Bueno, este es el último capi re-editado xD así que a partir del próximo serán capis totalmente inéditos (?)
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CAPÍTULO 4. DILEMA
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Universidad
de Seúl
Yunho no ha conseguido concentrarse en más
nada durante toda la mañana. Se ha saltado incluso la primera clase por estar
escuchando el relato de este hombre que se presentó como Min Woo. Así sin más,
sin ningún otro objetivo que hablarle acerca del Llanto de Zorro que le ha
entregado. La pequeña cápsula descansa ahora en el bolsillo interno de su saco.
No está seguro del por qué lo ha aceptado, no es que conozca de mucho a este
chico de ojos negros que se hospeda en su departamento como favor por su amigo
Yoochun, ni mucho menos que pueda evitar sentir ese impulso de protegerle.
– Pero ni siquiera le he dado un nombre. Es
decir, no es que pueda simplemente dárselo, pero estar refiriéndose a él como
zorro está fuera de límites ahora y siempre. Si quiero entender realmente todo
lo que está pasando, necesito ser su amigo. Un amigo de verdad, no solo un
anfitrión amable. Y preguntarle por su propia versión. Si Min Woo fue su... amante, quiero saber desde su
perspectiva qué sucedió hace 200 años.
Yunho murmuraba por lo bajo, sumido en sus
pensamientos y absorto del mundo no se percató de más nada, del tiempo o de
otros alumnos y profesores que le pasaban por un lado. Sentado en una banca no
se percató tampoco del vibrar de su móvil o del calor que comenzó a levantarse
cuando el reloj marcó más de las diez de la mañana. El moreno suspiró y
cargándose el bolso al hombro se puso en pie y comenzó a andar, no hacia sus
clases, sino de regreso a su departamento. Necesitaba hablar con el zorro de
ojos negros. Una necesidad que no podía alargar. Saltarse su día de clases en
la Universidad hoy era imprescindible, aunque la responsabilidad fuese uno de
sus valores más arraigados.
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Centro
de la capital
Abstraído por las novedades que le ofrecía
la ciudad, Junsu convenció a sus hermanos de que salieran a pasear ese día ya
que no tenían nada qué hacer, y él honestamente lo que menos quería era pensar
en Yoochun.. La mañana se fue así entre algarabía y asombro por parte del
pelirrojo, el hastío y la apatía del menor de los tres, y la prudencia del de
ojos negros.
– Sus humanos deberían darles un nombre
también. A mí me gusta que Yoochun ah me llame “Junsu” cuando habla conmigo… –
Comentó casi con aire distraído, mirando alternadamente una tienda de mascotas
y otra de peluches en la plazuela a que han llegado a media tarde.
– ¿No se supone que no querías hablar de
ese malagradecido? – El zorro de ojos oscuros cuestiona de mala gana, resopla y
mira distraídamente unos aparadores en una tienda de instrumentos para la
cocina. Piensa en el japonés y se pregunta qué estará haciendo en ese momento,
si también ocupará algún espacio en su mente para pensarle mientras no se ven.
Junsu suspiró… – No puedo evitarlo, Yoochun
ah es importante para mí, quiero que me mire como mira a esa chica que le ha
visitado. Quiero gustarle, pero no hay acciones en él que me hagan pensar que
lo hará.
– ¿Entonces para qué quieres ser un humano?
No lo entiendo, hyung.
El de ojos avellana bajó la mirada,
jugueteó con el borde de una cortina de olanes expuesta en la tienda por la que
han pasado. El de ojos negros miró a sus hermanos, cada uno tenía sus propias
ideas y comprendía de forma diferente la estancia en este mundo. El zorro mayor
optó por cortar el tema, no quería una confrontación entre sus hermanos ahora,
y presentía que el zorro menor podría ser imprudente.
– Vamos a volver ya a nuestros respectivos
hogares temporales. Podemos volver luego para que decidas qué quieres mirar,
Junsu ah.
– Sé lo que quiero mirar, hyung. Lo que no
sé es si Yoochun ah estará de acuerdo en tener mascota en casa, o si sería
mejor solo tener un peluche.
– Ninguna de las dos cosas debería ser una
opción en tu cabeza, hyung… – Se quejó el de ojos oscuros… – Ni siquiera tienes
dinero para comprar ninguna de las dos cosas. Y por el geniecito que se carga
tu humano, dudo mucho que vaya a querer cualquiera de las dos.
El pelirrojo pucheó y pateó el suelo con
aire berrinchudo; al menos por un instante su personalidad infantil resurgió.
Luego suspiró y resignado se encaminó hacia la calle para tomar el camino de
vuelta al departamento del pelinegro. Sus hermanos caminaron junto a él en
silencio. Estaba cada uno metido en sus propios pensamientos.
– Hyung, ¿vas a decirme qué necesito para
convertirme en humano de verdad?
– Paciencia, Junsu. Te lo explicaré todo
cuando sea luna llena. Entonces tendrás todo un mes para conseguir tu cometido,
cuando otra luna llena se haga presente en el firmamento. Por ahora pienso que
es mejor tomar las cosas con calma, volvamos a nuestras casas.
El de ojos negros omitió mencionar el hecho
de que se sentía inquieto, tenía un presentimiento más allá de esta situación
con su hermano. El pelirrojo quiso replicar, pero en este punto sabía que los
reclamos no servirían de nada. El ritual no iba a ser alterado solo porque él
ansiara ser humano de inmediato. El zorro de ojos negros suspiró mirando hacia
el cielo claro, no hay nubes y los rayos del sol caen con energía sobre la
ciudad, encandilándoles incluso la mirada. El zorro mayor recuerda un poco
cuando estuvo dispuesto a renunciar a su condición sobrenatural, el proceso es
literalmente doloroso, una muerte tras
otra por cada cola perdida. No quiere que ninguno de sus hermanos pase por
esto, pero sabe que es tarde. Junsu está decidido.
– He estado pensando. No podemos estar sin
hacer nada durante todo este tiempo. Debemos encontrar la manera de apoyar a
los humanos que nos cuidan, encontrar un trabajo aunque no tengamos
credenciales que nos identifiquen.
El de ojos oscuros sintió de pronto que su
comentario había caído en saco roto pues ninguno de sus hermanos mostró
reacción alguna. Estaba por repetir lo dicho cuando el mayor dijo algo sobre
encargarse del asunto, pero pronto los tres volvieron a quedar en silencio
mientras caminaban de vuelta a sus respectivos sitios.
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Departamento
de Park Yoochun
Cuando el pelirrojo llegó hasta aquí se dio
cuenta de que los pies le punzaban en la planta, se sentían calientes y un
dolorcito le subía por las pantorrillas hasta los muslos y la espalda.
– ¿Esto será a lo que los humanos llaman
cansancio? Quizá fue mala idea caminar para todos partes durante toda la
mañana, además como no teníamos mucho dinero no pudimos comer antes de volver
aquí… – Un tierno pucherito brotó en labios del pelirrojo… – Todo porque
nuestro hermanito come como si aún estuviera en desarrollo… – Rió bajito
mientras se tallaba las plantas de los pies y daba algunos apretoncitos
alrededor del empeine queriendo aliviar la sensación de cansancio… – ¿Yoochun
ah tardará en volver? – Murmuró, reposando sus pies sobre el piso de madera,
suspirando casi aliviado al sentir el contraste de temperaturas entre lo fresco
del liso piso y lo caliente de sus pies.
Luego escuchó el sonido de la puerta al
abrirse y cerrarse e instintivamente agudizó sus oídos. Naturalmente debía
tratarse de Yoochun, pero por el simple hecho de no haber sentido su Aliento
cerca ni reconocido el aroma del pelinegro, él supo que no podía tratarse de su
humano. Así que sigilosamente avanzó hacia el pasillo de entrada listo para
defender el territorio de su humano de cualquier extraño que quisiera robarle.
O lo que sea.
Pero dudaba mucho que la mujer delante de
él fuera una ladrona. O algo.
– ¿Y tú quién eres? ¿Qué haces en casa de
mi sobrino?
– ¿Mh? ¡Ah! Usted debe ser Min Hee-ssi, la
Tía de Yoochun ah… – El pelirrojo sonrió tímidamente. Esta es la primera vez
que se encuentra con algún familiar del pelinegro y por alguna razón quería dar
una buena impresión.
– Sí, pero no sé quién eres tú.
– Me llamo Junsu… – Dijo. Y al hacerlo se
dio cuenta de que se sentía maravillosamente bien poder presentarse como
cualquier humano común y corriente. Sin tener que evitar el revelar su
verdadera identidad. Estaba emocionado, tanto que tuvo que hacer un gran
esfuerzo por dejar sus colas bien ocultas a la vista de la mujer.
– Oh, así que tú eres el famoso Junsu que
tuvo tan preocupado a mi sobrino días atrás… – La mujer finalmente se adentró
con confianza en el departamento, cargando un par de bolsos que parecían
contener alimentos.
El pelirrojo de inmediato se ofreció en
ayudarle con la carga, que francamente era pesada para la fuerza de una mujer.
De cualquier manera, lo que tenía al pelirrojo sonriendo como bobo era lo que
acababa de escuchar. Su humano de verdad se había preocupado cuando desapareció
así sin más.
– Nada
le cuesta ser así de amable y lindo más a menudo… – Pensó, internándose en
la cocina al seguir a la mujer que seguía parloteando con ese tono chillón que
se le hacía algo extravagante pero mono al pelirrojo.
– ¿Y de dónde eres? ¿Cómo es que apareciste
así de repente en la vida de mi sobrino y no nos había hablado nunca de ti?
– Nos conocimos recientemente pero nos
hemos entendido muy, bien… – El pelirrojo titubeó de último momento cuando tuvo
que decir aquello. A veces parecía que sí, que podía llevarse bien con el
pelinegro. Pero en otras ocasiones, las palabras y las acciones de su humano
consiguen hacerle sentir realmente mal, incómodo, triste… – Disculpe si le he
ocasionado problemas a Yoochun ah, le aseguro que no ha sido esa mi intención
al quedarme unos días a su lado.
– ¿Eh? Oh bueno… – La mujer comenzó a
guardar la despensa que ha llevado para el pelinegro en los cajones de la
alacena y el frigorífico… – En realidad Yoochun no nos ha dicho gran cosa. De
hecho solo te mencionó esa noche cuando fue a pedirle ayuda a mi padre para
buscarte, pero aunque intenté sonsacarle algo de información acerca de ti, él
no soltó prenda. Siempre tan obstinado para sus cosas.
– Yoochun ah es un chico extraordinario. Yo
le q… le estimo mucho por eso.
La mujer volvió la mirada hacia el
pelirrojo, extrañada de la seriedad y timidez con que aquellas palabras
brotaron de labios de este chico que luce algo adorable para su edad.
– Salvo Yunho y en ocasiones Hayami, no hay
muchas personas que digan eso acerca de mi sobrino. Él debió dejarte una muy
buena impresión y se deben estar llevando definitivamente bien para que lo veas
de ese modo.
– Yoochun ah me permite quedarme en su
casa, y cuida de mí. Se comporta como un hyung responsable. O casi todo el
tiempo lo hace… – El de ojos avellana admitió con una sonrisita entre divertida
y molesta. No había sido nada amable cuando le dejó ahí para irse con esa
chica. ¿Cómo era que se llamaba? Ah sí, SeNa.
– Ya decía yo que era demasiado perfecto
que hablaras tan bien de mi sobrino… – La mujer soltó una sonrisita… – De todas
maneras así suena más a que estamos hablando de la misma persona. Sé que mi
sobrino es buena persona, solo tiene algunos detalles de personalidad que le
arruinan la extraordinaria reputación.
Ambos rieron bajo por el comentario. No
había intención de burla allí, simplemente se sentían como si estuvieran
hablando de una persona a quien conocen de toda una vida. Y bueno, Park Min Hee
sí que conoce a Yoochun desde que nació, pero Junsu apenas tiene unos días a su
lado y ya sabe –porque lo siente en el fondo de su Aliento, que en caso de los
zorros existe una especie de equivalencia con su alma y corazón– que no podría
vivir separado de él. Él va y piensa con soltura y libertad que está enamorado,
aunque está seguro también de que si hablara de esto con un humano como los
amigos del pelinegro, e incluso con Min Hee-ssi, ellos le dirían que no se
trata de amor.
– Los
humanos son los primeros en negarse a algo tan suyo. El amor no es
inauditamente espontáneo, puede nacer en un abrir y cerrar de ojos. El reto
está en cosecharlo y dar buenos frutos de él. Mirarle florecer como cerezo en
primavera.
– ¿En qué estas pensando, Junsu-ssi?
– En nada en particular. ¿Usted le trae
siempre la despensa a Yoochun ah?
– Al menos una vez por semana, aunque esta
ocasión ustedes dos se han terminado todo muy rápido; así que he pensado en
traerle dos o tres veces a la semana. Incluso puedo cocinar para ustedes si
deciden venir a casa a visitarnos. A mi abuelo también le gustará conocerte,
Junsu-ssi.
– Se lo diré a Yoochun ah, Min Hee-ssi… –
Sonrió cordial. Aunque en el fondo pensaba que el pelinegro se negaría en
rotundo en llevarle… – Yoochun ah sigue
evitando a toda costa que tenga contacto con sus amigos de la Universidad, con
mayor razón lo hará de su familia. No, probablemente aunque llegara a ser un
humano de verdad, Yoochun nunca me verá diferente.
– Lo que sea que estés pensando, no te líes
tanto. Tu cara se ve más atractiva cuando sonríes que cuando tus ojos reflejan
tristeza… – Las palabras de la mujer pillan por sorpresa al pelirrojo. No se ha
percatado de sus ensimismamientos… – Por cierto, ¿tú no vas a la Universidad?
– No… – Junsu dijo honestamente. No tenía
intenciones de mentirle a aquellas personas que se nota quieren al pelinegro
con tal sinceridad… – Yo, he tenido algunos problemas de familia que me han
impedido hacer muchas de las cosas que quiero. Pero espero pronto poder
integrarme a la vida con normalidad.
– Oh querido… La mujer le dio un repentino abrazo cariñoso.
El pelirrojo se sorprendió pero al instante correspondió el gesto con suavidad.
Nunca había sentido este tipo de abrazo. Con calidez humana… – No desistas,
estoy segura de que lo que sea que estés pasando pronto será solo un recuerdo.
Tengo la impresión de que harás algo muy importante con tu vida.
Min Hee pellizcó las mejillas del pelirrojo
con súbito maternalismo. Junsu sonrió, ligeramente adolorido de los mofletes
por aquel gesto cariñoso. Pero feliz. Ella que no sabe quién es él en realidad
le trata como a cualquier chico, como a un ser humano. Entonces, ¿por qué sigue
sintiendo que con Yoochun no será así de sencillo?
– Así que, ¿vas a decirme por qué mi
sobrino estaba tan preocupado buscándote aquél día? Realmente estaba
angustiado, y lo suficientemente desesperado para aparecerse por la casa y
pedirle un favor a mi padre, después de todo últimamente ellos son como agua y
aceite.
– Min Hee-ssi, ¿por qué ellos no se llevan
bien? Son familia.
Junsu evadió la pregunta de la mujer y al
mismo tiempo le devolvió una, curioso a más por conocer de la vida del
pelinegro. Min Hee rió con soltura, el pelirrojo ladeó el rostro con curiosidad
sin comprender el motivo de su risa cuando ha hecho una pregunta que ha
considerado seria.
– En realidad ellos se quieren, por
supuesto que se llevan bien; esto llevarse
mal es superficial y solo una especie de rebeldía de parte de ambos.
Después de todo son abuelo y sobrino, y créeme cuando te digo esto, son
igualitos… – La mujer volvió a reír, y el pelirrojo tuvo la impresión de que
esta persona era una de las más transparentes que ha podido conocer en esos
días.
A Junsu le agradaba mucho Min Hee, y
esperaba que al menos con el tiempo, Yoochun pudiera ser más amable con él como
su tía. Que le tratara como humano, tal vez como un amigo.
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Departamento
de Mokomichi Hayami
Cuando el japonés arribó a su casa se
sorprendió al encontrarse con su invitado en la cocina, y no precisamente
asaltando su nevera.
– ¿Tú estás cocinando? ¿Acaso te golpeaste
la cabeza cuando regresabas y te volviste una persona normal con rasgos de
amabilidad? No me gusta, te prefiero al natural, tal como eres, en serio.
– Cállate. Ni creas que pienso compartirte
de mi comida.
– ¿Tú comida? ¿Es que no piensas
compartirme de lo que estás preparando?
– No.
– Vaya, ya decía yo que era demasiado bueno
y lindo para ser verdad. Aún así me simpatizas más de esta manera, hubiera sido
raro que amablemente respondieras que preparabas la comida para los dos.
– ¿Te han dicho que hablas demasiado? – El
zorro de ojos oscuros le gruñó de mala gana.
– Y tú comes como si tuvieras que
satisfacer el hambre de un ejército, y no te digo nada. ¿Todos los Gumiho son
como tú?
– ¡Claro que no! ¡Soy único e irrepetible!
¡Lo mejor de lo mejor de mi raza! ¡Y ya te dije que como mucho para mantener
esta apariencia humana, idiota!
– Seguro… – El japonés se permitió una
risita burlona…
– ¡No te atrevas a burlarte de mí, Hayami
no baka!
– Alguien está aprendiendo a insultar en
japonés.
– ¡Eres tan exasperante!
– Y tú eres hermoso con tu apariencia
zorruna, pero tienes un carácter del demonio. De todas maneras podrías
gustarme, zorrito lindo.
El de ojos oscuros no dijo nada aunque le
fulminó con la mirada –y las prietas mejillas abnegadas de rubor–, terminó de
servir algunos platos y los llevó a la mesa en absoluto silencio, luchando
contra el hormigueo en su espalda baja que viene de la ansiedad de sus colas
por revelarse. Está avergonzado, pero claro que no piensa admitirlo bajo
ninguna circunstancia. Ha encontrado insultante el apelativo ese de
"zorrito lindo", pero al mismo tiempo le ha causado este efecto de
vergüenza que ha puesto a latir como loco a su corazón. Y además no puede creer
que Mokomichi se haya tomado con tan buen humor el asunto de su condición
sobrenatural. ¡Y menos supera que lo haya llamado hermoso!
Mientras el zorro se dignaba en ser egoísta
y no compartir de sus alimentos al japonés, éste resignadamente se ha dispuesto
en preparar algo rápido para comer –recalentaría algo como hace en ocasiones,
pero con el zorro de ojos oscuros viviendo bajo su mismo techo, las sobras no existen–. En eso estaba cuando
se distrajo al recordar la imagen del zorro con sus nueve colas desplegadas. En
verdad le ha parecido demasiado hermoso, con las colas esponjosas agitándose
suavemente en todas direcciones, brillando con luz propia, dándole ese aspecto
fantástico que…
– ¡Kuso! – El japonés exclamó un minuto
después tras cortarse el dedo con el cuchillo. El zorro de ojos oscuros
abandonó la mesa y se apresuró a la cocina intuyendo el motivo de tal
exclamación.
– Idiota… – El zorro tomó la mano del
japonés y llevó el dedo herido a su boca.
Mokomichi se quedó sin habla ante la acción
–sensual– del zorro, sintió la lengua
húmeda presionar contra su herida y los labios succionando. Boca tibia. Eso es
lo único que pensaba. Vale, y también en controlar las reacciones de su cuerpo,
que la temperatura le ha aumentado y el pulso se le ha disparado. Y no es que
él sea un calenturiento, ni mucho menos que tenga que ver el hecho de que tiene
más de un año en abstinencia. Todo es culpa de este sexy y gruñón zorro.
– No
tenía idea de que yo fuera masoquista. Porque mira que venir a gustarme este
chico tan arisco… – Sonriendo como bobo, el japonés seguía mirándole con
cara de enamorado.
Cuando el zorro liberó el dedo del japonés
la herida había desaparecido completamente. Su Aliento se había encargado de
sanarlo. Y la única manera de hacerlo había sido mediante ese vergonzoso gesto,
metiendo el dedo en su boca. Vamos, que no pensaba prestarle su Aliento por unos segundos solo para sanarle.
– También
pude simplemente ignorarle. O dejar que se encargara por sí solo del corte,
dudo mucho que sea la primera vez que se lastima cocinando. ¡Argh! ¡Estúpido
humano qué está haciendo conmigo!
– Gracias. Así que es cierto que los Gumiho
tienen poderes de este tipo, eh. No conozco mucho sobre la cultura coreana al
respecto de sus demonios, pero un zorro lindo como tú está muy lejos de
parecerme un demonio.
– ¡Deja de llamarme zorro lindo, maldición!
– Entonces dime cómo debo llamarte… –
Mokomichi clavó sus ojos almendrados en la mirada oscura del zorro, haciéndole
temblar por culpa de la intensidad en sus pupilas.
– No sé. Decide un nombre para mí.
– ¿Quieres que yo elija cómo te llamarás?
– Solo porque no tengo ganas de pensar… –
Gruñó y desvió la mirada. Mokomichi sonrió.
– Buscaré uno digno de ti, zorro lindo.
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Departamento
de Jung Yunho
– ¿Dónde estabas?
– Buenas tardes, Yunho-ssi… – El zorro de
ojos negros inclinó la cabeza a forma de saludo, sonriendo suavemente al notar
la preocupación en el tono de voz del moreno.
– Buenas tardes… – Correspondió torpemente,
consciente de que había sido irrespetuoso. Pero no había podido evitarlo. Tras
volver de la Universidad se llevó la sorpresa de que el zorro no estaba y
desesperado incluso maldijo a diestra y siniestra. Al final había concluido que
necesitaba comprarle un celular para poder comunicarse cuando no estuviera
donde creía que estaría.
– ¿Qué sucede?
– ¿Eh?
– Es difícil engañar a un Gumiho, somos perceptivos.
Noto que algo te sucede, y no es solamente el hecho de que no estaba cuando
llegaste.
– He estado pensando en un nombre para ti…
– El moreno respondió, pero apenas el zorro se percató de que desviaba la
mirada, supo que estaba mintiéndole. Sin embargo decidió respetar su silencio,
por algo no le contaba lo que realmente sucedía. Y él debía ser paciente.
– ¿No te gusta algún nombre en particular?
– Pero puede que a ti no te guste. Por eso
pensaba que lo mejor sería que tú lo eligieras.
– Entonces dime cuáles te gustan y elegiré
uno de entre ellos.
El moreno se le quedó mirando. ¿Por qué
parecía que quería complacerlo? Entonces recordó lo que Min Woo le contara más
temprano y sintió una punzada en la nuca. Ellos dos habían estado enamorados
antes. Pero ahora eran un par de extraños decididos a no cruzar sus caminos.
Sin embargo, Min Woo también había dicho que les cazaría.
– Yunho-ssi…
– Jaejoong. Me gustaría llamarte Jaejoong.
– Entonces a partir de ahora ese será mi
nombre, Yunho ah. Jaejoong… – El de ojos negros le regaló una sonrisa. Suave,
casi un sortilegio de su imaginación. Hermosa.
– Jaejoong ah, quiero hablar contigo. Hoy
me ha encontrado un sujeto que dice conocerte de antes. Su nombre es No Min
Woo.
Los ojos negros del zorro se abrieron de
par en par. Y un matiz frío cubrió la faz de sus pupilas. Una frialdad que
venía del rencor, de la decepción. Yunho supo ahí que acababa de tocar la fibra
más sensible del zorro, pero estaba dispuesto a no dejarle ir hasta entenderlo
todo.
...
La tarde se había demasiado rápido y el
oscurecer de la noche cubría el firmamento. Yoochun sabía que Junsu debería
estar esperándole ansiosamente en su departamento, y una parte de él también
quería encontrarse con el chico y discutir
por cualquier tontería, quería comprobar que la personalidad infantil del zorro
de ojos avellana estaría de regreso; aún así, el pelinegro estaba ahí, sentado
en un coche que no es suyo, junto a una SeNa sonriente que parece divertida por
la nueva actitud del muchacho.
– Antes te costaba mucho más ejecutar esos
movimientos. Parece que últimamente te has mejorado bastante, oppa.
– He estado practicando incluso por las
noches… – Dijo con altivez, sonriendo galante.
Sin embargo, su mejora en el Taek Won Do no
venía de práctica alguna. De hecho hacía algún tiempo que faltaba a las clases
y su sensei ya le había dado un ultimátum para conservar su cinturón. Yoochun
sin embargo había querido lucirse esa tarde en la clase extracurricular de
cinematografía a que asistía una vez a la semana y, actuando como personaje
principal en un cortometraje que realiza junto a sus compañeros de clase,
ejecutó una escena de artes marciales casi tan pulcra como lo hacen los
profesionales. Todos habían quedado impactados. SeNa incluida. Una lástima que
no fuera su coprotagonista. De hecho el cortometraje no tenía nada que ver con
romanticismos, era una simple exposición del deporte nacional.
– Oppa se ha vuelto mucho más interesante
que antes… – SeNa dijo con coquetería, dejando que su mano descanse sobre el
muslo del pelinegro, notando cómo este reaccionaba con una sonrisa sobrada de
altivez. Ella sabe cuánto seduce el mínimo movimiento de su parte al muchacho.
Y honestamente antes solo lo usaba para su distracción, ahora sin embargo, lo
encuentra tan atractivo que realmente quiere algo con él.
– ¿De verdad?
– Por supuesto.
– Entonces, ¿saldrías conmigo a una cita?
– Mañana a las ocho, oppa… – Ella sonrió
con fingida timidez, dejando un beso sobre la mejilla del pelinegro… – Buenas
noches, Yoochun oppa… – Susurró con voz dulce, cerca de su oído hasta erizarle
el vello de la nuca.
El pelinegro sonrió tontamente, saliendo
del automóvil de la chica al comprender que aquella había sido la despedida. Ya
pensaba sin embargo en todo lo que podrían hacer el día siguiente. Se despidió
también y luego vio el auto convertible alejarse calle arriba a toda velocidad.
El pelinegro suspiró bobamente y luego le aguijoneó un intenso dolor en el pecho.
Mucho más fuerte que un minuto antes, cuando los labios femeninos tocaron su
piel y el dolor se extendió por su cuerpo con menor intensidad puesto que había
conseguido prácticamente ignorarle. Pero no ahora. Entró a su departamento
sobándose el pecho, tratando de calmar ese punzante dolor que le estaba
levantando un dolor de cabeza insoportable.
– Maldito Aliento. Estúpido zorro… – Se
quejó, doblándose de dolor justo fuera de su puerta. Parecía que el Aliento en
su pecho le daba una advertencia acerca de su pensamiento respecto al
pelirrojo.
Park abrió con dificultad, respirando
laboriosamente y deseando con fuerza que ese dolor desapareciera. Cuando el
pelirrojo le vio sonrió contento, aunque al notar el estado del pelinegro su
sonrisa se esfumara y apareciera una expresión de auténtica preocupación.
Anduvo hasta él con prisas, sujetándole por el brazo para ayudarle a
sostenerse.
– ¿En qué has estado pensando que mi
Aliento está tan enojado, Yoochun ah?
– ¡No te importa! – Gruñó dejando caer su
cuerpo a peso muerto sobre el sofá, sobándose el pecho y respirando
profundamente.
Junsu frunció el ceño dolido por la actitud
del pelinegro. Sí, a veces se llevaban bien. Otras parecía que Yoochun solo
veía un estorbo en él. De todas maneras, ya no podía hacer nada por evitar que
su corazón latiera tan rápido cada que le ve, cada que le escucha, cada que le
tiene así de cerca. Llevó su mano al pecho del pelinegro habiéndola pasado por
debajo de su ropa.
– Solo voy a calmar mi Aliento… – Aseguró
al percatarse de la incomodidad y la molestia del pelinegro que ya había
comenzado a respingar por su tacto.
– Maldición… – Bufó por lo bajo, enfadado
consigo mismo al descubrir que a su cuerpo le agradaba el suave y tibio
contacto de la mano del pelirrojo. Incluso más que la sensación que experimentó
cuando los labios de SeNa cayeron sobre su mejilla.
Lo sabe porque siente caliente la zona
donde la mano del pelirrojo ha rozado en su camino hacia su pecho. Un calor
diferente, agradable.
– Yoochun ah, ¿tan desagradable es tenerme
contigo?
– ¿Qué?
– Estás enojado conmigo, no solo porque mi
Aliento te duele. Lo puedo notar. Soy un Gumiho, pero no soy idiota, Yoochun
ah.
Cuando el pelirrojo terminó de decir eso,
Park buscó su mirada con aprehensión. Realmente despotricó contra el chico sin
medirse en absoluto. Le hizo sentir mal sin realmente quererlo. Actuaba casi
por instinto, por mero mecanismo de defensa. Como si tuviera miedo de todo lo
que puede encontrar en un ser sobrenatural como él.
Vio entonces en los ojos avellana una
tristeza y una decepción tan nítidas que le hincó en el corazón un profundo
sentimiento de culpa. ¿La actitud de esa mañana también eran por su causa?
– N-no. Oye, no es que me desagrades. Lo…
lo siento, estaba enfadado contigo porque tu Aliento duele mucho cuando quiere.
– No es que quiera dolerte, ya te expliqué
que eso se debe a que piensas cosas indebidas.
– Pero SeNa me gusta mucho, tu Aliento
debería saber que es normal que piense en tener una cita perfecta con ella,
besarla cuando le lleve a su casa… – El tono soñador del pelinegro se incrustó
dolorosamente en el pensamiento del pelirrojo.
Al mismo tiempo el pecho de Park volvió a
sufrir a causa del Aliento. Maldijo por lo bajo y apretó los dientes. Esta vez
ha dolido incluso más que antes. Junsu se sintió culpable al ver el rostro
contraído del pelinegro, sabe que debió doler mucho más esa vez porque, estando
tan cerca de su Aliento era como si estuviesen conectados, y su tristeza lo
hizo reaccionar.
– Lo siento. Soporta solo un poco más. Tu
cuerpo tiene que sanar por completo para que pueda tomar mi Aliento de vuelta.
El pelirrojo susurró, tan bajo y débil que
Yoochun tuvo la impresión de que se alejaba más del Junsu revoltoso que le
perseguía a todas partes y se colaba sí o sí en su cama todas las noches.
Entonces buscó de nuevo la mirada del zorro, pero la vista de éste estaba
centrada únicamente en su pecho mientras le acariciaba suavemente y reconfortaba la sensación ahí dentro.
Realmente su sola cercanía tranquilizaba al Aliento y le dejaba sentirse de
nuevo tranquilo. Tuvo así la oportunidad de observar el rostro abstraído del
pelirrojo, no había tenido antes esta vista. La expresión ida del pelirrojo sin
embargo no le gustó, tampoco la oscuridad en sus pupilas avellanas ni la
seriedad de su rostro risueño y juguetón.
– Antes me preguntaste si te vería
diferente si llegabas a ser un humano de verdad. Y ahora yo me pregunto, ¿por
qué quieres ser un humano? ¿No te gusta quien eres? Cualquiera quisiera tener
tus habilidades, esto de sanar rápidamente, de tener más habilidades que
cualquier humano como yo. He estado poco tiempo con tu Aliento dentro de mí
pero me he dado cuenta. ¿Por qué renunciar a esto por algo tan pueril como ser
humano?
Los ojos del zorro entonces sí que
centraron su atención en los pozos negros del humano. La caricia
tranquilizadora que su mano había estado proporcionando sobre el pecho de Park
se detuvo también.
– Quiero ser un humano porque estoy cansado
de vivir encerrado en una pintura. Quiero ser humano porque no me gusta más la
vida como Gumiho, la gente nos teme, nos tratan como demonios crueles y eso no
es verdad. Además, si soy humano podré conocer el amor… – Murmurando la última
frase, Junsu finalmente retiró su mano del cuerpo de Yoochun, notando el
cosquilleo en su espalda baja donde sus colas amenazan con mostrarse. Le
emociona la idea de enamorarse y ser correspondido, sobre todo porque tiene
enfrente a quien desea le enseñe aquello tan humanamente misterioso como
maravilloso.
– El amor no es tan magnífico, Junsu.
– Pero tú estás enamorado, ¿cierto? De
SeNa… – Cuando el pelirrojo mencionó aquello su emoción se evaporó. Casi había
olvidado aquello. Puesto de esa manera, ¿realmente tenía caso convertirse en
humano? Yoochun no iba a corresponderle, jamás lo haría. Y ser su amigo, ¿sería
suficiente? ¿Podría vivir solo con eso?
– Supongo que sí, pone mi mundo de cabeza.
Pero no es la primera vez que me pasa eso con una chica. Creo que el amor es
más que sentirse enamorado de una persona. Y ese algo más no lo he sentido aún… – Dijo y sus ojos negros chocaron
con las pupilas avellanas. Su estómago se sacudió y el corazón le dio un
vuelco. Un calor agradable se extendió desde su pecho hasta el resto de su
cuerpo haciéndole sentir sumamente relajado. Como si hubiera descubierto algo
tan grandioso que solo puede ser admirado con sumisa devoción.
– Entonces, ¿podría ser que tu amor
verdadero no sea ella?
– S-supongo.
Una suave sonrisa abarcó los gruesos y
rosados labios del pelirrojo. Y por alguna razón aquella sonrisa contagió al
pelinegro.
– Quiero ser humano. Y ser el amor
verdadero de alguien… como t… – El intento de confesión del zorro se vio
interrumpida por el tono del móvil del pelinegro, que totalmente desprevenido
por el sonido de aquel aparato dio un bote de impresión, apurándose en
contestarlo.
Era SeNa. Y la sonrisa bobalicona que
Yoochun puso mientras hablaba con ella volvió a deprimir al pelirrojo. Un
segundo se sentía confiado de convertirse en humano si podía permanecer a lado
del pelinegro, pero al segundo él mismo se encargaba de destruirle los
castillos de arena que levantaba en el viento como auténticas ilusiones de
nada.
Así que tenía ahí su dilema. Buscar o no
buscar convertirse en humano.
– Yoochun ah no se enamoraría de mí nunca.
¿Podré vivir una vida con esa realidad en el corazón?
El zorro de ojos avellana dijo para sí,
acurrucado en el sofá donde antes había estado el pelinegro. Pero distraído en
sus pensamientos no se percató de la figura de Park a sus espaldas. El pelinegro
ha escuchado sus palabras…
Continuará……
Shhavsha *-*
ResponderEliminarKyyyyaaaa Yoochun lo escucho!!!!!!!!!!!!! esto se pone intenso!!!
ResponderEliminar¿que ira a hacer Yoochun despues de eso?!!!
y que pasará con Jae ahora que Yunho le dijo que habia visto a Min Woo y y Min se esta enamorando de mokito... wuuuaaa esto esta genial!!!
Gracias Felina!
wooowwww tan rapido el cuarto..... las cosas pasan muy rapido.... nos vemos luego matta ne
ResponderEliminar<3 yoosu <3
uuhh que lindo. Me intriga mucho lo que le sucedio a Jae y se que Yunho lo protegera. Yoochun no seas bobo y cuida de tu zorro Junsu...
ResponderEliminarsaludos felina!! esperare tus actualizaciones.
confesión sin intención
ResponderEliminara ver como reacciona Chun
Gracias ♥
quiero saber que pasara con yoochun y con el YunJae!!!!!!!!
ResponderEliminargracias por la actua
continualo please
Pobre susu chun solo lo le da alas y luego rompe todas sus iluciones. Espero que se de cuenta de que su le atrae antes de que empiece la caseria.
ResponderEliminarMin ya comete al japones no creo que se oponga a ser devorado por su zorrito lindo.
Pobre jae solo le hacen recordar su sufrimiento con ese tipo, espero que confie en yunie.
Gracias por el cap.
Esperare con muchisimas ansias por el proximo.
OMG Yoochun escuchó lo último, esto se pone interesant. Por otro lado Jaejoong confiará en Yunho y le contará sobre Min Woo? ...muero por seguir leyendo :D Gracias por el cap <3
ResponderEliminarAwwwww Chunnie escucho lo que dijo Junsu~ !!!! Espero que deje de hacer el tonto y ahora lo empiece a tratar con más cariño :)
ResponderEliminarY que pasara con el YunJae ya que YunHo le dijo a Jae que se había encontrado con Min Woo ?? D:
Espero Jae pueda confiar en Yunnie y pueda quitarse esa pena y rencor que lleva dentro, para que el pueda protegerlo~
Awwww y Minnie como esta cayendo en las redes de Hayami hahahahaha~
Me encantan!!!
Espero conti ansiosamente~
Cuídate montones :)
Sayomon~
Holis... que buen final!!!! pobre Junsu y su amor "no correspondido".. raton malo T.T
ResponderEliminarMuy buen capitulo, la verdad me gusta mucho esta historia... entre la fantasía y la realidad^^
Te felicito!!!
Lo escucho lo escucho :o que pasará ahora?? Uaskajdkhsdjdshfjsd estoy demasiado preocupada por Junsu, hay veces que esta muy feliz, pero después en menos de un segundo por un comentario de Yoochun cambia completamente :c y eso en verdad no me gusta
ResponderEliminarYunho toco la fibra sensible de Jaejoong y eso también me preocupa,, espero que se sincere con el para que asi todo se haga mas fácil entre ellos y que el peligro de la caza no sea tan grande
Changmin dios que sensual uoasijdskufhudhfd IU///////UI Amo el Hayamin
♥
Muchas gracias felina esperare el sgte cap muy ansiosa♥
Oh por Dios!!!!!!!!!!!!!!!! :O!!!!!!!!!!!!! Yoochun lo escucho!!!!!!!!!!!!! O_O!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarAhhhhhhhhhhhh luego Changmin!!!!!!!!!!!!!!!!! ♥_♥!!!!!!!!!!!!, jajajajajaj siiiiii es su "zorro lindo" de Hayami ♥_♥
Y no puedo dejar de pensar en la reacción de Jae ahora que Yunho le dijo sobre Min Woo, nervios, nervios, también por el ritual que deben hacer para convertirse en humanos, noooo si debe ser muy doloroso para ellos entonces T^T
Waaaaaaaaaaaaaa quiero saber qué pasa *O*
Un millón de gracias por el capítulo Feli!!!!!!!!!!! :D
Ahhhh YooChun! haz ido de mal en peor u.u
ResponderEliminarpero que harás con lo q escuchaste??? haras o dirás algo? o simplemente lo dejaras pasar como si no hubieras escuchado nada???
ese minwoo de mixi tuvo la suficiente "conchudez" de buscar a YunHo y darle aquello u.u Jaejoong confiará en YunHo? le dirá su verdad?????
Ok !! Si no era ahora no era nunca!! adsasdas!!
ResponderEliminarMe he puesto al día con este fic y sus re ediciones *---*!!
En verdad, lo he disfrutado más ahora que las interacciones de Minnie son con Hayami... es que el gruñon solo ama a su bobo y las cosas que le hace~ asdasdadsa!! Quiero más muchas más interacciones de ellos... *O*!! En realidad es extraño la manera en la que me enamoré de ellos dos juntos ! *--*! Son perfectos~~
Jae y Yunho~ asjdgklasgdlasd!! ;-----; no quiero que sufran... solo deben ser felices y Yunho debe darle nombre a su zorrito y darse cuenta que ya le ama! Que están destinados el uno para el otro~~
El YS... bueh, ellos son especiales como siempre... me dan ganas de agarrar a Chun y darle de cachetadas!!! asdasdasdasd!!
En fin~~ *-* gracias por las actu~ ahora trataré de no atrasarme!!! :)
por fin me estoi poniendo al dia!!
ResponderEliminarkyaa~~ >w< Yoochun lo escucho y q pasara, espero q ya bote a esa SeNa, y q haya muxo YooSu besho =)
ooww Minnie, primero cocinando aunque no le invito nada a Hayami y luego curarle de esa manera taann sensual >_< , asi cualqiera se vuelve masoqista por culpa de ese zorrito hehe
& Yunho ya le dio nombree, pero q pasara con la aparicion de MinWoo (?)
Gracias Feli y animo ^u^/