Capítulo 17 UNEXPECTED DESTINY

CAPÍTULO 17. FIRST TIME

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Residencia Jung-Kim

Jaejoong no respondió la pregunta que su amigo Hyun Joong le hiciera. No es la primera vez que se lo cuestiona, y para el pelioscuro contestarle a un hombre en su estado de embriagues, es como echar agua al océano; una cosa innecesaria.

- Vuelve a tu casa, Hyun Joong.

- Al principio pensé que ustedes dos solo jugaban, que seguían demasiado bien todo esto del fanservice, pero cuando me contaste que ustedes de verdad estaban saliendo… - Hyun Joong sonrió con ironía, tambaleándose hasta casi caer al suelo en el pasillo de entrada, salvando el golpe solo porque el pelioscuro lo sujetó… - Nunca había sentido un dolor como ése, Jaejoong ah. Un dolor tan grande que aún lo siento aquí… - el hombre arrugó la camiseta a la altura de su pecho, como si pretendiese sujetarse el corazón.

- Te lo dije una vez, y te lo he dicho otras desde entonces, Hyun Joong ah, amo a Yunho. Y es todo lo que necesitas entender.

- Lo sé… - hipó, moviendo el rostro para tener esa vista algo borrosa por el licor, de la cara del pelioscuro… - Siempre has sido tan perfecto, ninguna mujer, ningún hombre, podrán superar nunca tu belleza, Jaejoong ah.

- Hyun Joong ah, no necesito tus halagos. Por favor, vive tu vida sin mí, deja la carga de ese sentimiento. Deja de hacerte daño, y de dañar a los tuyos, tienes un hijo y una esposa que amar.

El hombre retrocedió un paso, sintiendo nuevamente esa sensación de vacío que le ha perseguido durante años desde que Jaejoong eligió a Yunho para entregarle su corazón. La ausencia del calor de sus brazos, de la cercanía de su cuerpo, le persigue como un burlesco fantasma que le recuerda día con día el infortunio de su suerte.

- Quise amar a mi esposa, durante un tiempo me engañé a mi mismo pensando que lo había conseguido. Pero incluso cuando Junjoong nació, yo pensaba que hubiera sido perfecto si hubiera nacido de ti.

El sonido de una bofetada resonó en toda la estancia. Jaejoong tenía esa expresión de enojo que contadas ocasiones ha cruzado las delicadas facciones de su rostro. Hyun Joong ni siquiera hizo nada por aliviar el dolor de su mejilla, la que colorada dejaba ver la fuerza con que la palma de la mano del pelioscuro había golpeado.

- Nunca, nunca Hyun Joong, te atrevas a arrepentirte de tu hijo. Sangre de tu sangre, parte de ti. Es perfecto por el simple hecho de ser tuyo. Ahora por favor, vete de mi casa y no vuelvas a presentarte en tal estado ante mis ojos, ni vuelvas a decirme lo que sientes por mí. No quiero tus halagos. Encuentra la felicidad, Hyun Joong, en otra parte que no sea yo.

…………………………

Yunho estacionó su auto en el garaje de la casa, mirando con cierto recelo aquel otro fuera de su casa, mal estacionado y con unos tallones en el costado de la puerta del copiloto. El moreno apresuró sus pasos dentro, sabe que este auto pertenece a Hyun Joong.

Cuando abrió la puerta tuvo miedo de encontrarse con una escena desagradable. Nada como Jaejoong engañándole, por supuesto que no… era un miedo diferente, nunca ha sido capaz de saber qué tanto Hyun Joong podría ser capaz de hacer por llegar al corazón de su esposo. Sin embargo, al abrir, solo vio a ambos hombres parados en el pasillo hacia la estancia, Jaejoong no tenía buen aspecto, claramente estaba enojado, y en sus ojos negros, también alcanzó a distinguir la decepción. A Hyun Joong le veía prácticamente solo la espalda, lucía tenso, tanto que incluso temblaba ligeramente.

- Yunho ah… - el pelioscuro soltó el nombre de su esposo casi inconscientemente, sintiéndose de cualquier manera aliviado de verle ahí. Necesitaba de pronto tanto de su compañía, de uno de sus abrazos, que le dijera que todo estaba bien, que no era su culpa que Hyun Joong siguiese enamorado de él, siendo infeliz.

- ¿Está todo bien? – el moreno preguntó, pese a que podía resultar un cuestionamiento estúpido. Solo quería asegurarse de que nada hubiese pasado entre ellos dos.

- Hyun Joong se marcha ya.

- Así es. Me retiro… - en cuanto Hyun Joong dio media vuelta, volvió a tambalearse. Esto ya no era solo efecto del licor, sino también del peso de aquel sentimiento que se negaba en abandonarle.

- Te llevaré a tu casa, no estás en condiciones de conducir en ese estado.

- Yunho ah…

- Volveré enseguida, Jaejoong ah.

De aquel modo, Yunho terminó conduciendo el auto de Hyun Joong, tomando un camino casi desconocido para él pues nunca habían visitado al amigo de su esposo en su propia casa. El moreno sentía un dejo de culpa, tal vez de remordimiento, por haber conseguido el corazón de Jaejoong, por nunca haber visto a Hyun Joong como un amigo de verdad, sino como el amigo de su esposo, el molesto hombre que siempre dejó entrever sus intenciones amorosas por Jaejoong.

- Irónico, ¿no? Que seas tú quien lleve a este estúpido borracho a su casa.

- Lo es.

- Gracias, Yunho. Por hacer feliz a Jaejoong.

El moreno no emitió más comentarios al respecto. Hacer feliz a su esposo es algo que él se propuso desde que le conoció. Enamorarse de él había sido cosa del destino, está seguro, como las piezas de un puzle que no podrían haber encajado con ninguna otra, ellos no podrían amar a nadie más. De soslayo vio a Hyun Joong tomar su móvil y marcar un número, Yunho esperó que estuviera llamando a casa, pero se equivocó.

- Junjoong ah…

- ¿Appa?

 - Junjoong ah, ve a casa, ¿sí?

- Estás tomado, appa. Qué ha pasado.

- Junjoong ah. Ve a casa, appa quiere hablar contigo y con tu madre. Appa tiene muchas cosas que decir y cambiar de ahora en adelante. Solo ve, hijo mío.

Yunho quiso interpretar las palabras de Hyun Joong como una especie de renacimiento, esperó que en verdad esa vez hiciera las cosas mejor que hasta entonces. Que amara a su familia, y se sintiera realmente parte de ella. Casi una hora más tarde llegaron a la residencia de Hyun Joong, su bella esposa estaba ya en la puerta esperándoles, hace cinco minutos Hyun Joong la había llamado. Yunho se preguntó por qué esta mujer ha soportado el desprecio de Hyun Joong por tanto tiempo, ella es realmente hermosa, incluso él que no siente atracción por las féminas le reconoce la belleza. Pero entonces respondió a sí mismo su cuestionamiento, una mujer enamorada es capaz de soportar más de lo que debiera, del mismo modo en que un hombre enamorado ha aguantado la soledad de su corazón durante el mismo tiempo. Tal vez el destino de Hyun Joong no era Jaejoong, y sin embargo su corazón había decidido amarlo yendo en contra de los designios que el hado pudo preparar para él. Y quizá, esta mujer destinada a amar a Hyun Joong, obtenga algún día la recompensa por su incondicional compañía.

- Hyun Joong ah… - la mujer sonrió con nostalgia al ver a su esposo en aquel estado. Se acercó para permitirle que se apoyara en ella y caminara sin caer.

- Lo siento, cariño. Lo siento mucho.

- Lo sé. Vamos, tienes que descansar… - la mujer volvió entonces su mirada hacia el moreno, recibiendo a su vez las llaves del auto de su esposo… - Me disculpo por las molestias ocasionadas, Yunho-ssi.

- No se disculpe. Compermiso, Sra. Kim… - El moreno caminó a la avenida para tomar un taxi de vuelta a su casa.

No sabe cómo terminarán las cosas en la familia de Hyun Joong, pero desea sinceramente que mejoren para bien, que consigan ser felices, como él lo es con la suya.

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Departamento de Okada Masaki

A Min Woo no le gustaba estar aquí, no porque no disfrutara hacerle compañía a su novio, sino porque piensa que le quita tiempo para estudiar, para hacer sus deberes universitarios. Pero aún así, Masaki insistía de vez en cuando en llevarle ahí, compartir alguna comida y conversar.

- Sé que sigues pensando que me quitas tiempo… - la voz del japonés se oyó suave y tranquila, a Min Woo le recordaba a veces a su padre, cuando Hayami quería ser paciente, no había poder humano en el mundo que le perturbara.

- El otro día escuché a mi padre platicando con el tuyo, parecía preocupado por ti, si estabas esforzándote lo suficiente… - admitió el menor con cierta vergüenza, él no había podido evitar escuchar la conversación, escondido detrás de la puerta de la oficina de sus padres en casa.

- A veces ignoro las llamadas de mi padre a propósito… - Okada comentó con tono serio, triste incluso.

- ¿Por qué? – Min Woo se extrañó de esta revelación, su novio siempre ha parecido tan unido a sus padres.

- Porque siento que todo lo que les importa es que estos últimos meses transcurran rápidamente para que pueda volver y cumpla la promesa que le hice a mi hermano.

- Masaki-kun…

- Min Woo ah, voy a contarte de lo que se trata ahora mismo, necesito que lo sepas, porque aunque voy a estar contigo cuando nazca el bebé, a las pocas semanas tendré que marcharme.

El menor Mokomichi se tensó involuntariamente. Antes también quería saber qué tan importante era esa promesa que le ata a Japón. Ahora siente que tendrá miedo de saber, porque significa que tendrá que aceptar la partida de Masaki.

- No te pongas así, Min Woo ah, le hace daño a nuestro bebé… - Okada dijo con tono dulce, sujetando una de sus manos con cariño, acariciándole la tripa de siete meses ya con devoción.

- ¿N-nuest…nuestro?

- Sí. Vas a dejarme ser su padre, ¿no es así? Aunque no pueda verme mucho durante sus primeros meses de vida, quiero sentirme tan parte de él, como lo eres tú.

- ¿Aunque no lleve tu sangre?

- Lleva la tuya, y es lo único que me importa, porque te amo a ti, Min Woo ah.

El menor Mokomichi abrió la boca varias veces, pero ningún sonido salió de sus labios. Antes Masaki le había dicho “te quiero”, que ahora cambie aquellas palabras por ese “te amo”. Un mundo de mariposas había cobrado vida en su vientre, y con su pequeño ahí dentro, la sensación era simplemente maravillosa.

- Escucha, la razón por la que hice una promesa a mi hermano, es que antes de que cayera un coma por un accidente, supe cuánta ilusión le hacía tener su propia familia. No tenía demasiado que se había casado, pero pronto descubrieron que él no podría participar en la concepción de un hijo, pese a que la fertilidad de su esposa era estable y adecuada, mi hermano era quien tenía el problema. Se sometieron a varias pruebas tratando de solucionar el problema, pero una y otra vez se encontraron con la decepción de no conseguirlo. Entonces mi hermano supo de un genetista que imparte clases aquí… y a mí siempre me gustó la medicina, la ginecología en particular. Sin embargo, antes de que mi hermano y su esposa pudieran venir, él tuvo el accidente.  Prometí, a mi hermano en coma, que encontraría la forma de que recuperara la conciencia, y de que pudiera concebir su familia a lado de su esposa. Ella no le ha abandonado, le visita todos los días, platica con él, le lee sus libros favoritos, le recuerda que le ama, que le espera con los brazos abiertos. Incluso la he escuchado decirle que deje atrás el pasado, que no se aferre al sueño de la paternidad porque no es esa la única razón por la que se casó con él, no es eso lo que la enamoró. Durante un año estuve viéndola estar ahí con mi hermano, esperando que en cualquier momento se derrumbara y le dejara. Ella no lo hizo, no lo ha hecho, y ahora estoy seguro de que no lo hará. Ése amor que ella le tiene a mi hermano, es algo que quiero proteger, por eso tengo que volver y cumplir mi promesa, por eso estudio arduamente, y por eso insistí durante los primeros meses para poder acercarme al Dr. Li, ahora él ha accedido a ayudarme, ha revisado el caso y me dio esperanzas. ¿Entiendes, Min Woo ah?

El menor Mokomichi asintió, incapaz nuevamente de emitir palabra alguna. Se sentía conmovido por la historia escuchada, por la devoción de Masaki hacia su hermano. Pero al mismo tiempo sentía tristeza, aunque sabía que Masaki se iría, teme no saber realmente cuándo volverá.

- Masaki-kun… - el menor conectó su mirada con la del japonés… - ¿Me harías el amor?

Las mejillas de ambos adolescentes se tiñeron de carmín. Okada tragó hondo, pese a que alguna vez pensó en intimar con la chica que quiso tiempo atrás, que Min Woo se lo pidiera, era hermosamente extraño. Sujetó sus mejillas acariciándoselas con cariño, vio la mirada del menor titubear bajo la suya, morderse el labio e intentar escapar de su contacto.

- Si huyes, cómo esperas que lo haga, Min Woo ah…

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Parque de diversiones

Dong Joon y Young Min estaban teniendo una cita. Oh sí, una cita. La discusión de semanas atrás había quedado en el olvido, y ellos hacían su mejor esfuerzo por olvidarla, con el tema que la provocó incluido. Pese a que no lo hablaban, los momentos hormonales en que los besos subían de intensidad seguían apareciendo naturalmente entre ellos.

Esa noche, mientras admiraban la panorámica de la ciudad desde lo alto de la Noria, la tranquilidad era sometida nuevamente a prueba por el calor del verano que ponía incluso las noches demasiado calientes para ignorarle. Allí arriba, con las estrellas bailando en el firmamento y la luna a medio llenar, la noche era hermosa, pero los ojos de ambos adolescentes estaban fijos en el otro. El brillo de sus miradas era incluso más intenso que el de las mismísimas estrellas, y la claridad de sus deseos, tan nítida como el astro plateado.

No saben quién fue el primero en moverse y reducir la distancia, pero están allí, abrazados con recelo al cuerpo del otro devorándose los labios en un apasionado beso que sabía tan exquisito que no querían renunciar a su sabor. El ligero movimiento de la cabina les recordó el lugar donde se encuentran, por lo que se separaron con las mejillas arreboladas de carmín y la respiración agitada.

- Eso fue… - Young Min se tocó los labios, todavía húmedos de la saliva compartida. Su corazón le tamborileaba en los oídos y todo lo que podía sentir era calor y más calor rodeando su cuerpo.

- Peligrosamente excitante… - Dong Joon suspiró con una sonrisa pícara, consciente del bulto entre sus piernas que había despertado pero todavía podía disimularse entre sus ropas.

- No deberíamos dejarnos llevar así… - el gemelo Mokomichi frunció ligeramente el ceño, la sonrisa de su novio le pareció arrogante, pero en él lucía endemoniadamente sexy. Como siguieran así, no pasaría demasiado tiempo antes de que cedieran a las hormonas y el cariño.

- Lo sé, lo repites cada vez que terminamos besándonos así… - el gemelo Park sujetó la mano de su novio cuando estaban por llegar al final de la ronda… - Pero creo que a ambos nos gusta, y no tiene nada de malo.

- Pero si seguimos así, ya sabes… podríamos terminar haciendo eso… - Young Min murmuró avergonzado, con ese tono ofuscado que ponía cuando sin embargo no quería comenzar a gruñir ni lanzar maldiciones; dejándose arrastrar por su novio cuando bajaron de la atracción.

- No lo haremos, siempre haces que nos detengamos a tiempo… - Dong Joon le jaló entre las personas, caminando sin rumbo fijo simplemente porque de pronto el aire fresco que soplaba en aquella noche de verano apaciguaba lo suficiente el calor de su cuerpo, las ganas de raptarle en cualquier sitio donde poder dejar libres todos sus deseos.

- ¿Y si un día no te detengo? ¿Si un día no nos detiene nada ni nadie?... – Young Min se detuvo tirando la mano que sostiene la suya para instarle a parar también.

- Seguiremos siendo solo tú y yo, Young Min ah. Si queremos parar lo haremos, si queremos ceder a lo que deseamos, entonces así será… - Dong Joon miró a su novio a los ojos… - Haríamos el amor, ¿hay algo malo en eso?

- ¿Aparte de la edad? – el gemelo Mokomichi soltó casi con ironía.

- Aparte de le edad… - sonrió el gemelo Park.

Se miraron a los ojos y luego sus manos entrelazadas. Sonrieron nerviosos y juguetearon con sus dedos, de pronto parecía que no había dudas, que el cariño que se tienen es suficiente para dar los pasos que sean hacia delante en su relación.

Young Min lo reflexionó unos instantes, lo que le enamoró de Dong Joon. No hay algo en especial que le haya hecho caer en el amor. Más bien parecía que todo en su novio le ponía así de idiota como para enamorarse. El amor después de todo no era tan complicado como pensaba, el amor lo vuelve complicado el ser humano solamente.

- Dong Joon ah…

- ¿Mh?

- Vamos a un hotel. Quiero hacer el amor contigo esta noche… - el gemelo Mokomichi advirtió el sonrojo de sus mejillas apenas dijo aquello. Su novio abrió los ojos de par en par, incrédulo a lo que había escuchado…

Dong Joon entonces tartamudeó sin decir una sola palabra coherente. Sintió su propio rostro encenderse de vergüenza, pero al poco tiempo, cuando Young Min fue quien se acercó besándole despreocupadamente con pasión, las dudas se disiparon y pronto iban camino al lugar que se convertiría en su primer lecho de amor.

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Set de grabaciones

Hacía una semana que habían iniciado en todas sus formas el rodaje del nuevo drama. Los seis estaban ahí, un poco ansiosos por hacer su mejor esfuerzo y conseguir que todo salga bien. La ambientación del set era perfecta, les invitaba a sumergirse realmente en sus personajes, en un mundo de oscuridad, de intrigas por poder, de lujuria y pasión.

- Aigoo~ tanto vestuario de cuero y tonos oscuros me pone nervioso… - Jaejoong sonrió más bien avergonzado cuando le presentaron sus ropas.

El inicio del drama tal cual como en la historia original, se llevaría a cabo con su primer encuentro con Yunho, vestido totalmente en ropa de cuero entallada a su cuerpo, tanto que incluso se definían claramente los pectorales y cada músculo en las piernas. Sobra decir aquello que también resalta entre sus piernas, con suerte y disimularía aquello con el cinto grueso en su cintura donde portará una espada y una daga, además de la muslera con un arma de cañón corto con diseño futurista.

- Pero te ves muy bien, Jaejoong ah. Y los pupilentes que diseñaron para ti te hace parecer realmente un vampiro~ - Junsu, que también estaba ahí cambiándose, le aplaudió emocionado… - Te ves muy bien, Jaejoong ah.

- No sé, Junsu ah. No tengo 20 años… - el pelioscuro dijo con vergüenza.

- Deja que Yunho te vea y lo primero que querrá hacer es secuestrarte, luego se pondrá celoso, y al final nuevamente querrá secuestrarte… - el castaño se rió con ganas, imaginándose las reacciones del moreno.

- Tienes razón… - el pelioscuro se sonrojó al imaginar la escena… - Pero claro, no es menos diferente de lo que sucederá cuando Yoochun te vea, Junsu ah.

- Oh, pero yo me visto así a menudo… - el castaño se miró de cuerpo entero. El atuendo blanco comprendido de pantalones ajustados a sus piernas, la camiseta de resaque pegada a su torso, un chaleco tipo militar y armas en cada muslo, así como una ballesta en su espalda… - excepto por las armas, claro… - volvió a reír, contagiando al pelioscuro.

- Es verdad, como también lo es el hecho de que Yoochun no ha dejado de ser un ratón pervertido que quiere correrte mano en todo momento.

- Sí~ el tonto se ha puesto más pervertido incluso desde que aceptamos rodar este drama… - el castaño pucheó, lo que le pareció muy tierno al mayor.

- Ustedes dos, dejen de hablar y ayúdenme a atar estas cosas… - ChangMin gruñó de mala gana, batallando con las cintillas en la espalda de su camiseta de tela y cuero.

- Aigoo~ estabas más lindo callado… - Jaejoong sonrió, sintiéndose de pronto sí, un chico de 20 años. Bien, cerca de los 30 tal vez.

- ¡Yah, yo no soy lindo!

- Sí lo eres~ - Junsu le molestó, yendo sin embargo a ayudarle.

ChangMin gruñó de nuevo, pero prefiriendo no decir nada más. Junsu comenzó a hacer nudos en las cintillas cruzadas de la prenda del morocho, la forma dejaba al descubierto gran parte de la piel en su espalda, y al frente se le entallaba al torso, tela y cuero dibujaban las líneas de cada músculo haciéndole lucir francamente sexy. Los pantalones de mezclilla y las botas tipo militar simplemente le iban perfecto, el peinado más bien desaliñado de sus mechones oscuros y los pupilentes similares a los de Jaejoong resaltando ese aspecto vampírico que la gente de staff buscaba.

- A Yunho y Yoochun creo que tendremos que agregar a Hayami, cuando te vea seguramente babea, ChangMin ah…

- ¡Calla Jaejoong ah! – exclamó avergonzado. Claro que, no lo admitiría verbalmente, pero sus mejillas lo traicionaron. Pelioscuro y castaño se largaron a reír divertidos por su reacción, él les gruñó por toda defensa.

- ¡Cute! ¡Mi ChangMinnie está creciendo! – a Jaejoong le dio por comportarse como hace casi 20 años, pellizcando las mejillas del morocho.

- ¡Jaejoong ah!

Junsu simplemente reía, viendo cómo ChangMin batallaba contra Jaejoong intentando sacárselo de encima, o conseguir al menos que dejara de tratarlo como a un crío.

…………………………

En otras de las habitaciones, Yunho, Yoochun y Hayami hacían lo propio con sus vestuarios.

- ¿Por qué han tenido que separarnos así? – el pelinegro rezongó, deseando ya ver a su esposo personificando a un centinela.

- Debe ser que tomaron precauciones, no sea que arruines el vestuario de Junsu, le desmaquilles, despeines y dejes todo sudado… - el japonés respondió con una sonrisa divertida.

Yoochun fulminó con la mirada a Hayami, pero él ni siquiera se inmutó. Yunho suspiró al tiempo que ladeaba la cara de un lado a otro con gesto de resignación.

- Se siente un poco caluroso todo esto… - el moreno resopló.

- Es porque de entre todos, El Diurno es el que viste más ostentoso… - el pelinegro dijo con una sonrisita burlona. Fue Yunho quien entonces fulminó con la mirada al pelinegro.

A saber, sus vestuarios eran así. Hayami, tras comenzar el rodaje como un simple mortal, vestía un conjunto de paramédico para su primer escena en el drama. Yoochun por otro lado, porta unos jeans de mezclilla rasgados a lo largo de las piernas, una camiseta de resaque en tono negro que deja entrever su tatuaje del pecho, y ese que hizo en su hombro derecho con el nombre de sus hijos; en la espalda los ya conocidos aunque no se notaran completamente. El peinado desordenado dándole ese aire salvaje que iba muy bien con su personaje licántropo. Por último, Yunho viste unos pantalones negros no demasiado ajustados ni holgados, musleras en cada pierna, un cinto con otras armas de menor tamaño, una katana cruzada en la espalda colocada estratégicamente entre su gabardina oscura y el torso reforzado de cuero que funcionaba a su vez como una especie de chaleco antibalas; debajo de esta prenda, una camiseta de algodón especialmente diseñada para que soporte el calor del resto de su vestuario; lentes oscuros que le daban un aire sexy y rebelde resaltaban su personalidad.

- Por cierto, quién cuidará de tus hijas, Yunho ah…

- Se quedarán en casa de Yoochun, Dong Joon se ha quedado a cargo de la seguridad de nuestras princesas.

- Eso significa que terminarán reuniéndose todos entonces… - el japonés sonrió.

- Vaya que lo harán. Dong Joon no querrá volverse loco por sí solo, terminará arrastrando a su novio, y por tanto a sus hermanos.

- ¿Te sienta bien que tu hijo salga con uno de los míos?

- Eso asegura que vaya arriba… - el pelinegro dijo con orgullo, a lo que Hayami respondió con una carcajada. Yunho sonrió divertido, claramente Yoochun nunca cambiaría.

- A mí no me interesa el rol que mis hijos decidan tomar en sus intimidades, pero seguro ChangMin hará un lío de eso.

- Hayami dí la verdad, ¿alguna vez ChangMin ha mandado?

- Muchas veces, a mí tampoco es que me importe ser pasivo o activo, si él quiere mandar entonces manda… - Hayami respondió totalmente quitado de la pena. Y siguieron hablando de esos temas durante un tiempo más hasta que los llamaron para continuar con las grabaciones.

…………………………

Residencia Park-Kim

Como se había predicho por los mayores, los chicos terminaron reunidos en casa de Junsu y Yoochun, y tal cual era de esperarse, Hyeran y Sun Hi iniciaron su maratón de dramas de sus padres.

- Nunca me gustó que appa tuviera que actuar a lado de actrices, seguramente que umma no lo pasaba muy bien… - criticaban las adolescentes, mientras que Yoon Hyun y SeungMi optaban por escuchar música juntas.

Por otro lado, los hermanos Mokomichi y Dong Joon estaban sentados en el comedor, los cuatro con expresiones relajadas, demasiado a decir verdad. Además de ello, algo más lucía diferente en sus rostros. Un brillo en sus pupilas que rápidamente dejó ver lo que pasaba.

- ¡Tuviste relaciones con Junjoong! – Young Min acusó a su gemelo.

- ¡De qué te admiras si tú también lo hiciste con Dong Joon! – Kwang Min le señaló en retribución, ambos rojos hasta las orejas.

El gemelo Park simplemente se hizo el desentendido, mientras que las chicas en la estancia incluso habían bajado el volumen en la pantalla y girado el rostro con emoción.

- Hyungs, por favor… - el menor Mokomichi intentó poner orden entre sus hermanos, pero lo único que consiguió fue que la atención cayera sobre él y se dieran cuenta de otro detalle. Él lucía demasiado feliz y radiante, y además cuando fueron por él a casa de Okada, lucía como si hubiera tomado recientemente una ducha.

- ¡Lo hiciste con Masaki!

Continuará……

*----* presiento que luego de que lean este capítulo me lloverán reclamos xDDD así que no diré más nada, esperaré a leer sus reacciones ;D

Hasta aquí mis palabras de hoy *-* gomawo~ a quienes están comentando. Un cálido abrazo de mi parte *3*