BROKEN cap final

CAPÍTULO VII. BROKEN…

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Rotos han quedado los sueños
Formados sobre antiguos anhelos.
Fragmentos de un ayer cimentado
Sobre mentiras y engaños.
Castigo alcanzado a fuerza de lágrimas
Y ajenos dolores…

¿Puede volver a unirse un corazón destrozado?

*****

Hacía ya varias semanas desde que su relación con Jaejoong hubiese llegado a su fin… y Yoochun cada tanto procuraba ir donde Junsu e invitarle a salir en tardes realmente divertidas que de a poco iban mermando aquella sensación de angustia y fracaso que hubiera quedado después de su rompimiento con Jaejoong.

Junsu estaba contento, aunque aún extrañaba sus besos y caricias, aunque aún deseara cada día que el regreso de su amigo significara algo más que una simple salida como amigos a distraerse por ahí… aunque aún quisiera ese lugar en el corazón del pelinegro que presiente nunca nadie más volverá a ocupar…

Y es que podía ver en sus orbes oscuras que lejos estaba de alcanzar la felicidad que una vez viera destellar en ellas.

Porque aún le dolía y estaba seguro lloraba por las noches en la oscuridad de su nuevo departamento.

Yoochun casi no hablaba del pasado, a las justas le había hecho saber que vivía en un nuevo departamento, pero ni de broma le ha invitado ahí. Le evade todo lo que tenga que ver con relaciones amorosas y se esfuerza tan solo por sonreír y no sumergirse en ese mar de soledad que sabe le consume cada día. Junsu no está seguro de que esa sea la mejor forma de enfrentar el rompimiento con su exnovio, pero tampoco tiene valor de tocar fibras sensibles…

De avivar un poco más la llaga de la herida…
De verle quizá intentar nuevamente volver a brazos de Jaejoong…

Aquello no lo soportaría, por mucho que quiera la felicidad de Yoochun y que pueda estar dispuesto a dejarle ir, Junsu sabe que con aquello no podría, que si el pelinegro volviera nuevamente a reiniciar su noviazgo con aquel que tan herido le ha dejado ahora, él se muere de tristeza y se ahogaría en su propio dolor.

Y sabe que es estúpido, que aquello de “un clavo saca otro clavo” por ley no es verdad; que Yoochun le sigue queriendo como amigo y que es todo lo que él debiera ofrecerle por el propio bienestar del pelinegro… pero en nada puede evitar esas mejillas sonrojadas cuando más en confianza se siente, o esas manos nerviosas sudorosas que ansían tanto tomar la del otro cuando están sentados en las bancas del cine, o esas miradas cariñosas que dicen lo que él mordiéndose la lengua no suelta pero que late furioso en su pecho… ni ese morderse los labios invitándole dulcemente a besarle aunque sabe que esos labios gruesos no se acercarán…

Que por más que quisieran incluso volver el tiempo atrás, los pedazos en que sus corazones fueron dejados de una u otra forma, no volverán a unirse de la nada o por el simple anhelo de un deseo que no es fácil cumplir.

Pero que irónicamente les mantiene juntos…

…………………………………
Departamento de Park Yoochun

El pelinegro se recostó en el respaldo del sofá estando en la oscuridad de su estancia. Esa tarde Junsu había vuelto a sonreír incluso con el brillo que antes de aquella primera vez que se atreviera a profanar sus labios… y su cuerpo.

Y él no había podido menos que sentirse contento, casi como si hubiera expiado un poco de toda la culpa le corroía el interior…
Como si creyera que tal vez sí… que todavía puede volver a verle feliz y radiante…

Que todavía pueda enamorarse de nuevo…

Y pensar en aquello dolió algo más de lo que esperaba… de lo que quería aceptar o de lo que estaba preparado para descubrir…

Porque temía ser él quien hubiese estado enamorado desde hace tiempo y haber mentido a su propio corazón empeñándose en seguir con aquella relación que no hizo más que lastimarle, como probablemente se lastimó Jaejoong…

Y no era que de ninguna manera le justificara, pero tal vez, todo aquel engaño, todas aquellas mentiras, todo aquél dolor, pudo haber sido alimentado por su propia incapacidad para ver lo obvio, para renunciar a lo que ya no podía ser remediado y que seguía sustentándose de ilusiones y pasadas promesas que no pudo cumplir.

Porque sí, él sabe que dio lo mejor de sí por años para que su noviazgo funcionara con Jaejoong, está seguro de que le hizo el amor…

Como lo está también de que en aquella primera vez que dudara de la fidelidad de su novio, la relación ya se había ido al caño pero no quiso verlo por un temor casi irracional pero en cierta medida lógico, de sentirse un fracasado, incapaz de amar o ser amado…

Y cae en cuenta ahora de que ya desde entonces, corrió a lado del castaño, con silencios y secretos que fue guardando (mala decisión) en su corazón, encargándose él mismo de ir marcando las finas líneas de las grietas por las que luego se partió en mil pedazos quedado reducido a un montón de fragmentos que aún ahora le cuesta trabajo unir y mantener pegados…

Se da cuenta de que fue en Junsu en quien buscó refugio, de que era a lado de él donde encontraba cierto alivio, donde volvía a sentirse tranquilo y contento… donde casi podía olvidar todo aquello que fue mermando el amor que una vez le tuvo a Jaejoong y que de a poco se extinguió…

Un amor que no fue eterno como se cree románticamente ante un amor correspondido…

Y se pregunta notando una opresión angustiosa en el pecho, si es que alguna vez Jaejoong en verdad le amó… si no fue que desde un principio lo que tuvieron fue poco más que pasión y un entendimiento particular que les atrajo.

Cerró los ojos con fuerza notando que le dolía la cabeza de tanto pensar, pero al menos no había más lágrimas por derramar. Se inclinó con pesadez hacia el frente poniéndose de pie, fue directo a la cocina (sin encender luz alguna) y tomó una cerveza de la nevera. No estaba ebrio ni tomaba desmedidamente, sin embargo, en días como ése, él solo quería un buen trago de cerveza que le atontara lo suficiente para largarse a acostar e intentar dormir…

Dormir y no pensar…

Ni en Jaejoong y lo mal que terminó con él.
Ni en Junsu y los descubrimientos que de su relación tiene.

Porque tanta confusión le mareaba, le generaba dolores de cabeza…
Le hacía tener miedo…
De amar al castaño…

Pero al mismo tiempo le hacía sentir esperanzado… de que no todo estaba tan mal, de que tenía una luz en su camino y que podía hacia ella caminar para sentirse nuevamente feliz y dichoso de tener un cobijo…

Un sentimiento sin culpas ni rencores o reclamos que hacer…

- cuándo fue, Junsu ah… que te convertiste en mi ángel guardián… - murmuró dándose vuelta en la cama sabiendo que por más que intentara, esa noche en verdad no podría dormir…

Que la lata de cerveza que había dejado vacía en la mesita de centro de su estancia en nada había atontado sus sentidos y que esa noche… que esa noche más que nunca deseaba no tener que dormir solo, tener un cuerpo cálido a su lado que le recordara que tenía motivos por los que levantarse cada mañana…

…………………………………
Departamento de Kim Junsu

Era de madrugada, y el castaño dormía plácidamente… esa noche apenas puso su cabeza en la almohada quedó profundamente dormido. Después de mucho tiempo, salir con Yoochun se había casi sentido como en los viejos tiempos, le había visto bromear y sonreír, jugar y tratarle con algo más de confianza y no aquel dejo de vergüenza o preocupación porque fuera a malinterpretar su más mínimo roce.

Esa tarde, Yoochun había sido el amigo del que se enamoró en la adolescencia…

Y aquello simplemente le había hecho sonreír feliz, y contagiarse de una energía renovada que incluso temió no volver a sentir…

Volvió a soñar…

Con imposibles que no parecían más tal…

Porque era como tener una segunda oportunidad… de ser el mejor amigo, pero también de intentar conquistarle, de hacerle ver que su amor no le haría daño, que podría ofrecerle más que dolor o mentiras…

Junsu estaba ilusionado…

Como lo estaba siendo un adolescente, como lo estuvo cuando decidiera declarársele años atrás…

Y ésta vez parecía que podría incluso volar…

Y en el mundo de sus sueños amaba y era amado con la misma intensidad, se acababan los temores y las culpas, quedaban solo las sonrisas y los besos, las caricias y el amor…

- Chunnie… - murmuró entonces removiéndose entre sueños con una sonrisa en sus labios mientras se envolvía algo más entre las sábanas y soñaba con que aquel calor se lo proporcionaba el amor de su vida…

…………………………………

Yoochun sonrió divertido al notar que Junsu resoplaba comenzando a sentirse frustrado porque no conseguía ganarle a la máquina de juegos en algo que, según decía, era experto…

- ¡no te burles!... – se quejó inflando las mejillas y mirándole acusador con las mejillas sonrosadas y el sudor apareciendo en su frente… se pasó el dorso de la mano y echó una moneda más en la máquina…

El pelinegro solo rió algo más, su amigo castaño se comportaba como muchos de los niños que habían en aquel local del Mall, retaba y bufaba por lo bajo cuando la máquina tomaba la delantera sobre el juego. Yoochun solo podía pensar que era divertido sentirse otra vez tranquilo… como solo se sentía estando a su lado, como no lograba conseguir en la soledad de su departamento por las noches…

- ¡sí! ¡lo sabía, soy el mejor!... – gritó entusiasmado luego de unos minutos, sonrió hacia el pelinegro y dejó ver su propio orgullo en el brillar de sus castañas pupilas… - lo ves, yo sabía que esa máquina no iba a ganarme, ja…

- ok, Junsu ah, pero no te burles de la pobre máquina por ser perdedora… - sonrió el pelinegro tanto más divertido ante la actitud del castaño…

- vamos a tomar algo que me dio sed… - sonrió de vuelta ignorando el comentario burlesco de su amigo, le empujó y caminaron fuera… metió sus manos a sus bolsillos o de lo contrario terminaría tomando la del pelinegro…

Hacía algunos días que se venía preguntando si sería precipitado declarársele y ser él quien pidiera esa vez una oportunidad…

Sintió sus mejillas encenderse tomando un poco más de carmín y su corazón latió de prisa… se había acostumbrado ya a esas reacciones, pero no significaba que dejaran de llegar a incomodar a Yoochun, si bien es cierto que últimamente le ha visto mucho más relajado a su lado…

La realidad era, que aún conservaba algo que le unía a su pasado… el móvil del pelinegro seguía siendo el mismo, y Junsu se preguntaba porqué era que aún conservaba en él imágenes de Jaejoong… eso lo supo el día anterior…

……flashback……

El cielo nublado se había aparecido a temprana hora, pero Yoochun insistió en de cualquier manera salir a rentar una película. Claro que, Junsu hubiera pensado que irían a algún videocentro ahí cerca… mala idea haber terminado casi en el centro de la ciudad, al volver tuvieron que correr a toda prisa hasta el Edificio de su departamento, pero desde la parada del autobús (el pelinegro le había dicho días atrás que así hacían un poco más de ejercicio que andar siempre en auto) hasta ahí fue suficiente para quedar empapados. De cualquier manera, habían entrado en su departamento chorreando y riendo como un par de chiquillos…

- anda, ve cámbiate al cuarto, yo lo haré en la ducha… - todavía entre risas, el castaño empujó a su amigo hasta su habitación… - hay toallas en el clóset para que te seques…

- espera, quiero ducharme de una vez, ¿me permites tu ducha?…

- claro tonto… - sonrió y le permitió pasarle a lado… tembló involuntariamente al sentirle tan cerca, al haber percibido su calor y su cercanía… aguantó incluso la respiración sin darse cuenta… volviendo a respirar cuando escuchó la puerta de la ducha cerrarse… - quédate quieto… - murmuró llevando una de sus manos a su pecho… luego su vista se encontró con el móvil del pelinegro sobre su cama, ahí lo había aventado Yoochun al llegar, como también había sacado su cartera y las llaves…

El castaño apartó la vista y se apresuró en cambiarse las ropas y secarse… pero una vez que hubo terminado, la curiosidad pudo más que su autocontrol (y el respeto hacia las cosas del pelinegro)… tomó el móvil y husmeó rápidamente, no tenía demasiados números guardados en su agenda, el de Jaejoong no aparecía, y eso le hizo sonreír ligeramente. Pero cuando vio las fotografías, sintió un gran peso en su corazón que se lo oprimía… ahí estaban varias de Yoochun y Jaejoong como pareja… las últimas tomadas en la Torre Eiffel de París… su sonrisa se desapareció pero no lloró, se tragó esas lágrimas que en nada ayudarían y a cambio sonrió ampliamente tomándose una foto…

La única en el móvil de Yoochun… quería que le tuviera también, aunque no pudieran tener fotografías dándose un beso o sonriendo como pareja… quería que le tuviera por lo menos como el amigo que era, pero conociendo al pelinegro, si mencionaba nada de tomarse una foto, seguro se saldría por la tangente.

- llévame también, Chunnie… - susurró al dejar el móvil…

……flashback……

- ¿en qué piensas?.... – el pelinegro le sacó de sus pensamientos… había murmullos de toda la gente que estaba en las demás mesas de la plazola, pero su amigo se había perdido en su propio mundo…

- en nada en particular… - sonrió suavecito, tomando de esa agua con sabor a frutas que acababan de comprar… preguntándose si es que el pelinegro se habría dado cuenta ya de la fotografía suya que se había hecho el día anterior en su móvil…

- ahora vuelvo, voy al baño… - el pelinegro dejó su móvil sobre la mesa y salió rumbo a los baños… el castaño no se aguantó las ganas y volvió a mirar…

Su fotografía ya no estaba… pero continuaban todas las demás… Yoochun le había eliminado… su mirada entristeció…

- no me dejarás, Chunnie… no me dejarás entrar en tu corazón… - susurró sintiéndose de pronto derrotado antes de luchar… al rato que el pelinegro volvió él solo quería desaparecer… le había dolido demasiado ese simple gesto…

- ¿me acompañas a comprar algo?... – el pelinegro tomó descuidadamente su móvil guardándolo en el bolsillo… pero el castaño no dijo nada ni se movió… - ¿Junsu…?

- me siento mal, me iré a casa… - se puso de pie y sin mirar atrás ni esperar palabra alguna de su amigo caminó rumbo a la salida…

Yoochun parpadeó confundido apenas instantes después… y salió corriendo hacia donde Junsu dándole alcance y caminando a su lado sin saber bien qué había pasado. El castaño no había parecido estar enfermo o indispuesto apenas minutos antes, y de pronto… ni siquiera le miraba…

- Junsu, qué sucede… - se animó a preguntar… es que no se quería quedar con esa sensación de no entender lo que pasaba, no cuando tan decidido había estado de hacer a lado del castaño algo muy importante…

El castaño negó con la cabeza sin ser capaz de hablar… es que tenía un nudo atorado en la garganta y no quería llorar… pero dolía… dolía que ni siquiera una fotografía hubiera querido conservar en su móvil… ¡una fotografía!...

- Junsu ah, por favor… - le tomó de la muñeca haciéndole parar… - dime, qué pasó, porqué te pusiste de pronto así…

- suéltame… - pidió con voz queda… negándose aún en mirar al pelinegro… sabía que estaba siendo incluso algo infantil, pero es que no podía evitar sentirse mal… sentir que la ilusión que se había formado volvía a diluirse como espejismo en el desierto…

- Junsu, solo quiero entender… si hice algo mal… - suspiró pero no le soltó, buscó su mirada pero apenas tocó el mentón del castaño éste se apartó bruscamente dando un paso atrás…

- yo creí… creí que… esta vez sería diferente, que… podrías quererme… - murmuró dubitativo a cada palabra que salió de su garganta…

- Junsu…

- pero tú ni siquiera conservaste una foto mía…

- Junsu…

- tú siempre dijiste que no te gustaba, que no eras fotogénico y no sé qué tanto más…

- Junsu…

-…pero le tienes a él, a pesar de que terminaron, conservas fotos suyas y no conservaste una simple foto mía, eso duele Chun, duele saber y darse cuenta así que no importa cuánto pueda amarte, tú nunca me am… - los labios del pelinegro toparon los suyos con delicadeza haciéndole callar… abrió los ojos sorprendido por el roce, y cuando apenas iba a responder cerrando sus ojos, el pelinegro se apartó…

- sigo diciendo que no soy fotogénico… - vio al castaño listo para replicar, o marcharse o lo que fuera, pero él selló sus labios con sus dedos y le abrazó con la mano libre asiéndose de su cintura… sonrió de medio lado y siguió hablando… - lo que quería que me acompañaras a comprar era un móvil, hacía tiempo que intentaba deshacerme de éste porque es lo último que queda de lo material que puedo dejar en el pasado, por eso borré la fotografía que te hiciste en él, pero incluso antes de eso, yo… - visto que el castaño no iba a interrumpirle más y que lucía sorprendido o confundido, el pelinegro retiró sus dedos de sus labios y sacó su cartera para mostrarle una pequeña fotografía que llevaba ahí… era la que Junsu se había tomado, su sonrisa era ligera y sus mejillas estaba ligeramente ruborizadas, los ojos cristalizados como quien iba a llorar… así se veía el castaño en esa imagen… - sí te quiero, Junsu ah, mucho más de lo que puedo expresar ahora… siento no hacer las cosas de la mejor manera, sé que aún cometeré errores, pero… Junsu ah… no quiero que te guardes nada, ¿entiendes? Si hago mal algo, si digo alguna estupidez, si te hago sentir mal, lo que sea, quiero que me lo digas; también te diré cómo me sienta contigo, con… nosotros…

- ¿nosotros?... – consiguió murmurar el castaño, notando entonces que su corazón golpeaba con fuerza y emocionado contra su pecho… el pelinegro asintió…

- yo no sé… no sé si lo que siento por ti puedo nombrarlo ahora, la verdad es Junsu ah, que aún tengo miedo… pero te quiero, demasiado… y yo… quiero volver a empezar contigo…

- Chunnie… - sonrió creyendo que en cosa de nada se le saldría el corazón… tal vez el pelinegro no estaba haciendo promesas de amor ni le estaba regalando la más romántica de las declaraciones… y tenían detrás toda una historia que podría complicar un poquito lo que sea que puedan comenzar… y sin embargo… estaba dispuesto…

Dispuesto a creer que sus corazones estaban sanando juntos…
Que llegaría el día en que de labios del pelinegro saliera un Te Amo sincero y espontáneo…

Que llegaría el día en que hicieran el amor y los miedos quedaran en el olvido…

- te quiero a mi lado, como algo más que amigos… Te Quiero, Junsu… si me aceptas aunque no vaya a ser el mejor novio… - sonrió nervioso y a cambio solo recibió un movimiento de cabeza en negación y una dulce sonrisa…

- no vamos a intentar Chunnie, vamos a hacerlo… haremos que funcione… - y si aquello era soñar o construir nuevas ilusiones que pudieran derrumbarse, al castaño poco le importaban si podía ver en esas orbes negras que estaba listo para volver a empezar… - Te Amo…

Y si incluso declarar tan bellas palabras era precipitado o un arma de doble filo… la realidad para Kim en ese instante era que lo sentía y no tenía más miedo de expresarlo… porque era su momento de creer y confiar…

En el amor de Yoochun…
Y que el tiempo diga si aquello será duradero o no…

- Junsu… - murmuró su nombre y cerró los ojos cuando esa vez él fue besado con tanta calma y ternura que algo se derritió en su corazón dejándole una sensación tan cálida que casi fue como morir y volver a nacer…

Era el amor del castaño quizá…

Eso no podía saberlo con certeza, tan solo podía saber que esa tarde en un pasillo del Mall, él volvió a sentir que su corazón latía emocionado y las grietas en que hubiera sido desquebrajado se unían dándole una vida, si no nueva, mejor…


*************
Ulsan
Un año después…

Jaejoong había terminado por mudarse hace más de 10 meses, la vida en Seúl no tenía ya nada qué ofrecerle y sí muchos recuerdos dolorosos que traerle. Así que había decidido marcharse y rehacer su vida en una de las empresas más jóvenes de la Compañía de su padre.

Podría decirse que estaba bien, y hacía algunas semanas que rara vez lloraba por las noches, pero todavía lo hacía, su corazón y su alma aún tenían dolor que sacar y así era como él sentía que poco a poco iba dejando salir todas aquellas cosas que le hacían sentir tan mal… tan solo…

Extrañaba a Yoochun… no iba a negarlo, pero no aquel Yoochun como novio, no… extrañaba al chico que en sus primeros meses de relación había aprendido a ser su amigo, un buen escucha y un apoyo que le daba ánimos… hubiera querido pedir perdón y sentirse genuinamente disculpado antes de abandonar Seúl, pero las cosas no se habían dado de otra manera y ahora no podía menos que acostumbrarse… tal vez algún día en un futuro la expiación llegue a su alma si hace las suficientes cosas buenas por la humanidad…

Si solo no vuelve a herir a nadie más en su camino…
No de la manera en que hirió a Yoochun… y a Yunho…

Extrañaba demasiado al moreno… a todo lo que en él encontró y no supo valorar… tarde se arrepiente de haberle tratado como un simple amante con el cual acostarse cada tanto… hoy había aprendido que de nada servía arrepentirse, de cualquier manera Yunho ya no estaba…

Y tal vez nunca estaría más… no podría saber que le ama, que le amó incluso antes de atreverse a aceptarlo…

Que se llevó su amor y que le dejó un corazón desquebrajado que todos los días rezaba por volver a ser unido…

Es que también había descubierto que nada costaba soñar…
Aunque fueran imposibles y no tuviera una sola oportunidad más…

Esa tarde a la hora de la comida salió a caminar por la zona costera, el viento mecía suavemente sus cabellos y el aroma a mar le invitaba a disfrutar un poco de su hermosa presencia azulina. Caminó por el malecón admirando a la distancia pequeños barcos y algunos yates lanzándose a la mar. Sonrió de medio lado recordando la última vez que él realmente disfrutó de un paseo siquiera por la playa. Tomó asiento en un local y siguió mirando hacia allá… luego de un rato miró hacia el malecón, a unos metros distinguió una figura que le pareció impresionantemente familiar… pero no, se negaba en creer que pudiera ser él…

- nada tiene Yunho que hacer acá… - se dijo a sí mismo apretando entre sus manos el vaso de limonada que había pedido…

Más aquel chico que no podía ser menos que Yunho, seguía acercándose hacia ahí, su caminar pausado era idéntico, el pelioscuro estaba seguro de que no habría modo de que le confundiera. Su corazón se aceleró y no supo si salir corriendo de ahí… como fuera, en realidad se encontraba paralizado en su lugar sin pestañear ni apartar su mirada… aún cuando el moreno se encontró frente a él…

- ¿puedo sentarme?... – el moreno preguntó sintiendo la penetrante (y confundida) mirada del pelioscuro sobre su persona… Jaejoong abrió la boca con intención de responder, pero ni un solo sonido escapó de sus labios… Yunho sonrió sutilmente y se sentó en la silla frente a él…

- ¿qué desea tomar?... – una señorita se acercó a atenderle…

- naranjada, por favor… - hacía calor y el día estaba tranquilo… Yunho tenía la impresión de que las olas del mar ni siquiera se mecían y aquello sofocaba algo más el clima… la señorita se retiró y él volvió su mirada al pelioscuro, le miraba fijo y parecía no comprender su estancia ahí… - sabes, estuve todo el vuelo pensando en lo que debía decir cuando te encontrara…

Jaejoong se mantuvo en silencio, pero sus ojos mostraron un poco más de sorpresa… no estaba seguro de sentirse feliz porque Yunho había ido a buscarle, o culpable por todo lo que hay en su pasado…

- un “cómo has estado” era lógico pero algo tonto, ¿no crees?... – sonrió nervioso… el pelioscuro no dijo nada… - un año es tiempo suficiente para pensar y reflexionar… - Jaejoong pensó que en eso tenía razón… - al final, la culpa fue de los dos… - soltó sin rodeo alguno…

- Yunho, eso no…

- lo fue… - interrumpió mirándole con fijeza… - Jaejoong, las cosas pasaron como pasaron porque los dos tuvimos culpa en la forma en que nos guiamos, la verdad es que no supe amarte…

- ¡eso no es verdad!... – se alteró el pelioscuro, él estaba seguro de que por el contrario, el moreno no había hecho más que amarle, entregarle todo de sí… - tú me amaste tanto, me diste todo cuanto te pedí…

- justamente por eso, Jaejoong, si hubiera sabido amarte entonces, no te habría seguido en el juego, no habría vuelto a ti cada que me lo pedías, no hubiera engañado a ChangMin y las cosas no habrían terminado tan mal como lo hicieron…

- lo siento… - atinó a murmurar el pelioscuro derramando nuevas lágrimas y sintiendo aquel dolor en su pecho que aún volvía cada tanto…

- también yo, Jaejoong… - el moreno suspiró y estiró su mano para tomar la del pelioscuro, éste saltó sorprendido y levantó su rostro humedecido por el llanto buscando la mirada del moreno… - la otra realidad es que ya nada podemos hacer para cambiar el pasado, el hubiera no existe y los errores o el daño cometido ya fue hecho…

Jaejoong se preguntó en ese instante si es que Yunho a eso había ido a buscarle… a recordarle cuán estúpidos habían sido los dos y cuánto sufrimiento habían dejado detrás por el secreto que por 4 años ocultaron amándose en secreto.

- pero luego de un año, he comprendido también lo más importante, Jaejoong… Te Amo… - el pelioscuro le miró incrédulo y por instinto sacó su mano de entre la del moreno, Yunho no dijo nada y solo alejó su mano dejándola en el borde de la mesa… - he venido por ti, Jaejoong, porque creo que nada gano ya con sentirme culpable cada día y pensar en lo que pude haber hecho, ChangMin no merecía nada de lo que le hice, como tampoco mereció tu exnovio o nosotros mismos, pero hicimos las cosas de modo tal que obtuvimos lo que aún hoy día nos atormenta, y sin embargo, mi amor por ti sigue aquí… - se tocó el pecho y bajo su tacto sintió el golpeteo de su corazón… - aún duele también, pero… no hay modo de que mi corazón o el tuyo sanen hundiéndonos en soledad, lamentándonos por los errores del ayer y auto-relegándonos a la tristeza y el dolor…

- ¿es que crees que merecemos ser felices a pesar de todo el dolor que ocasionamos?

- ¿tú no lo crees?...

- lastimamos a personas que solo nos entregaron lo mejor que tenían, Yunho… - susurró apartando la mirada hacia aquel horizonte que se veía tranquilo como los oleajes del mar…

- ¿y pagar con nuestra infelicidad compensará todo aquello, Jaejoong?

- no lo sé… - bajó la mirada y quiso poder ver las cosas desde la perspectiva del moreno… creer…

Creer que aún era una persona capaz de amar sin dañar…
O merecedora de un mínimo de felicidad…

- ¿me amas?...

Jaejoong le miró sorprendido por tal cuestionamiento. Yunho le miraba serio. Era una pregunta sincera que necesitaba una respuesta igual de honesta. Y el pelioscuro tenía miedo de ella, porque estaba seguro de que sí… que lo amaba demasiado antes de haberlo aceptado, y no podía evitar la culpa al pensar en ello… en todo lo que pudo haber evitado si tan solo hubiera tenido el valor de dejar a Yoochun antes de… de aquel terrible día en París hace un año ya…

- Jaejoong, ¿me amas?... – el moreno volvió a cuestionar…

Es que lo necesitaba… necesitaba escucharlo y saber si por lo menos esa vez podría hacer lo correcto con la persona indicada…

- sí… - murmuró apenas quedito el pelioscuro…

Y sintió por primera vez luego de mucho tiempo, sus mejillas tomar el calor de la vergüenza y su mirada bailar tímida… una sonrisa apenas visible se curvó en sus rojos labios… luego su corazón brincó emocionado cuando la mano del moreno volvió a tomar la suya con cariño y sus miradas se encontraron…

Aquel momento entonces valió más que mil palabras…

Y qué si habían hecho tanto daño que merecieran el infierno mismo… el amor que brillaba en sus pupilas era sincero y real… habían sufrido ya parte de la culpa y su propio dolor, habían pagado tan solo un poco de lo mucho que se equivocaron, y habría quienes pensaran que no merecían ni una sola oportunidad de felicidad, habría quienes podrían desearles lo peor en esta vida y en la otra…

Pero entonces no hablaría por aquellos más que la necesidad de venganza y aquello por sí solo no era más que un sentimiento lleno de odio que en nada sanaba heridas frescas o viejas…

Y cuando esa tarde cuando el viento sopló algo más fuerte sus labios se unieron en un beso tembloroso casi inexperto, Jaejoong y Yunho se dieron la oportunidad que nadie más tenía derecho…

La de empezar de nuevo y con el pie derecho, con la certeza de que el amor que se tienen es sincero… conscientes aún de que una disculpa deben pedir y un perdón recibir, pero para lo que quizá aún no sea tiempo y tal vez no llegue a serlo en ésta vida…

Las cosas no siempre son como se espera y definitivamente la expiación no llega si la persona culpada se sume en la soledad o se autodestierra de la felicidad…

Si Yoochun o ChangMin no luchaban por su propia felicidad… no estaba realmente en sus manos ver por aquello, pedían cada día a las estrellas que pusieran en sus caminos tal realidad…

Si habían sido egoístas o no, aquello también sería siempre visto desde ambas perspectivas… serían desde entonces y en adelante buenos y malos, héroes y villanos…

- Te Amo, Yunho… - el pelioscuro susurró sonriendo con un dejo de miedo mientras se dejaba abrazar y recostaba su cabeza en el pecho del moreno…

- también Te Amo, Jaejoong… - el moreno correspondió envolviéndole con las mantas y acomodándose mejor…

La noche había caído hace un buen rato y por la ventana solo podía vislumbrarse el océano mecerse tranquilamente con la luna llena reflejada en sus profundas aguas…

El futuro no estaba escrito aún…
Pero parecía que dos corazones rotos comenzaban a renacer de sus propias cenizas…

*************
Seúl
Museo Nacional de Corea

ChangMin había acudido al Museo luego de un tiempo demasiado ocupado con el trabajo, tenía ganas de disfrutar del arte de su país y maravillarse con cada obra expuesta. Recorrió con paciencia cada Sala y pasillo, camino tranquilamente por los corredores externos y se regocijó con las sensaciones que al final de su recorrido obtuvo…

- siempre recurrías al Museo cuando estabas estresado… - al menor no le extrañó reconocer la voz de Wook hablarle a su espalda…

- hola Wook… - saludó sonriendo suavemente a su amigo…

- qué tal, ChangMin ah… - sonrisa que le fue devuelta…

Y ya entonces el menor solo pudo sonreír mientras inician una charla acerca de todo y de nada… y se da cuenta de que ya todo parece estar mejor, de que su vida vuelve a caminar para delante, que el pasado quedó enterrado en el ayer sin poder dañarle más de lo que lo hizo sobre todo en aquellos meses antes de su rompimiento con Yunho, o los que le siguieron después…

ChangMin estaba seguro de que ya no había dolor ni tristeza, quizá esa onírica sensación de vacío que sin duda la ausencia de la primer persona a la que amó dejó en su corazón, pero no lo suficientemente etérea como para lastimarle más…

En su mente le había perdonado ya por las mentiras y el engaño, le había dicho adiós y le había deseado suerte en la vida… el rencor había desaparecido hace algunos meses apenas, cuando por fin comprendió que tal sentimiento no hacía más que dañarle lentamente impidiéndole levantarse y seguir adelante…

Pero inclusive aquello habían sido pasos difíciles de dar… pero lo consiguió, tuvo que valerse de todo cuanto estuvo a su alcance y recuperar la valía, el amor propio, la seguridad y el anhelo de seguir adelante…

Y Wook sabía aquello…

Porque en silencio le había acompañado respetando todas esas veces en que ChangMin se cerró en su mundo, animándole cuando volvía a levantar la mirada. Alejándose un poco cada que le pedía estar a solas pero sin abandonarle del todo… amándole de la única forma en que podía…

Manteniendo firme una sola cosa: velar por la felicidad del menor.

A su lado o lejos de él, aceptando su corazón o dejándoselo aunque enamorado. Para Wook lo único que había importado en todos esos meses fue verle levantarse de nuevo y caminar con la frente en alto.

- ¿cenamos hoy?... – propuso luego de un rato caminando por el Museo…

- ¿tienes fecha ya?... – el menor le miró sonriente… su amigo le había dicho antes que estaban por confirmarle una fecha en la Galería para una exposición de sus pinturas…

- en un mes… - respondió visiblemente orgulloso…

Y cómo no iba a estarlo… todas y cada una de las pinturas que serían expuestas las había creado pensando en ChangMin… en todas y cada una de esas emociones que le ha inspirado desde hace un buen tiempo…

- ¡Felicidades Wook!... – el menor le estrechó en un abrazo cálido sonriendo algo más feliz por su amigo…

- gracias… - sonrió… - entonces, ¿cenamos?...

- por supuesto, hay que celebrar…

…………………………………

La velada había sido tranquila, la exposición todo un éxito…

Una pintura en particular había cautivado a todos los invitados… un perfil sombrío de ChangMin que había inspirado en el menor demasiadas cosas… sorpresa de inicio al reconocerse entre los cuadros expuestos, y luego una mezcla indefinida al observarla detenidamente…

Los trazos sobre el lienzo impecables, los colores adecuados distribuidos por todo el cuadro… en los ojos de la pintura ChangMin pudo dilucidar tristeza, pero también susceptibilidad y un destello pensativo, a primera vista sin duda era una obra que expresaba tristeza, pero cuando la observabas detenidamente, también inspiraba cierto aire reflexivo e incluso tranquilidad…

- así eres tú… - el morocho susurró. Ya todos se habían retirado, solo quedaban ellos dos… y las luces encendidas de la Galería en aquella noche silenciosa…

- ¿así?...

- la primera impresión que das es la de un chico reservado, serio y desconfiado, tu mirada llega a ser triste y tu semblante propio de un intelectual… - el menor frunció el ceño como quien se concentra en comprender algo mientras observa de nueva cuenta la pintura… el morocho sonrió… - pero, es solo la capa externa, porque cuando se te conoce, entonces dejas ver capa tras capa hacia el interior, y ahí es donde pude ver las raíces de tus tristezas y tus miedos, ahí fue donde aprendí a comprender las cosas que te interesaban llevándote a pensar analíticamente, ahí fue donde llegué a tocar tu corazón sintiendo su calidez…

- Wook… - murmuró su nombre asombrado por las palabras del morocho… le miró y comprendió… que aquel era al estilo del morocho, su manera de decirle de nuevo cuánto le importaba…

Que aún tenía la esperanza que una vez tiempo atrás le dijera mantendría… para poder vivir, como él mismo había dicho, la vida con todos sus sabores y contemplarla en todos sus colores…

- perdón…

- porqué, ChangMin ah… - el morocho confundido esperó no haberle hecho sentir mal o incómodo…

- porque en aquel entonces me aproveché de lo que sientes por mí…

- hiciste lo que necesitabas para sentirte mejor…

- aún así, quiero que me perdones, porque aún sin haberlo querido realmente, te lastimé y te usé para mitigar mi dolor y mi tristeza… - el morocho pensó en ese momento que la conversación iba por el rumbo contrario a lo que hubiera pensado segundos antes… - Wook, solo si perdonas mis propios errores del pasado podré seguir adelante contigo… - el morocho le miró sin entender… - he perdonado el dolor que me ocasionaron y lo he superado ya, aunque aún en el futuro pueda recordar con melancolía aquellos años, sé con certeza que no me hará daño nuevamente… pero para poder amar de nuevo, necesito que la persona a la que quiero entregarle mi corazón perdone lo que hice de forma incorrecta…

- ChangMin ah… - susurró su nombre entre sorprendido y emocionado… el menor le estaba diciendo a su manera… que finalmente se había enamorado… que si le quería no era solo por sentirse solo o por necesidad de ser amado…

- por eso, Wook… te pido perdón… - hizo una reverencia y aguardó en silencio por la respuesta del morocho…

Respuesta que vino luego de unos instantes cuando Wook le tomó por los hombros atrayéndole en un cálido abrazo que le hizo incluso temblar… de emoción y expectación…

- te perdono, ChangMin… - susurró entonces con cariño… y le sintió devolverle el abrazo mientras derrama unas pocas lágrimas y susurra aquel “gracias” bajito al que le siguió un beso…

Un beso de aquellos que parecen entregar en un roce todo el amor y la fe…
En que esa vez puede funcionar…

Un beso de aquellos que parecen juntar algo más los fragmentos de un corazón herido que se ha decidido a latir de nuevo por cuenta propia y con deseos…

- sin promesas, Wook… - murmuró de pronto mirándole a los ojos…

Esperando que comprendiera que de aquellas había tenido más que suficiente y que para él nada valían pues podían convertirse por una razón u otra en simples palabras muertas…

- sin promesas, ChangMin ah… - sonrió acariciándole una mejilla…

Consciente de que lo que el menor necesita son hechos y amor…

Eso y nada más…

Se sonrieron y unieron sus labios en un beso más, dulce y sin prisas… ante aquella pintura que desde ya se convertiría en el cuadro de alguna de las estancias del futuro departamento que cuando estén listos compartirán…

El futuro aún estaba por delante… y ellos dispuestos a enfrentarlo…

*****

Dejemos entonces que El Tiempo nos consuma
Y entre sus interminables segundos
Seguir el devenir de nuestros años juntos.
Que se pierda con gracia cada sueño,
Tan solo porque a tu lado reales se han vuelto.
Y que el día que la vida se acabe,
De la mano tomados caminemos adelante…

Por aquel sendero a la eternidad de los amantes…



**FIN**