Título: SWEET, HOT AND TEMPTING
Autora: Felina
Pareja:
YooSu
Género:
Romance
Clasificación:
NC-18
Advertencia:
Lemon
Serie:
INCREDIBLE
Song:
Chocolate Girl
~*~
SWEET, HOT AND
TEMPTING
~*~
Mi chica chocolate
Espera, la luz
apenas parpadeó
Cuando la chica
deslumbrante caminando me pasó
Esa piel en tono
oscuro es realmente perfecto
Ella es como un
dulce chocolate
Espera, una esencia
dulce
¿Es chocolate
aplicado sobre ella? Es delicado
No me vuelvas loco,
pero hazme soñar más
Gentilmente toca la
punta de mi nariz, su dulce esencia
--//--
A Park Yoochun las invitaciones a fiestas
nunca le faltaban, pero aquella definitivamente escapaba a cualquier
expectativa que hubiese imaginado desde que su amiga le extendiera la cordial
invitación a presentarse. El concepto era extravagante por sí solo, máscaras y
disfraces eran la punta del iceberg; el ambiente misterioso con que la residencia
había sido decorada iba de capa en capa mostrando los más sutiles caprichos de
la artista.
El hombre de cabellos azabaches se había
esmerado en su atuendo, aunque no había buscado representar a ningún personaje
en particular. Los pantalones lisos en tono oscuro y la camiseta de seda en
color vino tinto eran vestiduras más que suficientes para realzar su atractivo
varonil. La máscara en tono dorado ocultaba la apariencia del peliazabache,
permitiéndole esa sensación de misterio que alimentaba su ego pues las miradas
de las féminas se posaban inmediatamente sobre él.
Caminó entre los invitados con aquel porte
seguro que cautivaba a su paso, sus seductoras sonrisas derretían los corazones
de las mujeres que captaban su mirada, y aquellas más atrevidas respondían con
insinuantes movimientos de apertura esperando ser abordadas. Pero Yoochun no
estaba interesado, su negruzca mirada continuaba paseándose por allí en busca
de algo que saliera de la rutinaria caza
a que estaba acostumbrado. Hoy no le apetecía ligar por ligar, no pretendía
conquistar a la más bella de las mujeres para que desfilara por su cama si de
todas maneras no iba a encontrar satisfacción entre sus piernas.
Fue entonces cuando le vio. La delicada
silueta sobre la que cayeron los reflectores en el escenario principal al fondo
del amplísimo jardín en que se llevaba a cabo aquella fiesta, tuvo la atención
de propios y extraños. Una figura hipnotizante que bailó con sensualidad al
ritmo de una melodía hechizante, sin embargo eso no era lo único que tenía
atrapada la mirada de todos, sino el hecho de que esta chica –aunque a la vista sus atributos anatómicos indicaran un
pecho más bien plano pero decantaran en una exuberante retaguardia que resecó
la garganta del peliazabache– estuviera danzando sobre una superficie de
chocolate líquido que ya había cubierto toda su piel.
– Te ha anonadado, eh Yoochun… - La mujer
en sus treinta de edad le llamó, y aunque obtuvo su atención a medias, no le
extrañó en absoluto que su amigo mantuviera su mirada al frente.
– ¿Quién es?... – Cuestiona con voz rasposa
y profunda. Su amiga sonrió al contemplar a la mayoría de sus invitados prendados
del espectáculo; mientras que otras miradas insistían más bien en captar la del
Casanova.
– Me encantaría responderte, pero parte de
su encanto es el anonimato. Sin embargo, eso no significa que tú tengas que
quedarte sin preguntarle directamente… – Ella apuesta por ello, sonríe
divertida y toma otra copa de vino junto a uno de esos bocadillos de chocolate
que degusta con parsimonia.
– Nam Kyu, eres mala, ¿sabías? – La risa
transparente de la artista no consiguió que el peliazabache apartara su mirada
del escenario, incluso si él deseaba acercarse mucho más y tocar aquella piel chocolate que seguía deslumbrando
con sus sensuales movimientos de cadera.
– Ten paciencia, cuando termine su número
puedes ir y buscarle si quieres. Pero nada de intentar sobrepasarte, Park… – La
mujer sonrió y dando un trago a su copa decidió acercarse a otros de sus
invitados para conversar. Y también para derrumbar las ilusiones de muchas que
todavía esperaban que su amigo se les acercara.
Cuando la
chica chocolate deslizó sus gráciles pasos fuera del escenario, el
peliazabache no dudó en colarse detrás, siguiendo la delgada silueta por los
jardines hasta el interior de la Mansión. Las marcas de las pisadas dejaban una
estela de chocolate sobre el pasto, acción que deslizó en los gruesos labios de
Yoochun una sonrisa pícara; además había en el aire ese aroma a chocolate que
le embriaga con su seductor olor, se mezclaban allí los olores de la almendra y
la vainilla, incluso de café. Un exquisito cóctel que saboreó en el paladar.
– Perfección.
Park dijo para sí, embobado ante la vista
que se le presentó voluntaria y
oportunamente cuando la chica
chocolate se inclinó por una toalla que probablemente él mismo dejara a la
entrada en el patio para limpiar sus pies antes de entrar y ensuciar el fino
piso del interior de la casa; Yoochun le siguió ignorando a esas otras personas
que le pasaron por el lado probablemente dirigiéndose a sus propias tareas para
sumar sus actividades al entretenimiento de los invitados de su amiga. Vio a su
chica chocolate entrar en una
habitación y ahí se quedó esperando a un lado el momento en que tal belleza
asomara su rostro y él tuviese su oportunidad para abordarle y conseguir al
menos, un nombre y su número telefónico.
Jugueteó con los bordes de su máscara,
preguntándose si sería mejor conservarla o sacársela al abordar a esta nueva
conquista. Sonrió presuntuoso y lamió sus labios en un gesto inconsciente al
pensar simplemente en besar tan prodigiosa boca, incluso imaginó con cierto descaro
lo que sería ayudar a limpiar todo ese chocolate en la piel de esta chica. Fantaseó con la tersa piel y
los aterciopelados labios, el dulce aroma y el delicioso sabor al tacto de su
lengua indecorosa.
Alcanzó entonces a escuchar el correr de
agua, supuso que la chica chocolate
había entrado finalmente en la ducha, que todo el dulce iría despojando la
desnuda piel descubriendo la infinita tersura de tal ente sensual. Se concentró
en aquel sonido pero pronto su oído captó el tararear de una canción desconocida
para él. El ritmo era contagioso y pegajoso, invitaba a su cuerpo a buscarle
cierto baile provocativo, a pensar que es aquella figura la que se mueve pegada
a él, dejándole sentir su calor y las ondas sexys de la curvatura de su
anatomía. La voz sonaba angelical, y él solo podía controlarse por no invadir
la habitación y profanar directamente aquella criatura que le ha atrapado en un
hechizo que nunca antes ninguna mujer le inspiró.
Finalmente el agua dejó de correr, pero el
tarareo de canciones continuaba allí, la voz se escuchaba más cerca –y menos
femenina– conforme los minutos pasaban. Y finalmente…
– Disculpa…
– ¿Sí?
Park se quedó pasmado al caer en cuenta de
que esta criatura que le prestaba atención no era una chica, sino un chico.
Parpadeó confundido y boqueó como pez fuera del agua, incrédulo ante la silueta
que se plantaba ante él. El chico de cabellos castaños y ojos color chocolate
–vaya las coincidencias de la vida– le sostenía la mirada esperando que dijera
algo. Pero Yoochun seguía prendado de esta –divina– confusión, la nariz
respingada, los carnosos labios rosados, el largo cuello, el torso delgado, las
piernas largas y firmes cubiertas por esos pantalones blancos que se entallan a
su anatomía, la sencilla camiseta negra de red que demarca su delicada silueta.
Oh sí, no es una chica, pero es el chico más apuesto que sus orbes negras hayan
visto jamás.
– Soy Park Yoochun, ¿eras tú quien bailaba en
el chocolate?
– Sí. Pero hice este trabajo para Nam Kyu
como un favor especial. No me dedico a esto, hyung… – La respuesta directa del
chico solo consiguió que el interés del peliazabache aumentara… – Si me
disculpa, tengo que irme.
– ¡Espera! Te he dado mi nombre, ¿no me
darás el tuyo? – Inquirió torciendo una de esas sonrisas que siempre conseguían
lo que quería de las mujeres.
– Jamás se lo pedí, y nunca dije que en
correspondencia ofrecería el mío, hyung… – El castaño le sonrió con cierto
atisbo de coquetería, se peinó los mechones sobre la frente en un gesto casual
pero encantador que atrapó la mirada del peliazabache.
– Lo que hiciste allá afuera fue… ¡Wow! El
espectáculo más sensual que haya visto nunca. Solo quiero saber a quién
felicitar apropiadamente.
El flirteo le resultó al castaño más que
obvio, y aunque él no era un chico que se dejase arrastrar por los coqueteos de
un perfecto extraño, algo en este hombre en particular le atraía. Sí,
probablemente esos ojos negros tan brillantes y profundos de los que no podía
sacar su vista.
– Te diré mi nombre… – El castaño se mordió
el labio inferior sintiendo un calorcito en sus mejillas que amenazaban con
tratarse de un inadvertido rubor… – Tu móvil… – El peliazabache le extendió su
teléfono, feliz de que obtendría su nombre y número… – Ven mañana, a las ocho.
Nos vemos, Park Yoochun.
Cuando el castaño se dio media vuelta
apurando sus pasos a la salida y mezclándose con el resto de personal que
estaba por ahí moviéndose en lo suyo para cumplir su trabajo en la fiesta, el
peliazabache leyó en su móvil no un nombre ni mucho menos un número de
teléfono, sino una dirección.
--//--
Mi chica chocolate
Me siento como
soñando, estoy un poco asustado
Miro hacia ella en
un aturdimiento y estoy tarde para mi cita
Espera, una dulce
esencia
¿Es chocolate
aplicado sobre ella? Es delicado
No me vuelvas loco,
pero hazme soñar más
Gentilmente toca la
punta de mi nariz, su dulce esencia
--//--
– Tengo curiosidad por saber el motivo por
el que este hermoso chico me dio la dirección de una de tus galerías, Nam Kyu…
– Era temprano en día sábado, y el peliazabache todavía se preguntaba por qué
su chico chocolate le había ofrecido
una dirección y no un número de contacto.
La noche anterior se había marchado casi al
mismo tiempo que su misterioso chico
chocolate con la intención de encontrarle antes de que se marchara, sin
haber tenido éxito. Luego simplemente no había tenido razones para volver sobre
sus pasos y reintegrarse en la fiesta que aún era joven, sabía que podía
regresar y salir de allí con cualquier mujer que quisiera, pero en su cabeza
seguía viendo a este chico bañado en chocolate danzando con aquella sensualidad
tan natural.
– Me
encantaría responderte, de verdad. Pero si él no ha querido decirte nada más a
mí no me corresponde hacerlo.
– Él dijo que había hecho ese número como
un favor especial para ti, significa que tú le conoces, dime cómo se llama al
menos.
–
Mejor solo espera que sea de noche y cuando vayas a verle, se lo vuelves a
preguntar.
– Tal como siempre, eres mala Nam Kyu.
La artista rió al otro lado de la línea y
luego simplemente se despidió con un chao
que hizo resoplar frustrado al peliazabache.
--//--
– ¿Estás diciendo que este sujeto te gustó?
– ¡Sí! Y le pedí que fuera a verme a la
galería de Nam Kyu, hyung, ¿por qué hice eso?
– ¿Me lo preguntas a mí Junsu? No fui yo el
que devolvió el coqueteo concertando una cita… – El de cabellos oscuros rió
divertido por la expresión asustadiza del menor… – Vamos, si el tipo de gustó
debe ser por algo.
– Presiento que es uno de esos hombres que
solo van teniendo aventuras, y sabes que no me gusta la idea de convertirme en
un número más en la lista de algún conquistador.
– Dale tregua a la duda, Nam Kyu te dijo
que no era tan patán como para que no le dieses una oportunidad.
– Pero Nam Kyu como tú solo han intentado
conseguirme alguien para salir desde hace unas semanas. Ustedes no son
precisamente de fiar en estos momentos… – El castaño agudizó la mirada y se
dejó caer perezosamente en el sofá, acostándose a lo largo y abrazando
dramáticamente un cojín entre sus piernas… – Quieren que entregue mi tesoro a
cualquier tipo de buen ver.
– Exagerado… – El pelioscuro le palmeó las
rodillas… – Si no quieres abrirle las piernas a este sujeto no lo haces y ya.
Pero no te pongas en plan cobarde ahora, además ya habías aceptado ayudar a Nam
Kyu con otra de sus artísticas ideas.
– Jaejoong-hyung, ¿Yunho era todo un
Casanova antes?
– ¿Eh? – El joven sonrió al entender el
motivo del cuestionamiento… – Más bien era que muchas chicas querían con él,
pero mi Yunho siempre supo que era de preferencias diferentes, así que no, no
era un Casanova, tenía muchas amigas porque era fácil conversar con él con
absoluta libertad.
– Yoochun tenía toda la pinta de ser un
Casanova con amigas, ya sabes.
– Junsu ah, dale una oportunidad, si el
tipo no te convence simplemente no le vuelves a ver y ya.
– Es solo que… aunque solo lo vi algunos
minutos mientras bailaba y luego cuando esperaba fuera de la habitación, es tan
atractivo y no puedo sacármelo de la cabeza, tengo miedo de que resulte ser
solo un patán y derrumbe la ilusión que me generé. ¡Ese hombre desprende
sensualidad! ¡Y sus ojos son tan negros y atrayentes!
– Si el amor a primera vista existiera,
diría que fuiste flechado por uno, Junsu… – El castaño gimoteó enterrando su cara
contra el cojín ante el comentario de su amigo.
--//--
Presionó el claxon y maldijo en varios
idiomas el que justo a esta hora de la noche el tráfico estuviera atascando su
ruta hacia la galería de su amiga. Se le haría tarde y no tenía idea de a qué
hora su chico chocolate abandonaría
la galería. Llamó a Nam Kyu pero su móvil le mandó directo al buzón de voz, y
el teléfono particular de la galería tampoco le atendía.
– ¡Maldición! – Impactando sus manos contra
el volante, Park se tensó sintiéndose demasiado ansioso.
En cualquier otra ocasión perder la
oportunidad de conocer a alguien no le habría importado, de hecho muchas veces
había obtenido citas con hermosas mujeres, pero si se le hacía un poco tarde o
simplemente no tenía ganas, le daba igual no presentarse; incluso hubo
ocasiones en que no se presentó porque en su camino conocía a alguna otra chica
con la que ligar. Pero hoy, todo era diferente. De hecho lo era desde la noche
anterior cuando los reflectores iluminaron a tan hermosa criatura bañada en
chocolate. Yoochun tuvo el pensamiento acerca de esto como una obsesión, quizá
como un capricho puesto que solía tener a quien quisiera; pero había una parte
de sí que se sacudía contra su voluntad en una dirección muy diferente. Le
deseaba, claro que lo hacía, pero también imaginaba acciones tan sencillas como
tomar su mano o caminar a su lado por la playa en una noche bañada de
estrellas.
– Pensamientos románticos. Esto se me sale
de control.
Miró la hora en su reloj de muñeca, quince
minutos para las ocho y él aún se encontraba bastante retirado como para tener
esperanza en que el tráfico le permita llegar a buen tiempo. Resopló una vez
más y llevó su mano derecha a su cabeza, enterrando sus dedos entre sus
azabaches mechones, luchando contra sus pensamientos y ese deseo quemante que
le aturde todos los sentidos.
Respiró profundo y buscó la serenidad, bajó
el vidrio de su puerta y dejó que el aire fresco del exterior entrara para
acariciar su rostro. ¿Qué era esta clase de deseo? ¿Obsesión? ¿Capricho?...
Yoochun gruñó con desespero, drenarse el
cerebro en busca de respuestas no le calmaba ni solucionaba su actual problema.
Diez para las ocho y él no ha avanzado más que unos cuantos metros. El sonido
de los cláxones le abrumó y optó por buscar aparcar su auto a un lado,
corriendo por las calles tanto como sus piernas le respondieron.
Cuando llegó a la Galería, la locación
estaba vacía, pero del cuarto en que generalmente su amiga se quedaba a pintar
viajaba el aroma a chocolate. Yoochun sonrió inconscientemente al recordar la
imagen del castaño bailando sensualmente.
– Casi termino.
– Si tu amigo viene ahora, me encontrará
así Nam Kyu-ssi; debiste avisarme que tu idea tomaba tanto tiempo.
– No seas quejumbroso, te aseguro que a
Yoochun no le importará encontrarte así.
– Si es que viene.
– Vendrá, créeme… – Los pasos que la
artista escuchó en el pasillo le hicieron sonreír aún más.
Realmente no lo imaginó, pero estaba
contenta de que dos de sus mejores amigos tuvieran esta conexión aparentemente
cimentada en simple deseo por el otro, sin embargo tiene fé en ambos, porque
sabe que Junsu es un chico inocente que cree en el amor verdadero, sin
aventuras lujuriosas de por medio; y porque confía en que Yoochun a pesar de su
historia de conquistador, sepa apreciar los sentimientos más que el solo deseo
carnal.
– No estoy seguro de que deba disculparme
por llegar cinco minutos tarde… – La profunda voz del peliazabache se deslizó en
el salón sorprendiendo al castaño más no a la artista.
– Estoy terminando Yoochun, espera unos
minutos. En silencio… - Nam Kyu advirtió volviendo apenas la mirada para
sonreírle a modo de saludo, pero también con cierto atisbo de diversión.
Luego regresó su atención al castaño, quien
si tuviera su piel libre de aquellos trazos cubriéndole de pies a cabeza,
podría mostrar su sonrojo a los dos presentes. Park se recargó en el muro
aguardando el momento en que su chico
chocolate se desocupara de lo que parece otro favor especial para su amiga. Sin embargo mientras tanto se deleitó
la mirada con tan exquisita vista.
El castaño estaba sentado en una silla alta
de madera sin respaldo, la artista trazó unas últimas líneas en su rostro y
luego se apartó para admirar su obra de arte. El cuerpo semidesnudo del
muchacho estaba cubierto por una fina capa de chocolate en distintos tonos,
algunos más oscuros y otros más claros hasta el blanco. Los trazos corrían por
toda la piel adelante y atrás dibujando lo que a ojos del peliazabache parecía
un paisaje nocturno con la cabeza de un lobo aullando detallada en el torso.
Maravilloso.
– ¿Qué fijación tienes con el chocolate y
los lobos?
– La misma fijación que tú tienes por el
licor y las mujeres. Simplemente me encanta.
– Me encanta el licor pero… – Carraspeó… –
Las mujeres comenzaron a ser poco significativas hace un tiempo.
Nam Kyu sonrió complacida por la respuesta
de Yoochun. De hecho había aprovechado el comentario de su amigo para responder
aquello y asegurarse qué tan interesado estaba el peliazabache por su castaño
amigo como para negar su instinto para
cazar mujeres. La artista tomó una cámara fotográfica e hizo varias tomas,
el castaño permanecía adorablemente callado, actuando como si no le hubiese
importado lo que el peliazabache dijo, incluso como si pudiera ignorar su
corazón latiendo más aprisa pues sin duda el atractivo del hombre era poderoso.
Unos cuantos minutos después.
– Oh dios mío, en verdad me ha tomado más
tiempo del que tenía contemplado. Tengo una reunión importante a las nueve.
Confiaré en ustedes para que me hagan favor de cerrar la galería en cuanto tú
estés limpio.
– Ah, pero…
– Nam Kyu…
– ¡Gracias~! Juntémonos luego para comer.
Chao.
La mujer se marchó sin darles tiempo a
protestar como cada uno pretendió. El sonido de los tacones de la artista
hicieron eco en el pasillo conforme se alejaba, hasta que el silencio fue todo
lo que inundó el salón. Los cuadros creados por Nam Kyu adornaban los muros, y
había lienzos dispuestos en un lado, pinturas y pinceles; también había más
sillas y un par de recipientes embaturrados de restos de chocolate oscuro y
blanco. Junsu estaba mirando de reojo todo eso, más bien nervioso bajo la
penetrante mirada de Yoochun. El peliazabache se mordió los labios saboreando
la piel achocolatada, divagando otra vez en una de esas fantasías que le han
acosado todo el día desde la noche anterior.
– Voy a ducharme… – El castaño tomó una
bata colocándosela pues no soportaba más la mirada que se posaba sobre él. Le
sofocaba y le hacía sentir un calor en la ingle que le avergonzaba de
sobremanera.
– Por favor, dime tu nombre.
– Ah. Yo… soy Kim Junsu… – El castaño le
sonrió suavemente, pero todo el chocolate cubriendo sus labios y delineados por
un tono carmín que bien podría ser pintura comestible o jarabe de frutos rojos.
El peliazabache se había quedado nuevamente anonadado ante aquel simple gesto…
– Es incómodo que me mires como si solo quisieras tener sexo conmigo, Yoochun.
Los movimientos en los labios del castaño
podrían haber continuado hipnotizando al muchacho, pero el motivo de sus
palabras le sacó de su ensoñación. Las orbes negras se elevaron de la boca a
los ojos del muchacho.
– Me disculpo por ello, pero permíteme
decirlo como un halago, tienes una belleza encantadora, Kim Junsu, y cada vez
que te he visto el chocolate cubre tu cuerpo de una forma tentadoramente
sensual.
– Debo ducharme… – Fue la escueta excusa
del castaño para abandonar el salón y salir de prisa de allí. Moría de
vergüenza.
Park maldijo por lo bajo. Qué clase de
intento de seducción había sido ese. Se desconoció a sí mismo, sobre todo
porque de verdad no pretendía simplemente seducir a este chico, quería
descubrirlo pero le ponía tonto y le enloquecía con el mínimo movimiento, su
sola presencia ya era suficiente para hacerle perder noción de tiempo y
espacio.
– Muy bien, vamos a tranquilizarnos Park
Yoochun… – Se dijo en un susurro, escuchando que en el pequeño cuarto de baño
de al lado el agua corría. Como la noche anterior, el sonido del agua le hacía
envidiar la suerte que tenían las gotas al tocar esa piel que él solo observa…
– Nam Kyu también es afortunada, usó esa piel como lienzo para sus alocadas
ideas de arte.
Yoochun decidió matar el tiempo limpiando
un poco el salón. Era la única forma que evitaba que irrumpiera en el cuarto de
baño y se fuera sobre su chico chocolate.
Minutos más tarde, cuando Junsu volvió vestido y sin chocolate en su cuerpo, el
peliazabache se preguntó qué plan debería proponer ahora. ¿Invitarle a cenar, a
tomar una copa, a bailar? ¿O simplemente ofrecerle acompañarle a su casa?
Bueno, eso podría hacerlo de cualquiera manera luego de algo de lo primero.
– Nam Kyu estará agradecida de que le
hallas limpiado el salón.
– Junsu ah, ¿te gustaría cenar conmigo? ¿O
hacer algo? Lo que sea estaría bien.
– No soy una chica.
– Aunque llegué a pensarlo cuando te vi
bailando anoche, descubrir que no lo eras al salir de la habitación de ayer
fue… no sé, no redujo en nada el interés que me atrajo a ti, contrariamente
creo que lo aumentó.
– Solo quieres pasar un rato placentero
conmigo, ¿no es así?
– No.
Negro contra chocolate se encontraron
cuando sus miradas se encontraron.
– Sales con mujeres, Nam Kyu hablaba de ti
a menudo, quejándose de tu mal gusto para elegirlas… – Comentó con tono casual,
queriendo solamente indagar por qué el interés hacia él siendo un hombre si
este apuesto conquistador siempre ha estado con mujeres.
– Supongo que ella tenía razón. Y creo que
entiendo por qué pienso que solo mirarte es más placentero que lo que pude
haber vivido con cualquier mujer… – El peliazabache se acercó pausadamente, sin
soltar la mirada del castaño, notando que su respiración se acelera y se le
pintan las mejillas de un adorable rosado. Hacía tanto que no veía un rostro
sonrojado por pura vergüenza… – Y no me lo tomes a mal pero, juro que un solo
beso tuyo podría hacerme sentir el placer de un orgasmo.
Junsu se sonrojó al máximo ante aquellas
palabras. Si esto es parte de sus métodos de seducción, ¡Dios, es imposible no
caer!
– Me sobrevaloras, Yoochun ah… – Suspiró. Y
la exhalación de su aliento tibio fue como un golpe de aroma a chocolate que
acarició el rostro del peliazabache.
– Menosprecias tus encantos, tus virtudes
físicas y, estoy seguro, probablemente también tu personalidad. ¿Hace cuánto no
aceptas invitaciones a salir? – Susurró sin poder contener el deseo de aspirar
el aroma de su piel, deslizando su nariz por una de las sonrojadas mejillas.
– N-nunca. Yo no he salido con nadie hasta
ahora.
– Hueles a chocolate, Junsu.
– Dos días consecutivos bañado en
chocolate, supongo que tiene sus consecuencias… – Murmuró sintiendo todos esos
estremecimientos en su cuerpo por la cercanía de este hombre que transpiraba
atracción… – Yoochun, deb-debemos irnos.
– ¿Saldrás conmigo?
El castaño asintió. Y supo cuando los
carnosos labios del peliazabache rozaron los suyos, que había caído en las
redes de seducción de este hombre.
--//--
Soy honesto, yo
ardientemente la deseo
Ahora, no te vayas
Ella es realmente
dulce, tentadora y ardiente
Peligrosamente, en
silencio me pone en la locura
Espera, una dulce
esencia
¿Es chocolate
aplicado sobre ella? Es delicado
No me vuelvas loco,
pero hazme soñar más
Gentilmente toca la
punta de mi nariz, su esencia dulce
--//--
Tras un par de semanas de citas, Junsu
estaba de compras con su amigo Jaejoong y Yunho tratando de evadir justamente
aquel tema. Pero conociendo al pelioscuro, el castaño está seguro de que no lo
conseguirá por mucho tiempo.
– ¿Y qué tal te marcha todo con el chico
con que sales, Junsu?
– Muy bien Yunho hyung, nos estamos
conociendo y bueno, tenemos varias cosas en común hasta ahora.
– ¿Por ejemplo?
– Toca el piano, ¡Y lo hace espléndido! Es
compositor y las canciones que me ha mostrado son hermosas~ – Respondió con las
mejillas coloradas y una radiante sonrisas que se le reflejaba hasta en sus
pupilas chocolate.
– Te gusta bastante… – El de tez morena
sonrió contento al ver a su amigo así de contento.
– Le gusta, pero aún ni siquiera le deja
besarle más allá de los labios.
– ¡Hyung! – Junsu se quejó, no solo de que
le echaran de cabeza, sino también de que lo dijera con tal libertad como si
estuvieran hablando de cualquier cosa y no de sus intimidades con su novio.
Bueno, gestos privados que no quiere ir ventilando por ahí como si nada.
– Tú tampoco me dejabas, Jaejoong ah… –
Yunho sonrió.
– Unos días solamente, pero aún ni siquiera
teníamos una tercera cita cuando tú ya estabas corriéndome mano por debajo de
la ropa y…
– ¡No necesito saber!
– Todos dicen que eres muy sexy y te
envidian esa forma tan sensual al bailar, pero eres demasiado tierno Junsu.
– ¿Y acaso eso es un pecado? – El castaño
gimoteó ofendido.
– Pues no. Tal vez sea algo de eso lo que
le guste de ti a este tal Yoochun. ¿Cuándo vas a presentarnos con él?
--//--
Otra noche de cita, pero Yoochun tenía
pensado pedirle ya al castaño formalizar esta relación. Habían cenado en un
restaurante agradable con música Jazz en vivo, y la risa de Junsu le había
alegrado bastante la noche.
– Junsu ah, ¿vamos a caminar por ahí?
– De acuerdo.
Anduvieron por las calles del distrito, los
altos edificios llenos de luces de colores con anuncios de un sinfín de marcas,
espectáculos y otros eventos atiborraban la ciudad. Caminaban uno a lado del
otro sin atreverse a entrelazar sus manos, les daba un poco de vergüenza lo que
la gente pudiera pensar al ver a dos hombres tomados de la mano. Ese
pensamiento no podía simplemente ignorarse. Pero de momento incluso podían
ignorarlo y comportarse como si fueran simplemente un par de amigos paseando
por ahí entre sonrisas y algunas bromas.
– Junsu ah, quiero preguntarte algo.
– Te escucho.
– ¿Te gustaría salir conmigo? – La mirada
del castaño le dijo inocentemente que para él esto era salir… – Me refiero a si
te gustaría ser mi novio… – Carraspeó casi pateándose mentalmente por
comportarse tan inseguro cuando sedujo a muchas mujeres antes. Claro que ahí
radicaba la diferencia. Junsu no es una de esas tantas mujeres que francamente
no le interesaban. Si es que era un pedante ególatra al respecto, pero desde
que conoció a Junsu, esa vida había quedado fuera de su rutina.
– Yo… Yoochun ah, voy a ser sincero
contigo… – El corazón del peliazabache se le fue a los pies, por primera vez en
su vida temía ser rechazado. Porque realmente no quería que fuera así… – Me da
un poco de miedo responderte lo que mi corazón me dicta. Es probable que te
aburras de mí en unas semanas, y… puede sonar tonto pero, yo no creo que quiera
de ti un cariño con fecha de caducidad, ¿entiendes?
– Entiendo… – Aclaró la garganta metiendo
las manos en sus bolsillos… – Entonces, sigamos caminando.
– Yoochun… – Los delgados dedos del castaño
rodearon la muñeca del peliazabache, y pronto estos resbalaron hasta su mano,
buscando inconscientemente ese agarre que le hiciera sentir algo más seguro… –
No te di mi respuesta, solo estaba explicándote lo que pienso. Pero… sí.
Incluso si te aburres de mí…
– Creo que no lo sabes, Junsu… – El
peliazabache le sujetó el mentón con la mano libre, pues la otra irremediablemente
se había estrechado con la del castaño en un agarre firme que le devolvía una
sensación cálida de bienestar… – Pero es imposible llegar a dejar de pensarte
siquiera. Estás en mi cabeza día y noche desde que te conocí. Sé la fama que me
precede, no puedo negarla, pero también sé que lo que siento por ti va más allá
de una conquista o la curiosidad por tener sexo contigo porque quiero mucho,
mucho más que eso. Te quiero a ti. A ti en mi vida para siempre, Junsu.
Sí, esas palabras derritieron el corazón
del castaño. Y ahí fue cuando iniciaron su noviazgo. Aunque no vino el beso que
ambos desearon e incluso buscaron acercando sus rostros. El tono del móvil del
peliazabache rompió la atmósfera y les devolvió a la realidad. A esa realidad
social donde públicamente no se animaban a comportarse cariñosamente como lo
que son ahora, una pareja.
– Disculpa un momento, mi madre… – El
peliazabache sonrió nerviosa y desanimadamente, habló al teléfono por varios
minutos, hasta que el castaño le escuchó decir con tono hosco una negativa a
algo que, Junsu asume, debe tratarse de alguna cita programada por la Sra. Park
para su hijo… – No te preocupes, hablaré con mis padres mañana mismo, no pienso
ocultarles lo nuestro. Realmente quiero que tú y yo funcionemos, Junsu ah.
Y entonces sí. Ese beso que antes no
consolidaran, pero que en ése instante hizo desaparecer todo el mundo a su
alrededor y redujo a nada lo que pudiera preocuparles del qué dirán. Yoochun se dejó entonces seducir por la ternura con que
Junsu le devolvió el beso, la pureza con que deslizaba sus labios haciéndolos
chocar y encontrarse, saboreándole como si fuese a ser el último que se dieran;
pero no era que tuviese miedo a perder esto, no, es solamente que Junsu le
estaba entregando sus nacientes sentimientos en un beso. Sus lenguas pronto se
encontraron volviendo aquel contacto íntimo en uno más húmedo y confiado,
profundo, apasionado.
Al separarse ambos suspiraron y sonrieron.
El mundo lentamente comenzó a formarse otra vez en torno a ellos, pero esta
realidad seguía sin importarles demasiado. Esto era más que gustarse,
comprendieron que estaban hechos el uno para el otro, y lucharían por ello.
– El chico chocolate ahora es mi novio… – Celebró con una sonrisa, atrapando su
cintura y dejando besos cortos sobre la boca rosada del castaño.
– ¿Chico chocolate? – El menor de los dos
sonrió avergonzado, pero tan feliz por este momento que incluso si mañana
desaparecía, todavía tiene hermosos recuerdos que guardar.
– Así te pensé esos días antes de saber tu
nombre. Incluso después. Me encanta el chocolate, ¿sabes? Y me encantas tú. No,
me fascinas, me seduces. Me tienes loco por ti, Junsu ah.
--//--
Chica chocolate
Tentadora, ardiente
y peligrosa
Sigilosamente… ah…
me está volviendo loco
--//--
Haría cerca de un mes que están saliendo,
esa noche estaban en el departamento del castaño, sentados en el sofá
compartiendo besos mientras la película que llevaron para mirar seguía reproduciéndose
en la pantalla, obviamente dejada al olvido. Yoochun coló su lengua en la boca
de Junsu, extasiado de que la habitante allí recibiera a la suya con gusto,
devolviéndole caricias de infarto que le aumentaron de súbito el calor
corporal. Sus manos actuaron entonces voluntariosas buscando refugio bajo la
camiseta del castaño.
– Espera…
– S-sí… – Carraspeó… – Me dejé llevar.
– Yoochun ah, dije espera, no detente… – El
castaño sonrió, con esa mirada pícara que los últimos días el peliazabache
había descubierto danzar en las pupilas de su novio… – Ven… – Junsu extendió su
mano y abandonaron la estancia. Pero si Yoochun tuvo la ilusión de ser
arrastrado a la habitación, se equivocó.
– ¿Qué no habíamos cenado ya, baby? – Park
preguntó, sin sentirse francamente decepcionado de que su novio no le
arrastrara a la alcoba. Se conformaba con su compañía, con saber que se quieren
y ese sentimiento crece día con día, y (se vanagloria en ello) por esos
gloriosos besos que obtiene del castaño.
– Pero no tomamos el postre, Chun… – El
castaño sonrió. Sacó de la nevera un recipiente que calentó apenas unos
momentos en su horno de microondas, cuando lo destapó el aroma a chocolate
inundó la cocina… – Dijiste que te encanta el chocolate, y sé que también te
gusta el café, Yoochunnie~
Junsu enterró un dedo en la mezcla y lo
llevó a labios de su novio, el peliazabache lo tomó con cuidado, succionando
con gusto para saborear esa mezcla preparada por su novio.
– Delicioso…
– Quieres untarlo en algún lugar en
particular… – Junsu dijo con tono sugerente, clavando su mirada chocolatosa en
las negras cuencas que lo devoraron sin dudar al instante.
Yoochun le sacó la camiseta sin pensar más
en lo que deseaba. Además Junsu le había dado luz verde con sus acciones, y con la respuesta tan condescendiente del
castaño dejándole desvestirle y enredando sus manos tras su cuello besándole
apasionadamente. El peliazabache aprovechó entonces el momento para subirle a
la encimera, agradeciendo que no hubiera allí objeto alguno que le estorbara en
su objetivo. Una parte de su mente se inflamó egocéntrica pensando que el
castaño lo había planeado todo para la ocasión. Para entregarse finalmente a
él.
– ¿Estás seguro, baby?
– No me tendrías aquí si no fuera así,
Chun.
Conectaron de nuevo sus miradas y
fusionaron sus labios en otro beso cargado de pasión. Lentamente Yoochun
abandonó aquella boquita adictiva para tomar el recipiente y derramar una
bondadosa cantidad del chocolate con café sobre el pecho de Junsu, la mezcla
resbaló cuesta abajo pues estaba lo suficientemente blando. El suspiro del
castaño tomó un instante la atención del peliazabache, cuyos labios fueron de
nueva cuenta por los de su novio dejándole un beso profundo pero no muy largo,
descendiendo de inmediato hasta su pecho comenzando a lamer el chocolate,
sintiendo chispazos eléctricos en su ingle cuando su lengua tocó la sensible
piel alrededor de los pezones.
– Ahh… – Junsu jadeó entrecerrando los ojos
e inclinando el cuerpo hacia atrás para darle más espacio.
Yoochun sonrió complacido, y antes de
ensuciar las ropas de su novio se deshizo de ellas dejándole solo en
calzoncillos. Acción que le hizo recordar algo que desde el principio le tenía
curioso.
– Baby…
– ¿Mh?
– Cuando Nam Kyu hizo aquel dibujo sobre tu
piel, parecías estar desnudo.
La risa del castaño casi le hizo perder la
concentración, pero no dejó de lamer aquí y allá, corriendo sus manos por el
torso y los costados de su novio embarrándole de chocolate-café.
– Ahora vienes a mostrarte celoso, Chunnie.
– No eras mi novio entonces, y además me
tenías todo idiota babeando por ti sin siquiera saber tu nombre.
– No estaba desnudo, traía ropa interior,
aunque era diminuta. Ya sabes cómo es Nam Kyu.
– ¿Me harías favor de no volver a fungir
como lienzo para sus locas ideas?
– De acuerdo… – El castaño tomó el rostro
de su novio con sus manos tirando de él hacia arriba para topar sus labios y
compartir un delicioso beso con sabor a chocolate-café… – Seré lienzo solo para
ti cuando tengas intenciones de convertirte en artista.
– Eso es mucho mejor, baby… – Park sonrió
más que encantado con la idea, trazando con sus dedos notas musicales sobre los
muslos de su novio, tomando chocolate del recipiente cual si sus dígitos fueron
la pluma fuente que a menudo usaba para escribir sus composiciones.
Y fue entonces que entre sonrisas, suspiros
y jadeos el cuerpo de Junsu se transformó realmente en el lienzo sobre el que
Yoochun derramó sus palabras de amor firmándolas con chocolate. La mezcla le
cubrió por completo, y la boca del peliazabache no escatimó en atenciones para
ir tomando con su lengua retazos de chocolate-café. Se esmeró en limpiar
particularmente los pezones, succionándolos luego con clamor, arrancándole jadeos
alterados al castaño, que trabado en estas novedosas sensaciones solo llevaba
sus manos a la cabeza de su novio enredándole los mechones, o alcanzando su
espalda y enterrando sus dedos en la piel cuando una nueva oleada de placer
sacudía su cuerpo.
Cuando se sintió lo suficientemente
satisfecho de explorar el pecho de Junsu, Yoochun lamió concienzudamente la
línea media que descendía hasta el ombligo, obteniendo algunas sonrisas del
castaño pues su traviesa lengua le producía cosquillas; músculo flexible que
profanó ese pequeño orificio haciendo sonrojar abruptamente al castaño al
sentir la forma en que esa lengua le lamía. Se sonrojó todavía mucho más cuando
las manos del peliazabache alcanzaron sus bóxers, la prenda cayó al suelo con
algunas manchas de chocolate-café que sin embargo no importaban en absoluto.
– Ngh~ – El dulce gemido de Junsu sonó a un
tono agudo al piano a oídos de Yoochun, lo consiguió cuando vertió chocolate-café
sobre la semidespierta erección del castaño… – ¡Oh dios~! – Gimoteando
abochornado cuando la mano del peliazabache comenzó a acariciar de arriba abajo
embarrando la mezcla por toda la extensión.
– A un postre tan exquisito uno siempre
quiere darle mordiscos, baby… – El peliazabache dijo con voz ronca y lasciva
mirada, mordisqueando el mentón y el cuello de su novio.
– Nhh Chun, me da vergüenza~
– Eres tan caliente y dulce, que no sé qué es lo que más me gusta de ti, Junsu
ah… – Nuevos besos y las manos del castaño buscando deshacerse también de las
ropas de su novio. Sí, justa razón por la que no sabe qué le enamora más de
este chico, su pasión en todo lo que hace, o su personalidad tierna y a veces
hasta infantil. Y no porque sea inmaduro, por el contrario.
– Te gusto y es lo único que me importa… –
Jadeó con el rostro ruborizado y algunas gotas de sudor comenzando a perlarse
en sus sienes… – Porque me gusta todo de ti, y no es que haya algo que me guste
más, Yoochun.
– Tan adorable… – Sonrió mientras le ayuda
en su intención de compartir el estado de desnudez.
Y cuando eso sucedió que sus cuerpos
volvieron a encontrarse, el chocolate terminó embarrado también en la anatomía
del peliazabache. Besos ardientes y manos inquietas pronto volvieron a aquel objetivo que Yoochun abandonara
instantes atrás. La mano de Junsu acarició sutilmente el falo de su novio,
todavía avergonzado de sus participación pero tomando rápidamente confianza
pues los gemidos roncos del peliazabache soltaban un aire caliente que erizaba
el vello en su nuca y estremecía todo su cuerpo.
De pronto Junsu fue recostado totalmente en
la encimera, sus piernas flexionadas se apoyaron en los bordes, abiertas para
darle espacio a Yoochun. La lengua del peliazabache cayó sobre la erección de
su novio lamiendo lentamente desde la base hasta la punta.
– ¡Yoochun~! – Gimió contorsionando
involuntariamente su cuerpo, sofocado por ese nuevo placer que la boca de su
novio prometía.
Luego de retirar buena parte del
chocolate-café del falo de Junsu, el peliazabache lo metió en su boca
tragándole hasta que sintió la punta tocarle la garganta, luego comenzó a
succionar, el chapoteo de su boca bombeando la extensión del castaño mandó por
los cielos el calor y la excitación de ambos. El miembro de Yoochun se irguió en
respuesta, y él solo ansiaba poder enterrarse en aquel estrecho pasaje que se
escondía entre los glúteos de Junsu.
De un momento a otro el castaño se supo de
rodillas en la encimera, con el trasero alzado siendo embarrado con más chocolate,
igual que su espalda. Líneas de chocolate-café resbalaron por sus costados
cayendo como finas gotas que ensuciaban más su ya manchada encimera –cosa que
tampoco importaba en absoluto–, la boca de Yoochun mordisqueó porciones de piel
por toda su espalda y en sus glúteos, lamió chocolate y succionó dejando
algunas marcas en distintas partes de su anatomía. Adoraba esta silueta por ser
perfecta, la curva de su espina dorsal, su pronunciado trasero, la firmeza de
sus glúteos, la fuerza de sus piernas largas.
– ¡Ahh~! – Un nuevo gemido cuando la lengua
de su novio se abrió paso entre sus glúteos y cayó sobre su comprimida
intimidad.
Los colores se le subieron a la cara, pero
estaba lo suficientemente excitado como para ignorar sus sonrojos y hacer a un
lado sus vergüenzas. Inclinó un poco más su cuerpo y abrió sus piernas en otro
ángulo para facilitarle la labor al peliazabache. Yoochun sonrió y aprovechó lo
que quedaba del chocolate para usarlo como complemento de lubricante al usar su
saliva como tal. Durante minutos uno a uno tres de sus dígitos profanaron la
estrecha cavidad dilatándola con cuidado, la lengua de Yoochun participó de los
mimos que le regaló mientras tanto, saboreando ese gusto del chocolate-café en
aquella parte tan íntima de la anatomía de Junsu.
– Estoy listo, Chun. Por favor, hazme tuyo…
– La mirada, la voz ronca pero todavía dosificada en dulzura, y que se girara
para enroscar sus piernas en torno a la cintura del peliazabache jalándole
hasta sentir como sus erecciones se tocan, fue petición más que suficiente para
él.
– Amo a mi chico chocolate… – La declaración le valió por las palabras más
románticas que podría haber escuchado de labios del peliazabache en un momento
como éste.
Yoochun se acercó para besarle, y
perfilándose entre sus piernas dirigió su pene a la dilatada cavidad de Junsu. La
penetración fue lenta con vestigios de incómodo dolor, pero pronto aquellas
sensaciones fueron disminuyendo hasta desaparecer mientras el peliazabache
aguardaba quieto a que su novio se acostumbrara a su invasión, besándole y
lamiendo la piel que seguía sucia de aquí o allá de chocolate-café.
Los gemidos aparecieron desde las primeras
estocadas, aumentando en ronquez conforme el ritmo mutó al frenético vaivén de
caderas. Les sedujo el roce carne contra carne, el hinchado tronco de Yoochun
buscaba enterrarse más profundo en cada embestida, hasta que finalmente alcanzó
un punto en el interior de Junsu que le hizo temblar y gimotear sumamente
extasiado. Sincronizaron sus movimientos de modo tal que sentían un fuego
quemándoles desde el interior, los espasmos en cada estocada certera, rápida y
profunda. Toda la pasión y el candor, el deseo reprimido por semanas, la
seguridad de un sentimiento floreciente.
Yoochun se ancló a las caderas de Junsu
golpeando su pelvis con fuerza contra el trasero de su novio, el sonido húmedo
del encuentro y la unión de sus intimidades incentivaba la libido de los
amantes y el aroma del chocolate-café les inundaba los sentidos. Esto era
simplemente perfecto. Era más que sexo, amor.
Junsu sentía su final cerca, por eso llevó
una de sus manos a su propia erección bombeando al ritmo de los movimientos de
Yoochun, gimiendo sin pudor pero con las mejillas moteadas de rubor; su mirada
buscó la del peliazabache y cuando las conectaron se negaron en apartarla. Querían
alcanzar el orgasmo sumidos en las pupilas del otro. Quizá fue por eso que
cuando todo el calor concentrado en el bajo vientre hizo explosión, ellos
sintieron en cada espasmo sensaciones cálidas que les llenaron no solo de
placer, sino de plenitud en el alma.
La respiración errática de ambos muchachos
fue todo lo que se escuchó en la cocina durante minutos, hasta que el orgasmo
dejó de sacudirles el cuerpo y fueron capaces de moverse sin sentirse ausentes,
perdidos en el paraíso. Yoochun salió despacio del interior de Junsu,
escuchándole gemir incómodo al romper la unión pues había tardado demasiado en
abandonarle. Le ayudó a bajar de la encimera y de inmediato sus bocas se
encontraron en una serie de besos suaves sin querer deshacer del todo esta
atmósfera de amor.
– Hueles a chocolate, café, almendras y
vainilla… – El peliazabache dijo al aspirar sobre la piel de la mejilla de su
novio.
– Es porque has usado todo el jarabe en mi
cuerpo~ – Pucheó el castaño, sonrojándose como termostato al sentir
su desnudez pegada a la de su novio.
– ¿Nos duchamos juntos, baby?
– ¿Vas a correrme mano otra vez?
– Tal vez… – Los dedos del peliazabache se
pasearon por los brazos, costados muslos del castaño, adorando esa capacidad de
avergonzarse incluso si acaban de hacer el amor tan apasionadamente.
– V-vale, pero deja de mirarme como si
fueras un predador~
– Es que tú eres una criatura tan linda que
me provocas, baby~
– No soy una criatura linda… – Se quejó empujándole y caminando rumbo a la
ducha.
Yoochun quiso decirle que ofreciéndole
aquella vista tan tentadora de su desnudez sucia de chocolate no ayudaba
precisamente a alejarle los pensamientos impuros. Pero en lugar de decir nada
de aquello, simplemente le dio alcance y rodeando su cintura murmuró en su oído
lo que pensaba de él.
– Mi chico
chocolate, eres dulce, ardiente y tentador como la mierd…
Junsu le calló con un beso, y fueron sus
manos las que esa vez elevaron el
deseo de Yoochun. Sí, pronto el peliazabache podría decir que su castaño novio
era un ángel con cuernos y cola. Vaya cola.
FIN
ÿooooooooooooooooooo primero *-*
ResponderEliminarmmmm chocolate *¬* hahahah le dieron gato por liebre XD
Eliminarpero ke lido gatito no OwO
weno me estoi qedando por la mitad... luego regreso y comento largo y tendido.. ya me estoi mareando de tanta fiebre @_@
ResponderEliminardespues de mil años vengo a comentar =P... mianhae u_u ... pero weno ahora si =]
EliminarWOOOOOO estuvo estupendo, increibleee y con lo muxo qe me encanta el chococolate y q lo tomo como el dulce mas erotico y sensual q hay...>.< q tal combinacion para este one shot :D
imaginarme a Junsu todo bañadito de chocolateee O.O !!! fue infartante, hasta me imagine la cara de babo q ha de haber tenido Yoochun, hasta creo q io lo tuve hehehe
y Chunnie todo lindo demostrandole q en verdad lo qeriaa y yo se q se qieren reteharto...
uy ese lemon fue lo mas chocolatoso y extasiado q he leidooo, Susu si q se las tenia bien guardada hehe aca no hubo cavidad para la verguenza xD y Chunnie q lo aprovecho toditito
Gracias Feli hemoshaaa :D
Seeeepshiii
ResponderEliminar>////<
Gracias ♥
Ahhhh fue muy lindo!!!!!!!!!!!!!, jajajajajajaja Yoochunnie pensando que era una linda y sensual chica, jajajajajajajaja pero claro que lo cautivo mucha más que una ♥_♥, su chico chocolate!!!!!!!!!!!! *o*
ResponderEliminarWaaaaaa Junsu tan lindo!!!!!!!!!!!! lo amo!!!!!!!!!!!!, jajajajajajajajajaj Jae siempre tan directo xD
Fue muy lindo como Yochun le demostró que por el sentía un interés sincero ♥_♥
Ahhhhhhhhhhhhhhhh Junsu tan sensual!!!!!!!! ;Q________________, jajajajajajaj el ratón sexy siempre será celoso con su delfín de chocolate xD, *o*
Me encanto!!!!!!!!!!!!!! te quedo genial Feli ToT
Gracias :D!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Por los calzones de shisus *^* ya no vere el chocolate de la misma manera mas si escucho la cancion de susu xD hasta se me antojo el choco mientras iba leyendo todo *A* tienes el don de hacer que me sonroje mientras leo tus ideas asdasdasd estuvo bonito y pornoso enserio el choco no sera lo mismo ahora exigire mi yoochun y junsu cada que compre uno sino no vale xD sigue escribiendo asi de gwnial que aqui me tendras pegada como siempre ^^ cuidate bexxs :3
ResponderEliminarWoo quiero ser chocolate.
ResponderEliminarGracias.
quien no quiere ver esa imagen de junsu bailando en chocolate?!?!??! * me apunto en primera fila... talvez en segunda chun va primero* ....
ResponderEliminarjojojo woooowww no puedo creer que me siga sorprendiendo de lo que pueden ser ese par.... matta ne
<3 yoosu <3
Holis!! wow fue uno de los mejores one-shot que lei del YooSu!!
ResponderEliminarMis felicitaciones te quedo increible, la letra de la canción con tus palabras hicieron una historia muyyy buena.
Y que final,era un ángel con cuernos y cola. Vaya cola.!!! creo que todas entendemos^_^
Me encantooooo
besos
*le dieron más de setenta mil taquicardias♥♥♥♥ hagdhgjhhjdshjshdsd murió cuchurrucientas veces♥♥♥ Ya se metió a su tumba, se tiró tierra y acomodó las flores encima ella sola♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥*
ResponderEliminarOH POR DIOS♥
Esque este Kim Junsu emana sensualidad hasta cuando no quiere!! jdhfsjhdsjhs ese baile en el chocolate~~~~~~~~♥♥♥♥♥ Ahh Park Yoochun, yo que tú me le tiraba encima allí mismo *^* ♥
Adoro cuando Chun se hace todo un mundo para ganarse al baby, especialmente cuando es más que obvio que el baby tambien quiere quedarse con eeel~~ >w< ♥ Son la cosa más hermosa y sexy de este planeta♥
Aigoooo♥♥ Yoochun con sus halagos me mata, ME MATAAA♥♥♥ Esque jdfgsjhdgfjhgfshgdfhsgdhsjf me lo imagino y todo y dhjfgdgs♥♥
Aww♥♥ Amé cuando Chun dijo 'El chico chocolate es mi novio~' dhgfshdgfshgshgh omg♥♥ >www< Par de cosos hermosos♥♥
Y cuando llegó el día!! asdasdasdasd su primera vez ;w; Tan sexy y romántica y apasionada y hgfjhsgsjfsjdjsfjsfg te juro, te juro así por el amor que le tengo a mi carrera de artista que amé, AMÉ lo del 'Seré lienzo solo para ti cuando tengas intenciones de convertirte en artista'♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ Me mataste *otra vez* con eso♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ ;A;
Feli, lo amé♥ Amo como se aman♥♥♥ Y te amo por amarlos tanto como sabes que yo también los amo y por mostrarnos su amor con estas maravillas *A* ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ Graciaaaas♥♥♥
Chocolateeeeeeeeeeeee jijijiji me encantooooo ese Yoochun quedo prendado del delfin de chocolate, y se enamoro a primera vista, fue tan lindo, y tierno y hermosoooo me encantoooooo, muchas gracias por compartirlo, estas historias con las canciones del disco de Junsu son geniales ^^
ResponderEliminarSaludos
aysdgkasdkahdgsladfslad!!! Chocolate~~ *---*!! Pero que combinación más rica Junsu + chocolte = Yoochun baboso!! *O*!!
ResponderEliminarEs que me ha encantado... en serio!!! asdasdasda!! Más que no había tenido tiempo para leer... y toparme con esto de entrada fue lo máximo!!! *O*!!!
Muchas gracias por tan hotoso shot!! *-*!! Le he amado~~
GOSSSHHHHHHHHH!!!! *se rueda como loca histerica* Me di una escapada de mi Tarea para leer esta hermosura de Shottttt!!!
ResponderEliminarDesde principio a fin un hermoso Shot *Lanza flores por todos lados*
Al principio cuando lo conocio tan asdgshgdsahdghsagdhsagdhasgdh♥ El simple hecho de imaginar a JunSu lleno de chocolate bailando sensualmente es jsdhajhdjsagdhgsahdgashdgashgdhsagdh♥ Park YooChun volvemos al tema de que ya tienes una parcela ganada en el cielo, yo no hubiera aguantado!! xDD
Y despues cuando NamKyu la hizo de cupido igual que Jae fue sgdahsgdhgashdgashdghghasgdhasg♥ Ella intuia que algo pasaria ahi!!!! Y no se equivoco!!
Y ya cuando se volvieron novios y la primera vez shagdshgdhasgdhasgdhsghdsagdhg♥ GOSH LA PRIMERA VEZ FUE LA GLORIA LO SEEE XDDDDD
y esta frase "Y no me lo tomes a mal pero, juro que un solo beso tuyo podría hacerme sentir el placer de un orgasmo." Gosh me mato asi!!!! directo xDD
Muchas gracias Feli ameee todo este shotsito beshooo *le lanza YS besho flores besos y amorrr xDD*
♥~~
Me encanto quedo conganas ...si Yoochun ya necesitaba a alguien para sentar cabeza :) . Muy bonito como le decia chico chocolate ,muchas gracias Felina.
ResponderEliminarwoooooooo me gusto este one shot del yoosu
ResponderEliminarcomo yoochun conquisto a junsu de lo mejor que e leido
muchas gracias feli
OMG!!! esto estuvo super lindo, tierno y sensual!!! Me encantó. .. muchas gracias estuvo hermoso. En verdad no tengo palabras .... gracias, gracias,mil gracias
ResponderEliminarjej que te puedo decir...Estubo dulce/erotico??? ^//^
ResponderEliminarjeje muy bueno me encanto!!! Si en definitiva Junsu es un angel con cuernos y cola
dios solo de pensar en junsu cubierto de chocolate ..me dan sudores.....me encanta como escribes las escenas hot ...nadie como tu ..lo juro lo ame.....
ResponderEliminarun junsu con chocolate para llevar por favor!!!, ... asi si me desmayo XoX
ResponderEliminar<3 ame la historia!!
gracias
Me comí la caja entera de Chocolates todo por culpa de mi Chunnie goloso jajajaj
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