Alfabeto del Amor. Parte 3

Título: Alfabeto del amor… Y algunas de sus implicaciones

Autora: Felina

Parejas: YooSu, YunJae, HayaMin

Género: Romance

Clasificación: NC-17

Advertencia: Lemon

ALFABETO DEL AMOR… Y ALGUNAS DE SUS IMPLICACIONES

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DE LA N A LA S

NOCTURNO

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Había alguna razón por la que te gustaban las noches, salir a caminar y sentir el aire fresco acariciándote el rostro o la brisa de la madrugada humedeciendo apenas perceptiblemente todo a su alrededor. Hayami te observa cada noche salir al balcón, observar desde la silla la noche mientras escucha música tranquila y prescindes amablemente de su compañía.

- No es que no me guste pasar tiempo contigo, pero estos son los minutos que me gusta tener conmigo mismo, ¿entiendes?... – le has explicado anticipadamente para evitar los malos entendidos. Te ha sonreído y acariciado una mejilla aunque sabe que aquellos gestos románticos no van mucho contigo. Pero le has apreciado como nunca llegaste a pensarlo.

Y mientras contemplas el estrellado cielo de aquella noche de otoño, sonríes en medio de la oscuridad del balcón porque te sientes bien. Sabes que no te equivocaste, que permitir que Hayami entrara en tu vida había sido de tus mejores decisiones. Cierras los ojos unos instantes para sentir con tranquilidad el aire fresco, tus mejillas se sienten un poco frías y agradeces que Hayami te haya preparado un poco de chocolate caliente antes de salir al balcón porque te mantiene lo suficientemente cómodo como para no entrar aún. Subes un poco más el volumen de tu reproductor y sigues el ritmo de la canción romántica que suena en ese preciso instante, no te das cuenta del momento en que comienzas a tararearla ni eres consciente tampoco de que tu novio te escucha desde dentro recargado de espaldas al ventanal.

Now that I've tried to talk to you and make you understand
All you have to do is close your eyes
And just reach out your hands and touch me
Hold me close don't ever let me go
More than words is all I ever needed you to show
Then you wouldn't have to say that you love me
'Cause I'd already know

Y le agrada esa canción a ambos por una simple razón. A su manera, les describe a los dos. Los une, les recuerda que es así, que sin importar la diferencia en sus personalidades o las complicaciones que la convivencia pueda traer, siempre encontrarán las formas adecuadas más allá de las palabras para disculparse, para perdonar, para encontrar los mínimos detalles que fortalezcan su amor.

Y te descubres a ti mismo poniéndote en pie y volviendo dentro, aún con los audífonos en tus oídos y la canción a punto de terminar. Te acercas a él y aceptas la mano que te ha extendido, comprendes que nunca te lo exigirá, que no necesita que seas demasiado romántico para ir y decirle cada vez lo que sientes.

Comprendes que lo sabe.

Que le amas. Como te ama a ti.

Pero te haces la muda promesa de decírselo de viva voz de vez en cuando, porque más que palabras, el sentimiento que se hizo de tu alma.

Song: “More tan Words”

ORBES

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Grandes pozos negros que simulan un abismo. Eso son los ojos de Yoochun para ti. Te cautivan, te enamoran, te embelesan, te hacen perder de foco el mundo cuando te absorben sin miramiento alguno, te seducen, te invitan. Son las ventanas de su alma y están siempre abiertas de par en par para ti.

- ¿Junsu ah?... – su voz te vuelve a la realidad y tú te sonrojas en respuesta. Te sonríe con picardía y dulzura, te ha pillado perdido en su rostro.

- ¿Mh?... – lanzas el monosílabo y evades la mirada, encuentras entonces más interesante sacudir el polvo inexistente del apoyabrazos del sofá en que estás sentado con él a tu lado. ¿Desde qué momento habías dejado de atender la televisión?

- Parecías ausente… - te responde con una sonrisita, sabes que te molestará con esto sino escapas de la situación.

- Estaba pensando sobre algo… - mascullas con timidez y te maldices mentalmente por tu extraordinaria capacidad para avergonzarte con pequeños detalles y ante tu novio.

- ¿Tenía que ver con mi cara? Porque no parabas de mirarme… - lo sabías, ha comenzado y no se detendrá hasta obtener de ti alguna respuesta que satisfaga su creciente curiosidad acerca de por qué te gusta tanto cuando se considera tan común y corriente.

- Tus ojos… - respondes y decides enfrentarle esa vez. Ser sincero y hablar con el corazón aunque mueras de vergüenza por ser algo cursi…

- ¿Mis ojos?

- Me gustan demasiado tus ojos, todo lo que siento que puedo leer en ellos…

- Entonces lees cuánto te amo cuando los miras… - susurra con seguridad y esa sonrisa a veces altanera que adorna su sensual boca.

- Entre otras cosas… - susurras con mucha más vergüenza, con ese sonrojo intenso adueñándose de tus mejillas cuando le ves acercarse y sus orbes se convierten en abismos infinitos que te tragan.

Suspiras y te rindes, sabes que no tienes modo de escapar de aquellas avasalladoras sensaciones. Sujeta tu mentón y ladea el rostro, sus grandes orbes siguen clavadas en tu mirada, la sonrisa cambia a ternura y cuando sus labios se funden con los tuyos, tu interior explota como siempre arrebatada de felicidad.

Sí, es todo ese que has leído en su alma, lo que dejan al descubierto sus ojos negros como la noche.

PASIÓN

***

Te desbordas en deseo y necesidad por él. A veces le seduces intencionadamente porque sabes cómo hacerlo, en otras todo fluye simplemente de manera natural. Hoy no importa cómo fue o quién comenzó. Te gusta cómo te hace el amor.

- ahh Yunho… - gimes en su oído porque sabes que le prende más, que le gusta sentir tu aliento cálido golpeándole la sensible piel de su cuello. Y sonríes gozoso cuando sientes bajo tus dedos la tela de la cinta negra que cubre sus ojos. Debe estar aún más sensible a cada estímulo y eso a su vez te incentiva a ti.

- nhh Boo… - comparte los gemidos y penetra con más profundidad. Toca el fondo de tu anillo y sientes el exquisito espasmo de placer correrte de pies a cabeza chispazo tras chispazo.

Se inunda de calor la habitación y tu cuerpo se mueve al compás del suyo, te acoplas al vaivén apasionado de sus caderas y te permites arquear la espalda para mayor placer de los dos.

Te tumba de medio lado y alza tu pierna superior para instalarse en medio y penetrarte de aquella manera, golpea más dentro a ser posible y tú sientes que desfallecerás de tanto placer, te aferras a las mantas y tu espalda se arquea de nuevo en respuesta.

Los gemidos lo son todo en aquella habitación, el sonido húmedo de su pene enterrándose en tu cavidad anal y el sofocante calor por las nubes. Te muerdes los labios a punto de sangrarte y no encuentras la fuerza para mantener los ojos cerrados o callar los gemidos de placer.

Te gusta el frenesí de su deseo.

Su pasión desbordada mezclada con tu provocadora sensualidad.

Y aún en medio de todo aquel arrebato, lo que más aprecias es el tamborileo de tu corazón y el suyo, porque cuando vuelve a tumbarte de espaldas al colchón y se saca la venda de los ojos para mirarte, sus últimas estocadas y sus ojos cafés solo te dicen que te ama, que te marca suyo como te quedas impregnado en su piel por cada roce y delicioso contacto.

- ¡Jaejoong!... – y te grabas en la memoria aquellos gemidos ahogados en placer cuando alcanza el orgasmo y derrama su semen dentro de ti. Sujetas su rostro y le atraes necesitado de su aliento errático para compartir un beso tembloroso.

Te gusta la esencia de su pasión.

Porque es así como te ama.

QUIMERA

***

Hay ocasiones en que al despertar temes que tu vida antes de esa noche haya sido solo un sueño. Una quimera despiadada que ha construido tu inconsciente para darte la felicidad anhelada por todo ser humano. Pero entonces basta con mirar a tu lado a ese precioso ser que dormita tranquilamente entre tus sábanas.

- No desaparezcas nunca, Junsu ah… - susurras con cariño y miedo. Una parte de ti no se acostumbra y por eso continúas inseguro.

Es que te parece demasiado hermoso para ser verdad.

Que ese hombre dormido en tu cama te ame, que encuentre magnífico cada detalle de ti, que sepa tolerar todos y cada uno de tus estados de ánimo, que esté dispuesto a sonreírte aún cuando las lágrimas corren por tus mejillas cuando se hace presente el recuerdo de tu padre fallecido y te derrumbas refugiándote en sus brazos.

Te atormenta el miedo de que desaparezca un día. Que cuando despiertes como esa mañana, el otro lado de tu cama esté vacío o su rostro no descanse apoyado en tu pecho.

- Yoochun ah… - su voz adormilada te distrae y se lo agradeces, es preferible romper aquel tren de pensamientos… - buenos días, Chunnie… - te sonríe y su cristalino gesto te llena de calidez, te contagia y solo puedes devolverle la sonrisa, acariciar su mejilla y notar el ligero tono rosado que las cubre tan temprano.

- ¿Te he dicho que me encanta conseguir que te ruborices cada día aún por detalles tan insignificantes?... – murmuras enamorado…

- Que me toques de cualquier manera nunca es insignificante para mí… - te sonríe y se acerca envolviéndote en un abrazo. Sus labios rozan delicadamente los tuyos y te dejan con ganas de más… - aseo dental… - canturrea lleno de energía (y casi envidias su capacidad para espabilar el amodorramiento en instantes cuando tú puedes ser capaz de tardar largos minutos) y salta de tu cama rumbo al cuarto de baño.

Sonríes y decides dejar los miedos para después –sabes que muy probablemente mañana al despertar se hagan presentes otra vez pero sueñas con que un día ya no te persigan más–. Te encaminas a su lado y apenas terminas de cepillar tus dientes rodeas su cintura y robas de sus labios el primer beso matutino de verdad.

Sonríe para ti y se deja mimar por tus cariños, regresándote en compensación más sonrisas y tiernas miradas.

Lo amas. Y a veces quieres pensar que incluso si esta es una quimera, vas a vivirla hasta el día que desaparezca ante tus ojos. Y ruegas, porque el día que eso suceda, sea el día de tu muerte, de otro modo, tu vida carecería de sentido.

ROMANTICISMO

***

De sobra sabes que no es su especialidad. Pero te resulta suficiente cuando tiene sus momentos románticos y es él quien se levanta antes para preparar el desayuno o te dice que pasará por ti después del trabajo –aunque tengas tu propio auto y le dejes en el parking de la empresa hasta el día siguiente–, cuando suspira en medio de un beso y sus manos te retienen por la nuca impidiéndote la retirada.

ChangMin te gusta así, tal cual es, sabes que no cambiarías ninguno de sus defectos y que tienes en estima cada una de sus virtudes. La gente no te cree tanto amor y devoción por tu novio pero a ti no te importa.

- Incluso el más enamorado de los novios seguro cambiaría al menos una cosa de su pareja… - te dijeron una de tantas veces.

- Yo no. Porque son sus defectos parte de su esencia, y si llegase a cambiar alguno de ellos, entonces él ya no sería él, y de esa manera no sería el chico de quien me enamoré… - has respondido con sinceridad. De esta y de otras formas. Pero parece que no importan las palabras, la gente sigue quedándose con esa primera impresión al verle.

Sonríes y aflojas el nudo de tu corbata. De todas maneras aquello realmente no te importa. Los amigos de verdad –quizá pocos, pero suficientes– entienden tu punto, o al menos lo respetan, y eso es lo que te basta. Las puertas del ascensor se abren y sales con andar tranquilo, hoy tienes pensado prepararle una rica cena, para él no es importante y quizá no lo recuerde, pero es su primer aniversario.

El primer año juntos.

- Llegas temprano, Hayami no baka… - te saluda como siempre, con ese particular tono agrio que igual te arranca una sonrisa e hincha tu corazón en felicidad. Porque verle en casa, en la casa de ambos, es suficiente para llenarte de contentura.

- ¿Estás cocinando?... – preguntas apenas tu nariz capta ese aroma a espagueti y guisado.

- También regresé muy temprano y entonces pensé en matar el tiempo preparando la cena… - encoge los hombros y vuelve al interior de la cocina, colocándose ese delantal sencillo apenas ingresa y yendo a vigilar las ollas en la estufa.

Sueltas una risa y él vuelve a mirarte con cara de interrogación. Quieres responderle que le ha causado gracia haber venido pensando en una cena especial debido a la fecha pero pronto lo descartas. No tiene mayor importancia.

- Voy a ducharme… - le avisas y mandas un beso volado antes de salir y guiarte por el pasillo hacia el cuarto de baño.

Más tarde, cuando sales con ropa cómoda, la pequeña toalla sobre los hombros y los pies descalzos; te sorprende la mesa puesta, las velas al centro y la botella de champagne en el recipiente con hielos.

- Feliz Aniversario, Hayami no baka… - te dice con voz suave, las mejillas morenas arreboladas de carmesí y su típica expresión de indiferencia que sin embargo no te tragas más.

Porque hay mínimos detalles en sus facciones que te dicen cuando está avergonzado, cuando está jubiloso, cuando quiere compartir contigo sus alegrías y logros. Cuando está enfadado, cuando está cansado y solo quiere un abrazo o una palabra de aliento ante un incipiente fracaso en el trabajo.

Te ha tomado de cualquier forma por sorpresa, porque definitivamente no esperabas este gesto ni que lo recordara.

- Feliz Aniversario, ChangMin ah. Te Amo y gracias, por este maravilloso año juntos… - le abrazas y besas despacio esa boca suave que se permite ser cariñosa.

- Suficiente de cursilerías, vamos a cenar que me ha costado mucho preparar esto… - te corta a su modo, con algo de tosquedad pero así le amas.

Sonríes y te sientas a la mesa, sirve tu platillo y más tarde destapa la champagne para brindar. Y después de un par de horas charlando sentados en el sofá a media luz y con música de fondo, es él quien te arrastra entre besos y caricias a la habitación. El regalo de aniversario más importante estaba por entregarse.

SABOR

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Te gustan sus labios rojos, te encanta el blanco porcelana de su piel, te fascinan sus grandes ojos negros y el sedoso de sus cabellos negros. Te maravilla cada detalle en él, desde las visibles perfecciones de su cuerpo, hasta las inmutables hazañas de su alma.

Te gusta todo, absolutamente todo de Jaejoong.

En esencia, el color y el sabor de su alma enamorada.

Y es así porque has aprendido a amarlo con cada uno de tus sentidos. Y con cada uno de ellos has conocido los sabores de tu amado. Si has de conocer el calor de su cuerpo tembloroso cuando sumidos en placer acaricias cada palmo de su figura, tu piel te dirá que su sudor salado puede mezclar muy bien con el tuyo. Si has de reconocer el tono de su voz cuando jadea entre sollozos de gozo, tus oídos te dirán qué le gusta más. Si has de saber cuál es su aroma tras la ducha, solo tienes que abrazarle y enseguida tendrás cada uno de sus aromas, el de su jabón, su champú, su desodorante y su colonia. Si has de corroborar qué tan dulces están sus labios ese día, solo tienes que robarle un beso antes de dormir y tu lengua inquieta te dirá cada detalle. Si quieres recordarle a tus memorias porqué le amas, basta con mirarle, tus ojos grabarán otra imagen en tu cabeza y se inmortalizará para siempre ahí.

Así te sabe la esencia de su ser.

Y te enamoras sin necesidad de pensar acerca de ello.

Porque es Jaejoong.

Y él enamora así sin más. Lo sabes, y a veces te llenas de celos porque otros ojos –de mujeres y hombres– vagan por la silueta de tu amado. Pero te reconforta y te tranquiliza su toque, su mirada, su sonrisa, su voz.

- Te Amo, Yunho ah… - porque cada que aquellas palabras entran por tus oídos, tu alma misma es la que se enamora un poco más.

Si alguien te preguntase entonces ¿Cuál es tu sabor favorito? Tú sin duda responderías Jaejoong.

Porque es el sabor que alimenta y regocija tus días. Es el elixir de los dioses.

Continuará......