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domingo, 19 de junio de 2011

Shot *-* (Pedidos)

Título: READY TO LOVE
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: NC-17
Advertencia: Lemon

Ready To Love

*****

Junsu y Yoochun se conocieron en la adolescencia, el mayor es Park Yoochun y había llegado a Seúl luego de doce años de estancia en Virginia, Estados Unidos; a donde se había mudado su familia cuando él contaba con solo dos años de edad. Cuando el chico de caballos azabache llegó al Instituto, su personalidad parecía más bien arrogante y solía hablar en inglés presumiendo su habilidad con aquel idioma extranjero además de su lengua natural. Las chicas al instante habían caído bajo sus encantos y muchos chicos querían ser sus amigos solo por creer que así gozarían de su misma popularidad.

Kim Junsu, por otro lado, era el chico simpático que sonreía radiante a todos y siempre tenía energía de más. Juega fútbol y también participa de toda actividad que implique canto y baile, por lo que no es raro verle actuar en obras de teatro y festivales escolares. Algunos decían que era hiperactivo, pero él decía que simplemente le gustaba derrochar su energía en todo lo que le gusta hacer.

Cuando Yoochun conoció a Junsu le pareció algo bobo y torpe, en el fondo tenía envidia de la personalidad juguetona del chico de cabellos pelirrojos, pero una vez que comenzaron a acercarse y el pelirrojo le fuera contagiando de su jovialidad, la amistad fluyó de forma muy natural entre los dos, tenían muchas cosas en común y compartían sobre todo el gusto por el canto, aunque al pelinegro también le gustaba bailar no lo consideraba un hobbie, sino solo una expresión de diversión o cortejo para fiestas o flirteos; ése fue su sentimiento cuando llegó a los 17 años y comenzó a sentir en su revolución hormonal la necesidad de mostrarse como un chico seductor y experimentado (aunque de lo segundo no tuviera realmente mucho).

- ¿vendrás a verme el domingo?... – el pelirrojo le preguntó con semblante ilusionado aquella tarde de miércoles cuando estaban en el Mall de compras (el pelinegro había visto una chaqueta que no pensaba dejar pasar sin obtenerla)…

- a menos que las cobijas se nieguen a soltarme, iré Su… - el mayor respondió con una sonrisa suave pero más concentrado en la ropa, ya que estaba en aquella tienda de una conocida marca de ropa no podía desaprovechar la oportunidad de echar un ojo y quizá comprar algo más…

- ¡pero Yoochun!... – el pelirrojo le jaló por el hombro obligándole a girarse y prestarle atención… - ¡Es la gran final! ¡No puedes faltar! ¡Necesito que estés ahí! ¡Promételo!... – protestó entre pucheros y aspavientos propios de un niño berrinchudo que por fuerza quiere algo…

- ¿Qué me darás a cambio de esa promesa?... – Park enarcó una ceja con gesto coqueto sabiendo que las mejillas de su amigo se colorearían de rubor…

- nada… - puchero… - se supone que como mi mejor amigo estés ahí para apoyarme… - infló las mejillas y se cruzó de brazos con gesto indignado…

- ok, ok… - el pelinegro sonrió y volvió su atención a la ropa… - pensándolo bien, es un buen momento para estrenar y volver locas a las chicas… - soltó con galantería e ignoró el ceño fruncido del pelirrojo tomando algunas prendas y yendo a los probadores…

Junsu quiso decirle muchas cosas, pero siempre guardaba silencio porque no estaba bien enojarse con su amigo cuando era perfectamente normal que coqueteara con las chicas. No era culpa de Yoochun que él sintiera celos o que a veces se mordiera fuerte los labios porque deseaba besarle. Pues sí, el pelirrojo tenía un problema: su amigo le gustaba.

- ¡Hey! ¿Qué tal me veo?... – el pelinegro le sacó de sus pensamientos y cuando el pelirrojo le miró de arriba abajo quiso patearlo por ser tan guapo y atractivo pero no darse cuenta de lo que provocaba en él…

- no está mal… - contestó intentando sonar indiferente. Todo con tal de no lanzarse sobre él y matarlo a besos. ¡Moría por besarlo! Y el muy idiota que no se daba cuenta.

- ¿No está mal?... – el pelinegro enarcó una ceja y examinó a su amigo mirándole detenidamente… - mh, alguien aquí está molesto… - sonrió con perspicacia… - puedo olerlo y está cerca… - olfateó el aire y paso a paso se fue acercando al pelirrojo… - muy cerca… - hasta que estuvo frente a él… - ¡Vaya! Parece que eres tú…

- no sé de qué estás hablando, no tengo ningún motivo para estar enfadado contigo, ya sé que eres un idiota lleno de hormonas que lo único que sabe hacer es andar de conquista… - espetó casi sin darse cuenta de sus palabras pero sintiendo algo de alivio al decirlas, al menos un poco del estrés y la frustración era liberado…

- menos mal, por un segundo casi me creía que estabas enfadado conmigo y yo sin deberla ni temerla… - el pelinegro suspiró casi como si en verdad le hubieran quitado un peso de encima, dio media vuelta y cinco minutos después volvió con dos bolsas de sus nuevas adquisiciones.

Mientras que Junsu se había quedado enojado de verdad y refunfuñando por lo bajo a diestra y siniestra contra él. Cuando Yoochun volvió salió de la tienda sin dirigirle una palabra más ni la mirada, estaba resentido pero sabía que a fin de cuentas era su culpa por haberse fijado de aquel modo justamente en su amigo.

Yoochun le veía caminar apresurado con el cuerpo tenso. Lo conocía suficiente para saber que esa vez lo había hecho enojar en serio. Aunque también admitía que no le daba motivos reales para que se molestara, se suponía que Junsu también le conoce y sabe que él es así, que a veces habla por hablar pero no tiene intenciones reales de molestarle, que siempre son bromas y que sí, que es su mejor amigo y siempre estará ahí para apoyarle.

- ¡hey, Junsu! El estacionamiento está por…

- me iré aparte… - el pelirrojo cortó mirándole luego de todo el camino sin haber volteado siquiera de reojo… - lo siento, no es tu culpa, el problema es conmigo y ahora de verdad necesito pensar y calmarme… - terminó de decir y al instante comenzó a correr los metros que quedaban hacia la salida.

Park se quedó sin palabras y parado en su lugar viendo a su amigo alejarse. Suspiró y retomó su camino por la izquierda hacia el estacionamiento. Últimamente Junsu se portaba más de aquel modo con él y eso al principio lo descolocó, luego le encontró cierta diversión pero ahora le preocupaba porque cada vez más claro le quedaba que se trataban de celos.

Y él no tenía idea de cómo manejar los celos de Junsu.

No cuando todo aquello implicaría una cosa que él también siente. Porque los celos no vienen solo de la amistad aunque así quisieran disfrazarlo, porque tiene que ver con ese calorcito que se le ha instalado en el estómago casi desde que le conoció pero que últimamente le sabe más al aleteo de mariposas juguetonas que vuelan de un lado a otro y danzan un baile de amor.

- tal vez es momento de que hablemos con la verdad… - el pelinegro pensó en tanto subía a su auto y se colocaba el cinturón pero se quedaba con la mirada fija en ningún punto en particular como su estuviera procesando sus propias palabras.

……………………………

Junsu finalmente paró cuando llegó a la parada del autobús. Se sentía enfadado consigo mismo y tenía ganas de llorar por haber tenido la “imprudencia” de enamorarse de Yoochun; no solo por el obvio hecho de que sean del mismo sexo y que significa que es gay; sino porque Yoochun no siente igual que él, siempre ha ido tras las chicas aunque hasta ahora nunca ha tenido una novia pero sabe que ha besado a varias… y teme que con más de alguna ha pasado más.

- tengo que sacarlo de mis pensamientos… - dijo para sí y tragándose el llanto sonrió ampliamente como si así pudiera convencerse a sí mismo de que no le dolía el pecho y casi costaba respirar.

……………………………

En los siguientes días Junsu intentó por todos los medios pasar menos tiempo con Yoochun, pero contrario a sus planes, el pelinegro no le dejaba ni a sol ni a sombra y se la pasaba pegado a él como lapa. Y en los entrenamientos, lejos de lo que solía hacer, Yoochun se la pasó echándole porras y riñendo con todo aquél que se atrevía a tocar al pelirrojo o llegar a hacerlo caer cuando luchaban por la posesión del balón.

- ¡yah! ¡Tú, el de peinado rebelde! ¡Vuelves a barrerte así y te romperé la pierna!... – el pelinegro gritó a pulmón abierto cuando el susodicho en su afán de quitarle el balón al pelirrojo, se barrió y alcanzó a golpear el pie de Kim haciéndole caer… - ¡Susu! ¿Estás bien?... – Park volvió a gritar moviéndose por fuera de la cancha hasta llegar a la banda cerca de la esquina donde el pelirrojo, colorado de vergüenza por la repentina actitud de su amigo (lo que significa que le presta total atención a él y no a ése grupito de chicas que babean por él) se ponía de pie y sonreía con gesto tranquilo haciendo saber a sus compañeros que no se había lastimado… - ¿Junsu ah?... – el pelinegro le llamó esperando que su amigo reparara en su presencia, frunciendo el ceño inconforme cuando el pelirrojo volteó apenas de soslayo y asintió para volver a correr e integrarse en el juego que el entrenador había reiniciado indicándoles lo que había salido mal con la jugada practicada…

Yoochun retrocedió y se sentó en la primera fila de las gradas, aunque durante la próxima media hora constantemente volvía a pararse y gritar, para apoyar a Junsu o para amenazar a cualquiera que arruinara sus movimientos.

- joven Kim, será mejor que le diga a su amigo que se controle, o de ahora en adelante no le permitiré presenciar los entrenamientos… - el entrenador advirtió una vez dio por terminada la práctica…

- sí, entrenador… - el pelirrojo volvió a sonrojarse por el llamado de atención…

- ¡Susu!... – el pelinegro corrió hasta él abordándolo todo sonrisas en la cancha antes de que su amigo se fuera a las duchas… - estuviste muy bien, solo esos id…

- ¡basta, Yoochun!... – cortó de tajo y lo encaró… - ¿qué pasa contigo?...

- yo…

- ¡solo me haces pasar vergüenzas!... – espetó realmente avergonzado y frustrado. Porque de algún modo era lindo que actuara así pero al mismo tiempo dolía porque simplemente con esos gestos se clavaba más hondo en su corazón…

- lo siento… - la sonrisa se desvaneció… - pensé que te gustaría que viniera a apoyarte… - susurró y bajó la mirada arrepentido y avergonzado…

- estabas peleando con todos mis compañeros… - murmuró y de pronto el ambiente entre los dos se tornó incómodo y vergonzoso… - el entrenador ha dicho que si no te comportas no quiere que vengas más…

- yo solo… me emocioné… - suspiró y elevó la mirada encontrándose con el rostro de su amigo algo más relajado pero todavía sonrojado… - creo que fue la adrenalina y… me preocupaba que te dieras un mal golpe cuando caías…

- sé caer Yoochun ah, entrenamos para eso…

- de todas formas…

Silencio.
Miradas evasivas.
Nervios.
Un par de corazones agitados y pensamientos reprimidos.


- ¡Junsu! ¿Vendrás?.... – uno de sus compañeros de equipo gritó desde la entrada a los vestidores…

- ya… ¡Voy!... – dio media vuelta y… - nos vemos luego, ¿sí?

- esp… - vio al pelirrojo correr de prisa sin escucharle… - no salió como pensé… tal vez deba solo observar y quedarme callado…

……………………………

Pero el día del partido…
Yoochun no se calló.

Quizá motivado por la algarabía de todos los que asistieron a la cancha, el pelinegro gritó emocionado cada que Junsu hacía una buena jugada, y amenazó sin titubeo a todo aquel que se interponía en el camino del pelirrojo.

Pero en medio del calor del juego y el ambiente emocionado de todos los espectadores, esa mañana nadie pudo llamarle la atención. Al final del partido y con el triunfo para el equipo de su escuela, Yoochun terminó con la garganta irritada de tanto gritar pero contento por la victoria del equipo. Esperó pacientemente a que Junsu saliera de los vestidores para invitarle a donde quisiera y festejar.

El pelirrojo salió junto a sus compañeros, todos sonriendo y platicando del partido…

- ¡vayamos a comer!... – uno de ellos dijo y todos asintieron de inmediato habiendo decidido ya el próximo destino… - eh, Junsu creo que te esperan… - el chico señaló hacia la salida, Yoochun estaba del otro lado de la puerta recargado en la pared con las manos en los bolsillos, una sonrisa en los labios pero aire pensativo…

- ¿vas a venir?... – le preguntó otro de sus compañeros…

- sí, adelántense, los alcanzo en un minuto… - cuando cruzaron el umbral, el pelinegro se irguió y amplió la sonrisa sin apartar la mirada de su amigo…

- ¡Felicidades! ¡Ganaron el Torneo!... – el pelinegro le abrazó y palmeó su espalda con alegría.

- gracias… - el pelirrojo atinó a decir cuando en aquel abrazo su corazón volvió a ir a mil por hora…

- vamos a festejar ¡Yo invito!... – sonriente, el pelinegro tomó su muñeca y tiró de él, pero un par de pasos después el pelirrojo se detuvo y se zafó suavemente del agarre… - ¿qué pasa?

- discúlpame, quedé con los chicos… - señaló avergonzado…

- ¡oh!... – la sonrisa se desvaneció… - claro, yo, debí adivinarlo, es normal que festejes con ellos… - carraspeó y se sintió un tonto por haber pasado por alto ese gran detalle… - entonces… que se diviertan, nos vemos luego…

- ¡Yoochun!... – llamó cuando su amigo ya había avanzado unos metros por el pasillo… - ¿quieres…venir?... – invitó poniéndose de pronto nervioso y sonrojándose…

- ¿en serio? ¿Puedo ir contigo... con ustedes?... – intentó corregirse como si así pudiera evitar que se notara demasiado que le gustaba la idea… que desde aquél día después del Mall cuando notara que Junsu intentaba alejarse él solo tuvo miedo y hace todo cuanto puede por pasar tiempo con él.

Kim asintió y luego terminó yendo en el auto del pelinegro hasta el local donde el resto ya estaba reunido tomando soda y otras bebidas sin licor en tanto aguardan por la comida que ya habían pedido. Park esperó que alguien protestara o le miraran con mala cara después de lo que hizo en los entrenamientos; pero al parecer estaban demasiado contentos por la victoria como para distraerse con aquellos detalles.

El rato resultó agradable, bromeaban y recordaban jugadas del partido, reían y celebraban, comían y se tomaban el pelo. Eran a su modo muy buenos compañeros y amigos. Y Yoochun entonces se preguntó porqué Junsu pasaba más tiempo con él que con sus compañeros de equipo. Se abstrajo del alboroto y se puso a pensar en aquello, en la cantidad de veces que él solo molestó al pelirrojo, las veces que solo por verle sonrojarse decía o hacía cosas que en el fondo instalaban ciertos matiz triste en los ojos del menor de los dos, en las ocasiones que por hacer el tonto con alguna chica llegaba tarde a alguna reunión con él… las ocasiones en que renegó de ir a sus partidos porque siempre eran temprano y prefería dormir que apoyarlo. Se dio cuenta de que como amigo le ha fallado y que Junsu siempre ha sabido tolerarle…

- ¿Yoochun…? – sintió la mano de su amigo apoyarse en su rodilla y aquel tacto fue suficiente para traerle de vuelta a la realidad… - ¿pasa algo?... – cuestionó con suavidad y aunque el alboroto de sus amigos casi se escuchara más que nada en el entorno…

Y entonces sus miradas se prendaron, el barullo que seguían armando los demás desapareció para ellos. Yoochun se perdió en el mirar avellana de su amigo, luego delineó cada rasgo en su rostro y se concentró en sus labios. Junsu se estremeció bajo el oscuro e intenso mirar del pelinegro y luego tragó hondo cuando sintió aquella mirada penetrante centrada en sus labios, se relamió casi inconscientemente y luego su corazón volvió a latir apresurado cuando la mano que tenía apoyada en la rodilla del pelinegro fue cobijada por la de éste y entrelazó sus dedos.

- Junsu, yo… - sus mejillas se colorearon y luego su cuerpo tomó vida propia y su rostro comenzó a acercarse al del pelirrojo, quien estaba más colorado aún y sentía que el corazón se le saldría por la garganta de tanto y tan rápido que latía…

Estaban más cerca y sus respiraciones se mezclaban, aliento cálido que acompañaba justamente el calor de ese sentimiento que tienen el uno por el otro pero que en silencio han mantenido porque simplemente no tenían el valor para confesarlo. Tan cerca, que sus labios prácticamente se rozaban y las cosquillas en el estómago se multiplicaron. Ambos suspiraron y temblaron de emoción cuando finalmente sus bocas hicieron contacto, solo eso pero ya sentían que flotaban en una nube o pisaban sobre algodones de azúcar.

Yoochun quería más y por ello movió sus labios probando los de Junsu en lo que fue un beso sublime y muy dulce; el pelirrojo suspiró de nuevo y sus mejillas se tiñeron un poco más cuando su labio inferior fue atrapado entre los del pelinegro y suavemente succionado… se separaron apenas un poco con el corazón a mil por hora… la bulla, los gritos y las bromas por parte de los compañeros de equipo de Junsu se apagaron por completo. Tan sumidos en aquel precioso momento que literalmente se habían olvidado del lugar donde estaban. Risas y aplausos recibieron, en tanto ellos dos morían de vergüenza pero al mismo tiempo estaban rebosantes de felicidad aunque aún tuvieran algunas palabras que decirse.

Yoochun fue “advertido” por los amigos del pelirrojo acerca de todo lo que le pasaría si se atrevía a jugar con Junsu o hacerle llorar. El pelirrojo protestó inflando las mejillas y haciendo pucheros por ser tratado como un niño… o peor que eso, como una chica; y él definitivamente ¡No es una chica!

- aún así irás abajo… - el pelinegro susurró al oído del pelirrojo y éste enrojeció furiosamente quedándose sin palabras pero golpeando fuerte el brazo del pelinegro… - ¡auch! No tan fuerte…

Más risas y los comentarios atinados acerca de quién “mandaría” realmente en esa relación. Desde ese día, y sin necesidad realmente de preguntarse, Junsu y Yoochun fueron novios, una pareja de chicos que aunque iban con cuidado en su relación para no llamar la atención, fue muy bien recibida por quienes se enteraron. Incluso los padres de ambos lo aprobaron sin mayor recelo ante el hecho de que sus hijos salieran con alguien de su mismo sexo.

De aquél modo, y aunque Yoochun todavía tenía ese aire seductor y las chicas morían por él, y Junsu era el chico alegre y deportista, ambos fueron creciendo y madurando como pareja. Por supuesto que aún hay ocasiones en las que discuten y aparecen los celos, otros en los que Yoochun casi es expulsado de las canchas cuando se pone sobreprotector en los entrenamientos, y aquellos en los que Junsu refunfuña y casi patea a su novio por vestir demasiado sexy. Pero eran aquellos momentos los que enriquecían la relación y fortalecían el lazo…y los atisbados de dulzura y coronados por besos, los que alimentan el amor.

……………………………

Ha transcurrido casi un año, ambos han cumplido ya los 18 de edad e iniciado la Universidad. El noviazgo sigue viento en popa y la visión de una eternidad juntos bien instalada en el corazón. ¿Que si han hecho el amor? Por supuesto, no mucho tiempo atrás, no demasiado después de que comenzaran a salir.

Había sido una tarde de verano en casa de Yoochun un fin de semana en que solos se habían reunido a ver películas… aquel día hacía demasiado calor, y las sodas heladas como el ventilador de techo no eran suficientes para menguarlo… no cuando al ver en aquella película de acción una escena de cama ellos no habían podido evitar sonrojarse por imaginarse de aquel modo justamente con la persona que tienen a lado y a quien aman tanto que como el héroe de la película darían todo y harían lo que fuera por protegerle para seguirle amando como lo hace.

Se habían movido inquietos en el sofá y luego sin querer sus hombros se rozaron mandándoles miles de corrientes eléctricas por todo el cuerpo, se tensaron un segundo presas de vergüenza y al siguiente giraron el rostro buscándose inconscientemente, las mejillas teñidas de rubor les daban ese toque inocente que en aquel aspecto de la vida ambos tenían en realidad. Aunque han compartido muchos besos e incluso algunas caricias confiadas que se pierden por la espalda del otro cuando se roban el aliento de aquel modo tan apasionado, no han llegado a hacer el amor y desnudarse el cuerpo hasta tocarse el alma.

Sumergidos de pronto en la mirada del otro, sus rostros fueron acortando la distancia hasta que sus bocas se unieron en aquel beso dulce que lento comenzó a danzar acoplado a la sensación perfecta de sus labios en uno. El aliento iba ay venía, escapaba de sus labios y se perdía en la fusión de los mismos, suspiraban y se besaban una y otra vez, no daban tregua a la separación porque no la querían, era demasiado bello besarse y compartir la cálida sensación de cada nuevo beso tanto más confiado y lleno de cariño que el anterior.

Por supuesto, la película quedó en el olvido. No solo sus bocas se negaron en rotundo a separarse en aquellos instantes, sus cuerpos también demandaban más contacto, cercanía, calor. Sus manos se abrazaron con recelo al cuerpo del otro y pronto resbalaron con caricias insinuantes, los besos subieron de intensidad y la humedad compartida tanto más exquisita cada vez.

Yoochun fue el primero en abandonar la boca de Junsu, atraído por su cuello descendió hasta él besando en su camino mejillas y mordisqueando el mentón; sonriendo internamente al escuchar esos jadeos cada segundo más intermitentes y altos de labios de su novio, la manera en que su pecho subía y bajaba alterado por sus acciones, por la forma en que su lengua se atrevió a lamer piel por aquí y por allá en su cuello y aún más allá en la unión hacia sus hombros o hacia la clavícula. Dejó en completa libertad las intenciones de sus manos curiosas y pronto la camiseta del pelirrojo terminó arrinconada en el sofá hecha un ovillo de tela arrugada; demarcó con parsimonia todo el torso de ese Junsu que le mira avergonzado y se cubre la boca tratando de acallar sus jadeos, entrecerrando los ojos aún más avergonzado y enrojeciendo furiosamente cuando su novio atacó sus pezones con besos, lamidas y succiones casi indecentes pero que ¡Dios! Iban cargadas de tal ternura apasionada que él solo podía sentirse afortunado y feliz, emocionado y ansioso, deseando que le descubra así de lento y cariñoso de pies a cabeza.

Se entregan por completo y solo esperan que la inexperiencia mande sobre ellos y cada acción tomada en su encuentro mutuo en la intimidad. A ojos cerrados Junsu disfruta de cada nueva caricia, se estremece y mueve inquieto bajo el cuerpo de Yoochun cada que le acaricia de alguna nueva forma que le hace sentir más y más calor y la necesidad irreverente de acariciar también.

- Yoochun… Yoochun ah… - jadea entre suspiros el nombre de su novio y busca su mirada, atrae su rostro y le besa profundamente en tanto sus manos luchan por apartar la camisa del pelinegro, batalla con los botones y se sonroja de sobremanera cuando su novio se aparta sonriéndole con cariño y sujeta sus manos indicándole que se tranquilice, ayudándole entonces en la tarea de deshacerse de su camisa… - lo siento, soy un torpe… - susurra tímido y baja la mirada casi sin atreverse a tocarle entonces cuando finalmente la prenda ha sido retirada…

- no digas tonterías, esto es tan nuevo para mí como lo es para ti, Junsu ah… - le toma el mentón y le besa despacio y corto, sonríe con cariño y le insta a tocarle, a marcar con su cálido tacto cada centímetro de su piel al desnudo…

No hay forma de parar los estremecimientos, encuentra demasiado encantador el toque de su novio, la forma tan delicada y tímida con que deja sus dedos resbalar por cada palmo de su torso, la mirada hipnotizada que aparece en sus ojos cuando sigue la línea de caricias que sus propias manos van dejando; se muerde el labio inferior y jadea inquieto al notar la paciencia con que Junsu le recorre, con que se embebe con cada músculo de sus brazos o los suspiros enamorados que deja salir cuando admira los pectorales que según él, no tienen punto de comparación con el suyo, porque es Junsu el deportista y él más bien un flojo que solo hace ejercicio cuando se le exige pero que no disfruta tanto como su novio de la ejercitación física.

- Junsu… - jadea su nombre y tiembla sorprendido cuando el pelirrojo succiona un trozo de piel bajo uno de sus pezones antes de lamer el montecito en repetidas ocasiones arrancándole más jadeos y aumentando estrepitosamente rápido el calor de su cuerpo.

Así, así de lento y encantados es como van descubriéndose; tocándose con lentitud, descubriendo cada centímetro del cuerpo del otro mientras se desnudan del todo y las mejillas se les agolpan de carmesí cuando notan finalmente que se muestran expuestos hasta el alma ante los ojos del otro; se ponen de pie y encuentran necesario estar en un lugar más romántico, se pierden en la habitación del pelinegro y cerrando la puerta se dedican a continuar con aquello que han comenzado. Se besan y se abrazan casi como si así pudieran combatir el rastro de pudor de pronto presente, pero aquella acción solo les acerca otro poco y la forma en que entonces sus cuerpos desnudos se rozan les incentiva otro gramo la excitación, el roce directo de pieles ardientes que se estremecen de nuevo les instala un calor diferente en la boca del estómago y la repentina necesidad de tocarse mucho más íntimamente.

Sus manos resbalan por la espalda del otro con ansia, las del pelinegro descienden por la espina dorsal y presionan más abajo hasta topar con aquellos glúteos firmes y los aprieta suavemente quedándose con el gemido del pelirrojo cuando le besa profundamente y tironea de su lengua en una acción excitante que resulta nueva y casi lujuriosa pero que no deja nunca de lado el cariño porque hacen aquello por amor y no solo por deseo.

Sus cuerpos así de pegados aprisionan sus erecciones y el roce provocado por la exploración de sus manos o la intensidad de sus besos les friccionan en un roce constante y demasiado excitante que les despierta y se irguen ansiosas de otra clase de caricia. Siguen el instinto y el deseo, las ganas de conocerse hasta el mínimo recoveco y en la máxima sensación de placer, se miran a los ojos y titubeantes dejan una mano resbalar entre sus cuerpos para apresar aquel trozo de carne caliente del otro que les arranca otro gemido y obliga a sus labios a buscarse de nuevo porque es demasiado el calor y las ganas de gritar como para contenerle de otro modo. Es más íntimo y puede con la vergüenza del acto de amor que llevan a cabo. Mueven sus manos de arriba abajo en un bombeo casi inexperto pero que poco a poco toma confianza y seguridad, descubren el modo exacto en que acariciar para obtener del otro aquellos jadeos y gemidos maldisimulados que mueren entre besos, topan sus frentes y antes de llegar al clímax se detienen sin acuerdo previo. Apartan sus manos y vuelven a besarse en tanto caminan otro poco y caen sobre la cama aún repartiendo caricias por el resto de sus cuerpos y sin despegar por demasiado tiempo sus bocas porque sus besos son imprescindibles y saben que es como una adicción de la que no pueden simplemente alejarse ya.

Están ahí los nervios repentinos y la ansiedad, titubean al mirarse y ambos saben que quieren seguir pero que aquello puede ser incómodo y doloroso para Junsu. Yoochun le besa y no sabe si detenerse ahí o continuar, quiere hacerle el amor y morir en su interior pero no lastimarlo…

- sucederá ahora o cualquier día en adelante, Yoochun ah… - el pelirrojo susurra con esa voz suya tan suave y dulce que el corazón del pelinegro se sacude emocionado y sabe que otro poco se ha enamorado si es aquello posible todavía… - yo quiero esto, que me hagas tuyo, que dejes tu marca dentro de mí y sentirme tan pleno que la eternidad no sea suficiente para agradecer que te hayas enamorado de mí…

- Junsu ah… - se conmueve y le besa con suma dulzura, acaricia sus mejillas con devoción y sabe que quiere decirle de mil formas que le ama pero toda palabra queda suspendida en su cabeza porque simplemente es demasiado hermoso como para encontrar el habla.

Se saben listos para amarse en la expresión más sublime e íntima de todas. Unir sus cuerpos en uno y entregarse con el alma a la sensación de plenitud. Yoochun se muerde el labio inferior nervioso al saberse instalado entre las piernas de Junsu y sentir con el tacto de las yemas de sus dedos lo apretado de su pasaje, teme lastimarle pero no da marcha atrás, sabe que su novio confía en él y no piensa defraudarlo. Sujeta las piernas del pelirrojo por debajo de sus muslos y las eleva colocándolas sobre sus hombros, lleva sus dedos a su boca pero entonces el pelirrojo sujeta su muñeca y la lleva a su propia boca, labios suaves se cierran sobre tres de sus dígitos y luego la cálida lengua y su tibia saliva van mojándolos hasta que más tarde los siente lo suficientemente húmedos como para retirarlos y dirigirse a su intimidad.

Presiona la yema de uno de sus dedos y despacio se adentra en aquel estrecho espacio, Junsu gime incómodo y entrecierra los ojos pero se deja hacer. Así, con tanto cuidado como le es posible, Yoochun le prepara dilatando con cariño su intimidad; minutos más tarde y aunque también se sentía bien la forma en que sus dedos eran aprisionados por su estrechez, el pelinegro los aparta y reemplaza por su necesitada erección. Hunde con cuidado la punta y empuja sus caderas adentrándose poco a poco, besando los labios del pelirrojo con tanta dulzura como puede pues nota la tensión en su rostro producto de la incomodidad de su intromisión; pero él se siente mareado en placer porque es deliciosa aquella presión.

Llega al tope y se detiene aguantando apenas las ganas de moverse, Junsu respira alterado y aún nota las facciones incómodas en su hermoso rostro, le acaricia con cariño y besa con ternura una y otra vez por minutos, hasta que es el pelirrojo quien le pide que se mueva, que le ame. Yoochun sonríe con cariño y comienza a embestir, lento y suave al principio, pendiente de los gestos que cruzan las facciones de su novio, aumentando lentamente la profundidad y la velocidad de sus estocadas conforme el pelirrojo se relaja y gime con placer. Acompaña sus gemidos y pronto sincronizan el vaivén de caderas, las piernas de Junsu bajan de los hombros de Yoochun y se cierran a la altura de su cintura sintiendo que de ése modo llega más profundo y se siente más cerca de su cuerpo, del palpitar emocionado de su corazón, del calor que emana.

- ahh, mmhhh… - gimen y aumentan el golpeteo de caderas hasta alcanzar el frenesí propio de la pasión y el amor.

Susurran sus nombres y otras incoherencias, se sumergen en el mar de placer y nadan contra corriente sin detenerse; la erección del pelirrojo se fricciona entre sus torsos pero aquello no es suficiente, Junsu cuela una de sus manos entre sus cuerpos para estimularse, pero pronto es Yoochun quien también le mima acariciándole al ritmo de sus embestidas. Es perfecto y tan hermoso que es casi un sueño, pero tan real y palpable que pueden sentirlo en cada roce, cada beso, cada caricia, cada estocada apasionada. El calor les cobija de pies a cabeza, los sentidos se han llenado de las sensaciones que experimentan con aquel ser uno y el sudor perlado en sus pieles desnudas es solo una muestra más de la entrega erótica y plena en que se han envuelto. No hay palabras suficientes en ningún idioma para describir la belleza de tal acto de amor, pero vivirlo es perfecto y sublime. Así es como en algunos instantes más tarde alcanzan el nivel máximo de excitación y el orgasmo se hace presente, Yoochun siente el calor de la esencia de Junsu entre sus torsos y al segundo la tensión en su cuerpo le anuncia su propia final cuando se derrama en el estrecho pasaje de su novio. Se deja caer agotado contra su cuerpo y la respiración de ambos sigue tan irregular que es imposible hacer más nada que solo aguardar a que los espasmos del orgasmo terminen de correr por sus cuerpos.

Cuando finalmente recuperan algo de control sobre ellos mismos, el pelinegro se desliza a un lado saliendo despacio de su interior pero quedando de medio lado para verle, aparta con cariño los mechones pegados a su rostro sudado y luego se estira un poco para besarle dulcemente los labios. Junsu sonríe y se sonroja tirando de él más cerca para besarle un poco más…

- ¿te duele mucho?...- cuestiona el pelinegro acariciando despacio su trasero y tanteando tímidamente entre sus glúteos su intimidad…

- estoy bien, no te preocupes Chunnie… - susurra con una sonrisa y luego se acomoda en su pecho dejándose mimar por ese pelinegro que murmura palabras cariñosas en su oído.

Aquella fue su primera vez, hermosa y perfecta; aunque efectivamente Junsu no hubiera podido hacer sus entrenamientos como solía por los próximos días por causa de la incomodidad en su trasero; Yoochun le mimaba cada día murmurando disculpas pero su novio cada vez le decía que no necesitaba disculparse, que no se arrepentía y que estaba tan contento de haber sido suyo, que sabía que todo era cuestión de práctica como en los entrenamientos. Claro que, ante tales palabras ambos terminaban completamente sonrojados y sus labios fundidos en besos dulces y sonrisas cómplices.

Lo tenían todo para ser felices cada día de sus vidas, el amor y la sinceridad de sus corazones enamorados que no escatimaban en entregarse porque sabían ya que recibirían a cambio los mismos sentimientos. Y eso, solo un corazón listo para amar sin límites puede hacerlo.




**FIN**



YunJae. Lemon en Canadá.
• 2Min Shinee. Dulce, tierno. TaeMin le dedica una canción al amor de su vida. Minho aparece de pronto.
• YooSu. Meloso y maduro. Celebración por el premio de Yoochun.
• YooSu. Acción, romance. Yoochun considera a Junsu el asesino de su prometida, le investiga y al acercarse con aquella intención, conoce facetas de Junsu que le van confundiendo mientras el amor nace entre ellos.
• GTOP. Sin idea. Algo sensual.
• YunJae. Sin idea.
• KenMin. Sin idea.
• HiroxMin. Sin idea.
YooSu. Lemonoso y meloso.
KhunWoo. Sin idea.
• YooSu. Chocolate idea principal, lemonoso y amoroso. Con un Yoochun sexy y seductor, apasionado, pero tierno con Junsu. (En proceso)
• YooSu casado. Yoochun y Junsu son demasiado celosos el uno con el otro. Ligero drama.
• YooSu & KhunWoo. Junsu y Wooyoung se sienten tristes por ser catalogados como tontos o sumisos al ser los uke de sus respectivas relaciones. Yoochun y Nichkhun pueden tratarles demasiado así sin darse cuenta. Su y Woo se hacen tan amigos que la relación es malinterpretada por sus parejas. Celos.
• HayaxMin. Pornoso y romántico. Cita al cine. La película es a lo que menos prestan atención.
ChangMinxHamao. Algo tierno. Sin idea.
• KoMin. Sin idea. (En proceso)
• KenMin. Sin idea.

9 comentarios:

  1. Que puedod ecor perfecto dios que romantico y hermoso ame a esae yoochun protector y al junsu celoso como siempre el lemon genial me deja alucinando jajajaja se me nota que soy fan eh gracias por tan lindo shot

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  2. Owww Lo améeee! Juro que casi muero cuando se besaron en el restaurantee! Pense que algo malo iba a pasar T.T Pero estuvo preciosoooo, me encanto el lemooon, siempre me han gustado cuando son por primera vez n.n Gracias Felii!!

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  3. cLKc,znczxbc me encanto *O*

    ame al Yoochun todo celoso keke pobres de lso compañeros de junsu y pobre junsu pasando verguenzas xD pero es por ke te kere delfin aw*

    y loo y loo en el restaurant me imagine a los amigos callandese uno por uno con caras de o_O y hasta auno se le caia el queso de la pizza estilo caricatura XDDDDD keke

    yo taba de traumma que le iran a decir los demas omo2 pero loo plop que salen con ke cuide a junsu como si jueran munchos hermanitos mayores XDDD

    y el lemon jaj como siempre hermosos y pornoso jaj

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  4. OH my god sun increible wa que lindo hermoso como siempre wa feli eres lo maximo ame ese lemon waaaaa el yoosu los amo!!!!!!!!!!!

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  5. al principio es dificil pero luego descubren q se aman!! amo esa temáticaaa *¬*
    y no negare que acabe con el teclado todo babeado xDDD
    a mi tambien me dejo con cara de WTF eso de los amigos jaaa que bien que se lo tomen asii n___n
    ...más fans del yaoi xDDD
    que puedo decir... me he vuelto yoosuAdicta
    y recientemente... felináticaa >.<
    gracias por darnos yoosu cada día
    la verdad que yo ya no vivo sin una dosis diariaa :DD el yoosu es puro amor!! *3*

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  6. gracias por hacer los pedidos....muchas gracias....por favor sigue la continuacion de VAMPIRE NIGHT RED!!!!! please

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  7. liiiiiiiiiiindo este yoosu... me diverti con el raton celoso y sobreprotector!!! aunq amo al yunjae, por tus fics el yoosu tambien se roba mi corazon xD. Gracias ^^

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  8. no puede ser uqe no te haya comentado este shot *---* realmente hermoso ♥ dsadsad! AMO EL YOOSU >///< tan lindo y pornoso e///e

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  9. kyyyyyyyyyyyyyyyaaaaaaaaaaa!!! Que tierno es el YooSu AMO al YOOSU xDDDDDDDDDDDD son tan bellos kyyyyyyyyyyyaaaaaaaaaaaa!!! YooSu kyyyyyyyyyaaaaaaa!!!!

    Felicitaciones!!! ^-^

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”No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”
J.R.R. Tolkien