Capítulo 2 VAMPIRE

Ya sé, un tanto tarde, lo lamento, mil cosas en la cabeza y un ratón mareado que no sabe ni en qué file escribir xD

CAPÍTULO II. NECESIDAD

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Lejos de maldad o justicia, solo necesidad, solo eso… solo Necesidad de Sangre…

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Distrito Jongno-Gu

Jaejoong no sabe cómo pasó o porqué, pero estar entonces en aquella habitación de un lugar secreto se convirtió al mismo tiempo en su más grande placer como su peor pesadilla pues su orgullo había sido sometido. Yunho había cumplido su promesa de tenerle… y ¡joder! Que bueno es en el sexo.

Tal vez los años de experiencia con a saber qué cantidad de amantes le ha dado aquel conocimiento exacto de cómo volverle loco con las caricias certeras sobre su piel… le había tenido desde el instante en que le ganó en aquella batalla ardua en el que ambos demostraron su habilidad para la lucha como lo hicieron al seducirse mutuamente con movimientos sexys que elevaron un calor que hace tiempo demandaba por emerger sin reserva desde sus entrañas.

Yunho había desgarrado las ropas de Jaejoong con sus puntiagudas uñas que crecen a su antojo bajo las órdenes de sus pensamientos. Había disfrutado de aquella mirada furiosa que destellaba inconformidad al saberse sometido por un vampiro que tiene fama de guerrero inquebrantable como misterioso. Y entonces ambos tenían un poco de aquello tan mortal revestido bajo la frase “desea lo que se te niega y cae seducido por el misterio de lo desconocido”; porque no había existido modo de que escaparan de aquel deseo latente de sentirse, de saborearse y provocarse hasta los más perversos extremos del placer.

¿Una relación sadomasoquista?
Altamente probable.

Porque disfrutaba como nunca aquellas tortuosas caricias que le robaban el aliento y aceleraban su pulso, adoraba la presión de aquella dentadura perfecta cerrándose en torno a sus pezones o cualquier otra porción de piel en su camino.

Ninguno de los dos vampiros podía entenderlo, o tal vez no querían; porque no había concepción en su mundo para aquellas sensaciones que sobrepasan el calor de sus cuerpos y vibran en aquella parte de sus seres que, quizá denominada alma, les lleva cada vez a compartir aquellas caricias insensatas y demandantes que caen con vehemencia y urgencia. Era la extraña compatibilidad de sus caracteres, o la forma tan idónea con que encajan sus cuerpos cuando se funden, o el destello de calor ascendente que les rodea cuando se rozan sus pieles, o el peculiar estallido en el vientre cada que fusionan sus labios.

O la sensación de plenitud que viene cuando son sus colmillos los que se entierran certeros en la piel del otro y sus labios los que se humectan de aquella sangre con sabor peculiar a la que se han vuelto adictos en un santiamén.

- ahora eres mío… - Yunho jadeó sonriendo victorioso cuando apartó sus colmillos del cuello del pelioscuro, teniéndole aún bajo su cuerpo, sudoroso, excitado, sonrojado por aquella causa, alterado por las caricias que su mano dejan al jugar con la punta de su miembro erecto…

- no… no apresures las cosas, Yunho; no soy un objeto al que puedas catalogar como de tu propiedad… - el pelioscuro sonrió con seguridad, consciente de que ahí, esposado a la cama con ése vampiro inquieto y dominante no tenía tantas opciones como para hacerse el autosuficiente… pero le gusta, provocar al moreno hasta desquiciarle y llevarle a las más locas y salvajes de sus facetas porque sí…

Es la necesidad del reto continuo lo que le motiva a caer bajo las órdenes de Jung Yunho.
Y él, nunca se permite perder, sin importar qué tan grande o peligroso sea el desafío, se considera un ganador nato.

Después de todo, qué es un vampiro sino un ente egoísta que vive solo para la satisfacción de sus deseos, sin importar el origen del que vengan.

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Seúl, Corea
Distrito Yongsan-Gu
Mansión Shim

- Takiguchi Yakihiro… - se presentó el mismo joven de rasgos japoneses que un par de días antes partiera de Tokio con la única consigna de volver con su “hermano” bajo su custodia…

- ¿Y a mí qué demonios me importa quién seas?... – el chico de cabellos ébano cuestionó con tono serio, con ese semblante de omnipotencia que raya en el sentido de supremacía que desquiciaría a cualquiera…

- se nota que no tienes idea de lo que has venido haciendo en los últimos 50 años al tenerle cautivo… - el japonés dijo torciendo una sonrisa sórdida en sus labios… de aquellas que ChangMin se creía el único capaz de mostrar…

- ¿Cautivo? No tengo a nadie cautivo…

- ¿Y ese montón de esclavos que tienes a tu servicio? ¿O es que te consideras de verdad un ser superior con la capacidad y la autoridad para hacer tu voluntad a diestra y siniestra?...

- suficiente he permitido con aceptar tu inapreciable visita, habla claro de una vez o lárgate… - el morocho dijo con cierto tono mordaz, sus pupilas brillaron y el japonés pudo percibir su naturaleza vampira despertar… sin duda, Shim ChangMin es de los vampiros más poderosos que ha conocido…

- Es tu derecho y mi responsabilidad, sé que tienes a Joong Ki bajo tu cuidado, o lo que es lo mismo para mí, como tu esclavo…

- Él no es mi esclavo, y aún si en algo su existencia bajo mi techo tuviera algo que ver con tenerle cautivo y bajo mis autoritarias órdenes, ¿Qué tienes tú que ver con él?

- cuando le transformaste creíste que se trataba solo de otro simple mortal de buen linaje… - los ojos del de cabellos ébano titubearon con interés… - es natural que la gran mayoría de los vampiros hoy en día no sepa de dónde venimos o qué tan poderosa es realmente nuestra naturaleza sobrenatural… pero pensé que alguien tan intelectual como tú se habría tomado la molestia de investigar por lo menos un poco sobre su propia existencia…

- nadie viene a mi propia casa a mofarse de mí… - gruñó el de cabellos ébano con clara molestia porque sí, sabe que ha dejado demasiados cabos sueltos en torno a Joong Ki, pero nadie le echa eso en cara ni se engrandece de su ignorancia… no al menos sin que él haga por lo menos algo al respecto, y eso de entrada es, no quedarse callado…

- no me mofo de ti, Shim ChangMin; por el contrario, me ocupo de venir hasta ti a ofrecerte valiosa información sobre ése muchacho a quien tanto custodias…

- ¿Y a cambio de qué me ofrecerías tal fortuna?

- entrégamelo…

- no… - acotó de inmediato con tono grave… la misma reacción que sucedía cada que alguien se atrevía a insinuar apartar al muchacho de cabellos oscuros de su lado… y sus ojos color ónix brillaron con furia… - Joong Ki es mío… - siseó con aprehensión…

- Joong Ki no puede pertenecerte… porque él ya fue mío antes de ti… - el japonés dijo y entonces ChangMin se lanzó contra él sin miramiento alguno, le sujetó del cuello y presionó con fuerza…

Takiguchi sonreía a pesar de la circunstancia, podía comprender con mayor detalle cuán importante era su “hermano” para el otro vampiro y porqué a pesar de sus intentos por mantenerle bajo su cuidado como su favorito, tantos se atreven a buscarle… después de todo, la mutación había iniciado finalmente…

Y el mortal que nació como demonio convertido en vampiro fue. Y por aquella gracia, en el vampiro-demonio más poderoso del planeta se convertirá…

- si te atreves a volver a venir, no dudaré en matarte, Takiguchi Yokihiro, nadie va a arrebatarme a Joong Ki… - el de cabellos ébano aseguró y sus uñas crecieron enterrándose en los costados del cuello del japonés, donde su mano continuaba cerrada presionándole con fuerza, cortándole la respiración…

- ChangMin ah… - hasta que la suave voz del muchacho de cabellos oscuros cruzó el ambiente tenso de la sala…

- ¿Qué haces aquí?… - el de cabellos ébano soltó al japonés y volvió el cuerpo hacia atrás, Joong Ki retrocedió un paso por instinto… no le gustaba cuando su amo se enojaba, porque lejos de castigarle físicamente lo hacía enrollándose con alguien. Y eso cada vez dolía más sobre su corazón…

- dijiste que saldríamos hoy, hace 10 minutos… - el muchacho de cabellos oscuros respondió mirando detenidamente al visitante, que obviamente, le resultaba desconocido… o tal vez no del todo, cuando su mirada se encontró con la del japonés sintió una punzada en la cabeza…

- bien, espérame aquí, acompañaré a nuestro invitado a la salida…

- nos vemos, Song Joong Ki… - el japonés se despidió agitando la mano y dedicándole una sonrisa… como si fueran conocidos…

- ¿Song?... – ambos, ChangMin y Joong Ki, murmuraron confundidos…

Nunca antes un apellido había sido asociado al nombre del muchacho de cabellos oscuros.

- Ya Ne… - Takiguchi dijo y salió por cuenta propia de aquella Mansión…

Dejando detrás total confusión.


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En algún bar de la ciudad…

La noche cayó y fue hora de iniciar la vida nocturna para aquellas criaturas sedientas de liberación banal. Hora también de acuerdos, de traiciones, de venganzas. No importa el linaje al que pertenezcas, todos tienen secretos, todos deben favores; bajar la guardia no era una opción, pero muchos caían en aquel error. No existe la confianza (aunque se hagan alianzas) ni la lealtad, pero abundan los recelos y las injurias.

Y nadie escapa de aquello.

Park Yoochun lo sabe perfectamente. Y así, con vista agudizada y sonrisa pícara, seguía cada movimiento de aquel chico pelirrojo que tontea con una muchacha en la pista del antro. Hay un ardor en la boca del estómago, es ira contenida que se niega a reconocer, la disfraza con aquella actitud indiferente que lo lleva a responder ante aquella provocación con el mismo acto, entierra sus dedos en aquella cabellera teñida perteneciente a aquella escultural mujer que juega en su pecho mientras se pega a su cuerpo.

No le importa. Carece de excitación alguna ante el calor insinuante de aquellas caricias femeninas que no escatiman en intención. Yoochun mantiene la mirada fija al frente, moviendo sus propias manos tirando suavemente de aquellos mechones teñidos y burbujeando en la delgada cintura femenina; imagina que podrá obtener alguna reacción cuando aquellos ojos color chocolate reparen en su figura.

Lo desea, lo anhela, lo demanda.

Y es entonces que sucede. Kim Junsu siente un escalofrío correrle por la columna vertebral y como acto reflejo vuelve la mirada. Escudriña entre las docenas de personas apretujadas en la pista y culmina en la barra del bar, lo ve y siente un vuelco en el estómago cuando se percata de aquella lengua femenina recorriendo esa piel en el cuello del pelinegro que apenas dos noches atrás él marcara con la propia; topa la mirada y se engancha cuando aquellas profundas orbes oscuras le miran con detenimiento y examinan la reacción de sus pupilas.

El pelirrojo sonríe de medio lado y aprieta los puños en un gesto inconsciente por contener el repentino enojo. Esa chica peliteñida tocaba territorio prohibido y merecía la más lenta de las torturas por tal atrevimiento; las pupilas achocolatadas brillan y un destello dorado las pigmenta al mismo tiempo que siente el ardor acrecentarse y sus colmillos amenazan con revelarse. Se relaja y se convence mentalmente de que no tiene motivos para pensar así… que ellos no son más que amantes, y que como él, tienen esa necesidad carnal de la satisfacción de cada deseo aflorar desde las entrañas.

Sujeta más de cerca a aquella chica de la que no recuerda siquiera su nombre y cuyo perfume le resulta demasiado empalagoso y molesto; pero le resulta imperioso aquel juego de seducción que de un segundo a otro sabe acaba de iniciar con el pelinegro. Se sostienen la mirada y comparten una sonrisa, hay fuego en sus pupilas y calor emergiendo por cada poro de piel.

La chica sentada a lado del pelinegro en aquel espacio VIP tenía en su rostro dibujada la expresión extasiada que las atenciones de Yoochun le estaba proporcionando… pero Park tenía su mirada clavada en ese pelirrojo que en aquel momento baila cadencioso en la pista de baile, pegado a aquella fémina que sonríe dichosa por aquel roce provocador, pero Kim tampoco le presta atención, su mirada prendada de aquél profundo universo que lo succiona sin miramientos.

Se seducen al mismo tiempo que reclaman en silencio el hecho de que las manos del otro acaricien un cuerpo que no es el propio. Una mano del pelinegro viajó por el muslo femenino pasando a la parte interna y filtrándose por debajo de aquel vestido entallado que cubría apenas lo indispensable; la fémina tembló y exhaló un suspiro cuando los dedos del pelinegro se internaron descaradamente entre su ropa interior tocando su sexo.

Junsu sonrió de lado con molestia al notar aquel rasgo de absoluto placer cruzar las facciones de la acompañante de Yoochun, él, satisfecho al notar en la mirada achocolatada la furia de su movimiento, continuó provocándole al permitir que la mujer acariciara parsimoniosamente su torso luego de desabrocharle los botones inferiores de su camiseta púrpura.

Las caderas del pelirrojo se movieron entonces con un compás diferente, sensuales elipses que delinearon a la perfección la S Line de su cuerpo. la chica que baila con él podría haberse sentido intimidada por la gracia con que el pelirrojo se mueve, pero era tal la admiración y el deseo que atinó a tratar de seguir sus movimientos y rozar su trasero contra la parte delantera de Kim buscando incentivar su excitación. Ésa que se disparaba solamente por aquellas miradas que ambos vampiros se dedican mientras imaginan que provocan el celo del otro. A Junsu no le motiva el roce de aquél cuerpo femenino y desearía que fuera su intimidad la consentida por los dedos de Yoochun; y es Park quien muerde sus labios con sensualidad mientras imagina que aquella cavidad caliente que humedece sus dedos es la estrechez de su amante.

Continúan así hasta que la calentura es tal que no pueden menos que abandonarse al deseo de sentirse; ya no es solo la necesidad del sexo con cualquier cuerpo (mortal o inmortal, hombre o mujer), es el anhelo específico del otro, de su calor, sus caricias… sus besos.

Abandonan sin más a las chicas que habían estado recibiendo sus favores y sin perder el tiempo caminan con prisa y entre el mar de gente al encuentro del otro. Se besan insaciablemente ahí, hacia el final de la pista y el perímetro de las mesas. Yoochun le atrae por la nuca con fuerza y se devoran los labios con vehemencia, Junsu se abraza a su cintura y se deja dominar esa vez. Jadean y se buscan una y otra vez como si de pronto no fuese suficiente el tiempo entre beso y beso. Desaparece la gente y el murmullo alrededor, quedan solo ellos dos y las ganas de fundirse en uno; pero hay suficiente consciencia para recordar dónde están y saber que no desean darles un espectáculo gratuito montándoselo ahí mismo delante de aquellas miradas que envidian el lugar de cada uno. Yoochun gruñó por lo bajo ante la idea de una orgía, aunque llegó a observarlas (no por nada lleva cientos de años viviendo), nunca le ha gustado ni un poco la idea de compartir lo que considera suyo…

Y Junsu definitivamente le pertenece.
No piensa consentir nada diferente a ello.

No transcurrieron demasiados minutos hasta que llegaron a una de las varias residencias de Park (cuanta con varias alrededor del país, todas y cada una de ellas legado de su familia, la casi extinta casta a la que pertenece pero de quienes rara, muy rara vez, se le escuchará hablar), hacía algo de calor y a ellos simplemente les apeteció hacerlo en la piscina del amplio patio trasero de la residencia.

Sabiéndose solos en aquel lugar, las prisas desaparecieron y regresó la calma de la seducción. El pelirrojo estaba sentado a horcajadas en la cadera del pelinegro, besándose incansablemente, disfrutándose como si de pronto el tiempo se hubiera detenido y nada más importara.

La camiseta púrpura del pelinegro estaba completamente abierta pero aún en su cuerpo, mientras que la del pelirrojo hace rato había quedado en un sofá de la estancia cuando llegaran a la casa.

- ¿Pensabas acostarte con esa tipa?... – Yoochun fue el primero en cuestionar sin poder sacarse de la mente el celo.

- ¿Pensabas hacerlo tú?... – Junsu devolvió el cuestionamiento deteniéndose un instante para mirarse.

- por supuesto, Ella estaba muy caliente… mhhh… - gimió ronco cuando el pelirrojo reveló sus uñas y arañó el torso mirándole con ironía… - ¿Estás enojado, Su?

- ¿Debería?... – siseó molesto, rasguñando otra vez la misma porción de piel a lo largo del torso del pelinegro, quien gruñó sin tomar en cuenta aquel dolor que en realidad le encantaba y excitaba más… porque sabe que es muestra de celos…

- no, no debes… - sonrió y sus manos apretaron el trasero de su amante… - estoy contigo, ¿No?

- soy mucho, mucho mejor que cualquiera con quien puedas revolcarte, Chun… - señaló con voz seductora, acercándose a esa boca tentadora que exhala aire caliente y busca la suya negándole entonces el contacto de sus labios, irguiéndose de nuevo y levantándose de su regazo… estaba molesto, no quería un beso en ése momento, no cuando solo pensaba que a saber cuántos más han tomado esa boca que quisiera solo, exclusivamente solo suya…

- jamás he negado que seas el mejor… - le siguió con la mirada y vio al pelirrojo darle la espalda mientras se baja el pantalón hasta media cadera y descubre que no lleva ropa interior… el calor le aumentó varios grados más y se relamió los labios con hambre de aquel cuerpo…

- Yoochun, ¿Alguna vez te has preguntado por qué somos así?... – el pelirrojo cuestionó de pronto elevando la mirada al cielo…

Park le contempló en silencio. Ése Junsu semidesnudo parado al filo de la piscina con el fondo nocturno de un paisaje sumergido en las penumbras y aquella media luna colgando del firmamento era un cuadro sinigual. Le hacía sentir extraño y meditaba el cuestionamiento que su amante le hiciera. Había tantas formas de responder a ésa pregunta. El pelinegro se puso de pie y caminó hasta quedar detrás del pelirrojo, rodeó su cintura y acarició la piel tibia.

- tenemos cosas más importantes que hacer en lugar de pensar en eso, Junsu; somos quienes somos porque así nacimos, así nos ha formado la historia. No le des tanta importancia… - declaró y sus labios cayeron sobre el hombro derecho comenzando a repartir besos húmedos hasta llegar al cuello…

Kim no dijo nada aunque hubiese querido replicar, después de todo había mucho de cierto en las palabras de su amante; de hecho, conoce tan poco de Park. Sin embargo, no quería pensar demasiado, optó por dejarse hacer, ladeando el rostro para dejarle espacio y disfrutar de esos escalofríos que solo vienen cuando es Yoochun quien le toca y besa. Y aunque trató de no pensar, el pelirrojo sintió una especie de vacío cuando pensó que no era tan simple como el hecho de ser un vampiro de nacimiento… que estaba detrás todo lo oculto, el dolor del pasado con un padre que consintió todos sus caprichos y una madre que llevaba a todos sus amantes a casa sin importar que aquella lujuria fuera presenciada por sus ojos o escuchada por sus oídos. Sintió un pequeño mordisco en su espalda y recordó la primera vez que un hombre marcó su cuerpo. Un vampiro con poder a quien había sido ofrecido en su edad adolescente por su propia madre…

- ¿Por qué tiemblas?... – la voz ronca del pelinegro sonó en sus oídos y aquello desconectó a su mente de aquellas memorias…

- hace fresco… - el pelirrojo respondió con voz suave, girándose para acercarse del todo al cuerpo de su amante y besarle con calma…

Park se extrañó por el repentino comportamiento del pelirrojo pero no quiso indagar, lo apretó contra su cuerpo y decidió retomar la pasión de las caricias y los besos. No sabía lo que ocupó los pensamientos de Junsu por esos segundos, pero le conoce lo suficiente como para saber que no temblaba de deseo o frío, lo hacía como cuando se tensa y es tal la furia que circula por sus venas que controlarla se vuelve una batalla interna. Yoochun ha aprendido a diferenciar la molestia, el enojo y la ira en Junsu. Como cuando estaban en aquel bar, hubo molestia y rayó en enojo pero sabían que era una especie de juego lícito por ambos.

Y aquello por sí mismo era un arma de doble filo.

Yoochun sabe que tarde o temprano se ha de herir, porque demasiado poder tiene Junsu sobre sus pensamientos y acciones.

Así, entre besos, caricias y evasivas de pensamientos profundos, ambos terminaron desnudos flotando en las tibias aguas de la piscina. Se sentía diferente cada beso, cada mirada, cada roce, como si buscaran inconscientemente asegurarse de que sí, encajan como un puzle y son el uno del otro las únicas piezas que se pueden complementar así.

Aunque el corazón de un vampiro, esté destinado a la soledad.

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Corea, 1905

“Vagar en las montañas en busca de su presa…como un lobo hambriento.”

El joven de tez morena vivió en tiempos de agitación uno de los momentos más difíciles de su existencia sobrenatural. Vampiro mantenido en el anonimato por su propia seguridad… vio caer a su única familia bajo el yugo de un poderoso almirante de la resistencia coreana…

Y ahí, juró su venganza… planteándose la única misión, matar al hijo de aquel hombre llamado Kim Hwang…

- y Jaejoong será mi presa favorita…




Continuará……




Y sí, maybe corto, pero espero lo encuentren interesante, espero recibir muchos comentarios aunque ia se que les da algo de flojera Xd