Capítulo 1 VAMPIRE

Actu ;D

CAPÍTULO I. VAMPIRES

*****//-//*****

Seúl, Corea del Sur
1953

Con la agitación nacional culminada y la retirada de japoneses como estadounidenses de territorio coreano, el país se dividió en las actuales norcorea y surcorea. Había todavía cierta actitud renuente por parte de los ciudadanos, había miedo y temor; también había lucha. Era una agitación interna por la restauración de una nueva identidad.

La noche era fría, el invierno crudo había caído inclemente ese año; la blanca nieve cubriendo cada calle, los techos y árboles de toda la ciudad. El viento calaba los huesos y quienes no tenían oportunidad de mayor cobijo se veían sometidos por el clima, aquellas víctimas llegaban a conocer la muerte… y otro mundo bajo el dominio de algo completamente desconocido.

Las noches tan frías como aquella eran entonces incluso un peligro mayor. A menos que buscaras la muerte, todos sabían que en aquellas penumbras lo mejor era ocultarse, o permanecer bajo radiantes luces que pudieran equiparar la luz del sol (aunque muchos rumores aseguraban que aquello al final no ayudaba en realidad). No había demasiado de aquello en las zonas provincianas de cualquier manera.

Aquel muchacho lo sabe, sin embargo ir tarde de regreso a casa no había sido su culpa, el trabajo se había alargado y él como muchos otros obreros no tenían oportunidad de protestar, de algún modo tenía que salir el dinero para el alimento diario.

- aunque sea solo yo, no me gusta pasar hambre… - el muchacho murmuró para sí. Después de todo estaba solo, no tenía familia y no recordaba demasiado, hace algún tiempo despertó en un lugar extraño, y cuando la buena familia que le cuidó preguntó sobre su vida, él solo pudo recordar su nombre.

Un sonido raro se escuchó y él apresuró los pasos por aquel sendero de tierra y nieve escarchada que estaba a oscuras a esa hora de la noche, un escalofrío le recorrió la espalda y sintió el miedo, ¿A qué? No lo sabe, solo tiene la sensación.

Ahogó un grito de sorpresa y frenó abruptamente cuando un par de hombres en elegantes ropas aparecieron de pronto frente a él en su campo de visión, ni siquiera sabría decir en qué momento llegaron, porqué no escuchó sus pasos o de dónde vienen. Apretó la correa del morral donde lleva sus pocas pertenencias y retrocedió inconscientemente un par de pasos, tampoco sabía con certeza qué querrían de él, pero ya antes ha sido molestado por otros individuos, incluso acosado. Aquellos hombres no le apartaban la vista y sonreían de un modo perverso.

- es perfecto… - el muchacho escuchó claramente decir a uno de ellos. Tragó hondo y sus ojos oscuros revelaron todo su miedo.

- no deberías temernos, estás a punto de recibir un regalo… - el otro hombre dijo con tono burlesco y el muchacho por instinto dio media vuelta con la única idea de huir.

Corrió en sentido contrario tan rápido como pudo, pero podía escuchar las risas de esos hombres tan cerca que parecía que reían justo en sus oídos. Estaba aterrado, podía sentir la forma en que su corazón palpitaba acelerado contra su pecho, respiraba tan agitado que le dolían los costados, además el aire helado le iba en contra, casi sentía que se le congelaban los pulmones y el cuerpo entumecido pronto perdía energía. Ya no podía correr a prisa por demasiado tiempo.

- ¿vas a cansarte ya?... – la pregunta resonó claramente en su oído e instintivamente giró el rostro a la izquierda, el muchacho jura que vio el rostro de uno de los hombres frente a su cara y por la impresión del miedo y la sorpresa trastabilló con una piedra saliente en el suelo cayendo inevitablemente al suelo.

- creí que eras más fuerte… - el muchacho escuchó la voz del otro hombre. Se giró aún tirado en el suelo y apoyándose en sus manos terminó sentado pero intentando levantarse de nuevo, era tal el temor que no podía…

- de cualquier forma, puedo olerla… - el primer hombre olfateó el viento y sonrió relamiéndose los labios… - huele a buen linaje…

- vamos a probar entonces… - el segundo hombre asintió y se acercaron más.

El muchacho lo vio entonces. Peculiares iris celestes, piel pálida, colmillos largos. Criaturas perversas que mostraron su verdadera identidad a la luz de la luna plateada. Él podría haber muerto de la sola impresión, pero…

- Él es mío… - se escuchó repentinamente una tercera voz.

El muchacho giró la cabeza hacia atrás siguiendo el sonido de aquella voz varonil. Otro hombre emergió de entre las sombras. Alto, delgado, largos cabellos ébano a la altura de los hombros sujetos apenas en torno a las sienes, ojos negros como el ónix; la imagen perfecta del atractivo masculino.

- lo vimos primero… - gruñó uno de los hombres, el muchacho pudo levantarse entonces aún con su humilde morral aferrado a sus manos.

- ¿quieren pelear conmigo por su posesión?... – el tercer hombre, que el muchacho jura sin embargo que no luce demasiado mayor que él, se detuvo finalmente a tan solo un par de pasos. Lucía serio y retador, tranquilo para alguien que parece estar listo para un enfrentamiento.

- hablas como alguien que se tiene demasiada confianza… - el muchacho volvió la mirada hacia los otros dos hombres. Entonces se percató de algo… el miedo se había ido… como si de pronto sintiera que el chico que acababa de llegar se pudiera convertir en su salvador.

- resulta… - el chico de cabellos ébano curvó una sonrisa apenas perceptible… - que tengo motivo para estar confiado… - ladeó el rostro un poco y una ráfaga de viento meció sus largos mechones desordenándolos… - soy superior a ustedes…

Luego todo pasó tan rápido a ojos del muchacho que lo único que vio con claridad fue el momento en que el segundo hombre cayó inerte al suelo manchando con su sangre la blanca escarcha.

- ¿cómo te llamas?... – el chico de cabellos ébano se dirigió a él y el muchacho le miró asombrado. Parecía tan sereno que el muchacho no tenía idea de lo que estaba sucediendo… si quizá estaría soñando… - te hice una pregunta…

- eh… ah, yo… Joong Ki… - el muchacho tartamudeó sintiéndose de pronto mareado, el chico de cabellos ébano estaba a un par de pasos y su mirada fija le hacía sentir demasiado inquieto.

- completo…

- ¿eh?

- tu nombre completo…

- oh, yo… no lo sé, no recuerdo… - el muchacho bajó la mirada…

- no importa… - el chico de cabellos ébano tomó un paso más cerca… - en unos minutos de cualquier forma será irrelevante…

- quién eres tú… - Joong Ki cuestionó entonces mirándole detenidamente. El chico de cabellos ébano quedó a escasos centímetros, ambos se miraban pero solo Joong Ki sintió que caía en un abismo, con una sensación parecida al trance acompañándole.

- te lo diré después… - el chico de cabellos ébano sujetó sus cabellos a la altura de la nuca y tiró firme hacia atrás y a un lado exponiendo así el delgado cuello del muchacho…

- qué haces… - Joong Ki preguntó notando cómo nuevamente su corazón bombeaba rápido… pero ésta vez no había miedo, solo incertidumbre…

- esto dolerá solo un poco, pero te prometo que después todo habrá cambiado para ti, Joong Ki… - cuando el chico de cabellos ébano terminó de hablar, el muchacho vio los iris tomar otro color, no era el mismo tono celeste de los hombres anteriores, éste era como el zafiro, encantador. Y también estuvieron ahí los largos colmillos como la piel pálida a la luz de los rayos plateados de la luna.

Colmillos que se clavan como aguijones en su cuello. Succión dolorosa que roba su sangre, piel que arde, cuerpo tembloroso. La sensación de perder fuerza, energía, vida. Sentidos que colapsan. Oscuridad. Una sola voz ronca que habla en su oído…

- mi nombre es ChangMin… - el chico de cabellos ébano reveló cuando terminó de alimentarse de la sangre del muchacho que sostenido entre sus brazos parecía muerto…

Pero Joong Ki abriría nuevamente los ojos…
Para iniciar una vida completamente diferente entre penumbras…
Aquello que inevitablemente, ChangMin también comenzaría.

*****//-//*****

Seúl, Corea del Sur
Distrito Jongno-Gu
2011

Considerado el centro de la ciudad por su importancia histórica como capital de la Dinastía Josean, es el corazón de la política, economía, cultura e historia de toda Corea.

Y también el hogar del Primer Ministro de la nación, segundo al mando en la diligencia de la república, mano derecha del Presidente Nacional.

Kim Hwang fue nombrado a inicios del años después de que fue aprobado por el Parlamento (se dice que su relación con el Presidente de la República es demasiado estrecha y que intereses de origen dudoso les unen). Tiene un hijo, Jaejoong, aunque el joven de 26 años no muestra mayor interés por las responsabilidades de su padre, mantiene su vida personal al margen… bien, no tan discretamente, su vida nocturna corre en rumores de todo tipo y está comúnmente en boga de todos. Escándalos que el Primer Ministro se ocupa de cubrir llamando una y otra vez la atención a su hijo.

- por qué crees que no vivo contigo, Padre… - el joven de cabellos negros señaló con tono divertido, sentado cómodamente en aquél sofá de piel dentro de la oficina del Primer Ministro…

- si no tienes cuidado con lo que haces, un día va a ser inevitable que siga cubriendo tu verdadera identidad, Jaejoong… - el hombre dijo con tono autoritario…

- ¿es una amenaza, Padre? Te recuerdo que si revelas toda la verdad sobre mí, no seré el único en tener problemas… - el pelioscuro sonrió con sorna y antes de seguir escuchando al Primer Ministro, salió de su oficina.

Era tarde ya, la noche había caído hace cerca de una hora y el joven pelioscuro pensaba que había sido una total pérdida de tiempo encerrado en la oficina de su padre esperando a que terminara una Reunión con más de aquellos hombres que ostentan poder político y económico pero que no son ni la mitad de poderosos que él y toda su casta. Y sin embargo siguen ocultos, perdidos en el anonimato de una existencia banal que no termina por llenar todas sus expectativas. Jaejoong quiere gobernar más que su propia vida, la de aquellos que inferiores a él deberían entender su superioridad y rendirse a sus pies.

- bueno, eso ya lo hacen… - el pelioscuro sonrió y peinó sus lacios mechones con gesto coqueto, las personas que le veían se le quedaban viendo seducidos por su hipnotizante atractivo.

Las mujeres le consideran el hombre perfecto. Los hombres le consideran el ser más hermoso. Todos caen seducidos por su presencia. Cualquiera daría lo que fuera por una sola noche a su lado. Jaejoong no tiene sexo con cualquiera.

- tardaste… - una conocida voz le dijo…

- Yunho… - el pelioscuro sonrió divertido… le resultaba fascinante la presencia del joven de tez morena y ojos marrón… - no sabía que estabas esperando por mí… - señaló con clara coquetería…

- ambos sabemos que no es necesario que lo diga, sabes que espero por ti hace tiempo… - el moreno sonrió también, encontrando tentador esos labios carmín que del mismo color de la sangre no se han dignado en ser suyos…

- y ambos sabemos, que no obtendrás de mí lo que quieres… - el pelioscuro caminó sin prisas en el estacionamiento, su auto estaba a un par de metros… - pero puedes seguir esforzándote por tener lo que deseas… - le guiñó el ojo y desactivó la alarma de su auto último modelo, entró y le mandó un beso al moreno sonriendo más divertido al notar la mirada lujuriosa de Yunho…

Ambos se desean, pero ninguno ha cedido aún a las insinuaciones del otro. Como un juego de retos mutuos en el que ninguno quiere perder, y ambos quieren ganar.

- no tardarás mucho, Jaejoong… caerás… - el moreno sonrió autosuficiente y caminó unos pasos más hasta el lugar donde dejó su preciada motocicleta. Se colocó el casco y encendió el motor… - ésta noche te tendré en mi cama gimiendo mi nombre… - soltó con seguridad y arrancó a toda velocidad…

*****
Distrito Yongsan-Gu

Era uno de los tantos clubes nocturnos de la ciudad, atestado por esos tantos humanos que buscan la liberación de sus deseos y el estrés. Baile, música estridente, licor, mentes nubladas por una razón u otra que no se detienen a pensar en las consecuencias, que solo buscan el disfrute.

El apuesto muchacho de cabellos oscuros caminó entre el montón de personas que entre risas y movimientos extraños se encuentran en cada espacio del club. No conoce a prácticamente nadie, algunas caras le resultan conocidas porque es gente que frecuenta el club, pero de cualquier manera nunca intercambia palabras con ellos. Siguió su camino hasta la barra, pidió unas copas y cuando dio la vuelta para volver a su lugar, un hombre le sujetó del brazo haciendo que casi tire sus bebidas…

- oye, chico lindo, ¿vamos a bailar?... – el hombre, naturalmente entrado ya en copas, invitó…

- no bailo, gracias… - el muchacho intentó zafarse pero el hombre insistió jalándole a la fuerza entre las personas y hacia la pista… - le he dicho que no bailo, así que déjeme por favor… - intentó nuevamente zafarse pero entonces el hombre le jaló más cerca pegándose a su cuerpo… - ¡suéltame!... – finalmente le empujó y caminó en cualquier sentido solo queriendo escapar de aquel sujeto que como muchos intentarían sobrepasarse con él…

- solo unos minutos, chico lindo… - el sujeto le alcanzó de pronto, pero antes de que pudiera agarrarlo de nuevo, otra mano firme le sujetó la muñeca presionando tan fuerte que el sujeto sintió que le cortaba la circulación…

- te ha dicho que no, además viene conmigo y me molesta demasiado que se le acerquen… - se acercó y miró directo a los ojos del sujeto dejándole ver el color zafiro que cruza sus ojos oscuros… - o que lo miren, así que lárgate… - gruñó y lo soltó empujándolo sin remordimiento alguno… el hombre se marchó con prisa sin ganas de enfrentarse a ese muchacho alto que aunque delgado, en aquellos momentos lucía lo suficientemente fuerte y peligroso…

- ChangMin-shii…

- te dije que no vinieras, Joong Ki… - el chico de cabellos ébano volvió a mirarle…

- sabes que no me gusta quedarme solo en casa, me gusta estar donde estás tú… - el muchacho de cabellos oscuros dijo con voz baja, pero seguro de que el otro le escucharía a pesar del ruido estridente del club…

- pero resulta que cuando me acompañas, lejos de divertirme solo me la paso cuidándote… - el chico de cabellos ébano tomó su brazo y lo arrastro hasta el lugar reservado para él en el club, ahí podía también hablar con más calma… - también te dije que no vistieras así, llamas la atención…

Joong Ki se miró a sí mismo. Lleva un jean oscuro con un abrigo holgado de cuello suelto y mangas de pana. Su cabello corto perfectamente lacio con mechones cayendo en su frente en sentido desordenado, los ojos delineados con una discreta línea oscura, resaltando el color blanco de su nívea piel y lo rosado de sus labios suaves. ChangMin lo encontraba demasiado bello, encantador, tentador.

- es la ropa que tú me compras, ChangMin-shii… - el muchacho de cabellos oscuros le miró confundido… siempre que salían, su mentor le reñía así…

- ¿estás contrariándome?... – el chico de cabellos ébano cuestionó mirándole fija y seriamente…

- no, ChangMin-shii… - bajó la mirada y dio instintivamente un paso atrás… - no usaré más esta ropa si así lo quiere, le cuestionaré cuando salgamos si encuentra adecuada mi vestimenta…

- sería mejor si simplemente te quedaras en casa cuando te lo indico, o te comportas como lo que eres… - el chico de cabellos ébano se acercó velozmente sujetándole por la cintura, levantándole el mentón para que le viera a los ojos… - eres un vampiro Joong Ki, te alimentas de sangre, eres superior a cualquiera en fuerza, velocidad e intelecto, ¿por qué siempre tengo que protegerte?

- soy un vampiro porque tú así lo quisiste hace casi 50 años, ChangMin-shii; pero sabes que no me gusta ser como tú… - murmuró con cuidado…

- ¿y cómo soy yo, Joong Ki?... – preguntó suavemente, delineando con uno de sus dedos el contorno del rostro de su protegido…

- frío, calculador, arrogante… - el muchacho respondió sin apartarle la mirada, recordando la cantidad de ocasiones en todos esos años en que le ha visto tratar a sus subordinados como objetos, como esclavos… - sin corazón… - las ocasiones en que tuvo que esconderse en su habitación tapándose con fuerza los oídos para no escucharle tener sexo con otros hombres…

- somos vampiros, no tenemos corazón Joong Ki…

- ¿entonces por qué no me tratas como a los demás? ¿Por qué me cuidas, por qué me proteges tan celosamente? ¿Qué es lo que quieres de mí, ChangMin-shii?

*****
Distrito Gangnam-Gu

Una habitación conocida para ambos ocupantes, aroma a mentol y vainilla, a cigarrillo y licor. Cortinas tintas cubriendo los amplios ventanales, una cama con doseles cubierta por tul blanco, velas rojas en los principales puntos de la habitación.

- quién era el imbécil con el que estabas… - uno de los chicos cuestionó con tono severo, mientras el otro soltaba una risita y le miraba desde la cama con gesto inocente… - lo preguntaré solo una vez más, Junsu… quién era el imbécil con el que estabas… - siseó entre dientes acercándose a la cama donde el chico de cabellos rojizos y un tatuaje en el brazo derecho descansa, quedándose al pie del lecho…

- ¿estás celoso, Yoochunnie?... – el pelirrojo preguntó pestañeando lindamente, formando unos pucheros y ocultándose infantilmente bajo las sábanas blancas…

- ¡y una mierda!... – el chico de cabellos negros como la noche con destellos azabache gruñó pasando sus manos por debajo de las sábanas y sujetando los tobillos del chico tirando fuertemente jalándolo hacia él, el pelirrojo rió divertido dejándose arrastrar, sentándose y quedando cerca del rostro del pelinegro, quien inclinado sobre el colchón dijo… - solo quiero saber si tenías idea de quién era ese imbécil o si podía buscar algo en particular de ti, no se te olvide quién eres…

- pues era… - el pelirrojo llevó sus manos a los hombros del pelinegro palpando la tela de la camiseta azul, suave seda que le recordaba al tacto de la piel bajo ella… - solo un imbécil Yoochunnie… - se empinó al frente buscando los sensuales labios del pelinegro… - que no es ni la mitad de bueno que tú en la cama… - jadeó con tono sexy…

Riendo divertido por el repentino arranque del pelinegro al empujarle contra el colchón y seguirle subiendo en sus caderas, mirándole furioso, con aquel destello lujurioso en sus ojos negros; el pelirrojo se relamió los labios y le arrancó la camiseta de un tirón ansiando sentir la piel de su amante.

- no me importa si te acuestas con otros, Junsu… - le sujetó las muñecas y las dejó encima de la cabeza del pelirrojo aprisionándolas con fuerza… - sé perfectamente que soy mucho mejor que todos y cada uno de ellos… - se friccionó contra la cadera de su amante arrancándole impúdicos gemidos pues rozaba su erección… - pero debo recordarte ahora, que si no te cuidas, un día uno de esos imbéciles resultará ser alguien de la policía que intenta averiguar sobre tu familia… - se agachó llevando su boca a los pezones del pelirrojo, mordisqueando cada rosado botón…

- ahh Yoochunnie… - arqueó la espalda y luchó por liberarse pues también necesitaba tocar… pero pronto comprendió que aquella noche sería castigado pues el pelinegro aplicó más fuerza impidiéndole moverse…

- y ese imbécil era uno de ellos… - subió a los labios del pelirrojo rozándolos con los propios… - pero ya me encargué, ahora falta tu castigo… - sonrió lascivo y atacó la boca del pelirrojo besándole apasionadamente, mordiendo su labio inferior haciéndole sangrar, disfrutando ambos del sabor metálico de aquella herida que nada tardaría en sanar…

Amantes por largo tiempo, Junsu y Yoochun no se han preocupado en conocer el pasado del otro, se conforman con lo que saben a través de otros, con lo que el pasado de sus linajes les hace saber. Pero tal vez, en aquellos vacíos sin revelar, se encuentren secretos que lo cambien todo para los dos.

*****
Tokio, Japón

El alba estaba por asomarse, algunos minutos les separaban de la tranquilidad en que se resguardaban durante la noche. Un grupo menor de vampiros sin linaje o Clan definido había formado su propia Casta. Son vampiros con un pasado olvidado por la mayoría, vampiros que conocen secretos, vampiros que se conforman con vivir a su manera sin meterse con nadie…

Vampiros, que esa madrugada toman una nueva decisión…

- nuestro deber es encontrarlo, medio siglo ha pasado y es momento de que él tome su lugar en nuestra familia… - una mujer hermosa de cabellos teñidos en diversos tonos de rojo indicó a las otras seis personas que se encuentran reunidas en aquel lugar…

- la familia Song nos abandonó por cuenta propia, por qué tenemos que buscar al único sobreviviente ahora… - otro hombre señaló con tono inconforme…

- porque él es diferente… porque si no le encontramos y le informamos sobre su verdadera condición… llegará el día en que nuestra raza no pueda sobrevivir ni en las penumbras de la noche… - la mujer pelirroja indicó con seriedad…

- ¿hemos tenido alguna información sobre dónde podemos encontrarlo?... – otro hombre, el mayor de todos cuestionó…

- teníamos una pista a través de un mortal… se nos informó que acaba de morir. Al parecer asesinado, se abrió una línea de investigación en la sede local de la policía surcoreana… - un cuarto individuo intervino, el más joven de todos los presentes… - así que tal vez sea momento de que me integre en ésta búsqueda de mi “hermano”…

- estás seguro, Takiguchi. Él puede no recordarte, a ninguno de nosotros o ya habría vuelto…

El joven que en apariencia mortal luce de 24 años aproximadamente, asintió. Y entonces el primer rayo de sol cayó sobre la ciudad nipona, las cortinas de metal se cerraron en el edificio protegiendo a todos sus ocupantes.

*****
Seúl, Corea
Distrito Yongsan-Gu
Mansión Shim

Joong Ki volvió a encerrarse en su habitación, sentándose en un rincón, abrazando sus piernas y mirando fijamente aquel humilde morral que descansa sobre una silla… el único recuerdo que tiene de su vida como mortal… lo único que le recuerda a diario, que no conoce de dónde viene, si tuvo una familia… quién era antes de aquel accidente que le borró la memoria casi en su totalidad…



Continuará……


*huye*