Capítulo 1 ASSASSINS

CAPÍTULO 1

NINGÚN ENCUENTRO ES CASUALIDAD

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Assassin.

Sal-inja.

Satsujin-sha.

Murderer.

Asesino.

La palabra en cualquiera de los idiomas del mundo causa escalofríos. Impacta, impone cierto respeto –temor le nombran la mayoría– señala a personas despreciables, repugnadas por las personas con alta valía de moralidad, los pacifistas les condenan en sus creencias; la ley los persigue para hacer justicia, los poderosos –no importa el origen de sus riquezas– les usan como marionetas para cumplir sus fines.

Assassin.

Personas de sangre fría que pueden camuflarse a la perfección entre todos nosotros. Camina a tu lado por las transitadas calles de la ciudad, te saluda todas las mañanas cuando inicias tu jornada, quizá trabaja en el escritorio de al lado o acude a tu misma escuela, probablemente te ha ayudado a cargar la caja pesada de papeles por archivar o haz derramado accidentalmente tu taza de café en su pulcro traje oscuro.

La gente piensa que son invisibles, retraídos, ariscos a las masas y violentos. Estos asesinos no son así. Estos asesinos llevan una vida tan normal como la tuya, tienen sus secretos como tú, pagan impuestos y salen al súper para abastecer su despensa, llegan a tener caprichos y jaquecas por un mal día de trabajo.

La diferencia entre ellos y tú, es la sangre derramada a conciencia y prácticamente a voluntad. Aunque sigue siendo por obedecer una orden.

Pero a veces, solo a veces, los enfrentamientos no previstos eran inevitables.

……………………………

Distrito Jung-gu

Una misión como cualquiera se había ido por la borda cuando dos de los mejores asesinos del mundo se encontraron frente a frente. El joven de cabellos castaños sonrió ante el hombre de mechones oscuros con destellos cerúleo, estaban ambos en la azotea de aquel edificio que está justo ante la estructura de uno de los imperios industriales más importantes de toda Asia, listos para el combate.

Las armas de fuego se volvieron innecesarias pues no había la intención de terminar aquel encuentro fortuito tan pronto, buscaban diversión. Una suerte resultó ser que ambos tuvieran cierta pasión por las armas letales del respetable y antiguo Japón del siglo XII como para portar tan sutil como mortal espada. Katana contra katana. Poderoso duelo de cuchillas desatado bajo la lluvia por los misteriosos designios del destino. Dos asesinos que coincidieron en una misión, dos asesinos que encontraron una barrera impenetrable para cumplir su cometido cuando se cruzaron en el camino del otro. Dos asesinos que dejan ir su presa, dos asesinos cuya mirada se busca y encuentran una interesante invitación al duelo.

Está la mirada juguetona, casi infantil y despreocupada, es el sujeto que se mueve como si estuviera en un juego, sus movimientos fluidos son ágiles y naturales, llenos de energía van matizados sin embargo con dosis de impulsividad.

Y está la otra mirada, la madura con aire de seducción, el oponente con ejecuciones de movimientos finos y precisos, elegancia y sensualidad se reflejan en su porte, en la forma en que su cuerpo se mueve siguiendo el ritmo de su espada como si la katana y él fueran uno solo.

El choque contundente de las cuchillas les hizo quedar cara a cara, ambos asesinos haciendo uso de fuerza y destreza mantenían la posición; la sonrisa en ambos rostros dejaba ver el disfrute de aquel enfrentamiento, la mirada divertida la aceptación de las habilidades del otro. No hay necesidad de intercambiar palabra alguna, no ésta vez aunque tienen la curiosidad por hacerlo.

Sin embargo no hay tiempo para terminar el duelo, las sirenas de las patrullas de policía se escuchan demasiado cerca para permanecer. Saben que volverán a encontrarse y entonces tal vez puedan culminar lo que ahí ha comenzado.

Uno de los dos tendrá que morir.

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Seúl, Corea del Sur

Distrito Yongsan-Gu

Departamento de Shim ChangMin

El molesto sonido del despertador irrumpe su ya frágil sueño, frunce el ceño y calla el aparato presionando el interruptor con desgano. Se pregunta si es que alguna vez descansará o conocerá el sueño profundo. Aparta las sábanas de un tirón y se sienta apoyando unos segundos sus codos en las rodillas cubriendo su rostro con sus manos; suspira cansado de la nefasta rutina y aparta los dedos solo lo suficiente para ver desde la rendija formada entre ellos, la hora en su reloj sobre la mesita de noche.

- las cinco de la mañana… - susurra sin demasiado entusiasmo porque es parte de esa ya hastiada rutina que le hace sentir algo enfermo.

Sin embargo su cuerpo actúa en automático porque sabe con claridad paso a paso lo que hará a continuación, no es voluntad consciente sino órdenes programas en su inconsciente. E inicia así su día. Asear su habitación, elegir su atuendo y salir a correr por cerca de una hora en un circuito programado que le parece monótono y aburrido, la misma gente con los mismos horarios para hacer lo que él: cumplir con la burda rutina. Después volver, tomar la ducha y cambiarse para tomar el desayuno con su padre. Hoy se reúnen con otro hombre importante…

No le importa. Quisiera ser capaz simplemente de negarse, de tomar sus propias decisiones, de elegir lo que ha de hacer cada día. Pero no puede, no hay lógica en su razonamiento para aquella negativa de su mente para desafiar la rutina o la voluntad de su padre.

¿Es la costumbre?

¿Es el respeto por su padre? ¿Quizá un resquicio de miedo?

¿Son los secretos que les unirán hasta la muerte?

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En algún restaurante de la ciudad…

- él es mi hijo ChangMin… - su padre, el Juez Shim Bak Min, le presenta ante aquel hombre de nombre Cho Seung Ho y se ve obligado a hacer una venia respetuosa, Seung Ho es un importante hombre de negocios en el mundo de las telecomunicaciones, ChangMin supone rápidamente el interés que su padre tiene en amistarse con él…

- un muchacho muy apuesto, sin duda lo heredó de su madre, ¿no es así?... – bromea y ambos hombres ríen como si fuera para tanto, el morocho sin embargo se limita a sonreír por mera cortesía. La mirada firme del chico frente a él llama su atención. Es atractivo y serio, casi le recuerda a sí mismo pero hay en la mirada de éste chico algo diferente… - él es mi hijo Kyuhyun, creo que ustedes podrían llevarse bien ya que parecen de la edad… - el hombre sugirió con cierto matiz de picardía…

Kyuhyun hizo una venia murmurando “un gusto hyung” que le pareció extraño pero de algún modo… agradable. Ese debe ser el mejor término para describir ese peculiar calorcito que le hormigueó en la boca del estómago.

Durante la reunión de los dos hombres, ChangMin y Kyuhyun no intercambiaron más nada que miradas. No había ningún tema de conversación que poder tomar en ése preciso momento o todo giraría en torno a los negocios ilegales en que saben están implicados ambos magnates y por tanto dar a conocer sus propias implicaciones como asesinos al servicio de sus progenitores.

Había preguntas que rondan la mente curiosa de ChangMin. Aquellos que son como él ¿Disfrutan lo que hacen? ¿Han tomado la vida de alguien por voluntad propia? ¿Logran conciliar una decente noche de sueño?

Él lo sabe, puede descifrarlo en la mirada de Kyuhyun, que como él, lleva sangre en sus manos derramada solo por obedecer a su padre, por mantener el prestigio, por ganar más poder.

- ¿Te importaría acompañarme esta noche? Conozco un bar agradable donde conversar, hyung… - Kyuhyun lanzó la proposición y ChangMin detuvo el cubierto a medio camino hacia su boca, le miró un segundo y luego asintió terminando de ingerir aquel bocado.

Conversar.

Con un asesino.

Como él.

Jeong JiHoon no podía creerlo, justo frente al modesto restaurante en el que desayuna con su hermano Jong Suk se encuentran reunidas dos figuras que parecen salidos de la misma cloaca; lo sabe porque les vio llegar en sus lujosos autos acompañados de ese puñado de guardias que se reparten por el ostentoso restaurante…

- justo la razón por la que nunca llegan a ningún lado mis investigaciones… - el detective dijo con una sonrisa molesta, terminando de tragar el bocado que acababa de llevarse a la boca…

- hyung, debes tener cuidado con lo que dices, nunca sabes quién puede estar escuchando… - el joven pelicastaño dijo con tranquilidad, evitando mirar hacia el mismo sitio que su hermano, quien estaba incluso tentado de ir y tomar fotografías o peor aún, hacer algún escándalo retando a los gorilas que ambos magnates tienen por guardaespaldas.

- Lo sé… - vuelve la mirada hacia el menor y sonríe… - si tú no estuvieras aquí conmigo habría hecho ya alguna estupidez, Jong Suk…

- Incluso si estuviera lo harías, lo que pasa es que tu autocontrol ha mejorado últimamente hyung… - el menor asegura dando un sorbo a su vaso de leche. JiHoon se toma el tiempo de observarle y reír ligeramente divertido, la línea de leche que queda sobre el labio superior de aquellos labios delgados le parecen algo monos. El pelicastaño se percata de la mirada de su hermano y sonrojándose tenuemente por ello se apresura en limpiar aquella línea con su lengua.

- Debes tener a muchas chicas loquitas por ti en la Universidad, hermanito… - el mayor señala con tono pícaro pero no obtiene respuesta alguno de parte de su Jong Suk. No insiste aunque muere por molestarle, ha notado que cualquier tema referente a posibles romances o alguna aventura juvenil no son precisamente del agrado del menor, quiere cuestionar pero sabe que carece de tacto para aquellos temas, así que prefiere esperar a que sea su propio hermano quien tome la confianza para ello… - vayamos a entrenar hoy al Dojo…

- de acuerdo… - Jong Suk accedió de inmediato.

Tal vez un poco de combate cuerpo a cuerpo les vendría bien a los dos.

O quizá él reafirmaría aquellas sensaciones por su hermano que no debieran estar ahí.

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Mansión Cho…

Cho Kyuhyun estaba inquieto. Da los últimos toques a su peinado mirándose al espejo sin realmente prestarse atención. Había una imagen constante en su cabeza desde esa mañana. ChangMin. Y estaba preocupado. Porque él no suele tener ningún tipo de atracción por nadie pero éste chico ocupaba demasiado de su tiempo y espacio en su cerebro. Necesitaba concentrarse y no poner en riesgo los planes de su padre.

- ¿Qué debería hacer? Mi padre ha dejado claro que no le quiere muerto, debo vigilarle y penetrar hasta su corazón… No entiendo por qué quiere eso, qué interés tiene en ChangMin si lo que quiere es tener comiendo de su mano al Juez Shim… - meditaba aún de frente al espejo, el reflejo le regresa una imagen atractiva de sí mismo pero él no repara en ello. Sigue analizando su situación.

Porque se le ha encomendado una misión pero lejos parecen sus pensamientos de tener claridad y la suficiente lucidez para no ceder a la tentación que parece aflorar en su cuerpo.

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Distrito Yongsan-Gu

Kim Junsu caminaba tranquilamente por las calles de la ciudad, hace un día cálido y el azul claro del firmamento invita a pasear por ahí en el parque. Por esa razón se ha tomado la libertad de saltarse la clase de piano que recién debe retomar después de años de no practicar, sabe que su “padre” le reñirá pero no le toma demasiada importancia, sabe cómo calmar los enojos de Lee Hyun Su.

Llama su atención la vista desde aquel puente que cruza un lago artificial en el Parque, detiene sus pasos y se queda a contemplar, cierra los ojos y trata de escuchar el sonido de las aves o cualquier otro que no sea el murmullo de la gente que camina por ahí. Es cuando escucha unos pasos, se acercan sigilosos como quien rodea a su presa para atacarle por sorpresa, comprende entonces que van tras él, seguramente enviados por el rival de su padre. Sonríe de medio lado y se da la vuelta…

Son seis los sujetos que le flanquean cualquier salida, le han acorralado contra el puente pero no le importa, tal vez obtenga algunos golpes pero todavía puede derrotarlos con relativa facilidad.

- Queremos enviarle un mensaje a Hyun Su de parte de nuestro jefe… - indica uno de los sujetos sacando un papel y extendiéndoselo al castaño.

- No soy mensajero de mi padre, si quieren decirle algo búsquenle personalmente… - el castaño señaló con aire de suficiencia…

- Intentamos pedirlo por la buena… - los seis sujetos se acercaron un poco más… - Ahora enviaremos el mensaje por la mala…

Pero cuando dos de ellos se lanzaron sobre el castaño, éste los eludió con un ágil movimiento; sin embargo la herida en el vientre que ganara de su anterior combate apenas dos días antes aún no sanaba y era lo suficientemente profunda para restarle velocidad a sus reflejos. La desventaja podría ser bien aprovechada por sus oponentes, pero entonces un hombre de cabellos negros como la noche apareció defendiéndole sin más. Alto, atractivo y de facciones varoniles captó la atención de Junsu. Se movía como todo un artista marcial, sus ejecuciones de algunos movimientos de Kung Fu eran incluso mucho más sexys de lo que el castaño hubiera visto nunca. Y mucho más rápido de lo que hubiera conseguido él con esa herida en su vientre, el joven misterioso dejó noqueados a los sujetos.

- ¿Estás bien?... – el castaño salió de sus pensamientos cuando aquella voz ronca y sensual hizo eco en sus oídos…

- S…sí… gracias a ti… - sonrió ligeramente avergonzado por aquellas orbes negras que taladraron en sus ojos… - oh dios mío, que hombre tan sexy… - pensó para sí mordiendo inconscientemente su labio inferior…

- ¿Conoces a estos sujetos?... – el de cabellos negros cuestionó y el castaño respondió con una negativa agitando su cabeza… - tal vez sea bueno que llames a la policía e interpongas una demanda…

- Creo que mejor no, parecen del tipo de sujetos que toman represalia; ahora solo me marcharé y tendré más cuidado porque no creo que una segunda vez aparezca un ángel guardián para defenderme… - Junsu dijo con clara intención de flirtear con su desconocido héroe, con suerte conseguiría sacarle su número de teléfono.

- Quién sabe, quizá si le invitas un café… - el de cabellos negros sonrió sexy…

- ¿Qué tal una copa?... – y el castaño le respondió mirándole coqueto…

Esa noche ambos muchachos se conocieron mucho más de lo que quizá debieran. Porque por los misteriosos pasajes del destino, dos asesinos habían coincidido sin saber lo que el otro les oculta. Junsu había tenido más que el número de teléfono de su héroe; había tenido una noche de sexo apasionado… y un nombre.

- Yoochun… - el castaño murmuró al tiempo que se toca los labios cuando el alba ha despuntado por completo y descansa desnudo entre sábanas tibias que aún conservan el calor que ambos se entregaron hasta el amanecer.

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Distrito Jung-Gu

Sede del Tribunal Supremo de Corea del Sur

Infiltrado en las instalaciones de vigilancia del Tribunal el Caballero Templario Jung terminaba de colocar su propio sistema para desviar toda la información hasta un centro de comando al que solo él tendrá acceso.

Sin embargo, no esperó que aquel cañón en su nuca le hiciera dudar de su propia habilidad para prever al enemigo…

- Si intentas una estupidez dispararé… - la voz claramente era masculina… - ahora levántate despacio y date la vuelta… - el moreno hizo caso, era mejor tomarse la situación con entereza, ha estado en peores después de todo… sin embargo, no estaba listo para lo que sus ojos claros admiraron… - ¿Quién eres y cuál es tu motivación final?

Yunho se quedó sin habla.

Estaba ante el ser más hermoso del mundo –y aún le apuntaba con un arma–.

Continuará……