SERIE DE POSIBLES FORMAS DEL “PRIMER BESO”
~*~
Según la iniciativa
del Seme
--//--
Está ahí haciendo zapping en la tv,
sumamente aburrido y con cero ánimos de aventurarse a la calle, a algún bar ni
mucho menos salir de antro –ciertamente que eso último lo esperaría más de
Junsu–
Yoochun: Junsu *suspiró, sonriendo
bobamente e imaginándose una escena similar a la que mira en la tv pero en la
que, en lugar de una chica, él estaría besando a…* Junsu.
Junsu: ¿Yo qué? *u*
Yoochun: ¡Baby~! *palmea el lado vacío en
su sofá sonriéndole contento de verle*
Junsu: Deja de llamarme “baby” *puchero*
eso es para las chicas *ceño fruncido y brazos cruzados, el pelinegro lanzando
una carcajada*
Yoochun: Junsu ah, ¿alguna vez te has
mirado en el espejo cuando pones esa clase de caras? *el puchero del delfín se
amplió, la risa del pelinegro resonó con más ganas en la estancia, recibiendo
por ello un empujón de parte del castaño* ¡Tú tienes la culpa~! Además, tal
como actúas cualquiera considera que eres un baby.
Junsu: ¡Que no lo soy >3<!
Yoochun: Pues deja de comportarte como uno
*el castaño pucheó más* Y deja de hacer tanto puchero, dan ganas de besarte.
Junsu: >/////< ¡no digas esas cosas
como si estuvieras con una chica!
Yoochun: ¿Y a ti quién te ha dicho que así
hablo con las chicas? A ellas les coqueteo de otra manera *sonrisa pícara*
Junsu: ¡Yah! No me simpatizas )3(
Yoochun: Oye, ¿alguna vez has besado a otro
hombre?
Junsu: ¡Claro que no >//<!
Yoochun: ¿Cómo se sentirá?
Junsu: Yo cómo voy a saberlo~ u////u
Yoochun: ¡Probemos! *sonrisa amplia,
movimiento de cejas pícaro*
Junsu: ¿Qué? Nuuu~~~ >w<
Yoochun: Yo digo que sí~
Junsu: Por qué conmigo *puchero*
Yoochun: Justamente por eso *su mirada cayó
directo sobre los labios en trompetilla del castaño*
Junsu iba a protestar una vez más, pero
Yoochun no le dio tiempo. Sus labios estaban pegados, y Junsu solo recordaría
que los latidos de su corazón se dispararon a punto de la taquicardia mientras
Yoochun probaba sus labios como si fueran caramelos dulces, lamiéndolos
suavemente, succionándolos despacio haciéndole jadear de una manera que nunca
imaginó siquiera que podía hacer. Un minuto después el beso era mucho más
caliente y sofocante, la lengua de Yoochun estaba dentro de su boca explorando
cada rincón con ahínco hasta que el oxígeno los obligó a separarse. Junsu tenía
las mejillas rojas, y Yoochun sonreía más que complacido.
Yoochun: ¿Dónde demonios aprendiste a
besar? *ceño repentinamente fruncido*
Junsu: ¡Pero si ese ha sido mi primer beso!
>/////<
--//--
ChangMin solía ser considerado un
intelectual malhumorado de primera categoría. Pero últimamente se pregunta cómo
es que la gente llegó a esa conclusión. Él ni siquiera es de los que pasaran
horas en la biblioteca, no leía en exceso –tan solo le gustaba tener un libro
nuevo que leer periódicamente, para ampliar su cultura general– ni poseía un IQ
por encima de los estándares esperados.
Hayami: Tiene que ver más con que siempre
tengas algo qué responderle a la gente.
ChangMin: De entre todas las personas del
mundo, por qué tenías que llegar tú *gruñido, sonrisa altanera del japonés*
Hayami: Porque en el fondo sé que te encanta
mi compañía *guiño y esa tarta que tanto le gusta al morocho siendo depositada
sobre la mesa*
ChangMin: Solo me gustas cuando me traes
tan ricos postres *una sonrisa burlona y sus manos esperando ansiosamente su
porción de tarta*
Hayami: ChangMin ah, he estado pensando.
ChangMin: Una gran novedad *sonrisa
sarcástica, comenzando a devorar su porción*
Hayami: Es difícil usar demasiado el
cerebro cuando tus exigencias requieren algo tan sencillo como cocinar, mis
manos lo hacen por sí mismas sin demasiado pensamiento. Ya sabes, algunas
personas tenemos dones *tono altanero, el morocho bufando*
ChangMin: Déjame comer a gusto, baka.
Hayami: Te invito al cine.
ChangMin: No tengo ganas.
Hayami: Vamos a practicar natación.
ChangMin: Fui por la mañana.
Hayami: Estoy asistiendo a clases de tango.
ChangMin: Ni siquiera lo pienses *gruñido,
ceño fruncido*
Hayami: También estoy tomando una clase de
cocina mediterránea.
ChangMin: Me gusta comer, no cocinar.
Hayami: Voy a besarte.
ChangMin: ¿Qué?
Y así sin más, el japonés se lanzó por los
labios del morocho, besándole más bien con rudeza, mordisqueándole para obtener
el acceso al interior de su boca, degustando con pasión cada recóndito espacio
dentro de aquella cavidad húmeda que parecía reacia pero al mismo tiempo
indulgente. Sus lenguas se enredaron sin tregua, tironeándose de pronto entre
sí, chupándose y dejando la estela húmeda de sus salivas mezcladas al separarse
con uno de esos hilillos de un beso ardiente que cae sobre sus mentones.
ChangMin: Por qué mierda me besaste ¬///¬
Hayami: Porque así como te gusta mi
compañía, sé que de ahora en adelante te gustarán mis besos *ego inflado,
sonrisa prepotente*
ChangMin: No soy gay ¬///¬
Hayami: Pero tu novio sí *altanería
desbordada*
ChangMin: ¿Mi qué? ¡Yah! Yo no tengo novio
*venitas palpitando con evidente molestia –y vergüenza, aunque no lo diga–
Hayami: Sí lo tienes *otro beso robado, no
menos apasionado que el anterior* Y acaba de besarte.
Y oh sí, mientras el japonés sonreía más
que encantado con sacarle de sus casillas, ChangMin se enteraba de que ya no
era “hombre libre”.
--//--
Jaejoong creció con el inevitable estigma
de su belleza sinigual, en su infancia aquello en realidad no le importaba
porque no tenía idea del alcance que su apariencia podía lograr; en la
adolescencia, su vida dio un giro de 180º cuando se percató de que resultaba
atractivo para chicas y chicos por igual, pero él todavía no se definía por
ninguno de ellos porque, francamente, a él no le atraían. Cuando casi alcanza
la adultez lo conoció a él. Yunho era como la parte que lo complementaba, era
más varonil que él pero no caía en rasgos toscos. Entonces Jaejoong se enamoró,
pero se conformó con ser el mejor amigo durante años.
Yunho: Entonces ella me pidió que la
invitara a cenar. Es incómodo cuando las mujeres malentienden la amabilidad de
uno, verdad JaeBoo.
Jaejoong: Supongo, las mujeres y yo nos
entendemos de maneras muy variadas, crecí entre ocho hermanas, no lo olvides
Yunho ah *sonrisas compartidas, una noche agradable de no hacer nada más que
flojear sentados en el pórtico de la casa de verano*
Yunho: Sí, ¿será por eso que luces siempre
tan atractivo que el término “hermoso” parece ir mejor contigo? *mirada de
soslayo, sus manos cerca, tanto que con solo mover la suya un poco podría
arropar la de su amigo*
Jaejoong: Vaya tonterías que dices *tono
avergonzado, enfatizado por sus pálidas mejillas ruborizadas y la evasiva de su
mirada*
Yunho: ¿sabes por qué siempre me niego a
salir con chicas?
Jaejoong: No ha llegado la indicada.
Yunho: No. Es porque el indicado está ahora
mismo a mi lado pero aún no ha entendido todas mis indirectas *voz ronca,
mirada penetrante. Jaejoong mirándole con sus grandes ojos abiertos de par en
par* ¿Aún tengo que ser más claro, JaeBoo?
Jaejoong: No juegues conmigo *susurro
avergonzado, labios rojos humectados por la rosada lengua que se asoma a través
de los pliegues más como un gesto de nerviosismo que como un acto consciente de
sensualidad que sin embargo resulta como tal*
Yunho: Creo que entonces voy a ser más
directo.
Pero si Jaejoong pudo haber esperado una
confesión diferente o más romántica, lo que recibió fue un beso. Yunho se
inclinó veloz, capturando su tibia boca con ternura, atrayéndole más cerca al
posicionar su mano en la cintura y rodearle suavemente. Jaejoong correspondió
sin pensarlo, regalando las mismas caricias con sus labios, entreabriéndolos
tras la insistencia de la lengua del moreno delineándolos a lo largo, cediendo
con las mejillas a tope de carmín pero todo ese calor en su vientre debido a la
pasión con que su boca era aclamada.
Yunho: ¿Lo entiendes ahora, JaeBoo?
*rostros cerca, labios rozándose aún, aliento compartido*
Jaejoong: T-tal vez *fingida inocencia, y
un moreno caritativo que se empeña por explicarse con claridad*
Besos, primeros, intermedios, infinitos.
¿Qué importa? Siempre pueden reinventarse las formas para entregarlos.
Según la iniciativa
del Uke
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Yunho le notaba extraño, pero no sabe aún
el por qué. Jaejoong resopla sus mechones y le mira ofendido. Algo sucede ahí,
pero el moreno está que se tira de los cabellos por no comprender.
Yunho: ¡Me rindo! ¿Qué es lo que te pasa,
Jaejoong? *cuestiona desesperado, incómodo por cada mirada resentida viniendo
del mayor* No es tu cumpleaños, ni ninguna fecha que recuerde importante, así
que no tengo ni remota idea de lo que tienes que me has torturado en tu cabeza
de mil formas.
Jaejoong: Al menos me conoces lo suficiente
para darte cuenta de eso, pero eres un tonto tratándose de otras cosas *le
espeta de brazos cruzados pero sin quitarle la mirada de encima, enfurruñado
por “ese algo” que el moreno claramente no capta*
Yunho: Si me dieras al menos una pista, tal
vez facilitarías las cosas *le frunce el ceño, pero casi al instante suaviza la
expresión, el pelioscuro le ha empujado contra el armario* ¿Jaejoong?
Jaejoong: Sí, mi nombre. Yo, todo lo que
está en tu mente día y noche, ¿pero y qué? ¿Cuánto más fingirás que no sucede
nada? *reclama, dejando sus manos a cada lado de la cabeza del moreno,
mirándole fijamente* No puedo esperar más, Yunho ah.
Yunho: Q-…
El pelioscuro se le fue encima demandando
sus labios con ansiedad, apretándose contra el moreno sin darle tregua para más
nada que sentirle, colando su lengua y jadeando sorprendido cuando el beso le
fue devuelto con la misma pasión. Jaejoong sabe que Yunho siente algo por él,
lo ha sabido por años y había esperado durante todo ese tiempo por cualquier
movimiento de parte del moreno, pero cansado de no ver más que un trato
amigable y celos inconscientes, ha decidido demostrarle que esperar no iba a
llevarles a ninguna parte. Su rodilla pasó entre las piernas de Yunho
presionando suavemente hacia arriba, rozando sugerentemente la entrepierna del
moreno; Jaejoong succionó el labio inferior antes de apartarse y delinear con
su lengua el mentón del moreno mientras sus manos pasan por debajo de la
camiseta de su amigo.
Yunho: Jaejoong ah, detente a menos que
quieras que te tome ahora mismo *jadeó excitado, en los límites de sus
voluntades*
Jaejoong: Tanto tiempo conteniéndote y
resistiéndote al deseo de hacerme tuyo, por favor Yunho ah, no me trates con
tanta delicadeza.
Obviamente, la belleza extrema de Jaejoong
era absolutamente comparable con la pasión que se le desbordaba a flor de piel.
Y Yunho estaba más que decidido a no dejar que el pelioscuro tuviese que tomar
más iniciativas. Al menos esta noche.
--//--
Por supuesto que ChangMin no es romántico,
tampoco espera que lo sean con él. ¡Pero Mokomichi Hayami se estaba pasando de
desentendido!
ChangMin: ¡Yah! ¿Acaso crees que soy
idiota? *ceño fruncido* ¡Si tanto te gusto por qué no me invitas por lo menos a
salir! *espetó rojo de coraje. Sí, coraje, que vergüenza no era*
Hayami: *risa divertida por la repentina
explosión del morocho* Si tuvieras la decencia de dar alguna mínima señal,
podría haberlo hecho hace tiempo.
ChangMin: Bueno pues te la estoy dando
ahora, baka *gruñido exasperado* ¿O quieres que haga todo yo?
Hayami: ¿Estás asumiendo que eres “el
pasivo” en esto?
ChangMin: ¡Hayami no baka, retráctate ahora
mismo!
Pero esa noche salieron por primera vez. Al
cine y luego a cenar, Hayami nunca imaginó que una cita le “pesara” tanto a su
tarjeta de crédito. Una semana después, tras la tercera cita, el japonés
acompañó al morocho a su departamento.
ChangMin: Gracias por la cena, pienso que
en adelante sería mejor si repetimos como hoy, cocinas mucho más delicioso que
cualquiera de todos los restaurantes que conozco.
Hayami: Vaya, un halago de tu parte sí que
me hace sonrojar *sonrisa altanera, gruñido de parte del morocho* Bien, cuándo
quieres que sea la siguiente cena.
ChangMin: Mañana estaré ocupado, tengo
ensayos que retomar o Yunho se pondrá en plan “castigador” extendiendo los
tiempos. Pero luego podría ser *el morocho se mordió el labio inferior,
aguardando afuera de su departamento por algo que parecía no iba a llegar*
Hayami: De acuerdo. Te llamaré igual para
quedar a una hora *sonrió francamente emocionado con pasar más tiempo con el
morocho* Buenas noches *besó la mejilla del menor y dio un paso atrás esperando
que el muchacho entrara a su departamento*
ChangMin: *elevó una ceja y cruzó los
brazos en un gesto bastante rudo pero “femenino” en él* ¿Así nada más te
largas, baka?
Hayami: Disculpa *confundido*
El morocho resopló exasperado y tiró de la
camiseta del japonés hasta estampar sus labios en un beso nada delicado, nada
tierno, nada dulce; pero infinitamente encantador. El duelo de lenguas se
inició casi al instante, Hayami era un excelente besador, apasionado y cariñoso
por igual –al morocho le entró incluso una pizca de celos al darse cuenta,
venga que uno no nace sabiendo besar así, ¡que lo estaba asfixiando
placenteramente!–; y él, aunque inexperto en las artes del besar, le siguió el
ritmo imponiendo de cierta forma su estilo, mordisqueando, succionando y
chupando, explorándole hasta el último recoveco, tomando entre jadeos intentos
de respiración para prolongarlo tanto como él quiso.
Hayami: Tengo que replantearme el dejarte
ser el activo en esto, ChangMin ah *sonrisa pícara*
ChangMin: ¡Por supuesto que iré arriba!
Y claro que estuvo arriba, solo que no
precisamente como el morocho lo esperaba. De cualquier forma y aunque fue él
quien inició el primer beso compartido, “cabalgar” sobre el japonés no lo
volvía precisamente seme.
--//--
La música y el canto son dos de las cosas
que más le apasionan en la vida, además del soccer y una tarde en familia –sus
mejores amigos incluidos, que en pensamientos del castaño entran en la misma
categoría–. De esa manera su vida transcurría sin mayores dificultades y la
felicidad estaba en sus días de forma ordinaria. Pero, todavía le falta “algo”.
Junsu: Será que como dicen mis papás,
necesito salir con alguien *murmuró para sí, en tanto coloca esa pista en el
tocadiscos y se prepara para practicar*
Yoochun: ¿Ya todos se han ido y tú piensas
seguir ensayando? En serio Junsu, a veces con verte ya me canso *resopló entre
fastidiado y envidioso, es que a él le gustaría tener la energía de su amigo,
pero para su gusto las prácticas normales eran más que suficientes para dejarle
K.O.*
Junsu: Lo que pasa es que tú naciste
cansado~ *ríe con su característico Eun Kyang Kyang, arrancando una risa sonora
de parte del pelinegro. Luego de pronto se le encendió la bombilla en el
cerebro* Yoochun ah~~
Yoochun: Cuando usas ese tono meloso temo
por mi salud mental *sonrió divertido, sabiendo que su intento de burla no
borraría la idea –cualquiera que sea– que tiene el menor de los dos*
Junsu: Yo sé que en el fondo te gusta
*sonrió en un vago intento de coquetería que sin embargo resultó muy bien,
porque vio al pelinegro devolverle un guiño y recargarse en el muro dándole a
entender que se quedaría a observarle* Ahora, como veo que vas a quedarte a
hacerme compañía *acercó una silla y le indicó sentarse allí* Observa, y quizás
aprendas *un guiño más y luego esa sonrisa avergonzada que se le escapa incluso
si él no lo desea. Sus intentos de seducción frustrados por su propia
personalidad*
Yoochun se relajó en la silla dispuesto a
disfrutar del espectáculo que se le ofrecía tan voluntariamente. Junsu presionó
el play y la música inundó la sala de ensayos, no es ninguna de sus canciones,
ni siquiera de algún artista de la ola surcoreana. No, pero aquella melodía
contagiosa sonaba con ritmos sensuales y explosivos, tan perfectos para los
movimientos del castaño que el pelinegro no podría apartar su mirada así todo a
su alrededor se estuviera viniendo abajo. La S Line de Junsu lo tenía
hechizado, las ondas que describía con sus caderas, el agitar de pelvis que le
cosquilleó al propio Yoochun al sur de su ombligo, la mirada encendida, la
sonrisa sensual. Y luego ese caminar pausado pero tentador, la forma en que
“trepa” a su regazo con sensualidad gatuna, haciendo esos sonidos similares a
ronroneo provocativo, enredándole las manos tras el cuello y mirándole desde
arriba, con su torso erguido sobrepasando la altura del mayor de los dos.
Junsu: Sabes, me he cansado de esperar
Chun, tardas demasiado *su rostro descendiendo lentamente, casi como dándole la
oportunidad de tomar la iniciativa. Pero no, Yoochun solo se queda ahí aguardando
el momento*
Los labios del castaño topan contra los del
pelinegro con movimientos suaves pero húmedos, mezcla entre dulzura y pasión.
El sonido de sus bocas al compás suena al crepitar de las llamas en la hoguera,
así de caliente, fogoso y hambriento. Confianza y seguridad, mordiscos y
lenguas ávidas de control. Se separan por la inoportuna falta de oxígeno,
abastecen sus pulmones sin apartarse la mirada, con el corazón a mil por hora
en el pecho y sendas sonrisas en la boca.
Yoochun: Todo este tiempo creí que era
imaginación mía *se justifica, Junsu lo sabe porque siente ahora las manos del
pelinegro subir por sus muslos con intenciones lascivas, porque le sujeta la
cintura y le atrae más cerca provocando roces demasiado íntimos*
Junsu: Te mandé todas las señales del
mundo, Chun~ y yo confiando en tus dotes de conquistador avispado *se burla, lo
hace con esa risa tan suya, con ese sonrojo dulce y los labios demasiado
tentadores como para ignorarles* ¿Esperas que inicie cada beso?
Yoochun sonrió, ladeando el rostro y
tironeando de su rostro asiéndose de su nuca; Junsu sonríe, juguetea rozando
sus labios, suspirando contra ellos y torturándole por el sabor de su boca.
Pero cuando unen sus bocas por segunda vez. El infierno y la gloria en un solo
beso.
Por
coacción celestina.
--//--
ChangMin era observador y por supuesto,
inteligente. Pero lo que pasa entre sus amigos Jaejoong y Yunho ni siquiera
requiere de mayor quebradero de cabeza. Él lo sabe, Junsu y Yoochun lo saben,
Hayami lo sabe, ¡el mundo lo sabe!
ChangMin: Están acabando con la poca
paciencia que les tengo ewé *gruñó entre dientes, dándose cuenta cómo una vez
más quedaba en el medio de los mayores. En el medio de sus miradas –disque–
despistadas, de las sonrisitas avergonzadas, de las conversaciones en las que
intentan incluir a todos pero que terminan siendo solo para oídos del otro*
¡Yah! ¡Hagan algo de una buena vez pero dejen de ponerme en el medio! *trinó,
para variar, fuera de sus casillas*
Jaejoong y Yunho lo miraron sin entender
–fingiendo no hacerlo según el morocho–, se miraron entre sí y luego a Junsu y
Yoochun que reían sin disimulo y le daban palmaditas de “consuelo” al morocho,
haciéndole enfadar más, por lo que Hayami entró al quite para “controlarlo”, o
lo que es lo mismo, darle sus dosis de contra-sarcasmo que exasperaban al
morocho pero desviaba su atención de los demás. Todo un sacrificado el japonés.
Jaejoong: Por qué ha dicho que le ponemos
en el medio. Es decir, está ahí porque así debe ser *comentó al líder en voz
baja, casi jurando que al menor algo más le estaba afectando, quizá tenía que
ver con ese nuevo amigo suyo que pasaba horas enteras cerca cada que visitaba
la ciudad por su trabajo*
Yunho: Hablaré más tarde con él, tú no te
preocupes Boo *le dijo en confidencia, palmeándole el muslo y sonriéndole
cariñoso, gesto que todos notaban especial, pero que al mayor de todos parecía
no “decirle” nada*
Pero cuando el moreno habló con ChangMin
solo le hizo explotar.
ChangMin: ¡No! ¡Ustedes dos me tienen hasta
las gónadas con sus coqueteos!
Yunho: Yo no coqueteo con Jaejoong
*puntualizó con seriedad, al menos su ceño fruncido decía eso, más no el carmín
de sus mejillas ni el titubeo en sus ojos*
ChangMin: Oh claro que lo hacen, ¡todo el
maldito tiempo! ¡Y cuando estoy entre ustedes dos es molesto! ¡Me da diabetes
con tanta miradita y sonrisita por aquí y por allá actuando como un par de
recién casados! ¡Decláratele de una vez y al menos así sabré que luego de todo
el flirteo ustedes terminarán comiéndose a besos y teniendo sexo como locos!
*exclamó todo de corrido, sin darle tiempo al moreno de protestar en absoluto y
dejándole solo tras soltar todo aquello*
Días después, luego de varios refunfuños de
parte del morocho y una clara frase comprometedora que hizo sonrojar a los
mayores cual semáforo en alto, Jaejoong y Yunho se quedaron a solas en la
estancia del departamento compartido, nerviosos y avergonzados.
Jaejoong: Es que se le ha metido en la
cabeza toda esa locura de las fans *sonrisa tímida, pálidas mejillas
conservando un tono rosado*
Yunho: Quizá *titubeo pronunciado entre
permanecer ahí o marcharse* O tal vez nosotros realmente coqueteamos, Boo.
Jaejoong: ¡Ni siquiera sé coquetear! Soy
torpe para eso~ *sonrojo en aumento otra vez*
Yunho: Honestamente sí coqueteas conmigo
*susurro, bochorno haciéndole sentir sofocado*
Jaejoong: ¡No es cierto! >///<
Yunho: Lo es u//u
Jaejoong: Pues si hago eso entonces tú
correspondes todos mis supuestos coqueteos >3<
Yunho: Suena lógico, nadie podría hacer
ojos ciegos a tu sensualidad e//é
Jaejoong: Es extraño u///u
Yunho: El qué.
Jaejoong: Hablar de esto tan natural.
Quiero decir, me siento avergonzado pero… se siente como algo… normal
*sonriendo nervioso, se sentó en el sofá tratando de entender lo que de pronto
pasaba* Si lo piensas estábamos flirteando, Yunho.
Yunho: Es verdad *suspiró, mirándole de
soslayo y preguntándose si esto significaba que ellos están enamorados o…algo
de eso* No es que sea fácil despegarte la mirada de encima o pensar cosas como
“¿sus labios sabrán tan dulces y jugosos como lucen?” *tras sus palabras el
moreno se percató de que ya estaba inclinado sobre el pelioscuro, apoyando sus
manos en el respaldo del sofá, tan cerca que sus alientos se mezclaban en uno
solo*
Jaejoong: Yunho ah, qué haces *susurró
notando su corazón latiendo como desquiciado y palpitándole en las sienes. La
mirada del moreno directamente sobre su boca no ayudaba a que se sintiera
relajado o tranquilo, ni menos avergonzado*
Yunho: Solo quiero que ChangMin deje de
sentirse en el medio *y así sin más, con el pretexto más burdo de los posibles,
el líder conectó sus labios con los del pelioscuro*
Jaejoong abrió sus ojos de par en par, las
profundas cuencas negras titilaron con asombro pero de inmediato se perdieron
bajo los párpados cuando cayeron dominados por la dulzura con que los rojos
labios eran tocados por aquel par de pliegues que no escatimaron en caricias
suaves hasta haberlos conocido hasta la ínfima textura; entonces coló su lengua
tras la insinuante invitación que la boca del mayor le ofreció al moreno,
enredándolas así en una danza apasionada que alargaron hasta que se separaron
motivados por la extenuante ausencia de oxígeno.
ChangMin: ¡Al fin! Juro que los habría
obligado a animarse en dar el paso si no lo hacían ahora *exclamó el morocho
apareciéndose de pronto en la estancia, con Junsu y Yoochun a cada lado
aplaudiendo con sendas sonrisas en el rostro* Ahora, ustedes dos largo de aquí,
no me interesa a dónde, presiento que nuestros “padres” necesitan privacidad.
Y mientras el menor empujaba a castaño y
pelinegro fuera del departamento, Jaejoong y Yunho permanecían paralizados en
su sitio con el rostro rojo hasta las orejas.
Jaejoong: ChangMin insinuó que tú y yo… que
nosotros vamos a…
Yunho: Bueno… Es un crío bastante precoz
hasta de pensamiento…
Sí, sonaba extremo lanzarse a la intimidad
después del primer beso, pero… luego del segundo o tercero, o enésimo, puede
que no sea tan mala idea y la tarde es tan joven.
--//--
Jaejoong adora a todos sus amigos, y
ciertamente que suele comportarse como
“umma” con algunos de ellos, particularmente con ChangMin y Junsu, en
parte es culpa de ellos por comportarse como un par de hermanitos juguetones y
revoltosos, con el menor molestando al mayorcito solo porque es más noble e
inocente. Luego está Yoochun, al que no puede francamente ver como un hijo, no
cuando va y le manda tremendas miradas al castaño que le hacen sentir entre
avergonzado y divertido.
Jaejoong: Sabes cómo se pone Yunho y aún
así no disimulas ni un poquito Yoochun *sonrisa divertida mientras se sienta a
lado del pelinegro, quien apenas se ruboriza un poco al ser sorprendido mirando
el trasero del castaño en tanto hace algunos movimientos de calentamiento antes
del ensayo*
Yoochun: Yunho es un poco sobreprotector
con Junsu, lo trata como si fuera su hija. Y que conste que dije hija y no
hijo, es correcto que Junsu es delicado, que tiene mejor cuerpo que una
escultural mujer y que posee esa personalidad hiperactiva que lo hace actuar de
manera infantil en muchas ocasiones, pero todavía es un chico. El más sexy y
divertido de todos *soltó de corrido, sonriendo bobamente al final y con su
mirada nuevamente clavada en el muchacho*
Jaejoong: Por qué no intentas decirle esas
cosas directamente. No parece que le seas indiferente *opina con gesto casi
maternal. Es que cuanto más lo piensa, el pelioscuro más se convence de que no
imagina nadie mejor para su crío que el pelinegro, así con todo lo pervertido
que pueda parecer en ocasiones*
Yoochun: Estás loco, ¿cierto? Yunho y tú
siguen pensando que Junsu es como su “nena”, claro que no voy a decirle nada
Jaejoong, no quiero asustarlo con eso *la mirada del pelinegro hizo sonreír
enternecido al mayor. Cuando quería Yoochun era sensible a sus inseguridades*
Yunho: Hey Junsu, tómate un descanso, no
quiero que te sobre-exijas ensayando *el moreno revolvió el cabello del castaño
mandándole a lado de Yoochun y Jaejoong, sonriéndole a este último con
complicidad*
Jaejoong: Oye Junsu *le llamó ni bien se
sentó junto a ellos, más bien junto al pelinegro, de modo que éste quedó en
medio de ambos* Estaba platicando con Yoochun.
Junsu: ¿Mh? ¿Acerca de qué? *cuestionó con
esa expresión inocente que derretía el corazón del pelinegro*
Jaejoong: Me decía que muere por besarte
*sonrió cual si hubiera dicho cualquier cosa y no aquello que hizo sonrojar
como termostato al castaño*
Yoochun: ¿Q-qué? ¡Hyung! *espetó más que
avergonzado, preocupado de lo que el castaño fuera a decir* Junsu ah, yo…
Junsu: Bueno, no he besado nunca Jaejoong
hyung *murmuró avergonzado, dirigiéndose al mayor solo porque de pronto le
resultaba complicado buscar siquiera la mirada del pelinegro, por tanto ajeno a
la expresión de sorpresa de éste* Pero me siento halagado y no sé, muy contento
de que Yoochun ah quiera besarme.
Jaejoong: Oh tan tierno~ *exclamó
poniéndose de pie y yendo a darle un abrazo maternal antes de tirar suavemente
de las redondas y coloradas mejillas* ¿Entonces Yoochun puede besarte?
Yoochun: ¡Hyung!
Jaejoong: Pues si no quieres que siga
preguntándoselo yo díselo directamente *canturreó más que encantado* tienes mi
permiso para salir con mi pequeño~ *besó la frente del castaño y dándose media
vuelta volvió con el moreno, quien se hacía el que no se enteraba de nada,
aunque en realidad ya lo habían planeado. Si hasta habían conseguido que el
amargado de ChangMin fuera arrastrado fuera a comer con Hayami. Por si las
dudas que acababa con el aura romántica*
Junsu: Chun… *le llamó tocándole
tímidamente la rodilla*
Yoochun: *carraspeó aclarando la garganta,
¡a buena hora se le ocurre perder toda esa aura conquistadora que le encasqueta
el mundo!* Su ah…
Junsu: ¿Jaejoong hyung solo estaba
molestándote? *cuestionó con una sonrisa floja, como si le decepcionara aquello
que ha dicho* Si ha sido eso…
Pero Yoochun no le dejó continuar, se
apresuró en callarle sellando con su boca los rosados labios del castaño; Junsu
retrocedió inconscientemente al sentir el roce de sus bocas, vio al pelinegro
morderse el labio inferior como sintiéndose culpable por su atrevimiento y
sintió un nuevo rubor expanderse por su cara.
Junsu: Bésame con seguridad Yoochunnie, o
pensaré que dudas de lo que quieres de mí *dijo con voz suave y dulcificada, la
mirada penetrante del pelinegro cayó de lleno sobre él y eso le hizo sentir
abochornado y tímido*
Yoochun: Me gustas mucho Junsu ah *volvió a
sus labios besándole esa vez con calma, feliz de que el castaño no recule y que
por el contrario le devuelva el beso con súbita ternura*
Cuando Jaejoong y Yunho les vieron
besándose con aquel romanticismo, sonrieron y entrelazaron sus manos. Han hecho
un buen trabajo después de todo.
Junsu jadeó desprevenido cuando la lengua
de Yoochun pasó a través de sus labios internándose en su boca; sentir el tibio
músculo rozar son su propia lengua bañó sus mejillas de carmín, pero participó
del insinuante intercambio de caricias entre ellas, como si estuvieran
seduciéndose en aquel baile sensual que marcaba el beso húmedo y apasionado en
que cayeron casi sin darse cuenta. Luego, cuando tuvieran suficiente espacio en
sus cerebros para pensar en algo que no fuesen los labios del otro, se darían
oportunidad de agradecer a los mayores por permitirles abrir los ojos a esta
hermosa realidad.
--//--
Jaejoong: Me gusta mucho el concepto
romántico del beso de la bella durmiente *comentó de pronto el pelioscuro, con
Yunho y Hayami en la estancia tras una curiosa semana de tensión entre ellos*
A saber, el japonés venía cortejando al
morocho desde hace meses, pero según veía el pelioscuro, Mokomichi no se
decidía en lanzarse directamente a “tomar al toro por los cuernos”, así que la
noche anterior ya había planificado cómo resolver este asunto. Tomando por
pretexto el resfriado de ChangMin, le ha pedido a Hayami que cuide de él unos
días mientras ellos atienden compromisos laborales. Yunho no ha estado de
acuerdo –appa celoso que es–, pero ha tenido que aguantarse cualquier
comentario, igual la pasa fulminando con la mirada al japonés cada mañana
cuando le tiene que abrir la puerta.
Yunho: ¿Tiene algo de importancia eso
ahora, Boo? *cuestionó con tono receloso*
Jaejoong: Solo se me ocurrió *sonrió con
gesto inocente, como si no supiera que Hayami le había puesto atención* Bueno
hay que irnos ya que Junsu y Yoochun deben esperarnos en el aeropuerto.
Nuevamente gracias por apoyarnos con esto Hayami-kun, volveremos tan rápido
como sea posible, no serán más de dos días fuera.
Hayami: No se preocupe, cuidaré bien de
ChangMin-kun *sonrió respetuosamente, recibiendo una nota del pelioscuro con
amabilidad, sabe que son las instrucciones del medicamento para el morocho*
Yunho: Nuestros números telefónicos están
ahí también, por cualquier cosa *añadió el moreno, todavía desconfiado en
dejarle a solas con su crío. Es que el carácter del morocho siempre se ponía
“peor” con el japonés cerca*
Hayami: Vayan sin pendiente, soy un adulto
cuidando de otro adulto *sonrisa autosuficiente que hizo que el ceño del moreno
se frunciera en automático*
Jaejoong: Cierto *tiró del moreno llevándole
fuera del departamento, temiendo que fuesen a iniciar una discusión de poder
innecesaria*
Una vez se quedó solo en el departamento de
sus amigos, el japonés se internó en la cocina y preparó el desayuno para el
enfermo. Cerca de las diez de la mañana consideró que era hora de despertarle,
tenía que comer algo para poderle dar también su medicina. Entró a la
habitación tras haber llamado un par de veces a la puerta sin haber recibido
respuesta alguna. Sonrió tiernamente al ver al morocho desparramado en la cama,
enredado en las cobijas con el pelo enmarañado. Se sentó en el piso y le
observó algunos instantes, la respiración era ruidosa y graciosa al mismo
tiempo, con la nariz congestionada, su cerebro mantenía la boca abierta para
poder respirar mientras duerme, por lo que tampoco es que el japonés se tome
con asco los hilillos de saliva secos en las comisuras de los labios del
morocho. Luego recordó las palabras de Jaejoong y sonrió. Sí, en ese momento le
parecía que ChangMin en el papel de “bello durmiente” demandaba ser despertado
con un beso.
Hayami: Me pateará si se despierta y se da
cuenta de lo que haré *pensó para sí, inclinándose sobre el cuerpo del morocho,
acercándose lentamente a aquella boca reseca que clamaba un poco de humectación
que él encantado estaba dispuesto a proporcionarle*
Tocó los labios entreabiertos del morocho
con suavidad, separándose para mirarle el rostro y buscar algún rastro de amodorramiento
que le alertara que le despertó, pero solo el vio tan tranquilo como antes, así
que se aventuró por un nuevo beso, tomando delicadamente cada labio entre los
suyos llenándoles de su saliva caliente. ChangMin hizo un sonido gracioso con
la nariz congestionada, pero aún más dormido que despierto comenzó a devolver
el beso hasta profundizarlo de modo tal que la falta de oxígeno le hizo
despertar de sopetón.
ChangMin: *abrió sus ojos con pesadez,
confundido por la silueta borrosa ante sí* ¿Hayami? *se incorporó tallando sus
ojos y apartando las lagañas consiguió verle con claridad* Qué haces aquí.
Hayami: Despertándote *sonrisa sobrada*
ChangMin: No te he escuchado *bostezo y
ceño fruncido, una extraña sensación en los labios*
Hayami: Es porque te he despertado al
estilo de “la bella durmiente” *comentó como si nada, andando fuera de la
habitación mientras las neuronas del morocho despiertan y van comprendiendo lo
que aquello significa* El desayuno está listo, date prisa que es hora de tu
medicina.
ChangMin: *una vez que su cerebro despertó
totalmente* ¡Yah! ¡Con qué derecho me has besado! ¡Tú, baka desgraciado te
estoy hablando!
Sí, serían días largos, pero Hayami había
adquirido nueva confianza tras ese beso matutino. El siguiente sería en pleno
uso de sus sentidos, para que ChangMin no le reclame nada.
Por
“culpa” del licor
--//--
Estando en el yate a mitad del océano, con
el deslumbrante sol en lo alto ostentando su poder calorífico y sus sentidos
adormilados por tal temperatura, a nadie le tomó por sorpresa que buscara
refrescarse con un vaso de whiskey ni que se relajara tirado en la silla de
playa bajo la sombrilla dispuesta sobre su cabeza.
Junsu: Yoochun ah~ no seas aburrido, ¡vamos
a bucear! *el castaño se acercó, tironeando de su mano queriendo conseguir que
se levantara*
Yoochun: Hace demasiada calor *gimoteó a
peso muerto, sabiendo que así sería imposible que su amigo consiguiera
levantarle*
Junsu: Buceando te olvidarás~ *pucheritos
como recurso para convencerle*
Yoochun: No gracias. Prefiero seguir aquí
sin hacer más nada que tomar un poco *puntualizó, dio otro sorbo a su vaso y se
acomodó los lentes oscuros, cerrando los ojos para no ceder al capricho del
menor de los dos*
Junsu: ¡Amargado! *espetó enfadado, y
rindiéndose volvió al frente para colocarse su equipo de buceo, tampoco iba a
dejar que el aburrido de su amigo le arruinara el viaje*
Jaejoong, Yunho y ChangMin no les
acompañaban, por lo que el castaño no tenía tampoco más opciones para buscar
con quién pasar el rato. A buena hora se le había ocurrido que con Yoochun el
viaje iba a ser divertidísimo, si es que su amigo no ha hecho otra cosa que
flojear bajo la sombra de su silla de playa.
Más tarde, cuando el crepúsculo comenzó a
ganar terreno sobre el día, Junsu ya se había cansado de hacer el tonto solo,
ni siquiera había disfrutado de su incursión bajo el mar pese a lo hermoso de
allí abajo, luego simplemente había terminado jugando online con su gemelo, y
de paso se ha quejado del aburrimiento en que se ha metido.
JunHo: Pues regresen, no es como si
estuvieras sin combustible para volver.
Junsu: Pero~ quería que fuera especial )3(
JunHo: ¿Será que te traes algo con Yoochun?
Junsu: ¡No sé de qué estás hablando!
JunHo: Si no fuera tu hermano gemelo y no
te conociera como a la palma de mi mano, probablemente creería que no sabes de
lo que hablo.
Junsu: Igual Chun solo ha estado haciendo
nada –w– tomando whiskey y escuchando música con sus auriculares, ni siquiera
me ha hablado en todo el día u.u
JunHo: ¿Y qué estás esperando para ser tú
quien dé el primer paso? Hyung, te sientes atraído por él prácticamente desde
que lo conociste, ¡toma valor de una vez!
Junsu: ¡Tengo miedo~! ¿Si me rechaza? Habré
arruinado nuestra amistad *^*
JunHo: Sabes bien que si no te arriesgas no
vas a saberlo, hyung.
El castaño suspiró y salió del chat en su móvil.
Salió a cubierta y vio al pelinegro sirviéndose otro trago de whiskey, lo que
le preocupó pues nota que los movimientos de su amigo ya son torpes, como
cuando el licor se le ha subido al cerebro.
Junsu: Yoochun ah… *le llama con suavidad*
Yoochun: ¡Baby! *hipido y sonrisa boba,
definitivamente ebrio* ¿Dónde te has metido, mh? ¡Come on! *trastabillando
hasta llegar a su amigo, yéndosele encima en un abrazo torpe que casi hace caer
a los dos* ¡I miss you~!
Junsu: Estás borracho Chun, vamos a que te
recuestes.
Yoochun: Nuuu~ Dame un besito baby *labios
en trompetilla que hacen sonrojar al castaño*
Junsu: ¡Qué! Vamos Chun, que ya no sabes ni
lo que dices y hac… *no, no pudo terminar de decir nada porque los labios del
pelinegro ya estaban sobre los suyos, quemándole con su ardiente y húmedo
contacto*
Yoochun: Sé que quiero besarte, Junsu ah
*susurro ronco que golpea contra los labios del castaño haciéndole estremecer*
Junsu: Yoochun *mirada nerviosa, el dejo de
miedo bajo tales circunstancias*
Pero cede a los expertos labios del mayor
de los dos dejándose llevar. Compaginan sus bocas y acompasan un ritmo sensual
al besarse, se prueban con dulce desesperación, enredan sus lenguas y enredan
sus manos en el cuerpo del otro sin importar qué parte de la anatomía rozan o
descubren. Yoochun es apasionado, le besa profundo y húmedo, Junsu aprende
rápido, le entrega su corazón. Saborea el whiskey en la boca del pelinegro,
disfruta de un sabor que generalmente detesta, lo “bebe” a él. Y Yoochun es tan
perfecto para el castaño, que se deja llevar por cada beso más intenso que el
anterior.
Mañana. Mañana otra será la historia, pero
su primer beso con el chico que tanto le gusta siempre será bajo esta forma, en
este recuerdo. Por culpa del licor.
--//--
Yunho siempre ha sabido que Jaejoong tiene
cierta debilidad por el licor, le gusta tomar y tiene “resistencia” al alcohol.
Pero eso no quiere decir que no se preocupe cuando sabe que ha salido a tomar
con sus amigos, algunos de los cuales no son francamente de su agrado.
Esa ocasión Jaejoong ha invitado a algunos
de sus amigos a comer, y la reunión se ha alargado hasta tarde por lo que las
botellas de vino y latas cerveza han hecho acto de presencia. Entrada la
medianoche ya todos estaban demasiado tomados como para simplemente seguirla,
uno de ellos incluso se ha dormido en el sofá, y por un segundo amigo ha ido
otro a buscarle para llevarle a casa. Jaejoong apenas puede coordinar los
movimientos de su cuerpo y siente que todo su cuerpo es inútilmente pesado y
torpe. Aún así, cuando consigue acomodar a su amigo en el sofá y cubrirlo con
una manta, al internarse en su habitación y tirarse en la cama, lo único que
ronda en su cabeza es llamar a su amigo moreno.
Jaejoong: Yunho ah~ ¿duermes ya?
Yunho: Jaejoong, son las dos de la mañana,
deja de tomar y ve a dormir un poco *respondió la voz adormilado del moreno*
Jaejoong: Ya no estoy tomando *aclaró con
su voz trabada* No puedo dormir, ven y arrópame *risita boba*
Yunho: No estés tonteando, duérmete.
Jaejoong: Yunnie malo~ Si me pasa algo será
tu culpa *gimoteó ofendido porque su amigo no quisiera venir a mimarle*
Yunho: *resoplido frustrado* Está bien.
Llego en treinta minutos, pero si te quedas dormido y no me abres la puerta me
encontrarás en la mañana dormido afuera de tu casa.
Jaejoong: Solo date prisa~
El moreno ni siquiera se molestó en
cambiarse el pijama, solamente se abrigó con una chaqueta y se apresuró al
edificio donde el mayor vive. Aparcó su auto y bostezando con el pelo revuelto
subió al piso de Jaejoong, llamando a su puerta y percibiendo ya ese olor a
licor que emanaba del interior. Cuando el pelioscuro abrió se fue de inmediato
a sus brazos, acción que tomó desprevenido al moreno, pero como Jaejoong es
francamente muy ligero, no tuvo mayor dificultad en equilibrarse*
Jaejoong: Estás aquí~ *sonrisas bobas,
mejillas ruborizadas por el licor que todavía le circulaba en las venas* mi
Yunnie es taaaan buenito *exclamó todo sonrisas, besando escandalosamente las
mejillas del moreno*
Yunho: Vamos Jaejoong ah, te prepararé un
café y luego a la cama *dijo tratando de ignorar el tamborileo de su corazón
emocionado tras el efusivo recibimiento del mayor*
Jaejoong: Yunnie quiere llevarme a la cama~
que atrevido mi “bear” grr~ *más sonrisas tontas. Tanto escándalo hizo que el
bulto en el sofá se removiera inquieto. Pero fue suficiente para que el moreno
se percatara de su presencia, lo que hizo que sintiera un tirón de incomodidad
en la boca del estómago. Un hombre en casa de su amigo. Un hombre que invadía
el espacio que él tanto deseaba tener exclusivamente.*
Yunho: ¿Dónde tienes el café? *Le ignoró
deliberadamente, buscando en los cajones de la alacena en la cocina del mayor*
Jaejoong: Yunho ah~ *más sonrisas y ese
colgarse de su cuello para luego estampar sus labios contra los del moreno sin
darle tiempo siquiera a procesar lo que ocurre hasta que siente la confiada
boca caliente succionar uno de sus labios con lujuria*
El beso se tornó entonces caliente, el
moreno ha desconectado cualquier pensamiento de duda de sus acciones y
simplemente ha devuelto el frenético contacto de bocas profundizando el beso
tanto como Jaejoong lo permitió. Exploró la cavidad bucal del mayor con
paciencia, sintiendo las manos de éste jugar en su espalda o sus dedos
enterrarse en sus mechones desordenándoselos más. Un beso con sabor a cerveza y
vino, también a cigarro. Pero todavía tan dulce que era como el manjar de los
dioses. Un primer beso extraño, confuso y embriagado. Pero cuando estuviera en
sus cinco sentidos, Yunho esperaba que Jaejoong no tomase esto como un error.
Porque ¡Dios! Le tiene loco desde hace tanto tiempo.
Jaejoong: Tengo sueño~ *murmuró tras
separarse, bostezando y apartándose sin más, andando a su habitación mientras
se va sacando las prendas*
Yunho: Completamente loco *susurró para sí,
suspirando y caminando tras de su amigo, recogiendo sus ropas y luchando contra
sus pulsaciones al ver el cuerpo semidesnudo del mayor meterse bajo las mantas
de su cama* Mañana habrá que hablar.
--//--
No es que a ChangMin no le guste tomar, es
solo que le gusta hacerlo a solas. Muchas actividades las prefiere de esa
manera. La soledad le permitía pensar y aclarar los puntos muertos de su cabeza.
Vale, no cuando tomaba de más y en lugar de pensar con claridad sus
pensamientos se hacían un lío borroso que le desinhibía en otras esferas de
comportamiento.
ChangMin: ¡Mierda! Estuvo de más la última
botella *gruñó al ver la mesa de centro de su estancia llena de botellas
vacías* No pienso moverme de aquí hasta que el mundo deje de darme vueltas
*otro gruñido y luego simplemente dejó caer su cuerpo en el respaldo del sofá.
Lo cual por cierto no ayudaba a que todo le dejara de dar vueltas*
En su intento de serenarse y que la
borrachera bajara, llamaron a su puerta. Maldijo a diestra y siniestra
disponiéndose a ignorar el timbre. Tras el cuarto llamado pareció rendirse
quien quiera que estuviera allí. Al segundo el tono de su móvil le taladró los
oídos. Maldijo otra vez y a tientas buscó el aparato en la mesa, el ruido de
algunas botellas vacías cayendo al piso le puso de mal humor. Vale, ya estaba
de mal humor.
ChangMin: De entre todos mis amigos tenías
que ser tú el que me fastidiara, baka. *gruñido gutural*
Hayami: Supuse que estarías en condiciones
deplorables desde el instante en que toqué por segunda vez y no abriste.
ChangMin: ¿Acaso te abro siempre a la
primera? ¡No me fastidies y lárgate, baka!
Hayami: Abre la puerta o voy ante el
portero y hago un drama diciendo que estás a punto de saltar de la azotea.
ChangMin: Deja de mirar tanto drama
japonés.
Hayami: Soy japonés, idiota.
ChangMin: ¡Yah! ¡Aquí el único que insulta
soy yo! ¡Hayami baka!
Hayami: Abre la puerta de una vez que me
estoy cansando de mirar el absurdo color metálico… *un minuto después vio al
morocho aparecer al otro lado de la puerta, llevaba el pelo enmarañado y la
ropa desaliñada* Cualquiera diría que te estuviste manoseando tú solo *sonrisa
divertida*
ChangMin: No me jodas *gruñido*
Hayami: Se te aflojan los insultos en
estado de embriaguez, ¿verdad? *internándose aunque el morocho no se haga a un
lado, razón por la cual sus cuerpos se rozaron completamente* Y encima se te
bloquean las neuronas, ¿se te olvidó que vendría?
ChangMin: ¿A qué ibas a venir?
Hayami: Dijiste que necesitabas practicar
tu japonés, y como estoy de paso en Seúl *respondió encogiendo los hombros,
restándole importancia al hecho de que su amigo lo haya olvidado por completo*
ChangMin: *achicó la mirada como haciendo
memoria, pero a los diez segundos lanzó un bufido y se rindió. Apenas si podía
recordar su nombre y cómo insultar al –baka– presente en su casa* Pues
cancelado, las únicas palabras que se me vienen a la mente son insultos.
Hayami: ¿Eso no es siempre que estás
conmigo? *cuestionó sonriendo divertido, ayudándole a sostenerse cuando le vio
trastabillar con sus propios pies al caminar hacia la estancia. El morocho le
gruñó pero no negó su ayuda* Eres un borracho bastante tranquilo después de
todo, es más, si no fuera porque apestas a sake y que descoordinas tu cuerpo,
no notaría que estás ebrio.
ChangMin: ¿Es una especie de cumplido?
Hayami: No, solo fue una observación *el
morocho gruñó dejándose caer pesado en el sofá* ¿Querías un cumplido?
ChangMin: Solo cállate *cerró los ojos, maldiciendo
el que solo un pensamiento coherente le atravesara la mente*
El japonés se le quedó mirando, curioso del
motivo por el cual el morocho habría tomado hasta este punto. Luego decidió
ordenar un poco al verle continuar a ojos cerrados. Si se dormía simplemente lo
llevaría a su cama y cuidaría de él. Después de todo ya estaba aquí y no tenía
nada qué hacer. Recogió las botellas vacías y limpio el poco desorden que
había, luego se acercó de nuevo al menor para comprobar si estaba despierto o
si ya se había quedado dormido. Lo segundo fue lo que pasó. Sonrió ligeramente
enternecido por esa tranquilidad reflejada en el rostro del muchacho, luego le
cargó con cuidado y lo llevó a su habitación. Pero cuando le dejó sobre la cama
e intentó apartarse, los brazos del morocho se enredaron en su cuello, y cuando
buscó su rostro, se encontró con un par de ojos brillantes y una boca que atacó
a la suya demandando un beso que no titubeó en responder.
Hayami no estaba seguro del por qué
ChangMin lo besaba, o si estaba consciente de que lo hacía. Solo podía sentir
el sabor del sake impregnado en la cavidad bucal del morocho, en su rasposa y
caliente lengua explorándole confianzudamente, ahogándole en el beso más fogoso
que nunca hubiera experimentado. De un momento a otro los labios del morocho
abandonaron su boca pero se deslizaron por su lengua repartiendo lamidas y
cortos besos, una mordida en su manzana de Adán y una succión en la clavícula
que seguramente dejaría marca. Después volvió a su boca besándole con renovada
pasión, como si estuviese dejando libres todos sus deseos reprimidos. Se
besaron largo rato en diversas intensidades, pero al final llegó el mejor beso.
El suave y lento, el romántico intercambio de caricias que sus labios
entregaron con paciencia y devoción. Saliva quedó mojando sus bocas, pero
cuando Hayami buscó la mirada de ChangMin tratando de establecer algún tipo de
conversación al respecto, los ojos del morocho se cerraban casi en su contra.
Por lo que suspiró y simplemente le arropó.
Mañana tendrían oportunidad de hablar. E
incluso si ChangMin no lo recuerda –o finge no hacerlo–, él le hará memorar con
otra serie de besos.
Inmersos
en la letra de una canción
--//--
A Junsu le encanta la música y el canto.
Son experiencias que seducen todos sus sentidos y le hacen pensar que su cuerpo
fue diseñado para ellas. La música vibra y agita cada fibra de su ser, sacude
sus cuerdas bucales y le produce una melodía en variados colores y timbres. Él
vive la música, la respira, la siente. Y es lo que Yoochun le admira, incluso
si no lo demuestra a menudo con bonitas palabras –se le da más el molestarle y
jugarle alguna broma con juegos de palabras–, él siempre le ha reconocido el
talento. El hombre con el ADN para esto.
Yoochun quiere ser más sincero con Junsu,
pero a menudo el palpitar alocado de su corazón le traiciona. Se le cierra la
garganta y le sudan las manos. Junsu provoca en él lo que cualquiera piensa –y
algunos hasta aseveran– le sucede con las mujeres, sobre todo con algunas
compañeras de trabajo en la empresa. Al pelinegro francamente las chicas le
gustan, claro que sí, pero todavía es mayor la atracción que puede sentir por
la voz del castaño al cantar, o por su cuerpo al moverse con aquella
sensualidad natural que se le desborda sin reparo.
Junsu: ¿Qué estás escuchando? *curiosea por
ahí cuando entra en la sala de música*
Yoochun: A Whitney Houston *responde apenas
apartando un poco los audífonos de diadema y mirando al menor de los dos*
¿Quieres escuchar?
Junsu: Sí. Una gran voz sin duda. *comentó
al tiempo que jalaba otra de las sillas y tomaba asiento, acercando su oído a
la diadema auricular del pelinegro, sin percatarse de que él había tenido la
intención de habilitar el sonido externo* Oh, esta canción provoca sentimientos
encontrados.
Yoochun: Hay amores así, Su *susurra casi
sin percatarse de la penetrante mirada que le dedica a su amigo. Pero incluso
de pronto aquello pierde peso*
Junsu: I will always love you. You, my darling you. Bittersweet memories,
that is all i'm taking with me. So, goodbye, please, don't cry. We both know
i'm not what you, you need. And i will always love you.
El castaño canta, se deja envolver por la
melodía, por la voz femenina potente que flota en sus oídos, pero siente
también toda esa gama de emociones que le transmite. Se identifica, la vive, la
siente, la experimenta en carne propia. Y de pronto se siente como si fuese
parte de sí. Cantar a un amor imposible, tal vez no correspondido, tal vez
interrumpido en el tiempo por la desdicha que viene de numerosas razones, quizá
por temores escondidos, por sentimientos callados. Se puede interpretar de tan
variadas formas. Y sin embargo en su mente solo se sucede un personaje en
común. Canta a ojos cerrados con Yoochun surcando sus pensamientos. Lágrimas
resbalan por sus mejillas y siente la opresión en su pecho. Y si tuviese que
poner aquellas sensaciones, aquellos sentimientos reprimidos, en palabras;
¿Cuáles serían? ¿Qué podría decirle? ¿Para qué reuniría el valor? Acompaña
entonces la voz original y se desgarra su propia garganta alargando esas
últimas frases en un perfecto inglés que incluso brota con exacta
pronunciación.
Yoochun le ha estado observando casi sin
parpadear, sumergido en las emociones que atravesaron el angelical rostro de
Junsu. Ha tragado hondo y ha sentido algo como culpa o arrepentimiento. Le ha
hecho llorar, tal vez esta canción le ha tocado fibras sensibles. El pelinegro
le acaricia inconscientemente las mejillas, limpia con sus pulgares el rastro
de lágrimas que las han manchado. Aquel contacto trae de vuelta a la realidad
al castaño. Junsu le enfoca con sus ojos lacrimosos, abre la boca varias veces
pero ningún sonido sale de sus labios.
Se aferra en cambio a él, le abraza con
descomunal fuerza. Como el náufrago que saca fuerzas de la sola voluntad para
aferrarse a la vida dependiendo de un simple pedazo de madera flotando en la
mar.
De la nada todo parece muy claro. El amor
ha estado allí durante demasiados años, callado, reprimido, asustado. Junsu lo
ha comprendido repentinamente por solo una canción con una temática de las que
sobran melodías. No sabe pues qué exactamente le ha tocado tan hondo en el
alma, solo está seguro de la luz que ha llegado a sus ojos. Está enamorado.
Yoochun: Junsu ah *le llama con suavidad, con
la confusión deslizándose en su voz, acariciándole la espalda y los cabellos en
un fortuito intento por consolarle, aunque todavía no tenga idea de lo que ha
pasado*
Junsu: No me sueltes. Nunca lo hagas Chun
*suplica apretándose un poco más contra él, anclándose a su cuello y respirando
contra la sensible piel*
Yoochun: Venga, no tienes por qué
preocuparte por algo así. No hay motivos, Su.
Junsu: Yoochun ah, ¿Qué sientes cuando
escuchas esa canción?
Yoochun: Muchas cosas. El amor es una
infinidad de posibilidades, Junsu ah.
Junsu: ¿Y nosotros? Yoochun ah, cuáles son
las posibilidades para nosotros *murmura con las mejillas moteadas de carmín.
Oculto ahí contra su cuello, aferrado a su cuerpo sin tregua*
El corazón del pelinegro palpita con
renovados bríos. Le aparta para mirarle a los ojos, esperando leer en aquellas
pupilas chocolate el significado de sus palabras. Oh, benditas palabras, tan
dependientes del contexto, de los labios que las pronuncian, los dedos que las
escriben o los pensamientos que las evocan.
Yoochun: ¿Qué quieres que te diga, Junsu?
¿Cómo saber que no condenamos nuestra amistad a un callejón sin retorno?
Junsu: Te Quiero Chun. Más de lo que te
imaginas, más de lo que me imaginaba yo mismo. Y de pronto al cantar esta
canción solo he podido sentir el miedo. Miedo a tener que decir que te amo y
renunciarte al mismo tiempo.
Yoochun: Su *suspira, sonríe
inconscientemente y enmarcando el rostro del menor cubre sus labios con los
propios*
Ha estallado una gran emoción en su pecho.
Incluso si ha girado en torno a un momento melancólico, la franqueza en las
palabras, en la expresión de su mirada, en la devoción con que entrega sus
labios, hinchan de felicidad el corazón del pelinegro. Un beso con sabor a
futuro, no a despedidas de un amor irreflexivo destinado a “morir”. No, un beso
con sabor a sueños, al dulce frescor de la correspondencia madura de un
sentimiento que no busca egoístamente entregarse, que solo exige sí, la premura
de la contemplación del amor verdadero.
Se prueban los labios con lentitud,
acariciándose mutuamente y grabando en sus memorias la textura y el sabor que
perdurará para siempre impregnado en la carne viviente de sus pliegues. No
llevan prisas, es reconfortantemente dulce saborearse con paciencia, sonriendo
entre caricias de labios tibios mientras compaginan sus bocas y dejan que el
tiempo se detenga envolviéndose en una burbuja frágil de recuerdos congelados. Lenguas
húmedas, traviesas y tímidas a la vez, roces constantes de un beso profundo que
mengua solo cuando el aliento escasea y separan sus bocas, reacios al abandono
temporal.
Yoochun: I Will always love you, baby *una
promesa sincera que nace de un corazón enamorado*
Junsu: Will always, love you Chunnie *una
sonrisa radiante que expresa la complementariedad de un alma que se regocija en
el amor*
Y otro beso, porque después del primero,
siempre vienen nuevos, pero ninguno tan hermoso y sabio como él.
--//--
Cualquiera diría que el valor para confesar
los sentimientos que crecen vertiginosamente en el alma aparece rápidamente
tratándose de un hombre que lo tiene absolutamente todo para que “coman de la
palma de su mano”, para que caigan bajo sus encantos y hasta sientan el halago
de ser fin último de tales emociones. Pero el amor, oh el amor; tan ciego, tan
falto de lógica, tan abrumador, incoherente, insensato y maravilloso. El
perfecto ejemplo de la bipolaridad.
Jaejoong piensa eso mientras trata de
llegar a un acuerdo entre su mente y su corazón. El chico de cabellos
renegridos estaba sentado en la oscuridad de la estancia de su departamento,
con el silencio abrumador de la noche haciendo eco en las afueras, rondando en
la iluminada ciudad cual ladrón de sueños y dador de pesadillas. El vaso de
whisky escocés sostenido entre sus dedos, los hielos al fondo tintineando
suavemente cuando lo eleva con la ínfima intención de observar el juego de
colores reflejados en el cristal a la luz de los rayos de luna que se cuelan
por las ventanas. El viento fresco sopla y mece las cortinas, le recuerda la sumisión
que su cuerpo tiene ante las caricias de aquellas manos que de pronto tanto
echa en falta.
Picture perfect memories,
Scattered all around the floor.
Reaching for the phone 'cause
I can't fight it anymore.
And I wonder if I ever cross your mind
For me it happens all the time.
Mira la hora en su móvil y suspira una vez
más en lo que va de la noche. El silencio le atonta, le hace sentir incómodo y
es entonces cuando busca el refugio de una melodía. Coloca en la consola un
disco al azar, pero al instante en que reconoce lo que ha colocado, se siente
identificado con aquella canción. La mezcla de dos voces hacen ruido en su
cabeza, se siente como una misteriosa nube de pensamientos que le aturden. Y
cuando menos lo espera, está ahí, mirando un número telefónico conocido en su
lista de contactos, indeciso entre marcar o no. Pero demasiado necesitado de
aquellos brazos que durante años han sido más que un consuelo, un cálido centro
de gravedad para su vida.
Él ha sido un amigo incondicional. El
soporte en que se ha apoyado sin titubeos durante largos años. La amistad
consolidada de antaño se volvió nebulosa en algún punto de sus vidas, la
necesidad de verlo, de sentirlo cerca, de escuchar su voz pronunciando su
nombre. De aquel simple contacto cuando la ocasión ameritaba un apretón de
manos o un agarre suave para recordarle que está ahí. Tantos recuerdos, tantos
ayeres que preservar en la memoria, tantos sentimientos florecidos que luchan
por emerger.
Another shot of whisky,
can't stop looking at the door.
Wishing you'd come sweeping
in the way you did before.
And I wonder if I ever cross your mind.
For me it happens all the time.
Yunho no se considera a sí mismo como un
buen bebedor, de hecho pierde fácilmente el mundo de foco, y el suelo bajo sus
pies se mueve como el mundo le da vueltas. Pero hoy simplemente no ha podido
evitarlo. Ha discutido con Jaejoong una semana atrás por nimiedades absolutas.
Días demasiado largos y angustiosos, horas enteras en las que no ha podido
concentrarse en nada, errando constantemente y maldiciendo al viento su
incapacidad para desconectar a su amigo de sus pensamientos.
Se sirve otro trago de aquel whisky que
justamente el mayor le regaló en su pasado cumpleaños, alegándole –como buen
conocedor– que era de los mejores del mundo, y que solo ocasiones especiales
deberían ameritar su apertura. El aroma suave le inunda el olfato, el sabor
fuerte le quema la garganta. Pero se siente tan bien, que el moreno no duda en
servirse un trago más. Los cubos de hielo reposan al fondo, sigilosos y
cristalinos, fríos pero brillantes. De pronto piensa en Jaejoong. La sonrisa se
instala inconscientemente en sus labios. Le añora, le extraña. Le necesita.
Toma su móvil y mira la hora. La madrugada
se ha hecho presente, pero él sabe que no podrá conciliar el sueño. Todo lo que
anhela en esos precisos instantes es poder hablar con Jaejoong. Disculparse y
abrazarle. Reprimir de nuevo sus sentimientos por el hombre de hermosa piel
blanca. Y ser otra vez el mejor amigo, el confidente. Su centro de atención en
muchas ocasiones. Aunque no siempre.
It's a quarter
after one,
I'm all alone and I
need you now.
Said I wouldn't
call
but I lost all
control and I need you now.
And I don't know
how I can do without,
I just need you
now.
Sería difícil saber quién lo decidió
primero, pero cuando las llamadas se cruzaron al ser marcadas al mismo tiempo,
una sensación de incertidumbre y ansiedad les corrió de pies a cabeza. El
corazón les latía aprisa con un presentimiento irreverente. Pero fueron las
piernas de Yunho las que se movieron primero. Corrió fuera de su departamento,
bajó al parking y subió a su auto con aquel sabor en la boca que acentuaba en
sus pensamientos a Jaejoong. Condujo a velocidad superior a la legalmente
permitida, poco le importó aquello. No podía pensar con claridad, en su mente
se repetía la misma silueta.
Yunho: Jaejoong… *susurró, dando una
peligrosa vuelta en una calle cerrada tomando un atajo hacia el departamento
del mayor* Esta vez el valor tiene que venir. Tengo que decírtelo, Jaejoong.
El derrapar de los neumáticos alertó
involuntariamente al pelioscuro, se apresuró curioso hacia la ventana, con el
corazón atorado en la garganta. Abrió sus grandes ojos negros de par en par al
contemplar aquella figura tan conocida para sus sentidos. Corrió hacia fuera de
su departamento, con el corazón martillándole entonces en los oídos. Se olvidó
del ascensor y corrió escaleras abajo con la ilusa esperanza de encontrarse con
su moreno amigo antes de que subiera a su piso.
El descanso entre piso y piso se convirtió
entonces en su punto de reunión. Parece que han venido pensando lo mismo desde
hace tiempo. Y no, definitivamente no refiere solamente el hecho de que esa
noche se hayan pensado mutuamente, que hayan tomado del mismo whisky, que se
hayan llamado exactamente al mismo tiempo. Que estén ahí, mirándose de frente
con la respiración agitada y el corazón danzando al unísono.
Jaejoong: Yunho ah…
Yunho: Me pregunto si alguna vez he cruzado
por tu mente como algo más que tu mejor amigo, Jaejoong… *interrumpe con
aquellas palabras que hacen eco en los pensamientos del mayor, cuyas pálidas
mejillas se ruborizan en respuesta inmediata, aunque sus labios rojos tarden en
pronunciar aquello que el moreno anhela*
Jaejoong: Me sucede todo el tiempo. Incluso
si enojado te dije que no te llamaría, no he hecho más que pensar si
responderás mis llamadas… *solloza con aquella sonrisa avergonzada que le
adorna el rostro de una forma tan mágica que el moreno se pregunta sinceramente
si no tiene ante sí a un ángel caído del cielo*
Yunho: Te necesito Jaejoong, no sabría cómo
estar sin ti.
Jaejoong: Es la una y cuarto, ¿sabes? Y
estoy demasiado solo. ¿Crees que no necesito también de ti, Yunho?
Y aquel par de sonrisas cómplices que
brotan en sus labios antes de ése abrazo necesitado en que se funden sus
cuerpos. Antes, de que sus bocas reclamen aquel beso para el que fueron
diseñadas, por el que han esperado durante años y años de amor callado, de
sentimientos profundos reprimidos en el fondo de su alma. Un beso entrañado,
con sabor a whisky, añejado como este en las penumbras de un pozo cegado; pero
tan nítido y natural, que no basta con un “trago” del elixir que sienten en los
labios del otro.
Porque sí, se necesitan ahora, como se han
necesitado ayer y se necesitarán siempre. Un primer beso que inicia toda una
historia. Toda una vida de amor mutuo.
--//--
¿Cómo habían llegado a esto? Honestamente
no tiene idea, no quiere pensarlo porque presiente que cuanto más lo haga, más
se dará cuenta de que hay razones allí en su mente que darán cabida a
sentimientos que no quiere alimentar en su corazón.
ChangMin bufó por lo bajo sin ánimo de
comenzar los ensayos de aquel concierto. Estaba cansado, anímicamente al menos.
Hace tiempo que no puede evitar que una persona ronde en sus pensamientos, que
haga estragos y vuelva todo demasiado caótico como para detener el curso
natural de aquello a lo que le rehúye con cierto atisbo de voluntad. La lucidez
que enfrenta cuando se detiene solo un minuto a analizar lo que le sucede le
abruma de sobremanera. Enamorarse no está en sus planes inmediatos, y menos
hacerlo de un hombre. No es que sea sencillo después de todo.
Yunho: ChangMin, sal de tu mundo y date
prisa, te estamos esperando ya *El líder le llama, ve a Jaejoong, Junsu y
Yoochun aguardando por él en el escenario. Un gran concierto se aproxima, pero
él tiene la cabeza en otra parte. A miles de kilómetros de distancia* ¿Qué es
lo que te pasa hoy?
There's only so many songs
that I can sing to pass the time
And I'm running out of things to do
to get you off my mind
Evade la pregunta, murmura cualquier excusa
y se prepara para lo que sigue. Ha dejado su móvil en el bolso junto a las
cosas de los demás, pero cuando da media vuelta para integrarse a sus amigos,
alcanza a escuchar el tono de una llamada entrante, mira de soslayo el nombre
que parpadea en la pantalla táctil y resopla alterado.
Hayami no baka. Brilla en la pantalla. Se
le frunce el ceño y decide ignorarle. Tal vez más tarde le devuelva la llamada,
o quizá simplemente haga de cuenta que no existió. Últimamente es tan
complicado tener cualquier tipo de contacto con el japonés. Su amigo, un
confidente peculiar. No hay manera de evitar detestarlo por su arrogante
personalidad, pero al mismo tiempo es tan…
ChangMin: Baka *interrumpe el curso de sus
propios pensamientos, gruñe y se equivoca en los tonos, ha iniciado después he
invertido el orden de los pasos del baile. Sus amigos le miran confundidos, los
errores no son comunes, y menos cuando apenas están comenzando. Pero se dan
cuenta, la mente del menor está en otro lado* ¿Qué me sucede? ¿Por qué a mí?
¿Por qué contigo? *murmura para sí, luego pide disculpas y vuelven a empezar*
Se esfuerza y lo consigue, al menos lo
suficiente para continuar el ensayo final. Está hecho un lío, su vida es un
desastre –lo piensa de esa manera– desde que Hayami dejó de ser solo el amigo
al que saludar en algún tiempo libre de sus estancias en el país nipón. El
morocho no logra recordar siquiera el momento en que los viejos a Japón eran
anhelados por su traicionero corazón, ni cuando fue que solo ver a ese hombre
todo su cuerpo decidía tener reacciones en contra de su voluntad. Tampoco sabe,
¡maldita sea que no! Cuándo fue que la distancia comenzó a pesar tanto en su
vida, deseando que los viajes sean más a menudo y más duraderos. Tan solo por
el deseo de verle más de un día, más de un par de horas.
All I have is this picture in a frame
That I hold close to see your face again
With you is where
I'd rather be
But we're stuck where we are
And it's so hard
You're so far
Ha marcado un par de veces, pero el buzón
de voz ha entrado cada ocasión. Envía un texto y le desea suerte, sabe que
mañana es un día muy importante para su amigo. Hayami sonríe por inercia, solo
pensar en ChangMin le hace sentir feliz. Conoce la razón, pero a menudo finge
no hacerlo. Enamorarse es de por sí complicado, hacerlo de un chico cuatro años
menor que él, lo lía más.
Hayami: ¿Cómo has podido elegir de esta
manera? *se toca el pecho cual si estuviese hablando con su corazón*
El músculo encerrado en aquel espacio le
late de pronto más aprisa. El japonés mira aquella fotografía que se tomaron
juntos hace algunos meses durante una visita del morocho a su país por una gira
de conciertos. Entonces el jugueteo seguía siendo simplemente amistoso, le
gustaba fastidiarle y ChangMin respondía con todo ese humor agrio que no
siempre sacaba ante sus amigos. Parecía que le buscaba como una especie de
válvula de escape, como si con él pudiera ser todo lo transparente que quería
sin preocuparse por absolutamente nada.
La fotografía enmarcada recibió la caricia
suave de sus dedos al pasar por encima del cristal. El autógrafo al pie de la
imagen, un absurdo “Para Hayami baka, Del perfect man ChangMin” que tenía toda
una historia detrás. Este era su gran tesoro, y el sentimiento palpitante en su
pecho, su máximo secreto. A veces quería sacarlo todo, pero confesar sus
sentimientos le parecía tan arriesgado.
Hayami: Ni siquiera vivimos en el mismo
país. Y no sé si esta distancia llegue a ser salvable.
With you is were
I'd rather be
But we're stuck
where we are
And it's so hard
You're so far
This long distance
is killing me
Un mes, demasiados días, demasiadas horas. ChangMin
se siente desesperado, le irrita el cálido amanecer, la brisa nocturna, el
canto de las aves, el bullicio de la ciudad, la agenda apretada que apenas le
da tiempo de respirar. Se siente en los límites de su paciencia e incluso de su
profesionalismo. La impotencia del lío enmarañado en sus pensamientos le
arrastra a la locura, tan frustrado que siente ganas de llorar y mandar todo al
demonio.
Yunho y Jaejoong han intentado hablar con
él, pero es como un muro de hierro, duro e impenetrable. Yoochun y Junsu han
querido animarle, le han buscado en son de broma y recibido a cambio malas
caras y exasperantes gruñidos. ChangMin solo quiere una cosa, y es lo que más
le irrita. Desea estar con Hayami. No como amigos, sino como amantes.
Aterrado de sus propios pensamientos,
ChangMin ha salido a caminar por las calles, la noche es nítida y preciosa. Termina
comprando algunos panecillos y sentado en la banca de un parque en el que las
personas no le reconocen al pasar –un poco de soledad que le viene bien–, el
anonimato que le ofrece su intento de disfraz ha funcionado.
Hayami: Te ignoran porque no te conocen
como yo.
ChangMin: Hayami *mira al lado, sorprendido
por aquella voz profunda que ha calado profundo en todo su ser; el japonés le
sonríe con aquella arrogancia tan suya, haciéndole sentir como una masa
gelatinosa. Está nervioso, y anonadado por aquella varonil presencia*
Hayami: ¡Bingo! La inteligencia
definitivamente es lo tuyo *sonríe con afán de molestarle, pero solo ve los
ojos del menor parpadear como si aún estuviese procesando que es él de verdad* ¿Tan
sorprendido estás de verme?
ChangMin: No tenía idea de que vendrías.
Hayami: Tampoco la tenía, incluso cuando me
di cuenta de que estaba en el aeropuerto. Solo sabía que quería verte, estar
contigo, ChangMin ah… *voz suave, demasiado honesta y transparente*
ChangMin: Baka *le gruñe, pero al segundo
una sonrisa se dibuja en sus labios*
Hayami: También te quiero *sonríe altanero,
casi como si se tratara de un juego insolente de palabras*
Pero cuando las mejillas del morocho se
tiñen de rubor y sus rostros se acercan hipnotizados por la mirada del otro. El
inminente roce de labios les hace temblar de pies a cabeza, suspirar y buscar
el ensamblaje perfecto de sus bocas, como se engranan en armonía los latidos de
sus corazones. Es así como llega el primer beso, sin prisas ni demasiada calma.
Espontáneo y natural. Romántico y trepidante. Sutiles caricias de un bondadoso
contacto que ambos deseaban con todo lo que tienen para dar. Un amor contenido
que se expresa en el silencio de innecesarias confesiones elaboradas. Porque todo
está allí.
Porque la distancia no importa, pierde peso
y se reduce a nada cuando pueden hacer esto. Encontrarse sin citas programadas,
por el simple hecho de quererse, de enamorarse sin cambiar sus personalidades. De
amarse, en la distancia como si fuera un sencillo escalón que librar.
FIN
De todos
los drabbles de esta serie porque ya no se me ocurren más ;D y porque quiero
retomar ISTAR~ que ya está en recta final desde hace semanas.
P.D.
Maki~~ si aún quieres tus bonus del día después de la ocasión del licor, latiguéame
por LINE xD
Jajauajsu *----* *corre a latiguearla
ResponderEliminarWuoahhhhhh
ResponderEliminarSensacional!!
ame sobre todo el primero ...
Muchas gracias!!
|(^.^)|
stop!!!!
ResponderEliminarlos primeros besos......*tiene estrellitas por todos lados acompañandola*
Me encantaron todos los disfrute mucho arigatou!!!!!
matta ne
<3 yoosu <3
ya lei el que me faltaba, que hermoso jeje, esos dos, ese MIn que no se lo podia sacar de la cabeza, fue muy lindo que Hayami haya viajado a vero, en serio ya ni el mismo se aguantaba creo ohh el amor el amor, que hermosos estos dos aun y cuando reniegue Min a veces, si que lo necesita :D muy buenos todos, debo decirlo, jeje, me encantan este tipo de drables, escritos por ti por supuesto cada pareja es unica y como los amo en serio jeje, gracias por esto, en verdad hermoso feli
ResponderEliminarestuvo muy genial todos ... aunque mis favoritos siempre seran los Yoosu .. y un tanto el Hayamin :3 .Muchas gracias Feli ,espero con ansias mas y tambien istar.
ResponderEliminarjljflasjfsl y a habia leido los demas.. el ultimo del HAYAMIN fue tierno ahhh .. es aman y sufren x la distancia.. pero un beso les dice que tienen que arriesgarse a se felices juntos ♥
ResponderEliminarQue bueno verlos aquí en el Blog, ToT el de HayaMin "Inmersos en la letra de una canción" fue tan hermoso también, waaaaaa pobres, la distancia llega a ser tan dura, pero ellos se quieren ToT, Hayami fue hasta allá ToT, waaaaaaaaaaaa me hizo llorar, fue tan hermoso.
ResponderEliminarLos releeré *O*, me gustaron tanto ♥_♥
oohhh me encantaron, sobre todo los de yoosu, tan babos y lindos que son. hermosas historias. Saludos y gracias por regalarnos lectura para nuestros corazones.
ResponderEliminarWoooo me encantaron Ijdbwlxalcow
ResponderEliminaruno de los que mas e gusto fue el YunJae iniciado por el Uke... Joder jaeee Odowoshzgdisue me mori
El yoosu tan bello, me dio penita que el baby llorara TT-TT :c
El ultimo Hayamin fue tan tierno *0* tambien me gusto el del alcohol xDD
Me gustaron mucho
Gracias~
Me encantoooooooo es tan genial, hermoso, divertido, las diferentes formas de dar ese primero, segundo beso, me encanto.
ResponderEliminarMuchas Gracias por compartirlo con nosotras. Saludos
Hola... realmente me parecieron geniales, mostraron muchos sentimientos... valentía, miedo... inocencia, sensualidad... añoranza y esperanza...
ResponderEliminarGracias por los fic...
Preciosos!!!!... sencillamente Preciosos <3 <3 <3 <3 <3
ResponderEliminarme encanto volver a leerlos y otros q no los había leído en tu face jeje, todos llenos de amor y el ultimo q se estreno aquí jeje me pareció de lo mas tiernos ver a min todo hecho bolas x no saber q hacer, como reaccionar ni como dejar de hacerle caso a sus sentimientos :/ , menos mal Hayami dio ese pequeño gran paso de viajar a buscarlo, tan solo eso se necesitaba para q Min simplemente se entregara a lo q le latía como loco en el corazón *u*
Gracias feli tu siempre compartiéndonos estas cositas tan hermosas =3
... y siiiii q bueno q retomaras ISTAR wiiiiii *w* n.n
Waaaaaa los ame!!!!!! Pero los que más me mataron fueron los de las canciones y el HayaMin que ya me tiene más que loka jajajajaja *^*
ResponderEliminarGracias Feli ^^ estaré esperando los capos finales de ISTAR :)
Cuídate!
*suspiro*
ResponderEliminarTan bellos todos ♥
Gracias ^^
Me encantaron ♥
ResponderEliminarestan preciosos , jajajjajaj me los imagino y me vuelvo tonta
Aunque Chami se niega , el japonesito lo trae loco
jajajjaj y el YooSu como que no uqeriendo ♥ xDD
jajajja pero si el YJ no pierde el timepo ~___~
wiii !!! muy lindos todos feli
gracias ♥
Me encantaron!!!!
ResponderEliminarjejej especialmente
ChangMin: No soy gay ¬///¬
Hayami: Pero tu novio sí *altanería desbordada*
>///< En verdad que amo esta pareja
Gracias por los drabbles me los goce mientras los leia ^o^