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lunes, 3 de mayo de 2010

DESEOS cap 5y6

CAPÍTULO 5. EL DUELO

*****

Jae estaba preparando la cena, con ayuda de Min y Yunho, que se habían negado rotundamente a dejarlo solo porque era mucho tiempo de pie y eso no era bueno para su estado, así que no tuvo más remedio que permitirles ayudar, aunque... la cocina terminó hecha un desastre porque a su novio e hijo menor se les ocurrió en algún punto de la preparación dedicarse a las guerritas de comida, ahora se habían quedado sin cena y la cocina parecía, bueno... imaginen lo que parecía, el pretil, la alacena, el piso, y los propios muchachos, llenos de harina y comida.

- lo sentimos, Boo, fue, inevitable... – Yunho trataba de contener la risa, porque la expresión de su novio era una oda a la furia, el ceño fruncido, los labios apretados, aunque igual se veía hermoso y le entraban unas ganas de “ducharse” juntos un largo rato.

- voy a tomar un baño... – el moreno estaba a punto de ofrecerse a acompañarlo, cuando el castaño oscuro lo fulminó con la mirada deteniendo toda intención... – y será mejor que cuando haya terminado, MI cocina esté reluciente de limpia, que si no... – el moreno y el menor bajaron la cabeza apenados, neh, no querían que viera el susto en sus rostros, a Jae le entra una serie de castigos que dan miedo, a Yunho seguro le dejaba en abstinencia otro mes ¡y ni pensarlo!; a Min igual le cobraba con su portátil (a la que últimamente ni pela, se la pasa en su mundo de pensamientos y recuerdos en torno a su exnovio) o prohibirle comer de sus exquisitos platillos.

- ok, ok... entendemos, Boo, va a quedar que ni la vas a reconocer... – el moreno le sonrió con sinceridad, su novio no podría negar que también se había divertido, aunque las primeras lanzadas hayan costado más de un insulto, después se les unió y hasta sacó provecho, porque como no lo podían hacer correr, éste terminó por dejarlos en peores condiciones de las que él se encontraba.

- sí Umma, tu tómate tu tiempo en el baño, que nosotros limpiamos todo... – el menor comenzó a recoger algunas cosas. El mayor sonrió, era bueno que Min se comenzara a divertir otra vez, los últimos días ha andado cabizbajo e irritable.

Después de la cena (misma que pidieron a domicilio), Yunho les habló sobre su conversación con el manager, el viaje a Corea y las preocupaciones por el físico de Jae y Junsu.

- hablemos con él, no tendremos más opción, qué más nos queda... – Yoochun dijo aquello con poca convicción, pero siendo objetivos, en esos momentos era la única salida que les quedaba. El tiempo los había alcanzado demasiado rápido.

- tengamos fe de que nos apoyará, de que no se convertirá en un escándalo, Yunnie... – el castaño oscuro le hablaba a su novio, porque de todos, era el que más reacio se mostraba a hablar con So Man.

- de acuerdo, mañana mismo le pediré tengamos una reunión todos juntos, a ver qué pasa... -

Esa noche ninguno concilió el sueño, estaban preocupados por la situación. Ojalá hubiera algo mejor de lo que valerse para seguir adelante. Pero, a las pruebas del destino solo se les puede enfrentar con valentía y dedicación.

Para suerte de los chicos, el manager ya se había ido a Corea esa mañana en el primer avión, tal como le explicó al líder en la llamada que le hiciera...

- los esperaré por acá, hay muchos detalles que ver para que DBSK vuelva a Corea, el éxito del grupo es fenomenal y muchos shows quieren que se presenten en sus programas, van a tener mucho trabajo pero les va a encantar, ya verán... – la voz del manager le dejaba clara una sola cosa a Yunho... era mala idea hablar con él ahora.

El ensayo estuvo por demás tenso, ninguno lograba concentrarse en lo que tenían que hacer y que sus cuerpos tenían tan bien aprendido, las coreografías carecían de emoción, de chispa y gozo. Además, Jae y Junsu estaban pálidos y cansados por el desvelo de esa noche, así que, a media tarde, Yunho dio por terminada la jornada de trabajo. ChangMin se sentía angustiado, reconocía que aquella situación era una bomba de tiempo, que aunque Lee So Man les apoyara al principio, tarde o temprano todo sería un escándalo, la bomba explotaría y sus hyungs no serían felices con sus hijos, no cuando todo mundo les persiga con preguntas, ofreciéndoles tal vez dinero para experimentar con ellos, o quién sabe la de cosas que le pasa a la mente de los líderes mundiales de importantes empresas que solo piensan en generar más poder.

Tenía un dolor de cabeza tremendo, se había negado a volver al departamento con los demás, les había pedido le dejaran a solas, que no se preocuparan, que llegaría a tiempo para la cena. Y ahora estaba ahí, en el camerino vacío, ya todos los que trabajan con ellos se habían retirado a sus hogares, la tarde había caído hace pocos minutos y el cielo se comenzaba a oscurecer. Será mejor que vaya partiendo, no desea angustiar a sus hyungs, menos ahora.

Tomó su móvil para llamar a casa y avisar que ya iba en camino, pero antes de marcar el número, se topó con el de Kohei, tenía unas ganas enormes de hablar con él, porque siempre había sabido escucharlo, le había tenido una paciencia increíble; y en esos momentos necesitaba tanto desahogarse con alguien. Quiso llamarlo, realmente lo quiso, pero su dedo jamás presionó el botón de llamada. Al final solo mandó un mensaje al móvil de Yunho para decir que ya iba para allá.

- Min... – su voz suave, relajante, segura... esa voz que tanto extraña y que ahora pronuncia su nombre lo sacó de sus pensamientos. Cuándo se había quedado solo parado afuera del ascensor, sin subir a él a pesar de que en varias ocasiones había abierto ya sus puertas?... – estás bien... – ese tono de preocupación, tan sincero.

- Kohei... estoy bien, gracias... – el bailarín estaba a su lado, esperando junto a él a que el ascensor volviera a darles acceso. Se veía tan guapo, siempre le ha gustado cómo luce la ropa hip-hop, con esos pantalones amplios, la playera de moda, una sudadera atada a su cintura, el cabello alborotado.

- Min yo sé que, bueno, nosotros, terminamos, pero... te veo muy preocupado y... solo quiero que sepas que si en algo te puedo ayudar, a ti o a los muchachos, cuentan conmigo... – el chico metió sus manos en los bolsillos de sus pantalones, de otro modo, terminaría por tomar las del menor, lo extrañaba tanto y él que cobardemente no pudo hablar apenas ayer cuando le contestó al teléfono. Ah, lo admite, solo quería escuchar su voz, pero ahora que lo ve en ese estado, no puede más que preocuparse, hacerle saber que a pesar de todo, él está ahí para apoyarlo.

- gracias... – atinó a contestar, sus miradas se encontraron, sentían que se atraían mutuamente, los ojos del otro los habían hipnotizado así de fácil, el menor iba a dar un paso para acercarse al mayor cuando, al tiempo que las puertas del ascensor se abrían, la chica de vestuario se aparecía llamando alegremente al bailarín.

- hola, ChangMin... – saludó la muchacha cortésmente, entrando con ellos al ascensor, su mano en el brazo del bailarín, con quien se puso a conversar animadamente, con una confianza que desencadenó los celos del menor, que más que nunca en su vida odiaba el estar a bordo de un elevador que tardaba siglos para llegar a su destino. Cuando las puertas se abrieron apenas si murmuró un hasta luego cuando salió corriendo fuera del edificio. Esperaba pacientemente a que un taxi pasara ya para que lo llevara al departamento, pero el destino parecía estar jugando con él hoy, torturándolo con la presencia de su expareja.

- si quieres, te puedo llevar... – se ofreció el muchacho, aparcando a lado de la acera, la muchacha no iba con él, lo que de alguna forma calmó los furiosos latidos de su corazón.

- gracias... – aceptó el menor, recordando las palabras de su appa cuando le dijera que tal vez debía intentar ser amigo de Kohei, aunque temía no lograr aquello porque su aroma lo trastocaba, le apetecía sentir su tacto, saborear sus labios.

- de verdad, Min, si necesitas hablar, sabes que te escucharé... – insistió el mayor, sonriéndole amistosamente, solo para afirmar sus palabras, nada de coquetería.

- ¿tanto se me nota que no estoy bien?...-

- a decir verdad, sí... a los cinco, no sé porqué estén pasando pero hoy se notó que no es algo sencillo... así que, si en algo puedo ayudar... -

- Kohei... no te incomodaría si hablo contigo, como amigos... – “ah, pero porqué lo dije así” se recriminó mentalmente el menor, se sentía bastante nervioso, en un espacio tan reducido como lo es ir en el asiento del copiloto en el auto de su ex y él en abstinencia desde hace algunas semanas.

- puedes decirme lo que quieras, Min... – sonrió el mayor. No sabía si era solo su imaginación, pero podía notar los nervios del menor, y eso le gustaba, porque significaba que seguía causando sensaciones en él, o sea, que no le ha olvidado.

- esto, verás... – suspiró profundamente. No sabía si era lo correcto, pero... – es algo que no es creíble de buenas a primeras, pero te juro que es verdad, y nadie más que tú lo sabrá ahora, además del grupo, claro... y si te soy sincero, te lo voy a decir por dos razones; primero, siento que si no lo hablo me voy a volver loco por el montón de cosas que pienso, segundo, porque confío en ti y sé que Yunho y los otros también lo hacen, así que... aquí va la historia... -

Durante los minutos en que Kohei tardó en llegar al departamento de DBSK, Min había relatado de la manera más clara y rápida que pudo la situación de Jae y Junsu embarazados por milagro. No le importó decir que los padres eran Yunho y Yoochun respectivamente, porque después de todo eso es del perfecto conocimiento del bailarín. Y entendió perfecto cuando Kohei aparcó en el estacionamiento con el semblante pálido y los ojos desorbitados.

- entonces... – aclaró la garganta nerviosamente, lo que acababa de escuchar era simplemente increíble, pero, si Min dice que es cierto y no una broma, él no tiene motivos para no creer, además de que queda más que claro así el comportamiento de los chicos en las últimas semanas, los mareos, las náuseas, el comer galletas de soda, descansar con regularidad, haber modificado coreografías, ganar peso, hacer poco ejercicio, y absolutamente todo lo demás... – ¿están preocupados por no saber cuál será la reacción del manager?

- así es, bueno es que, uno nunca sabe realmente qué esperar de las personas... – el menor se sobó las sienes, el dolor de cabeza había disminuido después de hablar, pero igual la preocupación seguía ahí.

- pero la idea de Junsu, la que me comentaste, no es mala...

- no, mala no es, tiene sus puntos débiles, más ahora con el tiempo encima, pero la verdad, de dónde sacamos a un “doble” de Jae, ni modo de hacer casting...

- bueno, no exactamente, pero... mira, te va a sonar a muy de película, pero igual puede funcionar, hay que buscar en la web... – cara de interrogación en Min... – ya sabes, yo puedo meterme en algunas páginas y hacemos una especie de casting virtual sin necesidad de que nadie sepa, después eligen a quien más se parezca y vemos si puede ser viable...

- lo siento, no te he entendido del todo, me puedes explicar con mas detalle... – sinceró el menor, apenado, reconocía que el único que logra apantallarlo cuando de genios se trata, es Kohei, eso porque el chico es un genio cibernético.

- mira... creo que te puede quedar más claro si lo hacemos... – ambos se sonrojaron, vale que la intención de la palabra no iba enfocada al aspecto íntimo, pero, las hormonas siempre han sido y serán traicioneras. Pasando de largo el instante vergonzoso, el mayor continuó... - igual no perdemos nada, crees que les importe si paso, a ti te importa si te acompaño y me permites tu pc para entrar en la web...

- no, para nada, vamos... – Min sonrió de oreja a oreja, aunque no fue consciente de ello, pero la idea de Kohei en su casa por un rato le agradaba, además de que tenía la corazonada de que saldría algo muy bueno de ello.

Cuando ChangMin entró acompañado de Kohei, ambos ligeramente sonrojados, los cuatro pensaron que habían retomado su relación, era de hecho una especie de déja vu del día en que lo había presentado como su novio.

- Kohei, que sorpresa tan agradable tenerte por aquí... – como siempre, Jae fue le primero en saludar.

- eh, gracias... – el bailarín sintió las miradas de todos abochornándose, a ninguno se le había ocurrido ese detalle, que fueran a pensar que volvían a estar juntos como pareja.

- esto, tengo algo que decirles... – sí, demasiado familiar la escena, ahora esperaban que Min dijera con una sonrisa tímida que volvía a ser novio de Kohei... – le conté todo... – ok, no, esas no eran las palabras que esperaban escuchar.

- a qué te refieres... – preguntó con temor Junsu...

- lo de, sus embarazos... - Junsu y Jae palidecieron, se sentaron rápidamente porque las piernas les flaquearon; Yoochun le miraba interrogante, y Yunho tenía el ceño fruncido... – perdónenme, ya se que se supone que no debía saberlo nadie, pero, yo necesitaba hablar con alguien...

- y nosotros estamos pintados, o qué... – espetó el pelinegro con algo de resentimiento. Debió preguntarles primero, es de su hijo de quien está hablando. Kohei comenzó a sentirse culpable, él no esperaba generar más tensiones.

- no, Yoochun, pero no es igual, con ustedes hablo todos los días, yo sentía que tenía que hablarlo con alguien más, además, Kohei es de confianza, él no va a ir a la prensa ni a la disquera a contarlo todo... – se defendió el menor.

- lo sabemos... – Yunho miró a Kohei con una sonrisa, la impresión de saber que el secreto ya no es solo de ellos pasando lentamente. Jae y Junsu también habían recuperado el color, y Yoochun suavizó su expresión... – ahora, ¿viniste solo a decirnos eso?... – ahora ya había hasta picardía en la mirada de los cuatro, motivo por el cual Min se sonrojó violentamente, negándose a mirar a Kohei aún de pie a su lado, igualmente teñido en carmesí.

- no... también le hablé de la idea de Junsu y él la apoya, dice que puede ayudarnos a encontrar un sustituto de Jae a través de la web, y que si nos convence, pues, podríamos ahorrarnos la necesidad de hablar con So Man... – soltó de corrido.

- ¿en serio? ¿Puedes hacer algo así, o sea, en la web?... – el castaño tenía el signo de interrogación escrito en la cara. No entendía ni un pelito de eso.

- sí, bueno, yo solo podría encontrar a las personas, después se vería si los convence a ustedes y si deciden hablar con un desconocido para plantearle, de hecho, que lo sustituya por una larga temporada dado su estado de gestación...

- bueno, primero haz eso que dices que puedes hacer y luego vemos, yo prefiero mil veces intentarlo así que hablar con el manager... – concluyó el líder. Después de eso, Kohei y Min se fueron a la sala de entretenimiento a trabajar en la computadora.

- ahora, solo necesito jaquear la seguridad de páginas internacionales en donde uno deja toda la información en el profile. Es increíble como la mayoría de las personas no son conscientes de la cantidad de información valiosa que dejan en páginas de mails gratuitos o blogs, entre muchas otras; desde tu nombre hasta cuentas bancarias, y todavía ponemos nuestra foto, lindo no, le hacemos el trabajo más fácil a los robaidentidades o hackers que solo buscan sacar provecho de su habilidad... – explicaba el mayor mientras sus dedos no paraban de teclear aquí y allá en el teclado, haciendo aparecer una ventana tras otra en el monitor, donde un montón de fotos y archivos se iban desplegando mientras eran analizados por un programa que seleccionaba a aquellas que físicamente tenían parecido con Jaejoong, cuya foto estaba desplegada en una pequeña ventana a la que se le iban comparando las demás.

ChangMin estaba realmente sorprendido por la habilidad con la que Kohei manejaba la computadora, ya antes le había visto en acción, saliendo al rescate cuando el sistema de telefonía tenía fallas y él en un dos por tres le daba una señal a su móvil, haciéndole recordar fielmente al personaje de aquella película estadounidense en donde un hacker es protegido por un valiente policía cuya misión es detener un ataque terrorista cibernético (n/a. Sip, esa mera, la de Duro de Matar 4, cuyos derechos tampoco me pertenecen, solo la retomo para fines sin lucro de este fico). Bueno, el caso es que así de bien entiende Kohei de computadoras, es más, siendo sincero ya no está escuchando lo que le está diciendo porque no lo está entendiendo, le habla en términos de códigos binarios y más cosas que para él no tienen sentido, eso escapa a su capacidad intelectual. Así que solo se limita a poner atención, pero no en lo que dice, sino en lo que hace, los movimientos de sus manos, sus hombros, sus labios al hablar.

- porque tiene que ser tan sexy hasta para buscar información en el internet...- pensaba el menor, anonadado en cada movimiento del cuerpo del mayor, poniendo atención en el brillo de sus ojos, veía emoción en ellos, se veía que le gustaba hacer aquello, o era tal vez por estar ayudándolo a él... -

- bueno, ahora solo queda esperar... – finalizó el mayor después de unos minutos de más teclear sin parar. Mirando directo a Min, que parecía no haberse dado cuenta de que él ya no hablaba... - Min?... – lo llamó, pasando su mano frente a los ojos del menor para que saliera de su trance.

- eh, lo siento, qué decías... – “¡diablos! Desde cuándo estoy viéndolo como idiota”

- decía que ya terminé... – ahora sí, sin querer, el mayor le sonrió con ternura... - que ahora solo queda esperar a que se terminen de descargar algunas páginas, he programado el computador para que se apague automáticamente cuando termine, así no te tienes que quedar frente al monitor sin hacer nada, tardará a lo mucho unas dos horas... -

- oh, y luego qué hago... – se espabiló el menor, aunque los latidos de su corazón palpitaran con tal fuerza que los sentía en los oídos.

- nada, he programado el equipo para la atención remota, significa que todo se irá directo a mi computadora, yo lo acomodo y les entrego la información ya depurada... – Kohei se puso de pie, imitado por Min... – bueno, ahora será mejor que me vaya, mañana los veo... – salieron rumbo a la estancia... – yo me retiro, que pasen buenas noches...

- ¿cómo, pero no te quedas a cenar?... – preguntó Jae, que llevaba un delantal con el estampado “Umma” en el centro, cortesía de Min recién iniciara su relación con Yunho. Un cucharón en la mano y su novio a lado, que era quien le estaba ayudando a cocinar (sí, ya no lo deja solo ni a sol ni a sombra n_n), y Junsu y Micky estaban acomodando ya la mesa.

- son muy amables, pero, no quiero ser una molestia... – trató de excusarse, realmente le daba pena estar ahí, ya en algunas ocasiones había cenado con ellos, cuando salía con Min, ahora no se sentía cómodo estando ahí con todos viéndolos como si fueran pareja de nuevo.

- pero si no es ninguna molestia, eres amigo de la familia... – intervino el ratón, el resto asintió, hasta Min, que esperaba que aceptara, así podría verlo y escucharlo un rato más.

- gracias, pero de verdad no puedo, además, quedé de cenar con Joo-Eun (sí, la famosa chica de vestuario que hace que los celos afloren en Min)...

- oh... – musitó sorprendido Jae, Yunho estaba que echaba chispas por los ojos. ¿Así de rápido olvidaba a su crío? Junsu y Chun ya lo habían enterrado seis metros bajo tierra, tantos sacrificios por juntarlos (ni tantos, salvo el abrazo del castaño y los celos del pelinegro) y ahora a apenas dos semanas de rompimiento ya sale con alguien más, ¡una chica!

- bueno, hasta luego... – sintiendo las miradas asesinas de tres de los presentes, el bailarín decidió que por su propia seguridad era mejor salir de ahí a la de ya. Jae era el único que lo miraba con decepción pero no lo estaba fulminando. Y Min había evitado todo contacto con sus ojos, aunque ahora le acompañaba hasta el ascensor.

- Joo-Eun, no podía recordar su nombre, sabes... – comentó de pronto el menor, mientras esperaban que el ascensor llegara a su piso. El mayor se descolocó por el comentario... – desde que la vi platicar contigo un día, así de la nada, como si fueran amigos de toda la vida, no pude recordar su nombre...

- porqué... – cuestionó curioso, qué había de malo en platicar con la chica, si es simpática y responsable, además, cuenta unos chistes de lo más divertidos.

- no lo sé... – mintió, de muy mala manera...

- ¿estás celoso de ella?... – el bailarín se paró frente a él, suerte que no había nadie alrededor, así podía acercarse más a su cuerpo, sonreírle con coquetería, como hacía días quería hacer.

- ¿eh? No, claro que no...- volvió a mentir, de pésima forma, porque su voz sonaba totalmente nerviosa, evitaba la mirada del otro y daba pasos hacia atrás conforme Kohei daba uno hacia él, hasta que su espalda topó contra la pared del pasillo.

- bueno, porque ni siquiera te tendrías que preocupar, no solo porque es una chica y sabes perfectamente que las chicas no me atraen, si no porque además, es mi prima... – las puertas del ascensor se abrieron, así que el mayor entró dejando a Min con la respiración agitada, pulsó el botón de la planta baja y cuando las puertas iban a cerrarse nuevamente, el brazo de Max impidió que se fuera.

- si lo estaba, si estaba celoso de ella, porque... – pero ya no continuó, no solo porque las puertas se cerraron definitivamente sin que él abordara, sino porque las palabras se negaron a salir de su garganta en el momento más oportuno. Pero al menos había sido capaz de admitir sus celos delante suyo, eso ya era una gran ventaja... – te lo diré, Kohei, sé que lo haré... – sonrió, de forma diferente, con amor.

.................

El sol se alzaba imponente en un cielo azul limpio de nubes, los jardines del Olimpo siempre le han parecido demasiado majestuosos, más hermosos que sus bosques, pero igual lleno de secretos, los dioses van ahí a pensar en innumerables ocasiones, justo como ella lo hace ahora, y dejan entre sus aires, oculto en sus sonidos naturales, pensamientos que quedan guardados en la eternidad.

- y si me equivoco, cómo saber qué es lo correcto... – Artemisa tenía una idea en mente desde hace meses, y ahora sabía que era momento de llevarla a cabo, era solo que, no estaba segura ahora de querer hacerlo... – pero si no lo hago, jamás les entenderé, aunque reconozco que lo que haré será una prueba difícil, yo solo espero que me demuestren que estoy equivocada...

Acarició suavemente una rosa roja, símbolo universal del amor. Después dirigió sus pasos hacia el Templo de Afrodita, ahí estaba la diosa riendo divertida mientras veía un drama...

- cómo es posible que veas eso, si tú misma puedes ocasionarlos en la realidad de cualquier mortal... – le preguntó, fastidiada de que la diosa del amor demuestre tanta simpatía por la humanidad, que hasta se las ingenió para observar esos programas en los que los mortales actúan una historia.

- porque es divertido, no sé tú, pero a mí a veces me aburre la vida de una diosa... – la peliplateado se llevó un racimo de uvas a la boca, comiendo una a una mientras continuaba mirando aquellas escenas... – qué es lo que quieres, Artemisa.

- quiero retarte a un duelo...- soltó sin más, la peliplateado la miró con curiosidad... – tú defiendes por sobre todas las cosas el amor de la humanidad, y yo no creo en ello, así que te propongo que lo sometamos a prueba...

- y qué te hace pensar que voy a aceptar, yo creo en ellos tú misma lo has dicho...

- que tú, igual que Démeter tienen metido en la cabeza darme una lección, mostrarme cuán equivocada estoy respecto a los mortales, pero saben que solo creeré si veo con mis propios ojos ese sentimiento de que tanto hablan y que para mí no es más que una sensación burda que se inventaron para subsistir... – la diosa del amor se puso de pie, acercándose con pasos suaves hacia la rubia...

- y según veo, estás muy interesada en demostrártelo a ti misma, ¿no es así? Pero porqué me retas a mí, qué es lo que tienes en mente, Artemisa...

- eres la única con el poder de influir el sentimiento de amor en los humanos, eres la única capaz de inventarlo si es necesario, bueno, si yo gano el duelo someterás a pruebas a DBSK...

- cuál es tu obsesión con esos muchachos... – inquirió demasiado interesada la peliplateado... – habiendo millones de mortales, porqué tendremos un duelo en el que al final el resultado caiga sobre los hombros de esos chicos...

- no estoy obsesionada con ellos... – pero la mirada de la rubia denotaba lo contrario... – si pierdo, me mantendré al margen de todo, dejaré de meterme con la humanidad... -

- según veo yo, no me ofreces realmente nada a cambio, pero... estoy interesada en ver cuánto eres capaz de hacer, qué clase de duele tendremos...

- una pelea sin poderes divinos, ya que lo vamos a hacer por mortales, usemos algo propio de ellos, sobre todo si nuestra atención está volcada sobre su mundo oriental, tengamos un duelo de artes marciales... -

- hecho... – la peliplateado sonrió. Ese sería un duelo interesante.

Minutos más tarde se encontraban en un dojo, escenario mágicamente construido por Atena, quien serviría de jueza en el duelo. Las diosas vestidas con trajes típicos (n/a la vdd que no sé cómo se llaman ni cómo describirlos con propiedad, pero se pueden imaginar de acuerdo a cualquier película de artes marciales, como El Tigre y El Dragón, por ejemplo, que es en la que me he basado para esta escena), en posición de combate.

- recuerden que este es un duelo de un solo round, no hay empates, queda prohibido el uso de poderes divinos por disposición de las propias combatientes, así como ataques mortales, la primera de las dos que sea sometida por la otra o se rinda por cuenta propia habrá perdido el duelo, cualquier violación a los términos en que se ha concretado el duelo significará el castigo más conveniente según juzgue el Dios de Dioses (Zeus, quien no estaba presente, pero si enterado del asunto)

A su señal, ambas comenzaron el duelo. Artemisa es ágil y rápida pero impulsiva, maneja muy bien cada arma y los movimientos de su cuerpo son certeros; pero Afrodita tiene experiencia y control de sus emociones, sabe que para ganar no solo necesita ser físicamente la mejor, sino también mentalmente.

Alrededor de ellas había varios tipos de armas propios de las artes marciales de China y Japón principalmente, las dos fueron instruidas en artes mortales por orden de Zeus desde tiempos pasados, además, con solo observar ellas son capaces de imitar, pero no hay nada como poner en práctica todo aquello que se aprende.

Artemisa era especialmente hábil con las armas, por su virtud como cazadora tal vez, la forma en que manejaba con soltura y blandía contra ella su Jian (espada de doble filo), haciéndola chocar una y otra vez contra su Katana (sable japonés), haciendo que salgan chispas por el contacto de sus hojas metálicas. Afrodita respondía a cada uno de sus ataques con fineza, mostrando su propia habilidad en el combate cuerpo a cuerpo y con armas. La impulsividad de Artemisa la hizo perder rápidamente su Jian, que fue partida en dos por un golpe de la katana de Afrodita. La diosa de la luna suspiró con frustración, la diosa del amor la retó a que tomara otra arma, esta vez se decidió por las Sais (daga sin filo con punta aguda, protecciones laterales puntiagudas largas unidas a la empuñadora, es el arma por excelencia contra la katana).

Su decisión acertada volvió del encuentro algo más reñido y personal, las sais de Artemisa buscaban constantemente sus brazos y piernas, logrando algunos cortes que hacían los ataques y defensa de Afrodita más lentos, aunque no menos efectivos, pues también ha logrado acertar algunas heridas en el cuerpo de su contrincante. Las dos armas atraparon entre sus protecciones el filo de su katana, impidiéndoles a ambas el uso adecuado y libre de sus armas; en un rápido movimiento de ambas, sus armas salieron disparadas hacia los lados, volviendo el combate solo cuerpo a cuerpo.

Los golpes con manos y piernas eran correctos, en un fluir natural con los elementos alrededor, como si entendieran de fondo la filosofía de las artes marciales, esa perfecta combinación entre el cuerpo y la mente. Se sucedieron patadas circulares, frontales y laterales, así como puñetazos y ataques golpes directos a los puntos vitales. Al final, por una ligera diferencia, Artemisa se quedó con la victoria, cuando logró acorralar a Afrodita y detener un último golpe directo a su caja torácica donde el corazón era su blanco.

- has ganado lealmente, haré lo que me pediste... -



continuará...





ADVERTENCIA: Lemon

CAPITULO 6. KIM JUN HO Y JI YONG

*****

Afrodita volvió a su templo, ahora tomaba un baño de aguas curativas, era un bello estante de piedra, el agua cristalina ataviada por pétalos de diversas flores cuyo aroma era un relajante natural perfecto. Su bronceada piel quedaba intacta conforme el agua se consumía por los poros y sanaba las heridas que ganara en la batalla contra Artemisa.

- así que, perdiste... – la diosa de la Fertilidad entró en los baños personales de la diosa del amor con confianza.

- sí, realmente me sorprendió, no pensé que fuera a vencerme, pero lo hizo, sin trampas ni poderes divinos, realmente me superó, fue mejor que yo, y ahora, tendré que someter a pruebas a esos jóvenes... – tomó un largo camisón de a lado, se la colocó y salió de su “tina”... – no entiendo su obsesión en particular con ellos...

- tampoco ella la entiende, pero no te preocupes, sé que todo saldrá bien... -

- ah sí, ¿y porqué estás tan segura?... – las diosas caminaron fuera, rumbo a lo que podría decirse es la estancia del templo de la diosa del amor.

- porque Artemisa está madurando, se dará cuenta a tiempo de aquello que necesita comprender para tener simpatía por la humanidad y así convivir con ellos. Entiende, lo que ella tiene es la necesidad de valorar el amor en sí...

- ay miles de formas de lograr eso, miles de mortales a los que puede observar...

- ella cree que es fácil para parejas de hombre y mujer superar los obstáculos que la vida les pueda presentar, y no deja de ser amor verdadero, pero qué mejor forma de valorar el amor puro que cuando éste supera toda prueba en una pareja de personas del mismo sexo, quienes además tienen que ir contra leyes sociales...

- ¿y por eso los embarazaron? Hasta yo quedé muy sorprendida por esa ocurrencia de ustedes de embarazar a unos hombres... – la peliplateado comenzó a untarse unas cremas en su piel, mostrando su cuerpo perfecto sin tapujos ante Démeter, quien tampoco se inmutaba...

- sabes bien que los dioses tenemos por naturaleza hacer lo que nos plazca, yo quiero que ella madure y también estoy dispuesta a todo con tal de lograrlo, pero sé medir mis acciones; ella quiere lo mismo, pero es impulsiva, por eso es bueno que haya acudido a ti, sabrás medir sus propias acciones... – la mayor dio la vuelta para salir del templo de la peliplateado...

- tampoco podemos amar, no como lo hacen los humanos, dime, ¿tiene eso algo que ver con Artemisa?... – con un chasquido de dedos, la diosa del amor ya estaba vestida con un precioso vestido asimétrico de color celeste...

- tal vez... – fue la escueta respuesta de Démeter, sin mirar atrás, siguió su caminar fuera del templo, dejando atrás a una confundida Afrodita.

..............

Habían tenido una sesión de sexo maravillosa (¡claro! Después de un mes sin poder sentirlo en su interior, sin sus gemidos, caricias y besos), pero ahora sentía que el cuerpo le ardía nuevamente, a su lado, Yunho dormía plácidamente boca arriba.

- ¡cielos! Pero que calor tengo... – el castaño oscuro apartó las cobijas de su cuerpo, sentía su piel ardiente deseosa de sentirse nuevamente cubierta por las atenciones de su novio... – cómo me haces sufrir bebé... – posó una mano sobre su vientre, ligera, muy ligeramente abultado... – esto de las hormonas vuelve loco a tu “mami” y papi está durmiendo tan a gusto, no puedo despertarlo para... – una de las manos del moreno fue a parar a su cintura, ahora estaba de medio lado, haciendo que sus cuerpos hagan contacto y la temperatura del mayor aumente aún más... – como no me controle me parece que terminaría violándote... – con sumo cuidado, Jae apartó la mano del moreno, después salió de la cama, fue a la cocina por un vaso de agua helada, a ver si así se le bajaba un poco el calor. Naturalmente, aquello fue en vano, pues las imágenes de apenas un par de horas atrás volvieron a su mente y su cuerpo ya comenzaba a reaccionar... – no me apetece hacer uso de la mano amiga, quiero hacerlo contigo otra vez... – pensó apenas entrara de regreso a la habitación, donde el moreno estaba una vez más boca arriba, su respiración serena, el cabello desordenado, los labios entreabiertos... – perdóname... – susurró, se desnudó, levantó las cobijas y se metió en ellas, colocándose a horcajadas en las caderas de su novio, sintiendo cómo el cuerpo bajo el suyo vibraba al contacto con el propio, pero el moreno no despertó, que Jae no dejó todo su peso, apenas si era que se tocaban.

Deslizó las manos bajo la parte superior del pijama del moreno, mientras comenzaba a dar pequeños besos en sus labios y lo llamaba seductoramente...

- Yunnie, amor... despierta... Yunnie, te necesito... – de a poco, la respiración del moreno comenzó a acelerarse, sus ojos aún cerrados, pero su cuerpo reaccionando a las caricias que el castaño oscuro dejaba en su pecho, jugando con sus pezones, besando con más premura, siendo correspondido por el moreno.

- aahhh, Boo... – gimió el moreno cuando su novio dejó que su lengua sigilosa lamiera su oreja con lujuria, haciéndolo despertar por completo... – Jae... mmhhh, aún... quieres más... -

- sí, te necesito ya... – el mayor bajó la parte inferior del pijama del moreno para adueñarse de su miembro, masajeándolo con desesperación, haciendo que Yunho se arqueara de placer y gimiera ronco, levantando ligeramente sus caderas rozando con el cuerpo de su novio, ya desnudo... -

- aahhh... Boo... me, mmhhh... llevas ventaja… - dijo al ser consciente de la desnudez de su pareja, dirigiendo sus propias manos a la erección ya despierta de Jae, masajeándola al ritmo que su novio imponía en su propio miembro, logrando que se friccionaran entre sí, haciendo de aquel momento tal vez el más erótico de toda su relación... – bésame... – ordenó con voz ronca el moreno, cuando el castaño oscuro se agachó para cumplir con la petición que tan deseosamente quería cumplir, sus miembros se encontraron por completo, quedando aprisionados entre sus cuerpos mientras se besaban con una pasión irrefrenable.

- ¡hazlo ya! – Jae se acomodó mejor sobre las caderas del moreno, dejando su entrada en dirección de la erección de Yunho, tomándola él mismo, dejando la punta sobre su pasaje, sentándose lentamente mientras se introducía en su novio...

- aahhh, Boo, esp... mmhhh… - el moreno quiso detenerlo porque aún no lo preparaba para su intromisión, pero al parecer su pareja en verdad no podía esperar más, estaban demasiado excitados (y necesitados) de sentirse unidos otra vez... – eres tan... aahhh, delicioso... – esa sensación de sentirse apresado en la estrechez del castaño oscuro siempre nublaba sus sentidos, lo hacía sentir completo.

- lo soy... – el mayor sonrió con picardía, ahora completamente sentado sobre las caderas de su novio, su erección completamente dentro de sí, aguardó unos instantes a acostumbrarse, dado que había un poco de dolor aún, entre tanto se dedicó a besar morbosamente el pecho del moreno, quien simplemente no paraba de gemir.

Lentamente comenzó a mover sus caderas hacia atrás y adelante, estar arriba tenía sus ventajas, tomaba el control de las embestidas que recibía y podía observar con más claridad las reacciones placenteras de Yunho, la forma en que se aferraba a las sábanas, cómo se mordía el labio inferior para no gritar, la manera en que sus roncos gemidos salían de su boca aún cuando intentaba reprimirlos, el percibir cómo el moreno embiste contra él levantando sus caderas, llegando tan profundo en él que tuvo que besarlo rápidamente para evitar gritar por el placer que lo recorre.

Se echó ligeramente hacia atrás, apoyando sus manos en los muslos del moreno, quedando así en una postura perfecta para que Yunho tuviera acceso a su erección y lo masturbara para alcanzar juntos el orgasmo que sacudió sus cuerpos. El menor de los dos se corrió en su interior, como siempre que lo hacían, mientras que el mayor se vino en la mano del moreno, pero esa vez, Yunho lamió toda su esencia, empezando por su mano, terminando por lamer los restos que se derramaran en la erección de Jae y su torso.

- perdóname... – volvió a decir el castaño oscuro, ahora ante un moreno despierto, que lo miraba con amor, sus cuerpos cubiertos por el sudor, haciendo casi innecesaria la presencia de las cobijas... – no quería desp... – el moreno lo calló con un beso más, tierno, lento.

- no me importa que me despiertes a la hora que sea, si me vas a dar esta clase de atenciones... – le susurró, despacio, con voz afectuosa... – además, has estado increíble... – su novio se tiñó en carmesí.

...............

Al llegar todos a la mesa, ahí solo se veía a cinco jóvenes con tremendas ojeras marcadas. Claro está que algo había pasado, que no habían dormido bien, pero Jae temía cuestionar...

- ¿será que nos han escuchado?... – rápidamente el sonrojo cubrió todo su rostro al pensar en ello, es que las hormonas lo hicieron perder la cordura y se lo había montado con Yunho prácticamente toda la noche, apenas si debieron dormir el par de horas después del primer encuentro, pero después del segundo, casi inmediatamente vino el tercero... y el cuarto...

- lo peor del caso es... – empezó a hablar el pelinegro, que miraba con cierto resentimiento a su novio... – que estuve despierto por nada... -

- ¿eh?... – respingaron al unísono Jae y Yunho, Min solo se ocupaba de comer su platillo, estaba desvelado también, pero sus deseos de ver a Kohei esa mañana, de charlar con él, eran más fuertes. Junsu se sonrojó por el comentario de Yoochun.

- que ustedes solo hicieron que me entraran ganas... – explicaba muy quitado de la pena Micky...

- ¡¡¡Chunnie!!!... – gritó escandalizado el castaño...

- pero el delfín no´más no se dejó... – nada más de acordarse le volvía a dar coraje. Escuchar a sus hyungs durante toda la madrugada solo había despertado su propia libido, pero Junsu se había negado toda vez que este intentaba encenderlo, diciendo que estaba cansado, que lo disculpara pero no le apetecía... ¡ni escuchando los gritos placenteros del YunJae!

- serás... cómo se te ocurre hablar de eso, ratón pervertido, es privado... – reclamaba un Junsu visiblemente avergonzado, claro, no era el único, que Jae y Yunho estaban que no hallaban donde meter la cara de vergüenza. Min seguía en su mundo, ajeno prácticamente a esa discusión YooSu sobre sus frustraciones sexuales.

- pero es verdad... – se defendió el pelinegro... – yo quería y tú no... – el castaño le dio un golpe en el hombro... – ¡auch!... – silencio... – todavía tengo ganas... – susurró con voz ronca...

- ¡¡¡Chunnie!!! – atinó a respingar, otra vez, el castaño.

..........

ChangMin llegó casi corriendo a la sala de ensayos, sí, lo admitía, quería ver a Kohei ¡ya! Aunque no tenía ni idea de qué decirle, es decir, apenas la noche anterior sus últimas palabras fueron “si lo estaba, si estaba celoso de ella, porque...”

- y ahora qué... – ya todos estaban listos para iniciar la jornada, los bailarines entrando en la sala para el ensayo del día, mañana tenían el último concierto aquí y después el viaje a Corea. Kohei entró conversando con un par de bailarines, sonriendo con las cosas que se decían y que el menor no alcanzaba a escuchar, pero que le generaron celos... – ya se lo de su prima, pero igual, puede gustarle algún chico... -

- no seas masoquista... – le habló cerca el líder, palmeándole la espalda en un gesto amistoso... – Kohei sigue teniendo ojos solo para ti.

- ahora vuelvo... – el bailarín se separó unos momentos de sus compañeros para entregarle a Min (aunque bien podría habérselo entregado a cualquiera del grupo, él fue directo hacia el menor) una carpeta... – éstos son los que mejor me parecieron que pueden encajar en lo que necesitan. Sabes, realmente encontré decenas de parecidos a Jae, pero estos son ¡wow! Tienen un parecido increíble... – los archivos de tres jóvenes estaban en el interior de la carpeta, todos ellos físicamente muy parecidos al castaño oscuro... – espero que les sea de ayuda... – bostezó.

- luces cansado... – el menor sintió algo de culpa, seguro se había desvelado depurando toda la información que ahora estaba en sus manos... -

- solo un poco, pero ya sabes, por ti lo que me pidas... – sonriendo como solo lo hace con él, el bailarín se alejó, valía más no levantar intrigas entre los demás.

- ni siquiera me dio tiempo de agradecerle... – pensó Min, mientras guardaba en su bolso la carpeta.

..........

En el Olimpo...

- no se supone que ellos no deberían de verse así... – con tono molesto, Artemisa señalaba indignada la escena en la Fuente de los Espejismos.

- ¿así cómo?... – cuestionó con inocencia (fingida) Afrodita...

- no me vengas con esa, se miraron con... amor... – la última palabra salió de sus labios casi con desprecio, como si escupiera algo que lastima su organismo.

- no tengo que ver con ello... -

- cómo de que no, no hiciste lo que te pedí, ya olvidaste nuestro acuerdo...

- hice lo que me pediste, jamás he violado un acuerdo; me parece, mi querida Artemisa, que debiste elegir mejor tus palabras, me pediste que privara a ChangMin de expresar sus sentimientos...

- ¡exacto! Entonces porqué no pasa nada, porque no deja de mirarlo así, porque sigue deseando estar a su lado... – se impacientó la diosa de la luna, viendo en la Fuente el comportamiento del menor hacia el bailarín, acercándose durante un descanso para agradecerle por su ayuda, notando que el sentimiento entre ellos flota en el aire... -

- porque privar a una persona como ese chico de la posibilidad de expresar sus sentimientos no significa más que evitar que lo diga con palabras, ChangMin es un chico demasiado intelectual y racional, según su lógica, que es la que domina sus acciones, simplemente no podría decir un Te Amo, o palabras dulces, no podría ser tierno o romántico... – explicó la diosa del amor.

- supongo entonces que tendré que elegir mejor mis palabras cuando te lo pida para los demás, no es así, Afrodita... – su arrogancia al mencionar esas palabras le dejó claro a la peliplateado que debía ir con sumo cuidado respecto a las cuatro peticiones pendientes, que parte del acuerdo había sido solo una prueba para cada integrante del grupo.

.............

Al atardecer, los chicos se encontraban en la sala de su departamento, acababan de leer los documentos que Kohei le entregó esa mañana a Min.

- no quiero ser pesimista, pero, no creen que es muy arriesgado hacer esto ahora, tenemos el tiempo encima... – comentó Junsu. Siempre mostrando sus inseguridades en el momento menos oportuno, aunque generalmente ayuda a darse cuenta de que son situaciones que pueden mejorar.

- ¿crees que tu hermano no accederá si se lo pides ahora?... – cuestionó el líder.

- él accederá, lo sé, pero tendríamos, qué, un par de semanas para instruirlos en absolutamente todo, es demasiado, quizá no puedan... -

- pues deberemos tener fe en que lo hagan, no vamos a hablar de esto con el manager... – atajó Yunho.

- porqué estás tan reacio de hablarlo con él, no es más peligroso hablarlo con un extraño, alguien a quien le tendremos que pedir que se haga pasar por Jae porque está embarazado?... -

- Su, no te alteres amor... – Yoochun le tomó las manos con ternura... -

- Junsu, tú nunca has estado presente en las reuniones con todos los directivos de la disquera, no has escuchado cómo funciona todo, yo sí, se lo que digo, estoy tan preocupado como tú por esto, no olvides que mi novio y mi hijo están en el medio también; pero si habláramos con el manager ahora, él solo buscaría la forma de sacar provecho de la situación, y no pienso exponer a ninguno a la prensa ni a la sociedad en sí... – la mirada del moreno era firme.

- a mí me parece que debemos intentarlo, Junsu, yo entiendo tus temores, entiendo que te preocupas por el grupo, pero ahora esta es nuestra mejor opción, yo... presiento que debemos hacer esto... – intervino Jae, dirigiendo su mirada maternal hacia el castaño, quien solo asintió.

- bueno, deberemos aprovechar al máximo la estancia en Corea, apenas lleguemos debes contactar a tu hermano y hablar con él, ambos... – Yunho señaló a Micky, quien una vez más tragó saliva nerviosamente ¡hablar con su cuñado!... – Jae y yo hablaremos con éste chico... – tomó una hoja de entre las que estaban en la carpeta, era el que había inspirado una sensación de confianza en su novio, así que ese sería quien, si las cosas resultan bien, sustituirá al castaño oscuro por cerca de medio año en el grupo.

- ¿y yo qué se supone que haré?... – cuestionó curioso el menor.

- tú te ocuparás de ir diseñando un programa de trainer para Jun Ho y... – volvió a leer el nombre de quien sería el doble de Jae... – Ji Yong, tendremos que lograr, e insisto, si las cosas salen bien...

- así será... – afirmó el castaño oscuro, mostrando por todos, la esperanza y confianza que no parece estar en mente de los demás... -

- bien... necesitamos prepararlos de todo a todo en dos semanas, un auténtico curso intensivo para ellos, Min, y quién mejor que tú para hacerlo... –

- dalo por hecho, appa... – los ojos del menor brillaron de tal forma, que en esos momentos los cuatro se compadecieron de los “futuros reclutas”, de que a Min se le ocurren unas ideas...

..............

Jae y Junsu tenían programada la cita para el segundo eco con la Dra. Missa Bin al segundo día de su arribo a Corea, así que aprovecharon el primero para, inmediatamente después de haber asistido a un show a medio día, enfrentar a la suerte con sus encuentros con dos de las personas que darán un giro muy importante en sus vidas dependiendo de la respuesta que les ofrezcan.

- se puede saber porqué no dejas de moverte, me pones nervioso... – le dijo Junsu a su novio, ambos sentados en una de las salas de espera del aeropuerto, disfrazados lo mejor que pudieron para no ser notados, aunque tienen la impresión de que más de una persona se les ha quedado mirando con curiosidad.

- pues yo ya estoy nervioso... – respondió Yoochun moviendo su pierna en un insistente golpeteo contra el suelo. Xiah suspiró con frustración.

- solo estamos esperando a mi hermano... – intentó razonar el castaño.

- justamente... – que Su no podía entender cuánto nervio le entraba a él de saber que hablará con su cuñado, ¡cuñado!. La voz femenina anunciando la llegada del vuelo de Jun Ho se escuchó claramente. Micky era ya un manojo de nervios, siguió en silencio a su novio hacia la sala indicada.

Un montón de personas salieron antes de que Jun Ho se vislumbrara, en esos momentos no podría decirse que es fácilmente identificable que es gemelo de Junsu, pero por la sonrisa de alegría que ese chico llevaba, y el familiar caminar, Micky supo que era él, además caminaba directo hacia ellos, ¿cómo es que los reconoció tan fácil?

- le dije la ropa que traería puesta... – señaló el castaño, seguro de los pensamientos que pasaban por el rostro intrigado del pelinegro.

- ¡hermano!... – notoriamente contento de encontrarse con su gemelo, Jun Ho abrazó con fuerza al castaño...

- ¡no hagas eso!... – por lo menos el segundo que Chun les permitió, porque apenas si vio que su cuñado aferraba sus brazos alrededor del cuerpo de su novio y comenzaba a ejercer presión, por tanto apretándole la tripa, el pelinegro lo apartó de un tirón. La seguridad de su bebé ante todo. Algunas personas alrededor voltearon a verlos con curiosidad por el grito del muchacho, y lo que parecía el inicio de una pelea, pero como nada pasó, pronto la gente siguió a lo suyo.

- ¿mande?... – visiblemente molesto por la actitud del ratón, Jun Ho esperaba pacientemente (léase, estaba que le saltaba a los golpes por haberlo tratado así “y éste, quién se cree que es para permitirme o no abrazar a mi hermano”)...

- esto, es que, bueno, verás... – sí, Chun ya se había trabado. Hombre! Que alguien lo comprenda, solo se preocupa por el bienestar de Junsu y su bebé.

- vámonos ya, te lo explicamos cuando lleguemos al departamento... – trató de aminorar la tensión entre dos de los chicos más sobreprotectores con su persona sobre la faz de la tierra (que sus padres eran las otras dos personas, pero por ahora, se tendrá que ocupar de ellos). Le tomó el brazo a su hermano, comenzando a andar fuera del aeropuerto. Micky caminaba ligeramente retrasado... – y cómo está la familia?

- pues muy bien, aunque ya sabes, como mamá se entere que he venido sin decirle, así nos va... – olvidando ya el incidente con el ratón, Jun Ho comenzó a platicar con su gemelo de lo más tranquilo y contento de verle...

- sí, lo sé... – aceptó con una sonrisa sincera, imaginando el regaño que le vendría si mamá se entera, como hace tiempo que no se ven...

- ahora, quieres decirme porqué tanta intriga y prisa, qué es eso que tienes que decirme que no pudiste hacerlo por teléfono?...

- ya te dije, lo hablamos en el departamento... -

- presiento que me vas a pedir algo grueso... – susurró Jun Ho, tal vez por esa conexión que se dice existe entre gemelos, él sentía la angustia en su hermano, y sabía también que si él está ahí es porque es el único que puede ayudarle, y naturalmente él con gusto lo hará.

Ya en el departamento, los tres estaban sentados en el comedor, un vaso de agua frente a cada uno, Jae y Yunho habían salido rumbo a la provincia donde vive Ji Yong, y Min estaba encerrado en la Sala de Entretenimiento ultimando detalles en su “Programa de Entrenamiento Especial”.

- bueno, verás, Jun Ho... – comenzó Junsu, nervioso hasta el alma. Aunque si viera a Chun por dentro, se quedaba cortito... – hay varias cosas que decirte, y mejor te lo decimos en orden para que vayas entendiendo de qué va todo esto... – su hermano solo asintió, bebió un poco de agua y esperó a que su hermano continuara... – bueno, estoy saliendo con alguien... -

- ajá, ¿qué de malo hay en eso?... – interrumpió su gemelo, sonriéndole con picardía.

- nada, bueno, es...

- yo soy ese alguien... – se armó de valor el pelinegro para hablar, no podía dejar que su novio lo hiciera todo solo.

- ustedes, son... ¿novios?... – cuestionó lentamente, confundido, esperando que fuera una broma. Ok, nunca le conoció novia a su hermano, ni supo que le gustara alguna chica, pero tampoco lo llegó a ver de las babas por algún chico, cómo era ahora que resultaba que, salía con su compañero de grupo, su (según se lo dijera el propio Junsu en un montón de veces cuando hablaban) mejor amigo.

- sí... – respondió el castaño, tomándole la mano a Chun por sobre la mesa, ambos sonrojados por verse en plan de manita sudada frente a Jun Ho.

- ok, puedo con eso... – comentó el chico, tomando un poco más de agua, si su hermano encontraba la felicidad en otro hombre, él lo aceptaría. Siempre, a pesar de ser de la misma edad, a pesar de que es solo unos minutos mayor que Junsu, se ha sentido como su hermano mayor, siempre atento de que esté bien, de que nada malo le pase.

- ¿en serio?... – soltó por inercia el ratón, él que esperaba que fuera a hacer un escándalo, que les saltara a las preguntas, y Jun Ho estaba simplemente ahí, sentado con propiedad, esperando a que Junsu continuara, es más, mostrando una sonrisa sincera en acuerdo con su relación.

- sí, yo siempre he dicho que eso de que pongan a los integrantes de un grupo, sea masculino o femenino, a hacer fanservice, trae sus consecuencias; además, si están enamorados, no veo problema alguno, aunque habrá que pensarlo seriamente antes de decirle nada a nuestros padres, que aunque no son tan ortodoxos, tampoco son tan modernos... – aunque su tono de voz es muy similar al de Junsu, en Jun Ho se escucha más seguridad, más seriedad y formalidad, dejando claro que asumió el papel de hermano mayor.

- vaya, pues; gracias por aceptar lo nuestro... – sinceró el pelinegro.

- venga, estrechémonos las manos... – su cuñado le extendió la mano, gesto que correspondió el pelinegro, recibiendo un fuerte apretón de parte de éste... – ahora estoy más tranquilo sabiendo que hay alguien que cuida de mi hermanito...

- oigan que sigo aquí, y como vuelvan a hacer eso, me las pagan, no soy una chica, saben, soy un hombre como ustedes, así que no se comporten como los cuñados que se resignan a que su hermanita salga con alguien... – soltó de corrido el castaño, haciendo pucheros inconformes porque su novio y hermano solo se le quedaron viendo con sendas sonrisas en la boca.

- y qué se supone que me harías, delfincito travieso... – cuestionó coquetamente el pelinegro, que todavía seguía con ganas y Su nada más no le permitía intimidad desde aquélla vez en los probadores de una tienda departamental en Japón.

- quieto, ratón pervertido... – el castaño le dio un manotazo a la intrusa que le acariciaba la pierna. Jun Ho carraspeó. “¡ups! Me olvidé de él” pensó Micky.

- entonces, superado el asunto de su noviazgo, qué es eso que te tiene tan angustiado, Su... -

- válgame, yo quería ser el único que le dijera así... – pensó el pelinegro. Y es que el “Su” en voz de Jun Ho se oía tan similar a la suya, llena de cariño, de ternura, de amor hacia el castaño, un amor diferente claro.

- esto, bueno, verás... – “otra vez a trabarme, solo lo diré”... – pues que Chunnie y yo, vamos a ser padres... – ahí está, ya lo había dicho, “al toro por los cuernos”.

Hubo un largo silencio durante el cual pasaron varias cosas. Jun Ho abrió sus ojos de par en par al escuchar aquello, eso sí sobrepasaba su capacidad de asimilar información. Seguro esa sí era una broma, pero, por la mirada en su hermano quedaba claro que no era así, ahora bien, a qué se refería con que iban a ser padres, van a adoptar, embarazaron a alguna chica y ésta les dará al bebé, o qué. Pero entonces el castaño le acercó una carpeta con las fotografías de su primer eco, donde realmente no se veía nada, pero que era una muestra de lo que significaba ser padres...

- estoy embarazado... – había escuchado que dijera su hermano, levantando un poco su ropa, dejando ver un pequeño bulto en su vientre... – estoy de tres meses... – ahí fue cuando colapsó, cuando su mente se trabó, la respiración le faltó y cayó desmayado al suelo, porque como fue a perder el equilibrio, terminó por dar de lleno contra el piso.

Micky fue a atenderlo de inmediato, lo levantó en brazos y lo recostó sobre el sofá, Min había salido al escuchar el sonido de algo caer, claro, que ese algo había sido una persona y se escuchó con fuerza en el departamento.

- ¿ya tan rápido se lo dijeron?... – cuestionó el menor, mientras el pelinegro pasaba un algodón con alcohol por la nariz de su cuñado.

- sí... – respondió suavemente el castaño. Preocupado ahora de la reacción de su hermano.

- ¡ah, mierda, mi traserito! – de no ser porque sabía que quien dijo esas palabras es su cuñado, Micky habría jurado que el mismísimo Junsu lo había hecho. Jun Ho se incorporó para sobarse su bien formado trasero, no tan perfecto como el de su hermano, pero igual atrayente (n/a babeando el teclado, gemelo de Junsu, hermoso!!!!).

- ¿estás bien?... – le preguntó Min.

- sí, solo... – tomó a Chun del cuello de la camisa, cambiando repentinamente su humor... - ¡Cómo se te ocurrió embarazar a mi hermanito!... – Micky tomó las manos de su cuñado, que hacían algo de presión en su ropa y parecía que en cualquier momento le acertaría un puñetazo, pero no le mostró temor, por el contrario, le miró con seguridad, porque si llegaba a cuestionar su amor por el delfín, él le dejaría más que claro cuánto lo ama.

- Jun Ho, suéltalo... – el castaño tomó de los hombros a su hermano, quien al sentir el contacto de su gemelo, liberó al pelinegro.

- se puede saber cómo es que... cómo... ¡cómo es que te embarazaste! ¡eres un hombre!

- eso lo tengo perfectamente claro... – sacó algo de carácter el castaño, enfrentando a su hermano... – pasó, no sabemos cómo, pero así es, estoy embarazado y necesito que me ayudes, necesito que te hagas pasar por mí en el grupo hasta que haya tenido al bebé... – soltó sin más...

..............

Jae y Yunho llegaron a una sencilla ciudad de la provincia de Gangwon Do (n/a información encontrada en la web, cortesía de wikipedia), donde las altas montañas hacen de aquel lugar un hermoso paisaje que invita a la exploración, al descanso, a pasar horas contemplando la naturaleza. Arribaron al domicilio que Kohei les proporcionara, por suerte en casa solo se encontraba el chico a quien buscaban, sus padres trabajan, según les comentó cuando les invitó a pasar y les dijera que por extraño que pareciera los estaba esperando.

- es una cosa muy loca, lo sé, pero anoche soñé con ustedes, en mi sueño había una mujer muy hermosa de largo cabello castaño que me hizo sentir tranquilo, fue... – el chico sonrió... – fue como cuando mi madre se acerca a hablarme de algo importante... – estaban los tres sentados en la sala de la humilde casa de Ji Yong, que hasta el momento no dejaba de ser amable y se dirigía a ellos como si no fuera la primera vez que los veía.

- sí es... curioso... – atinó a decir Yunho, Jae sentado a su lado, enfrente de ellos, Ji Yong, quien realmente tenía un enorme parecido con su Boo, excepto por la mirada, la de ese chico era más... infantil.

- en mi sueño, esta mujer me dijo que ustedes me pedirían ayuda en algo realmente importante, pero que era mi decisión brindárselas o no. En qué podría ayudarles un perfecto desconocido a dos chicos que, con todo respeto, parece que no necesitan nada...

- eh... – Yunho se aclaró la garganta... – por casualidad, ¿sabes quiénes somos?... – no, no pretendía ser arrogante, ni saber qué tan populares son, quería indagar qué tanto tendrían que explicarle al chico, que curiosamente, era un año menor que ellos, pero no se notaba diferencia alguna en sus físicos, que hasta en altura eran iguales.

- bueno, no sinceramente, ¿debería saberlo?... – el chico de cabello negro, esa era otra diferencia con Jae, aunque como éste trae su cabello teñido de castaño oscuro, no es tan diferente el tono; realmente no sabía identificarlos, ha escuchado mucho sobre DBSK por sus compañeros de universidad, pero es un chico demasiado introvertido respecto a poner atención en la música, su pasión está enfocada en algo diferente a lo que chicos de su edad hacen, a él no le llama salir a divertirse, casi no ve televisión, poco escucha de música. ¡por dios, qué hace este muchacho! Bueno, Ji Yong ha encontrado su vida en la lectura, no solo por sus estudios de Letras Muertas en la Facultad de Filosofía de su Universidad, sino porque es su gusto, le gusta leer, de absolutamente todo, incluyendo la mitología griega, entre otras. Por eso tal vez es que les parecía un chico también algo misterioso, algo loco para ser sinceros.

- no, no necesariamente... bueno... – carraspeó una vez más el líder... – verás, nosotros somos cantantes de un grupo de pop que se llama Dong Bang Shin Ki...

- oh, DBSK, he escuchado a mis compañeras hablar de ustedes... – lo interrumpió, con una alegría que el castaño oscuro y el moreno no entendieron... – las vuelven locas, no saben las cosas que dicen entre ellas sobre lo que harían si pudieran tener una noche con alguno de ustedes y...

- sí, bueno... – cortó Jae, que no le apetecía escuchar lo que le quieran hacer a SU novio, que las fans lo deseen todo lo que quieran, él no lo comparte (n/a Jae malo!!! )... – verás, lo que nosotros necesitamos es que... ¿alguna vez te han dicho que te pareces a mí? – optó por cuestionar, paso a paso podría quedarle más claro el asunto a ese chico.

- sí, algunas veces de recién que ingresé en la universidad, las chicas llegaban y me preguntaba si era... – se talló las sienes, como buscando recordar algo, cosa que hizo que la venita en la sien de Jae saltara “cómo es posible que ni mi nombre recuerde, tan famoso que soy”... – JaeJoong... sí, me preguntaban si era usted... – entonces lo señaló, con una sonrisa demasiado inocente para gusto de los chicos... – pero cuando se acostumbraron a mi presencia y me fueron conociendo, dijeron que no tenía nada que ver con usted... – “me volvió a hablar de ud. Que respetuoso” pensaba el castaño oscuro... - y dejaron de molestarme...

- ¿tendrá problemas de memoria?... – pensó el moreno, acababan de decirle sus nombres y ya le había costado recordar el de su Boo...

- ¿y no te gustaría averiguar por un tiempo lo que es ser, yo?... – así tal vez se evitaban tener que explicarle todo el rollo del embarazo, o eso fue lo que Jae pensó.

- no se ofenda... – “me habló de tú otra vez, ni que fuera tan mayor” nuevamente la vena en la sien de Jae comenzó a latir... – pero, para qué que querría yo saber lo que es vivir como alguien famoso, con todas las personas sobre uno, buscando hablar, tomarse fotos, adiós a la privacidad, trabajando sin parar, no es que no me guste trabajar, solo que no creo que tenga lo que se necesita para ser un cantante como usted... – “como vuelva a llamarme de ud. le pongo los puntos sobre las ies” compréndanlo, los cambios de humor, que escuchado así por un chico que luce de su misma edad lo hace sentir viejo, y tan joven que es.

- pues verás, esa es la ayuda que necesitamos, veníamos a proponerte una especie de trabajo temporal, por seis o siete meses, queríamos proponerte ser parte del grupo, haciéndote pasar por Jae... – señaló el moreno.

- qué motivo pueden tener para sustituir a uno de los suyos por tanto tiempo, sobre todo si lo hacen en secreto, dudo que si solo están ustedes dos aquí, sin cámaras ni nada de eso, sea de conocimiento de todas las personas con las que trabajan... – porqué de pronto sintieron que Min estaba ante ellos, ese chico es bastante inteligente.

- tienes razón, es algo que solo los que integramos el grupo sabemos... es algo muy personal... es... – el moreno no se atrevía a decirle el motivo real al chico, después de todo, qué tanta confianza tiene que depositar en él si apenas le conoce.

- tendré que pedir permiso en la universidad durante lo que resta del año escolar... – lo interrumpió Ji Yong, sonriendo de una forma un tanto... tranquilizadora... – pero lo haré, con una condición... – “uy, aquí viene, como no me guste lo que pida, en este instante nos vamos” pensó el castaño oscuro... – quiero que me digan la verdad cuando me tengan suficiente confianza.

.............

- ayudaste a Démeter a entrar en los sueños de ese chico, porqué lo hiciste Morfeo... – Artemisa, indignada porque la diosa de la Fertilidad le tomara ventaja, le reclamaba al Dios del Mundo de los Sueños su intervención...

- porqué no habría de hacerlo, no hizo nada malo, no alteró nada en el mundo, las cosas solamente siguen su curso, además, sabes bien que suele hacerle favores a los 12 Grandes, incluyéndote Artemisa, no me vengas ahora con reclamos de chiquilla caprichosa, sabes que no tolero eso en nadie... – Morfeo, uno de los dioses más antiguos de la mitología griega, le dejó en claro que por sobre su poder no iba a pasar. Artemisa, ofendida en su orgullo, se fue del templo del dios del mundo de los sueños rumbo al Olimpo, a hacer su segunda petición a Afrodita.

...........

Jun Ho no podía creer la desfachatez con la que su hermano le hacía aquella petición, ¿hacerse pasar por él? ser parte de DBSK por meses enteros? No le cuadraba, ok que sean gemelos, pero eso no significa que él pueda hacer todo lo que su hermano, empezando por bailar, siguiendo por el canto y rematando con su carisma.

- no puedo hacer lo que me pides Junsu ah... – le dijo apenado, Min y Yoochun sintieron como si hubiera dejado caer un balde de agua fría sobre ellos, pero Junsu pareció no inmutarse, como si hubiera esperado que dijera eso...

- claro que puedes, necesito que lo hagas, nunca te he pedido realmente nada, y sé que pedirte esto ahora es demasiado, pero realmente te necesito hermano, no es en sí por la popularidad del grupo, o por no defraudar a las personas que creen en nosotros, aunque son parte fundamental de que te lo pida; lo hago por los bebés que espero, porque quiero que ellos tengan una vida lejos de las intrigas sociales, por lo menos hasta que nazcan y pensemos en cómo mantenerlos lejos de los reflectores. Jun Ho, ayúdame, por favor... -

- su, es que, soy tu gemelo, físicamente lo soy, pero sabes que somos muy diferentes, cómo voy a hacer para pasar por ti, cómo voy a hacer todas las coreografías que a ti te salen tan bien, Su ¡no canto!...

- de eso nos encargaremos nosotros... – intervino Chun, tratando de convencer a su cuñado de ayudarlos...

- si nos esforzamos un tiempo, lo conseguiremos, te lo aseguro, lo que hacemos es difícil pero no imposible, solo depende de tu voluntad y la confianza que deposites en nosotros... – apoyó Min.

Por un tiempo Jun Ho se lo pensó...

- es una locura, lo saben, ¿no?... – los tres asintieron... – de acuerdo... – aceptó, todo por su hermano... – pero seré el padrino de los peques cuando nazcan... – una radiante sonrisa, tan parecida a las del delfín, se curvó en sus labios, después se acercó a acariciarle la tripa a su hermano, todos sonriendo aliviados, ahora solo esperaba saber cómo les había ido a Jae y Yunho... – porqué no estás mas gordo?... -

- ¿gordo? – el castaño enarcó una ceja...

- pues sí, todas las mujeres que he visto embarazadas tienen el vientre enorme... -

- por que solo tengo tres meses, bruto... -

..........

continuará......

4 comentarios:

  1. El capo 5 DUELO esta buenísimo ya me imagino a Kohei con cara de mopeth cuando le contó Min de que su umma y hermano estaban embarazados xDDDDDD eso fue muy divertido, ahí también lo del ascensor xDDDDDDD al menos ya se esta dando cuenta de sus sentimientos eso ya es algo bueno xDDDDD pero que Duelo el que dieron la Diosas xDDDDDD waaaa!!! Perdió la Diosa del amor waaaaaaaaa!!! TToTT

    El capo 6 KIM JUN HO Y JI YONG esta buenísimo xDDDDDDDD cual ira a ser la prueba que les ira a poner artemisa waaaaaaaaaaa!!! TToTT Que no valla a ser una prueba muy gruesa a penas y van pasando por esto y ahora que les queda xDDDDD esta buenísimo el fic xDDDDDD me encanta, amo que Junsu y Jae estén embarazados xDDDDDDD

    Felicitaciones ^_^ te deseo lo mejor y sigue adelante, eres la mejor xDDDDDDDD

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  2. wooooow....

    quiero saber q paso con miiiin


    geniaaal ^^

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  3. Ya pescaron(?) a los dos
    ahora le toca a Min entrenarlos....
    pobres diablos XD

    Gracias...

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  4. jaja k alegria acepto junho .. neeee .. mi yosu tan lindos

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”No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”
J.R.R. Tolkien