Capítulo 4 UNEXPECTED DESTINY

CAPÍTULO 4. POSITIVO

*****//*****//*****

Residencia Mokomichi-Shim

Cayó sobre la estancia una espesa niebla de rumores sin sentido y confusiones mezcladas con desesperantes ganas de gritar, correr o maldecir tanto como sus conocimientos de diversas lenguas le permitieran. ChangMin y Hayami permanecieron sin embargo estáticos, de pie ante su hijo, Min Woo soltó el aliento contenido en sus pulmones, evadió la mirada de sus padres –aunque de hecho lucían ausentes– y titubeó entre sentarse a esperar que dijeran algo, o bien marcharse a su habitación.

- Dijiste “creo” ¿verdad?... – Hayami cuestionó saliendo de su estupor, aunque su voz no evitó sonar ronca e incluso agria. Min Woo asintió intimidado por la mirada de su progenitor. Había enojo y decepción en sus pupilas, y él sabía que tenía todo el derecho del mundo para estarlo… - ¿Desde cuándo y con quién?

Min Woo comprendió que su padre le estaba preguntando acerca del momento en que inició su vida sexual. Se avergonzó demasiado ante la idea de responder, pero al instante se percato también de que lo más sensato ahora es al menos ser sincero con su padre. Extraña en demasía la reacción de su umma, y aunque busca su mirada el morocho sigue en silencio y sin mirarle directamente.

- Alrededor de cinco meses. No encuentro necesario decir quién ya que él dejó en claro no estar interesado en atarse a mí por un niño que no desea… - el adolescente respondió con toda la serenidad que encontró en su herido corazón. Después de todo, aunque no hubiese pensado en querer al chico en cuestión para toda la vida, le quería lo suficiente y estuvo ilusionado como para permitirse ceder a la curiosidad hormonal y entregarle su virginidad.

- Haremos una prueba de sangre mañana a primera hora. Ahora vete a tu habitación por favor, Min Woo; tu umma y yo tenemos que hablar.

El muchacho se levantó con pesadez y dando una última mirada a sus padres –sin conseguir contactar la del morocho– salió de la estancia y se perdió al segundo patio arrastrando los pies por el corredor rumbo a su habitación. Su umma ni siquiera había dicho una sola palabra, y eso le asustaba más que si hubiera gritado como loco espetándole su irresponsabilidad. Le hubiera gustado enterarse de lo que hablarían sus padres, pero lo mínimo que debía hacer era esperar a que ellos le dirigieran nuevamente la palabra.

*****//*****//*****

16 años atrás

ChangMin no podía creer que tuviera a otro pequeño recién nacido entre sus brazos, con su carita redonda y la piel delicada como papel de arroz, manitas suaves y ojos cerrados. El morocho aún recordaba con suficiente claridad cómo había sido sostener a sus gemelos en brazos, cuando ahora carga a uno más, de apenas un día de nacido. El nombre se lo habían elegido con increíble rapidez, su esposo Hayami no le había puesto reparo alguno cuando lo mencionó.

- Min Woo es magnífico para él… - el japonés sonrió cariñoso, acercando la carriola doble en la que Kwang Min y Young Min dormitaban con el calor del mediodía veraniego que bañaba de cálidos tonos cuanto más se acercaba el alba o el crepúsculo.

- Siento que no tienen nada de ti si me dejaste elegir los nombres para los tres… - objetó el morocho frunciendo ligeramente el ceño, empujando la mecedora con suavidad mientras Min Woo continuaba dormido en su regazo, succionando los últimos mililitros de su biberón.

- No me preocupa en absoluto nada de nombres coreanos o japoneses. Lo único que me importa es que son nuestros, que vienen de ti y de mí. ChangMin ah, les nombramos con acuerdo mutuo, independientemente del origen de sus nombres.

- Tienes razón. Estoy un poco cansado es todo… - susurra retirando lentamente el biberón de boca de su hijito, arrullándole a ritmo suave, tarareando una nana con una cándida sonrisa bailando en sus ojos… - Es tan precioso, y pequeñito. Igual que nuestros gemelos, aunque ya tengan un año, siguen siendo tan pequeños y vulnerables. Hayami, tenemos una gran responsabilidad sobre los hombros.

- Lo sé. Y creo que lo estamos haciendo bien. Nada les falta, ni comida, techo o sueño. Tampoco están carentes de cariño y tienen una familia enorme que les ama, incluso desde otro país… - el japonés movió la carriola adelante y atrás en un arrullo suave acompasado al ritmo de su esposo y el clamor de su voz, los gemelos siguieron durmiendo envueltos por aquel sentimiento transmitido de sus padres.

- ¿Tú crees? – el morocho clavó sus ojos oscuros en la mirada de su esposo, el japonés asintió acercándose para dejarle uno de esos besos dulces que habían conseguido penetrar con fuerza en el corazón del morocho y que de tanto en tanto, en momentos vulnerables como estos cuando la maternidad sensibiliza todos sus sentidos, afloran con mayor libertad yendo casi contra la voluntad del propio morocho… - A veces todavía parece un sueño. Pienso en lo difícil que te lo puse desde el principio, en mi malhumor, en la cantidad de veces que te grité por nada, en la paciencia que me tienes y el que todavía hay ocasiones en que no lo valoro. Hayami, no soy una persona fácil, y sé que cometo muchos errores, que mando por la borda la mayoría de tus intentos de romanticismo y que raramente te ofrezco de esos gestos; pero realmente te amo, y amo a nuestros hijos, amo la familia que tenemos y que estés conmigo. Lo siento si no digo a menudo esta clase de palabras.

- ¿Bromeas? Me encanta que seas así, que tengas tus inspiraciones de romanticismo esporádicamente, porque así es como me gustas, así es como me enamoré de ti, ChangMin. Y nuestros hijos sabrán que a pesar de que seas un umma muy diferente a cualquiera, les amas y velas cada día por seguir dando lo mejor de ti. Ambos damos lo mejor de nosotros, y no necesitamos cambiar nuestras personalidades para proveerles de un hogar digno de ejemplo.

Las conversaciones como esta se sucedían en contadas ocasiones, pero ambos las atesoraban cual joyas preciadas de rara belleza que merece un sitio especial en sus corazones y memorias.

Cuando llegaba la hora de dormir a los tres pequeñines durante la noche, ChangMin solía encargarse de Min Woo porque con Hayami no conciliaba el sueño fácilmente, mientras que los gemelos se dormían sin demasiado batallar, bastaba con darles un biberón meciéndolos en brazos, y tras eructar con unos golpecitos en la espalda, dejarlos en su cuna y cantarles una nana los sumía en un sueño profundo del que no despertaban hasta la mañana siguiente. ChangMin no se explicaba por qué Min Woo no se quedaba con Hayami como lo hacía con él.

- Es porque se siente más unido a ti, y no me pongo celoso por si eso te preocupa… - el japonés le decía en murmullos, acariciando apenas suavemente la cabecita de su bebé de ya un par de meses de nacido. Min Woo respingó quedito y aferró una de sus manitas a la camiseta del morocho, succionando más aprisa de su biberón… - Ahora podrá parecer que en algunos momentos no me quiere a su lado, pero en cualquier otra actividad él se queda sonriente conmigo, así que me ama, pero como tú, me lo demuestra a su manera.

- Baka… - susurró el morocho con un tenue rubor en las mejillas, pero sonriendo por la comprensión tan fiel de su esposo.

Y fue así, durante los primeros años de vida, Min Woo era más apegado a ChangMin que a Hayami, fue alrededor de los 10 años cuando comenzó a ser más independiente, sin ir pegado a los pantalones de su umma ni mucho menos de su appa.

*****//*****//*****

Actualidad

- ChangMin ah… - el japonés le llamó luego de varios minutos de intenso silencio. El morocho apenas consiguió enfocar su mirada en el rostro de su esposo. La expresión de su cara decía mucho más de lo que ambos sabían podía ser dicho… - Min Woo nos necesita ahora más que nunca. Casi como si acabara de nacer, es vulnerable a sus propias culpas. Ya debe haber tenido suficiente con que el desgraciado que lo embarazó lo haya dejado sin más.

- ¿En qué nos equivocamos? ¿Cuándo fue que dejé de mirarlo atentamente? ¿Cómo fue que no me di cuenta? ¿En qué momento dejé de ser su más importante figura? ¡Ha mantenido relaciones sexuales y yo ni siquiera lo intuí! ¡Soy su umma por dios, Hayami! – el morocho gimoteó desesperado, se dejó caer en el sofá y cubrió su rostro con sus manos visiblemente afectado por la noticia de su hijo.

- ChangMin ah…

- ¡Min Woo embarazado! ¡Embarazado! ¡Solo tiene 16!

- ChangMin ah… - el japonés le abrazó, sin pedirle que se tranquilizara ni nada, dejándole fluir en su propio sentimiento.

- Hayami, nuestro pequeño embarazado. No puedo creerlo. No quiero creerlo… - gimoteó aferrándose a los hombros de su esposo, quebrándose durante minutos ahí, refugiado contra el cuerpo del japonés, llorando la decepción, el dolor y el miedo.

En el otro patio, los gemelos habían salido de sus habitaciones luego de escuchar los murmullos de sus padres, captando lo suficientemente claro lo sucedido. Se quedaron en el corredor pasmados por la noticia. Kwang Min miró a su gemelo, y sin necesidad de intercambiar palabras se entendieron. Young Min negó, tendrían que esperar a que se los dijeran directamente antes de hacer nada, aunque estaban movidos a llamar a la puerta de la habitación de su hermano menor. Suspiraron y regresaron a sus respectivas habitaciones sin mediar más palabras. Minutos más tarde Kwang Min se internó en la recámara de su gemelo, y aunque a regañadientes, Young Min admitió su presencia durante toda la noche.

En la estancia, casi una hora después, ChangMin se relajó en los brazos de Hayami, calmándose lo suficiente para hablar.

- ¿Min Woo no quiso decirnos quién es el… padre?

- No. Pero también dijo que era probable estar embarazado, así que cabe la posibilidad de que no lo esté. ¿Tú le has visto algún síntoma?

ChangMin negó con la cabeza, se recargó en el respaldo del sofá y suspiró tallándose las sienes para aliviar la tensión de tremenda noticia.

- ¿Hablamos con él ahora? ¿O prefieres que lo hagamos mañana?

- Ahora, no quiero que piense que no estamos con él… - el morocho llamó a su hijo, y se reunieron nuevamente los tres en la estancia… - ¿No nos dirás quién es el chico que participó en tu nueva situación de vida?

Min Woo negó con la cabeza, bajó la mirada y jugó nerviosamente con el borde de su pijama. ChangMin y Hayami se miraron una vez más, el japonés cedió la palabra a su esposo, sabe cuán importante es que sea umma quien dirija aquel momento tan delicado.

- ¿Están enojados conmigo?

- Un poco… - admitió con voz suave el morocho… - ¿Tú cómo te encuentras, Min Woo?

- Asustado. No quería enojarles ni decepcionarles. Tarde reparé en los hechos, quería a este chico tanto que no pensé en las consecuencias de mis actos. Pese a que nací de ti, siendo un varón, no consideré la predisposición genética a poder procrear del mismo modo.

- ¿Qué te hace pensar que estás embarazado? No te he visto tener síntomas… - Hayami cuestionó. ChangMin no dijo nada, en acuerdo mudo con su esposo también quería saber esto, y varias cosas más, de su hijo.

- He tenido mareos, y náuseas; pero han sido generalmente durante la escuela, por eso ustedes no se han dado cuenta.

- Pero los profesores…

- Estamos en vías de exámenes y otros trabajos bimestrales, así que les dije que era por el estrés y ellos dejaron las cosas así porque es común que muchos estudiantes se comporten así.

- ¿Y realmente no es mero estrés?

- No, umma. Al principio también lo pensé, pero nunca he sido así, no me preocupan los exámenes ni trabajos de la escuela, soy lo suficientemente inteligente para resolver las cuestiones académicas sin esforzarme demasiado. Así que comencé a pensar en otras razones. Y pensé en… eso. Me hice una prueba casera esta mañana y dio positivo.

- ¿Cuándo hablaste con el padre?

- Hoy, antes de volver a casa. No fue una conversación larga, apenas mencioné que me había hecho la prueba y que había dado positivo, se deslindó de todo… - incluso había puesto en tela de duda haber sido la única pareja sexual del adolescente, pero Min Woo evitó mencionar aquello aunque le haya dolido mucho que lo insinuara siquiera.

- No merece la pena que se vuelva a mencionar a ese desgraciado en esta casa. Aunque no sé quién es, y en cierto modo es mejor así, o seguro me saltaría las cuestiones de la edad y le daría su merecido por patán… - Hayami mencionó con los dientes apretados. Enojado como pocas, poquísimas veces se le ha visto. ChangMin entrelazó sus dedos con él brindándole apoyo e invitándole a calmarse. Pero completamente de acuerdo con su sentir.

- Min Woo, ¿quieres tenerlo?- el morocho le preguntó. Era una pregunta delicada, pero necesita saber lo que realmente quiere su hijo.

Min Woo abrió los ojos de par en par e inconscientemente se cubrió el vientre como si defendiera a su hijo de algún intento de dañarle. Asintió efusivamente con los ojos lacrimosos, como si temiera que sus padres fueran a pedirle que se deshaga de él.

- Tranquilo hijo, tranquilo…

- ¿Van a pedirme que aborte?

- ¡Claro que no!

- Min Woo, solo queremos asegurarnos de que quieres seguir adelante. Tienes 16, y a tu edad…

- Si he de trabajar para mantenerme lo haré…

- No estamos diciendo nada de eso. Tu padre y yo vamos a apoyarte en todo, seguirás estudiando hasta que el avance del embarazo te lo impida, y luego, apenas te recuperes del parto y disfrutes los primeros meses de tu hijo, esperaremos que te reintegres a tus estudios y sigas adelante con tu vida. Min Woo ah, estamos contigo. Completamente contigo…

ChangMin abrió los brazos y su hijo al instante se arrojó a sus brazos, se sentó en su regazo y enterró su rostro contra la curvatura del cuello de su umma, sintiendo la mano de Hayami sobre su espalda acariciándole suavemente como muestra de apoyo y consuelo.

……………………………

A la mañana siguiente ChangMin y Min Woo salieron temprano rumbo a un laboratorio para hacerle una prueba de sangre al adolescente y corroborar su estado. Más tarde volvieron a casa a tiempo para el desayuno familiar. ChangMin y Hayami aprovecharon la ocasión para hacerle saber a los gemelos la buena nueva.

- ¿Estará bien que vaya a la escuela en estado?

- Sí, Kwang Min. Al menos por ahora, cuando esté alrededor del octavo mes de gestación es probable que tenga que suspender sus estudios… - el japonés respondió con suavidad, tomando un sorbo de su café atento a las reacciones de sus gemelos.

Young Min parecía más alterado, y no mencionó una sola palabra durante toda la mañana hasta que salieron con ChangMin rumbo a la escuela. Hayami lo dejó pasar por ahora, pero ya luego tendría una charla directamente con su hijo.

……………………………

Instituto Superior

Dong Joon se puso nervioso apenas vio a Young Min, pero luego de verlo medio ausente pensó que después de todo, ni la experiencia en el armario del gimnasio había conseguido efecto alguno en el gemelo. Así que decidió dejarlo por la paz. Lo cual de hecho le implicaba un gran sacrificio. Pese a que había sido él quien dijera que tarde o temprano tendría a Young Min tras de él, el gemelo Park presentía que sería más fácil que él le buscara antes que derrumbar las corazas de su personalidad.

El gemelo Mokomichi estaba ausente por una sencilla razón. Algún imbécil ha embarazado a su hermano menor y encima de todo se ha deslindado de la situación como si se tratara de cualquier cosa. Estaba enojado y frustrado. No tiene idea de quién podría ser el desgraciado que cortejó a Min Woo obteniendo de él su virginidad y dejándole como cualquier objeto desechable.

*****

Caminando por las calles de la capital, Yunho se detuvo ante un escaparate de una tienda de marca donde los vestidos para toda ocasión eran su principal producto. Se quedó mirando uno de los vestidos de noche e imaginó a su princesa Hyeran vistiéndolo. Recordó que su hija había mencionado algo sobre una fiesta de fin de año a la que le encantaría asistir. Aquella vez él renegó de darle permiso, pero lo había hecho a regañadientes, con la oportuna intervención delicada de Jaejoong.

- Ahora que lo pienso, nunca la he acompañado a comprar ropa. Ni a Hyeran ni a SeungMi, ha sido Jaejoong quien siempre se ha encargado de esos aspectos.

El moreno dijo para sí, sopesando seriamente la posibilidad de ir con su esposo e hijas próximamente de compras. Recordó también que todos los detalles del crecimiento de sus hijas han sido seguidos más de cerca por Jaejoong, como cuando compraron sus primeros sostenes, o cuando comenzaron a tener sus períodos y aún sus revisiones médicas anuales. Jaejoong es el único que realmente las ha acompañado porque al ser umma, él se sentía avergonzado de ser parte de aquellas experiencias de la vida de sus princesas.

- En lo único que he estado realmente cerca es en la escuela. He ido a juntas y periódicamente llamo para preguntar cómo van en sus clases. Pero aparte de eso, ni siquiera sé cuándo tienen su período, o qué copa de ropa interior son, ni si tienen algún secreto de chica que compartir con sus padres. Creo que definitivamente tengo que estar más al pendiente de ellas. Aunque me costará mucho controlar mis celos de padre.

Yunho suspiró y procuró mirar claramente el sitio de la tienda para volver después junto a sus hijas y Jaejoong. Con aquél pensamiento fijo en la mente, el moreno siguió su camino rumbo a casa. Cuando estaba por abrir la puerta escuchó a su esposo reír divertido, imaginó que sus princesas estarían con él conversando de algo que les tiene entretenidos, pero tras abrir la puerta se encontró con la non grata sorpresa de que no eran sus hijas las que estaban presentes en la estancia riendo con Jaejoong, sino el mismo jovencito de días anteriores. Su peor pesadilla –si alguien tiene interés en saberlo–, Junjoong.

- ¡Yunho! – el pelioscuro se levantó de su lugar yendo a recibirle todavía con algunas lagrimillas colgando de sus pestañas y provocadas por tanto reír. Lo que fuera que el muchacho le platicaba le divertía bastante, y no le gustaba al moreno… - No sabes lo divertido que Junjoong es, no hubiera imaginado que tuviera esa personalidad porque Hyun Joong no era precisamente un as de los buenos chistes.

- Me imagino… - el moreno gruñó sin preocuparse por ocultar sus celos.

- Buenas noches, Yunho hyung… - el muchacho saludó con una respetuosa venia. Aunque las formalidades al moreno en aquél instante le valían poco.

- ¿Acaso no estudias? Porque te he encontrado en MI casa de tarde y ahora hasta de noche.

- ¡Yunho! – Jaejoong intentó reñirle. Pero Junjoong sonrió suavemente.

- Le pido mis más sinceras disculpas, Yunho hyung. No tomé en consideración que mi presencia le molestara, como Jaejoong hyung me dijo la otra vez que podía venir cuando gustara siempre que le avisara antes, me tomé la palabra sin cuestionarle a usted, el señor de la casa, al respecto.

Yunho achicó los ojos como analizando la actitud del muchacho. Y se le tensaron los músculos cuando concluyó que acababa de recibir una bofetada con guante blanco. ¡Claro! Queda bien con su esposo y a él lo hace ver como un celoso sin remedio ni motivo. El moreno resopló fastidiado ante la idea. Mientras que Jaejoong se cruzaba de brazos y le miraba de esa manera en la que el moreno sabe le está exigiendo por lo menos, una disculpa. Disculpa que, por supuesto, no tenía pensado ofrecer. ¡Porque no tiene nada de qué disculparse! Sino el chiquillo insolente que sigue visitando a su esposo cuando nadie más está ahí. ¡Flirtea descaradamente!

- ¿Y nuestras princesas? – el moreno cuestionó deliberadamente, enfatizando cada palabra como si hacer referencia a aquello demostrara su posición como esposo del pelioscuro.

- Hyeran está por llegar, salió con Sun Hi y otras amigas suyas; y SeungMi está en casa de Junsu y Yoochun, la invitaron a cenar porque Junsu está preocupado por Yoon Hyun ya que la jovencita sigue sin querer convivir demasiado… - Jaejoong respondió con expresión seria. Enarcó una ceja y retó a Yunho a hacer alguna tontería más como ponerse en plan sobreprotector con sus hijas. Al menos con Hyeran, que según Jaejoong sabe, está saliendo con un muchacho de la Universidad, no demasiado mayor pues acaba de ingresar, así que debe tener unos 18 o 19 años.

Yunho gruñó de nuevo, reticente a la idea de su princesa Hyeran saliendo con amigas a esas horas de la noche, llamando la atención de muchachitos que seguramente querrán luego cortejarlas. Pero se hizo un nudo en las entrañas y mantuvo a raya sus celos sobreprotectores.

- Bueno, será mejor que me vaya. Muchas gracias por la charla tan amena Jaejoong hyung… - el muchacho no solo hizo una venia, sino que además besó el dorso de la mano del mayor con gesto caballeroso, lo cual disparó todos los instintos asesinos del moreno, pero se contuvo… - Yunho hyung… - se volvió hacia él realizando también una venia, sonriendo casualmente pero sin realizar ni por asomo el mismo gesto que con el pelioscuro… - Si le molesta que venga a su casa, le pido mis más sinceras disculpas.

Jaejoong volvió a fulminar a Yunho con la mirada. Retándole a comportarse como el adulto que es y cambiar sus anteriores palabras. Pero Yunho no dijo nada, simplemente se quedó de pie frente a Junjoong, como dos hombres retándose a duelo por un tesoro preciado.

- Yunho…

- Me parece inadecuado que estés en la casa de un hombre casado cuando no hay nadie más presente. La gente suele crearse rumores muy incómodos, jovencito.

- ¿Le preocupa que se rumore que su esposo tiene una aventura con un muchacho que puede ser su hijo?

- Algo así. Aunque sé que mi esposo no sería nunca capaz de un engaño de tal naturaleza. Pero la gente no lo sabe, y aún sabiéndolo no da importancia a la moralidad de cada persona, sino a sus escrupulosos destellos de morbo. Así que si tanto te agrada hablar con mi esposo, podrías al menos visitarle cuando no se encuentre solo.

- Comprendo sus palabras, hyung. Gracias por la hospitalidad Jaejoong hyung, es momento de que me retire. Buenas noches… - el muchacho salió de la residencia con un sofocante sentimiento de culpa.

Dentro, Yunho sostuvo la mirada de Jaejoong, y por un momento el pelioscuro pensó en contarle la verdad sobre las visitas de Junjoong. Pero se retractó de último momento en un arranque de terquedad y sentimiento por las palabras de su esposo. Aunque le da mérito y sabe que es verdad, no le ha gustado escuchárselo decir.

*****

Residencia Park-Kim

Dong Joon estaba más rojo que semáforo o tomate. Las clases de seducción que su padre insiste en darle solo conseguían avergonzarle de sobremanera. En parte por los consejos en sí, pero también porque no podía evitar que imágenes de sus padres se formaran en su cabeza. Y eso hasta cierto punto, le traumaba.

- ¿Has dejado de escucharme? Hijo mío, no puedes distraerte de esto que te estoy diciendo, son tips invaluables de seducción. Y has de usarlos la próxima vez con Young Min, seguro que ni él con esa personalidad tan parecido a la de su umma se te resiste… - Yoochun dijo convencido. Sonriendo con aire orgulloso y palmeando el hombro de su hijo.

El gemelo Park gimoteó desesperado por librarse de estas vergonzosas clases. Así que cuando Junsu umma llamó a todos para cenar, él fue el primero en correr dentro de la casa y sentarse en el comedor. Con SeungMi de invitada, la menor Jung le sonrió con cierta timidez y le llamó oppa. Al gemelo Park se le erizó el vello de la nuca, hubo un tiempo –cuando SeungMi tendría entre 8 y 10 años– que la niña juraba y perjuraba que cuando fuera una mujer, se casaría con Dong Joon oppa.

- ¿Te pasa algo, hijo? – el castaño parpadeó confundido e inquieto por la rigidez de su gemelo.

- N-nada, umma… - carraspeó tratando de espabilar los raros recuerdos.

- Está nervioso porque no prestó atención a mis consejos y seguramente quería acercarse a…

- ¡Appa! – chilló escandalizado.

- ¿Oppa, saldrás con alguien? – SeungMi cuestionó interesada. Mientras que Yoon Hyun picoteaba las verduras de su cena preguntándose cuándo su hermano dejaría de hacer el tonto y se le declararía simplemente a Young Min.

- No.

- Por supuesto que saldrás con…

- ¡Appa!

- Chunnie~ no avergüences a tu hijo con las chicas… - Junsu sonrió divertido. Y su esposo simplemente se encogió de hombros para luego dedicarse a su cena y a cuestionar a las adolescentes sobre la escuela con tal de tener algún tema de conversación familiar que no implicara el romance frustrado de su gemelo… - ¿Sun Hi iba a cenar fuera también? Es tarde.

- Hyeran y ella fueron a cenar a casa de Jaejoong, llamaron cuando estabas con Dong Joon.

- Ah. Y SeungMi, ¿sigues tomando clases de violín?

- No. Aunque aún práctico de vez en cuando, tío Yoochun.

*****

Residencia Mokomichi-Shim

Luego de una semana desde que Min Woo les diera la noticia de su embarazo, Hayami habló de otro tema con ChangMin.

- ¿Recuerdas que te hablé hace un par de meses de un amigo mío en japón?

- ¿El que tiene un hijo que tenía planeado cursar un año de universidad aquí?

- El mismo.

- Lo recuerdo bien, baka… - el morocho le sonrió divertido, observándolo cocinar.

- Pues, el muchacho comenzará el semestre en un par de semanas. ¿Aún estás de acuerdo en que le demos posada?

- Bueno. Con lo del embarazo de Min Woo no sé cómo se lo pueda tomar. Además, por su edad, me preocupa que vaya a haber algún conflicto con los chicos.

- ¿Conflicto?

- Algo como eso. ¿Sabes si este chico es gay?

- No. Creo recordar que mi amigo mencionó algo sobre una novia hace tiempo, pero el chico era aún un crío de 15 años entonces… - Hayami agregó un poco de vino blanco en el guiso, mientras que ChangMin parecía sopesar la situación.

- Te lo pregunto porque me preocupa que vaya a surgir algún sentimiento por ahí entre el muchacho y alguno de nuestros hijos.

- Si es algo que realmente te preocupe y consideras mejor no recibirle en casa, estoy a tiempo de hablar con mi amigo.

- No sé. Igual puede que no sea tan mala idea… - ChangMin se acercó a tomar un trozo de carne del guiso que su esposo está preparando.

- Lo peor que puede pasar es que un miembro de nuestra familia se enamore de un japonés. Y a ti no te ha ido tan mal, ¿o sí?... – Hayami sonrió coqueto, atrapando los labios del morocho en un intenso beso húmedo.

- ¡Ay por dios, no hagan eso! – Young Min protestó apenas entró a la cocina. Sus padres se separaron sin preocuparse en absoluto por ser pillados por sus hijos en pleno beso.

- Sigues siendo un amargado. Cuando te des tus besotes con Dong Joon no te vas a quejar… - Kwang Min rió divertido, acercándose para ver lo que su padre cocina para la comida de esa tarde de fin de semana.

- ¡No voy a besarme con él! – protestó malhumorado su gemelo. Mientras Min Woo se mantenía al margen, todavía avergonzado de su estado ante su familia.

- Haya paz, chicos… - ChangMin riñó a sus gemelos.

- ¿Entonces sí, ChangMin ah?…

- Sí, Hayami. Así que, chicos, dentro de un par de semanas habrá un integrante más en la familia. Al menos por un tiempo.

*****

Instituto Superior

Pese a que Dong Joon se negaba rotundamente a aplicar las tácticas de seducción que su padre le ha enseñado; fue como si su cuerpo hubiera actuado con vida propia aquella ocasión. No hizo nada demasiado atrevido, sino un simple gesto sutil en el que notó claramente cómo las mejillas de Young Min se teñían escandalosamente por su causa.

- Tal vez no lo admita, pero definitivamente debo gustarle… - el gemelo Park pensó para sí.

- Maldito tonto, cómo s ele ocurre hacer eso. Es tan… tan… - Young Min frunció el ceño y refunfuñó por lo bajo, avergonzado por el simple guiño de Dong Joon. ¡Y ni siquiera le guiñó a él! Sino a un chico del equipo de natación que, todo mundo sabe, le tira los tejos a cualquier buena retaguardia… - Y el muy tonto tiene sexy retaguardia. ¡No! ¡Qué tonterías estoy pensando!

Sin embargo, por más intentos que Young Min hizo por no pensar en el trasero de Dong Joon, o en el coqueteo que comenzó a fluir entre el gemelo Park y el nadador, fallaba miserablemente y más tiempo pasaba el gemelo en su cabeza. Aquello por sí, comenzaba a fastidiarle.

- ¡Hyung!

- ¿Por qué siempre armas tanto escándalo? ¿Seguro que somos gemelos? Es más, de cuál de nuestros padres pudiste heredar tu actitud tan… tan tú, ninguno de ellos es así.

- No lo sé. Y claro que somos gemelos, hyung… - Kwang Min protestó con curiosos mohines de disgusto.

- Sin remedio… - Young Min suspiró resignado.

- Lo que sea, eso no es lo que venía a decirte.

- Igual no me interesa…

- Ni siquiera te he dicho nada…

- De todas maneras.

- Pues te lo diré.

- Kwang Min…

- Creo que le gusto a alguien…

- ¿Y…? – Young Min enarcó una ceja con desinterés.

- Que es un chico… - Kwang Min bufó molesto (más bien berrinchudo) cuando su gemelo de todas maneras no mostró interés alguno en su conversación… - Tiene 22 años, y puede ser que también me guste. Pero como es mayor, y con lo de Min Woo reciente, ¿crees que a nuestros padres les importe concederme permiso para salir con él?

- No puedo saberlo. En dado caso pregúntales a ellos.

- ¡Pero me da pendiente que no lo acepten!

- Entonces no salgas con él.

- Pero me gusta~

- Pues he ahí el dilema… - Young Min revoleó los ojos con fastidio. Suficiente lío tiene con su escasa vida romántica como para preocuparse por la de su gemelo.

- ¿No me vas a preguntar quién es? – Kwang Min infló curiosamente las mejillas.

- No, pero seguro me lo dirás de todas maneras.

- ¿Te acuerdas del chico que estuvo hace días en casa de tío Yunho y tío Jaejoong?

- El hijo de un amigo de tío Jaejoong, sí lo recuerdo. ¡No me digas que es él!

- Verdad que es guapo~

*****

 Un par de semanas más tarde

- Me llamo Okada Masaki. Agradezco de corazón su hospitalidad…

El jovencito de 20 años de edad se presentó educadamente. Los gemelos le dieron la bienvenida con un saludo muy característico de los jóvenes de entonces, mientras que Min Woo solo pensaba en que le daría vergüenza que este extraño se enterara de su estado.

Continuará……

Después de varias interrupciones familiares, y el insistente borrar de ideas, sonrío complacida con el resultado del capítulo de hoy. No hay demasiadas intrigas, pero sí las suficientes dudas para saber que probablemente sigan interesad@s en volver.

No tengo demasiado por compartir el día de hoy. Ofrezco sin embargo mi sincero agradecimiento a todas las personas que siguen dándole una oportunidad y leen, sobre todo a quienes comentan. No me cansaré de repetirles que sus palabras son el mejor alimento para una escritora, y en su forma, el único pago que pedimos a cambio de nuestro esfuerzo por traer ante ustedes escritos de calidad. O al menos espero seguir contando con esa característica ;D

Ya Ne!