Bueno, pues acá con un oneshot de esos que casi no se me dan :/ pero bueh, que el ratón hace lo que quiere -.- así que se le ha ocurrido hacer un shot por cada song del album del baby *-* y pues este es el primero xD no habrá un orden específico, todo dependerá de la inspi como siempre. Sé que me falta seguir con ISTAR y todos los demás seriales u.u sorry xq no cumplo con lo que digo, pero es que mi ratón que se me revela y luego las ideas con las songs y askjdakldjsa X.x
En fin, para no alargarme, solo les aseguraré que terminaré todo lo que anda por ahí en proceso, y pues este reto (?) se agrega a la lista, veamos cm resulta la cosa ;D
Título:
WITH MY SOUL
Autora:
Felina
Pareja:
YooSu
Género:
Angustia, Romance
Clasificación: NC-17
Serie: INCREDIBLE
Song: I´m in Love
~~*~~
WITH MY SOUL
~~*~~
La vida adolescente en realidad podría ser
considerada como sencilla cuando
llegas a esta etapa en la que te conviertes ante la sociedad como un adulto responsable que debe tomar del
todo las riendas de su destino. Aquellas palabras bailaban en la mente del
muchacho de cabellos teñidos, Junsu sentía el mundo sobre sus hombros, tantas
expectativas que cumplir, tantos sueños por los que luchar, tanto camino por
recorrer. A sus 21 años él todavía consideraba que su historia apenas estaba
comenzando. Y como en toda historia por iniciar, había cosas a las que renunciar.
– Siento llegar tarde, baby… – Él es
Yoochun, actual novio de Junsu. Le ha saludado con una sonrisa culpable, sabe
cuánto le gusta la puntualidad a su dulce novio, y él ha llegado 20 minutos
después de la hora acordada.
Yoochun esperó el puchero mimado que le
recriminara su impuntualidad, el reclamo infantil y esa supuesta molestia de un
Junsu que se cruzara de brazos y le negara su mirada. Pero todo lo que el joven
de cabellos negros vio, fue a su novio sentado absolutamente serio en la banca
del Parque en que siempre pasaban al menos unos minutos conversando desde que
eran unos niños.
Hace tanto que se conocen.
– ¿Qué sucede?
Yoochun preguntó sin rodeos. La postura de
Junsu no le agradaba para nada, parecía molesto y al mismo tiempo podía ver en
sus ojos chocolate que quisiera no estar aquí. Había una mala noticia ahí, el
pelinegro lo sabe.
– Debemos terminar.
La respuesta de Junsu le tomó completamente
desprevenido. Volvió la mirada hacia el pasado y no fue capaz de encontrar un
motivo por el que aquellas palabras hubieran sido pronunciadas por su novio.
– Por qué.
Él quiso saber. Pero Junsu esa vez desvió
finalmente la mirada. Su perfil lucía hermoso como siempre, sin embargo el
pelinegro alcanzó a vislumbrar también un matiz diferente en aquel perfil
encantador. La mandíbula tensa, los labios temblorosos, la simple evasiva de su
mirar. Yoochun comprendió que esta decisión era difícil para Junsu. Pero
entonces siguió rondándole la duda. Por qué.
– Es lo mejor para los dos. Yoochun ah, mi
madre me presentará a una mujer. Ella quiere que sea feliz, que siente cabeza
en unos años y forme mi propia familia.
– Y tú eres incapaz de contradecir los
deseos de tu madre. Aunque sepas que no serás feliz. Tú me amas, Junsu. Juramos
amarnos toda la vida, sin importar el qué.
La expresión melancólica de ambos jóvenes
se reflejó en sus rostros. Yoochun miró su mano izquierda, el anillo en el dedo
anular. Su igual descansaba en el delicado dígito de Junsu. Una sonrisa amenazó
con asomarse en sus labios, si él no se lo ha quitado. ¿Quedaba aún alguna
esperanza para los dos?
– Éramos unos adolescentes entonces… –
Junsu suspiró mirando hacia el cielo.
El precioso firmamento de un azul claro tan
nítido que le hizo sentir abrumado. Este era un día perfecto, y sin embargo
estaba ahí, terminando una relación de cinco años tan solo por algo que solo podía
ser llamado cobardía. Un día tan perfecto, como exactamente cinco años atrás,
cuando Yoochun le confesó sus sentimientos y él no hizo otra cosa que llorar en
silencio con una boba sonrisa en los labios, abrazado con todas sus fuerzas al
pelinegro.
Hermosos recuerdos.
Pero solo eso, retazos del ayer.
– Y entonces solo así, ¿terminamos y ya? ¿Qué
será de nosotros ahora, Junsu? Sabes que amigos jamás podremos ser.
– Se… – El de cabellos teñidos tragó hondo,
luchando contra ese nudo en su garganta que le hacía pesado el solo respirar… –
Seguir con nuestras vidas, Yoochun. Solo seguir.
– ¿Podrás hacer eso? ¿Seguir adelante como
si lo nuestro no existiera? – En la voz del pelinegro se escuchó el reclamo
contenido, la rabia y la confusión. La impotencia. Esa voz profunda y ronca que
muchas veces antes hizo suspirar anonadado al menor de los dos, hoy solo se le
clavaba como puñal en el corazón.
– ¡Jamás he dicho nada sobre fingir que lo
nuestro no existió! – Exclamó con las lágrimas bordeando sus ojos… – Jamás,
Yoochun ah, yo solo… yo solo…
– Tú solo has decidido poner a tu familia
por encima de nosotros… – Concluyó poniéndose finalmente de pie.
– Yoochun… – Su mano sujetó la del mayor
rodeando su muñeca cuando se alejó apenas un paso…
– Suéltame, Junsu. No hagas esto más
difícil, tomaste tu decisión, atente ahora a sus consecuencias. No quieras
arrepentirte cuando sabes que en realidad no darás marcha atrás.
Sus palabras fueron rudas, tenía la
intención de herirle al menos un poco. Pero Yoochun comprobó que aquello le
lastimaba por igual. Ama a Junsu por sobre todas las cosas. Cuando se le
declaró, incluso siendo un adolescente de 16, sabía que no sería fácil; admitir
su homosexualidad había sido un paso duro en su vida, pero ver las sonrisas
diarias del menor siempre consiguió animarle; y fueron sus sonrojos y sus
gestos tiernos los que enamoraron al chico, los que le dieron el valor de abrir
su corazón. Cuando Junsu aceptó sus sentimientos y le devolvió una
correspondencia, él juró que haría todo por conservar esto.
Pero hoy, cinco años después de aquel acto
adolescente, sentía que parte de su alma le era despojada cuando el suave tacto
de los delicados dedos de Junsu abandonaron el contacto.
Junsu le soltó.
Y con aquello dejó rotos muchos sueños.
~*~
Otro año pasó, el tiempo
vuela rápido
Los días pasaron y
luego los años
Esos tristes
recuerdos en mi cabeza se vuelven descoloridos
A medida que el
tiempo pasa
Pero, es extraño,
duele aquí
Llevo el dolor
mientras vivo
No puedo sacar este
anillo en mi mano izquierda,
No puedo renunciar
a ti que vives dentro de mi corazón
Cosas como el amor,
No
Cosas como
lágrimas, No
Cosas como anhelo,
No
Ese no es mi estilo
Vuelvo a hacer
alboroto, No
Trato de guardarlo,
No
De cualquier modo,
creo que todavía la amo
Creo que todavía le
amo
~~//~~
Estados Unidos nunca le había agradado
francamente. La primera vez que estuvo aquí hace ya muchos años, era un crío de
dos años de edad que simplemente iba donde sus padres decían que irían. Vivió hasta
los nueve allí y luego volvieron a mudarse a Seúl. Hoy, a sus 25 años, se
plantea la posibilidad de que éste sea su destino, Virginia se ha convertido en
su ciudad. Ha hecho amigos, tiene un buen trabajo y hasta tiene novio.
Sí, novio.
Después de todo el pasado a dónde pertenece
si no al ayer.
– Darling, no tardes demasiado en volver a
la cama, ¿sí? – La voz suave de su amante le hace sonreír. Aunque aquel gesto
en sus labios aún dista de las verdaderas sonrisas que curvaban sus labios, el
pelinegro agradece no haberse amargado la vida por un amor que no volverá.
– Iré enseguida… – Yoochun aseguró. Pero estaba
ahí, pegado a su computador portátil conversando con uno de sus viejos amigos…
– Se hace tarde, hablemos otro día hyung.
–
¡Parece mentira! Nada más te fuiste y ahora siempre que te despides terminas
con ese “hyung” que me hace sentir tan viejo.
– Oh
vamos Jaejoong hyung, no seas melodramático. – El pelinegro sonrió un poco más,
ver la expresión ofendida de su amigo en la pantalla casi le hacía sentir
ligero otra vez.
– ¡Pero
vendrás Yoochun! Y entonces veremos cuánto respeto me guardas.
–
Hyung, ya hemos hablado acerca de eso. No iré. No pienso volver ni de visita.
– ¿Y
entonces qué? ¿Seguirás haciendo de cuenta que no te importa, que no sigues
enamorado de Junsu?
- No
lo menciones… – Resopló
frustrado. ¿Cómo es que siempre terminaba colándose en sus temas de charla?
– Lo
lamento, Yoochun, de verdad.
–
Mentiroso.
–
Nunca dije que lamentara mencionar a Junsu, estaba hablando de lamentar todo
esto. Han pasado cuatro años, pero cada que hablo contigo o me encuentro con
él, sigo viendo en sus ojos la misma tristeza.
– Fue
Junsu quien terminó lo nuestro, Jaejoong.
– Lo
sé. Como sé que es día que no es feliz. Como tú tampoco lo eres, Yoochun.
–
Seguí adelante con mi vida. Comencé una historia aquí, tengo un trabajo genial,
amigos divertidos… mi novio.
– ¿Y
alguna vez le has dicho que lo amas?
Yoochun desvió la mirada del monitor de su
portátil. No quería que Jaejoong viera en sus ojos la verdad. Aunque aquella
saltara a la luz aún en contra de su voluntad. ¿Amarlo? No, claro que no. Si Yoochun
tiene novio es porque ha aprendido a querer a este chico, pero eso ambos lo
saben. El amor está muy lejos de volver a sentirse en su corazón.
– Te
lo he dicho tantas veces, Jaejoong. Solo intento hacer una vida sin él… –
El pelinegro suspiró con aire cansino… – ¿Podrías
dejar de interferir con eso trayendo a Junsu siempre a colación? – Espetó
resentido.
– No
soy yo quien interfiere en ello, Yoochun; sino tú mismo. Ni siquiera te has
quitado ese anillo.
Las palabras de Jaejoong surtieron entonces
el efecto que mismo Yoochun se reprendía todos los días al despertar o cerrar
los ojos para dormir. La argolla en su mano izquierda seguía ocupando el dedo anular,
esa joya que no tiene mayor valor económico y que tiene su igual al otro lado
del mundo. O lo tenía. Yoochun sintió un pinchazo de miedo en la boca del
estómago al pensar en la probabilidad de que Junsu se haya desecho de su anillo
a saber desde cuándo. Quizá incluso desde el día en que terminó con él. Pero,
después de todo qué motivo tendría Junsu para conservarlo. Incluso él, que
ahora tiene novio ¿no debería deshacerse de este inútil objeto?
Sin embargo ¿Cómo quitarse ese anillo que
parecía encarnado en su piel?
– Mi novio se despide, Jaejoong. Envía saludos
de nuestra parte a todos sus amigos por allá… – El chico de voz suave apareció
en la pequeña oficina del departamento compartido. Canceló la videollamada y
cerró la portátil. Yoochun rehuyó su mirada, y por su ceño fruncido, él
advirtió que estaba enfadado por su intromisión… – Si piensas sostener una
conversación con tu amigo acerca de tu exnovio, ¿al menos no crees que debieras
hacerlo cuando no estoy, o fuera de casa?
– Lo lamento.
– Sé que sí, Yoochun… – El chico se recargó
en el escritorio, posó una mano sobre el hombro del pelinegro y suspiró… – Te
quiero, Yoochun; y sé que me quieres. Pero necesitas esforzarte un poco más
para que esto funcione. Llevamos casi un año viviendo juntos y todavía son más
las noches que pasas en vela o excusándote con cualquier tontería para no estar
en casa.
– Hago mi mejor esfuerzo, Matt. Pero cuando
decidiste aceptar el reto de vivir juntos, sabías que esto no sería sencillo
para ninguno.
– Lo es menos si sigues hablando con tus
amigos, tanto Jaejoong como Yunho y ChangMin no hacen otra cosa que hablarte de
tu exnovio.
– Se llama Junsu… – Gruñó
inconscientemente, detestando que la palabra exnovio siga saliendo de labios de su actual pareja.
– ¿Y se supone que deba tenerle algún tipo
de afinidad? Me importa un carajo su nombre, o cómo le va en la vida. Sé que
fue él quien terminó contigo, sé que te quiero y que no le guardo el mínimo de
respeto. Pero si piensas aún que él es más importante que nosotros, entonces
adelante Yoochun; sigue conservando ese anillo en tu mano y dejemos de
engañarnos.
– ¿Estás terminando conmigo?
– No, Yoochun, no te confundas. Tú, estás
terminando conmigo porque eres incapaz de realmente seguir con tu vida y dejar
atrás a tu ex.
Cuando el chico salió de la oficina, el pelinegro
largó un suspiro, venció su cuerpo en la silla y cerró los ojos con fuerza. La cabeza
comenzó a dolerle al instante. Tantas emociones que manejar, y él con tan poca
valía para enfrentarlo todo.
Era tan cobarde como Junsu cuando le dejó
hace cuatro años. Lo era, porque a pesar del tiempo transcurrido, no solo era
incapaz de renunciar a ese amor, sino que realmente no quería. Si conservaba
aquel anillo en su dedo anular no era simplemente por capricho, era porque no
quería tener que decir un adiós definitivo a todos los sentimientos vividos en
aquellos años de su vida.
…flashback…
Park Yoochun estaba acostumbrado ya a las
miradas de las chicas cada que le veían pasar por los pasillos de la escuela,
también estaba acostumbrado a ser algo patán y sonreír galante como si alguna
de ellas le importara de verdad. Era malo,
como le decía su mejor amigo, por ilusionarlas y jugar con sus sentimientos. Pero
él se defendía adjudicándose inocencia al respecto…
– Actúo normal, no es mi culpa que una
sonrisa o que voltee a mirarlas las haga alucinar con que quiero salir con
ellas, o lo que sea.
– Eres ególatra, Chun… – Su amigo rió
divertido por la frescura con que su amigo pelinegro respondía aquello.
Kim Junsu, se llama; y ha sido uno de los
pocos amigos que el pelinegro aprecia realmente en su vida desde que llegó a
Seúl hace siete años. Al principio la verdad es que no se habían llevado muy
bien, Junsu había sido un niño demasiado mimado para gusto de Yoochun, reía
como bobo todo el tiempo, hacía pucheros por cualquier cosa y siempre, ¡siempre!
Quería doble porción de pastel en las fiestas de cumpleaños. Conforme fueron
creciendo, Yoochun fue dándose cuenta de que Junsu no le caía tan mal, se dio
cuenta de que el menor de los dos entendía muy bien todo lo que platicaba con
él y le daba ánimos, siempre sonreía y eso le alegraba bastante, y además
siempre era un blanco ideal para bromear. ¡Y Junsu nunca se enojaba! Eso era lo
más grandioso de todo, aunque su mamá solía reprocharle que fuera tan pesado con el niño.
– Junsu
sabe que son bromas, mamá.
–
Algunas bromas pueden llegar a doler, Yoochun. Solo ten en cuenta eso, porque
un día podrías llegar a ofenderlo o lastimarlo incluso sin tú querer hacerlo.
Yoochun comprendió aquellas palabras una
vez cuando tenían 14 de edad. Siguiéndole la corriente a otros chicos de su
clase, apoyó la moción de que Junsu era un tonto, una nenaza con pantalones que
lloriqueaba por todo cuando no se le concedía un capricho. El pelinegro, siendo
un adolescente promedio que solo intenta encajar en su círculo social, rió por
las palabras y hasta agregó alguna experiencia en la que (según él), Junsu se
comportara como una niña. El menor de
los dos le miró con los ojos lacrimosos parado en el pasillo, sollozó
tragándose su orgullo pisoteado y dio media vuelta corriendo aprisa. Esa fue la
primera vez que Yoochun tuvo realmente miedo de haber perdido a Junsu. Pero no
fue la única.
Pese a que Junsu le perdonó aquella metida de pata, algunas semanas después,
para el Día de San Valentín; Yoochun se burló del bombón que su amigo preparó
cuando lo pilló reacomodando el envoltorio en el aula de clases antes de que
todos sus compañeros llegaran. Junsu lloró con las mejillas rojas y le gritó
por primera vez en todo ese tiempo. Aquellas palabras nunca saldrían de la
mente del pelinegro.
– ¡Yoochun
idiota! ¡Era para ti!
Cuando el menor se hubo marchado
(seguramente a los baños para mojarse la cara y tranquilizar su herido
corazón), el pelinegro pudo ver el delicioso bombón de chocolate en la caja
rosa que –supo después– el mismo Junsu había hecho con sus manos. Aquel día fue
cuando los verdaderos sentimientos entre ambos muchachos comenzaron a aflorar.
Dos años después, cuando tenían 16, Yoochun
estaba emocionado porque participaría en su primer recital en un Festival
estudiantil. Tocaría al piano My Everything,
canción que había estado ensayando acompañado por Junsu en la voz, aunque ahora
el (entonces) castaño no se fuese a sentar junto a él en el banquillo, podía
sentirle como si estuviera; además le valía por igual porque el chico estaba
sentado en primera fila junto a su familia. Aquello por sí solo le sobresaltaba
el corazón.
Cuando el recital culminó y la noche se
había asentado sobre la ciudad, Yoochun invitó a Junsu a caminar por el Parque.
Su favorito de siempre. Andaban uno junto al otro dejando que sus brazos se
rozaran por cada paso que daban, sonriendo avergonzados pero indispuestos a
dejar de sentir al menos aquel roce. Pero Yoochun tenía pensado algo más para
esta noche tan especial (lo era para él al menos), así que reunió todo el valor
que su adolescente corazón poseía y sujetando el brazo de Junsu le hizo
detenerse a medio sendero, tironeando de él hasta esa fuente en un costado que
seguía funcionando con sus aguas saltarinas ejecutando sonidos que en sus oídos
podrían componer fácilmente una melodía de romántico amor.
– ¿Qué pasa, Chun? – El menor le preguntó
con una sonrisita inocente, como si simplemente pensara que fuesen a hacer
alguna travesura de esas que hacían cuando eran unos niños, correteando en la
fuente en pleno verano.
– Me gustas, Junsu. – Soltó sin más, de sopetón, vulgarmente dicho.
Los ojos en forma de gota del castaño se
abrieron desmesuradamente al tiempo en que sus mejillas se encendían de un
adorable tono rosado.
– Yo…
– ¡Piénsalo antes de rechazarme! – Exclamó
de pronto el mayor, haciendo que el menor parpadeara lindamente un par de
veces, antes de sonreír y murmurar algo que el pelinegro no alcanzó a escuchar
o entender. ¡Es que temblaba de pies a cabeza!... – Qué has dicho.
– Que eres bobo… – Repitió con una nueva
sonrisa, mirándole con la mirada brillante.
– ¿Eso en este punto en el que me siento
avergonzado y muerto de nervios es bueno o malo? – Cuestionó con el corazón
atorado en la garganta, seguro de que nunca podría seguir adelante si en verdad
el castaño le rechazaba.
– Depende. ¿Es bueno para ti que también me
gustes, Chunnie? – Murmura con las mejillas a tope de carmín.
– ¡Te Amo, Junsu! – El pelinegro exclamó
contento, abrazándole y deseando con todas sus fuerzas que esto no se trate de
uno más de esos sueños que se le presentaban últimamente incluso si está
despierto.
El castaño parpadeó un par de veces luego
de haberle escuchado casi gritar aquellas palabras tan hermosas. Luego simplemente
se abrazó al mayor escondiendo su ruborizado rostro en la curvatura de su
cuello, llorando de pronto.
– Junsu ah… – Al sentir aquella humedad
mojándole la camisa, el pelinegro le apartó, preocupado del motivo de aquellas
lágrimas… – ¿Por… por qué lloras?
– ¡Estoy demasiado feliz, Chun! – Gimoteó
abrazándole de nuevo, con todas las fuerzas que podía sentir en su tembloroso
cuerpo.
En aquel momento las promesas de un amor
eterno flotaron cual si tuviesen voluntad propia. Cayeron los besos furtivos,
tímidos y reservados, las sonrisas cómplices y los sonrojos. Las manos
entrelazadas, el caminar lento y los susurros de metas románticas por cumplir. Era
perfecto.
Un año más tarde, en su primer aniversario
de noviazgo, Yoochun le regaló a Junsu aquel anillo que iba con su igual y se
ajustaron perfectamente a sus dígitos. Estaban contentos, tenían una especie de
compromiso sellado en aquel acto
inocente. Junsu le agradeció el detalle con miles de besos en su tierna cita,
porque sabía que aunque pareciera tonto, estos anillos de pareja le habían
parecido a Yoochun el detalle más romántico posible, y sabía también que le
había costado algunos sacrificios ahorrando parte de su mesada cada vez durante
aquellos meses.
…flashback…
Yoochun se obligó entonces a abandonar el
pasaje de los recuerdos en su mente, se limpió las lágrimas que habían
resbalado rebeldes por sus mejillas, salió de la pequeña oficina y se encerró
en la ducha. Ni el agua fresca podía apagar esa calidez en su corazón que, a
pesar del dolor, seguía enclavada en lo más profundo de su alma.
~*~
De nuevo me despierto
de mi sueño en la madrugada
A pesar de que
estoy acostumbrado a estar solo
Aunque me quité el
anillo de mi mano izquierda
No puedo, no puedo
renunciar a ti
Que vives dentro de
mi corazón
Cosas como el amor,
No
Cosas como
lágrimas, No
Cosas como anhelo,
No
Ese no es mi estilo
Vuelvo a hacer
alboroto, No
Trato de guardarlo,
No
De cualquier modo,
creo que todavía le amo
~~//~~
Junsu despertó sobresaltado, su cuerpo
sudoroso temblaba bajo la crepitante luz que reflejaba el fuego en su chimenea;
la manta que descansaba en su regazo se sentía de pronto pesada, o quizá eran
sus fuerzas que le abandonaban cada día con más velocidad que el anterior. No,
no se trata de ninguna enfermedad que le estuviese arrebatando la vida, sino su
corazón herido que se marchitaba otro poco cada vez.
– ¿Oppa?
La voz femenina que acude a sus oídos le
hace despertar del letargo en que cayera cuando su mirada se quedó prendada de
las llamas en la chimenea. Afuera nevaba pero él juraría que el sitio más frío
de todos era ahora mismo su corazón.
– Oppa, es tarde, vamos a dormir.
Junsu fijó entonces sus ojos en la chica
que se inclinó a su lado en la alfombra de la estancia de su departamento.
– No deberías estar aquí. Te llevaré a tu
casa Cho Hee-ssi.
– Quiero quedarme, contigo… – La chica dijo
con firmeza. Junsu peinó sus cabellos rubios con frustración. Hacía semanas que
su novia insistía en querer pasar la
noche con él… – No hay nada de malo si pasamos la noche juntos, somos novios
hace tres años ya, oppa.
– No me digas oppa, por favor; sabes que no me gusta.
– ¡Sé que no te gustan muchas cosas, Junsu!
¡Pero nunca sé por qué! Intento ser buena contigo como tú lo eres conmigo, pero
no te entiendo. A veces siento que me quieres, pero otras pareciera que no
encuentras cómo dejarme de lado.
La chica bajó el tono de su voz hasta
convertirlo en un sentido susurro. Junsu desvió nuevamente la mirada, centrando
toda su atención a las llamas que aún crepitan en el fogón de la chimenea. Ella
tiene razón, él la quiere. La quiere como una amiga, si le ha convertido en su
novia ha sido más por darle en el gusto a su madre que por realmente querer
estar con ella en esta relación romántica que ha mantenido por tres años.
Junsu se ha esforzado, claro que lo ha
hecho. Tanto que es elogiado por las amigas de ella como el novio perfecto, atento, caballeroso,
romántico entre muchas otras cualidades a su favor. Junsu sin embargo no ha
hecho más que esforzarse en ser bueno, en dar lo que Yoochun le diera cuando
era él quien siempre recibía el cortejo y los mimos. Regala flores en cada
aniversario por cada vez que recibió rosas rojas de parte de Yoochun, aunque él
fuera alérgico al polen y no pudiese oler su fragante aroma pero sabiendo que
podía admirarlas en el balcón de su ventana. Es atento por cada ocasión en que
Yoochun le cedió el lugar en el autobús camino a la escuela, por cada vez en
que Yoochun le preguntó su opinión acerca de las cosas que eran importantes y
aún de aquellas que parecían simple cotidianeidad como el color de sus
calcetines.
Pensar en aquello arrancó una sonrisa en
los suaves labios del rubio, Cho Hee suspiró y optó por rendirse una vez más.
– Nos vemos luego, Junsu-ssi.
Pero incluso si ellos siguieron viéndose en
las semanas siguientes, cada que la chica intentaba colarse en la vida del
rubio de un modo mucho más íntimo, él se cerraba.
– Deja de insistir, Cho Hee.
– ¡Por qué! ¿Acaso no me encuentras
atractiva? ¿No deseas hacerme el amor? – La chica inquirió con la mirada dolida
y el cuerpo tensa. Estaba enojada, quizá ofendida por el obvio rechazo de su
novio a dar aquel paso en su relación.
– Es muy pronto…
– ¡Pronto! ¡¡Pronto, dices!! ¡Llevamos más
de tres años saliendo! ¿Cuántos más tendré que esperar, Junsu?
– No… No me presiones, Cho Hee. ¡Es
complicado!
– ¡Claro que lo es! ¡Tú lo haces
complicado, Junsu! ¡Todo lo haces complicado! – Espetó malhumorada, sus ojos
lacrimosos le dieron un pinchazo de culpa al rubio… – Por qué no dejas de jugar
de una vez por todas, Junsu. ¿Qué es? ¿Conociste a otra mujer y quieres
terminar conmigo?
– No se trata de eso…
– ¡Entonces de qué se trata!
– No te amo, Cho Hee.
Junsu sintió que un peso se le quitaba de
encima tras decir aquellas palabras. Pero al mismo tiempo supo que merecía por
demás esa bofetada que se estrelló contra su mejilla. Le remordió la conciencia
al ver las lágrimas mojar el bonito rostro de la chica, le vio temblar de
rabia, sujetar su bolso con fuerza y tragar todo ese llanto que seguramente
quería seguir corriendo por su rostro perfectamente maquillado.
– ¿Y cuánto tiempo más pensabas callarlo?
– No lo sé, Cho Hee.
– ¡Tan descarado! – La chica le gritó,
ausente del dolor y las culpas, de la tristeza y los miedos del rubio que había
aprendido a guardar tras esa mascara de supuesta indiferencia que tan fácil y
hábilmente se le dibujaba en el rostro… – Nunca más quiero verte, Kim Junsu.
Que Cho Hee abandonara su casa no le
afectaba. Que se derrumbara de rodillas al piso y llorara amargamente no tenía
qué ver con ese rompimiento. No, estaba todo directamente relacionado a
Yoochun. Porque era Yoochun todo lo que seguía ocupando sus pensamientos a
pesar del tiempo y la distancia.
A pesar de que se ha sacado el anillo.
~*~
Esos sonidos de
pasos fuera de la puerta
¿Pertenecen a ti?
Salí corriendo
afuera, gritando
El olor del césped
en la calle huele a ti
Simplemente el
aroma me hace llorar de nuevo
Cosas como el amor,
No
Cosas como
lágrimas, No
Cosas como anhelo,
No
Ese no es mi estilo
Vuelvo a hacer
alboroto, No
Trato de guardarlo,
No
De cualquier modo,
creo que todavía…
~~//~~
Una semana después de su rompimiento, Junsu
seguía negándose en aceptar hablar con ninguno de sus amigos, Jaejoong es quien
había insistido más, pero la negativa seguía siendo tan rotunda como la
primera. No quería ver a nadie ni hablar de nada. Ni siquiera ha tenido el
valor de plantarse frente a sus padres para darles la mala noticia de su rompimiento. A su madre le agradaba tanto Cho
Hee. Seguramente intentaría convencerle de buscar su perdón y retomar la floreciente
relación.
Saliendo del trabajo se dirigió a su
departamento, eludiendo deliberadamente todo mensaje o llamada en su móvil que
parpadeaba en el asiento del copiloto sin cesar. Al final decidió apagarlo. Se sacó
la corbata y el saco con pereza, dejó su bolso en el sofá y entró a la cocina
por una botella de agua. Salió al balcón y cerrando los ojos esperó disfrutar
del suave mecer que el sonido del viento nocturno ofrecía. Al abrir de nuevo
sus ojos posó su mirada en el firmamento, las estrellas titilaban brillantes en
lo alto, y la luna a medio llenar le saludaba coqueta desde allí. Junsu torció
una sonrisa al pensar en aquello.
– Coqueta. Así le llamabas tú, Yoochun ah…
– Suspiró con ese escozor en los ojos que acudía cada que las lágrimas pugnaban
por salir.
…Flashback…
Tenían 19 cuando Yoochun le llevó a aquel
paseo en Jeju. Junsu estaba más que emocionado, este era su primer viaje solos.
La habitación de hotel era cálida y hermosamente decorada, daba la sensación de
hogar. Pero no quitaba en absoluto el rubor de sus mejillas.
– Junsu ah, deja de ruborizarte como si algo fuese a pasar en cualquier minuto…
– El pelinegro sonrió con picardía, ganándose un sonrojo todavía más intenso en
el rostro de su novio.
– Dejaría de ruborizarme si tú dejaras de
hacer comentarios así… – Gimoteó pucheroso.
– ¿Así cómo? No sé de qué me estás hablando…
– Haciéndose el desentendido, Yoochun salió al balcón de la habitación,
aspirando con fuerza el aroma a brisa de mar. Escuchó a su novio murmurar cosas
ininteligibles mientras camina a su lado y se deja maravillar por la panorámica
de la playa a esa hora.
– ¡Es hermoso! – Exclamó sonriendo
emocionado.
Yoochun quiso decirle que para él, Junsu
seguía siendo lo más hermoso en el mundo. Pero se guardó aquel comentario
porque estaba entretenido observando el perfil de su novio, la nariz
respingada, la mandíbula delicada, los suaves y carnosos labios de un rosado
natural que se le antojaba perfecto, los lunares desperdigados por ahí al azar
en su cuello, la tersa piel, las mejillas moteadas de rubor, las pestañas largas
de un color castaño que complementaban con sus pupilas chocolate ahora perdidas
en el firmamento.
– La luna llena vestida de plata es bonita,
¿verdad Chun? – Junsu volvió la mirada a su lado, sonriendo ajeno a la
admiración de que su persona había sido inspiración; sonrojándose al percatarse
de aquella negruzca mirada tan penetrante clavada en él… – Chun…
– Antes la luna me agradaba.
– ¿Eh?
– Ahora encuentro que es traidora y una
coqueta. ¡Quiere tu atención y no piensa compartirla! – Actuando casi
infantilmente, el pelinegro le cargó en brazos y se adentró de vuelta a la
habitación.
Los gritos avergonzados y las risas
cantarinas de Junsu comenzaron a inundar la alcoba, mientras Yoochun
refunfuñaba de que su novio le pusiese más atención a la insignificante luna cuando le tenía a él a lado.
Aquella noche hicieron el amor con tanta
dulzura y pasión, que Junsu supo que se sonrojaría toda la vida cada que lo
recordara.
…Flashback…
El rubio suspiró por enésima vez en los
últimos cinco minutos. Se recargó en la baranda y sin darse cuenta uno de sus
dedos volvió a acariciar allí donde su antiguo
anillo hubiera reposado durante años. La marca en la piel ha desaparecido a
un año de habérselo sacado (una decisión tan dolorosa que lloró todas las
noches durante días), pero la huella en su corazón sigue tan fresca como ayer. Junsu esperó que al quitarse el
anillo se fueran con él sus sentimientos, pero ahora sabía que no era así, que
no podría ser nunca de esa manera. Porque Yoochun siempre sería su verdadero y
único amor.
La contestadora de su teléfono fijo dio
paso a una llamada.
–
Junsu, soy Yunho. Jaejoong y ChangMin están tan preocupados como yo por tu
estado de ánimo. ¿Estás comiendo bien al menos? Escucha, sé que no sirve de
nada pero… estamos contigo, Junsu. Nunca es tarde para reparar los errores, ¿sabes?...
– El rubio escuchó a su amigo carraspear al otro lado de la línea… – Hemos estado hablando sobre esto y… no
sabemos si es lo mejor pero… Yoochun vendrá a Seúl la semana entrante… – El
corazón del rubio dio un vuelvo, se detuvo un segundo y luego comenzó a latir
como potro desbocado… – Viene por
negocios y no se quedará más que un par de días. No sabemos exactamente a qué
hora llega ni dónde va a quedarse pero… Tal vez si esta vez escuchas a tu
corazón, tu camino y el suyo se crucen. Eso, cuídate y… charlemos luego, ¿sí?
El pitido de la llamada al cortarse dio
paso al silencio en el departamento del rubio. Junsu se quedó allí de pie con
el corazón en la garganta. Yoochun volvía a Seúl.
~*~
Cosas como el amor,
No
Cosas como
lágrimas, No
Cosas como anhelo,
No
Ese no es mi estilo
Vuelvo a hacer
alboroto, No
Trato de guardarlo,
No
De cualquier modo,
creo que todavía le amo
Junsu estaba nervioso, estar aquí era el
primer paso que él realmente daría por el amor que le tiene a Yoochun desde su
adolescencia.
– ¿Qué es eso tan importante que vienes a
decirme, Junsu? – Su madre cuestionó con aquella sonrisa cariñosa que siempre
le dedica… – Es acaso sobre volver con Cho Hee.
– No mamá. Nada tiene que ver con Cho Hee
ni ninguna otra chica que esperes contraiga como esposa… – Refutó negando
suavemente con la cabeza. Sonrió con un dejo de culpa y sostuvo la mirada de su
progenitora… – Esto que vine a decirte debí hacerlo desde hace mucho tiempo,
mamá. Soy gay.
Si bien pudo haberse esforzado en pensar en
una manera mucho más sutil de decirle aquella verdad a su madre, Junsu no tenía
el tiempo ni las fuerzas para drenarse el cerebro en busca de aquello. La estupefacta
mirada de la mujer le dio pinchazos de culpa, pero no había vuelta atrás.
– Sé que esto es duro para ti, que te estoy
decepcionando y no sé cuántas cosas más. Pero, mamá; no puedo ocultarlo más. Incluso
si el amor que siento ahora en mi pecho es rechazado por el hombre que amo, no
lo esconderé ni un día más.
– Lo sabía… – La mujer sonrió con tristeza…
– Aunque hice todo lo posible durante todo este tiempo por ignorarlo. Junsu, lo
supe siempre. Pero fui una madre egoísta, puse por encima mis expectativas a tu
felicidad y te permití renunciar al amor de Yoochun hace casi seis años. Y luego,
cuando comenzaste a salir con Cho Hee, cuando te veía siento tan buen novio con
ella, pensé que finalmente estabas haciendo lo correcto. Pero desde que
terminaste con Cho Hee y te encerraste en tu mundo, supe que había sido la peor
madre del mundo.
– No diga eso, mamá. Usted ha sido la
mejor, me hizo quien soy.
– Te hice parte de quien eres, pero también
te orillé a hacer lo que no querías y a ser infeliz. Te forcé a actuar una vida
que no querías por todos estos años. Y lo actuaste tan bien Junsu, que hubo un
momento en el que incluso yo creí que querrías hacer una vida con Cho Hee,
porque ella es buena y linda; sería perfecta para ti… si tú no tuvieras tu
corazón ocupado ya.
– Lo siento mamá. Por haber complicado
tanto las cosas, por haberme equivocado, por no cumplir tus expectativas.
– Oh querido… – La mujer se acercó a su
hijo dándole un cariñoso abrazo… - No tienes que disculparte por absolutamente
nada. Eres mi hijo, y te amo por ese simple hecho. Estoy orgullosa de quién
eres, y lo estaré aún más cuando luches por ese amor que truncaste por mi culpa
hace años.
Creo que todavía le
amo
Creo que todavía le
amo
Creo que todavía le
amo
~~//~~
Yoochun fue al Río Han esa noche, quería
despedirse la ciudad antes de volver a Estados Unidos. Ni siquiera se había
reunido con sus amigos, temía que incluso ChangMin confabulara de algún modo
para que él se reencontrara con Junsu. Y a él le dolía tanto siquiera pensarlo.
Caminando por el estrecho colindante al
mirador, el pelinegro exhaló y su aliento pronto fue una densa capa de vaho por
causa del frío de este crudo invierno. Se talló las manos buscando un poco de
calor, se había desacostumbrado al clima de Seúl, eso sin duda.
– Debí prever esto… – Sonriendo por su despiste
al no contar con guantes que calentaran sus manos, el pelinegro siguió frotando
y exhalando su aliento en sus manos acunadas. Entonces el anillo volvió a
atrapar su atención. Aún lo conservaba… – Qué mejor lugar que éste para
deshacerme finalmente de ti… – Susurró para sí, tragó hondo y dio unos cuantos
pasos más, acercándose a los límites con el río. Más allá, las aguas danzantes
multicolores daban su espectáculo en el Puente Banpo.
Yoochun admiró unos instantes la vista,
sonriendo melancólico porque en varias ocasiones compartió esta misma
panorámica con Junsu a su lado, abrazado a su cuerpo con esa carita angelical
llena de ilusiones.
– Ilusiones que él mismo decidió abandonar…
– Carraspeó la quemazón en la garganta (o tal vez la excusa para deshacer el
nudo allí) y sacándose el anillo del dedo se dispuso a lanzarlo al río.
– ¡No lo hagas!
Aquella voz aguda le hizo detener su
movimiento, y paralizarse al mismo tiempo porque sabe perfectamente a quién le
pertenece. Junsu corrió los pocos metros que los separaban, deteniéndose a un
par de pasos, con la respiración errática, la nariz roja y las mejillas
pálidas, por el frío quizá.
– Por favor, Yoochun; no me tires… – Junsu dijo con todos los
nervios del mundo atorados en su pecho.
– Junsu… – Su nombre fue susurrado por el
pelinegro. La sorpresa seguía matizada en sus facciones, pero el rubio encontró
que estaba tan apuesto como hace casi seis años. Más maduro pero tan guapo como
siempre.
– No me
tires. Sé que ha sido una carga pesada para ti, pero por favor, no te deshagas
todavía de mí.
– Fuiste tú quien se deshizo de nosotros
hace años, Junsu.
– Sé que lo hice. Y me arrepiento.
– No te arrepientas de tus actos, solo
atente a las consecuencias de tus decisiones… – El pelinegro dijo con tono
hosco. Volvía a sentir todo el rencor y la tristeza de años de separación.
– Es lo que hago. Por eso te pido que no me tires, que no me dejes, que no me abandones,
que no te deshagas de mí. Porque soy
ese anillo, Yoochun; soy ese objeto sin valor que has conservado igual que yo
durante todo este tiempo porque sabes que somos esto… – Alzó su mano
mostrándole su propia argolla, la que había vuelto a su sitio apenas supo que
él estaba en la ciudad. Porque esa había sido su señal del destino… – Somos todas las promesas y las ilusiones que
hicimos entonces.
– No importaron para ti hace cinco años,
qué tiene diferente ahora Junsu.
– Que ya no tengo miedo, que ya no quiero
encajar en la sociedad, que no necesito cumplir las expectativas de mi madre. Que
Te Amo, y no he dejado de hacerlo ni un solo día desde el día en que me lo
dijiste el día aquel de tu primer recital. Que incluso si me rechazas ahora, he
de seguir buscando tu perdón hasta que veas que no miento, que amarme no
significará más dolor.
– Eres tan egoísta, Junsu… – El pelinegro
desvió la mirada a un lado, tragándose todos esos sentimientos que se le
arremolinaban en el pecho.
– Lo sé… – El rubio admitió. Mordió su
labio inferior y luchó contra todas esas sensaciones que corrían por su cuerpo,
contra el impulso que le mandaba a lanzarse a brazos del mayor y buscar el
refugio de su calor… – El amor es egoísta.
– No. El amor es incomprensible, tú eres
egoísta, Junsu… – Señaló con su profunda voz ronca tan áspera que al menor le
golpeó una ola de recuerdos en los que escuchó esta misma voz. Excepto porque
todas aquellas, terminaban con Yoochun tomándole en brazos y besándole.
– Te echo tanto de menos, Yoochun… –
Susurró con la voz quebrada. Bajó la mirada y sintió que perdía todo el valor
que reunió al venir aquí, aún si no sabía si podría encontrarle, tan solo
guiado por una corazonada.
– Creo… que todavía Te Amo, Junsu ah. Lo suficiente
como para conservar este anillo… – El pelinegro se colocó la argolla en el dedo
y suspiró, levantó la mirada para encontrarse con el ruborizado rostro del
rubio, tan guapo y dulce como lo recordó cada día durante esos años lejos. Los ojos
chocolate brillaban esperanzados y él… Él solo podía sentir sus propias
esperanzas brotando con ímpetu a través de su cuerpo… – No hay oportunidad para
un segundo error, Junsu ah.
– No cometeré ninguno, Yoochun ah. Solo quiero
ser feliz, y es a tu lado el único lugar en donde puedo serlo. Y quiero hacerte
feliz…
– Tienes suerte de que mi tonto corazón
siga pensando que es a tu lado el único lugar en que puede serlo… – Sonrió,
tirando finalmente de ese Junsu que no duda en enterrar su rostro en la
curvatura de su cuello y llorar… llorar… – Como cuando me declaré… – Susurró
acariciándole la espalda y sintiendo la fuerza con que el menor se aferra a su
cuerpo…
– Y como entonces, también lloro de
felicidad, Chun… – Gimoteó, apartándose apenas lo necesario para verle a los
ojos y sonreír con infinita gratitud.
Y fundir sus labios en un beso pausado
tanto más dulce que ninguno de los que hubiesen compartido antes. Porque este
nuevo beso, cargaba con todo el amor y las esperanzas de un sentimiento
estancado en el tiempo pero que hoy, resurgía en todo su esplendor.
FIN
Apartado para Maki que se me ha ido a quién sabe dónde xD
ResponderEliminar<3 <3 <3 <3 T^T junsu tonto que hace llorar al ratón, pero al final no hay nada como el verdadero amor, y por mucho que pasen los años, siempre estará ahi.
ResponderEliminarHa estado hermoso, y yo llorando T^T Muchas Gracias por compartirlo ^^
Saludosss
ToT!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarNo pude evitar llorar ;_;
Fue tan difícil el momento de su separación, y lo que vivieron cada no después de ello, sin poder seguir realmente con sus vidas, sin poder ignorar ese amor tan grande ToT, cuanto dolor en sus corazones T_T, y todo esos bellos recuerdos, pero nunca es tarde, que bueno que Junsu reacciono y que bueno que su madre al final lo apoyara.
Trate de contener el llanto pero al final no lo pude resistir, más por sentirme feliz de que hayan retomado su vida juntos ToT.
Fue hermoso Feli ToT, Gracias
Que te puedo decir!!! Esta hermoso el one shot, todo enteritoooo...
ResponderEliminarEs más mientras lei me puse a escuchar el cd de Junsu ahahhaa!!!!
Excelente
bessososos
*llora como nena*
ResponderEliminarFeli fue demasiado hermoso, estoy tan emocionada y con los sentimientos a flor de piel
Un amor tan puro y duradero
Simplemente hermoso
T.T triste....porque Junsu T.T dejaste a Chunnie solo por las apariencias u.u, y a pesar del tiempo le seguiste queriendo.
ResponderEliminarSufrí conforme leía, dos personas que se aman que no pueden estar juntas u.u menos mal que JUnsu decidió ir en busca de su Chunnie, que sino no se como hubiese acabado esto.
Gracias Feli por compartirlo, te quedo genial!
wow que triste por lo que pasaron cielos me hiciste pensar que yoochun ya no aceptaba a junsu pero luego, me encanto y mucho, sigo pendiente de todo lo que hagas
ResponderEliminar*está llorando tan fuerte que ve borroso y se ha demorado 6 minutos enteros en tipear esto* Volveré a dejar mi comment al rato♥ Gracias por escribir tan perfecto♥
ResponderEliminarun poco triste la historia perp en la viuda siempre hay momentos tan dificiles que sientes que si los pasas con esa persona que amas solo le amargaras la vida seguro eso penso junsu pero al final me alegra que ambos se hayan dado cuenta que esos momentos son los que afianzan el amor
ResponderEliminarfeli muchas gracias por el capi estuvo muy lindo aunque con esas partecitas tristonas
snif snif... el amor estan fuerte en ellos que pasa cualquier obstaculo.... en serio uno de estos dias feli haras que me de un infarto por como se dan las cosas... pero me encanto esperare los siguientes por que las letras de los temas son....
ResponderEliminargracias me encanta leer algo con calma y sin preocupaciones.... matta ne
<3 yoosu <3
WAAAAAAAAAAAAAAAA~ T^T lloreeeeeeee!!!
ResponderEliminarfue tan hermoso pero también angustiante por la separación snif snif...
pero el final fue perfecto ^^
awwww que genial que hayas regresado :)
ame mucho este shot y bueno espero con ansias el resto ya que las letras de las demás canciones son también hermosas *-*
muchas gracias y anda con calma ^^ sabremos esperarte, ya que cuando regresas lo haces en gloria y majestad jajajaja
cuidate~
Sayomon~
waaaaaaaaaaaa fue tan HERMOSO~~
ResponderEliminarfue difícil contener el llanto pero mi corazón estuvo todo el tiempo comprimido en mi pecho al borde de un ataque~~.... y es q no entienden q el amor de ellos dos es único y no deben estar separados eso es un DELITO!!!...
q bueno q la madre de Junsu se dio cuenta del error y d q Susu se pudo armar de valor para recuperar ese amor de su Chun~~
Bello, Bellisimo. Gracias Feli~~!!!!......
DIOOOOS FELI!!!! en serio fue el shot mas hermoso que jamas haya leido en la vidaaaa!!!!! me hicistes llorar !!!!1 T_T (cmo todas las chicas que lo leyeron XD ) ..... te saliio bellizimo feli en serio me siento tan feliz de que una de mis escritoras favoritas seas tu XD !!!!
ResponderEliminarTE FELICITO POR ESTE NUEVO Y HERMOSO ONE SHOT !!!!!!!!
GOSH!!!
ResponderEliminarLeía esto en el camión mientras oía I'm In Love No se me dio tanto sentimiento~~ T.T
Es que Susu y Chun y T.T Solo se que me alegra que al final JunSu haya rectificado su amm error (?) de complacer a su madre~~ Y que su madre le haya aceptado (Aunque en el fondo ya sabia que lo haria xD) Y asiiii~~
Gracias Feli y perdona un coment tan corto pero en mi mente solo esta lo hermosos que fue el shot T.T♥ *le lanza YS besho*
♥~~~
Joooooooo enserio me tienes leyendo esto a moco tendido recomiendo no leer esto con love in the ice de fondo u.u el one shot es hermoso *^* pero tiene su encontra t.t como fue a terminar al raton asdasdasd sufri leyendo todo lo que pasaban separados y todo por la mama egoista que bueno al final acepto que susu se iba a quedar con chun :3 y para el reencuentro lo juro toda la escena me la imagine hajjajaja doy gracias a los doramas por eso, muchas escenas de este tipo se graban en el rio han xD en fin no me expando mas *v*/ gracias por el one shot precioso :3 cuidate bexxs ^^
ResponderEliminarwaaaaa me has arrancado cada suspiro y las lagrimas contorneaban mis ojos T^T
ResponderEliminarBabo Junsu por q le hiciste eso a Chunnie, waeee??!!!
se han estado engañando todos esos años, si saben que no pueden vivir el uno sin el otro y todo por no aclarar las cosas y solo permitir que el resto maneje sus vidas...
menos mal al final Junsu ya no pudo mas i se deshizo de esa Cho Hee (no tengo nada malo contra ella, pero le pego al delfin ¬¬) y le dijo la verdad a su madre y ella lo tomo de la mejor manera y ahora apoya a su hijo para q este con Chunnie =)
owwww & Chunnie le perdono y se reconciliaron... fue el momento mas emotivooo >w< !!! y ahora si nadie ni nadie, ni sus miedos ni los perjuicios los separara :D
Gracias... t qiero un monton ^^
al principio se me partio el alma...es que su amor no pudo terminar asi de mal..pero poco a poco lei y mas o menos me di una idea que todo seria mejor muchas gracias Feli :)
ResponderEliminar;------------; !! Yo ultra desanimada y me leo esto!! Debo decir que lloré... y bastante... u_u sobre todo cuando expresaban su angustia de lo que habían tenido que vivir por las decisiones que han tomado... sobre todo Junsu... u-ú! Y a Yoochun que no le quedo de otra mas que acatar... asdasdassdas!!!
ResponderEliminarBueh, de una manera u otra, aunque hayan pasado 5 años... pudieron terminar juntos...
Gracias por el shot!! :3
Ay no, casi lloro! Solo por q estoy leyendo de contrabando en el trabajo....estvo muy triste, pero el final estuvo hermoso y lleno de amor. Waaaa!!!
ResponderEliminarLindo/triste, pero lo importante es que Junso decidio hacer frente a sus sentimientos y buscar la felicidad ^^
ResponderEliminarPor fin se quito ese miedo absurdo de encima y fue por ese raton... como siempre perfecto feli... gracisasssssss...
ResponderEliminarAy....voy a llorar quedito🤧🤧 Es tan bello que no puedo evitarlo. Nomás que pasó algo chistoso😅😅 cuando leí este fic por primera vez me imaginé a Yoochun con cabello largo todo el tiempo pero ahora no...pasó como en cronología y este último momento me lo afine con el abrigo café, la bufanda guinda y el corte de I miss You. Pero igual amo el fic!!!!
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