CAPITULO 17. LES PRESENTO A MI NOVIO (Parte 3)
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- no era suficiente con ponerles la prueba, se las tenías que dificultar haciendo que las cuatro familias se reunieran al mismo tiempo.... – Afrodita estaba junto con las otras tres diosas observando aquel momento en la Fuente de los Espejismos.
- no he sido yo... – se defendió Artemisa con absoluta seriedad. Hacía días que se le veía cansada, ello debido a que se aproxima el momento en que abandone ese cuerpo protegido por su divinidad inmortal. El trascender hacia el mundo de los mortales es de hecho un proceso doloroso para los dioses cuando sobre éstos ha caído una maldición.
- me parece que Eris y Hera han comenzado a moverse ya, supongo harán todo lo posible porque Artemisa no reencarne entre los mortales, no en una familia amorosa... – comentó Démeter.
- y porqué es que nosotras nos quedamos aquí solo observando... – cuestionó molesta la diosa del amor.
- no es tan sencillo Afrodita, si nosotras intervenimos más de lo que ya hemos hecho en el destino de esos humanos, Hera puede pedirle a Las Moiras (diosas del hado o destino de los mortales) que corte el hilo de sus destinos, si entiendes a lo que me refiero... – intervino Atena.
- no tenemos más opción que esperar porque las cosas resulten favorablemente... – la diosa de la Fertilidad tomó camino hacia los aposentos principales de Zeus.
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- hijo, ¿cuántos meses tienes ya?... – le preguntó la Sra. Kim a su hijo, el castaño oscuro no se esperaba aquella pregunta, no de inicio por lo menos, su madre se veía tan serena, que en realidad le daba más miedo esa reacción. Seguía paralizado en su lugar. Todos los muchachos seguían en shok, como que no lograban procesar el hecho de que ahí, con ellos, en el departamento, estén sus madres... y lo que es peor, afuera, sus padres.
- Yoochun, cariño, ayuda a tu novio a tomar asiento, le hará daño estar tanto de pie... – la Sra. Park tenía la misma expresión tranquila de las otras tres, sonriendo cálidamente se acercó a su hijo para instarlo a hacer lo que le pidió. El ratón salió de su ensimismamiento de una vez, tomó a Junsu del brazo y le ayudó a sentarse en uno de los sofás. Sin reparar en el hecho de que su madre hubiera dicho ya que son novios.
- Yunho, hijo, que modales los tuyos, tu novio... – el moreno entendió que su madre le indicaba que ayudara a su Boo a sentarse también, cosa que hizo sin chistar, pero con miles de pensamientos en su cabeza, todos con un solo objetivo, proteger a su novio. Buen punto, ellas saben que son novios?
- cómo... – aclaró nervioso la garganta... – cómo sabes que él y yo... -
- hijo, soy tu madre... – respondió con una sonrisa que ahora sí le hizo sentir tranquilo.
- mamá, podemos explicarlo... – comenzó el delfín, mirando de soslayo a su madre, que ya había tomado asiento a su lado, el pelinegro permaneció de pie tomándole una mano.
- ¿de cuánto estás, ocho meses?... – su madre le acarició el vientre.
- siete y medio... – respondió el delfín, al borde del llanto, motivo de qué... realmente de todo, el temor, la emoción de que su madre esté ahí, que su novio le esté tomando la mano dándole su apoyo...
- también tú, JaeJoong hijo, ¿tienes el mismo tiempo de gestación?... – volvió a preguntar la Sra. Kim, puesto que hace un momento su hijo simplemente se había quedado con la respuesta en la boca.
- sí, mamá... – el castaño oscuro estaba en otro sofá, igual su madre sentada a su lado y Yunho de pie tomándole una mano. Las Sras. Park y Jung estaban frente a ellos sentadas en la mesa de centro (n/a es que la sala de los chicos solo tiene dos sillones). Como fuera, los cuatro muchachos todavía estaban con el alma en un hilo.
- ¿Yoochun, era esto de lo que querías hablar?... – la pregunta que la Sra. Park formulara era la que al parecer estaba en mente de las cuatro señoras, puesto que cada una miró a los ojos a su respectivo hijo, como tratando de entender si era ese el motivo por el que tan ansiosos se escucharan con la llamada.
- sí mamá, Junsu y yo estamos saliendo hace casi año y medio, y, no preguntes cómo porque realmente no lo sabemos, pero, estamos esperando gemelos... – soltó de corrido el ratón, dejando salir lentamente el aire al final, el corazón le latía violentamente en el pecho. El delfín bajó la mirada apenado, no quería ver ni a su madre, mucho menos a la Sra. Park, que vaya a saber qué pensaría de él ahora. Capaz piensa que se embarazó a propósito para retener al pelinegro y... para, para, eso lo pensaría cualquier mujer desesperada que no se siente segura del amor de su pareja, no es su caso, él sabe cuánto le ama su ratón y que lo del embarazo es el milagro más maravilloso que dios le pudo haber concedido.
- supongo de no ser por el embarazo nada de esto habría salido a la luz ahora, ¿verdad Yunho?... – habló la Sra. Jung.
- la verdad mamá, no... – sinceró el moreno.
- Jae, hijo, acaso también tendrás gemelos, tienes el vientre muy abultado... – la Sra. Kim acarició por primera vez su vientre.
- eh... tendremos trillizos mamá... – respondió muy nervioso.
- madre mía, ¡trillizos!... – la mujer se llevó las manos al pecho, la Sra. Jung por su parte volteó a mirar a su ¿yerno? con sorpresa... -
- Jae, querido, tendrán una familia enorme... – le habló la Sra. Jung con una radiante sonrisa. Iba a ser abuela de la manera menos imaginada.
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Al mismo tiempo, bueno más o menos a la par, afuera del departamento....
- me quieres explicar qué demonios haces aquí Jun Ho, no se supone estabas estudiando en Francia!!... – el Sr. Kim estaba rojo de la impresión... – que demonios hacías... besándote... – tono despectivo... – con ese muchacho, porque eres un muchacho, verdad... – el chico raro se sentía intimidado por el padre de su novio que le apuntaba acusadoramente rojo hasta las orejas.
- papá, tranquilízate, vamos a hablar... – el gemelo trató de controlarse, pero estaba que se moría de nervios, las cosas no tendrían que ser así.
- ¿hablar? No estamos haciendo eso, Jun Ho, ¿desde cuándo eres gay? Desde cuándo has estado aquí y porque tengo la impresión de que has estado actuando como tu hermano en el grupo... -
- no papá, no estamos hablando, me estás gritando y acusando de cosas sin antes detenerte a pensar que ni siquiera es el lugar... – a su alrededor, el resto de los presentes las miraba con diversas expresiones, las de los mayores de absoluto desconcierto, casi hasta de repugna. Los menores, entre ellos Ricky, tenían más bien cara de “ya nos cargó”
- tienes razón, nos marchamos ya... – tomó al gemelo del brazo jalándolo bruscamente a su lado, Ji Yong no tenía idea de qué hacer, y no era el único, Min y Kohei estaban inquietos y algo dubitativos, la experiencia de ellos con los padres del menor había sido algo completamente diferente; sobre todo más privado, pero así, con todos reunidos, con solo el sentimiento de no entender y el desconcierto hablando por ellos... era simplemente un caos... después comenzó a golpear la puerta del departamento... – ¡mujer, abre la maldita puerta o la tumbo a golpes! ¡nos vamos! ¡escuchaste mujer!
- tú no eres mi hijo, verdad... – el Sr. Kim se dirigió al chico raro, que intimidado aún más bajo la mirada de Jae Hyung solo fue capaz de negar con la cabeza. Kohei, por las dudas y con un instinto protector al ser el mayor de los jóvenes ahí presentes, se acercó a lado de Yong por si tenía que defenderlo de la ira o lo que viniera de parte del padre de Jae.
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Adentro, las cuatro mujeres y los muchachos saltaron en su lugar cuando empezaron a escuchar los golpes en la puerta y los gritos en voz de quien Junsu y su madre sabían dueña.
- papá... – susurró el castaño temblando de miedo, sí, su padre furioso era de dar miedo, no porque lo fuera a agredir, sino porque significaba que no habría marcha atrás en la decisión que haya tomado, solo que no sabe que su gemelo está afuera en la misma situación que él.
- no te preocupes, Junsu cariño, yo me encargo... – la puerta seguía siendo violentamente golpeada... – Yoochun, hijo, cuídale, les aseguro que volveré y hablaremos apropiadamente de esto... – la Sra. Kim se paró dirigiéndose a la puerta, misma que al abrirla dejó paso a los cuatro señores que entraron presurosos al interior.
- nos vamos, Junsu hijo, vienes también... -
La Sra. Kim no se sorprendió del todo al ver a Jun Ho (después de todo era obvio que Junsu no había sido el que participara con el grupo por todos estos meses), a quien su padre arrastraba a su lado porque aun lo tenía sujeto por el brazo (sin escuchar sus reclamos) en tanto caminaba a pasos agigantados hacia el sofá donde el castaño le miraba con preocupación.
- espera... – intentó detenerlo su esposa. Pero no le escuchó. La escena no pintaba nada, nada bien; Ji Yong, Ricky, Min y Kohei también entraron, pero realmente no sentían que pudieran hacer demasiado así que prácticamente no podían más que observar.
Yunho sintió que Jae temblaba puesto que tenía su mano sujeta, sus respectivos padres también se acercaban a ellos. Pero sus madres se habían interpuesto ya y los arrastraban fuera del departamento diciéndoles que hablarían en el hotel (en el que cada pareja se hospeda), aunque a regañadientes y sin quitarles la vista de encima a sus hijos, terminaron por abandonar el departamento. El Sr. Jung tenía su mirada penetrante en los ojos de su hijo, y Yunho entendió que la próxima vez que viera a su padre sería para tener una conversación seria de la que no tiene idea qué esperar para el final.
Pero el Sr. Park y el Sr. Kim no estaban haciendo caso de sus mujeres. Podemos entender ahora de dónde sacó Jun Ho lo impulsivo, puesto que así era como su padre estaba actuando. Y el Sr. Park simplemente tenía una expresión ruda en su rostro observando detenidamente lo que pasaba.
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- puedo sentir el corazón de ese Sr. rodeado de un aura negra, no puedo acercarme a él y tocar su alma... – la diosa del amor había intentado en vano hacer que sus polvos mágicos entraran por la Fuente de los Espejismos... – Eris lo ha cubierto de discordia.
- no debemos intervenir más, Afrodita, recuerda lo que dijo Démeter, no queremos desatar una guerra en el Olimpo, no ahora... – seguía tratando de hacerla razonar la diosa de la sabiduría.
- no puedo quedarme de brazos cruzados, Atena, que no ves lo difícil de la situación, así sea solo el Sr. Park quien no acepte la relación de esos jóvenes, la prueba que Artemisa les ha puesto no se cumplirá, y sabes lo que eso significa...
Artemisa solo podía observar avergonzada y arrepentida todo a su alrededor, la prueba que había caído sobre los mortales por su caprichosa petición de hace siglos por poseer castidad eterna, por haberse jurado no volver a enamorarse y haberlo hecho en esta vida.
- de nada sirve que te culpes ahora, hemos sido los dioses quienes siempre hemos puesto en dilemas a la humanidad... – le dijo Atena... – si hay algo que debemos aprender de ellos, es que siempre hay esperanza...
- además... – intervino la diosa del amor... – hay muchas formas de tocar el alma de un mortal, vamos a confiar en ellos... -
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- papá, espera, no... Chunnie... – al delfín su padre lo tomó por la muñeca tirando de él aunque el castaño se oponía a seguirle. Micky no soltó su otra mano tampoco y caminaba con ellos tratando de evitar que aquel tironeo fuera a lastimar a su novio.
- espere, Sr. Kim, por favor, tiene que escucharnos... – hablaba el pelinegro. Tenía que lograr que su “suegro” le pusiera atención, que se detuviera o se llevaría en serio a su delfín y entonces sí que aquello sería un caos... – Sr. Kim... ¡amo a su hijo!... – terminó por gritar, haciendo que quienes quedaban dentro guardaran silencio y se quedaron quietos en su lugar. El Sr. Kim frenó de golpe, sus hijos le miraron más preocupados aún. Junsu comenzó a sollozar y su madre solo se acercó a su esposo haciendo que soltara a sus gemelos.
- vamos, cariño, hablaremos en el hotel... – le dijo su esposa, y es que el Sr. Kim parecía haber quedado en estado vegetativo ante aquella confesión.
Lo siguiente que pasó nadie se lo esperaba, ni siquiera quien fue víctima de tal acto. El Sr. Park miró con desprecio a su hijo una vez estuvo frente a él, le dio una bofetada que dejó roja la zona impactada...
- desde ahora, ya no eres mi hijo... – espetó con voz ronca, luego miró con más desprecio a Junsu, cuyas lágrimas no pudo evitar resbalaran de sus mejillas...- y tú...
- a él no le dirijas la palabra... – cortó el pelinegro, se colocó al frente de su novio, que se aferró a su espalda escondiendo en ella su rostro... – ya dijiste lo único que necesitaba escuchar...
- vámonos... – volvió a decir con su ronca voz, mirada penetrante que solo denotaba ira. Su hijo saltó en su lugar de la impresión, su padre siempre ha sido más que recio, cerrado en cuanto a algunas ideas, ésta en particular. Yoochun lo sabía, pero no esperaba aquella bofetada, eso le había dolido más que sus propias palabras, porque estas se las puede llevar el viento, pero aunadas a esa bofetada, a esa mirada de desprecio, a ese intento por meterse con su novio, reafirmaban el nulo apoyo que podría haber buscado en él.
- te vas tú, Park, acabas de negar a tu hijo, tu sangre y la mía, así que cuando lo desconociste a él me has desconocido a mi como tu esposa... – la Sra. Park le miró con profunda decepción... – cómo pude enamorarme de ti, Park, si sigues teniendo el corazón de hielo...
- si piensas igual que tu madre, Ricky... – el muchacho contuvo la respiración... – entonces la familia se desintegra aquí por... – miró a Junsu, aún escondido tras su novio pero que tembló cuando vio por sobre el hombro de Yoochun, la mirada severa del Sr. Park... – algo que ni siquiera puede ser nombrado...
- mida lo que dice al ver a mi hijo de esa manera... – el Sr. Kim que notó perfecto lo que su congénere hacía, se dio cuenta de que él por nada del mundo, ni siquiera por esto que sentía como un balde de agua fría, miraría o hablaría así a uno de sus hijos. Él, a pesar de que aun no entiende del todo lo que sucede, está dispuesto a apoyar a su hijo... la impulsividad dando paso a la razón, más que a eso, al amor por su familia.
- ¿eso es su hijo?... – hablando con un tono sarcástico que hizo temblar de ira al propio Yoochun, el Sr. Park sonrió con sorna al señalar al castaño, que ahora lloraba amargamente, sintiendo un endurecimiento en el vientre, que no era más que una contracción que le venía en el momento menos oportuno, trató de modular su respiración pero todo lo que está pasando le tiene completamente temeroso...
- vuelva a decir eso y le juro que nos mediremos de una manera muy poco civilizada... – el Sr. Kim se puso frente a frente con el Sr. Park, ambos retándose con la mirada.
- vete de una vez Park, no tienes nada más que hacer aquí... – la Sra. Park le abrió la puerta del departamento, el resto de las personas presentes veían aquello con incredulidad, ¿en verdad un padre podía llegar a deslindarse así del amor por un hijo?
- ¿te quedarás Ricky?... – le preguntó a su hijo cuando ya estaba fuera del departamento...
- sí me quedo, no te importa la felicidad de tus hijos, así que no tengo nada qué hacer contigo... – respondió con seguridad el menor de los Park. Su padre le miró con enojo, pero no dijo más nada y se fue de ahí dejando atrás un ambiente más tenso y triste.
- Chunnie, lo siento... – sollozó más fuerte el castaño, sintiendo que le faltaba el aire, una contracción lo hizo retorcerse de dolor... – ¡argh!
- ¡Su!... – asustado, el pelinegro lo tomó entre sus brazos... – qué te pasa, te duele el vientre?... – lo recostó sobre el sofá. Jae de la impresión también tuvo una contracción, suerte que se lo informó a tiempo a Yunho, porque sino también se asustaba como el ratón.
- es... – aspiró profundamente por la nariz (igual que Jae) y después exhaló despacio por la boca para liberar el oxigeno de los pulmones y relajar los músculos del útero... – una contracción.
- lo estás haciendo bien, cariño... – le decía el moreno a su Boo mientras éste también controlaba esas contracciones que la tensión le había acarreado.
- podría decirse que te ves igual a tu madre cuando ella tenía las contracciones por ustedes... – el Sr. Kim, ahora sonriéndole a su hijo, le acarició el cabello en un gesto de disculpa y apoyo mezclado.
- Sr. Kim... – el pelinegro dejó que su suegra tomara su lugar con el delfín para ayudarlo con las contracciones mientras aprovechaba para hablar con su suegro... – me gustaría hablar con usted sobre todo esto...
- después muchacho, ahora están cansados y estresados... – le palmeó la espalda... – no te preocupes, cuida de Junsu, por favor... mujer vámonos y dejémosles descansar, han sido muchas emociones para los chicos en muy poco tiempo... -
- volveremos mañana, hoy descansen y no se preocupen, todo va a salir bien... – la Sra. Kim le besó la mejilla... – Yoochun, hijo, cuentan con nuestro apoyo, por eso no se preocupen... – le dijo palmeándole también la espalda y dedicándole una gentil sonrisa.
- gracias, Sres. Kim... – expresó sinceramente el pelinegro, las contracciones del castaño ya habían pasado.
- seguro que sus padres también los comprenden y apoyarán... – se dirigió a Yunho y Jae, cuyos padres habían salido hace algunos minutos... – descansen ahora... - le dio un beso en la mejilla al castaño oscuro y unas palmaditas en el hombro al moreno.
- gracias, Sra. – correspondieron los muchachos. Aunque ellos seguían nerviosos, no tenían idea de lo que sus señores padres podrían estar pensando ahora que sus madres seguro ya les han dicho que Jae está esperando trillizos, de Yunho.
- Jun Ho, tú hablarás conmigo ahora... – el Sr. Kim le miró seriamente, más no molesto. El gemelo asintió y los siguió fuera del departamento, diciéndole en su camino a Ji Yong que esperara ahí.
- nosotros también nos vamos, hijo... – la Sra. Park se acercó al pelinegro... -
- no intentes hablar con él mamá, por favor... -
- no lo haré, no ahora por lo menos, tu padre es cabezota, pero quiero creer que no me enamoré de un hombre de piedra... -
- no te preocupes, hermano, como quiera que sea cuentas con nosotros... – Ricky le sonrió con calidez, haciéndolo sentir realmente cómodo por contar con ellos, aunque su padre le haya tratado de aquella manera. El castaño observaba con semblante triste la escena, después de todo sentía que era su culpa por haber insistido en querer decirles a sus familias.
- Junsu, querido, quita esa carita... – la Sra. Park le acarició la mejilla con ternura maternal...
- lo siento, señora... – sollozó... – no quería ocasionar tantos problemas... – su suegra le abrazó tiernamente, acariciando su cabeza en gesto maternal. Yoochun miraba conmovido, su madre siempre ha tenido la facultad de tranquilizar a cualquiera aun en la peor de las situaciones, y eso lo hace feliz, contar con ella y su hermano le dará fuerza suficiente para no quebrarse por el desprecio de su padre... -
- shh, shh... no te preocupes querido, nada de esto es culpa de ustedes, la reacción de mi esposo es problema suyo y de nadie más, ustedes no se preocupen, eso hace daño en tu estado... – el castaño dejó de llorar, pequeñas gotas de agua salada prendadas en sus largas pestañas... – así mejor, ustedes solo tienen que ocuparse de llegar tranquilos al noveno mes, con las contracciones que acaban de tener casi sentí que se les adelantaba el parto... – le dijo con una sonrisa.
- gracias, Sra. Park... – le dedicó una sincera sonrisa de agradecimiento.
- bueno, bueno, a descansar, porque mañana cuando vuelva quiero que me cuenten todo... – “¿todo?” se cuestionó mentalmente el pelinegro, el castaño solo sonrió nerviosamente... – Ricky, hijo vamos... – se acercó al castaño oscuro y al moreno para despedirse... – no más tensiones hoy, de acuerdo... oh, y Felicidades por los trillizos, vaya que tendrán una familia enorme... – los chicos también se sintieron tranquilos con las palabras y el apoyo de esas maravillosas personas... -
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En el departamento de a lado...
- por partes, Jun Ho... – los Sres. Kim y el gemelo estaban sentados en la sala. Aprovechando que el resto estaban en el otro departamento... – desde cuándo sales con ese muchacho, y quién es él que es idéntico a JaeJoong... – el gemelo aclaró nervioso la garganta, por partes? Entonces deberían haber empezado por “porqué no nos dijiste sobre Junsu”
- bueno, él se llama Ji Yong, lo conocí cuando llegué hace casi cinco meses para apoyar a Junsu, y... empezamos a conocernos por el grupo... y... comenzó a atraerme... – que incómodo resultaba hablar de eso con sus padres mirándole tan atentamente... – y hace algunas semanas me empezó a gustar más... y, pues...
- se hicieron novios... – completó la Sra. Kim con una sonrisa divertida, se veía tan lindo su hijo ahí ante ellos sonrojado de pies a cabeza, sudando de nervios estrujándose incesantemente las manos... igual que su propio esposo en ese momento, pero él por vergüenza de hablar con su hijo de amor por otro chico.
- sí... – susurró el gemelo.
- Jun Ho, a ti antes... ¿te gustaban los chicos?... – preguntó el Sr. Kim.
- ¡no!... él ha sido el primero... pero no es que solo me guste, papá, es que... lo amo... – si hubiera un tono más rojo que el que ya cubre su rostro, seguro se hubiera sonrojado a ese límite...
- ahh... que complicado es ser padre, uno nunca termina por aprender a serlo... – el Sr. Kim se puso de pie, imitado por su señora esposa que sonreía contenta porque eso significaba que su esposo lo apoyaría también... – bueno, ve y tráelo para que no lo presentes como se debe, si lo amas y no solo te gusta, entonces merece que lo presentes formalmente con nosotros... -
- ¿en serio?... -
- por supuesto, hijo, anda, ve y tráelo ante tus padres, que ansío conocerlo... – le mostró una sonrisa...
- gracias papá... – el gemelo lo estrechó en un fuerte abrazo...
- vale, vale, pero no me estrujes que me asfixias... – el gemelo sonrió, su padre podía ser muy simpático y comprensivo cuando se lo propone. Salió del departamento, fue al otro lado, y llevó a Ji Yong de la mano ante sus padres. El chico raro con mirada nerviosa se sentó a lado de su novio frente a sus suegros.
- papá, mamá, les presento a Ji Yong, mi novio... – dijo todo sonrisas el gemelo.
- mucho gusto, muchacho... – el Sr. Kim le extendió la mano tomándosela en un fuerte apretón.
- el gusto es mío, Sr... – igual el chico raro no podía evitar los nervios, aunque... ¡lo presentó como su novio! Eso lo hace sentir muy contento y emocionado. Sobre todo porque es bien recibido.
- bienvenido a la familia, querido... – la Sra. Kim le dio un beso en la mejilla, el chico raro se ruborizó ante ese gesto.
- gracias, Sra.... – pero rápidamente el nervio dejó paso a una tranquilidad interna que lo hacía sumamente feliz. Aceptando gustoso que su novio le tomara la mano con cariño, ahí frente a sus suegros.
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El Sr. Park había llegado al hotel solo por sus maletas, ahora estaba en el aeropuerto listo para abordar el avión de regreso a Estados Unidos. Todavía podía sentir la ira circulando por sus venas, le venían a la mente los recuerdos de esa tarde y se sentía aún más molesto. La forma tan segura de su hijo de gritar prácticamente a los cuatro vientos que ama a otro hombre, la manera en que le enfrentó para proteger a Junsu, de no doblegarse ante su muestra clara (y violenta) de mostrar su inconformidad, su desprecio hacia esa absurda relación. Lo que es peor, ver a ese chico (un hombre!!!) embarazado, porque eso quedó mas que claro aun cuando nadie lo mencionara, qué clase de aberración humana era aquello, dos hombres enamorados, uno de ellos embarazado. Eso simplemente no podía ser comprendido por su mente, ni mucho menos aceptado por su corazón, él ha sido un padre ejemplar, educó a sus hijos como hombres, cómo podía ahora Yoochun salirle con eso de que es gay.
- es una infamia... – murmuró con los dientes apretados y la misma mirada cargada de desprecio. El avión despegando ya... – jamás volveré a este país, mi familia murió aquí... por una deformación vil de amor...
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Afrodita llegó a la casa de los Park en Estados Unidos, se paseó por las dos plantas admirando detenidamente cada detalle en ese hogar, las muchas fotografías en burós y paredes de cada habitación.
- ¡hasta en la cocina!... – dijo con una sonrisa cuando al entrar ahí se topará con una foto con los cuatro integrantes de la Familia Park vestidos como shef`s sonriendo como la familia feliz que es, aunque ahora estén pasando por un mal momento. Regresó a la sala, donde sobre la chimenea de la estancia estaba un enorme retrato de la familia, al parecer de una Navidad o algo así... – se siente calidez en esta casa, a pesar de que ahora mismo no hay nadie en ella, se nota que es amor lo que en ella habita... Sr. Park... – miró un retrato en la oficina de éste en donde se encontraba con su esposa, una joven muy bella que sonreía a la cámara, mientras que él tenía una postura seria, aunque sus ojos dejaban clara su propia emoción en aquella fotografía, puesto que brillaban con un reflejo que la diosa del amor bien conoce... – no me falle, a mí que tanto creo en la humanidad al amar... – volvió a la habitación de la pareja, donde otro cuadro de la feliz pareja descansaba sobre la mesita de noche... – no la defraude a ella que tanto ha creído en usted a través de los años, yo recuerdo bien todo lo que hizo para permanecer a su lado, el siempre mostrarle una sonrisa a pesar de lo frío y calculador que usted llegaba a ser cuando iniciaron su relación... – vio una última vez el cuadro de la entrada principal, los cuatro otra vez, esa parecía la más reciente porque ya se veían como ahora, sonriendo alegres, bajo el retrato una leyenda “Bienvenidos al Hogar de la Familia Park”... – no deje que el lazo que le une a los suyos se rompa por lo que no comprende, no se falle a sí mismo... – de su cuerpo salieron unos polvos brillantes que se dispersaron por toda la casa, incluyendo los jardines que tan cálidamente la Sra. Park cuidara siempre, diciendo que las plantas son como los humanos, deben regarse y cuidarse a diario para ofrecerles el sustento que las mantiene con vida aún en las estaciones más crueles... – recuerde y sienta todo este amor que se ha quedado impregnado en su hogar... – afuera se escuchó un auto estacionándose en la cochera. La diosa del amor despareció con una sonrisa esperanzada.
Cuando el Sr. Park abrió la puerta un cálido viento le desordenó el cabello ligeramente. Suspiró al entrar, dejando a lado de la entrada sus maletas. Caminó con la mirada ausente por la sala, subió cansinamente las escaleras hasta la segunda planta, doblando a la derecha para entrar en su habitación, aún olía al perfume de su esposa. Se acercó a la mesita de noche y tomó el retrato que antes Afrodita contemplara.
- porqué te enamoraste de mí, mujer... – susurró con un agudo dolor en su corazón, acariciando tristemente la imagen de su esposa.
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Al día siguiente, los padres de Jae y Yunho fueron los primeros en llegar al departamento, la Sra. Kim (madre del castaño oscuro) les preparaba el desayuno a todos (ya sabemos de dónde lo aprendió JaeJoong) en tanto su esposo e hijo conversaban en la habitación del chico. La Sra. Jung le ayudaba a preparar los alimentos (con un Min y Ji Yong en la cocina mirándolas para aprender. Bueno, el menor solo porque quería uno de esos días darle una sorpresa a su novio y prepararle un rico desayuno después de alguna noche en el departamento del bailarín) a su consuegra, en tanto su esposo e hijo conversaban en el departamento de a lado (por cuestiones de privacidad). Y Jun Ho, Junsu y Yoochun estaban en la sala.
- vaya, son preciosas las tomas del eco... me recuerdan los nervios que sentía cada que tu madre iba a revisión... – el Sr. Kim tenía en sus manos la carpeta donde guardaban todas las fotos de las tres ecografías que le practicaran hasta ahora. Jae se sentía tan cómodo porque desde que su padre llegara, le había mostrado una sonrisa cálida, diciéndole que ya su madre le había explicado sobre su embarazo y que estaba de acuerdo con su noviazgo con el moreno, aunque le hubiera gustado enterarse antes.
- papá, ¿de verdad estás de acuerdo con lo mío con Yunho?... – el castaño oscuro le miró apenado, sus mejillas sonrojadas. De alguna manera siempre imaginó que cuando hablara con su padre sobre el amor sería por decirle que había conocido a la chica más hermosa del mundo. Pero, hacerlo en este momento, con un embarazo de casi ocho meses de gestación, saliendo con el padre de sus hijos (léase apropiadamente “padre”), era una escena totalmente opuesta.
- es algo extraño, lo admito, pero de alguna forma me siento tranquilo sabiendo que es ese chico, que siempre se ha visto tan protector y cariñoso contigo, aunque antes pensaba que todo era solo parte del mercadeo del grupo, de eso de hacer felices a sus fans, francamente nunca me pasó por la mente que fuera a resultar cierto... pero no me opongo, hijo... – le acarició la mejilla en un gesto paternal, luego le depositó un beso en la frente... – lo único que a un padre debe importarle por sobre todas las cosas es que sus hijos sean felices... y si tú eres feliz con Yunho, tienen mi bendición para seguir adelante en todo lo que venga, porque debes saber que ser padres, es una tarea que nunca termina... – le regaló una sonrisa comprensiva cargada de ternura.
- gracias papá, no sabes lo bien que me siento escucharte hablar así... – el castaño oscuro abrazó a su padre con infinito agradecimiento, una lágrima de felicidad resbalando por su mejilla.
- ahora solo tendremos que ver cómo hacemos tu madre y yo para mantener a raya a tus ocho hermanas, porque en cuanto sepan querrán venirse a vivir para acá con el pretexto de cuidar de ti, lo que sabemos significará querer remodelar el departamento entero... no, mas aún, se pondrán a buscarles una casa amplia y no las sacarías de las “store baby”... – ambos rieron un momento por eso, de solo imaginarse a las hermanas de Jae, la verdad, daba risa... y quedaba un poco de temor de que aquello llegue a pasar.
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Al otro lado....
Yunho y su padre estaban sentados en el comedor, uno frente a otro con un vaso de agua a disposición por aquello de la garganta seca por los nervios.
- tu madre me ha dicho que no tiene explicación científica el estado de Jae... – su padre le miraba seriamente, su mentón apoyado en sus manos cruzadas a la altura de su rostro. El moreno conocía bien esa postura, es cuando su padre se dispone a observar cada reacción en él, asegurándose de que las palabras que escucha son sinceras o un vano intento por aventajarle algún paso.
- no, la verdad no sabemos cómo pasó, pero eso no me importa, amo a Jae y a los hijos que esperamos... – aseguró el moreno, antes siquiera de que su padre le preguntara aquello.
- sí, me quedó claro desde ayer, la forma en que mirabas con preocupación lo que sucedía cuando entramos al departamento, asegurándote de transmitirle una seguridad que ni tú mismo sentías, procurando su bienestar... no pude ver lo que pasó cuando partimos, pero los padres de Junsu se hospedan en el mismo hotel que nosotros y amablemente me hicieron el favor de contarme cuando les pregunté...
- oh... – musitó el moreno...
- cómo están Yoochun y Junsu, después de lo que pasó con el Sr. Park, me pregunto cómo es posible que un padre pueda llegar a desdeñar tanto a su propio hijo...
- ellos están bien, se tranquilizaron con el apoyo de la Sra. Park y Ricky, además los padres de Junsu se portaron también muy comprensivos, apoyaron a Jun Ho también...
- si, algo así escuché... increíble, sabes, lo mucho que puede descubrir uno en cuestión de minutos. Uno cree conocer a sus hijos por el simple hecho de darles la vida, por el simple hecho de educarlos, de verlos crecer, pero... con esto me has demostrado que te conozco apenas un poco, Yunho... -
- eso, ¿te defrauda?... -
- no, en absoluto... me descoloca, pero no quita que sigues siendo mi hijo y que te sigo amando así como eres, porque no tengo nada en contra de lo que Jae y tú sienten el uno por el otro... -
- gracias... – el moreno sorbió un poco de agua...
- ya han pensado en lo que harán o dirán cuando los bebés nazcan... – su padre tomó una toalla de papel y limpió su frente, hacía algo de calor ahí dentro... eran los nervios haciéndole transpirar. Una conversación jamás soñada con su hijo.
- más o menos, pero no tenemos tomada aún ninguna decisión... -
- decidan lo que decidan, debes saber que estamos contigo... – su padre le tomó la mano por sobre la mesa, apretándola en un gesto de apoyo incondicional.
- gracias, papá... – el moreno regresó el apretón, sonriendo agradecido ante ese hombre que aunque siempre firme, nunca dejó de hacerle sentir ese amor que ahora más nunca le llenaba el corazón de calidez.
- ahora, agradecería que nos presentaras formalmente, sé que los dos son hombres, pero el hecho de que él sea el que está esperando a esos trillizos... – sonrisa pícara... – por cierto, vaya que eres mi hijo, eh... -
- ¡¡papá!!... – soltó avergonzado el moreno, su padre río sinceramente por ese pequeño comentario.
- decía, me siento como el padre del novio al que deben presentarle a la “novia”, sin ofender a Jae, así que, volvamos con los demás, que además muero de hambre, tu madre no me permitió ni una tasa de café antes de venir... – y así, con la tensión diluida entre las familias, padre e hijo se encaminaron hacia el departamento de a lado donde ya todos estaban en el comedor (al que le agregaron algunas sillas) sentados esperándoles para desayunar.
- sabía yo que llegarían ya... – comentó con una sonrisa complacida la Sra. Jung, sirviéndoles el desayuno a su esposo e hijo.
Terminado el desayuno, Jun Ho, Ji Yong y Min se ofrecieron a limpiar la cocina, mientras los demás se sentaban a la sala a charlar.
- bueno, papá, mamá... – empezó el moreno, tomando de la mano al castaño oscuro, que le miró en un inicio con preocupación, iba a presentarlo así, de buenas a primeras con ellos? Bueno, pensándolo bien esa era la idea, no?... – quiero decirles que encontré a la persona más importante de mi vida con quien deseo compartir el resto de mi vida, y con quien estamos a poco más de un mes de formar nuestra propia familia. Sé que ya lo conocen como mi compañero de grupo, como mi amigo de largos años, pero ahora quiero presentarlo ante ustedes como lo que es, mi novio, el “umma” de nuestros hijos por venir... el amor de mi vida... – mirada cargada de ese amor que no solo profesa sino que demuestra. El castaño oscuro se sonrojó conmovido por sus palabras, Yunho siempre tan romántico con él... – mi razón de existir, JaeBoo...
- tan romántico mi vida... – señaló la Sra. Jung, llorando de la emoción, casi como si le hubieran dicho que ya se iban a casar o algo así. Se acercó al castaño oscuro arropándolo en un abrazo cálido... – me alegra mucho que se amen tanto, son tal para cual...
- bienvenido a la familia Jung, JaeJoong, es un placer que seas tú de quien mi hijo se ha enamorado... – el Sr. Jung le estrechó la mano en un gesto bastante varonil, dándole unas palmaditas suaves en el hombro.
- gracias, Sres. Jung, me siento... muy contento porque hayan aceptado lo nuestro… - algunos sollozos se escucharon... pero no eran de Jae, sino de Junsu que también estaba ahí, escuchando aquella forma tan linda de Yunho de presentar a Jae como su novio, se sentía emocionado y feliz por ellos, él también estaba feliz porque su familia aceptó lo de él con el ratón, y la Sra. Park y Ricky igual, pero no dejaba de sentir ese malestar por la reacción del Sr. Park... y ahora esto, simplemente no había podido evitar llorar.
- delfín, ¿qué te pasa?... – cuestionó tiernamente el pelinegro, acariciándole la mejilla.
- nada... – hipó... – es que se ha visto tan bonito... – escondió su rostro en el pecho de su novio. Los Sres. Jung y los Sres. Kim le miraron con una sonrisa.
- papá, mamá... – llamó esta vez el castaño oscuro... – yo no puedo decir tantas cosas tan lindas como mi Yunnie... – el moreno le dio un suave beso a la mano que tenía sujeta, sonriendo un poco avergonzado... – pero, quiero que sepan que Yunho es lo mejor que me ha pasado en la vida, porque por él conozco el amor de verdad, porque por él voy a tener a nuestros propios hijos. No me sentí nunca más feliz de decir esto, pero, Yunho es mi novio y me sentiré muy agradecido de que a partir de ahora le vean como tal...
- hijo, pero si ya lo vemos así... – la Sra. Kim le dio un beso en la mejilla al moreno... – eres el yerno más atractivo de todos los que tenemos... -
- eh, gracias... – balbuceó más avergonzado el moreno.
- eres muy bienvenido a la familia Yunho... – lo estrechó en un fuerte abrazo... - te agradecemos la forma en que amas a nuestro hijo, sabemos que no hay nadie mejor que tú para compartir la vida a su lado, a lado de la familia que ya son... – el Sr. Kim acarició una vez más el vientre de su hijo.
- muchas gracias, Sr. Kim... -
- bueno, definitivamente habrá que celebrar la reunión de nuestras familias algún día, tal vez después del parto, no crees... – el Sr. Jung palmeó el hombro del Sr. Kim, ambos mirándose como auténticos consuegros que se aproximan más que al nacimiento de sus nietos, a una boda.
La Sra. Jung y la Sra. Kim solo sonrieron. Los muchachos sonreían felices. Junsu ya había parado de llorar, y Yoochun solo se preguntaba porqué su padre no puede ser tan comprensivo como los de sus amigos.
Jun Ho, Ji Yong y Min salieron de la cocina con sendas sonrisas, habían estado escuchando todo desde dentro, la habían dejado muy limpia entre los tres y ahora se acercaban a esa bonita reunión matutina llena de buenas noticias.
Más tarde llegaron la Sra. Park, Ricky y los Sres. Kim (padres de Junsu), el resto del día estuvo llena de platicas acerca de cómo se hicieron novios (omitiendo obviamente detalles íntimos, no iba Yunho a decir que se lo había montado con Jae el primer día de su noviazgo. Ni Junsu a decir que él y Yoochun se habían estado seduciendo antes de formalizarse). De la forma en que tomaron la noticia cuando supieron que estaban embarazados. De la aventura que ha representado (el ratón prefirió no mencionar la tortura que pasó cuando su delfín no intimaba con él), del susto que el castaño les metió a todos con la amenaza de aborto en el primer trimestre. De la decisión de llamar a Jun Ho y Ji Yong para que los suplantaran en el grupo todos esos meses y los que faltan.
- es verdad, por dios hijo que desconsiderados hemos sido contigo, no te hemos agradecido la enorme ayuda que le ofreciste a nuestro JaeJoong al cubrirlo ante la disquera, ante sus fans, ante todos... – la Sra. Kim abrazó al chico raro fuerte... – muchísimas gracias por tu apoyo, eres un muchacho ejemplar...
- ha sido un placer Sra. Kim... – le dijo con su conocida sonrisa inocente.
- aún así, muchas gracias muchacho, y perdona si ayer te incomodé con mi mirada con todo lo que estaba pasando... – el Sr. Kim le estrechó en un fuerte abrazo.
- no se preocupe, fue perfectamente comprensible... – “aunque si me dio algo de temor”
- y tú, Min, con quién sales, se te nota en la carita que nuestros hijos no son los únicos que han encontrado la felicidad con un chico... – comentó de pronto la Sra. Park, sonriéndole afectuosa...
- se llama Kohei... – respondió sonrojado el menor... – es parte del grupo de bailarines que trabaja con nosotros...
- oh, el chico que estaba ayer aquí... – señaló la Sra. Jung... – es un chico muy apuesto...
- mujer... – llamó celosamente su esposo. Cosa que hizo que todos los presentes rieran.
..............
El Sr. Park vuelve a casa día tras día con una sensación de vacío, tal como se encuentra su casa desde hace casi un mes que volviera de Corea. Su esposa ni siquiera había llamado una sola vez, él por supuesto tampoco ha intentado contactarla, pero sabe bien que seguro se ha instalado por allá y cuida de sus hijos, más aún, debe estar emocionada con el embarazo del “novio” de su hijo mayor.
En su trabajo no ha dicho nada, pero se encargó de que se corriera el rumor de que su Sra. e hijo estaban de vacaciones por el país oriental para evitar tener que dar explicaciones que ni siquiera necesita dar.
Todos los días se paseaba por toda la casa observando los retratos, viendo detenidamente el cuarto de su hijo menor, algo desordenado con ropa regado aquí y allá, siempre ha sido más desentendido para el orden. El cuarto que Yoochun ocupa cuando les visita está impecable, tal como lo dejara hace casi dos años cuando fue la última vez que pasó las fiestas decembrinas con ellos; ahí, en la mesita de noche, una foto con sus amigos del grupo, en el cajón de ésta una de Junsu. Solo verlo le hizo sentir una vez más desprecio por él, le culpaba de haber separado a su familia.
- jamás aceptaré la relación entre ustedes, así tenga que consumirme en esta casa sin mi familia, la que tú, un simple muchacho de 21 años, se atrevió a arrancar de mi lado por un amor que no debe existir...
Cerró el cajón con un fuerte golpe, salió a pasos agigantados de la habitación de su hijo mayor, se dirigió a su alcoba y comenzó a empacar algunas cosas. No sabía exactamente porqué lo hacía, pero había tomado la decisión de viajar una vez más a Corea, a hablar tal vez con ese joven y tratar de recuperar a su familia.
Continuará............
CAPITULO 18. OLIMPO
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Nunca antes el viaje le había parecido tan lento como ahora, miraba una y otra vez por la ventanilla sin realmente reparar en el bello paisaje bajo sus pies, no podía notar aquellos blancos trozos de algodón que tan hermosos formaban incluso figuras según la imaginación de quien observa esas nubes; tampoco podía reparar en el nacarado atardecer y aquella luna tímida que se comenzaba a hacer notar redonda en la bóveda celeste que poco a poco era cubierta del negro manto de la noche.
No... porque su mente divagaba en los recuerdos de años atrás, desde que conociera a su esposa, la incipiente relación a la que los padres de ella se opusieron en el instante en que ella los presentara. Y él hacía justamente lo mismo con Yoochun, su hijo mayor. Pero... qué podía él hacer si aquello iba contra todos sus principios.
Horas de vuelo dedicadas a navegar por sus propios sentimientos, esos que no tan comúnmente deja a la luz, esos que ocultos en lo más profundo de su corazón luchaban ahora por salir a flote... esos, que en su hogar en aquel país americano estaban tan bien guardados en cada detalle de su casa... esos... que lo hacían el hombre más feliz del mundo.
............
La operación para el nacimiento de los bebés de Jae y Junsu estaba programada para dentro de un par de semanas, pero naturalmente los chicos ya estaban superpreparados para su llegada. Habían decidido hacerse de una amplia casa en donde poder habitar todos... sí, la idea de cada quien por su lado no le había cuadrado a ninguno... y a ninguno le molestaba compartir el hogar, porque a fin de cuentas son familia... Enorme, pero familia y es lo único que importa.
Por supuesto, nadie (entiéndase público en general) aún sabía de esa nueva casa que se ubicaba en los linderos de la ciudad, donde la privacidad era algo que se respiraba incluso en el aire. Hacía casi tres semanas que habían dado con ella, y desde que la vieran, Junsu y Jae se habían “enamorado” de ese bonito lugar. Conformada de dos plantas (pisos), con siete habitaciones, dos baños, la cocina, sala-comedor, un amplio patio trasero con árboles y un pequeño estante (estilo japonés), el jardín delantero lleno de hermosas flores de una variedad de colores y pocos vecinos curiosos de los que preocuparse. Esa había simplemente el hogar ideal.
Desde que la compraron (era mejor que andar rentando, claro que al adquirirla dentro del contrato se encontraba una cláusula de absoluta discreción al respecto, puesto que los dueños era todo el grupo) habían día con día comenzado a ambientarla, llevando muebles, electrodomésticos y absolutamente todo lo necesario. Se habían repartido las habitaciones de la siguiente manera. En la planta alta donde se encuentran cuatro habitaciones, se ubicaron el YooSu y la habitación de sus bebés a lado derecho, el YunJae con su respectiva habitación para sus peques, a lado izquierdo. En la planta baja Min tenía su propia recámara (siempre le ha gustado una para él solito) y en otra se instalaron el JunYong, y la sobrante quedó para las visitas. Todo lo que está en sus otros dos departamentos continúa igual, por cuestiones de no levantar sospechas ante la disquera y por ende sus fans y la prensa.
En los últimos dos días ya han estado viviendo ahí el YooSu y el YunJae, principalmente porque habían dedicado el tiempo a arreglar las habitaciones de sus bebés. Como realmente no conocían el sexo de los bebés (Jae y Junsu se habían negado en rotundo, querían la sorpresa al momento del parto) las paredes de las habitaciones estaban pintadas de colores claros y ataviada de algunas estampas de animalitos. La cuna (bastante amplia en ambos casos) se encontraba situada cerca de la ventana con un precioso juego de cubrecama, nada de muñequitos, son peligrosos en un recién nacido; claro que, fuera de la cuna, alrededor de la habitación estaban dispersos ya varios muñecos de peluche cortesía del montón de tíos, tías y abuelos (léase, no solo sus respectivos padres y hermanos, sino también las de los demás) había también una cómoda donde ya tenían ropita, pañales, cuentos y otras cosas necesarias. tenían una mecedora donde Jae o Junsu (cada uno en la habitación de sus bebés) ya se sentaban a conversar con sus hijos mientras observaban por la ventana; siempre admirados en silencio por Yunho y Yoochun correspondientemente, con una linda sonrisa en sus labios y una mirada llena de ternura porque ya los imaginaban dándoles el biberón mientras los arrullan para la siesta.
- te gusta como quedó?... – el moreno abrazó a su Boo por la espalda, dejando descansar sus manos sobre el vientre de su novio, ambos en el umbral de la puerta, la noche cayendo lentamente.
- me encanta, Yunnie... – el castaño oscuro sonreía feliz, emocionado de saber que en un par de semanas tendrán ahí, con ellos, tal vez entre sus brazos, a sus trillizos.
- vamos a dormir, Boo, necesitas descansar... – su novio asintió, caminaron tomados de la mano hasta su alcoba, misma que estaba a lado de la de sus bebés.
- crees que hemos tomado la decisión adecuada acerca de lo que diremos cuando nazcan... – dejó que el moreno le desvistiera para cambiarse por el pijama.
- sí... pero de cualquier forma, si lo que decidimos llega a causar problemas, si tú no estás tranquilo, no me importará dejar al grupo y llevarlos lejos, así sea hasta el fin del mundo, cualquier lugar en el que se sientan seguros y cómodos... – el moreno ayudó a su novio a recostarse en la cama, colocó las almohadas apropiadamente para que su Boo pueda descansar y dormir.
- sé que harías eso... pero presiento que todo irá bien... – el castaño oscuro le sonrió, depositando un suave beso en sus labios... – Te Amo...
- y yo a ti, Boo... -
............
- Chunnie, qué nombres les pondremos a nuestros hijos... – era cerca de medianoche pero el castaño no conciliaba aún el sueño por estar pensando en ello. Y claro, no le tuvo consideración a su ratón porque sabe perfectamente que hace meses tiene el sueño superligero y nada más escucharlo despierta (n/a se aprovecha de la preocupación de su novio que está programado mentalmente para cualquier cosa)
- Su, delfincillo travieso, ¿no deberías de estar dormido?... – un adormilado pelinegro se acercó a su novio para acariciarle la tripa. ¿Que no se habían dormido abrazados, porqué estaba entonces al borde de la cama?... – ¿te has levantado?... – preguntó enarcando una ceja, gesto que su novio no notó por la oscuridad de la noche.
- fui a la habitación de nuestros bebés, no tengo nada de sueño, y ahí me puse a pensar otra vez en los nombres que no hemos decidido... – el castaño le acarició el cabello a su novio, aprovechando que estaba sobre su tripa, escuchando seguramente a sus bebés, cuando no le estaba dando besitos a su vientre.
- pero Susu ah, sabes que no me gusta que te levantes sin avisarme, y si te pasa algo y yo ni enterado... -
- lo siento, prometo no volverlo a hacer... no es tan difícil elegir dos nombres para niño y dos para niña, cómo es que aún no los hemos decidido, Jae y Yunho ya los tienen...
- yo te he dado montones de nombres y a todos les has encontrado peros, que si así se llaman los de Super Junior, o los de Shinee, o que es de alguna chica con la que seguro salí antes de estar contigo, o que todo el mundo se llama así....
- ok, ya entendí... pero es cierto, todos los nombres de niña me recuerdan a alguna que mencionaste antes de que te enamoraras de mí... – puchero infantil... -
- yo nunca salí con Hwang Bo... – se defendió el ratón.
- no formalmente tal vez, pero bien que la elegiste en aquel programa de Love Letter, ¿no?
- pero fue por obligación, no estabas ahí para elegirte a ti... – el ratón ya se estaba divirtiendo con los celos de su delfín.
- tonto, aunque hubiera estado, seguro la elegías a ella, claro, solo a ti se te ocurrió decir algún día en no se qué entrevista que era tu chica ideal (n/a algo así leí en algún lado, pero no estoy segura, igual en ese show el ratoncillo bien que le echó el ojo a la escultural muchacha, que por cierto a mí me cae mal, ejem, ejem, volvamos al fic)... -
- pero Su... – el pelinegro trepó por la cama, su cuerpo sobre el de su novio sin dejarle su peso, buscando con su vista ya acostumbrada a la oscuridad, los labios del delfín, sonriendo divertido...
- y ni me digas que fue solo por decirlo, ratón malo... – el castaño sintió el aliento de su novio sobre sus labios...
- Te Amo... – atrapó la boca del delfín, sonriendo sobre ella, besándolo despacio... – pensaré en otros nombres que no tengan nada que ver con nadie que te moleste de mi pasado, ¿vale?
- pero que sean bonitos... -
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- ¡Park!... – la Sra. Park (que no se ha divorciado, pues, jeje) abrió la puerta del departamento que había rentado desde algunas semanas cuando ella y Ricky decidieran quedarse en Corea, más que nada por Yoochun, Junsu y sus nietos por nacer... – qué haces aquí... – algo de molestia y sorpresa marcada en su semblante.
- necesito que me lo expliques... no quiero hacer lo mismo que tus padres, no quiero cometer el mismo error, aunque ya lo he iniciado por todo lo que dije e hice ese día, pero... – aún afuera, el Sr. Park clavó su mirada en su esposa, donde ella notó un cambio, había tristeza ahí, además, por el aspecto que lleva queda al descubierto que no ha descansado bien desde hace un mes cuando se separaron.... – la casa se siente tan fría y vacía sin ustedes...
- no Park, lo sentiste así por ti, porque fuiste tú quien se mostró frío, quien creo ese vacío al negar a tu propio hijo solo porque ama...
- ¡a otro hombre, mujer!... – pero a diferencia de aquel fatídico día, esta vez no elevó la voz, más pareció ahogada por un nudo en su garganta, una lágrima resbalando de su mejilla.
- eso qué diferencia hace, Park, es amor... y el amor no se entrega por género, poder o color... solo nace, como nació nuestro amor, fuimos contra todo obstáculo, ya lo olvidaste?
- cómo olvidarlo, si agradezco cada día el hecho de que dios te pusiera en mi camino, de que no me dejaras rendirme cada que lo intenté, ¡cielos, mujer! Quise dejarte tantas veces por cobardía, y cada ocasión tú me decías cuanto me amabas y que sabías que te amaba igual, que si nos manteníamos juntos nada podría separarnos, ni tus propios padres...
- dime Park, ¿me equivoqué al amarte como te amo, eres en verdad un hombre de piedra, tienes el corazón de hielo?
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Una semana para el parto...
- ¿que quieres vacaciones para todo el grupo?... – cuestionó el manager con sorpresa, sentado tras el escritorio de su oficina, donde seguro se encargaba de apretar un poco más las agendas de todos a los que representa.
- sí señor, estamos cansados, necesitamos por lo menos unas semanas de descanso... – el líder no solo no podía perderse el nacimiento de sus trillizos, sino que sabía que debía cuidar de su Boo después del parto y no quiere dejar esa responsabilidad en manos de su madre ni su suegra. Y Yoochun piensa igual.
- estaba a punto de cerrar contrato con China para una serie de conciertos la semana entrante... – el hombre miró por sobre sus anteojos al líder de uno de sus más prestigiados grupos musicales. Pudo ver en sus ojos que no se iría de ahí hasta conseguir lo que fue a buscar... y después de todo lo tienen merecido, no han parado de trabajar por meses enteros... – tómense un mes, después de eso comenzaremos a trabajar de lleno con el material de su cuarto álbum...
- gracias... – el moreno sonrió, hizo una reverencia y volvió a la sala de ensayos donde el resto (excepto claro está Jae y Junsu) le esperaban. Cuando les dio la noticia todos saltaron casi de alegría.
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Día del parto....
A pesar de que aún faltaban dos días para la fecha programada, era claro que sus bebés ya estaban ansiosos por salir al mundo, porque (como durante todo el embarazo) Jae y Junsu habían comenzado con las contracciones a media tarde. Esas que anuncian que ya es hora, porque se presentaban cada dos o tres minutos y duraban alrededor de 90 y 120 segundos.
- te juro que no vuelves a tocarme un pelo, ratón pervertido... – amenazaba el delfín a bordo de la van camino a la clínica.
- tranquilo delfín, vamos, inhala... – el pelinegro sabía que esas palabras salían de la preciosa boquita de su novio motivadas por el dolor de las contracciones.
- ¡tranquilo!... – inhaló profundamente, apretando con fuerza la mano de su novio mientras se relajaba, o al menos lo intentaba para que las contracciones no dolieran tanto... – como a ti no te está doliendo... – exhaló profundamente... El ratón mejor se quedó callado, llevaba las de perder.
- Yunnie, te juro que si no aceleras tus hijos querrán salir por... – contracción, inhalación-exhalación, mirada asesina hacia su novio que conducía tan rápido como legal y seguramente podía... – la próxima, te embarazas tú... – espetó en tanto continuaba con su técnica de relajación para aguantar las contracciones...
- si mi vida, como tú digas... – aunque el moreno no intentaba sonar a que solo le seguía la corriente... así se escuchó, ganándose una mirada más que furiosa de su Boo... – lo siento... – sonrió inocente, esperando que no se la fuera a cobrar después, tal como le gusta cobrárselas seguro lo deja en abstinencia aun después de la cuarentena.
Durante todo el trayecto la situación fue mas o menos la misma, un Jae y un Junsu enfurruñados amenazándolos con no volver a intimar con ellos. Claro, muchas de las que dan a luz salen con eso porque el dolor es casi insoportable, y ellos no se quedaron para nada atrás. Cuando por fin llegaron a la clínica (después de que Jae hasta haya insistido en que se pasara los altos, cosa que el moreno no hizo pero se obligaba a tomar atajos), no era Afrodita quien les esperaba para ingresarlos, sino una muchacha de unos 33 años de cabello color azabache.
- disculpe, y la Dra. Bin... – cuestionó reacio el moreno, en tanto un par de enfermeras ayudaban a Jae y Junsu a ocupar unas sillas de ruedas para llevarlos a una habitación antes de pasar a quirófano.
- la Dra. Bin no ha podido asistir por motivos de fuerza mayor, pero no se preocupen, están en buenas manos, y no diré absolutamente nada... – esa doctora les sonrió de modo tal que sintieron absoluta confianza... – acompañen a la enfermera, necesitan llenar un papeleo en tanto los jóvenes son preparados para la operación...
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- esos niños no pueden nacer aún, la prueba final no ha sido cumplida... – Hera llegó a la fuente de los Espejismos, donde Démeter, Artemisa y Afrodita observaban a la diosa de la sabiduría ya en el quirófano apunto de intervenir a los chicos.
- no es tu decisión, sino la de Artemisa... – espetó la diosa del amor, poniéndose a la defensiva de inmediato. La diosa de la Luna tenía un semblante cansado, su divinidad le había abandonado casi por completo mientras era absorbida por alguno de esos cinco bebés por nacer.
- te equivocas, la maldición de mi madre no se ha levantado, por eso Artemisa se ve tan demacrada... – Eris apareció en escena también, mirando con maldad la imagen en la Fuente de los Espejismos... – eso nos da derecho a intervenir si queremos...
- no te atrevas Hera, esto no es de tu incumbencia... – la diosa de la fertilidad sabía que la diosa del matrimonio buscaría la victoria a como diera lugar...
- demasiado tarde... -
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Las familias de los muchachos llegaron a la clínica rápidamente, apenas Yunho y Yoochun le avisaron a Min, Jun Ho y Ji Yong, éstos terminaron por notificar al resto de los interesados. En cosa de media hora la sala de espera estaba abarrotada por futuros abuelos caminando de un lado a otro, abuelas tranquilizando a los futuros padres, tíos y tías murmurando acerca de los nombres posibles o apostando acerca de a quién se parecerán más, si al padre o al “madre”.
- qué haces aquí?... – el pelinegro endureció su expresión apenas vio a su padre llegar ahí.
- Park, cómo diste con nosotros... – su esposa se interpuso entre su esposo y su hijo, no quería discusiones innecesarias en ese momento que debía estar lleno de nervios y felicidad solamente.
- yo... – había una palabra en su mente, pero de pronto sintió una serie de emociones negativas que lo hacían sentir rencor, ira, odio hacia su hijo mayor, más aún, hacia el que se encontraba en un quirófano a punto de traer al mundo a dos pequeños producto de una “aberración”...
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La diosa de la discordia había aparecido a lado del Sr. Park llenando su corazón de sentimientos que no estaban del todo en él, que había conseguido sacar de su mente cuando charlara con su esposa unos días atrás, pero que no abandonaron su alma.
Artemisa se dobló de dolor a lado de la Fuente, el hecho de que el Sr. Park tuviera otra vez esos pensamientos hacía más difícil su trascendencia al mundo de los mortales. Afrodita al notar aquello decidió intervenir, apareció a lado del hombre, tocando con su don más allá de su mente, de su corazón, de sus pensamientos y sentimientos, el verdadero color de su alma, purificándolo de aquello que él mismo no desea tener, debilitándose lentamente porque a la vez se enfrentaba al poder de Eris, ambas combatiendo por su propio ideal. Una por amor, la otra por discordia.
Hera y Démeter observaban, esperando el momento en que ellas mismas intervendrán, siempre ha sido así, ellas dos han sido enemigas naturales desde los inicios de los tiempos del Olimpo. Y será así por la eternidad, a veces gana una, en otras la otra. Cuál será el final en ésta ocasión?
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- si has venido a echarme algo en cara, vuelve por donde viniste... – habló el pelinegro, antes de escuchar a su padre meterse otra vez con él o Junsu.
- yo... – el hombre se apretó la cabeza con sus manos, cerrando fuerte sus ojos, sintiendo cómo las ideas en su mente se aclaran y en su pecho su corazón late al ritmo de un conocido sentimiento... – he venido a pedirte perdón... – la diosa del amor había ganado, aunque ella y Eris estaban debilitadas e inconscientes sobre el piso de mármol de la Fuente de los Espejismos. Artemisa había parado de sufrir con agonía, comenzaba a sentir una calma que la envolvía cálidamente... – se que no lo merezco, que no debería tener cara para estar aquí... – el pelinegro (y todos los presentes) escuchaba sorprendido... – pero... no creo que tu madre se haya enamorado de un hombre de corazón de hielo, por favor, Yoochun, acepta mis sinceras disculpas, dame la oportunidad de remediar el mal que causé...
- Park... – murmuró feliz su esposa, comenzando a llorar en silencio, su esposo estaba de regreso, el hombre del que se enamoró...
- si mi novio te perdona, lo haré yo... -
- déjame hablar con él entonces... -
- ahora no, ya está en el quirófano...
- creo que le hará bien entrar antes de que anestesiemos al joven Kim... – Atena se apareció ahí, sabía que la peor parte aun estaba por venir, y el que Junsu no sienta intranquilidad alguna por el padre de su novio, es vital para el nacimiento de los bebés... – él ha estado murmurando que le hubiera gustado que no lo rechazara por amar a su hijo...
Yoochun y el Sr. Park se miraron por un instante, y el pelinegro vio por primera vez en los ojos de su padre una cosa: sinceridad. Le sonrió ligeramente, haciéndose a un lado para permitirle el paso hacia el quirófano.
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- crees que ganar esta batalla te dará alguna ventaja, Démeter... tú y yo sabemos que el futuro de la humanidad depende de hecho del nacimiento de esos bebés, del renacimiento de una nueva Artemisa... – la diosa del matrimonio llegó hasta la Fuente de los Espejismos, ahí vio que el Sr. Park ingresaba al quirófano donde se encuentra el delfín aun consciente... – qué tan pura puede ser verdaderamente un alma mortal?... – con un movimiento, la imagen en la Fuente se dividió en dos, mostrando al mismo tiempo el quirófano de Jae y el de Junsu.
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- ¿Sr. Park?... – algo temeroso por la presencia del padre de su novio, el delfín cubrió su vientre con sus manos, como si temiera que les fuera a hacer daño.
- no vengo a hacerte daño, Junsu... – el hombre incluso dio un paso atrás... – por el contrario, vengo a pedirte perdón, no hay palabra para describir mi actitud de aquel día... – el castaño tenía sus ojos abiertos de par en par... – pero, tuve tanto tiempo a solas en Estados Unidos, tanto espacio vacío para pensar en lo que había hecho, que no voy a negarte que cuando vine hace casi dos semanas tenía una intención vil para contigo, pero... me di cuenta, mi esposa me hizo ver lo equivocado que estaba, me recordó que el amor es algo puro, una bendición divina incluso, y que yo no era nadie para oponerme al amor que hay entre tú y mi hijo. Por favor, perdóname, déjame ser parte de la felicidad que aún llevas en tu vientre... – el hombre miró su tripa, el castaño notó ternura en su mirada, la misma que su novio muestra cuando lo ve. Sin duda, llevan la misma sangre.
- ya lo es, Sr. Park... – el castaño le sonrió suavemente... – le agradezco que me acepte en su familia, que haya sido parte de lo que convirtió a Yoochun en quien es, porque así es como lo amo...
- gracias muchacho... – el hombre se acercó a besarle la frente, sus ojos empañados en lágrimas... – gracias por ser tan bueno, por amar a mi hijo, por perdonar a este hombre que no veía más allá de los límites sociales...
- Sr. Park, debemos continuar ya... – Atena le indicó la salida...
- gracias por haber venido, Sr. Park, la verdad estaba algo angustiado, no quería que nuestros hijos nacieran sin que su abuelo estuviera presente, sin que los esperara con el mismo cariño y ansia que Chunnie y yo... -
- esperaré afuera, mientras ayudo a mi hijo a hacer un surco en el piso de tanto caminar de un lado a otro.... -
Cuando por fin hubo salido del quirófano, ambos chicos fueron anestesiados para proceder con la cesárea. Había muchos aparatos conectados a ellos, para vigilar no solo sus signos vitales, sino los de los bebés. Atena y Apolo (gemelo de Artemisa, quien se encargaría de operar a Jae) estaban por realizar el primer corte en sus vientres cuando todos los aparatos comenzaron a pitar, anunciando que los signos vitales de Jae y Junsu caían...
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- no vencerás Hera, ellos tiene alma pura, son amados incondicionalmente, por sus parejas, por sus familias, por sus amigos. Peleas en vano... – Démeter vio cómo Hera mandó sus espectros a absorber la vitalidad de los muchachos, robándoles lentamente la vida.
- no me atacas, ¿porqué no lo haces?... – la diosa del matrimonio había esperado un ataque de parte de la diosa de la fertilidad, pero ella solo estaba de pie ante sí. Miró a un lado, donde Artemisa estaba arrodillada, sus manos sobre el piso... – ella debería estar retorciéndose de dolor, si esos chicos mueren ella lo hace con ellos... – la diosa de la luna levitó, su rubia cabellera ondeaba sutilmente, en su rostro, una ligera sonrisa de paz.
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- no se rindan, no ahora... – Atena y Apolo estaban dando parte de su energía divina a los muchachos, esperando porque ellos no dejaran que el mal les absorbiera el alma.
Como en sueños, Jae y Junsu se encontraban rodeados de oscuridad, sentían frío y un punzante dolor en sus vientres. Pero tenían fe, sabían que aquello no era más que una prueba más que superar. Saben que aun en los peores momentos siempre tendrán alguien en quién apoyarse; así, comenzaron a aparecer a su alrededor imágenes de sus propios recuerdos desde pequeños, de los juegos con sus familias, con sus amigos, de la llegada al trainer, de la integración del grupo, del primer beso con su respectivo novio, de la primera vez, del momento de la noticia sobre su embarazo. Del apoyo incondicional de sus parejas, de sus amigos y después de sus familias. Tenían todo por vivir, un mundo que descubrir siendo padres.... estaban rodeados de amor. La oscuridad dio paso a una radiante luz que los hizo sentir más vivos que nunca.
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- ¿le estás dando tu vitalidad a Artemisa? Con eso has creado un puente entre los mortales y los dioses, de esa manera estás evitando que mis espectros lleguen a tocar el alma de esos chicos, no es así... – Hera supo que tenía la batalla perdida, que Démeter había llevado un paso al frente de ella... porque si hubiera intentado atacar en ese instante a la diosa de la fertilidad la peor parte se la habría llevado ella... – ahora entiendo lo que le pediste a mi esposo aquél día... fue astuto de tu parte, los dioses no podemos atacarnos entre nosotros mientras haya un puente entre los mortales y la divinidad del Olimpo.
- no mientras en ese puente esté conectada un alma pura, y la de esos chicos lo es... los mortales nos han dado una lección, Hera... tienen esperanza, no debiste nunca dejar que Pandora la liberara en la Tierra...
Artemisa se desvaneció en polvos multicolor que cayeron sobre la Fuente de los Espejismos, infiltrándose hasta absorberse en la imagen. Los signos vitales de Jae y Junsu volviendo a la normalidad.
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Algún tiempo después, Atena y Apolo llegaron a la sala de espera, inmediatamente abordados por Yunho y Yoochun...
- cómo están... – cuestionaron al unísono, los Dres. Llevaban una radiante sonrisa.
- los jóvenes Kim están durmiendo aún, por la anestesia, pero en perfecto estado de salud, despertarán en un par de horas. Sus hijos por otro lado, están siendo aseados por las enfermeras, ya los revisamos y su estado de salud es perfecto también... – los ojos del moreno y el pelinegro se llenaron de lágrimas. Misma reacción en todos los presentes.
- cuándo podemos verlos... – cuestionó ansioso el moreno.
- síganme, los llevaré a la sala de pediatría donde se deben encontrar ya... – cuando llegaron al lugar, donde habían otros recién nacidos, los muchachos solo miraban a todos tratando de ubicar a sus peques, esperando tal vez que se les notara un parecido con sus novios o con ellos, pero se veían todos tan iguales.
- disculpe... cuáles son... – el pelinegro tímidamente se señaló a sí mismo y a Yunho, evitando sonar más tonto si pregunta con palabras cuáles son sus gemelos y los trillizos de su amigo.
- esos dos de ahí... – Atena apuntó al final de la segunda columna... – son sus gemelos, una niña y un niño, Felicidades... – el pelinegro corrió hasta ese extremo, pegando su rostro en el cristal, sonriendo muy emocionado por ver a sus bebés por fin, después de nueve largos meses de espera. Ok, solo ocho, que el primer mes ni enterado... – y esos tres de ahí... – a lado de los bebés del ratón... – son sus pequeños, dos niños y una niña... – el moreno se acercó a paso veloz a lado de su amigo, mirando igual por el cristal. Ambos sonriendo y derramando algunas lágrimas de felicidad.... – cuando Jae y Junsu despierten los llevaremos con ellos, entonces podrán abrazarlos también, por ahora las enfermeras cuidarán de ellos.
- podemos quedarnos aquí hasta entonces... – preguntó el moreno.
- por supuesto, cuando sus parejas despierten les avisaré...
Un par de horas más tarde...
- se parecen a ti, están igual de hermosos... – Yoochun ya estaba con Junsu, había despertado apenas hace cinco minutos, pero ya había corrido a su lado, y ahora acababan de entregarles a sus gemelos, él cargaba a la beba mientras que el delfín tenía entre sus brazos al bebo. Ambos muy contentos.
- también se parecen a ti, tienen tu nariz... – el castaño acariciaba suavemente cada facción en el pequeño rostro de su hijo... – son tan pequeños, que no puedo creer que hayan estado en mi vientre todo este tiempo...
- gracias Susu ah... – el ratón besó los labios de su novio...
- cuidado, que la aplastas... – bromeó el delfín, porque sin soltar a su hija, se había acercado a besarlo.
- sobre mi cadáver le llego a hacer algún daño a nuestros hijos... -
- ahora soy completamente feliz, Chunnie, ya lo era cuando solo éramos tú y yo, pero ahora... – el castaño dejó que su novio colocara a la niña en su otro brazo, pudiendo así sentirlos a los dos contra su pecho, dormían plácidamente y les transmitían un muy agradable calor... – ahora que tenemos a nuestros propios hijos, lo soy mucho más, agradezco a cualquier ente divino que nos envió este milagro tan hermoso...
- también yo, delfín... -
En otra habitación de la clínica...
- ahora sí que no vamos a descansar Yunnie... – el castaño oscuro tenía a su hija y uno de sus hijos en sus brazos, admirando emocionado esos pequeños seres que le llenaban de una felicidad que no puede ser descrita con palabras... – tenemos tres bebés por los que velar...
- y soy feliz por ello... – el moreno estaba sentado en la orilla de la camilla, con su tercer hijo entre sus brazos, la pequeña manita le tenía atrapado uno de sus dedos, haciéndole sentir el padre mas contento del mundo entero... – después de la cuarentena hablaremos con Lee So Man, y después con la prensa como lo acordamos, si Boo?
- sí Yunnie... mira, están abriendo sus ojitos... – los tres, como si se hubieran puesto de acuerdo, abrieron sus ojos, dando lo que parecían bostezos después de una cómoda siesta... – son preciosos...
- lo son, con tremendo umma tan bello no era para menos... – ambos sonrieron... – la Dra. dice que te darán alta mañana, y podremos irnos a nuestro nuevo hogar.
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Día del bautizo...
La casa era una maraña de personas corriendo para aquí y para allá, cada una ocupándose de algo diferente. Terminar de acomodar las sillas y mesas en el patio trasero para la comida cuando volvieran del bautizo. Seis suegras (mamá de Jae, la de Yunho, la de Yoochun, la de Junsu y Jun Ho, la de Min y la de Kohei) la mar de felices cocinando deliciosos platillos y entremeses mientras conversan y se divierten a costa de sus hijos. Sí, es que siendo padres primerizos han tenido sus aventuras, como la primera vez que cambiando pañales, a Yoochun y Yunho sus hijos les llenaran el rostro de pipi, o cuando los vomitaran por primera vez, entre otras aventuras. Y eso que apenas llevan tres meses.
Los muchachos se estaban vistiendo apropiadamente para el evento, y eso incluía arreglar a unos pequeños que no paraban de mover sus manitas y piecitos haciéndolo más difícil, y Jae y Junsu que no les ayudaban porque ellos ya habían vestido a sus otros hijos.
- igual de inquieto que su padre... – Junsu decidió ayudar a su novio con el pequeño, la beba ya estaba en su portabebé esperando por su hermanito.
- yo no soy inquieto... – pero no paraba de moverse por toda la habitación sin hacer realmente nada.
En la otra habitación...
- se supone que lo vistas, no que juegues con él, Yunnie...- y es que el moreno había terminado por hacerle caritas o jugar al avioncito olvidándose de cambiarlo... -
- ups, lo siento JaeBoo, pero es que me ha ganado mi lado infantil, además, esta tan divertido.... – su pequeño hijito le estiraba las manitas para que se las tomara y las moviera como hace unos momentos, de un lado a otro, de arriba abajo mientras hacía sonidos graciosos con su boca...
Al final, la ceremonia de bautizo había sido una fuente de risas de cinco bebés que hacían todo por tener la atención de sus papis, cuando éstos intentaban hacer caso de las palabras del sacerdote. Y terminaron llorando cuando les vertiera el agua sobre sus cabecitas. Pero fueron el centro de atención de todos los invitados (las familias de cada uno de ellos, incluido Kohei y Ji Yong), recibiendo un sinfín de cariños y mimos. Y cuando no andaban en brazos de alguno de sus tantos tíos y tías, estaban en manos de alguno de los abuelos, de todos menos los propios padres, que solo agradecían que sus peques fueran tan adorados y estuvieran tranquilos en brazos de cualquiera de esas personas que tanto apoyo les ha significado.
- oye, cuñado, quién eligió los nombres de los bebés al final... – Jun Ho se sentó a lado del pelinegro, mirando a lo lejos cómo sus sobrinos pasaban de los brazos de dos de las hermanas de Jae a los de los Sres. Park... -
- Susu ah con el de la nena, se negó en rotundo a los que yo le dije... – el castaño estaba en otra mesa conversando con la madre de Kohei, una señora muy agradable que le estaba dando muy buenos consejos para que las estrías que quedan después del parto desaparezcan... y claro, Jae estaba atento a su lado también... -
- EunBi es un bonito nombre de niña, pero Yang Su-Chun, el Su-Chun se escucha a una mezcla de Junsu y Yoochun... – comentó con una ceja enarcada...
- lo es... – sonrió el ratón... -
- qué hacen... – el moreno llegó a donde ellos, acababa de escapar de las preguntas de la hermana mayor de Jae acerca de cómo nació el YunJae... el problema era que preguntaba detalles íntimos -
- mi cuñado critica el nombre de mi hijo... – acusó el ratón...
- uy, mientras no critiques los de mis trillizos, seguimos siendo amigos... -
- Neul Jade es un nombre femenino muy bonito y fuerte... – el moreno infló el pecho orgulloso, él lo había elegido... – pero, Bae Jong y Sun Ho, los nombres de sus niños también llevan el de ustedes, Jong es como decir Joong antes del Jae, el Ho, es de Yun Ho, cierto?... – moreno y pelinegro lo fulminaron con la mirada... – yo pensé que eran más creativos...
- porqué esas caras... – el chico raro llegó para robarse a su novio y jugar un momento con alguno de los bebés, al que le suelten primero...
- como no te lleves a tu novio ahora, te quedas viudo, Yong... – el chico raro tomó al gemelo del brazo y se lo llevó consigo.
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Tres años después...
DBSK seguía siendo uno de los grupos representativos del pop coreano a nivel internacional. Aunque era cierto que tal vez ocupaban más los reflectores del espectáculo por sus preciosos hijos. Que, tal como anunciaran los muchachos en una rueda de prensa hace ya casi tres años, fueron adoptados por ellos a petición de las madres de los gemelos y los trillizos, jóvenes que no podían hacerse responsables de ellos cuando se encontraban en condiciones de salud delicada.
Los únicos que sabían la verdad seguían siendo sus respectivas familias, y a la fecha, nadie nunca ha dicho nada al respecto. De la Dra. Bin o los Dres. que los atendieron el día de su parto ya no volvieron a saber nada, tampoco hacían demasiadas preguntas porque no querían hacer que nadie sintiera curiosidad y comenzaran las sospechas.
Ahora que los cinco niños ya corrían por toda la casa, aquella era una jungla de juguetes, ropa, peluches y demás objetos que los peques regaban por todos lados, traían a sus padres detrás de ellos, sea cuidándolos o jugando con ellos. Pero siempre sacaban más de un tropiezo con algún carrito, o un berrinche por no vestir de X manera a una de las muñecas.
Min, Jun Ho y Ji Yong aún vivían ahí, por lo menos durante el día, porque por la noche el menor se iba al departamento de Kohei (cuando deseaban intimar, cosa que pasaba casi a diario) y el JunYong partía al departamento que tenían desde que cubrieron a Junsu y Jae, con el mismo objetivo que Min, es que de ningún modo podían hacer de las suyas en una casa con cinco niños de tres años que podían escucharlos por las noches.
- hace tiempo que veo que miras muy pensativo a Jae o Junsu cuando están con nuestros sobrinos, es que les tienes envidia?... – Jun Ho estaba recostado sobre el pecho de Ji Yong, desnudos cubiertos solo por las sábanas...
- la verdad... Jun Ho, a mí me gustaría tener familia, no me importaría adoptar, pero no sé... – el chico raro evadió la mirada de su novio cuando este levantó el rostro para mirarlo...
- qué es lo que no sabes?... – el gemelo se hizo a un lado, se recostó de lado, le tomó el mentón y lo instó a que lo mirara a los ojos...
- no sé lo que tú quieres... -
- yo quiero ser feliz a tu lado, si eso incluye hijos, yo con gusto los tendría, adoptados si es necesario, porque dudo que pueda ser como le pasó a mi hermano o Jae... -
- eres algo despistado para decir las cosas... – le dijo con una sonrisa, el gemelo enarcó una ceja... – pero así Te Amo...
- me gustaría tener hijos propios, pero... tendremos que investigar sobre adopciones después, ahora quiero hacerlo otra vez... – el gemelo se metió bajo las sábanas, cubriéndolos a ambos con ese movimiento, comenzó a besar los costados de su novio, haciéndole cosquillas, mientras las sonrisas eran suplantadas por suspiros y suaves gemidos cuando los besos y las caricias cambiaban de intención...
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La luna llena se alzaba brillante en la bóveda celeste, custodiada por titilantes estrellas que parecían las sonrisas de un niño inocente. Por las ventanas de las habitaciones de los niños se alcanzaba a vislumbrar radiante, enorme. Despertaron con una sonrisa infantil en sus bocas, comenzaron a mover al mismo tiempo sus manitas, luego de unos movimientos unos brillos dorados salieron de las puntas de sus dedos y salieron flotando por cada ventana, viajando entre el aire nocturno hasta dos habitaciones en particular.
- oh, me parece que ha llegado el momento de entrenarlos en su divinidad... – la diosa del amor observaba con una sonrisa en la Fuente de los Espejismos...
- al final, Artemisa reencarnó en cada uno de esos bebés, dejando una virtud en sus cinco corazones puros... – la diosa de la sabiduría hizo que la Fuente les mostrara el camino de los polvos dorados, primer muestra de los poderes divinos de la diosa de la luna reencarnada entre los mortales.
- ahora seré yo quien tendrá que cuidar de otros dos embarazos... – con una cálida sonrisa, la diosa de la fertilidad observó cómo esos polvos se impregnaban sobre los cuerpos de dos conocidas parejas....
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Un gemido ronco les indicó que habían alcanzado una vez más el orgasmo. Kohei se dejó caer sobre el cuerpo sudado de Min, nunca se cansaría de sentirse dentro de él, porque cada que lo hacía sentía todo ese amor que tienen el uno por el otro.
- has estado tan maravilloso como siempre... – el menor le acarició el cabello, buscando juntos el ritmo normal de respiración.
- igual que tú... ¿Min?
- ¿mh?
- te gustaría que tuviéramos hijos algún día, no se, que adoptáramos...
- eso sería fantástico...
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Un par de semanas después Min y Ji Yong comenzaron a comer más de la cuenta, y eso en el menor ya es mucho decir, de por sí tenía un muy buen apetito, ahora vaciaba la alacena y la nevera en cuestión de días. Y cuando el primer desmayo se presentó en uno de los ensayos, todos palidecieron y comenzaron a decir que tal vez estaba embarazado.
- cómo creen, eso pasó con ustedes hace tres años, pero... de ahí a que yo también lo esté... – comentaba el menor, sus hyungs insistían en que de todas maneras se hiciera un chequeo y que incluyera una prueba de embarazo.
A regañadientes, el menor y Ji Yong, acompañados de Kohei y Jun Ho, acudieron a la consulta, donde una doctora de unos 40 años, de cabello castaño y una hermosa sonrisa cálida, les atendió...
- después de varias pruebas debo decirles que lo que ustedes tienen es algo que se cura después de unos meses de cuidados menores, muy buena alimentación y descanso, tranquilidad absoluta y algunos chequeos mensuales... – los cuatro le miraron con confusión... - Felicidades! Están ustedes embarazados!!!!!
- ¡que yo qué!... – gritaron al unísono el menor y el chico raro, sus parejas ya se habían desmayado en su lugar...
Y así, una nueva aventura comenzaba para DBSK, donde lo más importante para hacerle frente a la vida y las sorpresas que esta nos presenta, es el amor, y la capacidad de creer en nuestros propios DESEOS.
FIN
WOAHHHHHHHHHHHHH TE BUSQUE COMO LOCA FELINA XDXD GRAX UNA AMIGA TE ENCONTRE AMO TU FANFIC DESEOS ESPERO QUE HAIGA UNA 3 TEMPORADA JEJEJE LO AMO BRAVO
ResponderEliminarDespues de 3 dias de quedarme despierta hasta las 5 de la mañana lo he terminado de leer! PRECIOSO! Gracias <3
ResponderEliminaraaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarque hermoso final!!
me encanto tu fic!!!
espero que sigas escribiendo fic buenos!!
de verdad que te pasastes es realmente bien escrito , tiene todos los capitulos bien definidos y bien formuladas , eres realmente una buena escritora, espero que lo agas otra vez osea escribas un fik nuevamente. si lo haces me haces saber plis , solo mew escubes amicorreo liligabriela_16@hotmail.com si noes mucha molestia.. me encanto creo que lo volvere a leer despues de un tiempo otraves por que realmente esta buenisima
ResponderEliminarwow te volaste la barda tu solita y sin ayuda!!!!...no sabes cuanto tiepo estuve buscando el final, me habia quedado en el capitulo 16 y de hay en adelante me queda super pikada!!...lo buscaba y lo buscaba y nada mas no lo encontraba, hasta ahora. es genial!!!, perfecto, no tengo palabras, excelente trabajo te felicito de vdd!!!
ResponderEliminarojala y escribas otro!!!
Felicitaciones Felina creo q ya todos te lo han dicho eres una gran escritora y de verdad me encanto este fic, no podia tener mejor final con estas nuevas familias comensando y como la primera y esta segunda parte estuvieron excelentes no dudo q la tercera sera igual o mejor asi q me voy corriendo a leer la q sigue...Muchas Gracias x copartir con nosotras tu Genialidad!!!...
ResponderEliminarDeby
q bonitoooooooo , he paso 1 dia y medio leyendo y releyendo.. ya casi son las 3 am.... tu fic es genial , como desarrollas los personajes y las parejas wow me quede enganchada con todo, me gustaron muxo los detalles perver >.<!!!!!!, cada pareja tiene diferente forma de amar, el relato q mas me gusto respecto a eso fue el aniversario de 6 meses de min y kohei...waaa simplemente sin palabras :), sigue asi!!!
ResponderEliminarLES PRESENTO A MI NOVIO (parte 3):
ResponderEliminarkyyyyyyyyyyyyaaaaaaaaaa!!! Que lindas las presentaciones familiares xDDDDDD ellos lo hacen tan sencillo xDDDDD cierto la mamá de Jae tiene mucha razón xDDDDD con un yerno así quien no es suegra vaaaaaaa!!! xDDDDDDD siiiiiiiiii por fin el YunJae, YooSu, KoeMin y JunYong son felices ya han encontrado la felicidad kyyyyyyyyyyaaaaa!!! Que bien por ellos, aunque me sigo sintiendo un poco mal por lo de el YooSu pero yo se en el otro capo se arreglara todo xDDDDDD
OLIMPO:
Waaaaaaaaaaaaa!!! TToTT Que felicidad snif snif waaaaaaaaa!!! TToTT es que soy muy sentimental lo ciento waaaaaaaaaa!!! TToTT Que lindo lo del parto y lo que hizo el papá de Yoochun que bueno que encontro el perdón antes del tiempo!! oooooooowwwwwwww!!! *o* que lindo el bautizoooooo kyyyyyyyyyaaaaaaaaaa!!! Ya me los imagino al YunJae y YooSu llorando por el bautizo de sus hijos xDDDDD oooooooowwwww!!! eso es hermoso, pero tan bien que lindo los nombres que les pusieron a cada uno xDDDDDD nada como el YooSu y sus ocurrencias xDDDDDD Su-Chun xDDDDDD oooooooowwwww!!! Pero que lindo el nombre de la nena Eun Bi xDDDDDD pero el YunJae no se queda atras también los nombre si me mataron son tan lindos xDDDDDDDD Neul Jade de la niña ahí ese fue el que mas me gusto y el de los niños Bae Jong y Sun Ho xDDDDDDDD si es cierto tienen los nombres de los padres xDDDDDD
oooooooooooh!! *O* ahora las parejas KoeMin y JunYong van a ser PADRES xDDDDDDDDD esa si estuvo buena xDDDDDDDDDD
Weeeeeeeeeeeeee!!! El fic ya se me acabo waaaaaaaaa!!! TToTT estuvo calidad desde el principio a fin ahora me voy con Deidad Humana xDDDDDDDDD bueno ahí te seguiré leyendo y me gusta mucho lo que haces FELICITACIONES ^_^
wooooow que lindo...fic...wooow me lanzo aleer
ResponderEliminarla secuela esta genial Felina...me quede muy prendada de la historia....
FELICIDADES uNA VEZ MAS ^^
DIOzZ EzZTubOo hermozZOoo!!!!!! ME ENCANToO ELl finalL!!!!!! TT^TT....
ResponderEliminarSiempre me sacas una sonrisa
ResponderEliminargracias!!! ♥
*corre x deidad*
Ahora si a comentar decentemente xD
ResponderEliminarCon este fic fue como llegue al blog porque me gustan que tengan mpreg y no todos tienen xDy dejame decirte que por shisus y tohoshinki santo que ame cada capitulo que leia y eso sin saber que habia una historia abtes de este jjajajjajaj la cosa es que me enamore, de por si dbsk son mis dioses pero que metieras dioses griegos fue cono asdasdasdasdasd trauma total xD leer a todos embarazados fue todo un rato de puras risas jahhahah el yoosu con su abstinencia hahahahha pobre raton xD el yunjae con su comolejos de appas y los trillizos Dx dios yunho si que tiene tino jjajajjajajajj y la nueva pareja de junho con ji yong asdasd son un amor aunque al princio junho estuviera disque enamorado de min :3 gracias por traumarme mas de lo que ya estaba con tus fics xD ya te e dicho pero lo repito escribes genial ya amo todos los fics que e leido tuyos y creo que seguire buen rato aqui en tu blog leyendo sus ocurrencias cuidate bexxs ^^
waoooo super cut en fics....ahora lo q les espera a min y el chico raro jajaajajja ^_^
ResponderEliminarHermoso como todos tus fic gracias
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