Capítulo 8 (parte 3) TOUCH *O*

Actu ;D

ADVERTENCIA: Lemon

CAPÍTULO 8. JEJU (Parte 3)

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Isla Jeju
Lotte Hotel Jeju

ChangMin estaba seguro de que estaba haciendo las cosas del modo más extraño, es decir, analizando toda la historia llevó los pasos hacia el noviazgo de un modo bastante complicado. Primero, sin ningún tipo de cortejo y ciertamente tomando ventaja sobre la situación, ChangMin había tenido sexo con Hamao, le había robado la virginidad pero le había tratado al siguiente día prácticamente como a un desconocido; sí, conocemos de sobra ya el hecho de que estaba aterrado por su novedoso descubrimiento como chico gay, o al menos en parte así se sentía. Después, su segundo paso tambaleante, actuar como idiota el día en que Kyousuke le cuenta acerca del embarazo (del que no había lugar para dudas, él era el otro participante), brindarle poco o ningún apoyo moral, hacerle sentir miserable y triste. Su tercer movimiento, aunque no del todo lo esperado, por lo menos más seguro en la delgada línea de la responsabilidad y el cortejo inconsciente, aceptar su paternidad, ofrecerle su apoyo, acompañarle y, torpemente, mimarle.

Y estuvo ahí, en aquel romántico ocaso, el cuarto paso; el más difícil pero también el más firme: declararse. Abrir el corazón sin miedos o inseguridades aunque lleno de nervios así bien disimulados hubiesen parecido. Nunca habría creído la velocidad con que un corazón puede latir cuando tienes entre tus brazos a la persona que justamente ha elegido para amar; hubo un momento en medio de aquel cálido abrazo compartido, en que incluso sintió que dolía… dolía de tanto amor que parecía estar albergado ahí y que de un solo latido quería expresarse.

Luego simplemente al separarle de su pecho y mirarle de nuevo a los ojos, no había podido evitar aquella oleada de calor que cubrió todo su cuerpo… eso debía ser amor, puro, sincero, indescriptible. Nunca le había visto tan… hermoso… tal vez esa sería la palabra adecuada para describir de forma sencilla la maravillosa imagen ante él. Kyousuke sonrojado, con aquella mirada tímida pero brillante que le da un toque dulce, el cabello apenas desordenado por las caricias que él antes depositó con recato, esa boca rosada de labios suaves que entreabiertos aspiran de manera intermitente, claramente nervioso por aquel repentino momento que seguramente sentía como un sueño. ¿Cómo pudo ignorar por tanto tiempo cuánto le ama? ChangMin no lo sabe… y ahora no parece importante.

Porque ahora solo puede pensar en él, en amarle… en besarle. Y vuelve a acercarse rozando su boca con la de Hamao, le siente suspirar contra sus labios y sonríe contento, le gusta saber que ocasiona todo eso en él. Pero quiere más, quiere sentirle derretirse entre sus brazos y suspirar en medio de un beso. Es así como vuelve a él demandando mayor roce, más contacto, más de su miel.

Le besa… largo y tierno, compaginan sus labios con calma, casi como si recién estuvieran aprendiendo a besarse; el morocho le siente algo tímido, pero le gusta, le encanta saber que así de mucho es amado, que el japonés prácticamente colapsa ahí en medio de aquél beso. Y se deja llevar, invade con su lengua la cavidad bucal de Hamao, la recorre con paciencia y memoriza cada rincón, le siente temblar y responder sus movimientos con algo de timidez y vergüenza, pero le siente, la forma en que enredan sus lenguas y el desliz de una con la otra, se humedecen más y transforman aquel casto beso en uno apasionado. Porque están también ahí las ganas de sentirse de nuevo, porque han sido demasiadas semanas desde la primera y única vez que sus cuerpos danzaron al unísono en un baile único e irrepetible.

Se separan como es de esperarse, con la respiración agitada y el corazón acelerado, ambos han sentido aquella demostración de afecto en el alma y también la vergüenza como el anhelo. Hamao evade la mirada demasiado avergonzado para enfrentarle, teme que sus sentimientos hayan quedado tan nítidamente al descubierto, le puede la pena y se sonroja como termostato cuando memora la forma en que acaban de besarse, es altamente probable que ni siquiera aquella ocasión un beso se haya sentido de éste modo. Puede jurar que se ha enamorado otro poco.

- Hamao… - el morocho susurra su nombre con voz suave, le acaricia una mejilla y le ve cerrar los ojos mientras una sonrisa aparece en sus labios y recarga su rostro en esa mano que le regala la más tierna de las caricias… - seré quien te cuide de ahora en adelante, sin importar el qué, el cómo o contra quién; quiero ser el novio ejemplar que muestre al chico del que tal vez te enamoraste, porque puedo ver en tus ojos y en tus acciones desde que salimos aquel día al Museo, que me has amado mucho antes de que yo pudiera siquiera reparar en la hermosura de tu presencia…

- ChangMin-kun… - el japonés suspiró de nuevo su nombre… y por un momento tuvo el pensamiento de que aquello no era más que un sueño.

Y quiso dejarse llevar por aquella hermosa quimera que le era entregada casi por algo parecido a la gracia divina. Se acercaron lentamente buscando uno más de esos besos que les hacen sentir que entregan el alma misma. Y fue así como despacio la confianza fue creciendo y el anhelo de un contacto más íntimo creciendo en su interior. Bastó una mirada para comprender que no había marcha atrás, que aquél instante tan mágico solo podía seguir creciendo y llenándose de dicha. Entrelazaron sus manos y sonriéndose volvieron al interior del Hotel, a la intimidad de su habitación, a la oscuridad de aquellas cuatro paredes que luz solo recibieron de los rayos de luna que se colaban por los amplios ventanales, las delgadas cortinas de tela ligera semitransparantes hondeando suavemente al compás de las corteses ráfagas de viento que soplan en medio de la estrellada noche.

Las prendas desaparecieron despacio, entre caricias tímidas y besos reservados, entre susurros sin palabras coherentes pero un lenguaje claro que expresa el amor reprimido durante semanas enteras. ChangMin le trataba con tal delicadeza, que a Hamao no le importó sentirse tan femenino que prácticamente era como ser tocado por pétalos de rosa, aterciopeladas caricias que cálidas parecían ir ganando más y más calor como confianza; porque centímetro a centímetro su cuerpo era recorrido con fervor, memorizado con detenimiento cada recoveco.

- ChangMin… - y fue así como el morocho escuchó por primera vez su nombre dicho en medio de un jadeo erótico que le erizó el vello de toda la piel… no estaba ahí el kun de siempre, ni el desconcierto o la vergüenza de cada vez que era llamado por el japonés…

Esa vez, mientras su mano rodea la virilidad de Hamao y sus labios succionan lentamente uno de sus rosados pezones, el morocho solo pudo escuchar excitación y seguridad. Sentir la forma en que todo el cuerpo del japonés se estremeció bajo su cuerpo, la manera en que su espalda se levantó formando una deliciosa curva provocada por esa oleada del placer que también a él le recorrió de pies a cabeza. Ni siquiera la primera vez que le tocó sintió aquel mar de sensaciones que ahora le afloran en la piel y casi parecen transpirarle por los poros.

El morocho lamió detenidamente cada pezón, respirando su aliento contra ellos notando cómo se endurecen por completo y la piel alrededor se enchina producto de gozo y excitación. Y comprende que no habrá nunca nada en el mundo que le guste más que justamente eso: hacerle el amor.

Kyousuke mantenía los ojos cerrados, era imposible abrirlos cuando se siente morir de amor y de placer, sus mejillas ruborizadas dejaban al descubierto esos gramos de vergüenza que aún circulan por sus venas, pero también de toda la excitación que en aquellos minutos ChangMin ha conseguido acumular en su ser. Todavía se sentía en un sueño, y en lo más profundo de su mente suplicaba que si así era, no despertara nunca; la parte más externa de su mente, deseaba que esa realidad que palpaba con las yemas de sus dedos mientras recorre la desnuda y caliente espalda del morocho, sea real esa noche y para siempre.

Ardía… no solo la piel de ambos cuerpos desnudos, no solo el ambiente que flota en aquella habitación, ni el aire que respiran o cada fibra de sus seres. Les arde el alma misma, porque aquello finalmente es fruto de un amor mutuo y consciente, porque ambos han dejado que el corazón les guie y no hay marcha atrás. Serán padres en los meses próximos y la dicha más grande que podían haber alcanzado antes de aquel hermoso milagro, estaba ahí; amarse y ser amados a la vez.

El japonés sabía que tenía pensamientos cursis, pero estaba en el paraíso y todo cuanto sus sentidos podían registrar era la sensación de plenitud. Sin embargo, esa vez él quería ser más participativa, desinhibir un poco toda su timidez y devolverle algo de todo aquello que le era entregado. ChangMin ni siquiera se dio cuenta de lo que estaba sucediendo hasta que lo sintió y toda la sangre se le agolpó primero en el rostro producto de la sorpresa y la repentina vergüenza, pero inmediatamente volvió a fluir hacia una sola zona de su cuerpo. La boca de Hamao atendía su entrepierna como no pensó que haría, sus labios suaves habían rodeado su erección desde la punta y descendido tortuosamente deliciosa a lo largo de su extensión hasta la base.

- mmhhh… - el morocho gimió ronco, sorprendido, extasiado…

Había terminado sentado en el borde de la amplia cama con las piernas abiertas y Hamao acostado entre ellas succionando su erección. ChangMin apenas podía mantener la mirada abierta, no quería perderse esa escena tan erótica de su novio desnudo brindándole aquellas atenciones. Sus manos se movieron con vida propia cayendo sobre aquella blanca espalda que se estremeció a su contacto, incluso sintió aquella reacción en su erección cuando Hamao tragó más rápido motivado por sus propias caricias. Pronto el morocho se inclinó un poco más al frente siguiendo la línea de la columna vertebral del japonés hacia abajo, más y más hasta alcanzar su coxis y rozar la delicada piel de sus glúteos mientras el japonés continúa bombeando su miembro, poniéndole sensible, duro, caliente, necesitado.

- esp… nhhh espera… Kyo mhhh… - apenas consiguió decir al tiempo que su otra mano se enreda en los sedosos cabellos del japonés tirando suavemente para evitar que continúe con aquella deliciosa fricción.

Hamao se deja arrastrar y pronto sus labios de nuevo han sido demandados por los de ChangMin, es aquel un beso más apasionado y fogoso, parece que ha estallado toda la pasión contenida, las caricias son más ansiosas y el calor ha subido a niveles sorprendentes. Así, hincados sobre la cama, abrazados y besándose, ChangMin se separa renuentemente solo el tiempo suficiente para humectar sus dedos, inicia él pero Hamao le ayuda llevando sus dedos a su boca; le lame con una sensualidad tan natural e inocente que ChangMin siente aquella punzada de excitación subir por su erección.

Hamao se pega a su cuerpo y jadea en su oído, se aprieta contra él y se deja llevar, gime incómodo cuando es uno de sus dígitos el que se introduce en su intimidad. Aguanta el dolor y se entrega como lo hiciera aquella vez hace tres meses, ChangMin no sabe cómo disculparse por aquel dolor inevitable, le besa y susurra palabras de confort… le toca y le estimula colando su otra mano entre sus cuerpos, arrancándole esos gemidos incómodos pero bañados también de placer. Y es de aquél modo como minutos más tarde ha conseguido dilatarle, le recuesta delicadamente en el colchón y besándole dulcemente se perfila entre sus piernas penetrándole lenta y cuidadosamente.

Las piernas de Kyousuke se enredan en la cintura de ChangMin y sus manos se aferran a su espalda, jadea más y más, suda y lentamente el dolor desaparece dejando paso únicamente para el placer. Sus bocas se encuentran en aquellos momentos cada tanto, besos intermitentes pero sinceros, cargados de ternura apasionada. El vaivén de caderas muta conforme ChangMin comprende los gemidos de Kyousuke, cuando se da cuenta del ritmo exacto, cuando nota que al golpear un punto exacto su novio tiembla más y él se estremece sintiendo que prácticamente se desvanece en calor.

Acompasan el ritmo de las estocadas que ChangMin deja cada minuto más rápidas y profundas, se funden en cuerpo y alma, danzan el baile perfecto y la melodía de fondo son los latidos de sus corazones enamorados como los sonidos que escapan de sus labios. No es solo curiosidad, no son solo confusiones, no se trata de la necesidad del placer… es amor.

Un gemido final, una última embestida, sus cuerpos celosamente abrazados, sudor cristalizado que brilla a la luz de la luna, cuerpos febriles que han alcanzado el punto máximo de excitación y liberado aquellas placenteras sensaciones a través de sus esencias. Respiran laboriosamente y agotados se dejan caer entre las mantas del que fue su lecho de amor, se sonríen apenas bobamente, se dan un corto beso y las palabras sobran en aquel instante.

Después de hacer el amor ¿hay necesidad de alguna palabra?

……………………………
A la mañana siguiente

Junsu estaba sentado a la mesa junto a su novio, Yunho, Jaejoong, Hamao y ChangMin, comiendo apenas con los ojos abiertos, se le notaban unas ojeras enormes y aunque parecía despierto, sus amigos podían jurar que dormía… o estaba a punto de hacerlo. Por otro lado, Yoochun iba más o menos por las mismas condiciones que su novio, pero comía velozmente como si la vida le fuera a depender de ello.

- no quiero tener que hacer los engorrosos trámites para llevar tu cuerpo de regreso a Seúl, solo por eso continuas vivo ratón maldito… - sí, ése fue el moreno, quien con cara de pocos amigos asesinaba a su cuñado con la mirada… por supuesto, no hay necesidad de pensar nada, estaba seguro de que Yoochun se había aprovechado de su hermanito toda la noche… ¡y él no había podido defenderlo! Sí, su complejo de hermano sobreprotector había vuelto con creces esa mañana apenas vio el estado demacrado de su hermano.

- ¿acaso alguna vez he obligado a Junsu a hacer algo conmigo?... – el pelinegro protestó devolviéndole la furiosa mirada a su cuñado…

¿Razón? A pesar de lo que pudieran pensar en cuanto a que toda la noche se lo hubiera montado con Junsu, aquello distaba de la realidad, salvo la grandiosa sesión de sexo en el interior de la playa, esa noche su novio había estado incómodo con dolor de estómago y no habían conseguido dormir… entonces, no estaba de humor para aguantar los absurdos reclamos de su cuñado…

- me vale lo que digas… - moreno y pelinegro se fulminaron con la mirada.

- dejen de discutir, vinimos a divertirnos y si arruinan mi viaje YO voy a matarlos a ustedes… - Jaejoong intervino y su mirada dura bastó para que tanto su novio como su amigo se tomaran su advertencia en serio.

¿Motivo? Bien, Jaejoong estaba sexualmente satisfecho, Yunho era todo un semental cuando se lo propone y esa noche se lo había demostrado con creces. Pero, su manager le había llamado a primera hora (lo cual significa que le despertó pues hacía tal vez una hora que se habían dormido) para decirle que no tenía opción, tendría que trabajar con Hwanho y hacer las tomas de su viaje a Jeju pues no cuenta con ningún otro fotógrafo para suplantarlo y su catálogo en trajes de baño debe salir en unos días. Así que, está de mal humor.

Por otro lado, Junsu no se había molestado en decir una sola palabra, de hecho, su cuerpo se había vencido y su rostro terminó recargado en el hombro de Yoochun, su acompasada respiración les hizo saber a todos que finalmente se había quedado dormido.

- lo llevaré arriba y me quedaré con él… - el pelinegro dijo y con cuidado abrazó a su novio muy al estilo nupcial. Yunho pensó que con tremendo estado de ánimo que se le veía a su cuñado no tendría fuerza, pero a saber de dónde sacaba porque lo sostuvo muy bien y caminó tranquilamente de regreso al lobby y de ahí al ascensor.

En la mesa se habían quedado ya solamente los otros cuatro. Hamao y ChangMin estaban un poco avergonzados, haberse visto al despertar había sido maravilloso pero también vergonzoso; sobre todo considerando el hecho de que el japonés estaba recostado en su pecho y un brazo del morocho descansando en su espalda, desnudos, cubiertos por solamente una sábana que tapaba lo indispensable de ambos. Así pues, aunque se regalaban sonrisas y miradas, notarles de aquel modo casi adolescente le dio ternura a Jaejoong.

- se ven tan lindos… - el pelioscuro dijo de pronto con voz maternal… - ¡quiero foto!... – con tono emocionado, el modelo sacó su celular y antes que Hamao y ChangMin pudieran advertirlo, el obturador ya se había escuchado en varias ocasiones…

- ¡qué estás haciendo!... – obviamente el morocho no estaba conforme, por lo que intentó robarle el móvil a su amigo…

- más respeto para tu hyung… - el modelo rió divertido al ver cómo el morocho fallaba en sus movimientos pues Yunho había sido más rápido y le había controlado relativamente fácil volviéndole a sentar en su lugar…

- no hagas escándalo por nimiedades Minnie… - el moreno le llamó la atención… como si fuera un crío a quien le habla… y eso hizo latir furiosa la venita en la sien del morocho…

- no me hables como si fueras mi padre… - ChangMin miró de mala gana al moreno…

- no te comportes como niño por algo tan sencillo como la verdad, Hamao y tú se ven muy bien juntos, deberías agradecer y admitir que es así… - Yunho dijo…

Y el morocho vio a su novio sonrojarse como termostato ante las palabras del moreno que parecían básicamente un halago. Calló todas las palabras que estaba por decir y se quedó quieto en su sitio.

- quiero una foto real de pareja, abrázalo… - el modelo ordenó al morocho todo sonrisas… y aunque ChangMin estuvo por protestar y mandarlo lejos, se mordió el labio y obedeció.

Hamao era un lindo tomatito colorado de vergüenza, sonrió tímidamente cuando ChangMin le pasó un brazo por encima de los hombros acercándose un poco más en un abrazo torpe y tenso.

- pero caray, que frialdad Minnie, mínimo sonríe o dale un beso en la mejilla… - Yunho comentó casualmente.

Bien, no tan casualmente, con toda la intención del mundo de avergonzar a su crío, aunque podía ponerse sobreprotector, al ver esa mañana cómo bajaban tomados de la mano, le dio tal ternura que al instante aceptó esa relación. Ah sí, ChangMin lo había dicho cuando se dio cuenta de que no tenía otra salida pues ya los habían visto agarraditos de la mano… además, no quería que de ninguna manera Hamao se sintiera poco importante o algo así.

El morocho había fruncido el ceño y anotado mentalmente cobrarse aquel vergonzoso momento de algún modo en el futuro cercano. Sonrió ante su pensamiento mientras se acerca y besa la colorada mejilla de su novio dándole a Jaejoong la preciada toma que buscaba. Sobra decir, que el modelo se había puesto algo loco al ver la hermosa imagen que había tomado con su móvil.

- quiero una nuestra Yunnie… - el modelo le dijo a su novio mirándole con gesto emocionado… en otra palabras, bastante infantil…

- pero una más romántica Boo… - el moreno sonrió y pasando su móvil (de ninguna manera iba a arriesgar el de su pareja poniéndolo en manos del morocho que segurito borraba la que tomó) a ChangMin, besó a su novio sin ningún tipo de pudor, apasionado, largo, profundo.

ChangMin tomó una foto solo para evitar ser molestado en adelante, mientras que Kyousuke sentía vergüenza ajena y desviaba la mirada. Sus hyungs se demostraban su amor con absoluta libertad y él se sonrojaba de solo recordar que la noche anterior habían hecho el amor. No se siente capaz de besarse así con ChangMin en cualquier sitio… ¡y menos en la Universidad!

- ¿estás bien?... – la voz del morocho le sacó de sus pensamientos cuando su rostro se acercó tanto que él, instintivamente, le empujó y bajó la mirada completamente apenado. El morocho parpadeó confundido… luego sonrió tiernamente y así le tomó el mentón… - te amo… - susurró dándole un corto beso…

- *O* ¡¡kawaii!!... – y no, ese grito chillón no fue por parte del YunJae… Junsu apareció renovado de energías junto con Yoochun y justo a tiempo para presenciar la tierna escena…

- u_ú no existe la discreción… - el morocho susurró con aire derrotado… - ¿tú no morías de sueño? De hecho, ¿no te llevaron dormido a tu habitación?…

- ya me siento mejor *-* quiero ir a chapotear en la alberca… - actuando como niño chiquito, el pelirrojo se fue dando saltitos seguido por un pelinegro que todavía no recuperaba energías como su novio.

Un día más ha comenzado en Jeju, pero las aventuras aún no terminan.
Entrando al lobby llegó una indeseable presencia para Yoochun…

- Taecyeon… - el apuesto muchacho de personalidad extrovertida y un peculiar imán de atracción que durante los años de Instituto había sido una piedra en su zapato mientras cortejaba a Junsu…



Continuará……





*Una vez que Feli –con ayuda de las lindas lectoras que se ofrecieron en ayudarle xD- logró escapar de las manos asesinas de la garrosha y al mismo tiempo salvar sus adorados videos pornosos de tooodas sus couples favoritas*

Feli: O_O acabo de recordar… que este fic se supone que es YunJae & YooSu… ¡y la garrosha maltrecha se ha hecho de nuevo del protagonismo! o_ó

Min: *sonríe ampliamente* es inevitable, tengo miles de fans alrededor del mundo, además me veo súper bien con MI Kyousuke

Hamao: *///////*

Feli: -_________- tienes el ego mega inflado garrosha maltrecha

Min: esta vez no voy a molestarte solo porque has dicho una verdad inevitable ¡soy protagonista! *ríe perversamente (?)*

Feli: -___________________________________________-

YooSu&YunJae: T___T incluso en momentos como estos, solo aparecemos para ver que somos dejados en el olvido


Feli: Ya Ne!!! 

Maki: *se asoma* bueno visto ke ya dejaron de peliar xD hago publicidad descarada *O* toda akella ke kiera ser miembro del club de luke *u* dejelo dicho en su comentario y en el sig capitulo subire la lista y un boton *0* 



PD ia se que van a decir que el cap quedó corto xD es que invadir la privacidad de la garrosha es difícil xDD