor que se profesaban desde el alma pero que no podían entregarse por causa del silencio que amortigua con fuerza cada latido de sus corazones enamorados…
Junsu había colocado ya un vendaje firme en torno a la cintura de Yoochun, todavía intranquilo de que pudiera tener alguna lesión importante en las costillas, lo demás bien sabía que eran golpes y leves cortadas que en unos días sanarían por cuenta propia…
Y le ayudó sin recibir ya queja alguna, a ir a su habitación y recostarse sobre su amplia cama a descansar… la madrugada les había alcanzado ya, y con ella ese rocío que se cristalizaba por el frío invernal en árboles, cristales y cornisas, dejando sobre la ciudad aquél manto blanquecino y ése peculiar aroma fresco que invitaba a renovar la esperanza en un mañana mejor… y el pelirrojo le cubrió con esas mantas que olían a suavizante como si acabaran de ser cambiadas, sonriendo suavemente al ver al pelinegro con los ojos cerrados más cansado y ebrio de lo que pudiera haber creído, respirando todavía con dificultad pero más relajado y casi ya en los brazos de Morfeo…
- duerme, Yoochun ah, velaré tu sueño ésta noche… - y quiso besar su frente pero prefirió no hacer lo que no le era concedido… después de todo, a saber cuántas cosas ha tenido que hacer el pelinegro sin realmente desearlas…
Se aseguró de cerrar las cortinas de la ventana para que la luminosidad de la calle no se colara ahuyentando el sueño de Park, se acostó en aquél sofá doble que estaba a lado derecho de la habitación, en una posición nada cómoda, pero que lo valía con tal de tener frente a sus ojos a Yoochun y asegurarse de que durmiera bien…
- solo esta noche, sé que mañana me exigirás que me vaya, y no querré hacerlo pero te respetaré… como tal vez pocos lo han hecho… - susurró para sí mismo, con esa sonrisa enamorada que no podía evitar… con el único deseo de que Yoochun le permitiera ser parte de su vida…
Y permaneció en vela hasta que su reloj de muñeca marcaba las ocho y minutos de la mañana, durante las horas anteriores había estado cambiando de postura sobre el sofá para espantar los entumecimientos que atacaba alguna parte de su cuerpo, hasta que permaneció sentado solo mirando la espalda del pelinegro…
- si conseguiste dormir apoyado en su costado es bueno, significa que es solo el golpe… - sonrió contento por ello y largó un bostezo mientras se estiraba lo más silenciosamente que le fue posible antes de ponerse en pie y perderse en la cocina…
No era muy diestro con los alimentos pero tampoco se le daba tan mal, quería irse antes de que Yoochun despertara pero también quería dejarle un desayuno más o menos decente… así que se atrevió a mirar en el refrigerador y la alacena en busca de qué preparar... minutos después colocó unos cakes, café, tostadas con mermelada, jugo y eche sobre una charola y la llevó hasta la habitación dejándola en la mesita a lado de la cama donde al parecer aún dormía Park…
- espero que mejores, Yoochun ah… - murmuró más por el simple deseo de expresarlo, que de esperar que el pelinegro le escuchara… sonrió y esperó que despertara antes de que el desayuno se enfriara…
Se aseguró de haber dejado todo en orden y sin realmente querer irse, salió del departamento suspirando una última vez al pensar que tal vez nunca volvería a entrar en ése lugar… pensando que tal vez ahora Yoochun le reprochara un poco más…
- no importa, te seguiré amando por siempre, hasta que puedas quererme un poquito y me permitas ser parte de tu vida, en ésta o en otra, lo intentaré por la eternidad…
………………………………………
Un rico aroma se le había colado por la nariz… pero fue toda una sorpresa encontrarse con aquél desayuno en la mesita de lado apenas abrió los ojos…
- Junsu… - murmuró e inmediatamente se incorporó… - mierda!... – lastimándose su costado golpeado…
Miró alrededor y agudizó el oído esperando detectar algo que le indicara que el pelirrojo se encontraba todavía por ahí… pero solo había silencio… absoluto y burdo silencio…
- mejor así… - porque para qué engañarse… Junsu y él debían permanecer alejados por el bien del pelirrojo…
Volvió su vista al desayuno y sonrió… feliz a decir verdad, porque esa era la primera vez que un chico que había estado en su departamento tenía aquél detalle con él… y sin sexo de por medio… su sonrisa se amplió tanto más… estaba profundamente enamorado… aunque no pudiera dejar libre ése sentimiento…
*****
Yoochun se ausentó del trabajo por los siguientes días argumentando un fuerte resfriado… lo único que quería era esperar a que los moretones desaparecieran y esas pequeñas heridas sanaran, y su costado? Bueno, ése tardaría un poco más en dejar de doler, porque si bien no se había fracturado, dolía bastante sobre todo cuando pretendía inclinarse, o cada que se sentaba y paraba…
En esos días, Junsu también siguió sin presentarse en el trabajo… pero no podía dejar de pensar en el pelinegro, en cómo se encontrará después de aquélla madrugada… pero no quería aparecerse en su departamento cuando sabía que aquello lo iba a molestar…
- pagaría por sus servicios si no lo amara… - suspiró por enésima vez, sentado bajo un árbol de los amplios jardines en su hogar… - porqué habrá optado por esa vida?... nunca se ha enamorado?... renunciaría a eso si amara a alguien?
………………………………………
Park ya no aceptaba ni a uno más de sus amantes… ya no quería más de aquéllas noches de sexo sin sentido y volver a sentir la soledad al amanecer sin ningún calor de otro cuerpo a su lado… no, cuando ya solo soñaba con Junsu en su misma cama… mirándole con aquélla calidez que parecía calmar un poco su melancolía, sonriéndole con esa timidez que tanta más ternura le inspiraba… tener un poco de esa atención que le ofreció sin pedirle nada… absolutamente nada a cambio…
- eres definitivamente un ángel… - sentado en el sofá, seguía cambiando de canal sin ponerle atención a la programación… - he sido tan idiota contigo, debería por lo menos tener un presente para agradecerte… - y cerró los ojos memorando el tacto del pelirrojo sobre su piel… tan suave, tan cálido… - Susu ah… - se mordió el labio inferior al sentir que la temperatura de su cuerpo comenzaba a aumentar… - oh mierda! No debo hacer esto pensando en ti… - se incorporó echando su cuerpo más al frente tratando de regularizar su respiración… esa que también se había comenzado a alterar… - no te merezco, Junsu ah…
*****
Ya los primeros días de diciembre se deslizaban sobre Seúl… Junsu y Yoochun se habían incorporado al trabajo… pero se han evitado al máximo… y aquello dolía…
Porque Yoochun aún sentía que debía por lo menos un “gracias” al pelirrojo por haberle ayudado soportando su estado y malhumor…
Porque Junsu todavía quería creer… solo creer en que el pelinegro no le odiaba por meterse en sus asuntos aún cuando le pidió que no lo hiciera…
Y tal vez fue el destino, o los latidos de sus corazones llamándose más allá de lo creíble… pero ambos volvieron a encontrarse… a coincidir sin esperarlo en aquél pasillo en el que ninguno tenía realmente nada que hacer, pero que era el único que a esa hora se encontraba vacío en la empresa… y ambos habían buscado un poco de privacidad para pensar… curiosamente en el que ahora tenían enfrente…
Pero ninguno podía emitir palabra alguna…
El corazón les latía demasiado rápido y les temblaba el cuerpo entero… sus miradas brillantes, algo temerosas y otro tanto nerviosas, se habían enganchado sin tregua a la separación…
- yo… - el pelirrojo tragó hondo, ese profundo mirar le atontaba fácilmente… - yo… - que acaso su léxico estaba bloqueado?
- gracias por lo del otro día… - consiguió decir el pelinegro… con un tono de voz bastante más frío de lo que quería, notando cómo los ojos marrón perdían un poco de esa luz intensa que brillaba en sus pupilas…
- no fue nada… - murmuró con la voz más aguda de lo que esperaba… pero es que había dolido ese tono casi insensible de parte del pelinegro… - yo… - bajó la mirada… - te dejo, no querrás que te moleste… - y aunque lo dijo quedito, Park lo escuchó perfectamente…
- espera!... – y en un parpadeo ya tenía al pelirrojo contra la pared, tomándole las muñecas con un poco de fuerza… - no me gusta estar en deuda con nadie… - qué estaba diciendo?... – así que dime lo que debo hacer para pagarte el favor… - porqué mierda le hablaba con ese tono sensual como si buscara provocarle…
- no… - sintió el cuerpo del otro pegándose más al suyo… - no necesitas pagar nada, no te lo estoy cobrando, Yoochun ah… - que no siguiera mirándole de aquélla lasciva manera, qué no se daba cuenta de que le podía ese gesto…
- oh vamos, Junsu… - se pegó por completo al pelirrojo, una de sus manos comenzando a masajear las caderas de Kim… - seguro que no quieres una compensación por tu buena voluntad?... – ronroneó… oh sí, como auténtico minino en celo…
- no… - jadeó involuntariamente por esa insinuante caricia en su costado, bordeando su trasero… - no así, no me gustaría que te sintieras conmigo como con uno más de tus clientes… - mierda! Se había ido de lengua larga…
Park se separó mirándole sorprendido con los ojos de par en par, incluso de repente más pálido… es que lo había olvidado? Que no era más que un prostituto que todo pretende conseguirlo a través de su cuerpo o sus caricias? Porqué es que se había dejado llevar en ese instante buscando con anhelo ése contacto íntimo que no, simplemente NO podía darse entre ellos…
- Yoochun ah… - le llamó con voz baja el pelirrojo, temiendo haberle ofendido… - yo… - debía ser fuerte, sincerarse… realmente, qué más podía perder? Si de cualquier forma no le tiene… - yo Te Amo, Chunnie… - y se sonrojó, por lo cursi que había salido su voz y por haberle llamado como ya alguna vez soñó… el pelinegro retrocedió inconscientemente otro paso mientras aquéllas palabras se convertían en finos cristales de hielo que le atravesaban el corazón…
- no… - murmuró moviendo de un lado a otro la cabeza en negación… porque Junsu no podía… no debía amarle…
- Te Amo, y si algún día algo puede pasar entre nosotros, quiero que sea porque lo deseamos, no porque sientes que es una obligación o algo así, Chunnie…
- no me conoces, no soy alguien a quien debas conceder tal sentimiento… - y retrocedió un paso más…
Asustado de esa cálida mirada…
De esas mejillas sonrosadas…
De esa triste sonrisa que parecía morir por su desdén…
- sé que no te conozco pero quiero hacerlo…
Y se aterró tanto más cuando se quedó paralizado al sentir aquéllos brazos rodeándole con cariño impidiéndole la huída…
- no sabes quién soy…
Junsu suspiró con su rostro escondido en el hombro de Yoochun…
- sólo lo que los rumores dicen… - y el pelinegro se estremeció entre sus brazos… - pero eso no me importa, déjame amarte y tal vez aprendas a quererme de vuelta, Chunnie… - sonrió al sentir aquéllas manos apoyarse en su cintura con sumo respeto…
- no sé si pueda hacerlo, tengo miedo de hacerte daño, me asustan las cosas que me haces sentir… - y separó lentamente al pelirrojo, viendo esas castañas pupilas confundidas… - tal vez lo mejor sea seguir como hasta ahora, aléjate de mí… no te conviene quererme, Junsu ah… - y se alejó… al menos hasta que esa suave y dulce voz volvió a colarse en sus oídos…
- no tengo miedo de amarte, me aterra no valer lo suficiente para que me mires y me des la oportunidad de estar a tu lado… - el pelinegro se dio la vuelta mirándole tanto más sorprendido…
Que Junsu no podía entender que era él quien no merecía lo mirara con esos ojos!
- no tienes ni la más mínima idea de lo que dices… - regresó esos pocos pasos que había avanzado… - tú eres un ángel, Junsu ah, y yo un pecador que no puede mancillar tu bondad permitiéndote amar lo que no debe ser amado…
- y dónde queda lo que siento por ti, Yoochun ah… - buscó esa mirada oscura tratando de encontrar en esas orbes algo que le dijera lo que era correcto hablar… - porqué no habría de amarte, tu historia me importa pero no me hace amarte menos ni juzgarte…
- mi historia tiene demasiada oscuridad…
- no creas que no lo imagino, pero… quiero creer que si me consideras un ángel… - sus mejillas tiñéndose con fuerza… - es porque entonces yo puedo ofrecerte un poco de luz… que puedo cobijarte con mis alas y darte un poco de paz… déjame amarte, Chunnie ah…
- y si no puedo hacerte feliz, y si termino lastimándote, y si no puedo comprometerme y amarte igual, Junsu ah; tú no mereces nada así… y si… - un beso demasiado corto sobre sus labios que le hizo callar, que hizo que su corazón saltara emocionado y latiera con una vida que creyó enterrada en la soledad de sus fríos días en la oscuridad de su pasado…
- creeré en ti, confiaré en que puedes lograr todo lo que ahora temes, estaré a tu lado y te recordaré cada día cuánto te amo, te cubriré con mi calidez, te ofreceré todo de mí y un poco más, todo lo que necesites para no buscar más nada lejos de mí… - le rodeó con sus brazos instándole a acercarse un poco más…
Porque podía ver en esos ojos negros vislumbrarse el más grande de los miedos… el temor a uno mismo…
- oblígame a ir despacio, Junsu ah… - le atrapó por la cintura recargando su frente en la del pelirrojo… - enséñame a amar con esa calidez que destellas… porque sí te quiero, pero nunca he amado y no quiero jurarte lo que no conozco…
Y se miraron a los ojos…
Con aquélla profundidad en la que se ocultaban muchas más cosas de las que podían ser expresadas con todas las palabras del mundo ni contada aún en el idioma más antiguo…
Con temores e inquietudes sin duda, aquello que juraban en silencio enfrentar juntos aún sin entender cómo es que necesitaban tanto del otro… ése a quien en realidad apenes conocen pero que les complementaba una existencia que algunos podrían haber llegado a envidiar, pero que se había convertido en una fuente gélida de soledad…
De esa fría soledad que hoy comenzarían a dejar atrás…
Iniciando el camino de obstáculos por superar y sueños compartidos por construir, con ese beso suave y dulce en el que compartían más que el aliento o roces húmedos… la esperanza de disfrutar por vez primera de amor de verdad…
Y sus labios calzando perfecto en esa danza casi cursi y demasiado melosa, fue un juramento romántico de empezar juntos ese andar trabajoso que sería compensado cada tanto con nuevos besos y otros juegos de caricias más íntimas, y menos reservadas que esas que ahora se guardan con celo esperando un mejor momento…
- no te arrepentirás, Chunnie ah… - una sonrisa tímida… - no haré nada que… - un roce de labios para callarlo…
- el único que debe asegurarse de no hacer nada que provoque arrepentimientos de esto que estamos iniciando, soy yo, Junsu ah… - y lo abrazó apretándolo contra su cuerpo con la ternura con que nunca imaginó sería capaz de apresar a alguien entre sus brazos…
El pelirrojo suspiró dejándose envolver por esa tibia calidez que apenas calmaba un poco todo ese nervio al sentir que de pronto todo se pintaba casi color de rosa, y esos fuertes brazos rodeándole con dulzura incrementaba su vergüenza… inundándole de paz…
Y el pelinegro solo pudo jurarse mentalmente que no se permitiría por nada del mundo fallarle a ese ángel que en esos instantes se le entregaba tan incondicionalmente… profesándole ese amor que casi podía palpar y tomarlo entre sus dedos admirando su imperecedera belleza…
*****
Casi parecía mentira… tener novio era la cosa más extraña y maravillosa que jamás había experimentado…. A un par de semanas de aquél primer beso en un pasillo de la empresa, Yoochun ahora estaba más que seguro de que el amor existía… aún para él…
Y ahora estaban ahí, recostados sobre su cama en su habitación de su departamento, ése que guarda más de lo que quiere recordar… y mientras los besos compartidos suben de intensidad aumentándole la temperatura corporal, el pelinegro cae en cuenta de que es la primera vez que están a punto de llegar tan lejos…
- Junsu, espera… - resultaba por demás curioso ser él quien pronunciara aquélla palabra… el pelirrojo acostado boca arriba, él de medio lado viendo ese pecho masculino subir y bajar rápidamente al ritmo de esa respiración que él alteró con sus apasionados besos…
- no quieres?... – preguntó suavemente, mordiéndose el labio inferior, pensando que en esos momentos era él quien parecía más necesitado de su novio, que Yoochun mismo…
- sabes… - murmuró en tanto negaba aquélla duda que asaltara a su novio… - sí que quiero, pero… - apartó esos mechones pelirrojo en la frente de Junsu… dubitativo de decir aquello o no…- no aquí… - el otro mirándole un tanto confundido y un poco curioso… - es que… Junsu, ésta cama, esta habitación, estas paredes, el departamento… - suspiró… - contiene mucho de mi pasado, de mis… amantes… no quiero hacer el amor contigo sobre aquéllos recuerdos, porque sería como manchar tu pureza…
Y el pelirrojo casi se sintió morir de amor ante sus palabras…
Porque de esos labios había salido ese “hacer el amor” que le dejaba en claro que no era uno más ni solo sexo…
Porque era capaz de considerarlo tanto más especial que aquéllos y aquéllas que estuvieron antes que él…
- vivamos juntos, Junsu ah, rentemos un departamento donde podamos vivir la primera vez de todo lo que aún nos queda por compartir…
- lo dices en serio, Chunnie?... – cuestionó con ojos brillantes, una amplia sonrisa y esas mejillas sonrojadas que no le dejaban perder ese tinte de timidez…
- tan en serio como que Te Amo, Junsu ah… - sonrió…
Como nunca antes imaginó podría hacerlo… desde el alma, con el corazón enamorado de un ángel, con la dulzura que le inspira… con la calidez que ahora cubre todo su ser… porque el frío por fin había quedado atrás…
- gracias Chunnie, yo también Te Amo… - y un corto beso antes de salir con las manos entrelazadas, una sonrisa mutua…
Y el inicio de una nueva vida juntos…
………………………………………
Y amueblaron, decoraron y pintaron juntos cada rincón de ese departamento que ahora sería de los dos… entre sonrisas y bromas, entre manchas de pintura que con intención eran marcadas con gestos que solo buscaban compartir toda esa alegría o espantar un poco el cansancio, entre cariñosas miradas y tiernos mimos cuando compartían una comida rápida o se tiraban en descansar en el suelo cubierto de plástico antes de colocar cada mueble en su lugar… entre besos robados cada tanto con el simple pretexto de saborearse los labios…
- Susu, estás cansado amor?... – el pelirrojo volteó a mirarle sonriente mientras terminaba de lavar esos trastos en los que la cena había sido recalentada… y es que oficialmente, ese era el primer día con el departamento sin detalles que ultimar…
- un poquito, Chunnie… - aceptó con ese tenue carmesí que se apoderaba de sus mejillas cada que el pelinegro le hablaba con aquel cariño… vio cómo su novio bajaba un poco la mirada mordiéndose el labio inferior… comprendía lo que se escondía tras ese gesto… - ahora ya no hay pasado Chunnie, solo tú y yo… - se acercó para abrazarlo pasando sus manos por sus hombros, rodeando su cuello… - ya no necesitamos ir despacio…
Y esperó que entendiera con aquéllas palabras y el amor de su mirada, que ya solo quedaba espacio para amarse… que le deseaba… que le necesitaba… que quería perderse en el calor de su cuerpo y derretirse lentamente por sus caricias o morir por cada uno de sus besos…
Yoochun no dijo nada, se limitó a besar con calma aún a media cocina y olor a spaghetti flotando en el ambiente… disfrutando con parsimonia de esos labios moviéndose contra los suyos, de esos sonidos húmedos que el juego de sus bocas y la lucha interna entre sus lenguas dejaba en el silencio de la noche…
Y ya solo se escucharon más de esos besos apasionados y sus pasos abandonando aquél lugar hasta perderse en SU habitación, del roce de sus cuerpos y el caer de cada prenda en el camino, hasta caer ambos en el colchón con solo la ropa interior cubriendo su desnudez total… ésa que no se hizo esperar cuando las manos temblorosas de ambos las retiraron del otro cuerpo entre sonrisas tímidas y dulces besos…
Porque después de todo… era la primera vez de hacer el amor para los dos…
Y Park en verdad casi sentía que era un inexperto, que casi podía borrar de su memoria el pasado… pero era consciente de que no lo olvidaría, pero que ya no podía dañarlo ni arrebatarle la certeza de que puede amar y ser amado…
Las manos de ambos se deslizaron por la piel del otro en caricias tiernas que no paraban de estremecerles el alma misma con su tacto…
Porque eran caricias de un amor mutuo que revestidas con su luz solo podían transmitir infinito cariño… eran caricias tímidas pero seguras que iban marcando con su calor cada recoveco de piel que iban palpando con esos dedos un poco temblorosos que se iban quedando también con un poco de esas perlas de sudor que comenzaba a formarse sobre sus cuerpos…
Y no faltaron los besos tiernos, ni las batallas húmedas de pasión en que el oxígeno se les acababa demasiado rápido obligándolos a separarse y repartir más de esos roces de labios que se deslizaban con facilidad por mejillas y cuello… los que bajaban encendidos hasta marcar más abajo cada centímetro de piel, cada línea de músculos… o esos jadeos escapando de sus bocas cuando el contacto se volvió más íntimo… cuando Yoochun tomó con una de sus manos la entrepierna de Junsu dejándole un beso húmedo en los labios antes de bajar y arropar su palpitante miembro con su boca…
- ahh… - el pelirrojo gimió quedito cerrando los ojos de vergüenza y excitación… revolviéndose inquieto sobre el colchón, desordenando las sábanas al sentir cada succión arrastrándolo a un mundo nunca antes conocido… al mundo del placer al hacer el amor… - ahh, Chun…mhh… Chunnie, ahh… - y pronunciar su nombre con voz tanto más agudo de lo que podía darse cuenta… un tono que era melodía a oídos del pelinegro que atendía ese miembro duro y caliente que tenía el mejor de los sabores… porque era su Junsu el que gemía para él…
Yoochun se apartó antes de que se corriera, los gemidos y jadeos del pelirrojo le tenían demasiado excitado y no podía aguantar más el dolor de su propia erección palpitando deseosa de adentrarse en aquél pasaje del chico amado que tanta plenitud prometía… y volvió a labios de Junsu para besarlo despacio, consciente de que esos ojos a medio cerrar y ese brillo un poco ausente en sus castañas pupilas eran consecuencia de su labor…
- Susu ah, amor, te necesito… - le susurró con dulzura sin apartar su mirada de la de su novio, acariciando sinuosamente la cadera del pelirrojo mientras con sus rodillas sobre el colchón se acomoda entre sus piernas abriéndolas un poco más…
- hazme tuyo para siempre, Chunnie ah… - y él mismo abre sus piernas dejándolas flexionadas, exponiendo su intimidad como lo hiciera semanas atrás con su corazón… sin dudar de que hacía lo correcto…
- Te Amo, Junsu ah… - le besó una vez más antes de que una de sus manos terminara en la boca del pelirrojo, donde tres de sus dedos eran cubiertos por esa tibia saliva que se quedaba entre ellos y ayudaría a dilatar la entrada de su novio…
- también yo Te Amo, Yoochunnie… - murmuró al liberar esos dedos que bordeando con gentileza su figura viajaron a su intimidad…
Y el pelinegro no necesitó decirle que iría con cuidado, porque sabía que no podría ser de otra manera y que el pelirrojo confiaba en él… uno a uno sus dedos fueron entrando en su estrecho pasaje, dejándole distintos grados de dolor e incomodidad… hasta que un poco de placer comenzó a mezclarse cuando los tres dedos entraban y salían con lentitud, quedándose dentro unos instantes mientras se movían en círculo favoreciendo la dilatación y haciendo que se acostumbre a su intromisión…
Aunque Junsu no pudiera evitar un grito ahogado ni arrugar las sábanas con sus puños cuando Yoochun comenzó a penetrarlo con suavidad… algunas lágrimas rodaron involuntarias cuando finalmente la intromisión se completó y el pelinegro se quedó quieto inclinándose sobre su cuerpo hasta alcanzar sus labios y rozarlos con dulzura para luego desviarse a sus mejillas bebiendo sus gotas de agua salada, besando sus ojos antes de volver a su boca y tomarla con dulzor…
Sobraron las palabras y los juramentos se hicieron al aire cuando las miradas y los besos fueron todo lo que necesitaron en esos momentos… cuando Yoochun comenzara con movimientos suaves, sin despegarse demasiado de su cuerpo permitiendo que sus bocas estuvieran muy cerca compartiendo el aliento en tanto sus labios se rozan cuando sus caderas vuelven a chocar y él vuelve a tocar aquélla profunda estrechez que le da tanto placer…
Park se movió un poco apoyándose mejor en sus rodillas al tiempo que levanta un poco más las caderas de su novio y vuelve a inclinarse apoyándose entonces en sus manos a los costados de la cabeza de Kim; empujando con un poco más de rapidez y fuerza sus caderas contra las del pelirrojo… llegando más profundo conforme Junsu se acostumbra totalmente a su erección y le envuelve con sus piernas gimiendo más alto y ronco, acariciando de su cuerpo toda piel que queda a su alcance… suspirando su nombre con tono sensual, mirándole cada que es capaz de mantener los ojos abiertos y no cerrarlos rendido al mar de placer que como las olas, lo llevaba a flotar en un mundo de sensaciones impregnadas de gozo y amor…
Y envueltos en ese ritmo, dominados por esas miradas que se pierden en las pupilas del otro, y abnegados en la ternura de cada nuevo beso apasionado, el calor en el bajo vientre apareció tal vez más rápido de lo que hubieran querido pues deseaban ser uno por la eternidad, tensándoseles cada músculo del cuerpo y arrastrándolos al éxtasis… a ése orgasmo en el que sienten han tocado la gloria con los dedos, explotando al mismo tiempo con un gemido entre agudo y ronco, pero muy alto, suspirando luego el nombre del otro en cuanto son conscientes de la calidez que a Junsu le inunda la intimidad, y la que Yoochun siente contra su torso y sabe también ha mojado el de su novio…
Y es el propio pelirrojo quien le abraza pasando sus manos hasta su espalda instándole a recostarse sobre su cuerpo mientras siguen disfrutando de esos espasmos que el orgasmo dejó como su estela de placer…
- ha sido una maravillosa primera vez… - murmura el pelinegro contra el cuello de su novio, respirando agitadamente… sintiendo el corazón todavía acelerado del pelirrojo contra su pecho…
- de verdad Chunnie?... – cuestiona con un dejo de timidez… y es que vamos, no podía sacarse así como así de la mente el hecho de que su novio ha conocido muchas formas de intimar… - te ha gustado hacerlo conmigo?
- ha sido perfecto, Susu ah… - asegura levantando el rostro para mirarle a los ojos… - porque hemos hecho el amor, lo recuerdas?... – un beso cálido… - nada es más maravilloso que estar contigo… - y vuelve a recostarse en busca de toda esa calidez emanando de su ángel… solo unos segundos más y se levantará, sabe que lo aplasta con su peso…
- Te Amo mucho, mucho, mucho Chunnie ah… - sonríe feliz dejando besos sobre esa mata azabache mientras siente aquélla sonrisa golpear contra su cuello…
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Amanece un nuevo día… es 23 de diciembre pero ellos sienten que el milagro de las fiestas les ha sido entregado la noche que culminó recién cuando los rayos de sol se levantaron en el horizonte bañando el blanco paisaje que la nieve ha cubierto…
Junsu admira embelesado a su novio dormir, acariciando con sigilo esos mechones negros… lleva una sonrisa en los labios y los ojos algo rojos… es que no pudo pegar un ojo en toda la noche… y eso lo supo Yoochun apenas despertó y lo encontró a su lado mirándole con infinita ternura…
- buenos días… - le saluda el pelirrojo con voz baja, como si temiera despertarle más de la cuenta… y es que se ve adorable con esos ojos todavía algo adormilados y el cabello desordenado por su propia mano…
- buenos días… - se estiró apenas lo suficiente para rozar sus labios con los de su novio… - no dormiste, Susu ah?... – el pelirrojo negando suavemente… - porqué… - su novio bajando la mirada… - Junsu ah?...
- soñabas… - murmura con la voz un poco ahogada por ese sollozo que se negaba en liberar justo ahora…
- eh?... – le toma el mentón instándole a mirarle… - no comprendo… - porque vamos, no recuerda con exactitud haber soñado, pero está seguro de que si lo hiciera, solo podría soñar con su ángel…
- dijiste que no me merecías y lloraste un poco… - confesó… - y luego yo tuve tanto miedo de dormir y que no estuvieras a mi lado al despertar, que despertaras creyendo lo mismo y te marcharas de mi lado… - los brazos del pelinegro lo atraparon atrayéndolo contra su pecho…
- aún creo que no te merezco y tal vez lo creeré toda la vida… - su mano acariciando la espalda y los mechones pelirrojos de su novio… - me iré solo el día que tú llegues a pedírmelo, porque Te Amo… y te necesito, no solo para que me ames, sino para amarte también…
- nunca querré que me dejes, aún por sobre los conflictos que se algún día tendremos, quiero que te quedes conmigo para siempre, Chunnie ah… - su mirada prendándose de las orbes oscuras de su novio….
- y así será, Junsu ah… por siempre… - y un beso amoroso en el que se cierra un juramento que más que palabras, es un pacto de amor eterno…
Y esa mañana cálida de invierno fue la primera en la que en verdad el frío desapareció de sus corazones… y ése que el clima deja, no es más que un pretexto para abrazarse un poco más…
*FIN*
wua hermoso hasta que llego el dia que sus corazones ya no tienen frio dos amores me encanto tener que llegar al punto de la locura de parte de Yoo para darse cuenta que su angel siempre lo esperaria jaja
ResponderEliminaraaaah Felina estoy comenzando a leer fics antiguos...casi lloré con este...no tengo palabras para expresar lo hermoso que me a parecido. Me ha conmovido el amor tan puro que estos dos hermosos seres se profesan, no importa las cosas horribles que Yoochun haya tenido que vivir la capacidad de amar y ser amado con absoluta pureza estaban ahí aún en su corazón y Junsu es el ángel que le dio luz a su vida. Simplemente perfecto.
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