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jueves, 29 de abril de 2010

DESEOS cap 13y14

ADVERTENCIA: Lemon

CAPITULO 13: ÁMAME

*****

Cuando despertó tenía el brazo entumido y cuando quiso moverlo sintió un peso extra que le impidió movimiento alguno. Abrió los ojos con pereza, encandilándose con la luz que se colaba por la ventana. Se nota que había dormido mucho, oh claro, es que ese día tenían compromiso hasta la tarde, así que no había prisa por levantarse, pero, pensando en ello, porqué era que no podía mover su brazo derecho y porqué sentía un airecito golpeándole a la altura del cuello? Bajó la vista un poco topándose con una mata de cabello oscuro lacio y un cuerpo masculino que reconoció de inmediato.

- me había olvidado que dormimos juntos... – pensó, sonrojándose por cómo se escuchaba aquella frase, aunque claro, solo habían hecho eso, dormir, más nada. Con cuidado intentó apartar el cuerpo del chico raro para levantarse, pero en cuanto se movió Ji Yong ronroneó como gatito que no quiere abandonar el regazo de su dueño, lo que hizo que Jun Ho sonriera... – será que ahora aparte de chico raro le dará por tener manías gatunas...

- por lo menos lo hubieras pensado... – murmuró somnoliento Ji Yong, haciendo que el gemelo respingue en su lugar... – no tengo manías gatunas, pero molestaste mi sueño... – el chico raro bostezó largamente, separándose ya del cuerpo de su amigo. Había dormido tan a gusto, el palpitar acompasado del gemelo le había arrullado toda la noche y despertar a su lado se sentía tan bien.

- no eres tan ligero como pareces, me has entumido el brazo con tu peso... – le dijo en son de molestia, pero el chico raro se sonrojó ante eso.

- perdón... – murmuró apenado, y sin más, llevó sus manos al brazo del gemelo, comenzó a dar algunos masajes circulares desde el hombro hacia abajo. Jun Ho tuvo la intención de molestarlo más y preguntar, pero se quedó callado porque aquello le devolvía la correcta circulación a su extremidad.

- ¿habrá llegado Min ya?... – preguntó de pronto el gemelo, dándose un golpe mental apenas las palabras abandonaron su boca, por qué se le estaba ocurriendo irse de lengua larga desde anoche.

- no sé, igual voy a ver si ya despertaron los demás y preparar el desayuno... – con esa sensación de pesadumbre que quedó después de que el gemelo preguntara aquello, pero con esa acostumbrada sonrisa inocente en su boca, el chico raro se levantó de la cama que compartió esa noche, jurándose en ese momento que no lo volvería a hacer, se estaba metiendo en la boca del lobo como presa fácil... y eso ya una vez lo hizo, y qué obtuvo al final, solo un corazón herido.

.....Flashback.....

Salió rumbo a la escuela con la misma sonrisa de cada día, Ji Yong era un chico inocente en el amplio sentido de la palabra, pero no pensemos en esa inocencia que cae en la ignorancia. No! Este chico por el contrario ha sido muy brillante desde pequeño, hijo único de padres que apenas si tienen tiempo para él pero que le adoran sin duda, de 15 años y un futuro prominente por el que sus padres trabajan arduamente para que nada le falte y algún día llegue a ser alguien, grande, importante.

Era por su genialidad y su personalidad tan amable que todas las personas se acercaban a él solo para sacar provecho, chicos y chicas de su edad o hasta mayores de la universidad, que lo único que hacían era pedirle algún trabajo escolar para luego simplemente desaparecer de su vista hasta necesitar un nuevo favor que él nunca dudó en negar.

Durante la infancia lo hizo porque creía que así ganaba amigos, pero seguían siendo solo niños y adolescentes que le hablaban con un solo objetivo “haz mi tarea”, con el tiempo decidió que daba igual el motivo por el que las personas le hablaran, dejó de importarle hacer amigos o tener alguien con quien salir. Había encontrado un buen compañero en la lectura, porque ésta no solo le ofrecía mucho más de lo que él podía regresar, sino porque le acompañaba cada que él deseaba y volvía de su soledad algo más llevadero, divertido incluso.

Por eso, a sus 15 años, Ji Yong era un chico que siempre llevaba consigo un libro en las manos, leía todo el tiempo, mientras caminaba rumbo a la escuela y cuando volvía de ella; cuando se encargaba de acercar los víveres a la casa, cuando no tenía nada que hacer, cuando no lograba conciliar el sueño, casi hasta cuando comía.

Pero caminar mientras se lee a veces tiene sus consecuencias, como topar con alguien por accidente cuando los involucrados no van prestando atención (él nunca lo hacía).

- disculpa, no te vi... – le dijo una voz amable, un chico de unos 17 años le extendía la mano para ayudarle a incorporarse.

- no hay cuidado, yo tampoco te vi... – respondió con su habitual sonrisa, tomó el libro que llevaba del suelo y se acomodó la ropa mientras el otro chico no dejaba de mirarlo.

- me llamo Seung Kwan... – le extendió la mano, sonriéndole con sus finos labios y esos ojos de mirada alegre que en ese mismo momento hipnotizaron al chico raro.

- Ji Yong, mucho gusto... – estrechó la mano del otro, mano suave, apretón seguro, corriente eléctrica que viajó a lo largo de su columna.

.......flashback........

- Ji Yong!... – le gritó el gemelo por tercera vez, sacándolo por fin de sus recuerdos.

- perdón, ¿me decías algo?... – preguntó con esa sonrisa, que aunque igual de inocente e infantil, dejaba entrever ahora un dejo de tristeza.

- no, pero te quedaste parado con la vista perdida... – y es que el chico raro no se había movido desde que se pusiera de pie con la intención de salir de la habitación... – estás bien?

- sí, claro, es solo que... estaba tratando de recordar una receta familiar para preparar el desayuno... – mintió, acto seguido salió para así dar inicio al día... – al fin y al cabo, una rutina más... – pensó.

...................

Ese día Min no llegó al departamento, la pasó con Kohei en el de éste hasta que hubo que presentarse en la compañía por la tarde para los compromisos agendados.

- al menos no traes ojeras... – molestó el ratón al menor cuando los alcanzó en la disquera, con tremenda sonrisa de felicidad en su boca, se le notaba a kms de distancia que la reconciliación había sido más que provechosa.

- idiota... – murmuró apenado, pero es que la verdad apenas si había dormido, había hecho el amor con su novio hasta en la cocina!

- entonces, ¿por fin volvieron?... – cuestionó con tono paternal el líder. El menor solo asintió, avergonzándose un poquito más, es que se siente diferente cuando vas presumiéndole a tu familia que sales con alguien solo porque te gusta, a cuando lo haces porque estás perdidamente enamorado de la persona en cuestión.

- ¡Felicidades! – el chico raro lo estrechó en un abrazo. Realmente le alegraba por el menor, porque era claro que amaba al famoso Kohei, aunque todavía estaba lo de Jun Ho.

- hey! que los están viendo y no queremos que empiecen con rumores entre ustedes, demasiado fanservice para las mentes pervertidas de las fans... – intervino el gemelo, esa condenada sensación de celos apoderándose de su cuerpo.

- pero si es mi umma... – señaló inocente el menor.

.............

Un día antes de volver a Corea....

- Jun Ho, puedo hablar contigo?... – cuestionó el pelinegro, aún apenado con su cuñado por el incidente de aquél día, aún muriéndose de culpa por haber llegado a tanto por la falta de su delfín. Anhela tanto verlo ya, tenerlo entre sus brazos, sentir su calor, sus besos, no importando la falta de intimidad, simplemente tenerle a su lado calma toda esa locura hormonal que lo hizo casi cometer la peor estupidez de su vida.

- bueno... – estando en la sala de música practicando canto, el gemelo dejó lo que estaba haciendo para prestarle atención a su cuñado, pero como se atreviera a dar un paso más cerca de él...

- quiero disculparme por lo de la otra vez, pero te juro que no... no me atraes... – no era precisamente la mejor forma de decir las cosas pero sí la única que se le ocurría, no quería que su cuñado se quedara con una idea errónea de él... – o sea, lo que quiero decir es que... – suspiró frustrado... – amo a Susu ah, mi delfín es lo que más amo en el mundo, y sé que por lo del otro día te has de estar diciendo “sí, como no, se nota que casi me besas”... - pensó el gemelo... – pero, yo no pretendía engañar a Su, jamás lo he pensado... es solo que... y se que es todavía más absurdo lo que voy a decir, pero lo extraño tanto, extraño tanto estar con él... – sonrojo... – tú sabes, en la intimidad, y meses de abstinencia, y él lejos... y tú siendo demasiado él... – se revolvió el cabello en un gesto todavía más frustrado, ahora sentía que se estaba encerrando en un callejón sin salida. Pero por el contrario, su cuñado pareció comprender la actitud de su cuñado.

- eso te pasa por embarazarlo, bebés que cuidar adiós al sexo... – dijo en tono de sorna, sonriendo a su cuñado... -

- Jun Ho, en serio, dejemos de portarnos así, eso de andar huyendo el uno del otro, no es como que yo en verdad quiera nada contigo excepto una buena relación de cuñados... – pidió casi con súplica el pelinegro.

- ok, pero como vuelva a ver una actitud rara en ti, como hagas sufrir a mi hermano...- pasó su mano por su propio cuello, haciéndole la seña de que lo mataría. Luego ambos se largaron a reír, la cosa volviendo a su normalidad.

...............

Era de noche ya, el manto nocturno cubría una vez más la ciudad, la que poco a poco se llenaba de una tranquilidad que durante diciembre y parte de este enero en el que la mayoría de las personas daban inicio a un nuevo sueño, no mostrara con fiestas aquí y allá hasta entrada la madrugada. Pero ahora era diferente, las personas que rondaban las calles de Tokio no andaban con la misma felicidad que apenas una semana atrás; en esos momentos el sentimiento era diferente, algunos simplemente conviviendo con su grupo de amigos, algunas parejas se dedicaban a conocerse mejor, a sentarse en una banca donde hacerse cariñitos. Otras tantas simplemente volvían a la rutina del trabajo y la diversión nocturna.

Ji Yong estaba en su habitación terminando de hacer la maleta para partir en el vuelo de mañana a mediodía. Min se había ido a despedir de la cd. acompañado de Kohei (lo curioso era que no habían salido a la cd. >o<). Jun Ho y Yoochun se fueron de compras por algunos souvenirs para los bebés de Junsu y Jae. Y Yunho se supone que se había ido con ellos, pero... - eres tan ordenado como Jae... – escuchó la voz del líder a su espalda, se giró y lo vio parado en el marco de la puerta. Esa odiosa sonrisa seductora en sus labios otra vez. El moreno comenzó a andar hacia él, el chico raro intuyó que no era buena esa forma de mirarlo, podía sentir cómo lo recorría de pies a cabeza con esa mirada lasciva que casi parecía no ser suya... – pero sigues no siendo él... – Ji Yong se había quedado paralizado en su lugar, por eso cuando sintió la mano del moreno rodear su cintura supo que había sido su peor error no salir corriendo de ahí. - Yunho, suéltame... – pidió, intentando empujar con sus manos al líder, pero solo consiguió que se aferrara más su cintura mientras intentaba pegarse al cuerpo del chico raro pero éste comenzó a retroceder aun forcejeando para liberarse del moreno... – se puede saber qué intentas... – malditas paredes que siempre se aparecen cuando uno menos las necesita. El moreno ya lo había acorralado contra una, se apartó apenas un poco de su cuerpo, pero solo para tomar sus manos que aun intentaban alejarlo y sujetarlas con fuerza de las muñecas por sobre la cabeza de Ji Yong, cosa que espantó en todas las de la ley al chico raro. - no se porqué te asustas, no voy a hacerte daño, al contrario, quiero hacerte sentir mucho placer... – le susurró con su voz más sensual y varonil, oliendo suavemente su cabello, deslizándose por su cuello, sin llegar a tocar aún su piel o besarlo. - ¿Yunho, acaso estás drogado, tomado o loco?... – Ji Yong seguí forcejeando para liberar sus manos, pero el moreno era mucho más fuerte, casi como si la fuerza que le imprime no fuera normal, lastimando sus muñecas. - no tengo idea, solo se que te deseo, que me prendo cada que estamos a solas y que quiero hacerte mío... – Yunho sentía esa fuerza extraña que lo movía a acercarse de aquella manera al chico raro, no era que lo quisiera, no era que le inspirara algún sentimiento especial, salvo agradecimiento y amistad. Pero entonces, porqué no podía parar, porqué sentía ese calor crecer en su interior, haciéndolo desear sentir ese cuerpo, esa piel, esos labios, arrancar gemidos de esa voz tan inocente como cada una de sus sonrisas. - pero, yo no quiero, Yunho, para... – las manos del moreno se habían colado bajo la playera del chico raro y si bien su piel se erizó, Ji Yong solo sentía temor, porque la mirada del moreno era enajenada, su respiración descontrolada y su forma de aferrarlo ahí, en contra de su voluntad, sabe jamás haría el líder en sus cinco sentidos, en plena conciencia de sus actos... – así, así piensas demostrar lo mucho que amas a Jae hyung... – escuchar esas palabras logró que algo comenzara a trabajar en la mente del moreno... – tomándome a la fuerza... – motivado por el temor, el chico raro comenzó a sollozar, realmente asustado de que el líder no entrara en razón y lo tomara. Pero sintió que el agarre de sus muñecas aflojó, y entonces vio que el moreno comenzaba a mover la cabeza de un lado a otro con los ojos cerrados, como si luchara contra algo en sus pensamientos. Yunho retrocedió apenas un paso, tambaleándose por el mareo que ocasionó esa lucha interna, ese remolino de sensaciones en su interior. Todas y cada una de ellas impregnadas de Jae, desde que le conoció siendo unos adolescentes que luchaban por el sueño de convertirse en grandes cantantes. Cuando comenzó a sentir esa emoción con solo verle, desde que las sonrisas de su Boo comenzaron a arrancarle suspiros, o lo mucho que adoraba poder tomar el pretexto de los mejores amigos o del fanservice para abrazarlo, para tomarle la mano, para sonreírle como el idiota enamorado que es. Lo maravilloso que se volvió el vivir juntos, el que comenzaran a verlo como el umma de la casa mientras que a él le adjudicaron el papel del appa, dejándoles juntos justo como él comenzara a soñar en algún punto de esa preciosa amistad. El primer beso en la cocina el día aquél que se declararon sus sentimientos, la pasión desbordada en la que se sumergieron en su primer entrega, en esa primera vez haciendo el amor con el chico que ama, el único al que desea de corazón, el único al que con el alma es capaz de sentir, el único por el que vive día a día... el único que le hace feliz, quien va a darle una hermosa familia como solo creyó algún día podría soñar, pero que era su realidad, nítida y palpable. - JaeBoo... – murmuró con la voz cortada. Sus tambaleantes piernas le vencieron haciéndole caer de rodillas. Llevó sus manos a su rostro, consciente ahora de la estupidez que por días quería hacer, no solo lastimar a Ji Yong en su deseo incomprensible por poseerlo, sino el traicionar al amor de su vida... – perdóname, que idiota, no sé porqué quería esto... – lágrimas gruesas de arrepentimiento, culpa y vergüenza se agolparon en sus ojos, resbalando sin cesar por sus mejillas... rompiendo el hechizo de Afrodita. - Yunho... – conmovido por el estado del moreno, el chico raro se arrodilló a su lado, un tanto indeciso por tocarlo o no, comenzó a palmearle la espalda. - lo siento, de verdad, no se lo que me pasaba, era... era como no ser yo, yo nunca... Ji Yong, yo nunca lastimaría a mi Boo, lo amo, lo amo más que a mi propia vida... perdóname, perdona mi actitud, te juro que no lo volveré a hacer... – sus ojos cristalizados por las lágrimas y rojos por el llanto, reflejaban más allá de la culpa y el remordimiento, el amor por su novio. - está bien, Yunho... te creo, solo... solo olvidemos que pasó... – le sonrió con suavidad, tratando de transmitirle algo de tranquilidad, que realmente lo veía tan mal, tan desolado, tan arrepentido de su propia actitud, como si en verdad en esos días él no hubiera sido exactamente él. - lo siento, eres una gran persona, eres un gran chico, y yo... yo casi... – recordó la forma en que lo tenía contra la pared y casi quiso que alguien lo golpeara hasta el cansancio... - no te preocupes, en serio, solo... olvidémoslo quieres, mañana verás a Jae y todo volverá a estar bien... – se puso de pie y luego le ofreció su mano al líder para que se levantara también. - gracias... – susurró avergonzado, hace apenas unos segundos casi lo tomaba a la fuerza y ahora... ahora volvía a verlo solo como el chico raro... volvía a sentir solo agradecimiento y amistad por ese chico... y se sentía bien, sentía que volvía a ser él. Jung Yunho, el hombre más dichoso del mundo a quien ama JaeJoong, su novio, quien le hará aun más feliz cuando sus trillizos estén en sus brazos. ............... El arribo a Corea estuvo de lo más alborotado con las fans esperándoles en el aeropuerto, gritando como solo ellas saben, haciéndoles sentir otra vez en casa. Más que nunca deseaban poder llegar ya al departamento en donde Jae y Junsu esperaban impacientemente por ellos. - Yunho... – le llamó el manager... – necesito que me acompañes a la disquera ahora... – en su mente, el moreno lanzó insultos a diestra y siniestra contra el manager y la disquera. Él que moría por encontrarse con su JaeBoo y ahora que tendría que ir a recluirse por vaya a saber dios cuánto tiempo en una junta donde lo único que los directivos saben decir es: agrega a la agenda. - hoy es uno de esos días en los que quisiera no ser el líder... – murmuró mientras despedía a los otros cuatro y tomaba su móvil para mandarle un mensaje a su novio. El resto se sintió también mal porque no los pudiera acompañar, pero él les sonrió amable para que no se preocuparan. El trabajo así es, y sabe que su novio lo entiende. Aunque los dos mueran por abrazarse, ¡ya! El primero en entrar al departamento fue el pelinegro, que apenas si vio a su delfín sentado en el sofá, dejó caer la maleta y el bolso que llevaba en el hombro y se lanzó a abrazarlo y besarlo como si la vida le dependiera de ello. El castaño apenas si había tenido tiempo de reaccionar cuando sus labios ya habían sido atrapados por los de su novio, que inclinado sobre él sin dejarle su peso encima le besaba amorosamente en tanto sus manos depositaban suaves caricias en las mejillas del delfín. El resto solo se quedó viendo aquella reacción. A Jae le entraron unas enormes ganas de patear al manager por alejar a su novio de él, en esos momentos él debería estar siendo besado de la misma manera. - te extrañé tanto... – murmuró aun sobre los labios del delfín, que sonreía algo atontado todavía por el beso... – te amo, Susu ah... nunca más te dejo por tanto tiempo, antes nos conseguimos otro doble para que me sustituya en el grupo, pero no me separo de ti por tanto tiempo otra vez... - - te amo, Chunnie... – atinó apenas a decir el delfín, se sentía tan feliz de tenerlo de vuelta... que sus bebés también comenzaron a moverse en su vientre... – nuestros babys también te extrañaron... – le dijo con una sonrisa, las manos del ratón se posaron de inmediato en el vientre ya bastante abultado de su novio. - cómo se han portado el día de hoy, eh; umma dice que no le dejan dormir ni una sola noche... – hablaba con la tripa, dando besitos por todo el vientre. Junsu solo le acariciaba la mejilla viéndolo tan amoroso con sus bebés. - cómo te ha ido, Jae hyung, ¿pesan mucho?... – se acercó el chico raro al castaño oscuro, después de que Min por fin lo soltara, que había corrido a abrazar a su umma y saludar a sus hermanitos. - bueno, algo, la verdad es que la espalda me mata desde hace una semana, pero la Dra. Bin nos revisó y dice que todo marcha bien... – respondió con una sonrisa, ese chico raro tenía la facultad de transmitir cierta tranquilidad. Jun Ho también había saludado ya a su gemelo, contento de notar que el ratón no le había mentido, se notaba a leguas que amaba a su hermano y que no había nada más importante en la vida para él que su novio y sus hijos. Después de casi dos horas en las que se dedicaron a hablar de los bebés y cómo han evolucionado en este mes, y que Jae y Junsu les mostraran la ropita que ya habían tejido en compañía de Joo-Eun (que extrañamente siempre se desaparecía en cuanto llegaban), y que a grandes rasgos los chicos comentaran de cómo les había ido en Japón y Min fuera felicitado por sus hyungs por haber regresado con Kohei. La puerta se abrió para dar paso a un sonriente Yunho, que igual que lo hiciera el ratón, llegó directo a comerse a besos a su novio. Nada era más tranquilizante y delicioso que probar sus labios, sentir su lengua enredarse tiernamente con la suya, sentir las manos de su Boo en su cintura, sujetándolo con amor, respondiendo a su beso como si fuera el primero. - te amo, JaeBoo... – le dijo apenas cuando volvió a besarlo, el resto había dejado de existir en ese momento para él, solo quería sentir a su novio, besarlo hasta que le dolieran los labios. - te amo Yunnie... – correspondió cuando por fin su novio le diera tiempo de respirar apropiadamente. El moreno se apartó apenas un poco para saludar a su crío Junsu, le dio un beso en la mejilla, le acarició la tripa y regresó a sentarse a lado de su novio. La familia volvía a estar unida, las cosas tomaban el curso normal. Las aguas se calmaron, las tentaciones desaparecieron, el amor volvía a llenar el hogar con su calidez. Y Jun Ho y Ji Yong volvían a vivir al departamento de a lado junto con Joo-Eun, quien dijo que esa noche no la pasaría en el departamento. - tenías razón... – le dijo de pronto el gemelo al chico raro, cuando entraban en su departamento dispuestos a descansar. - con qué... – cuestionó confundido. El departamento impecable, aunque algo frío porque durante ese largo y tormentoso mes fuera, nadie lo habitó. - las cosas volvieron a estar bien ahora que regresamos... – respondió, sonriendo con alegría, sintiéndose tranquilo, incluso el sentimiento de tristeza que sentía desde que Min volviera con Kohei había desaparecido casi por completo, aunque la atracción hacia el Ji Yong ganara terreno, y eso de cualquier forma lo descoloca. - cierto... – el chico raro le devolvió la sonrisa, pero internamente luchaba por no ceder a ese otro deseo que palpitaba desenfrenado en su pecho. Y lo peor, compartir el departamento sin Joo-Eun, eso no era bueno. - soy yo, o el departamento se siente muy frío... – cuando sus miradas se encontraron, ambos se sonrojaron porque recordaron la noche en que con el pretexto del clima, ambos compartieran la misma cama. - voy a encender la calefacción... – murmuró el chico raro, eso o dormir otra vez con Jun Ho, definitivamente eso ni loco lo volvía a hacer. Al otro lado. ChangMin se sintió un poco incómodo con quedarse ahí, porque podía ver en sus hyungs la necesidad de tener una larga noche de pasión. Sí, incluso en Junsu se notaba ese deseo. Y él no quería escucharlos toda la noche, así que vestido ya con su pijama, se dirigió en silencio a la salida y de ahí a tocar en el otro departamento. Jun Ho le abrió y sintió un ligero cosquilleo al verle ahí, pero ya no era como antes, ya no era que quisiera saltarle encima para besarlo. - ¿pasa algo?... – preguntó aún con la puerta abierta, sin hacerse a un lado para que el menor pasara. - pasa que quiero pasar... – le dijo con el ceño fruncido, luego se metió en el departamento empujando a un lado al gemelo, que sonreía divertido porque siempre lograba molestarlo... – voy a dormir aquí, no quiero escuchar a mis hyungs toda la noche mientras se demuestran lo mucho que se extrañaron, dormiré en el cuarto de Joo-Eun, no creo que le moleste... – y sin más, se encerró en el cuarto de la prima de su novio, básicamente su prima política. - ¿era Min?... – preguntó el chico raro saliendo de la ducha, pero como apenas si había visto que la puerta de la habitación se cerrara y medio escuchara la voz del menor, mejor preguntó. - sip, va a dormir aquí hoy... – informó el gemelo, tomando lugar en la ducha, pasó a lado del chico raro, cuyo cabello aun goteaba, llevaba una toalla sobre los hombros y un pijama amarillo claro que lo hacía lucir mas infantil. Y tuvo otro vez ese deseo de acercársele de manera diferente, de rodear su delgada cintura con sus manos, de besar sus labios y averiguar lo que ese contacto puede ocasionar en él. - Jun Ho, ¿qué haces?... – cuestionó con un hilo de voz Ji Yong, porque efectivamente el gemelo lo había abrazado por la cintura y había comenzado a acercar su rostro al de él... - ¡eh!... – soltó al chico y dio un paso atrás todo sonrojado por haber llegado a aquello cuando solo lo había estado pensando. Es que algo raro pasa con todos ahí, o qué, cómo es que no se había dado cuenta, que no se había controlado... era que había hecho caso de su corazón... – nada, iba... – aclaró nerviosamente la garganta...- iba a oler tu cabello... – “yo y mis razones siempre absurdas” olió el cabello de un más confundido Ji Yong, que ahora compartía el sonrojo y cuando se separó, llevaba una linda sonrisa en la boca, y todavía un ligero carmesí en sus mejillas... – huele rico tu shampoo, ¿me lo prestas? - eh, claro... - ............... Yunho y Jae estaban profundamente dormidos, aunque el moreno hubiera querido hacer el amor esa misma noche, la verdad era que a su novio le dolía mucho la espalda y estaba cansado, llevar trillizos en el vientre es tanto más agotador que si solo llevara uno. Por eso, después de darle un merecido masaje, darse muchos besos y algunas caricias habían caído rendidos en los brazos de Morfeo, durmiendo como tanto extrañaban, con Jae sobre el pecho de Yunho, abrazados tiernamente. Yoochun estaba todavía besando la tripa de Junsu, ambos acostados en la cama con las luces apagadas, en silencio, solo disfrutando de ese estar juntos después de largos días de separación. Pero esos besos y caricias tiernas comenzaron a despertar un deseo que durmió por meses enteros, la piel comenzaba a erizarse, su temperatura a crecer lentamente, se mordió el labio al descubrir que estaba encendido, que deseaba que su ratón lo poseyera ya. - ¿Chunnie?... – llamó con voz suave. - dime, Su... - - te deseo... – para qué andarse con rodeos, era eso así de simple, quería hacer el amor. - ¿cómo?... – el pelinegro creyó haber escuchado mal, o al menos eso pensó porque como es tanta su necesidad de intimar con su novio, capaz su mente le jugaba una mala treta. - que quiero que me hagas el amor... – le dijo lentamente, palabra a palabra, lo tomó del rostro acercándolo lentamente a sí, comenzó a besarlo despacio, lento, suave. Micky se sentía en una nube, después de tanto tiempo su novio le pedía que le hiciera el amor, y eso lo hacía muy feliz, más allá de la sensación placentera de unirse a su cuerpo, era el sentimiento de paz, de amor, de estar completo, que quedaba al final de cada entrega. - iré despacio, no quiero lastimar a los bebés... – le susurró despacio, sonriendo tiernamente en tanto deslizaba sus besos por el cuello del delfín, sus manos retirando lentamente la ropa del pijama. ................ Pasaron dos semanas ya desde su regreso, y las cosas estaban simplemente bien, Kohei les visitaba casi a diario para saludar a Jae y Junsu, y por supuesto, como todos hacían, dedicaba algunos minutos a “platicar” con los peques en el vientre de sus “mamis”. Joo-Eun ya no vivía en el departamento de a lado, se había mudado a vivir con su novio a otro departamento, pero seguía haciéndose cargo de los pagos y cualquier detalle que tuviera que ver con el departamento en que viven Min (terminó por mudarse porque cuando no eran umma y appa, Junsu y Yoochun se lo montaban por la noche), Jun Ho y Ji Yong. - no se pueden aguantar ni un poquito, no tienen consideración por el embarazo.... – había comentado el menor bastante apenado la segunda noche en que fuera a dormir con sus amigos, después de que un gemido de JaeBoo le hubiera hecho saber que esos dos ya no se habían resistido más. Ahora ya ni se molestaba en querer quedarse a dormir con sus hyungs, pasaba la noche bastante tranquilo con los otros dos. Y cada quien tenía su cuarto, y no había parejita de la que preocuparse por si se lo montan. Es más, si por él fuera, viviría con Kohei y también aprovecharía las noches para algo más que solo dormir. Lo que Min no sabía, era que la relación entre Jun Ho y Ji Yong estaba peligrosamente cruzando los límites de la camaradería, de la amistad, del compañerismo. - Ji Yong, yo... – el gemelo acorraló una tarde al chico raro en una de las encimeras de la cocina. Había llegado ahí solo por una soda, pero cuando vio al chico raro rebanando con esa maestría unas verduras, no pudo evitar que su mirada se prendara de su actividad, más específicamente de los movimientos de su cuerpo. Ese ligero movimiento de sus hombros cada que el cuchillo cortaba, la fuerza de sus manos, la nívea piel de su rostro, de su cuello. El tono rojizo de sus labios, ese fruto que desea probar. Se había acercado con cautela hasta él, le había rodeado por la espalda, pasó sus manos hasta colocarlas sobre las del chico, quien para entonces ya se había quedado de piedra por la cercanía del cuerpo del gemelo, porque podía percibir claramente su calor y una erección ganando tamaño pegada a su trasero... – quiero... – hizo que el chico raro soltara el cuchillo y lo giró lentamente, estaba pegado a la encimera, viéndolo con ojos brillantes, sonrojado violentamente y con la respiración algo alterada ya, no menos que la propia... – quiero besarte... - por qué... – balbuceó el chico raro, cediendo a sus propios deseos de ser besado por Jun Ho, dejándose llevar por sus sentimientos. - porque...- sus bocas se buscaban lentamente, la respiración más acelerada, labios entreabiertos... – me gustas... – el gemelo se sonrojó hasta la raíz del cabello, el chico raro sonrió igual de avergonzado, pero se sintió feliz de escuchar esas palabras. Así que ni tardo ni perezoso acercó sus labios a los del gemelo, probándolos despacio, después de todo no era muy experto besando, los únicos besos que había dado fueron hace años, en una sola ocasión... y el final de aquellos besos le dejó rasgado el corazón... .....flashback...... - Seung Kwan, qué estamos haciendo... – cuestionó aturdido Ji Yong, cuando estando en su recámara su amigo desde hace poco más de seis meses lo tumbara sobre la cama y comenzara a besarlo... - - que no es obvio, nos besamos... – respondió con una sonrisa lasciva, las manos de ese chico alto, de cabello corto color café oscuro, ojos color miel, labios delgados, mirada seductora, cuerpo bien desarrollado y una nariz respingada que le daba cierto toque intelectual; comenzaron a desabotonar su camisa del uniforme, acción que hacía temblar al chico raro. - por... porqué... – Ji Yong sabía que sentía por Kwan, pero no sabía lo que éste sentía por él, además, sabe que su amigo tiene novia, y que está comprometido a ella por acuerdo de sus familias. Pero en ese momento no recibió respuesta alguna, salvo más besos que cada tanto iban aumentando en intensidad, haciéndolo sentir de una y mil formas. Primero, torpe e inexperto porque esa era la primera vez que besaba y más de aquella apasionada manera; segundo, nervioso y asustado porque las manos de su amigo le habían despojado rápidamente de su uniforme y ahora se encontraba desnudo bajo el cuerpo del otro, la boca de Seung recorría ansioso su piel, besando y humedeciendo cada milímetro de su virgen cuerpo. Tercero, deseoso de que no pare ahora que se ha apoderado de su erecto miembro, gimiendo bajo, mordiéndose el labio para no gritar. Había sido tal vez mala idea reunirse a estudiar en su casa, y más hacerlo en su habitación cuando habían podido hacerlo en la sala, pero Seung Kwan había insistido y él nunca ha sido bueno para decir que no a nada. Por eso se encontraba en esos momentos disfrutando del sexo oral tan magnífico que le practicaba su amigo. Era tan joven, pero aún así podía sentir como cualquiera ese recorrer de corriente eléctrica por todo su cuerpo, esas oleadas de placer que lo hacen moverse desesperadamente, que lo llevan a aferrarse de las cobijas, que lo hacen cubrir su rostro con la almohada para que sus gritos se ahoguen. Sintió un calor en su bajo vientre y después de eso su semilla se liberó con el orgasmo, algo que nunca antes había sentido, pero que sabía lo que era porque en algún libro lo leyó. Apenas si estaba asimilando lo que acababa de pasar cuando notó a través de su nublada vista por el placer, que Seung se lamía sus dedos, le abría las piernas y se acomodaba en el medio de rodillas, con la otra mano se desabrochó los pantalones y expuso su prominente erección, cosa que hizo que se sonrojara todavía más y que tragara saliva asustado, era muy grande como para pensar siquiera que ocuparía su interior y dejaría de doler en algún momento. Pero no paró, no lo frenó porque lo estaba disfrutando, porque era su mejor amigo y lo amaba, porque tenía la esperanza de que cuando terminaran él le dijera que lo amaba igual. Sintió un dedo invadir su entrada arrancándole un grito de dolor. - descuida, solo duele un momento... – le había dicho Kwan con voz seductora, pero no hizo lo que muchos cuando están en ese momento con la persona que aman, no le besó ni le dio mas palabras de amor, ni mucho menos ocuparse de tratar de aminorar su dolor de alguna manera, solo siguió en lo suyo. Los movimientos circulares de su dedo estaban logrando su objetivo, así que agregó el segundo y no mucho tiempo después el tercero. A Yong aún le dolía mucho aquella invasión, pero sus lágrimas parecían no importarle en absoluto a su amigo que acababa de introducirse de una fuerte embestida en su interior y comenzaba a envestirlo suavemente, gimiendo ronco. Poco tiempo después el chico raro se acostumbró a la intromisión y comenzó a disfrutar de las estocadas que Kwan daba con un vaivén lujurioso. Las manos de su amigo estaban aferradas a sus caderas, mismas que movía a su ritmo para entrar más profundo en él. Algunos minutos después Seung sintió que su orgasmo estaba cerca, así que aumentó la velocidad de las embestidas y a unos segundos su esencia se derramó en la entrada del chico raro. Salió de dentro de éste y sin decir nada fue al baño a asearse. En la habitación, Yong hizo lo mismo, se limpió con una toalla y se puso rápidamente su ropa. Cuando su amigo volvió esperó a que éste le dijera algo, pero lo único que pasó fue que continuaron redactando un ensayo que Kwan debía entregar en la universidad. Después de ese día Seung dejó de frecuentar a Ji Yong, y nunca supo lo que en realidad había significado aquella entrega para el mayor, por eso... por ese motivo él había intentado no enamorarse de nuevo, no quería que le fueran a hacer lo mismo, no quería que lo volvieran a herir de aquella forma. No quería sentirse utilizado de nuevo... .....flashback..... - espera... – Ji Yong separó a Jun Ho de un empujón cuando el gemelo descendió sus besos por su cuello. - ¿qué pasa?... – preguntó confundido, apenas hace unos segundos se estaban besando apasionadamente, le acababa de declarar que le gusta, y ahora lo aparta con esa mirada de rencor. - lo... lo siento... – su mirada se suavizó, Jun Ho no tenía culpa de su pasado con Seung Kwan, pero... gustar y amar es diferente... y no quiere caer así de fácil, así de rápido... – es que, vamos muy rápido... – murmuró apenado. - oh, sí, bueno... – aclaró nervioso la voz. ¿Tendría que pedirle que fueran pareja? Él, en realidad quería eso, ¿ser novio de Ji Yong?... - chicos... – la voz del menor los hizo separarse de golpe... – hay que irnos a una entrevista, vístanse y vamos... - Ya no tuvieron tiempo de hablar al respecto. Se cambiaron rápidamente y en cuestión de una hora ya se encontraban en la compañía, en una sala donde dispusieron varias sillas cómodas, los cinco tomaron asiento. - es una corta entrevista para un programa de videos musicales que se lanzará al aire recién, y que mejor forma que con el grupo más famoso del momento en su día de apertura.... – les decía el manager, en tanto algunas cámaras eran acomodadas alrededor de ellas, una chica, que suponen les hará la entrevista, tomó asiento a lado de ellos. El director del nuevo programa estaba presente también. Un joven guapo, alto, de labios delgados, ojos color miel, sonrisa seductora vestido elegantemente con un traje gris y pulcro calzado... – él es Seung Kwan, es el productor ejecutivo del programa que les mencioné... Yunho, Yoochun, Jun Ho y ChangMin saludaron cordialmente, pero Ji Yong se quedó congelado en su lugar, temblando ligeramente. - Seung Kwan... – murmuró apenas, cuando el mencionado se acercó para estrechar su mano, sin saber aún que se trataba de Ji Yong. - un gusto conocerlo, JaeJoong... - continuará......





ADVERTENCIA: Lemon

CAPÍTULO 14. LA PRUEBA DE KIM JUNSU Y KIM JAEJOONG

*****

Pero el chico raro no correspondió el saludo, se puso pálido y salió casi corriendo de ahí, diciendo que necesitaba ir urgentemente al baño. El resto se extrañó de su reacción, pero Yunho inmediatamente dijo que lo disculparan, pero que el trabajo los tiene un poco agotados y Jae (n/a Ji Yong, recuerden) era el que más estaba resintiendo.

Ji Yong llegó directo a mojarse el rostro, miró su reflejo en el espejo y maldijo para sus adentros ese carmesí que ahora cubría sus mejillas, mientras el resto de su piel lucía más pálida de lo que es, además su corazón le latía muy rápido e incluso temblaba ligeramente. Encontrarse con Kwan justo ahora había sido una emoción muy fuerte, miles de cosas le pasaban por la mente, se sentía mareado, contento, triste, desesperado, molesto...

- ¡dios! Qué hice para que me pongas esta clase de pruebas... – murmuró, tocando su reflejo en el espejo, sonriendo tristemente. La puerta se abrió, por lo que él fingió lavarse las manos e intentó sonreír como siempre, como si nada hubiera pasado.

- ¿estás bien?... – el líder, que lo ve ahora como uno más de sus críos, había decidido (porque los otros tres se habían quedado con expresiones confusas y preocupadas ante su huída) ir a verle antes de que se reunieran con toda la demás gente.

- claro, solo... ya sabes, tomé mucho agua antes de salir para acá... -

- eres malo mintiendo... – el moreno se acercó a él, le puso una mano en el hombro y sonrió como un auténtico padre... – pero, si no quieres hablar no importa, sabes que somos tu familia y puedes contar con nosotros siempre que lo necesites, ¿de acuerdo?... – Ji Yong sonrió un poco apenado, pero feliz de escuchar esas palabras, después de tanto tiempo tenía amigos de verdad.

Cuando volvieron para la mentada entrevista, Seung Kwan ya no estaba, por lo que el chico raro suspiró aliviado y pudo concentrarse en el trabajo. Aunque después de ese día, las cosas pudieran llegar a complicarse.

...............

Cuando regresaron al departamento, Jun Ho no hallaba el modo de terminar lo que habían dejado “a medias” antes de irse, pero Ji Yong parecía ausente, andaba como en las nubes... y no le gustó porque está así desde que se toparan con el tal Seung Kwan, tenía la impresión de que el chico raro le conocía, y por su actitud, que algo había pasado ahí.

Tomando un valor que realmente no sentía, porque algo en su interior le hacía tener un mal presentimiento, decidió que era mejor abordar el asunto ahora y no dejar pasar tiempo. ChangMin había salido con Kohei. Así que es el momento ideal para hablar. Entró algo dubitativo a la habitación del chico raro, estaba recostado con su brazo cubriendo su rostro. Se veía realmente adorable así...

- concéntrate Jun Ho, tienen que hablar, no vayas a arruinarlo por querer comértelo completito... – es que la pose del chico le estaba descontrolando, recostado, con la playera ligeramente hacia arriba dejando ver su vientre plano y bien marcado, podía notar ahí su respiración acompasada, tenía una pierna ligeramente flexionada dejando un hueco entre sus piernas que bien quisiera ocupar mientras lo... – ¡espabila!... – se regañó mentalmente. Carraspeó un poco para llamar la atención del muchacho, cosa que no pasó. Volvió a carraspear, sabía que no estaba dormido, así que, cuando una vez más no recibió respuesta decidió llamarlo con un gritito... - ¡Ji Yong!

- ¿eh? Qué pasa... – sorprendido por el grito que lo sacó de sus pensamientos, el chico raro se incorporó sentándose y mirando a todos lados como tratando de comprender qué pasaba...

- creo... – los nervios circulando por sus venas... – creo que debemos hablar de... – bajó la mirada apenado, jugando con el pie en el suelo, haciendo círculos con la punta... – ya sabes, lo de hace rato... – sonrojo violento. Ji Yong lo observaba detenidamente.

- sí... sobre eso... – bajó la mirada también, después ambos se quedaron en silencio un rato que les pareció eterno, ninguno encontraba las palabras que decir ahora.

- te molesta si... ¿si se llega a repetir?... – “ay no, eso no era lo que tenía que decir, tenía que pedirle que saliera conmigo”

- eh... no, no me molesta... – “bueno, al menos es un comienzo, ¿no?”

- que bien, o sea... eh, porqué no vamos con Jae y Junsu, hay que darle las buenas noches a los babys... – “eres el mejor en pretextos absurdos, Kim Jun Ho”

- vamos... – todo sonriente, el chico raro se levantó, tomó la mano del gemelo arrastrándolo al otro lado.

..............

Día de chequeo a inicios del séptimo mes.....

(n/a la información referente al embarazo se obtuvo en la siguiente página: http://www.guiainfantil.com/salud/embarazo/desarrollo/ no tengo absolutamente ningún derecho sobre tal)

- a estas alturas del embarazo los bebés ya pueden abrir y cerrar los ojos... – explicaba la Dra. Bin a Jae y Junsu, que lindos y con las ideas de toda “madre embarazada” habían cuestionado sino sería posible que se les practicara la tercera ecografía a la par. Artemisa, visiblemente cansada aunque con una sonrisa amable en el rostro, había dicho que no había problema, se trasladaron a una clínica cercana a su consultorio en donde había el equipo necesario y ahora estaba cada uno recostado sobre una camilla, con Yunho y Yoochun a su lado tomándoles una mano, sonriendo emocionados al ver a sus babys en el monitor correspondiente, pero desde donde podrían ver ambos aparatos... – ahora seguramente sienten que se mueven más, no es así... – los cuatro asintieron, aunque los embarazados querían dormir una noche completa, no les importaba no hacerlo cuando sus bebés eran los causantes de no hacerlo cada que los despertaban con alguna patadita... – eso es porque ahora se ejercitan dando patadas y estirándose, y como ya sabemos, tienen con quién hacer de las suyas ahí dentro... – sonrisa generalizada... – también se chupan el dedo y lloran...

- ¿lloran?... – preguntó confundido el moreno...

- sí, comienzan a hacerlo por reflejo, no propiamente por emociones como las que nosotros sentimos, aunque hay diversas opiniones al respecto...

- ¿pero es normal?, no hay nada malo en que, lloren... – comentó el ratón...

- por supuesto... los bebés miden ahora aprox. 40 cms...

- tan pequeños... – dijeron al unísono Jae y Junsu...

- sí, y pesan alrededor de 1.200 grs, están en perfecto estado según veo. Felicidades, han estado llevando esto muy bien...

- Dra. es normal que me duela... eh.... los pechos... – cuestionó visiblemente avergonzado el castaño oscuro, su novio lo volteó a ver... “no lo sabía”

- dado que el organismo está respondiendo como lo haría en un cuerpo femenino, el dolor es perfectamente normal, sin embargo me temo que ustedes no podrán amamantar, aunque aún así los cambios hormonales se hagan presentes y por eso les duelan...

- ¿a ti también te pasa?... – le preguntó el ratón a su delfín, este asintió con el rostro colorado. Era raro eso, ok que se embarazaron, pero... que te duelan los pechos como a la mujer cuando le crecen y se van preparando para amamantar... raro.

- también es normal que se les hinchen más fácilmente los pies y los tobillos, recuerden acostarse y elevar un poco los pies para descansar y una mejor circulación sanguínea, eso alivia bastante al cuerpo. El ir al baño constantemente es debido a que el vientre abultado hace presión sobre la caja torácica y con ello la necesidad de orinar incrementa, es importante que no dejen de consumir muchos líquidos y lleven la dieta balanceada que se les recomendó. ¿Han presentado contracciones?

- ¿contracciones?... – preguntaron al unísono Jae y Junsu, se veían lindos cada que hacían eso. Era realmente cómico ver que algunas cosas parecen pensarla como si fueran uno solo.

- durante este mes en algunos casos se comienzan a presentar...

- no, no en mi caso...

- tampoco a mí, pero. Dra. eso significa que nosotros tendremos también las contracciones... – preguntó temeroso el castaño.

- sí...

- pero... nosotros no... nuestros bebés no van a nacer por la vía común, o sea... bueno, somos hombres... – comentó Jae.

- es cierto, Dra. cómo van a nacer nuestros bebés... – cuestionó un más temeroso Junsu.

- por cesárea, por supuesto... – ambos respiraron aliviados.

- ¿pero de todas formas tendrán, contracciones? – volvió a preguntar el líder.

- sí, les repito, el organismo está reaccionando como si fuera uno femenino, sentirán las contracciones y los dolores preparto, así que les recomiendo informarse y practicar los ejercicios de respiración que ayudan a soportarlas...

Con eso en la mente, los cuatro regresaron al departamento.

- hay que buscar en la web, porque no podemos acudir a uno de esos lugares donde asisten las parejas “normales”... – opinó Jae.

- bueno, ustedes siéntense a descansar, mientras Micky les prepara algo de comer y yo reviso en la web... – decía el moreno mientras ayudaba a su Boo a sentarse en una posición cómoda en uno de los sofás de la sala.

- Chunnie, cariñito azucarado... – habló con el tono más meloso que el ratón sabía que significaba que quería algo que no estaba disponible en el departamento... -

- dime, amor... -

- me apetece Samgyeopsal (n/a tocino a la parilla que se moja en aceite de sésamo con sal, o se envuelve en una hoja de lechuga o de sésamo con pasta de soja, cebolla verdeo rayada y ajo para dar sabor)...

- no me digas que del local en donde no tienen servicio a domicilio... – el delfín asintió poniendo cara de niño bueno que nunca pide nada. El ratón suspiró derrotado, le iba tocar manejar por cerca de una hora de ida y vuelta, además del tiempo que tenga que esperar para ser atendido, más el que le roben las fans que seguro le caerán para pedirle autógrafo o una foto... – Jae, ¿te preparo algo antes de irme?

- no, pero como eres un buen hijo y ya que vas a salir. Me puedes traer Bindaetteok (crepa con verduras, brotes de soja y trozos de kimchi).... – pidió con una carita angelical que solo hizo suspirar al ratón, su novio y su umma abusaban de su nobleza.

- procuraré no tardar... – tomó las llaves de la van y salió.

- maneja con cuidado, amor, no quiero sustos... – le dijo el delfín cuando lo viera salir por la puerta...

..................

Afrodita ya esperaba la visita de Artemisa, ni siquiera cruzaba demasiadas palabras con la rubia, simplemente le preguntó si ya había decidido cuál sería la prueba para los dos faltantes de DBSK.

- quiero que les hagas desear que sus respectivas familias lo sepan, las cuatro familias...

- cuando renazcas entre los mortales, espero que tu alma aprenda un poco de ellos... -

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Enero 26.

Ji Yong había preparado un pastel de chocolate para festejar el cumpleaños de Jae hyung, lo hizo en el departamento de ellos para no levantar sospechas en el castaño oscuro a temprana hora (nuestro chico raro se levantó casi de madrugada para prepararlo, es que quería que tuviera ese sabor a recién hecho n_n). Ahora estaba despertando a los chicos para que se arreglaran y poder ir a darle la sorpresa al cumpleañero de 22 años (esos cumple, okis). Min no fue problema alguno, adormilado y todo salió de su cama y se fue directito al baño. Pero Jun Ho... bueno, él tampoco había sido problema para despertarlo, el asunto era que ahora no paraba de besarlo.

- debemos... – beso... – arreglarnos... – otro más... – para felicitar... – más largo... – a Jae hyung... – el gemelo lo atrajo en sus brazos recostándose nuevamente sobre la cama sin dejar de besarlo... – Jun Ho, ya... – se separó de él, sonriendo ambos con las mejillas coloradas... – dúchate y cámbiate o se nos hará tarde.

- como si fuéramos a ir tan lejos, es solo aquí a lado, además, son las seis de la mañana, deberíamos dejarlos dormir hasta muuuy tarde... – el gemelo tomó otra vez a Ji Yong entre sus brazos, besándolo más apasionadamente, beso que era correspondido pero que poco a poco era suavizado hasta que el chico raro se separó nuevamente.... -

- ya quedamos con Yoochun y Junsu, anda, espabila de una vez o no te vuelvo a besar en todo el día... – en un dos por tres el gemelo ya había abandonado la cama y buscaba la ropa que se pondría para empezar el día.

- ¿te sentirás muy raro?... – le preguntó mientras veía que su “novio” (bien, no formalmente, pero se dan sus buenos besos, aunque solo hasta ahí y el resto no saben nada aún. Irá a ser otro déja vu?)

- ¿con qué?... -

- con la fiesta que se organizó en la compañía para celebrar el cumpleaños de Jae hyung pero que disfrutarás tú en su lugar...

- ah, eso... pues sí, me gustaría que Jae hyung pudiera estar ahí, pero... él mismo insistió en que asistiera en su lugar... -

- cierto...

.............

- happy birthday to you.... – cantando los cinco (Yunho estaba acostadito a lado de su Boo, pero los chicos habían tenido la grandiosa idea de despertarlo con esa sorpresa. Al frente iba Minnie con el pastél en las manos, adornado por 22 velas alrededor. Aunque, por la cara del menor, todos intuían que sería el primero en querer su rebanada, que prácticamente lo estaba babeando)... – happy birthday dear umma, happy birthday to you...

Jae despertó con una enorme sonrisa en los labios, se incorporó con ayuda de su novio, recargándose en la cabecera de la cama en tanto su habitación se llenaba con su familia.

- Feliz Cumpleaños amor... – naturalmente, el primero en abrazarlo y darle su beso, fue el líder. Después le siguieron los demás, a Junsu le costó un poco de trabajo porque la tripa les hacía mella a los dos, el castaño se sentó en el borde de la cama porque no puede estar mucho tiempo de pie.

- pide un deseo, umma... – el menor le acercó el pastel para que soplara de las velas. El castaño oscuro cerró los ojos por un momento y luego sopló de las 22 velas, aunque como no se apagaron y sus babys se negaron a dejarle en paz desde entonces moviéndose en su interior, el moreno terminó por ayudarle a soplar hasta que se hubieron apagado.

- está muy rico, tú lo hiciste Ji Yong... – con un dedo había tomado un poco de betún y probado, sintiendo ese delicioso sabor a dulce amargo del chocolate (¡como ha comido chocolate en estos meses del embarazo!)

- sí, espero que lo disfruten... – después uno a uno le entregó su regalo, el mayor estaba muy feliz porque le habían regalado ropa para él, bastante más amplia pero sin duda preciosa, vaya que como no hay ropa de maternidad para hombres por razones lógicas, los chicos se habían empeñado en buscar ropa suficientemente amplia para él y de muy buen gusto. Algunos minutos después fueron abandonando la recámara para darles espacio para que se arreglen.

Esa misma mañana se apareció Kohei (los ojitos de Min brillaban cada que lo veía y tenía que controlarse para no comérselo a besos) en compañía de Joo-Eun, ambos felicitaron al mayor por su cumpleaños, le dieron su regalo y después tomaron camino rumbo a la compañía para comenzar la jornada (bien que le van a festejar a Jae, pero primero los van a poner a trabajar)

La fiesta por JaeJoong estaba realmente prendida, aunque pocos le hacían realmente caso, la mayoría de los presentes estaban simplemente aprovechando para desestresarse, no que no le hayan felicitado y llevado algún presente (mismos que iba a entregar a Jae hyung). Yunho y Yoochun estaban un tanto intranquilos porque lo que ellos querían era estar con sus novios, sobre todo Jae que es el festejado y está encerrado en el departamento con el delfín, pero no podían simplemente irse porque eso podría ser una fuente de rumores con los que no tienen ganas de lidiar. Min estaba feliz conversando con Kohei y otros bailarines, aunque claro, él aprovechaba para estar con su novio así el resto de los presentes ni enterados, le era suficiente con estar a su lado, con esos roces furtivos entre sus manos de vez en cuando. Jun Ho por otro lado estaba junto con Ji Yong bailando en la pista, claro, alrededor de otras personas, no solos. Ambos tenían alguna copa encima, pero nada que los hiciera no saber dónde están y por quienes deben hacerse pasar.

Algún tiempo más tarde, Ji Yong convenció a Yunho y Yoochun de que se fueran sin preocuparse por nada, que ya después podían decir que estaban cansados o algo. No se hicieron mucho de rogar, por lo que de pronto sus figuras ya no se vieron en el local. Min y Kohei aprovecharon alguna distracción general y se perdieron también. Así que ahora solo quedaban él y Jun Ho, pero insisto, la gente alrededor realmente les prestaba poca atención, espabilar la tensión era el objetivo real.


- ahora vuelvo, voy al baño... – le dijo el chico raro al gemelo al oído (por el ruido de la música)

- de acuerdo... – mientras tanto, el gemelo siguió bailando, realmente lo disfrutaba mucho desde que empezara toda esta aventura con el grupo haciéndose pasar por su hermano.

Ji Yong entró al baño, todo pulcro y muy elegante...

- vaya que la compañía gasta en sus inversiones... – dijo refiriéndose a la gente que trabaja para ellos, él incluido, aunque de una forma un tanto extraña. El baño estaba solo, así que mejor para él, hizo lo suyo y cuando se estaba lavando las manos, alguien entró... – Kwan... – murmuró nervioso, pero sin realmente voltear a verlo, lo había notado por el espejo. El joven se dio cuenta de quién estaba ahí, y comprobando que no había nadie más en el baño, cerró la puerta con el pistillo. Cosa que asustó al chico raro.

- no he tenido tiempo de felicitarte, JaeJoong...- usando esa voz seductora que tan natural le sale, el chico de ojos claros se acercó a darle un abrazo al castaño oscuro, quien se preguntaba qué endemoniada necesidad había de cerrar la puerta con el pistillo si solo iba a felicitarlo. Pero tembló un poco más cuando sintió los brazos de Seung alrededor de su cuerpo. Le abrazaba igual que lo hiciera cuando adolescentes, y eso solo despertó viejas sensaciones en su interior.

- gracias... – murmuró con la voz algo alterada. Kwan lo soltó, pero no dejó de mirarle a los ojos... – ya me retiro, compermiso... – pero al tomar el cerrojo de la puerta, el otro lo jaló de la mano.

- se que lo que voy a decirte te parecerá extraño, pero; tienes la misma mirada que alguien que conocí hace tiempo... – el corazón de Ji Yong latió más aprisa, ¡por dios! Casi jura que Kwan lo puede escuchar... – te importaría tomarte una copa conmigo mientras charlamos un poco hoy que es tu día especial...

- ¡mierda! Porqué me dijo eso, porqué me pide tomar una copa y charlar... – pensaba nervioso, tratando de dar una respuesta rápida, pero no lograba hacer que algo saliera de su garganta.

- si te incómoda está bien que digas que no... – “porqué tiene que sonreír de esa manera tan linda, simpática, seductora. Ah, maldito casanova es lo que eres”

- gracias, pero... la verdad es que ya me voy, mañana tenemos mucho trabajo... – salió casi corriendo de ahí.

- Ji Yong... – susurró el chico de ojos claros... – me recuerdas demasiado a él, con esa forma de mirarme, con esa forma de temblar entre mis brazos... -

El chico raro llegó a donde Jun Ho y le pidió que salieran de ahí ya, diciendo que sentía que la última copa que bebió se le subía a la cabeza. Mentira, el encuentro con Kwan lo había descolocado, y de fea forma. Porque, por más que quisiere negarlo, el sentimiento por ese chico no había desaparecido, sabía que era muy idiota de su parte seguirle queriendo después de lo vil que fue con él, podía jurar incluso que seguramente aquel encuentro íntimo no había sido más que sexo para Kwan, pero, no es después de todo el amor ciego y estúpido?

- estás muy nervioso, ¿estás bien?... – cuestionó el gemelo, ambos a bordo de un taxi que los llevaba de regreso al departamento.

- sí, sí, claro, estoy bien, no me pasa nada... – respondió rápidamente, inhalando y exhalando despistadamente para bajar los latidos acelerados de su corazón. El gemelo le tomó la mano con disimulo, rezando porque el conductor del taxi no los viera. Llegaron al departamento, subieron y el chico raro se fue derechito a tomar un vaso de agua. Para colmo de males le había dado calor, sus hormonas estaban algo descontroladas, era increíble cuánto efecto había tenido un simple abrazo, unas cuantas palabras, que por cierto iban dirigidas a JaeJoong y no exactamente a él puesto que Seung ni idea de que él sea, él.

- Minnie no está, seguro está en el departamento con Kohei, desde que volvieron ese par no pierde oportunidad cada que pueden de estar a solas... – Jun Ho tomó asiento en la sala, prendió la tele solo porque sí, no sabía qué le pasaba a Ji Yong, pero presentía que por más que preguntara éste no le iba a decir nada.

- eso es normal entre personas que se aman... – el chico raro se sentó a lado del gemelo.

- lo es... – murmuró antes de comenzar a besar los labios de su “novio”, beso que una vez más fue correspondido.

Lentamente ese beso se intensificó demasiado, pero esta vez el chico raro no apartó al gemelo, esta vez era él quien lo volvía más apasionado y aumentaba el calor entre ambos, con sus manos que ya le habían quitado la chaqueta y ahora desabotonaban la camisa en tanto sus lenguas se debatían a duelo sin cuartel. Jun Ho no se quedó atrás, retiró la chaqueta de cuero que tan sexy había hecho lucir a su “novio” durante toda la tarde-noche, después dejó que Ji Yong le retirara la camisa para inmediatamente él deshacerse de la playera que llevaba el chico raro.

Se encontraron nuevamente en un apasionado beso iniciado por el chico raro, realmente se sentía mas cómodo, menos avergonzado de desnudarlo y saberse del mismo proceso así que si se están viendo todo el tiempo, sobre todo porque la luz está encendida, igual que la televisión, a la que ninguna presta atención pero que tampoco se molestaron en apagar.

Las suaves caricias de Jun Ho sobre la piel de su espalda y pecho lo hacían suspirar y gemir bajo, pegándose más a su cuerpo, ambos sentados sobre el sofá, el chico raro abrazó al gemelo mientras le acariciaba también la espalda, en tanto el gemelo le besaba el cuello y chupaba su piel buscando marcarlo de su propiedad.

Hacía tanto tiempo que no sentía ese deseo tan sosegado que le nublaba los sentidos, que de no ser porque su mente estaba algo trabada, seguro que hubiera terminado por parar, porque aunque sabía con quién estaba, imágenes de Seung Kwan pasaban cada tanto por su cabeza y llegaba a pensar en que era con él con quien se entregaba tan fervientemente una vez más.

Jun Ho lo recostó sobre el sofá, besando más lento su pecho, lamiendo con la punta de su lengua los pezones del chico raro, quien se arqueaba ligeramente cada que lo hacía mandándole oleadas de placer que sacudían sus sentidos.

- aahhh... Jun Ho, porqué... mmhhh, porqué hacemos esto... – cuestionó entre jadeos, sintiendo cómo lentamente el placer lo arrastraba a la locura...

- porque.... te deseo, Ji Yong... – respondió con seguridad, sus manos desabrochando el cinto, sus besos bajando por sus pectorales.

Eso no era sinceramente lo que el chico raro esperaba escuchar, pero había llegado a ese llamado punto de no retorno, a ese momento en que la razón y cualquier sentido racional del cerebro quedan anulados para dar paso a los instintos, al gozo. Por ello fue que no dijo más nada, se dejó hacer por su “novio”. No fue del todo consciente cuando el gemelo le sacó las pantalones con todo y su ropa interior, pero no podía parar de gemir mientras el gemelo degustaba tan ansiosamente su erección. Tomó un cojín del sofá y cubrió su rostro con éste para ahogar los gritos que descontrolados escapaban de su garganta. Jun Ho se sentía como flotando en el espacio, por esa sensación de libertad, de gozo que le provocaba tener así al chico raro, temblando ante sus caricias, era único ese sabor ácido que su miembro dejaba en su boca, era delirante cuando al tragarlo por completo la punta tocaba su paladar. Sentía su propia erección palpitar dolorosamente en sus pantalones, por lo que sin dejar de chupar ese trozo de carne, levó sus manos a éstos y los desabrochó, apartó la ropa interior y dejó libre su miembro para que por lo menos no doliera más apresada entre sus ropas. Regresó su atención a la erección de Yong, bombeándola y lamiendo lujuriosamente de ella, hasta que minutos después un líquido espeso inundó su boca y el cuerpo del chico raro tembló producto del orgasmo, el primero de toda su vida.

Subió con sus besos por su vientre, jugando nuevamente en su camino con el ombligo, lamiendo sus pectorales, sus pezones, su clavícula, su cuello, hasta alcanzar sus labios y fundirse en un apasionado beso que los dejó sin aliento. Luego Ji Yong lo hizo sentarse nuevamente, se paró, se arrodilló ante él, observó el erecto miembro de su “novio” y todo sonrojado por la excitación y el momento en sí, comenzó a lamerlo ante la mirada lasciva de Jun Ho, mirada que pronto se perdió bajo los párpados que se cerraron rendidos ante el placer que su boca le daba al meterse su miembro de lleno y acariciarlo con su lengua.

Se aferraba con sus manos al cabello de el chico raro, enredando sus dedos en esas hebras oscuras, gimiendo cada vez más ronco, más descontrolada su respiración. Se mordía el labio para no gritar, elevaba sus caderas para sentir más contacto con la húmeda cavidad que lo estaba torturando del más bello placer. No mucho tiempo después se corrió en la boca de Ji Yong, los espasmos del orgasmo también recorrieron su cuerpo.

Ji Yong se sentó a horcajadas sobre sus caderas, besando otra vez sus labios, su entrada quedó directamente sobre el miembro de su “novio”, pero ahora solo podían besarse y acariciarse, aún no era capaz de responder otra vez. Las caricias empero no cesaron, ardientes manos que dejaban una estela de calor por donde pasaban. Estaban cerca de poder continuar, cuando el móvil del chico raro los sacó de golpe de su burbuja de pasión. Sin muchos deseos de atender, Ji Yong sacó su móvil del bolsillo de su pantalón (mismo que había sido tirado al suelo momentos atrás), leyó el número en la pantalla pero no lo reconoció. Así que, con todo y su voz alterada, la excitación corriendo por sus venas y los besos de Jun Ho sobre su cuello, el chico contestó.

- ¿hola?... – reprimió a duras penas un gemido cuando el gemelo le mordió suavemente el lóbulo, por nada del mundo estaba dispuesto a dejar que se le bajara el deseo.

- hola, JaeJoong... – reconoció esa voz seductora al otro lado de la línea.

- ¿Seung Kwan?... – cuestionó sorprendido, su sonrisa despareció, abrió los ojos como plato y palideció. Cosa que el gemelo notó perfectamente.

- sí, soy yo, veo que reconoces muy bien mi voz. Oye, se que es un poco tarde ya, pero, la verdad me quedé con las ganas de charlar contigo, y como dijiste que no te quedabas en tu fiesta porque tienes trabajo, me preguntaba si me podrías hacer un espacio en tu apretada agenda cualquier día... - era su imaginación, o el muy descarado estaba coqueteando con él, vale, piensa que es Jae, pero... ¡le está invitando a salir!

Jun Ho que estaba escuchando perfectamente esa conversación, frunció el ceño molesto, cómo se atrevía ese productor de pacotilla hacerle esa proposición a su “novio” y lo que es peor, porqué nota cierto nerviosismo, cierta duda en el chico raro por responderle la negativa que tan clara tiene él.

- lo... – aclaró la garganta... – lo siento, no creo poder... – evadió la mirada de Jun Ho, que se la había clavado con un dejo de temor. Aún desnudo, el chico raro abandonó el regazo del gemelo. Tomó sus prendas del suelo al momento en que colgaba la llamada y se fue a encerrar en su habitación. Dejando a Jun Ho con toda posible interrogante en la boca.

- ¡mierda! Porqué me pasa esto a mí, porqué... yo... yo no debería sentir más nada por él, me trató como a un juguete, me usó y se marchó de mi vida como si nada... y ahora, se aparece y se muestra interesado en mí... bueno, técnicamente en Jae, pero... soy yo... ¡maldición! Qué hago ahora... Jun Ho, perdóname... – algunas lágrimas de impotencia por no poder luchar contra su propio corazón resbalaron por sus blancas mejillas.

Afuera, Jun Ho tomó sus prendas, se dio una ducha, no solo para alejar ese olor a sexo que se le había impregnado en la piel, sino también para pensar antes de hablar, porque si en esos momentos, así como se siente ahora, va y habla con su “novio” seguro terminará diciendo cosas que no debe. Mejor esperar a mañana y hablarlo, cuando ambos estén más relajados.

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El amanecer llegó con su habitual luz cálida que bañaba suavemente la ciudad, el sonido de algunas aves que reciben el alba se escuchaba entre las copas de los árboles en las calles. La gente comenzaba con su rutina, algunos se disponían a ir a la escuela, otros a trabajar. Pero él, en esos momentos solo se dedicaba a ver por sus bebés, y había una idea que no le dejaba en paz desde hace un par de días. La familia es lo más importante, cierto. Y no se refiere solo a esos chicos con los que ha convivido por años, con quienes ha tenido muchas importantes experiencias, no habla solo de su novio y él a punto de formar su propia familia. Habla de esa sensación de no sentirse completo si otras personas igual de importantes para él están completamente ajenos a su felicidad actual.

- ¿Yunnie?... – el moreno aún dormía, pero ya era casi la hora para levantarse, así que el castaño oscuro decidió aprovechar unos pocos minutos antes de que la rutina comenzara y ya no tuvieran tiempo de hablar de eso.

- mh... – gimió entre sueños, el castaño lo sacudió por el hombro llamándolo hasta que consiguió que sus ojos se abrieran... – qué sucede... – preguntó adormilado, bostezando y estirándose en su lugar... – tienes hambre o algo, Boo... – le dedicó una hermosa sonrisa dándole un pico en sus labios.

- no... quiero, hablar de algo antes de que te vayas a trabajar... – ah, que ama de casa se escuchó eso.

- dime... – apoyándose en su codo y el brazo en la cama, el moreno se inclinó con su hermosa sonrisa hacia un lado, dándole toda su atención a su novio... -

- es sobre... es sobre tú familia y la mía... – comenzó tímidamente...

- ¿qué con ellos?... – su sonrisa casi desapareció, por la actitud de su Boo, aquello no iba a ser tema fácil.

- quiero que les digamos sobre esto... -

- a qué te refieres exactamente con esto... – cuestionó temeroso.

- a qué más, a lo nuestro, a lo del embarazo... – respondió casi enfadado el mayor.

- Boo, ¿a qué viene eso ahora?... – tratando de ser lo más suave posible para no alterar a su novio, el moreno le acarició la mejilla con ternura.

- es que, quiero que ellos lo sepan, es importante para mí, la familia lo es y... me siento mal porque esto tenga que ser un secreto hasta para ellos...

- JaeBoo, ellos podrían no entenderlo... -

- pero... quiero probar, quiero decirles Yunho...

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Curiosamente, en la habitación YooSu....

- delfín de mi alma, ya pensaste bien en lo que me pides... – el ratón estaba claramente temeroso de hacer aquello, hablar con sus padres y con los de su novio, decirles sobre su noviazgo, sobre el embarazo? Era una locura en el amplio sentido de la palabra.

- Chunnie, bastante tengo con saber que el mundo no sabe de la existencia de nuestros hijos como para querer ocultárselo todavía a nuestras familias. Jun Ho entendió... – replicaba un ya levemente alterado Junsu. Él estaba sentado en la cama, pero Yoochun ya se había parado, estaba viéndole desde el borde de la cama.

- pero decírselo a tus padres y a los míos es diferente delfín. No se tomarán el asunto tan tranquilamente como tu hermano... – trataba de razonar el ratón.

- no será que te da vergüenza presentarme con tus padres como tu novio, que nos vean como anormales o algo así... – ahora el castaño ya tenía los ojos cristalizados, ah, los cambios de humor...

- hey, Susu ah, yo no me avergüenzo de ti, ni de lo nuestro... – el pelinegro se acercó a abrazar a su novio, sintió como el castaño se aferró a su cuerpo, sollozando suavemente en su hombro... - eso no tiene que ver con que me muestre reacio a hacer lo que me pides, por lo menos a estas alturas de tu embarazo. Hay que pensar en que pueden reaccionar no favorablemente ante la noticia, eso te haría sentir mal, te angustiarás y eso te hace daño para el embarazo, haría daño a nuestros hijos... -

- pero... – sollozo... – yo necesito esto Chunnie....

..............

De regreso a la habitación YunJae...

- pero JaeBoo, porqué estás tan empecinado en decírselos ahora, podríamos esperar por lo menos a que nazcan, cuando no haya ningún problema con respecto a las emociones fuertes y tu embarazo... -

- no quiero esperar, Yunho, siento que este es el momento de hacerlo... – replicaba con el ceño fruncido el mayor.

- amor, no te alteres, sí... – el moreno le tomó las manos a su novio, éste suspiró con los ojos cristalizados... – realmente es tan importante hacerlo ahora?... – su novio asintió...

- de acuerdo... – dijeron al mismo tiempo Yunho y Yoochun, cada uno en su respectiva habitación. Sus parejas sonrieron agradecidos.

..........

Cuando los chicos estaban por salir para la compañía, un cesto de frutas exóticas fue dejado por un mensajero que bien conocían, es el que siempre les lleva cualquier paquete o correspondencia que llegue para ellos.

- vaya, quién mandaría esto... – el líder tomó la pequeña tarjetita que iba en el cesto. La caligrafía era hermosa, se veía que quien había escrito esas pocas palabras tenía una muy buena educación. Pero cuando leyó el nombre de a quién iba dirigido, los celos le asaltaron, aunque se controló enormemente al preguntarle a su novio porqué alguien le mandaba un cesto de frutas exóticas.

- no tengo idea, a ver, dime quién la manda?... – respondió indignado el castaño oscuro, ahora le iba a dar a su novio por ver cosas donde no las hay.

- Seung Kwan... – leyó apenas el moreno, recordó de inmediato ese nombre y aún así no se tranquilizó... – creo que de hecho no es para ti, Boo... – el mayor enarcó una ceja. En eso entraron Jun Ho, Minnie y Ji Yong por la puerta, guapos y listos para partir, aunque la mirada de el gemelo y el chico raro se veía ligeramente triste... – oh, creo que es para ti... – le dijo al chico raro, que tomó el cesto sin entender de qué iba el asunto... – te la envía Seung Kwan...



continuará.........

4 comentarios:

  1. ÁMAME:
    Siiiiiiiii!! Yunho te diste cuenta antes del tiempo bien por ti Yunho, waaaaaaaaaaa!!! TToTT el gemelo ya se le había declarado por qué tenia que venir un amor del pasada!! waaaaaaaaaa!!! TToTT pobre Gemelo tienes que luchar por Ji Yong xDDDDD ala!!! Por qué viene alguien a joderle el amor a JunYong waaaaaaaaa!!! TToTT es injusto waaaaaaaa!!! TToTT

    LA PRUEBA DE KIM JUNSU Y KIM JAEJOONG:
    Weeeeeeeeee!!! O_O que prueba es esa xDDDDDD ala!!! ala!!! ala!!! pero bueno la ventaja fue que accedieron sus parejas ya quiero saber como se lo van a tomar sus familias xDDDDDDD a de ser chistoso xDDDDDDD mmmmmmm me seguiré leyendo mejor xDDDDDD así descubriré que pasara mas adelante xDDDDDD maldito desgra Seun Kwan como le haz frustrado su momento lemonoso a la pareja waaaaaaaaaaa!!! TToTT que desgra xDDDDD aaaaah nooooo vaaaaaa!!! xDDDDDDDDDD mmmmmmm -______- y a parte le envías un canasto de frutas waaaaaa!!! TToTT

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  2. woooooooooooow

    ji young no caigas en el juego de ese tipo U_U

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  3. Sería hermoso que sus familiares los aceptarán serían todos muy felices, de lo contrario ellos ya formaron sus familias, y ya nada los pueden separar gracias

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”No me quejo si alguien que ha leído el libro lo encuentra aburrido, absurdo o despreciable, ya que yo tengo una opinión similar sobre sus comentarios.”
J.R.R. Tolkien