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sábado, 17 de agosto de 2013

ROYAL SERVICE (Parte 2)



Me he tardado más de lo que esperaba en terminar esta parte, pero cm he vuelto al trabajo y que tuve por ahí un declive inspiracional, pues no ha podido ser antes ;D pero acá está, y además les aviso que habrá tercera parte~ see hay necesidad visto que la idea se ha alargado más de lo que quería xD así que no desesperen. 


~~//~~ * ~~\\~~
ROYAL SERVICE
Parte 2


En cuanto los chicos estuvieron de vuelta –lo cual por cierto fue muy tarde–, ChangMin encaró a Jaejoong anunciándole que se marcharía de regreso a Seúl en el primer vuelo que pudiera reservar.

– Si de verdad tenías pensado irte, para qué tenías que esperar a que regresáramos. Conociéndote esa habilidad tan infructuosa de cero tacto, eras perfectamente capaz de llamarme desde el aeropuerto a punto de abordar el avión; o peor aún, mandarme un texto con un simple, “me largo, les veo en Seúl”… – El pelioscuro trató de imitar la voz del morocho en la frase final, ignorando deliberadamente todos esos gestos inconformes y las venitas en la sien a punto de estallar en su amigo menor… – Por casualidad, ¿Hayami te gusta?

– ¡Por qué tenías que llegar a esa conclusión! – Espetó con la cara roja. Altamente probable por molestia, pero con la nada imperceptible posibilidad de que estuviese avergonzado también.

– Porque en dado caso no es el primer hombre que te aborda, y que yo recuerde en las otras ocasiones mandabas al diablo a cada uno si solo se atrevía en mirarte de alguna manera que te incomodara.

– ¡Pues no me gusta! ¡Hayami no baka es solo un tipo adinerado que tiene el ego por los cielos!

– Y tanto aspaviento y drama es porque en realidad sí te gusta, ¿no es así? – Jaejoong sonrió con picardía. Y ChangMin casi juraría que le salía humo por las orejas de tanto y tanto que le aumentaba el enojo –la vergüenza también, pero decididamente no iba a aceptar eso delante de nadie–.

– ¡Deja de decir que ese idiota me gusta!

– ¿Te gusta Hayami-kun? – Junsu preguntó tras asomar su castaña cabellera por la puerta.

– ¡Por qué entras sin llamar! ¡Metiche!

– Tus gritos han puesto de mal humor a mi Chunnie y todo el ánimo se le ha enfriado… – El castaño pucheó lindamente, mientas que el pelioscuro reía por el obvio sentido con que el chico hablaba.

– ¡Oh claro, y vienes a fastidiar mis intentos de charla privada con Jaejoong porque le corté la inspiración a tu pervertido novio para que conejearan! ¡verdad!

– Pues sí, puesto en los términos en los que tú te entiendes mejor, ChangMin ah… – Admitió pestañeando inocentemente, gesto que hizo al morocho simular una arcada de tanta dulzura que Junsu iba derramando por ahí.  

– ¡Dios mío! ¡Estoy rodeado de puro descarado! ¡Por qué somos amigos! – Estalló. Acción que no hizo al castaño cambiar su actitud aniñada, y que por ende sacaba más de sus casillas al morocho.

– Jaejoong hyung, después de todo este tiempo, yo tampoco entiendo cómo es que ChangMin es capaz de renegar con tanta euforia siempre. ¿Eres frívolo o algo así?

– ¡Largo! ¡Fuera de aquí los dos! ¡Fuera! – El morocho increpó fuera de sus cabales.

Pero Junsu insistía en que le diera una respuesta, quizá que así lo entendía. Jaejoong afirmaba alguna que otra palabra del castaño y agregaba sus propias interpretaciones acerca de la actitud arisca del morocho; impaciente como nadie y con ese instinto asesino subiéndole por la boca del estómago, ChangMin terminó empujándoles para que abandonaran su habitación. Estaba que tronaba de coraje, impotencia… y tal vez, de vergüenza.

Una vez fuera, Jaejoong y Junsu se miraron entre sí, suspiraron, encogieron los hombros y fueron a sus respectivas habitaciones donde su respectiva pareja esperaban ya con serias inquietudes acerca de todo el jaleo que han escuchado a ChangMin montarse.

– JaeBoo, perdóname.

– ¿Por qué?

– Fui yo quien te estuvo insistiendo en que le pidieras a ChangMin que te ayudara. Por eso es que ese ingrato está aquí dándote jaquecas.

– Pero Yunho ah… – Sonriendo, el pelioscuro se acercó a su novio, que recién duchado se secaba el cabello ante el espejo con una secadora. Le rodeó la cintura y besó su hombro con cariño… – No seas babo, ChangMin está así porque realmente creo que Hayami-kun le mueve el piso.

– Pues supongo que a Hayami-kun no le es indiferente, por la forma en que lo mira… – Observó el moreno, peinando algunos mechones lacios con sus dedos mientras el aire caliente de la secadora hacía lo propio y le adormecía ligeramente.  

– También parece que le gusta sacarlo de sus casillas. Aunque por lo que nos dijo Hiroyuki-san antes, parece que es probable que sí le guste.

– Lo único que espero es que después de este trabajo tuyo todos salgamos cuerdos, y vivos… – El moreno sonrió honestamente divertido ante la idea de que esta situación con el cliente de su novio y su amigo morocho llegue a tales niveles.

– Deja que te ayude con eso, Yunnie~ – Tomó la secadora y continuó encargándose del cabello de su novio, peinándolo y robando alguno que otro beso de labios del moreno, que medio adormecido por el sopor del aire caliente y las caricias de su novio, está seguro de que si Jaejoong no le activa en unos minutos, caerá rendido sobre la cama. Venga, que le ha acompañado todo el día haciendo compras de cosas que ni siquiera tenía idea fueran necesarias en una cocina.

Por otro lado, Yoochun no andaba por los términos de dar cabida al letargo, quería hacer el amor con Junsu, tenerle entre sus brazos, retenido en la cama y jadeoso bajo su cuerpo, con esa cara sonrojada mordiéndose los labios para que sus gemidos no salgan altos. Claro, eso quería, pero cuando su castaño novio regresó de la habitación de ChangMin le había marcado el alto que tanto detestaba.

– No podemos hacer esas cosas cuando estamos en la casa de un cliente de Jaejoong hyung, Chunnie.

– Pero si hace cinco minutos casi nos desnudábamos~ – El pelinegro intentó de todo, hablarle bonito, besarle el rostro, mimarle el cuello con besos y lametones distraídos, abracitos sumisos. Pero nada, el castaño estaba decidido a no dejarle pasar más allá de sus prendas.

– Hace cinco minutos casi se me había olvidado que no estamos en un Hotel de lujo en alguna ciudad paradisíaca y exótica; así que no insistas o le pediré a Hayami-kun que me permita usar el sofá de su estancia.

– Baby, eso es ridículo… – Claro, el pelinegro pensó que sería más lógico esperar otra habitación, además aquel palacio era bastante oriental como para conformarse con un sofá.

– Solo mantén tus manos… mejor cada parte de tu anatomía en una distancia prudente y no intentes correrme mano, Chun. O en serio no vas a ponerme un dedo encima ni aún cuando regresemos a Seúl… – Junsu advirtió. Y acá entre nos, pese a que Yoochun sabe que su novio es igual que él de apasionado, le conoce la suficiente voluntad para cumplirle el castigo.

– De acuerdo… – Bufó, optando por hacer caso de las severas advertencias de su novio.

Irse a la cama a dormir junto a Junsu nunca le había parecido tan sufrible. Tremendo hombre –ángel cándido que pide a gritos ser mancillado, según pensamientos obscenos del pelinegro– acostado a su lado, con ese cuerpazo que le hace alucinar las más lujuriosas fantasías, y no poder siquiera abrazarle. Era como para pensarse la posibilidad de un futón.

--//--

A primera hora del día ChangMin salió a correr por los jardines del palacio. Honestamente el paisaje era precioso, y el aire que se respiraba se sentía diferente llenándole los pulmones por cada aspiración; aparte de eso se sentía magnífico sentir el suave soplar acariciándole el rostro, jugando con sus mechones y dejando una sensación sumamente agradable instalada en su vientre. Era simplemente perfecto. Porque no había nadie por ahí alrededor que le fastidiara el momento de ninguna manera. No le apetecían los besos empalagosos entre Yoochun y Junsu, ni sus risitas cuando según ellos se ponían a ejercitar también, porque siempre terminaban interrumpiendo la carrera para esconderse por ahí en cualquier sitio medianamente privado para comerse a besos. ¡Si es que el ejercicio no estaba hecho para parejas melosas como ellos dos! Y luego estaban Jaejoong y Yunho, que aunque podían tener más control sobre sus sentimientos –que por algo son maduros, no como el par de hormonales del YooSu que más solo parecen tener lujuria en el pensamiento–, también terminaban tonteando cuando salían juntos a correr, porque el moreno es un exagerado de primera y teme que el pelioscuro tropiece hasta con su propia sombra. Sí, es sobreprotector el hombre, pero el morocho sabe que al mayor de todos aquello le fascina.

– Acabo de fastidiarme yo solo el momento.

ChangMin se quejó lanzando un bufido y desacelerando la carrera, tratando de encauzar de nuevo sus pensamientos y sacar de su cabeza cualquier cosa que tuviera que ver con sus amigos. Debería aprovechar que está solo y contactar con su yo interno, tener una charla madura con alguien razonable –lo cual puesto en otras palabras es una muestra pura de egocentrismo de parte del morocho– y luego regresar, tomar la ducha y un suculento desayuno, que el licuado de esa mañana no hace más que calmar lo suficiente su apetito.

– Creía que eras más veloz.

La voz le llegó de improviso, pero ya tenía aquel timbre socarrón y sobrado bien retenido en la memoria como para saber al instante de quién se trata.

– No me digas que también corres por las mañanas… – El morocho gruñó al mirar de soslayo al japonés corriendo a su ritmo. Aceleró y por supuesto, el japonés también lo hizo… – No irás a joderme el día de hoy también, ¿verdad?

– Tienes un humor tan amargo, ChangMin-kun. Pero pienso que en ti eso es un toque encantador de personalidad… – El japonés sonrió, y ni siquiera se molestó en disimular la mirada cuando volteó el rostro para observar directamente la expresión avergonzada del morocho al recibir aquel tipo de halago. Le extrañó sí, sin embargo, que no estallara con alguno de esos comentarios sarcásticos que había soltado a diestra y siniestra el día anterior… – Propongo una carrera de vuelta a la mansión, el ganador puede pedirle lo que quiera al otro.

La propuesta le parecía al morocho peligrosa, pero se tenía la suficiente confianza para salir victorioso, así que aceptó. Minutos más tarde estaba más que arrepentido, enojado consigo mismo por haber perdido ante el exasperante japonés.

¿Cómo demonios fue que consiguió ganarme? Tengo los mejores tiempos de todos, superé al mismo Yoochun que en algún momento era el más rápido de todos. Aunque eso fue de recién que nos conocimos… – Admitió entrecerrando los ojos, curioso de pronto del motivo por el cual el pelinegro había dejado de ser tan deportista… – No estoy seguro de que sea solo por lo de su asma, siempre lo ha controlado muy bien.

– ¿Tienes por costumbre pensar mientras te duchas? ¿O es solo para no escuchar lo que te digo? – La voz del japonés, socarrona y pícara, le hizo volver de golpe a la realidad.

A saber, tras la derrota en la carrera, ChangMin recibió por castigo obedecer en todo lo que el japonés quisiera hasta el día de su cumpleaños. El morocho farfulló maldiciones al por mayor, pero como hombre de palabra que admite sus derrotas, no tuvo más remedio que cumplir. Así inició su forzada rutina como mayordomo de Hayami. Igual que el día anterior, tuvo que preparar el desayuno para Hayami –baka–, luego le preparó el cuarto de baño, pero no conforme con eso, el japonés le ha arrastrado a quedarse ahí para tallarle la espalda.

De todas maneras cómo sabía que estaba pensando en lugar de prestarle atención. Bueno, es lógico si permanezco aquí callado sin hacer nada.

Con las mejillas ruborizadas, el morocho se dispuso a hacer lo que se le había pedido por principio de cuentas, se sentó en el borde de la tina y tomando esponja vertió jabón líquido sobre ella para tallar la espalda del anfitrión. Pero camino hacia su objetivo la mano del morocho se paralizó, los ojos cafés de ChangMin admiraron la ancha espalda del japonés, tragando hondo al percatarse de lo masculina que luce aquella parte de la anatomía de Mokomichi, la tersa piel tostada moteada de espuma aquí o allá, húmeda con algunas gotas de agua jabonosa resbalando por todas partes, y del oscuro cabello castaño cayendo finas gotas que se unían al resto de ellas cuesta abajo en nuca y hombros.

¡Maldición! ¡Por qué sigo pensando que es atractivo!

– ¿Sigues pensando en no sé qué cosas, ChangMin-kun?

Sacado abruptamente de sus pensamientos, el morocho gruñó en afán de hacer notar indiferencia y dejó caer su mano sobre los omóplatos del japonés comenzando a tallar, algo rudamente, pero sin recibir ninguna queja de parte del mayor de los dos. Cuando notó la piel tostada ligeramente irritada tuvo un chispazo de culpa, así que declinó ser malvado con el japonés y talló condescendientemente. Los movimientos circulares de la esponja sorprendieron a Hayami, siguió jabonando sus brazos y sus piernas, francamente curioso del motivo por el cual el morocho de pronto se portaba tan amable, él que ya se había hecho a la idea de soportarle estoicamente su mal humor. En cuestión de un minuto aquellos movimientos se convirtieron para el japonés en una cálida sensación que simulaba caricias, la esponja ya había tallado toda su espalda, pero no conforme con ello de repente se colaba al frente acariciándole más allá de los hombros hasta la altura de su pecho, y después, sin que lo hubiera previsto, la esponja desapareció dejando en su lugar solamente a un par de manos jabonosas que acariciaban su piel en sutiles caricias.

El letargo cautivó a ambos muchachos sin que se diesen cuenta. El vapor de la ducha, y el silencio probablemente eran los culpables. Tal vez también las sensaciones que se generaban cuando estaban juntos. No, claro que no se conocen, están en vías de hacerlo, a Hayami nada más de verlo hizo su corazón latir frenético porque le resultó atractivo y diferente a cualquier otro chico que hubiera conocido en su vida; y ChangMin pues, él no sabe qué sucede con su cuerpo que se pone tenso de nervios –que la molestia y las vergüenzas son solo consecuencias– ni por qué su corazón decide latir a tropel o por qué su mente concluye que este hombre es atractivo.

Y arrogante. Baka. – Se dijo, frunciendo el ceño y cayendo en cuenta de lo que sus manos hacen, masajeando la base de la nuca del japonés mientras el susodicho suspira relajado, disfrutando de sus serviciales atenciones… – ¡Mierda! – Maldijo por lo bajo, apartando sus manos de tajo como si de pronto el tacto con la piel del japonés le hubiese quemado.

– ¿Por qué paras? – La voz áspera del japonés le hizo sentir un pinchazo en el vientre. Hayami giró el rostro buscando la mirada del morocho, cuando se topó con aquellos ojos chispeando algo que no logró descifrar se percató también del sonrojo que cubría las morenas mejillas.

– He cumplido con tallar tu espalda, ahora te dejo para que termines… – Murmuró rápido, levantándose con la intención de marcharse. Pero la mano del japonés rodeó con firmeza su antebrazo antes de que pudiera dar más de un paso… – ¿Qué? Ni creas que voy a secarte también… – Le gruñó en automático, más como mecanismo de defensa ante sus bochornosos pensamientos.

– ¿Crees que el amor a primera vista sea posible?

– ¿Q-qué? ¡Qué mierda me preguntas eso a mí!

– ¿Alguna vez te has enamorado al menos?

– ¡No te incumbe! – Exclamó demasiado avergonzado, seguro de que el rostro se le ha puesto colorado y con ese pensamiento de trágame tierra rondándole la cabeza… – Voy a ducharme a mi habitación.

No tiene idea del motivo por el que tuvo que excusarse, pero cuando salió prácticamente corriendo de allí, Hayami sonrió satisfecho. Definitivamente no le era indiferente al morocho, pese a que no ha hecho más que molestarlo parecía ceder a cierta atracción, al menos física.

--//--

Tras su regreso de la ciudad, los chicos se extrañaron al no ver a ChangMin por allí refunfuñando por haberse quedado otra vez solo con Hayami. De hecho, se extrañaron de no verle a él tampoco por ninguna parte.

– Hiroyuki-san, dónde cree que esté Hayami-Kun.

– Me pidió que les avisara que estaría cabalgando en los bosques. Le gusta hacerlo por las noches de vez en cuando. Pero estará de vuelta antes de medianoche.

– Oh, ¿Y ChangMin estará con él?

– Sí, Jaejoong-san.

~*~

ChangMin se sentía agotado. Servir durante todo el tiempo por segundo día consecutivo a Mokomichi le tenía así. Cabalgaba por detrás del caballo del japonés sin querer establecer ninguna conversación con él, llevaba todo el día así desde el incidente matutino en la ducha, rehuyendo de los intentos del japonés por hablar; con suerte hace cerca de media hora solo le había dicho que cabalgarían, lo guió a las caballerizas y le presentó ante la yegua que monta.

Ella es Nishi. Es mi yegua favorita, me la regalaron mis padres cuando cumplí la mayoría de edad, ha crecido saludable y bondadosa desde entonces. Se portará bien contigo y ni siquiera tendrás que usar la fusta, con que tires de la rienda hacia donde quieres ir será suficiente.

Cuando ChangMin pensó al respecto, se dio cuenta de que Hayami trataba bien a sus animales, a sus empleados también. Y aunque con él era un fastidioso y tenía esa personalidad sobrada de prepotencia y egocentrismo, era agradable, paciente y maduro.

¡Maldición! Sigo pensando este tipo de cosas… – Pensó con frustración.

Miró al frente y contempló la espalda de Hayami, los movimientos al compás del trote de su caballo, un alazán hermoso a decir verdad. Y sin embargo él se dejaba arrastrar por la visión del japonés cabalgando, la forma en que su porte denotaba seguridad.

Se impone con facilidad. Nació para ser líder de todo en su vida. Lo envidio, tiene don para ganarse el afecto y respeto. Yo ni siquiera soy muy tolerante.

– ChangMin-kun, mira la luna. Es hermosa, ¿no crees?

El morocho subió la mirada al firmamento, admirando el astro plateado allí, rodeada de estrellas, reinando en el oscuro cielo.

– Lo es.

– Tú eres como la luna, inalcanzable, con una belleza peculiar; seduces con eso solamente.

ChangMin frenó el cabalgar de Nishi, demasiado conmocionado por aquellas palabras. Mokomichi siguió adelante, consciente de que el morocho no le seguía, palmeó el cuello de su caballo y aceleró la carrera hasta perderse por un estrecho camino entre los árboles.

--//--


A la mañana siguiente ChangMin no quería salir de su habitación, ni siquiera quería abandonar el refugio de su cama. Al menos ahí, oculto bajo las mantas, podía hacer de cuenta que lo que dijera Hayami la noche anterior no había causado un efecto importante en su persona. Pero solo recordarlo hacía que se sonrojara, y a él estos reflejos de vergüenza nunca le han agradado; le hacen sentir vulnerable a todos los fracasos y dolores posibles al corazón. Tiene miedo de enamorarse.

Toc, toc llamaron a su puerta, refunfuñó y fingió no escuchar el golpeteo. Dos veces se sucedieron, pero un minuto después los pasos se alejaron de ahí sin más insistencia. Abandonó su cama y fue a asearse, no podría hacer el tonto todo el día pues finalmente estaba aquí por trabajo. Y ha perdido una apuesta la mañana anterior, así que si Hayami viene a llamarle para que lo atienda, él no tendrá más opción que cumplir sus indicaciones. Tras arreglarse, ChangMin finalmente salió, encontrándose con una orquídea blanca a lado de su puerta.

– Es broma, ¿cierto? – Murmuró para sí, tomando la flor con sus dedos y admirando su belleza. Él sabe, como muchas otras cosas que ha leído solo por el hambre de conocimiento general, que las orquídeas simbolizan seducción, sensualidad y belleza suprema. Y que particularmente el color blanco expresa un amor puro e idealizado por la persona amada… – Para ciertas personas una orquídea tiene un valor incluso más romántico que un ramo de rosas rojas. ¿Hayami dejó esto para mí? – Agitó su cabeza de lado a lado tras darse cuenta de sus palabras.

De cualquier manera entró a su alcoba y colocó la orquídea en un vaso con agua que dejó sobre la mesa de noche junto a su cama. Suspiró y se dirigió a la estancia. Como los días anteriores, sus amigos no estaban allí, seguramente se han ido ya con Watanabe para comprar las últimas cosas necesarias para el gran banquete que sería en un par de días, pero Jaejoong tendría que comenzar a preparar algunos platillos desde entonces, lo que implicaría trabajo para todos, ChangMin incluido.

– Hiroyuki-san, creí que estaría con mis amigos en la ciudad.

– El joven Mokomichi ha ido particularmente con ellos, me ha pedido que lo espere.

– ¿Hace cuánto se fueron ellos?

– Temprano, cerca de las siete. Llamé a su puerta hace unos minutos pero usted no atendió, asumí que aún dormía.

– Fue usted quien llamó. La orquídea…

– La ha dejado Hayami-sama temprano antes de irse con sus amigos.

Saberlo casi hizo sentir aliviado al morocho. De solo imaginar que haya sido Watanabe quien la dejó le tensó. Pero saber que ha sido Hayami, le hace sentir de alguna manera contento.

– Vamos entonces a reunirnos con ellos. Seguramente aún no volverán.

--//--


ChangMin se arrepentía –otra vez– de haber decidido ir a la ciudad. Jaejoong y Junsu no paraban de decirle en susurros que Hayami era un hombre muy atractivo y que él debía aprovechar la oportunidad si es que el japonés le estaba insinuando algo.

– Ustedes dejen de decirme estupideces… – Espetó más que molesto, avergonzado. Y es que Hayami no paraba de hablarle de su país, de tomarle la mano y jalarle cerca, comprarle toda clase de comida y sonreír emocionado… – Está siendo buen anfitrión solamente, o quizá luego me pedirá que le de masajes o algo así.

– ¡ChangMin-kun, ven y mira! – El japonés le hizo señas para que se acercara, estaban en un centro comercial y él le indicaba que entraran a una tienda de mascotas.

El morocho gruñó pero avanzó sin mayor indisposición hacia el japonés.

– Hacen tan bonita pareja… – Jaejoong dijo con tono soñador. Yunho le dio la razón, aunque se preguntaba qué futuro tendría una relación en la que ambos viven en países diferentes, de todas maneras de momento no dijo nada para no romper la ilusión de su novio (casi prometido).

– Sería fenomenal que en el banquete de su cumpleaños Hayami-kun se le declarara a ChangMin… – Añadió Junsu con ojos brillantes y sonriendo con emoción.

– No te emociones tanto Junsu ah, no sabemos si los padres de Hayami-kun se tomarían algo así de buena manera.

– Eres matador de sueños, Chun… – Gimoteó el castaño. Yoochun revoleó los ojos pero le abrazó con cariño pidiéndole que no se enojara con él porque solo expresaba sus ideas.

Dentro de la tienda de mascotas, Hayami le hablaba de sus recuerdos de infancia cuando todo lo que le pedía a sus padres era un cachorro para jugar.

– Es verdad, ¿eres hijo único?

– Sí. Tú no, ¿verdad?

– Tengo una hermana. Y bueno, mis amigos son como hermanos.

– Pero no les conoces desde la infancia, ¿o sí?

– No.

– ¿Qué hacías para divertirte cuando eras niño?

– Jugaba en la escuela con los amigos de entonces. ¿Tú no tenías amigos en la escuela?

– Me eduqué con tutores privados. Mis padres estaban todo el tiempo en viajes de negocios y no querían dejarme solo, así que para no estar entrando y saliendo de las academias prestigiadas del país, les acompañaba siempre y contrataban tutores ahí donde nos encontráramos para que realizara mis estudios. La primera vez que fui a una escuela de verdad fue cuando ingresé a la Universidad.

ChangMin no lo dijo, pero lejos de parecerle impresionante se sintió triste por la infancia del japonés. A él le había encantado su infancia, jugar con otros niños, regresar a casa con la ropa sucia o los pantalones rasgados. Reír por las bromas que inventaban y hasta molestar a las niñas tirándoles de sus coletas. Pero Hayami parecía no haber tenido más contacto con otros de su edad durante aquellos años.

– ¿Por qué te quedaste callado?

– Pensaba.

– Se nota que te gusta hacerlo… – Señaló con una sonrisa tranquila… – ¿Te gusta este cachorro?

– Es lindo… – El morocho acarició las pequeñas orejillas peludas del can que el japonés había levantado en sus manos.

– Lo llevaré… – Dijo decidido, yendo hacia los encargados para comprar al cachorro y saber todo lo necesario para cuidar de él.

– Se compra todo lo que quiere, pero no sé por qué verlo comprar un cachorro me parece tierno de su parte. ¡Allí voy de nuevo pensando tonterías! – Se golpeó la frente con frustración, agradecido de que el japonés no se haya enterado pues estaba bastante lejos como para percatarse de sus sonrojos y reveses. Sin embargo, tuvo que admitir que este sujeto francamente le movía el suelo bajo sus pies.

Cuando Hayami volvió a su lado, el cachorro dormitaba entre sus manos, ChangMin pensó que este hombre tenía alguna especie de aura mágica con los animales para caerles bien y domarlos.

– Vamos, tus amigos deben estar esperándonos.

– Oye, por qué me dejaste una orquídea en la mañana.

– ¿No es obvio? – El japonés le sonrió, otra vez como antes, con esa arrogancia suya que hacía al morocho fruncir el ceño… – Apuesto a que te ha gustado.

– Para nada… – Gruñó por inercia, tratando de ignorar en sus pensamientos el hecho de que la había dejado en su mesita de noche.

– La próxima será de otro color, estoy seguro de que conoces sus significados.

– No quiero que me regales orquídeas. Es… vergonzoso y demasiado insolente de tu parte.

– Insolente por qué.

– No es agradable y ya… – Espetó acelerando el paso y negándose en escuchar algo más de su parte.

--//--


Tras haber ignorado el resto del día a Hayami al volver a la mansión, ChangMin esperó que a la mañana siguiente continuara dejándole en paz. Pero una orquídea apareció temprano en su habitación. No, no en su puerta como el día anterior, sino en la mesa de noche a lado de su cama. ¿Cuándo entró Hayami? ChangMin no lo sabe, no sintió a nadie entrar y se ha despertado sobre las seis de la mañana porque Jaejoong le ha dicho a todos que comenzarían temprano a hacer algunos preparativos para los platillos del banquete.

La orquídea era color rosa, expresando su intención de seducirle. Tener este conocimiento puso en alerta todas las alarmas del morocho. Toc, toc, llamaron a su puerta, y él por acto reflejo soltó la orquídea que había estado admirando de cerca, una flor realmente hermosa. Cuando la vio en el suelo se sintió culpable, y con cuidado –escuchando a su vez un segundo llamado a su puerta– la colocó junto a la blanca del día anterior. Luego fue a abrir.

– Hayami-sama le solicita en su habitación.

– ¿Para qué?

– No es algo que me haya sido informado, ChangMin-san.

Watanabe se marchó sin más, y el morocho escuchó en las habitaciones de a lado a sus amigos comenzar el día. Jaejoong le reprochaba a Yunho algo sobre haber olvidado encender la alarma del despertador –al moreno solían pasarle ese tipo de cosas por despistado–; mientras que del otro lado Junsu le recriminaba a Yoochun que le dolía horrores el trasero.

– No quiero saber detalles de eso… – Se dijo para sí y mejor apuró sus pasos hacia la habitación del japonés. Llamó y al instante Mokomichi abrió la puerta… – Hiroyuki-san dijo que me llamaste.

– Quiero tu opinión acerca de qué ropa debería usar para el día del banquete.

– ¿Por qué yo?

– Porque quiero gustarte a ti.

ChangMin se sonrojó. Y pensó que mientras Hayami siguiera actuando así, sería difícil para su corazón no enamorarse. Iba a protestar y largarse de allí cuando el cachorro se acercó jugueteando con los lazos de los pants holgados que se ha puesto. Entonces recordó que aunque le sacaba de sus casillas, también le confundía como nunca ningún chico consiguió. Gustarle. Tal vez ya lo hacía. No, se corrigió mentalmente a sí mismo. Ya le gusta. Tan solo teme enamorarse.


Continuará……

23 comentarios:

  1. aaaaaahhhh q genial q genial!!!
    he muerto en verdad me encanta los detalles q Hayami tiene con Minnie... bueno el niño en si solo tiene miedo aq termine herido x eso a pesar dq le gusta hayami siempre lo trata d alejar siendo arisco...Minnie ah! hayami anda colado x ti...arriesgate ^^
    esperare la prox parte ^^ Saludos

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  2. ChangMinie , no te resistas !!! Bien que quieres ser seducido por Hayami xD
    Me encanto lo de las orquídeas, siempre me ha encantado lo de los significados
    De los colores y tipos de flores *^* es muy interesante xD

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  3. MI AMORRRRRR DIOS MIO MUERO DE AMORRRRRR~~~~
    Es que Hayami no puede ser mas lindo con ChangMinnie por que este se enojaria xDDD Amo como lo hace enojarrr xDDD Y ese "Porque quiero gustarte a ti." Me termino matando fue demasiadoooo jdfhadgfhasgdhfdahgdhfgadhgfhadgfhdagfhdahadgfhdahfadghfgadh♥
    El YooSu tan sexoso como siempre xDDD y mi YunJae hermoso tan lindo y jshdjahsdhasjdhsajdhjsahdjashjdsajdajsdjsahd♥
    Gracias Feli bella~ Lo ame con todo mi ser~~ *le lanza YS besho*
    ♥♥♥~~

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  4. ni para que decir.. CHANGMIN NO SOLO T GUSTA, YA ESTAS PROFUNDAMENTE ENAMORADO =D!!!!

    es que este hombre no puede ser mas lindo y caballeroso, es todo un principe y si pz Hayami tenia razon desde el comienzo, el chango no le es nada indiferente... me encanta cuando le saca de sus casillas y mas cuando le suelta asi nada mas lo que siente por el, dejandole sin habla, es tan romanticooo *u* ... y las orquideas >.< con eso qien no se enamora :3...

    como siempre el YooSu tan deshinbido heheh y weno el YunJae haciendo gala de la pareja mas madura =)...
    Gracias Feli beia ^^

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  5. asdfgasdfg

    Que cosa tan romantica...Changmin se esta enamorando, pero aunque sea triste es verdad, no se como pueda funcionar esa relación... de lejos...presientoque Changmin terminara rendido a un Hayami por demás encantandor

    Espero el otro cpaitulo :D

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  6. ohhh Changmin minnie como mas te digo, ejem te me estas enamorando, y no sabes lo lindo que es eso, muy muy lindo, aparte ohh que mas digo pues si Hayami sabe como hacerle para tenerte cerca, Jaejoong y Junsu te lo dice, ayy es que es tan lindo, el lindo caballero Hayami ahh que lindo, un lindo principe jeje, y que decir, no no esto esta demasiado bueno muchas gracias :D como amo leer aun asi tengo muchisimo atrasado jeje, ojala me pueda poner al corriente pronto, de verdad muchas gracias espero que Changmin termine aceptando sus sentimientos jeje

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  7. jojojojojojo que interesante hayani se gano el corazoncito de min con su forma de ser.... como me encantan los cachorros y como dices un hombre interesante con una mascota tan linda es de confianza.... el significado de las orquideas me encantan ya muero de curiosidad por saber cual le dara despues y que pasara en la fiesta..... matta ne

    <3 yoosu <3

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  8. hahahahaha pobre Min no quiere aceptar lo que los otros dos ya confirmaron XD que el Hayami no baka le mueve el tapete XDD. Y Hayami no se deja intimidar y sigue cortejando al gruñon por que en verdad le gusto.

    Aww me encanta y quiero saber que mas pasaraaaaaa, muchas gracias por compartirlo con nosotras.

    saludos

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  9. CM ya cayo en la garras hermoso el hayami ♥ me molesta porque esta avergonzado y para pensando en el... CM date un oportunidad y admite que quieres estar con hayami.. y como terminara todo esto... xq lo abra citado ahi ??. gracias x la historia y espero conti conti

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  10. Oh Por Dios~ a Changminnie le gusta Hayami ^^ pero que hermoso, y las floores~ kyaaaa me tenian dando brinquitos por mi pieza, me dio risa que Changmin se sintiera culpable al botar la flor rosa. Hayami es tan directo, me mato con el "Porque quiero gustarte a ti" y ademas no es necesario, a Changmin ya le gusta el japones.
    Lo que quiero que pase es que Hayami lo corteje, Changmin caiga, se besen, tengan su momento de pasion y se queden juntitos viviendo su amor */*
    Que bueno que tendra tres partes, en verdad me alegra mucho.
    Gracias feli

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  11. waaaaaaaa~ lo ame!!! me encanta como Hayami va cortejando a Minnie *-*
    solo se muestra tal cual es y Minnie ya ha caido ante él~ ya quiero beso!!

    gracias Feli~ esperé con ansias esta parte y ahora a esperar la tercera ^^

    cuidate y que tengas una buena semana :)

    Sayomon!!

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  12. Waaaaaaaaaaaaaaaaa que lindo es Hayami con él ♥_♥!!!!!!!!!!!!!!!

    Jajajajajajajajajajaja Changmin no puede disimular que Hayami le mueve el piso *o*, jajajajajajajaja amo sus explosiones, no podía para de reír cuando dice "¡Por qué entras sin llamar! ¡Metiche!" jajajajajajajaja o cuando dice "¡Dios mío! ¡Estoy rodeado de puro descarado! ¡Por qué somos amigos!", jajajajajajaja fue demasiado gracioso n_n

    Y que pierde la apuesta, jejejejejejejeje pobre todo va en su "contra", jajajajajajaja pero ahora si como dicen "no te preocupes, te va a gustar", jejejejejejejejeje es que Hayami es tan lindo con él, como busca enamorarlo *o*

    Jajajajajajajajaj igual reí sin parar imaginando a Jae reclamándole a Yunho que no había puesto la alarma *o*, o a Junsu diciéndole a Yoochun que le dolía mucho su trasero, jajajajaja al final se el ratón se salio con la suya ;D

    Waaaaaaaaaaaa quiero saber que más sigue ToT

    Te agradezco tanto la actualización *o*

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  13. Oh que esta buenisimo esto!! Me encanta!! Ya me dejaste muy enganchada!! Ya quiero saber q es lo que pasa!! Gracias!!

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  14. T.T esta tan lindo!!! el temor de Changmin T.T dios espero que todo salga bien para esta nueva pareja... jeje el YunJae amoroso como siempre y el Yoosu derramando miel!!! los adoro!!! Gracias Feli

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  15. ahh!!! Hayami es un hombre muy seductor pobre min xD

    ya quiero ver que tanto hace Hayami para tener a min junto a el (y q nunca lo deje xD)

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  16. *se muere* OMG~ Aquí la que se está enamorando de Hayami soy yo xDDDD ♥♥♥♥♥ jdsgshgdfs este par son unos hermosos! Y me matan ;w;
    Apenas pude leerlo antes de irme a dormir >w<
    Mañana leo la ultima parte!
    Gracias Feli TTwTT

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  17. Oh mi pobre y enamorado changmin *W* porque si estas enamorado y eso ya lo sabes ;D pero entiendo avces da miedo u.u , pero lo importante es hacerle frente a ese temor y disfrutar ese hermoso sentimiento no por temor vas a perder esa oportunidad *O*, me encanta los detalles de hayami hacia changmin , siempre me ha gustado esos pequeños pero significativos detalles, y los significados de las orquideas es ideal ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh me m,atan de amorsh ♥3♥

    gracias feli ;D me pasare al otro capo XDDDD

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  18. Hayami es un Amor~~ como Changmin puede resistirse tanto???...

    pero Ya le Gusta!!!.... era tiempo q lo admitiera *w*... ahora solo falta q se deje llevar y ya <3.<3

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  19. Eso Hayami no baka, ve directo al grano, di que quieres que sea tuyo!!!

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  20. *0* que lindo detalle lo de las orquídeas!
    Hayami ya se enamoró??? porque a Changmin no le falta mucho para estarlo XD

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  21. Entre Istar y esto..... las emociones vuelan ajajja
    me encantó el capitulo. Pobre Junsu y su trasero

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  22. Aaaaahhhhhh ya me acordé de este!!!!! Oh por Dioooos Por Dios por Diooooos!!!!! Este es el HayaMin que andaba buscando!!!! Solo le acordaba de la cabalgata!!!! Pero nunca leí el final y ahora sí que muero por saber!!!!! Ay es que como no caer redondito con Hayami si es un sol de hombre!!!??

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”No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”
J.R.R. Tolkien