Miniserial (?) ISTAR

Título: ISTAR

Autora: Felina

Parejas: YooSu, YunJae & HayaMin

Género: Fantasía, Romance

Clasificación: NC-18

 

ISTAR

~*~

En un mundo completamente diferente al conocido por el hombre, las tierras se dispersaron sobre el océano constituyendo importantes porciones terrestres, en muchas de las cuales hoy se asientan reinos gobernados por reyes tan mortales como cualquier hombre, pero una habilidad por encima de aquellos. La magia.

Formen (Norte), Hyarmen (Sur), Rómen (Este), y Númen  (Oeste) son los cuatro reinos que se levantan en los extremos del planeta. Mientras que Rúnya (Llama Roja) se extiende hacia el centro como el ombligo del mundo. Cinco reinos, cinco palacios, cinco reyes que rigen sus tierras de acuerdo a sus propias leyes.

Este mundo es Anarion.

--//--

~*~

Reino de Rúnya

El Palacio de Rúnya se levanta orgulloso entre los bosques de la septentrional desembocadura hacia las planicies que bordean los lagos y ríos más prominentes de toda Anarion. Predominan los colores vivos, los matices del arcoíris bañan hasta el último recoveco del reino, como si fuese una primavera eterna, floreciente y cálida.

La estructura del Palacio se irgue por imponentes columnas a lo largo y ancho. Las numerosas salas se distribuyen para diversas funciones, sitios de entrenamiento, distracción, alimento, descanso, almacén, entre otros. Los aposentos de los reyes se encuentran en la Torre Principal, la de cada príncipe en las torres menores a izquierda y derecha. Es un lugar digno, encantador. Tan solo una pincelada de la gracia natural de Anarion.

Hoy, Rúnya abre sus portones a invitados de honor. Príncipes en nombre de los otros cuatro reinos. Jung Yunho, Príncipe de Formen. Park Yoochun, Príncipe de Rómen. Shim ChangMin, Príncipe de Hyarmen. Mokomichi Hayami, Príncipe de Númen. Sus anfitriones, los Príncipes Kim: Jaejoong –el primogénito– y Junsu.

La espaciosa sala del recinto principal era iluminado de manera natural por los rayos de sol que se colaban entre los vacíos que se dispersaban sobre el pabellón recubierto de enredaderas y guías de flores de colores. Los altos y anchos pilares de piedra levantan la estructura de cada salón por todo el palacio. Los pisos de mármol y otros materiales nobles dando un toque elegante a la residencia real. Hay muchos otros detalles que podrían ser descritos, sin embargo estos carecen de significado cuando una escena como aquella se lleva a cabo en el recinto al descubierto antes señalado. Un duelo entre príncipes.

Uno de ellos, de tez clara y profundos ojos del color de las noches sin estrellas, se movía con prodigiosa agilidad blandiendo esas cuchillas con maestría para repeler cada ataque de su actual contrincante. El otro príncipe, de piel morena como los rayos tostados del sol, ojos ámbar cromado y la envidiable perfección en sus movimientos cual si emularan los traicioneros vientos que soplan del norte en una tormenta de invierno.

- Jaejoong... - El príncipe moreno siseó entre dientes cuando una barrera se interpuso entre él y su oponente evitando el choque de su espada contra las cuchillas del otro.

- No he sido yo, mi estimado Príncipe Jung... - El recién nombrado, de belleza sobrenatural, dijo al tiempo en que levantaba la mirada hacia la bifurcación de las escaleras que llevan al salón dispuesto más allá de este recinto.

- Príncipe Junsu...- El de ojos negros susurró al tiempo que ladea el rostro y ve bajar peldaño a peldaño con inusitada elegancia al menor de los príncipes del Palacio.

Jaejoong es el mayor, su hermano Junsu el menor y el más noble. El de sonrisa cándida y castaños mechones del mismo color que sus ojos.

- Un duelo innecesario a su arribo al palacio, Príncipe Jung, Príncipe Park...- El castaño sonrió gentil a sus invitados.

- Una treta inconcebible a sus palabras, Príncipe Junsu. Si he recibido el mensaje correcto, jamás se dijo que habría de encontrarme con los príncipes de los otros reinos de Anarion.

- Mis más sinceras disculpas, Príncipe Jung. Pero ha de saber que en mi mensaje tampoco dije nada acerca de una invitación privada.

- Ustedes saben bien que las relaciones entre los reinos no es la más amable en estos tiempos de agitación, Príncipe Junsu.

- Mi hermano sabe bien lo que sucede en Anarion, Príncipe Park… - El primogénito de los Kim señaló con tono solemne, avanzando por delante de su hermano menor hacia dos de los invitados para este concilio… - Es esa la razón por la que han sido convocados, pretendemos un tratado de paz entre los reinos de Anarion.

- Un tratado de paz no puede ser concertado sin la aprobación directa de los reyes de cada Palacio…

- Príncipe Shim. Una llegada puntual e ilustrativa, como se le es reconocido… - El primogénito Kim sonrió suavemente al tercer invitado del día, realizando una venia que de inmediato le fue correspondida por el recién llegado.  

- Nuestras intenciones no son pasar por encima del poder de ningún rey o reina en Anarion. Sin embargo, un acuerdo desde ahora entre los herederos al trono, podría ahorrar muchas penurias en el futuro.

- Sus palabras son sabias, y sus intenciones nobles. Príncipe Jaejoong, Príncipe Junsu… - el cuarto invitado, el Príncipe Mokomichi arribó finalmente, completándose así el Concilio Real de Anarion.

- Maara Tulde Coalmanna, Príncipes de Anarion… - El Príncipe Jaejoong dio la bienvenida a todos.

- Hantale… - Respondieron al unísono los cuatro Príncipes, colocando la palma de su mano sobre su corazón e inclinando ligeramente la espalda en muestra de respeto.

- Venir todos, se ha preparado un banquete en su honor… - El Príncipe Junsu realizó un movimiento sutil con su mano, y las plantas colgantes que caen de las crucetas del pabellón se abrieron como cortinas de seda permitiendo el paso al siguiente salón.

- Su magia mejora día con día, Príncipe Junsu.

- Sus palabras me halagan, Príncipe Yoochun.

Ambos príncipes intercambiaron una sonrisa, mientras que el primogénito Kim y el Príncipe Jung conversan cautelosamente del largo viaje que el de tez morena emprendió desde Formen. En tanto, los Príncipes de Hyarmen y Númen caminaron en silencio con sus manos en las empuñaduras de sus espadas alrededor de la cintura.

El salón del banquete era sencillo y a la vez elegante. Los diversos platillos de carnes, frutas y verduras dispuestos en el comedor invitarían a cualquiera a un buen bocado. Los ornamentados candelabros al centro y las orillas estaban apagados en ese momento, aún así danzaba en el ambiente un ligero aroma a cera de las velas que descansan en cada plateado brazo.

Un repentino aullido vino desde el salón anterior.

- ¿Es Nenya? – El Príncipe Junsu cuestionó al Príncipe Yoochun con mirada brillante. El de ojos negros asintió sonriendo ante el júbilo que el castaño mostró, corriendo de regreso al salón anterior con sigilosos pasos.

Las vestiduras de seda de los colores del fuego ondearon gráciles por sus movimientos, los pies descalzos se deslizaron con prisas hasta llegar ante aquel lobo de pelaje azul, del intenso azul de los cielos de primavera.

- ¡Anda Luumello, Nenya! – El menor de los Kim sonrió con algarabía, acariciando las peludas orejas del lobo, que respondió con guturales sonidos de contentura… - Narvinyë tuvo razón como siempre, me contó que te vio correr por los prados de los bosques externos ayer por la tarde.

- Hermano, trae a Nenya y disfrutemos de la tarde, mañana nos espera un largo día a todos… - El Príncipe Jaejoong instó al menor a volver al comedor.

Nenya se sentó sobre sus patas traseras a lado de Yoochun, los ojos negros y los ojos zafiro del lobo se conectaron por instantes, todos los demás sabían que en esos momentos hombre y animal hablaban entre sí.

- ¿Sus dragones han crecido ya?

- Suficiente para su edad actual, Príncipe Jung. Aunque Junsu consciente demasiado a Narvinyë.

- Nënar también quisiera que tú lo consintieras más a menudo, hermano.

- Sus dragones podrían ganar cualquier guerra si alguna llegase a caer sobre Anarion.

- Queremos evitar cualquier encuentro bélico en Anarion, Príncipe Shim.

- Sin embargo, Príncipe Jaejoong, la presencia de los dragones de su familia siguen generando recelo en los otros reinos. Ninguna de las criaturas mágicas que habitan Anarion son tan poderosas como los dragones.

- Nuestros dragones no viven para librar batallas, Príncipe Mokomichi. Nuestros dragones, como los unicornios de Númen, los fénix de Formen, los lobos de Rómen, o los Grifos de Hyarmen, son criaturas libres de hacer su voluntad, no obedecer los egoístas deseos de ningún hombre o mujer en Anarion.

- ¿Dudaría usted en usar su poder sobre ellos para pedirles ayuda en caso de guerra, Príncipe Kim?

Tanto Jaejoong como Junsu se miraron entre sí un momento antes de responder el cuestionamiento del Príncipe Jung.

- ¡Nënar!

- ¡Narvinyë!

Llamaron a sus dragones. Y apenas unos segundos después el ruido vertiginoso de poderosas alas agitándose al exterior cruzaron los murmullos del gran comedor.

- ¿Quiere usted, Príncipe Jung, conocer el poder de nuestros dragones?

Continuará (?)

Esto de leer libros y ver series sobre dragones me emocionó mucho en las últimas semanas *----* y se me ocurrió esto. Maki ya se lo leyó y le gustó xD ahora ¿qué dicen ustedes?  

Han de saber que si sigo esta idea será algo corto y no demasiado elaborado, que aún tengo demasiados pendientes con los otros proyectos ;D