Capítulo 9 LOVE IN THE SOCCER

Pues acá nos aparecemos Maki y yo para dejarles nuestro regalo de Navidad~ y por supuesto, nuestros buenos deseos también. Esperamos que este día lo pasen content@s con sus familias, amigos, pareja y cualquier persona importante en sus vidas. Que sea una noche cálida llena de cariño, de recuerdos inolvidables y mucho amor ♥

Sin más por el momento, les dejamos actu y por acá nos vemos el 31 tbn ;D

CAPÍTULO 9.

¡ES MI CAMPO DE JUEGO!

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Seúl, Corea

Mansión Kim  

La Sra. Kim estaba más que encantada con la chica que esa tarde ha ido a comer a su casa, de buena familia, de buenos modales, de buena historia y además de todo, preciosa. Para la señora ésta chica en cuestión era simplemente perfecta para su hijo.

- Jaejoong debe estar por llegar, esta mañana recién ha llegado de un viaje de negocios pero apenas le llamé aceptó contento de venir a visitarme.

- Su hijo es popular Sra. Kim; me alegrará mucho si él acepta solamente permitirme conocerle… - la chica sonrió cálidamente mientras da un sorbo a la taza de té que la servidumbre ha acercado un par de minutos atrás.

- Ga In, querida; espero que ustedes se conozcan y se lleven tan bien que me den la agradable sorpresa de un matrimonio…

Minutos más tarde Jaejoong arribó. No le extrañó del todo que una invitada estuviera en casa, lo imaginó apenas su madre insistió en que le visitara. De modo que no tuvo más remedio que ser amable y saludar…

- Ga In-ssi… - una venia pero nada de sonrisas. El pelioscuro no iba a permitir que su madre se aprovechara de cualquier gesto suyo para amarrarle a esta chica.

- Jaejoong-ssi… - la chica correspondió el saludo con una sonrisa.

- Oh por favor querida, estoy segura de que a Jaejoong no le molestará en absoluto que le llames “oppa”…

- Mamá…

- ¿Puedo llamarte “oppa”?

Jaejoong miró a la chica con el “NO” hormigueándole en la garganta, pero su madre se le adelantó…

- Claro que puedes. Ahora vamos todos a comer, JaeSung no vendrá porque tiene una reunión importante…

La tarde fue incómoda. Realmente incómoda para Jaejoong, con su madre lanzando consejos sobre cómo deberían comenzar una relación y Ga In siendo entre tímida y condescendiente con su madre pero al mismo tiempo dirigiéndole miradas de convencimiento a él.

Poco después recibió un mensaje a su móvil, unas simples palabras que le hicieron sonreír contento y hasta sonrojarse un poco. Gesto que no pasó desapercibido para su madre pero que de momento la Sra. no cuestionó.

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Universidad Autónoma Seúl

Área Deportiva

El entrenador Jang está más que satisfecho con el resultado final de los entrenamientos en Incheon, sus muchachos descargaron mucho de tensiones y ahora incluso trabajan mejor en equipo –no que antes no lo hicieran, simplemente parece haber más compañerismo–; excepto por un detallito…

- ¡Park Yoochun, deja de gritarles a todos!

- ¡Le miran el trasero a mi novio, entrenador! ¡No puedo quedarme de brazos cruzados! – sí, tal detallito eran los celos inoportunos y hasta cómicos del pelinegro.

Tras escucharle reclamar aquello la mayoría de sus compañeros soltaron la carcajada limpia y hasta le respondieron cosas tales como: “es culpa de Junsu por tener tan buena retaguardia”, “no seas celoso y comparte”, “si lo cuidas tanto lo enfadarás”; entre otras cosas. El pelirrojo por su parte había enrojecido –para variar– pues ser centro de atención de aquella manera no es justamente agradable, ni desagradable tampoco. Solo es extraño.

- ¡Te comportas o te saco del equipo titular!

- ¡Entrenador!

- ¡¿Está claro?! – Yoochun refunfuñó emitiendo gruñidos sin sentido… - ¡Yoochun!

- ¡Sí señor!

Luego de aquel acuerdo entre el entrenador y el pelinegro, las prácticas culminaron sin mayor contratiempo. En los vestidores los compañeros de los chicos no pararon de molestarles, y Junsu no tenía manera de defenderse excepto reclamándole a su novio, dándole algunos golpes y negándose en absoluto a dejarle siquiera abrazarle.

- ¡Quítate! ¡Por tu culpa me siento tremendamente avergonzado! ¡Ratón tonto, celoso! – exclamaba tras cada manotazo para alejar las manos de su novio que se empeñaban en asirse a su cintura… - ¡Chunnie~! – pucheando finalmente cuando el pelinegro consiguió su objetivo.

- Oye, no puedes culparme totalmente de lo sucedido, es tu culpa también por tener un cuerpo tan sexy, y más por tener ese trasero tan apetecible. ¿Crees que haya alguna operación para quitar trasero?

- ¡No pienso operarme!

- Pero sería una solución inmediata, baby Susu…

- ¡Cuando decidiste amarme se supone que lo hacías tal como soy! – el pelirrojo le empujó librándose del abrazo y saliendo a prisa de su alcance.

- ¡Mierda! – Yoochun comprendió que había metido la pata y hasta el fondo… - ¡Junsu! ¡Junsu espera! – salió corriendo tras de él pero está seguro de que le costará algo más que bonitas palabras o besitos contentarle.

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STRONG BODY GYM

Seong Jo ahora sí que tenía motivos para negar las invitaciones e insinuaciones de cuanta chica o hasta chico se acercara a él con aquellas intenciones. No es que antes él no se hubiera percatado de aquello, simplemente pasaba de largo porque no le interesaba ni tenía razones para desmentir nada. Pero ahora, tiene a ChangMin.

Y ChangMin es un chico increíble como para hacer cualquier tontería que pueda herir sus sentimientos o hacerle dudar. Además, ha comprobado que sí que le presta atención. Aunque sus celos son algo curiosos y hasta le halagan. O tal vez sea simplemente que no está acostumbrado a ser objeto de celos.

- ¡Seong Jo hyung! – cierto pelirrojo saludó efusivamente. El preparador físico vio entonces llegar a Junsu, Yoochun y… a su novio. Incluso en sus pensamientos pensar a ChangMin como su novio no dejaba de ser raro. Todavía le asusta un poco la diferencia de edad, se pregunta inevitablemente si unos meses o años más tarde ese amor que el morocho le profesa no se extinguirá.

- Hey chicos… - les recibe con una sonrisa afable, como suele hacer, notando ese ceño fruncido de parte del pelinegro porque ha abrazado al pelirrojo. Mientras que ChangMin simplemente aguarda a recibir su propio saludo… - ChangMin ah… - saludo que llega pronto, un beso corto que hace sonrojar al morocho y sonreír también algo avergonzado al mayor.

- Sí, sí, sí. Dele besos a su novio, hyung, ¡y no abrace tanto al mío!

- ¡Yoochun! – el pelirrojo respingó.

- ¿Qué? Es tu culpa porque no me has dejado abrazarte…

- Eres tú quien quiere que me opere y a saber cuánta tontería solo por ser un celoso tonto…

- Estaba hablando solo por hablar. Sabes bien que me encantas tal como eres…

- ¡Pues la próxima vez piensa antes de hablar!

- Ok, ok. Procuraré pensar antes de hablar, pero ya no estés molesto conmigo, ¿sí? – le abraza y es él quien hace pucheros esa vez. Junsu cede un poco y se deja hacer, intentando fuerte no dejar que la sonrisa se expanda por su boca ante los gestos curiosos de su novio.

Fallando en el intento pues inevitablemente la sonrisa se expande en sus labios y pronto terminando regalándose cortos besos.

- ¡Ay por favor! Ustedes necesitan un hotel… - el morocho fingió arcadas ante la escena melosa.

- Vamos ChangMin ah, hay un aparato nuevo que quiero que pruebes…

- Eso sonó tan pervertido, hyung… - y no, no fue el morocho quien habló, sino el pelinegro.

- ¡Cállate idiota! – sí, ese sí fue ChangMin. Seong Jo se sonrojó tenuemente. Las cosas que los jóvenes piensan hoy día con cualquier tipo de palabra.

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Departamento de Jaejoong

El pelioscuro ajusta la chaqueta a su cuerpo mientras se mira al espejo. Se siente algo nervioso y ansioso, Yunho se ha tomado bastante en serio eso de invitarle a cenar apenas regresaron pues le ha citado, aunque el domicilio le resulta bastante familiar pero no lo ha indagado.

- No tengo por qué estar tan nervioso tampoco… - dice para sí en tanto peina con sus dedos su lacio cabello negro. Suspira y trata de relajarse mirando una última vez su silueta ante el espejo de cuerpo completo.

Jeans rectos en tono claro, playera rosa pálido y la chaqueta del mismo tono de los jeans. Algo casual y cómodo, un atuendo que no haga sentir inferior al moreno. Su… futuro novio. Aunque claro está ellos han iniciado algo en Incheon. Solo espera que esa noche Yunho se lo pida, él sabe que dará una respuesta afirmativa. Tal vez no está perdidamente enamorado, pero le gusta tanto que no le vendría de sorpresa llegar a sentir aquel profundo sentimiento.

- Bueno ya, o llegaré tarde… - suspira una vez más antes de salir rumbo al sitio donde el moreno le citó.

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Yunho está inquieto. Su primer cita real con Jaejoong y él no sabe si esta idea ha sido la mejor que se le pudo haber ocurrido. De cualquier manera, no hay vuelta atrás. Recuerda agradecerle a su madre apenas regrese a casa si es que esta noche le va bien, la Sra. Jung le ha ayudado a cocinar los platillos que conformarán la cena.

Y está ahí, esperando pacientemente la llegada de su futuro novio. Da una vista rápida a todo para asegurarse de que esté como debe estar. La manta sobre el pasto bien extendida, el canasto con los alimentos, las copas y la botella de un buen vino tinto que ha comprado por primera vez en su vida –sobra decir el lío en que se metió para adquirirlo pues le pedían identificación oficial, habría de ser mentira que aún le vieran como a un crío–, el panorama es perfecto, un agradable lago artificial y el reflejo sobre sus aguas de la luna redonda que se alza en el firmamento estrellado. Esto debería calificar perfectamente como romántico, ¿cierto?

El ruido de un auto estacionándose le saca de sus pensamientos. Yunho voltea y se encuentra con los faroles delanteros del auto de Jaejoong apagándose. La respiración se le corta al verle bajar, tan atractivo y relajado que se pregunta si es que él podrá tener esa paciencia algún día, que su corazón se ha inquietado como potro desbocado contra su pecho.

- Jaejoong ah…

- Buenas noches, Yunho ah…

Se saludan con una sonrisa, notoriamente nerviosa en el moreno, disfrazada en el pelioscuro. Se miran un segundo antes de tener el valor –sí, los dos– de besarse, no muy largo, no muy corto, lo suficiente para memorizarse otra vez el par de labios que se saben ya de memoria de hecho; lo suficiente para saborear de nuevo el peculiar elixir en la boca del otro, el mismo que probaron contables ocasiones antes en Incheon, el que extrañaron a su llegada pues desde entonces no habían podido besarse. Bien, quizá fue más largo que corto, solo quizá. ¿Algún enamorado puede decir con certeza cuánto tiempo dura un beso? No.

- He… - el moreno carraspea pateándose mentalmente por su renovado nerviosismo. ¡Tiene que comportarse como hombre!... – he preparado este lugar exclusivamente para ti, espero te guste. Bueno, no es que lo haya preparado en sí, el lugar ya estaba por de sí, solo se me ocurrió que sería el sitio perfecto para una cena romántica… - se largo en explicar. No, este no es el comportamiento de un hombre. Otra patada mental por favor, gracias.

- Yunho ah… - el pelioscuro se permitió una sonrisita. Le gusta ver al chico tan nervioso, así al menos sabe que le es sumamente atrayente, quizá sea su atractivo físico, o quizá es verdad y el moreno está muy, muy enamorado de él… - está perfecto, gracias… - se sienta sobre la manta y espera a que el moreno le siga.

- Lo siento, la verdad es que estoy muy nervioso. Quiero que esta cita sea inolvidable para los dos… - admite entre sonrisas nerviosas en tanto se sienta junto a él y toma las copas de cristal vertiendo un poco de vino en cada una.

- Es inolvidable, porque es la primera vez que tengo una cita que realmente quiero, Yunho ah… - acepta su copa y sonríe, algo avergonzado a decir verdad.

- ¿En serio? – cuestiona con ojos brillantes. El mayor asiente antes de probar de su vino. Delicioso, perfecto. No es el mejor ni el más añejo, pero es ofrecido por el moreno y eso lo vale todo… - También eres mi primer cita.

- Bueno, no somos tan mayores tampoco, es normal que no tengamos muchas citas por ahí… o que nos enamoremos de cuanta persona conocemos…

- Eres el primer chico del que me enamoro.

- ¿De verdad?... – el moreno asiente algo más avergonzado y nervioso, pero no menos sonriente… - ¿Puedo hacerte una pregunta personal?

- Dispara… quiero decir, pregunta lo que gustes…

- ¿Cuándo supiste que… que eres gay?

- Oh… - el moreno se removió un poco inquieto… - Creo que siempre lo supe, o al menos siempre fui diferente a los demás, me llevaba bien con todos sin importar que fueron chicos o chicas, pero las niñas siempre me inspiraron un sentimiento de hermandad, nunca llegaron a gustarme realmente.

- ¿Antes llegaste a pensar si podías no ser… no serlo?... – el pelioscuro le pregunta con algo de incomodidad. Teme que esta conversación gire de modo tal que eche a perder el momento que ha iniciado tan bien. Pero no niega que quiere conocerle, que quiere sentirse quizá seguro de con quién está por iniciar una relación formal.

- Cuando era adolescente llegué a preguntármelo. Pero fue porque no quería decepcionar a mis padres siendo como soy, una vez hablé con ellos acerca de cómo me sentía. Fue un caos, mis padres no paraban de culparse, de preguntarse si habían fallado en algo al criarme, si tal vez yo estaba mintiendo y solo quería llamar la atención. En casa todo fue tensión durante algún tiempo, yo estaba muy avergonzado y arrepentido y casi no me atrevía a mirarles a la cara siquiera, hasta me planteé salir de casa y desaparecer para ellos, creía que tal vez eso les daría algo de tranquilidad. Luego de pronto un día ambos hablaron conmigo. Me dijeron que lo aceptaban, que todo lo que podían hacer era amarme como era, como había decidido ser. Claro que para esto pasaron meses enteros, y fue muy difícil. ¿Tus padres saben que eres gay?

- No… - el mayor atinó a responder, todavía algo perdido en las imágenes que se formó en la cabeza al seguir el relato del moreno.

- ¿Piensas decírselos? – el moreno cuestionó con algo de inseguridad, él no se había planteado el hecho de ocultar su relación (la que está por iniciar formalmente apenas le pregunte).

- Aún no… - el pelioscuro respondió. Luego hubo un silencio, incómodo a decir verdad… - tengo hambre, qué has traído… - hasta que el pelioscuro rompió el silencio cambiando intencionadamente de tema. No encuentra sencillo hablar de su homosexualidad con sus padres. Menos ahora que su madre se ha empeñado en liarle con una chica.

- Mi madre me ha ayudado a preparar… - el moreno sonríe y se destensa, se dice a sí mismo que no dejará que esta conversación arruine de ninguna manera la velada.

Y lo cumplen, ambos se olvidan de aquellos minutos por el resto de la noche. Terminan la cena y se quedan sentados uno al lado del otro observando la panorámica, platicando de otras cosas más divertidas, de los típicos momentos vergonzosos de la infancia o la adolescencia, incluso de los más recientes en su estrenada adultez. La botella de vino se encuentra medio vacía, y las copas de cristal olvidadas en la manta con una gota de licor en el fondo. Ellos.

Ellos están ocupados besándose.

Besándose con repentino anhelo, con sofocante calor, con pasión. Quizá un poco embriagados del gusto de tenerse así, de saberse juntos. Hace un minuto Yunho se lo ha preguntado, directo y sin rodeos, ¿Quieres ser mi novio, Jaejoong ah? Recibiendo ese Sí que el mayor ha tenido guardado para él desde Incheon. Luego, simplemente habían actuado como la ley del magneto, atrayéndose y uniendo casi desesperadamente sus bocas.

Jaejoong terminó recostado sobre el mantel, con Yunho encima devorándole los labios, lamiéndole, mordiéndole, saboreándole. El roce de sus cuerpos les estaba aumentando también la temperatura, y no es que planearan hacer nada más ahí donde todavía alguien podría llegar y verles. Claro que, no hay demasiado espacio para los razonamientos cuando besarse así se siente tan bien, cuando las manos del moreno sujetan su rostro y acarician sus mejillas, cuando alcanza sus piernas y desliza suavemente las manos por sus muslos. Cuando el calor en las mejillas de ambos delata el deseo latente de fundirse en uno.

La perfecta atmósfera es interrumpida por el sonido del móvil de Jaejoong. Les toma algunos segundos salir de su burbuja y atender.

- ¡Maldición! – el pelioscuro bufa por lo bajo con frustración. El nombre de Ga In parpadea en la pantalla de su móvil. Seguramente su madre ha guardado el número de la chica sin preguntárselo esa tarde.

- ¿Quién es? – el moreno pregunta de pronto demasiado tentado de seguir besándole, su cuello está a su alcance y le provoca.

- Nadie importante… - responde sin haber tomado la llamada entrante… - Nadie importante, Yunho ah… - sonríe y son sus labios rojos los que buscan la boca de su novio. Todavía no está satisfecho, quiere más de sus embriagadores besos.

Unos segundos más tarde su móvil vuelve a sonar. Esa vez Jaejoong apaga el aparato, no quiere más interrupciones que arruinen el delicioso intercambio de besos con Yunho. Su novio.

Su novio.

*****

El tiempo ha corrido rápido. Han transcurrido dos semanas desde el viaje a Incheon, y el segundo encuentro del equipo universitario contra uno de la liga profesional. Han viajado hasta la Provincia Jeolla del Norte. Se les ha recibido en el Estadio Jeonbuk Hyundai Motors para enfrentarse al equipo del mismo nombre. La gente de casa se ha impuesto y corean a su equipo con todo lo que tienen. El equipo universitario ha comenzado a tener nervios, la presión se deja sentir con creces.

- Esta puede no ser nuestra casa pero todavía es nuestro país ¡Así que salgan a mostrar por qué están en éste equipo! ¡Salten al campo y no les dejen siquiera respirar! ¡Este no es un partido más, es EL partido! ¡Y este campo de fútbol no es su cancha, es la cancha de cualquier que ama el fútbol! – el entrenador Jang les ha instruido con carácter…

- ¡A ganar! – gritaron los jugadores con renovadas energías…

Y con aquellos bríos salieron a dejar el alma en el campo de juego. El equipo vestido de verde y blanco estaba confiado. El campeón del Torneo pasado todavía se hincha en orgullo por haberse ganado el palmarés del 2011 y no está dispuesto a perder con un puñado de aficionados.

Transcurren así los 90 minutos más largos y adrenalínicos de toda la vida de los universitarios. Los jugadores del JHM se toman el partido con la seriedad debida, esto se trata de orgullo. Y el invitado de honor no se hace presente. No se marcan goles ni a un lado ni al otro. El marcador permanece en ceros hasta el silbatazo final, nace una revancha entre el equipo profesional y estos universitarios. Tal vez una historia que traspase los límites de la Liga Profesional. Hay respeto también.

El camino de regreso está aún lleno de energía, los chicos siguen hablando del partido, de las cosas que pudieron haber hecho diferente, casi generan sus propias estrategias de juego para la próxima ocasión. Hablan de la personalidad de los jugadores en el campo, de las formas de comunicarse entre ellos. Analizan, sin darse cuenta, su propio desempeño, el entrenador Jang está orgulloso, sus chicos están madurando, quizá después de todo muchos de ellos terminen en algún club profesional.

Jaejoong y Yunho van sentados juntos, sonriéndose mutuamente y muriendo de ganas por besarse, no han tenido tiempo ni espacio para ello. Les consuela el hecho de saber que no tienen que esperar a más pruebas de ningún tipo, ahora no importa tanto si el moreno gana o pierde, no es más una condición para citas o besos. Ahora solo son juegos para fortalecer las habilidades de Yunho, las de sus amigos de equipo incluidos.

- Junsu ah~ un besito nada más...

- ¡Que no, Chunnie quédate quieto~!

Y para variar, Yoochun va ahí importándole poco la presencia del resto, él solo quiere un beso de su novio. A diferencia de Jaejoong y Yunho que procuran cierta prudencia para sus demostraciones de afecto, al pelinegro no le importa en absoluto, solo quiere comerse a besos a su Junsu, que por mero milagro su autocontrol había aguantado, y sus celos no le han hecho perder los estribos, que estúpido no es, ¡esos idiotas del JHM también baboseaban por su novio!

*****

Una salida al cine no es la cosa más romántica posible, sobre todo si la película en cuestión es de ciencia ficción. Pero lo que sí es romántico, es que Seong Jo le tome la mano y entrelace sus dedos. ChangMin sabe que sus mejillas han enrojecido porque le arden terriblemente. Es de esperar que se sienta abochornado, no es que él tenga en su haber una larga lista de citas, de hecho esta es probablemente la primera en su vida. Y está resultando perfecta.

Luego del cine salieron a caminar al Parque, ya sin manos entrelazadas pero sí lo suficientemente cerca para sentir sus manos rozarse con cada paso dado. Platican de muchas cosas, de libros, de deporte, del clima, de todo un poco.

- ¿Quieres ir a alguna parte?

- Estoy bien así, no importa hyung…

- ChangMin ah… - el hombre carraspea y luego sonríe algo bobo… - ahora que estamos saliendo no necesitas usar el hyung…

- Tampoco pienso llamarte oppa… - frunce el ceño y detiene sus pasos…

- Por supuesto que no. No te imagino llamándome oppa, ni me gustaría hacerlo… - se rasca la nuca con torpeza sin dejar de sonreír… - pero me refería a que me llames por mi nombre.

- Seong Jo ah… - susurra y se siente de nuevo abochornado. ¡Él que odia sentirse así!... – vamos a comprar algo caliente… - señala un puesto y apresura sus pasos.

El preparador físico le sigue los pasos mientras piensa si está pasando algo por alto. Él ha mencionado antes que están saliendo. En Incheon le besó para darle a entender que es él quien le gusta. Pero ciertamente no le ha pedido ser novios. Pedírselo quizá sea importante.

- ChangMin ah…

- ¿Qué?

- Estar saliendo significa que somos novios, ¿cierto?

- ¿Eh?... – a ChangMin casi se le cae el churro relleno de cajeta que se ha comprado… - ¡mierda! – maldice por lo bajo cuando siente sus mejillas calientes otra vez.

- ChangMin ah…

- Por supuesto Seong Jo ah… es, lo lógico, ¿no? – murmura mordiendo su antojito para evitar decir algo más. Esto de ser el novio del amor platónico es lo más raro y bochornoso que se pudiera haber imaginado.

Seong Jo sonrió y en un arranque de satisfacción ante la respuesta de su novio, le besó abrazándole también por la cintura. En ese preciso momento no le importaba en absoluto lo que la gente pudiera decir o pensar.

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Universidad Autónoma de Seúl

Área deportiva

El entrenamiento del día ha concluido y casi todos han partido ya. Yunho, Junsu y Yoochun se habían quedado al final para dejar en orden todo el equipo de entrenamiento. Pero que Junsu y Yoochun fueran realmente los últimos en irse tenía una sola explicación…

- Ahh Chunnie~ esto es vergonzoso… - el pelirrojo jadeó mordiendo el borde de su playera remangada más allá de su vientre mientras el pelinegro continúa lamiendo y besando ahí al tiempo que una de sus manos frota su entrepierna por encima del uniforme.

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Departamento de Jaejoong

Jaejoong y Yunho tenían otra cita esa noche. Pero ninguno esperaba que una visita indeseable les arruinara la ocasión.

- Ga In… - el pelioscuro abrió los ojos con sorpresa al encontrarse con la chica al otro lado de la puerta al abrir…

- Buenas noches, oppa… - la chica sonrió mientras alza una botella de vino coqueteándole deliberadamente.

- Jaejoong ah… - el moreno se asomó para ver quién había llamado a la puerta…

El pelioscuro tragó hondo, claramente tenía una situación muy incómoda ahí.

Continuará……