Alfabeto del amor. Parte final

He disfrutado mucho escribiendo este alfabeto ;D muchas gracias por acompañarme en un proyecto más, de estos que nacen de la nada y fluyen sin mayor contratiempo. Espero les guste tanto como a mí ;3

Título: Alfabeto del amor… Y algunas de sus implicaciones

Autora: Felina

Parejas: YooSu, YunJae, HayaMin

Género: Romance

Clasificación: NC-17

Advertencia: Lemon

ALFABETO DEL AMOR… Y ALGUNAS DE SUS IMPLICACIONES

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DE LA T A LA Z

 

TEQUILA

***

Sabes que te gusta el licor, es algo que no puedes evitar aunque tampoco es una total adicción. Te gusta probar siempre licores nuevos y disfrutar de una buena copa de vino durante la comida o la cena, sobre todo si es para festejar algo en particular. Prefieres la cerveza cuando se trata de una cotidiana reunión con los amigos, un cigarro esporádico y un montón de risas y cotilleos.

Claro que eso te gusta.

Pero a tu novio no.

Y a menudo te preguntas cómo es que Junsu encuentra desagradable aquellos sabores que a ti te despiertan peculiares sensaciones en el paladar, esas que se anclan a sentimientos y recuerdos –generalmente buenos aunque también los hay del otro extremo– que te hacen sentir bien y en familia, con sabor a hogar.

Es entonces que te animas, planeas invitarle una vez más a probar contigo. Acercas la botella de tequila, limones y sal a la mesa. Cuentas los minutos en tu reloj de muñeca y comienzas a sentir el cosquilleo de la ansiedad asaltándote el estómago. Esperas que no se le ocurra llegar tarde o peor aún que no llegue porque se le haya ocurrido de último momento visitar a su mamá –los conoces a los dos, a tu novio le gusta mimarse con su progenitora y a tu suegra consentir a su pequeño–

Se disparan tus sentidos cuando escuchas el picaporte de la puerta y al segundo te has acercado a la entrada…

- Estaba por llamarte, Junsu ah… - le recibes con un abrazo y él te mira con sus bellos ojos chocolate como si no comprendiera porqué el efusivo recibimiento (y es entonces que te permites tomar nota mental de ser un poco más cariñoso con él en momentos cotidianos como aquél, admites casi con vergüenza que derrochas tu amor solo cuando nadie les ve o una vez que comparten por costumbre el mismo espacio)

- Por qué, ¿ha sucedido algo Yoochun ah? – te mira aún inquieto y tú niegas agitando la cabeza y sonríes ampliamente.

- Solo estaba ansioso por verte. Te extrañé mucho hoy, baby… - le besas con calma y abrazas su cintura pegándole a tu cuerpo, te responde con intensidad y ancla sus manos detrás de tu cuello. Vaya si lo habías echado en falta ese día.

- ¿Solo hoy? Yo te extraño todos los días… - te puchea apenas rompen el beso y te pone esos morritos que tanta ternura te inspira, acaricias sus mejillas y le regalas nuevos piquitos en sus rosados labios.

- Es que hoy casi no tuve trabajo y no encontré mucho en lo que distraerme para evitar pensar cuánto te extrañaba, pero también te extraño todos los días cuando no estamos juntos.

- Está bien… - confía en tus palabras y deja que le arrastres hasta el comedor… - ¿Vamos a festejar algo?... – inquiere una vez sus ojos reparan en la botella de licor, sonríes ante el mohín de disgusto que inconsciente se planta en su rostro.

- Solo quiero que te tomes un vasito de tequila conmigo…

- Pero no bebo Chun, lo sabes…

- Sí, lo sé; pero solo será un poco…

- ¿Estás seguro de que no pasa nada?

- ¿No puedo tener simplemente ganas de tomar un trago de tequila con mi novio?

- Sí, no te enfades; solo me ha tomado por sorpresa porque sabes que no me gusta tomar.

- Hagamos un trueque… - le dices con una sonrisa y él parpadea confuso con las mejillas coloradas. Te da curiosidad saber lo que ha pensado pero prefieres no preguntar, su sonrojo te dice mucho… - Beberé solo yo, pero entonces tú tendrás que besarme y adivinar qué he tomado.

- No le encuentro sentido…

- Tampoco yo pero es una buena excusa para hacer que pruebes licor… - encoges los hombros sintiéndote ridículo por tu propia idea. Tal vez en tu cabeza no pareció tan mala pero en realidad era absurda. Suspiras y evades su mirada.

- Yoochun ah, a veces eres complicado… - te sonríe y enmarca tu rostro atrayendo de nuevo tu mirada. Te planta un beso en la nariz y te suelta.

Sus manos se mueven entonces hacia la mesa, toma el vaso tequilero y sirve un poco de aquel amarillento líquido, se coloca la tapa de limón entre los labios y un poco de sala en la palma de su mano. Te entrega el vaso y su mirada te lo dice todo. Bebes de una el trago de tequila y de inmediato lames la sal en su mano para luego ir por esa tapa de limón que exprimes con maestría antes de tirarla al suelo y atacar sus labios dejándole sentir el quemante sabor del tequila mezclado con la sal y el limón. Jadea en medio del beso y su lengua resbala impetuosa dentro de tu boca, te toca el paladar y recorre tu interior haciéndote sentir por un momento dominado. Se aparta luego y un hilillo de saliva cae en su mentón, lo lames despreocupadamente y sus mejillas se encienden un poco más.

- ¿Y…? – interrogas con apremio. Necesitas el veredicto de tu novio luego de aquel beso con sabor a licor.

- El tequila no me gusta en absoluto… - respinga y hace un mohín… - pero tus besos son verdaderamente adictivos, Yoochun ah… - te sonríe con tono sexy y seductor se pega a tu cuerpo… - dame otro beso de tequila… - susurra en tu oído y comprendes que después de todo, no fue tan mala idea probar como lo hiciste.

Te sirves otro trago y mientras tanto él se ha hecho ya de la sal y el limón. Puede que no le guste el licor, pero en tus labios está bien embriagarse con decenas de besos de tequila.

UNIVERSO

***

Es tan sencillo como eso. Para ti él es todo tu universo. Y eso por sí solo, ya es mucho decir.

Una vez ChangMin te dijo si estabas consciente de lo que decías por ir por ahí lanzando esas cursilerías de amor por Jaejoong y te lanzó una cátedra acerca del significado de la palabra. Recuerdas que escribió con plumón en el espejo de tu habitación la definición para que no se te olvidara y tomaras más precisión para definir tu amor por el mayor.

El universo es la totalidad del espacio y del tiempo, de todas las formas de la materia, la energía y el impulso, las leyes y constantes físicas que las gobiernan.

Sin embargo, cuanto más veías cada palabra en aquella definición que ni siquiera te tomaste la molestia de borrar de tu espejo, más te convencías de elegir bien el término universo para definir tu amor por Jaejoong.

Totalidad del espacio y el tiempo. Bien, hasta donde tus conocimientos te permiten, todavía estás seguro de que Jaejoong es ese todo, porque incluso cuando no le tienes físicamente cerca, sabes que está ahí, porque aún respira del mismo aire que tú; porque lo meditas y sigues creyendo firmemente que sin importar lo que hagas, Jaejoong está ahí, vagando en tus pensamientos cada segundo de tu vida.

Formas de la materia. Bueno, Jaejoong por sí mismo es un cuerpo, y un cuerpo es materia. Y qué decir de las miles de formas en que ese hombre puede transformarse, manteniendo fiel la constante de su belleza sobrenatural.

Energía e impulso. Sin duda es el motor de tus días, incluso cuando discuten, ese enojo que sabes pronto pasará se convierte en un nuevo impulso para conocerle más –con todo y que piensas que le conoces al derecho y al revés, nunca termina de sorprenderte–.

Sobre leyes y constantes físicas… bien, no sabes demasiado al respecto, pero estás seguro que si tiene algo que ver con la ley del magneto o las propiedades de la luz y todos esos complejos conceptos que probablemente solo ChangMin podría entender; todavía metes las manos al fuego para asegurar que Jaejoong es tu universo.

- Yunho ah…

- Eres mi universo, JaeBoo, no me importa que ChangMin venga a decirme que digo tonterías cursis…

- ¿Eh?... – te sonríe medio confundido pero enternecido al mismo tiempo.

- Divagaba en mis pensamientos… - señalas rascándote torpemente la nuca, de algún modo te sorprendes avergonzado de lanzarle aquello así nada más a tu novio.

- ¿Por eso tu espejo sigue con ese mensaje sin borrar?

- Eh… Sí, por alguna razón no encuentro sentido a limpiarlo…

- No lo necesitas Yunho ah; porque entiendo lo que quieres decir, lo que sientes. Y eres mi universo también… - ladea el rostro y amplía un poco su sonrisa, te llama con la mano y tú vas a su encuentro de inmediato…

- Lo limpiaré mañana, o después de mañana; cuando tenga espacio y tiempo suficiente para manejar otros aspectos de mi universo… - ríes a su lado y tu mano rodea su cintura mientras caminas tras de él saliendo de la habitación.

Sabes que aunque no necesitas aquellas palabras interfiriendo en tu espejo. Tampoco te estorban, el único reflejo que ocupas de ti mismo lo encuentras en Jaejoong.

Tu universo, tú el suyo.

A su modo, el todo del otro.

VERTIGINOSO

***

Del mismo modo que la sensación del vértigo, ChangMin te hace sentir así, un poco mareado y en una especie de ilusión. Todo gira a su alrededor y al mismo tiempo el movimiento permea tus sentimientos mandándolos tras cada vuelta directo a su corazón.

Te suena un poco loco pero no te importa, es una más de las tantas formas en que vives tu amor a su lado. Te mira ceñudo y comprendes que tu mirada ha comenzado a molestarle. Sabes que le fastidia que tengas tu total atención sobre él cuando está estudiando. Sonríes y le guiñas el ojo arrancándole un bufido que sabes se debe también a vergüenza. Sí, te encanta fastidiarlo con cariño.

- Haz algo productivo para variar, Hayami no baka… - te gruñe altanero y clava de nuevo su vista en el libro abierto sobre sus piernas, las que ha flexionado arriba del sofá para quitarte mayor visibilidad de su persona.

- Me resulta bastante productivo observarte, ChangMin ah… - le provocas intencionadamente. Te han entrado unas repentinas ganas de fastidiarle hasta que te mande al demonio. O en su defecto te permita acercarte para besarle. La primera opción te parece más viable, pero todavía le tienes fe a la segunda. Con él nunca se sabe, siempre tiene ases bajo la manga.

- Si no me dejas en paz definitivamente esta noche duermes en el suelo… - te advierte desde el escondite en que se ha convertido el libro de consulta. Su voz te llega un poco amortiguada, pero lo suficientemente firme y seria como para creerle.

- ¿Vamos a hacerlo en el suelo esta noche, cariño?... – te arriesgas sin embargo a seguir molestándole. Sientes esa sacudida en la boca del estómago cuando te encuentras presa de tus propias acciones y el vértigo amenaza con volverte loco de amor.

- ¡Yah! ¡Deja de pensar cochinadas y déjame estudiar!

- Bésame.

- ¡Qué!

- Bésame y te dejo en paz.

- Y por qué tengo que besarte, solo déjame en paz… - te gruñe de nuevo, con un poquito de más acidez en su voz. Pero el sonrojo le traiciona y sabes que también quiere hacerlo, solo le gusta que le ruegues.

O en su defecto que se los robes. Te acercas decidido y le quitas el libro de las manos lanzándolo a la mesita de centro, te inclinas sobre su cuerpo y le besas algo apresurado. Es culpa del mareo, de esa sensación vertiginosa que te hace caer en picada y girando. Sus labios te marean, te enloquecen. Y cuando sus manos te jalan impidiéndote la retirada sabes que sí, el vértigo apenas ha comenzado.

“W”

***

Famosa constelación reconocible por sus cinco estrellas brillantes que forman una M o una W según se le mira en la bóveda celeste. Fácil de reconocer suele ser utilizada para encontrar el norte. ¿Qué tiene esto que ver con ellos? Todo, porque a su modo, son estrellas brillantes que se acompañan y permanecen inmutables en el firmamento, rodeadas de otras estrellas menores o amistándose con constelaciones como la Osa Mayor, colindante con otras como Andrómeda y Perseus. Si lo ves desde esta perspectiva, cinco personas reconocidas como dioses se acompañan por el complicado camino de la vida apoyados en otros. Uno de ellos, que puedes considerar como ese héroe que enfrenta todas las batallas posibles a tu lado.

¿Puedes adivinar a qué personaje hace referencia cada estrella?

Deja que el corazón te guíe y encontrarás el Norte.

XBOX

***

Esa tarde tienes ganas de matar el tiempo jugando sin parar. Sacas tu vieja consola de Xbox y a tu mente llegan viejos recuerdos. Cuando tenías todo el tiempo del mundo para hacer el vago y tu madre tenía que arrancarte de la consola para que salieras a comer, o cuando la euforia te consumía y no parabas de gritar tus victorias. Incluso cuando en medio de un juego, Yoochun te robó un beso.

Suspiras y le extrañas, hace demasiados días que no le ves, entre tu gira y sus propios compromisos apenas si han tenido tiempo para charlar por teléfono. Te decides a iniciar un juego e intentar espabilar la sensación de añoranza. No lo consigues, de pronto todo el interés que tenías en la consola o cualquier otra forma de distracción te parecen demasiado poco. Le echas demasiado en falta y quisieras dominar el tiempo para tenerle de vuelta.

Tomas el móvil y titubeas entre marcarle o no. Sientes que le acosas, que no le dejas ni respirar y temes que pronto se canse de ti. A veces es tan huraño con las personas.

Con todos menos contigo.

Te reconforta el recuerdo y sabes que incluso cuando solo quiere estar “solo”, te arrastra a su lado, te pide un poco de silencio y se sienta por minutos y hasta horas a escuchar música y componer, mirándote apenas de tanto en tanto de soslayo como para asegurarse que sigues ahí.

Solo, pero contigo.

Sonríes y te sientes un poco mejor, te han vuelto las ganas de jugar y pronto encuentras el ritmo en la consola, ganas como suele pasar y la noche cae de súbito sin que te dieras cuenta del tiempo.

- Jugando a esta hora, baby… - su voz te hace saltar de tu lugar y girarte, ahí en la puerta está tu querido novio, con su elegante porte y esa sonrisa cansada en los labios, pero sonriente y con los brazos abiertos esperando tu recibimiento.

- ¡Yoochun ah! – exclamas por demás emocionado y te lanzas a sus brazos, le rodeas con ganas y tu boca pronto se ha hecho de la suya, le besas demandante, le robas el aliento y todavía quieres más. Es que… - te he extrañado tanto…

- Y yo a ti, Junsu ah… - te acaricia las mejillas y luego es él quien te besa, todavía más profundo a ser posible y pronto el calor sube presuroso por cada poro de tu piel… - ¿Quieres jugar?... – mira la consola pero tú todavía le miras a él.

- No. Quiero jugar contigo solamente… - le invitas con una sonrisa pícara aunque tus mejillas se tiñan de carmín y el corazón te galope avergonzado.

La consola puede esperar. Pero tu cuerpo y tu corazón, nunca.

YUXTAPOSICIÓN

***

Sonríes de medio lado y crees que comienzas a parecerte a tu novio por andar con cursilerías de aquella naturaleza. Vamos, que ni en el trabajo puedes dejar de pensarle esa tarde, todo, incluso simples palabras como aquella, te recuerdan a él.

Hayami se ha convertido en una mala influencia. Sí, eso tipo de influencias que te hacen sentir tan vivo que a veces te desconoces a ti mismo como justo en ese instante, cuando no puedes dar crédito a tus propios pensamientos. Sacando conclusiones cursis acerca de cómo es transpolar términos de gramática y ontología a tu vida personal.

Pero es así.

Hayami y tú han hecho una especie de asociación. Que puede llegar a ser ambigua y con variables interpretaciones. Pero asociación al fin y al cabo, y eso por ende te hace feliz. Porque Hayami solo se yuxtapone contigo y con nadie más, en absolutamente todos los sentidos imaginables.

- ChangMin ah… - se asoma por la puerta y tú sonríes un poco más. Es tan grato ver su rostro en ese momento… - es tarde, ¿estás resolviendo algún caso aún?

- No, ya he terminado, vamos… - mientes (porque no has conseguido armar siquiera bien el caso que te asignaron esa mañana, pero lo pospones para después)

Tomas tu maletín y metes algunos documentos –al azar en realidad, de pronto te cosquillea todo el cuerpo y solo quieres largarte de ahí–, le ves tomar tu abrigo y la bufanda del perchero, misma que coloca alrededor de tu cuello apenas te acercas a la puerta, te besa corto y te pone también el abrigo. Sí, te has vuelto algo cursi por su culpa pero lo comprendes, son efectos de la yuxtaposición.

Y cuando salen tomados de la mano y entran al elevador, te permites ser también algo atrevido y le estampas contra el muro de metal demandando un beso más, algo más apasionado y caliente; claro, le echas la culpa al frío descomunal que sentirás apenas salgan al exterior porque el invierno este año ha llegado con bríos. Te atrapa y te cobija contra su cuerpo, te sigue el ritmo y te dice a su manera, que es el único con quien podías yuxtaponerte con tal precisión.

ZANFONA

***

Te extraña ver aquel instrumento tan novedoso para tus ojos en la sala de música. Le buscas con la intención de cuestionar a qué se debe el nuevo objeto en la casa y él te responde con fluidez aquello…

- Es un instrumento musical perteneciente a la familia de los cordófonos frotados y es bien conocido en la música popular europea.

- Jaejoong ah, me encanta la música y todo, pero a pesar de eso no entiendo de todas formas el punto, nuestra cultura tiene sus propios instrumentos musicales como para que vayas y compres algo de cuya explicación solo capté justamente que es instrumento y que es popular en Europa… - señalas ligeramente convencido de que algún bicho raro le picó a tu novio. Pero él lanza una risita y toma aquel instrumento entre sus manos.

Cuando comienza a tocarlo, el sonido que sale de aquellas cuerdas que vibran de acuerdo al compás que Jaejoong marca, te recuerda a las gaitas irlandesas, pero al mismo tiempo suena diferente y especial, no es un sonido melodioso como el del violín, ni tan grave como el violoncelo. Y te quedas prendado de su sonido hasta que Jaejoong termina y te mira expectante.

- Es… de forma diferente hermoso… - sinceras y ves la sonrisa ganar terreno en los labios rojos de tu novio.

Y así, te das cuenta casi sin querer, que como aquel instrumento desconocido hasta entonces para ti, la belleza y la hermosura de Jaejoong, sin importar cuándo es descubierta, se convierte en centro de atención, y es diferente e indescriptible.

**FIN**