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- ¿y porqué quieres hacer eso?... – la diosa del amor sabía perfectamente, pero trató de no mostrarlo, quería escuchar las razones de su propia voz...
- sabes bien porqué, la tensión sexual en las parejas suele ser el principal detonante de rupturas...
- ¿esperas que ese chico le sea infiel a su pareja cuando éste no le de placer carnal?... – la diosa del amor ahora veía qué tan retorcida está la mente de la diosa de la luna... – sabes bien que si eso llega a suceder, y el joven Kim Junsu se entera esa noticia, esa impresión, ese dolor podría matar a los bebés que lleva en su vientre...
- por los bebés no te preocupes, de eso me encargo yo, estarán perfectamente sanos... – aclaró la rubia, que una vez más mostraba esa actitud arrogante que sacaba de su carácter la peor parte.
- y él, ese chico podría morir por ello, su alma podría marchitarse en vida... – espetó ya fuera de sus cabales...
- la muerte de un humano no me importa... – respondió con demasiada frialdad.
- aquellos a quienes proteges, aquellos que nacen bajo tus cuidados, tus bendiciones, también son humanos... -
- pequeños seres indefensos y puros, con alma limpia... -
- no te entiendo, no comprendo tus razonamientos, tu insensibilidad, tu desprecio hacia los mortales...
- nadie ha pedido que lo entiendas...
- ¿que no haces esto porque quieres comprenderlos, porque una parte de ti busca la simpatía por la raza humana?
- mis motivos ya no tienen importancia ahora, tenemos un trato, recuérdalo...
- veo que estás dispuesta a todo, bien, lo haré porque fue nuestro acuerdo, pero no vas a conseguir lo que buscas, esos chicos se aman, amor verdadero si no lo sabré yo que impulsé esos sentimientos con mis bendiciones, dejaré que pongas cada prueba a esos muchachos, solo para que al final tengas que tragarte tus propias palabras... – visiblemente molesta, la diosa del amor encaminó sus pasos hacia la Fuente de los Espejismos, donde vertió polvos de un color oscuro, mismos que se filtraron por el agua hasta impregnarse en el cuerpo de Junsu que dormía plácidamente abrazado a su ratón.
- veremos al final cual de las dos tiene la razón, yo creo que entre el amor y el desamor está la tentación, y los mortales por naturaleza caen fácilmente presa de sus propios instintos... – la diosa de la Luna salió del templo con velocidad, su corazón y ese inmortal palpitar dolía en su pecho, confundiéndola aún más, molestando cada fibra de su ser.
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5:30 am marcó el reloj en la mesita de noche a lado de la cama de ChangMin y entonces el sonido de la alarma le sacó de su sueño. Estiró la mano saliendo de entre las cobijas y lo apagó. Se refregó un poco los ojos, se levanto y estiró todo su cuerpo para sacar la pereza. Era un nuevo día y había que comenzarlo ya.
- hey, Jun Ho, levántate ya... – con un nada gentil golpe de su almohada en el rostro del gemelo, el menor lo despertó.
- argh! Porqué haces eso, Min... – enfurruñado a primera hora del día, el chico simplemente terminó por abrazar la almohada que le lanzaron y se acomodó otra vez en su sitio... – aún es temprano... – lo sabía porque todavía estaba oscuro.
- te dije que leyeras el cronograma, a partir de ahora todas las mañanas ejercitamos de 6:00 a 8:30, así que espabila y levántate, ¡ya!... – el menor le sacó las cobijas de un tirón. Volteó al suelo en donde se supone debería estar Ji Yong pero no había nadie. La puerta de la habitación se abrió y apareció el susodicho por el umbral.
- buenos días... – saludó con esa peculiar sonrisa inocente.
- buenos días, te habías levantado ya... – cuestionó Min. Jun Ho ya se había sentado en la cama y estiraba sus brazos mientras lanzaba un largo bostezo.
- me levanto a diario a las cinco, es costumbre, reloj biológico... – explicó, ya estaba incluso vestido con ropa sport, y por lo húmedo de su cabello, se notaba que se había duchado ya también, aunque, si va a sudar ¿para qué se duchó ahora?... -
- lo dicho... – el gemelo tomó la ropa para cambiarse tomando camino al baño para hacerlo, no se pensaba vestir delante de ese par... – eres raro... – le dijo a Yong cuando pasó por su lado fuera de la habitación, el muchacho solo sonrió.
A las seis en punto, los tres muchachos se encontraban en un Centro Deportivo cerca del departamento. Como era tan temprano, no había muchas personas en el lugar, así que pudieron ejercitar tranquilamente, bueno, casi, porque las quejas de Jun Ho no se hicieron esperar desde que llegaron.
- te creerás que estamos en servicio militar, o qué... – señaló en tanto realizaba algunos estiramientos en la pista de 400 mts.
- más o menos, lo necesitan, tenemos apenas dos semanas para que estén en forma... – el menor también calentaba iba a aprovechar para liberar algo de tensión con una carrera matutina, con los primeros rayos de sol apareciendo en el horizonte y ese aire fresco que tenía olor a invierno generoso.
- el ejercicio físico es una actividad perfecta para la salud... – opinó Yong.
- sí, sí, ya sé, de todas maneras tú no piensas decir que no a nada... – es que el gemelo no podía concebir que hubiera alguien como ese chico que aunque en apariencia es igualito a JaeJoong es diametralmente opuesto en personalidad.
Comenzaron con una vuelta a la pista solo caminando, con un par de mancuernas en las manos para ejercitar el músculo, después pasaron a trotar otros 400 mts, hasta que los puso a correr 10 kms con velocidad media. Tenían un buen ritmo de respiración y estuvieron calladitos (que si hablan mientras corren se agitan más). Al terminar, Min los puso a hacer series de lagartijas, sentadillas y abdominales tanto hacia al frente como hacia atrás. Vaya que parecían auténticos reclutas en el ejército. Así que en cuanto el menor les dio un respiro, Jun Ho corrió a donde habían dejado sus cosas y tomó un largo sorbo de agua.
- aahh, que cansado estoy, siento que mis piernas me van a reventar... – exclamó el muchacho, despatarrándose en el suelo con la respiración agitada, el rostro empapado en sudor, igual que la sudadera y la playera debajo de ésta. En las mismas condiciones Yong, que estaba calladito sentado a su lado. El menor había dicho que ya volvía con algo para la última parte de la rutina matutina.
- eso es porque no estamos acostumbrados al ejercicio, pero verás como en un par de días ya ni lo sentimos... – animó el chico raro.
- pues más vale, porque ahora tengo todo mi hermoso cuerpecito aporreado... – modestia aparte. El chico raro solo sonrió, ese tono sonrosado en sus mejillas, no solo producto de la actividad física.
- bueno, ya volví, colóquense esto... – el menor les entregó unas polainas para las piernas y las muñecas, las primeras pesaban apenas un kilo y las segundas medio.
- ¿eh? Como para qué... – quejándose una vez más, el gemelo sabía bien para qué eran, pero extrañamente disfrutaba de hacerlo enfadar, le parecía linda la forma en que fruncía el ceño y le miraba con cierto aire de superioridad, como sabiendo que siempre logrará hacerlo callar.
- músculo, para eso son, para que ganen músculo, resistencia y poder. Troten con ellas puestas otros cinco kms y dará por terminado el ejercicio matutino... – después el menor tomó asiento para seguir leyendo su libro de cierto mago.
- ¿y tú te quedarás ahí sentado?... – el chico raro ya había comenzado a trotar, ignorando las quejas de su nuevo compañero, amigo, conocido, cualquier cosa que sean ahora.
- sí, algún problema con ello... – el menor fulminó con la mirada al gemelo, de verdad que siga así y tendrá que ponerle los puntos sobre las ies.
- no... – sonriendo por haber conseguido que Min se enojara otro poco, Jun Ho siguió a lo suyo, cuando el chico raro ya le llevaba media vuelta de ventaja, así que comenzó a correr para darle alcance.
- ¡dije trotar, no correr!... – llamó la atención el menor... – no quiero que te lesiones por lerdo... – pero el gemelo lo ignoró, modulando la carrera solo hasta que alcanzó al chico raro.
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En el departamento, las 7:30 marcaba el reloj, los cuatro estaban ya despiertos, aunque aún en sus respectivas habitaciones.
- JaeBoo, no me canso de hacerlo contigo, no me importaría hacerlo las 24 hrs del día, siempre es perfecto... – el moreno estaba recuperando la respiración y el tono muscular normal, acababa de tener otra fantástica sesión de sexo con su adorado novio, cuyo apetito sexual se había incrementado en las últimas semanas y tenía algunas fantasías bastante excitantes.
- tampoco seas tan goloso... – le dijo con una sonrisa pícara... – además, más vale que aproveches, porque en cuanto la tripa me haya crecido lo suficiente, ya no podremos hacerlo y pasaremos meses en abstinencia... – el moreno palideció. Pero después una idea cruzó su mente.
- siendo así, hay que tomar una ducha... – tomó a su novio en brazos, encaminándose al baño... -
- Yunho, bájame... – pataleó el castaño oscuro.
- ni loco, voy a aprovechar cada oportunidad... – pasaron a lado de la habitación YooSu.
- ¡Buenos días!... – saludó con una sonrisa divertida el pelinegro, Jae seguía pidiéndole a su novio que lo bajara, que se comportara, que no estaban solos, pero el moreno hacía oídos sordos.
- muy buenos días, Chun, Junsu... – los había saludado el líder con una sonrisa enorme y la lujuria brillando en sus ojos. Pasó de largo y se encerró en el baño con su Boo.
- hagan el favor de no gritar demasiado, que se escuchan más estando ahí... – les había dicho el castaño, sonriendo con timidez, le daba vergüenza estar enterado de que sus hyungs se lo fueran a montar con ellos rondando ahí.
- vamos a preparar el desayuno... – le susurró al oído su novio, abrazándolo por la espalda, caminando juntos hacia la cocina.
- ¿cómo crees que le esté yendo a los chicos con Min?... – el castaño cortaba algunas frutas en trozos, mientras el pelinegro preparaba una crema dulce para acompañarlas.
- pues solo te diré que hasta yo le hubiera corrido a su entrenamiento, se lo cargó con régimen militar... – opinó el ratón. A lo lejos unos gemidos ahogados que despertaron una vez más su libido. Sonrió con picardía, dejó lo que realizaba acercándose a su delfín por la espalda, comenzó a besar su nuca y hombros, acariciando sigiloso su pecho, bajando furtivo a la entrepierna.
- eres un ratón pervertido... – el castaño sintió sobre su piel esos besos y caricias, pero no sintió nada, aquella sensación de deseo no apareció e incluso a él le extrañó, antes, aún cuando se hubiera negado a intimar con su novio no era que no quisiera exactamente, porque esos roces siempre lo habían hecho vibrar por lo menos, pero ahora, ni siquiera se le erizaba la piel, no sentía nada, pero no podía decirle tremenda cosa a su novio... -
- nunca lo hemos hecho en la cocina... – el pelinegro giró a su novio para atacar sus labios, pero sintió como si el beso apasionado nunca hubiera sido devuelto a pesar de que los labios y la lengua de su novio se movieron con la suya.
- ahora no, Chunnie, agotaste mis energías anoche... – mintió el castaño, confundido por esa reacción que había tenido, había respondido ese beso por inercia, como algo mecanizado, pero no había sentido nada.
- ok... – fue la respuesta escueta del pelinegro, que sintió una opresión en el pecho por lo que acababa de pasar. Ninguno dijo más nada hasta que llegaron a la consulta a las 9 en punto, acompañados por Jae y Yunho, que llevaban tremendas sonrisas en los labios... – cómo no, si se aventaron un matutino bastante largo, otro poco y ni alcanzaban a desayunar... – pensó.
- y, ¿qué tal han estado?... – la Dra. comenzó a tomar los signos vitales de Jae y Junsu, anotando cada dato en la Hoja Clínica de sus expedientes. También anotó el peso, habían ganado ya un par de kilos, lo normal para el primer trimestre. Después les hizo algunas preguntas de rutina sobre cómo la han pasado, los malestares que aun tienen, como el cansancio, diciéndoles que todo lo que sienten es normal, incluso el aumento o disminución del apetito sexual, cosa que calmó un poco al ratón, sabía que todo era cuestión de hormonas locas por el embarazo y no que su delfín ya no le quisiera o algo así... – debido a que el bebé comienza a crecer más en el vientre se genera cansancio, sobre todo de espalda y piernas, será recomendable que sigan tomando descansos de unos diez minutos cada tanto, los masajes también son buenos... sigan tomando el hierro y las vitaminas para un mejor desarrollo del embarazo, si hay estreñimiento, lo cual es normal por el consumo del hierro, solo no olviden tomar muchos líquidos, consumir alimentos sanos y no solo antojos... – una sonrisa amable se curvó en sus labios, sabía bien que esos chicos han tenido cada antojo de postres dulces y han dejado un poco de lado la alimentación balanceada... – y ejercitarse, les recuerdo que la natación es una excelente actividad para ustedes en ese estado... ah y, espero que ya hayan encontrado una solución para sus compromisos profesionales, porque ustedes ya no pueden seguir con el ritmo que suelen tener, eso hará mal al desarrollo óptimo y no queremos ninguna clase de susto, verdad...
- claro que no, dra. ellos ya no participarán en nada en un par de semanas, ahora lo hacen pero básicamente solo cantan y sus coreografías fueron modificadas aún más para que no se esfuercen... – explicó el moreno.
- muy bien, siendo así, todo marchará perfecto... – les entregó las recetas para las vitaminas y el hierro... – por ahora es todo, les veo en un mes para realizar ahora sí la segunda ecografía y ver el desarrollo de sus bebés...
- muchas gracias, dra. Bin... – uno a uno se despidió de la rubia.
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- no entiendo cómo puede estar ahí con esos chicos como si nada, con todo lo que les está haciendo... – la diosa del amor estaba que echaba chispas por los ojos, y tratándose de una diosa, aquello no estaba lejos de poder hacerse realidad.
- deberás tenerle paciencia, Afrodita... – trató de calmarla Atena, las tres observando en la Fuente de los Espejismos.
- no me pidas eso ahora, tienes idea del daño que quiere ocasionar, ella ha comprendido cómo funciona mi poder, temo lo que vaya a pedirme para los otros tres chicos, con el primero le falló porque no supo pedirme adecuadamente la prueba para él, pero lo que me pidió anoche va a ser una tormenta en ese hogar, va a ser una bomba de tiempo. Qué necesidad tienen los mortales de soportar nuestra poca capacidad de entendimiento, de tolerar nuestra superioridad sobre ellos... – la peliplateado gritaba molesta aquellas palabras, como tratando de que Atena y Démeter entendieran la magnitud de las acciones de la diosa de la luna... – y verla ahí, tan profesional, tan humana, eso me enferma...
- Artemisa se comporta así porque la energía de los bebés de esos chicos suprime cualquier otro sentimiento que no sea el de protección, pero Afrodita, necesito que te controles, aún puedes persuadirla sin que se de cuenta de que sus pruebas no afecten demasiado a esos chicos, eres más inteligente y madura que ella... – comentó la diosa de la Fertilidad.
- haré lo posible, pero te juro que si esa chica se pasa, habrá una batalla de diosas en el olimpo... – acotó segura la peliplateado, Atena y Démeter asintieron comprendiendo sus palabras, esperando que aquello no llegue a suceder.
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Para rentar el departamento de a lado del de DBSK tuvieron que valerse de Joo-Eun, la prima de Kohei, pues ella se encargó de llenar todo el papeleo del contrato, además ella hacía el pago económico, aunque los gastos iban por cuenta del grupo, pero eso nadie lo sabía, lo único ahora era que para no levantar sospechas tuvieron que decir en la administración que ella se mudaba cerca del departamento de los chicos por cuestiones de trabajo (como no llegue el chisme a Lee So Man todo tranquilo). Naturalmente, la chica realmente se mudó a ese departamento, por lo que terminó por compartir nuevo hogar con Jun Ho y Ji Yong, con quien se llevaba muy bien, a decir verdad los dos le parecían raros al gemelo. Pero al menos ya habían solucionado eso del espacio.
Así que, mientras el grupo estaba trabajando esa mañana y parte de la tarde, Ji Yong y Jun Ho se quedaron en su nuevo departamento (Joo-Eun tampoco estaba ahí que también trabaja), primero acomodaron sus pertenencias y recorrieron el departamento de tres habitaciones, sala-comedor, dos baños y una linda vista nocturna. Básicamente igual que el del grupo, excepto por la diferencia de una habitación. Después se pusieron a estudiar, Min les había dejado unos DVD con los videos y presentaciones del grupo para que fueran viendo las coreografías y la forma en que se comportan y trabajan. También les recordó que siguieran aprendiéndose la letra de todas las canciones porque esa tarde continuaban con eso.
- tú sabes bailar?... – preguntó el gemelo al chico raro, ambos sentados en el sofá de la sala viendo el video de purple line... -
- no como ellos si es a lo que te refieres, de hecho podría decirse que no bailo, pero en general me es fácil aprender cualquier cosa... – respondió con su conocida sonrisa inocente.
- eres raro... – repitió el gemelo... – además de parecer un niño sonriendo siempre así, nunca decir que no y tener memoria fotográfica, dices que aprendes todo fácil, pues qué eres, una especie de súper-humano?... – el chico raro sonrió con ese comentario, ese joven a su lado se quejaba de todo, hasta de su personalidad.
- no... -
- ¿qué significa memoria fotográfica?...
- significa que recuerdo con detalle todo lo que mi vista captura...
- ah, entonces puede decirse que en estos momentos tú podrías bailar exactamente como viste que lo hace Jae en esos videos...
- no... – sonrió... – puedo recordar sí cada movimiento que realiza, pero que pueda recordarlo no significa que lo he aprendido, tendría que practicarlo varias veces antes de hacerlo...
- aun así, no te pasarías semanas enteras en conseguirlo, ¿no?...
- no... lo puedo hacer con poco tiempo...
- lo dicho, eres raro... -
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Esa tarde Min los recluyó en la sala de música para analizar sus voces, al final se dio cuenta de que por más que lograran avanzar en la afinación, nunca se escucharán exactamente como sus hyungs, pero tenía una idea para solucionar aquello, siempre se pueden hacer algunos trucos con el equipo tecnológico adecuado (lo cual para el menor significa pedir ayuda al bailarín y tenerlo cerca por más tiempo).
Lo bueno era que esos chicos si cantaban, no tenían las voces privilegiadas que ellos poseen, pero cantan bastante bien y con un tono bastante acercado al de Jae y Junsu. Ji Yong se aprendía todo rápido y eso le quitaba algo de estrés, aunque lo ganara rápidamente con el gemelo.
- ay, ya no me entra una sola palabra más en la cabeza, estoy cansado... – se quejó por enésima vez el gemelo, repasando la letra de una canción cuyo nombre hasta se le olvidó ya... – es demasiado, no sé... cursi...
- oye, que esas canciones las cantamos nosotros, incluyendo a tu hermano... – espetó molesto el menor, latiéndole la vena en la sien...
- seré su gemelo, pero no significa que pienso, actúo o tengo sus mismos gustos, además, no te lo tomes a personal, que no estoy diciendo nada malo... – se defendió con esa voz mandona que saca de las casillas a Min.
- a mí me parece que la letra es muy bonita, es un mensaje de amor muy bello... – intervino Ji Yong... – pero me parece que si tú no estás enamorado no será nada más que cursi y no podrás cantarla con el sentimiento adecuado.
- vale, ahora va a faltar que me digan que para poder hacerla de mi hermano me voy a tener que enamorar... -
- pues a lo mejor no te vendría mal que tal vez por eso eres tan quejumbroso... – opinó el menor.
- ¿me llamaste quejumbroso?... – cuestionó ofendido.
- y agrégale sordo... – ya ambos se habían lanzado uno sobre el otro, pero Ji Yong se había puesto al medio, apoyando una de sus manos en el pecho de uno y otro...
- ya, ya, tranquilos, con discutir no logramos nada, hay que continuar con esto, sí... – medio con voz suave, de hecho se había escuchado igual de maternal que Jae.
- ok, Umma... – tal vez por ese motivo el menor le había llamado de esa forma, cuando se dio cuenta una enorme sonrisa alejó de su semblante la molestia... - ¡oye, que bien! Actuaste como Jae.
- ¿en serio? no me di cuenta... -
- bueno, no que íbamos a continuar... – interrumpió el gemelo, que por alguna razón no le había gustado que ese par le dejara de lado aunque fuera por unos segundos.
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Cuando ya estaban por marcharse a su departamento (o sea, a lado, jeje), el pelinegro le pidió a su cuñado unos minutos para hablar...
- oye, solo quería pedirte que dejáramos nuestras diferencias de lado, yo entiendo que quieres pasar tiempo con Junsu, como también quiero pasarlo yo, a fin de cuentas le amamos y quisiéramos ser únicos en su vida, pero, le hacemos sentir mal por ello...
- sí, creo que me excedí un poco contigo estos días, es solo que, no sé, fue todo muy rápido, y no es que no apoye su relación, pero a final de cuentas si siento raro verlos juntos, de manita sudada o en plan meloso; mira, es mi gemelo, toda la vida hemos estado muy unidos, y de pronto me entero de que ya no soy quien más le conoce y me sentí un poco incómodo por eso, además también porque me lo ocultara por tanto tiempo, no sé, siempre pensé que nos teníamos toda la confianza del mundo y presiento que de no ser por esto del embarazo y que necesitan mi ayuda no me lo hubieran dicho sino hasta vaya a saber dios cuándo...
- tienes razón, no pensamos del todo en eso, teníamos la situación encima y Su defendió a capa y espada que no le dejarías de lado, pero nunca pensamos en cómo te sentirías por enterarte hasta ahora y de esta manera de lo nuestro...
- pero así son las cosas, no? Suelen pasar este tipo de situaciones, bueno no tanto así que salvo mi hermano y Jae, no creo que haya algún otro hombre embarazado en el mundo... – sonrisa en ambos... – llevemos la fiesta en paz, prometo no meterme demasiado entre ustedes...
- ¿demasiado?... – cuestionó enarcando una ceja, mientras se estrechaban una vez más las manos...
- soy su hermano, así que no quita que de vez en cuando me den celos si te da más atención a ti que a mí... – explicó con una sonrisa.
- de acuerdo, comprendo eso... – salieron de la sala de música, que es en donde el pelinegro lo había retenido... – y qué tal el entrenamiento con Min...
- tal vez antes de decidirse por esta carrera quería ser militar o en otra vida lo fue, porque el pequeñajo ese me tiene molido con sus ejercicios... – todos sus músculos estaban tensos y aporreados... Yoochun rió divertido... – claro, te da risa porque no lo tienes que aguantar, ya quisiera yo verte en mi lugar...
- gracias, paso.... – ya en la sala, el castaño volteó a verlos con una sonrisa, le gustaba haber visto que volvían conversando como buenos cuñados.
- hey, Su, tu mouse pervert... – el pelinegro puso cara de “what” mientras que el delfín solo sonrió por el mote que su hermano eligió para su ratón pervertido, o sea, el mismo... - y yo ya nos arreglamos, no les volveré impedir dormir en la misma cama... -
- gracias a los dos por eso... – abrazó primero a su hermano, estrechándolo con fuerza, después le dio un breve beso en los labios a su ratón, aunque le había nacido dárselo, nuevamente su cuerpo no sintió nada con ese contacto.
- bueno, Ji Yong, vamos a descansar ya, porque mañana Min nos levantara otra vez de madrugada... – con una sonrisa, el gemelo arrancó al chico raro del sofá puesto que platicaba de lo más animado con Min, Jae y Yunho.
- normalmente hubiera esperado que fuera al revés... – le dijo el moreno al oído a su novio, mientras veían como el chico raro y el gemelo se despedían de ellos y salían del departamento hacia el suyo... –
- sí, pero lo dicho, ese chico es muy infantil; aunque como ya nos contó Min, también puede llegar a sonar muy a mí... – era tarde ya, el castaño oscuro bostezó de cansancio... – vamos a dormir Yunnie... – le pidió con ojos medio cerrados.
- ¿y sí vamos a dormir?... – le preguntó con sensualidad, mientras lo tomaba de la mano y se encaminaban a su habitación.
- por un rato al menos, sí... – mirada lasciva de Jae.
- vamos a dormir nosotros también, delfín... – claro que, por la expresión en el rostro del ratón, el castaño supo que esa noche su novio querría intimidad.
- Chunnie... – voz culpable que el pelinegro supo significaba que se iba a quedar una vez más con las ganas... – estoy muy cansado amor.
- no te preocupes, me conformo con saber que estarás en mis brazos... – sonriendo tiernamente, el ratón abrazó a su novio, besando suavemente sus labios, como su única intención era transmitirle su amor y no su deseo carnal a su novio, en ese beso el castaño sí sintió la emoción, sintiéndose aliviado por la serie de cosas que le pasaran durante el día por la mente al recordar que no había sentido nada esa mañana con sus besos y caricias... – Te Amo...
- yo más, Chunnie... – caminando entre besos tiernos se dirigieron a su habitación. Min los había observado sonriendo contento, al menos sus hyungs eran felices a lado de quien aman, pero él también está decidido a todo por su bailarín.
- un día nos veremos como estos cuatro, derritiendo miel en nuestro hogar, Kohei, ya lo verás... – pensó antes de caer rendido en brazos de Morfeo.
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- argh! No entiendo, cómo demonios haces para moverte así, Junsu ah... – exclamó un frustrado Jun Ho, viendo por enésima vez el video compilatorio de las coreografías más importantes, al menos las que en estos momentos están mostrando en los conciertos...
- eh, Jun Ho, tu hermano no está, ¿ya se te olvidó que nos quedamos solos?... – el rostro del chico raro era un poema a la inocencia.
- ay no, ya sé que no está, solo fue la frustración, pero es que no me acordaba que el Susuito se contorsiona de esa manera, con razón que las fans gritan como desquiciadas, a ver dime, ¿hay necesidad de que mueva las caderas así?... – tono celoso en su voz...
- no sé, supongo es su forma de ser... – Ji Yong se encogió de hombros, para él resultaba muy normal lo que veía, después de todo eran los pasos que les ponían a sus canciones.
- pues sí, pero para que yo pueda... – una vez más en el televisor aparecía su hermano bailando, esa era auténtica demostración de seducción... – seguro en su cabezota se imaginaba que le bailaba al mouse pervert... -
- oye, ¿tú también puedes bailar así?... -
- ¡no! No creo... -
- ¿pero no lo has intentado nunca?...
- no, para qué abría yo de intentar moverme así...
- ¿y temes intentarlo?
- mas o menos...la verdad es que me da vergüenza... – sonrojo en las mejillas del gemelo.
- pues lo tendrás que hacer, porqué no practicamos un poco ahora... – sugirió el chico raro, poniéndose de pie... – vamos, ayúdame a mover los muebles para hacer espacio... – Jun Ho le siguió la corriente, no era tan mala idea, igual por ahora solo tenía que bailar delante de Ji Yong, así no le daría tanta pena hacerlo con el resto del grupo. Lo bueno que de una u otra forma, Junsu siempre le había enseñado algunos pasos y no era nada torpe para bailar.
Duraron un par de horas en aquella actividad, Jun Ho corroboró que ese chico aprende rápidamente, puesto que en ese rato había conseguido aprenderse la coreografía de Choosey Lover y hacerlo tal cual fuera Jae, aunque a él le había costado hacerlo como el delfín, sí se había aprendido los pasos y solo era cuestión de afinarlos.
Durante los días que quedaban para partir de vuelta a Japón el entrenamiento no cambió en absoluto, por el contrario, se hizo más fuerte; a partir de ese día todas las tardes habían dedicado entre tres y cinco horas diarias a memorizarse las coreografías y las canciones; más aparte las tres horas de ejercicio matutino, y las que dedicaban cuando tenían tiempo a ensayar como si estuvieran en entrevistas para que fueran practicando su forma de ser ante las cámaras. Jae y Junsu solían ser más bien observadores, interviniendo de vez en cuando solo para darles algunos consejos sobre cómo era más fácil para ellos hacerlo.
- mira, Jun Ho solo tienes que pensar en la letra de la canción, así será más fácil... – trataba de explicarse el castaño.
- dudo mucho que tu forma de moverte haya sido solo inspirada en la letra de la canción, porque tiene un mensaje muy bonito pero no habla de amor... -
- en algún sentido para mí cada canción del grupo es amor, cada canción, cada coreografía, cada presentación que le siguió, absolutamente todo lo que estuvo alrededor de cada una de nuestras canciones han sido y serán un recuerdo especial para mí, están llenos de amor, porque son cosas que he hecho a lado de mis amigos, de mi novio, de mi familia, pero que quede claro que no digo que ustedes no sean importantes, eh...
- lo sé, entiendo a lo que te refieres, después de todo llevas años conviviendo con ellos, y mira, hasta vas a tener un hijo producto de ese amor que creció entre el mouse pervert y tú... – ambos sonrieron, la tripa ya se veía un poco más abultada, aunque apenas habían pasado algunas semanas desde su llegada... – doy lo mejor de mí, lo sabes, Su, pero simplemente no puedo hacerlo como tú...
- claro que puedes, a ver, piensa, alguna vez te ha gustado alguien tanto que estabas dispuesto a darle el mundo si fuera necesario?... – el gemelo lo meditó un momento y negó con la cabeza... - ¡nunca te has enamorado!
- bueno, no así como lo planteas, me han gustado algunas chicas, pero de ahí a que pensara en darles el mundo, pues no...
- vale, te gusta alguien actualmente lo suficiente como para desear tener su atención a como de lugar... – a la mente del gemelo llegaron la imagen de dos chicos, a los que apartó de inmediato moviendo la cabeza hacia los lados... – tampoco? Pues que eres, un insensible, o qué...
- no Su, es que no estoy seguro de que alguien me guste ahora, a ver, para qué demonios me preguntas eso, qué tiene que ver eso con que pueda bailar igualito a ti... – al gemelo se le aceleró la respiración y el ritmo cardíaco de solo pensar en la posibilidad de que le guste alguien, y que ese alguien termine siendo alguien de su mismo sexo... – “ni que fuera algo genético” pensó.
- no solo con bailar, sino con cantar y entregarte en un escenario, lo que nosotros hacemos está motivado por algo en especial, como veo que para ti ayudarme no es la motivación más fuerte... – su hermano frunció el ceño... – no te estoy reprochando nada, solo digo que esa motivación solo te hace llevarlo a cabo porque me quieres ayudar pero no porque encuentres alguna fascinación por lo que hago, así que pensé que tal vez la encontrarías en el amor, en alguna persona que no sea familia...
- oh, ya comprendo... sabes, Ji Yong lo hace solo porque sí, el otro día me lo dijo cuando le pregunté porqué había aceptado sin preguntar ayudarlos, y él solo dijo, “porque es una buena causa”... – incluso el tono de voz inocente y suave sonó en sus recuerdos, un ligero carmesí apareció en sus mejillas... – yo lo hago porque eres mi familia y por nada permitiría que te pasara algo, pero creo que hasta ahora lo había tomado más como una imposición y no como algo que acepté por gusto... -
- siento haberte orillado a esto, hermano... – apenado, el castaño escondió la mirada.
- bah! No digas tonterías, si ha sido muy divertido a pesar de que la primera semana sentía que me iba a explotar cada músculo con el entrenamiento de ese salvaje de Min... – sus mejillas enrojecieron aún más al recordar lo adorable que le parecía ver al menor molesto con él cada que se quejaba de lo que fuera, sacándolo de sus cabales... – creo que ya tengo lo que intentabas sacar en mí, la inspiración interna, la motivación personal de hacer las cosas... -
- en serio?... – al castaño le pareció extraño ver a su hermano sonrojado, pero no comentó nada porque no quería incomodarlo, podría ser solo porque estaba haciendo algo de calor (en pleno invierno, para nada, lo que pasa es que la revolución hormonal le hace a él sentir calor)...
- ¡claro! Verás como mañana los dejo a todos con el ojo cuadrado cuando ensayemos otra vez, con eso de que tenemos la primera presentación ya siendo ustedes la próxima semana en Japón, más me vale aplicarme o nos come vivos el manager... – bromeó, apartando ya de su mente esos pensamientos anteriores, el sonrojo desapareciendo de su rostro.
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- Chunnie, ¿estás molesto?... – su novio le daba la espalda, hace apenas un instante había estado besándole tiernamente, pero de un momento a otro la temperatura en el cuerpo del ratón se había elevado mutando sus besos, llevándolo a dejar caricias ardientes sobre él, pero nuevamente no había sentido nada y había terminado por decirle (como hace dos semanas ya) que estaba cansado.
- no es eso, Su, solo que estoy encendido pero tú no quieres hacerlo... – respondió con un dejo de resentimiento en su voz. Realmente no quería molestarse con su delfín, pero se estaba volviendo insoportable esa situación. Ya que desde que el castaño supo que estaba embarazado ha tenido más días y noches de abstinencia que de pasión desenfrenada. Y él entiende que es por el mismo embarazo que Su no quiere intimar, pero él no puede evitar que su cuerpo sí reaccione, que se encienda, que desee ser uno con su pareja.
- Chunnie, lo siento, de veras pero... – sollozó, se sentía mal por no poder corresponder esas muestras de pasión que le daba su novio, era solo que, igual que aquella mañana, su cuerpo no sentía nada, las caricias de su ratón no encendían su piel, ni despertaban el deseo en su interior... – perdóname, no es mi intención dejarte así... -
- no llores amor... – el ratón se sintió morir al escucharle llorar, sabía que era un idiota por comportarse así, por espetarle de una u otra forma que no hicieran el amor... – tú no tienes porqué pedirme perdón, yo debería hacerlo por hacerte sentir mal, por querer siempre que concedas mis deseos...
- pero... – sollozo... – tengo miedo Chunnie... – se abrazó a su novio, escondiendo su rostro en su cuello...
- de qué puedes tener miedo, Su... – acariciaba tiernamente la espalda del castaño.
- de que si no te doy lo que me pides vayas a terminar por buscarlo en otra parte... – sinceró Junsu, llorando más, abrazándolo con fuerza.
- Su... – intentó apartarlo para verle a la cara, pero el agarre de los brazos del delfín no cedieron... – hey, delfín travieso... – lo llamó con suavidad, besando tiernamente sus hombros... – no pienses eso nunca, jamás, escúchalo bien, jamás sería capaz de hacerte algo así, así me dejes en abstinencia hasta que nuestros hijos nazcan, jamás voy a engañarte, yo Te Amo, Susu ah... – el llanto comenzó a menguar, no así el agarre a su cuerpo... -
- me lo prometes... – su mirada viendo directo en los ojos oscuros de su novio.
- claro que sí, que me pongan a quien sea enfrente, yo siempre esperaré a hacerlo contigo, solo contigo y con nadie mas... – le besó despacio, transmitiéndole su amor, y una vez más el delfín comprobó que esos besos le tocaban el alma, que solo dejaba de sentir los besos ardientes que bien conoce pero que no le inspiran el deseo que antes, y eso aún lo preocupaba.
- Te amo, Chunnie... – una noche más, durmió en los brazos de su novio, sin saber que tal vez una de esas noches alguien más pueda ocupar su lugar...
continuará......
CAPITULO 10. DUDAS Y LA PRUEBA DE JUNG YUNHO
*****
El regreso a Japón llegó, y ya estando allá surgió nuevamente el problema respecto a dónde vivir todos juntos, su departamento en tierras niponas es de hecho solo de tres recámaras, sin embargo Min tuvo que aceptar compartir su habitación con Jun Ho y Ji Yong una vez más ya que solo estarían ahí tres semanas y volverían a trabajar de lleno a Corea.
- mejor así, la Dra. Bin ya nos había dicho que viajar para ustedes a estas alturas del embarazo no es recomendable... – había dicho el líder cuando les dio la noticia... – tres semanas se van de volada, Min... – es que el menor, aunque no había dicho nada, su rostro había dejado clara su inconformidad por tener que dormir con ese par, no que le caigan mal (Jun Ho lo saca de sus casillas pero hasta eso se llevan bastante bien), pero dormir los tres en la misma habitación...
- si fuera Kohei no me importaría en absoluto... – pensó el menor, metiéndose entre las cobijas a lado de Ji Yong, por acuerdo entre los tres decidieron que a todos les tocaría dormir en la cama y el suelo alternándose el lugar. Hoy le tocó al gemelo el suelo.
- un sofá es demasiado incómodo... – había dicho cuando le propusieran ocupar el sofá. Metiéndose en el futón (cama japonesa) que terminaron adquiriendo esa misma mañana.
La primera presentación formando parte del grupo se llevó a cabo apenas dos días después a su llegada. El concierto era tan importante como todos los demás, solo que los nervios en esta ocasión era por ver qué tal podían con la presión Ji Yong y Jun Ho, que aunque en los últimos ensayos habían estado muy bien (hasta ellos habían sentido que eran Jae y Junsu los que bailaban con ellos) todavía quedaba el asunto del canto.
Kohei (recordemos que es un genio de la cybertecnología) había terminado por hacer algunos “ajustes” en el equipo de sonido, de modo tal que cuando Ji Yong y Jun Ho cantaran sus voces se modularan hasta escucharse idénticos a Jae y Junsu respectivamente sin tener que valerse de pistas, cantar en vivo ha sido siempre muy importante para ellos. Ahora estaban a unos minutos de probar si todo esfuerzo daba resultados positivos o si terminarían por pensar en algo diferente.
El escenario enorme y majestuoso como siempre estaba dispuesto para su arribo, las luces multicolores y los láser iluminaban el enorme lugar. Tras bambalinas cinco chicos nerviosos terminaban de recibir los últimos toques a su vestuario, maquillaje y peinado. Repasando todo el staff que el equipo funcionara adecuado, los bailarines dispuestos también ya para salir a escena. Pero sin duda de esas decenas de personas que ya conocen el medio, cuyos nervios saben bien cómo controlar además de que saben pasarán apenas DBSK pise el escenario; dos chicos en particular son un manojo de tensiones, definitivamente no es lo mismo ensayar en pequeñas salas (claro, comparado con aquel inmenso lugar cuyos lugares están ocupados por cientos de fans que gritan sus nombres y parecen al borde del frenesí por verlos y escucharlos) o cantar en salones donde no hay más de diez personas, que pararse al frente de aquella multitud que espera tanto de ellos.
- tranquilos, lo van a hacer muy bien... – animó el líder, dedicándoles una sincera sonrisa de apoyo, palmeándoles amigable el hombro.
- ustedes solo piensen que están en un ensayo, no se asusten por los gritos o el inmenso lugar... – aconsejó el pelinegro.
- como no se concentren, les aplico otra vez mi sistema de entrenamiento... – por su sonrisa, Ji Yong y Jun Ho no supieron si aquello era para motivarlos o lo contrario. Pero de alguna forma se sintieron más tranquilos por las palabras de esos tres.
- a dar lo mejor de nosotros... – le dijo el chico raro al gemelo, éste asintió con algo de nervios aún pero sonrió con seguridad.
En su departamento, Jae y Junsu estaban sentados en la sala frente al televisor, cada uno con un bote de helado a medio vaciar (a pesar de que apenas hace 10 minutos los tomaron).
- a qué hora irán a salir... – preguntaba un impaciente castaño oscuro, metiendo una cucharada más en su boca.
- no sé, pero como no se den prisa me va a dar algo de los nervios, creo que me siento más nervioso ahora que cuando teníamos que salir al escenario... – comentó un delfín visiblemente ansioso, que al igual que su Umma, comía desesperado de aquel indefenso bote de helado.
Los primeros acordes del Intro resonaron como un rugido, dando inicio a ese tan esperado Live Concert que por semanas esperaran ansiosas las fans de esa afamada isla oriental. Hombres y mujeres de todas las edades gritaban sin parar, haciendo de su emoción un incentivo relajante para los muchachos.
- así es como te sientes, hermano... – pensó el gemelo cuando por fin pisó en aquel deslumbrante escenario, una sensación que no podía describir ocupó cada fibra de su ser, era la adrenalina, la emoción, el desafío, miles de cosas que hacían que se sintiera extremadamente feliz.
La preocupación por cometer algún error quedó pronto en el olvido, cuando a lado de sus cuatro amigos bailó y cantó en perfecta armonía, nadie podría decir que ese par de chicos no son los auténticos JaeJoong y Junsu, nadie, ni siquiera ellos habían encontrado diferencia alguna al compartir aquel momento, el primero de muchos más durante varios meses.
- ¡¡¡estuvieron fantásticos!!!... – Junsu se lanzó a brazos de su gemelo estrechándole en un fuerte abrazo apenas entraron en el departamento.
- eres mi salvador... – había dicho Jae mientras abrazaba efusivamente a Ji Yong, que inocentemente pasó sus brazos alrededor del mayor. Claro, qué iba él a pensar que cierto líder sacara su instinto celoso y les apartara de mala manera.
- Boo, nosotros también estuvimos ahí, no lo olvides... – le reprochó con un puchero indignado, a pesar de que no tenía nada de qué preocuparse (ni que Jae fuera narciso como para enamorarse de su vivo retrato en Ji Yong), no tener la atención de su novio siempre calaba hondo en él, no le hubiera importado si primero lo hubiera felicitado a él.
- sí, Yunnie, pero no se te olvide que de no ser por ellos ahora mismo vaya a saber dios qué sería de nosotros... – se tocó la tripa, mirándolo con fijeza, ojos centelleantes que decían claro “otra escena de celos y duermes en el sofá”... -
- bueno, ya entendí... – apenado, abrazó a su novio, dándole un beso en la tripa antes, sonriéndole a modo de disculpa.
- deberíamos festejar el momento, es que, hasta yo pensé que estaba viendo una repetición, como si fuéramos nosotros, Jun Ho eres mi hermano favorito, sabías... – el castaño estaba tan feliz que había ignorado olímpicamente a su ratón, que un tanto decepcionado simplemente se había sentado en silencio en la sala, a esperar a que su novio recordara que existe.
- soy el único... – le recordó con una sonrisa divertida, todavía sentía la adrenalina del concierto, ansiaba ya volver a pisar el escenario, volver a entregarse a esa emoción del baile y el canto, de ser observado por miles de personas.
- ¡idiota!... – le dio un golpe suave en el hombro, riendo por el comentario. Y solo entonces se acordó de su novio, se acercó rápidamente a él, tomando asiento a su lado... – tú estuviste tan maravilloso como siempre... – le habló suave, con enorme orgullo en su voz.
- gracias... – contento de que por fin le hablara, el pelinegro lo abrazó tiernamente, depositando un beso en esos labios que tanto adora.
- entonces, qué cenaremos para celebrar... – cuestionó un Min hambriento.
............
A partir de entonces el ambiente era mucho más relajado porque no había más preocupaciones de por medio, por lo menos no relacionadas con lo profesional. ChangMin estaba que trinaba porque Kohei se había quedado en Corea a petición de la disquera, que iba a participar en las coreografías de algún otro grupo hermano, como si eso le importara, estaba molesto porque todo intento por concertar una cena con su adorado bailarín se había visto frustrado, en primera porque preparar a Ji Yong y Jun Ho había absorbido cada minuto de su tiempo, y en segunda porque ahora que podía Kohei se había tenido que quedar allá. Tenía claro que regresando no se le escapaba, a la primera oportunidad iría y le declararía todo su amor, estaba decidido, nada ni nadie se lo iba impedir.
Yoochun por otra parte también tenía sus preocupaciones (sexuales) que hasta le quitaban el sueño y lo ponían un tanto iracundo, tanto que de vez en cuando Yunho ha tenido que llamarle severamente la atención durante los ensayos, a fin de cuentas no era culpa de nadie lo que pasaba entre ellos dos, tenía que modularse y ser profesional.
- lo dices porque tú no tienes nada de qué preocuparte, ¡¡Jae y tú se lo montan a diario cada que les apetece!!... – espetaba muy enfadado el ratón, sin importarle que en la sala de ensayos estuvieran los otros tres (Jae y Junsu se quedaban en el departamento), no reparando en que alguien pudiera escuchar.
- Park Yoochun, no me grites... – respirando hondo para no gritar igual; o peor, lanzarse a los golpes, el líder trataba de serenarse y hacer entrar en razón a su amigo... – mira, sabes bien que eso del apetito sexual disminuye con el estado en que se encuentra... – el moreno ya estaba frente al pelinegro, hablándole despacio, en voz baja
- tú lo has dicho, disminuye, no desaparece... – frustrado, el ratón tomó con violencia sus cosas, después de todo era hora de partir... -
- a dónde vas... – le cuestionó su cuñado cuando vio que el pelinegro abandonaba la sala sin despedirse, con paso veloz, y al parecer con rumbo diferente al de ellos.
- por ahí, no tengo ganas de ir al departamento ahora, estoy muy enfadado... – sin mirar atrás, Micky se fue.
- como se atreva a ir a... – el gemelo no quería ni pensar en la posibilidad de que su cuñado fuera a buscar desahogar su tensión sexual a algún lado, pero tratándose de su hermano, prefirió cerciorarse, tomó sus cosas y salió tomando el mismo camino que el ratón.
- ¿vas a seguirlo?... – le preguntó el líder al ver su intención.
- y si es necesario lo moleré a golpes, porque si lo llego a sorprender con otro, te juro que dejo viudo a mi hermano... -
- Yoochun jamás le haría algo así a Junsu, lo ama... – intentó razonar el líder, él estaba convencido de que por más que el ratón deseara intimidad, no la tendría con nadie que no fuera el delfín. Imagina que solo fue por ahí a espabilar la tensión.
- entonces no tienes nada de qué preocuparte... – salió de la sala, asegurándose de ubicar rápido al pelinegro, llegó al estacionamiento pero naturalmente no estaba ahí, habían ido todos en la van y esta esperaba ahí por el resto, además, Yunho traía las llaves. Se encaminó a la calle, volteó a un lado y a otro, pero su cuñado no figuraba por ninguna parte, pensó en llamarlo, pero eso solo lo alertaría... - ¡mierda! A dónde se habrá ido a meter... – comenzó a andar, esperando con suerte encontrarlo pronto.
............
Micky caminaba sin rumbo, mirando los estantes de todas las tiendas a lado, la noche ya cubría con su manto la bella ciudad de Tokio, las luces de las esperadas fiestas decembrinas le daban un toque más fantástico y cálido. Pero él no lograba sentir esa calidez con sabor a familia, no cuando se sentía tan mal consigo mismo por ser tan banal, por estar tan enfadado con su novio tan solo por no tener sexo con él, no que fuera lo más importante sobre la faz de la tierra intimar con tu pareja, pero realmente cómo le hacía falta. El problema no era en sí que no intimaran, sino los miedos de fondo alrededor de ello.
.....flashback....
- Susu ah, estás muy hermoso hoy... – el pelinegro acorraló a su novio contra la puerta de la habitación apenas entraron para dormir, claro que, después de tanto tiempo, el ratón quería no dormir una de esas noches.
Atacó los labios del delfín con desespero, estaba excitado, demasiado necesitado de que sus besos y caricias fueran correspondidas por Junsu, pero una vez más aquello parecía no estar ni cerca de ocurrir, porque aunque la boca de su novio se movía con la suya no sentía que le devolvieran ese fogoso beso.
Pensó que tal vez era que necesitaba incitarlo mejor, así que deslizó sus besos por su cuello, acariciando directamente la entrepierna de su novio que tampoco reaccionaba a sus constantes roces.
- Chunnie, no... – al castaño le dolía ser así, sabía cuánto daño le hacía a su pareja al rechazarlo cada noche, pero qué podía hacer cuando realmente no le nacía el deseo irrefrenable de intimar con él.
- Su, te necesito... – volvió a besarlo, introduciendo su lengua en la boca de su novio, buscando de alguna forma encender la llama en ese cuerpo que simplemente está frío ante su ardiente piel... – siénteme, mira cómo me pones, por favor Susu ah... – tomó una de las manos del castaño y la posó sobre su erección, el prominente bulto bajo sus pantalones dolía ya. La mano del delfín no se movió, su piel seguía fría a pesar de los besos que sus encendidos labios insistían en dejar sobre su cuello. Al notarlo, el ratón en un intento más desesperado movió con su propia mano la de su novio, estimulándose a sí mismo... – esto no te enciende, Su... no sientes nada al tenerme así... – preguntaba con voz ronca, excitada, deseando desde el fondo de su alma que su novio respondiera a sus caricias, a su deseo...
- Chunnie... – una lágrima resbaló de sus ojos, le dolía eso, le dolía saber que no quería aquello tanto como el pelinegro.
- ya no me deseas, Su... ya no te encienden mis besos y mis caricias... – a cada palabra el pelinegro sintió como si un aguijón se enterrara en su corazón y su veneno se esparciera lentamente por sus venas. Porque una afirmación a esas cuestiones serían una muerte lenta pero doloroso para él, un ataque sin piedad...
- no es eso... – la voz se le quebró, no podía contener más el llanto de saberse en esa situación, ni siquiera él lo entendía, porque aquella no reacción de su parte hacia los deseos de su novio no parecían tener una causa hormonal. Pero aún sabía, aun sentía en cada fibra de su cuerpo el mismo amor hacia su novio. Entonces, ¿porqué no lo deseaba?
- entonces dime qué es, Su... – el pelinegro se apartó de su cuerpo con pesar, le dolía haber terminado por hacer llorar otra vez a su novio cuanto intentó sumergirlo en un momento de placer.
- no lo sé, Chunnie, es solo que no... – el llanto le impidió seguir hablando, ese nudo en la garganta, esa sensación de desazón que consumía su interior y lo hacía sentir miserable.
- no te preocupes, perdóname... – lo abrazó tiernamente, aunque la temperatura de su cuerpo siguiera a tope por el simple hecho de estrecharlo entre sus brazos... – no quiero que llores por mi culpa... sabemos que es por... el embarazo... – pero hasta él mismo dudaba que fuera eso “¿ya no me amas?”... – voy a... voy al baño... – le dio un beso en la frente a su delfín y salió de la habitación, cuando la puerta se cerró, el castaño lloró más fuerte aún...
- porqué, porqué me pasa esto... – limpiaba con el reverso de sus manos las incesantes lágrimas que corrían por sus mejillas, caminó tambaleante hacia su cama dejándose caer sobre ella, haciéndose un ovillo mientras sollozaba sin parar... – yo te amo, lo sé, pero... porqué no te deseo, porque mi cuerpo no reacciona, ni mi mente tampoco... porqué...
- ¡maldición! Cómo puede estar pasando esto... – en el baño, el ratón había terminado por meterse bajo la regadera, mojando su cuerpo con el agua helada que cubría toda su piel y bajaba lentamente la temperatura, más no su deseo interno. Una de sus manos acariciaba su propia erección, era demasiada la excitación que tenía encima, a pesar del enojo, a pesar de la decepción de saberse rechazado una vez más por su novio; era una necesidad muy fuerte como para dejarla pasar solo con la ducha de agua fría, así que tuvo que hacer algo que mucho tiempo atrás hubiera dejado de lado, se masturbaba pensando en Junsu, fantaseando que eran las manos o la boca de su querido delfín quienes hacían ese maravilloso trabajo en su erección. Y aunque minutos después se corrió en su mano, el orgasmo jamás hizo temblar su cuerpo... – patético...
Desde ese día la tensión entre Junsu y Yoochun salía a flote cada tanto, aunque de pronto se les veía muy cariñosos de manita sudada y besos tiernos, cuando las hormonas descontrolaban al ratón y su novio le rechazaba nuevamente, el pelinegro decidió dormir en la sala.
- no me lo tomes a mal, Su, pero si me quedo a dormir contigo no podré descansar, porque el solo roce de tu piel me pone a tono y no quisiera llegar a cometer una estupidez... – se había justificado lo más calmado que pudo, cuando la primera noche que hiciera aquello su novio le cuestionara su actitud.
- lo siento, Chunnie... – esas palabras ya las tenía más que aprendidas el ratón, así que de alguna manera hasta se estaba acostumbrando a ellas, pero eso no significaba que no doliera, a ambos.
- no tienes porqué... descansa, sí, no pienses que estoy molesto contigo por esto, eh... – le besó los labios, comprobando para desgracia suya que cada que lo tocaba su cuerpo se encendía, reclamando mayor contacto con ese ser... – te amo, te amo más que a nada, Susu ah...
- yo también te amo, Chunnie... -
.....flashback....
Curiosamente sus pasos se detuvieron ante una tienda de ropa para bebé, no sabía porqué pero había tenido una cálida sensación al pasar por ahí, había sido raro, pero juraría que escuchó una voz en su interior decirle “mira, es un regalo de dios” y aquellas palabras que todavía sonaban en su mente lo hicieron sentir mejor, a pesar de todo, aún sabiendo que las cosas entre su delfín y él no son las mejores ahora, tenía claro que tarde o temprano volverían a estar juntos, que hasta se reirían de recordar su frustración sexual. Ver esa tienda con un montón de artículos para bebé le relajó. Ahora ya estaba cerrada, pero sabía que de una u otra forma tendría que volver con su novio para hacer compras en un futuro nada lejano. Claro, cuando supieran cómo hacer para comprar ropa de bebé sin que la gente empiece a rumorar que en DBSK alguien va a ser padre, tremendo bombazo sería aquello en la prensa y la disquera.
Miró la hora en su reloj de muñeca, ya pasaba las once de la noche y él ni enterado de todo el tiempo que estuvo caminando metido en su pensamientos. Ajeno a un chico que había conseguido seguirle los pasos a unos metros de distancia, un chico que sonreía complacido al descubrir que su cuñado le era incondicionalmente fiel a su querido hermano. Se apresuró a doblar la esquina antes de que el pelinegro fuera a voltear y lo descubriera, tomó el primer taxi que pasó y regresó al departamento.
- ¿dónde estabas?... – le cuestionó Junsu preocupado.
- te mandé un mensaje para que no te preocuparas, te hace daño a ti y a mis sobrinos... – sonriendo para tranquilizar a su gemelo, Jun Ho le besó la frente y le acarició la tripa... -
- ya lo sé, tenías ganas de pensar... Chunnie tampoco ha llegado... – susurró con tristeza.
- intentamos hacerle ver que su ratón solo andaba por ahí de vago, pero... bueno, ha estado pensando puras tonterías... – comentó Min. Y es que el castaño no había parado de decir cosas como “debe haber ido a tomar y seguro pasado de copas se fue con alguien” “es que como no hemos intimado seguro se fue a buscar a alguien que si quiera”
- y si mi Chunnie me engaña... – el castaño comenzó a sollozar, su hermano lo atrajo en un abrazo.
- como piensas tremendas idioteces, hermano, con todo y que es un mouse pervert, tu novio jamás te haría semejante bajeza, es más, creo que antes se da un tiro que solo pensarlo... – trató de consolarlo, pero su hermano seguía llorando amargamente, hasta que un quejido lo alertó...- qué tienes, qué te pasa...
- me... me duele el vientre... – una fuerte punzada lo hizo flexionarse de dolor.
- hay que llevarte al doctor... – fue la primera reacción de Jun Ho. El líder ya se había parado y tomado las llaves de la van.
- quédense aquí... – ordenó a su novio, Min y Ji Yong, que habían palidecido del susto... – no te preocupes... – le habló a Jae... – no quiero que te haga daño a ti o al bebé, él estará bien... – Junsu no podía ni siquiera caminar por el dolor, sus manos estaban sobre su vientre, como tratando de contener ese dolor.
- Chunnie... búscalo... – balbuceó antes de desmayarse en brazos de su hermano. Lo levantó y lo llevó cargando hasta el estacionamiento, Yunho caminaba apresurado a su lado, subieron rápido al auto y se encaminaron hacia la clínica más cercana.
- ¡diablos! Qué se supone que diremos... – el líder golpeó el volante con fuerza, había caído en la cuenta de que tendrían que informar del estado del delfín, y lo que menos quiere ahora es médicos y un montó de gente preguntando sobre el asunto.
- ¡espera!
- qué...
- no dijo la Dra. Bin que estaría en un congreso hasta pasado mañana, y si la llamamos?... – el líder ni siquiera respondió, sacó su móvil y marcó al de la Dra. Bin. Gracias al cielo contestó al segundo tono...
- ¿hola?
- es Junsu, el vientre le dolía mucho y se ha desmayado, tiene que verlo... – dijo rápidamente, desesperado por la situación, preocupado de la propia salud de su novio que se quedó en el departamento...
- ¿dónde están?... – la voz de la rubia se escuchó preocupada y sorprendida, porque así se encontraba, ella no había sentido nada, eso significaba que sus poderes divinos no estaban conectados con la energía de esos bebés. Tal vez porque sus acciones intentan dañar al “madre” de estos... -
- en la carretera, lo llevaba a una clínica... -
- de acuerdo, estoy en el Hospital Central, no debes estar lejos, cuando llegues ya tendré una camilla y personal esperando, descuida, todo va a estar bien...
- gracias... – el chico colgó la llamada y giró a la derecha... – llama a Yoochun...
- no es necesario, ya lo hicieron, me acaba de llamar para preguntar, pero estabas ocupado por eso no escuchaste, le dije a dónde vamos, estará ahí en cualquier momento.
Cuando llegaron todo alrededor estaba muy solo (como si de hecho la gente estuviera ausente a propósito), en la entrada de la clínica ya esperaba la Dra. Bin, a Junsu lo colocaron en una camilla un par de enfermeros (que tenían una mirada ausente) y rápidamente se lo llevaron a una sala para atenderlo.
- esperen aquí, por favor... – les pidió la Dra. en tanto ingresaba en la sala a la que llevaran al castaño. Los chicos obedecieron pero estaban alterados, nerviosos, asustados. Caminaban de aquí para allá esperando que la Dra. volviera con buenas noticias. Apenas cinco minutos después de que llegaran ellos, Micky llegó a su lado.
- dónde está, qué pasó, cómo están los bebés... – cuestionó apresurado, sus ojos llenos de lágrimas. Si algo le sucedía a su novio o sus bebés por su culpa, él no solo no se lo perdonaría, sino que no dudaría en quitarse la vida.
- espera, no sabemos, la Dra. lo está revisando ahora, vamos a esperar... – trató de calmarlo el moreno.
- es mi culpa... – sollozó... – es por mi maldita culpa, he hecho que se angustie por estúpido, y ahora... quiero verlo, necesito saber que está bien... – hizo el amago de entrar a la sala donde se encuentra su novio, pero su cuñado lo tomó por el brazo para detenerlo.
- hay que esperar, él está bien... tienes que estar tranquilo, por ellos... – el pelinegro se abrazó a su cuñado, llorando amargamente en su hombro. Jun Ho le palmeaba la espalda, el moreno llamó a Min solo para decirles que la Dra. Bin lo estaba revisando que en cuanto supieran algo llamaría otra vez. Le encargó mucho cuidar a Jae, que tratarán de relajarlo, de que no se angustiara para que no le fuera a pasar lo mismo que a su middle, porque un susto así lo mataría de la impresión.
Unos minutos después (que fueron eternos para los muchachos), la Dra. Bin volvió.
- pueden estar tranquilos, el joven Kim Junsu y sus bebés están bien... – informó con una sonrisa... – pero deben ser más cuidadosos, las angustias o emociones fuertes pueden ser muy peligrosas, ahora fue solo un susto, pero una próxima vez... no quiero ni siquiera pensarlo...
- ¿puedo verlo?... – preguntó el pelinegro, los ojos aún llenos de lágrimas.
- por supuesto, él quiere verlo, venga conmigo... – en la sala en la que se encontraba el delfín había una serie de aparatos que mejor no quería ni saber para qué eran, gracias a dios él no estaba conectado a nada. Recostado en la camilla, tenía un semblante pálido, cosa que hizo que el ratón sintiera una fuerte opresión en el corazón.
- Chunnie... – murmuró con una sonrisa triste...
- Junsu ah... – el pelinegro corrió a abrazarlo y llenarlo de besos... – amor, me asusté tanto, perdóname, no te merezco, soy tan idiota... te amo, te amo... – ante esa escena la diosa sintió (tal vez por vez primera en toda su existencia) ternura y remordimiento, sabía bien que todo había sido causado por su culpa.
- lo siento, Chunnie... – pero el ratón lo calló colocando un dedo sobre sus labios.
- no vuelvas a decirme eso, el único que debe sentir todo soy yo, por mi actitud logré que te formaras ideas tontas en tu linda cabecita... – le acarició suavemente el cabello, logrando arrancar una sonrisa transparente de su novio... – Min me contó (si no lo hacía lo golpeaba, porque apenas habían partido los chicos cuando él llegó al departamento y al ver la cara de Jae, Ji Yong y el menor supo que algo no andaba bien, en un arranque tomó a Min por el cuello de la camisa y lo amenazó con golpearlo sino le decía exactamente qué había pasado; así que supo que todo había sido desencadenado porque su delfín pensaba que tal vez lo estaba engañando en esos momentos pues ya era tarde y ni siquiera había llamado, y con eso de que no duermen juntos).
- no sabía qué más pensar, hemos estado muy mal estos días por... -
- lo sé, pero yo ni siquiera he pensado en hacerte algo así... te amo, ya te lo dije, déjame en abstinencia todo el embarazo y aún así yo jamás buscaría en alguien más lo que tengo contigo. Pero se que me porté muy idiota... – el delfín lo calló con un tierno beso.
- te amo... – le susurró sobre los labios, quería sentir esos besos toda la vida si es necesario, esos besos de amor que le tocaban el alma.
- quieren ver a sus bebés.... – los interrumpió con una amplia sonrisa la rubia.
- ¿se puede ya?... – cuestionó el pelinegro, emocionado con la idea de poder ver ya a sus hijitos en el vientre de su novio.
- por la emergencia hubo que hacerle una ecografía para ver el estado de salud de los bebés, así que si quieren, pueden verlos ahora... -
- por favor... – el pelinegro se quedó de pie a lado de su novio, sosteniendo con nervio y emoción una de sus manos, viendo ansioso el monitor en que se veía el interior del vientre de Junsu.
- es solo cuestión de una semana de diferencia en realidad, así que no hay diferencia alguna en hacerla ahora... – la Dra. untó el líquido en el vientre del castaño y después colocó ese pequeño artefacto que manda la señal al monitor en donde los ojos del castaño y el pelinegro están bien clavados... – sabemos que estás ya en la décimo sexta semana de gestación, así que voy a describirles lo que están viendo... oh, sorpresa, aquí tenemos al que estaba escondido...- en el monitor se alcanzaban a percibir ya dos pequeños seres, uno de ellos estaba notoriamente menos visible que el otro, como si se escondiera tras su gemelo... –
- sabía yo que tendríamos gemelos, lo presentía... – mencionó con voz orgullosa el pelinegro. Junsu solo sonrió. Se sentía inmensamente feliz en ese momento.
- durante este período ya se ven claramente las manitas, sus piecitos, las uñas también se han comenzado a formar ya, y no se sorprendan si en cualquiera de los días siguientes comienzas a sentir que se mueven, cuanto más cerca estés del quinto mes más probable será, y cuando suceda hagan el favor de informarme, todo es parte del cuidado... – la rubia notó ese brillo particular en la mirada de los muchachos, y nuevamente se sintió albergada por una emoción desconocida... – ahora los bebés pueden escuchar sus voces, se comienza a desarrollar ya el sentido de la audición, así que pueden aprovechar y tener largas conversaciones con ellos...
- hay que comprar cuentos... – soltó con una enorme sonrisa el ratón, viendo a su novio... – y hay que cantarle canciones de cuna... – el castaño asintió, los ojos se le llenaron en lágrimas de felicidad, mismas que contagió a su novio... – te amo...
- te amo también...
- les pasaré una copia de la eco, y también algunas fotografías... – la rubia limpió el gel del vientre del castaño y les dejó a solas un momento en tanto hacía lo que mencionó...
- soy el hombre más afortunado de la faz de la tierra... – abrazó una vez más a su novio... – no quiero más sustos así, Susu ah, dormiré contigo todas las noches así tenga que amarrar mis manos a la cama para no tocarte... – el delfín sonrió...
- no necesitas amarrarte, sé que siempre sabrás controlarte, porque me has dejado más que claro que eres capaz de todo, de no lastimarme nunca... -
- prometo no insistir nunca a que intimemos, esperaré hasta que tú mismo me digas que lo deseas... – se sonrieron como firmando el acuerdo y lo sellaron con un dulce beso....
Afuera, Yunho hablaba con Jae por teléfono, dándole todos los detalles que su Boo le pedía, es que todavía estaba ansioso aunque ya le habían dicho que Junsu estaba perfectamente bien, igual que sus bebés y que ahora solo estaban esperando a que la Dra. Bin diera la orden médica que les permita regresar.
............
Volvieron a Corea con mejor animo, aunque Junsu y Yoochun aún estaban en abstinencia; el pelinegro estaba cumpliendo su palabra de no buscar encenderlo a pesar de que todas las noches se levantaba de madrugada, cuando su delfín dormía profundamente, y calmaba sus ansías masturbándose e imaginando con su novio.
La ecografía de Jae fue similar a la del delfín, con la pequeña diferencia de que Yunho se desmayó cuando la Dra. Bin le informó que iba a tener trillizos (n/a ups, creo que me he pasado, pero, no sé, quiero muchos bebés, jeje)...
- ¿trillizos?... – murmuró el castaño oscuro, su novio en el suelo desmayado de la impresión. La misma Artemisa estaba sorprendida, con razón que el vientre de Jae estaba más abultado que el de Junsu.
- así es... – tres pequeños seres de apenas unos 15 cms y 90 grs de peso se alcanzaban a ver perfectamente en el monitor... – ahí están los tres y se ven en perfecto estado de salud... ¡Felicidades!
- eh... gracias... – vaya que esa era una noticia, no solo se embarazó siendo hombre, no solo iba a ser Umma de un pequeño... ¡sino de tres!...
La asistente de la Dra. ya había logrado hacer volver en sí al moreno, que se levantó aun mareado, asimilando la formidable noticia.
- trillizos... – repitió Yunho, sonriendo entre feliz, contento, asustado, sorprendido, preocupado...
- me temo que tendrán una gran familia, jóvenes... – les dijo la rubia con una enorme sonrisa. Después les explicó de manera general todo lo que pasaba con sus bebés durante ese mes. Limpió el gel del vientre de Jae cuando terminó y les hizo cita para el chuequeo de rutina del mes entrante.
.............
- tengo la prueba para Jung Yunho... – la diosa de la luna encontró a la diosa del amor en la fuente de los Espejismos, habían pasado ya dos meses desde aquella ocasión, o sea que los chicos se encontraban ya en el quinto mes de gestación. Junsu aún no intimaba con Yoochun, pero su relación estaba mejor porque se veían a diario, sin embargo ahora estaban a una semana de tener que separarse por un mes, tiempo que tendrían que pasar en Japón nuevamente, pero la Dra. les había prohibido a Jae y Junsu viajar, por lo que tocaba quedarse en Corea bajo el cuidado de Joo-Eun.
- creí que lo habías olvidado, por lo menos dejado de lado, creí que aquella ocasión en que el chico Kim Junsu tuviera aquella amenaza de aborto y les viste juntos, mostrándose todo el amor que se tienen, habías desistido de continuar con esto...
- el hechizo que lanzaste sobre él no se rompió, significa que aún hay dudas, significa que la prueba no ha sido superada....
- casi pierde a sus hijos... y tú ni siquiera lo sentiste, no sentirás culpa si llega a pasar lo peor, por no parar ahora... – Afrodita estaba molesta y confundida. No sabía cómo hacer entrar en razón a Artemisa.
- siempre termino lo que comienzo... – fue su escueta respuesta, mirándola nuevamente desafiante. Y fue entonces cuando la diosa del amor vio algo que antes pasó desapercibido. Cuando la diosa de la luna llegaba a ella para pedir algo en contra de esos jóvenes su mirada era otra.
- conflicto de identidad... – susurró la diosa del amor. Todos los dioses pasan por eso cuando se encuentran en una etapa de transición, cuando están a punto de reencarnar en el mundo de los mortales... – será acaso que pretenda reencarnar en alguno de esos bebés... – pensó.
- en qué demonios estás pensando... – la sacó de sus pensamientos con voz molesta.
- qué es lo que quieres para ese joven... -
- pasión desmedida por Ji Yong...
continuará.....
Noooo, Yunho Jamas engañaria a Jae ni aunq aparezca alguien q se parezca mucho o.ó Artemisa mejor deberia buscarse un hombre para q le enseñe a disfrutar la vida o de perdida un Consolador >_> con el yunjae q nadie se meta o.ó!!!
ResponderEliminarTsukiyomi Akemi
gemelos del Yoosu *---* que amor *0*
ResponderEliminaroh x dios yunho no engañaría a su boo...el lo Ama y mas si van a tener Trillizos!!!,,me encanta la historia quiero leer mas pero ya es muy tarde así q mñn continuo en mi trabajo jeje...Gracias Felina eres lo máximo.
ResponderEliminarDeby
COREOGRAFÍA Y CANTO:
ResponderEliminarKyyyyyyyyyyyaaaaaaaaaa!!! Tan lindo que es el ratón xDDDDDDDDD oooooooooowwwwwww!!! que bunos sentimientos los que tiene hacia su Susu-ah!! xDDDDDD uuuuuuuuh!!!! Junho te estas enamorando y no te das cuenta xDDDDD date cuenta pronto xDDDDD
DUDAS Y LA PRUEBA DE JUNG YUNHO:
Maldita seas Artemisa, Ok, eso es raro estoy insultando a una Diosa waaaaaaaa!!! TToTT después me arrepentiré ahora no tengo ganas xDDDDDDD ok, mi arrepentimiento fue mas pronto de lo normal, me disculpo por haberme comportado de esa manera xDDDDDDDD pero cae mal waaaaaa!!! TToTT Pobre Yunho que va a pasar ahora!!?? waaaaaaaa!!! TToTT Yunho tu amas a Jae osea que no le puedes hacer eso waaaaaaaa!!! TToTT
estos cap son un ir y venir de sentimientos ><
ResponderEliminarGracias♥
nonononno q basura....diosa mala como puedes pedir eso...pobre jae T_T
ResponderEliminarVaya! Que puedo decir!?xD me ha encantado todo! El susu bien preocupado por yoochun en abstinencia xd pero el es muy fiel<3 que lindo ;u; aasdfghbsd trillizos y gemelos!! Que emoción \>o</!! Asdfgvb ya me esperaba lo de Yunho x_x esa diosa no entiende D; porque sigue con eso!!?? Vaya que es terca u_u en fin!! Muchas gracias por tu tiempo (al publicar estas hermosas historias :'D) se te quiere! Saludos!<3 pd. te debo unos comentarios D;
ResponderEliminarno yunho ama a su boo ... nooooooooooooooo
ResponderEliminarmaldita artemisa .. muereeeeeeeee
mi yoosu ... los adoro