Me he tardado más de lo que esperaba en terminar esta parte, pero cm he vuelto al trabajo y que tuve por ahí un declive inspiracional, pues no ha podido ser antes ;D pero acá está, y además les aviso que habrá tercera parte~ see hay necesidad visto que la idea se ha alargado más de lo que quería xD así que no desesperen.
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ROYAL SERVICE
Parte 2
En cuanto los chicos estuvieron de vuelta
–lo cual por cierto fue muy tarde–, ChangMin encaró a Jaejoong anunciándole que
se marcharía de regreso a Seúl en el primer vuelo que pudiera reservar.
– Si de verdad tenías pensado irte, para
qué tenías que esperar a que regresáramos. Conociéndote esa habilidad tan
infructuosa de cero tacto, eras perfectamente capaz de llamarme desde el
aeropuerto a punto de abordar el avión; o peor aún, mandarme un texto con un
simple, “me largo, les veo en Seúl”…
– El pelioscuro trató de imitar la voz del morocho en la frase final, ignorando
deliberadamente todos esos gestos inconformes y las venitas en la sien a punto
de estallar en su amigo menor… – Por casualidad, ¿Hayami te gusta?
– ¡Por qué tenías que llegar a esa
conclusión! – Espetó con la cara roja. Altamente probable por molestia, pero
con la nada imperceptible posibilidad de que estuviese avergonzado también.
– Porque en dado caso no es el primer
hombre que te aborda, y que yo recuerde en las otras ocasiones mandabas al
diablo a cada uno si solo se atrevía en mirarte de alguna manera que te
incomodara.
– ¡Pues no me gusta! ¡Hayami no baka es
solo un tipo adinerado que tiene el ego por los cielos!
– Y tanto aspaviento y drama es porque en
realidad sí te gusta, ¿no es así? – Jaejoong sonrió con picardía. Y ChangMin
casi juraría que le salía humo por las orejas de tanto y tanto que le aumentaba
el enojo –la vergüenza también, pero decididamente no iba a aceptar eso delante
de nadie–.
– ¡Deja de decir que ese idiota me gusta!
– ¿Te gusta Hayami-kun? – Junsu preguntó
tras asomar su castaña cabellera por la puerta.
– ¡Por qué entras sin llamar! ¡Metiche!
– Tus gritos han puesto de mal humor a mi
Chunnie y todo el ánimo se le ha
enfriado… – El castaño pucheó lindamente, mientas que el pelioscuro reía por el
obvio sentido con que el chico hablaba.
– ¡Oh claro, y vienes a fastidiar mis
intentos de charla privada con Jaejoong porque le corté la inspiración a tu
pervertido novio para que conejearan! ¡verdad!
– Pues sí, puesto en los términos en los
que tú te entiendes mejor, ChangMin ah… – Admitió pestañeando inocentemente,
gesto que hizo al morocho simular una arcada de tanta dulzura que Junsu iba
derramando por ahí.
– ¡Dios mío! ¡Estoy rodeado de puro
descarado! ¡Por qué somos amigos! – Estalló. Acción que no hizo al castaño
cambiar su actitud aniñada, y que por ende sacaba más de sus casillas al
morocho.
– Jaejoong hyung, después de todo este
tiempo, yo tampoco entiendo cómo es que ChangMin es capaz de renegar con tanta
euforia siempre. ¿Eres frívolo o algo así?
– ¡Largo! ¡Fuera de aquí los dos! ¡Fuera! –
El morocho increpó fuera de sus cabales.
Pero Junsu insistía en que le diera una
respuesta, quizá que así lo entendía. Jaejoong afirmaba alguna que otra palabra
del castaño y agregaba sus propias interpretaciones acerca de la actitud arisca
del morocho; impaciente como nadie y con ese instinto asesino subiéndole por la boca del estómago, ChangMin terminó
empujándoles para que abandonaran su habitación. Estaba que tronaba de coraje,
impotencia… y tal vez, de vergüenza.
Una vez fuera, Jaejoong y Junsu se miraron
entre sí, suspiraron, encogieron los hombros y fueron a sus respectivas
habitaciones donde su respectiva pareja esperaban ya con serias inquietudes
acerca de todo el jaleo que han escuchado a ChangMin montarse.
– JaeBoo, perdóname.
– ¿Por qué?
– Fui yo quien te estuvo insistiendo en que
le pidieras a ChangMin que te ayudara. Por eso es que ese ingrato está aquí
dándote jaquecas.
– Pero Yunho ah… – Sonriendo, el pelioscuro
se acercó a su novio, que recién duchado se secaba el cabello ante el espejo
con una secadora. Le rodeó la cintura y besó su hombro con cariño… – No seas
babo, ChangMin está así porque realmente creo que Hayami-kun le mueve el piso.
– Pues supongo que a Hayami-kun no le es
indiferente, por la forma en que lo mira… – Observó el moreno, peinando algunos
mechones lacios con sus dedos mientras el aire caliente de la secadora hacía lo
propio y le adormecía ligeramente.
– También parece que le gusta sacarlo de
sus casillas. Aunque por lo que nos dijo Hiroyuki-san antes, parece que es
probable que sí le guste.
– Lo único que espero es que después de
este trabajo tuyo todos salgamos cuerdos, y vivos… – El moreno sonrió
honestamente divertido ante la idea de que esta situación con el cliente de su
novio y su amigo morocho llegue a tales niveles.
– Deja que te ayude con eso, Yunnie~ – Tomó
la secadora y continuó encargándose del cabello de su novio, peinándolo y
robando alguno que otro beso de labios del moreno, que medio adormecido por el
sopor del aire caliente y las caricias de su novio, está seguro de que si
Jaejoong no le activa en unos
minutos, caerá rendido sobre la cama. Venga, que le ha acompañado todo el día
haciendo compras de cosas que ni siquiera tenía idea fueran necesarias en una
cocina.
Por otro lado, Yoochun no andaba por los
términos de dar cabida al letargo, quería hacer el amor con Junsu, tenerle
entre sus brazos, retenido en la cama y jadeoso bajo su cuerpo, con esa cara
sonrojada mordiéndose los labios para que sus gemidos no salgan altos. Claro,
eso quería, pero cuando su castaño novio regresó de la habitación de ChangMin
le había marcado el alto que tanto
detestaba.
– No podemos hacer esas cosas cuando estamos en la casa de un
cliente de Jaejoong hyung, Chunnie.
– Pero si hace cinco minutos casi nos
desnudábamos~ – El pelinegro intentó de todo, hablarle bonito, besarle el
rostro, mimarle el cuello con besos y lametones distraídos, abracitos sumisos.
Pero nada, el castaño estaba decidido a no dejarle pasar más allá de sus
prendas.
– Hace cinco minutos casi se me había
olvidado que no estamos en un Hotel de lujo en alguna ciudad paradisíaca y
exótica; así que no insistas o le pediré a Hayami-kun que me permita usar el
sofá de su estancia.
– Baby, eso es ridículo… – Claro, el
pelinegro pensó que sería más lógico esperar otra habitación, además aquel palacio era bastante oriental como para
conformarse con un sofá.
– Solo mantén tus manos… mejor cada parte
de tu anatomía en una distancia prudente y no intentes correrme mano, Chun. O
en serio no vas a ponerme un dedo encima ni aún cuando regresemos a Seúl… –
Junsu advirtió. Y acá entre nos, pese a que Yoochun sabe que su novio es igual
que él de apasionado, le conoce la suficiente voluntad para cumplirle el
castigo.
– De acuerdo… – Bufó, optando por hacer
caso de las severas advertencias de su novio.
Irse a la cama a dormir junto a Junsu nunca
le había parecido tan sufrible.
Tremendo hombre –ángel cándido que pide a gritos ser mancillado, según
pensamientos obscenos del pelinegro– acostado a su lado, con ese cuerpazo que
le hace alucinar las más lujuriosas fantasías, y no poder siquiera abrazarle.
Era como para pensarse la posibilidad de un futón.
--//--
A primera hora del día ChangMin salió a
correr por los jardines del palacio.
Honestamente el paisaje era precioso, y el aire que se respiraba se sentía
diferente llenándole los pulmones por cada aspiración; aparte de eso se sentía
magnífico sentir el suave soplar acariciándole el rostro, jugando con sus
mechones y dejando una sensación sumamente agradable instalada en su vientre.
Era simplemente perfecto. Porque no había nadie por ahí alrededor que le
fastidiara el momento de ninguna manera. No le apetecían los besos empalagosos
entre Yoochun y Junsu, ni sus risitas cuando según ellos se ponían a ejercitar
también, porque siempre terminaban interrumpiendo la carrera para esconderse
por ahí en cualquier sitio medianamente privado para comerse a besos. ¡Si es
que el ejercicio no estaba hecho para parejas melosas como ellos dos! Y luego
estaban Jaejoong y Yunho, que aunque podían tener más control sobre sus
sentimientos –que por algo son maduros, no como el par de hormonales del YooSu
que más solo parecen tener lujuria en el pensamiento–, también terminaban
tonteando cuando salían juntos a correr, porque el moreno es un exagerado de
primera y teme que el pelioscuro tropiece hasta con su propia sombra. Sí, es
sobreprotector el hombre, pero el morocho sabe que al mayor de todos aquello le
fascina.
– Acabo de fastidiarme yo solo el momento.
ChangMin se quejó lanzando un bufido y
desacelerando la carrera, tratando de encauzar de nuevo sus pensamientos y
sacar de su cabeza cualquier cosa que tuviera que ver con sus amigos. Debería
aprovechar que está solo y contactar con su yo
interno, tener una charla madura con alguien razonable –lo cual puesto en
otras palabras es una muestra pura de egocentrismo de parte del morocho– y luego
regresar, tomar la ducha y un suculento desayuno, que el licuado de esa mañana
no hace más que calmar lo suficiente su apetito.
– Creía que eras más veloz.
La voz le llegó de improviso, pero ya tenía
aquel timbre socarrón y sobrado bien retenido en la memoria como para saber al
instante de quién se trata.
– No me digas que también corres por las
mañanas… – El morocho gruñó al mirar de soslayo al japonés corriendo a su
ritmo. Aceleró y por supuesto, el japonés también lo hizo… – No irás a joderme
el día de hoy también, ¿verdad?
– Tienes un humor tan amargo, ChangMin-kun.
Pero pienso que en ti eso es un toque encantador de personalidad… – El japonés
sonrió, y ni siquiera se molestó en disimular la mirada cuando volteó el rostro
para observar directamente la expresión avergonzada del morocho al recibir
aquel tipo de halago. Le extrañó sí, sin embargo, que no estallara con alguno
de esos comentarios sarcásticos que había soltado a diestra y siniestra el día
anterior… – Propongo una carrera de vuelta a la mansión, el ganador puede
pedirle lo que quiera al otro.
La propuesta le parecía al morocho
peligrosa, pero se tenía la suficiente confianza para salir victorioso, así que
aceptó. Minutos más tarde estaba más que arrepentido, enojado consigo mismo por
haber perdido ante el exasperante japonés.
– ¿Cómo
demonios fue que consiguió ganarme? Tengo los mejores tiempos de todos, superé
al mismo Yoochun que en algún momento era el más rápido de todos. Aunque eso
fue de recién que nos conocimos… – Admitió entrecerrando los ojos, curioso
de pronto del motivo por el cual el pelinegro había dejado de ser tan
deportista… – No estoy seguro de que sea
solo por lo de su asma, siempre lo ha controlado muy bien.
– ¿Tienes por costumbre pensar mientras te
duchas? ¿O es solo para no escuchar lo que te digo? – La voz del japonés,
socarrona y pícara, le hizo volver de golpe a la realidad.
A saber, tras la derrota en la carrera,
ChangMin recibió por castigo obedecer
en todo lo que el japonés quisiera hasta el día de su cumpleaños. El morocho
farfulló maldiciones al por mayor, pero como hombre de palabra que admite sus
derrotas, no tuvo más remedio que cumplir. Así inició su forzada rutina como mayordomo
de Hayami. Igual que el día anterior, tuvo que preparar el desayuno para Hayami
–baka–, luego le preparó el cuarto de
baño, pero no conforme con eso, el japonés le ha arrastrado a quedarse ahí para
tallarle la espalda.
– De
todas maneras cómo sabía que estaba pensando en lugar de prestarle atención.
Bueno, es lógico si permanezco aquí callado sin hacer nada.
Con las mejillas ruborizadas, el morocho se
dispuso a hacer lo que se le había pedido por principio de cuentas, se sentó en
el borde de la tina y tomando esponja vertió jabón líquido sobre ella para
tallar la espalda del anfitrión. Pero camino hacia su objetivo la mano del
morocho se paralizó, los ojos cafés de ChangMin admiraron la ancha espalda del
japonés, tragando hondo al percatarse de lo masculina que luce aquella parte de
la anatomía de Mokomichi, la tersa piel tostada moteada de espuma aquí o allá,
húmeda con algunas gotas de agua jabonosa resbalando por todas partes, y del
oscuro cabello castaño cayendo finas gotas que se unían al resto de ellas
cuesta abajo en nuca y hombros.
– ¡Maldición!
¡Por qué sigo pensando que es atractivo!
– ¿Sigues pensando en no sé qué cosas,
ChangMin-kun?
Sacado abruptamente de sus pensamientos, el
morocho gruñó en afán de hacer notar indiferencia y dejó caer su mano sobre los
omóplatos del japonés comenzando a tallar, algo rudamente, pero sin recibir
ninguna queja de parte del mayor de los dos. Cuando notó la piel tostada
ligeramente irritada tuvo un chispazo de culpa, así que declinó ser malvado con
el japonés y talló condescendientemente. Los movimientos circulares de la
esponja sorprendieron a Hayami, siguió jabonando sus brazos y sus piernas,
francamente curioso del motivo por el cual el morocho de pronto se portaba tan
amable, él que ya se había hecho a la idea de soportarle estoicamente su mal
humor. En cuestión de un minuto aquellos movimientos se convirtieron para el
japonés en una cálida sensación que simulaba caricias, la esponja ya había
tallado toda su espalda, pero no conforme con ello de repente se colaba al
frente acariciándole más allá de los hombros hasta la altura de su pecho, y
después, sin que lo hubiera previsto, la esponja desapareció dejando en su
lugar solamente a un par de manos jabonosas que acariciaban su piel en sutiles
caricias.
El letargo cautivó a ambos muchachos sin
que se diesen cuenta. El vapor de la ducha, y el silencio probablemente eran
los culpables. Tal vez también las sensaciones que se generaban cuando estaban
juntos. No, claro que no se conocen, están en vías de hacerlo, a Hayami nada
más de verlo hizo su corazón latir frenético porque le resultó atractivo y
diferente a cualquier otro chico que hubiera conocido en su vida; y ChangMin
pues, él no sabe qué sucede con su cuerpo que se pone tenso de nervios –que la
molestia y las vergüenzas son solo consecuencias– ni por qué su corazón decide
latir a tropel o por qué su mente concluye que este hombre es atractivo.
– Y
arrogante. Baka. – Se dijo, frunciendo el ceño y cayendo en cuenta de lo
que sus manos hacen, masajeando la base de la nuca del japonés mientras el
susodicho suspira relajado, disfrutando de sus serviciales atenciones… – ¡Mierda! – Maldijo por lo bajo, apartando
sus manos de tajo como si de pronto el tacto con la piel del japonés le hubiese
quemado.
– ¿Por qué paras? – La voz áspera del
japonés le hizo sentir un pinchazo en el vientre. Hayami giró el rostro
buscando la mirada del morocho, cuando se topó con aquellos ojos chispeando algo
que no logró descifrar se percató también del sonrojo que cubría las morenas
mejillas.
– He cumplido con tallar tu espalda, ahora
te dejo para que termines… – Murmuró rápido, levantándose con la intención de
marcharse. Pero la mano del japonés rodeó con firmeza su antebrazo antes de que
pudiera dar más de un paso… – ¿Qué? Ni creas que voy a secarte también… – Le
gruñó en automático, más como mecanismo de defensa ante sus bochornosos
pensamientos.
– ¿Crees que el amor a primera vista sea
posible?
– ¿Q-qué? ¡Qué mierda me preguntas eso a
mí!
– ¿Alguna vez te has enamorado al menos?
– ¡No te incumbe! – Exclamó demasiado
avergonzado, seguro de que el rostro se le ha puesto colorado y con ese
pensamiento de trágame tierra
rondándole la cabeza… – Voy a ducharme a mi habitación.
No tiene idea del motivo por el que tuvo
que excusarse, pero cuando salió prácticamente corriendo de allí, Hayami sonrió
satisfecho. Definitivamente no le era indiferente al morocho, pese a que no ha
hecho más que molestarlo parecía ceder a cierta atracción, al menos física.
--//--
Tras su regreso de la ciudad, los chicos se
extrañaron al no ver a ChangMin por allí refunfuñando por haberse quedado otra
vez solo con Hayami. De hecho, se extrañaron de no verle a él tampoco por
ninguna parte.
– Hiroyuki-san, dónde cree que esté
Hayami-Kun.
– Me pidió que les avisara que estaría
cabalgando en los bosques. Le gusta hacerlo por las noches de vez en cuando.
Pero estará de vuelta antes de medianoche.
– Oh, ¿Y ChangMin estará con él?
– Sí, Jaejoong-san.
~*~
ChangMin se sentía agotado. Servir durante todo el tiempo por
segundo día consecutivo a Mokomichi le tenía así. Cabalgaba por detrás del
caballo del japonés sin querer establecer ninguna conversación con él, llevaba
todo el día así desde el incidente
matutino en la ducha, rehuyendo de los intentos del japonés por hablar; con
suerte hace cerca de media hora solo le había dicho que cabalgarían, lo guió a
las caballerizas y le presentó ante la yegua que monta.
– Ella
es Nishi. Es mi yegua favorita, me la regalaron mis padres cuando cumplí la
mayoría de edad, ha crecido saludable y bondadosa desde entonces. Se portará
bien contigo y ni siquiera tendrás que usar la fusta, con que tires de la
rienda hacia donde quieres ir será suficiente.
Cuando ChangMin pensó al respecto, se dio
cuenta de que Hayami trataba bien a sus animales, a sus empleados también. Y
aunque con él era un fastidioso y tenía esa personalidad sobrada de prepotencia
y egocentrismo, era agradable, paciente y maduro.
– ¡Maldición!
Sigo pensando este tipo de cosas… – Pensó con frustración.
Miró al frente y contempló la espalda de
Hayami, los movimientos al compás del trote de su caballo, un alazán hermoso a
decir verdad. Y sin embargo él se dejaba arrastrar por la visión del japonés
cabalgando, la forma en que su porte denotaba seguridad.
– Se
impone con facilidad. Nació para ser líder de todo en su vida. Lo envidio, tiene
don para ganarse el afecto y respeto. Yo ni siquiera soy muy tolerante.
– ChangMin-kun, mira la luna. Es hermosa,
¿no crees?
El morocho subió la mirada al firmamento,
admirando el astro plateado allí, rodeada de estrellas, reinando en el oscuro
cielo.
– Lo es.
– Tú eres como la luna, inalcanzable, con
una belleza peculiar; seduces con eso solamente.
ChangMin frenó el cabalgar de Nishi,
demasiado conmocionado por aquellas palabras. Mokomichi siguió adelante,
consciente de que el morocho no le seguía, palmeó el cuello de su caballo y
aceleró la carrera hasta perderse por un estrecho camino entre los árboles.
--//--
A la mañana siguiente ChangMin no quería
salir de su habitación, ni siquiera quería abandonar el refugio de su cama. Al
menos ahí, oculto bajo las mantas, podía hacer de cuenta que lo que dijera
Hayami la noche anterior no había causado un efecto importante en su persona. Pero
solo recordarlo hacía que se sonrojara, y a él estos reflejos de vergüenza
nunca le han agradado; le hacen sentir vulnerable a todos los fracasos y
dolores posibles al corazón. Tiene miedo de enamorarse.
Toc, toc llamaron a su puerta, refunfuñó y
fingió no escuchar el golpeteo. Dos veces se sucedieron, pero un minuto después
los pasos se alejaron de ahí sin más insistencia. Abandonó su cama y fue a
asearse, no podría hacer el tonto todo el día pues finalmente estaba aquí por
trabajo. Y ha perdido una apuesta la mañana anterior, así que si Hayami viene a
llamarle para que lo atienda, él no tendrá más opción que cumplir sus
indicaciones. Tras arreglarse, ChangMin finalmente salió, encontrándose con una
orquídea blanca a lado de su puerta.
– Es broma, ¿cierto? – Murmuró para sí,
tomando la flor con sus dedos y admirando su belleza. Él sabe, como muchas
otras cosas que ha leído solo por el hambre de conocimiento general, que las
orquídeas simbolizan seducción, sensualidad y belleza suprema. Y que
particularmente el color blanco expresa un amor puro e idealizado por la
persona amada… – Para ciertas personas una orquídea tiene un valor incluso más
romántico que un ramo de rosas rojas. ¿Hayami dejó esto para mí? – Agitó su
cabeza de lado a lado tras darse cuenta de sus palabras.
De cualquier manera entró a su alcoba y
colocó la orquídea en un vaso con agua que dejó sobre la mesa de noche junto a
su cama. Suspiró y se dirigió a la estancia. Como los días anteriores, sus
amigos no estaban allí, seguramente se han ido ya con Watanabe para comprar las
últimas cosas necesarias para el gran banquete que sería en un par de días,
pero Jaejoong tendría que comenzar a preparar algunos platillos desde entonces,
lo que implicaría trabajo para todos, ChangMin incluido.
– Hiroyuki-san, creí que estaría con mis
amigos en la ciudad.
– El joven Mokomichi ha ido particularmente
con ellos, me ha pedido que lo espere.
– ¿Hace cuánto se fueron ellos?
– Temprano, cerca de las siete. Llamé a su
puerta hace unos minutos pero usted no atendió, asumí que aún dormía.
– Fue usted quien llamó. La orquídea…
– La ha dejado Hayami-sama temprano antes
de irse con sus amigos.
Saberlo casi hizo sentir aliviado al
morocho. De solo imaginar que haya sido Watanabe quien la dejó le tensó. Pero saber
que ha sido Hayami, le hace sentir de alguna manera contento.
– Vamos entonces a reunirnos con ellos. Seguramente
aún no volverán.
--//--
ChangMin se arrepentía –otra vez– de haber
decidido ir a la ciudad. Jaejoong y Junsu no paraban de decirle en susurros que
Hayami era un hombre muy atractivo y que él debía aprovechar la oportunidad si
es que el japonés le estaba insinuando algo.
– Ustedes dejen de decirme estupideces… – Espetó
más que molesto, avergonzado. Y es que Hayami no paraba de hablarle de su país,
de tomarle la mano y jalarle cerca, comprarle toda clase de comida y sonreír
emocionado… – Está siendo buen anfitrión solamente, o quizá luego me pedirá que
le de masajes o algo así.
– ¡ChangMin-kun, ven y mira! – El japonés
le hizo señas para que se acercara, estaban en un centro comercial y él le
indicaba que entraran a una tienda de mascotas.
El morocho gruñó pero avanzó sin mayor
indisposición hacia el japonés.
– Hacen tan bonita pareja… – Jaejoong dijo
con tono soñador. Yunho le dio la razón, aunque se preguntaba qué futuro
tendría una relación en la que ambos viven en países diferentes, de todas
maneras de momento no dijo nada para no romper la ilusión de su novio (casi
prometido).
– Sería fenomenal que en el banquete de su
cumpleaños Hayami-kun se le declarara a ChangMin… – Añadió Junsu con ojos
brillantes y sonriendo con emoción.
– No te emociones tanto Junsu ah, no
sabemos si los padres de Hayami-kun se tomarían algo así de buena manera.
– Eres matador de sueños, Chun… – Gimoteó
el castaño. Yoochun revoleó los ojos pero le abrazó con cariño pidiéndole que
no se enojara con él porque solo expresaba sus ideas.
Dentro de la tienda de mascotas, Hayami le
hablaba de sus recuerdos de infancia cuando todo lo que le pedía a sus padres
era un cachorro para jugar.
– Es verdad, ¿eres hijo único?
– Sí. Tú no, ¿verdad?
– Tengo una hermana. Y bueno, mis amigos
son como hermanos.
– Pero no les conoces desde la infancia, ¿o
sí?
– No.
– ¿Qué hacías para divertirte cuando eras
niño?
– Jugaba en la escuela con los amigos de
entonces. ¿Tú no tenías amigos en la escuela?
– Me eduqué con tutores privados. Mis padres
estaban todo el tiempo en viajes de negocios y no querían dejarme solo, así que
para no estar entrando y saliendo de las academias prestigiadas del país, les
acompañaba siempre y contrataban tutores ahí donde nos encontráramos para que
realizara mis estudios. La primera vez que fui a una escuela de verdad fue
cuando ingresé a la Universidad.
ChangMin no lo dijo, pero lejos de
parecerle impresionante se sintió triste por la infancia del japonés. A él le
había encantado su infancia, jugar con otros niños, regresar a casa con la ropa
sucia o los pantalones rasgados. Reír por las bromas que inventaban y hasta
molestar a las niñas tirándoles de sus coletas. Pero Hayami parecía no haber
tenido más contacto con otros de su edad durante aquellos años.
– ¿Por qué te quedaste callado?
– Pensaba.
– Se nota que te gusta hacerlo… – Señaló
con una sonrisa tranquila… – ¿Te gusta este cachorro?
– Es lindo… – El morocho acarició las
pequeñas orejillas peludas del can que el japonés había levantado en sus manos.
– Lo llevaré… – Dijo decidido, yendo hacia
los encargados para comprar al cachorro y saber todo lo necesario para cuidar
de él.
– Se compra todo lo que quiere, pero no sé
por qué verlo comprar un cachorro me parece tierno de su parte. ¡Allí voy de
nuevo pensando tonterías! – Se golpeó la frente con frustración, agradecido de
que el japonés no se haya enterado pues estaba bastante lejos como para
percatarse de sus sonrojos y reveses. Sin embargo, tuvo que admitir que este
sujeto francamente le movía el suelo bajo
sus pies.
Cuando Hayami volvió a su lado, el cachorro
dormitaba entre sus manos, ChangMin pensó que este hombre tenía alguna especie
de aura mágica con los animales para caerles bien y domarlos.
– Vamos, tus amigos deben estar
esperándonos.
– Oye, por qué me dejaste una orquídea en
la mañana.
– ¿No es obvio? – El japonés le sonrió,
otra vez como antes, con esa arrogancia suya que hacía al morocho fruncir el
ceño… – Apuesto a que te ha gustado.
– Para nada… – Gruñó por inercia, tratando
de ignorar en sus pensamientos el hecho de que la había dejado en su mesita de
noche.
– La próxima será de otro color, estoy
seguro de que conoces sus significados.
– No quiero que me regales orquídeas. Es…
vergonzoso y demasiado insolente de tu parte.
– Insolente por qué.
– No es agradable y ya… – Espetó acelerando
el paso y negándose en escuchar algo más de su parte.
--//--
Tras haber ignorado el resto del día a
Hayami al volver a la mansión, ChangMin esperó que a la mañana siguiente continuara
dejándole en paz. Pero una orquídea apareció temprano en su habitación. No, no
en su puerta como el día anterior, sino en la mesa de noche a lado de su cama. ¿Cuándo
entró Hayami? ChangMin no lo sabe, no sintió a nadie entrar y se ha despertado
sobre las seis de la mañana porque Jaejoong le ha dicho a todos que comenzarían
temprano a hacer algunos preparativos para los platillos del banquete.
La orquídea era color rosa, expresando su intención
de seducirle. Tener este conocimiento
puso en alerta todas las alarmas del morocho. Toc, toc, llamaron a su puerta, y
él por acto reflejo soltó la orquídea que había estado admirando de cerca, una
flor realmente hermosa. Cuando la vio en el suelo se sintió culpable, y con
cuidado –escuchando a su vez un segundo llamado a su puerta– la colocó junto a
la blanca del día anterior. Luego fue a abrir.
– Hayami-sama le solicita en su habitación.
– ¿Para qué?
– No es algo que me haya sido informado,
ChangMin-san.
Watanabe se marchó sin más, y el morocho
escuchó en las habitaciones de a lado a sus amigos comenzar el día. Jaejoong le
reprochaba a Yunho algo sobre haber olvidado encender la alarma del despertador
–al moreno solían pasarle ese tipo de cosas por despistado–; mientras que del
otro lado Junsu le recriminaba a Yoochun que le dolía horrores el trasero.
– No quiero saber detalles de eso… – Se
dijo para sí y mejor apuró sus pasos hacia la habitación del japonés. Llamó y
al instante Mokomichi abrió la puerta… – Hiroyuki-san dijo que me llamaste.
– Quiero tu opinión acerca de qué ropa
debería usar para el día del banquete.
– ¿Por qué yo?
– Porque quiero gustarte a ti.
ChangMin se sonrojó. Y pensó que mientras
Hayami siguiera actuando así, sería difícil para su corazón no enamorarse. Iba a
protestar y largarse de allí cuando el cachorro se acercó jugueteando con los
lazos de los pants holgados que se ha puesto. Entonces recordó que aunque le
sacaba de sus casillas, también le confundía como nunca ningún chico consiguió.
Gustarle. Tal vez ya lo hacía. No, se corrigió mentalmente a sí mismo. Ya le
gusta. Tan solo teme enamorarse.
Continuará……
Faafsaads *-----*
ResponderEliminaraaaaaahhhh q genial q genial!!!
ResponderEliminarhe muerto en verdad me encanta los detalles q Hayami tiene con Minnie... bueno el niño en si solo tiene miedo aq termine herido x eso a pesar dq le gusta hayami siempre lo trata d alejar siendo arisco...Minnie ah! hayami anda colado x ti...arriesgate ^^
esperare la prox parte ^^ Saludos
ChangMinie , no te resistas !!! Bien que quieres ser seducido por Hayami xD
ResponderEliminarMe encanto lo de las orquídeas, siempre me ha encantado lo de los significados
De los colores y tipos de flores *^* es muy interesante xD
MI AMORRRRRR DIOS MIO MUERO DE AMORRRRRR~~~~
ResponderEliminarEs que Hayami no puede ser mas lindo con ChangMinnie por que este se enojaria xDDD Amo como lo hace enojarrr xDDD Y ese "Porque quiero gustarte a ti." Me termino matando fue demasiadoooo jdfhadgfhasgdhfdahgdhfgadhgfhadgfhdagfhdahadgfhdahfadghfgadh♥
El YooSu tan sexoso como siempre xDDD y mi YunJae hermoso tan lindo y jshdjahsdhasjdhsajdhjsahdjashjdsajdajsdjsahd♥
Gracias Feli bella~ Lo ame con todo mi ser~~ *le lanza YS besho*
♥♥♥~~
ni para que decir.. CHANGMIN NO SOLO T GUSTA, YA ESTAS PROFUNDAMENTE ENAMORADO =D!!!!
ResponderEliminares que este hombre no puede ser mas lindo y caballeroso, es todo un principe y si pz Hayami tenia razon desde el comienzo, el chango no le es nada indiferente... me encanta cuando le saca de sus casillas y mas cuando le suelta asi nada mas lo que siente por el, dejandole sin habla, es tan romanticooo *u* ... y las orquideas >.< con eso qien no se enamora :3...
como siempre el YooSu tan deshinbido heheh y weno el YunJae haciendo gala de la pareja mas madura =)...
Gracias Feli beia ^^
asdfgasdfg
ResponderEliminarQue cosa tan romantica...Changmin se esta enamorando, pero aunque sea triste es verdad, no se como pueda funcionar esa relación... de lejos...presientoque Changmin terminara rendido a un Hayami por demás encantandor
Espero el otro cpaitulo :D
ohhh Changmin minnie como mas te digo, ejem te me estas enamorando, y no sabes lo lindo que es eso, muy muy lindo, aparte ohh que mas digo pues si Hayami sabe como hacerle para tenerte cerca, Jaejoong y Junsu te lo dice, ayy es que es tan lindo, el lindo caballero Hayami ahh que lindo, un lindo principe jeje, y que decir, no no esto esta demasiado bueno muchas gracias :D como amo leer aun asi tengo muchisimo atrasado jeje, ojala me pueda poner al corriente pronto, de verdad muchas gracias espero que Changmin termine aceptando sus sentimientos jeje
ResponderEliminarjojojojojojo que interesante hayani se gano el corazoncito de min con su forma de ser.... como me encantan los cachorros y como dices un hombre interesante con una mascota tan linda es de confianza.... el significado de las orquideas me encantan ya muero de curiosidad por saber cual le dara despues y que pasara en la fiesta..... matta ne
ResponderEliminar<3 yoosu <3
hahahahaha pobre Min no quiere aceptar lo que los otros dos ya confirmaron XD que el Hayami no baka le mueve el tapete XDD. Y Hayami no se deja intimidar y sigue cortejando al gruñon por que en verdad le gusto.
ResponderEliminarAww me encanta y quiero saber que mas pasaraaaaaa, muchas gracias por compartirlo con nosotras.
saludos
CM ya cayo en la garras hermoso el hayami ♥ me molesta porque esta avergonzado y para pensando en el... CM date un oportunidad y admite que quieres estar con hayami.. y como terminara todo esto... xq lo abra citado ahi ??. gracias x la historia y espero conti conti
ResponderEliminarOh Por Dios~ a Changminnie le gusta Hayami ^^ pero que hermoso, y las floores~ kyaaaa me tenian dando brinquitos por mi pieza, me dio risa que Changmin se sintiera culpable al botar la flor rosa. Hayami es tan directo, me mato con el "Porque quiero gustarte a ti" y ademas no es necesario, a Changmin ya le gusta el japones.
ResponderEliminarLo que quiero que pase es que Hayami lo corteje, Changmin caiga, se besen, tengan su momento de pasion y se queden juntitos viviendo su amor */*
Que bueno que tendra tres partes, en verdad me alegra mucho.
Gracias feli
waaaaaaaa~ lo ame!!! me encanta como Hayami va cortejando a Minnie *-*
ResponderEliminarsolo se muestra tal cual es y Minnie ya ha caido ante él~ ya quiero beso!!
gracias Feli~ esperé con ansias esta parte y ahora a esperar la tercera ^^
cuidate y que tengas una buena semana :)
Sayomon!!
Waaaaaaaaaaaaaaaaa que lindo es Hayami con él ♥_♥!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarJajajajajajajajajajaja Changmin no puede disimular que Hayami le mueve el piso *o*, jajajajajajajaja amo sus explosiones, no podía para de reír cuando dice "¡Por qué entras sin llamar! ¡Metiche!" jajajajajajajaja o cuando dice "¡Dios mío! ¡Estoy rodeado de puro descarado! ¡Por qué somos amigos!", jajajajajajaja fue demasiado gracioso n_n
Y que pierde la apuesta, jejejejejejejeje pobre todo va en su "contra", jajajajajajaja pero ahora si como dicen "no te preocupes, te va a gustar", jejejejejejejejeje es que Hayami es tan lindo con él, como busca enamorarlo *o*
Jajajajajajajajaj igual reí sin parar imaginando a Jae reclamándole a Yunho que no había puesto la alarma *o*, o a Junsu diciéndole a Yoochun que le dolía mucho su trasero, jajajajaja al final se el ratón se salio con la suya ;D
Waaaaaaaaaaaa quiero saber que más sigue ToT
Te agradezco tanto la actualización *o*
Oh que esta buenisimo esto!! Me encanta!! Ya me dejaste muy enganchada!! Ya quiero saber q es lo que pasa!! Gracias!!
ResponderEliminarT.T esta tan lindo!!! el temor de Changmin T.T dios espero que todo salga bien para esta nueva pareja... jeje el YunJae amoroso como siempre y el Yoosu derramando miel!!! los adoro!!! Gracias Feli
ResponderEliminarahh!!! Hayami es un hombre muy seductor pobre min xD
ResponderEliminarya quiero ver que tanto hace Hayami para tener a min junto a el (y q nunca lo deje xD)
*se muere* OMG~ Aquí la que se está enamorando de Hayami soy yo xDDDD ♥♥♥♥♥ jdsgshgdfs este par son unos hermosos! Y me matan ;w;
ResponderEliminarApenas pude leerlo antes de irme a dormir >w<
Mañana leo la ultima parte!
Gracias Feli TTwTT
Oh mi pobre y enamorado changmin *W* porque si estas enamorado y eso ya lo sabes ;D pero entiendo avces da miedo u.u , pero lo importante es hacerle frente a ese temor y disfrutar ese hermoso sentimiento no por temor vas a perder esa oportunidad *O*, me encanta los detalles de hayami hacia changmin , siempre me ha gustado esos pequeños pero significativos detalles, y los significados de las orquideas es ideal ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh me m,atan de amorsh ♥3♥
ResponderEliminargracias feli ;D me pasare al otro capo XDDDD
Hayami es un Amor~~ como Changmin puede resistirse tanto???...
ResponderEliminarpero Ya le Gusta!!!.... era tiempo q lo admitiera *w*... ahora solo falta q se deje llevar y ya <3.<3
Eso Hayami no baka, ve directo al grano, di que quieres que sea tuyo!!!
ResponderEliminar*0* que lindo detalle lo de las orquídeas!
ResponderEliminarHayami ya se enamoró??? porque a Changmin no le falta mucho para estarlo XD
Entre Istar y esto..... las emociones vuelan ajajja
ResponderEliminarme encantó el capitulo. Pobre Junsu y su trasero
Aaaaahhhhhh ya me acordé de este!!!!! Oh por Dioooos Por Dios por Diooooos!!!!! Este es el HayaMin que andaba buscando!!!! Solo le acordaba de la cabalgata!!!! Pero nunca leí el final y ahora sí que muero por saber!!!!! Ay es que como no caer redondito con Hayami si es un sol de hombre!!!??
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