Capítulo 3. Contrato YooSu
- ¿salir contigo?... a dónde… - cuestionó con inocencia el castaño, platos con postres de distintos tipos y sabores comenzaban a ser depositados en la mesa…
- cómo que a dónde… - el pelinegro le observó… y entonces cayó en la cuenta de que no le había entendido la intención de su proposición…
- mhh, esto es delicioso… - comenzando a probar, el castaño se llevó a la boca una cucharada de un dulce cremoso que se deshacía en su boca dejándole un sabor agridulce que sensibilizó sus pupilas gustativas… y su rostro era un poema al placer, y el pelinegro no pudo evitar sentir caos al verlo degustar con aquella gracia, la forma en que se llevaba a la boca cada cucharada, podía ver su lengua lamiendo inconscientemente su labio superior disfrutando de cada bocado, la forma en que suspiraba y cerraba los ojos para detectar el sabor exacto…
- ¡mierda!... – murmuró por lo bajo, apartando su vista de Junsu, porque si hubiera seguido, una prominente erección se habría abultado en sus pantalones… y eso no podía pasar, no se ha excitado tan fácilmente con nadie que no fuera Yunho. Es decir, tampoco es de piedra el muchacho, pero para que la temperatura le subiera tenía que inventarse toda una fantasía con el moreno mientras veía pornografía.
- ¡Yoochun!... – el castaño palmeó sus manos para llamar la atención del pelinegro.
- ¿qué?... – saliendo de sus pensamientos, volvió su mirada a su interlocutor…
- yo… ¿de verdad me prestarás el dinero?... – preguntó todo avergonzado…
- ah sí, claro. Ahora mismo te haré la transferencia… - sacó su móvil de una prestigiada marca, e ingresó al sitio virtual del Banco, directo a su cuenta… - ¿cuál es tu número?
- eh… - el castaño vio ese móvil-agenda-computadora y sintió pena por su propio móvil que apenas si contaba con funciones básicas… - antes podrías explicarme los términos en los que me harás el préstamo…
- éste no es lugar para hablar de eso… - el castaño le miró contrariado, ¿qué tenía de malo que hablaran de eso ahí?... – pero descuida… - sonrió, para sorpresa suya, con picardía; aunque el castaño hizo caso omiso de ese gesto, no podía ponerse a malinterpretar nada, ¿cierto? Ni que su jefe, el mujeriego ególatra Park Yoochun ¡fuera gay!... – te lo explicaré más tarde cuando volvamos a la oficina. ¿Tu número?
A pesar de que el mayor Kim presentía que aquello era una peligrosa arma de doble filo, no podía ponerse a pensar demasiado, necesitaba ese dinero para la operación de su madre, y en ése instante Park era su única opción. Así que no dudó en darle su número de cuenta y en cosa de minutos el dinero ya estaba a su disposición… y un gran alivio cubrió su cuerpo, porque ya no tenía que preocuparse por conseguirlo, por lo que rápidamente llamó a su hermano (cosa que molestó al pelinegro porque él solo lo escuchó hablar con un tal “Min” sin saber que se trataba del hermano menor del castaño). Junsu solo tenía una pequeña GRAN inquietud, cómo iba a pagarle a Yoochun?
……………………….
Oficina de Park Yoochun, un par de horas más tarde…
- ¡¡qué!!... – gritó sin poderlo evitar, sus ojos abiertos de par en par, la piel pálida, la respiración alterada, su mente asimilando las palabras del pelinegro… - quieres, que salga contigo… como pareja… eres hombre… - decía suavemente, como si aquello careciera de significado en su mente… - ¡¡¡yo soy hombre!!!- señalándose como si con eso pretendiera que el otro notara su apariencia claramente masculina, el castaño estaba que no cabía en su sorpresa…
- es una suerte que el material que recubre esta ofician haga imposible que se escuche nada desde fuera… - comentó con tono burlón, bastante divertido por la reacción del castaño…
- ¿porqué querrías tú salir, de esa manera, conmigo?
- porque sí, mira, tú necesitas el dinero, yo no tengo problema alguno en prestártelo, sé que no puedes pagármelo, y necesito una pareja…
- qué te crees, que soy un gigolo, o algo así… - espetó ofendido en su orgullo y dignidad… - olvídalo, te regresaré el dinero… - acotó sacando su móvil, esperando que Min no haya hecho ya el pago a la clínica, porque si no…
- espera… - el pelinegro se paró y le arrebató el móvil…
- devuélvemelo… - exigió el castaño…
- no, necesitas el dinero, y no pretendí hacerte ver como alguien que se, “vende por dinero”… - incluso a él le parecía una absurdez el solo mencionarlo de esa forma… -
- no… - tono sarcástico… - entonces qué demonios es lo que pretendes Park Yoochun…
- solo será una farsa, una pantalla, no será algo real, yo necesito un novio, pero no como algo formal…
- ¿eres gay?... – se llevó las manos a la boca, pero era tarde, las palabras ya habían escapado, y con ellas su molestia, reemplazada por vergüenza…
- y qué si lo soy… - respondió enarcando una ceja, sentado en el filo de su escritorio, justo frente al castaño.
- nada… - respondió encogiéndose de hombros, pero una molestia apareció en la boca del estómago del pelinegro… - pero yo no soy gay… - aclaró evadiendo la mirada, sintiendo sus mejillas tomar un calorcito…
- ¿seguro?... – el pelinegro se acercó a él, se agachó apoyando sus manos en los apoyabrazos de la silla y se acercó lentamente al rostro de Junsu… - ¿nunca te has sentido atraído por ningún hombre?... – usando voz grave y seductora, acortaba la poca distancia que quedaba entre sus rostros, dirigiéndose directamente a los apetecibles (él pensó eso?) labios del castaño, quien paralizado en su lugar por ese repentino acercamiento gay, respiraba dificultosamente… lo peor del caso es que sentía sus mejillas ardiendo, el corazón le palpitaba acelerado y sus ojos no hacían caso de sus pensamientos por apartarse de los gruesos labios del pelinegro…
- Yoo… chun… ¡argh! Aléjate de mí, pervertido… - le empujó alejándolo finalmente de él… - no, nunca he sentido atracción por ningún hombre, ya te dije, no soy gay, soy heterosexual me gustan las mujeres, tengo novia… - aclaró ansiosamente, pero el pelinegro solo reía divertido, y tal vez nervioso también por su propio atrevimiento por intentar besarlo, cuando durante esos cuatro años no se había sentido atraído por ningún chico, menos de esa manera… - qué, no me crees…
- sí, claro, te creo, no eres gay… - afirmó, tomando lugar otra vez en su silla… - pero deja te explico de qué va todo esto de salir juntos… - el castaño se removió en su lugar incómodo, pero le dejó continuar… - te mencioné antes que había un evento la próxima semana, y mi madre me ordenó que me presentara con pareja, pero como no pienso darle gusto asistiendo con ninguna de esas tantas chicas que me ha presentado, quiero que vengas conmigo…
- ¿piensas presentarme con tu mamá como tu novio?... – cuestionó… ¿será posible que su expresión pueda mostrar mayor sorpresa de la que ya está marcada en su rostro?
- sí, y con mi hermano, y tal vez con alguna otra persona más… - “Yunho”
- ni hablar… - negó con la cabeza… - no, no puedo, tu madre seguro me despide y no puedo darme el lujo de perder el empleo…
- no te preocupes, te aseguro que no correrá riesgo tu posición laboral en la empresa…
- mh, y salir… hacer ésta farsa, ¿exactamente qué tanto implica?... – no sabe porqué a pesar de que esa proposición es una locura, se siente tentado de ser partícipe de ella… - porque, si tiene que haber besos y otro tipo de demostraciones de afecto, yo creo que no podría, o sea…
- comprendo, no quieres involucrarte… - ¿porqué le seguía generando vuelcos en el estómago, vacíos o incomodidades que diga cosas como esa?... – porqué no hacemos un contrato en el que plasmemos condiciones mutuas acerca de cómo funcionaría esta falsa relación por el siguiente mes?
……………………….
Después de haber discutido por cerca de una hora, Yoochun y Junsu por fin consiguieron dar vida a las cláusulas de su contrato al que llamaron: Contrato YooSu, por aquello de la precaución, y por si llegaba a caer en otras manos, sus nombres permanecieron en el anonimato, llamándose entonces por otros motes: Junsu es el “delfín”, según el pelinegro por su enorme trasero, sobra decir lo escandalizado que se puso el castaño y el tono carmesí que se apoderó de sus mejillas por varios minutos (desde cuándo Park Yoochun había notado su trasero!); el pelinegro por su parte, fue llamado “ratón”. Venganza del castaño netamente, ya que según él, tiene la frente tan amplia como Micky Mouse. En fin, que el contrato se escribió de la siguiente manera…
“CONTRATO YOOSU
El presente se expide con términos privados para el cumplimiento de un acuerdo personal entre el Ratón y el Delfín, obligando a éstos a cumplir con los siguientes puntos:
1. El Ratón y el Delfín actuarán como pareja formal durante un mes a partir de la fecha actual, de modo que los 15 mil dólares prestados al segundo mencionado no serán devueltos al primero.
2. Que actúen como pareja no significa que de hecho sean una, sin embargo, durante este mes ninguno de los implicados puede salir con otra persona.
3. No es necesario el contacto físico más allá de tomarse de la mano o besos en la mejilla. Abrazos, besos en la boca, caricias o algo más íntimo quedan fuera del contrato.
4. Abrazos como muestra de apoyo o un beso en la boca solo pueden ofrecerse o darse si es extremadamente necesario para que se crea que son pareja.
5. El puesto laboral del Delfín no corre riesgo alguno, antes el Ratón está dispuesto a revelar los motivos por los que por principio de cuentas éste contrato se efectúa.
6. Si cualquier regla se rompe el contrato se anula inmediatamente. Si es el Delfín quien lo rompe tendrá que devolver el monto de la cantidad prestada. Si es el Ratón quien lo hace, el dinero no deberá ser pagado.”
……………………….
- hyung, si lo analizas, en el contrato, que por cierto firmaste, eres quien más compromiso tiene… - opinó el menor Kim, una vez que su hermano terminara de contarle acerca de cómo consiguió el dinero de la operación y le mostrara su copia del contrato en que se enfrascó en el mayor Park… - al final, si se cumple o no, Yoochun puede romperlo y no preocuparse por el dinero, pero si tú lo rompes, ¿de dónde sacarías 15 mil dólares?
- ¿y te piensas que voy a hacer algo para romperlo? Claro que no, son solo 30 días de fingir salir con él… - decía en voz baja, ambos sentados en la Sala de Espera de la Clínica, su madre siendo preparada para el trasplante…
- y qué le diremos a mamá cuando despierte… -
- que el dinero lo prestó la compañía, no necesita saber la verdad…
- ¿Junsu?
- ¿qué?
- tú no tienes novia…
- ¿no?... – el castaño se rascó la nuca con torpeza… - cierto, Bo Lee terminó conmigo hace como dos semanas… - el menor pensaba que su hermano era demasiado desinteresado de los noviazgos que ha tenido, comúnmente olvidaba que tenía novia o cuando ya habían terminado… - igual al ratón poco o nada le ha de importar eso, quiere molestar a su madre mientras yo intento que la nuestra recupere su salud…
- hyung, ten cuidado con esto, quieres, Yoo…. El ratón… - corrigió, después de todo se encuentran en un lugar público y aunque el pelinegro no es el único con ese nombre, vale mas no mencionarlo… - no es precisamente santo de tu devoción, y fingir un noviazgo frente a quien sea implicará ciertas cosas que tal vez te incomoden…
- ya sé, por eso nada de besos… - el castaño miró raro a su hermano, porque presentía que Min hablaba del tema como si supiera de ello por experiencia directa…
- a menos que sea extremadamente necesario… - “o realmente termines enamorándote”
…………………………
Departamento de Jung Yunho…
- deprimirte no resolverá nada… - el rubio obligó a su amigo a salir de la cama, en donde se había tirado desde hace un par de horas según entendió del relato del moreno cuando por fin se dignó a contestarle el móvil…
- déjame, Jae… - zafándose del agarre de su amigo, se metió otra vez entre las cobijas… - nada me importa, Yoochun me olvidó, ya no me ama… - sus ojos se anegaron en lágrimas que silenciosamente comenzaron a resbalar por sus mejillas. Jae suspiró y se subió a la cama, se sentó a lado del moreno, recargándose en el respaldo, y automáticamente el moreno se refugió en su regazo, dejando que las caricias de su amigo sobre su cabello le transmitan algo de tranquilidad…
- Yunho, no puedes afirmar tal cosa… - habló despacio, suave, no pretendiendo encender esa parte de la personalidad del moreno que puede llegar a ser iracunda… - ¿acaso viste que se besaran?… - su amigo negó con la cabeza…
- pero vi la confianza con que le hablaba, la forma en que lo miraba, la manera con que le tomó de la muñeca… - soltó con voz amortiguada por el llanto ahogado, era realmente extraño ver a Yunho en esa situación… - fui un tonto al pensar que…
- ¡¡ya deja de decir estupideces!! – interrumpió hablándole fuerte… - antes de ponerte a sacar conclusiones, hay que averiguar primero si Yoochun en verdad tiene novio… - ¿porqué era tan difícil ser el mejor amigo de la persona que amas? ¿Porqué tenía que haberse enamorado de él aún cuando sabía que su corazón tenía dueño? Ah sí, porque el destino tiene una peculiar manera de poner en tu camino todo aquello que necesitas para aprender de la vida, para ganar y perder, para amar y sufrir. O tal vez alcanzar la felicidad, ¿saberlo? Solo el tiempo y las decisiones con que uno va construyendo su propio sendero…
- ¿y qué se supone que hago, le pregunto?... – tono irónico y lastimero…
- sería lo lógico de no ser porque ustedes tienen problemas de comunicación… deja, yo me encargo…
- y cómo harás tú tal cosa…
………………………….
La familia Kim estaba feliz ahora, porque So Lyn hace ya tres días que fue operada y al día siguiente sería dada de alta dado que su nuevo corazón se ha adaptado favorablemente a su organismo.
Así que Junsu estaba radiante y feliz de la vida, y eso era notorio para todos, incluido su nuevo compañero de trabajo. Para Kim Jaejoong era importante y primordial que ese ciclo en la vida de Yunho terminara de una vez, sea que Yoochun y él se líen de nuevo, o que tenga que acompañar al moreno en su melancolía para salir de esa experiencia con la herida sanada… y tal vez, solo tal vez, entrar en su corazón de esa forma en que Yunho ya está en el suyo.
Siendo un chef con prominente futuro, no le fue difícil obtener un empleo en el Restaurante del Hotel Park; menos cuando resultó que sus padres conocen a Jo Nang Park y una llamada bastó para que fuera ubicado; inmediatamente demostró que había valido la pena contratarlo porque su alta cocina fue muy bien recibida entre los comensales. Junsu sintió gran simpatía por él cuando charlaran por vez primera, le dio la impresión de que el rubio, a pesar de tener una mirada fría y apariencia calculadora, una vez que te das la oportunidad de conocerle, es alguien que te transmite una gran confianza, por ello es que se han entendido de maravilla… y es cosa que a cierto pelinegro no le agrada demasiado…
- Junsu, acompáñame a mi oficina, por favor… - se apareció en la cocina simplemente para eso, quien sin decir nada le siguió con los nervios aflorando, hasta el momento ellos se han comportado solo como jefe y empleado, pero cada que se veían o el pelinegro le llamaba, temía que fuera para cambiar eso.
El rubio los vio pasar y le hubiera gustado seguirlos para saber qué con ellos, pero había demasiada gente como para que no lo notaran, así que decidió esperar a poder hablar con el castaño y sonsacarle la verdad de alguna manera.
- supe que te llevas muy bien con el nuevo… - dijo Yoochun en cuanto entraron en su oficina y la puerta quedó cerrada…
- ¿con Jaejoong?... – el ratón afirmó, recargándose en el filo de su escritorio con los brazos cruzados, clavando su mirada en el delfín… - pues sí, es un chico agradable…
- espero no se te haya olvidado nuestro contrato…
- no… - el pelinegro sonrió ante su respuesta, descruzó los brazos y metió las manos en los bolsillos de su pantalón, luego se acercó al castaño, quedando a un paso de él… - algo más… - como odiaba que esas cercanías le pusieran nervioso…
- sí, el fin de semana te vas conmigo a Haewon…
- ¿al Distrito Yongsan-Gu?
- si… reabriremos uno de los restaurantes del lugar, ya sabes, como todo por ahí tiene aires occidentales, quiero que vengas y aprovechamos para disfrutar de la vida nocturna, además de presentarte con mi madre…-dio el paso que lo separaba del castaño y éste a su vez retrocedió con una ceja levantada y su mirada claramente inquieta…
- y qué se supone que hago con mi trabajo, soy responsable de la repostería, ¿ya lo olvidaste?… - ¿porqué Yoochun seguía intentando acercarse más?
- deja que Lee Seung se encargue esos días, se que le has enseñado bien….
- pero, también tengo un empleo por las tardes, saliendo de aquí, no puedo faltar todo el fin de semana… - su espalda chocando contra el muro…
- dime dónde es, y yo me encargo, quiero que vengas conmigo, Junsu ah… - voz sensual, casi completamente pegado al cuerpo del otro…
- yo, esto, bueno…
- por cierto, cuando te presente con mi madre, procura no correrte como ahora, o se va al traste cualquier intento por convencerla de que lo nuestro es cierto… - el castaño suspiró aliviado cuando el pelinegro volvió a darle su espacio…
- sí, sí, ya se, lo haré bien cuando tenga que fingir sentir algo por ti frente a la Sra. Park… - la palabra “fingir” en esa frase produjo una incomodidad en el pelinegro, más el castaño lo había dicho casi con naturalidad, después de todo es lo que es, ¿no? Una pantalla, una farsa…
- puedes retirarte entonces… - dijo con seriedad, cuando el castaño estaba por abrir la puerta… - y no andes platicando tanto con el nuevo…
- se llama Jaejoong, y hablaré con él cuanto me venga en gana, tenemos un contrato y no lo pienso romper, pero eso no te da derecho a tratarme como si fuera de tu propiedad… - aclaró, saliendo enfurruñando de ahí, cómo era que el pelinegro podía en verdad sacarlo de sus casillas tan fácilmente…
- porqué mierda me comporto así contigo… - murmuró hacia la puerta…
………………………
- entonces, estuviste trabajando y estudiando en Boston… - Junsu y Jae conversaban aprovechando la hora de la comida. Lee Seung acababa de irse, ya que él trabaja solo hasta mediodía…
- sí, me fui hace poco más de tres años, la cocina siempre me gustó mucho y decidí estudiar artes culinarias, por aquéllas fechas yo tenía muchas ganas de salir del país, y Estados Unidos es mundialmente conocido por su próspera economía, y sin pensarlo mucho me fui a Boston… - relataba emocionado el rubio, recordando aquellas épocas, cuando conoció a Yunho también…
- vaya, debe ser increíble conocer otros países, yo apenas si he salido de Seúl… - la mirada del castaño era soñadora, imaginaba lo que sería viajar por el mundo e irremediablemente terminó por recordar a Yoochun y su muy buena posición socioeconómica… - me encantaría conocer otras culturas y muchas personas…
- bueno, siendo amigo de Park Yoochun seguro puedes tener algo de eso, ¿no?... – comentó con simpleza, como no queriendo la cosa, llevando un bocado de filete a su boca…
- yo no… yo sólo… trabajo para él… - respondió con marcado nerviosismo, después de todo él no puede (y no quiere) ir por ahí diciendo que es “novio” del pelinegro, y más allá de ese contrato, tampoco puede decirse que sean amigos…
- ¿en serio? Yo pensé que eran amigos, como varias veces te ha llamado a su oficina y es amable contigo, de manera diferente a como es con los demás quiero decir, disculpa si malinterpreté las cosas y te ofendí… - el rubio se sentía mal por sacar provecho de esa buena relación que había establecido con el castaño…
- no, no, descuida… -
……………………………………
Departamento de Jung Yunho…
Jae aprovechó y preparó la cena en el restaurante, y llegó donde el moreno con sentimientos encontrados, anhelaba la felicidad de su amigo, pero dolía saber que no sería a su lado.
- no has comido casi nada… - comentó desde la cocina, abrió el refrigerador y estaba casi vacío, excepto por lo que él mismo le ha dejado cuando le visita, y ello también estaba prácticamente sin tocar…
- no he tenido mucho apetito… - el moreno estaba sentado en la estancia, llevaba ropa sport y se notaba que ha estado ejercitando todo el día porque aún lleva sudada la sudadera….
- faltará que te quieras volver anoréxico, Yunho… - dijo con tono molesto, acomodando en la mesa los cubiertos y platos para la cena… - además, ¡mírate!... – sin levantarse el moreno se miró y luego volteó hacia su amigo con la clara expresión de “qué”… - ni siquiera te preocupas por tu apariencia, es decir, sí, te la pasas todo el día bailando, sales todas las mañanas a correr, vas al gimnasio, pero, Yunho, no es como si Yoochun haya dejado de… quererte… - como duele ser el mejor amigo… - por tu apariencia física, eres atractivo tal como eres… - ligero carmesí… - ¡lo que necesitas cambiar inmediatamente es esa actitud depresiva-indiferente en la que has estado escudándote éstos días y buscarlo de una maldita vez!... – explotó, respiraba agitado, la situación comenzaba a rebasarlo, pero seguiría, de una u otra forma tenía que conseguir que su amigo hablara con el pelinegro…
- creo que me entran mejor las cosas por la mala… - sonriendo, el moreno se sentó a la mesa… - perdóname Jae, solo te saco dolores de cabeza por mi comportamiento, pero te prometo que mañana hablo sí o sí con Yoochun, no importa que tenga novio al fin y al cabo lo que más quería era aclarar lo que pasó cuando me fui a Boston…
- no tienes que disculparte conmigo… - tomó asiento frente a su amigo… - imagino cuán difícil debe ser estar en tus zapatos, el amor puede llegar a ser muy frustrante… - mirada triste, casi perdida…
- ¿estás bien Jae?… - y es que al notar ese cambio de expresión recordó que de un tiempo para acá, tal vez desde un par de meses antes de volver de Estados Unidos, en ocasiones el rubio se pone así, y no le gusta…
- ¿qué?... – levantó la mirada y se topó con la preocupación de su amigo, entonces sintió la tensión en su cuerpo e inmediatamente forzó una sonrisa… - sí, claro, estoy bien, es que el ritmo de trabajo en el restaurante en verdad es agotador, no hay día que no esté lleno… - excusas burdas que jamás podrán justificar su verdadera sufrimiento… - creo que Junsu y Yoochun no son novios…
- ¿Junsu?
- así se llama el chico con el que viste a Yoochun… - “no dejes de sonreír, Jae, no dejes de sonreír” se repetía mentalmente mientras hablaba del tema y procuraba no dejar que sus sentimientos por el moreno traslucieran otra vez… - he hablado algunas ocasiones con él, es un chico muy simpático y trabajador, tiene una personalidad muy agradable…
- genial, hasta a ti te gusta según parece… - comentó con una sonrisa falsa pues sus ojos y la forma en que cortaba el trozo de carne dejaban al descubierto su molestia… ¿y celos tal vez?
- no seas exagerado… - “si yo te amo a ti”… - solo digo lo que Junsu da a conocer, además, te estoy diciendo que no creo que sea novio de Yoochun, esa debería ser una buena noticia para ti, ¿no?... –
- sí, tienes razón… - ¿porqué entonces le molestó la forma en que el rubio habló de ese tal Junsu?
…………………………..
Lee Seung llevó a ChangMin a su casa, cuando a ambos les tocaba guardia por las noches en el hospital como parte de sus prácticas profesionales, el chico de ojos claros solía llevarlo aprovechando que tiene auto, no es la gran cosa, pero mejor que andar en el subterráneo a tan temprana hora. Además, para qué engañarse, se gustan mucho desde hace algunas semanas, y aunque al principio hacían todo lo posible por ocultarlo al otro, últimamente era cada vez más difícil no sonrojarse con gestos que antes consideraban naturales como los roces de manos, algunos abrazos, mutuas sonrisas y miradas nerviosas…
- gracias por traerme… - Min miró el portón de su casa, el sol despuntando en el horizonte… - hoy ni siquiera dormirás… - y es que de ahí, su amigo solo irá a su casa (a no más de 10 minutos) a ducharse, cambiarse, desayunar e ir al trabajo del restaurante…
- descuida, ya prácticamente estoy acostumbrado, además, me cubriste un par de horas en el hospital y dormí lo suficiente… - le dedicó una sonrisa amable… - un café bien cargado y ni se notará…
- bueno, hasta la tarde entonces…
- hasta luego… - y cuando se movieron por un gesto que realmente solo muy contadas ocasiones han hecho y solo en circunstancias especiales (como cuando la madre de Min enfermaba y su amigo le daba apoyo), sus bocas terminaron depositando un suave beso en la boca del otro, colocando un intenso sonrojo en sus rostros… - yo… eh…
- conduce con cuidado… - bajando del auto, el menor Kim sonrió una última vez a su amigo antes de que éste saliera de su estupor y retomara su camino… - estoy enamorado… - su mano en sus labios, sonriendo ampliamente entró a su casa, escuchando ya a su madre preparando el desayuno, y a su hermano cantando en la ducha…- buenos días, mamá… - le saludó en la cocina, dándole un beso en la mejilla… - cómo te sientes hoy…
- muy bien, ya sabes que el Dr. dijo que todo marcha bien… oye, luces muy feliz, otros días llegas durmiéndote, ¿pasó algo especial ChangMin?... – le observó como toda madre que presiente que su hijo se ha enamorado, con una sonrisa comprensiva pero una mirada pícara…
- eh… no, mamá, lo mismo de siempre… - pero el sonrojo en sus mejillas lo delataba…
- buenos días, familia… - saludó el castaño con una radiante sonrisa, ya vestido para el trabajo… - qué tal la guardia, Min… - cuestionó mientras besaba la mejilla de su madre y le revolvía el cabello a su hermano…
- tranquila, me tocó asistir en un par de partos y una cirugía… - comenzaba a relatar el menor…
…………………………………
Yoo Hwan estaba seguro de que su hermano tenía ya una ventaja sobre él respecto a Junsu, pero aún estaba dispuesto a darle pelea, días anteriores se había limitado porque su madre lo mantuvo ocupado con los preparativos en el Distrito Yongsan-Gu. El menor Park vestía pantalones formales oscuros, una camisa de seda color púrpura abotonada hasta el pecho, un saco negro, calzado pulcro y peinado fashion, su mejor perfume y toda la intención de conseguir por mínimo una cita con el castaño.
Entró al hotel con una seductora sonrisa y caminar seguro, antes siquiera de presentarse con Jo Nang como debía, se encaminó hacia el Restaurante, donde ya Yoochun saludaba cordialmente a huéspedes y clientes. Sus miradas se cruzaron un instante cuando el morocho ingresaba al pasillo que lleva a las cocinas, y al observar su expresión el pelinegro comprendió que lo estaba retando; pero el Mayor Park sonrió con tranquilidad, su contrato con el castaño lo mantendría al margen de Yoo Hwan.
El morocho saludó cortésmente a todo el personal, pero pronto su atención se enfocó en el castaño, que le explicaba a Lee Seung la mejor manera de manipular el caramelo caliente…
- Junsu, me acompañas, por favor…
- eh, sí Señor… - le pasó el cucharón plano de madera al chico de ojos claros… - continúa como te dije, ¿de acuerdo?
- claro… - Seung miró extrañado al morocho saliendo por la puerta trasera del local…
- supongo sabes que reabriremos un restaurante en Haewon… - el castaño asintió, ya inquieto por el simple hecho de estar afuera y no en alguna oficina… te gustaría venir y acompañarnos a la reapertura’
- ¿eh?... – confusión (que ya bastante normal se le hacía tratándose de los hermanos Park)… - bueno, yo… - ¿sería correcto si le dice ahora que irá con Yoochun? ¿Y porqué es que Yoo Hwan le invita, si ni siquiera amigos son? ¿Será acaso que los hermanitos se traen un juego entre manos y él es su juguete?
- él vendrá conmigo… - apareció de pronto el pelinegro… - pensaba que fuera una sorpresa, pero creo que mejor te lo digo de una vez… - tomó la mano del castaño, que no hallaba dónde meterse, eso realmente era incómodo y vergonzoso…. – Junsu es mi novio…
El morocho se quedó estupefacto ante tal revelación, es más, no creía que eso fuera posible, pero por el sonrojo en las mejillas del castaño, tuvo la impresión de que lo era, y sintió un extraño ardor en el estómago… Junsu quería que la tierra se abriera y se lo tragara de una vez, nunca en su vida imaginó que sería presentado como el novio… de otro hombre, y aunque una farsa nada más, se siente raro, muy raro…
- bien… - dijo el morocho, sonriendo luego con picardía, aún tenía cartas bajo la manga que usar… - nos vemos en Haewon entonces, Junsu… - y se perdió dentro del restaurante…
- ven, quiero decirte algo… - sintió cómo el delfín se zafaba del agarre, pero le seguía en silencio hasta la oficina del pelinegro… - primero que nada, no quiero que te vayas a ofender, de acuerdo, no lo digo porque piense que lo que tienes no es bueno…
- ¿de qué hablas?... – enarcó una ceja y cruzó los brazos, sentado en la silla frente al pelinegro, el escritorio de por medio…
- cuando termines tu turno podríamos ir a comprarte un par de cambios de ropa para éste fin de semana… - soltó, esperando la explosión verbal de su “novio”…
- realmente no hay en mi guardarropa nada que sea tan elegante como lo que tú usas… - habló con voz suave, mirando su ropa, que si bien en buenas condiciones, seguro no es de las prestigiosas marcas que el pelinegro debe comprar… - pero no me sentiría cómodo…
- porqué no, eres mi novio… - un ligero carmesí coloreó las mejillas de ambos…
- podrías no decirlo, me siento bastante raro cuando lo haces, o sea, delante de tu hermano o de tu madre, o de quienes quieras que sepan que nosotros estamos saliendo, está bien, pero no necesitas hacerlo estando a solas…
- bueno… - aceptó, poniéndose serio, realmente no entendía todo lo que sentía cuando el castaño decía ese tipo de cosas…
- agradezco tu gesto por ofrecerte a comprarme ropa, veré como me las ingenio para vestir a la altura de tu círculo social…
- ok… - pero el pelinegro ya había dejado de verlo, se distraía hojeando una revista de negocios en la que sierre aparecen como una de las mejores cadenas hoteleras del mundo… el castaño aguardó en silencio por si algo más tenía que escuchar, pero cuando ya ninguna palabra salió de labios de Yoochun…
- me retiro… - anunció, poniéndose de pie, sintiéndose incómodo (para variar) por la reacción del pelinegro, en serio parecía molesto ante su negativa… o sería por lo de “no me digas novio estando a solas”… su mano en la perilla, indeciso entre salir o no… suspiró… - ¿porqué estás molesto?... – preguntó girándose hacia el otro, no podía irse sin saber qué pasaba…
- no lo estoy… - pero su tono de voz y el no mirarlo demostraba lo contrario…
- entonces porqué te pusiste serio y te has dignado a ignorarme como si no estuviera aquí… - soltó con el ceño fruncido…
- ahora quién es el molesto… - dijo acercándose al castaño…
- yo no estoy molesto… - se defendió, sintiendo el palpitar acelerado de su corazón conforme la cercanía del pelinegro…
- dime, Junsu, tan mal te caigo que la sola idea de aparentar salir conmigo te incómoda, o que diga que eres mi novio, o que quiera tener detalles contigo como comprarte ropa… - su cuerpo más cerca al del delfín, sus miradas conectadas…
- no es eso, quiero decir, apenas te estoy conociendo, pero igual lo nuestro no es cierto… - evadió la mirada… porqué estaba diciendo esas cosas, qué le estaba pasando…
- eres algo complicado, sabes… - su mano acariciando la mejilla del castaño, quien le miró confundido ante ese gesto, y la sonrisa que le mostraba hizo que se pusiera nervioso y sus mejillas ardieran… - está bien, no insistiré en cosas que te incomoden, te veo luego… - y dejándose llevar, besó la coloreada mejilla del castaño…
- ya, bueno, adiós… - salió apresurado, tratando de controlar sus latidos, de sacar de su cabeza ese último momento con el pelinegro.
Por su lado pasó un chico alto de tez morena que le pareció familiar pero que no consiguió ubicar, le vio dirigirse a la oficina de Yoochun, y un vuelco en su estómago lo hizo sentir extraño e intranquilo respecto a ese muchacho que llamaba a la puerta de su “novio”…
- pasa… - concedió el pelinegro, pensando en que tal vez Junsu volvió, pero su sonrisa se borró cuando vio de quién se trataba… - qué haces aquí, Yunho…
Continuará……
Capítulo 4. Haces Que Me Cuestione…
- necesitamos hablar… - soltó el moreno desde la puerta, mirando profundamente al pelinegro…
- ¿necesitamos? Yo no necesito escucharte, me quedó muy claro cuando durante cuatro años nunca te dignaste siquiera a llamar, no me vengas ahora con que necesitamos hablar… - espetó con molestia… ¿pero porqué no lo corría?
- precisamente por eso quiero que hablemos, déjame explicarte porqué te dejé entonces y no me comuniqué contigo en todo este tiempo… - casi suplicó, comenzando a acercarse al otro…
- en qué idioma tengo que decirte que no quiero escucharte… - pero por alguna razón, había terminado por acercarse al moreno… peligrosamente cerca…
- solo te pido que hablemos, nada más… - su aliento mezclándose con el de Yoochun, labios entreabiertos que pedían a gritos ser besados…
- ¿solo hablar?... – susurró con su varonil voz, la respiración alterada. Se estaba dejando llevar por sus sentimientos, por el deseo reprimido de besar esos labios que por cuatro largos años estuvieron lejos…
- solo hablar… - sus labios redujeron toda distancia encontrándose en un beso hambriento que funcionó como el interruptor que encendió la pasión contenida. Sus labios se movían ansiosamente atrapando los del otro en una afanada caricia ardiente cuyos principales actores eran sus lenguas enredándose lujuriosamente, recorriendo y rememorizando a su vez esa cavidad bucal en que antes tantas veces se debatieron a duelo por un dominio que nunca quedó claro definiendo a un ganador.
El pelinegro sintió cómo era sujetado por la cintura y conducido hacia atrás hasta que topó contra el filo del escritorio, y solo entonces pareció recordar lo que estaba pasando. Se separó bruscamente de ese beso que parecía interminable y le supo delicioso, pero que no debió pasar, no así, no ahora. Empujó al moreno alejándolo de su cuerpo, ordenando los pensamientos en su cabeza, obligando a sus desenfrenadas hormonas a apaciguarse.
Ambos respiraban agitadamente, reconocían cuánto se habían extrañado, lo fácil que sus cuerpos reaccionaron con solo un beso. Yunho se estaba mordiendo la lengua por no decirle justo en ese momento que lo seguía amando como si el tiempo no hubiera pasado, pero temía llegar a alejarlo si lo hacía, porque pensaba que lo que Yoochun menos querría era escuchar eso cuando lo abandonó tan cruelmente años atrás.
- hablaremos después… - “qué diablos hago”… - no sé cuándo, pero no ahora… - clavó su mirada en el moreno… - yo te llamaré…
- está bien… - aunque las cosas no como las planeó, el haber sentido en ese beso las mismas sensaciones de antes le daba la esperanza de poder recuperarlo… - nos vemos luego, Yoochun ah… - sonriendo internamente, el moreno salió de la oficina.
Al pasar por el pasillo que lo lleva fuera, Jae le vio desde la cocina, no pudiendo distinguir su expresión, no sabiendo lo que había pasado; quería correr y alcanzarlo y preguntar, pero estaba seguro que no habían vuelto por el poco tiempo que pasara desde que entró a la oficina; así que decidió esperar un poco a ver si le llamaba o le mandaba algún mensaje para contarle lo que sea que haya sucedido. Junsu también vio pasar al chico que se topara antes, y no sabe porqué es que le seguía causando una extraña inquietud, porqué sentía cierta apatía hacia él, sin siquiera conocerlo, sin tener motivo alguno para juzgarle de esa manera… sin lograr recordar dónde le vio antes.
En su oficina, el pelinegro suspiró y resopló con frustración. Después de todo había caído fácilmente, su corazón traicionero había tomado control de sus acciones llevándolo a besar con aquella pasión que siempre transpiraba por los poros de su piel tratándose del moreno, descubriendo que había sido casi como si el tiempo no hubiera pasado… llevó sus dedos a su boca, palpando en sus labios la sensación de añoranza que justo ahora menos necesitaba…
………………………………
Oficina de Jo Nang
- supe que tú y tu hermano han estado rondando a uno de los empleados, específicamente un chico llamado Kim Junsu, el repostero…
- “rondando” suena acusador viniendo desde de tu voz, madre… - el morocho veía con unos binoculares la ciudad desde el ventanal de la oficina, una preciosa vista era la que tenía desde lo alto…
- también supe que Jung Yunho volvió, y que estuvo en la oficina de Yoochun hace unos minutos… - continuó la mujer, firmando algunos documentos…
- algo de eso escuché, lo que me intriga es la manera en que tú te enteras de todo desde acá arriba… - y es que la oficina principal de la Franquicia Park se ubica en el último piso del gran edificio…
- hace cuatro años le advertí que no quería volver a verlo en nuestra casa… - siguió la Sra. Park, haciendo caso omiso del comentario de su hijo mejor… - pero tu hermano le ha estado esperando, a pesar del enojo que siente por su partida, su sentimiento por Yunho podría ser más fuerte y volver a su lado…
- qué tengo que ver yo en eso… - cuestionó contrariado e intrigado, apartándose del ventanal, caminando por la amplia oficina, mirando todo a su alrededor con un interés inexistente…
- sé que a tu hermano le atrae ese chico, Kim Junsu, y sé que tú estás tras de él solo por molestarlo, quiero que sigas en ello, quiero que consigas que tu propio hermano se enamore del chico… - el morocho paró, volteó hacia el escritorio de su madre, quien ahora guardaba todos esos documentos en una carpeta de piel…
- porqué… - atinó a preguntar unos instantes después…
- porque de ningún modo permitiré que Yoochun vuelva con Yunho, pero si se lo prohíbo solo incentivaré su deseo de estar juntos, además, es mayor de edad y puede hacer lo que quiera…
- ¿y si yo estuviera genuinamente interesado en Junsu?... – su madre finalmente le dirigió la mirada…
- si lo estuvieras, no estarías escuchando con tranquilidad, ni tendrías esa mirada de diversión, tus ojos estarían inyectados de molestia e inconformidad. Y si lo estuvieras, si el chico te gustara más allá de solo pasar el rato, no estarías intentando conquistarlo, hubieras intentado ser genuino con él… - “punto a su favor” pensó el morocho, sonriendo de medio lado. Aunque igual había una pequeña inquietud asentada en su estómago… Junsu.
- tengo una duda…
- ¿porqué si tomo tan tranquilamente la preferencia sexual de mis hijos, sigo citando a Yoochun con mujeres?
- justamente, madre…
- porque las madres solemos saber cómo lograr que nuestros hijos lleguen a lo que y donde, nosotras queremos…
- manipulación… - soltó el morocho con una indescifrable sonrisa…
- yo le llamo amor…- replicó amablemente la mujer… - ¿harás lo que te pido?
- porqué no, siempre es divertido sacarle celos a mi hyung…
……………………….
Cocina del Restaurante…
- oye, Junsu, tú sabes que somos buenos amigos desde que conozco a ChangMin, y que no suelo andar por ahí diciendo todo lo que escucho, pero, puedo preguntarte qué tanto es lo que quiere Yoochun contigo en su oficina en los últimos días…
- y me preguntes eso porque lo que ya se rumora es… - el castaño miró hacia su lado derecho, donde varios compañeros trabajan elaborando diversos platillos, notando que era observado de reojo por algunos…
- que son novios, o algo así… - soltó el chico de ojos claros, decorando unas copas de helado que debían ser entregadas ya en las mesas…
- que buena imaginación tienen… - comentó con una falsa sonrisa que no ocultaba su preocupación y molestia porque se metieran en su vida…
- digo, a mí no me importaría si así fuera, cada quien tiene derecho a salir con quien quiera, no importa si es alguien de su mismo sexo…
- lo sé, así que cuándo piensas declarártele a mi hermano, eh… - aprovechó para evadir, notando el sonrojo en su amigo…
- cómo, porqué… desde cuándo sabes que… ¿no te importa?... – habló con marcado nerviosismo…
- la verdad es que tú y Min hacen buena pareja, se entienden muy bien, se apoyan mutuamente, y creo que el cariño que se tienen es más que amistad desde hace algún tiempo; y no, no me importa, si Min es feliz, yo jamás me opondría a sus decisiones… - respondió con una sonrisa…
- la verdad es que sí he pensando en pedírselo… - aceptó, bajando la voz para que nadie más escuchara… y también por la propia vergüenza… - pero me da un poco de temor…
- porqué… - “si es claro que Min siente igual” pensó…
- porque… no quiero faltarle al respeto a tu madre saliendo con su hijo menor, ella ha sido muy buena conmigo desde que visité por vez primera tu casa; no sé, creo que si no fuéramos hombres sería más fácil… no sé si me entiendas…
- un poco, creo… - “qué pensará mamá de las relaciones gay”
………………………..
Mientras Yunho paseaba por las principales calles del centro de la ciudad buscando empleo, se encontraba de mejor humor, aunque los nervios lo consumían por la espera del momento de por fin hablar con Yoochun. En tanto que Jae contaba los minutos faltantes para salir del trabajo y refugiarse en algún lugar para liberar su dolor… a pesar de que quería la felicidad de su amigo, ello no significaba que sufriera el rompimiento de todas sus esperanzas con él… y los recuerdos de cómo se conocieron se encadenaron en sus pensamientos…
……flashback…….
Boston, Massachusetts. Estados Unidos. 3 años atrás.
Kim Jaejoong tenía un par de semanas en la ciudad y mucho en ella aún le resultaba toda una novedad… el idioma incluido, pues apenas si conocía palabras y frases clave que le permitían comunicarse, por lo pronto se había inscrito en un curso intensivo que le aseguraba hablarlo fluidamente en cosa de meses. La Escuela de Cocina le resultó un poco complicada al principio por causa del inglés, pero al poco tiempo fue familiarizándose con los términos para los ingredientes y demás herramientas.
Por su posición económica no se vio en la necesidad de conseguir un empleo de media jornada, por lo que tenía tiempo para salir a conocer y divertirse. Fue una tarde soleada cuando conoció a ese atractivo chico de tez morena y rasgos claramente orientales, bellos ojos de un café intenso que miraban con una calidez profunda, ceja tupida perfectamente acomodada dándole un toque sensual y varonil, labios gruesos delineados en un gesto de seriedad. Pudo notar en ese joven que algo acongojaba su alma y como si el destino lo hubiera dispuesto, no dudó en acercarse a la mesa del Café en que se encontraba hojeando un libro… de leyes según observó en la tapa del mismo.
- hola, buenas tardes… - saludó Jae, en aquél entonces su cabello de un tono oscuro, con una gentil sonrisa.
- buenas tardes… - correspondió el moreno, más por educación que por verdaderamente haber sentido interés en ese instante por el chico…
- te molesta si me siento… - cuestionó el pelioscuro, contento de haber encontrado a un paisano con quien hablar fluidamente su idioma natural…
- mh, no… - entonces el moreno en verdad puso atención en su “acompañante” y curvó una ligera sonrisa, de esas que desde hace un año tanto le cuesta mostrar… - adelante… - dejó el libro sobre la mesa…
- eres coreano, verdad…. – se sentó frente al moreno, quien asintió a su cuestionamiento…- me llamo Kim Jaejoong…
- Jung Yunho, mucho gusto… - estrechó la mano de ese chico quien tan fácilmente le inspiraba confianza… - ¿café?
Y así, un par de chicos que se sentían ajenos a mucho en aquél país de costumbres tan divergentes de las propias, coincidieron por vez primera en modesto local de la zona centro, charlaron por un par de horas de cosas que extrañaban de Seúl y de los motivos por los que se encontraban en ese Estado norteamericano.
Poco a poco fueron teniéndose más confianza y fortalecieron el lazo que los unía solidificándolo en una sincera y profunda amistad. Pero no fue sino hasta casi el año de conocerse que Jae se dio cuenta de cuán enamorado estaba ya de Yunho. Desde la adolescencia descubrió que sus intereses románticos se encontraban en los chicos, pero el amor que creció en su interior por el moreno le asustaba… no porque temiera no ser correspondido, ya ambos sabían de las preferencias sexuales del otro… el asunto se centraba en la renuencia del moreno por relacionarse formalmente con nadie, estaba seguro el (en ese entonces) castaño claro de que esa actitud tenía todo que ver con algo que su amigo aún le oculta y sucedió antes de mudarse a Boston.
Muchas veces se ha tragado ya sus declaraciones de amor por no arruinar su amistad con Yunho, pero sabe que eso solo lo hace que se hunda en un pozo de soledad y tristeza silenciosa del que un dí no podrá escapar ni cubrir en la ilusión del amigo perfecto que siempre tiene las palabras indicadas y una transparente sonrisa para animar a su amigo…
Era una noche lluviosa cuando el moreno y el castaño oscuro se encontraban en el departamento de éste último, que Yunho por fin abrió su corazón… y con ello nubló toda luz de esperanza en Jae por entrar en su corazón…
- se llama Yoochun, es por él que no puedo tener relación alguna con nadie más, no solo por el hecho de que no terminamos cuando partí de Seúl, sino porque le sigo amando con la misma fuerza…
- pero… ¿entonces porqué dices que nunca le has llamado desde que te viniste?... – las gotas de lluvia chocaban con estruendo contra las ventanas por las ventiscas que soplaban afuera… sus lágrimas tragadas, llorando solo internamente…
- porque soy un cobarde, preferí dejarlo antes que enfrentar a mis padres, con qué cara me iba a atrever a llamarlo si no iba a poder explicarle todo lo sucedido, si con eso lo ponía en riesgo… sino podía ofrecerle nada, aún cuando nos amaramos, también tenía que pensar en la herida que ya le había ocasionado, esa misma que se convertiría en el origen de nuevas dudas e inquietudes, Yoochun estará mejor son mí, así mis padres no le harán daño alguno…
- ¿en verdad crees que tus padres habrían sido capaces de lastimarlo?... – preguntó con incredulidad, pero comprendiendo ahora porqué nunca le ha invitado a su casa, porqué no tiene amigos varones, porqué son pocas las veces incluso que está ahí, en su departamento…
- mis padres son mi peor pesadilla, y hasta que esté seguro de que nada me ata a ellos, Yoochun solo puede ser parte de mi pasado…
Más nada se habló del tema ese día, Jae comprendió entonces todo el peso que cargaba sobre sus hombros el moreno, porque los Sres. Jung impusieron de cruel manera sobre él su voluntad hermética de hijo varón. Y se juró ese mismo día que seguiría amando al moreno en inquebrantable silencio, renunció al sueño de estar a su lado como pareja, pero tomó la misión de ayudarlo a ser feliz acompañándolo como su mejor amigo, así sea por la eternidad.
…….flashback……
- hasta mañana, Jaejoong… - se despidieron del rubio sus compañeros…
- hasta mañana… - les despedía con una reverencia y una amable sonrisa. Guardó su uniforme en su locker personal, se colocó la chaqueta, tomó su bolso y salió del restaurante.
En tanto subía a su auto en el estacionamiento…
- ¿qué haces?... – cuestionó sorprendido y nervioso el castaño, mirando para todos lados por si alguien veía…. Y es que el pelinegro se acababa de subir a su moto atrás de él…
- te acompaño a tu otro empleo… - respondió sonriente, sujetándose de la cintura del delfín, ocasionándole un estremecimiento…
- porqué, baja, ya tengo suficiente de miraditas y murmullos en torno a mí por tu culpa… - intentaba que el ratón quitara sus manos de su cintura… sin éxito alguno por supuesto…
- qué miraditas y murmullos… - tono celoso, ceño fruncido…
- todos en la cocina dicen que somos novios porque he pasado en varias ocasiones a tu oficina… para nada, por cierto…
- pero se supone que así es, ¿no?... – sonrisa divertida, el auto de Jae saliendo del estacionamiento. El castaño suspiró con fastidio y resignación…
- qué piensas hacer en mi trabajo…. – le pasó el casco a su “novio”… este contrato le volvería loco… “solo 25 días más”
- hablar con tu jefe para que te permita faltar el fin de semana completo y no me pongas excusa alguna para venir conmigo a Haewon….
- no irás a decirle que nosotros…
- no, no, descuida, tengo el pretexto perfecto, y si se opone renuncias a ese empleo y ya… - se colocó el casco…
- no puedo renunciar… -aseveró con molestia… ¿cómo podía el pelinegro tomarse todo tan a la ligera?
- arranca, llevamos aquí horas, vamos, anda… - ignorando sus refunfuños, se abrazó más al castaño, sintiendo cómo se tensaba por el contacto tan cercano de sus cuerpos, sonriendo lascivamente al sentir el trasero del delfín contra su… ¿dormida entrepierna?
………………………………….
La noche cayó cubriendo con su manto la ciudad, la vida nocturna dando inicio en distintos puntos las luces resplandecientes de los principales puntos turísticos iluminando sus amplias calles… alegría, diversión, fiesta, bullicio, juerga, baile, libertad… pero nada de ello tocaba ahora las puertas del corazón de Jae. Ni un solo mensaje, ni una sola llamada, y el día casi terminaba….
- ¿así de fácil te olvidas de mí Yunho?, hasta antes de que hablaras con Yoochun entraba en tu mundo por lo menos una vez al día… - el rubio estaba sentado en un equipal en el balcón de su habitación, el viento soplando movía sus mechones y susurraba en su oído con una melodía melancólica… - creí que podría con esto, que si tú eras feliz con él, yo podría seguir adelante, pero si ya desde este momento duele, moriré si regresan formalmente…
… Quisiera susurrarte cada noche un “Te Amo” y al amanecer corroborarte el “Eternamente”, pero son sueños vagos que se deslizan por el mundo de las fantasías cual verdugos de un silencio adulador al corazón. Como si el tiempo verdaderamente no importara, los años transcurren y yo te sigo amando, como si el infinito se hiciera perdurable y dejara el brillo de esperanza al final de éste camino entrañable. En las estrellas fugaces he depositado el mismo deseo, pero parece no estar ni siquiera en su prodigioso alcance el que un día tú me ames, y sin embargo cada noche me observan titilantes en la bóveda celeste. Palabras más, silencios sordos, fantasías abnegadas, deseos interminables, efímeros anhelos de un Te Quiero se instalan vehemente en éste corazón necio eternamente enamorado…
………………………………..
Hogar Kim. Habitación de ChangMin
- ¡¿y él hizo eso?!... – genuinamente sorprendido, el menor estaba muy metido en la conversación con su hermano… Yoochun pagó su deuda, casi peleó con el expatrón del delfín, y todavía le dobló el sueldo en el restaurante!
- sí, el muy maldito se cree que puede hacer lo que quiera con mi vida… - el castaño estaba sentado en la cama de su hermano, éste en la silla de su escritorio, pero trataba de no elevar la voz porque su madre ya se había dormido…
- pero, es una ventaja, digo, aparte de que te olvidas de pagar el préstamo que tenías en la constructora, ganarás mejor con el aumento que te hará en el restaurante… - el delfín refunfuñó, pero no podía refutar… - creo que el ratón está poniendo demasiado interés en ésta falsa relación, ¿no?
- solo lo hace porque le gusta que todo se haga a su modo… - contravino molesto el delfín…
- qué le dirás a mamá acerca de tu viaje de mañana por todo el fin de semana… -
- la verdad a medias, que tengo que estar en la reapertura del restaurante en Haewon, aunque no le diré que no como empleado, sino como invitado…
…………………………
Eran cerca de las dos de la mañana cuando su móvil lo arrancó del sueño que a duras penas había conseguido después de tanto pensar, pero contestó rápidamente al reconocer el número de la llamada entrante…
- ¿Yunho?...
- Jae, puedes venir a mi departamento, por favor… - escuchó la voz del moreno, con un tono extraño, ahogado, como si tratara de contener dolor, llanto…
- ¿estás bien?... – preguntó mientras se levantaba y buscaba ropa para cambiarse…
- solo, con algunos golpes… -
El rubio colgó y salió disparado de su casa, por suerte sus padres duermen y no tuvo que dar explicación alguna de su repentina, y tardía, salida. Marchó a gran velocidad por las calles, a esa hora sin demasiado transito del cual preocuparse. Aparcó afuera del departamento de su amigo, notando las luces encendidas, bajó y se apresuró al interior del edificio, pulsando el botón del cuarto piso donde se ubica el departamento de Yunho. La puerta estaba abierta, entró y vio al moreno en el sofá, limpiando con algodón la sangre en sus costillas…
- ¿qué pasó?... – el rubio se acercó, tomó él mismo unas gasas y continuó limpiando la herida…
- intento frustrado de asalto… - respondió con voz grave, aguantando las ganas de quejarse por el dolor, una herida de navaja, no muy profunda, a la altura de las costillas de lado izquierdo, varias zonas de un tono rojizo en otras partes de su torso, los que seguramente al día siguiente se convertirán en moretones; los nudillos de sus manos irritados, el labio partido, la ropa sucia…
- ¿te peleaste con unos maleantes?... – sacó de la bolsa en la que el moreno seguro compró las cosas de camino de su encuentro con unos pandilleros, una venda para cubrir la herida…
- era eso o darles mi cartera, mi móvil y hasta las llaves del auto que acabo de comprar…
- Yunho, eso son solo cosas materiales, te pudieron hacer daño grave…
- pero estoy bien, además, se defenderme muy bien y no iba a permitir que se metieran conmigo, uno muestra debilidad una vez y lo hará para toda la vida, me juré no ser débil nunca más desde que tomamos el avión, recuérdalo…
- eres un idiota… - murmuró, le dolía ver a su amigo así, le dolía saber que ha ido cambiando poco a poco… solo por Yoochun, por su deseo de volver con él…
- Yoochun dijo que hablaríamos luego, no me dijo cuándo, pero… - el rubio tomó un algodón nuevo y comenzó a limpiar la herida de su labio… - nos besamos…
Jae paró su actividad, un puñal atravesado en su corazón, miró a los ojos del moreno, veía felicidad, esperanza en ellos, se obligó a no pensar, a no atender su propio dolor y continuó…
- espero que pronto todo se arregle entre ustedes, si se besaron significa que no te ha olvidado… - “aunque no entiendo qué es lo que tiene entonces con Junsu, pero no puedo decirte nada ahora, es mejor que hablen antes”
…………………………
Distrito Yongsan-Gu. Barrio de Haewon.
Sitio turístico reconocido por su influencia occidental, concentra tiendas departamentales de prestigio, restaurantes destacados por su alta cocina y excelente servicio; punto de reunión de la vida nocturno más activa de Seúl.
Yoochun y Junsu llegaron el viernes por la noche, se hospedaron en el hotel de cinco estrellas de la Franquicia Park, a varios minutos del restaurante por reabrir.
- ¡vamos a dormir en la misma habitación!... – cuestionó lentamente el castaño, estaba que sentía que le faltaba el aire… ¡dormir con Yoochun!
- por supuesto, por lo de, bueno, ya sabes, el contrato… - evitó decir la palabra “noviazgo”. Dejó su pequeña maleta en uno de los sofás. La habitación era amplia, bellamente decorada, contaba con una modesta estancia, un minibar, la cama Queen al fondo rodeada por paneles movibles estilo japonés… (n/a perdonen mi ignorancia del término, pero imagínenlo n_n!), un baño con jacuzzi y una hermosa vista de los rascacielos alrededor…
- pero, pero… - el delfín ni siquiera había caminado más allá de la entrada, estaba paralizado por el impacto de la situación…
- descuida, la cama es muy amplia, no invadiré tu espacio… - aseguró con una sonrisa pícara, acercándose a su “novio” para tomarlo por los hombros e instarlo a caminar… - porqué no dejas tu maleta y salimos a tomar algo por ahí, estamos en donde la vida nocturna se inventó… - propuso animado…
Junsu observó la enorme habitación (y eso que no era la suite que el pelinegro dijo no había querido reservar), su casa casi podía caber ahí… y pensó que en el peor de los casos, podría dormir en uno de esos cómodos sofás, salir a divertirse sonaba tentador (aunque fuera con Yoochun), hace tiempo que no hace más que trabajar…
Complacido con su respuesta, el pelinegro se aseguró de asistir a uno de los mejores antros del barrio. Un ambiente inmejorable de fiesta, música moderna poniendo a todos a bailar, hombres y mujeres de distintas edades y nacionalidades divirtiéndose sin reparar en nada a su alrededor, liberando toda esa energía que los motivaba a estar ahí charlando, tomando y bailando.
- ¿quieres tomar algo en especial?… - en la barra, el ratón le preguntó al delfín al oído…
- yo, preferiría no tomar nada… - respondió con un estremecimiento ante esa sensual voz que susurraba en su oído y la cercanía de su “novio” con su cuerpo…
- vamos, Junsu ah, no vas a embriagarte con solo una bebida… - y sin esperar a que su “novio” replicara, se acercó al barman pidiendo dos bebidas que el castaño ni siquiera sabía que contenían… - esta noche vamos a divertirnos… - afirmó con una radiante sonrisa, chocando su vaso con el del castaño, tomando un sorbo y mirando a su alrededor en busca del mejor lugar.
El delfín se supo de un momento a otro en la pista de baile, el pelinegro moviéndose al ritmo de la música, cerca de él, el castaño miró a su alrededor descubriendo que todos ahí estaban demasiado metidos en su propio mundo como para reparar en lo más mínimo en lo demás.
- a ellos no les importa con quién bailes… - susurró con voz varonil, colocando su mano en la cintura del castaño, invitándolo a moverse con él…
Junsu clavó su mirada en las oscuras orbes de Yoochun, tratando de descifrar lo que pasaba por su mente en esos momentos, de porqué se comportaba de aquella manera con él, tratando de descubrir así mismo lo que pasaba con su persona, del motivo por el que se sentía atraído por esos ojos, por esa sonrisa… por esos labios. Movió la cabeza de un lado a otro en un vano intento por espabilar esa clase de pensamientos a la vez que se daba cuenta de que ya bailaba en un ritmo cadencioso con su “novio”, y que no le molestaba en absoluto, tomó de su bebida, sonriendo con alegría hacia el pelinegro.
El ratón imitó al castaño bebiendo de su vaso, sintiendo una caliente sensación en su garganta y cómo sus sentidos se iban desinhibiendo con el pasar de los minutos y después de varias de esas bebidas… igual pasaba con el delfín.
Un par de horas después ya ambos se habían olvidado de preocupación alguna y se dedicaban por entero a divertirse. Yoochun notó cómo chicas y chicos les miraban al bailar, sobre todo a Junsu, cuyos movimientos de cadera eran una tentación hipnótica que obligaban a no despegar tu vista de su cuerpo, de sus facciones gozando del ritmo y la música, incluso de los furtivos roces con el pelinegro, quien celoso por la atención que su “novio” recibía, decidió asegurarse de que todos supieran que era suyo y de nadie más.
Más cuando en su intento por acercarse para besarlo (oh sí, ¡besarlo!) el mismo delfín se pegó por completo a él haciéndole sentir sus entrepiernas rozarse con cada sutil movimiento de cadera, todo pensamiento fue relegado para dar paso al despertar de sus hormonas. Su mano en la espalda del castaño, justo en el nacimiento de ese enorme trasero que ya comenzaba a hacerlo divagar en eróticas fantasías. Escuchó a Junsu jadear contra su cuello y supo que de seguir así perdería toda cordura… y no podía permitirse tal cosa.
Apartó suavemente al castaño, descubriendo esa mirada dilatada, la sonrisa divagada, el carmesí en sus mejillas y su aliento alcohólico… estaba ebrio, no era dueño de sus acciones. Y él no era tan desgraciado como para sacar provecho, porque aunque tomaron la misma cantidad, él tiene más aguante que el delfín y es consciente de la situación.
- vámonos ya, Junsu ah…
- porqué, estoy muy a gusto… - replicó con un pucherito, pegándose nuevamente a él… - sé buen novio, Yoochun ah… - murmuró con esa aguda pero sensual voz que por vez primera escuchaba el pelinegro…
- porque soy buen novio, te digo que es mejor que nos vayamos… - lo hizo quedar de frente a él, la espalda del delfín contra el pecho del ratón, éste abrazando su cintura, instándolo a caminar fuera de la pista… fuera del antro.
- ¿a dónde iremos ahora?... – cuestionó caminando con torpeza…
- al hotel… - respondió sin doble sentido, preocupado por el estado de embriaguez del otro… “creo que ya se porqué no quería tomar, se le subió rápidamente”
- que pervertido eres, Yoochun… - rió escandalosamente al subir al auto del pelinegro…
- no lo dije por ESO… - aclaró acalorado (y eso ya era mucho para él). Aunque no sonaba pero para nada mal tener sexo con el delfín si aún se sentía excitado, él no estaba tan borracho como para no comprender que aquello sería un grave error al que no sometería por nada a Junsu.
- eres más atractivo de cerca… - murmuró el castaño acercándose al pelinegro, depositando un suave beso en la comisura de sus labios, sonriendo como tonto.
Yoochun trató de ignorar ese gesto, pero el pulso ya se le había acelerado y su entrepierna comenzaba a doler entre sus pantalones. Gracias a dios que Junsu se acomodó en el asiento del copiloto y se dedicó a observar atentamente la calle. Llegaron al hotel, el pelinegro se estacionó y luego ayudó a su “novio” a bajar y caminar dentro, subieron al ascensor hasta el piso correspondiente, entraron a su habitación, prendió las luces…
- buscaré tu pijama para que te cambies y duermas… - el castaño no dijo nada, el aire fresco de la noche había despejado un poco la borrachera, pero ahora se sentía mareado, así que simplemente se sentó en el sofá. El ratón buscó el pijama en la maleta del delfín y luego se la pasó… - ve al baño para que te cambies.
Le vio ponerse en pie con el rostro serio, no molesto, no alegre; luego se perdió en el baño, y el pelinegro aprovechó para cambiarse también, un par de minutos después ya los dos estaban en la cama, uno en cada extremo… o al menos esa era la idea…
- ¿qué haces?... – preguntó nervioso el ratón, porque el delfín se había montado a horcajadas sobre él y sentía su respiración contra su rostro, aunque no podía ver claramente por la oscuridad…
- buenas noches… - y sus labios arroparon los de Yoochun, probándolos suavemente, siendo correspondido de la misma manera, convirtiéndose en un dulce beso que tocaba peligrosamente la línea de la pasión…
Continuará……
- ¿salir contigo?... a dónde… - cuestionó con inocencia el castaño, platos con postres de distintos tipos y sabores comenzaban a ser depositados en la mesa…
- cómo que a dónde… - el pelinegro le observó… y entonces cayó en la cuenta de que no le había entendido la intención de su proposición…
- mhh, esto es delicioso… - comenzando a probar, el castaño se llevó a la boca una cucharada de un dulce cremoso que se deshacía en su boca dejándole un sabor agridulce que sensibilizó sus pupilas gustativas… y su rostro era un poema al placer, y el pelinegro no pudo evitar sentir caos al verlo degustar con aquella gracia, la forma en que se llevaba a la boca cada cucharada, podía ver su lengua lamiendo inconscientemente su labio superior disfrutando de cada bocado, la forma en que suspiraba y cerraba los ojos para detectar el sabor exacto…
- ¡mierda!... – murmuró por lo bajo, apartando su vista de Junsu, porque si hubiera seguido, una prominente erección se habría abultado en sus pantalones… y eso no podía pasar, no se ha excitado tan fácilmente con nadie que no fuera Yunho. Es decir, tampoco es de piedra el muchacho, pero para que la temperatura le subiera tenía que inventarse toda una fantasía con el moreno mientras veía pornografía.
- ¡Yoochun!... – el castaño palmeó sus manos para llamar la atención del pelinegro.
- ¿qué?... – saliendo de sus pensamientos, volvió su mirada a su interlocutor…
- yo… ¿de verdad me prestarás el dinero?... – preguntó todo avergonzado…
- ah sí, claro. Ahora mismo te haré la transferencia… - sacó su móvil de una prestigiada marca, e ingresó al sitio virtual del Banco, directo a su cuenta… - ¿cuál es tu número?
- eh… - el castaño vio ese móvil-agenda-computadora y sintió pena por su propio móvil que apenas si contaba con funciones básicas… - antes podrías explicarme los términos en los que me harás el préstamo…
- éste no es lugar para hablar de eso… - el castaño le miró contrariado, ¿qué tenía de malo que hablaran de eso ahí?... – pero descuida… - sonrió, para sorpresa suya, con picardía; aunque el castaño hizo caso omiso de ese gesto, no podía ponerse a malinterpretar nada, ¿cierto? Ni que su jefe, el mujeriego ególatra Park Yoochun ¡fuera gay!... – te lo explicaré más tarde cuando volvamos a la oficina. ¿Tu número?
A pesar de que el mayor Kim presentía que aquello era una peligrosa arma de doble filo, no podía ponerse a pensar demasiado, necesitaba ese dinero para la operación de su madre, y en ése instante Park era su única opción. Así que no dudó en darle su número de cuenta y en cosa de minutos el dinero ya estaba a su disposición… y un gran alivio cubrió su cuerpo, porque ya no tenía que preocuparse por conseguirlo, por lo que rápidamente llamó a su hermano (cosa que molestó al pelinegro porque él solo lo escuchó hablar con un tal “Min” sin saber que se trataba del hermano menor del castaño). Junsu solo tenía una pequeña GRAN inquietud, cómo iba a pagarle a Yoochun?
……………………….
Oficina de Park Yoochun, un par de horas más tarde…
- ¡¡qué!!... – gritó sin poderlo evitar, sus ojos abiertos de par en par, la piel pálida, la respiración alterada, su mente asimilando las palabras del pelinegro… - quieres, que salga contigo… como pareja… eres hombre… - decía suavemente, como si aquello careciera de significado en su mente… - ¡¡¡yo soy hombre!!!- señalándose como si con eso pretendiera que el otro notara su apariencia claramente masculina, el castaño estaba que no cabía en su sorpresa…
- es una suerte que el material que recubre esta ofician haga imposible que se escuche nada desde fuera… - comentó con tono burlón, bastante divertido por la reacción del castaño…
- ¿porqué querrías tú salir, de esa manera, conmigo?
- porque sí, mira, tú necesitas el dinero, yo no tengo problema alguno en prestártelo, sé que no puedes pagármelo, y necesito una pareja…
- qué te crees, que soy un gigolo, o algo así… - espetó ofendido en su orgullo y dignidad… - olvídalo, te regresaré el dinero… - acotó sacando su móvil, esperando que Min no haya hecho ya el pago a la clínica, porque si no…
- espera… - el pelinegro se paró y le arrebató el móvil…
- devuélvemelo… - exigió el castaño…
- no, necesitas el dinero, y no pretendí hacerte ver como alguien que se, “vende por dinero”… - incluso a él le parecía una absurdez el solo mencionarlo de esa forma… -
- no… - tono sarcástico… - entonces qué demonios es lo que pretendes Park Yoochun…
- solo será una farsa, una pantalla, no será algo real, yo necesito un novio, pero no como algo formal…
- ¿eres gay?... – se llevó las manos a la boca, pero era tarde, las palabras ya habían escapado, y con ellas su molestia, reemplazada por vergüenza…
- y qué si lo soy… - respondió enarcando una ceja, sentado en el filo de su escritorio, justo frente al castaño.
- nada… - respondió encogiéndose de hombros, pero una molestia apareció en la boca del estómago del pelinegro… - pero yo no soy gay… - aclaró evadiendo la mirada, sintiendo sus mejillas tomar un calorcito…
- ¿seguro?... – el pelinegro se acercó a él, se agachó apoyando sus manos en los apoyabrazos de la silla y se acercó lentamente al rostro de Junsu… - ¿nunca te has sentido atraído por ningún hombre?... – usando voz grave y seductora, acortaba la poca distancia que quedaba entre sus rostros, dirigiéndose directamente a los apetecibles (él pensó eso?) labios del castaño, quien paralizado en su lugar por ese repentino acercamiento gay, respiraba dificultosamente… lo peor del caso es que sentía sus mejillas ardiendo, el corazón le palpitaba acelerado y sus ojos no hacían caso de sus pensamientos por apartarse de los gruesos labios del pelinegro…
- Yoo… chun… ¡argh! Aléjate de mí, pervertido… - le empujó alejándolo finalmente de él… - no, nunca he sentido atracción por ningún hombre, ya te dije, no soy gay, soy heterosexual me gustan las mujeres, tengo novia… - aclaró ansiosamente, pero el pelinegro solo reía divertido, y tal vez nervioso también por su propio atrevimiento por intentar besarlo, cuando durante esos cuatro años no se había sentido atraído por ningún chico, menos de esa manera… - qué, no me crees…
- sí, claro, te creo, no eres gay… - afirmó, tomando lugar otra vez en su silla… - pero deja te explico de qué va todo esto de salir juntos… - el castaño se removió en su lugar incómodo, pero le dejó continuar… - te mencioné antes que había un evento la próxima semana, y mi madre me ordenó que me presentara con pareja, pero como no pienso darle gusto asistiendo con ninguna de esas tantas chicas que me ha presentado, quiero que vengas conmigo…
- ¿piensas presentarme con tu mamá como tu novio?... – cuestionó… ¿será posible que su expresión pueda mostrar mayor sorpresa de la que ya está marcada en su rostro?
- sí, y con mi hermano, y tal vez con alguna otra persona más… - “Yunho”
- ni hablar… - negó con la cabeza… - no, no puedo, tu madre seguro me despide y no puedo darme el lujo de perder el empleo…
- no te preocupes, te aseguro que no correrá riesgo tu posición laboral en la empresa…
- mh, y salir… hacer ésta farsa, ¿exactamente qué tanto implica?... – no sabe porqué a pesar de que esa proposición es una locura, se siente tentado de ser partícipe de ella… - porque, si tiene que haber besos y otro tipo de demostraciones de afecto, yo creo que no podría, o sea…
- comprendo, no quieres involucrarte… - ¿porqué le seguía generando vuelcos en el estómago, vacíos o incomodidades que diga cosas como esa?... – porqué no hacemos un contrato en el que plasmemos condiciones mutuas acerca de cómo funcionaría esta falsa relación por el siguiente mes?
……………………….
Después de haber discutido por cerca de una hora, Yoochun y Junsu por fin consiguieron dar vida a las cláusulas de su contrato al que llamaron: Contrato YooSu, por aquello de la precaución, y por si llegaba a caer en otras manos, sus nombres permanecieron en el anonimato, llamándose entonces por otros motes: Junsu es el “delfín”, según el pelinegro por su enorme trasero, sobra decir lo escandalizado que se puso el castaño y el tono carmesí que se apoderó de sus mejillas por varios minutos (desde cuándo Park Yoochun había notado su trasero!); el pelinegro por su parte, fue llamado “ratón”. Venganza del castaño netamente, ya que según él, tiene la frente tan amplia como Micky Mouse. En fin, que el contrato se escribió de la siguiente manera…
“CONTRATO YOOSU
El presente se expide con términos privados para el cumplimiento de un acuerdo personal entre el Ratón y el Delfín, obligando a éstos a cumplir con los siguientes puntos:
1. El Ratón y el Delfín actuarán como pareja formal durante un mes a partir de la fecha actual, de modo que los 15 mil dólares prestados al segundo mencionado no serán devueltos al primero.
2. Que actúen como pareja no significa que de hecho sean una, sin embargo, durante este mes ninguno de los implicados puede salir con otra persona.
3. No es necesario el contacto físico más allá de tomarse de la mano o besos en la mejilla. Abrazos, besos en la boca, caricias o algo más íntimo quedan fuera del contrato.
4. Abrazos como muestra de apoyo o un beso en la boca solo pueden ofrecerse o darse si es extremadamente necesario para que se crea que son pareja.
5. El puesto laboral del Delfín no corre riesgo alguno, antes el Ratón está dispuesto a revelar los motivos por los que por principio de cuentas éste contrato se efectúa.
6. Si cualquier regla se rompe el contrato se anula inmediatamente. Si es el Delfín quien lo rompe tendrá que devolver el monto de la cantidad prestada. Si es el Ratón quien lo hace, el dinero no deberá ser pagado.”
……………………….
- hyung, si lo analizas, en el contrato, que por cierto firmaste, eres quien más compromiso tiene… - opinó el menor Kim, una vez que su hermano terminara de contarle acerca de cómo consiguió el dinero de la operación y le mostrara su copia del contrato en que se enfrascó en el mayor Park… - al final, si se cumple o no, Yoochun puede romperlo y no preocuparse por el dinero, pero si tú lo rompes, ¿de dónde sacarías 15 mil dólares?
- ¿y te piensas que voy a hacer algo para romperlo? Claro que no, son solo 30 días de fingir salir con él… - decía en voz baja, ambos sentados en la Sala de Espera de la Clínica, su madre siendo preparada para el trasplante…
- y qué le diremos a mamá cuando despierte… -
- que el dinero lo prestó la compañía, no necesita saber la verdad…
- ¿Junsu?
- ¿qué?
- tú no tienes novia…
- ¿no?... – el castaño se rascó la nuca con torpeza… - cierto, Bo Lee terminó conmigo hace como dos semanas… - el menor pensaba que su hermano era demasiado desinteresado de los noviazgos que ha tenido, comúnmente olvidaba que tenía novia o cuando ya habían terminado… - igual al ratón poco o nada le ha de importar eso, quiere molestar a su madre mientras yo intento que la nuestra recupere su salud…
- hyung, ten cuidado con esto, quieres, Yoo…. El ratón… - corrigió, después de todo se encuentran en un lugar público y aunque el pelinegro no es el único con ese nombre, vale mas no mencionarlo… - no es precisamente santo de tu devoción, y fingir un noviazgo frente a quien sea implicará ciertas cosas que tal vez te incomoden…
- ya sé, por eso nada de besos… - el castaño miró raro a su hermano, porque presentía que Min hablaba del tema como si supiera de ello por experiencia directa…
- a menos que sea extremadamente necesario… - “o realmente termines enamorándote”
…………………………
Departamento de Jung Yunho…
- deprimirte no resolverá nada… - el rubio obligó a su amigo a salir de la cama, en donde se había tirado desde hace un par de horas según entendió del relato del moreno cuando por fin se dignó a contestarle el móvil…
- déjame, Jae… - zafándose del agarre de su amigo, se metió otra vez entre las cobijas… - nada me importa, Yoochun me olvidó, ya no me ama… - sus ojos se anegaron en lágrimas que silenciosamente comenzaron a resbalar por sus mejillas. Jae suspiró y se subió a la cama, se sentó a lado del moreno, recargándose en el respaldo, y automáticamente el moreno se refugió en su regazo, dejando que las caricias de su amigo sobre su cabello le transmitan algo de tranquilidad…
- Yunho, no puedes afirmar tal cosa… - habló despacio, suave, no pretendiendo encender esa parte de la personalidad del moreno que puede llegar a ser iracunda… - ¿acaso viste que se besaran?… - su amigo negó con la cabeza…
- pero vi la confianza con que le hablaba, la forma en que lo miraba, la manera con que le tomó de la muñeca… - soltó con voz amortiguada por el llanto ahogado, era realmente extraño ver a Yunho en esa situación… - fui un tonto al pensar que…
- ¡¡ya deja de decir estupideces!! – interrumpió hablándole fuerte… - antes de ponerte a sacar conclusiones, hay que averiguar primero si Yoochun en verdad tiene novio… - ¿porqué era tan difícil ser el mejor amigo de la persona que amas? ¿Porqué tenía que haberse enamorado de él aún cuando sabía que su corazón tenía dueño? Ah sí, porque el destino tiene una peculiar manera de poner en tu camino todo aquello que necesitas para aprender de la vida, para ganar y perder, para amar y sufrir. O tal vez alcanzar la felicidad, ¿saberlo? Solo el tiempo y las decisiones con que uno va construyendo su propio sendero…
- ¿y qué se supone que hago, le pregunto?... – tono irónico y lastimero…
- sería lo lógico de no ser porque ustedes tienen problemas de comunicación… deja, yo me encargo…
- y cómo harás tú tal cosa…
………………………….
La familia Kim estaba feliz ahora, porque So Lyn hace ya tres días que fue operada y al día siguiente sería dada de alta dado que su nuevo corazón se ha adaptado favorablemente a su organismo.
Así que Junsu estaba radiante y feliz de la vida, y eso era notorio para todos, incluido su nuevo compañero de trabajo. Para Kim Jaejoong era importante y primordial que ese ciclo en la vida de Yunho terminara de una vez, sea que Yoochun y él se líen de nuevo, o que tenga que acompañar al moreno en su melancolía para salir de esa experiencia con la herida sanada… y tal vez, solo tal vez, entrar en su corazón de esa forma en que Yunho ya está en el suyo.
Siendo un chef con prominente futuro, no le fue difícil obtener un empleo en el Restaurante del Hotel Park; menos cuando resultó que sus padres conocen a Jo Nang Park y una llamada bastó para que fuera ubicado; inmediatamente demostró que había valido la pena contratarlo porque su alta cocina fue muy bien recibida entre los comensales. Junsu sintió gran simpatía por él cuando charlaran por vez primera, le dio la impresión de que el rubio, a pesar de tener una mirada fría y apariencia calculadora, una vez que te das la oportunidad de conocerle, es alguien que te transmite una gran confianza, por ello es que se han entendido de maravilla… y es cosa que a cierto pelinegro no le agrada demasiado…
- Junsu, acompáñame a mi oficina, por favor… - se apareció en la cocina simplemente para eso, quien sin decir nada le siguió con los nervios aflorando, hasta el momento ellos se han comportado solo como jefe y empleado, pero cada que se veían o el pelinegro le llamaba, temía que fuera para cambiar eso.
El rubio los vio pasar y le hubiera gustado seguirlos para saber qué con ellos, pero había demasiada gente como para que no lo notaran, así que decidió esperar a poder hablar con el castaño y sonsacarle la verdad de alguna manera.
- supe que te llevas muy bien con el nuevo… - dijo Yoochun en cuanto entraron en su oficina y la puerta quedó cerrada…
- ¿con Jaejoong?... – el ratón afirmó, recargándose en el filo de su escritorio con los brazos cruzados, clavando su mirada en el delfín… - pues sí, es un chico agradable…
- espero no se te haya olvidado nuestro contrato…
- no… - el pelinegro sonrió ante su respuesta, descruzó los brazos y metió las manos en los bolsillos de su pantalón, luego se acercó al castaño, quedando a un paso de él… - algo más… - como odiaba que esas cercanías le pusieran nervioso…
- sí, el fin de semana te vas conmigo a Haewon…
- ¿al Distrito Yongsan-Gu?
- si… reabriremos uno de los restaurantes del lugar, ya sabes, como todo por ahí tiene aires occidentales, quiero que vengas y aprovechamos para disfrutar de la vida nocturna, además de presentarte con mi madre…-dio el paso que lo separaba del castaño y éste a su vez retrocedió con una ceja levantada y su mirada claramente inquieta…
- y qué se supone que hago con mi trabajo, soy responsable de la repostería, ¿ya lo olvidaste?… - ¿porqué Yoochun seguía intentando acercarse más?
- deja que Lee Seung se encargue esos días, se que le has enseñado bien….
- pero, también tengo un empleo por las tardes, saliendo de aquí, no puedo faltar todo el fin de semana… - su espalda chocando contra el muro…
- dime dónde es, y yo me encargo, quiero que vengas conmigo, Junsu ah… - voz sensual, casi completamente pegado al cuerpo del otro…
- yo, esto, bueno…
- por cierto, cuando te presente con mi madre, procura no correrte como ahora, o se va al traste cualquier intento por convencerla de que lo nuestro es cierto… - el castaño suspiró aliviado cuando el pelinegro volvió a darle su espacio…
- sí, sí, ya se, lo haré bien cuando tenga que fingir sentir algo por ti frente a la Sra. Park… - la palabra “fingir” en esa frase produjo una incomodidad en el pelinegro, más el castaño lo había dicho casi con naturalidad, después de todo es lo que es, ¿no? Una pantalla, una farsa…
- puedes retirarte entonces… - dijo con seriedad, cuando el castaño estaba por abrir la puerta… - y no andes platicando tanto con el nuevo…
- se llama Jaejoong, y hablaré con él cuanto me venga en gana, tenemos un contrato y no lo pienso romper, pero eso no te da derecho a tratarme como si fuera de tu propiedad… - aclaró, saliendo enfurruñando de ahí, cómo era que el pelinegro podía en verdad sacarlo de sus casillas tan fácilmente…
- porqué mierda me comporto así contigo… - murmuró hacia la puerta…
………………………
- entonces, estuviste trabajando y estudiando en Boston… - Junsu y Jae conversaban aprovechando la hora de la comida. Lee Seung acababa de irse, ya que él trabaja solo hasta mediodía…
- sí, me fui hace poco más de tres años, la cocina siempre me gustó mucho y decidí estudiar artes culinarias, por aquéllas fechas yo tenía muchas ganas de salir del país, y Estados Unidos es mundialmente conocido por su próspera economía, y sin pensarlo mucho me fui a Boston… - relataba emocionado el rubio, recordando aquellas épocas, cuando conoció a Yunho también…
- vaya, debe ser increíble conocer otros países, yo apenas si he salido de Seúl… - la mirada del castaño era soñadora, imaginaba lo que sería viajar por el mundo e irremediablemente terminó por recordar a Yoochun y su muy buena posición socioeconómica… - me encantaría conocer otras culturas y muchas personas…
- bueno, siendo amigo de Park Yoochun seguro puedes tener algo de eso, ¿no?... – comentó con simpleza, como no queriendo la cosa, llevando un bocado de filete a su boca…
- yo no… yo sólo… trabajo para él… - respondió con marcado nerviosismo, después de todo él no puede (y no quiere) ir por ahí diciendo que es “novio” del pelinegro, y más allá de ese contrato, tampoco puede decirse que sean amigos…
- ¿en serio? Yo pensé que eran amigos, como varias veces te ha llamado a su oficina y es amable contigo, de manera diferente a como es con los demás quiero decir, disculpa si malinterpreté las cosas y te ofendí… - el rubio se sentía mal por sacar provecho de esa buena relación que había establecido con el castaño…
- no, no, descuida… -
……………………………………
Departamento de Jung Yunho…
Jae aprovechó y preparó la cena en el restaurante, y llegó donde el moreno con sentimientos encontrados, anhelaba la felicidad de su amigo, pero dolía saber que no sería a su lado.
- no has comido casi nada… - comentó desde la cocina, abrió el refrigerador y estaba casi vacío, excepto por lo que él mismo le ha dejado cuando le visita, y ello también estaba prácticamente sin tocar…
- no he tenido mucho apetito… - el moreno estaba sentado en la estancia, llevaba ropa sport y se notaba que ha estado ejercitando todo el día porque aún lleva sudada la sudadera….
- faltará que te quieras volver anoréxico, Yunho… - dijo con tono molesto, acomodando en la mesa los cubiertos y platos para la cena… - además, ¡mírate!... – sin levantarse el moreno se miró y luego volteó hacia su amigo con la clara expresión de “qué”… - ni siquiera te preocupas por tu apariencia, es decir, sí, te la pasas todo el día bailando, sales todas las mañanas a correr, vas al gimnasio, pero, Yunho, no es como si Yoochun haya dejado de… quererte… - como duele ser el mejor amigo… - por tu apariencia física, eres atractivo tal como eres… - ligero carmesí… - ¡lo que necesitas cambiar inmediatamente es esa actitud depresiva-indiferente en la que has estado escudándote éstos días y buscarlo de una maldita vez!... – explotó, respiraba agitado, la situación comenzaba a rebasarlo, pero seguiría, de una u otra forma tenía que conseguir que su amigo hablara con el pelinegro…
- creo que me entran mejor las cosas por la mala… - sonriendo, el moreno se sentó a la mesa… - perdóname Jae, solo te saco dolores de cabeza por mi comportamiento, pero te prometo que mañana hablo sí o sí con Yoochun, no importa que tenga novio al fin y al cabo lo que más quería era aclarar lo que pasó cuando me fui a Boston…
- no tienes que disculparte conmigo… - tomó asiento frente a su amigo… - imagino cuán difícil debe ser estar en tus zapatos, el amor puede llegar a ser muy frustrante… - mirada triste, casi perdida…
- ¿estás bien Jae?… - y es que al notar ese cambio de expresión recordó que de un tiempo para acá, tal vez desde un par de meses antes de volver de Estados Unidos, en ocasiones el rubio se pone así, y no le gusta…
- ¿qué?... – levantó la mirada y se topó con la preocupación de su amigo, entonces sintió la tensión en su cuerpo e inmediatamente forzó una sonrisa… - sí, claro, estoy bien, es que el ritmo de trabajo en el restaurante en verdad es agotador, no hay día que no esté lleno… - excusas burdas que jamás podrán justificar su verdadera sufrimiento… - creo que Junsu y Yoochun no son novios…
- ¿Junsu?
- así se llama el chico con el que viste a Yoochun… - “no dejes de sonreír, Jae, no dejes de sonreír” se repetía mentalmente mientras hablaba del tema y procuraba no dejar que sus sentimientos por el moreno traslucieran otra vez… - he hablado algunas ocasiones con él, es un chico muy simpático y trabajador, tiene una personalidad muy agradable…
- genial, hasta a ti te gusta según parece… - comentó con una sonrisa falsa pues sus ojos y la forma en que cortaba el trozo de carne dejaban al descubierto su molestia… ¿y celos tal vez?
- no seas exagerado… - “si yo te amo a ti”… - solo digo lo que Junsu da a conocer, además, te estoy diciendo que no creo que sea novio de Yoochun, esa debería ser una buena noticia para ti, ¿no?... –
- sí, tienes razón… - ¿porqué entonces le molestó la forma en que el rubio habló de ese tal Junsu?
…………………………..
Lee Seung llevó a ChangMin a su casa, cuando a ambos les tocaba guardia por las noches en el hospital como parte de sus prácticas profesionales, el chico de ojos claros solía llevarlo aprovechando que tiene auto, no es la gran cosa, pero mejor que andar en el subterráneo a tan temprana hora. Además, para qué engañarse, se gustan mucho desde hace algunas semanas, y aunque al principio hacían todo lo posible por ocultarlo al otro, últimamente era cada vez más difícil no sonrojarse con gestos que antes consideraban naturales como los roces de manos, algunos abrazos, mutuas sonrisas y miradas nerviosas…
- gracias por traerme… - Min miró el portón de su casa, el sol despuntando en el horizonte… - hoy ni siquiera dormirás… - y es que de ahí, su amigo solo irá a su casa (a no más de 10 minutos) a ducharse, cambiarse, desayunar e ir al trabajo del restaurante…
- descuida, ya prácticamente estoy acostumbrado, además, me cubriste un par de horas en el hospital y dormí lo suficiente… - le dedicó una sonrisa amable… - un café bien cargado y ni se notará…
- bueno, hasta la tarde entonces…
- hasta luego… - y cuando se movieron por un gesto que realmente solo muy contadas ocasiones han hecho y solo en circunstancias especiales (como cuando la madre de Min enfermaba y su amigo le daba apoyo), sus bocas terminaron depositando un suave beso en la boca del otro, colocando un intenso sonrojo en sus rostros… - yo… eh…
- conduce con cuidado… - bajando del auto, el menor Kim sonrió una última vez a su amigo antes de que éste saliera de su estupor y retomara su camino… - estoy enamorado… - su mano en sus labios, sonriendo ampliamente entró a su casa, escuchando ya a su madre preparando el desayuno, y a su hermano cantando en la ducha…- buenos días, mamá… - le saludó en la cocina, dándole un beso en la mejilla… - cómo te sientes hoy…
- muy bien, ya sabes que el Dr. dijo que todo marcha bien… oye, luces muy feliz, otros días llegas durmiéndote, ¿pasó algo especial ChangMin?... – le observó como toda madre que presiente que su hijo se ha enamorado, con una sonrisa comprensiva pero una mirada pícara…
- eh… no, mamá, lo mismo de siempre… - pero el sonrojo en sus mejillas lo delataba…
- buenos días, familia… - saludó el castaño con una radiante sonrisa, ya vestido para el trabajo… - qué tal la guardia, Min… - cuestionó mientras besaba la mejilla de su madre y le revolvía el cabello a su hermano…
- tranquila, me tocó asistir en un par de partos y una cirugía… - comenzaba a relatar el menor…
…………………………………
Yoo Hwan estaba seguro de que su hermano tenía ya una ventaja sobre él respecto a Junsu, pero aún estaba dispuesto a darle pelea, días anteriores se había limitado porque su madre lo mantuvo ocupado con los preparativos en el Distrito Yongsan-Gu. El menor Park vestía pantalones formales oscuros, una camisa de seda color púrpura abotonada hasta el pecho, un saco negro, calzado pulcro y peinado fashion, su mejor perfume y toda la intención de conseguir por mínimo una cita con el castaño.
Entró al hotel con una seductora sonrisa y caminar seguro, antes siquiera de presentarse con Jo Nang como debía, se encaminó hacia el Restaurante, donde ya Yoochun saludaba cordialmente a huéspedes y clientes. Sus miradas se cruzaron un instante cuando el morocho ingresaba al pasillo que lleva a las cocinas, y al observar su expresión el pelinegro comprendió que lo estaba retando; pero el Mayor Park sonrió con tranquilidad, su contrato con el castaño lo mantendría al margen de Yoo Hwan.
El morocho saludó cortésmente a todo el personal, pero pronto su atención se enfocó en el castaño, que le explicaba a Lee Seung la mejor manera de manipular el caramelo caliente…
- Junsu, me acompañas, por favor…
- eh, sí Señor… - le pasó el cucharón plano de madera al chico de ojos claros… - continúa como te dije, ¿de acuerdo?
- claro… - Seung miró extrañado al morocho saliendo por la puerta trasera del local…
- supongo sabes que reabriremos un restaurante en Haewon… - el castaño asintió, ya inquieto por el simple hecho de estar afuera y no en alguna oficina… te gustaría venir y acompañarnos a la reapertura’
- ¿eh?... – confusión (que ya bastante normal se le hacía tratándose de los hermanos Park)… - bueno, yo… - ¿sería correcto si le dice ahora que irá con Yoochun? ¿Y porqué es que Yoo Hwan le invita, si ni siquiera amigos son? ¿Será acaso que los hermanitos se traen un juego entre manos y él es su juguete?
- él vendrá conmigo… - apareció de pronto el pelinegro… - pensaba que fuera una sorpresa, pero creo que mejor te lo digo de una vez… - tomó la mano del castaño, que no hallaba dónde meterse, eso realmente era incómodo y vergonzoso…. – Junsu es mi novio…
El morocho se quedó estupefacto ante tal revelación, es más, no creía que eso fuera posible, pero por el sonrojo en las mejillas del castaño, tuvo la impresión de que lo era, y sintió un extraño ardor en el estómago… Junsu quería que la tierra se abriera y se lo tragara de una vez, nunca en su vida imaginó que sería presentado como el novio… de otro hombre, y aunque una farsa nada más, se siente raro, muy raro…
- bien… - dijo el morocho, sonriendo luego con picardía, aún tenía cartas bajo la manga que usar… - nos vemos en Haewon entonces, Junsu… - y se perdió dentro del restaurante…
- ven, quiero decirte algo… - sintió cómo el delfín se zafaba del agarre, pero le seguía en silencio hasta la oficina del pelinegro… - primero que nada, no quiero que te vayas a ofender, de acuerdo, no lo digo porque piense que lo que tienes no es bueno…
- ¿de qué hablas?... – enarcó una ceja y cruzó los brazos, sentado en la silla frente al pelinegro, el escritorio de por medio…
- cuando termines tu turno podríamos ir a comprarte un par de cambios de ropa para éste fin de semana… - soltó, esperando la explosión verbal de su “novio”…
- realmente no hay en mi guardarropa nada que sea tan elegante como lo que tú usas… - habló con voz suave, mirando su ropa, que si bien en buenas condiciones, seguro no es de las prestigiosas marcas que el pelinegro debe comprar… - pero no me sentiría cómodo…
- porqué no, eres mi novio… - un ligero carmesí coloreó las mejillas de ambos…
- podrías no decirlo, me siento bastante raro cuando lo haces, o sea, delante de tu hermano o de tu madre, o de quienes quieras que sepan que nosotros estamos saliendo, está bien, pero no necesitas hacerlo estando a solas…
- bueno… - aceptó, poniéndose serio, realmente no entendía todo lo que sentía cuando el castaño decía ese tipo de cosas…
- agradezco tu gesto por ofrecerte a comprarme ropa, veré como me las ingenio para vestir a la altura de tu círculo social…
- ok… - pero el pelinegro ya había dejado de verlo, se distraía hojeando una revista de negocios en la que sierre aparecen como una de las mejores cadenas hoteleras del mundo… el castaño aguardó en silencio por si algo más tenía que escuchar, pero cuando ya ninguna palabra salió de labios de Yoochun…
- me retiro… - anunció, poniéndose de pie, sintiéndose incómodo (para variar) por la reacción del pelinegro, en serio parecía molesto ante su negativa… o sería por lo de “no me digas novio estando a solas”… su mano en la perilla, indeciso entre salir o no… suspiró… - ¿porqué estás molesto?... – preguntó girándose hacia el otro, no podía irse sin saber qué pasaba…
- no lo estoy… - pero su tono de voz y el no mirarlo demostraba lo contrario…
- entonces porqué te pusiste serio y te has dignado a ignorarme como si no estuviera aquí… - soltó con el ceño fruncido…
- ahora quién es el molesto… - dijo acercándose al castaño…
- yo no estoy molesto… - se defendió, sintiendo el palpitar acelerado de su corazón conforme la cercanía del pelinegro…
- dime, Junsu, tan mal te caigo que la sola idea de aparentar salir conmigo te incómoda, o que diga que eres mi novio, o que quiera tener detalles contigo como comprarte ropa… - su cuerpo más cerca al del delfín, sus miradas conectadas…
- no es eso, quiero decir, apenas te estoy conociendo, pero igual lo nuestro no es cierto… - evadió la mirada… porqué estaba diciendo esas cosas, qué le estaba pasando…
- eres algo complicado, sabes… - su mano acariciando la mejilla del castaño, quien le miró confundido ante ese gesto, y la sonrisa que le mostraba hizo que se pusiera nervioso y sus mejillas ardieran… - está bien, no insistiré en cosas que te incomoden, te veo luego… - y dejándose llevar, besó la coloreada mejilla del castaño…
- ya, bueno, adiós… - salió apresurado, tratando de controlar sus latidos, de sacar de su cabeza ese último momento con el pelinegro.
Por su lado pasó un chico alto de tez morena que le pareció familiar pero que no consiguió ubicar, le vio dirigirse a la oficina de Yoochun, y un vuelco en su estómago lo hizo sentir extraño e intranquilo respecto a ese muchacho que llamaba a la puerta de su “novio”…
- pasa… - concedió el pelinegro, pensando en que tal vez Junsu volvió, pero su sonrisa se borró cuando vio de quién se trataba… - qué haces aquí, Yunho…
Continuará……
Capítulo 4. Haces Que Me Cuestione…
- necesitamos hablar… - soltó el moreno desde la puerta, mirando profundamente al pelinegro…
- ¿necesitamos? Yo no necesito escucharte, me quedó muy claro cuando durante cuatro años nunca te dignaste siquiera a llamar, no me vengas ahora con que necesitamos hablar… - espetó con molestia… ¿pero porqué no lo corría?
- precisamente por eso quiero que hablemos, déjame explicarte porqué te dejé entonces y no me comuniqué contigo en todo este tiempo… - casi suplicó, comenzando a acercarse al otro…
- en qué idioma tengo que decirte que no quiero escucharte… - pero por alguna razón, había terminado por acercarse al moreno… peligrosamente cerca…
- solo te pido que hablemos, nada más… - su aliento mezclándose con el de Yoochun, labios entreabiertos que pedían a gritos ser besados…
- ¿solo hablar?... – susurró con su varonil voz, la respiración alterada. Se estaba dejando llevar por sus sentimientos, por el deseo reprimido de besar esos labios que por cuatro largos años estuvieron lejos…
- solo hablar… - sus labios redujeron toda distancia encontrándose en un beso hambriento que funcionó como el interruptor que encendió la pasión contenida. Sus labios se movían ansiosamente atrapando los del otro en una afanada caricia ardiente cuyos principales actores eran sus lenguas enredándose lujuriosamente, recorriendo y rememorizando a su vez esa cavidad bucal en que antes tantas veces se debatieron a duelo por un dominio que nunca quedó claro definiendo a un ganador.
El pelinegro sintió cómo era sujetado por la cintura y conducido hacia atrás hasta que topó contra el filo del escritorio, y solo entonces pareció recordar lo que estaba pasando. Se separó bruscamente de ese beso que parecía interminable y le supo delicioso, pero que no debió pasar, no así, no ahora. Empujó al moreno alejándolo de su cuerpo, ordenando los pensamientos en su cabeza, obligando a sus desenfrenadas hormonas a apaciguarse.
Ambos respiraban agitadamente, reconocían cuánto se habían extrañado, lo fácil que sus cuerpos reaccionaron con solo un beso. Yunho se estaba mordiendo la lengua por no decirle justo en ese momento que lo seguía amando como si el tiempo no hubiera pasado, pero temía llegar a alejarlo si lo hacía, porque pensaba que lo que Yoochun menos querría era escuchar eso cuando lo abandonó tan cruelmente años atrás.
- hablaremos después… - “qué diablos hago”… - no sé cuándo, pero no ahora… - clavó su mirada en el moreno… - yo te llamaré…
- está bien… - aunque las cosas no como las planeó, el haber sentido en ese beso las mismas sensaciones de antes le daba la esperanza de poder recuperarlo… - nos vemos luego, Yoochun ah… - sonriendo internamente, el moreno salió de la oficina.
Al pasar por el pasillo que lo lleva fuera, Jae le vio desde la cocina, no pudiendo distinguir su expresión, no sabiendo lo que había pasado; quería correr y alcanzarlo y preguntar, pero estaba seguro que no habían vuelto por el poco tiempo que pasara desde que entró a la oficina; así que decidió esperar un poco a ver si le llamaba o le mandaba algún mensaje para contarle lo que sea que haya sucedido. Junsu también vio pasar al chico que se topara antes, y no sabe porqué es que le seguía causando una extraña inquietud, porqué sentía cierta apatía hacia él, sin siquiera conocerlo, sin tener motivo alguno para juzgarle de esa manera… sin lograr recordar dónde le vio antes.
En su oficina, el pelinegro suspiró y resopló con frustración. Después de todo había caído fácilmente, su corazón traicionero había tomado control de sus acciones llevándolo a besar con aquella pasión que siempre transpiraba por los poros de su piel tratándose del moreno, descubriendo que había sido casi como si el tiempo no hubiera pasado… llevó sus dedos a su boca, palpando en sus labios la sensación de añoranza que justo ahora menos necesitaba…
………………………………
Oficina de Jo Nang
- supe que tú y tu hermano han estado rondando a uno de los empleados, específicamente un chico llamado Kim Junsu, el repostero…
- “rondando” suena acusador viniendo desde de tu voz, madre… - el morocho veía con unos binoculares la ciudad desde el ventanal de la oficina, una preciosa vista era la que tenía desde lo alto…
- también supe que Jung Yunho volvió, y que estuvo en la oficina de Yoochun hace unos minutos… - continuó la mujer, firmando algunos documentos…
- algo de eso escuché, lo que me intriga es la manera en que tú te enteras de todo desde acá arriba… - y es que la oficina principal de la Franquicia Park se ubica en el último piso del gran edificio…
- hace cuatro años le advertí que no quería volver a verlo en nuestra casa… - siguió la Sra. Park, haciendo caso omiso del comentario de su hijo mejor… - pero tu hermano le ha estado esperando, a pesar del enojo que siente por su partida, su sentimiento por Yunho podría ser más fuerte y volver a su lado…
- qué tengo que ver yo en eso… - cuestionó contrariado e intrigado, apartándose del ventanal, caminando por la amplia oficina, mirando todo a su alrededor con un interés inexistente…
- sé que a tu hermano le atrae ese chico, Kim Junsu, y sé que tú estás tras de él solo por molestarlo, quiero que sigas en ello, quiero que consigas que tu propio hermano se enamore del chico… - el morocho paró, volteó hacia el escritorio de su madre, quien ahora guardaba todos esos documentos en una carpeta de piel…
- porqué… - atinó a preguntar unos instantes después…
- porque de ningún modo permitiré que Yoochun vuelva con Yunho, pero si se lo prohíbo solo incentivaré su deseo de estar juntos, además, es mayor de edad y puede hacer lo que quiera…
- ¿y si yo estuviera genuinamente interesado en Junsu?... – su madre finalmente le dirigió la mirada…
- si lo estuvieras, no estarías escuchando con tranquilidad, ni tendrías esa mirada de diversión, tus ojos estarían inyectados de molestia e inconformidad. Y si lo estuvieras, si el chico te gustara más allá de solo pasar el rato, no estarías intentando conquistarlo, hubieras intentado ser genuino con él… - “punto a su favor” pensó el morocho, sonriendo de medio lado. Aunque igual había una pequeña inquietud asentada en su estómago… Junsu.
- tengo una duda…
- ¿porqué si tomo tan tranquilamente la preferencia sexual de mis hijos, sigo citando a Yoochun con mujeres?
- justamente, madre…
- porque las madres solemos saber cómo lograr que nuestros hijos lleguen a lo que y donde, nosotras queremos…
- manipulación… - soltó el morocho con una indescifrable sonrisa…
- yo le llamo amor…- replicó amablemente la mujer… - ¿harás lo que te pido?
- porqué no, siempre es divertido sacarle celos a mi hyung…
……………………….
Cocina del Restaurante…
- oye, Junsu, tú sabes que somos buenos amigos desde que conozco a ChangMin, y que no suelo andar por ahí diciendo todo lo que escucho, pero, puedo preguntarte qué tanto es lo que quiere Yoochun contigo en su oficina en los últimos días…
- y me preguntes eso porque lo que ya se rumora es… - el castaño miró hacia su lado derecho, donde varios compañeros trabajan elaborando diversos platillos, notando que era observado de reojo por algunos…
- que son novios, o algo así… - soltó el chico de ojos claros, decorando unas copas de helado que debían ser entregadas ya en las mesas…
- que buena imaginación tienen… - comentó con una falsa sonrisa que no ocultaba su preocupación y molestia porque se metieran en su vida…
- digo, a mí no me importaría si así fuera, cada quien tiene derecho a salir con quien quiera, no importa si es alguien de su mismo sexo…
- lo sé, así que cuándo piensas declarártele a mi hermano, eh… - aprovechó para evadir, notando el sonrojo en su amigo…
- cómo, porqué… desde cuándo sabes que… ¿no te importa?... – habló con marcado nerviosismo…
- la verdad es que tú y Min hacen buena pareja, se entienden muy bien, se apoyan mutuamente, y creo que el cariño que se tienen es más que amistad desde hace algún tiempo; y no, no me importa, si Min es feliz, yo jamás me opondría a sus decisiones… - respondió con una sonrisa…
- la verdad es que sí he pensando en pedírselo… - aceptó, bajando la voz para que nadie más escuchara… y también por la propia vergüenza… - pero me da un poco de temor…
- porqué… - “si es claro que Min siente igual” pensó…
- porque… no quiero faltarle al respeto a tu madre saliendo con su hijo menor, ella ha sido muy buena conmigo desde que visité por vez primera tu casa; no sé, creo que si no fuéramos hombres sería más fácil… no sé si me entiendas…
- un poco, creo… - “qué pensará mamá de las relaciones gay”
………………………..
Mientras Yunho paseaba por las principales calles del centro de la ciudad buscando empleo, se encontraba de mejor humor, aunque los nervios lo consumían por la espera del momento de por fin hablar con Yoochun. En tanto que Jae contaba los minutos faltantes para salir del trabajo y refugiarse en algún lugar para liberar su dolor… a pesar de que quería la felicidad de su amigo, ello no significaba que sufriera el rompimiento de todas sus esperanzas con él… y los recuerdos de cómo se conocieron se encadenaron en sus pensamientos…
……flashback…….
Boston, Massachusetts. Estados Unidos. 3 años atrás.
Kim Jaejoong tenía un par de semanas en la ciudad y mucho en ella aún le resultaba toda una novedad… el idioma incluido, pues apenas si conocía palabras y frases clave que le permitían comunicarse, por lo pronto se había inscrito en un curso intensivo que le aseguraba hablarlo fluidamente en cosa de meses. La Escuela de Cocina le resultó un poco complicada al principio por causa del inglés, pero al poco tiempo fue familiarizándose con los términos para los ingredientes y demás herramientas.
Por su posición económica no se vio en la necesidad de conseguir un empleo de media jornada, por lo que tenía tiempo para salir a conocer y divertirse. Fue una tarde soleada cuando conoció a ese atractivo chico de tez morena y rasgos claramente orientales, bellos ojos de un café intenso que miraban con una calidez profunda, ceja tupida perfectamente acomodada dándole un toque sensual y varonil, labios gruesos delineados en un gesto de seriedad. Pudo notar en ese joven que algo acongojaba su alma y como si el destino lo hubiera dispuesto, no dudó en acercarse a la mesa del Café en que se encontraba hojeando un libro… de leyes según observó en la tapa del mismo.
- hola, buenas tardes… - saludó Jae, en aquél entonces su cabello de un tono oscuro, con una gentil sonrisa.
- buenas tardes… - correspondió el moreno, más por educación que por verdaderamente haber sentido interés en ese instante por el chico…
- te molesta si me siento… - cuestionó el pelioscuro, contento de haber encontrado a un paisano con quien hablar fluidamente su idioma natural…
- mh, no… - entonces el moreno en verdad puso atención en su “acompañante” y curvó una ligera sonrisa, de esas que desde hace un año tanto le cuesta mostrar… - adelante… - dejó el libro sobre la mesa…
- eres coreano, verdad…. – se sentó frente al moreno, quien asintió a su cuestionamiento…- me llamo Kim Jaejoong…
- Jung Yunho, mucho gusto… - estrechó la mano de ese chico quien tan fácilmente le inspiraba confianza… - ¿café?
Y así, un par de chicos que se sentían ajenos a mucho en aquél país de costumbres tan divergentes de las propias, coincidieron por vez primera en modesto local de la zona centro, charlaron por un par de horas de cosas que extrañaban de Seúl y de los motivos por los que se encontraban en ese Estado norteamericano.
Poco a poco fueron teniéndose más confianza y fortalecieron el lazo que los unía solidificándolo en una sincera y profunda amistad. Pero no fue sino hasta casi el año de conocerse que Jae se dio cuenta de cuán enamorado estaba ya de Yunho. Desde la adolescencia descubrió que sus intereses románticos se encontraban en los chicos, pero el amor que creció en su interior por el moreno le asustaba… no porque temiera no ser correspondido, ya ambos sabían de las preferencias sexuales del otro… el asunto se centraba en la renuencia del moreno por relacionarse formalmente con nadie, estaba seguro el (en ese entonces) castaño claro de que esa actitud tenía todo que ver con algo que su amigo aún le oculta y sucedió antes de mudarse a Boston.
Muchas veces se ha tragado ya sus declaraciones de amor por no arruinar su amistad con Yunho, pero sabe que eso solo lo hace que se hunda en un pozo de soledad y tristeza silenciosa del que un dí no podrá escapar ni cubrir en la ilusión del amigo perfecto que siempre tiene las palabras indicadas y una transparente sonrisa para animar a su amigo…
Era una noche lluviosa cuando el moreno y el castaño oscuro se encontraban en el departamento de éste último, que Yunho por fin abrió su corazón… y con ello nubló toda luz de esperanza en Jae por entrar en su corazón…
- se llama Yoochun, es por él que no puedo tener relación alguna con nadie más, no solo por el hecho de que no terminamos cuando partí de Seúl, sino porque le sigo amando con la misma fuerza…
- pero… ¿entonces porqué dices que nunca le has llamado desde que te viniste?... – las gotas de lluvia chocaban con estruendo contra las ventanas por las ventiscas que soplaban afuera… sus lágrimas tragadas, llorando solo internamente…
- porque soy un cobarde, preferí dejarlo antes que enfrentar a mis padres, con qué cara me iba a atrever a llamarlo si no iba a poder explicarle todo lo sucedido, si con eso lo ponía en riesgo… sino podía ofrecerle nada, aún cuando nos amaramos, también tenía que pensar en la herida que ya le había ocasionado, esa misma que se convertiría en el origen de nuevas dudas e inquietudes, Yoochun estará mejor son mí, así mis padres no le harán daño alguno…
- ¿en verdad crees que tus padres habrían sido capaces de lastimarlo?... – preguntó con incredulidad, pero comprendiendo ahora porqué nunca le ha invitado a su casa, porqué no tiene amigos varones, porqué son pocas las veces incluso que está ahí, en su departamento…
- mis padres son mi peor pesadilla, y hasta que esté seguro de que nada me ata a ellos, Yoochun solo puede ser parte de mi pasado…
Más nada se habló del tema ese día, Jae comprendió entonces todo el peso que cargaba sobre sus hombros el moreno, porque los Sres. Jung impusieron de cruel manera sobre él su voluntad hermética de hijo varón. Y se juró ese mismo día que seguiría amando al moreno en inquebrantable silencio, renunció al sueño de estar a su lado como pareja, pero tomó la misión de ayudarlo a ser feliz acompañándolo como su mejor amigo, así sea por la eternidad.
…….flashback……
- hasta mañana, Jaejoong… - se despidieron del rubio sus compañeros…
- hasta mañana… - les despedía con una reverencia y una amable sonrisa. Guardó su uniforme en su locker personal, se colocó la chaqueta, tomó su bolso y salió del restaurante.
En tanto subía a su auto en el estacionamiento…
- ¿qué haces?... – cuestionó sorprendido y nervioso el castaño, mirando para todos lados por si alguien veía…. Y es que el pelinegro se acababa de subir a su moto atrás de él…
- te acompaño a tu otro empleo… - respondió sonriente, sujetándose de la cintura del delfín, ocasionándole un estremecimiento…
- porqué, baja, ya tengo suficiente de miraditas y murmullos en torno a mí por tu culpa… - intentaba que el ratón quitara sus manos de su cintura… sin éxito alguno por supuesto…
- qué miraditas y murmullos… - tono celoso, ceño fruncido…
- todos en la cocina dicen que somos novios porque he pasado en varias ocasiones a tu oficina… para nada, por cierto…
- pero se supone que así es, ¿no?... – sonrisa divertida, el auto de Jae saliendo del estacionamiento. El castaño suspiró con fastidio y resignación…
- qué piensas hacer en mi trabajo…. – le pasó el casco a su “novio”… este contrato le volvería loco… “solo 25 días más”
- hablar con tu jefe para que te permita faltar el fin de semana completo y no me pongas excusa alguna para venir conmigo a Haewon….
- no irás a decirle que nosotros…
- no, no, descuida, tengo el pretexto perfecto, y si se opone renuncias a ese empleo y ya… - se colocó el casco…
- no puedo renunciar… -aseveró con molestia… ¿cómo podía el pelinegro tomarse todo tan a la ligera?
- arranca, llevamos aquí horas, vamos, anda… - ignorando sus refunfuños, se abrazó más al castaño, sintiendo cómo se tensaba por el contacto tan cercano de sus cuerpos, sonriendo lascivamente al sentir el trasero del delfín contra su… ¿dormida entrepierna?
………………………………….
La noche cayó cubriendo con su manto la ciudad, la vida nocturna dando inicio en distintos puntos las luces resplandecientes de los principales puntos turísticos iluminando sus amplias calles… alegría, diversión, fiesta, bullicio, juerga, baile, libertad… pero nada de ello tocaba ahora las puertas del corazón de Jae. Ni un solo mensaje, ni una sola llamada, y el día casi terminaba….
- ¿así de fácil te olvidas de mí Yunho?, hasta antes de que hablaras con Yoochun entraba en tu mundo por lo menos una vez al día… - el rubio estaba sentado en un equipal en el balcón de su habitación, el viento soplando movía sus mechones y susurraba en su oído con una melodía melancólica… - creí que podría con esto, que si tú eras feliz con él, yo podría seguir adelante, pero si ya desde este momento duele, moriré si regresan formalmente…
… Quisiera susurrarte cada noche un “Te Amo” y al amanecer corroborarte el “Eternamente”, pero son sueños vagos que se deslizan por el mundo de las fantasías cual verdugos de un silencio adulador al corazón. Como si el tiempo verdaderamente no importara, los años transcurren y yo te sigo amando, como si el infinito se hiciera perdurable y dejara el brillo de esperanza al final de éste camino entrañable. En las estrellas fugaces he depositado el mismo deseo, pero parece no estar ni siquiera en su prodigioso alcance el que un día tú me ames, y sin embargo cada noche me observan titilantes en la bóveda celeste. Palabras más, silencios sordos, fantasías abnegadas, deseos interminables, efímeros anhelos de un Te Quiero se instalan vehemente en éste corazón necio eternamente enamorado…
………………………………..
Hogar Kim. Habitación de ChangMin
- ¡¿y él hizo eso?!... – genuinamente sorprendido, el menor estaba muy metido en la conversación con su hermano… Yoochun pagó su deuda, casi peleó con el expatrón del delfín, y todavía le dobló el sueldo en el restaurante!
- sí, el muy maldito se cree que puede hacer lo que quiera con mi vida… - el castaño estaba sentado en la cama de su hermano, éste en la silla de su escritorio, pero trataba de no elevar la voz porque su madre ya se había dormido…
- pero, es una ventaja, digo, aparte de que te olvidas de pagar el préstamo que tenías en la constructora, ganarás mejor con el aumento que te hará en el restaurante… - el delfín refunfuñó, pero no podía refutar… - creo que el ratón está poniendo demasiado interés en ésta falsa relación, ¿no?
- solo lo hace porque le gusta que todo se haga a su modo… - contravino molesto el delfín…
- qué le dirás a mamá acerca de tu viaje de mañana por todo el fin de semana… -
- la verdad a medias, que tengo que estar en la reapertura del restaurante en Haewon, aunque no le diré que no como empleado, sino como invitado…
…………………………
Eran cerca de las dos de la mañana cuando su móvil lo arrancó del sueño que a duras penas había conseguido después de tanto pensar, pero contestó rápidamente al reconocer el número de la llamada entrante…
- ¿Yunho?...
- Jae, puedes venir a mi departamento, por favor… - escuchó la voz del moreno, con un tono extraño, ahogado, como si tratara de contener dolor, llanto…
- ¿estás bien?... – preguntó mientras se levantaba y buscaba ropa para cambiarse…
- solo, con algunos golpes… -
El rubio colgó y salió disparado de su casa, por suerte sus padres duermen y no tuvo que dar explicación alguna de su repentina, y tardía, salida. Marchó a gran velocidad por las calles, a esa hora sin demasiado transito del cual preocuparse. Aparcó afuera del departamento de su amigo, notando las luces encendidas, bajó y se apresuró al interior del edificio, pulsando el botón del cuarto piso donde se ubica el departamento de Yunho. La puerta estaba abierta, entró y vio al moreno en el sofá, limpiando con algodón la sangre en sus costillas…
- ¿qué pasó?... – el rubio se acercó, tomó él mismo unas gasas y continuó limpiando la herida…
- intento frustrado de asalto… - respondió con voz grave, aguantando las ganas de quejarse por el dolor, una herida de navaja, no muy profunda, a la altura de las costillas de lado izquierdo, varias zonas de un tono rojizo en otras partes de su torso, los que seguramente al día siguiente se convertirán en moretones; los nudillos de sus manos irritados, el labio partido, la ropa sucia…
- ¿te peleaste con unos maleantes?... – sacó de la bolsa en la que el moreno seguro compró las cosas de camino de su encuentro con unos pandilleros, una venda para cubrir la herida…
- era eso o darles mi cartera, mi móvil y hasta las llaves del auto que acabo de comprar…
- Yunho, eso son solo cosas materiales, te pudieron hacer daño grave…
- pero estoy bien, además, se defenderme muy bien y no iba a permitir que se metieran conmigo, uno muestra debilidad una vez y lo hará para toda la vida, me juré no ser débil nunca más desde que tomamos el avión, recuérdalo…
- eres un idiota… - murmuró, le dolía ver a su amigo así, le dolía saber que ha ido cambiando poco a poco… solo por Yoochun, por su deseo de volver con él…
- Yoochun dijo que hablaríamos luego, no me dijo cuándo, pero… - el rubio tomó un algodón nuevo y comenzó a limpiar la herida de su labio… - nos besamos…
Jae paró su actividad, un puñal atravesado en su corazón, miró a los ojos del moreno, veía felicidad, esperanza en ellos, se obligó a no pensar, a no atender su propio dolor y continuó…
- espero que pronto todo se arregle entre ustedes, si se besaron significa que no te ha olvidado… - “aunque no entiendo qué es lo que tiene entonces con Junsu, pero no puedo decirte nada ahora, es mejor que hablen antes”
…………………………
Distrito Yongsan-Gu. Barrio de Haewon.
Sitio turístico reconocido por su influencia occidental, concentra tiendas departamentales de prestigio, restaurantes destacados por su alta cocina y excelente servicio; punto de reunión de la vida nocturno más activa de Seúl.
Yoochun y Junsu llegaron el viernes por la noche, se hospedaron en el hotel de cinco estrellas de la Franquicia Park, a varios minutos del restaurante por reabrir.
- ¡vamos a dormir en la misma habitación!... – cuestionó lentamente el castaño, estaba que sentía que le faltaba el aire… ¡dormir con Yoochun!
- por supuesto, por lo de, bueno, ya sabes, el contrato… - evitó decir la palabra “noviazgo”. Dejó su pequeña maleta en uno de los sofás. La habitación era amplia, bellamente decorada, contaba con una modesta estancia, un minibar, la cama Queen al fondo rodeada por paneles movibles estilo japonés… (n/a perdonen mi ignorancia del término, pero imagínenlo n_n!), un baño con jacuzzi y una hermosa vista de los rascacielos alrededor…
- pero, pero… - el delfín ni siquiera había caminado más allá de la entrada, estaba paralizado por el impacto de la situación…
- descuida, la cama es muy amplia, no invadiré tu espacio… - aseguró con una sonrisa pícara, acercándose a su “novio” para tomarlo por los hombros e instarlo a caminar… - porqué no dejas tu maleta y salimos a tomar algo por ahí, estamos en donde la vida nocturna se inventó… - propuso animado…
Junsu observó la enorme habitación (y eso que no era la suite que el pelinegro dijo no había querido reservar), su casa casi podía caber ahí… y pensó que en el peor de los casos, podría dormir en uno de esos cómodos sofás, salir a divertirse sonaba tentador (aunque fuera con Yoochun), hace tiempo que no hace más que trabajar…
Complacido con su respuesta, el pelinegro se aseguró de asistir a uno de los mejores antros del barrio. Un ambiente inmejorable de fiesta, música moderna poniendo a todos a bailar, hombres y mujeres de distintas edades y nacionalidades divirtiéndose sin reparar en nada a su alrededor, liberando toda esa energía que los motivaba a estar ahí charlando, tomando y bailando.
- ¿quieres tomar algo en especial?… - en la barra, el ratón le preguntó al delfín al oído…
- yo, preferiría no tomar nada… - respondió con un estremecimiento ante esa sensual voz que susurraba en su oído y la cercanía de su “novio” con su cuerpo…
- vamos, Junsu ah, no vas a embriagarte con solo una bebida… - y sin esperar a que su “novio” replicara, se acercó al barman pidiendo dos bebidas que el castaño ni siquiera sabía que contenían… - esta noche vamos a divertirnos… - afirmó con una radiante sonrisa, chocando su vaso con el del castaño, tomando un sorbo y mirando a su alrededor en busca del mejor lugar.
El delfín se supo de un momento a otro en la pista de baile, el pelinegro moviéndose al ritmo de la música, cerca de él, el castaño miró a su alrededor descubriendo que todos ahí estaban demasiado metidos en su propio mundo como para reparar en lo más mínimo en lo demás.
- a ellos no les importa con quién bailes… - susurró con voz varonil, colocando su mano en la cintura del castaño, invitándolo a moverse con él…
Junsu clavó su mirada en las oscuras orbes de Yoochun, tratando de descifrar lo que pasaba por su mente en esos momentos, de porqué se comportaba de aquella manera con él, tratando de descubrir así mismo lo que pasaba con su persona, del motivo por el que se sentía atraído por esos ojos, por esa sonrisa… por esos labios. Movió la cabeza de un lado a otro en un vano intento por espabilar esa clase de pensamientos a la vez que se daba cuenta de que ya bailaba en un ritmo cadencioso con su “novio”, y que no le molestaba en absoluto, tomó de su bebida, sonriendo con alegría hacia el pelinegro.
El ratón imitó al castaño bebiendo de su vaso, sintiendo una caliente sensación en su garganta y cómo sus sentidos se iban desinhibiendo con el pasar de los minutos y después de varias de esas bebidas… igual pasaba con el delfín.
Un par de horas después ya ambos se habían olvidado de preocupación alguna y se dedicaban por entero a divertirse. Yoochun notó cómo chicas y chicos les miraban al bailar, sobre todo a Junsu, cuyos movimientos de cadera eran una tentación hipnótica que obligaban a no despegar tu vista de su cuerpo, de sus facciones gozando del ritmo y la música, incluso de los furtivos roces con el pelinegro, quien celoso por la atención que su “novio” recibía, decidió asegurarse de que todos supieran que era suyo y de nadie más.
Más cuando en su intento por acercarse para besarlo (oh sí, ¡besarlo!) el mismo delfín se pegó por completo a él haciéndole sentir sus entrepiernas rozarse con cada sutil movimiento de cadera, todo pensamiento fue relegado para dar paso al despertar de sus hormonas. Su mano en la espalda del castaño, justo en el nacimiento de ese enorme trasero que ya comenzaba a hacerlo divagar en eróticas fantasías. Escuchó a Junsu jadear contra su cuello y supo que de seguir así perdería toda cordura… y no podía permitirse tal cosa.
Apartó suavemente al castaño, descubriendo esa mirada dilatada, la sonrisa divagada, el carmesí en sus mejillas y su aliento alcohólico… estaba ebrio, no era dueño de sus acciones. Y él no era tan desgraciado como para sacar provecho, porque aunque tomaron la misma cantidad, él tiene más aguante que el delfín y es consciente de la situación.
- vámonos ya, Junsu ah…
- porqué, estoy muy a gusto… - replicó con un pucherito, pegándose nuevamente a él… - sé buen novio, Yoochun ah… - murmuró con esa aguda pero sensual voz que por vez primera escuchaba el pelinegro…
- porque soy buen novio, te digo que es mejor que nos vayamos… - lo hizo quedar de frente a él, la espalda del delfín contra el pecho del ratón, éste abrazando su cintura, instándolo a caminar fuera de la pista… fuera del antro.
- ¿a dónde iremos ahora?... – cuestionó caminando con torpeza…
- al hotel… - respondió sin doble sentido, preocupado por el estado de embriaguez del otro… “creo que ya se porqué no quería tomar, se le subió rápidamente”
- que pervertido eres, Yoochun… - rió escandalosamente al subir al auto del pelinegro…
- no lo dije por ESO… - aclaró acalorado (y eso ya era mucho para él). Aunque no sonaba pero para nada mal tener sexo con el delfín si aún se sentía excitado, él no estaba tan borracho como para no comprender que aquello sería un grave error al que no sometería por nada a Junsu.
- eres más atractivo de cerca… - murmuró el castaño acercándose al pelinegro, depositando un suave beso en la comisura de sus labios, sonriendo como tonto.
Yoochun trató de ignorar ese gesto, pero el pulso ya se le había acelerado y su entrepierna comenzaba a doler entre sus pantalones. Gracias a dios que Junsu se acomodó en el asiento del copiloto y se dedicó a observar atentamente la calle. Llegaron al hotel, el pelinegro se estacionó y luego ayudó a su “novio” a bajar y caminar dentro, subieron al ascensor hasta el piso correspondiente, entraron a su habitación, prendió las luces…
- buscaré tu pijama para que te cambies y duermas… - el castaño no dijo nada, el aire fresco de la noche había despejado un poco la borrachera, pero ahora se sentía mareado, así que simplemente se sentó en el sofá. El ratón buscó el pijama en la maleta del delfín y luego se la pasó… - ve al baño para que te cambies.
Le vio ponerse en pie con el rostro serio, no molesto, no alegre; luego se perdió en el baño, y el pelinegro aprovechó para cambiarse también, un par de minutos después ya los dos estaban en la cama, uno en cada extremo… o al menos esa era la idea…
- ¿qué haces?... – preguntó nervioso el ratón, porque el delfín se había montado a horcajadas sobre él y sentía su respiración contra su rostro, aunque no podía ver claramente por la oscuridad…
- buenas noches… - y sus labios arroparon los de Yoochun, probándolos suavemente, siendo correspondido de la misma manera, convirtiéndose en un dulce beso que tocaba peligrosamente la línea de la pasión…
Continuará……
ohh junsu va a violar al delfin!! ^^
ResponderEliminarAh? junsu y el delfin son el mismo xD
ResponderEliminarLo Ameee <3 es el mejor *-* Amo el yoosu
Y Tan bueno k es Mi Chunnie~
Demasiado adictivo
Feña~
waaaaaaaaaaa! pobrecito Jae! ToT
ResponderEliminarte odio Yunho!!! (?
hahahahah! & Junsu quiere violar a Yoochun...
creo que eso es lo que intentaban decir en los coments anteriores! xDDDDDD
omg...... el delfin beso al raton........ y q pasara les dara la pasion..
ResponderEliminary podre jae... el babo de yh no se da cuenta q d sus sentimiento.. eta sufriendo mi boojae... ahhhh ... lo perderas si no te das cuenta yh babo...
es como la 5 vez que lo leo y cada vez me gusta mas amo este fanfic... amo a yoochun seductor y junsu peleando por si esta o no atraido por el pelinegro jajajaj
ResponderEliminarNo entiendo a la señora Park y justo ahora se me vienen ideas al respecto. Odiaría que después de este dilema en el que Mi Chunnie y Junsu están liados terminen siendo víctimas de los planes de su mamá. En serio quiero que Junsu le guste para yerno. OMG se besaron!!! Y parab rematar Jae tiene mi corazón hecho pomada. cómo es que Yunho no ve el amor en sus acciones, en la forma en que lo mira y está para él. Ay Jae amas demaciado a Yunho.
ResponderEliminar