Título: WITH YOU
Autora: Felina
Pareja: HayaMin
Género: Angust, Romance
Clasificación: NC-17
WITH YOU
*****
Estaba ahí, recostado de lado frente a la
persona que ha querido toda la vida. Hayami sonreía mientras veía dormir a
ChangMin frente a él. Hoy sonríe con gusto aunque incluso sigue amándole sin
recibir la correspondencia que tanto anhela su corazón, hoy sonríe porque a
pesar de todo se ha acercado, porque a pesar de lo que les costó a ambos llegar
a aquella situación, de la cantidad de veces que ChangMin le pidió alejarse,
que incluso le trató con el peor humor posible, están ahí. Con aquella
distancia casi imperceptible para Hayami aunque para cualquier enamorado pueda
ser la más larga y frustrante de todas.
Uno a cada lado de la cama tamaño matrimonial,
ambos muchachos respiran con parsimonia. Uno de ellos dormido, el otro
despierto. Admirando la belleza particular de ese chico de cabellos oscuros que
tiene la más dura de las corazas revestida de una personalidad agria,
sarcástica, casi fría e indiferente a todo lo demás. Pero todavía es belleza.
Porque es un chico fuerte que ha aprendido a sobrevivir en aquella vida que no
ha tenido más que dolor para ofrecerle.
Hayami lo sabe, porque tuvo que acompañarlo
en aquellos penosos momentos de las más ruines experiencias; porque tuvo que
soportar en silencio la distancia tomada lentamente y el llanto contenido de
ese ChangMin que siendo un niño aprendió a callar todo su dolor y soportar
estoicamente el trato de aquel maldito hombre que se hacía llamar su padre.
Eran memorias que sin embargo ninguno
quería recordar. Hayami respetaba a su amigo, y por aquella amistad es
justamente que prefería no decir absolutamente nada aunque a veces tenga ganas
de cometer las más grandes estupideces como cobrar algún tipo de venganza
contra aquel hombre que todavía tiene el descaro de solicitar la presencia de
su hijo en casa.
- No
tiene importancia, sólo olvídalo como lo olvido yo. Iré a verlo porque todavía
es mi padre, al menos no me abandonó como lo hizo mi madre. No quiero que le
hagas nada, la vida le cobrará todas sus faltas.
Fue una de las tantas justificaciones que ChangMin expresara de recién que saliera de su
casa a sus 15 años independizándose obligadamente porque no podía más con aquel
infierno. Pasaron juntos muchas adversidades, oh por supuesto, Hayami le
acompañó aunque sus padres le hubieran reñido con fuerza pues el joven de
origen japonés decidió salirse de su casa para acompañar al morocho en aquella
aventura. Había sido todo un lío, pero al final consiguieron hacerse cargo, a
Hayami le ayudó mucho tener 18 años y conseguir un empleo de medio tiempo en el
que ChangMin le acompañó aunque el empleador les cargara más trabajo aludiendo
que suficiente favor les hacía con darles empleo cuando ChangMin era un
adolescente todavía. Tenían que ceñirse a lo que había si querían seguir
adelante por cuenta propia.
Vivían como hermanos a los que la suerte
les ha arrebatado a sus padres. Pero Hayami siempre esperó que su amigo se
diera cuenta de que para él era mucho más que un hermano menor al que cuidar. Esperaba
que comprendiera que el destino les había puesto en el mismo camino por alguna
razón. Hayami cree que esa razón es amarle.
Bastantes años han pasado desde entonces,
ahora ChangMin tiene 24 y Hayami 27, muchas cosas cambiaron, otras tantas se
mantuvieron como los viejos hábitos que nada puede cambiar porque son parte de
la personalidad de cada uno. Así, ChangMin seguía siendo el chico serio y frío,
algo calculador para ser honestos, sarcástico por naturaleza y una interesante
lista de calificativos que le describirían de la mejor manera posible pero que
no tiene demasiado caso mencionar ahora; Hayami es, por su parte, el chico
mayor que no siempre le demuestra, le gusta bromearlo y hasta hacerle renegar
de vez en cuando. Él lo sabe, ChangMin no expresa demasiado sus sentimientos,
pero saca lo peor de sí con pequeñas bromas como aquellas que suele hacerle.
Sin embargo, había una sola cosa que el
menor no pensaba soportarle…
- ¿Se puede saber por qué lo hiciste? ¿Qué
demonios pasaba por tu cabeza, Hayami?... – el morocho llegó reclamándole con
el ceño fruncido y esa tensión muscular que el japonés sabe interpretar como molestia
total, sin cabalidad para justificaciones falsas o bromas de mal gusto.
- Lo hice para que dejaran de fastidiar,
además aunque hubiese negado lo que dijeron, ellos iban a seguir creyéndolo,
así que puede decirse que simplemente les di por su lado… - respondió entonces
con tranquilidad, intentando volver su atención a las cuentas que hace cada
semana sin falta para llevar el mejor control posible de sus gastos económicos.
Aunque ChangMin siempre se sentaba con él a realizar aquella actividad, hacía
un par de semanas que el morocho casualmente
llegaba algo más tarde, cansado y con pocas palabras mediadas se limitaba a
cenar y luego irse a dormir.
- ¿Les diste por su lado? ¿Crees que eso
fue lo mejor?...
- Sí…
- Hayami, no importa cuánto lo diga la
gente, sino es verdad no tienes porque asumirlo como tal… - el morocho bufó con
frustración, se sacó la chaqueta y la lanzó al sofá sin mayor atención, se dejó
caer a un lado y se cruzó de brazos… - te lo he dicho antes, sé lo que sientes,
sé cuánto te preocupas por mí, lo has hecho toda la vida desde que nos
conocemos, pero ya no soy un niño ni el adolescente que corría siempre a tu
casa para sentir que le importaba a
alguien…
- Lo siento, me encargaré de eso mañana
cuando vuelva al trabajo… - Hayami interrumpió la verborrea del menor… es que
sabe lo que sigue en aquel discurso, y aunque lo sepa, no quiere escucharlo.
ChangMin volvió la mirada escudriñando la
postura y expresión del mayor. Hayami fingía total concentración entre papeles
y aquella calculadora mientras muerde el extremo de su lápiz. El menor le
conoce, sabe que cuando hace eso su mente está en otro lado menos en números y
operaciones. Suspiró y bajó la mirada sintiéndose por un momento culpable.
Solía ser tan duro y directo con sus palabras que no medía las consecuencias
provocadas en su amigo.
Por supuesto que le molestó saber que
Hayami hacía aceptado públicamente en
su trabajo que sale con su compañero de departamento. Salir en sentido
romántico. Y ChangMin es su único compañero de departamento, así que… no le
había sentado bien. A él no le gusta saberse centro de atención de
absolutamente nadie, no le gusta sentir que hablan a sus espaldas o que
murmuran mirándole despreciativamente. Había tenido suficiente desprecios de su
progenitor y hasta de su progenitora como para soportar más, y el que ahora le
tachen de gay por donde camina no le gusta para nada.
Sin embargo, sabe también que Hayami
probablemente respondió a las provocaciones de la mejor manera posible, sabe
que debió costarle mucho controlarse para no iniciar ninguna pelea física.
Sabe, que si dijo ser su pareja lo hizo por protegerle… pero también por seguir
los deseos de su corazón.
Porque hace algún tiempo, Hayami se le
había declarado.
Había sido un momento incómodo, pero
extrañamente romántico.
Y él había rechazado sutilmente los
sentimientos de su amigo alegando que no podía verle de aquel modo.
Porque él no era quien para sentir algo
como el amor, si nunca lo tuvo de parte de las personas más importantes para
todo ser humano: sus padres.
- está
bien… - Hayami había sonreído con un dejo de decepción y tristeza… - solo
quería que lo supieras, y que… que seguiré estando contigo hasta que tú
quieras… como amigo, si es que no puedo tener otro lugar en tu corazón,
ChangMin ah…
El morocho jamás olvidaría aquel día. Lo
tenía tan grabado en su memoria, que a veces le asustaba, tenía miedo de que su
corazón latiera más aprisa o que sus mejillas comenzaran a colorearse de
pronto. Tenía miedo de sentir. Porque por alguna razón, cada que se sentía así
de confundido, se volvía presa de los recuerdos de su infancia… volvía el dolor
de los golpes, de los gritos; volvía el miedo a la oscuridad, a los temblores
ocasionados por un aliento alcohólico hablándole al oído y aquellas palabras lastimeras
que resonaban en sus tímpanos volviéndole de nuevo demasiado vulnerable.
- ¿ChangMin?... – el mayor le sacudió
suavemente por el hombro sin extrañarse de aquella reacción refleja de ese
chico retrayendo el cuerpo hasta parecer un gatito asustado que no sabe cómo
defenderse… - tranquilo, solo soy yo…
- Lo siento, me quedé pensando en cualquier
tontería… - sonrió intentando minimizar aquellos dolorosos recuerdos que
lentamente se esfuman de sus pensamientos convirtiéndose en cortinas de humo
que van desapareciendo lentamente mientras se recluyen en algún punto muerto de
su mente.
- Seguro… - el japonés le sonrió
comprensivo y ChangMin se lo agradeció mentalmente… - se está haciendo tarde,
te calentaré la cena para que vayas a dormir, estos días tienes demasiado
trabajo y tienes que alimentarte mejor…
- no soy un niño, Hayami; puedo hacer eso
por mí mismo… - el menor se levantó adelantándosele a la cocina… esa vez, en
verdad luchaba contra el calor que amenazaba acumularse en sus mejillas y
formarse en rubor…
- De acuerdo… - el japonés rió divertido
por la actitud del menor. Es que él siempre era así, y le gustaba… porque cada
vez le costaba menos olvidar el pasado y le resultaba más fácil tener un poco
más de contacto con él… - ¿Crees que esta noche podamos compartir de nuevo la
cama?
Era una pregunta inocente. Aún así, por
primera vez en todo ese tiempo viviendo juntos, ChangMin titubeó nervioso ante
las palabras. Hayami no le hacía aquella pregunta en ningún sentido morboso,
sabe que solo quiere estar cerca, acompañarle, velar su sueño. Amarle en
silencio sin pedir nada a cambio. Sin embargo, no dejó de rondarle en la cabeza
el hecho de que mucha gente se pensara que ellos en verdad compartían la cama.
- Yo… creo que está bien si dejamos de hacerlo.
No estoy teniendo pesadillas hace algún tiempo, así que no creo que sea
necesario que sigas durmiendo conmigo… - dijo tan rápido y claro como le fue
posible. El sonido de sus movimientos en la cocina amortiguó un poco su
nerviosa voz y el rumor de sus latidos algo más apresurados.
- Vale… - el japonés volvió a su anterior
actividad dispuesto a concentrarse en las cuentas. Pero no podía ignorar aquel
dolorcito en su pecho. Es tan difícil amar a quien no puede amarte de vuelta.
ChangMin se quedó en la cocina, cenó con
gesto pensativo y casi quiebra sus platos y vaso cuando los lavó al terminar su
cena. Cuando salió de la cocina se quedó mirando la espalda de Hayami, esa vez
en verdad estaba metido en números y operaciones, golpeteaba el lápiz contra la
mesa y borraba algunos números ajustando quizá algunos gastos para la semana.
El menor pensó que en verdad se comporta como su pareja, como lo hace un esposo
con su esposa, aunque por supuesto,
él no sea una chica ni pretenda asumir el rol en la relación. Sacudió la cabeza
de un lado a otro negando aquel pensamiento. Le estaba afectando más de lo
debido aquella mentira blanca que
Hayami desperdigara en su trabajo acerca de ser una pareja felizmente viviendo
junta.
- me iré a dormir… - anunció luego de unos
minutos.
- Ok, buenas noches ChangMin ah… - Hayami
le dedicó una sonrisa y pronto volvió su atención a los números.
El menor se fue a su habitación. En
realidad, la de ambos, era amplia porque habían mandado tirar el muro que
dividía lo que originalmente eran dos habitaciones modestas. Estaban ahí dos
camas, una matrimonial y una individual, la primera era la suya desde que le
hubiese pedido él mismo a Hayami cambiarla para poder compartirla. Es que
durante largos años ChangMin tuvo pesadillas y solía terminar con Hayami metido
en su cama sin invadir su espacio pero haciéndole compañía para que pudiera
volver a dormir con tranquilidad. Así, demasiado apretados en el espacio de una
cama individual ambos optaron por aquella solución.
Sin embargo, esa noche ChangMin se
aventuraría a dormir solo.
Cerca de una hora después escuchó a Hayami
entrar en la habitación, la lámpara de noche del otro lado se encendió por
algunos minutos, el menor escuchó el rumor de las prendas retiradas y luego
colocadas de nuevo, supo que su amigo se había cambiado por el pijama. Luego la
habitación volvió a quedar a oscuras, la débil luz de la luna se coló por el
ventanal, las cortinas quietas se mantuvieron toda la noche a pesar de que la
ventana estaba abierta. Era un día de verano que le comenzaba a parecer
sofocante. Giró en su cama una y otra vez sin poder conciliar el sueño, pronto
sintió calor y lanzó las mantas lejos. Luego sintió el sudor comenzando a
formarse en su piel y su garganta a secarse; maldijo mentalmente y sintiéndose
frustrado abandonó la paz de su cama para salir rumbo a la cocina. Sacó la
jarra de agua natural que siempre conservan en el refrigerador y se sirvió un
vaso, se sintió bien el frescor del transparente líquido corriendo por su
garganta, le ayudó a despejar un poco la mente y tener el suficiente ánimo para
volver a su cama.
Todavía hace calor, pero es soportable, un
ligero viento ha comenzado a soplar, las delgadas cortinas se agitan
perceptiblemente y el haz de luz de luna se ha vuelto algo más claro. ChangMin
piensa que es una noche agradable… romántica. Frunce el ceño ante aquel
pensamiento, cierra los ojos con fuerza y trata de dormir nuevamente. Cuenta
ovejas, luego piensa que es demasiado tonto y se gira de nuevo. Se frustra otra
vez. Está incómodo… se da cuenta de que extraña la presencia de Hayami en su
cama, se vuelve hacia el lado contrario y le observa.
Hayami está acostado dándole la espalda,
nota su tranquila respiración y le tiene envidia, lo maldice también. No
debiera confundirle así, no debió meterse en su vida de aquella manera. Pero
también le agradece, sin él probablemente habría perdido la vida en numerables
ocasiones. Tendría que aprender a decir Gracias
y a ser más amable. Tal vez no tanto, con saber agradecer sería suficiente.
Se quedó así, contemplando la ancha espalda
de Hayami y su parsimonioso respirar. Pensando sin pensar. Enredado sin ser
consciente de sus pensamientos. Se dio cuenta de cuán valioso era el japonés
para él y de que en realidad no le molestaba tanto que la gente supiera sin que fuera verdad que Hayami
y él mantenían una relación amorosa.
Hayami ha sido el lazo que le mantiene
vivo.
Ha sido la sonrisa que ha alegrado sus
días.
Ha sido el recipiente de sus frustraciones,
de sus reclamos, de su llanto consumido.
Ha sido la dosis de su propia personalidad
que le ha mantenido a raya cuando así lo ha merecido.
Ha sido el hombro en el que sostenerse sin
tener que ser tocado en realidad.
Hayami ha sido tanto para él.
- Te ganaste mi corazón con paciencia y sin
que me diera cuenta de ello… - se permite sonreír y bosteza… comprende que
Hayami es todo lo que necesita para conciliar el sueño cada noche… no importa
si está lejos o cerca, si solo sabe que está ahí, él podrá dormir siempre con
tranquilidad.
Bosteza de nuevo y es él quien esa vez sale
de su cama e invade la ajena, se cuela en las mantas sin importar el calor que
sentía apenas minutos atrás. Se recuesta de medio lado apenas dejando distancia
entre ambos cuerpos. Hayami se remueve y se gira sin invadir el espacio
personal de ChangMin, duerme perezosamente pero aún así parece saber lo que
sucede. El menor sonríe y mirándole con cautela se deja arrullar por el ritmo
de su respiración.
Las pesadillas parecen haberse ido para
siempre.
……………………………
Las aves cantan sus tonos matutinos y el
rumor de la ciudad comienza a dejarse escuchar. Hayami es el primero en
despertar, pestañea somnoliento y se refriega los ojos espabilando todo rastro
de sueño, ChangMin está ahí, en la orilla de su cama completamente dormido. El
mayor sonríe, le parece una escena encantadora y no reniega de los latidos
emocionados de su corazón, le alegra de sobremanera el hecho de que el morocho
esté ahí, siente una nueva luz de esperanza al saber que ha sido el morocho
mismo quien se ha metido en su cama. Se siente bien saberse importante e
indispensable para el menor.
Se le queda mirando un rato, no quiere
interrumpir su sueño y todavía es temprano, pueden darse el lujo de permanecer
otros minutos en la cama. Suspira y le contempla, le dan ganas de acariciar su
mejilla pero aquel es un contacto que todavía no se le tiene permitido, también
quisiera abrazarle pero es algo que tampoco puede hacer aún. Pero sonríe feliz,
cada vez parece avanzar más hacia el corazón de ChangMin. Sin embargo recuerda
que aún tiene que desmentir su relación, eso le desanima un poco pero sabe que
debe hacerlo. Se lo ha prometido.
Suspira y finalmente sale de su cama, lo
hace con cuidado para no despertarle. Se prepara para tomar una ducha y luego
se dedica a preparar el almuerzo.
- Quería que estuvieras ahí cuando
despertara… - el morocho le reclama algunos minutos más tarde cuando entra en
la cocina…
- Alguien tenía que preparar el desayuno
para que no se nos haga tarde… - el japonés le sonríe con cariño y él no puede
sostener su molestia…
- Te ayudo… - se limita a decir sabiendo
que se siente avergonzado y que otro poco su amigo se ha acercado a su corazón,
aun cuando creyó haber levantado murallas impenetrables… - No necesitas decir
nada…
- ¿De qué?... – Hayami cuestionó mirándole
confundido… ChangMin se tomó su tiempo para terminar su hotcake antes que
responder… es que luchaba de nuevo contra el rubor que amenazaba con aparecer
en sus mejillas…
- Lo de ayer… no necesitas desmentir nada…
- murmuró llenándose inmediatamente la boca con otro bocado… no quería que su
amigo cuestionara más, suficiente había conseguido con decir aquello…
- De acuerdo, ChangMin… - el mayor sonrió y
con renovada alegría terminó su desayuno.
- Y… volvamos a compartir cama, hace fresco
una vez entra la madrugada… - el menor dijo de corrido antes de levantarse de
su lugar y prácticamente correr a la cocina evitando cualquier mirada o sonrisa
del mayor.
Hayami asintió y sonrió sin decir una sola
palabra ni presionar más. Sabe que para ChangMin dar aquellos pasos es un gran esfuerzo.
……………………………
Había pasado más tiempo del que puede
recordar. Las rutinas se habían vuelto una agradable monotonía. Dormir juntos,
despertar más cerca, mucho más que nunca, tanto que sus alientos se mezclaban y
sentir el calor del otro era inevitable. Sonreírse suavemente y dedicarse el
primer saludo amable del día. Ambos se habían vuelto adictos a aquella rutina. Incluso a los desayunos compartidos con
prisas porque se les iba más tiempo del planeado entre peleas de cojines en la
cama. Los cambios imperceptibles estaban ahí con más peso del que pudieran
contemplar, se habían dado de a poco, sin anunciarse y con la paciencia que un
corazón herido necesitaba. ChangMin ya casi no lo recordaba, y estaba bien así,
incluso si su padre intentaba aparecer de nuevo en su vida él tenía el
suficiente temple para negar con calma cualquier invitación a visitarle.
- Mañana es tu cumpleaños, hagamos algo
para festejar… - el morocho susurró sin despegar la vista de su libro…
- ¿Qué propones?... – Hayami sonrió
emocionado, le restó importancia a la mirada evasiva del morocho y aguardó por
la proposición…
- No sé, solo digo que hagamos algo… -
ChangMin respondió algunos minutos después mientras da vuelta a una página más.
- Oh bien, algo se nos ocurrirá cuando
amanezca… - el japonés chasqueó la lengua en forma de reproche por la poca
creatividad de su amigo para festejar su cumpleaños.
Aquella noche Hayami quiso molestarle antes
de dormir, pero se arrepintió apenas le vio bostezar. ChangMin había tenido un
proyecto muy importante esa semana y había dormido poco para concluirlo, así
que se limitaría a dejarle descansar. El otoño se deslizó días antes y sus
frescos vientos se dejaban sentir apenas oscurecía el firmamento. Sin embargo,
ni las noches más frías de invierno habían sido motivo para aquello…
Un abrazo.
Hayami despertó de golpe cuando sintió los
brazos de ChangMin rodeando su cintura, tembló involuntariamente cuando el
delgado cuerpo de su amigo se pegó al suyo…
- Feliz Cumpleaños, Hayami-kun… - el
morocho susurró con voz suave y el japonés jura que su corazón se paralizó en
aquel preciso instante.
ChangMin estrechó el abrazo, se fundió con
el cuerpo de su amigo en el contacto más sublime que compartiera en toda su
vida. Se sentía bien y por alguna razón sentía ganas de llorar.
Era felicidad.
Hayami salió de su estupor y fue capaz de
devolver el abrazo. Le sintió estremecerse pero no alejarse, el rostro del
morocho se enterró en la curvatura de su hombro y pronto percibió la humedad de
su llanto. Era la primera vez en toda una vida juntos que ChangMin lloraba. Él
no supo qué motivaba aquel llanto pero no cuestionó, se limitó como siempre, a
acompañarle, sintiéndose feliz de poder consolarle aquella vez como esperó
hacerlo durante tanto tiempo, estrechándole entre sus brazos, acariciando su
espalda y cobijándole con su alma.
- Hayami… Te Amo… - fue tal la declaración
más extraña que sus oídos escucharan minutos después… - Te Amo… Gracias, muchas
gracias por estar siempre conmigo, por amarme, por cuidarme, por ser paciente…
no tengo otro regalo más que éste para ti hoy, por favor, acepta mis
sentimientos como presente… - no había un tono dulce ni mayores romanticismos…
pero para Hayami era ese el momento más cursi
que jamás hubiera siquiera imaginado venir de ChangMin…
Estaba tan feliz, que no pensó si estaría
bien, si se le permitiría o si no se trataría de un paso demasiado rápido que
dar. Pero lo hizo, le apartó lo suficiente para verle a los ojos aunque la luz
de la luna no fuera demasiada –después de todo se sabe de memoria cada rasgo en
su rostro–, sujetó sus mejillas sintiendo la calidez que se había adueñado de
ellas y topo delicadamente sus labios contra los del morocho.
Le besó.
Suave, casto, dulce.
Sin embargo, apenas se separara, fue
ChangMin quien le atrajo de nuevo besándole con más ganas. Sus labios danzaron
con lentitud, amoldaron sus bocas en el contacto sublime de un beso tierno, se
animaron en enredar sus lenguas entregándose un poco de pasión; se permitieron
saborear y memorizar el interior de la boca del otro antes que la falta de
aliento les obligara a separarse.
- Te Amo, ChangMin… siempre te he amado y
siempre te amaré… - promete y le estrecha de nuevo sintiendo los latidos del
corazón del menor acompasarse a los propios, y sonríe… sonríe demasiado feliz
para ocultarlo. Piensa que le haría el amor ahí mismo pero se patea mentalmente
ante aquel pensamiento, sabe que tendrá que esperar, dejarle avanzar a su ritmo
y seguir uno a uno sus pasos.
- Gracias, por ser tú… por haber llegado a
mi vida para quedarte en ella… por darme todo el amor que el pasado me negó… -
ChangMin susurra y se permite esconderse contra el pecho de Hayami… le gusta
escuchar los latidos de su corazón y se pregunta cómo es que se perdió de
aquella melodía tan hermosa durante años.
Sonríe y sabe que conoce la respuesta.
Admite que en parte fue porque él se negaba a todo tipo de contacto físico con
las personas en general. Pero le gusta ahora y sabe también que aún tienen
mucha vida por delante. Que tienen un mundo por conocer, ya no como amigos,
sino como pareja.
Se ha despedido finalmente del pasado y las
pesadillas del ayer.
Saluda al presente y se prepara para
construir sueños para el mañana.
Porque se ha permitido disfrutar de un amor
verdadero que le ha inspirado toda la ternura y el cariño posible para amar
también.
Porque para seguir adelante contra la peor
de las tempestades solo se necesita de una mano a la cual sujetarse, y si has
de entrelazar sus dedos con los propios, la aventura siempre resultará más
hermosa y mejor.
**FIN**
N/A Es un fic raro, la vdd siento que le faltó algo pero por más que le pensé, no supe qué así que lo dejé así n.n espero igual les guste.
Ya Ne!
mio mio de mi lokito
ResponderEliminarjjejejej Gracias por sacar este cap... la verdad estaba muy triste porque habias escrito nada para el cumple de nuestra querida garrocha.... ^^ pero bueno como dices ningun regalo llega tarde...
ResponderEliminarohh y si la historia quedo rara.... a decir verdad si... jejeje pareciera más como si el cumpleañero hubiera ido Hayamin y no Minnie... ^^ pero igual no importar...
Gracias por que hubiera sido un HayaMin... ^^ como te lo habia comentado antes... esta es mi pareja favorita... de todos los amantes de paso que le has puesto.. él es el que más me agrada ~_~
Feli... te queria dar las gracias por se quien eres... por mantener en una nubes a personas como (¬¬' si personas medio pervet).. jejeje Gracias... Besos y exitos!!!
Te he dicho que me gusta tu HayaMin? Si? ps ME ENCANTAA!!!!! xDD!!!
ResponderEliminarme gusto! *O* & no le falto nada... me gusta cuando pones a Min asi a que lo cuiden & lo mimen aunque reniegue & reniegue!!!! ^^
Me encantooo!<3 akjsdnjfnjrekf!!!!
Mas vale tarde que nunca xDD feliz cumple a Min!
Gracias Feli! ^^
oh muchisimas gracias por el fic y si yo tambien crei que el regalo fue lo mas lindo que una persona pueda darle a otra el dia de su cumpleaños porque saber que alguien te ama es lo mas grandioso del mundo chagmin feliz cumple mejor tarde que nunca
ResponderEliminarque love con el chango xDDD
ResponderEliminarnecesitaba uno de el solo♥
gracias♥
¿que le falto algo? Estas loca Felina!!!!!
ResponderEliminarEsta preciosoooo me fascino muchisimooo!!!!!
Sería maravilloso recibir ese regalo de cumpleaños.... wuuaa no se que mas decir... Esta precioso!!!!!
recien me entero d ste hayamin... T_T tan moshooo!
ResponderEliminarpues si a veces es muy dificil aceptar los sentimientos
d otra persona x el temor d ser lastimado nuevamnt
me encanto la paciencia y el cariño desmedido d hayami
hacia minnie ^^
woooooooooow
ResponderEliminaresta geniiiiiial¡¡¡
hay muy romatiko...woooow
Awwwwww♥♥
ResponderEliminarQue ternura de shot! ♥ Al principio mi corazón estaba todo angustiado por la historia, pero fue tan hermosa una vez que Minnie se dió cuenta de lo que sentía ♥
Me encantó Feli, estuvo bellisimoo ♥♥
Miles de gracias~~ ♥
Tenía miedo, mi ChangMin tenía miedo, amo que Hayami sea tan paciente con él, siempre que leo un HayaMin siento que sería genial que ello en verdad tuvieran una historia romántica. Porque hay relatos que como en este, la ternura, el silencio y la paciencia hacen que su amor fluya hermosamente.
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