Capítulo 7. ¿Doushite Kimi Wo Suki Ni Natte Shimattan Darou? (Parte 2)
Cuántos besos serías capaz de entregar y recibir antes de aceptar ese sentimiento que pugna por salir y ser expresado libremente, ¿cuánto puede pesar la incertidumbre de lo desconocido como para impedir que dos personas estén juntas?
………………….
- ¿Porqué me pides algo así?... – cuestionó el castaño apenas terminó el beso… ¿qué era exactamente lo que pasaba por la cabeza del pelinegro en ese momento?
- yo… - tarde se dio cuenta de las palabras que habían escapado de su boca… - pues… - ¿porqué le pidió algo así? En verdad, ¿se ha enamorado a tal grado de Junsu?
- no sabes porqué, ¿verdad?... – trató de que sus palabras sonaran tranquilas, pero si era sincero consigo mismo, ese momento era incómodo y le oprimía el corazón… - me sueltas, por favor… - apoyó sus manos en las del ratón, como para sacarlo de sus pensamientos, sintiendo que su calor en ese instante no era solo suyo…
- lo siento, Junsu, de verdad… - dando un pasó atrás… - no se lo que me pasa contigo… tú… me gustas, pero… - silencio. Yoochun mirando hacia un lado, el castaño mirándolo fijamente.
- está bien… al menos es un buen comienzo… - se acercó al pelinegro… - no hay porqué apresurar nada, Chunnie… - sonriendo de medio lado, consiguió que su “novio” le mirara a los ojos para luego fundirse en un beso más…
- ¿Chunnie?... - enarcó una ceja, sonriendo divertido… - es la segunda vez que me llamas así…
- ¿la segunda?
- sí, aquella noche cuando tú y yo casi… - sonrojo violento en ambos… - bueno, esa vez también me llamaste así…
- me gusta cómo se escucha, y es de cariño… - puntualizó aun sonriente… - no te quejes…
- no me estoy quejando, Susu ah… - ahora fue el castaño quien enarcó la ceja… - qué, es de cariño… - comportarse como novios, ¿no implica de hecho serlo?
……………………….
Cada día Yunho escribía un nuevo mensaje, con distintas cosas por decir, pero nunca los enviaba. Empero, extrañaba demasiado a Jae… a su amigo, y se sentía miserable por ello, por no dejar de ser el estúpido egoísta que solo quiere a su mejor amigo de regreso, ese en quien desahogar todas sus penas, el que le cocina sus platillos favoritos, el que ríe con él y pasa largas horas frente al televisor viendo películas tontas, ése que siempre consigue sacarle una sonrisa aún en sus peores momentos, el mismo que lo motivaba a luchar por el amor de Yoochun.
Porque era que siempre que pensaba en Jaejoong, terminaba pensando también en el pelinegro? Era acaso que tratándose de ellos dos, el amor y la amistad nunca podrían mezclarse? Estaba obligado a renunciar a ambos por su incapacidad de entregarse, por su don para hacer daño a quienes más le importan? Era ese el legado que aprendiera de sus padres? Aleja aquello que te hace débil.
- ¡maldición!... me explotará la cabeza de tanto pensar y no llegar a nada… - y una vez más como lo hace cada tanto por día, sacó su móvil y escribió un mensaje para Jae… uno que una vez más no envió. Y entonces se dio cuenta de algo… - hice lo mismo éstos años que estuve en Boston, escribí cartas, mails y compré postales para Yoochun, pero nunca las envié… ¿cuándo pararé de huir?
…………………………
Restaurante Park. Oficina de Jo Nang.
- conozco a tu hermano como llegué a conocer a tu padre… y como de hecho te conozco a ti… - el morocho escuchaba atentamente a su madre… - el amor es una cosa demasiado compleja como para fiarse incluso de él; sé que Yoochun aún piensa en Yunho, pero también que tiene un cariño muy especial por el joven Junsu, y la única forma de que su corazón elija a uno es obligándolo a ello…
- de qué hablas madre, creí que habías dejado el tema por la paz ahora que Yoochun sale con Junsu…. – su madre le miró con una sonrisa amable…
- te has enamorado, ¿Yoo Hwan?... – el morocho entrecerró los ojos, en su mente la imagen de alguien; su madre analizando su expresión… - el enamoramiento es un estado complicado de aletargamiento emocional, pero basta que un factor externo aparezca con la suficiente fuerza como para generar una confusión y descubres el amor verdadero en medio de la tormenta que se desata de esa aparente calma…
- no te entiendo…
- enamorarse es casi fácil, pero el amor… - suspiró… - ese sentimiento es lo más difícil que puede vivir una persona; hermoso, sin duda, pero no se llega a él sin antes haber superado toda prueba, la más importante de todas, la que representa uno mismo. Yoochun amó a Yunho, y aún cree amarlo, pero confundido con la llegada de Junsu a su vida, no podrá definir sus verdaderos sentimientos a menos que los enfrente…
- ¿y cómo se supone que hará eso?...
- ofrecerás una fiesta en algún antro, tú sabes mucho de ello, y te asegurarás de que Yoochun y Junsu vayan, pero sobre todo, invitarás a Yunho…
- espera, espera, espera… - el morocho se puso de pie haciendo aspavientos, confundido por lo que su madre le pide… - no decías que no quieres que Yunho y Yoochun vuelvan, no crees que si ellos se encuentran eso terminará por ocurrir...
- tal vez, aunque me inclino más por la posibilidad de que tu hermano se de cuenta de que puede amar al joven Junsu; desde el encuentro con Doo Ki yo misma comprendí que debo dejar a Yoochun ser feliz con quien elija; pero también veo por el joven Junsu, a quien he notado cada día más enamorado de tu hermano… - el morocho sintió una incomodidad al escuchar eso… - es mejor que las cosas tomen su curso real ahora, antes de que el daño que pueda ocasionarse sea irreparable…
…………………………
Día 19 de Contrato. Antro “Destination”
Yoo Hwan rentó el local para una fiesta privada a la que invitó a prácticamente todos los empleados del restaurante, el único pretexto, convivencia laboral. El lugar es uno de los más populares del distrito, reconocido por su música rítmica creada especialmente por el DJ, cuyas mezclas logran que el ambiente sea inmejorable y hasta el más cansado o aburrido logre prenderse y divertirse al por mayor.
Las luces de colores parpadeaban por todo el local, los tantos invitados en diversas actividades: bailando, sentados en las mesas de la primera y la segunda planta desde donde la pista de baile abajo permanece como centro de todo el antro, muchos en las barras tomando o haciendo sus pedidos, hombres y mujeres que espabilan el estrés olvidándose de toda preocupación.
A diferencia de la ocasión en Haewon, aquí, Junsu estaba bastante más cohibido, empezando por el hecho de que no ha tomado una sola bebida, más aparte no se le despegaba a Lee Seung y a Minnie (quien aunque no trabaja para la Franquicia, está con ellos porque les permitieron llevar un invitado), aunque tampoco dejaba de estar al pendiente de lo que su “novio” hace, sintiendo celos al ver cómo era rondado por varias mujeres que vaya a saber dios de dónde salieron, pero evadiéndolo cada que Yoochun pretende acercarse a él.
Yoo Hwan observaba detenidamente cada movimiento de su hermano y Junsu, podía notar (y eso era divertido para él) las miradas recelosas del pelinegro ante el chico que lo acompaña junto con Lee Seung, incluso él se sentía inquieto. Y es que los hermanos Park no saben que Minnie es el hermano menor del delfín. Sin embargo, la atención del morocho estaba a la espera de Yunho, suficiente problema tuvo para localizarlo y una vez que lo hiciera, el moreno negó su invitación; pero estaba seguro de que no resistiría la tentación de ver al pelinegro, así que esperaba pacientemente por su arribo, sentado en una de las mesas de la segunda planta que le daba una panorámica de todo el antro, la entrada y la pista de baile.
- ¿mamá no te puso peros para hacer esta fiesta?... – el ratón se sentó a lado de su hermano, una bebida en su mano…
- no, le pareció buena idea hacer eventos así para los empleados… - el morocho sonrió al ver que su hyung fruncía el ceño porque Min le hablaba al oído al delfín… - ¿quién es el amigo de tu novio?
- no tengo idea, no me lo presentó… - respondió con sequedad, sorbiendo de su bebida…
- y porqué no vas tú y te presentas, se buen novio, hyung… - el pelinegro sonrió ante esas palabras “se buen novio”, las mismas que el castaño le dijera aquella ocasión en Haewon…
- hay demasiada gente con los ojos muy abiertos y el oído muy afinado a pesar de l ruido de la música…
- como si toda esa gente no rumorara ya algo entre tú y él… - los hermanos Kim y Lee Seung tomando lugar en la pista, comenzando a bailar con ritmos de hip hop y break dance, la gente comenzando a dejar un círculo en torno a ellos, aplaudiéndoles y gritando con entusiasmo…
- a los rumores siempre se les puede dar el beneficio de la duda, pero si voy y lo busco, sé que no querré apartarme ya de él, y entonces ya no será solo un rumor…
- ¿y acaso te preocupa que te líen con él?
- no quiero exponerlo, no ante tantas personas… - apartó la vista de la pista de baile, donde su “novio” y sus amigos seguían siendo el centro de atención… - pareces muy interesado en el curso de mi noviazgo con él… - dijo mirando directo en los ojos oscuros como las penumbras de su hermano…
- te seré sincero… - se puso serio… - él me gusta y tú aún piensas en Yunho… - el pelinegro le regresó una mirada molesta con un dejo de incredulidad… - así que solo espero la oportunidad… - se puso de pie, se inclinó para hablarle al oído… - de que tú te equivoques… - soltó con voz peligrosamente venenosa, presionando con un poco de fuerza el hombro del ratón, para luego bajar a la pista de baile donde ya todos bailaban en multitud…
Yoochun se quedó unos instantes procesando las palabras del morocho, regresó su mirada a la pista, sintiendo su sangre hervir al ver a Yoo Hwan bailando junto a Junsu, hablándole al oído, y desde ahí pudo notar el sonrojo apoderarse de las mejillas de su “novio”. Bajó como alma que lleva el diablo, ignorando las sonrisas y miradas coquetas de varias chicas en su camino, pasando entre las decenas de personas bailando, hasta por fin tener al frente al castaño, quien al verlo le regaló una tímida sonrisa; el morocho ya no estaba por ahí, y el MinLee bailaban juntos mientras observaban al YooSu con expectación…
- ¿te diviertes?... – le preguntó al oído, con un tono de voz tan varonil y sensual que el delfín jadeó contra su cuello…
- sí… - murmuró nervioso, la mano del ratón adueñándose posesivamente de su cintura… - Yoochun, aquí no, por favor…
- ¿qué te dijo mi hermano?... – ignorando la petición del castaño, comenzó a moverse al compás de la música techno que invitaba a la sensualidad, a movimientos pausados y candentes…
- que bailaba muy bien… - el mundo a su alrededor comenzando a desaparecer, sintiendo el calor aumentar en su cuerpo…
- ¿y por eso te sonrojaste?... – la mano del pelinegro deslizándose por su espalda, acariciando sugestivamente…
- yo… mmhhh… ¿te pusiste celoso, ratoncito?… - las manos del castaño en los costados de la cintura del pelinegro, siguiendo el compás de sus movimientos…
- eres mi novio, no me gusta que otros se acerquen a ti… - aseguró con voz ronca, la temperatura de su cuerpo elevándose más…
- Chunnie… - murmuró, emocionado de saber que provoca esas reacciones en él…
- ¿importa si los interrumpo?... – la voz del morocho los sacó del mundo privado en el que se habían sumergido… - Yunho llegó, está en el bar, ¿no quieres saludarlo, hyung?… - naturalmente, Yoo Hwan estaba provocando al pelinegro, pero se extrañó cuando notó la mirada aturdida de Junsu… Acaso él no sabe sobre el moreno?
- ¿Yunho?... – el mundo de Yoochun se sacudió, hacía días que no sabía nada del moreno, y ahora resultaba que estaba ahí… su corazón comenzó a latir muy rápido y demasiadas cosas pasar por su mente como para dilucidarlas. La gente a su alrededor comenzando a rumorar, pero eso para él era infinitamente insignificante…
- yo quiero conocerlo… - habló el castaño con seriedad… - ¿puedes presentármelo?... – pidió a Yoo Hwan, no al pelinegro…
… Si quieres demostrar tu amor, disponte a enfrentarlo todo por ello…
- seguro… - sonriendo complacido, el morocho le indicó salir de la pista de baile.
El ratón estaba en shok, no solo por saber que el moreno estaba ahí, sino también porque su “novio” decidiera conocerle. Yunho ya no estaba en la barra del bar, al final había decidido retirarse; el menor Park le vio dirigirse a la salida, por lo que decidido aceleró el paso para alcanzarlo…
- espera… - el pelinegro tomó al castaño por el brazo, pero no fue el único que escuchó su grito, ya que su hermano iba un poco delante, y el moreno estaba a un par de metros, más bastó con escuchar su inconfundible voz para parar y girarse… y experimentar un tornado de sensaciones al verlo…
Yoo Hwan no quitaba su sonrisa, aunque sinceramente no sabía qué esperar de esa situación. Yunho y Yoochun no podían apartar su mirada del otro, años de no poder verse con aquella profundidad comenzaba a transportarlos por un túnel de memorias. Junsu no estaba ajeno a esa conexión, no se necesitaba ser demasiado intuitivo como para no darse cuenta de que esos dos tenían algo especial que los unía.
- nos vamos… - el ratón tomó la mano del delfín y tiró de él para salir del antro (suerte que no había más personas en el pasillo de entrada), pero al pasar a lado del moreno, éste tomó su otra mano con fuerza haciendo que se detuviera, y por lo tanto el castaño con él, quien desconcertado, no pudo más que girarse para observar con determinación al moreno…
- por favor, Yoochun ah, solo quiero hablar… - un chico de cabellos rubios entrando por el umbral, abriendo sus ojos de par en par al toparse con la escena…
- lo siento, ahora no puedo… - intentó zafarse, pero el moreno tenía bien sujeta su mano… ¿o era esa parte de sí que deseaba quedarse?
- solo serán unos minutos… - insistió el moreno…
- MI novio y yo llevamos prisa… - soltó el castaño con seguridad, logrando que Yoochun y Yunho le miraran; el primero con sorpresa ante su repentino celo hacia su persona, el segundo con el ceño fruncido, celoso de su afirmación…
- sé que no me llamaras nunca, y lo que voy a decirte en realidad necesitas saberlo, jamás te dejé de amar, Yoochun ah… - tratando de conseguir un tiempo a solas con el ratón, no pensó en el impacto de sus palabras. Junsu sentía que su corazón se oprimía. Yoo Hwan se puso serio. Jaejoong ya no podía entristecer más…
- vámonos, Chunnie, por favor… - pidió el delfín con voz firme, aunque internamente moría de nervios, temeroso de que el pelinegro decidiera irse con Yunho… pero el mayor Park solo observaba profundamente al castaño… comenzando a soltar su mano… - no puedes salir con otra persona… - recordó parte de la segunda cláusula de su contrato, gesto desesperado por no dejarle ir… - aún eres mi novio, y no me gusta que otros se acerquen a ti, vámonos a menos que quiera terminar conmigo…
- Yoochun… - llamó otra vez el moreno, pero el delfín no apartó su vista del pelinegro, tratando de hacerle ver que no jugaba. Yunho sintió una suave mano envolver la que tenía libre…
- no es el momento, Yunho…- la aparición del rubio consiguió nuevo juego de miradas.
Junsu le miró con sorpresa, cuándo iba a imaginar que su compañero de trabajo conociera a quien sospecha acertadamente es el exnovio de SU ratón. Yoochun también estaba sorprendido, pero más que nada celoso del tono dulce con que le hablara al moreno. Yunho no podría definir lo que sintió al ver a Jae… pero algo en su interior explotó. Yoo Hwan se mantuvo al margen, solo observando y analizando cada reacción en esas cuatro personas…
- déjalos ir…. – y entonces su “amigo” soltó al pelinegro, y el castaño al notarlo tiró de su “novio” para finalmente salir de ahí.
El YooSu salió del antro en un mar de confusiones, de igual manera se encontraba el YunJae. Yoo Hwan simplemente volvió a la fiesta, tenía la necesidad ahora de tomar hasta embriagarse por ese repentino dolor en el músculo que palpita en su pecho.
………………………
Yoochun conducía en silencio rumbo a su departamento. A su lado, Junsu pensaba en la forma de conseguir que el pelinegro se sincerara con él, que le tuviera la confianza y hablara de su pasado. El ratón no podía dejar de pensar en el chico de cabellos rubios, que bien recuerda es uno de sus empleados, el mismo que le hizo sentir los primeros celos por el delfín… el mismo que ahora se había quedado con Yunho.
Poca atención puso en lo que hacía, pero cuando logró salir de sus pensamientos, ya estaba en el departamento, en la habitación que debería funcionar como un Estudio pero donde hace un par de días metió un piano, en el cual sus manos se deslizaban tocando una serie de notas que comenzaban a tomar sentido. A su lado en el banquillo, sentado el castaño, observando con detenimiento sus finos dedos desplazarse por el teclado y su mirada abatida. Cuando el delfín reconoció la tonada de la canción, un impulso por empatar emocionalmente con su “novio” lo llevó a abrir su propio corazón y dejar que las oraciones que componen tan bella melodía se funda con su voz fluyendo en un canto melancólico…
Doushite kimi wo suki ni natte shimattan darou?
Donna ni toki ga nagaretemo kimi wa zutto
Koko ni iru to, omotteta no ni
Demo kimi ga eranda no wa chigau michi
Doushite kimi ni nani mo tsutaerarenakattan darou?
Mainichi maiban tsunotteku omoi
Afuredasu kotoba, wakatteta no ni (mou todokanai)
Hajimete deatta, sono hi kara
Kimi wo shitteita ki ga shitan da
Amari ni shizen ni tokende shimatta futari
Doko e iku no ni mo issho de
Kimi ga iru koto ga touzen de
Bokura wa futari otona ni natte kita
Demo kimi ga eranda no wa chigau michi
Doushite kimi wo suki ni natte shimattan darou?
Donna ni toki ga nagaretemo kimi wa zutto
Koko ni iru to, omotteta no ni (mou kanawanai)
Tokubetsu na imi wo motsu kyou wo
Shiawase kao de tatsu kyou wo
Kirei na sugata de kami sama ni chikatteru, kimi wo
Boku ja nai hito no tonari de
Shukufuku sareteru sugata wo
Boku wa dou yatte miokureba ii no darou?
Mou doushite kimi wo suki ni natte shimattan darou?
Ano koro mo, bokura no koto, mou moderenai (kangaeta) modorenai (kangaeta)
Doushite kimi no te wo tsukami ubaenakattan darou?
Donna ni toki ga nagaretemo kimi wa zutto
Boku no yoko ni, iru hazu datta (sono mama nii)
Sore demo kimi ga boku no soba nara to itte mo
Eien ni kimi ga shiawase de iru koto
Tada negatteru
Tatoe sore ga donna ni sabishikutemo (setsunakutemo)
Yoochun le escuchó atentamente, dejándose envolver por esa dulce voz que expresaba sus propios sentimientos, uniéndose en perfecta armonía al sonido triste de la música del piano. Y cuando la canción terminó, las palabras simplemente comenzaron a salir de sus labios…
- Yunho y yo nos conocimos desde muy pequeños, crecimos conociéndonos como amigos, con el tiempo fuimos descubriendo que la amistad que nos unía era mucho más fuerte y profunda de lo que debería, a la vez nos dimos cuenta también de que no nos atraía el sexo opuesto, y un día, cuando teníamos ya 18 años, simplemente aceptamos que nos habíamos enamorado e iniciamos un noviazgo. Un año de relación y todo el amor se acabó de repente, en el peor momento de mi vida… - tragó hondo, sin mirar en ningún momento al castaño, quien sí le observaba contemplando detenidamente su sombrío perfil al hablar de eso… - hubo un accidente en el que mi padre murió… - luchando contra el nudo en la garganta… - ésta es la primera vez que hablo de esto en cuatro años… - sonrió con tristeza… - Yoo Hwan, mi madre y yo no enfrentamos la pérdida de mi padre de la mejor manera a decir verdad, pero estábamos vivos, y yo solo esperaba ver a Yunho porque estaba seguro de que bastaría para no sentirme tan mal, pero él no se presentó sino hasta algunas semanas después… - sintió las lágrimas agolparse en sus ojos exigiendo ser liberadas, pero él se negaba a llorar, no quería volver a hacerlo… no por él… - y solo para decir adiós… prefirió irse a Estados unidos a estudiar que quedarse conmigo, así de mucho me amaba que se fue cuando más lo necesitaba… - su voz tornándose fría e iracunda, pero sobre todo lastimera… - hicimos promesas de amor, de estar juntos a pesar de todo, y él solo me abandonó, sin ninguna buena razón… y ahora vuelve y quiere dar explicaciones, cuando tuvo cuatro años para hacerlo y nunca llamó, nunca escribió, no supe nada de él en todo este tiempo… - el dolor resurgiendo con creces, la desolación, las dudas, el desesperado deseo de no amarle más… - ¡cómo puedes decirle a alguien que le amas y hacerle tanto daño!...- gritó con el escozor de las lágrimas mojando sus mejillas…
Junsu no tenía palabras ante eso, pero podía ver que el corazón de Yoochun, a pesar del dolor, aún le pertenecía a Yunho… y eso oprimía su pecho, pero a la vez lo hacía tener el valor de demostrarle que él podía ser diferente… que él podía amarlo también.
… Un corazón enamorado es capaz de entregarse aún cuando no tiene la certeza de ser complementado…
El castaño enmarcó con sus manos el rostro del pelinegro, mirando con infinita ternura su semblante entristecido y marcado por el dolor. Llevó sus labios a sus ojos, besando las gotas de agua salada que aún fluían con un río desbordado e incontenible. Por acto reflejo, buscando el refugio de un abrazo seguro, el ratón se aferró al delfín, desahogando en su hombro el dolor reprimido durante cuatro tormentosos años. Minutos después se separó de él, presa de sentimientos encontrados por su “novio”, temeroso de lo que crece en su interior luchando contra aquello bien cimentado pero fracturado por el moreno… su amor herido por el abandono.
Más Junsu estaba dispuesto a amarle, esperanzado como todo enamorado en llegar a ser correspondido sin atadura alguna. Besó a Yoochun con suavidad, probando sus labios con ternura, transmitiéndole su propio cariño.
………………………………
Departamento de Jung Yunho.
No habían encontrado palabras para ese extraño reencuentro, una semana había transcurrido desde el beso entre los dos, y ninguno había sido capaz de contactar al otro, pero el destino los había unido otra vez. Por eso estaban ahí, recostados en la cama del moreno.
Desde que el YooSu saliera del antro, el silencio se había apoderado de todo a su alrededor, las miradas dirigidas al otro eran solo de temor y culpa, de preocupación e incertidumbre. Pero sus manos entrelazadas era una unión que no habían querido romper, y sin mediar palabra alguna, salieron rumbo al departamento del moreno.
Jae sabía bien por lo que su amigo estaba pasando, y por el amor que le tiene no tuvo corazón para dejarle solo. Yunho sabía que era un egoísta de primera, pero necesitaba tanto el cobijo de sus brazos, que no se resistió a ellos cuando lo abrazaron y acurrucaron en ese pecho que tanta calidez le otorga.
Y se quedaron ahí en absoluto silencio, el moreno recostado en su amigo, sus brazos rodeando su cintura, las del rubio en su espalda y su cabeza, acariciando sus cabellos con cariño… volviendo a ser… el mejor amigo. Sin ningún acercamiento íntimo de por medio, sin besos que lastimaran más su ya lesionada amistad.
…………………………
Junsu estaba bajo el cuerpo de Yoochun, siendo acariciado casi con torpeza, desnudo hasta el alma entregándose a aquel que aún no le ama. Repartiendo primerizas caricias en el cuerpo del pelinegro, sintiendo su piel ardiente en contacto con la del ratón en las mismas condiciones. Dejando escapar suspiros y jadeos desde su garganta, gimiendo tímidamente cada que el ratón llega a un punto sensible, cada que besaba su pecho y succionaba sus pezones, cada que masajeaba suavemente su entrepierna, cada que lamía su cuello y gemía en su oído.
Yoochun buscaba en el calor del cuerpo de Junsu el motivo faltante para olvidar a Yunho, quería marcarlo como suyo al mismo tiempo que esperaba que su tibieza, que su piel ardiente, sus labios suaves, sus murmullos apasionados, que su unión completa borrara de su propio cuerpo la entrega que años atrás varias veces compartiera con el moreno.
Y fue por eso que profanó ese estrecho pasaje con su excitado miembro, dejando en cada embestida la súplica interna de no extrañar a otro cuerpo; de que los gemidos arrancados a ese ángel que le mira con ternura no sonaran ajenos a sus oídos, de que la forma en que se aferra a él con cada oleada de placer no le recordara otros brazos. De que al llegar al éxtasis, sus nublados sentidos solo quedaran impregnados de Junsu.
……………………..
Cuando Yunho despertó no se extrañó de que Jae ya no estuviera con él, ni en ninguna parte de su departamento, que más que nunca se sentía frío e inhóspito. Caminó descalzo por todo el lugar, buscando algo en específico, estaba seguro de no haberlo dejado en Bostón. Sobre la mesita de noche a lado de su cama descasaba un trozo de papel con una nota escrita por el rubio esa madrugada antes de partir.
… “Amar es tener el valor de enfrentarlo todo, deja de huir y habla con él, no busques pretextos, pero tampoco lo enfrentes en un lugar público… dale a conocer todo lo que no dijiste en cuatro años…
Jae… ”
Mientra el moreno prácticamente volteaba todo su departamento, el rubio iba camino al trabajo pensando en la posibilidad de renunciar y partir de la ciudad…
- ¿no estaría huyendo si lo hiciera?... – los calidos rayos de sol que bañaban la avenida no podían traspasar el frío de su dolor… - pero, para qué quedarme si siempre volveré a ser solo su mejor amigo, el hombro en el cual llorar, o los brazos en los que refugiarse… - el semáforo cambiando a luz verde… - y sin embargo, sigo deseando que seas feliz, Yunho…
………………………..
Junsu estaba que todavía no se creía el haber intimado con Yoochun, por primera vez en sus 22 años de vida tuvo que mentirle a su madre para explicar el porqué no durmió en casa. Despertar en brazos del pelinegro, con sus desnudos cuerpos cubiertos por las sábanas, fue una sensación indescriptible. Dios! Ni siquiera había imaginado lo placentero de hacer el amor con otro hombre.
- al final entregué mi virginidad al ratón pervertido… - pensaba mientras amasaba la mezcla para unos panecillos… y sin querer al hacerlo recordó el momento en que sus manos habían masajeado la erección del pelinegro la noche anterior, sonrojándose violentamente… - ¡masturbé a un chico!... bueno, no tiene nada de malo, somos novios, ¿no?... – y toda su felicidad se vio interrumpida por la cruel realidad… - ¿me seguirá viendo solo como su novio por contrato? ¿o hacer el amor nos convirtió en novios de verdad?... habré cometido un error al entregarme justo cuando acababa de hablar de Yunho?... pero, lo hice por amor, porque me enamoré de él, porque quiero que sepa que yo no me iré… ¿volvería con Yunho si se lo pidiera?
En su oficina, Yoochun recibía un paquete cuyo remitente era justamente Jung Yunho. Observó la caja de tamaño mediano con indecisión, pero fue demasiada su tentación por saber lo que contenía. Con manos temblorosas rasgó la cinta que la mantenía sellada, apartó las tapas y se encontró con un montón de papeles, cartas selladas, postales de lindos paisajes estadounidenses. Eran los mails guardados pero nunca enviados que el moreno imprimiera esa mañana, eran todas las cartas escritas cada día de su estancia en Boston, eran todas las portales de algunos viajes realizados en tierras norteamericanas, lugares que de una u otra forma le habían recordado al pelinegro.
Yoochun comenzó a leer la primer carta, todo acomodado en orden cronológico, por lo que tenía entre sus manos la que fuera escrita cuando el moreno aún iba a bordo del avión que lo llevó a Boston. Un par de hojas cuyas palabras tenían en algunas partes la tinta corrida por las lágrimas que sin duda Yunho derramó sin poderlo evitar. El propio pelinegro comenzaba a sentir rabia y tristeza conforme iba leyendo.
Cerca de una hora después llamaron a su puerta, sacándolo de su concentrada revisión de cartas. Y cuando permitió el acceso a quien tocaba, sintió su mundo temblar al ver a Junsu con una radiante sonrisa y el carmesí ruborizando sus mejillas…
- es hora de la comida y… yo pensé… ¿comemos juntos?... – habló hecho un manojo de nervios, sintiéndose estúpido por su comportamiento casi adolescente…
- yo… - miró la caja sobre el escritorio y lo mucho que aún tenía por leer, quería seguir en eso, porque comenzaba a entender los verdaderos motivos por los que Yunho se fue tan abruptamente, como si en realidad no le importara, cuando fue justamente por lo mucho que le importaba, por el amor que le tenía, que prefirió dejarlo sin explicación alguna… el delfín observó la caja, sin poder ver el remitente de lo que obviamente le había llegado por paquetería, pero notaba que su “novio” parecía muy ocupado en lo que fuera que contiene…
- está bien si no puedes ahora…- ya no tan alegre como hace unos segundos, el castaño tenía un mal presentimiento en torno a la actitud del pelinegro, que no parecía particularmente feliz o diferente al verlo, después de lo que pasó entre ellos esa noche…
- no te importa que nos vean juntos, creía que no querías rumores en torno a ti por mi culpa… - cuando buscas un pretexto para no estar con alguien, ¿mereces que esa persona aún te mire con cariño?
- ya no… - aseguró sonriente, después de todo, se había entregado por completo a él, a decir verdad le gustaría que todo mundo supiera que estaban juntos… porque lo estaban, ¿no?
- bien, vamos… - dando una última mirada a las cartas y papeles que aun quiere leer, el pelinegro salió con el castaño…
……………………………
Día 22 de Contrato YooSu.
Yoochun estaba en su departamento, eran cerca de las nueve de la noche y ya esperaba por la llegada de él, estaba ansioso e inseguro, pero no podía dar marcha atrás. Había leído hasta la última carta y el último mail que hubiera querido recibir cuando fueron escritos, pero que de cualquier forma habían reavivado la chispa de su amor. El timbre de la puerta logró que el pulso se le acelerara, caminó hasta la puerta sintiendo que bajo sus pies el piso se sacudía, abrió y casi se lanzó a sus brazos para besarlo con súbita pasión, pero se contuvo… antes aún tenían que hablar…
- hola… - saludó Yunho con una tímida sonrisa, su corazón palpitando demasiado acelerado. El pelinegro se veía guapo con ese pantalón blanco y la camisa de seda color azul abotonada hasta el pecho, el cabello desordenado y la sonrisa amable que tanto extrañaba, que esperaba no hacer ninguna idiotez como robarle un beso.
- pasa… - haciéndose a un lado, el ratón le permitió la entrada al moreno.
… Nunca ames a alguien sin antes haberte despedido de antiguos amores, de lo contrario, un gran daño ocasionarás…
Continuará……
Fuente de la letra: http://www.musica.com/letras.asp?letra=1362070
ADVERTENCIA: Lemon
Capítulo 8. Un Interruptor Para El Corazón
Ésa fue una noche larga, pero por fin habían podido hablar de aquello que hace cuatro años no pudieron, dejando en sus vidas un amargo sabor que durante todo ese tiempo mermó el amor que se tenían, pero que ahora parecía poder volver a vivir…
- nunca pensé que tus padres fueran capaces de tanto… - sentados en el sofá, el pelinegro sentía un extraño alivio al saber con exactitud lo que hizo que el moreno se fuera a Boston así sin más…
- yo tampoco, a pesar de que siempre intentaron controlar mi vida, jamás se me pasó por la cabeza que pudieran llegar a amenazarme con… lastimarte… - voz taciturna…
…..flashback……
Día del Accidente de los Park. Mansión Jung.
- ¡te he dicho que no irás a donde Yoochun!... – espetó con tono golpeado el Sr. Jung, ordenando a sus guardaespaldas detener a su hijo… - ningún Jung ha sido una deshonra para la familia y tú no serás el primero…
- ¡¡me importa poco lo que digas!!... – forcejeaba el moreno, entonces de 19 años, con dos hombres corpulentos que le impedían salir de la casa…
- así tenga que encerrarte de por vida, no volverás a ver a Park Yoochun, te lo prohíbo… - hacía cosa de días que los padres de Yunho le habían descubierto besándose con el pelinegro y no estaban dispuestos a tolerar una relación así…
- encontraré la manera… - en un ágil movimiento el moreno golpeó la nariz de uno de los hombres que lo detenían… - no puedes obligarme a no amarlo solo porque somos hombres… - el otro sujeto evadió sus patadas dominándole nuevamente con ayuda de otros dos…
- entonces no nos dejas salida, si intentas volver con ese… bastardo… - siseó con desdén… - que te ha vuelto gay…
- ¡no te atrevas a insultarlo!... – encolerizó el moreno, forcejeando contra esos tres hombres que le retenían…
- provócame hijo, y la próxima vez que veas a Yoochun será en su tumba… -el moreno le miró con furia, ¿su padre sería capaz de algo así?... – ódiame si quieres, algún día me agradecerás, cuando te des cuenta de que eso que crees tener con ese… hombre… - soltó con desprecio… - no es más que una nimiedad…
- se llama amor… - aseveró con la mandíbula apretada por la impotencia…
- en un par de semanas estaremos en Estados Unidos y verás como en cuestión de días lo olvidas, hijo mío… - su madre intentó acariciar su mejilla, pero el moreno apartó el rostro…
- maldigo el día en que vine a este mundo como tu hijo… - espetó con frialdad, deseando no tener relación alguna con esos dos adultos que se hacen llamar sus padres, esos quienes le han enseñado la escoria del mundo…
- pues no hagas ninguna estupidez para maldecir el día en que la vida de Yoochun se extinga por un inexplicable atentado… - advirtió el Sr. Jung…
Después de ese día y hasta el momento en que la mudanza a Boston se efectuara, Yunho no salió de la Mansión, ni siquiera de su habitación, no le interesaba nada en absoluto, solo deseaba no ser hijo de uno de los científicos más importantes del mundo, y que éste no fuera tan cerrado de mente como para no entender sus sentimientos. Ni tan ambicioso como para creerle capaz de hacer algo tan ruin como la amenaza que le hiciera. Y el que haya podido “despedirse” del pelinegro había sido por suerte y apoyo de su guardia personal que le diera margen y tiempo para eso y más nada.
……flashback……
- por eso fingiste que solo te ibas a estudiar y por la oportunidad de trabajo de tus padres… - el moreno asintió… - debió ser muy duro para ti estar solo en Boston…
- el primer año lo fue, pero… - recuerdo de la llegada de Jae a su vida… - después conocí a un muy buen amigo, y te juro que de no ser por él, me habría derrumbado tantas veces, pero él siempre me motivaba, me decía que luchara, que si te amaba tenía que seguir adelante por ti… - se miraron a los ojos, sintiendo tranquilidad por cómo la herida parecía sanar ahora que la verdad había sido revelada…
- ¿no te dio temor?... – sus manos encontrándose en una suave caricia… -
- ¿el haber amenazado a mis padres con entregarlos a la policía por tener negocios ilegales que implican a importantes figuras de la política?... – el pelinegro asintió… - era la única alternativa que tuve para alejarme de ellos, aunque lamento que hubiera pasado tanto tiempo hasta poder encontrar algo que me uniera a ellos…
- y yo maldiciéndote cada tanto… - soltó con culpabilidad, pero el moreno le tomó por el mentón impidiéndole que apartara su vista de la suya….
- no lo sabías, y eso fue porque yo no quise decirte nada hasta asegurarme de que no debía preocuparme por nada… - sus rostros acercándose en búsqueda de un beso, uno sin remordimientos ni incertidumbres de por medio…
- no puedo… - murmuró cuando sus labios ya se rozaban, separándose lentamente, el recuerdo de Junsu impidiéndole continuar…
- es por tu novio, ¿verdad?... – el pelinegro se paró sin responder… - ¿lo amas?... – cuestionó con cautela, siguiendo a Yoochun al balcón… pero, porqué no dolía tanto como imaginaba el pensar que afirmara a su cuestionamiento?
- yo… es complicado… - ¿ama al delfín? ¿O es solo respeto por ese supuesto noviazgo?
- comprendo… pero, no me odias más, ¿verdad Yoochun ah?… - el pelinegro abrió el ventanal corredizo, el viento fresco de la madrugada acariciándoles con suavidad…
- no, Yunho ah… - le sonrió con sinceridad, no pudiendo contener en ese instante el besarle… aunque no sentía ser capaz ahora de decirle un “Te Amo” como antes llegó a soñar…
…………………………………
Hogar Kim.
Junsu estaba en su habitación, despierto aún cuando ya eran las tres y minutos de la madrugada, era que simplemente había algo en su interior que le impedía conciliar el sueño. Era la preocupación de no saber lo que pensaba Yoochun, quien ha estado distante los últimos días desde que intimaron. Y le corroe la incertidumbre de no saber con claridad el porqué, ha querido preguntarle pero el pelinegro solo decía estar ocupado, le daba un breve beso en los labios y se despedía.
- ¿es por Yunho?... – enterró su rostro angustiado en la almohada, tratando de no pensar en eso… le dolía el solo pensar que el pelinegro volviera con el moreno, y descubrir que al final había sido siempre solo un novio por contrato.
………………………………
Distrito Sinchon. Clínica Central. 4:00 am
- hoy ha estado todo tranquilo, solo suturas y fracturas leves… - y es que al chico de ojos claros le gustaba tener mucha actividad durante sus guardias, de lo contrario se aburría, y si se aburría solo tenía mente para una cosa… y eso implicaba poca ropa y muchas caricias que desea compartir con su novio…
- pues sí, y las cirugías programadas para hoy ya están cubiertas por otros residentes, no nos queda otra más que esperar a que llegue algo interesante… - aunque siendo de madrugada, ellos ya están acostumbrados a no dormir demasiado, por eso estaban tan tranquilamente conversando mientras se dirigían a su habitación ahora que les habían dado tiempo para descansar…
- oye, he notado a tu hermano diferente en los últimos días…
- sí, también yo, no le veo tan alegre como de costumbre, pero no sé, creo que algo pasa con Yoochun, pero no me ha dicho nada…
- yo todavía no me creo que sean novios, es que fue raro, primero se la pasaba quejándose de él, y luego de repente un día… es raro, aunque llegué a notar que a Yoochun no le gustaba que cualquiera hablara demasiado con Junsu, pero en los últimos días casi no lo he visto por el Restaurante…
- ¿habrán peleado?... – entrando a la habitación…
- ni idea, no parece que estén peleados, solo… extraños… - su novio se recostó en su cama resoplando con frustración… - ¿sabes algo?... – ChangMin le miró indeciso, no sería correcto hablar del Contrato YooSu con él sin que su hermano se lo permitiera…
- no… - evadió… - es solo que no quisiera que algo malo suceda, Junsu no se había enamorado nunca antes, y si con Yoochun las cosas no salen bien… - suspiró… - no quiero volver a verlo deprimido, no le va la tristeza…
- ¿lo dices por lo de tu padre?... – se recostó a lado del menor, permitiéndole apoyarse en su pecho…
- sí… recuerdas que te hablé de eso, ¿no?... – el chico de ojos claros asintió… - el hecho de que su padre haya abandonado a mamá apenas supo que estaba embarazada de él; y luego mi padre, a quien Junsu había aprendido a querer como suyo, nos abandona cuando yo apenas tenía 11 años y él 13… fue un golpe muy duro para todos, sobre todo para él, porque se sentía culpable de todo…
- ya verás cómo todo va bien con ellos dos… - trató de confortar Seung, abrazándolo con fuerza, no queriendo ahondar en esos recuerdos…
- tú no me dejarás nunca, verdad, cariño… - aunque habló como si estuviera bromeando, su novio pudo ver el matiz opaco cubriendo sus ojos cuando el menor levantó el rostro para verle de frente…
- nunca, Minnie, Te Amo, mi vida… - aseguró desde el fondo de su alma, acariciando con uno de sus dedos los labios de su novio curvados en una linda sonrisa…
- yo también Te Amo… - colocándose completamente sobre su cuerpo, el menor comenzó a besarlo tranquilamente, probando sus labios con calma hasta memorizar su suave textura como cada que se besan… - no tenemos nada que hacer y no tengo ni pizca de sueño… - murmuró con picardía, apartando de su mente todo recuerdo de tristeza, deseando tener esa felicidad palpable para siempre… - quiero que hagamos el amor, Lee… - sus manos acariciando sugestivamente el pecho de su novio…
- yo también quiero hacerlo, Minnie… - aceptó más que gustoso besando con renovada pasión a su novio.
Sus cuerpos reaccionando rápidamente al deseo mutuo de pertenecerse, de ser uno y entregarse por ese amor correspondido que los hace soñar con una larga vida juntos. Las manos de Seung acariciando la espalda de Min por sobre la playera del uniforme, pasando luego furtivamente por debajo de ésta, palpando la piel que aumenta su calor gradualmente conforme las caricias compartidas acompañadas de besos cada vez más profundos.
Minnie se incorporó quedando sentado en las caderas de Seung, se sacó la playera y después tomó por los hombros a su novio para instarlo a incorporarse lo suficiente para quitarle también la parte superior del uniforme, quedando así ambos con el torso desnudo, fundiéndose en un beso más apasionado a la vez que sus pieles entran en contacto y comienzan las descargas eléctricas a viajar por sus cuerpos. Con la temperatura ya muy elevada, la suavidad para desnudarse no estuvo presente, en cosa de instantes el pantalón y la ropa interior de ambos se encontraban desperdigados en el suelo…
- mmhhh, aahhh, así Min… aahhh… - gemía Seung por las atenciones que su novio dejaba en su entrepierna, lamiendo su extensión y masajeando con un ritmo perfecto que lo estaba llevando al éxtasis.
- te gusta, cariño… - el menor podía sentir entre sus manos el palpitante miembro de su novio llegando al límite, estaba hinchado, caliente y ya liberaba el líquido previo al orgasmo…
- aahhh, sí… mmhhh, dios!... – cerró los ojos, nublado por el placer cuando la boca de Min tragó por completo su erección, comenzando a subir y bajar, degustando su salado sabor, acariciándolo con la lengua, succionando la punta… - mmhhh, Min, me voy a… aahhh… correr… - instantes después su semilla se descargó en la boca de su novio, quien la recibió gustoso, tragando tanto como pudo, lamiendo lujuriosamente su miembro ya liberado…
- ahora tú serás mi postre favorito… - tono lascivo, sus labios adueñándose de los del chico de ojos claros, dándole a probar así de su propia esencia… - ¿puedo hacerte mío, Lee?...
- hoy y siempre, Minnie… - tomó la mano del menor comenzando a lamer con sensualidad sus dedos, metiéndolos luego en su boca para humectarlos con su saliva…
- mmhhh, si tu boca está caliente… - se mordió el labio inferior, viendo con agrado la mirada lasciva que su novio le regalaba mientras seguía chupando sus dedos… - imagino cómo estará tu intimidad… - la lengua de Seung jugando sensualmente con sus dedos…
- deja de imaginar y averígualo… - soltando los dedos de su novio al tiempo que abría sus piernas y las flexionaba para dejarle espacio al menor, Seung respiraba agitadamente por la expectación de lo que sigue…
- tan tierno que te ves, pero eres un pervertido, mi vida… - uno de sus dedos comenzando a introducirse suavemente en la entrada de su novio…
- ahh… - se quejó por el dolor que comenzaba a sentir… - mira quién lo dice, cariño… -
Minnie solo sonrió en tanto continuaba con su actividad, subiendo a su rostro para besarlo y distraerlo del dolor de la preparación, dilatando tiernamente su pasaje. Nuevos jadeos y gemidos de dolor se sucedieron hasta que el tercer dedo entró en su intimidad y el placer comenzaba a aparecer con descargas eléctricas que viajaban por su columna vertebral y se extendía por cada fibra de su cuerpo…
- ¿listo?... – acomodado entre las piernas de Seung, Min se deslizó lentamente en su interior cuando su novio asintió permitiéndole la penetración…
El chico de ojos claros se aferró con sus manos a las sábanas de la cama, cerró los ojos y aguantó las ganas de gritar por la punzada de dolor que se generaba en su entrada conforme el miembro de Min iba ocupando todo su interior. Cuando sintió que el menor se quedaba quieto al haber llegado al tope, relajó sus manos y se quedó jadeando mientras se acostumbraba a la intromisión y su novio le besaba el cuello, el pecho y los hombros para confortarlo.
Y cuando hubo pasado tiempo suficiente, le indicó con una sonrisa que podía moverse, recibiendo con un dejo de dolor las primeras estocadas, pero comenzando a gemir de gozo cuando el placer naciente en esa parte de su anatomía se desplegaba por todo su cuerpo llenándolo de sensaciones novedosas pero excitantes. Minnie se recostó sobre él para sentirse más en contacto con su cuerpo, embistiéndolo con mayor profundidad y rapidez, jadeando y gimiendo contra su oído besándolo cada tanto con fuego, metiendo su lengua con lujuria en la boca de su novio, buscando a su compañera para enredarse en movimientos húmedos de pasión desenfrenada, para deleitarse luego con una danza de caricias más tiernas pero sin dejar de ser ardientes.
Poco a poco las embestidas del menor se hicieron más placenteras acercándolos al final; Minnie se incorporó lo suficiente para tomar el miembro de Seung entre sus manos y estimularlo para excitarlo y termine una segunda vez, ahora junto con él. Una sonrisa lasciva apareció en el rostro lleno de gozo de cada uno, cuando la erección de Seung creció rápidamente en las manos de Min, y los gemidos de ambos se hicieron más roncos y frecuentes. Hasta que tanto placer circulando por sus cuerpos los hizo explotar al alcanzar el orgasmo al mismo tiempo, Lee derramándose en las manos de su novio, y éste esparciendo su semilla en el pasaje del primero, culminando con un gemido ahogado en medio de un profundo beso.
- crees que alguien nos haya escuchado?... – preguntó el menor, una vez su ritmo cardíaco y de respiración se normalizó, recostado en el pecho de su novio….
- me da igual, no seríamos los primeros ni los últimos en hacer el amor en alguna de las habitaciones de residentes… - los dos rieron ante esa verdad, el chico de ojos claros tomó las sábanas para cubrir sus desnudos cuerpos…
- no deberíamos vestirnos en lugar de quedarnos aquí tan quitados de la pena, estamos de guardia, en cualquier momento nos pueden llamar para alguna emergencia…
- solo un par de minutos, Minnie… - le abrazó posesivamente, como si en cualquier momento se le fuera a escapar…
… La alegría del amor correspondido no es solo el saber que se tiene, es demostrarlo con acciones de las que eres consciente y no te arrepientes…
……………………………………
Día 23 del Contrato.
Un mensaje a primera hora viniendo de Yunho, hizo que Jae tomara una decisión que antes solo había estado pensando. Se metió a la ducha con la esperanza de que el agua tibia le anime por lo menos un poco, pero las gotas mojando su cuerpo con finos hilos que caían de la regadera solo lo transportaron a su mundo de soledad.
…“Yoochun me ha perdonado. Gracias por apoyarme siempre, JaeBoo. Te quiero”…
Ya estaba, por lo menos parte de lo que se había prometido hacer ya se había cumplido, su querido Yunho tenía otra vez la oportunidad de volver con el pelinegro (no quiere ni pensar en Junsu ahora). Ahora que se han perdonado, seguro que no pasará mucho tiempo para que reinicien el noviazgo que suspendieron cuatro años atrás, pero el rubio ya no podía más, había alcanzado por fin su límite, el sólo hecho de saber que lo más difícil ya se había solucionado terminó con sus fuerzas para contener el dolor.
- es hora de dejarte ir, Yunho…. Es hora de que yo busque mi propia fuente de felicidad… lejos de ti… - tan sumido en sus pensamientos, que su piel ya comenzaba a arrugarse por pasar tanto tiempo bajo la ducha, cerró el grifo y jabonó su cuerpo, deslizando la esponja por su piel, deseando algún día haber podido sentir el tacto de las manos del moreno, que cada recoveco de su ser hubiera sido cubierto por sus besos, probado por sus labios, o erizado por sus caricias, de haber podido experimentar un orgasmo por la esencia de Yunho en su interior… - cómo olvidar lo que nunca tuve, pero que cada día desde que me enamoré de ti añoré…
Ya en el desayuno, el rubio informó a sus padres que presentaría ese mismo día su renuncia en el restaurante, para volver a Boston ese mismo fin de semana. Sus padres se extrañaron por su decisión, pero la respetaron. Los Sres. Kim podían ver la tristeza en su hijo y si él consideraba que irse ayudaría a alejar esa sensación, entonces ellos le apoyaban.
………………………………
Yoochun y Yunho durmieron juntos esa madrugada, y aunque no hayan intimado, el dormir abrazados fue una extraña sensación de tranquilidad, más había algo que no los embargaba de contentura.
El moreno salió del departamento del pelinegro muy temprano, antes de que el sol saliera de hecho. Ese día, el ratón no fue al trabajo, llamó a su madre para decirle que se tomaría un descanso. Y Yoo Hwan al saberlo sospechó que algo había cambiado ya, dado el ánimo decaído que observara en el propio Junsu desde el día de la fiesta en el antro, y la reciente renuncia no revocable de Jaejoong.
Extrañado de no ver a su ratón en todo el día, el delfín decidió llamarle para preguntar si todo estaba bien. Yoochun había dudado en contestar su llamada, no tenía idea de qué hacer ahora con respecto a Junsu, pero no tuvo valor para ignorarlo…
- amanecí con un fuerte dolor de cabeza, tal vez me resfríe o no sé, pero estoy bien, Susu ah… - sintiéndose un miserable por mentirle de esa manera, el ratón no supo que más decirle y definitivamente no se atrevió a contarle sobre Yunho… - no te preocupes…
- quieres que vaya a verte, o que te acompañe al médico… - al otro lado de la línea, sentado en un tronco en el pequeño jardín de su casa, el delfín observaba el cielo estrellado con una extraña sensación en el estómago al escuchar a su “novio”… - mi hermano podría verte…
- no es necesario, no debe ser nada, ya pronto volveré al trabajo, delfín… - porqué si dice amar a Yunho y le ha perdonado, ¿no termina de una vez con Junsu?... ¿porqué teme dejarlo?
- bueno, como tú digas, Chunnie, buenas noches…
- buenas noches, Susu, gracias por llamar…
- Te Quiero… - declaró nervioso, sonrojado, sintiendo su corazón oprimirse al no recibir más que silencio del otro lado de la línea, mordiéndose inconscientemente el labio inferior…
- también yo… - respondió el pelinegro algunos segundos después, recostándose en su cama al tiempo que cortaba la llamada y sentía un auténtico dolor de cabeza acudir…
…………………………………..
Día 24 del Contrato.
Yunho intentando por… ah, ya perdió la cuenta… el caso es que ha llamado al móvil de su amigo y no le ha contestado desde el día anterior. Hasta que decidió llamar al teléfono de su casa, una voz femenina atendiendo…
- buenas noches, disculpe, se encontrará Jaejoong… - a esa hora ya debería haber salido del trabajo, ¿no?
- ¿quién le busca?...
- soy su amigo, Jung Yunho, nos conocimos en Boston… -
- oh sí, ya recuerdo, mi hijo solía hablar mucho de usted, jovencito, pero… ¿no le dijo?
- qué cosa…
- Jaejoong sale para Boston en el vuelo de las nueve… - escuchó un débil “gracias” al otro lado de la línea y luego la llamada fue cortada.
La Sra. Kim sonrió de medio lado con tristeza, ahora le quedaba claro el porqué su hijo partía. Mientras vivió en Estados Unidos y cada que les hablaba a Seúl, el rubio siempre les contaba por lo menos una cosa de su gran amigo Yunho, todavía recuerda la reacción de su esposo cuando después de una de esas llamadas le planteara la posibilidad de que su hijo estuviera enamorado de otro chico y la de veces que tuvo que hablar largas horas con él para hacerle ver que no había nada de malo en el amor entre personas del mismo sexo, que era la felicidad de su hijo más importante que los prejuicios sociales. Pero desde que llegó a la ciudad hace poco menos de un mes, Jae ni siquiera lo invitó a su casa, como si hubiera sabido que llegaría el momento de terminar con esa amistad….
- cuando se ama a un mejor amigo de forma romántica y éste no te corresponde, es mejor no engañarse pretendiendo ofrecerle solo tu amistad, porque lo único que podrás darle siempre a cambio es tu amor…
…………………………..
Aeropuerto Internacional de Seúl. 8:55 pm
Yunho entró corriendo a tropezones, chocando con personas en tanto buscaba desesperadamente la Sala por la que Jae partirá en cosa de minutos. No podía ver con claridad el motivo por el que su corazón se había apretujado apenas escuchó que se iría a Boston… sin haberse despedido… sin…
- Jae, no te vayas… - murmuró con voz angustiada, tan ansioso por ubicar el vuelo de salida de su amigo que los números y nombres en el tablero se le movían, hasta que la inconfundible voz femenina anunciando la última llamada para los pasajeros del vuelo resonó en la sala. Corrió apresurado con el corazón a punto de estallarle por ese sentimiento de desazón que solo experimentas cuando temer perder a quien amas por sobre todas las cosas… pero que el moreno simplemente no podía comprender aún… mucho menos aceptarlo… - ¡Jae, espera!... – gritó tan fuerte que le dolió la garganta, pero no le importó, ya el rubio extendía su pasaje a la azafata para pasar al pasillo que lo lleva directo al avión.
Jaejoong se sobresaltó al escuchar esa voz, tan sorprendido que hasta se le calló el boleto de las manos, antes de poder siquiera entregárselo a la Srita. que sonreía para todo mundo…
- disculpe… - aturdido por la presencia del moreno que ya estaba a poco más de un metro de él, el rubio se agachó para recoger el boleto…
- Jae, porqué te vas, así, sin haberme dicho… - respirando con dificultad por la carrera y la ansiedad… y cualquier otra emoción que su cerebro se niega a interpretar pero que su corazón conoce bien… el moreno le tomó por la muñeca impidiéndole seguir…
- ¿abordará? Joven, el avión tiene que despegar… - cumpliendo con su trabajo, pero bastante intrigada por la escena, la azafata cuestionó con amabilidad… Jae zafándose del agarre del moreno…
- sí… - el rubio no quería decirle nada al moreno, nada ganaba con eso, ya le había perdido… el pasaje de boleto entregado a la azafata… un paso, dos rumbo al túnel… una mano sosteniendo la suya una vez más… - qué es lo que quieras que te diga, Yunho… - girándose para verle de frente, el moreno pudo sentir su mirada cargada de profunda tristeza… - puedes ser feliz ahora, no ves que yo ya no puedo más…
- pero… - un vacío en su estómago… culpa… temor…
- no puedo quedarme a seguir siendo tu mejor amigo, y lo sabes… - interrumpió, sintiendo el agarre de su mano liberarse… - adiós, Yunho, sé feliz… - y con las lágrimas comenzando a resbalar por sus pálidas mejillas, el rubio entró al túnel que lo lleva al avión, sintiendo su corazón destrozado por completo, no más esperanzas… no más promesas..
El moreno se quedó clavado en su lugar, la azafata cerrando las puertas del pasillo, ese por donde su mejor amigo, la persona más importante en los últimos tres años, se iba de su vida, dejándole con un amargo sabor a nostalgia y soledad.
… Cuando tu corazón grita ser escuchado pero los recuerdos confunden tus sentimientos, la distancia puede ser una buena aliada si eres capaz de prestarle atención…
…………………………….
Día 25 de Contrato. 8:00 am
Junsu, con toda la vergüenza del mundo, le pidió a su madre le ayudara a preparar un desayuno decente que llevarle a un “amigo” que lleva dos días resfriado. Bueno, primero, si él se ponía por cuenta propia a cocinar seguro que todo terminaba en desastre, lo suyo son los postres, pero lo demás, mejor ni hablar; segundo, quería tener ese detalle con su “novio” pero claro está no iba a decírselo tal cual a So Lyn, verdad?
De cualquier forma, por el empeño que puso en seguir al pie de la letra las indicaciones que le daba, la Sra. Kim sabía que su hijo hacía eso por alguien muy especial…
- ¿de quién te has enamorado, Junsu?... – se preguntó la mujer, sonriendo emocionada mientras el castaño parte en su moto.
El delfín llegó al Edificio donde se encuentra el departamento de Yoochun, bajó de su moto con una bolsa donde metió los recipientes con el desayuno en la mano izquierda, se sentía nervioso por la reacción que pueda tener el pelinegro al verlo ahí tan temprano…
- ay por dios, parezco una de esas chicas de telenovela… - riendo por su pensamiento, entró al edificio, dirigiéndose al ascensor, pulsando el botón del piso correspondiente.
Salió del ascensor, caminó a su derecha y luego dobló a la izquierda hasta llegar a su destino. Tocó el timbre, una… dos… tres veces…. El castaño se mordió el labio inferior, tal vez su “novio” dormía y él molestándolo, iba a retirarse cuando escuchó la puerta abrirse….
- ¿Junsu?... – el pelinegro palideció al verlo, tan tierno como siempre, las mejillas coloreadas y una tímida sonrisa…
- ¿cómo te sientes? Te preparé un desayuno para que te de energías y… - escuchó una voz venir de dentro…
- Yoochun, tengo que irm… - el moreno venía terminando de abotonar su camisa, por lo que al levantar la vista y ver al novio del pelinegro afuera enmudeció…
El pelinegro quería que la Tierra se abriera y se lo tragara, ésa era una muy mala situación… y en verdad, no era lo que parecía… no del todo. Junsu miró al ratón detenidamente, no parecía enfermo, luego su vista se posó en el moreno, parado a lado del pelinegro, viniendo de dentro abotonándose la camisa a temprana hora… qué otra cosa podía pensar sino que esos dos habían dormido juntos; lo que es más, han estado juntos desde que Yoochun comenzara a faltar al trabajo por estar supuestamente resfriado.
El mundo de Junsu se desmoronó en cosa de segundos, sintió que las fuerzas lo abandonaban y un punzante dolor se instalaba en su corazón. La bolsa cayendo estrepitosamente al suelo, sacando a los tres de sus pensamientos. Y el castaño no pudo hacer más que darse la vuelta y salir corriendo de ahí con las lágrimas acumulándose en sus ojos. Había sido un completo idiota, se había ilusionado como lo hace un ciego enamorado… aun sabiendo que algo así podía pasar… pero dolía… inevitablemente dolía.
Yoochun le había seguido el paso, llamándolo para que se detuviera, pero no quería, qué caso tenía, pulsó el botón del ascensor, pero escuchaba al pelinegro detrás de él y corrió hacia las escaleras, bajando apresuradamente, hasta que tres pisos abajo, en el descanso, el pelinegro le dio alcance e intentó tomarlo por el brazo, pero el castaño se zafó de un tirón girándose para verle de frente…
- ¡déjame en paz! Para qué me sigues, no es suficiente ya con lo que he visto… - gritó con voz lastimera, luchando por no llorar…
- lo siento, pero no es lo que parece… - intentó defenderse el pelinegro…
- ¿qué es lo que no parece? ¿Me dirás que solo estaba ahí por casualidad, que no durmieron en la misma cama, que no le besaste, que no le amas?... – espetó con dolor. Pero el pelinegro no respondió nada, cómo negarle lo que sí pasó, cómo explicar que no sabe a quién ama, que siente que solo se está equivocando en todo lo que hace… - me mentiste, Yoochun ah, y no tenías que hacerlo, hubiera bastado con que me dijeras que habías vuelto con él, pero no decirme que estabas enfermo cuando estabas con él…
- yo… esperaba que nuestro contrato terminara… - “porqué mierda dije eso” el castaño palideció, un puñal enterrado en su corazón…
- ¿entonces, eso es todo lo que fui siempre para ti?… - murmullo lastimero. Entonces, porqué lo celaba, porqué le había llegado a decir que no le gustaba que otros se acercaran a él, porqué llegó a decirle que le gustaba… ¡hasta pedirle que viviera con él!... incluso… - y cuando intimamos, no fue más que solo sexo para ti, ¿verdad?… - las lágrimas por fin resbalando por sus mejillas, por ese rostro de ángel cruzado ahora por el dolor y la desilusión, impactando de tal manera al pelinegro que solo se quedó callado, maldiciéndose internamente por su idiotez… - gracias, Park Yoochun… - tono hiriente, la mirada inyectada de decepción… - ahora sé lo que para ti valieron mi cuerpo y mis sentimientos, has conseguido que me sienta como alguien que se vende por dinero… - retomó su descenso por las escaleras a paso veloz, dejando atrás a un pelinegro en shock por las palabras escuchadas.
- ¡Junsu!... – saliendo de su estupor, corrió tratando de alcanzarlo. No! Él no había querido dar a entender nada de eso. Claro que no había sido solo sexo para él, le había hecho el amor, es solo que… cuando salió del edificio solo pudo ver la moto partiendo a gran velocidad, su corazón se estrujó fuertemente… - ¡qué mierda hice!!... – sus manos presionando su cabeza…
… Si el amor fuera como una bombilla, bastaría con presionar el botón de apagado, pero… ¿Alguien tiene un interruptor para el corazón?...
Continuará……
Cuántos besos serías capaz de entregar y recibir antes de aceptar ese sentimiento que pugna por salir y ser expresado libremente, ¿cuánto puede pesar la incertidumbre de lo desconocido como para impedir que dos personas estén juntas?
………………….
- ¿Porqué me pides algo así?... – cuestionó el castaño apenas terminó el beso… ¿qué era exactamente lo que pasaba por la cabeza del pelinegro en ese momento?
- yo… - tarde se dio cuenta de las palabras que habían escapado de su boca… - pues… - ¿porqué le pidió algo así? En verdad, ¿se ha enamorado a tal grado de Junsu?
- no sabes porqué, ¿verdad?... – trató de que sus palabras sonaran tranquilas, pero si era sincero consigo mismo, ese momento era incómodo y le oprimía el corazón… - me sueltas, por favor… - apoyó sus manos en las del ratón, como para sacarlo de sus pensamientos, sintiendo que su calor en ese instante no era solo suyo…
- lo siento, Junsu, de verdad… - dando un pasó atrás… - no se lo que me pasa contigo… tú… me gustas, pero… - silencio. Yoochun mirando hacia un lado, el castaño mirándolo fijamente.
- está bien… al menos es un buen comienzo… - se acercó al pelinegro… - no hay porqué apresurar nada, Chunnie… - sonriendo de medio lado, consiguió que su “novio” le mirara a los ojos para luego fundirse en un beso más…
- ¿Chunnie?... - enarcó una ceja, sonriendo divertido… - es la segunda vez que me llamas así…
- ¿la segunda?
- sí, aquella noche cuando tú y yo casi… - sonrojo violento en ambos… - bueno, esa vez también me llamaste así…
- me gusta cómo se escucha, y es de cariño… - puntualizó aun sonriente… - no te quejes…
- no me estoy quejando, Susu ah… - ahora fue el castaño quien enarcó la ceja… - qué, es de cariño… - comportarse como novios, ¿no implica de hecho serlo?
……………………….
Cada día Yunho escribía un nuevo mensaje, con distintas cosas por decir, pero nunca los enviaba. Empero, extrañaba demasiado a Jae… a su amigo, y se sentía miserable por ello, por no dejar de ser el estúpido egoísta que solo quiere a su mejor amigo de regreso, ese en quien desahogar todas sus penas, el que le cocina sus platillos favoritos, el que ríe con él y pasa largas horas frente al televisor viendo películas tontas, ése que siempre consigue sacarle una sonrisa aún en sus peores momentos, el mismo que lo motivaba a luchar por el amor de Yoochun.
Porque era que siempre que pensaba en Jaejoong, terminaba pensando también en el pelinegro? Era acaso que tratándose de ellos dos, el amor y la amistad nunca podrían mezclarse? Estaba obligado a renunciar a ambos por su incapacidad de entregarse, por su don para hacer daño a quienes más le importan? Era ese el legado que aprendiera de sus padres? Aleja aquello que te hace débil.
- ¡maldición!... me explotará la cabeza de tanto pensar y no llegar a nada… - y una vez más como lo hace cada tanto por día, sacó su móvil y escribió un mensaje para Jae… uno que una vez más no envió. Y entonces se dio cuenta de algo… - hice lo mismo éstos años que estuve en Boston, escribí cartas, mails y compré postales para Yoochun, pero nunca las envié… ¿cuándo pararé de huir?
…………………………
Restaurante Park. Oficina de Jo Nang.
- conozco a tu hermano como llegué a conocer a tu padre… y como de hecho te conozco a ti… - el morocho escuchaba atentamente a su madre… - el amor es una cosa demasiado compleja como para fiarse incluso de él; sé que Yoochun aún piensa en Yunho, pero también que tiene un cariño muy especial por el joven Junsu, y la única forma de que su corazón elija a uno es obligándolo a ello…
- de qué hablas madre, creí que habías dejado el tema por la paz ahora que Yoochun sale con Junsu…. – su madre le miró con una sonrisa amable…
- te has enamorado, ¿Yoo Hwan?... – el morocho entrecerró los ojos, en su mente la imagen de alguien; su madre analizando su expresión… - el enamoramiento es un estado complicado de aletargamiento emocional, pero basta que un factor externo aparezca con la suficiente fuerza como para generar una confusión y descubres el amor verdadero en medio de la tormenta que se desata de esa aparente calma…
- no te entiendo…
- enamorarse es casi fácil, pero el amor… - suspiró… - ese sentimiento es lo más difícil que puede vivir una persona; hermoso, sin duda, pero no se llega a él sin antes haber superado toda prueba, la más importante de todas, la que representa uno mismo. Yoochun amó a Yunho, y aún cree amarlo, pero confundido con la llegada de Junsu a su vida, no podrá definir sus verdaderos sentimientos a menos que los enfrente…
- ¿y cómo se supone que hará eso?...
- ofrecerás una fiesta en algún antro, tú sabes mucho de ello, y te asegurarás de que Yoochun y Junsu vayan, pero sobre todo, invitarás a Yunho…
- espera, espera, espera… - el morocho se puso de pie haciendo aspavientos, confundido por lo que su madre le pide… - no decías que no quieres que Yunho y Yoochun vuelvan, no crees que si ellos se encuentran eso terminará por ocurrir...
- tal vez, aunque me inclino más por la posibilidad de que tu hermano se de cuenta de que puede amar al joven Junsu; desde el encuentro con Doo Ki yo misma comprendí que debo dejar a Yoochun ser feliz con quien elija; pero también veo por el joven Junsu, a quien he notado cada día más enamorado de tu hermano… - el morocho sintió una incomodidad al escuchar eso… - es mejor que las cosas tomen su curso real ahora, antes de que el daño que pueda ocasionarse sea irreparable…
…………………………
Día 19 de Contrato. Antro “Destination”
Yoo Hwan rentó el local para una fiesta privada a la que invitó a prácticamente todos los empleados del restaurante, el único pretexto, convivencia laboral. El lugar es uno de los más populares del distrito, reconocido por su música rítmica creada especialmente por el DJ, cuyas mezclas logran que el ambiente sea inmejorable y hasta el más cansado o aburrido logre prenderse y divertirse al por mayor.
Las luces de colores parpadeaban por todo el local, los tantos invitados en diversas actividades: bailando, sentados en las mesas de la primera y la segunda planta desde donde la pista de baile abajo permanece como centro de todo el antro, muchos en las barras tomando o haciendo sus pedidos, hombres y mujeres que espabilan el estrés olvidándose de toda preocupación.
A diferencia de la ocasión en Haewon, aquí, Junsu estaba bastante más cohibido, empezando por el hecho de que no ha tomado una sola bebida, más aparte no se le despegaba a Lee Seung y a Minnie (quien aunque no trabaja para la Franquicia, está con ellos porque les permitieron llevar un invitado), aunque tampoco dejaba de estar al pendiente de lo que su “novio” hace, sintiendo celos al ver cómo era rondado por varias mujeres que vaya a saber dios de dónde salieron, pero evadiéndolo cada que Yoochun pretende acercarse a él.
Yoo Hwan observaba detenidamente cada movimiento de su hermano y Junsu, podía notar (y eso era divertido para él) las miradas recelosas del pelinegro ante el chico que lo acompaña junto con Lee Seung, incluso él se sentía inquieto. Y es que los hermanos Park no saben que Minnie es el hermano menor del delfín. Sin embargo, la atención del morocho estaba a la espera de Yunho, suficiente problema tuvo para localizarlo y una vez que lo hiciera, el moreno negó su invitación; pero estaba seguro de que no resistiría la tentación de ver al pelinegro, así que esperaba pacientemente por su arribo, sentado en una de las mesas de la segunda planta que le daba una panorámica de todo el antro, la entrada y la pista de baile.
- ¿mamá no te puso peros para hacer esta fiesta?... – el ratón se sentó a lado de su hermano, una bebida en su mano…
- no, le pareció buena idea hacer eventos así para los empleados… - el morocho sonrió al ver que su hyung fruncía el ceño porque Min le hablaba al oído al delfín… - ¿quién es el amigo de tu novio?
- no tengo idea, no me lo presentó… - respondió con sequedad, sorbiendo de su bebida…
- y porqué no vas tú y te presentas, se buen novio, hyung… - el pelinegro sonrió ante esas palabras “se buen novio”, las mismas que el castaño le dijera aquella ocasión en Haewon…
- hay demasiada gente con los ojos muy abiertos y el oído muy afinado a pesar de l ruido de la música…
- como si toda esa gente no rumorara ya algo entre tú y él… - los hermanos Kim y Lee Seung tomando lugar en la pista, comenzando a bailar con ritmos de hip hop y break dance, la gente comenzando a dejar un círculo en torno a ellos, aplaudiéndoles y gritando con entusiasmo…
- a los rumores siempre se les puede dar el beneficio de la duda, pero si voy y lo busco, sé que no querré apartarme ya de él, y entonces ya no será solo un rumor…
- ¿y acaso te preocupa que te líen con él?
- no quiero exponerlo, no ante tantas personas… - apartó la vista de la pista de baile, donde su “novio” y sus amigos seguían siendo el centro de atención… - pareces muy interesado en el curso de mi noviazgo con él… - dijo mirando directo en los ojos oscuros como las penumbras de su hermano…
- te seré sincero… - se puso serio… - él me gusta y tú aún piensas en Yunho… - el pelinegro le regresó una mirada molesta con un dejo de incredulidad… - así que solo espero la oportunidad… - se puso de pie, se inclinó para hablarle al oído… - de que tú te equivoques… - soltó con voz peligrosamente venenosa, presionando con un poco de fuerza el hombro del ratón, para luego bajar a la pista de baile donde ya todos bailaban en multitud…
Yoochun se quedó unos instantes procesando las palabras del morocho, regresó su mirada a la pista, sintiendo su sangre hervir al ver a Yoo Hwan bailando junto a Junsu, hablándole al oído, y desde ahí pudo notar el sonrojo apoderarse de las mejillas de su “novio”. Bajó como alma que lleva el diablo, ignorando las sonrisas y miradas coquetas de varias chicas en su camino, pasando entre las decenas de personas bailando, hasta por fin tener al frente al castaño, quien al verlo le regaló una tímida sonrisa; el morocho ya no estaba por ahí, y el MinLee bailaban juntos mientras observaban al YooSu con expectación…
- ¿te diviertes?... – le preguntó al oído, con un tono de voz tan varonil y sensual que el delfín jadeó contra su cuello…
- sí… - murmuró nervioso, la mano del ratón adueñándose posesivamente de su cintura… - Yoochun, aquí no, por favor…
- ¿qué te dijo mi hermano?... – ignorando la petición del castaño, comenzó a moverse al compás de la música techno que invitaba a la sensualidad, a movimientos pausados y candentes…
- que bailaba muy bien… - el mundo a su alrededor comenzando a desaparecer, sintiendo el calor aumentar en su cuerpo…
- ¿y por eso te sonrojaste?... – la mano del pelinegro deslizándose por su espalda, acariciando sugestivamente…
- yo… mmhhh… ¿te pusiste celoso, ratoncito?… - las manos del castaño en los costados de la cintura del pelinegro, siguiendo el compás de sus movimientos…
- eres mi novio, no me gusta que otros se acerquen a ti… - aseguró con voz ronca, la temperatura de su cuerpo elevándose más…
- Chunnie… - murmuró, emocionado de saber que provoca esas reacciones en él…
- ¿importa si los interrumpo?... – la voz del morocho los sacó del mundo privado en el que se habían sumergido… - Yunho llegó, está en el bar, ¿no quieres saludarlo, hyung?… - naturalmente, Yoo Hwan estaba provocando al pelinegro, pero se extrañó cuando notó la mirada aturdida de Junsu… Acaso él no sabe sobre el moreno?
- ¿Yunho?... – el mundo de Yoochun se sacudió, hacía días que no sabía nada del moreno, y ahora resultaba que estaba ahí… su corazón comenzó a latir muy rápido y demasiadas cosas pasar por su mente como para dilucidarlas. La gente a su alrededor comenzando a rumorar, pero eso para él era infinitamente insignificante…
- yo quiero conocerlo… - habló el castaño con seriedad… - ¿puedes presentármelo?... – pidió a Yoo Hwan, no al pelinegro…
… Si quieres demostrar tu amor, disponte a enfrentarlo todo por ello…
- seguro… - sonriendo complacido, el morocho le indicó salir de la pista de baile.
El ratón estaba en shok, no solo por saber que el moreno estaba ahí, sino también porque su “novio” decidiera conocerle. Yunho ya no estaba en la barra del bar, al final había decidido retirarse; el menor Park le vio dirigirse a la salida, por lo que decidido aceleró el paso para alcanzarlo…
- espera… - el pelinegro tomó al castaño por el brazo, pero no fue el único que escuchó su grito, ya que su hermano iba un poco delante, y el moreno estaba a un par de metros, más bastó con escuchar su inconfundible voz para parar y girarse… y experimentar un tornado de sensaciones al verlo…
Yoo Hwan no quitaba su sonrisa, aunque sinceramente no sabía qué esperar de esa situación. Yunho y Yoochun no podían apartar su mirada del otro, años de no poder verse con aquella profundidad comenzaba a transportarlos por un túnel de memorias. Junsu no estaba ajeno a esa conexión, no se necesitaba ser demasiado intuitivo como para no darse cuenta de que esos dos tenían algo especial que los unía.
- nos vamos… - el ratón tomó la mano del delfín y tiró de él para salir del antro (suerte que no había más personas en el pasillo de entrada), pero al pasar a lado del moreno, éste tomó su otra mano con fuerza haciendo que se detuviera, y por lo tanto el castaño con él, quien desconcertado, no pudo más que girarse para observar con determinación al moreno…
- por favor, Yoochun ah, solo quiero hablar… - un chico de cabellos rubios entrando por el umbral, abriendo sus ojos de par en par al toparse con la escena…
- lo siento, ahora no puedo… - intentó zafarse, pero el moreno tenía bien sujeta su mano… ¿o era esa parte de sí que deseaba quedarse?
- solo serán unos minutos… - insistió el moreno…
- MI novio y yo llevamos prisa… - soltó el castaño con seguridad, logrando que Yoochun y Yunho le miraran; el primero con sorpresa ante su repentino celo hacia su persona, el segundo con el ceño fruncido, celoso de su afirmación…
- sé que no me llamaras nunca, y lo que voy a decirte en realidad necesitas saberlo, jamás te dejé de amar, Yoochun ah… - tratando de conseguir un tiempo a solas con el ratón, no pensó en el impacto de sus palabras. Junsu sentía que su corazón se oprimía. Yoo Hwan se puso serio. Jaejoong ya no podía entristecer más…
- vámonos, Chunnie, por favor… - pidió el delfín con voz firme, aunque internamente moría de nervios, temeroso de que el pelinegro decidiera irse con Yunho… pero el mayor Park solo observaba profundamente al castaño… comenzando a soltar su mano… - no puedes salir con otra persona… - recordó parte de la segunda cláusula de su contrato, gesto desesperado por no dejarle ir… - aún eres mi novio, y no me gusta que otros se acerquen a ti, vámonos a menos que quiera terminar conmigo…
- Yoochun… - llamó otra vez el moreno, pero el delfín no apartó su vista del pelinegro, tratando de hacerle ver que no jugaba. Yunho sintió una suave mano envolver la que tenía libre…
- no es el momento, Yunho…- la aparición del rubio consiguió nuevo juego de miradas.
Junsu le miró con sorpresa, cuándo iba a imaginar que su compañero de trabajo conociera a quien sospecha acertadamente es el exnovio de SU ratón. Yoochun también estaba sorprendido, pero más que nada celoso del tono dulce con que le hablara al moreno. Yunho no podría definir lo que sintió al ver a Jae… pero algo en su interior explotó. Yoo Hwan se mantuvo al margen, solo observando y analizando cada reacción en esas cuatro personas…
- déjalos ir…. – y entonces su “amigo” soltó al pelinegro, y el castaño al notarlo tiró de su “novio” para finalmente salir de ahí.
El YooSu salió del antro en un mar de confusiones, de igual manera se encontraba el YunJae. Yoo Hwan simplemente volvió a la fiesta, tenía la necesidad ahora de tomar hasta embriagarse por ese repentino dolor en el músculo que palpita en su pecho.
………………………
Yoochun conducía en silencio rumbo a su departamento. A su lado, Junsu pensaba en la forma de conseguir que el pelinegro se sincerara con él, que le tuviera la confianza y hablara de su pasado. El ratón no podía dejar de pensar en el chico de cabellos rubios, que bien recuerda es uno de sus empleados, el mismo que le hizo sentir los primeros celos por el delfín… el mismo que ahora se había quedado con Yunho.
Poca atención puso en lo que hacía, pero cuando logró salir de sus pensamientos, ya estaba en el departamento, en la habitación que debería funcionar como un Estudio pero donde hace un par de días metió un piano, en el cual sus manos se deslizaban tocando una serie de notas que comenzaban a tomar sentido. A su lado en el banquillo, sentado el castaño, observando con detenimiento sus finos dedos desplazarse por el teclado y su mirada abatida. Cuando el delfín reconoció la tonada de la canción, un impulso por empatar emocionalmente con su “novio” lo llevó a abrir su propio corazón y dejar que las oraciones que componen tan bella melodía se funda con su voz fluyendo en un canto melancólico…
Doushite kimi wo suki ni natte shimattan darou?
Donna ni toki ga nagaretemo kimi wa zutto
Koko ni iru to, omotteta no ni
Demo kimi ga eranda no wa chigau michi
Doushite kimi ni nani mo tsutaerarenakattan darou?
Mainichi maiban tsunotteku omoi
Afuredasu kotoba, wakatteta no ni (mou todokanai)
Hajimete deatta, sono hi kara
Kimi wo shitteita ki ga shitan da
Amari ni shizen ni tokende shimatta futari
Doko e iku no ni mo issho de
Kimi ga iru koto ga touzen de
Bokura wa futari otona ni natte kita
Demo kimi ga eranda no wa chigau michi
Doushite kimi wo suki ni natte shimattan darou?
Donna ni toki ga nagaretemo kimi wa zutto
Koko ni iru to, omotteta no ni (mou kanawanai)
Tokubetsu na imi wo motsu kyou wo
Shiawase kao de tatsu kyou wo
Kirei na sugata de kami sama ni chikatteru, kimi wo
Boku ja nai hito no tonari de
Shukufuku sareteru sugata wo
Boku wa dou yatte miokureba ii no darou?
Mou doushite kimi wo suki ni natte shimattan darou?
Ano koro mo, bokura no koto, mou moderenai (kangaeta) modorenai (kangaeta)
Doushite kimi no te wo tsukami ubaenakattan darou?
Donna ni toki ga nagaretemo kimi wa zutto
Boku no yoko ni, iru hazu datta (sono mama nii)
Sore demo kimi ga boku no soba nara to itte mo
Eien ni kimi ga shiawase de iru koto
Tada negatteru
Tatoe sore ga donna ni sabishikutemo (setsunakutemo)
Yoochun le escuchó atentamente, dejándose envolver por esa dulce voz que expresaba sus propios sentimientos, uniéndose en perfecta armonía al sonido triste de la música del piano. Y cuando la canción terminó, las palabras simplemente comenzaron a salir de sus labios…
- Yunho y yo nos conocimos desde muy pequeños, crecimos conociéndonos como amigos, con el tiempo fuimos descubriendo que la amistad que nos unía era mucho más fuerte y profunda de lo que debería, a la vez nos dimos cuenta también de que no nos atraía el sexo opuesto, y un día, cuando teníamos ya 18 años, simplemente aceptamos que nos habíamos enamorado e iniciamos un noviazgo. Un año de relación y todo el amor se acabó de repente, en el peor momento de mi vida… - tragó hondo, sin mirar en ningún momento al castaño, quien sí le observaba contemplando detenidamente su sombrío perfil al hablar de eso… - hubo un accidente en el que mi padre murió… - luchando contra el nudo en la garganta… - ésta es la primera vez que hablo de esto en cuatro años… - sonrió con tristeza… - Yoo Hwan, mi madre y yo no enfrentamos la pérdida de mi padre de la mejor manera a decir verdad, pero estábamos vivos, y yo solo esperaba ver a Yunho porque estaba seguro de que bastaría para no sentirme tan mal, pero él no se presentó sino hasta algunas semanas después… - sintió las lágrimas agolparse en sus ojos exigiendo ser liberadas, pero él se negaba a llorar, no quería volver a hacerlo… no por él… - y solo para decir adiós… prefirió irse a Estados unidos a estudiar que quedarse conmigo, así de mucho me amaba que se fue cuando más lo necesitaba… - su voz tornándose fría e iracunda, pero sobre todo lastimera… - hicimos promesas de amor, de estar juntos a pesar de todo, y él solo me abandonó, sin ninguna buena razón… y ahora vuelve y quiere dar explicaciones, cuando tuvo cuatro años para hacerlo y nunca llamó, nunca escribió, no supe nada de él en todo este tiempo… - el dolor resurgiendo con creces, la desolación, las dudas, el desesperado deseo de no amarle más… - ¡cómo puedes decirle a alguien que le amas y hacerle tanto daño!...- gritó con el escozor de las lágrimas mojando sus mejillas…
Junsu no tenía palabras ante eso, pero podía ver que el corazón de Yoochun, a pesar del dolor, aún le pertenecía a Yunho… y eso oprimía su pecho, pero a la vez lo hacía tener el valor de demostrarle que él podía ser diferente… que él podía amarlo también.
… Un corazón enamorado es capaz de entregarse aún cuando no tiene la certeza de ser complementado…
El castaño enmarcó con sus manos el rostro del pelinegro, mirando con infinita ternura su semblante entristecido y marcado por el dolor. Llevó sus labios a sus ojos, besando las gotas de agua salada que aún fluían con un río desbordado e incontenible. Por acto reflejo, buscando el refugio de un abrazo seguro, el ratón se aferró al delfín, desahogando en su hombro el dolor reprimido durante cuatro tormentosos años. Minutos después se separó de él, presa de sentimientos encontrados por su “novio”, temeroso de lo que crece en su interior luchando contra aquello bien cimentado pero fracturado por el moreno… su amor herido por el abandono.
Más Junsu estaba dispuesto a amarle, esperanzado como todo enamorado en llegar a ser correspondido sin atadura alguna. Besó a Yoochun con suavidad, probando sus labios con ternura, transmitiéndole su propio cariño.
………………………………
Departamento de Jung Yunho.
No habían encontrado palabras para ese extraño reencuentro, una semana había transcurrido desde el beso entre los dos, y ninguno había sido capaz de contactar al otro, pero el destino los había unido otra vez. Por eso estaban ahí, recostados en la cama del moreno.
Desde que el YooSu saliera del antro, el silencio se había apoderado de todo a su alrededor, las miradas dirigidas al otro eran solo de temor y culpa, de preocupación e incertidumbre. Pero sus manos entrelazadas era una unión que no habían querido romper, y sin mediar palabra alguna, salieron rumbo al departamento del moreno.
Jae sabía bien por lo que su amigo estaba pasando, y por el amor que le tiene no tuvo corazón para dejarle solo. Yunho sabía que era un egoísta de primera, pero necesitaba tanto el cobijo de sus brazos, que no se resistió a ellos cuando lo abrazaron y acurrucaron en ese pecho que tanta calidez le otorga.
Y se quedaron ahí en absoluto silencio, el moreno recostado en su amigo, sus brazos rodeando su cintura, las del rubio en su espalda y su cabeza, acariciando sus cabellos con cariño… volviendo a ser… el mejor amigo. Sin ningún acercamiento íntimo de por medio, sin besos que lastimaran más su ya lesionada amistad.
…………………………
Junsu estaba bajo el cuerpo de Yoochun, siendo acariciado casi con torpeza, desnudo hasta el alma entregándose a aquel que aún no le ama. Repartiendo primerizas caricias en el cuerpo del pelinegro, sintiendo su piel ardiente en contacto con la del ratón en las mismas condiciones. Dejando escapar suspiros y jadeos desde su garganta, gimiendo tímidamente cada que el ratón llega a un punto sensible, cada que besaba su pecho y succionaba sus pezones, cada que masajeaba suavemente su entrepierna, cada que lamía su cuello y gemía en su oído.
Yoochun buscaba en el calor del cuerpo de Junsu el motivo faltante para olvidar a Yunho, quería marcarlo como suyo al mismo tiempo que esperaba que su tibieza, que su piel ardiente, sus labios suaves, sus murmullos apasionados, que su unión completa borrara de su propio cuerpo la entrega que años atrás varias veces compartiera con el moreno.
Y fue por eso que profanó ese estrecho pasaje con su excitado miembro, dejando en cada embestida la súplica interna de no extrañar a otro cuerpo; de que los gemidos arrancados a ese ángel que le mira con ternura no sonaran ajenos a sus oídos, de que la forma en que se aferra a él con cada oleada de placer no le recordara otros brazos. De que al llegar al éxtasis, sus nublados sentidos solo quedaran impregnados de Junsu.
……………………..
Cuando Yunho despertó no se extrañó de que Jae ya no estuviera con él, ni en ninguna parte de su departamento, que más que nunca se sentía frío e inhóspito. Caminó descalzo por todo el lugar, buscando algo en específico, estaba seguro de no haberlo dejado en Bostón. Sobre la mesita de noche a lado de su cama descasaba un trozo de papel con una nota escrita por el rubio esa madrugada antes de partir.
… “Amar es tener el valor de enfrentarlo todo, deja de huir y habla con él, no busques pretextos, pero tampoco lo enfrentes en un lugar público… dale a conocer todo lo que no dijiste en cuatro años…
Jae… ”
Mientra el moreno prácticamente volteaba todo su departamento, el rubio iba camino al trabajo pensando en la posibilidad de renunciar y partir de la ciudad…
- ¿no estaría huyendo si lo hiciera?... – los calidos rayos de sol que bañaban la avenida no podían traspasar el frío de su dolor… - pero, para qué quedarme si siempre volveré a ser solo su mejor amigo, el hombro en el cual llorar, o los brazos en los que refugiarse… - el semáforo cambiando a luz verde… - y sin embargo, sigo deseando que seas feliz, Yunho…
………………………..
Junsu estaba que todavía no se creía el haber intimado con Yoochun, por primera vez en sus 22 años de vida tuvo que mentirle a su madre para explicar el porqué no durmió en casa. Despertar en brazos del pelinegro, con sus desnudos cuerpos cubiertos por las sábanas, fue una sensación indescriptible. Dios! Ni siquiera había imaginado lo placentero de hacer el amor con otro hombre.
- al final entregué mi virginidad al ratón pervertido… - pensaba mientras amasaba la mezcla para unos panecillos… y sin querer al hacerlo recordó el momento en que sus manos habían masajeado la erección del pelinegro la noche anterior, sonrojándose violentamente… - ¡masturbé a un chico!... bueno, no tiene nada de malo, somos novios, ¿no?... – y toda su felicidad se vio interrumpida por la cruel realidad… - ¿me seguirá viendo solo como su novio por contrato? ¿o hacer el amor nos convirtió en novios de verdad?... habré cometido un error al entregarme justo cuando acababa de hablar de Yunho?... pero, lo hice por amor, porque me enamoré de él, porque quiero que sepa que yo no me iré… ¿volvería con Yunho si se lo pidiera?
En su oficina, Yoochun recibía un paquete cuyo remitente era justamente Jung Yunho. Observó la caja de tamaño mediano con indecisión, pero fue demasiada su tentación por saber lo que contenía. Con manos temblorosas rasgó la cinta que la mantenía sellada, apartó las tapas y se encontró con un montón de papeles, cartas selladas, postales de lindos paisajes estadounidenses. Eran los mails guardados pero nunca enviados que el moreno imprimiera esa mañana, eran todas las cartas escritas cada día de su estancia en Boston, eran todas las portales de algunos viajes realizados en tierras norteamericanas, lugares que de una u otra forma le habían recordado al pelinegro.
Yoochun comenzó a leer la primer carta, todo acomodado en orden cronológico, por lo que tenía entre sus manos la que fuera escrita cuando el moreno aún iba a bordo del avión que lo llevó a Boston. Un par de hojas cuyas palabras tenían en algunas partes la tinta corrida por las lágrimas que sin duda Yunho derramó sin poderlo evitar. El propio pelinegro comenzaba a sentir rabia y tristeza conforme iba leyendo.
Cerca de una hora después llamaron a su puerta, sacándolo de su concentrada revisión de cartas. Y cuando permitió el acceso a quien tocaba, sintió su mundo temblar al ver a Junsu con una radiante sonrisa y el carmesí ruborizando sus mejillas…
- es hora de la comida y… yo pensé… ¿comemos juntos?... – habló hecho un manojo de nervios, sintiéndose estúpido por su comportamiento casi adolescente…
- yo… - miró la caja sobre el escritorio y lo mucho que aún tenía por leer, quería seguir en eso, porque comenzaba a entender los verdaderos motivos por los que Yunho se fue tan abruptamente, como si en realidad no le importara, cuando fue justamente por lo mucho que le importaba, por el amor que le tenía, que prefirió dejarlo sin explicación alguna… el delfín observó la caja, sin poder ver el remitente de lo que obviamente le había llegado por paquetería, pero notaba que su “novio” parecía muy ocupado en lo que fuera que contiene…
- está bien si no puedes ahora…- ya no tan alegre como hace unos segundos, el castaño tenía un mal presentimiento en torno a la actitud del pelinegro, que no parecía particularmente feliz o diferente al verlo, después de lo que pasó entre ellos esa noche…
- no te importa que nos vean juntos, creía que no querías rumores en torno a ti por mi culpa… - cuando buscas un pretexto para no estar con alguien, ¿mereces que esa persona aún te mire con cariño?
- ya no… - aseguró sonriente, después de todo, se había entregado por completo a él, a decir verdad le gustaría que todo mundo supiera que estaban juntos… porque lo estaban, ¿no?
- bien, vamos… - dando una última mirada a las cartas y papeles que aun quiere leer, el pelinegro salió con el castaño…
……………………………
Día 22 de Contrato YooSu.
Yoochun estaba en su departamento, eran cerca de las nueve de la noche y ya esperaba por la llegada de él, estaba ansioso e inseguro, pero no podía dar marcha atrás. Había leído hasta la última carta y el último mail que hubiera querido recibir cuando fueron escritos, pero que de cualquier forma habían reavivado la chispa de su amor. El timbre de la puerta logró que el pulso se le acelerara, caminó hasta la puerta sintiendo que bajo sus pies el piso se sacudía, abrió y casi se lanzó a sus brazos para besarlo con súbita pasión, pero se contuvo… antes aún tenían que hablar…
- hola… - saludó Yunho con una tímida sonrisa, su corazón palpitando demasiado acelerado. El pelinegro se veía guapo con ese pantalón blanco y la camisa de seda color azul abotonada hasta el pecho, el cabello desordenado y la sonrisa amable que tanto extrañaba, que esperaba no hacer ninguna idiotez como robarle un beso.
- pasa… - haciéndose a un lado, el ratón le permitió la entrada al moreno.
… Nunca ames a alguien sin antes haberte despedido de antiguos amores, de lo contrario, un gran daño ocasionarás…
Continuará……
Fuente de la letra: http://www.musica.com/letras.asp?letra=1362070
ADVERTENCIA: Lemon
Capítulo 8. Un Interruptor Para El Corazón
Ésa fue una noche larga, pero por fin habían podido hablar de aquello que hace cuatro años no pudieron, dejando en sus vidas un amargo sabor que durante todo ese tiempo mermó el amor que se tenían, pero que ahora parecía poder volver a vivir…
- nunca pensé que tus padres fueran capaces de tanto… - sentados en el sofá, el pelinegro sentía un extraño alivio al saber con exactitud lo que hizo que el moreno se fuera a Boston así sin más…
- yo tampoco, a pesar de que siempre intentaron controlar mi vida, jamás se me pasó por la cabeza que pudieran llegar a amenazarme con… lastimarte… - voz taciturna…
…..flashback……
Día del Accidente de los Park. Mansión Jung.
- ¡te he dicho que no irás a donde Yoochun!... – espetó con tono golpeado el Sr. Jung, ordenando a sus guardaespaldas detener a su hijo… - ningún Jung ha sido una deshonra para la familia y tú no serás el primero…
- ¡¡me importa poco lo que digas!!... – forcejeaba el moreno, entonces de 19 años, con dos hombres corpulentos que le impedían salir de la casa…
- así tenga que encerrarte de por vida, no volverás a ver a Park Yoochun, te lo prohíbo… - hacía cosa de días que los padres de Yunho le habían descubierto besándose con el pelinegro y no estaban dispuestos a tolerar una relación así…
- encontraré la manera… - en un ágil movimiento el moreno golpeó la nariz de uno de los hombres que lo detenían… - no puedes obligarme a no amarlo solo porque somos hombres… - el otro sujeto evadió sus patadas dominándole nuevamente con ayuda de otros dos…
- entonces no nos dejas salida, si intentas volver con ese… bastardo… - siseó con desdén… - que te ha vuelto gay…
- ¡no te atrevas a insultarlo!... – encolerizó el moreno, forcejeando contra esos tres hombres que le retenían…
- provócame hijo, y la próxima vez que veas a Yoochun será en su tumba… -el moreno le miró con furia, ¿su padre sería capaz de algo así?... – ódiame si quieres, algún día me agradecerás, cuando te des cuenta de que eso que crees tener con ese… hombre… - soltó con desprecio… - no es más que una nimiedad…
- se llama amor… - aseveró con la mandíbula apretada por la impotencia…
- en un par de semanas estaremos en Estados Unidos y verás como en cuestión de días lo olvidas, hijo mío… - su madre intentó acariciar su mejilla, pero el moreno apartó el rostro…
- maldigo el día en que vine a este mundo como tu hijo… - espetó con frialdad, deseando no tener relación alguna con esos dos adultos que se hacen llamar sus padres, esos quienes le han enseñado la escoria del mundo…
- pues no hagas ninguna estupidez para maldecir el día en que la vida de Yoochun se extinga por un inexplicable atentado… - advirtió el Sr. Jung…
Después de ese día y hasta el momento en que la mudanza a Boston se efectuara, Yunho no salió de la Mansión, ni siquiera de su habitación, no le interesaba nada en absoluto, solo deseaba no ser hijo de uno de los científicos más importantes del mundo, y que éste no fuera tan cerrado de mente como para no entender sus sentimientos. Ni tan ambicioso como para creerle capaz de hacer algo tan ruin como la amenaza que le hiciera. Y el que haya podido “despedirse” del pelinegro había sido por suerte y apoyo de su guardia personal que le diera margen y tiempo para eso y más nada.
……flashback……
- por eso fingiste que solo te ibas a estudiar y por la oportunidad de trabajo de tus padres… - el moreno asintió… - debió ser muy duro para ti estar solo en Boston…
- el primer año lo fue, pero… - recuerdo de la llegada de Jae a su vida… - después conocí a un muy buen amigo, y te juro que de no ser por él, me habría derrumbado tantas veces, pero él siempre me motivaba, me decía que luchara, que si te amaba tenía que seguir adelante por ti… - se miraron a los ojos, sintiendo tranquilidad por cómo la herida parecía sanar ahora que la verdad había sido revelada…
- ¿no te dio temor?... – sus manos encontrándose en una suave caricia… -
- ¿el haber amenazado a mis padres con entregarlos a la policía por tener negocios ilegales que implican a importantes figuras de la política?... – el pelinegro asintió… - era la única alternativa que tuve para alejarme de ellos, aunque lamento que hubiera pasado tanto tiempo hasta poder encontrar algo que me uniera a ellos…
- y yo maldiciéndote cada tanto… - soltó con culpabilidad, pero el moreno le tomó por el mentón impidiéndole que apartara su vista de la suya….
- no lo sabías, y eso fue porque yo no quise decirte nada hasta asegurarme de que no debía preocuparme por nada… - sus rostros acercándose en búsqueda de un beso, uno sin remordimientos ni incertidumbres de por medio…
- no puedo… - murmuró cuando sus labios ya se rozaban, separándose lentamente, el recuerdo de Junsu impidiéndole continuar…
- es por tu novio, ¿verdad?... – el pelinegro se paró sin responder… - ¿lo amas?... – cuestionó con cautela, siguiendo a Yoochun al balcón… pero, porqué no dolía tanto como imaginaba el pensar que afirmara a su cuestionamiento?
- yo… es complicado… - ¿ama al delfín? ¿O es solo respeto por ese supuesto noviazgo?
- comprendo… pero, no me odias más, ¿verdad Yoochun ah?… - el pelinegro abrió el ventanal corredizo, el viento fresco de la madrugada acariciándoles con suavidad…
- no, Yunho ah… - le sonrió con sinceridad, no pudiendo contener en ese instante el besarle… aunque no sentía ser capaz ahora de decirle un “Te Amo” como antes llegó a soñar…
…………………………………
Hogar Kim.
Junsu estaba en su habitación, despierto aún cuando ya eran las tres y minutos de la madrugada, era que simplemente había algo en su interior que le impedía conciliar el sueño. Era la preocupación de no saber lo que pensaba Yoochun, quien ha estado distante los últimos días desde que intimaron. Y le corroe la incertidumbre de no saber con claridad el porqué, ha querido preguntarle pero el pelinegro solo decía estar ocupado, le daba un breve beso en los labios y se despedía.
- ¿es por Yunho?... – enterró su rostro angustiado en la almohada, tratando de no pensar en eso… le dolía el solo pensar que el pelinegro volviera con el moreno, y descubrir que al final había sido siempre solo un novio por contrato.
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Distrito Sinchon. Clínica Central. 4:00 am
- hoy ha estado todo tranquilo, solo suturas y fracturas leves… - y es que al chico de ojos claros le gustaba tener mucha actividad durante sus guardias, de lo contrario se aburría, y si se aburría solo tenía mente para una cosa… y eso implicaba poca ropa y muchas caricias que desea compartir con su novio…
- pues sí, y las cirugías programadas para hoy ya están cubiertas por otros residentes, no nos queda otra más que esperar a que llegue algo interesante… - aunque siendo de madrugada, ellos ya están acostumbrados a no dormir demasiado, por eso estaban tan tranquilamente conversando mientras se dirigían a su habitación ahora que les habían dado tiempo para descansar…
- oye, he notado a tu hermano diferente en los últimos días…
- sí, también yo, no le veo tan alegre como de costumbre, pero no sé, creo que algo pasa con Yoochun, pero no me ha dicho nada…
- yo todavía no me creo que sean novios, es que fue raro, primero se la pasaba quejándose de él, y luego de repente un día… es raro, aunque llegué a notar que a Yoochun no le gustaba que cualquiera hablara demasiado con Junsu, pero en los últimos días casi no lo he visto por el Restaurante…
- ¿habrán peleado?... – entrando a la habitación…
- ni idea, no parece que estén peleados, solo… extraños… - su novio se recostó en su cama resoplando con frustración… - ¿sabes algo?... – ChangMin le miró indeciso, no sería correcto hablar del Contrato YooSu con él sin que su hermano se lo permitiera…
- no… - evadió… - es solo que no quisiera que algo malo suceda, Junsu no se había enamorado nunca antes, y si con Yoochun las cosas no salen bien… - suspiró… - no quiero volver a verlo deprimido, no le va la tristeza…
- ¿lo dices por lo de tu padre?... – se recostó a lado del menor, permitiéndole apoyarse en su pecho…
- sí… recuerdas que te hablé de eso, ¿no?... – el chico de ojos claros asintió… - el hecho de que su padre haya abandonado a mamá apenas supo que estaba embarazada de él; y luego mi padre, a quien Junsu había aprendido a querer como suyo, nos abandona cuando yo apenas tenía 11 años y él 13… fue un golpe muy duro para todos, sobre todo para él, porque se sentía culpable de todo…
- ya verás cómo todo va bien con ellos dos… - trató de confortar Seung, abrazándolo con fuerza, no queriendo ahondar en esos recuerdos…
- tú no me dejarás nunca, verdad, cariño… - aunque habló como si estuviera bromeando, su novio pudo ver el matiz opaco cubriendo sus ojos cuando el menor levantó el rostro para verle de frente…
- nunca, Minnie, Te Amo, mi vida… - aseguró desde el fondo de su alma, acariciando con uno de sus dedos los labios de su novio curvados en una linda sonrisa…
- yo también Te Amo… - colocándose completamente sobre su cuerpo, el menor comenzó a besarlo tranquilamente, probando sus labios con calma hasta memorizar su suave textura como cada que se besan… - no tenemos nada que hacer y no tengo ni pizca de sueño… - murmuró con picardía, apartando de su mente todo recuerdo de tristeza, deseando tener esa felicidad palpable para siempre… - quiero que hagamos el amor, Lee… - sus manos acariciando sugestivamente el pecho de su novio…
- yo también quiero hacerlo, Minnie… - aceptó más que gustoso besando con renovada pasión a su novio.
Sus cuerpos reaccionando rápidamente al deseo mutuo de pertenecerse, de ser uno y entregarse por ese amor correspondido que los hace soñar con una larga vida juntos. Las manos de Seung acariciando la espalda de Min por sobre la playera del uniforme, pasando luego furtivamente por debajo de ésta, palpando la piel que aumenta su calor gradualmente conforme las caricias compartidas acompañadas de besos cada vez más profundos.
Minnie se incorporó quedando sentado en las caderas de Seung, se sacó la playera y después tomó por los hombros a su novio para instarlo a incorporarse lo suficiente para quitarle también la parte superior del uniforme, quedando así ambos con el torso desnudo, fundiéndose en un beso más apasionado a la vez que sus pieles entran en contacto y comienzan las descargas eléctricas a viajar por sus cuerpos. Con la temperatura ya muy elevada, la suavidad para desnudarse no estuvo presente, en cosa de instantes el pantalón y la ropa interior de ambos se encontraban desperdigados en el suelo…
- mmhhh, aahhh, así Min… aahhh… - gemía Seung por las atenciones que su novio dejaba en su entrepierna, lamiendo su extensión y masajeando con un ritmo perfecto que lo estaba llevando al éxtasis.
- te gusta, cariño… - el menor podía sentir entre sus manos el palpitante miembro de su novio llegando al límite, estaba hinchado, caliente y ya liberaba el líquido previo al orgasmo…
- aahhh, sí… mmhhh, dios!... – cerró los ojos, nublado por el placer cuando la boca de Min tragó por completo su erección, comenzando a subir y bajar, degustando su salado sabor, acariciándolo con la lengua, succionando la punta… - mmhhh, Min, me voy a… aahhh… correr… - instantes después su semilla se descargó en la boca de su novio, quien la recibió gustoso, tragando tanto como pudo, lamiendo lujuriosamente su miembro ya liberado…
- ahora tú serás mi postre favorito… - tono lascivo, sus labios adueñándose de los del chico de ojos claros, dándole a probar así de su propia esencia… - ¿puedo hacerte mío, Lee?...
- hoy y siempre, Minnie… - tomó la mano del menor comenzando a lamer con sensualidad sus dedos, metiéndolos luego en su boca para humectarlos con su saliva…
- mmhhh, si tu boca está caliente… - se mordió el labio inferior, viendo con agrado la mirada lasciva que su novio le regalaba mientras seguía chupando sus dedos… - imagino cómo estará tu intimidad… - la lengua de Seung jugando sensualmente con sus dedos…
- deja de imaginar y averígualo… - soltando los dedos de su novio al tiempo que abría sus piernas y las flexionaba para dejarle espacio al menor, Seung respiraba agitadamente por la expectación de lo que sigue…
- tan tierno que te ves, pero eres un pervertido, mi vida… - uno de sus dedos comenzando a introducirse suavemente en la entrada de su novio…
- ahh… - se quejó por el dolor que comenzaba a sentir… - mira quién lo dice, cariño… -
Minnie solo sonrió en tanto continuaba con su actividad, subiendo a su rostro para besarlo y distraerlo del dolor de la preparación, dilatando tiernamente su pasaje. Nuevos jadeos y gemidos de dolor se sucedieron hasta que el tercer dedo entró en su intimidad y el placer comenzaba a aparecer con descargas eléctricas que viajaban por su columna vertebral y se extendía por cada fibra de su cuerpo…
- ¿listo?... – acomodado entre las piernas de Seung, Min se deslizó lentamente en su interior cuando su novio asintió permitiéndole la penetración…
El chico de ojos claros se aferró con sus manos a las sábanas de la cama, cerró los ojos y aguantó las ganas de gritar por la punzada de dolor que se generaba en su entrada conforme el miembro de Min iba ocupando todo su interior. Cuando sintió que el menor se quedaba quieto al haber llegado al tope, relajó sus manos y se quedó jadeando mientras se acostumbraba a la intromisión y su novio le besaba el cuello, el pecho y los hombros para confortarlo.
Y cuando hubo pasado tiempo suficiente, le indicó con una sonrisa que podía moverse, recibiendo con un dejo de dolor las primeras estocadas, pero comenzando a gemir de gozo cuando el placer naciente en esa parte de su anatomía se desplegaba por todo su cuerpo llenándolo de sensaciones novedosas pero excitantes. Minnie se recostó sobre él para sentirse más en contacto con su cuerpo, embistiéndolo con mayor profundidad y rapidez, jadeando y gimiendo contra su oído besándolo cada tanto con fuego, metiendo su lengua con lujuria en la boca de su novio, buscando a su compañera para enredarse en movimientos húmedos de pasión desenfrenada, para deleitarse luego con una danza de caricias más tiernas pero sin dejar de ser ardientes.
Poco a poco las embestidas del menor se hicieron más placenteras acercándolos al final; Minnie se incorporó lo suficiente para tomar el miembro de Seung entre sus manos y estimularlo para excitarlo y termine una segunda vez, ahora junto con él. Una sonrisa lasciva apareció en el rostro lleno de gozo de cada uno, cuando la erección de Seung creció rápidamente en las manos de Min, y los gemidos de ambos se hicieron más roncos y frecuentes. Hasta que tanto placer circulando por sus cuerpos los hizo explotar al alcanzar el orgasmo al mismo tiempo, Lee derramándose en las manos de su novio, y éste esparciendo su semilla en el pasaje del primero, culminando con un gemido ahogado en medio de un profundo beso.
- crees que alguien nos haya escuchado?... – preguntó el menor, una vez su ritmo cardíaco y de respiración se normalizó, recostado en el pecho de su novio….
- me da igual, no seríamos los primeros ni los últimos en hacer el amor en alguna de las habitaciones de residentes… - los dos rieron ante esa verdad, el chico de ojos claros tomó las sábanas para cubrir sus desnudos cuerpos…
- no deberíamos vestirnos en lugar de quedarnos aquí tan quitados de la pena, estamos de guardia, en cualquier momento nos pueden llamar para alguna emergencia…
- solo un par de minutos, Minnie… - le abrazó posesivamente, como si en cualquier momento se le fuera a escapar…
… La alegría del amor correspondido no es solo el saber que se tiene, es demostrarlo con acciones de las que eres consciente y no te arrepientes…
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Día 23 del Contrato.
Un mensaje a primera hora viniendo de Yunho, hizo que Jae tomara una decisión que antes solo había estado pensando. Se metió a la ducha con la esperanza de que el agua tibia le anime por lo menos un poco, pero las gotas mojando su cuerpo con finos hilos que caían de la regadera solo lo transportaron a su mundo de soledad.
…“Yoochun me ha perdonado. Gracias por apoyarme siempre, JaeBoo. Te quiero”…
Ya estaba, por lo menos parte de lo que se había prometido hacer ya se había cumplido, su querido Yunho tenía otra vez la oportunidad de volver con el pelinegro (no quiere ni pensar en Junsu ahora). Ahora que se han perdonado, seguro que no pasará mucho tiempo para que reinicien el noviazgo que suspendieron cuatro años atrás, pero el rubio ya no podía más, había alcanzado por fin su límite, el sólo hecho de saber que lo más difícil ya se había solucionado terminó con sus fuerzas para contener el dolor.
- es hora de dejarte ir, Yunho…. Es hora de que yo busque mi propia fuente de felicidad… lejos de ti… - tan sumido en sus pensamientos, que su piel ya comenzaba a arrugarse por pasar tanto tiempo bajo la ducha, cerró el grifo y jabonó su cuerpo, deslizando la esponja por su piel, deseando algún día haber podido sentir el tacto de las manos del moreno, que cada recoveco de su ser hubiera sido cubierto por sus besos, probado por sus labios, o erizado por sus caricias, de haber podido experimentar un orgasmo por la esencia de Yunho en su interior… - cómo olvidar lo que nunca tuve, pero que cada día desde que me enamoré de ti añoré…
Ya en el desayuno, el rubio informó a sus padres que presentaría ese mismo día su renuncia en el restaurante, para volver a Boston ese mismo fin de semana. Sus padres se extrañaron por su decisión, pero la respetaron. Los Sres. Kim podían ver la tristeza en su hijo y si él consideraba que irse ayudaría a alejar esa sensación, entonces ellos le apoyaban.
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Yoochun y Yunho durmieron juntos esa madrugada, y aunque no hayan intimado, el dormir abrazados fue una extraña sensación de tranquilidad, más había algo que no los embargaba de contentura.
El moreno salió del departamento del pelinegro muy temprano, antes de que el sol saliera de hecho. Ese día, el ratón no fue al trabajo, llamó a su madre para decirle que se tomaría un descanso. Y Yoo Hwan al saberlo sospechó que algo había cambiado ya, dado el ánimo decaído que observara en el propio Junsu desde el día de la fiesta en el antro, y la reciente renuncia no revocable de Jaejoong.
Extrañado de no ver a su ratón en todo el día, el delfín decidió llamarle para preguntar si todo estaba bien. Yoochun había dudado en contestar su llamada, no tenía idea de qué hacer ahora con respecto a Junsu, pero no tuvo valor para ignorarlo…
- amanecí con un fuerte dolor de cabeza, tal vez me resfríe o no sé, pero estoy bien, Susu ah… - sintiéndose un miserable por mentirle de esa manera, el ratón no supo que más decirle y definitivamente no se atrevió a contarle sobre Yunho… - no te preocupes…
- quieres que vaya a verte, o que te acompañe al médico… - al otro lado de la línea, sentado en un tronco en el pequeño jardín de su casa, el delfín observaba el cielo estrellado con una extraña sensación en el estómago al escuchar a su “novio”… - mi hermano podría verte…
- no es necesario, no debe ser nada, ya pronto volveré al trabajo, delfín… - porqué si dice amar a Yunho y le ha perdonado, ¿no termina de una vez con Junsu?... ¿porqué teme dejarlo?
- bueno, como tú digas, Chunnie, buenas noches…
- buenas noches, Susu, gracias por llamar…
- Te Quiero… - declaró nervioso, sonrojado, sintiendo su corazón oprimirse al no recibir más que silencio del otro lado de la línea, mordiéndose inconscientemente el labio inferior…
- también yo… - respondió el pelinegro algunos segundos después, recostándose en su cama al tiempo que cortaba la llamada y sentía un auténtico dolor de cabeza acudir…
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Día 24 del Contrato.
Yunho intentando por… ah, ya perdió la cuenta… el caso es que ha llamado al móvil de su amigo y no le ha contestado desde el día anterior. Hasta que decidió llamar al teléfono de su casa, una voz femenina atendiendo…
- buenas noches, disculpe, se encontrará Jaejoong… - a esa hora ya debería haber salido del trabajo, ¿no?
- ¿quién le busca?...
- soy su amigo, Jung Yunho, nos conocimos en Boston… -
- oh sí, ya recuerdo, mi hijo solía hablar mucho de usted, jovencito, pero… ¿no le dijo?
- qué cosa…
- Jaejoong sale para Boston en el vuelo de las nueve… - escuchó un débil “gracias” al otro lado de la línea y luego la llamada fue cortada.
La Sra. Kim sonrió de medio lado con tristeza, ahora le quedaba claro el porqué su hijo partía. Mientras vivió en Estados Unidos y cada que les hablaba a Seúl, el rubio siempre les contaba por lo menos una cosa de su gran amigo Yunho, todavía recuerda la reacción de su esposo cuando después de una de esas llamadas le planteara la posibilidad de que su hijo estuviera enamorado de otro chico y la de veces que tuvo que hablar largas horas con él para hacerle ver que no había nada de malo en el amor entre personas del mismo sexo, que era la felicidad de su hijo más importante que los prejuicios sociales. Pero desde que llegó a la ciudad hace poco menos de un mes, Jae ni siquiera lo invitó a su casa, como si hubiera sabido que llegaría el momento de terminar con esa amistad….
- cuando se ama a un mejor amigo de forma romántica y éste no te corresponde, es mejor no engañarse pretendiendo ofrecerle solo tu amistad, porque lo único que podrás darle siempre a cambio es tu amor…
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Aeropuerto Internacional de Seúl. 8:55 pm
Yunho entró corriendo a tropezones, chocando con personas en tanto buscaba desesperadamente la Sala por la que Jae partirá en cosa de minutos. No podía ver con claridad el motivo por el que su corazón se había apretujado apenas escuchó que se iría a Boston… sin haberse despedido… sin…
- Jae, no te vayas… - murmuró con voz angustiada, tan ansioso por ubicar el vuelo de salida de su amigo que los números y nombres en el tablero se le movían, hasta que la inconfundible voz femenina anunciando la última llamada para los pasajeros del vuelo resonó en la sala. Corrió apresurado con el corazón a punto de estallarle por ese sentimiento de desazón que solo experimentas cuando temer perder a quien amas por sobre todas las cosas… pero que el moreno simplemente no podía comprender aún… mucho menos aceptarlo… - ¡Jae, espera!... – gritó tan fuerte que le dolió la garganta, pero no le importó, ya el rubio extendía su pasaje a la azafata para pasar al pasillo que lo lleva directo al avión.
Jaejoong se sobresaltó al escuchar esa voz, tan sorprendido que hasta se le calló el boleto de las manos, antes de poder siquiera entregárselo a la Srita. que sonreía para todo mundo…
- disculpe… - aturdido por la presencia del moreno que ya estaba a poco más de un metro de él, el rubio se agachó para recoger el boleto…
- Jae, porqué te vas, así, sin haberme dicho… - respirando con dificultad por la carrera y la ansiedad… y cualquier otra emoción que su cerebro se niega a interpretar pero que su corazón conoce bien… el moreno le tomó por la muñeca impidiéndole seguir…
- ¿abordará? Joven, el avión tiene que despegar… - cumpliendo con su trabajo, pero bastante intrigada por la escena, la azafata cuestionó con amabilidad… Jae zafándose del agarre del moreno…
- sí… - el rubio no quería decirle nada al moreno, nada ganaba con eso, ya le había perdido… el pasaje de boleto entregado a la azafata… un paso, dos rumbo al túnel… una mano sosteniendo la suya una vez más… - qué es lo que quieras que te diga, Yunho… - girándose para verle de frente, el moreno pudo sentir su mirada cargada de profunda tristeza… - puedes ser feliz ahora, no ves que yo ya no puedo más…
- pero… - un vacío en su estómago… culpa… temor…
- no puedo quedarme a seguir siendo tu mejor amigo, y lo sabes… - interrumpió, sintiendo el agarre de su mano liberarse… - adiós, Yunho, sé feliz… - y con las lágrimas comenzando a resbalar por sus pálidas mejillas, el rubio entró al túnel que lo lleva al avión, sintiendo su corazón destrozado por completo, no más esperanzas… no más promesas..
El moreno se quedó clavado en su lugar, la azafata cerrando las puertas del pasillo, ese por donde su mejor amigo, la persona más importante en los últimos tres años, se iba de su vida, dejándole con un amargo sabor a nostalgia y soledad.
… Cuando tu corazón grita ser escuchado pero los recuerdos confunden tus sentimientos, la distancia puede ser una buena aliada si eres capaz de prestarle atención…
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Día 25 de Contrato. 8:00 am
Junsu, con toda la vergüenza del mundo, le pidió a su madre le ayudara a preparar un desayuno decente que llevarle a un “amigo” que lleva dos días resfriado. Bueno, primero, si él se ponía por cuenta propia a cocinar seguro que todo terminaba en desastre, lo suyo son los postres, pero lo demás, mejor ni hablar; segundo, quería tener ese detalle con su “novio” pero claro está no iba a decírselo tal cual a So Lyn, verdad?
De cualquier forma, por el empeño que puso en seguir al pie de la letra las indicaciones que le daba, la Sra. Kim sabía que su hijo hacía eso por alguien muy especial…
- ¿de quién te has enamorado, Junsu?... – se preguntó la mujer, sonriendo emocionada mientras el castaño parte en su moto.
El delfín llegó al Edificio donde se encuentra el departamento de Yoochun, bajó de su moto con una bolsa donde metió los recipientes con el desayuno en la mano izquierda, se sentía nervioso por la reacción que pueda tener el pelinegro al verlo ahí tan temprano…
- ay por dios, parezco una de esas chicas de telenovela… - riendo por su pensamiento, entró al edificio, dirigiéndose al ascensor, pulsando el botón del piso correspondiente.
Salió del ascensor, caminó a su derecha y luego dobló a la izquierda hasta llegar a su destino. Tocó el timbre, una… dos… tres veces…. El castaño se mordió el labio inferior, tal vez su “novio” dormía y él molestándolo, iba a retirarse cuando escuchó la puerta abrirse….
- ¿Junsu?... – el pelinegro palideció al verlo, tan tierno como siempre, las mejillas coloreadas y una tímida sonrisa…
- ¿cómo te sientes? Te preparé un desayuno para que te de energías y… - escuchó una voz venir de dentro…
- Yoochun, tengo que irm… - el moreno venía terminando de abotonar su camisa, por lo que al levantar la vista y ver al novio del pelinegro afuera enmudeció…
El pelinegro quería que la Tierra se abriera y se lo tragara, ésa era una muy mala situación… y en verdad, no era lo que parecía… no del todo. Junsu miró al ratón detenidamente, no parecía enfermo, luego su vista se posó en el moreno, parado a lado del pelinegro, viniendo de dentro abotonándose la camisa a temprana hora… qué otra cosa podía pensar sino que esos dos habían dormido juntos; lo que es más, han estado juntos desde que Yoochun comenzara a faltar al trabajo por estar supuestamente resfriado.
El mundo de Junsu se desmoronó en cosa de segundos, sintió que las fuerzas lo abandonaban y un punzante dolor se instalaba en su corazón. La bolsa cayendo estrepitosamente al suelo, sacando a los tres de sus pensamientos. Y el castaño no pudo hacer más que darse la vuelta y salir corriendo de ahí con las lágrimas acumulándose en sus ojos. Había sido un completo idiota, se había ilusionado como lo hace un ciego enamorado… aun sabiendo que algo así podía pasar… pero dolía… inevitablemente dolía.
Yoochun le había seguido el paso, llamándolo para que se detuviera, pero no quería, qué caso tenía, pulsó el botón del ascensor, pero escuchaba al pelinegro detrás de él y corrió hacia las escaleras, bajando apresuradamente, hasta que tres pisos abajo, en el descanso, el pelinegro le dio alcance e intentó tomarlo por el brazo, pero el castaño se zafó de un tirón girándose para verle de frente…
- ¡déjame en paz! Para qué me sigues, no es suficiente ya con lo que he visto… - gritó con voz lastimera, luchando por no llorar…
- lo siento, pero no es lo que parece… - intentó defenderse el pelinegro…
- ¿qué es lo que no parece? ¿Me dirás que solo estaba ahí por casualidad, que no durmieron en la misma cama, que no le besaste, que no le amas?... – espetó con dolor. Pero el pelinegro no respondió nada, cómo negarle lo que sí pasó, cómo explicar que no sabe a quién ama, que siente que solo se está equivocando en todo lo que hace… - me mentiste, Yoochun ah, y no tenías que hacerlo, hubiera bastado con que me dijeras que habías vuelto con él, pero no decirme que estabas enfermo cuando estabas con él…
- yo… esperaba que nuestro contrato terminara… - “porqué mierda dije eso” el castaño palideció, un puñal enterrado en su corazón…
- ¿entonces, eso es todo lo que fui siempre para ti?… - murmullo lastimero. Entonces, porqué lo celaba, porqué le había llegado a decir que no le gustaba que otros se acercaran a él, porqué llegó a decirle que le gustaba… ¡hasta pedirle que viviera con él!... incluso… - y cuando intimamos, no fue más que solo sexo para ti, ¿verdad?… - las lágrimas por fin resbalando por sus mejillas, por ese rostro de ángel cruzado ahora por el dolor y la desilusión, impactando de tal manera al pelinegro que solo se quedó callado, maldiciéndose internamente por su idiotez… - gracias, Park Yoochun… - tono hiriente, la mirada inyectada de decepción… - ahora sé lo que para ti valieron mi cuerpo y mis sentimientos, has conseguido que me sienta como alguien que se vende por dinero… - retomó su descenso por las escaleras a paso veloz, dejando atrás a un pelinegro en shock por las palabras escuchadas.
- ¡Junsu!... – saliendo de su estupor, corrió tratando de alcanzarlo. No! Él no había querido dar a entender nada de eso. Claro que no había sido solo sexo para él, le había hecho el amor, es solo que… cuando salió del edificio solo pudo ver la moto partiendo a gran velocidad, su corazón se estrujó fuertemente… - ¡qué mierda hice!!... – sus manos presionando su cabeza…
… Si el amor fuera como una bombilla, bastaría con presionar el botón de apagado, pero… ¿Alguien tiene un interruptor para el corazón?...
Continuará……
No!!! definitivaente esto esta más enredado que una pelea de pulpos!!!
ResponderEliminarU_U Pobre de Susu.... Ojala y no se estrelle en la moto...
Nooo puedoo uno de mis fic's favoritos feli me tienes aqui llorando como loca por mi yunjae despues llorando mas desesperadamente por mi yoosu :c porque el amor es tan dificil bobo yunho maldicion porke tienen que sufrir tanto
ResponderEliminarFeña~
waaaaa.....este fic..me tiene al borde de la silla¡¡¡
ResponderEliminarwaaa...yuchun...por qtanta confusion si todo esta tan claro¡¡¡
waaa...feli....me encanata este fic...♥.♥
lloreeeeeeeee! ToT
ResponderEliminarlos odio Park Yoochun & Jung Yuhno! >.<
como me hizo llorar la ultima parte pobre junsu, mi bebe lo lastimaron tanto... ese yoochun se porto muy mal ahi...
ResponderEliminarnooooooooooooooooooooooo...
ResponderEliminarT^T waaaaaaaaaaaaa... hasta estoy soltando lagrimitas... y hasta el grito me mandaron callar!!! noooooooooooooooooooooooooooooo
junsu!!!!!!
Ay Noooo Chunnie por que tenías que lastimar así a Junsu, No pude evitar llorar por el dolor de Junsu y Jae. Ahora sí que el 2U se pasó.
ResponderEliminarSentí horrible con todas las cosas que dijo Junsu y no es para menos que se sienta de tal manera, solo espero que Mi Ratón sepa cómo remediar lo que ha roto y que no vaya otra vez a regar las cosas. Y Jae ay mi flaquito hermosos fue tan profundo lo que dijo y tan valiente al enfrentar a Yunho así. No le hizo sentir mal no le restregó el apoyo, al contrario le dió una enorme razón y espero que Yunho no haga más difícil esto.Insisto el 2U está siendo cruel y egoísta.