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jueves, 8 de agosto de 2013

Sweet, Hot and Tempting (Shot YooSu)



Título: SWEET, HOT AND TEMPTING
Autora: Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: NC-18
Advertencia: Lemon
Serie: INCREDIBLE
Song: Chocolate Girl

~*~
SWEET, HOT AND TEMPTING
~*~

Mi chica chocolate
Espera, la luz apenas parpadeó
Cuando la chica deslumbrante caminando me pasó
Esa piel en tono oscuro es realmente perfecto
Ella es como un dulce chocolate
Espera, una esencia dulce
¿Es chocolate aplicado sobre ella? Es delicado
No me vuelvas loco, pero hazme soñar más
Gentilmente toca la punta de mi nariz, su dulce esencia
--//--

A Park Yoochun las invitaciones a fiestas nunca le faltaban, pero aquella definitivamente escapaba a cualquier expectativa que hubiese imaginado desde que su amiga le extendiera la cordial invitación a presentarse. El concepto era extravagante por sí solo, máscaras y disfraces eran la punta del iceberg; el ambiente misterioso con que la residencia había sido decorada iba de capa en capa mostrando los más sutiles caprichos de la artista.

El hombre de cabellos azabaches se había esmerado en su atuendo, aunque no había buscado representar a ningún personaje en particular. Los pantalones lisos en tono oscuro y la camiseta de seda en color vino tinto eran vestiduras más que suficientes para realzar su atractivo varonil. La máscara en tono dorado ocultaba la apariencia del peliazabache, permitiéndole esa sensación de misterio que alimentaba su ego pues las miradas de las féminas se posaban inmediatamente sobre él.

Caminó entre los invitados con aquel porte seguro que cautivaba a su paso, sus seductoras sonrisas derretían los corazones de las mujeres que captaban su mirada, y aquellas más atrevidas respondían con insinuantes movimientos de apertura esperando ser abordadas. Pero Yoochun no estaba interesado, su negruzca mirada continuaba paseándose por allí en busca de algo que saliera de la rutinaria caza a que estaba acostumbrado. Hoy no le apetecía ligar por ligar, no pretendía conquistar a la más bella de las mujeres para que desfilara por su cama si de todas maneras no iba a encontrar satisfacción entre sus piernas.

Fue entonces cuando le vio. La delicada silueta sobre la que cayeron los reflectores en el escenario principal al fondo del amplísimo jardín en que se llevaba a cabo aquella fiesta, tuvo la atención de propios y extraños. Una figura hipnotizante que bailó con sensualidad al ritmo de una melodía hechizante, sin embargo eso no era lo único que tenía atrapada la mirada de todos, sino el hecho de que esta chica –aunque a la vista sus atributos anatómicos indicaran un pecho más bien plano pero decantaran en una exuberante retaguardia que resecó la garganta del peliazabache– estuviera danzando sobre una superficie de chocolate líquido que ya había cubierto toda su piel.

– Te ha anonadado, eh Yoochun… - La mujer en sus treinta de edad le llamó, y aunque obtuvo su atención a medias, no le extrañó en absoluto que su amigo mantuviera su mirada al frente.

– ¿Quién es?... – Cuestiona con voz rasposa y profunda. Su amiga sonrió al contemplar a la mayoría de sus invitados prendados del espectáculo; mientras que otras miradas insistían más bien en captar la del Casanova.

– Me encantaría responderte, pero parte de su encanto es el anonimato. Sin embargo, eso no significa que tú tengas que quedarte sin preguntarle directamente… – Ella apuesta por ello, sonríe divertida y toma otra copa de vino junto a uno de esos bocadillos de chocolate que degusta con parsimonia.  

– Nam Kyu, eres mala, ¿sabías? – La risa transparente de la artista no consiguió que el peliazabache apartara su mirada del escenario, incluso si él deseaba acercarse mucho más y tocar aquella piel chocolate que seguía deslumbrando con sus sensuales movimientos de cadera.

– Ten paciencia, cuando termine su número puedes ir y buscarle si quieres. Pero nada de intentar sobrepasarte, Park… – La mujer sonrió y dando un trago a su copa decidió acercarse a otros de sus invitados para conversar. Y también para derrumbar las ilusiones de muchas que todavía esperaban que su amigo se les acercara.

Cuando la chica chocolate deslizó sus gráciles pasos fuera del escenario, el peliazabache no dudó en colarse detrás, siguiendo la delgada silueta por los jardines hasta el interior de la Mansión. Las marcas de las pisadas dejaban una estela de chocolate sobre el pasto, acción que deslizó en los gruesos labios de Yoochun una sonrisa pícara; además había en el aire ese aroma a chocolate que le embriaga con su seductor olor, se mezclaban allí los olores de la almendra y la vainilla, incluso de café. Un exquisito cóctel que saboreó en el paladar.

– Perfección.

Park dijo para sí, embobado ante la vista que se le presentó voluntaria y oportunamente cuando la chica chocolate se inclinó por una toalla que probablemente él mismo dejara a la entrada en el patio para limpiar sus pies antes de entrar y ensuciar el fino piso del interior de la casa; Yoochun le siguió ignorando a esas otras personas que le pasaron por el lado probablemente dirigiéndose a sus propias tareas para sumar sus actividades al entretenimiento de los invitados de su amiga. Vio a su chica chocolate entrar en una habitación y ahí se quedó esperando a un lado el momento en que tal belleza asomara su rostro y él tuviese su oportunidad para abordarle y conseguir al menos, un nombre y su número telefónico.  

Jugueteó con los bordes de su máscara, preguntándose si sería mejor conservarla o sacársela al abordar a esta nueva conquista. Sonrió presuntuoso y lamió sus labios en un gesto inconsciente al pensar simplemente en besar tan prodigiosa boca, incluso imaginó con cierto descaro lo que sería ayudar a limpiar todo ese chocolate en la piel de esta chica. Fantaseó con la tersa piel y los aterciopelados labios, el dulce aroma y el delicioso sabor al tacto de su lengua indecorosa.

Alcanzó entonces a escuchar el correr de agua, supuso que la chica chocolate había entrado finalmente en la ducha, que todo el dulce iría despojando la desnuda piel descubriendo la infinita tersura de tal ente sensual. Se concentró en aquel sonido pero pronto su oído captó el tararear de una canción desconocida para él. El ritmo era contagioso y pegajoso, invitaba a su cuerpo a buscarle cierto baile provocativo, a pensar que es aquella figura la que se mueve pegada a él, dejándole sentir su calor y las ondas sexys de la curvatura de su anatomía. La voz sonaba angelical, y él solo podía controlarse por no invadir la habitación y profanar directamente aquella criatura que le ha atrapado en un hechizo que nunca antes ninguna mujer le inspiró.

Finalmente el agua dejó de correr, pero el tarareo de canciones continuaba allí, la voz se escuchaba más cerca –y menos femenina– conforme los minutos pasaban. Y finalmente…

– Disculpa…

– ¿Sí?

Park se quedó pasmado al caer en cuenta de que esta criatura que le prestaba atención no era una chica, sino un chico. Parpadeó confundido y boqueó como pez fuera del agua, incrédulo ante la silueta que se plantaba ante él. El chico de cabellos castaños y ojos color chocolate –vaya las coincidencias de la vida– le sostenía la mirada esperando que dijera algo. Pero Yoochun seguía prendado de esta –divina– confusión, la nariz respingada, los carnosos labios rosados, el largo cuello, el torso delgado, las piernas largas y firmes cubiertas por esos pantalones blancos que se entallan a su anatomía, la sencilla camiseta negra de red que demarca su delicada silueta. Oh sí, no es una chica, pero es el chico más apuesto que sus orbes negras hayan visto jamás.

– Soy Park Yoochun, ¿eras tú quien bailaba en el chocolate?

– Sí. Pero hice este trabajo para Nam Kyu como un favor especial. No me dedico a esto, hyung… – La respuesta directa del chico solo consiguió que el interés del peliazabache aumentara… – Si me disculpa, tengo que irme.

– ¡Espera! Te he dado mi nombre, ¿no me darás el tuyo? – Inquirió torciendo una de esas sonrisas que siempre conseguían lo que quería de las mujeres.

– Jamás se lo pedí, y nunca dije que en correspondencia ofrecería el mío, hyung… – El castaño le sonrió con cierto atisbo de coquetería, se peinó los mechones sobre la frente en un gesto casual pero encantador que atrapó la mirada del peliazabache.

– Lo que hiciste allá afuera fue… ¡Wow! El espectáculo más sensual que haya visto nunca. Solo quiero saber a quién felicitar apropiadamente.

El flirteo le resultó al castaño más que obvio, y aunque él no era un chico que se dejase arrastrar por los coqueteos de un perfecto extraño, algo en este hombre en particular le atraía. Sí, probablemente esos ojos negros tan brillantes y profundos de los que no podía sacar su vista.

– Te diré mi nombre… – El castaño se mordió el labio inferior sintiendo un calorcito en sus mejillas que amenazaban con tratarse de un inadvertido rubor… – Tu móvil… – El peliazabache le extendió su teléfono, feliz de que obtendría su nombre y número… – Ven mañana, a las ocho. Nos vemos, Park Yoochun.

Cuando el castaño se dio media vuelta apurando sus pasos a la salida y mezclándose con el resto de personal que estaba por ahí moviéndose en lo suyo para cumplir su trabajo en la fiesta, el peliazabache leyó en su móvil no un nombre ni mucho menos un número de teléfono, sino una dirección.

--//--
Mi chica chocolate
Me siento como soñando, estoy un poco asustado
Miro hacia ella en un aturdimiento y estoy tarde para mi cita
Espera, una dulce esencia
¿Es chocolate aplicado sobre ella? Es delicado
No me vuelvas loco, pero hazme soñar más
Gentilmente toca la punta de mi nariz, su dulce esencia
--//--


– Tengo curiosidad por saber el motivo por el que este hermoso chico me dio la dirección de una de tus galerías, Nam Kyu… – Era temprano en día sábado, y el peliazabache todavía se preguntaba por qué su chico chocolate le había ofrecido una dirección y no un número de contacto.

La noche anterior se había marchado casi al mismo tiempo que su misterioso chico chocolate con la intención de encontrarle antes de que se marchara, sin haber tenido éxito. Luego simplemente no había tenido razones para volver sobre sus pasos y reintegrarse en la fiesta que aún era joven, sabía que podía regresar y salir de allí con cualquier mujer que quisiera, pero en su cabeza seguía viendo a este chico bañado en chocolate danzando con aquella sensualidad tan natural.

– Me encantaría responderte, de verdad. Pero si él no ha querido decirte nada más a mí no me corresponde hacerlo.

– Él dijo que había hecho ese número como un favor especial para ti, significa que tú le conoces, dime cómo se llama al menos.

– Mejor solo espera que sea de noche y cuando vayas a verle, se lo vuelves a preguntar.

– Tal como siempre, eres mala Nam Kyu.

La artista rió al otro lado de la línea y luego simplemente se despidió con un chao que hizo resoplar frustrado al peliazabache.

--//--

– ¿Estás diciendo que este sujeto te gustó?

– ¡Sí! Y le pedí que fuera a verme a la galería de Nam Kyu, hyung, ¿por qué hice eso?

– ¿Me lo preguntas a mí Junsu? No fui yo el que devolvió el coqueteo concertando una cita… – El de cabellos oscuros rió divertido por la expresión asustadiza del menor… – Vamos, si el tipo de gustó debe ser por algo.

– Presiento que es uno de esos hombres que solo van teniendo aventuras, y sabes que no me gusta la idea de convertirme en un número más en la lista de algún conquistador.

– Dale tregua a la duda, Nam Kyu te dijo que no era tan patán como para que no le dieses una oportunidad.

– Pero Nam Kyu como tú solo han intentado conseguirme alguien para salir desde hace unas semanas. Ustedes no son precisamente de fiar en estos momentos… – El castaño agudizó la mirada y se dejó caer perezosamente en el sofá, acostándose a lo largo y abrazando dramáticamente un cojín entre sus piernas… – Quieren que entregue mi tesoro a cualquier tipo de buen ver.

– Exagerado… – El pelioscuro le palmeó las rodillas… – Si no quieres abrirle las piernas a este sujeto no lo haces y ya. Pero no te pongas en plan cobarde ahora, además ya habías aceptado ayudar a Nam Kyu con otra de sus artísticas ideas.

– Jaejoong-hyung, ¿Yunho era todo un Casanova antes?

– ¿Eh? – El joven sonrió al entender el motivo del cuestionamiento… – Más bien era que muchas chicas querían con él, pero mi Yunho siempre supo que era de preferencias diferentes, así que no, no era un Casanova, tenía muchas amigas porque era fácil conversar con él con absoluta libertad.

– Yoochun tenía toda la pinta de ser un Casanova con amigas, ya sabes.

– Junsu ah, dale una oportunidad, si el tipo no te convence simplemente no le vuelves a ver y ya.

– Es solo que… aunque solo lo vi algunos minutos mientras bailaba y luego cuando esperaba fuera de la habitación, es tan atractivo y no puedo sacármelo de la cabeza, tengo miedo de que resulte ser solo un patán y derrumbe la ilusión que me generé. ¡Ese hombre desprende sensualidad! ¡Y sus ojos son tan negros y atrayentes!

– Si el amor a primera vista existiera, diría que fuiste flechado por uno, Junsu… – El castaño gimoteó enterrando su cara contra el cojín ante el comentario de su amigo.

--//--

Presionó el claxon y maldijo en varios idiomas el que justo a esta hora de la noche el tráfico estuviera atascando su ruta hacia la galería de su amiga. Se le haría tarde y no tenía idea de a qué hora su chico chocolate abandonaría la galería. Llamó a Nam Kyu pero su móvil le mandó directo al buzón de voz, y el teléfono particular de la galería tampoco le atendía.

– ¡Maldición! – Impactando sus manos contra el volante, Park se tensó sintiéndose demasiado ansioso.

En cualquier otra ocasión perder la oportunidad de conocer a alguien no le habría importado, de hecho muchas veces había obtenido citas con hermosas mujeres, pero si se le hacía un poco tarde o simplemente no tenía ganas, le daba igual no presentarse; incluso hubo ocasiones en que no se presentó porque en su camino conocía a alguna otra chica con la que ligar. Pero hoy, todo era diferente. De hecho lo era desde la noche anterior cuando los reflectores iluminaron a tan hermosa criatura bañada en chocolate. Yoochun tuvo el pensamiento acerca de esto como una obsesión, quizá como un capricho puesto que solía tener a quien quisiera; pero había una parte de sí que se sacudía contra su voluntad en una dirección muy diferente. Le deseaba, claro que lo hacía, pero también imaginaba acciones tan sencillas como tomar su mano o caminar a su lado por la playa en una noche bañada de estrellas.

– Pensamientos románticos. Esto se me sale de control.

Miró la hora en su reloj de muñeca, quince minutos para las ocho y él aún se encontraba bastante retirado como para tener esperanza en que el tráfico le permita llegar a buen tiempo. Resopló una vez más y llevó su mano derecha a su cabeza, enterrando sus dedos entre sus azabaches mechones, luchando contra sus pensamientos y ese deseo quemante que le aturde todos los sentidos.

Respiró profundo y buscó la serenidad, bajó el vidrio de su puerta y dejó que el aire fresco del exterior entrara para acariciar su rostro. ¿Qué era esta clase de deseo? ¿Obsesión? ¿Capricho?...

Yoochun gruñó con desespero, drenarse el cerebro en busca de respuestas no le calmaba ni solucionaba su actual problema. Diez para las ocho y él no ha avanzado más que unos cuantos metros. El sonido de los cláxones le abrumó y optó por buscar aparcar su auto a un lado, corriendo por las calles tanto como sus piernas le respondieron.

Cuando llegó a la Galería, la locación estaba vacía, pero del cuarto en que generalmente su amiga se quedaba a pintar viajaba el aroma a chocolate. Yoochun sonrió inconscientemente al recordar la imagen del castaño bailando sensualmente.

– Casi termino.

– Si tu amigo viene ahora, me encontrará así Nam Kyu-ssi; debiste avisarme que tu idea tomaba tanto tiempo.

– No seas quejumbroso, te aseguro que a Yoochun no le importará encontrarte así.

– Si es que viene.

– Vendrá, créeme… – Los pasos que la artista escuchó en el pasillo le hicieron sonreír aún más.

Realmente no lo imaginó, pero estaba contenta de que dos de sus mejores amigos tuvieran esta conexión aparentemente cimentada en simple deseo por el otro, sin embargo tiene fé en ambos, porque sabe que Junsu es un chico inocente que cree en el amor verdadero, sin aventuras lujuriosas de por medio; y porque confía en que Yoochun a pesar de su historia de conquistador, sepa apreciar los sentimientos más que el solo deseo carnal.

– No estoy seguro de que deba disculparme por llegar cinco minutos tarde… – La profunda voz del peliazabache se deslizó en el salón sorprendiendo al castaño más no a la artista.

– Estoy terminando Yoochun, espera unos minutos. En silencio… - Nam Kyu advirtió volviendo apenas la mirada para sonreírle a modo de saludo, pero también con cierto atisbo de diversión.

Luego regresó su atención al castaño, quien si tuviera su piel libre de aquellos trazos cubriéndole de pies a cabeza, podría mostrar su sonrojo a los dos presentes. Park se recargó en el muro aguardando el momento en que su chico chocolate se desocupara de lo que parece otro favor especial para su amiga. Sin embargo mientras tanto se deleitó la mirada con tan exquisita vista.

El castaño estaba sentado en una silla alta de madera sin respaldo, la artista trazó unas últimas líneas en su rostro y luego se apartó para admirar su obra de arte. El cuerpo semidesnudo del muchacho estaba cubierto por una fina capa de chocolate en distintos tonos, algunos más oscuros y otros más claros hasta el blanco. Los trazos corrían por toda la piel adelante y atrás dibujando lo que a ojos del peliazabache parecía un paisaje nocturno con la cabeza de un lobo aullando detallada en el torso. Maravilloso.

– ¿Qué fijación tienes con el chocolate y los lobos?

– La misma fijación que tú tienes por el licor y las mujeres. Simplemente me encanta.

– Me encanta el licor pero… – Carraspeó… – Las mujeres comenzaron a ser poco significativas hace un tiempo.

Nam Kyu sonrió complacida por la respuesta de Yoochun. De hecho había aprovechado el comentario de su amigo para responder aquello y asegurarse qué tan interesado estaba el peliazabache por su castaño amigo como para negar su instinto para cazar mujeres. La artista tomó una cámara fotográfica e hizo varias tomas, el castaño permanecía adorablemente callado, actuando como si no le hubiese importado lo que el peliazabache dijo, incluso como si pudiera ignorar su corazón latiendo más aprisa pues sin duda el atractivo del hombre era poderoso. Unos cuantos minutos después.

– Oh dios mío, en verdad me ha tomado más tiempo del que tenía contemplado. Tengo una reunión importante a las nueve. Confiaré en ustedes para que me hagan favor de cerrar la galería en cuanto tú estés limpio.

– Ah, pero…

– Nam Kyu…

– ¡Gracias~! Juntémonos luego para comer. Chao.

La mujer se marchó sin darles tiempo a protestar como cada uno pretendió. El sonido de los tacones de la artista hicieron eco en el pasillo conforme se alejaba, hasta que el silencio fue todo lo que inundó el salón. Los cuadros creados por Nam Kyu adornaban los muros, y había lienzos dispuestos en un lado, pinturas y pinceles; también había más sillas y un par de recipientes embaturrados de restos de chocolate oscuro y blanco. Junsu estaba mirando de reojo todo eso, más bien nervioso bajo la penetrante mirada de Yoochun. El peliazabache se mordió los labios saboreando la piel achocolatada, divagando otra vez en una de esas fantasías que le han acosado todo el día desde la noche anterior.

– Voy a ducharme… – El castaño tomó una bata colocándosela pues no soportaba más la mirada que se posaba sobre él. Le sofocaba y le hacía sentir un calor en la ingle que le avergonzaba de sobremanera.

– Por favor, dime tu nombre.

– Ah. Yo… soy Kim Junsu… – El castaño le sonrió suavemente, pero todo el chocolate cubriendo sus labios y delineados por un tono carmín que bien podría ser pintura comestible o jarabe de frutos rojos. El peliazabache se había quedado nuevamente anonadado ante aquel simple gesto… – Es incómodo que me mires como si solo quisieras tener sexo conmigo, Yoochun.

Los movimientos en los labios del castaño podrían haber continuado hipnotizando al muchacho, pero el motivo de sus palabras le sacó de su ensoñación. Las orbes negras se elevaron de la boca a los ojos del muchacho.

– Me disculpo por ello, pero permíteme decirlo como un halago, tienes una belleza encantadora, Kim Junsu, y cada vez que te he visto el chocolate cubre tu cuerpo de una forma tentadoramente sensual.

– Debo ducharme… – Fue la escueta excusa del castaño para abandonar el salón y salir de prisa de allí. Moría de vergüenza.

Park maldijo por lo bajo. Qué clase de intento de seducción había sido ese. Se desconoció a sí mismo, sobre todo porque de verdad no pretendía simplemente seducir a este chico, quería descubrirlo pero le ponía tonto y le enloquecía con el mínimo movimiento, su sola presencia ya era suficiente para hacerle perder noción de tiempo y espacio.

– Muy bien, vamos a tranquilizarnos Park Yoochun… – Se dijo en un susurro, escuchando que en el pequeño cuarto de baño de al lado el agua corría. Como la noche anterior, el sonido del agua le hacía envidiar la suerte que tenían las gotas al tocar esa piel que él solo observa… – Nam Kyu también es afortunada, usó esa piel como lienzo para sus alocadas ideas de arte.

Yoochun decidió matar el tiempo limpiando un poco el salón. Era la única forma que evitaba que irrumpiera en el cuarto de baño y se fuera sobre su chico chocolate. Minutos más tarde, cuando Junsu volvió vestido y sin chocolate en su cuerpo, el peliazabache se preguntó qué plan debería proponer ahora. ¿Invitarle a cenar, a tomar una copa, a bailar? ¿O simplemente ofrecerle acompañarle a su casa? Bueno, eso podría hacerlo de cualquiera manera luego de algo de lo primero.

– Nam Kyu estará agradecida de que le hallas limpiado el salón. 

– Junsu ah, ¿te gustaría cenar conmigo? ¿O hacer algo? Lo que sea estaría bien.

– No soy una chica.

– Aunque llegué a pensarlo cuando te vi bailando anoche, descubrir que no lo eras al salir de la habitación de ayer fue… no sé, no redujo en nada el interés que me atrajo a ti, contrariamente creo que lo aumentó.

– Solo quieres pasar un rato placentero conmigo, ¿no es así?

– No.

Negro contra chocolate se encontraron cuando sus miradas se encontraron.

– Sales con mujeres, Nam Kyu hablaba de ti a menudo, quejándose de tu mal gusto para elegirlas… – Comentó con tono casual, queriendo solamente indagar por qué el interés hacia él siendo un hombre si este apuesto conquistador siempre ha estado con mujeres.

– Supongo que ella tenía razón. Y creo que entiendo por qué pienso que solo mirarte es más placentero que lo que pude haber vivido con cualquier mujer… – El peliazabache se acercó pausadamente, sin soltar la mirada del castaño, notando que su respiración se acelera y se le pintan las mejillas de un adorable rosado. Hacía tanto que no veía un rostro sonrojado por pura vergüenza… – Y no me lo tomes a mal pero, juro que un solo beso tuyo podría hacerme sentir el placer de un orgasmo.

Junsu se sonrojó al máximo ante aquellas palabras. Si esto es parte de sus métodos de seducción, ¡Dios, es imposible no caer!

– Me sobrevaloras, Yoochun ah… – Suspiró. Y la exhalación de su aliento tibio fue como un golpe de aroma a chocolate que acarició el rostro del peliazabache.

– Menosprecias tus encantos, tus virtudes físicas y, estoy seguro, probablemente también tu personalidad. ¿Hace cuánto no aceptas invitaciones a salir? – Susurró sin poder contener el deseo de aspirar el aroma de su piel, deslizando su nariz por una de las sonrojadas mejillas.

– N-nunca. Yo no he salido con nadie hasta ahora.

– Hueles a chocolate, Junsu.

– Dos días consecutivos bañado en chocolate, supongo que tiene sus consecuencias… – Murmuró sintiendo todos esos estremecimientos en su cuerpo por la cercanía de este hombre que transpiraba atracción… – Yoochun, deb-debemos irnos.

– ¿Saldrás conmigo?

El castaño asintió. Y supo cuando los carnosos labios del peliazabache rozaron los suyos, que había caído en las redes de seducción de este hombre.


--//--
Soy honesto, yo ardientemente la deseo
Ahora, no te vayas
Ella es realmente dulce, tentadora y ardiente
Peligrosamente, en silencio me pone en la locura
Espera, una dulce esencia
¿Es chocolate aplicado sobre ella? Es delicado
No me vuelvas loco, pero hazme soñar más
Gentilmente toca la punta de mi nariz, su esencia dulce
--//--


Tras un par de semanas de citas, Junsu estaba de compras con su amigo Jaejoong y Yunho tratando de evadir justamente aquel tema. Pero conociendo al pelioscuro, el castaño está seguro de que no lo conseguirá por mucho tiempo.

– ¿Y qué tal te marcha todo con el chico con que sales, Junsu?

– Muy bien Yunho hyung, nos estamos conociendo y bueno, tenemos varias cosas en común hasta ahora.

– ¿Por ejemplo?

– Toca el piano, ¡Y lo hace espléndido! Es compositor y las canciones que me ha mostrado son hermosas~ – Respondió con las mejillas coloradas y una radiante sonrisas que se le reflejaba hasta en sus pupilas chocolate.

– Te gusta bastante… – El de tez morena sonrió contento al ver a su amigo así de contento.

– Le gusta, pero aún ni siquiera le deja besarle más allá de los labios.

– ¡Hyung! – Junsu se quejó, no solo de que le echaran de cabeza, sino también de que lo dijera con tal libertad como si estuvieran hablando de cualquier cosa y no de sus intimidades con su novio. Bueno, gestos privados que no quiere ir ventilando por ahí como si nada.

– Tú tampoco me dejabas, Jaejoong ah… – Yunho sonrió.

– Unos días solamente, pero aún ni siquiera teníamos una tercera cita cuando tú ya estabas corriéndome mano por debajo de la ropa y…

– ¡No necesito saber!

– Todos dicen que eres muy sexy y te envidian esa forma tan sensual al bailar, pero eres demasiado tierno Junsu.

– ¿Y acaso eso es un pecado? – El castaño gimoteó ofendido.

– Pues no. Tal vez sea algo de eso lo que le guste de ti a este tal Yoochun. ¿Cuándo vas a presentarnos con él?

--//--

Otra noche de cita, pero Yoochun tenía pensado pedirle ya al castaño formalizar esta relación. Habían cenado en un restaurante agradable con música Jazz en vivo, y la risa de Junsu le había alegrado bastante la noche.

– Junsu ah, ¿vamos a caminar por ahí?

– De acuerdo.

Anduvieron por las calles del distrito, los altos edificios llenos de luces de colores con anuncios de un sinfín de marcas, espectáculos y otros eventos atiborraban la ciudad. Caminaban uno a lado del otro sin atreverse a entrelazar sus manos, les daba un poco de vergüenza lo que la gente pudiera pensar al ver a dos hombres tomados de la mano. Ese pensamiento no podía simplemente ignorarse. Pero de momento incluso podían ignorarlo y comportarse como si fueran simplemente un par de amigos paseando por ahí entre sonrisas y algunas bromas.

– Junsu ah, quiero preguntarte algo.

– Te escucho.

– ¿Te gustaría salir conmigo? – La mirada del castaño le dijo inocentemente que para él esto era salir… – Me refiero a si te gustaría ser mi novio… – Carraspeó casi pateándose mentalmente por comportarse tan inseguro cuando sedujo a muchas mujeres antes. Claro que ahí radicaba la diferencia. Junsu no es una de esas tantas mujeres que francamente no le interesaban. Si es que era un pedante ególatra al respecto, pero desde que conoció a Junsu, esa vida había quedado fuera de su rutina.

– Yo… Yoochun ah, voy a ser sincero contigo… – El corazón del peliazabache se le fue a los pies, por primera vez en su vida temía ser rechazado. Porque realmente no quería que fuera así… – Me da un poco de miedo responderte lo que mi corazón me dicta. Es probable que te aburras de mí en unas semanas, y… puede sonar tonto pero, yo no creo que quiera de ti un cariño con fecha de caducidad, ¿entiendes?

– Entiendo… – Aclaró la garganta metiendo las manos en sus bolsillos… – Entonces, sigamos caminando.

– Yoochun… – Los delgados dedos del castaño rodearon la muñeca del peliazabache, y pronto estos resbalaron hasta su mano, buscando inconscientemente ese agarre que le hiciera sentir algo más seguro… – No te di mi respuesta, solo estaba explicándote lo que pienso. Pero… sí. Incluso si te aburres de mí…

– Creo que no lo sabes, Junsu… – El peliazabache le sujetó el mentón con la mano libre, pues la otra irremediablemente se había estrechado con la del castaño en un agarre firme que le devolvía una sensación cálida de bienestar… – Pero es imposible llegar a dejar de pensarte siquiera. Estás en mi cabeza día y noche desde que te conocí. Sé la fama que me precede, no puedo negarla, pero también sé que lo que siento por ti va más allá de una conquista o la curiosidad por tener sexo contigo porque quiero mucho, mucho más que eso. Te quiero a ti. A ti en mi vida para siempre, Junsu.

Sí, esas palabras derritieron el corazón del castaño. Y ahí fue cuando iniciaron su noviazgo. Aunque no vino el beso que ambos desearon e incluso buscaron acercando sus rostros. El tono del móvil del peliazabache rompió la atmósfera y les devolvió a la realidad. A esa realidad social donde públicamente no se animaban a comportarse cariñosamente como lo que son ahora, una pareja.

– Disculpa un momento, mi madre… – El peliazabache sonrió nerviosa y desanimadamente, habló al teléfono por varios minutos, hasta que el castaño le escuchó decir con tono hosco una negativa a algo que, Junsu asume, debe tratarse de alguna cita programada por la Sra. Park para su hijo… – No te preocupes, hablaré con mis padres mañana mismo, no pienso ocultarles lo nuestro. Realmente quiero que tú y yo funcionemos, Junsu ah.

Y entonces sí. Ese beso que antes no consolidaran, pero que en ése instante hizo desaparecer todo el mundo a su alrededor y redujo a nada lo que pudiera preocuparles del qué dirán. Yoochun se dejó entonces seducir por la ternura con que Junsu le devolvió el beso, la pureza con que deslizaba sus labios haciéndolos chocar y encontrarse, saboreándole como si fuese a ser el último que se dieran; pero no era que tuviese miedo a perder esto, no, es solamente que Junsu le estaba entregando sus nacientes sentimientos en un beso. Sus lenguas pronto se encontraron volviendo aquel contacto íntimo en uno más húmedo y confiado, profundo, apasionado.

Al separarse ambos suspiraron y sonrieron. El mundo lentamente comenzó a formarse otra vez en torno a ellos, pero esta realidad seguía sin importarles demasiado. Esto era más que gustarse, comprendieron que estaban hechos el uno para el otro, y lucharían por ello.

– El chico chocolate ahora es mi novio… – Celebró con una sonrisa, atrapando su cintura y dejando besos cortos sobre la boca rosada del castaño.

– ¿Chico chocolate? – El menor de los dos sonrió avergonzado, pero tan feliz por este momento que incluso si mañana desaparecía, todavía tiene hermosos recuerdos que guardar.

– Así te pensé esos días antes de saber tu nombre. Incluso después. Me encanta el chocolate, ¿sabes? Y me encantas tú. No, me fascinas, me seduces. Me tienes loco por ti, Junsu ah.


--//--
Chica chocolate
Tentadora, ardiente y peligrosa
Sigilosamente… ah… me está volviendo loco
--//--

Haría cerca de un mes que están saliendo, esa noche estaban en el departamento del castaño, sentados en el sofá compartiendo besos mientras la película que llevaron para mirar seguía reproduciéndose en la pantalla, obviamente dejada al olvido. Yoochun coló su lengua en la boca de Junsu, extasiado de que la habitante allí recibiera a la suya con gusto, devolviéndole caricias de infarto que le aumentaron de súbito el calor corporal. Sus manos actuaron entonces voluntariosas buscando refugio bajo la camiseta del castaño.

– Espera…

– S-sí… – Carraspeó… – Me dejé llevar.

– Yoochun ah, dije espera, no detente… – El castaño sonrió, con esa mirada pícara que los últimos días el peliazabache había descubierto danzar en las pupilas de su novio… – Ven… – Junsu extendió su mano y abandonaron la estancia. Pero si Yoochun tuvo la ilusión de ser arrastrado a la habitación, se equivocó.

– ¿Qué no habíamos cenado ya, baby? – Park preguntó, sin sentirse francamente decepcionado de que su novio no le arrastrara a la alcoba. Se conformaba con su compañía, con saber que se quieren y ese sentimiento crece día con día, y (se vanagloria en ello) por esos gloriosos besos que obtiene del castaño.

– Pero no tomamos el postre, Chun… – El castaño sonrió. Sacó de la nevera un recipiente que calentó apenas unos momentos en su horno de microondas, cuando lo destapó el aroma a chocolate inundó la cocina… – Dijiste que te encanta el chocolate, y sé que también te gusta el café, Yoochunnie~

Junsu enterró un dedo en la mezcla y lo llevó a labios de su novio, el peliazabache lo tomó con cuidado, succionando con gusto para saborear esa mezcla preparada por su novio.

– Delicioso…

– Quieres untarlo en algún lugar en particular… – Junsu dijo con tono sugerente, clavando su mirada chocolatosa en las negras cuencas que lo devoraron sin dudar al instante.

Yoochun le sacó la camiseta sin pensar más en lo que deseaba. Además Junsu le había dado luz verde con sus acciones, y con la respuesta tan condescendiente del castaño dejándole desvestirle y enredando sus manos tras su cuello besándole apasionadamente. El peliazabache aprovechó entonces el momento para subirle a la encimera, agradeciendo que no hubiera allí objeto alguno que le estorbara en su objetivo. Una parte de su mente se inflamó egocéntrica pensando que el castaño lo había planeado todo para la ocasión. Para entregarse finalmente a él.

– ¿Estás seguro, baby?

– No me tendrías aquí si no fuera así, Chun.

Conectaron de nuevo sus miradas y fusionaron sus labios en otro beso cargado de pasión. Lentamente Yoochun abandonó aquella boquita adictiva para tomar el recipiente y derramar una bondadosa cantidad del chocolate con café sobre el pecho de Junsu, la mezcla resbaló cuesta abajo pues estaba lo suficientemente blando. El suspiro del castaño tomó un instante la atención del peliazabache, cuyos labios fueron de nueva cuenta por los de su novio dejándole un beso profundo pero no muy largo, descendiendo de inmediato hasta su pecho comenzando a lamer el chocolate, sintiendo chispazos eléctricos en su ingle cuando su lengua tocó la sensible piel alrededor de los pezones.

– Ahh… – Junsu jadeó entrecerrando los ojos e inclinando el cuerpo hacia atrás para darle más espacio.

Yoochun sonrió complacido, y antes de ensuciar las ropas de su novio se deshizo de ellas dejándole solo en calzoncillos. Acción que le hizo recordar algo que desde el principio le tenía curioso.

– Baby…

– ¿Mh?

– Cuando Nam Kyu hizo aquel dibujo sobre tu piel, parecías estar desnudo.

La risa del castaño casi le hizo perder la concentración, pero no dejó de lamer aquí y allá, corriendo sus manos por el torso y los costados de su novio embarrándole de chocolate-café.

– Ahora vienes a mostrarte celoso, Chunnie.

– No eras mi novio entonces, y además me tenías todo idiota babeando por ti sin siquiera saber tu nombre.

– No estaba desnudo, traía ropa interior, aunque era diminuta. Ya sabes cómo es Nam Kyu.

– ¿Me harías favor de no volver a fungir como lienzo para sus locas ideas?

– De acuerdo… – El castaño tomó el rostro de su novio con sus manos tirando de él hacia arriba para topar sus labios y compartir un delicioso beso con sabor a chocolate-café… – Seré lienzo solo para ti cuando tengas intenciones de convertirte en artista.

– Eso es mucho mejor, baby… – Park sonrió más que encantado con la idea, trazando con sus dedos notas musicales sobre los muslos de su novio, tomando chocolate del recipiente cual si sus dígitos fueron la pluma fuente que a menudo usaba para escribir sus composiciones.

Y fue entonces que entre sonrisas, suspiros y jadeos el cuerpo de Junsu se transformó realmente en el lienzo sobre el que Yoochun derramó sus palabras de amor firmándolas con chocolate. La mezcla le cubrió por completo, y la boca del peliazabache no escatimó en atenciones para ir tomando con su lengua retazos de chocolate-café. Se esmeró en limpiar particularmente los pezones, succionándolos luego con clamor, arrancándole jadeos alterados al castaño, que trabado en estas novedosas sensaciones solo llevaba sus manos a la cabeza de su novio enredándole los mechones, o alcanzando su espalda y enterrando sus dedos en la piel cuando una nueva oleada de placer sacudía su cuerpo.

Cuando se sintió lo suficientemente satisfecho de explorar el pecho de Junsu, Yoochun lamió concienzudamente la línea media que descendía hasta el ombligo, obteniendo algunas sonrisas del castaño pues su traviesa lengua le producía cosquillas; músculo flexible que profanó ese pequeño orificio haciendo sonrojar abruptamente al castaño al sentir la forma en que esa lengua le lamía. Se sonrojó todavía mucho más cuando las manos del peliazabache alcanzaron sus bóxers, la prenda cayó al suelo con algunas manchas de chocolate-café que sin embargo no importaban en absoluto.

– Ngh~ – El dulce gemido de Junsu sonó a un tono agudo al piano a oídos de Yoochun, lo consiguió cuando vertió chocolate-café sobre la semidespierta erección del castaño… – ¡Oh dios~! – Gimoteando abochornado cuando la mano del peliazabache comenzó a acariciar de arriba abajo embarrando la mezcla por toda la extensión.

– A un postre tan exquisito uno siempre quiere darle mordiscos, baby… – El peliazabache dijo con voz ronca y lasciva mirada, mordisqueando el mentón y el cuello de su novio.

– Nhh Chun, me da vergüenza~

– Eres tan caliente y dulce, que no sé qué es lo que más me gusta de ti, Junsu ah… – Nuevos besos y las manos del castaño buscando deshacerse también de las ropas de su novio. Sí, justa razón por la que no sabe qué le enamora más de este chico, su pasión en todo lo que hace, o su personalidad tierna y a veces hasta infantil. Y no porque sea inmaduro, por el contrario.

– Te gusto y es lo único que me importa… – Jadeó con el rostro ruborizado y algunas gotas de sudor comenzando a perlarse en sus sienes… – Porque me gusta todo de ti, y no es que haya algo que me guste más, Yoochun.  

– Tan adorable… – Sonrió mientras le ayuda en su intención de compartir el estado de desnudez.

Y cuando eso sucedió que sus cuerpos volvieron a encontrarse, el chocolate terminó embarrado también en la anatomía del peliazabache. Besos ardientes y manos inquietas pronto volvieron a aquel objetivo que Yoochun abandonara instantes atrás. La mano de Junsu acarició sutilmente el falo de su novio, todavía avergonzado de sus participación pero tomando rápidamente confianza pues los gemidos roncos del peliazabache soltaban un aire caliente que erizaba el vello en su nuca y estremecía todo su cuerpo.

De pronto Junsu fue recostado totalmente en la encimera, sus piernas flexionadas se apoyaron en los bordes, abiertas para darle espacio a Yoochun. La lengua del peliazabache cayó sobre la erección de su novio lamiendo lentamente desde la base hasta la punta.

– ¡Yoochun~! – Gimió contorsionando involuntariamente su cuerpo, sofocado por ese nuevo placer que la boca de su novio prometía.

Luego de retirar buena parte del chocolate-café del falo de Junsu, el peliazabache lo metió en su boca tragándole hasta que sintió la punta tocarle la garganta, luego comenzó a succionar, el chapoteo de su boca bombeando la extensión del castaño mandó por los cielos el calor y la excitación de ambos. El miembro de Yoochun se irguió en respuesta, y él solo ansiaba poder enterrarse en aquel estrecho pasaje que se escondía entre los glúteos de Junsu.

De un momento a otro el castaño se supo de rodillas en la encimera, con el trasero alzado siendo embarrado con más chocolate, igual que su espalda. Líneas de chocolate-café resbalaron por sus costados cayendo como finas gotas que ensuciaban más su ya manchada encimera –cosa que tampoco importaba en absoluto–, la boca de Yoochun mordisqueó porciones de piel por toda su espalda y en sus glúteos, lamió chocolate y succionó dejando algunas marcas en distintas partes de su anatomía. Adoraba esta silueta por ser perfecta, la curva de su espina dorsal, su pronunciado trasero, la firmeza de sus glúteos, la fuerza de sus piernas largas.

– ¡Ahh~! – Un nuevo gemido cuando la lengua de su novio se abrió paso entre sus glúteos y cayó sobre su comprimida intimidad.

Los colores se le subieron a la cara, pero estaba lo suficientemente excitado como para ignorar sus sonrojos y hacer a un lado sus vergüenzas. Inclinó un poco más su cuerpo y abrió sus piernas en otro ángulo para facilitarle la labor al peliazabache. Yoochun sonrió y aprovechó lo que quedaba del chocolate para usarlo como complemento de lubricante al usar su saliva como tal. Durante minutos uno a uno tres de sus dígitos profanaron la estrecha cavidad dilatándola con cuidado, la lengua de Yoochun participó de los mimos que le regaló mientras tanto, saboreando ese gusto del chocolate-café en aquella parte tan íntima de la anatomía de Junsu.

– Estoy listo, Chun. Por favor, hazme tuyo… – La mirada, la voz ronca pero todavía dosificada en dulzura, y que se girara para enroscar sus piernas en torno a la cintura del peliazabache jalándole hasta sentir como sus erecciones se tocan, fue petición más que suficiente para él.

– Amo a mi chico chocolate… – La declaración le valió por las palabras más románticas que podría haber escuchado de labios del peliazabache en un momento como éste.

Yoochun se acercó para besarle, y perfilándose entre sus piernas dirigió su pene a la dilatada cavidad de Junsu. La penetración fue lenta con vestigios de incómodo dolor, pero pronto aquellas sensaciones fueron disminuyendo hasta desaparecer mientras el peliazabache aguardaba quieto a que su novio se acostumbrara a su invasión, besándole y lamiendo la piel que seguía sucia de aquí o allá de chocolate-café.

Los gemidos aparecieron desde las primeras estocadas, aumentando en ronquez conforme el ritmo mutó al frenético vaivén de caderas. Les sedujo el roce carne contra carne, el hinchado tronco de Yoochun buscaba enterrarse más profundo en cada embestida, hasta que finalmente alcanzó un punto en el interior de Junsu que le hizo temblar y gimotear sumamente extasiado. Sincronizaron sus movimientos de modo tal que sentían un fuego quemándoles desde el interior, los espasmos en cada estocada certera, rápida y profunda. Toda la pasión y el candor, el deseo reprimido por semanas, la seguridad de un sentimiento floreciente.

Yoochun se ancló a las caderas de Junsu golpeando su pelvis con fuerza contra el trasero de su novio, el sonido húmedo del encuentro y la unión de sus intimidades incentivaba la libido de los amantes y el aroma del chocolate-café les inundaba los sentidos. Esto era simplemente perfecto. Era más que sexo, amor.

Junsu sentía su final cerca, por eso llevó una de sus manos a su propia erección bombeando al ritmo de los movimientos de Yoochun, gimiendo sin pudor pero con las mejillas moteadas de rubor; su mirada buscó la del peliazabache y cuando las conectaron se negaron en apartarla. Querían alcanzar el orgasmo sumidos en las pupilas del otro. Quizá fue por eso que cuando todo el calor concentrado en el bajo vientre hizo explosión, ellos sintieron en cada espasmo sensaciones cálidas que les llenaron no solo de placer, sino de plenitud en el alma.

La respiración errática de ambos muchachos fue todo lo que se escuchó en la cocina durante minutos, hasta que el orgasmo dejó de sacudirles el cuerpo y fueron capaces de moverse sin sentirse ausentes, perdidos en el paraíso. Yoochun salió despacio del interior de Junsu, escuchándole gemir incómodo al romper la unión pues había tardado demasiado en abandonarle. Le ayudó a bajar de la encimera y de inmediato sus bocas se encontraron en una serie de besos suaves sin querer deshacer del todo esta atmósfera de amor.

– Hueles a chocolate, café, almendras y vainilla… – El peliazabache dijo al aspirar sobre la piel de la mejilla de su novio.

– Es porque has usado todo el jarabe en mi cuerpo~ – Pucheó el castaño, sonrojándose como termostato al sentir su desnudez pegada a la de su novio.

– ¿Nos duchamos juntos, baby?

– ¿Vas a correrme mano otra vez?

– Tal vez… – Los dedos del peliazabache se pasearon por los brazos, costados muslos del castaño, adorando esa capacidad de avergonzarse incluso si acaban de hacer el amor tan apasionadamente.

– V-vale, pero deja de mirarme como si fueras un predador~

– Es que tú eres una criatura tan linda que me provocas, baby~

– No soy una criatura linda… – Se quejó empujándole y caminando rumbo a la ducha.

Yoochun quiso decirle que ofreciéndole aquella vista tan tentadora de su desnudez sucia de chocolate no ayudaba precisamente a alejarle los pensamientos impuros. Pero en lugar de decir nada de aquello, simplemente le dio alcance y rodeando su cintura murmuró en su oído lo que pensaba de él.

– Mi chico chocolate, eres dulce, ardiente y tentador como la mierd…

Junsu le calló con un beso, y fueron sus manos las que esa vez elevaron el deseo de Yoochun. Sí, pronto el peliazabache podría decir que su castaño novio era un ángel con cuernos y cola. Vaya cola.


FIN

21 comentarios:

  1. ÿooooooooooooooooooo primero *-*

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    1. mmmm chocolate *¬* hahahah le dieron gato por liebre XD
      pero ke lido gatito no OwO

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  2. weno me estoi qedando por la mitad... luego regreso y comento largo y tendido.. ya me estoi mareando de tanta fiebre @_@

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    1. despues de mil años vengo a comentar =P... mianhae u_u ... pero weno ahora si =]

      WOOOOOO estuvo estupendo, increibleee y con lo muxo qe me encanta el chococolate y q lo tomo como el dulce mas erotico y sensual q hay...>.< q tal combinacion para este one shot :D

      imaginarme a Junsu todo bañadito de chocolateee O.O !!! fue infartante, hasta me imagine la cara de babo q ha de haber tenido Yoochun, hasta creo q io lo tuve hehehe
      y Chunnie todo lindo demostrandole q en verdad lo qeriaa y yo se q se qieren reteharto...

      uy ese lemon fue lo mas chocolatoso y extasiado q he leidooo, Susu si q se las tenia bien guardada hehe aca no hubo cavidad para la verguenza xD y Chunnie q lo aprovecho toditito

      Gracias Feli hemoshaaa :D

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  3. Ahhhh fue muy lindo!!!!!!!!!!!!!, jajajajajajaja Yoochunnie pensando que era una linda y sensual chica, jajajajajajajaja pero claro que lo cautivo mucha más que una ♥_♥, su chico chocolate!!!!!!!!!!!! *o*

    Waaaaaa Junsu tan lindo!!!!!!!!!!!! lo amo!!!!!!!!!!!!, jajajajajajajajajaj Jae siempre tan directo xD

    Fue muy lindo como Yochun le demostró que por el sentía un interés sincero ♥_♥

    Ahhhhhhhhhhhhhhhh Junsu tan sensual!!!!!!!! ;Q________________, jajajajajajaj el ratón sexy siempre será celoso con su delfín de chocolate xD, *o*

    Me encanto!!!!!!!!!!!!!! te quedo genial Feli ToT

    Gracias :D!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  4. Por los calzones de shisus *^* ya no vere el chocolate de la misma manera mas si escucho la cancion de susu xD hasta se me antojo el choco mientras iba leyendo todo *A* tienes el don de hacer que me sonroje mientras leo tus ideas asdasdasd estuvo bonito y pornoso enserio el choco no sera lo mismo ahora exigire mi yoochun y junsu cada que compre uno sino no vale xD sigue escribiendo asi de gwnial que aqui me tendras pegada como siempre ^^ cuidate bexxs :3

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  5. quien no quiere ver esa imagen de junsu bailando en chocolate?!?!??! * me apunto en primera fila... talvez en segunda chun va primero* ....

    jojojo woooowww no puedo creer que me siga sorprendiendo de lo que pueden ser ese par.... matta ne

    <3 yoosu <3

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  6. Holis!! wow fue uno de los mejores one-shot que lei del YooSu!!
    Mis felicitaciones te quedo increible, la letra de la canción con tus palabras hicieron una historia muyyy buena.
    Y que final,era un ángel con cuernos y cola. Vaya cola.!!! creo que todas entendemos^_^
    Me encantooooo
    besos

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  7. *le dieron más de setenta mil taquicardias♥♥♥♥ hagdhgjhhjdshjshdsd murió cuchurrucientas veces♥♥♥ Ya se metió a su tumba, se tiró tierra y acomodó las flores encima ella sola♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥*
    OH POR DIOS♥
    Esque este Kim Junsu emana sensualidad hasta cuando no quiere!! jdhfsjhdsjhs ese baile en el chocolate~~~~~~~~♥♥♥♥♥ Ahh Park Yoochun, yo que tú me le tiraba encima allí mismo *^* ♥
    Adoro cuando Chun se hace todo un mundo para ganarse al baby, especialmente cuando es más que obvio que el baby tambien quiere quedarse con eeel~~ >w< ♥ Son la cosa más hermosa y sexy de este planeta♥
    Aigoooo♥♥ Yoochun con sus halagos me mata, ME MATAAA♥♥♥ Esque jdfgsjhdgfjhgfshgdfhsgdhsjf me lo imagino y todo y dhjfgdgs♥♥
    Aww♥♥ Amé cuando Chun dijo 'El chico chocolate es mi novio~' dhgfshdgfshgshgh omg♥♥ >www< Par de cosos hermosos♥♥
    Y cuando llegó el día!! asdasdasdasd su primera vez ;w; Tan sexy y romántica y apasionada y hgfjhsgsjfsjdjsfjsfg te juro, te juro así por el amor que le tengo a mi carrera de artista que amé, AMÉ lo del 'Seré lienzo solo para ti cuando tengas intenciones de convertirte en artista'♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ Me mataste *otra vez* con eso♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ ;A;
    Feli, lo amé♥ Amo como se aman♥♥♥ Y te amo por amarlos tanto como sabes que yo también los amo y por mostrarnos su amor con estas maravillas *A* ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ Graciaaaas♥♥♥

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  8. Chocolateeeeeeeeeeeee jijijiji me encantooooo ese Yoochun quedo prendado del delfin de chocolate, y se enamoro a primera vista, fue tan lindo, y tierno y hermosoooo me encantoooooo, muchas gracias por compartirlo, estas historias con las canciones del disco de Junsu son geniales ^^

    Saludos

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  9. aysdgkasdkahdgsladfslad!!! Chocolate~~ *---*!! Pero que combinación más rica Junsu + chocolte = Yoochun baboso!! *O*!!
    Es que me ha encantado... en serio!!! asdasdasda!! Más que no había tenido tiempo para leer... y toparme con esto de entrada fue lo máximo!!! *O*!!!

    Muchas gracias por tan hotoso shot!! *-*!! Le he amado~~

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  10. GOSSSHHHHHHHHH!!!! *se rueda como loca histerica* Me di una escapada de mi Tarea para leer esta hermosura de Shottttt!!!
    Desde principio a fin un hermoso Shot *Lanza flores por todos lados*
    Al principio cuando lo conocio tan asdgshgdsahdghsagdhsagdhasgdh♥ El simple hecho de imaginar a JunSu lleno de chocolate bailando sensualmente es jsdhajhdjsagdhgsahdgashdgashgdhsagdh♥ Park YooChun volvemos al tema de que ya tienes una parcela ganada en el cielo, yo no hubiera aguantado!! xDD
    Y despues cuando NamKyu la hizo de cupido igual que Jae fue sgdahsgdhgashdgashdghghasgdhasg♥ Ella intuia que algo pasaria ahi!!!! Y no se equivoco!!
    Y ya cuando se volvieron novios y la primera vez shagdshgdhasgdhasgdhsghdsagdhg♥ GOSH LA PRIMERA VEZ FUE LA GLORIA LO SEEE XDDDDD
    y esta frase "Y no me lo tomes a mal pero, juro que un solo beso tuyo podría hacerme sentir el placer de un orgasmo." Gosh me mato asi!!!! directo xDD
    Muchas gracias Feli ameee todo este shotsito beshooo *le lanza YS besho flores besos y amorrr xDD*
    ♥~~

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  11. Me encanto quedo conganas ...si Yoochun ya necesitaba a alguien para sentar cabeza :) . Muy bonito como le decia chico chocolate ,muchas gracias Felina.

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  12. woooooooo me gusto este one shot del yoosu
    como yoochun conquisto a junsu de lo mejor que e leido
    muchas gracias feli

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  13. OMG!!! esto estuvo super lindo, tierno y sensual!!! Me encantó. .. muchas gracias estuvo hermoso. En verdad no tengo palabras .... gracias, gracias,mil gracias

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  14. jej que te puedo decir...Estubo dulce/erotico??? ^//^

    jeje muy bueno me encanto!!! Si en definitiva Junsu es un angel con cuernos y cola

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  15. dios solo de pensar en junsu cubierto de chocolate ..me dan sudores.....me encanta como escribes las escenas hot ...nadie como tu ..lo juro lo ame.....

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  16. un junsu con chocolate para llevar por favor!!!, ... asi si me desmayo XoX
    <3 ame la historia!!
    gracias

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  17. Me comí la caja entera de Chocolates todo por culpa de mi Chunnie goloso jajajaj

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”No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”
J.R.R. Tolkien