Antes que nada, mis más sinceros agradecimientos para las personas que se siguen pasando por el blog, para quienes han dejado sus palabras de aliento y para las que todavía creen en mí como escritora. De verdad me motivan a seguir adelante. Aclaro en este espacio que nunca ha sido mi intención dejar de escribir, me apasiona hacerlo, solo me replanteaba las publicaciones; pero bueno, dejemos eso en el ayer, YooSu No Tengoku no cerrará sus puertas, creeré en ustedes como han creído en mí. Aunque todavía sin duda habrá ocasiones en las que me desanime por una razón u otra, esperaré encontrar la motivación para continuar con esto.
Y en fin, me he extendido en algo que no es tan importante ;D me aparezco por acá para compartir un YooSu que escribí más bien en face, así que las que me tienen de contacto pudieron leerlo antes -y lo esperaron cada día porque escribía por pedacitos xD- les aviso de antemano que lo revisé, aumenté algunas cosas y procuré quitar las faltas de ortografía que se me habían ido, igual puede que haya quedado alguna~
Y pues nada, hoy les dejo esto, y aunque voy recuperando el deseo de publicar, probablemente regrese hasta diciembre con algo nuevo. Gracias por seguir aquí~
Título:
Soul Imprisoned
Autora:
Felina
Pareja:
YooSu (YunJae & HayaMin)
Género:
Angustia, Romance
Clasificación:
NC-18
Advertencia:
Contenido sensible para algunas personas. Lemon.
*****Yoo~Su*****
~~//~~
Aquellos ojos recorrían la anatomía del
“nuevo” con gula, la sonrisa perversa de aquellos labios le producirían asco si
solo fuera consciente de ello. Pero no, el “nuevo” seguía agazapado en un
rincón del comedor sin atreverse a mover un solo músculo. Todavía no podía
creer que estaba ahí, en el fondo esperaba
despertar de la pesadilla. Pero esto
era real.
- Lo quiero, tráelo – la voz de mandamás
del sujeto sentado en el privilegiado lugar del comedor de aquella prisión de
máxima seguridad fue una orden directa para aquél que se hace llamar su mano derecha.
Aquél dirigió sus pasos decididos en la
dirección del joven castaño cuyos ojos cristalinos lucían lacrimosos y
asustadizos, aquella emoción que
tanto le gusta a los cazadores de su presa. Un par de metros y una pierna
apareciendo de pronto en su camino como obstáculo le impidió continuar la
marcha. El hombre miró hacia abajo y a un lado, donde uno de los tantos
prisioneros estaba sentado con los brazos cruzados y la mirada profunda clavada
en el castaño.
- Será mejor que te apartes, steppenwolf; no
quieres estos problemas ahora – amenazó sin más, dispuesto a iniciar una pelea
porque de cualquier manera, su oponente llevaba las de perder. Sin influencias
entre los custodios ni demasiado poder entre los prisioneros.
- Déjenlo en paz. Él es mío… - la voz ronca del joven de
cabellos azabache le hizo saber al hombre que no bromeaba. Contadas veces el
peliazabache se ha metido en problemas con otras pandillas, pero cada vez ha
demostrado por qué es llamado “Steppenwolf” (lobo estepario); es frío, calculador
y sin remordimientos ataca cuando es “su necesidad”. Es solitario, de sentidos
agudizados y algunos juran (los mitos pronto se esparcieron como rotundas
verdades), capaz de ver de noche cual si fuese de día.
- Te lo advierto steppenwolf, no quieres
meterte con el “Decano”.
- Él es mío, si veo a cualquiera sin
importar la pandilla a que pertenezca acercarse a él con intenciones dobles;
voy a torturarlos tan lenta y dolorosamente que van a suplicar que les mate.
- Le entregaré tu mensaje al “Decano”, pero
será mejor que cuides muy bien tus espaldas steppenwolf, ya sabes cómo le gusta
al “Decano” encargarse de sus problemas – el prisionero sonrió con sorna,
seguro de que incluso el peliazabache podría temblar ante aquella amenaza.
Pero el de ojos negros solo le dirigió una
mirada fría, serena, despreocupada. El prisionero dio media vuelta y espetando
maldiciones entre dientes volvió ante su jefe. El peliazabache se puso entonces
de pie y caminó hasta aquel muchachito que seguía siendo blanco de miradas de
todo tipo en el comedor.
- Hey, cómo te llamas… - la respuesta no
llegó, la cara aniñada del castaño sacudió el corazón del peliazabache y él
tuvo en bien regalarle una sonrisa cálida. Cuando sus labios se torcieron en
aquel gesto casi sintió la tensión de los músculos de su quijada, hacía tanto
que no sonreía, que probablemente la mueca en su boca fuera otra cosa… - ¿Por
qué estás aquí, pequeño?
- ¡No quise hacerlo, lo juré tantas veces
pero no me escucharon! – el castaño gimoteó al borde del llanto. Steppenwolf
pensó entonces que no había mirada más sincera y pura que la que esas pupilas
avellana le devolvían en ese preciso momento… - No quiero estar aquí… - sollozó
suplicante, cubriéndose la cara con las manos y retrayendo un poco más el cuerpo
como si así pudiese escudarse de la cruda realidad.
- Voy a decirte algo chico. Aquí estamos
gente de todo tipo. Culpables, inocentes, malos, puros; cada uno tiene su
historia, y varias versiones de esa historia; aquí sin embargo tienes que
cuidarte o cualquiera va a aprovecharse de ti… - los ojos avellana le miraron
entonces con aprehensión. Estaba aterrado… - tal vez no debas estar aquí, pero
por ahora es mejor que te hagas a la idea de que estás.
- Pero no quiero… - susurró con angustia,
mordiéndose los labios con desesperación. La presencia de este joven solo
parecía haber acrecentado el terror de su pesadilla.
- Lo sé chico. Lo sé… - Steppenwolf suspiró
con amargura. Sin embargo, a diferencia de este muchachito, él definitivamente
merecía estar ahí… - ¿Cómo te llamas?... – pero una vez más, la respuesta no
llegó, solo la mirada asustadiza y una respiración más agitada. Probablemente
él no debió abordarle tan pronto… - Aquí solo puedes confiar en un tipo de
personas. No voy a decirte quiénes porque en realidad, hay demasiada escoria
por aquí. Cuando sientas que tu corazón te dice que te alejes, hazle caso;
cuando te diga que puedes confiar, escúchalo.
- Junsu… - el muchachito susurró con labios
temblorosos. Y steppenwolf pensó que sus años de encierro tenían sentido solo
ahora… - me llamo Junsu, ¿cuál es tu nombre?
- Park Yoochun, aunque aquí todos me
conocen por Steppenwolf… - sonrió y extendió su mano. La mirada dubitativa del
castaño le hizo saber que aún meditaba cuánta confianza depositaba en él. Sin
ofenderse por la negación de su educado gesto, el peliazabache retiró su mano.
- Me gustan los lobos. Son confiables y
leales… - el castaño destensó un poco el cuerpo y se animó en mirarle
directamente a los ojos. Yoochun pensó que esas pupilas se habían convertido
definitivamente en su perdición… - por favor hyung, ¿podrías cuidar de
mí?...
Park torció una sonrisa cálida –o el
intento de una, aún piensa que pasó demasiado tiempo sin sonreír – asintió y
vio una ligera sonrisa curvarse en los delicados labios rosados. Él acababa de
aceptar una misión sumamente difícil, todos ahí probablemente querrían tenerle.
Pero steppenwolf sabía algo ahora. Si él moría aquí, probablemente sería por
cuidar de esa inocente criatura.
--//--//--//--//--//--//--
El primer día. El primer mísero y terrible
día. Junsu suspiró por enésima vez en la última hora, sentado en la “cama” de
su nueva “habitación”. Una celda de escasos metros cuadrados que le hacían
sentir acorralado y deprimido. Salvo por la compañía de Steppenwolf, aquél
lugar simplemente era deplorable. Él jamás hubiera imaginado estar ahí, pero
esta era su realidad ahora, y por más que deseara estar en medio de una
pesadilla, la luz no llegaba a sus ojos, el amanecer no se presentaba y él,
definitivamente, tendría que aprender a “vivir” aquí. Aunque de hecho, no
pudiera llamarse vivir a estar en un sitio como aquél.
El aroma a tabaco, alcohol, sudor y
limpiador se convertía en la cosa más desagradable imposible de sacarse de la
nariz, se le había ido hasta la garganta y era sumamente desesperante. Pero no
era lo peor, había cosas aún más “grotescas”, como los hombres de las celdas
contiguas riendo a carcajada abierta mientras comparten sus “glorias” por la
forma en que tuvieron a cuanta mujer se les cruzó en el camino antes de llegar
a prisión, la cantidad de palabras en el lenguaje más obsceno imaginable que le
taladraba los oídos y le hacía sentir asqueado. Y está seguro, es la primera
capa del magma en este infierno.
- Te diría que te acostumbras y se vuelve
menos asqueroso, pero estaría mintiéndote… - la voz de Steppenwolf atrae de
nuevo su atención y le arranca de aquel vórtice de pensamientos que le estaban
poniendo realmente mal. Y en el fondo, agradece que hubiera roto el mutismo en
que habían caído desde que llegaran ahí luego de un pequeño “paseo” (alguna
palabra tendría que denominar esa caminata por las instalaciones de la prisión
en las que todo prisionero podía vagar sin problemas) saliendo del comedor.
- ¿Se puede ignorar?
- No. Ciertamente no.
Fue todo. El intercambio de palabras murió
de nuevo en ese instante. Junsu tenía curiosidad –era imposible negarlo– pero
al mismo tiempo temía preguntar. Tal vez si supiera el motivo por el que
Yoochun estaba aquí, él perdería la poca confianza que fue capaz de tomarle por
el simple hecho de no mirarle como todos los demás.
El castaño miró de soslayo a su
acompañante. El perfil definido de la mandíbula que parecía esculpida con
cincel le daba ese aire varonil que le sentaba bastante bien y combinaba
perfectamente con su personalidad más bien distante. Los rasgados ojos negros
atisbados de seriedad y los gruesos labios en aquel insistente gesto de
indiferencia. Junsu se tomó el tiempo de pensar que era sumamente atractivo, y
por un segundo mientras sus pupilas avellana se perdieron en el perfil de
Yoochun, se olvidó del sitio en el que estaba y tuvo esa punzada en la boca del
estómago como cada que se sintió atraído por alguien de su mismo sexo. Las
mejillas se arrebolaron de carmesí y él se obligó a desviar la mirada.
No. Tal vez hubiera sido mejor no hacerlo.
Un hombre robusto acababa de pararse en la entrada de la celda mirándole
insistentemente. Odia esa clase de miradas. Porque fueron las mismas que
durante años “Él” le dedicó, y aún no puede sacarse el olor de su piel o el
sabor mentolado de sus libidinosos labios.
- ¿Qué tanto estás mirando? – Estuvo ahí de
nuevo, la voz ronca que casi parecía hacer eco entre las murallas de concreto
dándole un aspecto más agresivo del que probablemente el peliazabache quería
emplear.
- Si no piensas disfrutarlo deberías
dejarlo para el resto, steppenwolf… - el hombre sonrió con lujuria y tuvo el
descaro de chupar uno de sus dedos en un gesto obsceno que le provocó náuseas
al castaño, y la ira apenas contenida del peliazabache.
- Lárgate antes de que fracture tu quijada
imposibilitándote el habla, imbécil… - Yoochun siseó con los puños apretados y
habiéndose puesto ya de pie encarando al non grato visitante.
- ¡Já! Así que los rumores son ciertos eh…
- el hombre ladeó el rostro mirando por encima del hombro del peliazabache al
castaño agazaparse en su “cama” y replegándose contra el muro tras de sí… - Por
ahora podemos dejarlo así, pero no creas que podrás protegerle para siempre,
steppenwolf.
- Vamos a ponerlo a prueba… - amenazó con
firmeza, sin apartarle la fría y furiosa mirada al otro.
Cuando el hombre dio media vuelta y se
largó, Yoochun volvió la mirada hacia Junsu. Se le estrujó el corazón al
encontrarse con esos tiernos ojos ahogados en miedo. Él definitivamente tenía
que protegerle.
Junsu desvió la mirada cuando se percató de
los ojos negros de Steppenwolf observándole. Habían sensaciones en ese mirar
sin embargo, que no le resultaba amenazante en él. Luchó también contra los
recuerdos, lo que menos quería era en ese momento volver a pensar en su vida
antes de llegar a prisión; quería olvidar los detalles dolorosos y que se
fueran las ganas de llorar.
Yoochun se mordió la lengua para no decir
nada. Porque realmente no sabía qué decir. Él es tan malo ofreciendo algún tipo
de consuelo. Y en realidad, todavía se pregunta ¿Qué más hay en este muchachito
que le inspira tanta ternura? ¿Tanto deseo de protegerle? No es realmente que
fuese el primer chico con aura tímida que llega a prisión, no es el primer
chico probablemente inocente, no es el primero en muchas formas. Y aún así, es
tan único.
--//--//--//--//--//--//--
- Que sea rápido, tengo que regresar.
- Pero mira que eres un desconsiderado.
¿Tienes idea de cuánto papeleo tuve que hacer para que me permitieran entrar
con esto y así?
- Jaejoong, solo date prisa.
- ¿Y por qué el apuro, Yoochun ah?
- Lo dejé solo.
- ¿A quién?
- Junsu.
- ¿Y él quién es que te interesa tanto?
Park contuvo el aliento unos instantes y
meditó su respuesta. No, no tenía una respuesta clara. Le producía demasiada
ternura, le recordaba tantas cosas.
- Solo date prisa.
- Ingrato.
………………………………
Junsu ni siquiera quería moverse de aquél
sitio, cerca del primer punto de vigilancia entre las secciones de dormitorios
del ala sur. Yoochun le había dicho que se quedara ahí, a la vista de aquel
custodio de tez morena y ojos cafés.
- Él
es Yunho, y es el único custodio en toda esta porquería de lugar en quien
confío. Nadie se acercara a ti mientras estés cerca de su zona de vigilancia.
Esas habían sido las palabras del
peliazabache. Y él no tenía motivo alguno para dudar de lo que Yoochun le
decía. Lo único que le inquietaba, era el hecho de que su hyung se hubiera ido
por “visita conyugal”. Algo en el pecho de Junsu se había sacudido
violentamente cuando llamaron al peliazabache por aquella razón. También se
sentía triste. A él nadie vendría a visitarle nunca. Estaba solo.
………………………………
- Necesito que me hagas un favor.
- Siempre tienes favores que pedirme… - el
chico de nívea piel sonrió ligeramente divertido, mientras terminaba de colocar
aquellos parches en la espalda del peliazabache.
- Contacta a ChangMin, que investigue a Kim
Junsu y tome su caso.
- ¿Quieres hacer rabiar a ChangMin ahora?
- Es mi abogado, ¿no?
- Y está prácticamente dedicado las 24
horas del día a seguir TU caso, ¿ahora quieres que vaya y le diga que quieres
que tome el caso de este chico que te tiene atolondrado?
- ¡No estoy atolondrado! – Park bufó y su
amigo a cambio presionó particularmente la zona sobre la que colocaba el último
parche color piel sobre el costado… - ¡Ngh!
- ¿Es este Junsu la razón por la que estás
tan maltratado? – Jaejoong recibió por respuesta el silencio. Yoochun comenzó a
vestirse de nuevo… - ¿Cuántas peleas has tenido por su culpa?
- No es de tu incumbencia, Jaejoong; solo
haz lo que te pido y no hagas preguntas.
- ¡Que no haga preguntas! ¡Es que no te has
mirado! ¡Estás lleno de cicatrices y aún así no dudas en ir y molerte a golpes
con cantidad de tipos que son más peligrosos que tú!
- ¡Todos esos malnacidos querían violarlo!
¡Qué iba a hacer! ¡Quedarme de brazos cruzados o dar media vuelta! – Yoochun
bramó iracundo. Y Jaejoong le conoce lo suficiente para saber que este chico
desconocido, le importa demasiado a su amigo… - Habla con ChangMin, quiero que
priorice el caso de Junsu sin importar nada más.
- Lo contrataste para que te sacara a ti,
no para ser un buen samaritano por alguien a quien realmente no conoces,
Yoochun.
- Es mi maldito dinero, habla con ChangMin.
Junsu debe salir cuanto antes, no es alguien para estar aquí.
- ¿Te estás escuchando? ¿Ya se te olvidó
dónde estás? ¡Prisión de máxima seguridad! ¡Ninguna palomita blanca llega aquí,
Yoochun!
- ¡Crees que no lo sé!
- Sí. Creo que no lo sabes, que ya lo
olvidaste.
Yoochun encaró a Jaejoong con mala cara.
Estaba enojado, no con su amigo, sino con los recuerdos de su pasado que se
arremolinaron en sus pensamientos. Claro que sabe.
- Sé con cuánta sangre están manchadas mis
manos, Jaejoong. Solo habla con ChangMin, ve por ti mismo si Junsu merece o no
estar aquí. Nos vemos.
………………………………
Junsu se alegró cuando vio a Yoochun
volver. Su corazón se sintió aliviado, sin importar qué, solo en compañía del
peliazabache se sentía seguro. Quiso correr y abrazarle, pero estaba de más.
Aquellos gestos no pertenecen a una prisión.
- ¿Todo bien?... – Steppenwolf cuestionó
con su típica expresión seria. El castaño asintió. El peliazabache apenas
dirigió una mirada al custodio de tez morena, era suficiente para decir
“gracias”.
- Yoochunnie, ¿vino a verte tu novia… o, tu
esposa?
- No tengo novia ni mucho menos esposa.
- Oh.
- Jaejoong es mi soulmate, y está loco… -
el peliazabache no se percató de la mirada sombría del castaño, quien comenzaba
a interpretar aquello como si le estuviera hablando de su amante… - Es doctor y
viene cada tanto a visitarme, pero fue su más grande estupidez hacerlo de ese
modo. Conoce mi historial clínico y me hace un chequeo ocasionalmente para
asegurarse de que estoy bien; se enteró de mis últimas peleas y vino a curarme.
- Siento mucho lo de tus heridas… - el
castaño susurró con culpa. Porque había sido por defenderle que Yoochun tenía
todos aquellos moretones y heridas en el cuerpo.
- No tienes que preocuparte, Junsu… - le
revolvió el cabello en un gesto medianamente cariñoso, lo suficiente para
sentirse tranquilo cuando una ligera sonrisa se curvó en los rosados labios… -
Vamos, Jaejoong cocina delicioso y ha dejado en aduana comida.
--//--//--//--//--//--//--
- ¡Yoochun es un maldito loco imbécil!
- Lo sé, ChangMin ah.
- Le cobraré el triple, Jaejoong.
- Lo que sea, su orden específica fue que
tomaras el caso de este chico y le sacaras cuanto antes de prisión.
- Este chico puede no ser una blanca
palomita, pero le hizo un favor a la sociedad asesinando a ese hombre.
- ¿Qué tanto puedes tardar en sacarle de
ahí?
- No lo sé, Mokomichi Hayami es el fiscal
del caso. Y él no ha perdido uno solo en el tribunal.
…………………………………
- Tienes que aprender algunos movimientos,
un día podría no estar aquí para cuidarte Junsu ah.
- No digas eso, Yoochunnie… - la mirada
triste del castaño volvió a clavarse en el corazón del peliazabache.
- Es la verdad. El Decano se está
organizando con otras pandillas, soy el principal objetivo de todos para morir,
y tú para convertirte en su juguete favorito. Necesito que me ayudes a cuidar
de ti.
Junsu le miró a los ojos. Él no quería.
Pelear más. Derramar más sangre.
Matar.
--//--//--//--//--//--//--
Yoochun tomó la charola de plástico en que
sirven sus alimentos y la estampó con fuerza contra la cabeza de uno de los
tres tipos que se acercaron esa tarde a molestar. De inmediato los puñetazos y
patadas se sucedieron entre estos y Steppenwolf, el peliazabache arremetía
contra cada uno de ellos con destreza y furia. Estaba harto de todos y cada uno
de todos esos sujetos que se acercaban a ellos solo por Junsu, por querer
tocarle o lanzarle supuestos halagos cargados de palabras obscenas que
incrementaban el odio de Park por todos ellos.
Los prisioneros en el comedor se
alborotaron ante la pelea en curso, algunos vitoreaban a Yoochun, otros a sus
oponentes. En la zona privilegiada del comedor, el Decano observaba con
paciencia y una perversa sonrisa en los labios. Le divertía, por supuesto que
sí. Si él realmente quisiera Yoochun estaría muerto ya, pero le hacía bastante
gracia verle cada día enfrentándose a cualquiera que hacía el amago de tocar al
“nuevo”. Junsu no hacía otra cosa más que quedarse en su sitio, paralizado
entre el miedo a lo que pudiera pasarle a Yoochun y la culpa de ver la cantidad
de golpes que inevitablemente caían sobre el de por sí maltratado cuerpo del
único que le ha tratado como persona y no como un juguete desechable.
- ¡Argh! – el lamento del sujeto que
seguramente se acababa de fracturar la nariz cuando Yoochun le estampó contra
el filo de la mesa sacó al castaño de sus pensamientos. La mirada avellana
buscó los ojos negros de su amigo.
- Yoochun… - murmuró entre labios, tan bajo
que realmente nadie ahí le escuchó. El bullicio de los prisioneros eufóricos
por la pelea comenzó a taladrarle los oídos. Él no quería esto. Por supuesto
que no. No quiere más sangre ni más golpes. No quiere…
- ¡Detente ahí steppenwolf! – un grupo de
custodios ingresó al comedor con todo el equipo antimotines protegiéndoles.
Junsu se alarmó ante la presencia de ellos y en acto reflejo se agazapó más
contra su propio cuerpo.
Yoochun continuaba peleando, había perdido
totalmente el control, atacando a cualquiera que se acercaba a él,
manteniéndose constantemente en torno a Junsu. Él iba a protegerle, hoy y
mañana, hasta el día en que en cualquiera de esas peleas el final sea fatídico
para él.
- ¡Ngh! – el gemido adolorido del
peliazabache cuando cayó sobre su cuerpo una lluvia de golpes con macana y
culata de armas por parte de unos custodios que le sometieron con violencia
desmedida.
- ¡Basta! – Junsu reaccionó apenas para
lanzarse sobre el cuerpo casi inconsciente del peliazabache que derribado en el
suelo no podía defenderse de los golpes ni tenía la fuerza para incorporarse.
El castaño cerró los ojos esperando recibir aquella lluvia violenta. Pero
ningún golpe llegó.
- ¿Era necesario hacer esto?... – el
castaño no necesitó levantar la mirada. Sabía que Yunho estaba ahí… - llévenlos
a todos a la enfermería.
Junsu no se pudo percatar, pero la mirada
de Yunho era lo suficientemente bravía para asegurarse respeto y que su orden
se llevara a cabo. Él podía no tener un puesto más alto, era un custodio más,
pero todos ahí saben que en varias ocasiones se le ha ofrecido ser Supervisor
de Custodios justamente por sus habilidades para mandar y darse a respetar. Es
también conocido empero, que hasta el momento el moreno ha rechazado la oferta
porque el Director de la prisión no está justamente limpio, las cosas
“torcidas” que se suceden al interior del plantel son por supuesto, gracias a
que hace ojos ciegos y oídos sordos a muchas cosas ahí dentro.
…………………………………
Junsu se sentía incómodo. La mirada severa
del chico de nívea piel sentado al otro lado de la mesa le tenía así. Sabe que
él es Jaejoong, sabe que está ahí por petición del mismo Yoochun. Pero Junsu no
quiere estar aquí, preferiría estar justamente con el peliazabache, cuyas
heridas aún no sanan a una semana del último incidente con los reos y custodios.
Sin embargo, él tenía que estar aquí, por Yoochun.
- De acuerdo. Creo que entiendo lo que
Yoochun intentó decirme. Pero que sepas que todavía no confío tanto como él en
ti… - Jaejoong dijo con seriedad, la pierna cruzada y sus manos descansando
sobre la rodilla, sus ojos analíticos incrustados en la figura del castaño… -
mañana vendrá a verte ChangMin, voy a pedirte que seas absolutamente sincero
con él, responde todas sus preguntas sin importar lo vergonzosas o
incriminatorias que puedan ser. De otro modo no podremos sacarte.
- Yoochun hyung dijo que ChangMin-ssi ha
sido su abogado desde hace meses, ¿por qué habría de desatender su caso por
hacerse cargo del mío?
- Porque Yoochun así lo ordenó. Y como él
dijo, es su maldito dinero y puede hacer lo que le venga en gana con el.
- ¿No le agrado, Jaejoong-ssi? Usted no me
mira como las personas aquí dentro, pero tampoco como lo hace Yoochun hyung;
usted me mira con desconfianza, siento que usted cree que estoy donde debo
estar.
- Lo que yo piense no es importante. Solo
sé sincero con ChangMin mañana.
--//--//--//--//--//--//--
ChangMin se sacó los anteojos y talló el
puente de su nariz con cansancio. Lleva días leyendo y revisando cada papel en
el expediente de Kim Junsu y todavía no encuentra una base lo suficientemente
fuerte para argumentar en su defensa; parecía que alguien se había encargado de
echar suficiente tierra sobre el muchacho. Alguien, que debe odiarle lo
suficiente.
- Mokomichi me hará picadillo si hago
cualquier movimiento ahora, tengo que hacer mis propias investigaciones.
El reloj marcaba las 3:47 de la madrugada,
descansaría un par de horas y apenas el alba despuntara, saldrá siguiendo la
casi inexistente pista del motivo que pudo impulsar al joven de 19 años a
cometer asesinato.
……………………………………
Mokomichi Hayami recibió la notificación de
la reapertura del caso de Kim Junsu a temprana hora de aquella mañana de
jueves.
- Esto se pondrá interesante… - sonrió de
medio lado con altanería al leer el nombre del abogado que tomaba el caso.
--//--//--//--//--//--//--
A Junsu le parecía que ChangMin era
demasiado joven para tratarse de un abogado confiable. Generalmente imaginó que
los abogados de renombre fueran algo más maduros, quizá con pelo cano y un
porte más bien presumido y no como si estuviese enojado, o algo parecido.
- Voy a decirte la verdad. Tu caso no es
para nada sencillo. Pero no la tenemos perdida… - tomó una carpeta con papeles
de textos y fotografías y extendió algunos de ellos sobre la mesa. Junsu
tembló… - todas las pruebas que conformaron tu caso tienen que ver con
fotografías de la muerte de tu padre, y la única declaración que hiciste cuando
te detuvieron en tu propia casa junto al cadáver de tu padre fue que actuaste
en defensa propia.
- ¿Qué más podía decir? Esa es la verdad.
- Detalles, joven Kim; se necesitaban
detalles.
- Nadie preguntó. Estaba tan asustado y
sorprendido por lo sucedido que no supe a ciencia cierta lo que había sucedido
hasta que estaba ante el juez escuchando la sentencia.
- Entonces dame los detalles ahora… - Junsu
se mordió los labios con nerviosismo… - ¿Quieres o no salir de aquí?
- Si usted se concentra en mi caso, ¿Qué
sucederá con Yoochun hyung?
ChangMin le miró detenidamente por
instantes. Junsu no gustaba de las miradas, y aunque la de este abogado morocho
no le gustaba mucho, tampoco le hacía sentir tan incómodo. El abogado soltó el
aire contenido y ladeó el rostro analizando al muchacho frente a él.
- Les sacaré a ambos. Aunque si tú cooperas
conmigo desde ahora, es probable que salgas antes, el caso de Yoochun es
diferente, especial, complicado.
- No me gustaría irme sin él. Yoochun hyung
es el único que ha cuidado de mí desde que llegué aquí, es el único que me ha
tratado como persona y no como un objeto que pueda usar a su antojo cada día.
- ¿Tu padre te trataba así? ¿Por eso le
mataste?
- ¡No! Ya se lo dije, fue en defensa
propia, no por vengarme de todo el daño que me había hecho por años.
- ¿Qué fue lo que su padre le hizo?
- No quiero responder eso, por favor… - el
castaño suplicó con ojos lacrimosos.
- Si no me lo dice, cómo espera que lo
defienda.
Silencio.
Junsu pensó en ese momento que tal vez si
Yoochun estuviera ahí sería más fácil, pero al mismo tiempo pensó que tal vez,
Yoochun le encontraría despreciable.
- Junsu…
- Mi padre abusó de mí desde que era un
niño…
--//--//--//--//--//--//--
POV´S
Junsu
No podría decirle cuando comenzaron los
abusos, para cuando fui consciente del “amor”
que mi padre me entregaba ya tenía 6 años. Yo no tenía demasiado contacto con
la gente, vivía prácticamente en casa con mis padres, aunque a mi madre la veía
esporádicamente pues estaba enferma y siempre encerrada en su habitación. Mi
padre me permitía entrar a verla unos minutos cada día, al menos fue así hasta
los 10 años, cuando comenzó a distanciar mis visitas a su habitación.
“Ha
empeorado. Lo que menos necesita es que le molestes, mi hermoso hijito. Pero no
te preocupes, dentro de poco se recuperará y podremos ser de nuevo una familia
completa y feliz. Mientras tanto, sabes que tienes que seguir amando a tu papi,
¿verdad?”
Recuerdo cada palabra que salió de sus
labios durante todos esos años. La mirada lujuriosa que me dirigió sobre todo
cuando me convertí en adolescente y me di cuenta de todo lo mal que estaba
dejar que mi padre me “amara” de esa forma. Todavía recuerdo bien el enojo que
desahogó en mí cuando le dije que tenía que parar, que no quería más de sus
“cariños”, que era enfermo y mancillaba toda la dignidad que él podía tener
como padre y denigraba mi posición como su hijo. Los golpes tardaron mucho en
sanar, y comenzó a ser más violento conmigo. Casi no me dejaba salir y yo había
vuelto a tomar clases privadas en casa abandonando el Instituto, llevó a un
amigo suyo para convertirle en mi profesor particular. Luego supe que ese
hombre era como él porque apenas a unos días de haber llegado comenzó a
acariciarme y pedirme que me desnudara. Estaba tan aterrado de ser golpeado de
nuevo que hice lo que se me pidió sin oponer resistencia.
Una tarde luego de un par de meses mi padre
regresó a casa antes y nos encontró en el salón de estudio. Se enojó muchísimo
y casi mató a este hombre por haberme tocado de esa manera.
“Soy
el único que puede amarte así, ¿Entiendes? ¡Entiendes!”
Esa vez él no me golpeó. Pero a veces lo
hubiera preferido a tener que soportar la forma tan ansiosa y lasciva con que
marcó mi cuerpo otra vez. Entonces casi dejé de ver a mamá. Había empeorado,
eso me decía mi padre. Tenía muchas ganas de llorar cada día, pero tenía que
aguantarme, si mi padre me veía llorar entonces venía a consolarme. Sus
consuelos siempre eran besos y caricias. Estaba asqueado de todo eso y no sabía
qué hacer o a quién recurrir. Mi padre no se fiaba de nadie así que me dejaba
encerrado en casa y yo no tenía las agallas ni el valor para escapar.
Recuerdo que la única vez que reuní un poco
de valor para encararle me golpeó tan fuerte que fracturó mis costillas y tuve
una lesión importante en mi… en mi… ahí;
porque él perdió totalmente el control y fue rudo mientras me marcaba.
Cuando cumplí 15 años él llegó a casa
borracho, acompañado de unos amigos de negocios suyos. Esa fue una de las
peores noches. Mi padre dijo que debía ser castigado por pensar en dejarle. Él
dejó que esos amigos suyos hicieran conmigo lo que quisieran.
“Tu
hijo es hermoso. Deberías dejarnos venir a visitarle más a menudo. Eres tan
bonito, Junsu; si fueras una chica sería aún más delicioso hacer esto. ¿Te
gusta así? ¿Quieres que sea más fuerte? Ven, come como si fuera tu dulce
favorito”
Las palabras obscenas siguen grabadas a
fuego en mi cabeza. Entonces perdí interés en todo, quería morir. Era demasiado
el dolor. Nadie me quería realmente. Mi madre era un ente perdido en las
penumbras de su enfermedad, viviendo cada día sedada por medicamentos y
encerrada en su habitación, diciendo cosas inentendibles, volviéndose más loca.
Mi padre abusaba de mí entonces con mayor frecuencia, y yo tenía que callar y
obedecer, o él me castigaría de nuevo de esa manera. También tomaba más a
menudo, y disfrazaba su aliento alcohólico con menta, a veces incluso fumaba
cigarros mentolados; odio tanto ese aroma, porque aunque quiera evitarlo los
recuerdos vienen a mí, recuerdo su mirada lujuriosa, sus manos ansiosas quitándome
la ropa y recorriendo mi piel, su risa ladina y sus palabras hirientes mientras
me besaba a la fuerza o profanaba mi cuerpo. ¿Tiene idea del infierno que era? Cuando
él se enojaba si yo hacía algo que no le gustaba, me amenazaba con traer de nuevo
a sus amigos, ya tenía suficiente con tener que aguantarlo a él, lo que menos
podía querer era que otros hicieran conmigo lo mismo.
Intenté quitarme la vida cuando tenía 17,
mi padre llegó temprano del trabajo otra vez. No tuvo más opción que llevarme
al hospital, entonces conocí a más personas, una doctora me ofreció ayuda, dijo
que lo que mi padre hacía conmigo era muy malo, que si iba ante la policía
ellos iban a poder ayudarme. No recuerdo bien el por qué pero… no busqué ayuda.
Era como si pensara que no tenía caso, yo ya era el juguete favorito de papá.
¿Qué caso tenía cambiar eso? Él siempre estaría ahí, siempre me perseguiría,
siempre conseguiría llegar para convertir en una pesadilla más oscura cada uno
de mis días.
Pocos meses antes de cumplir los 18 mi
padre llevó a casa a un amante. Él era un maestro de artes marciales muy
amable. Y yo me preguntaba por qué mi padre salía con alguien como él. Mi madre
había muerto un mes atrás. Recuerdo que no le lloré. Su partida era como algo
que estaba esperando, inevitable. Necesario. Pero la presencia de otro hombre
en casa me puso arisco, le rehuía y temía que en cualquier momento me abordara
del mismo modo que mi padre y los hombres de antes.
No sé lo que pasó con exactitud, pero
pronto este hombre comenzó a visitar más a menudo la casa, incluso cuando mi
padre no estaba. Él me enseñó algunos movimientos, dijo que tenía la habilidad,
que si quería en poco tiempo podría conseguir lo que muchos tardarían años.
También me dijo que veía una gran tristeza en mis ojos, y un gran odio en la
inexpresión de mi rostro. De cualquier manera me enseñó muchas cosas. Me dio
las herramientas para defenderme. Pero yo todavía le tenía demasiado miedo a mi
padre. O quizá estaba resignado.
Cuando cumplí 19, mi padre dijo que
debíamos festejar mi cumpleaños. Yo sabía lo que eso significaba, pero no
quería. No quería más de eso. Quería ser libre, irme de ahí. Así que cuando él
comenzó a besarme yo me opuse. Le empujaba y trataba de que se alejara. Le di
un puñetazo y él respondió con tres más. Comenzamos a pelear pero él era mejor,
supe entonces que él también sabía mucho sobre artes marciales, bloqueaba cada
uno de mis golpes y me regresaba el triple con suma furia.
“¿Esto
quieres? ¡Maldito malagradecido! ¡Así pagas todo lo que he hecho por ti! ¡Así
agradeces lo mucho que te he amado todo este tiempo! ¡Eres como tu madre, un
inútil de mierda que no vale para nada, ni siquiera para satisfacer mis deseos!”
Él dijo cosas peores entonces. Y aunque no
quería escucharlo, era imposible. Su voz resonaba en mis tímpanos. Me dolía
todo el cuerpo, sangraba de la boca y la nariz, y él no paraba de patearme
mientras gritaba toda su rabia. Ni siquiera sé bien cómo lo hice, para cuando
me puse en pie y le vi encorvado respirando con dificultad, simplemente tomé
impulso, era toda la fuerza que me quedaba y quizá ni siquiera acertaría ese
golpe. Mi puño dio directo en su corazón. Y se paralizó. Murió entonces.
Y cuando la policía llegó, recuerdo
vagamente las figuras de personas entrando, hablando sobre cosas que no puedo
recordar. ¿Debería haber celebrado? ¿Debería haber reído? La pesadilla había
terminado. Podía ser libre. Podía vivir.
Pero entonces.
Entonces llegué aquí.
Y pareció que el infierno acababa de
comenzar.
…………………………………
- Pero entonces conocí a Yoochun hyung. Y
él le trajo a usted. ChangMin-ssi, sabiendo esto, ¿en verdad podrá sacarme de
aquí?
El morocho le miró directamente y asintió.
Sentía pena por el muchacho ante él, también se sentía asqueado luego de escuchar
su versión de la historia. Le había proporcionado información útil y ahora
tenía más cabos que atar. Por otro lado, también le preocupaba Park, ese día le
habían segregado por involucrarse en otra pelea; solo que esa vez, en medio de
su furia descontrolada por defender a Junsu, le había roto un brazo y la nariz
a un custodio que intervino en la pelea.
- Por favor, confíe en mí.
--//--//--//--//--//--//--
Yunho es uno de esos custodios que se
dedican cabalmente a cumplir con su trabajo, procura seguir las reglas de las
instituciones presidiarias y nunca ha aceptado hacer ningún trato con ninguno
de los internos en cualquiera de sus guardias. Conoce las historias de algunos
y admite que la mayoría de ellos está ahí porque lo tiene más que merecido;
aboga sin embargo también por aquellos que están ahí impulsados por las
circunstancias más inimaginables y tiene respeto por los que están, por tomar
justicia por cuenta propia cuando las leyes de su país han resultado
insuficientes.
Su guardia había terminado hace unos
minutos, el horario de visitas comenzaría en cualquier momento –apenas la
guardia entrante terminara de ocupar sus puestos– y ya un chico bastante
conocido para él estaba en la fila de espera.
- Es demasiado atractivo, me pregunto qué vendrá
a hacer hoy; apenas ayer visitó a Kim Junsu en lugar de su amigo Steppenwolf… -
el custodio de tez morena pensó para sí mientras firma en el último puesto de
revisión y sale con el bolso al hombro dirigiendo su vista hacia el pelioscuro.
Jaejoong apenas le miró de soslayo. Él se
pregunta si es que este hombre podría serles de ayuda en el caso de Yoochun. Se
lo hará saber en adelante a ChangMin.
……………………………
- Te dije que no era necesario que vinieras
a verme, Jaejoong.
- Después de lo herido que estás. Me parece
que te has vuelto algo masoquista, Yoochun.
- El tiempo que vienes a perder conmigo es
el que podrías invertir en atender pacientes que te necesitan más que yo… - el
peliazabache le miró ceñudo, y su amigo se permitió una ligera sonrisa.
- Tal vez tengas razón. Pero eres mi mejor
amigo y no puedo simplemente ignorar lo que te pasa… - Steppenwolf bufó por lo
bajo… - Estás enamorado de ese chico, ¿no es así?
- Claro que no.
- Eres tan tonto… - Jaejoong le desordenó
el cabello con gesto casi materno.
- ¿ChangMin te ha dicho algo sobre el caso
de Junsu?
- No ha querido decirme nada, excepto que
cuanto más le llame o le molestemos, más tiempo podría tardar en sacarle de
aquí.
- Entonces no le molestes.
- En cierto modo, ustedes dos son
parecidos.
- En cierto modo. Excepto por el lado de la
balanza en que hacemos justicia. Él sigue las leyes, yo hice las mías.
- Estás aquí por hacer el bien para
personas que no podrían haber escapado de sus infiernos de otra manera. Ni
siquiera ChangMin podría haberles ayudado aunque sea de los mejores abogados.
- ¿Eso me hace buena persona? Tomé vidas
con mis propias manos al convertirme en juez y verdugo.
- Te hace una persona diferente. Las vidas
que salvaste merecen más que las que tomaste.
--//--//--//--//--//--//--
Junsu estaba sentado en el césped del campo
que es usado a menudo como cancha de fútbol, aunque también se realizan otros
deportes y ejercicios ahí. En una esquina jugueteaba con las ramitas de césped
que se sentían ligeramente húmedas por la reciente lluvia que acababa de pasar
y por la cual no había demasiados reos alrededor. Él por otro lado, estaba
disfrutando –irónicamente– del olor a tierra mojada y el frescor tan particular
después de la lluvia.
- Sería perfecto si Yoochun estuviera aquí…
- suspiró para sí y dirigió la mirada al horizonte, donde el travieso reflejo
del arcoíris cruzaba los rastros de una esponjosa nube en el cielo… - Esta
parece la primera vez que puedo ver realmente la lluvia, sentirla, olerla… - cerró
los ojos y percibió la forma en que la ropa mojada se le pegaba al cuerpo.
Hacía rato que estaba fuera, al menos eso era algo más que resultaba positivo
en aquél lugar. Por supuesto, Steppenwolf era la otra cosa buena.
………………………………
POV´s
Yoochun
Le admiraba a la distancia. Se le veía tan
tranquilo ahí sentado en el césped, que no quería romper esa pequeña burbuja en
que parecía sumido. Junsu me parecía tan especial, tan tierno, tan inocente.
ChangMin me había dicho una sola cosa después de su primera entrevista con él,
que no me atreviera a buscar los beneficios de su cuerpo o él mismo terminaría
de enterrarme en este sitio.
Es irónico que me lo diga mi propio abogado
defensor. Pero al mismo tiempo creo comprender mejor todo. Y mi cariño por Junsu
creció, no es solo la necesidad de protegerlo, es algo más… algo que me hace
sentir responsable de su bienestar total. Sin embargo, cómo alguien como yo
podría sanar su corazón. Tanta sangre en mis manos, tanto dolor visto por mis
ojos.
A veces quisiera borrar mi pasado, a veces
quisiera olvidar la cantidad de sangre en mis manos, olvidar el olor de la
pólvora tras cada vez que presioné el gatillo para disparar. Pero si yo no
hacía nada, quién iba a hacerlo. Parecía que a las personas no les importaba nada
que no fueran sus propios problemas. A veces el humano es tan egoísta. Y al
mismo tiempo tan confiado.
Junsu es una persona inocente que sin
embargo sufrió mucho en toda su vida; y si no hubiese sido él su propio
salvador, ¿por cuánto tiempo más iba a sufrir aquel infierno? Odio al hombre
que lo lastimó, y si salgo de aquí, es seguro que buscaré a todo aquel que aun
merezca sufrir lenta y dolorosamente mil veces más lo que le hicieron a él.
Quisiera sentarme a tu lado, tomar tu mano
entre la mía y sentir tu rostro apoyado en mi hombro. Acariciar tus mejillas y
besar tus labios. Quisiera ver tu mirada brillante no por lágrimas ni dolor o
tristeza, sino por la alegría que se esconde dentro de tu alma y que no has
podido externar al mundo. Quisiera hacer tantas cosas contigo y por ti. ¿Estará
bien que me haya enamorado de ti, Junsu ah? Tengo miedo de eso. Nunca me había
enamorado y me asusta no saber amarte como mereces.
Lo único que sé con claridad, es que voy a
cuidar de ti hasta el día de mi muerte.
--//--//--//--//--//--//--
- Yoochun ah. ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Por supuesto.
- ¿Por qué estás aquí?
- Porque asesiné a muchas personas.
Junsu miró sinceramente sorprendido a
Yoochun, tal vez imaginaba algo parecido, pero escucharlo de labios del
peliazabache con tal seriedad. Le hizo sentir algo… incómodo tal vez.
- La primera vez que maté a alguien fue por
mi hermano menor. Ya que mis padres no fueron capaces de protegerlo y se
preocuparon tan solo por ellos mismos ignorando todo lo demás, tomé cartas en
el asunto por mi propia cuenta. Yo tenía 15 años, y mi hermano menor nunca
llegó a esa edad, porque un año antes se quitó la vida.
- Yoochun ah… - susurró con pesar, él tal
vez no debió preguntar. Al parecer, removía las dolorosas entrañas del pasado
de Steppenwolf.
- YooHwan tenía 12, y la verdad es que ni
siquiera yo lo había notado. Siempre pensé que simplemente era tímido, callado
y retraído; pensé que realmente le gustaba ir a la Iglesia porque se sentía
tranquilo en aquel lugar. Fue tarde cuando comprendí… que ahí… ahí el sacerdote
en el que yo mismo confiaba, abusaba de él.
El pinchazo en el pecho le llegó al castaño
de súbito. Saber que alguien más en la tierna infancia era abusado tocaba las
fibras más sensibles de su ser. Saber que fue justamente el hermano menor de
Yoochun, le dolía más de lo que esperaba.
¿Era eso alguna especie de empatía por
amor?
- Después de eso, prometí ante la tumba de
mi hermano menor que procuraría proteger a más personas inocentes como él. Que
iría tras cada maldito ser que se atreviera a dañar a otros de aquella forma
tan vil. Merezco estar aquí, Junsu; porque maté con alevosía y ventaja; pero tú
no, y sé que ChangMin te sacará pronto de aquí.
Junsu se quedó sin aliento cuando los
profundos ojos negros de Yoochun se clavaron en él. Su corazón latió con prisas
y fuerte contra su pecho, había incluso un ligero calorcito en sus mejillas.
¿Aquello podía ser rubor? ¿Vergüenza? ¿Atracción romántica por este hombre? ¿Se
ha enamorado?
La verdad es que antes, en las pocas
ocasiones en que salió de casa con su padre cuando era adolescente o un joven
adulto como ahora, ya le atraía de alguna manera su propio sexo; le llamaban la
atención los chicos con cierto porte, pero casi siempre sus pocas ilusiones se
iban abajo cuando se encontraba con indiferencia o con ojos que le miraban de
la misma forma en que muchos hombres: simple lujuria.
¡Clamp, clamp! Aplausos burlescos que
provenían de las manos de aquel hombre que se acercaba con sorna matizada en su
expresión. El Decano en persona.
- Yoochun ah, no vayas, por favor… - Junsu
sujetó del brazo al peliazabache.
Tenía miedo. Si él peleaba con aquel hombre,
tal vez no solo le segregarían esa vez –y de por sí le extrañó horrores días
antes cuando le mantuvieron lejos por 24 horas y él se sintió tan vulnerable,
protegido agazapado a lado de la caceta de vigilancia donde Yunho le mantuvo
seguro–, tal vez incluso podía ser malherido.
- Esta será tu última pelea aquí,
Steppenwolf. Quien gane de nosotros dos, se queda con el “nuevo”.
- Su nombre es Junsu, y de ninguna manera
pienso dejar que le pongas un solo dedo encima; bastardo… - siseó con furia.
Y la batalla comenzó.
--//--//--//--//--//--//--
A pesar de que Junsu le había pedido que no
fuera, Yoochun no podía darse el lujo de negar cada pelea por él. Si demitía un
solo enfrentamiento, hasta los prisioneros más débiles podrían pensar que él
tiene miedo. Y Steppenwolf no teme, es frío y fiero. Además, negarse a una
pelea con el Decano, era aún peor, porque él controla la mayor de las
actividades ilícitas que inevitablemente se llevan a cabo dentro de la prisión,
muchos custodios también le obedecen; y Steppenwolf está seguro, de no ser por
Yunho, él hace mucho tiempo estaría en peores condiciones de las que suele
enfrentar.
Por eso Yoochun estaba ahí, recibiendo y
dando puñetazos y patadas; esforzándose por no ceder ni un poco, porque su
cuerpo soporte cada golpe aún sobre aquellas heridas que no han sanado del todo
y duelen un poco más ante cada presión de aquellos puños que golpean con fuerza
pero no son ni por mitad todo lo furiosos que pueden ser los suyos.
Sin embargo, no todo es rabia. Las fuerzas
del cuerpo de Steppenwolf no iban a soportar aquella batalla cuando el Decano
hace trampa y permite el apoyo de sus súbditos. Primero se unieron dos, el
golpe en el costado del peliazabache le hizo resentir una antigua fractura en
las costillas.
- ¡Yoochun! – el grito de Junsu le hizo
recuperarse casi de inmediato, lo suficiente para evitar un golpe directo sobre
el estómago.
Pero el castaño aún no estaba tranquilo.
Sentía miedo del daño que le pudieran ocasionar a su único amigo en aquél
lugar. Las pupilas se dilataron cuando vio a otros dos sujetos alistarse para
atacar a Yoochun. Pero él no quería, no podía permitirlo.
No quería tener más miedo.
Junsu no supo con claridad cómo, pero
cuando fue consciente de su propio cuerpo; eran sus puños y piernas los que
lanzaban golpes a todos aquellos que intentaban acercarse. Espalda con espalda
con Yoochun, ambos muchachos se enfrentaron al Decano y su pandilla.
Steppenwolf sonrió de medio lado. No, no le gustaba la idea de ver a Junsu
pelear, pero al mismo tiempo le alegraba. Porque sabe que se está defendiendo,
que descubre su verdadera fortaleza y que de ahora en adelante todo reo sabrá
también que el pequeño ángel también es capaz de defenderse. Eso, eso es lo más
valioso para él.
- ¡Derríbenlo! – el Decano gritó
encolerizado refiriéndose al peliazabache.
Junsu vio a un sujeto sacar una cuchilla de
entre sus ropas y temió lo peor. Su reacción fue instintiva, quería proteger a
Yoochun del mismo modo que él ha cuidado de él desde su llegada. Se interpuso
sin pensarlo, la cuchilla se enterró en el costado de su cuerpo y él solo lanzó
un ahogado gemido de dolor; aún así, sonreía. Si tenía que morir, moría feliz,
por alguien tan valiente y hermoso como Yoochun.
- ¡Malditos! – el grito rabioso del peliazabache
amedrentó a muchos ahí. La ira de sus ojos negros pareció el augurio de muerte
que nadie quiere ver.
En cuestión de minutos Steppenwolf dejó
inconscientes a muchos prisioneros; el que hirió a Junsu recibió gran parte de
su furia, probablemente tenía muchos huesos rotos. El Decano reculó
cobardemente cuando en medio de aquel arrebato del peliazabache, los custodios
finalmente lanzaron la alarma amarilla para intervenir en aquellos casos.
- ¡Detente Steppenwolf!
- ¡Voy a matarlos a todos! ¡Malditos
desgraciados!
Pero fue necesaria la fuerza de cinco
custodios para someter a Yoochun. Él había perdido de nuevo el control; e
incluso cuando cayó de pecho al suelo, sus ojos negros miraban con aprehensión
el cuerpo sangrante de Junsu.
Él no dudaría en matar día con día a
cualquiera que le tocó ese día. Así tuviera que pasar el resto de su vida
encerrado en aquél lugar.
……………………………
- ¡Ustedes dos están locos! – Jaejoong
exclamó angustiado cuando fue a la prisión para atenderlos a ambos.
- No es momento de gritar, Jaejoong; ¿Cómo
está Junsu? ¿Por qué estás aquí y no con él? – el pelioscuro sin embargo
continuaba preparando gasas y limpiando las heridas de su cuerpo -
¡Jaejoong!
- Él está bien. Fuera de peligro, pero no
me dejarán verle hasta mañana, ya que no soy familiar ni nada parecido, solo
puedo verle en visita normal.
- ¡Esos imbéciles! – el peliazabache
intentó incorporarse.
- ¡Quédate quieto! Así como estás de
maltratado solo conseguirás preocuparle. Ya Yunho me aseguró que Junsu está
fuera de peligro, la herida no afectó ningún órgano importante ni fue tan
profunda, la sangre que perdió tampoco puso en riesgo su vida. Deja termino de
curarte y luego podrás ir a verle.
- ¿Yunho está aquí? No es su día de
guardia.
- Yo le llamé.
- ¿Qué significa que tú le llamaste?
- Digamos que… Yunho y yo nos estamos
entendiendo mejor.
- Jaejoong…
- ¡Oh bien! Yunho y yo salimos hace unos
días a tomar un café y luego… luego simplemente hicimos clic.
- ¿Hicieron clic?
- ¿Qué? ¿Necesitas que te explique con
detalle lo que es el sexo?
- Oh mierda… - el peliazabache gruñó por lo
bajo. Lo que le faltaba, que su amigo se liara con el único custodio en que
confía. No es que esté en desacuerdo, solo que Jaejoong ahora estará mucho más
enterado de su comportamiento en prisión.
……………………………
- ¿Cómo te sientes?
- Bien, Yoochunnie, ¿tú estás bien?
Recibiste muchos más golpes que yo… - el castaño le miró preocupado, pero al
mismo tiempo el peliazabache notó en su mirada cierta ternura. Algo se inflamó
en su pecho.
- No fue a mí a quien apuñalaron, así que
no te preocupes que estoy bien, son golpes nada más, sanarán en unos días.
- No digas eso, Yoochun ah; cada golpe deja
una huella imborrable en tu cuerpo… - los dedos del castaño viajaron casi sin
que él mismo se diera cuenta hacia el rostro amoratado del peliazabache… - Te
prometo que a partir de ahora me defenderé por mí mismo, no quiero que recibas
más golpes por mi culpa.
- Junsu… - murmuró conmovido. Su mano
sujetó la del castaño apartándola de su rostro maltratado. Por alguna razón le
dio vergüenza que le mirara así… - Pronto saldrás de aquí, ya lo verás.
- No quiero irme a ninguna parte sin ti,
Yoochun ah. ¿Qué sentido tendría el mundo para mí sin ti? Eres la única persona
que me ha demostrado verdadero cariño.
- Saldrás antes que yo, lo prometo. Pero
también te prometo que te alcanzaré afuera, y mientras tanto Jaejoong y
ChangMin cuidarán de ti, conocerás tal vez otras personas y te darás cuenta de
que en el mundo todavía hay más personas buenas, no todos son como tu padre.
Junsu le abrazó con fuerza entonces
–incluso sin importar que la herida en su costado le doliese–, se aferró a su
cuello y sollozó escondido en aquel hueco. Yoochun se sintió algo torpe ante
aquella muestra de afecto. Era la primera que vez que le abrazaban. Ni siquiera
Jaejoong le había abrazado nunca antes, no de esa manera. Sus manos tiesas
tardaron en responder y atinaron a colocarse apenas torpemente sobre la espalda
del castaño, dando ligeros golpecitos de consuelo.
Yoochun tenía mucho que aprender sobre dar
cariño y afecto de aquella manera. Y Junsu estaba necesitado de ello.
--//--//--//--//--//--//--
A ChangMin nunca le ha sido particularmente
de agrado reunirse con los abogados rivales. Pero Mokomichi Hayami le había
llamado directamente para solicitar un encuentro discreto.
- El caso de Kim Junsu es más delicado de
lo que parece.
- Sé perfectamente que hay cabos sueltos
que todavía no puedo atar con suficiencia, Hayami; pero mi cliente sigue siendo
inocente, una víctima de las circunstancias y tengo el modo de demostrarlo.
- No esperaba menos de ti, ChangMin-sii… -
el abogado de origen japonés dejó un pequeño sobre en la superficie de madera
del bar en que se encontraron… - Nos vemos en la Corte… - terminó su vaso de
whisky y dejando su pago por la bebida, salió del lugar.
ChangMin tomó aquel sobre y miró el
contenido. Un dispositivo USB y una nota. El morocho miró hacia la salida,
apenas alcanzó a vislumbrar la espalda del fiscal pero por alguna razón, confío
en aquello que le había dejado.
--//--//--//--//--//--//--
- No es necesario que me ayudes,
Yoochunnie… - el castaño murmuró por demás avergonzado.
- Estás herido, no confío en nadie y la
única forma de que tomes esta ducha es si te ayudo a ello…
Cuando Junsu quedó solo en ropa interior,
sus mejillas se arrebolaron totalmente en carmesí. Aunque no era la primera vez
que se desnudaba en prisión, las duchas siempre las había tomado en la
suficiente privacidad como para que nadie mirase su cuerpo. Pero ahora, que
Yoochun le mirara…
- Entonces dúchate conmigo hyung; así no
sentiré tanta vergüenza…
Yoochun se paralizó. La escena en su cabeza
le sofocó.
--//--//--//--//--//--//--
**Sobre
Cómo Jaejoong y Yunho hicieron “clic”**
A Jaejoong le fastidiaban aquél tipo de
incidentes por dos razones: una, le quitaban tiempo y; dos, se ensuciaba. Por
supuesto, no es que él sea del todo un chico vanidoso que rehúya del trabajo
pesado. Era solo que, no le gustaba y punto. Pero aún así, si a la llanta
trasera de su auto se le “ocurría” poncharse a media carretera de la nada del
camino entre la prisión y la ciudad; él no tenía más opción. Refunfuñó y hasta
culpó en sus pensamientos al tonto de
Yoochun por seguir entre peleas maltratando su cansado cuerpo y obligándole a
él a visitarle mucho más a menudo en los últimos meses de lo que ha hecho en
los casi dos años que lleva prisionero.
- Park Yoochun idiota que se anda
enamorando de un lindo chico como Junsu que tiene aura de “no mato ni un
sancudo”… - continuó refunfuñando mientras saca la herramienta de la cajuela de
su auto y se quita la chaqueta como la camisa quedando simplemente con la de
resaque. Era hora de sudar.
- ¿Te ayudo con eso? – la ronca voz casi le
hace perder el equilibrio estando de cuclillas ante la llanta en cuestión, pero
claro, no por nada él es Kim Jaejoong, Doctor de renombre cuya capacidad de
análisis y observación le ha valido incluso llegar a diagnosticar males con
solo mirar a una persona. En este caso, se sabe de memoria el tono de voz de
aquel chico en específico. No es tampoco que le estuviese prestando demasiada
atención.
- Gracias… - asintió y con una sonrisa
coqueta se puso en pie dejando la herramienta en manos del moreno, quien
llevaba una simple camiseta gris y lentes oscuros…
- Eres Kim Jaejoong, ¿verdad? El amigo de
Steppenwolf.
- Sí. Aunque prefiero llamarle Yoochun y no
por su apodo en la prisión.
- Por supuesto. Es la costumbre… - dice a
modo de disculpa y continúa con la tarea de cambiar la llanta por la de
refacción.
Cosa que logra con relativa facilidad. O
era tal vez que Jaejoong se había quedado embobado mirándole. Por supuesto, el
atractivo del custodio de tez morena salta a la vista, la musculatura definida
sin llegar a ser exagerada, el perfecto tono tostado de piel, la combinación
con sus ojos marrones, el corte de cabello y la forma en que el sudor resbala
por el contorno de su rostro. No, no es su culpa quedarse mirándole y perder la
noción del tiempo, Yunho bien podría haber durado horas en aquello y para
Jaejoong todavía habrían sido míseros minutos.
- ¡Está listo! – el moreno dejó las
herramientas y la llanta ponchada en la cajuela del pelioscuro, se limpió las
manos con un trozo de tela que carga para este tipo de emergencias y sonrió al
pelioscuro… - Ve con cuidado, Jaejoong-sii.
- Jaejoong. Solo, dime Jaejoong por favor…
- sonriendo galante, el pelioscuro le devolvió el gesto al tiempo que se
acomoda los largos mechones tras la oreja… - ¿Te importa si te invito a un café?
En muestra de agradecimiento.
- Seguro… - el moreno aceptó por demás
encantado de salir con este chico hermoso que ha visto desde hace meses
visitando al prisionero Steppenwolf.
Y así, fue como comenzó. Aquella tarde
cálida un café fue el pretexto para terminar en el departamento de Jaejoong.
Sinceramente, el pelioscuro no había podido resistirse, este atractivo hombre
le había puesto algo loco con su forma de ser y pues, estaban ahí, entre besos
y caricias ansiosas deshaciéndose de la ropa ajena. A Jaejoong no le venía a la
memoria ningún encuentro casual en el que se sintiera tan perdido a los minutos
de iniciar un candente intercambio de besos y jadeos que, sin temor a
equivocarse, han mandado los niveles de excitación en ambos cuerpos por las nubes.
- ¡Ngh! – el gemido gutural de Jaejoong le
tomó a él mismo por sorpresa cuando su espalda chocó bruscamente con la
superficie de la puerta de su habitación mientras una mano morena se perdía
entre sus piernas comenzando a masajear su despierta erección… - ¡Yunho! –
gimió alterado al momento en que el moreno presionó específicamente la base y
luego su lengua atacó su cavidad bucal besándole húmedo y apasionado.
Yunho estaba seguro de que esto no era lo
más correcto ni mucho menos romántico. Esto era el equivalente a cualquier
calentón, sin embargo, todavía estaba lo suficientemente cuerdo como para
admitir que hay algo más revoloteando en su vientre y no es solo la revolución
hormonal que un chico tan hermoso como Jaejoong puede provocar en cualquiera sin
importar si es hombre o mujer. Si no lo sabrá él que llegó a escuchar las más
vulgares descripciones del joven doctor entre reos y compañeros en la prisión.
Aquello sin embargo, no es importante ahora.
Jaejoong ha enroscado sus piernas en la
cintura de Yunho y se ha anclado a su vez a su cuello sin despegar demasiado
sus labios pues los candentes besos le resultan por demás exquisitos y
tentadores. Le gustan también los temblorcillos que le estremecen de pies a
cabeza mientras el custodio agita sus caderas contra su trasero simulando
embestidas pero rozando solamente con descaro morboso sus miembros. Esto estaba
lejos de toda lógica en su comportamiento, no es tampoco que sea un promiscuo
ni vaya por ahí teniendo sexo con cualquiera.
Y definitivamente Jung Yunho no es
cualquiera.
Algo le atraía en demasía de él. No solo su
destacable atractivo físico. Algo en sus ojos marrones le ponía algo bobo.
- ¿Me dejas? – la voz ronca y excitada del
moreno le llegó a los oídos cuando su aliento cálido golpeo el lóbulo; al mismo
tiempo, los dedos del custodio tanteaban su intimidad y aquello le estremecía
más a ser posible.
- ¡Hazlo! – gimoteó excitado, deseoso y
alterado. Jaejoong sintió cómo le cargó hasta depositarlo suavemente en su cama
siendo seguido de inmediato por ése Yunho que se instala entre sus piernas y le
sujeta una llevándola a su hombro.
La mirada de ambos estaba encendida en
fuego de pasión. La blanca piel de porcelana contrastando con el tostado
moreno. Ambas extensiones cutáneas resplandeciendo por el sudor, ardiendo en
deseo de fundirse.
La mata café de cabellos se enterró en la
pelvis del pelioscuro y más allá. Yunho degustó el miembro de Jaejoong por
instantes, pero centró toda su atención más abajo, en aquel anillo oprimido que
llenó de su saliva caliente. Los gemidos de Jaejoong eran altos, fuertes y sin
represión alguna, inundaban la habitación e incentivaban la creciente libido
del custodio. La lengua rugosa serpenteó en torno al anillo antes de encontrar
paso entre la carne caliente del anillo; el doctor encorvó la espalda –y si
hubiese tenido tiempo para pensar, habría tomado nota– gimiendo aún más alto
mientras siente cada músculo de su cuerpo reaccionar a aquellas atenciones.
Si eso era el infierno, estaba por demás
encantado de ser un pecador.
Uno a uno tres dígitos se fueron haciendo
espacio en su cavidad anal. Al mismo tiempo la boca de Yunho hizo maravillas en
su falo, le lamía, succionaba, mordisqueaba y le transportaba a un mundo
desconocido donde incluso el placer estaba en otro nivel del plano carnal.
Sí, ahí algo además de sus cuerpos estaba
haciendo “clic”.
- ¡Mghh! – un gemido compartido cuando
finalmente Yunho penetró en Jaejoong.
La gloria después del ardiente infierno. El
sofoco de la unión y las ganas irrefrenables de continuar sin descanso. Yunho
trató de ir despacio, pero incluso Jaejoong impuso su ritmo al sujetarle las
caderas e instarle a ir más rápido, pidiéndole por más profundidad y arañándole
la espalda indicándole de aquella manera en qué punto sentía mayor placer. El
vaivén exacto, ardiente deseo manifestándose en la más banal de las formas,
pero todavía más allá del simple contacto sexual. Ambos lo presentían ahí en
donde sus corazones latían con prisa hinchados de una peculiar emoción.
Cuando alcanzaron el orgasmo, Jaejoong le
impidió “retirarse”; quería sentir a Yunho por mucho más tiempo unido a él.
Quizá era al mismo tiempo una excusa.
Una excusa para que el “clic” establecido
no perdiera fuerza. Porque después de la primera ronda, le vinieron más a lo
largo de la noche que recién comenzaba. Después de todo ni uno ni otro tenían
guardia en sus respectivos trabajos al día siguiente. Oh bien, tal vez Jaejoong
tendría que presentarse, pero no importaba, siempre puede sacar fuerzas de
algún lugar, porque esa noche, toda su energía se la llevó un sexy custodio con
arma de alto calibre.
--//--//--//--//--//--//--
Junsu sentía sus mejillas calientes,
seguramente estaba sonrojado a más no poder. Yoochun por su parte se había
distraído en abrir el grifo y comenzar a tallar el jabón en sus manos para
producir espuma.
Ducharse con Junsu.
No. Él definitivamente no podía hacer eso.
Generalmente no encuentra atractivo ningún
cuerpo tanto femenino como masculino –alguna vez tiempo atrás su amigo Jaejoong
le expresó su preocupación ante tal hecho, le decía que tal vez tenía alguna
especie de enfermedad sexual que le impedía excitarse
con algo tan natural como un cuerpo atrayente; además, la cuestión hormonal
también debería de ponerse de manifiesto, pero en el caso del peliazabache
aquellos parecían ser aspectos carentes de peso–; pero ante Junsu en especial,
no solo se trata del calor que ya ha ascendido en su cuerpo; sino que además
tiene ese morbo que le marea un tanto
y pone a sus hormonas alteradas.
No es que sea simplemente deseo carnal por
poseerlo. Había algo más. Algo que le inquieta y le hace sentir avergonzado y
expectante al mismo tiempo.
Yoochun no se percató de su mutismo, tan
sumido en sus pensamientos –o más bien en la lucha interna de su razón contra
su ego– que estuvo ajeno a los movimientos de sus propias manos cuando ya
estaba enjabonando brazos y torso de Junsu; quien tímido se dejaba hacer por
esas caricias suaves que se dedicaban única y exclusivamente a tallar su cuerpo
con delicadeza.
Junsu sonrió. A diferencia de las múltiples
ocasiones en que su propio padre llegó a ducharle, esta vez las manos que
recorrían su cuerpo eran respetuosas y le hacían sentir tranquilo, relajado;
avergonzado pero con un sentimiento de bienestar y no de asco por sí mismo. Por
eso, no le tomó demasiada importancia al hecho de que Yoochun ignorara su
petición de ducharse con él –tal vez en el fondo de sus pensamientos ha tenido
la curiosidad de ver el cuerpo desnudo del peliazabache-.
Así, cuando Yoochun terminó de jabonar el
cuerpo del castaño y sus manos subieron hasta su cabello para lavarlo también,
el momento en que sus ojos se encontraron con los de Junsu fue –a falta de otra
palabra– su perdición. Las pupilas avellana brillaban como nunca antes en todos
esos meses en prisión, la cara dulce del castaño, sus mejillas coloradas, su
nariz respingada goteando agua, esa misma que resbala por todo su cuerpo, los
labios cerrados de un tono rosado que le provocó un revoloteo increíble en la
boca del estómago y aceleró su corazón.
Steppenwolf ni siquiera notó que sumergido
en aquel mar avellana se había acercado un poco más y el agua de la regadera
terminó por comenzar a mojarle también. Junsu suspiró el nombre del
peliazabache pero éste no le escuchó, simplemente vio los labios del castaño
moverse y su rostro se inclinó buscando el contacto con aquellos tiernos
pétalos de terciopelo. El castaño cerró los ojos casi instintivamente, deseoso
de aquel sublime contacto que para él estaría convertido en su primer beso. El
aliento cálido como húmedo del peliazabache se mezcló con el suyo, y ahí,
cuando el roce parecía inminente.
Nada.
Yoochun había reculado un paso y llevado
sus manos a la cabeza de Junsu cepillando con sus dedos los mechones castaños y
frotando con espuma.
- No los abras, te puede entrar jabón… -
escuchó la voz grave del peliazabache decirle cuando le vio intentar abrir los
ojos. El castaño sintió una punzada de decepción cuando el beso no llegó. Y
ahí, se sintió realmente mal.
El peliazabache terminó de enjuagar su
cabello y luego simplemente la luz llegó a sus ojos cuando cerró el grifo del
agua y el rostro del castaño se apoyó en su pecho trayéndole de golpe a la
realidad. Solo entonces recordó dónde, con quién y en qué circunstancias
estaba. El cuerpo inocente de Junsu goteando agua muy cerca del suyo, de sus
ropas mojadas, de su corazón acelerado, de las miles de sensaciones que de una
parecían haber aparecido en su vida casi oscurecida por el dolor de un pasado
imborrable que le ha llevado a manchar sus manos de sangre.
- ¿Te doy asco, Yoochun hyung? – la
pregunta latente de un miedo natural que brota de esa boca suave que en
demasiadas ocasiones fue violentada por la lujuria de un pecado que marcó sus
días desde pequeño. Junsu había susurrado bajito, pero lo suficientemente claro
para que el peliazabache le escuchara.
- ¿De qué estás hablando? Claro que no… -
le separa despacio, sujeta sus hombros y trata de mirarle a los ojos, pero
aquellas pupilas se esconden bajo los párpados y entre mechones largos que
escurren finas gotas de agua clara, cristalina, fresca, pura. Todo eso que de
pronto le recuerda justamente al muchachito que parece de nuevo tan frágil ante
él.
- No has querido besarme, no has querido
mostrarme tu cuerpo; ¿soy mala persona?
- ¡Escucha! – se siente asfixiado,
culpable, molesto y frustrado. Él es tan torpe para manifestar sus emociones.
Resopla y gruñe por lo bajo, no encuentra las palabras y teme no ser lo
suficientemente amable para responder… - No eres mala persona, cómo podría
alguien como tú que ha sido víctima de los pensamientos enfermos de alguien ser
malo; por supuesto que no eres mala persona Junsu ah. Y sobre… sobre…
Carraspea y se siente nervioso. De pronto
le hormiguean los dedos cuando es consciente de que aún sus manos sujetan los
hombros claros del castaño, del tacto de su piel tibia y mojada. El corazón le
galopa de nuevo con bríos, cual potro desbocado que baja una pendiente en
picada. ¿Es así de arrollador el amor?
Se aleja de nuevo. Actúa por instinto, por
miedo a sus propias emociones. Es torpe, torpe, torpe. Lo repite mil veces en
su cabeza. Besarlo. Él quisiera hacerlo, claro que sí. Pero cómo. Cómo besar a
un ángel. Que alguien se lo diga y le asegure que la tentación de sus labios no
le hará merecedor de un castigo más que agregar a su lista de actos que le
regalarán el infierno.
- Hyung… - le llama pero él es incapaz de
mirarle siquiera de nuevo… - Yoochun hyung… - No. Se niega. Él no quiere
mirarle. Lo besará si lo hace… - Yoochun ah… - ¡Basta! Que alguien le diga que
pare. Él no quiere… - Yoochunnie, y si quiero que me beses… - ¡No! – sería mi
primer beso de verdad, Yoochunnie; porque sería la primera vez en toda mi vida
que quiero un beso. La primera vez, que mi corazón se agita por un beso.
Y lo haces. Levantas la mirada y lo
observas. Es tan encantador, tan inocente, tan bello, tan puro. Y tú, un
asesino que manchó sus manos con la sangre de aquellos que tú mismo enjuiciaste
por sus actos. Actos que violentaron la infancia de muchos como aquél que
tienes ante tus ojos.
La avellana mirada te absorbe, te hipnotiza
y llama a tu cuerpo. Te mueves sin oponer más resistencia. Todavía crees que no
eres el adecuado para besar tan tiernos labios. Pero no puedes más, también lo
quieres. No eres un experto como muchas personas llegan a pensar con solo
mirarte, podrías contar los besos que has dado con los dedos de una de tus
manos y aún te sobrarían cinco dígitos. Notas el sarcasmo de tus propios
pensamientos y te permites una sonrisa. Admites ahí que los músculos otrora
tensos de tu boca ya no tardan tanto en esbozar aquellos gestos. Junsu te ha
invitado a sonreír más a menudo, no importa si es por el contagio de sus
propias sonrisas cuando jugaban cualquier tontería en su celda o fuera en las
áreas permitidas donde podían estar.
Tomas su mentón y tu otra mano corre los
mechones pegados a su frente. Has olvidado del todo su desnudez, te han
cautivado sus ojos y su boca, te marea el respirar inquieto que golpea tu
propio rostro. Estás tan enamorado, y es la primera vez, con todo y que tienes
27 y le llevas esos 8 años de diferencia más que en edad, en experiencias
manchadas de rojo carmín. La punzada de culpa por tus propios pecados casi te
hacen retroceder de nuevo pero te detienen sus manos, las que tímidamente se
han posado sobre tus hombros.
Te borbota algo en la garganta, parecen
palabras que nacieron en tu corazón pero no sabes cómo pronunciarlas. Te
limitas a admirarle, cada facción en su bello rostro. Acaricias sus mejillas y
peinas su cabello, enredas tus dedos entre sus mechones y notas que su mirada
no ha abandonado la tuya. Parece que también quiere decirte algo pero no sabe
qué es, o quizá tampoco cómo decirlo. De algún modo, encuentras tanto parecido
entre ustedes dos.
Y lo decides. Reduces del todo la distancia
y fundes tus labios con los suyos. Lo sabías, pétalos de terciopelo. Tan
suaves, gentiles, dulces. Algo explota en tu interior. ¿Se ha liberado una
parvada de aves en tu estómago? ¿No es que habían mariposas? ¡Qué importa! Si
esto es amor, le has abierto las puertas de tu corazón de par en par. Mueves
tus labios y le besas con calma. Te tomas tu tiempo para memorizarte la textura
de su boca, la cálida humectación que ha guardado el agua de la ducha. Quieres
más, lames sus labios sutilmente y pides permiso. Entreabre los labios y te
deja entrar, tu lengua le recorre con paciencia, saluda a su compañera y
juguetean apenas un poco. Es demasiado tímido y tú no quieres presionarle. El
beso termina pronto pero al mismo tiempo sabes que durará la eternidad porque
le has inmortalizado en tus pensamientos.
Todavía no lo sabes.
Decir aquellas palabras no es algo que
sepas hacer, y probablemente él está necesitado de escucharlas más allá de la
lujuria.
Esperas tener tiempo.
Más que nunca, quisieras que aquellas
cuatro paredes que les aprisionan constantemente desaparecieran.
--//--//--//--//--//--//--
Park Yoochun nunca se había sentido tan…
Feliz, en toda su vida. Ciertamente si lo pensaba esa era la primera vez en muchísimos
años que experimentaba aquel sentimiento. Después de la muerte de su hermano
menor su vida había sido más bien oscura, preocupado por la venganza y por
aprender todas aquellas cosas que le convirtieran en el asesino a sangre fría
que fue durante años hasta que la justicia consiguió atraparlo.
Steppenwolf había nacido en la prisión como
nombre, pero como lobo al acecho vio las penumbras de la noche mucho antes;
exactamente aquel día en que sus propios ojos encontraron el cuerpo inerte de
Yoohwan entre las sábanas manchadas de su propia sangre; los pálidos labios y
el rostro demacrado de su hermano es la última imagen que tiene en sus memorias
del niño que una vez debió ser adolescente y más tarde hombre, pero que truncó
todos los posibles sueños por cuenta propia rasgándose las venas con la poca
fuerza que su alma mancillada tenía para entonces.
Allí Yoochun había hecho el único juramento
que le mantuvo con vida hasta hoy; vengar la muerte de Yoohwan. Se dejó
arrastrar por los barrios bajos y aprendió de aquellos a quienes la sociedad
llama “escoria” o “deshechos”, todo lo malo que podían ofrecerle; aprendió a
odiar y a matar. Después, cuando el destino puso en su camino a Jaejoong,
aprendió de él a mediar un poco más su carácter. Por aquel entonces tendría
unos 18 años, pero ya sus manos estaban manchadas de la sangre de muchos
hombres.
“…-
No digas que quieres vengar a tu hermano y que por él es que haces esto.
Mataste al hombre que abusó de Yoohwan el año pasado. Admite ahora como hombre
que sigues matando por la culpa que a ti te corroe las entrañas; porque aún no
superas el hecho de que sientes que tu hermano era tu responsabilidad y crees
que si tan solo te hubieras dado cuenta antes de lo que le pasaba, él ahora aún
estaría vivo. Admite como hombre que es también por esa culpa que sientes que
te transformaste en esto; un asesino que da los veredictos de sus propios
juicios sin jurado, que eres una especie de héroe de aquellos que la sociedad
nunca aprenderá a aceptar porque transgredes todas las normas que rigen sus más
profundas moralidades, pero que olvida que los más necesitados de su protección
son las víctimas inocentes de los pecados para los que no tienen ojos ni oídos.
Admite todo eso y cuando lo hagas, yo seré tu doctor personal, podrás venir a
mí en busca de curación y refugio cuando lo requieras, de otro modo, no serás
más que un cobarde que se escuda en sus supuestos principios para cometer
crímenes sin razón -…”
Pocas personas podrían comprender estas
palabras. Para Park habían sido suficientes. A partir de entonces él se volvió
más esquemático y, de cierto modo, más objetivo. Pero sus manos siguieron
manchándose de sangre. No encontró sin embargo ninguna otra motivación para
vivir que matar.
Hoy, mientras Junsu le sonríe abochornado y
termina de vestirse luego de aquella extraña ducha que finalizó con un beso;
Yoochun juraría que se siente feliz. Que tiene un razón para vivir por vivir;
más allá de la venganza y la sangre; se siente capaz de soñar con un mañana sin
más muertes –excepto la de aquellos que lastimaron al castaño, ellos podrían
ser los últimos nombres en su libro negro antes de abandonar las armas–
- Junsu ah…
- ¿Sí?
- Seamos felices juntos…
El castaño sonríe un poco más y sus pupilas
se iluminan. Steppenwolf comprende que le ha fascinado la propuesta. Lo
corrobora cuando Junsu se acerca y rápidamente deposita un corto beso sobre sus
labios, casi se sintió como un aleteo o una brisa de mar. Pero ha sido más que
suficiente para sonreír también y caminar detrás de ese muchachito que
sonrojado hasta las orejas anda delante mirando de tanto en tanto hacia atrás
asegurándose de que sigue acompañado.
Yoochun hace otro juramento en su mente.
Junsu nunca más estará solo.
--//--//--//--//--//--//--
Esa vez había sido ChangMin quien citara a
Mokomichi Hayami en un bar; a unos días de iniciar el juicio de Kim Junsu.
- ¿Por qué lo hiciste?
- Porque estoy seguro de que esa
información estaba mejor en tus manos.
- Me entregaste tu caso. No entiendo por
qué.
- Que sea el fiscal no significa que debo
permanecer inmutable ante los hechos. No puedo sin embargo hacer de esto un
escándalo que sacuda todo nuestro sistema de justicia; así que por eso te di
esa información. Ganarás el caso, un inocente quedará libre y algunos culpables
conocerán la prisión. ¿Qué más tienes que entender en eso?
- ¿Por qué me ayudaste?
Hayami miró a ChangMin entonces. Profunda
mirada oscura que reclamaba una verdad que parecía no ser suficiente para el
morocho. El fiscal sonrió de medio lado y se tomó el tiempo para beber de su
cerveza. El abogado defensor pareció impacientarse y bufó por lo bajo
comenzando a tamborilear sus dedos sobre la superficie de la barra.
- Me gustas. Por eso te ayudé. ¿Te es
motivo suficiente? ¿O es acaso que necesitarás pruebas para convencerte de mis
palabras? Porque tengo un par de ellas que estoy dispuesto a mostrarte justo
ahora, ChangMin ah.
El morocho se quedó estupefacto. Perdido
entre la sorpresa y la vergüenza, y quizá también en la molestia por saberse
justamente así; el abogado desvió la mirada y se tomó su cerveza casi de un
solo trago. El fiscal rió divertido por la actitud de su colega y sin apartarle
la mirada esperó por su propia respuesta.
- No camino por ese lado de la acera… -
protestó en un peculiar susurro, con el ceño fruncido y negándose en absoluto
en volver la mirada hacia su interlocutor.
- ¿Seguro? Porque de éste lado también hay
sol y sombra, día y noche; la única diferencia entre tu acera y la mía, es el
valor que tengas para caminar en ella.
- Detestable. – ChangMin gruñó inconforme.
Claro, no le extrañaba que tuviera buenos argumentos, si por algo era
fiscal.
- ¿Y…?
Hayami recibió su respuesta. No con
palabras ni buenos tratos. Ese no es el estilo de ChangMin después de todo. No,
recibió su respuesta con un gruñido y un domicilio escrito sobre una toalla de
papel que estaba medio mojada por el agua que sudó su vaso de cerveza fría.
Luego el abogado se puso de pie y salió a discreción del lugar. Solo. Pero
Hayami, él ya tenía su siguiente cita, y por lo que lee, una propuesta
indecorosa muy interesante.
--//--//--//--//--//--//--
No pasó demasiado tiempo cuando el caso de
Kim Junsu llegó a un veredicto final. Su absoluta libertad. El castaño estaba
contento, al menos en parte.
- Yoochun ah, ¿qué será de ti? No quiero
irme si tú sigues aquí dentro…
- No te preocupes, ChangMin sigue
trabajando en mi caso, pero como es un poco más complejo que el tuyo, por eso
se está tardando más.
- Pero la gente dice…
- Shh. Sé lo que la gente dice, como sé lo
que hice, y por qué estoy aquí. Ten fe Junsu ah, estaré fuera contigo pronto;
tan pronto que todavía no terminarás de acostumbrarte a vivir con Jaejoong
cuando yo ya estaré ahí.
Un abrazo inquieto y fuerte. Un beso dulce
y un “hasta pronto” doloroso. Cuando Junsu salió de la prisión en compañía de
Jaejoong y Yoochun entendió que se había quedado “solo”, sintió el verdadero
peso del encierro.
- Tenemos cuentas pendientes, Steppenwolf,
ahora que tu amante no está para
distraerte, espero que podamos arreglar nuestros asuntos.
Park volvió la mirada. El Decano y varios
más le buscaban de nuevo. Yoochun sabía sin embargo que si peleaba otra vez, no
tendría demasiado a su favor acerca de buen comportamiento en prisión.
- Quiero salir. Quiero estar con Junsu.
Pero tampoco me puedo amedrentar…
Steppenwolf estaba en una encrucijada.
--//--//--//--//--//--//--
Steppenwolf siguió con la mirada cada
movimiento del Decano, de aquellos que lentamente iban formando un círculo
alrededor de él y más atrás los que se perfilan como espectadores dispuestos a
disfrutar del espectáculo. Un espectáculo que él realmente no quería dar, pero
que al parecer, no podría postergar. Era defenderse o permitir ser apaleado.
Definitivamente prefiere enfrentarse que huir.
- ¡Hey chicos! ¿Una fiesta a la que no he
sido invitado?... – un hombre de mediana edad y aspecto más bien desaliñado
apareció en escena. Una sonrisa suficiente y un caminar relajado.
- ¿Tú quién demonios eres?... – El Decano
cuestionó con tono arrogante. Algunos guardias de seguridad entraron tras aquél
hombre que sin temor alguno se abrió paso entre los reos. Yoochun permaneció
alerta.
- Yo, mis queridos amigos, soy su nuevo
Inspector en Jefe – máximo cargo en las instituciones presidiarias… - y he
venido justamente a presentarme, pero me he encontrado con esta sorpresa. Quién
eres tú, chico… - preguntó ante el peliazabache… - pareces popular.
- Park Yoochun, Señor…
- ¿Y estabas dispuesto a pelear con todos
ellos? – una mirada rápida alrededor, donde los prisioneros solo habían
reculado un par de pasos.
- Era hacerlo o dejar que me molieran a
golpes. Prefiero defenderme y atacar si la situación lo requiere para
sobrevivir, Señor.
- La respuesta adecuada, chico; la
respuesta adecuada… - una palmadita en el hombro y luego volvió su atención a
todos… - ¡Me llamo Lee Myung Kang, Señor para ustedes! ¡No estoy aquí para ser
amigo de nadie, pero tampoco seré el verdugo que les complique más su estadía
por mi “casa”! ¡Ustedes se comportan como deben, yo respeto sus vidas! ¡Faltan
a una sola de mis reglas, y tendremos serios problemas, compañeros! – el hombre
hablaba con ellos elevando la voz pero sin llegar a parecer enojado o demasiado
prepotente. Aunque su sonrisa pareciera algo socarrona y algunos pensaran que
estaba siendo demasiado presuntuoso… - ¡La primera regla que deben saber es que
en mi “casa” no se permiten las peleas como la que estaban por comenzar!
- ¡Steppenwolf se las ha buscado!
- ¡Así arreglamos nuestras cuentas!
- ¡No somos críos para que nos hables como
nuestro padre!
- ¡Regresa por donde viniste!
Esas y otras palabras eran gritadas entre
el bullicio de los reos. Los custodios permanecieron alertas por si se venía
algún intento de motín. Entre ellos, Yunho estaba particularmente atento a los
movimientos del Decano y los cabecillas de otras pandillas, todos rodeando a
Yoochun y al nuevo Inspector en Jefe. Si le hubieran preguntado lo recomendable
de aquella acción, el moreno habría dicho que este nuevo hombre estaba loco
para arriesgarse a una presentación en directo con todos los prisioneros, la
mayoría de los cuales está ahí por asesinato o manifestaciones violentas de
agresión.
- ¡La única forma en que puedo tolerar
enfrentamientos entre ustedes es de manera justa, a través de peleas
programadas, lancen un reto a quien quieran, les daré el tiempo y el espacio
para que descarguen sus enojos y frustraciones! ¡Y aún en ello, la regla es no
matarse! ¿¡Entendido!?
Más bullicios y los reos comenzando a
agitarse. Las palabras dichas por el nuevo Inspector en Jefe podía
interpretarse de muchas maneras. Algunos custodios se pusieron nerviosos cuando
vieron a los prisioneros impacientarse, gritar y lanzar blasfemias entre ellos
mismos. Yunho permaneció impávido, listo para actuar si era necesario, pero por
lo que veía, esto era como cuando agitas las aguas de un riachuelo, pronto
todos se calmarían; la propuesta del Inspector en Jefe de hecho podría ser
atractiva para la mayoría, algunos ya verían cómo intentar sacar provecho de
ello.
- ¡Ahora vuelvan todos a lo suyo, amigos
míos! ¡En los siguientes días les iré dando a conocer más reglas! – y así sin
más, el Inspector en Jefe salió dejando detrás una peculiar estela de
inquietudes y excitación.
--//--//--//--//--//--//--
La nueva administración de la prisión pudo
resultar contraproducente para muchos reos que no podían hacer de las suyas sin
un castigo consecuente. Cualquiera que salía de las reglas del Inspector en
Jefe Myung terminaba segregado o haciendo las labores más pesadas de la
prisión. Yoochun por su parte tenía que aceptar que –irónicamente– sus nuevos
procederes le han salvado la vida. Aunque ha tenido una o dos peleas por día,
él no está tan maltratado; por el contrario, si aquellos enfrentamientos se hubiesen
dado a la antigua usanza, la probabilidad de que hubiera muerto eran altas.
Pero eso no significa que la visita de
Junsu ponga a ambos un poco inquietos, al peliazabache por la preocupación que
tan claramente ve matizada en las avellanas pupilas, al castaño por los
moretones nuevos que cada día aparecen en el cuerpo de su nov… amigo. ¿Amante?
- Jaejoong hyung me ha dicho que estas
pomadas ayudarán a que sane más pronto, y te dejó en aduana medicamentos que te
estarán dando puntualmente dos veces al día.
- ¿Jaejoong ya es tu hyung?
- Él me ha dicho que se sentía raro cuando
le decía Jaejoong-ssi; que lo hacía parecer más viejo y entonces me pidió que
le llamara al menos por hyung.
- ¿Ustedes dos se están llevando bien,
verdad?
- ¡Sí! Jaejoong hyung es muy buena persona,
y me gusta mucho.
Algo en la “declaración” de Junsu no le
agradó a Yoochun. Tal vez era ese algo llamado “celos”. Frunció
inconscientemente el ceño y escuchó al castaño balbucear algo pero no lo
comprendió porque estaba tratando de controlar ese ardor en la boca del
estómago que le hacía sentir algo molesto e inseguro. El castaño terminó de
colocar pomada sobre la ceja derecha y luego dirigió su dedo al labio partido
del peliazabache. Él también se sentía extraño, como si hubiera dicho o hecho
algo que tensara el ambiente entre los dos. Y él que hasta se había formado en
su cabecita un montón de fantasías acerca de esa primera vez visitando a
Yoochun en “visita conyugal”. Sí, sí; idea de Jaejoong hyung.
- Yoochun ah… - le llamó, pero el
peliazabache parecía demasiado concentrado en algo; así que intentó de nuevo… -
Yoochunnie…
- ¿Qué tanto te gusta?
- ¿Eh?
- Jaejoong, ¿qué tanto te gusta? De todas
maneras, sé que está saliendo con alguien, así que intenta no ilusionarte demasiado.
- ¿Piensas que estoy enamorado de Jaejoong
hyung?
- Acabas de decir que te gusta mucho.
Junsu se permitió una sonrisita. Por alguna
razón, se sentía bien ver a Yoochun así. Celoso, molesto; pero capaz de
abrazarle con fuerza si solo se lo pide para no dejarle ir.
- Pero no de esa manera, Yoochun ah… -
susurró bajito, avergonzado y nervioso. Se sentía así cada que esos profundos
ojos negros le miraban.
- ¿Entonces cómo?
- Como podría gustarme un hermano mayor, o
algo parecido. No es un gustar romántico. De esa manera solo me gustas tú… -
susurra por último completamente colorado, se entretiene guardando las cosas
que llevó para curar al peliazabache. Espera algunas palabras, lo que sea que
le haga sentir de nuevo toda esa emoción de cuando aún estaba preso y Yoochun
le besaba hasta dejarle los labios hinchados de tanto cariño.
Yoochun no sabe bien por qué hace lo que
hace. Pero está ahí, con Junsu en su regazo, besándole como si en esos momentos
sus besos fueran a devolverle la paz interior y la cordura.
Tenía la necesidad de marcarle. De hacer
algo más que besarle.
Tenía el deseo de desnudarle y correr sus
manos por todo su cuerpo.
Quería besar cada palmo de su piel.
Anhelaba hacerle el amor
¿Sería correcto?
--//--//--//--//--//--//--
**Sobre
la Propuesta Indecorosa de ChangMin a Hayami**
Camino a su departamento ChangMin iba
riñéndose mentalmente por su actitud. Se cuestionaba porqué su mano había
escrito aquello en la toalla de papel que le entregó a Hayami. Una parte de él
quería convencerse de que era una forma de “agradecimiento” por su apoyo en el
caso de Kim Junsu. Por otro lado, eso se escucha de peor manera en sus
pensamientos, eso de pagar favores con favores sexuales suena tan… tan…
- ¡Maldición! – gruñó molesto consigo
mismo, tirándose de los cabellos con frustración porque mientras más pensaba
más se complicaba la situación en sus pensamientos… - He estado con mujeres y
ninguna me había hecho sentir tan estúpido. ¿Será que me estoy volviendo gay?
¡Argh, maldito fiscal desgraciado que se atravesó en mi estable vida!
Lo peor de todo esto era, que fue
justamente ChangMin quien le propuso aquél encuentro sexual con Hayami. ¡Stop!
¡No, no, no, no! ¡Él no le hizo ninguna propuesta de aquella naturaleza! ¡Qué
rayos pasaba con su cabeza que ponía ideas ahí que NO tenían razón de ser! ¡Si
él solo le invitó a pasar una amena noche en su departamento!
Textualmente la nota de ChangMin reza: “Te espero a las 8 en mi casa, te prometo una
placentera estancia”
¡No hay ninguna implicación sexual en todo
eso!
- ¡Mil veces mierda! ¿Por qué sigo pensando
en eso? Por supuesto que le prometí una placentera estancia ¡porque pienso
cocinarle la cena! – para variar, el joven abogado estaba que trinaba de
desesperación y (aunque le cueste admitirlo) nervios.
El sonido de su móvil le distrajo lo
suficiente para no darse de topes contra el muro por la inquietante
desesperación y molestia que le tenía dando vueltas sobre lo mismo desde el
encuentro con Mokomichi.
- Shim ChangMin – atendió casi en
automático, sin haber siquiera echado una mirada al teléfono en la pantalla.
- Uy
que seriedad contigo, ChangMin ah.
- Jaejoong, créeme no estoy para que
molestes, tengo cosas IMPORTANTES que hacer.
-
Pero no me gruñas ni me enfatices lo importante de tus asuntos; la única razón
por la que te llamo es porque Yoochun sigue insistiendo en que dejes de
investigar su caso y te enfoques en el de Junsu.
- Ese tarado se piensa que porque me paga
bien puede venir y decirme cómo hacer mi trabajo mandándome recaditos contigo –
gruñó, y no, no había novedad de eso para Jaejoong.
- En
realidad también lo hago por fastidiarte. ChangMin ah, cuándo vas a conseguirte
algo de “acción”, si sabes a lo que me refiero ¿no? Creo que te pones tan tenso
con el caso de Yoochun y ahora de Junsu que tu humorcito se ha disparado como
cuatro veces más.
- ¡A ti que te interesa mi vida sexual! – y
así, la “interesante” charla dio por terminada cuando el morocho lanzó el móvil
lejos y se internó en la cocina totalmente dispuesto a concentrarse única y
exclusivamente en la cena… - ¡Hayami no baka es tu culpa! – por supuesto, la
cosa fue que constantemente la pasó gruñendo aquello mientras preparaba lo que
suponía, una cena suculenta que le diera placer al paladar refinado del fiscal
Mokomichi.
……………………………
- ¡Ngh! ¡Ah maldito! ¡No…no ngh!
Esos gemidos e improperios salían de los
nada amables labios de ChangMin. Y es que, algo en su gran plan sobre
“agradecer con una placentera estancia” en su departamento se había ido por la
borda cuando Hayami llegó empapado de pies a cabeza; y es que, por aquellas
casualidades del destino se había topado con una estrepitosa tormenta camino al
departamento del morocho y pues, tenía que entrar en calor.
Claro que, para cuando ChangMin amablemente
–notemos cierto sarcasmo al respecto– le lanzó una mísera toalla y le mandó a
la ducha a calentarse con un baño de agua tibia mientras él buscaba algo en su
armario que pudiese servirle; ChangMin no previó que Hayami le arrastrara por
la fuerza –en realidad no, pero dejemos que el abogado jure en vano que fue
así– a la ducha y le sedujera entre besos y caricias ardientes desnudándole en
un dos por tres y desnudándose a su vez casi con prisas sin dejar de recorrer
con sus francas manos cada tramo de piel cetrina.
Razón por la cual estaba ahí, de frente al
azulejo con el chorro de agua golpeándole partes del cuerpo que no eran
alcanzadas por las que cubrían el propio cuerpo del japonés, quien pegado a su
espalda estimulaba su entrepierna al mismo tiempo que besaba sus hombros o
cualquier porción de piel a su alcance y embestía con fuerza la estrecha
entrada del morocho.
- ¡Mghh oh damn it! ¡Más, más!
- Te gusta, eh – penetración más profunda y
poderosa… - Admítelo ChangMin ah – gemidos roncos que retumban en los oídos del
morocho… - Caminas del mismo lado de la acera que yo – una sonrisa prepotente
de esas que el morocho odia pero que al mismo tiempo le hacen sentir
particularmente caliente mientras recibe con placer cada una de aquellas estocadas
cada segundo más salvajes.
- ¡Cállate, Hayami nohhh baka ngh! –
intentos frustrados de insultarle porque él mismo sentía cómo le temblaban las
piernas y su intimidad comprimía aquel trozo de carne caliente que se enterraba
más y más dentro mandándole a algún universo alterno en el que él es lo
suficientemente gay para admitir este inmenso placer que otro hombre (sumamente
atractivo como engreído) le estaba regalando.
Más tarde Hayami le giró, le empotró contra
el azulejo y sujetando una de las largas piernas de ChangMin volvió a
penetrarle casi sintiendo que en ese simple movimiento se corría por la
estrechez y las pulsaciones que comprimían su falo encerrado en aquel orificio
caliente.
- ¡Mgh te… te odio mhhh! – ChangMin
continuaba siendo tan pero tan poco amable. Pero era tal vez eso lo que más le
gustaba a Hayami de él. Tanto, que si alguien le pregunta cuál es el principal
atractivo de este chico quisquilloso el fiscal respondería sin duda que su
personalidad algo agresiva y sarcástica.
- ¡Es sexy que me gimas así, ChangMin! –
mordisqueó los labios del morocho y embistió más rudo y veloz.
- ¡Ohh por dios! – y el abogado no pudo más
que gemir mareándose en placer.
Para cuando alcanzaron el orgasmo, ambos
estaban agitados, cansados y todavía mojados pero definitivamente nada limpios.
ChangMin le fulminó con la mirada cuando
Hayami salió de su interior y sintió aquel líquido caliente resbalar entre sus
piernas.
- ¡Estúpido, no me gusta tu lado de la
acera!
- Cállate…
Le ordena y estampa su boca con la del
morocho en un beso salvaje al principio. Algo más lento, húmedo y tal vez,
cariñoso, después.
Después de todo, ¿quién asegura por qué
lado de la acera caminará el día de mañana ChangMin?
--//--//--//--//--//--//--
El beso había mutado a uno demandante,
apasionado, fogoso. Yoochun quería saciarse de los labios de Junsu con aquél
beso, pero era imposible, mientras más recorría su interior más anhelaba de su
húmeda dulzura. El castaño se sentía mareado –incluso considerando su pasado–
nunca había sido besado de aquella manera, él nunca había tenido el deseo de
responder con la misma intensidad como en aquel preciso instante. Sus manos se
anclaron tras el cuello del peliazabache y su cintura fue aprisionada con
recelo por las fuertes manos de éste.
Cerca. Tal vez demasiado.
El pecho de ambos subía y bajaba motivado
por la errática respiración que el beso compartido les ha alterado. Labios
fundidos, labios acompasados, labios húmedos, labios enamorados.
Yoochun se separa primero, rompe el beso
por falta de oxígeno más que por ganas de abandonarle. Junsu suspira y sus
hinchados labios rosados le devuelven a Steppenwolf la imagen tierna de un
chico inocente. Acaricia sus mejillas y trata de normalizar su respiración
siquiera –del corazón se ha olvidado, no tiene caso una batalla contra el ritmo
acelerado que ha alcanzado, sabe que la tiene perdida–; busca las palabras
adecuadas para decirle. Pero es torpe, nunca ha sabido hablar sobre
sentimientos… porque les creía perdidos desde el día que perdió a su hermano
menor.
- Yoochunnie…
El susurro le sorprende de algún modo,
quizá porque todavía le asusta la ternura que se desliza en aquella dulce voz.
Las pupilas avellana se clavan en sus ojos negros y él todavía no sabe qué
decir. Le atrae más cerca y topa su frente con la de Junsu al tiempo que cierra
los ojos y trata de darle nombre a cada una de esas sensaciones y emociones que
se han disparado por todo su cuerpo.
Pareciera que a Dios se le olvidó
“equiparlo” para enfrentarse al amor.
- Shh, por favor. No susurres mi nombre
Junsu ah… - casi suena a súplica y por un momento siente el cuerpo del castaño
temblar ante sus palabras. Abre los ojos y busca su mirada. Junsu se aparta y
se aleja, trata de huir de su regazo. Le ha herido… - No, escucha Junsu ah; no
es que no me guste, o que no me gustes tú ¡porque Dios, me encantas! Pero yo…
yo soy nuevo en esto Junsu ah, jamás me había gustado nadie.
- También eres la primer persona que me
gusta de verdad, Yoochun ah… - le mira a los ojos nuevamente y trata de ser
firme, de mostrarle con sus ojos que habla en serio. Que como él, también está
asustado por enamorarse.
Pero ambos terminan evadiendo la mirada del
otro. Esto parece demasiado para sus corazones, para sus almas heridas por las
experiencias del pasado.
- Junsu ah… - es entonces Steppenwolf quien
le llama. Sujeta su mentón y busca su mirada… - Tal vez no debas dejar que este
sentimiento por mí crezca dentro de ti.
- ¿Por qué? – su mirada refleja miedo y
decepción. Teme que después de todo no es lo suficientemente bueno para que
alguien le quiera como comenzaba a sentirse querido por el peliazabache.
- Escucha… - inhala y exhala sintiendo cómo
aquel acto tan natural incluso duele. Esto debe ser el tipo de dolor que se
siente cuando se está enamorado y sientes que no está bien, que no es lo mejor,
que tal vez no sea correcto y sí egoísta… - hablé con ChangMin ayer. Tal vez no
salga nunca de aquí. Quiero que conozcas gente allá afuera.
- ¡Pero me gustas tú! – gimotea con
desesperación y el peliazabache se muerde el labio inferior sintiéndose
culpable y halagado al mismo tiempo… - No hace ni cinco minutos estabas celoso
porque pensaste que me gustaba Jaejoong hyung, ¿y ahora me dices que quieres
que conozca gente?
- ¿Qué si no salgo, Junsu ah? ¿Vas a
conformarte con esto? ¿Verme unas horas cada día? ¿Visitas conyugales? Esto no
es vida Junsu ah, esto no es forma de mantener una relación.
- Confío en ChangMin hyung, sé que te
sacará de aquí como me sacó a mí… - sus ojos llorosos le pinchan con más culpa
aún. Junsu no lo sabe todo, él nunca se lo ha contado. Tantas muertes por las
que pagar.
Luego el silencio.
Yoochun le mira sin saber qué decir. Una
parte de su alma está ilusionada por primera vez en toda su vida. Junsu le dio
–a pesar de las circunstancias– alegría y una razón para vivir. Pero la otra
parte, la que siente culpa, miedo y remordimiento, quiere alejarle. Él está en
el dilema para el que ningún ser humano está preparado resolver.
- No me alejes de ti, Yoochun ah… - su voz
resuena en tus oídos y no puedes evitar volver a sujetar sus mejillas. Su cara
bonita llena de dulzura conmueve tu corazón. ¿Se lo has dicho? (no lo
recuerdas) Es un ángel… - Si te gusto, si me quieres; por favor, no me alejes
de ti.
- Quiero que seas feliz…
- Y es contigo con el único con quien me
siento así. Viví hasta antes de conocerte entre sombras de pesadillas y el
dolor del amor de mi padre mancillando todo lo que era cada día sin descanso.
Viví aterrado de la realidad, asustado de que llegara papá demasiado cariñoso o
estresado, porque sin importar sus estados de ánimo, siempre me buscaba para
desahogar sus sentimientos.
La determinación de sus palabras como la
súplica se ganan otro trozo de tu gastado corazón. No has sufrido como él, pero
has visto el daño que personas como aquel que decía ser su padre le hacen
personas como Junsu. Tu propio hermano menor vivió aquel infierno, viste a
otros niños padecer la misma pesadilla. Mataste por proteger. Ahora vives por
la misma razón.
Pero protegerle ahora es más difícil. Tú
podrías ser otro monstruo en su vida. No porque le puedas dañar como aquel
maldito que profanó su inocencia. No. El dolor que tú puedes hacerle si
permaneces en prisión es justamente no poder estar a su lado. Y no quieres eso,
en el fondo de tu corazón, no lo quieres.
- ¿Tanto confías en ChangMin?
- Sí.
- Entonces, me quedaré contigo. No, tú te
quedas conmigo a pesar de que no podemos estar siempre juntos. Pero te prometo,
que cuando salga de aquí, voy a amarte como te mereces sin importar nada más
que tu felicidad y bienestar.
Tu promesa le arranca una sonrisa y sus
lágrimas se desbordan esa vez de ilusión. Te besa corto y se abraza de nuevo a
tu cuerpo. Le mantienes en tu regazo entre susurros y besos hasta que el tiempo
termina y él es llamado para retirarse. Los minutos se les habían ido demasiado
rápido esa vez.
- Te quiero, Yoochunnie… - susurra para ti
con esa sonrisa resplandeciente y las mejillas arreboladas de carmesí.
- Y yo a ti, Junsu ah… - prometes sinceramente
y te permites robar un último beso de sus labios suaves antes de que atraviese
la puerta y tenga que partir.
No lo sabes, realmente no.
Pero esperas vivir lo suficiente hasta que
llegue el día en que no le veas atravesar más esa puerta para despedirse.
Sueñas.
Con la libertad.
--//--//--//--//--//--//--
Han pasado 10 meses ya desde la llegada del
Inspector en Jefe Lee Myung Kang, tiempo durante el cual Yoochun no tuvo más
opción que participar de todas y cada una de las batallas a las que fue retado
por varios prisioneros, principalmente el Decano quien no parecía aceptar sus
derrotas y solo alimentaba su ira hacia Steppenwolf.
10 meses también de las visitas de Jaejoong
y Junsu a curarle, de hacerle compañía; de renovar la promesa con el castaño.
10 meses de reuniones con su abogado ChangMin, analizando uno a uno los
argumentos a su favor. Al final, solo quedaba un cargo por asesinato,
justamente el del religioso que había abusado de Yoohwan hasta orillarlo al
suicidio. Sin embargo, era el caso más difícil, no había reporte de ningún otro
caso en el que el Sacerdote hubiera sido señalado por ningún otro niño o
adolescente, y con ambas partes occisas, era casi nula la posibilidad de
presentar pruebas que de algún modo sustentaran la acción de Park Yoochun en un
probable arrebato de locura.
A ChangMin le ayudó mucho que Hayami
renunciara como fiscal de distrito y se uniera a su firma, de aquél modo las
mentes de ambos abogados consiguieron lo que puede denominarse un milagro.
La libertad de Park Yoochun.
Y esta, no fue sencilla. No cuando ChangMin
tuvo que buscar el permiso de los Sres. Park para que hicieran algo por Yoochun…
- Sra. Park, por favor; queremos que
entienda que su hijo no está en prisión por ser mala persona… - Hayami estaba
ahí, junto con ChangMin, hablando con la Sra. Park luego de que vieran todo
perdido ante el Sr. Park.
- ¡Se convirtió en un asesino! ¡Claro que
merece estar donde está!
- Su hijo Yoochun estuvo motivado por
circunstancias especiales, es verdad que mató, pero no lo hizo por ser mala
persona, intentó proteger a niños como Yoohwan, abusados por otros, incapaces
de defenderse a sí mismo… - ChangMin señaló.
- ¡Mi hijo no fue abusado! ¡Yoohwan se
suicidó por… por…! – las lágrimas de la mujer se derramaron finalmente, la
estancia de la mansión Park fue cruzada por su llanto y el recuerdo de la
pérdida de su pequeño hijo.
- Señora, entendemos que esto es difícil
para usted, pero… si nos permite desenterrar el cuerpo de Yoohwan, hay pruebas
médicas que pueden demostrar lo que pasaba con su hijo… - Hayami intentó
empatizar con la mujer.
- ¿Quieren que desentierre a mi Yoohwannie?
¿Quieren que reviva el dolor? ¿Por qué no le dejan descansar en paz?
- Porque su hijo Yoohwan no querría que su
hermano Yoochun esté en prisión porque nadie cree que lo que hizo fue por
protegerle… - Hayami volvió a tomar la palabra.
- ¿Acaso no ama a su hijo Yoochun también,
Sra. Park? – y entonces ChangMin hizo la pregunta correcta. Tocó las fibras
sensibles de la mujer y su instinto materno.
La Sra. Park simplemente asintió y lloró
nuevamente. Accedió al pedido de los abogados. Y sin embargo, no tuvo el valor
de presentarse a un solo juicio. Sentía que había fallado demasiado a sus
hijos, uno de ellos se quitó la vida, el otro. El otro vivió demasiado en la
oscuridad. No se sentía madre suficientemente buena para volver a presentarse
ante Yoochun. Y su esposo… continuaba repitiendo que sus hijos han muerto para
él.
Aún así. La libertad de Park Yoochun se
hizo posible.
…………………………
Estaban ahí esperando ansiosamente que el
peliazabache cruzara la puerta principal. Jaejoong, Yunho, ChangMin y Hayami
esperaban al margen, recargados en el cofre de sus respectivos autos. Mientras
que Junsu estaba prácticamente a un paso de la puerta con el corazón a mil por
hora sumamente nervioso y emocionado.
Pero sucedió. Cuando Steppenwolf
despareció, Park Yoochun volvió totalmente a la vida, apareció tras la puerta
de metal con un bolso de las pocas pertenencias que había conservado y una
sonrisa suave.
- ¡Yoochunnie! – el castaño se fue directo
a sus brazos, rodeándole con todo el cariño que le tiene y con esa enorme y
radiante sonrisa estampada en sus rosados labios.
- Junsu – susurró su nombre y le estrechó
contra su cuerpo.
Esta sensación que hincha su pecho es la
emoción de la libertad y el sentimiento de poder cumplir todas las promesas
hechas en meses. Se apartó apenas un poco, ese espacio suficiente para mirarle,
para sujetar sus mejillas y besarle ahí mismo. Lento, despacio, con calma.
Saborear sus labios dulces con la misma emoción con que saborea su libertad.
Nunca se había sentido tan feliz en sus ya 28 años de vida.
- Al fin estamos los dos fuera de ese
lugar… - Junsu murmuró avergonzado por el beso tan repentino.
- Así es. Vamos… - una suave sonrisa y el
entrelace de sus manos mientras avanza hacia sus amigos.
El recibimiento es afectuoso. Una fiesta
para festejar y una velada divertida entre amigos.
- A Yoochun le sirvió muchísimo conocer a
Junsu, antes nunca le había visto sonreír tanto… - Jaejoong dijo en corto a
Yunho.
- Debe ser cosa del destino, a pesar de que
ambos tuvieron un pasado tan lleno de dolor, están aquí, siendo felices al lado
del otro… - Yunho le abrazó y besó su pelo mientras observan a ChangMin renegar
con Hayami culpándole de perder otra partida de ajedrez contra Junsu (quien
sorprendentemente era muy bueno) porque según el morocho, su novio le distrae.
- ¡Yah! ¡Deja de pensar en mí!
- ¿Cómo es posible que sepas que pienso en
ti si estás concentrado en el tablero?
- ¡Porque siento tu mirada, Hayami no baka!
- Deja de refunfuñar, cariño.
- ¡Que no me llames cariño!
- Te quiero~
- ¡Yo a ti no!
El intercambio tan particular de muestras
de afecto entre los abogados tenía bastante entretenidos a todos. Hasta que
entrada la madrugada todos consideraron que era hora de retirarse. Jaejoong y
Yunho a su departamento, ChangMin y Hayami al del primero –que se ha negado en
rotundo a mudarse o dejar que se mude el japonés, aunque de todas maneras la
viven prácticamente juntos–
Una vez Junsu y Yoochun quedaron solos.
- Mi casa está muy diferente a como la
recordaba…
- Jaejoong hyung dijo que estaba bien si
hacíamos algunos cambios. ¿No te gusta?
- Claro que sí. Se siente como estar
realmente en casa… - el peliazabache sonrió y observó detenidamente cada
detalle en su hogar… - ¿Jaejoong te ayudó?
- No. Lo hice yo solo, disculpa que no te
haya pedido permiso antes… - el castaño murmuró avergonzado.
- ¿Permiso? ¿Por qué ibas a pedirme permiso
para redecorar nuestra casa?
- ¿Nuestra?
- Por supuesto. ¿Pensabas que una vez que
saliera te iba a pedir que buscaras departamento o algo así? Todo este tiempo
te dejé vivir aquí porque esta es nuestra casa ahora, Junsu ah.
El castaño sonrió radiante y lleno de
júbilo se lanzó a brazos de su novio. El peliazabache le acarició el cabello y
la espalda. Le encantaba esa personalidad tan transparente e inocente de su
pequeño novio. Durante todos esos meses nunca le había dicho nada acerca de
vivir juntos, esperaba que Junsu se diera cuenta solito pero al mismo tiempo
intuía que algo como eso iba a pasar, tener que decírselo directamente. De
cualquier manera, todo lo que podía –y quería– pensar ahora es que están ahí,
en casa, juntos, libres.
- Gracias, Yoochun ah.
- Quien debe decir eso soy yo, Junsu ah… -
acaricias su mejilla y sabes que podrías pasar toda tu vida así… - por
enseñarme tanto, por quererme y dejarme quererte.
Un beso dulce y las manos entrelazadas
antes de ir a la habitación que compartirán también aunque otra de las alcobas
fuera la que Junsu hubiera estado usando hasta ese día. Sin embargo, Yoochun le
había jalado ahí entre besos y sonrisas tiernas. Moría por hacerle el amor.
Lentamente las ropas desaparecieron, y sentados
sobre la cama entre sábanas ligeramente desordenadas y almohadones en cualquier
parte; ambos se admiraron entre sonrojos y nervios al desnudo. Los delicados
dedos del castaño recorrieron cada cicatriz del cuerpo níveo del peliazabache,
dando cortos besos a cada una de ellas, prestando atención a esas cicatrices
que sabe están ahí por las tantas ocasiones en que peleó en prisión por
protegerle.
- Debería mimarte también, ¿no crees? – su
voz le distrae y le hace sonrojarse un poco más a ser posible, de pronto el
castaño se siente vulnerable y cubre su desnudez con sus manos.
Yoochun le sonríe tiernamente y se acerca
para dejar cortos besos sobre sus labios mientras sus manos acarician despacio
sus hombros y descienden por los brazos hasta sus manos, entrelazando sus dedos
termina recostándole lentamente y apoyándose suavemente sobre el delicado
cuerpo de su novio. Junsu le mira con el rostro ataviado de carmín, su boca
entreabierta tomando intermitentes respiros. Está nervioso, muy nervioso, esta
es la primera vez que desea ser tocado, que desea tocar.
Esta es la primera vez que hace el amor.
- ¿Sabes? Cuando comencé a pensar en ti de
este modo estuve muy asustado. La primera vez que soñé contigo de esta manera,
pensé que era un maldito pervertido por tener esta clase de pensamientos. Pero
luego tú poco a poco con tu cariño y tu dulzura me fuiste enseñando que estaba
bien, porque soñarte o desearte no era solo una cuestión hormonal o morbosa;
era mi corazón diciéndome que quería unirse al tuyo en cuerpo y alma.
Junsu se sonrojó sumamente enternecido por
esas palabras. Él sabe cuán difícil es para Yoochun expresar de aquella manera
sus sentimientos. También para él ha sido difícil este camino, temiendo de vez
en cuando no ser lo suficientemente bueno, no estar lo suficientemente limpio.
Su cuerpo tomado a la fuerza miles de veces podría no ser merecedor de tal
cariño y devoción.
- Tú también me has enseñado muchas cosas,
Yoochunnie; lo más valioso de todo, a quererme. A aceptarme a mí mismo, a
querer lo que soy y hacer las paces con quien fui. Y de ése modo, me enamoré de
ti… - sonríes feliz y son tus manos las que acarician esa vez las mejillas del
peliazabache. A veces todavía se siente como un sueño, pero su tacto y su
profunda mirada te anclan a la realidad.
Yoochun se inclina y le besa, sus manos
recorren despacio el cuerpo de su novio, Junsu suspira y su corazón acelera de
nuevo. Es tan novedoso sentirse así, tan maravilloso. No quieren que termine
nunca. Los nervios continúan a flor de piel. Junsu tiembla y se asusta un poco
cuando Yoochun tantea su intimidad, hay cicatrices ahí también. Tiembla de
nuevo pero la sensación de miedo es suplantada por una de vergüenza y cariño,
Yoochun le besa, lame despacio la carne de su anillo y le prepara con toda la
paciencia del mundo. Terminan rindiéndose al placer y al amor.
El tiempo va lento pero al mismo tiempo
veloz; sus cuerpos se han hecho uno. Las lágrimas que resbalan esa vez por las
rosadas mejillas no tienen que ver con otra cosa que la incomodidad mezclada
con felicidad. Junsu se aferra a la espalda de Yoochun mientras se acostumbra a
su invasión, le gusta tenerle dentro, sentir su caliente virilidad ocupando su
interior. Le gustan los besos que caen sobre sus mejillas, los labios que beben
sus lágrimas, las manos que acarician sus muslos, su cintura o su torso, las
que estimulan su entrepierna y le sonrojan algo más porque todavía le parece
demasiado hermoso aquel toque libre de morbo.
El amor por el amor.
El vaivén de caderas inicia despacio,
lentos movimientos que buscan el ritmo adecuado, el placer mutuo. Los besos no
se hacen esperar, tampoco el calor, el sofoco y el sudor entre jadeos y quedos
gemidos. Las cicatrices sanan desde el alma aunque dejen una huella permanente
sobre la piel.
Este es solo el principio de la vida que
les espera juntos.
Una vida que unió el destino que les cruzó
en el sitio más inesperado.
Prisioneros en una cárcel emprendieron el
complicado camino hacia sus propias almas mientras perseguían sin darse cuenta
el corazón del otro.
El alma prisionera de los miedos, las
pesadillas y el dolor; hoy finalmente extendía sus alas y alcanzaba la
libertad. Siguiendo el vuelo del amor.
**FIN**
Omo... Que diferee sensacion leerlo todo de corrido a esperarlo parte por parte x3 fue sin duda una lectura que valió la pena a pesar de que constantemente evito leer historias dramáticas. graias por seguir compartiendo con nosotros esto que haces ㅇㅅㅇ
ResponderEliminarYa había tenido el placer de leerlo pero no pude evitar releerlo de nuevo y de nuevo me ha encantado *w* es que fue tan asadsdada, la forma en que al final los dos se curaron mutuamente con todo el amor que pueden darse <3 Yoosu es amor *w* *se pierde en su nube Yoosu*
ResponderEliminarxDDDD a Changmin como le gusta renegar pero le gusta estar de ese otro lado de la acera xD
Ha sido estupendo y me ha encantado releerlo de nuevo *w* se que lo relere otra vez lo presiento ñ_ñ
Muchas gracias Feli bella <3
waaaaaaaa que buen fic jejeje me encanto a doro el HayaMin creo que me estoy volviendo adicta a ellos xD
ResponderEliminarpero aun amo con locura al yoosu y el yunjae ^^
gracias feli por compartirlo :D
Hermoso, simplemente hermoso
ResponderEliminarMe encanto desde que lo empece a leer en facebook
cada parte del shot es tan especial y diferente. Es fuerte el tema del abuso de menores, pero lo narraste de una manera mas "sutil" y no tan fuerte o morbosa como lo hacen otras ahtoras
Amo la inocencia de Junsu al igual que amo el gran amor que siente yoochun por el
Me gusto el clic del Yunjae porque no fusolo calentura igual habia un sebtimiento en sus corazones
El Hayamin es lo mejor que hay *00* (deslues del yunjae y el yoosu) amo el odio-amor de Changmin por el Japones
El lemon yoosu fue muy tierno y me gusto lo de las cicatrices
Mjchas gracias Feli *-* esperare ansiosa qe llegue Diciembre
lo lei por facebook y ahora lo vuelvo a leer y las emociones fuerona las mismas >.<
ResponderEliminarjunsu tan inoce.te para natar a alguien a menos que sea con su dulcs inocencia y aura angelical, quiero matar a asu padre por averke exo tanto daño -bueno el papá del fic no de la vida real ya que el es amor-
en mi mente yoochun era un reo sexy *-* no me lo podia imaginar de otra forma XD
yo sabia que changmin podria sacarlos de ahi -obvio que sabia s
i ya lo lei e.e- aun que tuvo una pekeña ayuda de hayami e.e -pervertidos-
el yunjae como siempre fue rapido en la primera cita ya estan en la cama XD
gracias feli por eacribir n.n
Dios Mio Creo que me da algo (Otra Vez xD)Ammh Hola Felii Aqui en Tu Blog Soy Valentina pero en Face sigo siendo Vanne Seutta xD Para que sepas que si te leo! Perobueno a otra cosa!
ResponderEliminarHERMOSO!! Te segui toda la Historia en Face, pero ya leerlo aqui completo me llena de Felicidad, Vuelvo a sentir ese amor por el YS es que es simplemente hermoso!!!! Y la verdad es que sostengo lo que siempre pienso al leer tus historias... Tienes la chispa de pana que si! xD De cualquier manera, me alegraste el Dia Graciias Felii! Saludos de las Locas :D (Yami y Nina) bueno besos y abrazos tambien xD Se te quiere Feli <3<3
Aaaaaaaah! es demasiado hermoso volver a leerlo!!!! *-------*
ResponderEliminarEs que este shot es simplemente hermosoooooo! me encanto !!!!! <3
abshwbshbd! lo volvi a leer xDDD es que aaaaaah~ los amo!!!! YS, YJ & HM!!!! <3 habshwbd!
Gracias Feli *-*
AHhhhhhh si!!!!!!! gracias por haber vuelto a escribir una historia como siempre buenisima cada vez que changmin se inventa cosas sin querer quiero que en serio se lie con hayami no baka hasta el apodito eh??
ResponderEliminarmuchas gracias por esta nueva historia feli
Antes que nada!
ResponderEliminarFELIZ CUMPLEAÑOS!!!!!!!
pues espero que te la pases muy bien Feli .....
te mando un abrazo , pasala bonito
Que bonita historia jijiji aunque ya la seguia en facebook pero volver a leerla es gratificante ~~~
waao me encanta eso de hacer clic , jajjajajajajja el YJ me vuelve loca , el YS precioso!!!!!!!!!!
como no amarlos si son un amor
y el hayamin!!! jajajj min renegon bien que lo quiere
gracias Felina ^^
weoooon
ResponderEliminarel llanto maximo con esta historia U_U
lo ultimo qe te faltaba
ya ahra no se qe mas se te va a ocurrir!!!!
T______T
Hola!!!!!!!!
ResponderEliminarPerdón que ayer ya no pude dejar me comentario xD. Dios, esta historia es tan pero tan bonita, te provoca tantos sentimientos, sobre todo por lo que vivieron cada uno, por tanto sufrimiento por el que tuvieron que pasar antes de conocerse, tenia tanto miedo cuando estaban encerrados T_T, pero me sentía muy feliz de que ambos hubieran descubierto que se amaban, Yoochun fue tan lindo T_T desde el primer momento protegiéndolo, Junsu tan lindo y hermoso como siempre, me sentí tan feliz cuando el pudo salir, aunque aun sentía mucha angustia por Yoochun, finalmente pudieron estar juntos, waaaaaaaaaa puro amor YooSu, sobre todo al final entregándose así tan romántico y curando todas las heridas T_T.
También fui tan feliz de que el YunJae hiciera clic ;), y estuvieran ahí para ayudarlos n_n. waaaaaaaaaaa y el HayaMin con ese modo de demostrarse su amor tan único n_n, me sentí muy feliz de que Hayami ayudara a Changmin con el caso y se fuera atrabajar con el *O*
Que mala onda de los padres de Yoochun u_u, pero bueno por lo menos su mamá ayudo a que fuera libre, y lo importante es que el feliz con Junsu *O* y viceversa
Enserio muchas gracias por publicarlo aquí, disfrute mucho en verdad esos dias que ibas subiendo cada parte, disfrute mucho el leerlo, gracias n_n
Yo no había podido leerlo en el face por falta de tiempo, pero ahora que lo he leído todo no puedo evitar sonreír. Por un momento me dio mucha tristeza y pena por ambos... pero al final sus corazones ganaron la batalla con los miedos y las inseguridades y lograron unirse en uno solo. Este tipo de Yoosu siempre me encanta, es tan romántico y dulce que juro que morie feliz de un coma diabetico hahahaha!! y bueno la garocha me encanata por enojon y el Yunjae siempre tan... tan... tan ellos hahahaha!!
ResponderEliminarOMGGG TuT ♥ qué hermosura de fic, Feli, en serio lo disfrute mucho, hace un tiempo también algo parecido había pasado por mi mente x'D una historia de ellos en la cárcel *u* la verdad que es un poco raro, pero solo demuestra de que el pasado y el dolor que provocó no impedirá que el amor crezca TwT ♥ asdfasdasgd estuvo precioso ♥ gracias :')
ResponderEliminarMe encanto ,fue realmente hermoso nuevamente nos has traido una grandiosa historia Felina... como fue desarrollandose todo *.*
ResponderEliminarDios te juro que tu nunca me fallas respecto a las historias ,muchas grcias por seguir y que sepas que hay muchas que siempre te apoyaremos :D ...
cuidate
ahhh gracias feli!! o me encanto!! aunque tambien estoy feliz de tenerte de vuelta nuevamente!! gracias feli!! de verdad que me alegraste mi dia!!
ResponderEliminarsnif snif snif.... OMO que hermosa historia!!! tan (me quede sin palabras)... gracias por la maravillosa historia que acabo de leer es enserio sigo sin entender como me adentro en la historia en las emociones que transmites cuando las escribes fue perfecto no comente en el mismo instante en que lo lei por que seguia impactada por todas las emociones que senti gracias nuevamente...
ResponderEliminar<3 yoosu <3
Tarde mucho por leerlo pero ya por fin se me permitió leerlo y cha chan es adfbdhfgdhfgahdfadfadgfhgadhfdhfhadg♥
ResponderEliminarLa forma en que se conocieron y luego como poco a poco se fueron enamorado fue OMGS. En algunas partes quería llorar y en otras reír *lo siento el HayaMin que me hace así xD* Y los lemons asdhgshdgsahdgsahdgshagdhsgdhgs♥ Absolutamente hermoso~~~ Mil gracias por este bellisimo shot dhasgdhsghdaghdgsadgh♥ Y Feliz Cumpleaños atrasado~~ xDD *la abraza*
Que cosa más bella!!! ;; fue absolutamente HERMOSO ;u;... ya me hacía falta un shot como este. En realidad es la primera vez que leo algo así y te felicito de verdad, porque fue algo muy bien llevado, no fue tedioso, al contrario, fue lindo de leer y te mantenía a la expectativa de qué iba a pasar!!
ResponderEliminarGracias por comparit Feli, estuvo divino, siempre amo que Min sea un renegado con Hayami y adoré el "clic" del YunJae >.<
Woow!!! Está hermoso!!!
ResponderEliminarJuro que casi lloro cundo vi que había actu!
Amé este fic, me encanta cuando Yoochunie protege a Junsu, sobretodo de esa manera ♥
Está perfecto, muy emocionante, aunque también algo triste, pero con un final HERMOSO ♥
Muchas Gracias por actualizar, me hiciste muuuuuuuuy feliz :D
Amo el HAYAMIN *-* son tan divertidos y romanticos jaja a su modo, me encanto este oneshot.
ResponderEliminarMe alegroque sigas adelante con el blog bueno que no cierres las puertas. En verdad que siempre comentare de ahora en adelante
asdasasdasdadasas!!! Lo leí ayer!! Pero no había podido comentar.. >< estoy atareadisima con la Univ y el trabajo!!
ResponderEliminarEn fin.. a lo que vengo!!! *O* Me encantooooo~~ es que... omg!! >< describiste tanta cosa junta... no se como expresar todo lo que pensé y sentí mientras iba leyendo!!! Realmente escribes increíble!!! *-* Extrañaba leer algo nuevo tuyo!! Muy bello shot Feli~ !!!
Éxito y ánimo en todo!!! *-* nosotras te esperaremos siempre!! Yo en lo particular amo tus historias!!! así que tu tranquila no mas (: !!!
Saludos~
Ohmygodsun... Feli ;; has vuelto,qué emoción *OO* ;; Leer ésto me devolvió el alma al cuerpo ya que he tenido meses muy feos u-ú... Joder,amo tanto a ésta parejita sdjhkfjlsk y Yoochun me mata t-t es tan lindo y sensual dsfjejkelfkds ;O; <3 los amo infinitamente :c dfjhakjlakfd Que bueno que hayas vuelto Feli,estoy muy feliz <333 Ahora puedo mirmir tranquila jujujú <333.
ResponderEliminar¡¡Hermoso de verdad!! <333.
asdk! ;w; la verdad es que cuando veo que es un fic de angustia prefiero no leerlo... pero me llamaba!*^* lo ley y llore ;^; ... y reí con min xDDDD!
ResponderEliminares muy bueno, fue hermoso! me encanto el final!(no me gustan los finales tristes u.uU)lo ame♥ c':
GRACIAS POR SEGUIR ESCRIBIENDO!♥
A la onda que triste historia la del YooSu T-T
ResponderEliminarMi Amado YJ *^* Tan Pornograficos como Siempre *o* Los Adoro!!!
Jajajajaja Dios!!! Cuanto me Encanta el HayaMin xD Son la ley!!!
me encanto el yoosu tan amor y el yunjae dsadsad xD
ResponderEliminarme gustó mucho la hiiiistoooria! te pasaste!!!! *---* ♥
Me encantó :(
ResponderEliminarYoochun sólo debe dejarse querer por Junsito y encontrará la felicidad, mientras ellos se amen todo lo demás saldrá bien ♥ me encanta eso del amor haciendo cambiar a las personas, o más bien, haciéndolas creer de nuevo jiji, soy tan romántica xddd
Gracias por volver a publicar y darnos minutos de eterna felicidad y desapego con el mundo ♥
Me encanta como es Changmin xdddd muero de risa, pero es un uke igual u///u
Espero con ansias nuevas publicaciones tuyas, y que los ánimos y todo vaya bien para ti ♥
kasjfhlskjvnldsknñaoiejapwoeihasñdnvas-cae en coma-.....-regresa del coma- Es la cosa más tortuosamente hermosa que he leído. Ambos sufrieron lo insufrible, pero sanaron sus heridas juntos, crecieron y se enamoraron de la forma mas pura posible.
ResponderEliminarMil gracias por creer en tus lectoras y por seguir publicando estas bellezas.
Amé el "Click" del YunJae...
Changmin, es tan aksjdaifha Changmin, cada día amo más el HayaMin
Fuerzas, energías y bendiciones para ti Felina, hermosa preciosa encanto de mi loca vida. Mereces lo mejor del mundo y sé que lo tendrás.
Tu y Axy son mis escritoras N°1 no sé a cual poner primero, así que van de la manito, como son amigas, comparten el podium de mi corazón lector!!
OMG!!! nuevo fic!!! GRACIAS FELI HERMOSA!!!
ResponderEliminarme lo estoy guardando para leerlo mañana a primera hora :3
(hoy hay montones de tarea por hacer u.u)
no sabes lo feliz que me has hecho ahora que lo vi y seguro
cuando lo lea lo seré aun mas *w*
Yo regreso luego a dejarte mi comentario del shot...
Que bueno que podremos seguir leyéndote ;w; *llora de felicidad*
me encanto, no senti que fuera un shot, me meti demasiado a la historia..... me encanto!!
Eliminarahora con lo del drama de chunnie lo imagine algo parecido pero defendiendo obviamente a su junsu~
jejeje el yunjae~ me gusta, nunca se me vino a la mente una situacion asi para ese par
e incisto, me encanta el par de min.... aun que era extraño ver a moko michi con min ya me encantan los personajes juntos .... ya lo he adoptado XDDD
Simplemente ...HERMOSO!!!!!!!!!!!!!!!!! es lo unico que puedo decir ^^
ResponderEliminardemasiado hermoso, lo he leido por segunda vez y no se cuentas lagrimas he derramado TuT ... es magica la forma en que expresas el amor de estos dos ... me encantó >< ...este es el amor que todo mundo sueña encontrar <3
ResponderEliminardemasiado precioso maravilloso hermoso, lo leí y lo re leí como 10 veces primero en face ahora acá, no me canso de decir que eres mi escritora favorita , sigue asi y nunca dejes de escribir , ahora agregare un nuevo termino a mi lista "hacer click " me encantó
ResponderEliminarWaoo fue interesante y. emocionante leer el shot *O*
ResponderEliminares. la primera vez q leo algo asi referente al YooSu
m encanto!!!!!!!!!!!! mil gracias n.n
*-* me encantó!! está genial el shot sobretodo porque al final Yoochun logró encontrar la felicidad y Junsu pudo salir de ese horrible lugar en donde estuvo siendo abusado...genial..además amo la pareja HayamixChangmin xD
ResponderEliminarOmg...
ResponderEliminar.Esto fue demaciado hermoso y triste lleno de amor e ilusion. OMG...me haz hecho derramar algunas lagrimas...
Sirmpre.es un placer y se agradece leer cosas tan buenas y magnificas como esta.
OMG... me quede sin mas palabras. -llora-
Magnifico <3 Hermoso.
me gustó mucho de verdad...
ResponderEliminaraunque tarde 2 dias en terminarlo por que se me hizo tarde y ya era tiempo de dormir, pero valió la pena esperar al siguiente dia y acabarlo ^^...
había de todo un poco en este Shot, de verdad que tocaste un tema que no suele salir en los fics y es el primero que leo y la verdad me quede maravillada con el...
muchas gracias por seguir escribiendo y tomate el tiempo que quieres entre fic y fic, nosotras estaremos esperándote *3*
Me estoy re leyendo todos los shots y mi propósito de año nuevo es comentarlos -siempre lo olvida por adentrarse en la lectura sin tener mucho tiempo es que son adictivos*o*-
ResponderEliminarDemasiado hermoso, amo el Hayamin, siempre es ese Min renegando lo amo, eres mi escritora de ff favorita, simplemente maravilloso como siempre.
Hola!! y bueno ahora empizo a leer los shots^^ que historia más hermosa.. la verdad el final fue supremo. quiero felicitarte los yoosu con sldfkjlfjafsdfs bsos
ResponderEliminarEstuve a punto de llorar varias ocasiones,¡Esta bellicímo el Shot! Me llego hasta lo más profundo,ese amor tan sincero y tan bello,no,no,no simplemente hermoso.
ResponderEliminarMe encanta siempre las reacciones de Changmin jajajaja me encanta demasiado xD
Muy buen trabajo en este Fic,seguiré husmeando entre tus Shots ya que no había leído alguno antes jeje ^^
:') que lindo fic en verdad me gusto demasiado de principio a fin Junsu sufrió demasiado u.u. y mi Yoochun igual el mató a gente que debía estar muerta y mi YunJae *-* jajaja los amo y también el HayaMin. ^^ que bien que terminaron juntos. todos lo ame <3
ResponderEliminarDios como es que nunca lo habia leido.... dios feli este definitivamente es uno de mis favoritos..yo no soy muy amiga de los fics dramaticos con lagrimas, me gustan mas romanticones .. pero este se lleva un oscar.... gracias feliiii!!!
ResponderEliminarSimplemente me encanto * ronda de aplausos* en mi caso me gusta más el changminho quizás sea porq no veo a changmin de uke, pero aún así tu hayamin me gusto te quedó muy bien y me rei bastante tabienm.
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