Capítulo 5. Tretas Del Destino
Junsu no estaba pensando, en verdad que no se daba cuenta (no con esa parte racional) de lo que estaba haciendo; era simplemente el calor de su cuerpo que lo orillaba a hacer aquello, besar con tanta calma y gusto esos labios masculinos que se movían en un compás suave complementando los suyos, atrapándolos con gentileza, deslizando su lengua a lo largo de ellos, incitándolo a profanar con ese músculo su boca, recibiéndole con gusto, saludándola con amabilidad, permitiendo que resbalen una contra la otra, que se enreden con gracia… que el beso les consuma el aliento y las hormonas los guíen.
Yoochun cambió la posición de un solo movimiento, ahora era el castaño el que estaba abajo y él sobre sus caderas, besando su cuello, pasando sus manos por debajo de la parte superior del pijama, palpando su piel suave como la seda, caliente como el fuego.
- mmhhh… - gimió el delfín por esa boca que traviesa dejaba besos en su cuello, por esa lengua pecaminosa que lamía su lóbulo… - Yoo…chun… - murmuró apenas, la voz excitada, sus manos torpes por el alcohol tratando de apartar las sábanas que se habían enredado entre ellos, impidiéndole tocar al pelinegro…
- Junsu… - y con solo pronunciar su nombre, algo hizo clic en su mente y paró de repartir besos y caricias en ese cuerpo… - qué estoy haciendo… - susurró para sí mismo, bajando de la cama, su cuerpo ardiente reclamando la falta de calor del otro ser…
- Yoo…Chunnie… - llamó el castaño con voz adormilada, sintiendo mareo pero apartando las sábanas para ir en busca de su “novio”, quien ya se había encaminado al minibar de la habitación… - ¿hice algo mal?... – cuestionó como lo haría un niño que no tiene idea de la magnitud de sus acciones… con infinita ternura e inocencia…
- no, Junsu… - el pelinegro se acercó tomándole las mejillas con suavidad… - no estás en tus cinco sentidos, y estoy seguro de que esto no es realmente lo que quieres… - el castaño le miró con una tierna sonrisa, sus ojos casi cerrados… - duerme, delfín… anda… - le tomó por los hombros y lo hizo girarse para darle un pequeño empujoncito para que se retirara… antes de en realidad perder el control…
- buenas noches, Yoochun ah… - más dormido que despierto, casi como si de un segundo a otro todo deseo erótico hubiera desaparecido de su cuerpo, el castaño volvió a la cama, cayendo en un profundo sueño a los pocos minutos…
El pelinegro se sentó en el sofá con una copa de vino en la mano, haciendo un esfuerzo sobrehumano por entender qué diantres estaba pasando con él, porqué era que perdía tan fácilmente los cabales con Junsu. No va a negar que desde que lo conoce se sintió atraído por ese chico de personalidad simpática, de risa particularmente escandalosa, de rostro de ángel…
- no puedo estar enamorándome de ti… - un trago de vino… - Yunho… - sentimientos confusos…
Primero trató de discernir entre sus sentimientos por el moreno y el castaño, estaba seguro de que Yunho es su gran amor, había bastado con verlo para casi perdonar el abandono y un beso para revivir toda la pasión dormida por cuatro años. Pero tiene sensaciones por Junsu que no puede evitar. Dios! Casi lo hizo suyo minutos antes, todavía se siente excitado, lo desea, tanto que todavía siente el sabor de sus labios y el calor de su piel. Cuando no hubo conseguido entender sus sentimientos por su exnovio (aunque la ruptura entre ellos no se dio con palabras, qué otra cosa podía concluir después de cuatro años de ausencia?) y su “novio”, trató de no pensar… lo cual culminó en un fracaso rotundo cuando en su mente se mezclaron recuerdos de sus días de antro con el moreno y lo que acababa de vivir con el castaño; peor aún, cuando aparecieron memorias de sus encuentros íntimos con Yunho, y el que él mismo frustró con Junsu.
Cerca de las cuatro de la madrugada, optó por irse a dormir… y aun cuando una parte de su mente le gritara que durmiera lo más lejos posible del delfín, la otra parte lo llevó a acostarse en el otro extremo de la cama donde su “novio” descansa tranquilamente, acostado de medio lado abrazando el almohadón…
- condenado delfín, eres la ternura hecho hombre… - aceptó con resignación, girándose para darle la espalda al castaño… tal vez si no lo veía podía conciliar el sueño… - mi culpa, hacer un contrato de noviazgo por 15 mil dólares… ¿en qué los habrá usado?... – con esa inquietud hasta entonces haciendo mella en su mente, el ratón se durmió.
…………………………..
La mañana despuntó con sus gráciles rayos bañando la ciudad, finas líneas de sol que se colaban por los cortinajes y anunciaban el comienzo de un nuevo día. Junsu abrió sus ojos lentamente, sintiendo una molestia en ellos y un dolor de cabeza asaltarlo inmediatamente… tenía un sabor amargo en la boca producto de la resaca…
Por un instante olvidó dónde y con quién estaba, pero en cuanto miró a su derecha y vio aquella ancha espalda y esa cabellera negra desaliñada, la realidad le llegó de golpe a la mente…
- ¡oh dios!... – murmuró con temor, levantando las cobijas corroborando que estaba completamente vestido, luego miró disimuladamente al pelinegro suspirando con alivio al ver que también llevaba el pijama. Pero recordaba de entre vestigios borrosos el momento en que Él bailara pegado al ratón en el antro… y el momento en que Él se montara a horcajadas sobre el pelinegro… - oh por dios, lo besé… - llevó sus dedos a sus labios, rememorando el momento en que su cuello y torso fueron víctimas de esos besos y caricias por parte de Yoochun… - pero… no pasó nada… él… se detuvo… yo… ¡¡¡iba a tener sexo con otro hombre!!! - ¿y porqué eso le dejaba una incomodidad en el pecho?
El sonido de la alarma del móvil del pelinegro comenzó a sonar en la mesita de noche del lado del ratón, arrancándolo de su sueño, refunfuñando estiró su mano para tomarlo… (Junsu abandonando la cama como rayo)… y apagándolo para que deje de molestar… (el delfín nervioso entrando en la ducha)… escuchando el sonar de una puerta cerrándose y unas cosas hacer ruido en la distancia, se sentó abruptamente mirando alrededor, recordando de inmediato dónde y con quién estaba… o debería estar…
- ¿Junsu?... – se levantó y se asomó en el resto de la habitación (el castaño luchando contra el tubo de pasta dental que se negaba a quedarse quieto, desordenando todo en el lavabo de mármol)… - ¿Junsu?... – culminando con el baño…
- eh… sí, ya voy… - escuchó la voz nerviosa del castaño al otro lado de la puerta, el agua corriendo (el delfín maldiciendo por lo bajo, porque otro poco y queda como paleta al abrir el grifo del agua fría)….
- ok, desayunaremos a las nueve con mi madre… - silencio… - qué tal la resaca?... – escuchó otra vez como si algo cayera (Junsu maldiciendo nuevamente por lo bajo)… - ¿estás bien?
- sí, sí, solo… se me resbaló el jabón… - respondió soplando con frustración, qué demonios le pasaba con ese ratón ególatra que ya no le estaba pareciendo tan ególatra… - esto es una muy mala idea, y todavía quedan dos días que compartir como novio con él… dios mío, quiero salir virgen de éste viaje… - suplicó a las alturas… o cualquier ente superior que le ha puesto tremenda prueba en el camino… - no soy gay… ¿cierto?
Yoochun llamó a servicio a cuarto para que recogieran los cambios de ropa y los plancharan, cuando cerró la puerta y volvió adentro, pudo notar la silueta del castaño vistiéndose tras los paneles movibles estilo japonés alrededor de la cama.
- mandé tu ropa y la mía a planchar, en unos minutos la traerán… - su pulso acelerándose… ¿cómo rayos hizo ese hombre para tener tan bien formado trasero?
- de acuerdo… - salió ya vestido el castaño, y en cuanto su mirada se cruzó con la del ratón, sintió sus mejillas arder y recordó el beso de la noche anterior…
- te divertiste anoche… - sonrojo violento en el delfín… - en el antro… - sonrisa divertida “por tus sonrojos, supongo recuerdas todo”
- sí, fue… desestresante… - “maldito ratón, deja de mirarme así” luchando por no enrojecer como termostato y que su corazón dejara de palpitar como potro desbocado, el castaño se sentó en el sofá… - ayer vi a Yoo Hwan… - recordó de pronto… - por la tarde, me dijo que estaba contento de que su hyung por fin se hubiera vuelto a enamorar después de cuatro años… - el pelinegro frunció el ceño… - me sentí mal cuando escuché eso…
- porqué… - se sentó a lado de Junsu, notando un ligero sobresalto en él… ¿tendrían que hablar de lo que sucedió, o estuvo a punto de, esa madrugada?
- porque solo es una farsa, y las mentiras siempre conllevan problemas…
- ya te dije que no tienes que preocuparte por tu trabajo…
- no lo digo por eso… - interrumpió… - lo de anoche no volverá a pasar… - volteó hacia el pelinegro… - no quiero que confundamos nada entre nosotros, estaba borracho, pero…
- está bien… - interrumpió a su vez el ratón, levantándose del sofá… - no te preocupes, no volverá a pasar… - sintiendo un vacío en el estómago, el pelinegro aseguró… - voy a ducharme… - pero tenía un sentimiento extraño en la boca del estómago, que lo hacía sentir incómodo… melancólico.
…………………………………….
Distrito Sinchon. Universidad de Seúl.
- a mí me parece muy extraño todo lo que pasa entre esos dos… - el menor estaba sentado en los jardines del campus, recargado en un árbol frondoso hablando por el móvil con su amigo Lee Seung, mientras llegaba la hora de volver a su asesoría…
- a tu hermano no le conviene tanto rumor en torno a su reciente relación con Yoochun… - en el restaurante, el chico de ojos claros preparaba mouse de café, hablando en voz baja con su amigo… - sea o no que haya algo formal entre ellos, no me imagino la reacción de la Sra. Park, no puede arriesgarse a perder el empleo…
- lo sé, pero… Junsu hyung sabe lo que hace… - “espero”
- pues sí, eso es cierto… listo para la cirugía de cervicales con el Dr. Lee Kyu Sung… - cambió de tema…
- claro, estuve viendo algunos videos de cirugías en vivo, el procedimiento es delicado y complejo, pero todos saben que nadie dirige mejor un equipo de cirugía que el Dr. Kyu Sung…
- y todos los residentes te tienen envidia por formar parte del equipo, ¡cielos Minnie! hasta yo te tengo envidia por eso, no cualquiera es llamado para participar activamente en ese tipo de cirugías, no con el cirujano número uno de todo Corea… - emocionado, el chico de ojos claros casi sentía que estaba en la Sala de operaciones a lado de Kyu Sung (n/a dos cosas, una, perdonen mi ignorancia en medicina; dos, ¿han notado que los médicos en vdd se emocionan mucho al hablar de este tipo de cosas?)
- mh, me pondré celoso del Dr. Kyu Sung, ya que empiezas a hablar de él ni quien te pare… - y realmente se sentía celoso, porque ciertamente el cirujano es demasiado atractivo como para que nadie lo note, si trae locas a todas sus compañeras y a más de algún compañero. El hombre de 38 años, alto, hijo de padre coreano y madre inglesa, tiene muy buena educación, es caballeroso, de porte galante, rasgos no del todo definidos como orientales, barba partida, grandes ojos de un precioso color verde esmeralda, labios en forma de corazón y sonrisa matadora.
- por favor, Minnie… - rió con un poco de nervio y otro tanto de emoción… - si ya sabes que eres el único… - ok, ¿acaso estaban flirteando descaradamente?... –
- más te vale, no quiero saber después que me pones el cuerno… - ¿era una broma? ¡Él había dicho eso!
- ¿te veo en la guardia?… - ¿en verdad usó un tono coqueto?
- claro, ahora me voy, hasta en la noche, guapo… - ¡porqué no se calla!
- hasta en la noche, cariño… - ok… no pueden ocultarlo más… se gustan… y algo tendrán que hacer al respecto.
…………………………
Barrio Haewon. Restaurante WonJin (en honor al fallecido Sr. Park). 9:00 am
El local era amplio, estilo rústico, piso de madera, muros con incrustaciones de piedra, muebles de finos acabados, centros de mesa acordes a la hora del día, en ese momento por ser de mañana, un adorno colorido de frutas. Al centro del local, sobre una pequeña tarima, un precioso piano negro.
Antes de sentarse a la mesa a desayunar con unos cuantos invitados pertenecientes al Grupo Empresarial de Corea, Yoochun pidió a Jo Nang hablar a solas con ella, por lo que se encontraba, junto con Junsu, en la oficina del gerente… esperando por la Sra. Park.
- estás seguro de que necesitas hacer esto…- cuestionó con voz angustiada el delfín, sentado en un aterciopelado sofá individual a lado del pelinegro…
- sí… - respondió secamente, sentado con la pierna cruzada y el semblante serio. Observó al castaño y casi se arrepintió de estar ahí, le veía pálido y ansioso estrujándose las manos…
- necesito ir al baño… - soltó inconscientemente, mordiéndose el labio inferior, moviendo constantemente una de sus piernas golpeando el suelo…
- ya, tranquilo, no es el fin del mundo… - pero solo escuchó un gruñido inconforme por parte de su “novio”, suspiró y le tomó las manos…- estás temblando… - sorpresa…
- y qué esperabas, vas a presentarme con tu madre como tu novio… ¡tu novio!... – decía con impaciencia, tratando de que el pelinegro entienda su situación… el ratón abrió la boca listo para decir algo para tranquilizarlo, pero la puerta abriéndose y su madre entrando detuvo toda intención…
- no es usted Kim Junsu… - reconoció al castaño… -
- sí, Sra.… - mirando al pelinegro en busca de ayuda…
- y qué es lo que hace usted aquí y no trabajando en el Restaurante Park… - tono firme, porte impávido y mirada penetrante… el castaño sintiendo sus manos sudar…
- obviamente viene conmigo, madre… - habló por fin el pelinegro, haciendo una reverencia a su madre al pasar al otro lado del escritorio y tomar asiento en la silla principal…
- ¿y a qué se debe tal acompañamiento?...
- querías que te presentara a mi pareja… - voz tranquila, el castaño sintiéndose morir de nervios… - así que… - tomó la mano del delfín, que le miró asustado… - te presento a mi novio, Kim Junsu.
- tu… novio… - afirmó con un dejo de duda, su rostro casi inexpresivo mirando detenidamente al castaño…
- “es mi fin… estoy perdido… perderé el empleo y seguro hará mi vida imposible, peor aún, mandará a unos matones a desaparecerme”… - pensaba, mientras apretaba inconscientemente la mano del pelinegro… compréndanlo, estar frente a una de las mujeres más poderosas de todo Corea, madre de su “novio”… no es como que espere que le recibirá con un abrazo y una felicitación…
- ¿es ésta una forma de evitar que te cite con mujeres?... – cuestionó con un tono un tanto irónico… pero la verdad era que sonreía internamente, mejor que ya sean novios, así no tendrá que preocuparse por Yunho…
- es ésta la verdad, madre, tengo novio y estoy muy feliz con él, y no quiero que piense que soy un cretino mujeriego… - touché… - que le quiero solo para pasar el rato… - algo en su estómago revoloteó y sintió el agarre de su mano suavizarse. Esas palabras salieron de su boca antes siquiera de pensar que las diría, como si algo en su interior surgiera decidido a luchar… por Junsu.
- ¿está usted enamorado de Yoochun?... – el castaño le miró con los ojos de par en par, pestañeando un par de veces como dando sentido a la pregunta que formulara la mujer…
- sí… - murmuró avergonzado, sin reparar en la magnitud de tal afirmación. El ratón giró su rostro sorprendido por su respuesta, lo veía tan adorable con esa sonrisa tímida, el sonrojo cubriendo sus mejillas y un brillo emocionado en esos ojos marrón, que tuvo el pensamiento de robarle un beso.
- bueno, vayamos a desayunar, entonces, los invitados esperan… - como si acabaran de decirle lo más normal del mundo, Jo Nang caminó fuera de la oficina, antes de salir completamente… - es usted un joven muy atractivo, Kim Junsu, bienvenido a la familia Park.
Junsu y Yoochun se miraron por un instante antes de seguir a la Sra. Park, había mucho en esas miradas que decir, poco el valor, mucha la confusión. Ambos intentaron convencerse de que lo que acababan de decir y demostrar, de que lo que acababan de escuchar de voz de Jo Nang, no era nada especial… que se ceñían al contrato y nada más. Cuestión aparte era la tranquilidad con que la Sra. Park se tomara la noticia…
Tomaron lugar en la gran mesa donde ya los 10 invitados se encontraban, un grupo de importantes empresarios que tenían relaciones de negocios con la Presidenta Park y a quienes daba el honor de ser los primeros en estar en el renovado restaurante.
- Won Jin estaría muy orgulloso de su familia, Jo Nang, has realizado un estupendo trabajo al frente de la Franquicia, y tus hijos se ve que seguirán tus pasos… - comentaba una de las mujeres presentes. Pero había un hombre que no le sacaba la vista de encima al pelinegro y al castaño, que estaban sentados juntos. Junsu había sido presentado como un amigo de Yoochun solamente.
- y cuándo es que piensas sentar cabeza, Yoochun… - el aludido miró a su interlocutor con cierta molestia… - a tu edad tu padre ya te cargaba en brazos… - el castaño sintiéndose incómodo…
- eso es algo que aun no entra en mis planes, Sr. Cho… - respondió por educación, mirando de soslayo a su “novio” con la vista en el platillo… -
- pero si has tenido tantas novias, es más, pensé que hoy vendrías con alguna chica hermosa… - el ambiente comenzando a sentirse tenso. El pelinegro cansado de ese hombre que cada que le ve aprovecha para lo mismo, ya antes había intentado liarlo con su hija, pero falló en su intento.
- yo no he tenido “tantas novias”… - enfatizó… - y no estoy interesado en ello por el momento… - aclaró… el delfín deseando no estar ahí…
- bueno, pues deberías estarlo, a no ser que tus preferencias sean de otro… tipo… - el hombre escudriñando con desdén al castaño… - y aún así, no hay porqué caer tan bajo… - soltó casi con desprecio sin apartar su vista de Junsu… cosa que molestó de sobremanera al pelinegro, que ya estaba por decirle unas cuantas cosas al Sr. Cho, pero su madre se le adelantó…
- si mi hijo, o mis hijos… - comenzó la Sra. Park, sin gritar ni exaltarse, pero con un tono que imponía respeto… - tienen o no novia, o novio, no es algo de incumbencia social, Doo Ki, y en dado caso si Yoochun tuviera novio, y fuera el joven Junsu… - el delfín saltó en su lugar, evitando mirar a cualquiera, las mejillas sonrojadas, la respiración intermitente… - a quien has mirado con arrogancia, no representaría problema alguno para mí, mientras mi hijo sea feliz no importa con quién sea… - ¿aún si fuera Yunho?… - pero dudo que tú entiendas eso cuando has obligado a tu hija a comprometerse con un hombre solo por su posición social…
El silencio se instaló en la mesa, Jo Nang y Doo Ki mirándose retadoramente, Yoo Hwan sonriendo divertido, considerando el hecho de que el único varón del Sr. Cho es gay, aunque secreto para sus padres, realidad de su generación, si no lo sabrá él que tuvo su historia con Ki Gook.
- compermiso… - no soportando más estar ahí, el delfín se retiró de la mesa. El pelinegro le siguió.
- di lo que quieras, Jo Nang, pero no será sobre mí de quien hablen…
- tiene razón… - interrumpió el morocho con una sonrisa socarrona… - será sobre Ki Gook y alguno… - enfatizó el género masculino con esa sonrisa bailando en sus labios… - de sus tantos amantes…
- cómo te atreves a hablar así de mi hijo, insolente… - espetó con enojo el hombre, los otros invitados riendo de medio lado, era absurda su reacción cuando su hijo no ha hecho nada por ocultar su homosexualidad…
- mejor no te metas con mis hijos, Doo Ki, o te destruiré sin dudarlo… - ante tal amenaza, el hombre salió indignado, maldiciendo por lo bajo a los Park.
…………………………
- Junsu, espera, por favor… - pero el castaño seguía caminando a paso veloz por la calle, pasando entre las personas, chocando con ellas, arrepintiéndose de haberse involucrado en esa farsa, de tener que soportar reuniones como esas en las que solo el veneno busca ser liberado… -
- suéltame… - y es que el pelinegro había corrido hasta poder sujetarlo por el brazo… su voz apenas un rumor cargado de ira contenida…
- lo siento, en verdad… - notó que eran observados por los transeúntes, así que mejor tomó al delfín por la muñeca y caminaron hasta el auto del ratón… - perdóname, no esperaba que algo así pasara… - se disculpó sinceramente.
- quiero irme… - fue lo único que dijo el castaño, mirando por la ventana del auto.
Yoochun no dijo nada, se limitó a arrancar el auto y conducir de vuelta al hotel. Junsu pensaba en lo mucho que ha cambiado su vida desde el día que aceptó ese maldito contrato con el pelinegro, aunque también gracias a ello su madre ahora goza de buena salud. Pero le asusta la forma en que sus sensaciones y sentimientos por él se han modificado en apenas unos pocos días, cambiando del aborrecimiento a la atracción, del simple repostero al novio de uno de los herederos de una de las Franquicias más importantes del país. Le asustaba toda la situación en sí, la tranquilidad con que Jo Nang le diera la bienvenida, la forma en que incluso lo defendiera ante aquél hombre… teme… enamorarse perdidamente de Yoochun… otro hombre.
Cuando aparcaron en el estacionamiento, Junsu bajó apresurado dirigiéndose al ascensor, seguido por el pelinegro que no tenía idea clara de qué hacer o decir ahora. Llegaron al piso correspondiente y entraron a la habitación.
- porqué haces esto, realmente, porqué dijiste que necesitabas un novio, porqué yo, y no me digas que por el dinero… - “no soportaría esa realidad”… - porqué eres así conmigo, porqué flirteas, porqué anoche nosotros íbamos a… - calló, enrojeciendo de solo recordar… inconsciente de aquello que lo había impulsado a querer saber esas inquietudes…
- quisiera responderte, Junsu ah, pero… - el castaño bajó la mirada avergonzado y temeroso de lo que fuera a escuchar… - te hablaría ahora solo de confusiones y… - silencio… - tal vez lo mejor sea que sigamos viendo esto como un contrato, limitarnos a las cláusulas… - un vuelco en el estómago…
- tal vez lo mejor sea eso… - murmuró, sintiendo algo en su pecho desquebrajarse. Buscó su maleta y comenzó a buscar las pocas cosas que llevara…
- no te vayas… por favor… quédate… - ¿porqué dolía pronunciar aquellas palabras? ¿porqué de pronto sentía que viajaba en el tiempo y se repetía una experiencia de inmensa tristeza? ¿A qué se debía ese ardor en la boca del estómago?
- mira, Yoochun ah, yo se que tú tal vez estés acostumbrado a tratar con personas como el Sr. Cho, pero yo no, y no me siento cómodo, desde que llegamos vi como los otros se me quedaron mirando de pies a cabeza, examinando mi vestimenta, mi forma de caminar y hasta de hablar, y fue solo con unas pocas personas, no estoy seguro de querer vivirlo más tarde entre decenas de personas más… no quiero sentirme así otra vez, no tienen ningún derecho a juzgar quién soy…
Él también huía, como lo hiciera Yunho… o eso es lo que en esos instantes pensaba el pelinegro, sintiendo el pesar de la decepción martillando contra su cerebro… y sin embargo, ¿qué necesidad tenía Junsu de estar ahí? Tenía razón, no tenía porqué quedarse en un lugar en el que seguramente otros de su círculo social le juzgarán… no cuando la relación entre ellos es poco menos que un negocio, seis cláusulas de un contrato que en nada obligan al delfín a quedarse.
El castaño terminó de guardar sus cosas, la maleta sobre la cama. el pelinegro sentado en un sofá con una copa de vino en la mano… una cadena de oro con un peculiar dije en la palma de su otra mano, una pequeña figura tallada en oro que decía “2Yoo”, la muestra de la promesa que hiciera con el moreno de estar siempre juntos… y no pudo evitar recordar aquél día…
……..flashback…….
Una semana había transcurrido desde la primera vez en la intimidad, y ahora les resultaba casi imposible controlarse y no llegar a más cada que estaban solos en algún lugar privado, lejos de miradas acusadoras, inquietas, o hasta divertidas. Aprovechaban todo momento que podían para tomarse de la mano, abrazarse, acariciarse, besarse y desnudarse con fervor para hacer el amor.
- llegaron nuestros encargos de la Joyería… - saliendo de la cama (en una habitación de hotel a las afueras de la ciudad, donde no tenían que preocuparse por sus identidades), el pelinegro fue por su bolso, tirado a lado de la puerta donde quedó una vez que al entrar, sus manos buscaran ansiosas el cuerpo de su novio… - Yoo Hwan estaba de curioso preguntando qué era y cómo le habíamos hecho para mandarlas hacer… - relataba sonriente, sacando una caja negra con bordes plateados donde dos cadenas de oro descansaban, una con un medallón, la otra con un dije… - claro que, uno siempre puede darse sus mañas… - se sentó en la cama a lado del moreno, ambos desnudos…
- supe que tu hermano estaba saliendo con Ki Gook… - tomó ambas cadenas, admirando cada detalle en ellas, sintiendo entre sus manos un trozo palpable de su amor con el pelinegro…
- rumores nada más, Yoo Hwan dice que sí se besaron hace un par de días, pero que de ahí a ser novios falta una declaración formal y tal vez se lo piense; porque, ya sabes, Ki Gook solo anda por ahí experimentando e intentado hacer enfadar a su padre… -
- cierto… - se sentó sobre las caderas del pelinegro…
- con cuál te quedarás… - el moreno le besó apasionadamente mientras llevaba sus manos tras su cuello y abrochaba una de las cadenitas… la que llevaba un dije con la figura “2Yoo”…
- prometamos no apartarnos nunca de ellas… - el pelinegro colocando en su cuello la cadena con el medallón, donde ya una foto de cada uno habían colocado… - que aunque no las lleguemos a quitar, jamás nos desharemos de ellas…
- te lo prometo, Yunho ah…
- es una promesa entonces, Yoochun ah…
- Te Amo… - dijeron al unísono al tiempo que se fundían en un beso lleno de fuego y amor…
………flashback…….
Junsu estaba de pie, viéndole de perfil, notando su semblante pensativo, melancólico, y esa profunda mirada prendada de la cadena en su mano. y por un momento quiso ser más que un “novio de mentiras” para el pelinegro, quiso ser un amigo, alguien en quien pudiera confiar y le contara sus penas, porque aunque gran parte del tiempo se le ve sonriendo, siendo incluso en presumido, puede darse cuenta de que hay una gran tristeza en esas orbes oscuras en ese momento. Suspiró y terminó sentándose a lado del ratón en el sofá doble, alcanzando a ver el dije de la cadena…
- “2Yoo”… - pronunció leyendo, sacando al otro de sus pensamientos… - qué significa… - sonrió suavemente…
- ¿quieres que te lleve a la estación?... – tratando de no ser grosero, evadió la pregunta y guardó la cadenita en una pequeña cajita de terciopelo que colocó luego en el bolsillo de su pantalón…
- me quedaré… - aseguró. Inquieto por el significado de esa cadena, debía ser muy importante y a la vez doloroso lo que aunado a ella esté… y eso le oprimía el corazón.
- porqué… - pestañeó confundido…
- porque quiero quedarme… contigo… - tomó la mano del ratón, entrelazando sus dedos con los de él con suavidad… - somos novios, ¿no?... – sonrieron nerviosamente… - o sea, hay que hacer que tu madre se lo siga creyendo, y si me voy así como así no tendré su confianza, y…
- te quieres ganar a la suegra, eh… - bromeó el pelinegro, curvando una sonrisa juguetona…
- idiota… - replicó avergonzado… pero sus manos seguían entrelazadas…
- gracias… - murmuró el ratón…
…………………………….
Departamento de Jung Yunho. 8:15 pm
Jaejoong retiraba la venda del torso del moreno para revisar la herida y cambiar los vendajes, y de paso revisar si los hematomas ya han desaparecido…
- ¿duele menos?- sus manos pasando por sobre aquéllos moretones en la piel del moreno…
- sí… casi nada… - su cuerpo estremeciéndose ante el suave tacto de esas manos, que con el toque delicado de los pétalos se deslizan por su torso, espalda y brazos… - oye, Jae…
- dime… - limpiando la herida para colocar otra gasa…
- ¿te agradecí ese día? Es que no lo recuerdo, con la pastilla para el dolor que me diste me dio sueño…
- sí, me agradeciste antes de quedarte profundamente dormido… - sonrisa tierna.
El moreno pudo oler su lacio cabello cuando el rubio comenzó a enredar la venda en su torso, pegándose un poco a él al pasarla por su espalda, tenía un aroma dulce que comenzaba a nublar sus sentidos. Y cuando hubo terminado y le ayudara a colocarse la playera, se le quedó viendo sin darse cuenta de que lo hacía, descubriendo en esos ojos algo que ya antes viera pero que por alguna razón siempre se había negado a cuestionar…
- ¿es por mí?... –
- ¿qué cosa?... – cuestionó confundido, evadiendo el profundo mirar de su amigo…
- tu tristeza, la que tus ojos no pueden ocultar… ¿es por mi culpa?
- porqué habría de ser tu culpa, además… no estoy triste… - trató de sonreír para convencerle… - estoy cansado, nada más…
- no te creo, Jae… - tomó la mano del rubio, detectando el estremecimiento en su amigo ante su gesto… - a veces lo he pensado, pero suelo pasar de largo ante esos pensamientos… desde la primera vez que te lo dije… y cada que lo menciono… - el rubio bajando la mirada inconscientemente… - cada que hablo sobre Yoochun… - los ojos del rubio perdiendo un poco más de su brillo… - haces cosas como esta… - le tomó el mentón instándole a mirarle de nuevo… - bajas la mirada, te pones serio y entristeces…
- no… yo… Yunho… - y por primera vez en casi tres años de amarlo, tuvo miedo de haber sido descubierto…
- ¿estás enamorado de mí?...
Continuará……
Capítulo 6. ¿Doushite Kimi Wo Suki Ni Natte Shimattan Darou? (Parte 1)
¡¿Qué clase de pregunta es esa?!
¿Qué demonios se supone que responda?... ¿la verdad?... ¿una mentira?
Realmente qué importancia tiene, si cualquiera tendrá al final el mismo resultado para él: dolor… más agudo, palpable… hiriente… mortal…
Por que es desolador no saberlo suyo cuando es el motor de su vida, quien le imprime energía a su sueño y su vigilia, el aura de sus esperanzas y el fin último de sus deseos. Y fue por eso que se conformó con ofrecerle su cobijo, con solo anhelar el tierno besar de sus labios, o la pasión recatada de sus caricias. Juró ser su mejor amigo aún cuando aquello no bastara, ha cuidado de él y velado cada una de sus noches… porqué le hace esto entonces?
- ¿Jae?... – llamó con voz suave, inquieto por la respuesta. Pero, ¿porqué motivo quería saberlo?
¿Cambiaría en algo sus sentimientos la respuesta que salga de esos sonrosados labios? Ha sido su mejor amigo por años, le ha acompañado en las buenas, en las malas y en las peores. ¿Y qué le ha ofrecido él a cambio? Dolores de cabeza al por mayor, días de confidencia en los que solo él se desahogaba con el rubio, liberando entre sus brazos su propio sufrimiento, refugiándose en su regazo siempre que recordaba a Yoochun. ¿Qué haría entonces si Jaejoong le confiesa tan puro sentimiento del que no se siente merecedor? No cuando su corazón sigue teniendo el mismo dueño de cuatro años atrás. ¿Tendrá el valor de ocasionarle tal daño por su egoísmo al querer saber lo mucho que le importa al rubio?
- Yunho… - murmuró el mayor de los dos…
¿Vale la pena luchar por algo que sabes de antemano perdido? O es preferible decir adiós y comenzar de cero, entregar tu corazón para que sea roto en mil pedazos y seguir adelante con los trozos desperdigados de tu amor.
Que importan todas las dudas, los temores, la incertidumbre y la congoja, cuando el inconsciente decide participar de latente disyuntiva. Qué podían ellos hacer si sus rostros se acercaban lentamente sin darles tiempo siquiera a reparar en ello. Su cuando un roce de labios les estremeció el alma.
Se miraron por apenas un segundo antes de que sus bocas se unieran nuevamente, saboreando con dulces caricias de los labios del otro, delineando con parsimonia el acople perfecto, probando con gentileza, como si de un frágil cristal se tratara y temieras romper el hechizo de su encanto. Lengua respetuosa que pedía permiso para danzar con su igual en un baile de húmedas caricias que los hacía gemir bajito en medio del beso, probándose una y otra vez hasta que el aliento les faltó obligándolos a separarse.
Era claro el sentimiento… pero difuso el valor para aceptarlo y muchos los hilos invisibles que aún les atan a los cuestionamientos anteriores.
- solo me importa que puedas ser feliz, con quien tu elijas, Yunho… - susurró con voz suave, curvando una ligera sonrisa, depositando un casto beso en la mejilla del moreno… - adiós…
Se despidió y salió del departamento, luchando contra esa avalancha de emociones que arrasaba contra su ser. Nunca esperó que un primer beso doliera tanto. El moreno se quedó estático en su lugar, demasiado confundido y asustado por lo que un beso con su mejor amigo le ocasionó.
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Distrito Sinchon. Clínica Central. 11:20 pm
- mmhhh…
- ¿te gusta?
- sí… mmhhh, me encanta…
- ¿quieres más?…
- sí… mmhhh, que en verdad es delicioso, Lee…
- pero no te vayas a atragantar, Minnie, ve despacio…
- mmhhh… - el menor Kim mordió otra fresa después de haberla bañado en chocolate, degustando con deleite la fruta…
- sabía que te iba a gustar, si hay que verte la mar de contento con algún postre, basta con poner frente a ti un recipiente con fresas y chocolate derretido en donde bañarlas para que… - “gimas como si estuvieras teniendo un orgasmo”… pensó, y se dio un golpe mental por tal pensamiento…
- para que qué… - preguntó, relamiéndose los labios…
- para que se te ilumine la cara de placer… - mala palabra… - por el sabor… - aclaró nerviosamente el chico de ojos claros, sintiendo calor…
- porqué otra cosa si no… - el menor le miró divertido. Parecía que su amigo tenía cierto problema hormonal y él era parte de tal…
- sí, bueno… - aclaro la garganta… - hay que guardar esto… - comenzó a recoger los recipientes de plástico en que había llevado su postre de regalo para su amigo…
¿De qué forma fue que entró en su corazón? Realmente no lo sabe, quisiera poder decir que fue aquella ocasión en que su sonrisa le alegró el alma, o cuando sus palabras confortaron sus peores momentos durante la enfermedad de su madre, o que al perderse en esos ojos claros la calidez traspasaba su corazón… no lo sabe, pero sí el hecho de que sin Lee Seung él no sería tan feliz… aunque aun sean solo amigos.
………………………….
Barrio Haewon. Media noche.
Junsu entraba todo sonrisas a la habitación, en sus manos varias bolsas con souvenirs y algunas prendas adquiridas durante la tarde, después de haber recorrido aquellas calles repletas de aparadores. Yoochun estaba contento de ver feliz a su “novio”, había sido una tarde increíble por el simple hecho de haberla pasado con él. Una vez libres del compromiso vespertino de la reapertura del restaurante, el pelinegro invitó al castaño a ir y conocer las principales tiendas del distrito, el delfín se iba a negar, pero la verdad es que no muchas veces en su vida ha tenido oportunidad de pasear y ver todos esos sitios coloridos y llenos de moda, lo último de lo último en absolutamente todo lo que se le venía a la mente.
- ahh, estoy cansado… - exclamó dejándose caer en el sofá, las bolsas en la mesita de centro y el suelo…
- no es para menos, casi sentí que recorrimos todo Haewon… - el pelinegro se fue directo al baño para cambiarse la ropa por el pijama y andar descalzo…
- no seas exagerado… y no lo digas de esa manera que pareciera que le hablas a una chica, ¡y soy hombre!... – ¿acaso alguien estaba cuestionando su género?...no, es solo que se siente tan feliz con Yoochun, que… - mierda, me gusta un chico… - soltó en voz baja… el pelinegro volviendo…
- tengo más que claro que eres un hombre, Junsu… - le dijo mientras se sentaba a su lado y le sonreía con picardía… - y jamás pensaría en ti como una chica…
- voy a cambiarme… - se apresuró a decir, poniéndose de pie como resorte al sentir la respiración del ratón contra sus labios; el pelinegro sonrió ante su reacción, le encantaba ponerlo así… -
- eso significa que le gusto… - dijo para sí mismo, sintiendo una chispa de alegría nacer en su corazón ante la posibilidad, porque después de Yunho, no le había causado emoción gustarle a alguien.
Un minuto después ya estaban de pie a cada lado de la cama levantando las cobijas…
- ¿nos iremos mañana por la tarde?... – preguntó el castaño, metiéndose de su lado de la cama, mirando de reojo qué tanto espacio quedaba en la queen entre ambos…
- no, nos iremos el lunes por la mañana… - se acostó mirando al techo… - mañana quiero que vayamos al Parque de Diversiones, dicen que tiene la Montaña Rusa más espeluznante de la ciudad y que de noches es mejor…
- yo creía que tenías vértigo…
- quién te dijo…
- escuché por ahí…
- bueno, tal vez un poco, pero no importa, quiero que vayamos….
……………………….
Distrito Sinchon. Clínica Central. 5:42 am
ChangMin venía de su cirugía con el popular Dr. Lee Kyu Sung, casi seis horas de minucioso trabajo, pero al final había valido la pena cada gota de sudor, la operación había sido todo un éxito y ahora el paciente se encontraba ya en recuperación. Entró a la habitación que comparte con Lee Seung como residentes…
- ¿cansado?... – le preguntó su amigo, llenando unas historias clínicas…
- un poco… - el menor comenzó a quitarse el uniforme de cirugía…
- acuéstate boca abajo… - indicó con tranquilidad, pero en cuanto vio el ligero carmesí en las mejillas de su amigo… - voy a darte un masaje para que se te relajen los músculos… - aclaró…
- vale, en realidad creo que me vendrá muy bien… - ya con el torso descubierto se acostó en una de las camas individuales dispuestas en la pequeña habitación, dejando su espalda a disposición de las diestras manos del chico de ojos claros…
Lee Seung comenzó con un poco de presión sobre los hombros, sintiendo la tensión a su contacto, continuó de la misma manera un rato, pasando luego a la base del cuello, presionando sus dedos haciendo círculos, escuchando cómo el menor comenzaba a hacer ruiditos de conformidad ante el masaje. Bajó sus manos a los omóplatos, repitiendo movimientos circulares de presión en ellos, y cuando esa zona se relajó bajo sus dedos, descendió a los costados, para pasar por la columna vertebral y finalizar en la altura de la cintura, para entonces ya Min gemía como lo haría un sumiso gatito, casi ronroneando ante sus atenciones… y las hormonas despiertas querían jugar. Por lo que sin darse cuenta, el masaje que solo tenía por objetivo relajar y hacer descansar a Min, se convirtió en un juego de caricias que los excitaba a ambos.
- mmhhh, Seung… - se dio la vuelta incorporándose hasta quedar sentado de frente a su amigo… - me gustas demasiado… - declaró sin tapujo alguno, las mejillas y su mirada brillante clavada en el rostro de su amigo… - dime que no soy el único que siente así…
- Minnie… - sus ojos prendados de los labios del menor, respirando alterado… - dios, claro que no eres el único… - confesó con una sonrisa, apresando la boca del menor en un desesperado beso en el que ambos depositaron su necesidad de estar juntos, de no reprimir más esa atracción… - te quiero tanto… - susurró contra sus labios, para volver a besarse con un poco más de calma, pero la misma pasión latente que en ese momento circulaba por sus venas.
Las manos de Min pasaron por debajo de la playera blanca del chico de ojos claros, palpando la erizada piel, sonriendo entre el beso porque su “amigo” tiene sensibilidad en los costados y se mueve como si pretendiera alejarse por las cosquillas pero deseando ser tocado con más ahínco. Con toda la intención de sacarle la playera y continuar hasta el final, el menor se sobresaltó cuando el localizador de ambos sonó obligándolos a separarse…
- a trabajar… - dijo con un dejo de frustración el menor, mientras leía el código del mensaje, colocándose la playera blanca del uniforme de residente…
- antes, ¿quiere ser mi novio?... – era eso lo justo, lo correcto… aunque aun tenga que pensar en cómo se lo dirán a la Sra. Kim.
- claro que sí… - le dio un rápido beso en los labios, sintiéndose feliz por saberse ahora pareja del chico que ama, de quien se enamoró poco a poco, y quien no temía amarlo igual… -
……………………………
Distrito Gangnam-Gu. Residencia Kim. Domingo. 7 am
Jaejoong no había podido dormir en toda la noche, el recuerdo del beso con Yunho le rondaba la cabeza una y otra vez, la voz del moreno preguntándole si estaba enamorado de él. qué habría pasado si hubiera respondido claramente un sí?
- no hay diferencia…- murmuró con la voz apagada, aún acostado en su cama, sintiéndose demasiado angustiado como para iniciar el día… - a buena hora se me ocurrió decirle que lo cubría… - y es que antes de partir para con el moreno, Jae había aceptado cubrir a un compañero en su día libre… - sé que todo acabó, con qué cara podría verte ahora a los ojos… - continuaba con sus lamentaciones… ¿evitarlo? Imposible… - cómo pude ser tan débil en tan pocos minutos, porqué te besé si siempre supe que algo así terminaría por arruinar nuestra amistad… - se colocó de lado con las piernas flexionadas a la altura de su pecho, donde una almohada sujetada con fuerza al tiempo que nuevas lágrimas resbalaban por sus mejillas mojando su rostro… - duele, Yunho… duele amarte tanto y saber que ya ni como amigo podré estar a tu lado… porqué te besé… porqué me besaste…
… Es más fuerte el dolor del desamor cuando la persona amada te brinda instantes de esperanza que si te rompe el corazón con las palabras adecuadas…
- Jaejoong, hijo, ¿estás despierto?... – escuchó la voz de su madre al otro lado de la puerta, quien al no ver a su hijo a la mesa siendo ya casi hora de que se fuera al trabajo, se preocupó…
- sí… - pasó el dorso de su mano por sus ojos, tratando de que su voz se escuche normal y no quebrada por el llanto…
- ¿estás enfermo o algo?
- no… ya voy, es solo… es solo que me quedé dormido... – pero así como él no creyó en sus palabras soltadas con voz insegura, su madre supo que su hijo mentía, que había algo que lo tenía preocupado desde que volviera de Boston; porque esos ojos en los que ella siempre vio un brillo alegre y encantador, hoy no había otra cosa que tristeza.
- de acuerdo, hijo… - 10 minutos después el rubio se apareció en la estancia ya listo para el trabajo, pero llevaba tremendas ojeras y la piel más pálida de su ya natural blancura… - soy tu madre, Jae… y sé que algo te acongoja, y aún si es algo que no puedes o no quieres contarme, debes saber que cuentas conmigo, y que ese algo solo puede resolverse si lo enfrentas, jamás evadiéndolo o esperando que el tiempo lo haga por ti…
- gracias, mamá… - le dio un beso en la frente, dejando que le de un maternal abrazo… - perdona que no… me voy al trabajo… -
La Sra. Kim le vio partir y como toda madre, podía sentir el dolor de su hijo casi con la misma intensidad, y quería poder ayudarle… pero no puede hacer tal cosa a menos que su propio hijo le confíe los motivos de su sufrimiento.
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Departamento Jung.
Yunho inició su día demasiado distraído, sumido aún en sus propios pensamientos, en sus reflexiones y culpas… tampoco había conciliado el sueño, la imagen de Jae con el semblante triste lo había estado atormentando, y aquéllas palabras que tan quedamente pronunciara después de haberse besado retumbaban todavía en su mente…
… - solo me interesa que puedas ser feliz, con quien tú elijas, Yunho… -
Cómo podía él ser tan egoísta de haberle retenido a su lado como amigo durante tanto tiempo solo para herirlo a tal grado. No iba a mentir más, no iba a mandar al inconsciente otra vez todos esos sentimientos, los que ha notado en quien fuera su mejor amigo desde tal vez el primer momento en que Jae sonriera para él con aquella infinita entrega incondicional. ¿Pero qué podía hacer ahora? ¿Mentirse a sí mismo, engañar a su corazón y regresarle al rubio tan solo un poco de todo el amor que le profesan?... pero, no sería eso aún más cruel y despiadado… ¿casi como sentir lástima?
- qué mierda fue lo que hice… si tan solo no te hubiera besado… si tan solo… pudiera dejar de amar a Yoochun… - pensaba mientras se tallaba las sienes con desesperación, sentado en el comedor donde un montó de expedientes de su trabajo se encuentra abiertos pero sin ser leídos todavía… no tenía cabeza para nada más que no implicara su disyuntiva emocional Jae-Yoochun.
Estaba seguro de que bastaría con ver al pelinegro o escuchar su varonil voz para sentir el mismo amor que sentía por él antes de abandonarle, está seguro de que si le dieran una segunda oportunidad, él volvería a ser feliz. Pero era una bajeza estarse llevando de por medio la felicidad de Jaejoong… qué clase de amigo era él entonces, cuando durante casi tres años de amistad nunca ha hecho nada por el rubio?
… Puede que el amor sea ciego y nos enloquezca hasta la muerte… pero no es acaso la amistad el paliativo con el que uno se siente seguro…
- pero ahora no tengo nada… ni el amor de Yoochun… ni la amistad de MI Jae… - palabras hirientes que se clavan en el pecho como afiladas cuchillas que desangran un corazón agonizante.
…………………………
Barrio Haewon. Lunes. 6:00 am
Yoochun y Junsu se habían divertido como un par de amigos el domingo anterior, la aventura en la Montaña Rusa había resultado por demás interesante, había quedado al descubierto el vértigo del pelinegro, igual que su orgullo masculino por no ceder ante reto alguno… neh, la verdad es que intentaba (inconscientemente) quedar bien con el castaño, parecer un chico fuerte al que nada lo detiene. Lástima que la naturaleza y la fuerza de la gravedad no hayan cooperado con su causa, porque apenas bajaron del juego, el ratón corrió a un baño para devolver todo lo que había comido y un poco más. El castaño se había limitado a no burlarse de su frustrado intento por parecer un hombre inquebrantable, y acompañarlo por varios minutos sentados en una banca solitaria mientras el mareo pasaba.
Aparte de eso, todo lo demás fueron risas, risas y más risas. Era extraño como de pronto podían congeniar como amigos, aunque los flirteos y los sonrojos no dejara de presentarse entre ellos.
El molesto sonido de la alarma viniendo desde el móvil del pelinegro los arrancó a ambos de los brazos de Morfeo. Yoochun se giró para estirar su brazo y tomar su móvil de la mesita de noche para apagarlo, pero… no había más espacio en la cama sobre el cual girarse, por lo que… terminó de bruces contra el suelo alfombrado… (n/a han notado cómo me gusta hacerlo caer xD)
- ay, mi nariz… - se quejó, al tiempo que el castaño se había acostado atravesado en la cama, viéndolo sentado en el suelo sobándose la parte afectada…
- ¿perdiste algo?... – se burló con una sonrisa inocente…
- muy gracioso, Junsu ah… - se puso de rodillas en el suelo, colocándose frente al delfín con sus manos en el borde de la cama… - como a ti no te dolió… - puchero…
- oh, pobrecito ratón… - y sin poder evitarlo depositó un beso en la nariz del pelinegro, y luego uno en sus labios… - ¿mejor?... – sonrió con timidez… “¡qué hice!”
- mejor… - acortó la distancia besando otra vez al castaño, dejándose llevar por las sensaciones que esa boca, esa piel, ese cuerpo, ocasionan en él. De pronto, ya se encontraba sobre el delfín devorando sus labios con súbita pasión… hasta que una pregunta rompió con la atmósfera…
- ¿quién es Yunho?... – y es que el castaño lo había escuchado llamarlo entre sueños esa noche, y no pudo evitar cuestionar, era como si supiera que no podía entregarse a alguien que está atado a fantasmas del pasado…
- quién te habló de él… - preguntó con tono molesto, apartándose del delfín…
- nadie… - se extrañó por su reacción… - tú dijiste ese nombre anoche mientras dormías, soñabas con esa persona, supongo… - buscó la mirada del ratón, pero éste ya se encontraba de espaldas a él tomando su ropa…
- no es nadie, voy a ducharme, nos vamos en una hora… - el ratón se sentía ofuscado consigo mismo… con el delfín por haber cuestionado en ese momento… pero, ¿cómo era posible que soñara con el moreno?... cómo puede no recordarlo… lo que es más, ¡mencionarlo mientras duerme con otro chico!... ¿qué se suponía le respondiera a Junsu? Cómo… cómo le hablas a tu novio de un exnovio a quien no has podido olvidar… a quien aún amas…
- “Junsu no es realmente tu novio”… - le dijo una vocecilla en su mente….
- lo es… - afirmaba para sí mismo, en tanto el agua corría libre por su desnudo cuerpo…
- “claro que no”… - replicó esa vocecilla interna… - “Junsu es solo tu novio por contrato”
- novio por contrato… - repitió con voz apagada, sintiendo un vuelco en el estómago, como ya tantas veces tratándose del castaño… y el recuerdo de Yunho apareciéndose insistentemente en sus pensamientos…
- “¿cuándo le llamarás?, por cierto, Yunho debe estar esperando tu llamada, con la misma impaciencia de aquellos días, cuando eran novios, lo recuerdas”… - esa voz comenzaba a parecerle fastidiosa, con ese tono autosuficiente, pícaro y emocionado… y que comenzaba ya a sacarle un dolor de cabeza porque solo logra confundirlo más…
- ¿qué haré si te llamo?... – él realmente necesitaba hablar con el moreno… - qué explicación puedes darme después de cuatro años… cómo reaccionaré a eso…
Cuando el pelinegro salió de la ducha, el castaño tomó lugar inmediatamente, observando que el ratón parecía ausente, pasando por su lado con solo una toalla alrededor de su cintura y el cabello aun escurriendo gotas de agua que se perdían por su rostro, su cuello y el resto de su cuerpo; tan absorto en sus propios pensamientos que le ignoró por completo.
- ¿quién es Yunho?... – era la inquietante cuestión que el delfín tenía bien clavada en la mente.
Saltaba a la vista que él era la persona relacionada con aquella cadenita que tanto observara el pelinegro el sábado por la mañana… y Junsu se sentía celoso de esa persona, sentía también una peculiar apatía por él, por ser fuente del dolor de su “novio”.
- Yoochun, ¿me dejarías curar tu dolor?... ¿o es Yunho tan importante como para no olvidarle nunca?.... – murmuró a su reflejo en el espejo empañado por el vapor de la ducha, notando en su semblante una expresión que nunca antes viera… la de un chico enamorado y asustado por ello… sobre todo, por el temor al pasado de aquel en quien sin darse cuenta ya ha depositado sus sentimientos… - después de todo… sí soy gay… - curvó una sonrisa que no terminaba por definirse entre la felicidad y la melancolía…
…¿El amor puede doler antes de ser rechazado?...
El camino de regreso a Gangnam-Gu fue por demás silencioso. No incómodo, ni siquiera había cabida para pensar en cómo se sentían uno a lado del otro, porque Yoochun se limitaba a conducir como autómata mientras continuaba divagando en sus pensamientos; y Junsu iba por las mismas condiciones sentado de lado del copiloto, su mirada perdida en las diversas escenas que pasaban ante sus ojos a través de la ventana, sin que pudiera realmente prestarles atención.
Es increíble como los buenos momentos pueden dar paso tan abruptamente a instantes como éste. Habían pasado un fin de semana divertido, habían descubierto la atracción mutua (aun cuando no la aceptan con palabras ante el otro) de la forma menos convencional o romántica posible pero… la habían pasado bien, al final esos días los habían acercado de una u otra forma. Porqué era entonces que no podían atreverse a estar juntos, sin un estúpido contrato de por medio?... Ah sí, el motivo tiene nombre: Yunho.
…A veces enamorarse no es precisamente la cosa más hermosa del mundo…
……………………….
Estacionamiento Restaurante Park.
- discúlpame… - soltó de pronto el castaño, en el momento en que el pelinegro desabrochaba su cinturón de seguridad listo para bajar…
- porqué… - suficiente privacidad como para entablar una conversación…
- no debí preguntar, solo que no tenía idea de que te fuera a molestar…
- ya… no importa, igual no debía reaccionar así…
- comprendo… bueno, no en realidad… - “¿qué es Yunho para ti?”... – pero… - le miró con esa profunda mirada que lo hace sentir rodeado de una calidez que le transmite tranquilidad… - me gustaría que pensaras en mí como algo más que un novio de mentiras… - el pelinegro clavó su oscuro mirar en él… - me gustaría que pudiéramos ser amigos, así cuando el mes termine, siempre podemos seguir viéndonos, ¿no?... – el tono carmesí cubriendo sus mejillas…
- un amigo que me regala besos… - murmuró suavemente, recordando el beso de esa mañana, entregado porque sí, sin alcohol ni ninguna otra coacción de por medio…
- ¡no!... – colorado hasta la raíz de sus cabellos… - o sea…
- tranquilo… - su mano acariciando la mejilla del delfín… - solo bromeaba con eso… - ¿lo hacía?... – gracias por ser como eres, Junsu ah… - el castaño sentía cosquillas en el estómago y deseó que el pelinegro en verdad lo besara en ese momento… - vamos… - bajaron del auto…
…………………………
Cuando Jae vio a Junsu llegar a su área de trabajo saludando con una radiante sonrisa a Lee Seung, envidió la felicidad del castaño, y al mismo tiempo sintió su pecho oprimirse al pensar en Yunho, en que tal vez el sufrimiento al saber que Yoochun no volverá con él, hundirá al moreno en la misma soledad hiriente en la que él mismo vive ahora. Extrañando las charlas de amigos, las miradas amables, las tardes de ver películas sentados en el sofá, las ocasiones de salir a tomar un café y hablar de trivialidades, incluso los momentos en que el moreno le contaba del pelinegro… contrario a lo que hubiera pensado, deseaba no haber vuelto nunca de Boston.
……………………….
Distrito Sinchon. Parque Universitario.
- ¡me alegro mucho por los dos!... – emocionado, el castaño estrechaba en un fuerte abrazo a su hermano. Había ido ahí solo para ver las posibilidades que tenía de retomar sus estudios, y los chicos aprovecharon para decirle sobre su noviazgo…
- ya bueno, hyung, deja de abrazarlo… - actuando celoso, el menor Kim separó a los dos adueñándose del brazo de su novio…
- pero si apenas lo estaba abrazando, ni siquiera habían pasado cinco segundos, Min celoso… - como un niño, el castaño molestaba a su hermano enseñándole la lengua… pero la verdad es que estaba muy feliz por ellos dos… al menos ese era un noviazgo real…
- mentira, llevabas 15 segundos… - le siguió el juego su hermano… aunque en verdad había tomado tiempo… poco les importaba que otros estudiantes que pasaban por ahí los vieran…
- ya, ni que se te fuera a gastar por un simple abrazo… - jugando, el delfín volvió abrazar a un Lee Seung que solo reía por las ocurrencias de los hermanos Kim…
- que dejes de abrazar a MI novio… - y volvió a arrebatárselo, abrazándolo por la cintura, pegándose a él con recelo… - tú tienes el tuyo, ve y abrázalo si quieres… - la sonrisa del castaño casi desapareció, el menor se mordió la lengua por su imprudencia… la falta de sueño hacía que se fuera de lengua larga…
- entonces, tú y Yoochun… son… - ya decía el chico de ojos claros que era rara la relación entre ellos dos…
- ¡no lo digas!.. – cortó el delfín, sintiendo sus mejillas arder (para variar) a la vez que sentía una opresión en el pecho… - no cambiemos de tema… - trató de suavizar, pero los otros dos entendieron que era mejor no mencionar nada más al respecto… - ¿y piensan hablar con mamá?
- por el momento no… dudo mucho que le vaya a hacer gracia y nos felicite con un fuerte abrazo como tú….- el menor era conciente de que su reciente noviazgo con quien es casi como otro hijo para So Lyn debe tratarse con precaución…
- no creo que mamá se moleste, a ella lo único que siempre le ha importado es que seamos felices, Min… pero hacen bien en tomarlo con calma…
- además, su madre está recién operada del corazón, vale más no darle noticias tan… como decirlo, impactantes… -
- cierto… - asintieron los hermanos Kim.
………………………….
Día 14 del Contrato YooSu.
- ohh… - exclamaba emocionado el castaño, mirando cada rincón de aquél vacío departamento, pasando hasta el ventanal que le ofrece un bello panorama de la ciudad… en el horizonte, las montañas de Namsan mucho más lejos de lo que parece… - ésta vista es preciosa… ven, Yoochun ah, mira… - llamaba al pelinegro con la alegría de un niño…
- tú qué crees, este departamento es mejor que los otros que hemos visto… - cuestionó parándose a lado del castaño, mirando el mismo panorama, descubriendo su hermosura… ¿o era la del chico a su lado?
- yo creo que sí, pero eres tú quien lo va a comprar, tú debes decidir cuál te gusta más… - “ojala un día yo pudiera comprar mi propio departamento” se paseaba una vez más por cada habitación… “yo ni siquiera podría pagar la renta de uno así”
Yoochun lo seguía con la mirada, y de pronto una escena de ellos dos juntos viviendo en ese departamento se formó en su cabeza… y fue una sensación agradable. Uno no puede amar a dos personas a la vez, ¿cierto? Entonces, ¿qué nombre debe darle al sentimiento que Junsu le inspira? Cuando sigue aferrado a su primer amor… a Yunho…
- bueno, compraré éste departamento… - aseguró, el castaño le miró desde la puerta de la cocina…
- me caes mal…. – soltó en fingida molestia, cruzándose de brazos desde su lugar…
- porqué… - confundido…
- hablas de comprar este lujoso departamento en una de las zonas más caras de la ciudad como si te refirieras a… no sé, un cambio de ropa… - ¿hay personas que solo pueden soñar?
- perdón, yo no pretendo… ya sabes, hacerte sentir incómodo o algo así, disculpa si acompañarme fue mala idea… - sinceró, a menudo olvidaba que pertenecen a clases socioeconómicas diferentes…
- mh, supongo que tengo que acostumbrarme… - dijo encogiéndose de hombros, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón… - eh, Yoochun, ¿te puedo preguntar algo?
- claro…
- porqué de pronto quieres tu propio departamento, imagino que tu casa es enorme…
- llega el momento en que todo hombre desea independizarse, y eso incluye abandonar el hogar de los padres… ¿tú nunca has pensado en dejar de vivir en casa de los tuyos?....
- yo solo vivo con mi madre y mi hermano, y no sé, hasta hace poco ni siquiera era una opción…
- porqué…
- mh… - miró al pelinegro con indecisión… - no podía dejar a mi madre sola, necesitaba cuidado constante… - por la expresión del ratón supo que esperaba saber más al respecto; hasta el momento el tema de las familias poco ha sido tocado, de hecho, hablar de la suya era la primera vez… - pero ahora ya está muy bien, así que no sé, tal vez un día también busque un departamento… - omitió detalles acerca de la enfermedad de su madre y el uso que le dio a los 15 mil dólares que las mantiene unidos por el contrato…
- bueno, si un día piensas comprar uno y necesitas un préstamo, siempre puedes pedírmelo a mí… - bromeó el pelinegro… -
- idiota… - espetó molesto y avergonzado…
- me ayudarás… - preguntó haciendo morritos…
- a qué… - el castaño sintiéndose nervioso… el ratón ampliando una sonrisa.
………………………….
Día 17 de Contrato.
Ambos chicos estaban sentados en un cómodo sofá, admirando el buen trabajo que consideran haber hecho en el nuevo departamento de Yoochun. Habían terminado por pintar, decorar y comprar (como un par de novios o recién casados) muebles. Las paredes de la estancia y el comedor estaban pintadas de un tono amarillo crema que le daba calidez al espacio; la cocina de un tono similar, y las dos habitaciones de un azul cielo que invitaba al descanso. Un comedor de cuatro sillas, la sala de piel color negro, un mueble con televisión, DVD y un equipo de sonido. En las recámaras, una cama matrimonial, cómoda con espejo y buró.
- bueno, a partir de hoy viviré aquí, una nueva etapa de mi vida comienza… - dramatizó el ratón, arrancando una sonora carcajada en el delfín. Luego volteó hacia el ventanal…se paró y se quedó contemplando el panorama…
- es precioso el atardecer desde aquí… - murmuró con voz suave, abrió la ventana corrediza dejando que el aire acaricie su rostro y mesa sus cabellos… el sol ocultándose en el horizonte…
- sí, hice bien en pedirte que me acompañaras, yo no pongo mucha atención en esos detalles… - inconscientemente, abrazó al delfín por la espalda, enroscando sus manos en su cintura…
- Yoochun… - susurró nervioso, su corazón palpitando acelerado…
- ven a vivir conmigo, Junsu… - cuando el castaño giró su rostro un poco hacia atrás en ese abrazo, sorprendido por la proposición, toda respuesta o palabra que pudiera decir quedó atrapada en su garganta cuando sus labios fueron tomados por los del pelinegro…
Continuará……
Junsu no estaba pensando, en verdad que no se daba cuenta (no con esa parte racional) de lo que estaba haciendo; era simplemente el calor de su cuerpo que lo orillaba a hacer aquello, besar con tanta calma y gusto esos labios masculinos que se movían en un compás suave complementando los suyos, atrapándolos con gentileza, deslizando su lengua a lo largo de ellos, incitándolo a profanar con ese músculo su boca, recibiéndole con gusto, saludándola con amabilidad, permitiendo que resbalen una contra la otra, que se enreden con gracia… que el beso les consuma el aliento y las hormonas los guíen.
Yoochun cambió la posición de un solo movimiento, ahora era el castaño el que estaba abajo y él sobre sus caderas, besando su cuello, pasando sus manos por debajo de la parte superior del pijama, palpando su piel suave como la seda, caliente como el fuego.
- mmhhh… - gimió el delfín por esa boca que traviesa dejaba besos en su cuello, por esa lengua pecaminosa que lamía su lóbulo… - Yoo…chun… - murmuró apenas, la voz excitada, sus manos torpes por el alcohol tratando de apartar las sábanas que se habían enredado entre ellos, impidiéndole tocar al pelinegro…
- Junsu… - y con solo pronunciar su nombre, algo hizo clic en su mente y paró de repartir besos y caricias en ese cuerpo… - qué estoy haciendo… - susurró para sí mismo, bajando de la cama, su cuerpo ardiente reclamando la falta de calor del otro ser…
- Yoo…Chunnie… - llamó el castaño con voz adormilada, sintiendo mareo pero apartando las sábanas para ir en busca de su “novio”, quien ya se había encaminado al minibar de la habitación… - ¿hice algo mal?... – cuestionó como lo haría un niño que no tiene idea de la magnitud de sus acciones… con infinita ternura e inocencia…
- no, Junsu… - el pelinegro se acercó tomándole las mejillas con suavidad… - no estás en tus cinco sentidos, y estoy seguro de que esto no es realmente lo que quieres… - el castaño le miró con una tierna sonrisa, sus ojos casi cerrados… - duerme, delfín… anda… - le tomó por los hombros y lo hizo girarse para darle un pequeño empujoncito para que se retirara… antes de en realidad perder el control…
- buenas noches, Yoochun ah… - más dormido que despierto, casi como si de un segundo a otro todo deseo erótico hubiera desaparecido de su cuerpo, el castaño volvió a la cama, cayendo en un profundo sueño a los pocos minutos…
El pelinegro se sentó en el sofá con una copa de vino en la mano, haciendo un esfuerzo sobrehumano por entender qué diantres estaba pasando con él, porqué era que perdía tan fácilmente los cabales con Junsu. No va a negar que desde que lo conoce se sintió atraído por ese chico de personalidad simpática, de risa particularmente escandalosa, de rostro de ángel…
- no puedo estar enamorándome de ti… - un trago de vino… - Yunho… - sentimientos confusos…
Primero trató de discernir entre sus sentimientos por el moreno y el castaño, estaba seguro de que Yunho es su gran amor, había bastado con verlo para casi perdonar el abandono y un beso para revivir toda la pasión dormida por cuatro años. Pero tiene sensaciones por Junsu que no puede evitar. Dios! Casi lo hizo suyo minutos antes, todavía se siente excitado, lo desea, tanto que todavía siente el sabor de sus labios y el calor de su piel. Cuando no hubo conseguido entender sus sentimientos por su exnovio (aunque la ruptura entre ellos no se dio con palabras, qué otra cosa podía concluir después de cuatro años de ausencia?) y su “novio”, trató de no pensar… lo cual culminó en un fracaso rotundo cuando en su mente se mezclaron recuerdos de sus días de antro con el moreno y lo que acababa de vivir con el castaño; peor aún, cuando aparecieron memorias de sus encuentros íntimos con Yunho, y el que él mismo frustró con Junsu.
Cerca de las cuatro de la madrugada, optó por irse a dormir… y aun cuando una parte de su mente le gritara que durmiera lo más lejos posible del delfín, la otra parte lo llevó a acostarse en el otro extremo de la cama donde su “novio” descansa tranquilamente, acostado de medio lado abrazando el almohadón…
- condenado delfín, eres la ternura hecho hombre… - aceptó con resignación, girándose para darle la espalda al castaño… tal vez si no lo veía podía conciliar el sueño… - mi culpa, hacer un contrato de noviazgo por 15 mil dólares… ¿en qué los habrá usado?... – con esa inquietud hasta entonces haciendo mella en su mente, el ratón se durmió.
…………………………..
La mañana despuntó con sus gráciles rayos bañando la ciudad, finas líneas de sol que se colaban por los cortinajes y anunciaban el comienzo de un nuevo día. Junsu abrió sus ojos lentamente, sintiendo una molestia en ellos y un dolor de cabeza asaltarlo inmediatamente… tenía un sabor amargo en la boca producto de la resaca…
Por un instante olvidó dónde y con quién estaba, pero en cuanto miró a su derecha y vio aquella ancha espalda y esa cabellera negra desaliñada, la realidad le llegó de golpe a la mente…
- ¡oh dios!... – murmuró con temor, levantando las cobijas corroborando que estaba completamente vestido, luego miró disimuladamente al pelinegro suspirando con alivio al ver que también llevaba el pijama. Pero recordaba de entre vestigios borrosos el momento en que Él bailara pegado al ratón en el antro… y el momento en que Él se montara a horcajadas sobre el pelinegro… - oh por dios, lo besé… - llevó sus dedos a sus labios, rememorando el momento en que su cuello y torso fueron víctimas de esos besos y caricias por parte de Yoochun… - pero… no pasó nada… él… se detuvo… yo… ¡¡¡iba a tener sexo con otro hombre!!! - ¿y porqué eso le dejaba una incomodidad en el pecho?
El sonido de la alarma del móvil del pelinegro comenzó a sonar en la mesita de noche del lado del ratón, arrancándolo de su sueño, refunfuñando estiró su mano para tomarlo… (Junsu abandonando la cama como rayo)… y apagándolo para que deje de molestar… (el delfín nervioso entrando en la ducha)… escuchando el sonar de una puerta cerrándose y unas cosas hacer ruido en la distancia, se sentó abruptamente mirando alrededor, recordando de inmediato dónde y con quién estaba… o debería estar…
- ¿Junsu?... – se levantó y se asomó en el resto de la habitación (el castaño luchando contra el tubo de pasta dental que se negaba a quedarse quieto, desordenando todo en el lavabo de mármol)… - ¿Junsu?... – culminando con el baño…
- eh… sí, ya voy… - escuchó la voz nerviosa del castaño al otro lado de la puerta, el agua corriendo (el delfín maldiciendo por lo bajo, porque otro poco y queda como paleta al abrir el grifo del agua fría)….
- ok, desayunaremos a las nueve con mi madre… - silencio… - qué tal la resaca?... – escuchó otra vez como si algo cayera (Junsu maldiciendo nuevamente por lo bajo)… - ¿estás bien?
- sí, sí, solo… se me resbaló el jabón… - respondió soplando con frustración, qué demonios le pasaba con ese ratón ególatra que ya no le estaba pareciendo tan ególatra… - esto es una muy mala idea, y todavía quedan dos días que compartir como novio con él… dios mío, quiero salir virgen de éste viaje… - suplicó a las alturas… o cualquier ente superior que le ha puesto tremenda prueba en el camino… - no soy gay… ¿cierto?
Yoochun llamó a servicio a cuarto para que recogieran los cambios de ropa y los plancharan, cuando cerró la puerta y volvió adentro, pudo notar la silueta del castaño vistiéndose tras los paneles movibles estilo japonés alrededor de la cama.
- mandé tu ropa y la mía a planchar, en unos minutos la traerán… - su pulso acelerándose… ¿cómo rayos hizo ese hombre para tener tan bien formado trasero?
- de acuerdo… - salió ya vestido el castaño, y en cuanto su mirada se cruzó con la del ratón, sintió sus mejillas arder y recordó el beso de la noche anterior…
- te divertiste anoche… - sonrojo violento en el delfín… - en el antro… - sonrisa divertida “por tus sonrojos, supongo recuerdas todo”
- sí, fue… desestresante… - “maldito ratón, deja de mirarme así” luchando por no enrojecer como termostato y que su corazón dejara de palpitar como potro desbocado, el castaño se sentó en el sofá… - ayer vi a Yoo Hwan… - recordó de pronto… - por la tarde, me dijo que estaba contento de que su hyung por fin se hubiera vuelto a enamorar después de cuatro años… - el pelinegro frunció el ceño… - me sentí mal cuando escuché eso…
- porqué… - se sentó a lado de Junsu, notando un ligero sobresalto en él… ¿tendrían que hablar de lo que sucedió, o estuvo a punto de, esa madrugada?
- porque solo es una farsa, y las mentiras siempre conllevan problemas…
- ya te dije que no tienes que preocuparte por tu trabajo…
- no lo digo por eso… - interrumpió… - lo de anoche no volverá a pasar… - volteó hacia el pelinegro… - no quiero que confundamos nada entre nosotros, estaba borracho, pero…
- está bien… - interrumpió a su vez el ratón, levantándose del sofá… - no te preocupes, no volverá a pasar… - sintiendo un vacío en el estómago, el pelinegro aseguró… - voy a ducharme… - pero tenía un sentimiento extraño en la boca del estómago, que lo hacía sentir incómodo… melancólico.
…………………………………….
Distrito Sinchon. Universidad de Seúl.
- a mí me parece muy extraño todo lo que pasa entre esos dos… - el menor estaba sentado en los jardines del campus, recargado en un árbol frondoso hablando por el móvil con su amigo Lee Seung, mientras llegaba la hora de volver a su asesoría…
- a tu hermano no le conviene tanto rumor en torno a su reciente relación con Yoochun… - en el restaurante, el chico de ojos claros preparaba mouse de café, hablando en voz baja con su amigo… - sea o no que haya algo formal entre ellos, no me imagino la reacción de la Sra. Park, no puede arriesgarse a perder el empleo…
- lo sé, pero… Junsu hyung sabe lo que hace… - “espero”
- pues sí, eso es cierto… listo para la cirugía de cervicales con el Dr. Lee Kyu Sung… - cambió de tema…
- claro, estuve viendo algunos videos de cirugías en vivo, el procedimiento es delicado y complejo, pero todos saben que nadie dirige mejor un equipo de cirugía que el Dr. Kyu Sung…
- y todos los residentes te tienen envidia por formar parte del equipo, ¡cielos Minnie! hasta yo te tengo envidia por eso, no cualquiera es llamado para participar activamente en ese tipo de cirugías, no con el cirujano número uno de todo Corea… - emocionado, el chico de ojos claros casi sentía que estaba en la Sala de operaciones a lado de Kyu Sung (n/a dos cosas, una, perdonen mi ignorancia en medicina; dos, ¿han notado que los médicos en vdd se emocionan mucho al hablar de este tipo de cosas?)
- mh, me pondré celoso del Dr. Kyu Sung, ya que empiezas a hablar de él ni quien te pare… - y realmente se sentía celoso, porque ciertamente el cirujano es demasiado atractivo como para que nadie lo note, si trae locas a todas sus compañeras y a más de algún compañero. El hombre de 38 años, alto, hijo de padre coreano y madre inglesa, tiene muy buena educación, es caballeroso, de porte galante, rasgos no del todo definidos como orientales, barba partida, grandes ojos de un precioso color verde esmeralda, labios en forma de corazón y sonrisa matadora.
- por favor, Minnie… - rió con un poco de nervio y otro tanto de emoción… - si ya sabes que eres el único… - ok, ¿acaso estaban flirteando descaradamente?... –
- más te vale, no quiero saber después que me pones el cuerno… - ¿era una broma? ¡Él había dicho eso!
- ¿te veo en la guardia?… - ¿en verdad usó un tono coqueto?
- claro, ahora me voy, hasta en la noche, guapo… - ¡porqué no se calla!
- hasta en la noche, cariño… - ok… no pueden ocultarlo más… se gustan… y algo tendrán que hacer al respecto.
…………………………
Barrio Haewon. Restaurante WonJin (en honor al fallecido Sr. Park). 9:00 am
El local era amplio, estilo rústico, piso de madera, muros con incrustaciones de piedra, muebles de finos acabados, centros de mesa acordes a la hora del día, en ese momento por ser de mañana, un adorno colorido de frutas. Al centro del local, sobre una pequeña tarima, un precioso piano negro.
Antes de sentarse a la mesa a desayunar con unos cuantos invitados pertenecientes al Grupo Empresarial de Corea, Yoochun pidió a Jo Nang hablar a solas con ella, por lo que se encontraba, junto con Junsu, en la oficina del gerente… esperando por la Sra. Park.
- estás seguro de que necesitas hacer esto…- cuestionó con voz angustiada el delfín, sentado en un aterciopelado sofá individual a lado del pelinegro…
- sí… - respondió secamente, sentado con la pierna cruzada y el semblante serio. Observó al castaño y casi se arrepintió de estar ahí, le veía pálido y ansioso estrujándose las manos…
- necesito ir al baño… - soltó inconscientemente, mordiéndose el labio inferior, moviendo constantemente una de sus piernas golpeando el suelo…
- ya, tranquilo, no es el fin del mundo… - pero solo escuchó un gruñido inconforme por parte de su “novio”, suspiró y le tomó las manos…- estás temblando… - sorpresa…
- y qué esperabas, vas a presentarme con tu madre como tu novio… ¡tu novio!... – decía con impaciencia, tratando de que el pelinegro entienda su situación… el ratón abrió la boca listo para decir algo para tranquilizarlo, pero la puerta abriéndose y su madre entrando detuvo toda intención…
- no es usted Kim Junsu… - reconoció al castaño… -
- sí, Sra.… - mirando al pelinegro en busca de ayuda…
- y qué es lo que hace usted aquí y no trabajando en el Restaurante Park… - tono firme, porte impávido y mirada penetrante… el castaño sintiendo sus manos sudar…
- obviamente viene conmigo, madre… - habló por fin el pelinegro, haciendo una reverencia a su madre al pasar al otro lado del escritorio y tomar asiento en la silla principal…
- ¿y a qué se debe tal acompañamiento?...
- querías que te presentara a mi pareja… - voz tranquila, el castaño sintiéndose morir de nervios… - así que… - tomó la mano del delfín, que le miró asustado… - te presento a mi novio, Kim Junsu.
- tu… novio… - afirmó con un dejo de duda, su rostro casi inexpresivo mirando detenidamente al castaño…
- “es mi fin… estoy perdido… perderé el empleo y seguro hará mi vida imposible, peor aún, mandará a unos matones a desaparecerme”… - pensaba, mientras apretaba inconscientemente la mano del pelinegro… compréndanlo, estar frente a una de las mujeres más poderosas de todo Corea, madre de su “novio”… no es como que espere que le recibirá con un abrazo y una felicitación…
- ¿es ésta una forma de evitar que te cite con mujeres?... – cuestionó con un tono un tanto irónico… pero la verdad era que sonreía internamente, mejor que ya sean novios, así no tendrá que preocuparse por Yunho…
- es ésta la verdad, madre, tengo novio y estoy muy feliz con él, y no quiero que piense que soy un cretino mujeriego… - touché… - que le quiero solo para pasar el rato… - algo en su estómago revoloteó y sintió el agarre de su mano suavizarse. Esas palabras salieron de su boca antes siquiera de pensar que las diría, como si algo en su interior surgiera decidido a luchar… por Junsu.
- ¿está usted enamorado de Yoochun?... – el castaño le miró con los ojos de par en par, pestañeando un par de veces como dando sentido a la pregunta que formulara la mujer…
- sí… - murmuró avergonzado, sin reparar en la magnitud de tal afirmación. El ratón giró su rostro sorprendido por su respuesta, lo veía tan adorable con esa sonrisa tímida, el sonrojo cubriendo sus mejillas y un brillo emocionado en esos ojos marrón, que tuvo el pensamiento de robarle un beso.
- bueno, vayamos a desayunar, entonces, los invitados esperan… - como si acabaran de decirle lo más normal del mundo, Jo Nang caminó fuera de la oficina, antes de salir completamente… - es usted un joven muy atractivo, Kim Junsu, bienvenido a la familia Park.
Junsu y Yoochun se miraron por un instante antes de seguir a la Sra. Park, había mucho en esas miradas que decir, poco el valor, mucha la confusión. Ambos intentaron convencerse de que lo que acababan de decir y demostrar, de que lo que acababan de escuchar de voz de Jo Nang, no era nada especial… que se ceñían al contrato y nada más. Cuestión aparte era la tranquilidad con que la Sra. Park se tomara la noticia…
Tomaron lugar en la gran mesa donde ya los 10 invitados se encontraban, un grupo de importantes empresarios que tenían relaciones de negocios con la Presidenta Park y a quienes daba el honor de ser los primeros en estar en el renovado restaurante.
- Won Jin estaría muy orgulloso de su familia, Jo Nang, has realizado un estupendo trabajo al frente de la Franquicia, y tus hijos se ve que seguirán tus pasos… - comentaba una de las mujeres presentes. Pero había un hombre que no le sacaba la vista de encima al pelinegro y al castaño, que estaban sentados juntos. Junsu había sido presentado como un amigo de Yoochun solamente.
- y cuándo es que piensas sentar cabeza, Yoochun… - el aludido miró a su interlocutor con cierta molestia… - a tu edad tu padre ya te cargaba en brazos… - el castaño sintiéndose incómodo…
- eso es algo que aun no entra en mis planes, Sr. Cho… - respondió por educación, mirando de soslayo a su “novio” con la vista en el platillo… -
- pero si has tenido tantas novias, es más, pensé que hoy vendrías con alguna chica hermosa… - el ambiente comenzando a sentirse tenso. El pelinegro cansado de ese hombre que cada que le ve aprovecha para lo mismo, ya antes había intentado liarlo con su hija, pero falló en su intento.
- yo no he tenido “tantas novias”… - enfatizó… - y no estoy interesado en ello por el momento… - aclaró… el delfín deseando no estar ahí…
- bueno, pues deberías estarlo, a no ser que tus preferencias sean de otro… tipo… - el hombre escudriñando con desdén al castaño… - y aún así, no hay porqué caer tan bajo… - soltó casi con desprecio sin apartar su vista de Junsu… cosa que molestó de sobremanera al pelinegro, que ya estaba por decirle unas cuantas cosas al Sr. Cho, pero su madre se le adelantó…
- si mi hijo, o mis hijos… - comenzó la Sra. Park, sin gritar ni exaltarse, pero con un tono que imponía respeto… - tienen o no novia, o novio, no es algo de incumbencia social, Doo Ki, y en dado caso si Yoochun tuviera novio, y fuera el joven Junsu… - el delfín saltó en su lugar, evitando mirar a cualquiera, las mejillas sonrojadas, la respiración intermitente… - a quien has mirado con arrogancia, no representaría problema alguno para mí, mientras mi hijo sea feliz no importa con quién sea… - ¿aún si fuera Yunho?… - pero dudo que tú entiendas eso cuando has obligado a tu hija a comprometerse con un hombre solo por su posición social…
El silencio se instaló en la mesa, Jo Nang y Doo Ki mirándose retadoramente, Yoo Hwan sonriendo divertido, considerando el hecho de que el único varón del Sr. Cho es gay, aunque secreto para sus padres, realidad de su generación, si no lo sabrá él que tuvo su historia con Ki Gook.
- compermiso… - no soportando más estar ahí, el delfín se retiró de la mesa. El pelinegro le siguió.
- di lo que quieras, Jo Nang, pero no será sobre mí de quien hablen…
- tiene razón… - interrumpió el morocho con una sonrisa socarrona… - será sobre Ki Gook y alguno… - enfatizó el género masculino con esa sonrisa bailando en sus labios… - de sus tantos amantes…
- cómo te atreves a hablar así de mi hijo, insolente… - espetó con enojo el hombre, los otros invitados riendo de medio lado, era absurda su reacción cuando su hijo no ha hecho nada por ocultar su homosexualidad…
- mejor no te metas con mis hijos, Doo Ki, o te destruiré sin dudarlo… - ante tal amenaza, el hombre salió indignado, maldiciendo por lo bajo a los Park.
…………………………
- Junsu, espera, por favor… - pero el castaño seguía caminando a paso veloz por la calle, pasando entre las personas, chocando con ellas, arrepintiéndose de haberse involucrado en esa farsa, de tener que soportar reuniones como esas en las que solo el veneno busca ser liberado… -
- suéltame… - y es que el pelinegro había corrido hasta poder sujetarlo por el brazo… su voz apenas un rumor cargado de ira contenida…
- lo siento, en verdad… - notó que eran observados por los transeúntes, así que mejor tomó al delfín por la muñeca y caminaron hasta el auto del ratón… - perdóname, no esperaba que algo así pasara… - se disculpó sinceramente.
- quiero irme… - fue lo único que dijo el castaño, mirando por la ventana del auto.
Yoochun no dijo nada, se limitó a arrancar el auto y conducir de vuelta al hotel. Junsu pensaba en lo mucho que ha cambiado su vida desde el día que aceptó ese maldito contrato con el pelinegro, aunque también gracias a ello su madre ahora goza de buena salud. Pero le asusta la forma en que sus sensaciones y sentimientos por él se han modificado en apenas unos pocos días, cambiando del aborrecimiento a la atracción, del simple repostero al novio de uno de los herederos de una de las Franquicias más importantes del país. Le asustaba toda la situación en sí, la tranquilidad con que Jo Nang le diera la bienvenida, la forma en que incluso lo defendiera ante aquél hombre… teme… enamorarse perdidamente de Yoochun… otro hombre.
Cuando aparcaron en el estacionamiento, Junsu bajó apresurado dirigiéndose al ascensor, seguido por el pelinegro que no tenía idea clara de qué hacer o decir ahora. Llegaron al piso correspondiente y entraron a la habitación.
- porqué haces esto, realmente, porqué dijiste que necesitabas un novio, porqué yo, y no me digas que por el dinero… - “no soportaría esa realidad”… - porqué eres así conmigo, porqué flirteas, porqué anoche nosotros íbamos a… - calló, enrojeciendo de solo recordar… inconsciente de aquello que lo había impulsado a querer saber esas inquietudes…
- quisiera responderte, Junsu ah, pero… - el castaño bajó la mirada avergonzado y temeroso de lo que fuera a escuchar… - te hablaría ahora solo de confusiones y… - silencio… - tal vez lo mejor sea que sigamos viendo esto como un contrato, limitarnos a las cláusulas… - un vuelco en el estómago…
- tal vez lo mejor sea eso… - murmuró, sintiendo algo en su pecho desquebrajarse. Buscó su maleta y comenzó a buscar las pocas cosas que llevara…
- no te vayas… por favor… quédate… - ¿porqué dolía pronunciar aquellas palabras? ¿porqué de pronto sentía que viajaba en el tiempo y se repetía una experiencia de inmensa tristeza? ¿A qué se debía ese ardor en la boca del estómago?
- mira, Yoochun ah, yo se que tú tal vez estés acostumbrado a tratar con personas como el Sr. Cho, pero yo no, y no me siento cómodo, desde que llegamos vi como los otros se me quedaron mirando de pies a cabeza, examinando mi vestimenta, mi forma de caminar y hasta de hablar, y fue solo con unas pocas personas, no estoy seguro de querer vivirlo más tarde entre decenas de personas más… no quiero sentirme así otra vez, no tienen ningún derecho a juzgar quién soy…
Él también huía, como lo hiciera Yunho… o eso es lo que en esos instantes pensaba el pelinegro, sintiendo el pesar de la decepción martillando contra su cerebro… y sin embargo, ¿qué necesidad tenía Junsu de estar ahí? Tenía razón, no tenía porqué quedarse en un lugar en el que seguramente otros de su círculo social le juzgarán… no cuando la relación entre ellos es poco menos que un negocio, seis cláusulas de un contrato que en nada obligan al delfín a quedarse.
El castaño terminó de guardar sus cosas, la maleta sobre la cama. el pelinegro sentado en un sofá con una copa de vino en la mano… una cadena de oro con un peculiar dije en la palma de su otra mano, una pequeña figura tallada en oro que decía “2Yoo”, la muestra de la promesa que hiciera con el moreno de estar siempre juntos… y no pudo evitar recordar aquél día…
……..flashback…….
Una semana había transcurrido desde la primera vez en la intimidad, y ahora les resultaba casi imposible controlarse y no llegar a más cada que estaban solos en algún lugar privado, lejos de miradas acusadoras, inquietas, o hasta divertidas. Aprovechaban todo momento que podían para tomarse de la mano, abrazarse, acariciarse, besarse y desnudarse con fervor para hacer el amor.
- llegaron nuestros encargos de la Joyería… - saliendo de la cama (en una habitación de hotel a las afueras de la ciudad, donde no tenían que preocuparse por sus identidades), el pelinegro fue por su bolso, tirado a lado de la puerta donde quedó una vez que al entrar, sus manos buscaran ansiosas el cuerpo de su novio… - Yoo Hwan estaba de curioso preguntando qué era y cómo le habíamos hecho para mandarlas hacer… - relataba sonriente, sacando una caja negra con bordes plateados donde dos cadenas de oro descansaban, una con un medallón, la otra con un dije… - claro que, uno siempre puede darse sus mañas… - se sentó en la cama a lado del moreno, ambos desnudos…
- supe que tu hermano estaba saliendo con Ki Gook… - tomó ambas cadenas, admirando cada detalle en ellas, sintiendo entre sus manos un trozo palpable de su amor con el pelinegro…
- rumores nada más, Yoo Hwan dice que sí se besaron hace un par de días, pero que de ahí a ser novios falta una declaración formal y tal vez se lo piense; porque, ya sabes, Ki Gook solo anda por ahí experimentando e intentado hacer enfadar a su padre… -
- cierto… - se sentó sobre las caderas del pelinegro…
- con cuál te quedarás… - el moreno le besó apasionadamente mientras llevaba sus manos tras su cuello y abrochaba una de las cadenitas… la que llevaba un dije con la figura “2Yoo”…
- prometamos no apartarnos nunca de ellas… - el pelinegro colocando en su cuello la cadena con el medallón, donde ya una foto de cada uno habían colocado… - que aunque no las lleguemos a quitar, jamás nos desharemos de ellas…
- te lo prometo, Yunho ah…
- es una promesa entonces, Yoochun ah…
- Te Amo… - dijeron al unísono al tiempo que se fundían en un beso lleno de fuego y amor…
………flashback…….
Junsu estaba de pie, viéndole de perfil, notando su semblante pensativo, melancólico, y esa profunda mirada prendada de la cadena en su mano. y por un momento quiso ser más que un “novio de mentiras” para el pelinegro, quiso ser un amigo, alguien en quien pudiera confiar y le contara sus penas, porque aunque gran parte del tiempo se le ve sonriendo, siendo incluso en presumido, puede darse cuenta de que hay una gran tristeza en esas orbes oscuras en ese momento. Suspiró y terminó sentándose a lado del ratón en el sofá doble, alcanzando a ver el dije de la cadena…
- “2Yoo”… - pronunció leyendo, sacando al otro de sus pensamientos… - qué significa… - sonrió suavemente…
- ¿quieres que te lleve a la estación?... – tratando de no ser grosero, evadió la pregunta y guardó la cadenita en una pequeña cajita de terciopelo que colocó luego en el bolsillo de su pantalón…
- me quedaré… - aseguró. Inquieto por el significado de esa cadena, debía ser muy importante y a la vez doloroso lo que aunado a ella esté… y eso le oprimía el corazón.
- porqué… - pestañeó confundido…
- porque quiero quedarme… contigo… - tomó la mano del ratón, entrelazando sus dedos con los de él con suavidad… - somos novios, ¿no?... – sonrieron nerviosamente… - o sea, hay que hacer que tu madre se lo siga creyendo, y si me voy así como así no tendré su confianza, y…
- te quieres ganar a la suegra, eh… - bromeó el pelinegro, curvando una sonrisa juguetona…
- idiota… - replicó avergonzado… pero sus manos seguían entrelazadas…
- gracias… - murmuró el ratón…
…………………………….
Departamento de Jung Yunho. 8:15 pm
Jaejoong retiraba la venda del torso del moreno para revisar la herida y cambiar los vendajes, y de paso revisar si los hematomas ya han desaparecido…
- ¿duele menos?- sus manos pasando por sobre aquéllos moretones en la piel del moreno…
- sí… casi nada… - su cuerpo estremeciéndose ante el suave tacto de esas manos, que con el toque delicado de los pétalos se deslizan por su torso, espalda y brazos… - oye, Jae…
- dime… - limpiando la herida para colocar otra gasa…
- ¿te agradecí ese día? Es que no lo recuerdo, con la pastilla para el dolor que me diste me dio sueño…
- sí, me agradeciste antes de quedarte profundamente dormido… - sonrisa tierna.
El moreno pudo oler su lacio cabello cuando el rubio comenzó a enredar la venda en su torso, pegándose un poco a él al pasarla por su espalda, tenía un aroma dulce que comenzaba a nublar sus sentidos. Y cuando hubo terminado y le ayudara a colocarse la playera, se le quedó viendo sin darse cuenta de que lo hacía, descubriendo en esos ojos algo que ya antes viera pero que por alguna razón siempre se había negado a cuestionar…
- ¿es por mí?... –
- ¿qué cosa?... – cuestionó confundido, evadiendo el profundo mirar de su amigo…
- tu tristeza, la que tus ojos no pueden ocultar… ¿es por mi culpa?
- porqué habría de ser tu culpa, además… no estoy triste… - trató de sonreír para convencerle… - estoy cansado, nada más…
- no te creo, Jae… - tomó la mano del rubio, detectando el estremecimiento en su amigo ante su gesto… - a veces lo he pensado, pero suelo pasar de largo ante esos pensamientos… desde la primera vez que te lo dije… y cada que lo menciono… - el rubio bajando la mirada inconscientemente… - cada que hablo sobre Yoochun… - los ojos del rubio perdiendo un poco más de su brillo… - haces cosas como esta… - le tomó el mentón instándole a mirarle de nuevo… - bajas la mirada, te pones serio y entristeces…
- no… yo… Yunho… - y por primera vez en casi tres años de amarlo, tuvo miedo de haber sido descubierto…
- ¿estás enamorado de mí?...
Continuará……
Capítulo 6. ¿Doushite Kimi Wo Suki Ni Natte Shimattan Darou? (Parte 1)
¡¿Qué clase de pregunta es esa?!
¿Qué demonios se supone que responda?... ¿la verdad?... ¿una mentira?
Realmente qué importancia tiene, si cualquiera tendrá al final el mismo resultado para él: dolor… más agudo, palpable… hiriente… mortal…
Por que es desolador no saberlo suyo cuando es el motor de su vida, quien le imprime energía a su sueño y su vigilia, el aura de sus esperanzas y el fin último de sus deseos. Y fue por eso que se conformó con ofrecerle su cobijo, con solo anhelar el tierno besar de sus labios, o la pasión recatada de sus caricias. Juró ser su mejor amigo aún cuando aquello no bastara, ha cuidado de él y velado cada una de sus noches… porqué le hace esto entonces?
- ¿Jae?... – llamó con voz suave, inquieto por la respuesta. Pero, ¿porqué motivo quería saberlo?
¿Cambiaría en algo sus sentimientos la respuesta que salga de esos sonrosados labios? Ha sido su mejor amigo por años, le ha acompañado en las buenas, en las malas y en las peores. ¿Y qué le ha ofrecido él a cambio? Dolores de cabeza al por mayor, días de confidencia en los que solo él se desahogaba con el rubio, liberando entre sus brazos su propio sufrimiento, refugiándose en su regazo siempre que recordaba a Yoochun. ¿Qué haría entonces si Jaejoong le confiesa tan puro sentimiento del que no se siente merecedor? No cuando su corazón sigue teniendo el mismo dueño de cuatro años atrás. ¿Tendrá el valor de ocasionarle tal daño por su egoísmo al querer saber lo mucho que le importa al rubio?
- Yunho… - murmuró el mayor de los dos…
¿Vale la pena luchar por algo que sabes de antemano perdido? O es preferible decir adiós y comenzar de cero, entregar tu corazón para que sea roto en mil pedazos y seguir adelante con los trozos desperdigados de tu amor.
Que importan todas las dudas, los temores, la incertidumbre y la congoja, cuando el inconsciente decide participar de latente disyuntiva. Qué podían ellos hacer si sus rostros se acercaban lentamente sin darles tiempo siquiera a reparar en ello. Su cuando un roce de labios les estremeció el alma.
Se miraron por apenas un segundo antes de que sus bocas se unieran nuevamente, saboreando con dulces caricias de los labios del otro, delineando con parsimonia el acople perfecto, probando con gentileza, como si de un frágil cristal se tratara y temieras romper el hechizo de su encanto. Lengua respetuosa que pedía permiso para danzar con su igual en un baile de húmedas caricias que los hacía gemir bajito en medio del beso, probándose una y otra vez hasta que el aliento les faltó obligándolos a separarse.
Era claro el sentimiento… pero difuso el valor para aceptarlo y muchos los hilos invisibles que aún les atan a los cuestionamientos anteriores.
- solo me importa que puedas ser feliz, con quien tu elijas, Yunho… - susurró con voz suave, curvando una ligera sonrisa, depositando un casto beso en la mejilla del moreno… - adiós…
Se despidió y salió del departamento, luchando contra esa avalancha de emociones que arrasaba contra su ser. Nunca esperó que un primer beso doliera tanto. El moreno se quedó estático en su lugar, demasiado confundido y asustado por lo que un beso con su mejor amigo le ocasionó.
………………………………
Distrito Sinchon. Clínica Central. 11:20 pm
- mmhhh…
- ¿te gusta?
- sí… mmhhh, me encanta…
- ¿quieres más?…
- sí… mmhhh, que en verdad es delicioso, Lee…
- pero no te vayas a atragantar, Minnie, ve despacio…
- mmhhh… - el menor Kim mordió otra fresa después de haberla bañado en chocolate, degustando con deleite la fruta…
- sabía que te iba a gustar, si hay que verte la mar de contento con algún postre, basta con poner frente a ti un recipiente con fresas y chocolate derretido en donde bañarlas para que… - “gimas como si estuvieras teniendo un orgasmo”… pensó, y se dio un golpe mental por tal pensamiento…
- para que qué… - preguntó, relamiéndose los labios…
- para que se te ilumine la cara de placer… - mala palabra… - por el sabor… - aclaró nerviosamente el chico de ojos claros, sintiendo calor…
- porqué otra cosa si no… - el menor le miró divertido. Parecía que su amigo tenía cierto problema hormonal y él era parte de tal…
- sí, bueno… - aclaro la garganta… - hay que guardar esto… - comenzó a recoger los recipientes de plástico en que había llevado su postre de regalo para su amigo…
¿De qué forma fue que entró en su corazón? Realmente no lo sabe, quisiera poder decir que fue aquella ocasión en que su sonrisa le alegró el alma, o cuando sus palabras confortaron sus peores momentos durante la enfermedad de su madre, o que al perderse en esos ojos claros la calidez traspasaba su corazón… no lo sabe, pero sí el hecho de que sin Lee Seung él no sería tan feliz… aunque aun sean solo amigos.
………………………….
Barrio Haewon. Media noche.
Junsu entraba todo sonrisas a la habitación, en sus manos varias bolsas con souvenirs y algunas prendas adquiridas durante la tarde, después de haber recorrido aquellas calles repletas de aparadores. Yoochun estaba contento de ver feliz a su “novio”, había sido una tarde increíble por el simple hecho de haberla pasado con él. Una vez libres del compromiso vespertino de la reapertura del restaurante, el pelinegro invitó al castaño a ir y conocer las principales tiendas del distrito, el delfín se iba a negar, pero la verdad es que no muchas veces en su vida ha tenido oportunidad de pasear y ver todos esos sitios coloridos y llenos de moda, lo último de lo último en absolutamente todo lo que se le venía a la mente.
- ahh, estoy cansado… - exclamó dejándose caer en el sofá, las bolsas en la mesita de centro y el suelo…
- no es para menos, casi sentí que recorrimos todo Haewon… - el pelinegro se fue directo al baño para cambiarse la ropa por el pijama y andar descalzo…
- no seas exagerado… y no lo digas de esa manera que pareciera que le hablas a una chica, ¡y soy hombre!... – ¿acaso alguien estaba cuestionando su género?...no, es solo que se siente tan feliz con Yoochun, que… - mierda, me gusta un chico… - soltó en voz baja… el pelinegro volviendo…
- tengo más que claro que eres un hombre, Junsu… - le dijo mientras se sentaba a su lado y le sonreía con picardía… - y jamás pensaría en ti como una chica…
- voy a cambiarme… - se apresuró a decir, poniéndose de pie como resorte al sentir la respiración del ratón contra sus labios; el pelinegro sonrió ante su reacción, le encantaba ponerlo así… -
- eso significa que le gusto… - dijo para sí mismo, sintiendo una chispa de alegría nacer en su corazón ante la posibilidad, porque después de Yunho, no le había causado emoción gustarle a alguien.
Un minuto después ya estaban de pie a cada lado de la cama levantando las cobijas…
- ¿nos iremos mañana por la tarde?... – preguntó el castaño, metiéndose de su lado de la cama, mirando de reojo qué tanto espacio quedaba en la queen entre ambos…
- no, nos iremos el lunes por la mañana… - se acostó mirando al techo… - mañana quiero que vayamos al Parque de Diversiones, dicen que tiene la Montaña Rusa más espeluznante de la ciudad y que de noches es mejor…
- yo creía que tenías vértigo…
- quién te dijo…
- escuché por ahí…
- bueno, tal vez un poco, pero no importa, quiero que vayamos….
……………………….
Distrito Sinchon. Clínica Central. 5:42 am
ChangMin venía de su cirugía con el popular Dr. Lee Kyu Sung, casi seis horas de minucioso trabajo, pero al final había valido la pena cada gota de sudor, la operación había sido todo un éxito y ahora el paciente se encontraba ya en recuperación. Entró a la habitación que comparte con Lee Seung como residentes…
- ¿cansado?... – le preguntó su amigo, llenando unas historias clínicas…
- un poco… - el menor comenzó a quitarse el uniforme de cirugía…
- acuéstate boca abajo… - indicó con tranquilidad, pero en cuanto vio el ligero carmesí en las mejillas de su amigo… - voy a darte un masaje para que se te relajen los músculos… - aclaró…
- vale, en realidad creo que me vendrá muy bien… - ya con el torso descubierto se acostó en una de las camas individuales dispuestas en la pequeña habitación, dejando su espalda a disposición de las diestras manos del chico de ojos claros…
Lee Seung comenzó con un poco de presión sobre los hombros, sintiendo la tensión a su contacto, continuó de la misma manera un rato, pasando luego a la base del cuello, presionando sus dedos haciendo círculos, escuchando cómo el menor comenzaba a hacer ruiditos de conformidad ante el masaje. Bajó sus manos a los omóplatos, repitiendo movimientos circulares de presión en ellos, y cuando esa zona se relajó bajo sus dedos, descendió a los costados, para pasar por la columna vertebral y finalizar en la altura de la cintura, para entonces ya Min gemía como lo haría un sumiso gatito, casi ronroneando ante sus atenciones… y las hormonas despiertas querían jugar. Por lo que sin darse cuenta, el masaje que solo tenía por objetivo relajar y hacer descansar a Min, se convirtió en un juego de caricias que los excitaba a ambos.
- mmhhh, Seung… - se dio la vuelta incorporándose hasta quedar sentado de frente a su amigo… - me gustas demasiado… - declaró sin tapujo alguno, las mejillas y su mirada brillante clavada en el rostro de su amigo… - dime que no soy el único que siente así…
- Minnie… - sus ojos prendados de los labios del menor, respirando alterado… - dios, claro que no eres el único… - confesó con una sonrisa, apresando la boca del menor en un desesperado beso en el que ambos depositaron su necesidad de estar juntos, de no reprimir más esa atracción… - te quiero tanto… - susurró contra sus labios, para volver a besarse con un poco más de calma, pero la misma pasión latente que en ese momento circulaba por sus venas.
Las manos de Min pasaron por debajo de la playera blanca del chico de ojos claros, palpando la erizada piel, sonriendo entre el beso porque su “amigo” tiene sensibilidad en los costados y se mueve como si pretendiera alejarse por las cosquillas pero deseando ser tocado con más ahínco. Con toda la intención de sacarle la playera y continuar hasta el final, el menor se sobresaltó cuando el localizador de ambos sonó obligándolos a separarse…
- a trabajar… - dijo con un dejo de frustración el menor, mientras leía el código del mensaje, colocándose la playera blanca del uniforme de residente…
- antes, ¿quiere ser mi novio?... – era eso lo justo, lo correcto… aunque aun tenga que pensar en cómo se lo dirán a la Sra. Kim.
- claro que sí… - le dio un rápido beso en los labios, sintiéndose feliz por saberse ahora pareja del chico que ama, de quien se enamoró poco a poco, y quien no temía amarlo igual… -
……………………………
Distrito Gangnam-Gu. Residencia Kim. Domingo. 7 am
Jaejoong no había podido dormir en toda la noche, el recuerdo del beso con Yunho le rondaba la cabeza una y otra vez, la voz del moreno preguntándole si estaba enamorado de él. qué habría pasado si hubiera respondido claramente un sí?
- no hay diferencia…- murmuró con la voz apagada, aún acostado en su cama, sintiéndose demasiado angustiado como para iniciar el día… - a buena hora se me ocurrió decirle que lo cubría… - y es que antes de partir para con el moreno, Jae había aceptado cubrir a un compañero en su día libre… - sé que todo acabó, con qué cara podría verte ahora a los ojos… - continuaba con sus lamentaciones… ¿evitarlo? Imposible… - cómo pude ser tan débil en tan pocos minutos, porqué te besé si siempre supe que algo así terminaría por arruinar nuestra amistad… - se colocó de lado con las piernas flexionadas a la altura de su pecho, donde una almohada sujetada con fuerza al tiempo que nuevas lágrimas resbalaban por sus mejillas mojando su rostro… - duele, Yunho… duele amarte tanto y saber que ya ni como amigo podré estar a tu lado… porqué te besé… porqué me besaste…
… Es más fuerte el dolor del desamor cuando la persona amada te brinda instantes de esperanza que si te rompe el corazón con las palabras adecuadas…
- Jaejoong, hijo, ¿estás despierto?... – escuchó la voz de su madre al otro lado de la puerta, quien al no ver a su hijo a la mesa siendo ya casi hora de que se fuera al trabajo, se preocupó…
- sí… - pasó el dorso de su mano por sus ojos, tratando de que su voz se escuche normal y no quebrada por el llanto…
- ¿estás enfermo o algo?
- no… ya voy, es solo… es solo que me quedé dormido... – pero así como él no creyó en sus palabras soltadas con voz insegura, su madre supo que su hijo mentía, que había algo que lo tenía preocupado desde que volviera de Boston; porque esos ojos en los que ella siempre vio un brillo alegre y encantador, hoy no había otra cosa que tristeza.
- de acuerdo, hijo… - 10 minutos después el rubio se apareció en la estancia ya listo para el trabajo, pero llevaba tremendas ojeras y la piel más pálida de su ya natural blancura… - soy tu madre, Jae… y sé que algo te acongoja, y aún si es algo que no puedes o no quieres contarme, debes saber que cuentas conmigo, y que ese algo solo puede resolverse si lo enfrentas, jamás evadiéndolo o esperando que el tiempo lo haga por ti…
- gracias, mamá… - le dio un beso en la frente, dejando que le de un maternal abrazo… - perdona que no… me voy al trabajo… -
La Sra. Kim le vio partir y como toda madre, podía sentir el dolor de su hijo casi con la misma intensidad, y quería poder ayudarle… pero no puede hacer tal cosa a menos que su propio hijo le confíe los motivos de su sufrimiento.
…………………………
Departamento Jung.
Yunho inició su día demasiado distraído, sumido aún en sus propios pensamientos, en sus reflexiones y culpas… tampoco había conciliado el sueño, la imagen de Jae con el semblante triste lo había estado atormentando, y aquéllas palabras que tan quedamente pronunciara después de haberse besado retumbaban todavía en su mente…
… - solo me interesa que puedas ser feliz, con quien tú elijas, Yunho… -
Cómo podía él ser tan egoísta de haberle retenido a su lado como amigo durante tanto tiempo solo para herirlo a tal grado. No iba a mentir más, no iba a mandar al inconsciente otra vez todos esos sentimientos, los que ha notado en quien fuera su mejor amigo desde tal vez el primer momento en que Jae sonriera para él con aquella infinita entrega incondicional. ¿Pero qué podía hacer ahora? ¿Mentirse a sí mismo, engañar a su corazón y regresarle al rubio tan solo un poco de todo el amor que le profesan?... pero, no sería eso aún más cruel y despiadado… ¿casi como sentir lástima?
- qué mierda fue lo que hice… si tan solo no te hubiera besado… si tan solo… pudiera dejar de amar a Yoochun… - pensaba mientras se tallaba las sienes con desesperación, sentado en el comedor donde un montó de expedientes de su trabajo se encuentra abiertos pero sin ser leídos todavía… no tenía cabeza para nada más que no implicara su disyuntiva emocional Jae-Yoochun.
Estaba seguro de que bastaría con ver al pelinegro o escuchar su varonil voz para sentir el mismo amor que sentía por él antes de abandonarle, está seguro de que si le dieran una segunda oportunidad, él volvería a ser feliz. Pero era una bajeza estarse llevando de por medio la felicidad de Jaejoong… qué clase de amigo era él entonces, cuando durante casi tres años de amistad nunca ha hecho nada por el rubio?
… Puede que el amor sea ciego y nos enloquezca hasta la muerte… pero no es acaso la amistad el paliativo con el que uno se siente seguro…
- pero ahora no tengo nada… ni el amor de Yoochun… ni la amistad de MI Jae… - palabras hirientes que se clavan en el pecho como afiladas cuchillas que desangran un corazón agonizante.
…………………………
Barrio Haewon. Lunes. 6:00 am
Yoochun y Junsu se habían divertido como un par de amigos el domingo anterior, la aventura en la Montaña Rusa había resultado por demás interesante, había quedado al descubierto el vértigo del pelinegro, igual que su orgullo masculino por no ceder ante reto alguno… neh, la verdad es que intentaba (inconscientemente) quedar bien con el castaño, parecer un chico fuerte al que nada lo detiene. Lástima que la naturaleza y la fuerza de la gravedad no hayan cooperado con su causa, porque apenas bajaron del juego, el ratón corrió a un baño para devolver todo lo que había comido y un poco más. El castaño se había limitado a no burlarse de su frustrado intento por parecer un hombre inquebrantable, y acompañarlo por varios minutos sentados en una banca solitaria mientras el mareo pasaba.
Aparte de eso, todo lo demás fueron risas, risas y más risas. Era extraño como de pronto podían congeniar como amigos, aunque los flirteos y los sonrojos no dejara de presentarse entre ellos.
El molesto sonido de la alarma viniendo desde el móvil del pelinegro los arrancó a ambos de los brazos de Morfeo. Yoochun se giró para estirar su brazo y tomar su móvil de la mesita de noche para apagarlo, pero… no había más espacio en la cama sobre el cual girarse, por lo que… terminó de bruces contra el suelo alfombrado… (n/a han notado cómo me gusta hacerlo caer xD)
- ay, mi nariz… - se quejó, al tiempo que el castaño se había acostado atravesado en la cama, viéndolo sentado en el suelo sobándose la parte afectada…
- ¿perdiste algo?... – se burló con una sonrisa inocente…
- muy gracioso, Junsu ah… - se puso de rodillas en el suelo, colocándose frente al delfín con sus manos en el borde de la cama… - como a ti no te dolió… - puchero…
- oh, pobrecito ratón… - y sin poder evitarlo depositó un beso en la nariz del pelinegro, y luego uno en sus labios… - ¿mejor?... – sonrió con timidez… “¡qué hice!”
- mejor… - acortó la distancia besando otra vez al castaño, dejándose llevar por las sensaciones que esa boca, esa piel, ese cuerpo, ocasionan en él. De pronto, ya se encontraba sobre el delfín devorando sus labios con súbita pasión… hasta que una pregunta rompió con la atmósfera…
- ¿quién es Yunho?... – y es que el castaño lo había escuchado llamarlo entre sueños esa noche, y no pudo evitar cuestionar, era como si supiera que no podía entregarse a alguien que está atado a fantasmas del pasado…
- quién te habló de él… - preguntó con tono molesto, apartándose del delfín…
- nadie… - se extrañó por su reacción… - tú dijiste ese nombre anoche mientras dormías, soñabas con esa persona, supongo… - buscó la mirada del ratón, pero éste ya se encontraba de espaldas a él tomando su ropa…
- no es nadie, voy a ducharme, nos vamos en una hora… - el ratón se sentía ofuscado consigo mismo… con el delfín por haber cuestionado en ese momento… pero, ¿cómo era posible que soñara con el moreno?... cómo puede no recordarlo… lo que es más, ¡mencionarlo mientras duerme con otro chico!... ¿qué se suponía le respondiera a Junsu? Cómo… cómo le hablas a tu novio de un exnovio a quien no has podido olvidar… a quien aún amas…
- “Junsu no es realmente tu novio”… - le dijo una vocecilla en su mente….
- lo es… - afirmaba para sí mismo, en tanto el agua corría libre por su desnudo cuerpo…
- “claro que no”… - replicó esa vocecilla interna… - “Junsu es solo tu novio por contrato”
- novio por contrato… - repitió con voz apagada, sintiendo un vuelco en el estómago, como ya tantas veces tratándose del castaño… y el recuerdo de Yunho apareciéndose insistentemente en sus pensamientos…
- “¿cuándo le llamarás?, por cierto, Yunho debe estar esperando tu llamada, con la misma impaciencia de aquellos días, cuando eran novios, lo recuerdas”… - esa voz comenzaba a parecerle fastidiosa, con ese tono autosuficiente, pícaro y emocionado… y que comenzaba ya a sacarle un dolor de cabeza porque solo logra confundirlo más…
- ¿qué haré si te llamo?... – él realmente necesitaba hablar con el moreno… - qué explicación puedes darme después de cuatro años… cómo reaccionaré a eso…
Cuando el pelinegro salió de la ducha, el castaño tomó lugar inmediatamente, observando que el ratón parecía ausente, pasando por su lado con solo una toalla alrededor de su cintura y el cabello aun escurriendo gotas de agua que se perdían por su rostro, su cuello y el resto de su cuerpo; tan absorto en sus propios pensamientos que le ignoró por completo.
- ¿quién es Yunho?... – era la inquietante cuestión que el delfín tenía bien clavada en la mente.
Saltaba a la vista que él era la persona relacionada con aquella cadenita que tanto observara el pelinegro el sábado por la mañana… y Junsu se sentía celoso de esa persona, sentía también una peculiar apatía por él, por ser fuente del dolor de su “novio”.
- Yoochun, ¿me dejarías curar tu dolor?... ¿o es Yunho tan importante como para no olvidarle nunca?.... – murmuró a su reflejo en el espejo empañado por el vapor de la ducha, notando en su semblante una expresión que nunca antes viera… la de un chico enamorado y asustado por ello… sobre todo, por el temor al pasado de aquel en quien sin darse cuenta ya ha depositado sus sentimientos… - después de todo… sí soy gay… - curvó una sonrisa que no terminaba por definirse entre la felicidad y la melancolía…
…¿El amor puede doler antes de ser rechazado?...
El camino de regreso a Gangnam-Gu fue por demás silencioso. No incómodo, ni siquiera había cabida para pensar en cómo se sentían uno a lado del otro, porque Yoochun se limitaba a conducir como autómata mientras continuaba divagando en sus pensamientos; y Junsu iba por las mismas condiciones sentado de lado del copiloto, su mirada perdida en las diversas escenas que pasaban ante sus ojos a través de la ventana, sin que pudiera realmente prestarles atención.
Es increíble como los buenos momentos pueden dar paso tan abruptamente a instantes como éste. Habían pasado un fin de semana divertido, habían descubierto la atracción mutua (aun cuando no la aceptan con palabras ante el otro) de la forma menos convencional o romántica posible pero… la habían pasado bien, al final esos días los habían acercado de una u otra forma. Porqué era entonces que no podían atreverse a estar juntos, sin un estúpido contrato de por medio?... Ah sí, el motivo tiene nombre: Yunho.
…A veces enamorarse no es precisamente la cosa más hermosa del mundo…
……………………….
Estacionamiento Restaurante Park.
- discúlpame… - soltó de pronto el castaño, en el momento en que el pelinegro desabrochaba su cinturón de seguridad listo para bajar…
- porqué… - suficiente privacidad como para entablar una conversación…
- no debí preguntar, solo que no tenía idea de que te fuera a molestar…
- ya… no importa, igual no debía reaccionar así…
- comprendo… bueno, no en realidad… - “¿qué es Yunho para ti?”... – pero… - le miró con esa profunda mirada que lo hace sentir rodeado de una calidez que le transmite tranquilidad… - me gustaría que pensaras en mí como algo más que un novio de mentiras… - el pelinegro clavó su oscuro mirar en él… - me gustaría que pudiéramos ser amigos, así cuando el mes termine, siempre podemos seguir viéndonos, ¿no?... – el tono carmesí cubriendo sus mejillas…
- un amigo que me regala besos… - murmuró suavemente, recordando el beso de esa mañana, entregado porque sí, sin alcohol ni ninguna otra coacción de por medio…
- ¡no!... – colorado hasta la raíz de sus cabellos… - o sea…
- tranquilo… - su mano acariciando la mejilla del delfín… - solo bromeaba con eso… - ¿lo hacía?... – gracias por ser como eres, Junsu ah… - el castaño sentía cosquillas en el estómago y deseó que el pelinegro en verdad lo besara en ese momento… - vamos… - bajaron del auto…
…………………………
Cuando Jae vio a Junsu llegar a su área de trabajo saludando con una radiante sonrisa a Lee Seung, envidió la felicidad del castaño, y al mismo tiempo sintió su pecho oprimirse al pensar en Yunho, en que tal vez el sufrimiento al saber que Yoochun no volverá con él, hundirá al moreno en la misma soledad hiriente en la que él mismo vive ahora. Extrañando las charlas de amigos, las miradas amables, las tardes de ver películas sentados en el sofá, las ocasiones de salir a tomar un café y hablar de trivialidades, incluso los momentos en que el moreno le contaba del pelinegro… contrario a lo que hubiera pensado, deseaba no haber vuelto nunca de Boston.
……………………….
Distrito Sinchon. Parque Universitario.
- ¡me alegro mucho por los dos!... – emocionado, el castaño estrechaba en un fuerte abrazo a su hermano. Había ido ahí solo para ver las posibilidades que tenía de retomar sus estudios, y los chicos aprovecharon para decirle sobre su noviazgo…
- ya bueno, hyung, deja de abrazarlo… - actuando celoso, el menor Kim separó a los dos adueñándose del brazo de su novio…
- pero si apenas lo estaba abrazando, ni siquiera habían pasado cinco segundos, Min celoso… - como un niño, el castaño molestaba a su hermano enseñándole la lengua… pero la verdad es que estaba muy feliz por ellos dos… al menos ese era un noviazgo real…
- mentira, llevabas 15 segundos… - le siguió el juego su hermano… aunque en verdad había tomado tiempo… poco les importaba que otros estudiantes que pasaban por ahí los vieran…
- ya, ni que se te fuera a gastar por un simple abrazo… - jugando, el delfín volvió abrazar a un Lee Seung que solo reía por las ocurrencias de los hermanos Kim…
- que dejes de abrazar a MI novio… - y volvió a arrebatárselo, abrazándolo por la cintura, pegándose a él con recelo… - tú tienes el tuyo, ve y abrázalo si quieres… - la sonrisa del castaño casi desapareció, el menor se mordió la lengua por su imprudencia… la falta de sueño hacía que se fuera de lengua larga…
- entonces, tú y Yoochun… son… - ya decía el chico de ojos claros que era rara la relación entre ellos dos…
- ¡no lo digas!.. – cortó el delfín, sintiendo sus mejillas arder (para variar) a la vez que sentía una opresión en el pecho… - no cambiemos de tema… - trató de suavizar, pero los otros dos entendieron que era mejor no mencionar nada más al respecto… - ¿y piensan hablar con mamá?
- por el momento no… dudo mucho que le vaya a hacer gracia y nos felicite con un fuerte abrazo como tú….- el menor era conciente de que su reciente noviazgo con quien es casi como otro hijo para So Lyn debe tratarse con precaución…
- no creo que mamá se moleste, a ella lo único que siempre le ha importado es que seamos felices, Min… pero hacen bien en tomarlo con calma…
- además, su madre está recién operada del corazón, vale más no darle noticias tan… como decirlo, impactantes… -
- cierto… - asintieron los hermanos Kim.
………………………….
Día 14 del Contrato YooSu.
- ohh… - exclamaba emocionado el castaño, mirando cada rincón de aquél vacío departamento, pasando hasta el ventanal que le ofrece un bello panorama de la ciudad… en el horizonte, las montañas de Namsan mucho más lejos de lo que parece… - ésta vista es preciosa… ven, Yoochun ah, mira… - llamaba al pelinegro con la alegría de un niño…
- tú qué crees, este departamento es mejor que los otros que hemos visto… - cuestionó parándose a lado del castaño, mirando el mismo panorama, descubriendo su hermosura… ¿o era la del chico a su lado?
- yo creo que sí, pero eres tú quien lo va a comprar, tú debes decidir cuál te gusta más… - “ojala un día yo pudiera comprar mi propio departamento” se paseaba una vez más por cada habitación… “yo ni siquiera podría pagar la renta de uno así”
Yoochun lo seguía con la mirada, y de pronto una escena de ellos dos juntos viviendo en ese departamento se formó en su cabeza… y fue una sensación agradable. Uno no puede amar a dos personas a la vez, ¿cierto? Entonces, ¿qué nombre debe darle al sentimiento que Junsu le inspira? Cuando sigue aferrado a su primer amor… a Yunho…
- bueno, compraré éste departamento… - aseguró, el castaño le miró desde la puerta de la cocina…
- me caes mal…. – soltó en fingida molestia, cruzándose de brazos desde su lugar…
- porqué… - confundido…
- hablas de comprar este lujoso departamento en una de las zonas más caras de la ciudad como si te refirieras a… no sé, un cambio de ropa… - ¿hay personas que solo pueden soñar?
- perdón, yo no pretendo… ya sabes, hacerte sentir incómodo o algo así, disculpa si acompañarme fue mala idea… - sinceró, a menudo olvidaba que pertenecen a clases socioeconómicas diferentes…
- mh, supongo que tengo que acostumbrarme… - dijo encogiéndose de hombros, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón… - eh, Yoochun, ¿te puedo preguntar algo?
- claro…
- porqué de pronto quieres tu propio departamento, imagino que tu casa es enorme…
- llega el momento en que todo hombre desea independizarse, y eso incluye abandonar el hogar de los padres… ¿tú nunca has pensado en dejar de vivir en casa de los tuyos?....
- yo solo vivo con mi madre y mi hermano, y no sé, hasta hace poco ni siquiera era una opción…
- porqué…
- mh… - miró al pelinegro con indecisión… - no podía dejar a mi madre sola, necesitaba cuidado constante… - por la expresión del ratón supo que esperaba saber más al respecto; hasta el momento el tema de las familias poco ha sido tocado, de hecho, hablar de la suya era la primera vez… - pero ahora ya está muy bien, así que no sé, tal vez un día también busque un departamento… - omitió detalles acerca de la enfermedad de su madre y el uso que le dio a los 15 mil dólares que las mantiene unidos por el contrato…
- bueno, si un día piensas comprar uno y necesitas un préstamo, siempre puedes pedírmelo a mí… - bromeó el pelinegro… -
- idiota… - espetó molesto y avergonzado…
- me ayudarás… - preguntó haciendo morritos…
- a qué… - el castaño sintiéndose nervioso… el ratón ampliando una sonrisa.
………………………….
Día 17 de Contrato.
Ambos chicos estaban sentados en un cómodo sofá, admirando el buen trabajo que consideran haber hecho en el nuevo departamento de Yoochun. Habían terminado por pintar, decorar y comprar (como un par de novios o recién casados) muebles. Las paredes de la estancia y el comedor estaban pintadas de un tono amarillo crema que le daba calidez al espacio; la cocina de un tono similar, y las dos habitaciones de un azul cielo que invitaba al descanso. Un comedor de cuatro sillas, la sala de piel color negro, un mueble con televisión, DVD y un equipo de sonido. En las recámaras, una cama matrimonial, cómoda con espejo y buró.
- bueno, a partir de hoy viviré aquí, una nueva etapa de mi vida comienza… - dramatizó el ratón, arrancando una sonora carcajada en el delfín. Luego volteó hacia el ventanal…se paró y se quedó contemplando el panorama…
- es precioso el atardecer desde aquí… - murmuró con voz suave, abrió la ventana corrediza dejando que el aire acaricie su rostro y mesa sus cabellos… el sol ocultándose en el horizonte…
- sí, hice bien en pedirte que me acompañaras, yo no pongo mucha atención en esos detalles… - inconscientemente, abrazó al delfín por la espalda, enroscando sus manos en su cintura…
- Yoochun… - susurró nervioso, su corazón palpitando acelerado…
- ven a vivir conmigo, Junsu… - cuando el castaño giró su rostro un poco hacia atrás en ese abrazo, sorprendido por la proposición, toda respuesta o palabra que pudiera decir quedó atrapada en su garganta cuando sus labios fueron tomados por los del pelinegro…
Continuará……
KYAAAAAAAAAAAAAAAAAA *W* !!!!!mori de todos los cap el mejor final !
ResponderEliminarahhh si que vivan juntos!!!
ResponderEliminarU_U hay y pobre de mi Jae, será que el bobo de Yunho no le va a parar bola? o.O'
Muero muero muero es lo mejor mi yoosu pero maldicion yunho estupido que hace sufrir a Mi Jae :C tengo la fe en que ellos se quden juntos
ResponderEliminarEstoy pensando seriamente en hacerme una cuenta xD esque entre a tu blog por sugar love y despues me atrapo el magic love y ahora estoy leyendo TODOS tus fanfics y shot pero me gustaria un jongkey no se si te guste tanto pero me haria muy feliz uno
Feña~
oooh! pobre JJ!!! fuck Yunho, tienes que dejar ir a Yoochun & luchar po Jae! >.<
ResponderEliminaraamdendjnf! el YS que ya quiere vivir juntos!!! siii sii *o* era relacion avanza muy bonito!<3
waaaaaa! Min ya tiene novio!!!!! aunque pense ciertas cosas cuando lei qe comian fruta! ajnjne! ya estoy dañada! xDDDDDDDD
aaaahhh me sigue emocionandoooo que lindoooo!!!!!!!!!!!! amo este fic
ResponderEliminarw2aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa... o por sishus!!!!!!!!!!
ResponderEliminarno puede ser!!!!!!
Noooo ya, en serio el 2u debe hablar cuanto antes!!! No soportó la idea. De Jae sufriendo así por qué Yunho este aferrado a mi Chunnie. Tenía mis dudas sobre el por qué se fue sin explicarle nada pero así como va la cosa creo que ya sé. Justo ahora me encantaría que alguien le haga la redonda a Jae para que Yunho vea que puede perderlo además de todo lo que ya lo lastimó. Esta demaciado conforme con tenerlo solo a su disposición y no Noooo señor. O deja ir a mi Chunnie que ya está hagaeeando camino con Su y deja de hacer llorar a Jae o le doy sus pataditas. Ay Dios a que Changmin comió algo, está muy dócil mi fiero saecastico o es solo mi imaginación??
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